inclusion financiera y riesgo asociado al lavado de activos

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INCLUSION FINANCIERA Y RIESGO ASOCIADO AL
LAVADO DE ACTIVOS
Grupo de Trabajo – Colombia/México/Panamá/Perú
Documento elaborado por:
Claudia Jimenez – Gerente de Cumplimiento, Grupo Helm
Guillermo Horta –Director, Crímenes Financieros, Bank of America
Julio Aguirre – Vicepresidente Senior de Cumplimiento, Bladex
Juan Carlos Medina – Gerente de Cumplimiento, Banco Financiero
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INCLUSION FINANCIERA
Varios estudios indican la importancia del acceso financiero como parte del desarrollo
social y económico de los diferentes países. En ese contexto, el concepto de
inclusión financiera está encaminado al desarrollo sostenible de este acceso
financiero a través de la apertura de nuevos canales para la oferta y la diminución de
los costos transaccionales, en otras palabras, que más gente utilice los servicios
bancarios.
Vemos que una inclusión financiera, eventualmente, será la bancarización de las
diferentes actividades económicas y la desaparición de la informalidad, así como el
incremento en las medidas preventivas del uso indebido de los productos y servicios
que los intermediarios financieros ofrecen.
El desafío para los intermediarios financieros es el desarrollo e implementación de
sistemas tecnológicos que permitan la apertura de los canales de atención a lo largo y
ancho del país, adecuados a las necesidades de estos usuarios. Por su parte, los
reguladores deberán ir considerando cambios a las regulaciones que reduzcan los
costos de transacción en términos de trámites y requisitos, y aproximen positivamente
los servicios a estos consumidores.
RIESGO ASOCIADO AL LAVADO DE ACTIVOS
El hecho que el concepto de inclusión financiera está relacionado con personas de
bajos y escasos recursos, personas que no han tenido acceso a la educación, así
como a aquellas personas que no cuentan con un estatus migratorio que permita una
identificación legal, también se debe considerar dado que precisamente la
delincuencia organizada domina (parcial o totalmente) las urbanizaciones donde
residen las personas señaladas en este párrafo.
En términos técnicos, el factor de riesgo asociado a los canales de distribución y
ubicación geográfica tendrá un incremento en la probabilidad de ocurrencia y
consecuentemente las medidas preventivas deberán reforzarse para mitigar dicho
incremento a la exposición al riesgo, lo que puede traducirse en que tanto los
intermediarios financieros y la gente, no perciba ningún beneficio por ofrecer (los
intermediarios financieros) por utilizar (los usuarios), los productos y servicios del
sistema financiero.
Como referencia internacional, el Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI)
elaboró una guía sobre las medidas para la prevención del blanqueo de capitales y el
financiamiento del terrorismo dentro del marco de la inclusión financiera, mediante la
cual se exhorta a los países a continuar ejecutando proyectos para lograr la inclusión
financiera sin poner en peligro la lucha contra la delincuencia organizada, enfocando
los esfuerzos en el establecimiento de medidas anti blanqueo de capitales y
financiamiento del terrorismo que no dificulten el acceso a los servicios financieros
regulados, para los grupos económicamente marginados y desatendidos.
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AMERICA LATINA
Varios autores indican que la causa de la baja en la inclusión financiera se encuentra
por el lado de la oferta, debido a que hay poca cobertura de las entidades en las zonas
rurales y urbanas marginales, altos costos operativos, riesgo asociado a las
transacciones, inestabilidad jurídica, entre otros factores. Por el lado de la demanda,
desconocimiento y desconfianza hacia los bancos, requerimientos de depósitos
mínimos, documentos de identificación en ocasiones inexistentes para algunas
personas, falta de colateral o garantías (crédito), excesivos trámites y documentos, así
como cuotas de manejo e impuestos a las transacciones.
