Revista Pueblos LA PRIMERA GUERRA DEL CONGO La Republica Democrática del Congo (RDC) ha sufrido dos guerras en estos últimos años, la conocida como primera guerra del Congo, cuyo objetivo fue el derrocamiento del dictador Mobutu Sese Seko y la segunda guerra, la mayor en la historia de África y segunda en numero de victimas después de la segunda guerra mundial Mobutu Sese Seko, fue impulsado a la presidencia de la RDC, por los Estados Unidos y jugo un papel primordial en la contención de los regímenes marxistas en África, especialmente por la ayuda brindada en hombres y bases de retaguardia a las guerrillas angoleñas del FNLA y después a las de UNITA. La situación cambio con la caída de los regímenes del bloque comunista. En aquellos momentos se juzgo que su contribución ya no era necesaria y además se considero que estaba demasiado ligado a intereses económicos francés. El derrocamiento de Mobutu se realizó a través de los ejércitos de Ruanda y Uganda, que invadieron la RDC con una excusa que en lo sucesivo utilizarían bastante a menudo tanto ellos como diferentes guerrillas “congoleñas”: la defensa frente a las guerrillas del FDLR (hutus ruandeses asentados en el Congo), ya sea de las fronteras comunes o de comunidades acosadas por el FDLR Esta primera guerra del Congo iniciada en 1996, fue ampliamente difundida a través de los medios de comunicación y en la trastienda enfrentaron a USA, G Bretaña y Bélgica por un lado, apoyando a los ejércitos de Ruanda y Uganda frente al ejercito de Mobutu apoyado por Francia. Fue una guerra sin apenas combates y con muy escasas victimas congoleñas. La mayor parte de los generales de Mobutu se cambiaron de bando en los primeros compases de la guerra y las tropas de Ruanda y Uganda entraron en suelo congoleño sin apenas resistencia y agasajadas por una población civil muy harta de la larga dictadura de Mobutu. Solo hubo una batalla importante en Kenge (Bandundu) y allí los angoleños de UNITA ayudados por unas pocas tropas de congoleños mobutistas lucharon juntos, lo mismo que habían hecho en Angola, pero ahora con la diferencia de que los aviones espías USA no les daban las coordenadas de las posiciones del enemigo, sino que daban sus posiciones al enemigo. Aunque en esta primera guerra del Congo, no hubo apenas victimas civiles congoleñas, si en cambio se registraron abundantes masacres de civiles ruandeses. Se trataba de parte de los dos millones de hutus ruandeses que huyeron de Ruanda a raíz del genocidio contra los tutsis y de la toma del poder del FPR. El ejercito ruandés persiguió a esta población civil asentada ahora en campamentos del Congo, hasta lograr hacer desaparecer a cientos de miles de ellos, como nos relata en su libro M. B. Umutesi (1). Estas masacres fueron condenadas en el auto emitido por el juez español de la Audiencia Nacional F Andreu (2) . LA SEGUNDA GUERRA DEL CONGO Precedidos de una intensa campaña mediática de demonizacion contra el presidente congoleño: Laurent Kabila, el 2 de Agosto de 1998, los ejércitos de Ruanda, Uganda y Burundi irrumpieron en suelo congoleño dando lugar a la llamada “segunda guerra del Congo”, que oficialmente terminaría en el año 2003, aunque seguiría con intensidad decreciente hasta prácticamente nuestros días. Un total de cinco millones y medio de victimas, civiles congoleños en su inmensa mayoría, serian contabilizadas por las organizaciones de derechos humanos. Al contrario que la primera guerra del Congo, esta segunda guerra del Congo seria en parte silenciada o en el mejor de los casos descontextualizada para que reflejase solo un confuso conflicto civil y étnico intercongoleño manipulado por algunas multinacionales anónimas occidentales. Lo importante para estos grandes medios de comunicación, seria el encubrimiento del papel jugado por la Ruanda de Paul Kagame, cuyo régimen sigue siendo considerando vital como gendarme de los intereses de las grandes potencias occidentales en África. También, al contrario, que en la primera guerra, ahora la población civil congoleña mostraría un claro rechazo a los ejércitos invasores. Las razones del inicio de la guerra según muchos analistas independientes: MBelo, A. Lokongo, M. Tipo Tipo (3) habría que achacarlas a la actitud de Laurent Kabila, presidente del Congo, (después del derrocado Mobutu Sese Seko), quien después de varios meses en el poder invalidó y se retractó de los acuerdos que había firmado en el inicio de la primera guerra del Congo (acuerdos