Agosto, 2013 Ley de Vehículos. Desatino Regulatorio de Hecho y de Derecho

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Agosto, 2013
Pág. 1
Coyuntura Legislativa
Si bien problemas de desatino
regulatorio, inflación regulatoria
de solapamiento de normas y
leyes e incluso descoordinación de
políticas públicas industriales,
públicas y regulatorias no es
exclusivo del sector automotriz;
este constituye un preocupante y
notable ejemplo.
Las siguientes reflexiones se basan
en un análisis económico y
normativo, en el deber ser que
debería dar soporte a las acciones
públicas
y
regulatorias
recientemente desarrolladas hacia
el
sector
automotriz
y
manufacturero en Venezuela.
A lo largo del último mes,
simultáneamente, la Asamblea
Nacional sancionó el proyecto de
ley que regula la compra y venta
de vehículos automotores nuevos
y usados nacionales e importados
y el Ejecutivo Nacional anuncia
que
el
“Gobierno
ofrece
ensamblar 33% de la demanda de
autos” (El Universal, 31-08-2013).
Cada acción pública constituye
una alternativa de intervención y
modelo regulatorio distinto. Las
acciones públicas en la economía
deben ser evaluadas previamente,
toda vez que existen alternativas,
unas más eficientes que otras,
todas comprometiendo recursos e
instituciones
públicas
con
altísimos costos de oportunidad
para sociedad; por lo que un
análisis previo que justifique el
menor intervencionismo y más
atinado y eficiente modelo y
Ley de Vehículos. Desatino
Regulatorio de Hecho y de Derecho
sobre el Sector Automotriz.
marco legal e institucional hacia
un sector en particular se hace
necesario.
En este orden ideas, podríamos
preguntarnos si Venezuela contó
con tal análisis coste-beneficio
previo de las políticas públicas y
regulatorias, que pudiera validar
la visión de instrumentar
simultáneamente dos visiones
regulatorias distintas e incluso
excluyentes como lo es por un
lado que el Estado opere como
un agente económico oferente y
competencia de los oferentes
privados, mientras por el otro
lado se sanciona un control y
congelamiento de precios por
medio de la Ley que regula la
compra y venta de vehículos
automotores nuevos y usados
nacionales e importados.
Si se está sancionando un
instrumento de control de
precios ¿Para qué incursiona el
Estado en un sector que produce
bienes privados de consumo
privado, dado el altísimo costo de
oportunidad del uso de recursos
e instituciones públicas que
podrían atender el enorme
déficit de oferta de bienes
públicos altamente valorados por
la sociedad? O podría pensarse
vise versa, ¿por qué si el Estado
va a competir teniendo como
objetivo intermedio constituir un
competitive constraint en el
sector automotriz por medio de
operaciones directas; sanciona
una normativa regulatoria de
control y congelamiento de
precios? La respuesta no se
encuentra en la teoría y política
regulatoria que fundamenta el
buen diseño y proceder en materia
de diseño e instrumentación de
políticas púbicas por parte de un
Estado Benevolente a favor del
interés público. No constituye una
estrategia, visión o alternativa de
política pública y regulatoria
coherente utilizar todas las
alternativas
regulatorias
simultánea y descoordinadamente,
porque resulta tremendamente
oneroso
a
la
sociedad,
probablemente
distorsionante,
podría introducir conflictos de
intereses regulatorios, implica un
fenómeno de inflación regulatoria,
podría crear focos de corrupción e
ilícitos
(ver
El
Universal
02/09/2013 “Surge estafa a partir
del sistema estatal de venta de
vehículos”), etc. Vale destacar
igualmente que a lo largo de la
redacción de la ley que regula la
compra y venta de vehículos
automotores nuevos y usados
nacionales e importados no existe
disposición alguna que garantice
sostenimiento o aumento de la
oferta, por el contrario podría
comprometer la restricción de
participación de los oferentes;
atentando contra el acceso a los
bienes y por tanto al interés
público.