Es por ello que para contrarrestar el nivel de informalidad que se vive en la mayor
parte de los países latinoamericanos, así como la desigualdad en el ingreso y los
niveles de pobreza, los diferentes países han implementado alternativas y fomentado a
los intermediarios financieros para que tengan como mercado objetivo a las personas
de ingresos más bajos o que forman parte de la economía informal.
Para abordar el tema, nos permitimos mostrar las medidas adoptadas por en algunos
países de Latinoamérica, en cuanto a la inclusión financiera, las regulaciones
aplicables y el comentario de cada representante:
México:
Desde el año 2007, México se dio a la tarea de reestructurar a detalle la
regulación aplicable en materia de prevención de lavado de activos. Mediante
las reformas realizadas a las disposiciones legales, se incorporaron entre otros
aspectos, la posibilidad de aplicar una debida diligencia diferenciada con base
al riesgo. Es decir, se incorporaron aspectos específicos para atender las
necesidades de la inclusión financiera y facilitar el ofrecimiento y venta de
productos financieros considerados como de bajo riesgo, entre los que se
incluyen las cuentas de ahorro sin chequera, los productos destinados al pago
de nómina y los monederos electrónicos. Para estos efectos, las disposiciones
legales establecieron entre otras obligaciones, el que los bancos pudieran
solicitar menos requisitos de identificación a los clientes y usuarios de dichos
productos. De esta forma, las áreas de negocio tuvieron que adecuar los
productos considerados como de bajo riesgo, a los límites de saldo y operación
señalados en las Disposiciones. Por ejemplo, un producto de nómina
simplificado no puede mantener el mismo saldo que una cuenta de cheques, ni
tampoco tiene la funcionalidad de un producto de inversión. Una primera visión
de esta situación pudiera dar lugar a pensar que muy probablemente algunos
miembros de la delincuencia pudieran utilizar estos productos para incorporar
recursos de procedencia ilícita dado que los requisitos de apertura e
identificación son menores. Sin embargo, las medidas establecidas en los
productos, así como también al manejo de efectivo, impuestos específicos al
depósito de dinero en efectivo, controles para el manejo de dólares, limitante
en cuanto al ofrecimiento del producto a clientes y no a usuarios, etc., permiten
de manera consolidada el mitigar en la medida de lo posible este riesgo. El
verdadero riesgo existe, desde el punto de vista de los expertos, en que la
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delincuencia organizada utilice a cientos de personas, a cambio de una
contraprestación, para obtener este tipo de productos, mismos que a su vez
serían utilizados en la práctica para el pago de los gastos comunes y de vida
de los delincuentes. Sin embargo, el fenómeno aquí seria otro, muy distinto a la
sencilla utilización de un producto para incorporar recursos de procedencia
ilícita. Es decir, si bien pudiera darse el supuesto anteriormente mencionado,
es claro que resultaría sumamente complicado para la delincuencia organizada
realizar toda una labor de estratificación de los recursos para poder disfrutar de
ellos, situación que desde el punto de vista práctico, sería más fácil utilizar
métodos tradicionales que incluyan el manejo de grandes cantidades de
efectivo y justificando las respectivas operaciones. La verdadera problemática
surge cuando nos enfrentamos a una economía informal en donde el origen de
los recursos no puede ser comprobable, no obstante que se tengan las
medidas de debida diligencia más profundas. Esto por supuesto, representa
una debilidad en cualquier programa de cumplimiento y de ahí que deba
hacerse un tratamiento integral de los controles, medidas y procedimientos que
deben implementarse al interior de cada institución, atendiendo a su naturaleza
de negocio, mercado objetivo y ubicación geográfica. Resulta también
fundamental conocer el nivel de riesgo que una institución financiera está
dispuesto a alcanzar. Desde el punto de vista práctico, el nivel de riesgo de
lavado de activos y el nivel de riesgo de crédito pueden tener el mismo
tratamiento, sin embargo, las consecuencias en ambos casos son distintas, y el
riesgo reputacional inherente al riesgo de lavado de activos tiene un impacto
fulminante sobre cualquier institución financiera: no obstante que sea la más
fuerte económicamente hablando.
