Hasta el 80% de los cánceres pediátricos tiene curación De acuerdo con el tipo de tumor Por primera vez, Argentina tiene un relevamiento de las enfermedades oncológicas en menores de 15 años Para realizarlo colaboraron ad honorem más de 100 profesionales Comenzarán a difundirse los primeros datos del Registro Oncopediátrico Hospitalario Argentino (ROHA), un emprendimiento que pese a su corta vida llegó a anotar prolijamente más del 80% de los casos de cáncer en menores de 15 años entre los años 2000 y 2002, gracias al esfuerzo desinteresado de más de cien profesionales de la salud (oncólogos, radioterapeutas, patólogos) unidos bajo una misión común: la necesidad de conocer mejor una realidad para cambiarla. Sin diferencias sustanciales con los datos del resto del mundo, el registro (se confecciona según criterios epidemiológicos internacionales para ofrecer datos comparables) indica que el cáncer es una enfermedad muy poco habitual entre los niños y que, también en nuestro país, son las leucemias, seguidas de los tumores del sistema nervioso central y los linfomas (cánceres de los ganglios linfáticos), las afecciones oncopediátricas más frecuentes (ver infografía). Entre 2000 y 2002 se registraron 3340 casos entre menores de 15 años. Pero además de la baja incidencia (o número de nuevos casos por año), la otra buena noticia ligada al cáncer infantil es que se trata de una enfermedad curable, hasta en el 80% de los casos. Un proyecto de todos El ROHA -como se conoce al registro - es uno de los proyectos principales de la Fundación Kaleidos, una entidad sin fines de lucro que preside el médico y psicoanalista Ricardo Gorodish, que tiene sus ojos puestos especialmente en la salud de las generaciones más jóvenes. Su directora es una médica oncóloga infantil de 38 años, la doctora Florencia Moreno, quien insiste en afirmar que más allá de ser la autora del primer Registro Oncológico del hospital Garrahan, actualmente en vigor y modelo del que abarca todo el país, y de haber trabajado incansablemente para dar vida al ROHA, "son los profesionales de las distintas provincias los auténticos autores de este trabajo, porque sin su apoyo estos datos no existirían". Florencia Moreno explica que su hija menor, de 4 años, la acompañó cómodamente instalada en la mochila durante todo el periplo que la llevó por el interior del país buscando información. Pero en casa de la oncopediatra hay dos chicos más, de 7 y 10 años, que no consiguen arrebatarle toda la energía para seguir adelante con sus múltiples proyectos. "El coordinador del Registro es el doctor Enrique Schvartzman, prosecretario del Comité de Tumores de la Sociedad Argentina de Pediatría -dice la doctora Moreno-. Y entre los asesores se encuentran prestigiosos oncólogos, como los doctores Marcelo Scopinaro, Blanca Diez y Mercedes García Lombardi, además de la epidemióloga Dora Loria y la patóloga María Teresa G. de Dávila." La función principal del registro, que cuenta con el auspicio del Ministerio de Salud de la Nación, es recabar la incidencia (nuevos casos por año) de cáncer infantil, documentando las características de los pacientes, los detalles de los tumores, y manteniendo esta información actualizada y críticamente analizada para instrumentar estrategias que mejoren los procesos de detección, diagnóstico y atención de los pequeños pacientes. "En el país hay alrededor de 50 hospitales y centros de atención oncopediátricos -dijo Florencia Moreno-. Hay varias provincias donde no existen centros especializados por la baja densidad poblacional de esas áreas. Esos casos son derivados a centros de mayor complejidad. El mapa de atención está cubierto, pero haría falta mejorar la situación de algunos hospitales." El ROHA tuvo 67 fuentes registrantes, dos Grupos Cooperativos (Argentino de Tratamiento de la Leucemia Aguda y Hematológico del Sur) y 8 Registros Regionales. Pacientes especiales Florencia Moreno explicó que el pronóstico de los cánceres depende del tipo de tumor, de su localización y de las células que los componen. "Las leucemias, que se curan hasta en el 80% de los casos atendidas en centros con mucha experiencia y de alta complejidad -dijo la médica-, tienen su pico de incidencia entre los 2 y los 5 años. Los tumores del sistema nervioso central, que están dentro de la cabeza, entre los 5 y los 9, y los linfomas a partir de los 5. Otros tumores, como por ejemplo el retinoblastoma, suelen aparecer en bebes y niños de hasta 3 años. Un indicador de su presencia es que en las fotografías uno de los ojitos del chico aparezca blanco. También pueden ponerse estrábicos." La oncóloga infantil dijo que en casos de tumores del sistema nervioso central importa mucho la derivación a centros de atención con cirujanos de gran experiencia, "porque uno de los principales desafíos es una buena intervención quirúrgica", y aclaró que dos síntomas por tener en cuenta son los vómitos y las cefaleas, especialmente matutinas, que cuando son sostenidas en el tiempo deben motivar la consulta. Los cánceres pediátricos no son prevenibles y pueden aparecer en forma abrupta. "Los chicos son pacientes admirables -reflexionó-. Libran una lucha incondicional, pelean todo el tiempo contra la enfermedad. Enfrentan las situaciones más extremas. Enseñan mucho, enseñan todo el tiempo..." Por Gabriela Navarra De la Redacción de LA NACION http://www.lanacion.com.ar/Archivo