Salta a fines del siglo XIX y comienzos del XX. Una realidad

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Salta a fines del siglo XIX y comienzos del XX.
Una realidad, múltiples espacios
María Fernanda Justiniano1
Entre 1880 y 1916 dos presidentes y once ministros del gabinete nacional fueron
salteños. Además, Salta fue la única provincia sin intervención federal durante esos
treinta y seis años de hegemonía conservadora. Tal representación política fue superada
únicamente por Buenos Aires, aunque las asimetrías económicas y demográficas entre
uno y otro Estado, si cabe compararlas, sólo vienen a resaltar el gravitante papel de la
élite salteña en los máximos niveles de decisión nacional, durante la etapa de mayor
crecimiento sostenido en la Argentina.
Para comprender esta particularidad del caso salteño es necesario extender el análisis
hacia las actividades económicas, las vinculaciones comerciales, los grupos y las redes
políticas, familiares, de parentesco. En este complejo entramado de relaciones no sólo
se define el territorio provincial sino que en su movimiento cristalizan múltiples
espacios. Sobre estos espacios construidos objetivamente por los investigadores
pretende transitar este artículo, pero también sobre aquellos formulados subjetivamente
por los hombres y mujeres de la época. De su intersección podrá darse mejor cuenta de
esta realidad, que se presenta fragmentada.
Muchos de estos tópicos enunciados recibieron la atención de historiadores, sociólogos,
antropólogos que centraron su indagación en los espacios regionales. Los estudios
tomaron fuerza con la vuelta a la democracia, que trajo aparejados cambios en los
modos de historiar. Desde la pasada década de los 80 el concepto de región se convirtió
en una categoría analítica clave. Guillermo Madrazo y Sara Mata renovaron las
1
Facultad de Humanidades y Facultad de Ciencias Económicas, Universidad Nacional de Salta.
preocupaciones por el comercio y sus circuitos en la etapa colonial2. Armando Raúl
Bazán reinterpretó el rol del Noroeste en el proceso histórico nacional a través de la
búsqueda de las conexiones vitales del proceso histórico regional con los desarrollos
nacionales3.
Los años noventa vieron surgir sobre el Noroeste argentino nuevos trabajos referidos a
las relaciones de la dimensión política con la estructuración y consolidación del espacio
económico regional y sus articulaciones con el Estado nacional.
En estudios como los de Daniel Campi, Marcelo Lagos o María Silvia Fleitas puede
observarse cómo el concepto de región se impone como categoría de análisis histórico4.
Los trabajos de Campi y Lagos señalan que la producción azucarera tucumana brinda a
un sector de la élite del Noroeste Argentino, no sólo a la tucumana, la oportunidad de
acumular beneficios e integrarse a las clases prósperas de la pampa agroexportadora.
Casi simultáneamente, Antonio Mitre, Erik Langer y Viviana Conti enfatizan su análisis
en los circuitos comerciales de la región de los Andes meridionales entre 1870 y 1930.
Sobre éstos señalan que en la última década del S XIX y las primeras del XX el ganado
2
MADRAZO, Guillermo, Hacienda y encomienda en los Andes. La Puna argentina bajo el marquesado
de Tojo. Siglos XVII a XIX, Fondo Edidtorial, Buenos Aires, 1982.
MATA, Sara; “Valle de Lerma, valle Calchaquí y frontera este. Tierra y producción y mano de obra
(Segunda mitad del siglo XVIII), en Avances de Investigación: Historia y Antropología; Facultad de
Humanidades, Salta, 1989.
3
BAZÁN, Armando; Historia del Noroeste; Plus Ultra, Buenos Aires; 1986.
-------------------------; El Noroeste y la Argentina contemporánea; Plus Ultra; Buenos Aires; 1994.
4
FLEITAS, María Silvia; "Desarrollo regional, azúcar y política en el Noroeste argentino", en CAMPI,
Daniel (Coord.); Jujuy en la historia. Avances de investigación, I; Universidad Nacional de Jujuy; Jujuy;
1993.
FLEITAS, María Silva; "Posturas de los sectores dirigentes del NOA ante la cuestión del "desequilibrio
regional" en la Argentina", en LAGOS, Marcelo (coord.), Jujuy en la Historia. Avances de Investigación,
II, Universidad Nacional de Jujuy; Jujuy; 1994.
CAMPI, Daniel; "Estado nacional y desarrollo regional. El noroeste argentino y el modelo
agroexportador, 1870-1914"; en VI Jornadas Interescuelas, Montevideo; 1995.
CAMPI, Daniel (1997), "La renovación historiográfica en el Noroeste argentino en las últimas dos
décadas", en las VI Jornadas Interescuelas, Montevideo.
CAMPI, Daniel, y LAGOS, Marcelos; "Auge azucarero y mercado de trabajo en el Noroeste argentino,
1850-1930", en Revista Andes; Universidad Nacional de Salta; Nº 6; 1996.
salteño se canaliza mayoritariamente hacia los nuevos mercados abiertos en el Norte de
Chile, aunque por su bajo precio reditúa escasa ganancia a la elite local5.
De esta manera la irrupción de la región como categoría de análisis amplió
notablemente el conocimiento que se tenía del pasado regional. Las dos líneas
interpretativas que emergieron por los años noventa definieron sendos espacios
económicos. Uno -delineado por la actividad azucarera- ligará a Salta a los puertos del
Atlántico, mientras que el otro –configurado a partir de la venta de ganado en piéintegra la economía salteña al Pacífico.