En adición a lo anterior, México también enfrenta un grave problema de
inseguridad que ha fomentado que estos productos sean utilizados por
personas que no se encuentren en la informalidad o que no sean de bajos
recursos, pero que quieren utilizar un producto que resulte más sencillo y que
represente menos riesgo en caso de ser víctimas de un secuestro exprés o un
simplemente asalto en la vía pública. De igual manera, estos productos
potencialmente disfrazados de bajo riesgo, podrían ser utilizados por los
distintos grupos armados y miembros de la delincuencia organizada para el
pago de “honorarios” o sueldos a sus miembros. De ahí la necesidad de que si
bien los controles no puedan resultar sumamente estrictos para el beneficiario
final de estos productos, al menos se tengan implementados modelos de
monitoreo que permitan conocer la utilización de los productos, la identificación
de relaciones ocultas (varios productos supuestamente de varios clientes pero
con mismos datos de identificación o con beneficiarios finales en común), la
identificación de los flujos de dinero (como se fondea la cuenta y hacia dónde
va el dinero o en donde se utiliza).
Derivado de lo anterior, la problemática que algunos bancos han enfrentado es
que, si bien estos productos se desarrollan para fomentar la inclusión financiera
y por ende resultan ser productos más baratos y que representan un menor
ingreso para los bancos, este tipo de productos en ocasiones requiere una
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serie de controles para mitigar los riesgos que en la práctica los vuelven
incosteables. De ahí que muchas instituciones hayan disminuido su
ofrecimiento y a pesar de que todavía se encuentran en circulación, algunos
bancos han decidido limitar su desarrollo, afectando de manera indirecta el
espíritu original de la bancarización y la inclusión financiera.
COLOMBIA:
Colombia viene realizando múltiples acciones desde hace varios años para
entender y resolver la falta de acceso a los servicios financieros.
El tema es parte integral de las estrategias de erradicación de la pobreza
extrema que se vienen desarrollando a través de la política pública de largo
plazo, la cual procura lograr el acceso a servicios financieros por parte de la
población en general y las actividades sin acceso.
Se viene trabajando en tres componentes estructurales: el acceso a la
educación financiera, la protección al consumidor y acceso tanto a productos
de ahorro y crédito como a servicios transaccionales. Una adecuada mezcla de
estos elementos permitirá vincular a aquellos elementos de la población que
por alguna razón se han visto excluidos del sistema. La clave está en llevar los
servicios bancarios a aquella población de escasos recursos a bajos costos,
con atención personalizada y mucha pedagogía.
Actualmente, se han realizado cambios dirigidos a lograr el acceso de la
población a servicios financieros, desde el aumento de la cobertura física como
prerrequisito para el acceso, la promoción del uso de canales novedosos y el
desarrollo de productos adecuados de ahorro y crédito.
Algunos de los desarrollos más importantes es la regulación de productos, tales
como las cuentas de ahorro con trámite simplificado, los depósitos electrónicos,
los corresponsales no bancarios, la profundización de la banca móvil y del
microcrédito.
Según el informe de Inclusión financiera es de destacar los avances en materia
de inclusión financiera registrados al cierre de 2012, cerca de 20 millones de
personas, es decir 67% de la población mayor de edad, tiene al menos un
producto financiero, el número de transacciones monetarias viene creciendo
más de un 10% en el último año, al igual que los canales que también tienen un
incremento significativo.
Si bien Colombia ha dado pasos en la inclusión, se debe fortalecer y promover
el trabajo conjunto entre el Gobierno Nacional, el sector financiero y la empresa
privada que permita al país avanzar en materia de inclusión financiera
proponiendo productos y servicios más allá de los convencionales que se
ajusten a las necesidades de la población, para lo cual se han identificado
varios retos en los cuales se debe seguir trabajando:



Promover el uso de los servicios financieros adquiridos.
Diseñar productos y/o servicios a la medida de la población objetivo de
la inclusión.
Ampliar el alcance de las políticas de inclusión más allá de la banca
tradicional.