La política industrial y comercial en
el país a lo largo del sector
manufacturero se ha erigido como
una barrera a la actividad
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Elaborado por Rafael González
Economista. Master in Industrial
Organization
and
Markets.
Master in Competition and
Market Regulation. Especialización en Economía de los
Sectores Telecomunicaciones,
Energía, Transporte, Farmacia,
Agua y Banca. Profesor universitario de Regulación Económica y
Regulación de Competencia.
Investigador del Observatorio
Economico
Legislativo
de
CEDICE
Agosto, 2013
Ley de Vehículos. Desatino Regulatorio de Hecho y de Derecho sobre
el Sector Automotriz.
económica, porque si bien en un
principio tuvo como fin constituir
un sistema de licencias a favor de la
producción nacional y el contenido
local, así como para tutelar la
calidad y seguridad de los
productos; en la actualidad de
hecho y más recientemente con las
últimas Providencias Cambiarias y la
conformación del Consejo Superior
para la Optimización del Sistema
Cambiario
de
derecho,
perfeccionan trabas al acceso a las
divisas y finalmente al material
productivo. No resulta menos cierto
que la pobre matriz exportadora
nacional
–profundización
del
modelo rentista-, la hipertrofia en
las importaciones y la escasa
disponibilidad de divisas por parte
del país; explica la vulneración y
subordinación de la política
industrial y comercial a la política
cambiaria.
Adicionalmente, el boom de
importaciones
de
productos
terminados, la dependencia del
consumo
doméstico
en
las
importaciones, la política de
compras
e
importaciones
gubernamentales, el desarrollo
público de un encadenamiento de
importación-comercialización
de
bienes privados de consumo privado;
terminan atentando en contra de cualquier
política o objetivo de oferta doméstica o
industrial.
El marco laboral y su administración que
ha golpeado a la productividad laboral, ha
lesionado un bien público que coadyuva a
la mayor generación de bienes, servicios y
riqueza comprometiendo los menores
costos y recursos, como lo es la
productividad. El incremento sostenido en
el ausentismo laboral, la inamovilidad
numérica que exacerba problemas de
riesgo moral y pérdida de productividad
laboral y que imposibilitan que una
economía caracterizada por shocks
externos petroleros pueda aprovechar al
máximo los periodos de expansión, los
excesos en las actuaciones de los
delegados de prevención y el uso de tal
figura como tribuna política; atentan
contra las inversiones, la productividad y la
competitividad de la actividad económica
doméstica.
La ausencia de repatriación de dividendos,
razón de ser de las inversiones y
acometidas generadoras de decenas de
miles de empleos en el sector
manufacturero;
perfeccionan
un
desincentivo a la diversificación de la
matriz productiva e incluso exportadora
del país.
En este sentido, se ha perfeccionado de hecho y de
derecho una política anti-oferta e inversión y cuyas
consecuencias y distorsiones han sido utilizadas
para justificar mayores acciones regulatorias
punitivas y sancionatorias.
Un simple benchmarketing del tipo cross-country
revelaría muchas de las diferencias en el marco
institucional que se erigen como barreras legales y
administrativas previas a la actividad económica. Se
requieren políticas de oferta que impliquen la
simplificación de trámites y de barreras previas a la
actividad económica.
En un país en el cual el acceso a las divisas se le ha
otorgado un carácter de essential facility, cuya
administración se reserva al Gobierno y que termina
siendo utilizado para justificar las acciones públicas
y regulatorias; no puede sino imposibilitar los
equilibrios en los mercados y lesionar la soberanía
de los consumidores. Se ha perfeccionado un
procedimiento de hecho en contra de las libertades
y derechos económicos, de oferentes y
consumidores; justificado en las propias distorsiones
creadas por las acciones públicas y regulatorias,
partiendo de la política petrolera y cambiaria
venezolana; la cual ha conculcado la soberanía de la
sociedad en decidir qué y cuánto se produce y se
consume a través de los equilibrios de mercado y no
por medio de las decisiones de un reducido número
de burócratas.
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