Los estudios sobre la dimensión política no estarán ausentes. Natalio Botana, ya a
mediados de los años 70, brinda una importante contribución para el estudio del pasado
provincial. En su investigación sobre el orden conservador en Argentina atenderá tanto
a destacar la extraordinaria presencia que tienen los salteños en el gobierno nacional
como a subrayar la ausencia de intervenciones federales durante esos 36 años de
hegemonía conservadora en la provincia de Salta.
Si bien el politólogo bonaerense no brinda respuestas que expliquen esta particular
situación, se formula frente a ella una serie de interrogantes: "¿Estabilidad oligárquica
del sistema político salteño, un distrito de apoyo permanente que no sufrió el impacto de
la intervención y que, además, acarreó recursos para el poder nacional en las figuras de
dos presidentes y once ministros? ¿Por qué esas familias controlaron el gobierno? ¿Por
tradición, dominio de la propiedad, especialización de la actividad política?". Estas
preguntas, que el propio investigador considera como una "hipótesis sugestiva", serán
5
MITRE, Antonio, El monedero de los Andes. Región económica y moneda boliviana en el S XIX ;
Hisbol; La Paz; 1987.
LANGER, Erick Langer; "Espacios coloniales y economías nacionales: Bolivia y el norte argentino
(1810-1930)", Siglo XIX, Revista de Historia, Monterrey; Nº 4; 1987.
LANGER, Erick y CONTI, Viviana "Circuitos comerciales tradicionales y cambio económico en los
Andes centromeridionales (1830-1930)", en Desarrollo Económico; Buenos Aires; v. 31; Nº 121; abr-jun.
CONTI, Viviana; "Una periferia del espacio mercantil andino, el norte argentino en el siglo XIX", en
AVANCES DE INVESTIGACIÓN; Salta; 1989.
CONTI, Viviana; "El norte argentino y Atacama: Producción y mercados", en Revista SXIX, nueva
época; Nº 14, julio-dic; 1993.
dejadas en suspenso y aguardan hasta el día de hoy contestaciones posibles y claves
explicativas6.
No es el objetivo de este artículo proporcionar respuestas últimas a estos interrogantes,
aunque obviamente forman parte del campo de indagación. Sin embargo es dable
señalar que en este punto los espacios económicos y políticos se superponen hasta
formar acaso una sola imagen. También se hace necesario advertir que esta es la
percepción construida por los estudiosos de la realidad salteña de fines del XIX y
comienzos del XX.
Tabla1. La presencia de salteños en el PEN entre 1880-1916
Presidentes Vice
Ministros
Presidentes del
Interior
Ministros
Ministros
Ministro
Ministro
Ministro de Ministro
de
de
de
de
Agricultura de
Justicia
Guerra
Relaciones Hacienda
Obras
Exteriores
Públicas
José
José
Benjamín
Francisco
Victorino
Gregorio Damián M. Miguel
Evaristo
Evaristo
Zorrilla
J. Ortiz
de
Vélez,
Torino
Uriburu,
Uriburu,
1879-
1883-
Plaza,
1910-
1904-1906 1906-
1898
1892-1898
1880
1886
1879
1913
la
Tedín
1907
1898
Victorino
Francisco
José
de la Plaza, de la Plaza, Gómez
Victorino
Uriburu,
Mariano
1914-1916
1910-
1886-
Astigueta
1914
1890
1886-
1912-1916
Indalecio
1890
Miguel S. Victorino
Ortiz
de
1914-
Plaza,
1916
1908-
Carlos
la Ibarguren
1913
1910
Fuente: Elaboración propia a partir de Actas de Sesiones de la Cámara de Diputados
de la Nación, 1880-1916.
Botana observa que el control del Estado provincial salteño marcha sobre vínculos de
parentesco configurados a manera de verdaderos gobiernos de familia. A partir de una
lista de apellidos repetidos en cargos públicos nacionales identifica a cuatro familias de
6
BOTANA, Natalio; El orden conservador (1º ed., 1977); Sudamericana, Buenos Aires, 1994.
actuación determinante en el orden político provincial: los Güemes, Uriburu, Ovejero y
Ortiz7.
Tabla 2. Familias predominantes de la Provincia de Salta 1880-1916
Familia
Ortiz
Ovejero
Güemes
Miembros
Miguel
Francisco
Abel
David
Sixto
Ángel M.
Martín
Luis
Domingo
Uriburu
Francisco
Pío
Fuente: Natalio Botana, El orden conservador, p. 157.
Cargos desempeñados
Gob - Senador - Ministro
Senador – Ministro
Diputado
Gobernador – Senador
Gobernador
Diputado
Gobernador – Senador
Senador
Diputado
Senador – Ministro
Gobernador - Diputado
Desde otra perspectiva disciplinar, Ian Rutledge, en su tesis defendida en 1973 sobre el
desarrollo del capitalismo en Jujuy, avanza en otras direcciones. El antropólogo inglés
discute a aquellos que conciben al período de Organización nacional como una lucha
entre Buenos y el Noroeste, y sugiere que éste debe entenderse como un proceso a
través del cual los sectores más “ordenados” del Noroeste colaboran con Buenos Aires
en la destrucción de los sectores denominados ingobernables8.
Para Rutledge el resultado final de esta alianza es la integración política del Noroeste a
la dirigencia de nivel nacional. Desde aquí explicará esta extraordinaria participación de
las dirigencias provinciales del interior en el gobierno nacional y la consecuente
integración de esta región al mercado nacional. Sostiene que esta incorporación de las
elites del Noroeste a la estructura de poder nacional otorgará a las oligarquías
provinciales de la región la oportunidad de emplear la maquinaria del Estado nacional
para su propio beneficio económico. A su entender, será la presión política ejercida la
7
BOTANA, ob. cit.