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





Fortalecer la figura de corresponsales y extender las redes de acceso a
bajo costo.
Complementar la oferta de servicios sobre productos como las remesas.
Dinamizar la oferta de servicios a través de canales como internet y
banca móvil.
Reducir el indicador de inactividad de las cuentas de ahorro.
Disminuir los costos de los servicios.
Continuar en la modernización del marco regulatorio del microcrédito
para que se constituya en una verdadera herramienta de progreso en
las poblaciones menos favorecidas.
A su vez, la inclusión permitirá la aplicación de medidas que lleven a más
ciudadanos a utilizar los servicios financieros formales, aumentando el alcance
y la eficacia de los sistemas de prevención de lavado de activos y financiación
del terrorismo. La inclusión financiera y las medidas contra estos delitos son
complementarias.
Los reguladores han adoptados medidas para flexibilizar y simplificar los
procesos de vinculación y el poder utilizar un enfoque basado en el riesgo. Sin
embargo se tendrán que tomar las medidas adecuadas para evaluar los riesgos
de LA/FT para cada categoría de estos clientes, a través de evaluaciones de
riesgo, sólidas y fundamentadas.
PERU:
En el Perú, a nivel del gobierno se ha asumido el reto de incluir financieramente
a un millón de peruanos y peruanas de menores ingresos hasta el año 2016 y
que, al menos, un tercio de ellos estén trabajando con mecanismos de pago
innovadores y alternativos, como las transferencias electrónicas. Ello tiene
particular relevancia para los usuarios de programas sociales.
En general, los debates pusieron en relieve la necesidad de contar con una
nueva alianza entre los entes reguladores y el sector privado, e hicieron énfasis
en el papel fundamental que puede desempeñar el sector privado al ayudar a
las instituciones miembros a lograr sus compromisos.
Lograr el equilibrio correcto entre la cooperación y la competencia se veía
como la clave para alentar al sector privado a que adoptara un papel proactivo
en la inclusión financiera. Las asociaciones entre el gobierno y el sector privado
son fundamentales, pero los tipos de participación tradicional necesitan
reemplazarse con enfoques nuevos e innovadores. Entre los principales
aspectos a considerar tenemos:
-
Promover la expansión de productos del sector privado que respondan
a las necesidades de la población más pobre, con énfasis en canales
innovadores como dinero móvil y electrónico. También, implementar un
sistema rápido, eficaz y gratuito para la gestión de reclamaciones por
medio de la oficina del mediador financiero, y mejorar el marco
normativo para que los consumidores cuenten con la información,
protección y capacidad para tener acceso a todos los servicios.
-
Impulsar la adopción de un sistema de pago electrónico, desarrollar
herramientas de medición e indicadores de datos, y crear una
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plataforma de coordinación de alto nivel para desarrollar una estrategia
nacional para la inclusión financiera.
-
Elaborar un código de buenas prácticas relacionado con la protección al
consumidor para todos los proveedores de servicios financieros,
desarrollar normas de transparencia y revelación de información para
los productos y servicios.
-
Lanzar un proyecto de identificación financiera, asimismo, promover el
crecimiento sostenible de la banca sin sucursales a través de marcos
normativos inteligentes.
-
Establecer cuentas básicas.
Es de esperarse que el desarrollo del sistema financiero de un país se
encuentre correlacionado positivamente con su desarrollo económico a través
de los siguientes canales:
(i) las instituciones financieras canalizan el ahorro doméstico para financiar
tanto el capital de trabajo (necesidades de liquidez) como la inversión
de las empresas (capital físico);
(ii) las familias reciben crédito por parte de las instituciones financieras para
financiar inversiones o necesidades de gasto (educación de los hijos y
compra de bienes durables) cuya temporalidad puede no coincidir con la
disponibilidad corriente de ingresos y gastos;
(iii) el sistema financiero ofrece servicios de aseguramiento, determinantes
para los proyectos de inversión sujetos a eventos o fatalidades que
puedan afectar muy negativamente su retorno y para el bienestar de las
familias, sujetas a accidentes o enfermedades del jefe de hogar o de
cualquiera de sus miembros;
(iv) las instituciones financieras permiten la facilitación de las transacciones
o medios de pago de una economía.
