JORGE MARTÍNEZ ARÉVALO, EL FIN DE UNA MENTIRA CREÍBLE… No era homosexual por: 1. Autopsia psicológica, en la cual fueron consideradas 24 personas ajenas a su círculo familiar quienes fueron entrevistadas mediante un protocolo estructurado y de respuestas cerradas, con un porcentaje de similitud equivalente al 98%. 2. En el informe del servicio médico legal consta que se le aplico la única prueba científica para determinar prácticas homosexuales (examen fisiológico al ano y sus conductos) y los resultados fueron negativos (el resto es opinología) 3. Los que lo afirman son individuos marginales, testigos de oídas o la peor calidad de prueba, que generalmente tienen alterado su estado de consciencia por un alto consumo y adicción a las drogas. (Todo lo contrario a la pulcritud reconocida por todos en Martínez) No se suicido por: 1. Dirección del proyectil mediante un ángulo absurdo. 2. Inexistencia de pólvora en las manos de Martínez, en circunstancias que al revolver inscrito nunca se le había realizado mantención (5 años) 3. Moretones y contusiones en diferentes partes del cuerpo, esto según informe de autopsia. 4. Incongruencia entre el daño y el supuesto calibre (38) del revolver con el cual, según el fiscal, se habría cometido el suicidio. Un proyectil calibre 38 alcanza una distancia de 1500 metros. A quema ropa y en zona craneal provoca un daño estructural y óseo absoluto. (lo revienta) (Martínez tenía el rostro intacto) *** Se debería verificar el tipo de calibre congruente al diámetro de la herida que le quito la vida a Jorge Martínez (Comenzar por una 9 milímetros característica de una de las policías) 5. Imposibilidad que el diámetro de la herida de entrada sea inferior al de salida (es imposible que el proyectil reduzca su tamaño en un trayecto de centímetros). Entra bala, sale bala y materia. (Informe de autopsia) 6. Cheque ensangrentado que reflejaba el estado metal de Jorge Martínez segundos antes de su muerte. En ningún momento lo soltó, no estaba arrugado (actitud pasiva), lo cual refleja que no hubo forcejeo ni oposición por parte del occiso quien murió pensando que era víctima de un asalto. 7. Nadie se suicida estando apañado o sujetado por los brazos de un par policías entrenados. 8. El informe del Hospital padre Hurtado, primer lugar al que llego agónico JM, es rotulado por el médico de turno como una agresión y sostiene que la herida mortal se encuentra situada en base de cráneo. 9. Su estado metal retrospectivo era corriente y lucido, pero su nivel de victimización era extremadamente alto. Falleció rodeado de hombres entrenados y armados, los que no sabían quien era Jorge Martínez, que era lo que hacia, donde vivía, de quien era hijo, padre, hermano y esposo. No mató, ni descuartizó a Hans Pozo Por: 1. El riesgo del incidente planteado por el fiscal o la percepción de ser descubierto por JM es absurda. Es imposible que en nos pocos minutos (70) éste haya contactado a Pozo, convencido de que entrara al local para asesinarlo de dos tiros, descuartizarlo, extraerle las balas (de diferente calibre a su revolver), sacarle la piel tatuada, destrozar sus nariz, extraerle a los dedos sus 3 pulpejos dactilares. Posteriormente volver a su casa a cenar junto a su familia, limpio y tranquilo, para finalmente acostarse para dormir como si nada. 2. Jorge Martínez era fóbico a la sangre y a las operaciones (respaldado por el testimonio de su médico de cabecera). 3. No tenía la educación policial y/o militar necesaria para haber ejecutado el modus operandi tras la muerte y descuartizamiento de Hans Pozo. (Era técnico universitario, dirigente sindical y empresario) 4. No poseía antecedentes psiquiátricos, ni los rasgos psicopatológicos y/o sociopatológicos necesarios para justificar el grado de violencia accesoria ejercido sobre el cadáver de Hans pozo. 5. Al momento de avistar las primeras partes del cuerpo de Pozo, Jorge Martínez no se encontraba en la ciudad de Santiago. 6. El mismo Martínez reconoce en su carta haber aceptado la coima exigida por un policía a cambio de enviar a Hans Pozo a los “hoteles del estado” (cárcel). Esto debido a las constantes extorsiones junto a otros jóvenes sin hogar, en los que le exigía (Pozo) dinero para él y sus amigos a cambio de la seguridad de sus hijas, esposa y su local. (Amenaza de quema). 7. En la carta dejada por Martínez, éste menciona la llegada del mismo policía en compañía de otro “colega” al interior de un camión de cecinas, lo cual se ajusta plenamente con los requerimientos técnicos necesarios para descuartizar y congelar el cuerpo de Hans Pozo con sus partes. Fue víctima de un mal procedimiento por: 1. Nunca existió una orden de citación en contra de Martínez. 2. Efectivos de civil sin identificación entraron con revolver en mano al local y apañaron entre dos a JM quien estaba firmando un cheque para la empresa “FRUNA”. 3. Luego de ser herido JM estuvo más de media hora sin ningún tipo de ayuda médica, en circunstancias que el perímetro externo del lugar estaba repleto de policías y el hospital más cercano se encontraba tan solo a 800 metros de distancia. (Falleció luego de 120 minutos) “delito de omisión” 4. Después de herido Martínez, los individuos procedieron a identificarse como policías, cambiando sus ropas de calle por prendas distintivas a la institución a la cual pertenecían. 5. Los policías que por procedimiento fueron periciados (polvora) en el mismo local de la familia Martínez, no corresponden a los efectivos policiales frente a los que cayo herido de muerte Martínez. (Comparación fotográfica que comprueba el reemplazo de efectivos) 6. Los resultados de las pericias policiales dirigidas por el fiscal, terminaron destruyendo, sin mayor explicación, el vehículo nuevo de la familia Martínez Godoy y el local o distribuidora que era el único sustento de la familia Martínez Arévalo. Fue víctima de un montaje por: 1. Martínez muere de manera posterior y coetánea a la identificación de Hans pozo, lo cual no solo arriesgaba la posición de los verdaderos responsables, quienes veían finalizar el juego bizarro de travesear con las partes del joven. Si no que también la inesperada identificación del malogrado Hans Pozo, atentaba directamente contra la seguridad del único testigo que podría reconocerlos. 2. Sostienen “haber encontrado” una gran cantidad de sangre en el asiento del copiloto, al interior del vehículo de Jorge Martínez. En circunstancias que una colega, profesional y dirigente sindical se sentó, la misma madrugada, en el mismo lugar en el que se habría trasladado el cadáver de Pozo. (Durante el viaje de ida y vuelta a Olmué). ***Ella declara categóricamente que en el asiento no había nada extraño o adulterado y que mucho menos mancho con sangre sus ropas o cuerpo. 3. El vehículo tuvo un normal accionar familiar durante dos semanas y todos los usuarios coinciden en su relato, respecto al estado normal y falsa adulteración del tapiz de un vehículo del año.