RUTLEDGE, Ian; Cambio Agrario e Integración. El desarrollo del Capitalismo en Jujuy: 1550-1960”;
Proyecto Ecira y Cicso; Tucumán; 1987; p. 154.
8
que les permitirá conseguir los apoyos del gobierno federal para la naciente industria
azucarera de Tucumán, Salta y Jujuy, ya desde 18809.
La imagen queda superpuesta, la elite económica y la elite política se confunden y con
ello, también el espacio de lo político y lo económico. A la par de estos planteos,
Botana y Rutledge extienden sus preocupaciones más allá de los límites de los espacios
provinciales interrogándose sobre la articulación, ya sea política o económica, de estos
con el Estado nacional. La importancia de la actividad azucarera en la formación de los
patrimonios familiares, en el desarrollo histórico de la región y en la relación-tensión
entre Estado nacional y las provincias adquirirá mayor relevancia para explicar la
realidad tucumana que la salteña10.
Para las respuestas en clave política sobre los modos en qué se conforma una clase
dirigente de nivel nacional, y las formas que adquiere el
enlace entre la política
nacional y la provincial, Paula Alonso propone adentrase en las características del
Partido Autonomista Nacional, por cuanto considera que constituye una puerta de
entrada a la naturaleza de la política nacional11. Resta por parte de aquellos preocupados
por el devenir histórico salteño brindar más elementos para contribuir a esta novedosa
propuesta interpretativa.
Para el caso de la Provincia de Salta los estudiosos que se ocuparon sobre algunos de
estos aspectos del periodo
se inclinaron a aceptar, entre las diversas perspectivas
presentadas, la línea de investigación propuesta por Langer y Conti para dar cuenta de
las diferentes problemáticas de la etapa y la sociedad en cuestión. Ello, aunque los
9
RUTLEDGE; ob. cit.; p. 156.
No pueden obviarse los estudios de Noemí Girbal, Donna Guy, Jorge Balán, entre otros, además de
los citados anteriormente.
11
ALONSO, Paula (2003), “La política y sus laberintos: el Partido Autonomista Nacional entre 1880 y
1886”, en Hilda Sábato y Alberto Lettieri (comp.), La vida política en la Argentina del siglo XIX. Armas,
votos y voces, Argentina, FCE.
10
investigadores antes mencionados advirtieran de los bajos beneficios que acarrea la
venta de ganado en pie al Pacífico12.
Esta perspectiva continúa reforzándose si se analiza la actividad azucarera salteña en
relación con el resto de las provincias de la región. Los datos de los censos muestran un
panorama ciertamente desalentador. Al compararse con la producción tucumana, la
salteña no llega al 1% en 1895 y al final del período este porcentaje disminuye a menos
de la mitad.
Tabla 3: Establecimientos y producción azucarera de Salta y Tucumán
Jurisdicción
Nº de
establecimientos
1895
1913
SALTA
1
TUCUMÁN
36
1
30
Producción
1895
Producción
1913
160.300
468.000
20.966.050
95.229.860
Aumento o
disminución, de la
producción en
1913
+ 307.700
+ 74.263.810
Fuentes: Datos extraídos del Censo Nacional de 1914
“...ambos rubros ganaderos -asnos y ovinos - ocuparon, durante este período, el primer lugar en
cantidades de animales vendidos a Bolivia, aunque por su bajo precio en el mercado sólo la cantidad
redituaba alguna ganancia”, en Eric Langer y Viviana Conti, Circuitos comerciales..., p. 21.
Entre los historiadores salteños que toman esta perspectiva puede citarse a Azucena Michel y Elizabeth
Savic quienes afirman para el período que nos ocupa “hay dos excepciones en el interior: las
agroindustrias del azúcar (Tucumán) y del vino (Mendoza) que orientan su economía al mercado interno,
mientras que otras regiones se insertan en espacios extranacionales. Los estados provinciales del Noroeste
argentino de la que forma parte Salta, como región marginal en términos económicos, estiman como
única salida reforzar los vínculos comerciales tradicionales con las naciones vecinas: Chile y Bolivia.
De allí que la provincia de Salta, cuya principal riqueza es la ganadería, dirige su producción hacia el
norte chileno que le ofrece un excelente mercado como consecuencia de la explotación del salitre cuyo
auge se mantiene, con algunos altibajos, hasta 1930”. En MICHEL, Azucena y SAVIC, Elizabeth,
“Comerciantes-Ganaderos y propietarios. Salta 1880-1920”, Cuadernos de Humanidades, N ° 11,
Universidad Nacional de Salta. Las negritas son nuestras.
En línea semejante, Rubén Correa, María Elva Frutos y Carlos Abrahan afirman que en Salta, “la mayor
parte de la población se encuentra en las zonas rurales, por lo tanto allí se dan las más diversas formas de
producción material para la vida, predominando la producción ganadera y la agricultura para el consumo
doméstico, el abastecimiento al mercado urbano y la exportación de los excedentes al mercado
nacional y fundamentalmente hacia el tradicional andino, bajo un régimen de propiedad privada”.
CORREA, Rubén, FRUTOS, María Elva y ABRAHAN, Carlos “Consideraciones teóricas-metodológicas
en el análisis de los actores sociales y políticos en la Provincia de Salta a fines del siglo XIX y comienzos
del XX”, Mimeo, 2001. Las negritas son nuestras.
12
El hecho de que en Salta sólo figure un establecimiento azucarero apuntala también esta
línea interpretativa. Más aún si se considera que el apellido Cornejo, el más vinculado al
azúcar en el espacio provincial, no figura en la lista de gobernadores del período hasta
su finalización en 1916.