En esta línea, los bancos y otros intermediarios financieros proveen valor
agregado a través de diversos mecanismos: (i) uso de tecnologías que
permiten la reducción de costos de captación de depósitos, (ii) generación de
información sobre nuevas oportunidades de inversión y sobre capacidades
empresariales y/o buenos clientes residenciales, (iii) monitoreo de la ejecución
de los planes de inversión de las empresas y familias, y (iv) provisión de
incentivos para que estas cumplan con sus proyectos y paguen sus
compromisos de crédito.
Una de las políticas más exitosas impulsadas por el regulador peruano en la
última década ha sido el fomento del uso de los cajeros corresponsales. Como
parte del objetivo de lograr una mayor bancarización y formalización en la
economía, la emitió la Circular N° B-2147-20056 que permite a las empresas
bancarias, financieras e instituciones microfinancieras no bancarias operar
mediante cajeros corresponsales.
Los cajeros corresponsales son establecimientos que pertenecen a empresas
distintas a las del sistema financiero, con las que dichas empresas mantienen
acuerdos contractuales para brindar (a través de dichos establecimientos y bajo
responsabilidad de las empresas financieras supervisadas) determinadas
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operaciones y servicios financieros autorizados. Las operaciones y servicios
que se pueden prestar a través de los cajeros corresponsales son el cobro de
montos adeudados por la utilización de líneas de crédito asociadas a tarjetas
de crédito, retiros de dinero, transferencias de fondos, depósitos en efectivo en
cuentas propias o de terceros, pago de servicios en general y otros servicios a
los que la empresa se encuentre autorizada por parte de la SBS. En los cajeros
corresponsales, se realizan operaciones que implican abonos y/o cargos
automáticos en cuentas y/o líneas de crédito, utilizando tarjetas de débito y/o
crédito, según corresponda, sin que se requieran conciliaciones o verificaciones
distintas a aquellas que se realizan en los terminales electrónicos.
Esta normativa propuesta ha permitido la expansión sostenida de las
operaciones financieras a un menor costo operativo. Asimismo, ha logrado que
las empresas financieras supervisadas incrementen su red de puntos de
atención al público en el país, ampliándose la cobertura del sistema financiero
a personas y empresas que anteriormente no tenían acceso a servicios
financieros básicos, especialmente en zonas geográficas en donde la presencia
de entidades financieras era mínima o nula. Esto último, debido a que brindar
servicios financieros a través de bodegas, farmacias, y otros comercios tiene
un costo relativo bajo comparado al de las sucursales y genera un potencial
importante para llegar a lugares más alejados del país en donde abrir
sucursales podría no ser rentable.
A pesar de los importantes logros generados a partir del desarrollo de cajeros
corresponsales, estos últimos aún no han mostrado un impacto significativo en
acercar los servicios financieros a las zonas más alejadas del país. Así, la
población de las zonas rurales, sobre todo aquella con mayores niveles de
pobreza, tiene aún un acceso muy limitado a los servicios financieros y aún al
servicio más básico, como es contar con un medio de pago eficiente.
Entre los servicios financieros, el servicio más básico sería el acceso a un
sistema generalmente aceptado de pagos, que permita a cada usuario realizar
y recibir transferencias (por ejemplo, remesas) y préstamos, y contar con un
lugar seguro y de fácil acceso para guardar su dinero. Este servicio además, es
muy útil para lograr que aquellas personas que no han interactuado
anteriormente con el sistema financiero puedan familiarizarse de manera
sencilla con el funcionamiento del sistema e inicien una historia financiera. De
esta manera, los sistemas de pago son una puerta de entrada a una gama
mayor de servicios financieros; sobre todo, en países en desarrollo como el
Perú en donde la ausencia de cultura financiera, los factores culturales que
impiden el acercamiento de la población a las entidades financieras formales,
los elevados costos de transacción y los niveles de pobreza son muy
importantes.
