3.- Lucia ante la maternidad El tiempo, la prisa y los cambios Me doy cuenta que esta actividad que me planteo de pensar, me parece como una actividad totalmente nueva, ¡pues caramba qué difícil es pensar hoy! Si miro a mi alrededor veo que nuestras vidas, la mía, la de mis compañeras de trabajo, la de mis primas que mantengo relación con todas ellas, más, las amistades del facebook. Me doy cuenta que todo es acelerado, que en nuestro entorno está la prisa, en el ritmo que nos exigen en el trabajo las que tenemos trabajo y es el mismo ritmo que llevamos después en casa y es así con nuestro ritmo de vida tan acelerado es muy difícil pensar, tienen razón mis compañeras que eso ya no se lleva, pensar hoy es comerse la cabeza. Me doy cuenta también que en el ambiente que yo comparto con mi gente amigas y colegas, todo nos empuja a que actuemos sin pensar, son actuaciones sencillas, fáciles, en el trabajo sí que estamos por el trabajo y ya sabemos lo que hay que hacer, pero lo más importante de ir al trabajo, es que cada día se inicia la cuenta atrás, la alegría del día es que éste cuenta como un día menos para la llegada del finde, sólo hay que pensar para decidir qué hacer. Pero claro tener un hijo no es cualquier cosa al menos para mí, no es la cuenta atrás para el crecimiento, y la responsabilidad de todo lo que le pase a mi hijo será siempre solo mi responsabilidad individual. Pero si quiero tener un hijo no puede ser sin pensar pues serán muchas las decisiones que tendré que tomar y serán decisiones importantes que necesitarán un tiempo de reflexión para elegir lo mejor posible. También me doy cuenta que en nuestra actualidad las cosas cambian rápidamente, todo lo que mi madre me enseñó como modelo de vida ya no se lleva. Mi madre siempre me decía que a ella mis abuelos la regañaban si llegaba más tarde de la hora permitida era para los domingos antes de las nueve de la noche. Mi madre me contaba que a ella le hacía mucha rabia pues si querían hacer algo malo, lo podían hacer perfectamente entre las cuatro y las nueve de la noche. Mi madre siempre me ha dicho que creía en mí y que le dijera yo a qué hora iba a llegar, si cenaría o no en casa, y que ya sabía yo que a mi padre le gustaba verme antes de irse a la cama, que si no iba a llegar a tiempo que le llamara para darle las buenas noches. Hoy no hay normas para todos igual, los nuevos modelos van saliendo pero con la rapidez de los cambios, los anteriores se pierden y los nuevos no se consolidan, mi amiga Radia es árabe y sabe mucho mejor lo que tiene que hacer en relación a las normas que le marcan sus padres y que tienen que ver con su cultura, ella está contenta de ser diferente y de cumplir las normas de su familia. A mí me parece que yo soy más libre porque mis padres son anti normas, y me las tengo que componer yo misma. Tendré que consultar mi agenda y ver cómo sacar tiempo para dedicarlo a escribir para luego leer y pensar en todas las cosa importantes que se me van ocurriendo relacionadas con mi hijo.