Tabla 4: Lista de gobernadores de la Provincia de Salta entre 1880-1914
Período
Gobernador
1881
Dr. Miguel S. Ortiz
1883
Cnel. Juan Solá
1886
Dr. Martín Gabriel Güemes
1889
Dr. Adolfo Martínez
1890
Dr. Pedro J. Frías
1893
Delfín Leguizamón
1895
Antonino Diaz
1898
Pío Uriburu
1901
Angel Zerda
1904
Dr. David Ovejero
1907
Dr. Luis Linares
1910
Avelino Figueroa
1913
Dr. Robustiano Patrón Costas
1916
Dr. Abrahan Cornejo
La escasa atención que demuestran los contemporáneos por las posibles prodigalidades
del azúcar también incide en la construcción de esta imagen de una Salta
eminentemente ganadera. Es el caso de la “Memoria descriptiva” de Salta, de Manuel
Solá, o al texto de Emilio Schleh, “Salta y su riqueza”. En ambos la actividad azucarera
está pensada a futuro aunque, como se verá en líneas posteriores, por estos años el
azúcar forma parte del presente provincial y adquiere potencial explicativo.
Gobernadores azucareros: Fortunas salteñas con raíz jujeña
A principios de la década de 1880 en la provincia de Salta existe un único
establecimiento azucarero organizado, se trata del Ingenio de San Isidro. Éste está
localizado en el departamento de Campo Santo y cuenta por estos años con maquinarias
cuyos valores oscilan alrededor de 300.000 pesos bolivianos13. Este dato no es menor,
ya que supera en 20.000 pesos m/n los montos del presupuesto de la provincia fijado
para ese año14.
CUADRO 3: Presupuestos de la Provincia de Salta
AÑO
13
1880
MONTO EN $ m/n
Provincia de Salta*
147.968
1885
244.488,84
1886
281.006,80
1888
780.943,82
1889
780.943,82
1891
1.082.554,64
1893
552.500
1894
449.387,54
1896
553.371
1897
466.297,31
1898
503.573,07
1899
508.520,87
1900
528.005,04
1902
515.124,3
1903
526.000
1904
546.794,4
1905
527.452
Archivo y Biblioteca Histórico de Salta, (ABHS), Memoria del Ministerio de Hacienda presentada a la
H. L. de la Provincia Años 1881-1882, 1883; Imprenta de Solíverez y Alsina; Salta; p. 9.
El propietario de este ingenio es Juan Nepomuceno Fernández Cornejo, hijo del general José Antonino
Fernández Cornejo y Josefa de Usandivaras y Figueroa. Al fallecer su madre la importante hacienda
familiar de San Isidro queda en su poder, por la venta que le hicieran sus hermanos.
14
Por esta época el peso m/n equivalía a 0,57 bolivianos, de acuerdo a las conversiones que se encuentran
en los libros de escribanos de la época. Cabe agregar que los segundos constituían la moneda de
circulación corriente por estos años, mientras que los primeros tendrían que esperar para imponerse en la
actividad comercial cotidiana.
1906
589.600
1907
732.515
1908
814.234,2
1909
955.100
1910
1.082.500
1911
1.105.274
1912
2.664.594
1913
2.063.318
1914
3.764.041,58
Fuente: Censo de 1914 y Registros Oficiales de la Provincia de Salta
Aunque el azúcar no sea señalada por los hombres de la época como fuente de riqueza
de la provincia, el ministro de Hacienda durante los años 1880 y 1883 advierte que si se
tienen en cuenta los datos municipales, en Salta se producen cerca de 500 cuadras
cuadradas de plantaciones de caña de azúcar, de las cuales se obtienen 400 arrobas de
azúcar, miel, aguardiente que dejan en su venta un capital de 800.000 pesos bolivianos,
es decir 456.000$ m/n15. Una suma nada desdeñable si es comparada con el total de los
ingresos de la Provincia a lo largo del período.
Entre los departamentos donde se destaca la actividad azucarera se encuentran Campo
Santo y Orán. Según los datos provistos por el presidente de la Comisión Municipal de
Campo Santo, Alejandro Figueroa, se producen en 1870 un total de 80 arrobas de
azúcar y 80 de aguardiente por cada cuadra cuadrada. Para esta fecha calcula que en el
departamento se cultivan 140 cuadras cuadradas de azúcar, es decir casi el 30% del total
de la provincia16.
La escasa erogación que realizan los empresarios azucareros en la mano de obra
aumenta los excedentes que les proporciona la actividad. Anualmente los ingenios traen
15
ABHS, Memoria del Ministerio…; ob. cit.; p. 9.
En Biblioteca de la Universidad Nacional de la Plata, Memoria Estadística General Departamento de
Campo Santo, por el presidente de la Comisión departamental para la Esposición Nacional; Imprenta El
Comercio, Salta setiembre de 1870
16
desde poblaciones aborígenes del Chaco alrededor de mil o más hombres, a los que se
suman mujeres y niños para trabajar en la zafra y otras actividades17.
Sobre el jornal, Alejandro Figueroa señala que éste oscila en los 6 pesos bolivianos
mensuales, a lo cual suma la manutención y el tabaco18. Manuel Solá describe aún con
más detalles el cuadro de explotación en el que se desenvuelve la actividad y que
obviamente contribuye a hacer más sustanciosos los beneficios obtenidos por los
propietarios de los ingenios. Afirma Solá que “…aún cuando el indio no recibe dinero,
se calcula que entre ropa y manutención se le abona un salario de 10$ m/n por al
hombre y la mitad á la mujer. Este salario, en apariencia bajo, resulta para el
plantador muy alto, porque toda la familia del indio chupa caña desde la mañana á la
noche, resultando que 1/5 parte de la cosecha se pierde en el estómago insaciable de
los indígenas”.