La experiencia internacional reciente ha demostrado que la tecnología hace
viable el acercamiento de esta puerta de entrada a los servicios financieros,
tomando ventaja de instrumentos como el teléfono móvil que ha mostrado un
gran desarrollo y una rápida penetración en zonas rurales. Así, el teléfono móvil
ha sido generalmente utilizado en varios países para llevar los servicios
financieros a los segmentos de la población tradicionalmente excluidos. Una de
las experiencias más exitosas a nivel internacional en este sentido ha sido la
difusión del dinero electrónico, ampliamente propagado bajo la modalidad de
monederos o billeteras móviles.
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Los monederos móviles son almacenes de dinero virtual o electrónico, distintos
a una cuenta bancaria que se originan con un abono de dinero en efectivo
hecho por el usuario en agentes autorizados por el proveedor del servicio que
brinda facilidad en la realización de pagos. Así, si el usuario desea utilizar estos
fondos (constituidos como dinero electrónico), para realizar transferencias a
otras personas o a empresas, solo tiene que enviar órdenes de pago al
proveedor de servicios desde su teléfono móvil, ya sea a través de mensajes
de texto o accediendo a un menú para dar indicaciones. De este modo, el envío
de remesas, el pago de bienes y servicios y la compra de tiempo aire, entre
otros, se realizan sin necesidad de desplazamiento y con solo utilizar el
teléfono celular. Asimismo, si se requiere dinero en efectivo, solo hay que
acercarse a un agente autorizado para disponer de él. Otros beneficios
indirectos del uso de dinero electrónico son la reducción de la necesidad de
manejar dinero en efectivo y, por tanto, la disminución en la exposición a los
riesgos involucrados.
En el Perú, se viene trabajando junto con instituciones gubernamentales un
proyecto que pretende incorporar el dinero electrónico a las transacciones del
sistema financiero peruano y propone regular la emisión del mismo con el
objetivo de contar con un instrumento que facilite el incremento de la inclusión
financiera en el país. Actualmente, algunas entidades bancarias brindan a sus
clientes la posibilidad de acceder a sus cuentas bancarias a través del teléfono
móvil y hacer algunas transacciones a través de internet (denominado banca
móvil), pero es aún un servicio muy restringido en operaciones y alcance y su
uso está acotado a clientes de elevados ingresos. Entonces, el fomento del uso
del dinero electrónico en el Perú sería una política que podría alcanzar los
servicios financieros a una mayor cantidad de la población y sobre todo a
aquella población que vive en zonas rurales y en zonas de difícil acceso (zonas
geográficas agrestes), aprovechando la elevada penetración de telefonía móvil
que existe en el Perú.
Si bien los beneficios de promover el uso del dinero electrónico en el país son
claros, es necesario que la normativa y marco regulatorio que se generen en
torno al uso de esta ventana sigan cuatro condiciones básicas antes de que los
beneficios se materialicen:
1. Se vele por la seguridad y transparencia de las operaciones, a fin de
prevenir fraudes y abusos en contra de los usuarios.
2. Se garantice la confiabilidad de la ventana, en el sentido que los
sistemas deben estar preparados para realizar un número elevado de
transacciones sin presentar problemas.
3. El sistema tenga la capacidad para crecer al ritmo de la demanda,
definiendo una escala adecuada y poniendo a disposición una red de
agentes suficientemente grande para atenderla.
4. Promover un marco adecuado de competencia entre los distintos
agentes autorizados o proveedores del servicio de pagos a través de
dinero electrónico.
PANAMA
Una nota importante, se refiere a que el nivel de monetización de la economía
panameña (relación crédito/PIB) es el más alto de la región, el nivel de
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bancarización es relativamente bajo. No obstante, las autoridades están
conscientes de la realidad y preocupación a nivel mundial en cuanto a la brecha
existente entre los servicios financieros y la demanda de la población que no
tiene acceso a los mismos. Para ello, se refuerzan los mecanismos que les
permita a los intermediarios financieros ofrecer sus productos y servicios a
segmentos de la población de menores ingresos y en áreas del país de difícil
acceso.