de Lemera) en los que se habían concedido a multinacionales como la American Mineral fields Inc, contratos escandalosamente ventajosos sobre los vastos yacimientos mineros del este del Congo. El papel de Francia en esta guerra fue bastante diferente al seguido en la primera guerra. Francia esta vez estaría de acuerdo con el resto de las potencias occidentales en el objetivo de derrocar a Laurent Kabila. Según, Honore Ngbanda (4), Valery Giscard D´Estaing se entrevisto con el presidente angoleño: Dos Santos, para conocer la actitud de Angola en caso de una invasión al Congo. La promesa de Dos Santos, a Giscard D´Estaing de no acudir en ayuda de Laurent Kabila, no fue cumplida y el ataque por sorpresa de Angola desde sus cercanas fronteras, destrozo a las tropas ruandesas que tres semanas después del inicio de la guerra, ya cercaban la capital Kinshasa y dominaban algunos barrios. El levantamiento de la población en estos barrios de Kinshasa (kimbanseke, Ndjili) acabo en el linchamiento de muchos soldados ruandeses y completo la derrota total de Ruanda en el oeste del Congo. En lo sucesivo, el oeste del Congo quedaría en poder de Laurent Kabila, ayudado por Angola, y mas tarde por Zimbabwe, así como la ayuda casi testimónial de Namibia y Chad, mientras el rico este del congo permanecería dominado por los ejércitos Ruanda y Uganda. Burundi tendría un papel mínimo y se retiraría a los pocos meses de la invasión, después de haber saqueado alguna mina cercana a la frontera burundésa. Recientes declaraciones este año a la prensa africana del máximo jefe del ejercito de Ruanda: James Kabarebe, en aquel entonces máximo responsable de las fuerzas ruandesas que cercaban Kinshasa confirman la sorpresa que supuso la intervención de Angola y que sin ella, la guerra habría acabado muy pronto con el derrocamiento de Laurent Kabila La invasión llevada a cabo por Ruanda, Uganda y Burundi, por ser contraria al derecho internacional seria condenada por la cumbre de los países no alineados celebrada en Durban (África del Sur), el 3 de septiembre de 1998. Igualmente fue condenada en la ONU bastante mas tarde en Abril de 1999, debido a reticencias de países miembros del consejo de seguridad, mediante la resolución 1234, donde se invitaba a abandonar el Congo a los ejércitos extranjeros “no invitados”. Posteriormente mediante la resolución 1304, se fijaría un calendario de retirada, que se llevo a cabo una vez que se habían consolidado las guerrillas que podían sustituir con garantía a los ejecitos Ugandés y Ruandés como guardianes de las zonas mineras del este del Congo. La prensa evito en todo momento hablar de invasión, a pesar de que muchos de los enviados especiales a la zona reflejaron en sus crónicas que las tropas que tomaban parte en la ofensiva estaban formadas por ejércitos regulares de Ruanda y Uganda (5). En su lugar, los medios de comunicación, señalaron durante los primeros días del conflicto que se trataba de una rebelión de los tutsis congoleños. Esta explicación se abandono pronto, y a los pocos días, se comenzó a hablar de una rebelión de la oposición congoleña a través de grupos guerrilleros en contra de Laurent Kabila. Posiblemente alguien pensó que no resultaba creíble que una minoría tan exigua como la de los tutsis congoleños, menos del 0,5% de la población congoleña, protagonizase un avance de tropas tan masivo y sofisticado. En el inicio de la invasión aun no había guerrillas “congoleñas “. Estas fueron creadas con posterioridad y camuflaron la invasión como un conflicto interno contra Laurent Kabila. La primera guerrilla: Rassemblement Congolais pour la Démocratie (RCD) se crearía el 16 de agosto de 1998, es decir, dos semanas después de iniciada la guerra y estaría formada casi exclusivamente por ruandeses, aunque con jefaturas congoleña, por aquello de la imagen. Meses mas tarde, se formaría otra de las grandes guerrillas: el Movimiento para la Liberación del Congo (MLC), financiado por Uganda y esta vez formada por congoleños, que al menos al principio eran procedentes de la provincia de Equatuer, patria de Mobutu. Posteriormente se multiplicarían las guerrillas, especialmente después del enfrentamiento entre los antiguos aliados: Ruanda y Uganda La guerrilla de RCD fue financiada por países occidentales, así al menos lo declaro a la prensa belga, el jefe de esta guerrilla, el congoleño Wamba die Wamba, quien felicito a Bélgica y otros países occidentales por la masiva ayuda