De acuerdo con lo expuesto es posible matizar las afirmaciones de los historiadores
salteños. Los datos expresados indican que, aunque la producción de azúcar sea sólo
para el consumo interno, brinda ingentes oportunidades a los propietarios de ingenios
para acumular y acrecentar fortunas.
Ahora bien, en este punto el espacio a observar supera el marco de los límites
provinciales en construcción. Las fortunas son salteñas pero los ingenios son jujeños, y
justamente serán los empresarios vinculados al azúcar, quienes entre 1898 y 1906
detenten la primera magistratura provincial.
17
Todavía en esta época los propietarios de los ingenios utilizan los trapiches de madera movidos por
bueyes y también los de hierro movidos por agua. Sólo el ingenio San Isidro introduce la propulsión a
vapor. La diferencia entre los antiguos y modernos métodos puede medirse en tiempo de trabajo. Mientras
que los procesos que utilizan los primeros demandan aproximadamente 30 días, los segundos lograrán la
depuración de la arcilla y el producto final en tan sólo 12 horas
18
JUSTINIANO, María Fernanda; “La oferta ambiental y la construcción del Estado provincial salteño”;
Revista de la Escuela de Historia, Nº 2; Universidad Nacional de Salta; Argentina; 2003; pp. 287-308.
Pío Uriburu, gobernador de la provincia durante el período 1898-1901, fue
copropietario de los ingenios de San Isidro en Salta y La Esperanza en Jujuy19. Angel
Zerda y David Ovejero, gobernadores entre 1898 y 1907, fueron propietarios junto a
Félix Usandivaras del ingenio azucarero de Ledesma (Jujuy)20. El propio Alejandro
Figueroa, autor de la
Memoria de Campo Santo, la cual se incluye en esta
investigación, pertenecía a una familia azucarera, propietaria del ingenio Unión, que
después de 1895 pasó a manos de Bonex y Revoux21.
Interesa entonces plantearse qué sucede con los patrimonios de estos salteños
propietarios de ingenios jujeños.
A continuación se avanzará sobre el caso de la finca Ledesma, ubicada en la vecina
provincia de Jujuy, cuya propietaria es la familia Ovejero.
Concretamente, Ledesma pertenece hasta el año 1889 a los hermanos Sixto y Querubín
Ovejero, ambos de sólida fortuna y propietarios de los principales inmuebles urbanos de
la capital salteña. Sixto fue gobernador de la provincia entre 1867 y 1869, contrajo
matrimonio con una jujeña y falleció en Salta en 1896 a los sesenta y nueve años de
edad. Ocho años después su hijo David Ovejero será gobernador de la provincia.
Hasta 1889 el ingenio estará en manos de estos dos hermanos. En este año la razón
social Ovejero Hnos decide su remate público. Los avisos publicados en los distintos
diarios nacionales informan que durante los meses de junio a octubre en Ledesma
pueden llegar a elaborarse 150.000 arrobas de azúcar. A la par, indican que el
alambique destila alrededor de 5.000 barriles durante cualquier época del año22.
De estos avisos se desprende que el consumo de Salta y Jujuy es de 90.000 arrobas de
azúcar por año. Por esta época el valor de cada arroba es de 3,5$ m/n. Se estaría
19
Citado por TRINCHERO, Héctor Hugo; Los dominios del demonio. Civilización y barbarie en las
fronteras de la nación. El Chaco central; Eudeba; Buenos Aires; 2000 pp. 154.
20
BAZÁN, A; El Noroeste…; ob. cit., p. 211.
21
TRINCHERO; Los dominios…;, ob. cit., p. 154.
22
ABHS, Libro de Escribano Francisco Romero, fs. 387-415.
hablando entonces de un comercio interno que dejaría una entrada aproximada de
315.000 $m/n anuales sólo en cuanto al azúcar, sin contar el aguardiente, la miel y otros
derivados elaborados a partir de la caña.
El cuadro que sigue muestra la envergadura posible de los ingresos de la familia
Ovejero en relación a los presupuestos de la Provincia de Jujuy. Lamentablemente sólo
se cuenta con la información de los presupuestos posteriores a 1895. Se optó por
delimitar como espacio temporal el de los gobiernos azucareros de Salta, pero debe
tenerse en cuenta que la relación se hace con los ingresos probables de Ledesma en
1889, de acuerdo con los datos brindados por el aviso, publicado a nivel nacional, de su
remate público.
CUADRO 4: Relación de los presupuestos de la Provincia de Jujuy y los ingresos de la
Finca Ledesma
AÑO
MONTO EN $ m/n
Relación de los
Provincia de Jujuy** ingresos de Ledesma
1896
288.398,36
Superior un 9,22%
1897
308.116
Superior un 2,23%
1898
326.926
96,35%
1899
362.059,63
87%
1900
380.109,38
82,87 %
1902
472.560
66,65%
1903
499.477
63,06%
1904
526.835
59,79%
1905
564.851
55,76%
Fuente: Censo de 1914 y Registros Oficiales de Salta
Ángel Zerda, quien fuera gobernador de Salta dos años más tarde, 1901-1903, su primo
Sixto y su sobrino David serán los nuevos compradores del Ingenio, que constituye una
posibilidad cierta para acumular riqueza y conservar el poder político.