Por ejemplo, la Superintendencia de Bancos de Panamá reconoce la importancia
del acceso financiero como parte del desarrollo social y económico del país. En
este contexto, el plan estratégico 2010 – 2012 de la institución incorpora el tema
de la inclusión financiera como una de las principales metas trazadas por la
entidad, reafirmando el compromiso de colaborar con la implementación de
canales que permitan aumentar los niveles de profundización financiera,
especialmente en las zonas más apartadas del país, sin incurrir en riesgos
excesivos.
Como parte del plan mencionado, la Superintendencia de Bancos ha reconocido
la necesidad de estructurar los marcos legales adecuados, que faciliten el
desarrollo de modelos de negocios innovadores que promuevan la apertura de
nuevos canales y productos de ahorro y pagos que se adapten a las
necesidades de la población de menores recursos, cuyo acceso al sistema
financiero es muy limitado
Las regulaciones encaminadas en este sentido son:


Acuerdo No.001-2013 del 8 de enero del 2013, por medio del cual se
establecen las reglas para las cuentas de trámite simplificado. Lo
dispuesto en este Acuerdo, es permitir la existencia de cuentas cuyo
trámite de apertura sea simplificado y que estén alineadas con los
estándares internacionales, con relación a la debida diligencia en la
identificación de los clientes, según su perfil de riesgo.
Acuerdo No002-2012 del 18 de abril de 2012, por medio del cual se
regula la contratación de corresponsales no bancarios para la prestación
de determinados servicios en nombre de los bancos. Lo dispuesto en
este Acuerdo, es la de fomentar la creación de corresponsales no
bancarios que contribuyan significativamente a incrementar los niveles de
bancarización, favoreciendo la incorporación de la población a los
servicios bancarios y al desarrollo de la economía nacional.
La Superintendencia de Bancos tiene especial interés en promover la presencia
del sector financiero en poblaciones apartadas y de bajos ingresos. Asimismo, es
consciente de los riesgos asociados a estos nuevos canales de acceso de
servicios financieros, no obstante, es de la consideración, que a través de la
adopción y observancia de los controles y medidas adecuados para prevenir el
uso indebido de los servicios bancarios, y de la correcta gestión de los riesgos
operacionales y tecnológicos, pueden exitosamente elevarse los niveles de
profundización financiera del país.
Los esfuerzos del Gobierno también se pueden observar a través del Ministerio
de Desarrollo Social, especialmente en el programa denominado Red de
Oportunidades, proyecto que lleva respuestas a las comunidades que viven en
condiciones de pobreza extrema.
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CONCLUSION






La inclusión financiera es parte de la agenda de cada uno de los países que
aquí se mencionan y de algunos otros países de Latinoamérica.
Los diferentes reguladores tienen especial interés en promover la presencia del
sector financiero en urbanizaciones apartadas y de bajos recursos.
Los riesgos asociados a los nuevos canales de acceso a los servicios
financieros requiere la adopción y disciplina de controles y medidas adecuadas
para prevenir el uso indebido de los servicios bancarios.
Indistintamente los montos que puedan ser atendidos, los riesgos asociados no
deben ser considerados bajos, hasta tanto se reconozca un análisis razonable.
Los productos y servicios desarrollados para fomentar la inclusión debe ser
evaluados de acuerdo al modelo de gestión de riesgo de cada entidad y de
acuerdo a esto tomar las medidas conducentes a la prevención del riesgo de
LA/FT.
Estos nuevos productos no se encuadran en las herramientas normales que
vienen utilizando las entidades para la prevención y detección del LA/FT, por lo
cual las entidades, deberán desarrollar nuevos métodos y herramientas para
este nuevo reto y los que están por venir.
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