brindada a los rebeldes del Congo (6). Esta guerrilla, posteriormente reconvertida en RCD-Goma, fue la mas importante y llego a dominar las dos terceras partes del extenso territorio del Congo, pero a la hora de la verdad, en la elecciones democráticas del 2006, se demostró que contaba con un mínimo respaldo de la población congoleña. Azarias Ruberwa, antiguo presidente del RCD – goma y uno de los vicepresidentes del Congo gracias a las presiones USA durante las conversaciones de paz, solo fue capaz de obtener un ridículo 1,7 % de los votos. Las ayudas a los ejércitos invasores o las guerrillas creadas tras su retirada, quedaría también reflejada en el primer panel de investigación de la ONU dirigido por la costamarfileña: Safiatou Ba-N'Daw. Este panel, fue creado a los dos años de la petición expresa del entonces presidente congoleño: Laurent Kabila, para investigar y sancionar a países y entidades que se beneficiaban de la “extracción ilegal” de minerales llevada a cabo durante la segunda guerra del Congo (7). La presidenta del panel fue destituida, pero pudo sacar a la luz, pese a las presiones un primer informe sobre las investigaciones. En el primer informe se señalaría que además de Ruanda y Uganda, numerosos países occidentales y multinacionales mineras, se estaban beneficiando de la guerra y que esta había sido facilitada entre otros por el Fondo Monetario Internacional, quien había concedido a Ruanda el mayor préstamo y la mayor cancelación de la deuda nunca concedida a ningún país africano. Este préstamo además se había realizado a los dos años de empezada la guerra, es decir cuando ya se tenían noticias de la existencia de un gran numero de muertos y que estos podrían incluso ascender al millón. El gobierno de Gran Bretaña fue también muy generoso en los préstamos a Ruanda (antes y durante la guerra) y por ejemplo, en septiembre del 2000, le concedió un préstamo de 95 millones de dólares, que habría que ser ingenuo para pensar que no fuese destinado a la adquisición de armamento. La presión encomiable de algunas ONGs (8) o del representante de Bangla Desh en el consejo de seguridad, para que dicho consejo implementara las recomendaciones señaladas en el informe del primer panel (que posiblemente hubiesen podido parar la guerra), fue anulada por una sutil estrategia de numerosas ONGs, quienes amparándose en la interpretación semántica del termino “extracción ilegal”, convirtieron una acusación de invasión basada en el derecho internacional con un subsiguiente saqueo de minerales ejercida por una de las partes de la guerra, en una acusación de corrupción en la extracción de los minerales que afectaba a los dos bandos de la guerra. Es decir, corrupción en las empresas mineras occidentales aliadas a Ruanda y Uganda y corrupción, en la otra parte, en las empresas Joint-Venture formadas por Congo y Angola o Zimbabwe como pago por ayuda de guerra. El resultado de todo ello, fue la creación de una opinión donde todos eran culpables: invasores e invadidos y en estos casos donde todos son culpables, desaparece la presión para que se produzcan sanciones contra invasores y socios. EXCUSAS PARA LA INVASION Tanto Ruanda, como Uganda habían mostrado bastantes quejas en contra del gobierno congoleño de Laurent Kabila. Se le acusaba de no hacer nada para frenar la actividad de las guerrillas del FDLR, hutus ruandeses huidos al Congo y contrarios al poder actual de Ruanda, que amenazaban tanto las fronteras comunes, como a la comunidad de los tutsis congoleños que vivían en las provincias congoleñas de los Kivus. No obstante si hacemos caso a otro de los paneles de investigación de la ONU enviado a la zona, podemos leer en su informe elaborado (S-2002-1146), como estos investigadores después de interceptar cartas de dirigentes de las guerrillas proruandesas del RCD-goma, comprueban como estos instan a sus guerrillas a no atacar a sus enemigos: May May o FDLR, incluso a dejarlos tranquilos en sus minas de coltan. En el mismo informe, en entrevistas a guerrilleros FDLR, estos aseguran que sus enemigos hace años que no les atacan, simplemente se acercan, pasan horas disparando al aire y después se van. Todo esto coincide con la opinión generalizada en la zona, que habla de los “rastas” y de otros grupos de falsos FDLR, como grupos contrarios a las fuerzas proruandesa pero que en realidad están manejados por ellas. En el este del Congo, las anteriores escenificaciones de combates, han sido muy útiles