Genealogía de los Zerda Ovejero: familia de gobernadores
Ángel Mariano Zerda Urristi = Fabiana Medina
Ángel Zerda Medina (n.1837)
Servanda Zerda Medina (n. 1824) = Manuel Usandivaras Díaz de la Fuente (1805)
Félix Rosa Usandivaras Zerda (b. 1848)
María Antonia Zerda Urristi = José Ramírez Ovejero González
Florentina Ovejero Zerda (n.1802) =Manuel Usandivaras Díaz de la Fuente
Restituta Usandivaras Ovejero Zerda = Francisco María Fernández Cornejo Figueroa
Dolores Usandivaras Ovejero Zerda (n. 1839) = Florentín Linares Toledo (b. 1821) (1858)
Luis Linares Usandivaras (n. 1867)
Manuel Ovejero Zerda
Sixto Ovejero Zerda = Florencia González Sarverri
David Ovejero González (n. 1859) = Candelaria Ortiz Ortiz (n. 1870)
Querubín Ovejero Zerda
Delfina Ovejero Zerda = Miguel Jerónimo Figueroa Güemes
Avelino Figueroa Ovejero Zerda
José Ovejero Zerda
Daniel Ovejero Zerda = Elvira Tezanos Pinto
Carolina Ovejero Zerda
Fuentes: JÁUREGUI, Carlos Rueda (2003), Los Vascos en América, Buenos Aires, Fundación Juan de Garay, T. VI y FIGUEROA, Fernando
1996), De Figueroa y otros linajes, Salta.
El esquema de la página anterior es elocuente en cuanto manifestación del nepotismo, o
expresión de los llamados gobiernos de familia. El primer Ovejero que ejerce la
magistratura provincial será Sixto en 1867. Por este año la familia hacía
aproximadamente treinta y siete años que tenía entre sus bienes la finca Ledesma, cuatro
antes que la provincia de Jujuy se conformara como tal.
Habrá que esperar más de tres décadas para que otro miembro de la familia sea electo
gobernador. Será el primo hermano de Sixto, Ángel Zerda. Este último será sucedido
por su sobrino David Ovejero, quien a también contará como sucesor a otro miembro de
la familia, Luis Linares. Su tío Avelino Figueroa será el último miembro de la familia
en ejercer la dirección del gobierno provincial.
Por una docena de años consecutivos el gobierno de la provincia de Salta estará en
manos de los propietarios del ingenio Ledesma, la expresión usada por el diputado
Araya para describir este cuadro de situación fueron: “el gobierno de Salta se convirtió
en anexo de este ingenio”23. En el año 1911 se ponen en venta las acciones y con ello se
erosiona la base de poder de los Ovejero. Surge la “Nueva Compañía Azucarera
Ledesma”, cuyos nuevos propietarios son Enrique Wollman y Carlos Descalsse24.
Queda claro quela fuerza de la actividad azucarera en el acontecer político y económico
de la provincia ya se manifiesta a mediados del siglo XIX. Su relevancia es tal que
posiciona gobernadores, delimita ocupaciones territoriales, delinea mapas geográficos,
moviliza líneas de fronteras, define en el suelo salteño -y no sólo en él- espacios
económicos, promueve nuevas departamentalizaciones y desestructura comunidades
humanas.
23
CANTÓN, Darío (1973), Elecciones y partidos políticos en la Argentina, Buenos Aires, SXXI, p. 100.
El otro ingenio jujeño de propietarios salteños, también será vendido a capitales ajenos a la región. Es
el caso de La Esperanza que será adquirido por los Leach en 1899.
24
Las representaciones cartográficas de la época ponen en evidencia que el dominio y el
control del territorio provincial avanza hacia el Este, mientras que el Oeste encontrará
su límite con la creación del Territorio Nacional de Los Andes en 1884.
Es la necesidad de acceder a las poblaciones aborígenes que trabajarán en los ingenios
azucareros la que moviliza las líneas de las fronteras. Esto sucederá incluso antes de la
llegada del ferrocarril a Tucumán en 1876 y del boom agroexportador de la Pampa
húmeda. La empresa en un primer momento será privada y estará a cargo de los dueños
de los ingenios, quienes envían a sus capataces a sacar la población indígena. En poco
tiempo encontrarán el auxilio del Estado provincial y después del Estado nacional25.
Aquí se encuentra el origen de Colonia Rivadavia, primero, y del Departamento del
mismo nombre, después26.
En resumen, los datos vertidos confirman la fuerza de la actividad azucarera y su
incidencia en el devenir histórico provincial por casi dos décadas, pero ello no supone
que se asista a una única imagen que expresa una correspondencia entre la elite
económica y la elite política, entre las familias azucareras y las familias gobernantes.
Los Ortiz no tienen ingenios azucareros; tampoco los Güemes, ni los Solá, sólo por
nombrar algunos apellidos que no pasan inadvertidos al estudiar la realidad salteña de
fines del siglo XIX y comienzos del XX y sus vinculaciones a nivel nacional.
Queda como interrogante el por qué de la fuerza de la imagen de la Salta ganadera. Si
bien algunas respuestas ya se adelantaron, resta llevar el análisis a otros espacios, los
espacios mentales.
25
En 1872 el Estado nacional crea la Gobernación del Chaco, ese año envía la expedición dirigida por
Napoleón Uriburu y en 1880 enviará la de Juan Solá.
26
JUSTINIANO, La oferta…, ob. cit.
MAPA 1: La Provincia de Salta en 1895
Fuente: En AGN, “Mapa de Salta de 1895”, en Atlas General de la República Argentina, construido
según los datos más recientes bajo la dirección de Carlos Beyer Ingeniero Geógrafo de la casa
editora.Grabado y revisado por los. SS. W. y A. K. Johnston, ( séptima edición corregida y aumentada);
Ángel Estrada y Cía; Buenos Aires; 1895.
