Era una tarde lluviosa de invierno en la gran ciudad de Barcelona

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CONSECUENCIAS
Era una tarde lluviosa de invierno en la gran ciudad de Barcelona. Un joven que
apenas superaba la treintena aguardaba en la sala de espera del hospital San Rafael. Su
rostro se torcía en una mueca de sufrimiento; Claudia su mujer, se debatía entre la vida
y la muerte en el quirófano. Los médicos le habían dicho que su supervivencia dependía
de la fortaleza de su cuerpo. El pensaba que Claudia siempre había sido fuerte… Su
mente voló hacia el pasado hasta la época en la que se habían conocido… poco a poco
los recuerdos fueron aflorando a su mente:
Me llamo Samuel Sánchez soy alto, guapo y en mi barrio me llaman ’Don Juan’. Dicen
que nunca me voy a enamorar porque siempre ando de flor en flor. Me dan igual rubias
o morenas, casadas o solteras. Sé que cualquiera va a caer a mis pies, las mujeres son
tan ingenuas.... Necesito un día para enamorarlas, otro para conseguirlas, otro para
abandonarlas, dos para sustituirlas y una hora para olvidarlas. Mi vida amorosa
transcurría de esta manera hasta que mi amigo Max me presento a su novia Claudia.
Tenia unos 17 años, era guapa, alegre, bondadosa, dulce, natural, inteligente …
recuerdo el primer día que la vi. Había quedado en cenar con Max para que me la
presentara. Antes de entrar en el local pude ver desde fuera, através de los cristales, la
chica mas guapa que había visto en toda mi vida. Hipnotizado por su belleza me
dije:‘Como que me llamo Samuel, tu vas a ser mía’. Me dirigí a la mesa y me senté con
ellos. Al pasar, unas cuantas chicas se giraron a mi paso; era normal, estarían
sorprendidas de ver un hombre tan perfecto. Max comenzó la conversación:
-
Hola Samuel ¡Cuanto tiempo¡¿Qué tal estás?!seguro que bien, eres un gran
abogado! mira esta es Claudia- dijo a la vez que me la señalaba con la mano.
-
Encantada señorita- le susurre a la vez que le besaba la mano.
-
Es un placer conocerte al fin, Max me ha hablado mucho de ti.
-
Max- voy un momento al baño, iros conociendo, Samuel cuídamela.
-
Samuel- Vaya pues nos quedamos solos, en cuanto te he visto no he podido evitar
fijarme en tu belleza ¿eres modelo?
-
No, no lo soy ¿como iba a serlo? Ja ja, que gracioso eres Samuel.
-
No, lo digo en serio, creo que tendrías futuro en el mundo de la moda- dije mientras
le ofrecía una media sonrisa que consiguió que ella se ruborizara ¿que te parece si tu
y yo nos viésemos algún día? Te podría presentar a algún casting tengo contactos.
-
Bueno, no sé… a Maxim igual le molesta…- dijo dubitativa aunque yo sabia que ya
había caído en mis redes.
-
¿Como le va a molestar a Max? El y yo somos amigos desde hace mucho tiempo, no
creo que le importe que eche un cable a su novia.
Cojí un boli y apunte mi número en un papel que metí en el bolsillo de su chaqueta.
Después le dije: - Mira este es mi número, cuando te venga bien me llamas, yo me
tengo que ir, dile adiós a Max de mi parte.
- Vale, bien, ya te avisare Samuel.
Tras estas palabras me despedí besando su mejilla. Deje un rato posados los labios para
aspirar su aroma, note un agradable olor a Channel . En ese momento Max salio del
baño, cogí mis cosas y salí por la puerta.
Solo tuvo que pasar un día para que la tuviera al otro lado del teléfono.
- ¡Hola Samuel¡ Que…bueno ¿Puedes quedar hoy? Max se ha ido a comer con sus
padres y estoy un poco sola.
- Vaya, que grata sorpresa, claro que puedo quedar. Es mas, te invito a comer a mi
casa. Cocino un estofado para chuparse los dedos.
- Me parece bien ¿A las 2 en tu casa?