para vender al exterior la peligrosidad de las guerrillas del FDLR y justificar de esta forma las invasiones al Congo con el objetivo de asegurar las fronteras de los países vecinos Ruanda y Uganda. Igualmente, la existencia de guerrillas del FDLR (hutus ruandeses) ha sido útil para justificar la aparición de guerrillas de signo contrario, como actualmente la de Laurent Nkunda, que se erigen en protectoras de la comunidad de los tutsis congoleños que viven en las provincias de los kivus. Lo que no ha sido escenificación han sido las masacres de población civil congoleña (especialmente en los años mas duros de la guerra) y antes y ahora las violaciones masivas de mujeres congoleñas. En el auto emitido por el juez F. Andreu, este ultimo 6 de febrero (2), y que supuso 40 ordenes internacionales de arresto por genocidio, crímenes de guerra y de lesa humanidad contra altos cargos nombrados por el actual gobierno ruandés de Paul Kagame, se recogen testimonios de testigos protegidos, quienes señalan que su objetivo en el Congo eran eliminar a la mayor parte posible de población civil congoleña. Las violaciones masivas, que han supuesto unas 60 000 en solo este ultimo año y medio, según el relator de la ONU, están también dentro de una estrategia que busca el vaciamiento de población de las provincias congoleñas de los Kivus, muy ricas en todo tipo de minerales, para preparar su futura anexión a Ruanda o en su defecto, la creación de un estado independiente, que seria manejado por Ruanda. Mientras tanto, la gran inseguridad en la zona favorece y parece condición necesaria para continuar con el traslado de coltan y casiterita de las minas de los kivus hacia Ruanda, donde siguen asentadas y funcionando a toda marcha numerosas multinacionales del sector El gran problema por el cual no ha sido posible la paz en el Congo o el cese de las violaciones masivas, reside fundamentalmente en el encubrimiento por parte de las grandes potencias de los crímenes y la falta de democracia del actual gobierno de Ruanda y de sus guerrillas aliadas como la de L Nkunda. Esta actitud de las grandes potencias se ha traducido en una amnesia de los medios de comunicación y de la gran mayoría de organizaciones de derechos humanos presentes en el área, (con excepciones como Amnistía Internacional) cuando se trataba de investigar o difundir la inmensa mayoría de las masacres, que son precisamente las cometidas por el bando financiado por occidente. Este motivo impulsó hace unas semanas una campaña de la agencia: africannewsanalysis.blogspot.com/ contra la organización de derechos humanos: International Rescue Committee, que cuenta a Henry Kissinger entre su directiva. Estados Unidos no puede prescindir de la Ruanda de Paul Kagame. Su ejercito, ha sido y sigue siendo considerado como el pilar principal para el control de las inmensas riquezas mineras del este del Congo y es utilizado para deponer presidentes congoleños cuando estos no se ajustan a los intereses económicos de las grandes potencias. Estados Unidos necesita a Paul Kagame, no solo por las riquezas del este del Congo, sino incluso para tener una punta de lanza mas al norte, donde junto a Francia y otros países occidentales se juegan con China y Sudan, el control del petróleo del estado semiautonomo del sur de Sudan, el de Chad, así como el petróleo y el uranio de Darfur, el de R Centroafricana o el de Niger. Una solución que reduciría considerablemente la violencia en la zona seria la de celebrar unas elecciones verdaderamente democráticas en Ruanda, pero esta opción acabaría con toda probabilidad con el gobierno de Paul Kagame y esto nunca seria aceptado por las grandes potencias. (1).- “Huir o morir en el Zaire” Editorial Milenio. M. B. Umutesi (2).- La querella del juez F Andreu se puede ver en: www.umoya.org/ (3).- “La deuxieme guerre occidentale contre le Congo” Editorial: L´Harmattan . Autor: Mayoyo Bitumba Tipo- Tipo (4).- “Crimes organises dans Láfrique centrale” Honore Ngbanda (5).- Articulo de Stephen Smith en Liberation , el 20 de Agosto de 1998 (6).- “La Dernier Heure”, 22-Febrero-1999 (7).- Report of the Panel of Experts on the Illegal Exploitation of Natural Resources and Other Forms of Wealth of Democratic Republic of Congo (S/2001/357), para 113. p27 (8).- Intrernational Peace Information Service. “Supporting the war Economy in the DRC: European companies and the coltan trade”. Enero del 2002 Jose Lucas Comité de Solidaridad con el Africa Negra