ARTE Y PSICOANÁLISIS EL PROBLEMA DE LA REPRESENTACIÓN Este escrito constituye un bosquejo de algunas líneas posibles de discusión e investigación, a partir del encuentro entre algunas preguntas que surgieron en el trabajo de prácticos alrededor de textos de la Metapsicología freudiana y, el informe presentado por el área de Arte y Psicoanálisis a comienzos de este año. En “Pulsiones y destinos de pulsión” Freud define a la pulsión como “un representante psíquico de los estímulos que provienen del interior del cuerpo…”. Luego en “La represión” habla de “agencia representante psíquica de la pulsión” (agencia representante-representación), y descompone lo que hasta el momento se concebía como unitario en: la representación (Vorstellung) y algo que representa (rapresentieren) a la pulsión en calidad de monto de afecto. Agrega Freud: este otro elemento de la agencia representante “desasido de la representación ha encontrado expresión a su cantidad en procesos registrables como afectos”. La representación representante tiene un destino y el factor cuantitativo otros, uno de los cuales es la transposición en angustia. Strachey sitúa en la Nota introductoria al texto de “Pulsiones…” la necesidad de distinguir a la pulsión de su agencia representante, ubicando las referencias freudianas que fundamentan esta distinción. Me detengo en estos párrafos, especialmente, en el término compuesto utilizado por Freud: agencia representante-representación y me pregunto: ¿Qué de la pulsión se representa en el elemento de la representación? ¿Y qué de este factor cuantitativo que aparece a lo largo de toda la obra freudiana, empujando el trabajo psíquico con las representaciones? Me pregunto también por el término representación, tan incorporado al lenguaje cotidiano, que hace que se olvide su producción histórica como concepto. Y entonces me interrogo sobre cuáles son las referencias de Freud en ese campo. En el informe presentado por el área a comienzos de año se plantearon 3 ejes de trabajo. El primero se propone recorrer el concepto de representación en el contexto socio-cultural de la producción freudiana. En esta línea me interesa pensar de qué modo, a partir del uso que Freud hace de la representación y sus diversas declinaciones en la obra, contribuye al debate de su época sobre la representación de la realidad. El término representación entre sus diversas acepciones sostiene: Acción y efecto de representar. Ser imagen o símbolo de algo. Acción de volver presente algo a alguien bajo la forma de un sustituto o recurriendo a un artificio. Idea, imagen o figura que sustituye a la realidad En la idea clásica de representación la imagen o figura se apoya en la impresión sensible, estableciéndose una correspondencia bi-unívoca entre el objeto de la realidad y la figura del objeto. Allí se articula la noción de mimesis. El término Vorstellung aparece en Freud desde sus primeros textos. Ya en “La afasia” habla de representación de palabra y representación de cosa. Al inicio del Proyecto ubica como punto de partida de sus elaboraciones la observación clínica, en el campo de la histeria y la neurosis obsesiva, de “unas representaciones hiperintensas” en las que “el carácter cuantitativo resalta más que en el caso normal”. Una de las referencias de Freud a abordar es Herbart. Menciono aquí simplemente que la psicología ya había incorporado el término representación haciendo de él una entidad psíquica aparte, célula elemental de la vida psíquica. A lo largo del Siglo XIX el término, en el campo de la psicología, fue desplegando cada vez más connotaciones neurofisiológicas. Podríamos decir que Freud en el intento de fundar la psicología como ciencia de la naturaleza se inscribe en esta línea. Sin embargo las rupturas que Freud va produciendo se pueden seguir en varias direcciones. Por un lado si pensamos la Vorstellung articulada a la imagen de recuerdo, fundamentada en la impresión sensible, ya desde “Los recuerdos encubridores” se trastoca la idea del recuerdo como copia fiel de la realidad exterior o material. Cuestión que lleva a otra interrogación. Cuando Freud plantea en la Conferencia 23 que en el trabajo analítico sobre el síntoma nos topamos con vivencias infantiles, escenas, que en la mayoría de los casos no son verdaderas y a veces están en oposición directa a la verdad histórica, no sólo introduce allí el concepto de fantasía sino que pone a jugar una serie de términos que me resulta importante resaltar: “…Los síntomas son, entonces, ora la figuración de vivencias que realmente se tuvieron y a las que puede atribuirse una influencia sobre la fijación de la libido, ora la figuración de fantasías del enfermo…Tentados estamos de ofendernos por el hecho de que los enfermos nos hayan ocupado con unas historias inventadas. A nosotros nos parece que la realidad difiere inconmensurablemente de la invención, y la apreciamos de una manera por entero diversa.” A lo largo de toda esta página Freud insiste en la necesidad de equiparar estos términos: la fantasía como invención y la realidad. Finaliza ubicando a la realidad psíquica como decisiva. Ahora: ¿cómo entender realidad psíquica? Freud avanza en el texto y se pregunta: “¿De dónde vienen la necesidad de crear tales fantasías y el material con que se construyen? No cabe duda de que su fuente está en las pulsiones…”. Entonces si la fuente de la realidad psíquica es la pulsión, qué lugar le queda allí a la Vorstellung? Vuelvo al inicio de esta presentación y al término compuesto utilizado por Freud: agencia representante-representación de la pulsión. Tomo aquí algunas referencias de un analista francés, Le Gaufey, (en su libro “El lazo especular”, en el capítulo “La representación, entre imagen y cifrado”) quien destaca la importancia de sostener dicho término compuesto: “…la Vorstellung, que la mayoría de las veces ya representa algo puesto que surge de una “imagen de recuerdo”, se anuda en la ocasión a lo que de la pulsión pasó por el psiquismo bajo la forma de afecto, y esta ligazón, a su vez, representa otra cosa (la pulsión), confiriendo a lo que ya representaba (un recuerdo) una nueva carga de representancia que no necesariamente está en relación directa con la representación de recuerdo, la de la Vorstellung”. Resalta que en la Vorstellungreprasentanz Freud introduce una sutura entre el factor cuantitativo, el esfuerzo de la pulsión, y un dato psíquico fijo: una representación. Pero se pregunta: “Este afecto, ¿es la prolongación exacta de lo que la pulsión era “antes” de suturarse con una representación?” El antes entrecomillado sugiere la inquietud respecto a poder aprehender algo de la pulsión por fuera de dicha sutura, un supuesto estado anterior. El término sutura resuena en la “soldadura” que Freud ubicara en la constitución de la fantasía. Hasta aquí algunas referencias extraídas de las lecturas hechas. Sitúo finalmente los términos que se mantienen en tensión como caminos a desplegar: pulsiónrepresentación-realidad-invención. No sólo me parece que Freud conmueve la idea de una representación única, unívoca de la realidad. Más bien la introducción de la pulsión hace que tanto la representación como la realidad “material” se reposicionen, como dice Freud en la Conferencia 17 hablando de los síntomas típicos, en calidad de pretextos, ocasiones de los que la pulsión hace uso para alcanzar expresión. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS FREUD: síntomas”; FREUD: FREUD: (1816-17 [1815-17]) Conferencia XVII “El sentido de los Conferencia XXXIII “Vías de formación de síntomas” “Pulsiones y destinos de pulsión” (1915) “La represión” (1915)