En resumen, los datos vertidos confirman la fuerza de la actividad azucarera y su
El poder de la tradición
En el año 2003 el genealogista Carlos Jáuregui Rueda escribía: “Salta se caracterizó, tal
vez, por ser en Argentina la Provincia con mayor conciencia social en su clase
principal o élite dirigente. Ser de la clase alta salteña, pareció dar patente de nobleza
en Argentina”27.
Como se observa, esta imagen de una Salta nobiliaria tiene presencia hasta el día de
hoy, incluso en el año 2004 a la revista local Nexo no le fue difícil decir que la princesa
de Holanda, Máxima Zorreguieta, no sólo desciende de una familia salteña, sino que su
genealogía se remonta al mismo Alfonso XI, “caballero de quien descienden todas las
monarquías europeas que reinaron en el Viejo Continente hasta la estrepitosa caída de
algunos tronos”28. De dicha nota se desprende, para aquellos que se interesan en los
lazos reales, que Máxima tendría más linaje que el propio rey de Holanda.
Estos ejemplos sólo intentan mostrar la fuerza que tiene la imagen de la Salta nobiliaria,
que está instalada hasta en el sentido común de los intelectuales y formadores de
opinión. Aunque no se trata sólo de esto, sino de algo mucho más profundo, es parte del
esquema diferenciador y clasificador del conjunto social que todavía sigue funcionando
y da origen a muchas de las prácticas cotidianas. Esta imagen “nobiliaria” va
acompañada y es indisociable de otra: la de la Salta ganadera.
Lo llamativo del cuadro descrito es que estas construcciones son relativamente nuevas,
e inventan una sociedad tradicional cuando Salta no puede sindicarse en el período en
estudio como tal. El dinero era la fuerza y la medida de esos tiempos29.
27
RUEDA, Carlos Jáuregui; Los vascos y navarros en Salta, siglos XVI al XIX. Notas para su estudio;
Buenos Aires; Fundación Vasco-Argentina Juan de Garay; 2003; p. IX. (Los Vascos en América; T. VI).
28
ABAD, María Fernanda, “Lazos de sangre”, Revista Nexo, 22 de agosto de 2004, Nº 120.
29
Sara Mata realiza una observación semejante cuando estudia la consolidación de los comerciantes de
mayor giro como grupo hegemónico a fines del siglo XVIII. Al respecto plantea que se asiste a una
transformación social que conlleva la preeminencia de la riqueza sobre el linaje y la construcción de un
A fines del siglo XIX y sobre todo en las primeras décadas del siglo XX comienza todo
un trabajo de construcción simbólica –no se detiene hasta el día de hoy- que consiste en
asignar identidades y establecer diferencias dentro del conjunto de la sociedad. Este
invento de tradiciones es simultáneo y coincide con las acusaciones de prácticas
nepóticas en las jerarquías más altas del poder provincial.
Es éste una respuesta inmediata a los males del igualitarismo y a la erosión de la
deferencia que acechan desde los textos constitucionales y las ideas liberales en boga.
Toma forma, de esta manera, el discurso de la familia tradicional, una ideología del
poder, una manera de posicionar las nuevas jerarquías y desigualdades necesarias en
momentos en que las antiguas se encuentran en derrumbe.
Esta es la línea interpretativa que proponen Eric Hobsbawm, Terence Ranger y otros
autores en la obra La invención de la tradición30. Si bien sus estudios se orientan hacia
otros espacios geográficos, la propuesta teórica es muy válida para guiar el análisis en el
caso concreto que se analiza.
De estas investigaciones se desprende que el siglo XIX es la centuria donde se configura
y refuerza la identidad y la autoridad de Europa, se despliega todo un trabajo de
construcción simbólica que se expresa en la fabricación de rituales, ceremonias y
tradiciones31. A las elites dirigentes europeas les urgía construir un pasado, una
tradición que proyectada hacia atrás en el tiempo les otorgue historia y legitimidad, en
una época en la que los antiguos nexos que sostenían las sociedades premodernas
comenzaban a resquebrajarse por dentro.
nuevo orden social vinculado a la modernidad. En Mata, Sara; Tierra y poder en Salta. El noroeste
argentino en víspera de la independencia; Diputación de Sevilla; España, 2000; p. 181.
30
HOBSBAWM, Eric y RANGERr, Terence (Eds.); La invención de la tradición; Crítica; Barcelona;
2002.
31
Nada más gráfico que los agasajos y la Asamblea Imperial que organiza el Virrey Lord Lytton para
proclamar a la reina Victoria Emperatriz de la India. En COHN, Bernard; “Representación de la autoridad
en la India victoriana”, en HOBSBAWM y RANGER (eds.); La invención…; ob. cit., pp. 173-217
Por estos lugares la situación no es diferente, las elites locales también tienen la
necesidad de construir nuevos nexos que las afirmen en el nuevo esquema
independiente, embebido del liberalismo decimonónico. Porque en realidad los grupos
dirigentes salteños del siglo XIX no son viejos, están también necesitados de construir
una historia y un pasado que los legitime.
La elite local no tiene fronteras fijas ni valores estáticos. Está en un permanente proceso
de construcción material y simbólica. Las familias Uriburu, Güemes y otras tantas nos
remiten a nuevos espacios de influencias donde cobra importancia el dinero. Éstos
apellidos y otros como Benguria o Patrón, integran el nuevo grupo que se incorpora al
espacio de fines de la colonia como consecuencia de la política de liberalización
comercial promovida por las Reformas Borbónicas.