- Claro, un beso.
- Adiós- dijo ella un poco nerviosa.
Mi plan estaba surtiendo efecto, pero curiosamente estaba nervioso por encontrarme con
ella. Normalmente esto no me ocurría con ninguna mujer ¿que ocurría? ¿Me estaba
enamorando? Podía ser posible… prepare en un abrir y cerrar de ojos la comida, puse
unas velas… estaba tan absorto en los preparativos que el tiempo se me paso volando.
Acababa de terminar cuando sonó el timbre. ¡¡¡ Dringg…. Dringg…!!!
Abrí la puerta y me la encontré, estaba preciosa. Zapatos de tacón, pendientes a juego
con collar, larga melena morena, grandes ojos verdes esmeralda… Le hice pasar.
- Vaya, pero ¿Quien eres? ¿alguna estrella de cine?.
- No seas tonto Samuel, todas las mujeres sabemos arreglarnos de vez en cuando.
- Pero algunas más que otras. Bueno siéntate a la mesa.
- Está bien ¿Que tenemos de menú?
- De primero ensalada de canónigos, de segundo mi famoso estofado y de postre…
bueno el postre es una sorpresa…
- Estoy impaciente por probarlo…
La comida trascurrió tranquilamente, agradable conversación, la vida de uno, la vida del
otro, y nuestros ojos encontrándose constantemente. Cuando terminamos el segundo
plato…
-
Bueno Samuel ¿Donde esta ese postre?
Cierra los ojos- dije mientras se los tapaba con una venda.
Me acerque a ella y bese sus labios delicadamente. Ella se apartó y dijo:
- Samuel ¿Que haces? Estoy con Maxim…
- Es cierto, pero tú sabes bien que te he invitado porque me gustas Claudia, no sé si
lo notas pero siento que hemos conectado. Creo que a ti te pasa lo mismo sino no
hubieras venido.
- Pienso lo mismo Samuel, pero esta mal que engañe a Maxim. Me gustas pero estos
sentimientos me asustan…
- No tengas miedo, no te sientas culpable, haz lo que te parezca que tienes que hacer.
Tras este día Claudia dejo a Maxim y comenzamos a vernos todos los días. Al tiempo
decidimos vivir juntos. Estábamos muy enamorados. Yo jamás había sentido algo así
por nadie, todo era perfecto. Éramos felices. Han pasado los años sin darnos
cuenta…Jamás he vuelto a mirar a otra mujer.
Pero el mal comportamiento de las personas no queda sin castigo. Me porte tan mal con
las mujeres antes de conocer a Claudia…Estoy convencido de que lo que esta pasando
ahora es consecuencia de mis malos actos.
Hace tres días el teléfono sonó y la policía me comunico que mi amada esposa había
sufrido un accidente de tráfico, un conductor borracho conducía en dirección contraria
por la autopista. El mundo se me vino encima.¿ Que va a ser de mi si Claudia se
muere?...
En este momento estoy en la sala de espera suplicando por la vida de la persona que
amo. Se ha abierto la puerta y el medico se va a acercando a mi despacio, sin prisa, su
expresión es sombría, no puede ser… esto no me puede estar pasando a mi.
- Señor, siento comunicarle que su esposa no ha podido superar la intervención, tenia
lesiones internas muy importantes. Hemos hecho todo lo que hemos podido pero no
lo ha conseguido.
De repente siento un terrible dolor en el pecho, siento como si una mano me atenazara
el cuello, sudo profusamente por todos los poros de mi cuerpo, el dolor insoportable se
va extendiendo por mi brazo izquierdo, no puedo respirar…
No sé exactamente que ha pasado, veo una luz al fondo de un túnel, ya no siento dolor.
Solo siento una pena infinita. Me arrepiento de todos mis pecados. No puedo dejar de
andar, me siento solo, ¿Es esto la muerte?
Avanzo hacia la luz y descubro que mi amada esta allí, me espera, la tranquilidad
invade todo mi ser. Somos dos almas gemelas que permaneceremos juntas para toda la
eternidad…
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