A diferencia de lo que comúnmente se cree, los grupos dominantes salteños no son
cerrados; están abiertos y dispuestos a integrarse con estos europeos recién llegados.
Las madres veían en aquel rubio, alto, como un atisbo de realeza europea, escribe
Zulema Usandivaras de Torino32. Aunque en realidad sólo estén operando los prejuicios
étnicos y raciales incorporados y aprendidos socialmente33.
Estos recién llegados, muchos de ellos ubicados en posiciones relevantes que se ven
constantemente amenazadas tanto por la situación de enfrentamiento civil que
promueven las luchas de independencia como por el nuevo esquema de organización
32
Dirá en su novela la escritora salteña Zulema Usandivaras de Torino quien nos retrotrae a la Salta de
fines del siglo XIX y siglo XX. Ambos apellidos indican el lugar y origen social de la autora, que como
ella expresa desde allí puede“observar desde el ángulo en que estuve situada, en que me colocó el azar.
Yo no lo elegí. Alguien me puso allí”. Para Fernando Figueroa, quien presenta la novela, La Esposa
permite levantar el velo tradicional que impedía al gran público conocer lo que pasaba en el otro lado de
la fachada señorial de la élite lugareña.
USANDIVARAS de TORINO, Zulema; La Esposa; Víctor Manuel Hanne Editor; Salta; p. 76.
33
Pocos trabajos se detienen en el componente étnico-racial que caracteriza a las formas de dominación
que ejerce la élite salteña. La hispanofilia que caracterizó a la producción historiográfica local, y que se
expresó en las obras de Bernardo Frías y Atilio Cornejo, no sólo no observó estas cuestiones sino que las
registró como naturales. Los estudiosos que sucedieron a éstos generalmente han vinculado o confundido
las prácticas racistas con las divisiones de clase y de esta manera encubrieron involuntariamente o no el
racismo existente en el profundo del tejido social.
que propone el naciente Estado independiente, están deseosos de historia y de la
legitimidad que esta trae.
Las dos citas que se transcriben a continuación muestran el éxito que tuvo esta empresa.
La primera es de Bernardo Frías, hombre perteneciente a la elite salteña, que vivió las
últimas décadas del siglo XIX y las tres primeras del XX. La segunda pertenece a José
María Posse, quien escribe su libro a fines del siglo pasado.
Obsérvese que Bernardo Frías todavía no tiene incorporado el concepto de familia
tradicional, habla de la voz de la sangre, de la cual dice que “sirve para disculpar a
algunos cuando aplauden los desbarros del pariente, o que lo siguen como viejos
carneros por la misma razón, haciendo del gobierno patrimonio de familia”34.
Un siglo después de Frías la categoría ya está elaborada y se le han asignado una serie
de atributos. José María Posse escribe en el año 1993: “Considero que ser miembro de
una familia tradicional, no da derecho ni privilegio alguno, y por el contrario, crea una
doble e ineludible obligación. La primera es transmitir a los jóvenes, quiénes fueron y
qué hicieron sus mayores. Lo segundo es ser consecuente en nuestra vida con ese legado
que nos enorgullece recibir”35.
Ambas expresiones contradictorias, y alejadas en el tiempo, se refieren a esta realidad
que se extiende más allá del Noroeste argentino y que tiene vigencia hasta estos días: la
importancia de los vínculos de parentesco. Nada más que ahora estos vínculos
adquieren entidad en las llamadas familias tradicionales, o familias distinguidas, como
dirá la escritora salteña Juana Manuela Gorriti, al relatar su vuelta a Salta en 188036.
FRÍAS, Bernard; “Tradiciones históricas. La Salta Vieja. El vecindario Güemes”; Boletín del Instituto
San Felipe y Santiago de Estudios Históricos de Salta; T IV, Nº 13, Primer semestre; Talleres Gráficos
“La Provincia”; Salta; 1944.
35
POSSE, José María ; Los Posse. El espíritu de un clan; Sudamericana; Tucumán; 2993; p. 11.
36
GORRITI, Juana Manuela; “La casa natal”.
34
De la familia ‘benemérita’ a la familia tradicional, la segunda es diferente a la primera y
resume en su formulación una serie de atributos que se irán definiendo en el propio
proceso de construcción, pero que a la vez conserva la cosmovisión dominante.
Se está ante un desplazamiento de los viejos criterios de clasificación y diferenciación
que venían sosteniéndose. Éste no obedece a luchas o cuestionamientos elaborados
desde los otros grupos distanciados en el espacio social, sino que están en relación con
los nuevos discursos del liberalismo y positivismo en boga que orientan o exigen nuevas
prácticas, las cuales las más de las veces enmascaran las viejas costumbres.
Muchos de estos criterios clasificatorios que ordenan el conjunto social de la época
están presentes desde la etapa colonial. Aquí interesa destacar los principios
diferenciadores que emanan desde las instituciones del propio Estado provincial o
nacional y que por ende no sólo son entendidos como legales y oficiales, sino que
también son considerados legítimos.
Uno de los principios básicos para establecer la diferencia es el color de la piel. Todavía
en el primer censo provincial se manifiesta como un dato objetivo y explícito. El
informe censal expresaba en 1865: “El habitante de la Provincia es robusto y poco
laborioso, de estatura generalmente mediana, y rara vez gordo; el color de la clase
decente es blanco y pertenece a la raza Española ó Caucasiana; la otra clase es
mestiza y participa de la raza Africana ó Indiana… Las Salteñas, las de la clase
decente, pertenecen a la misma raza Caucasiana, y son muy blancas y hermosas, y se
distinguen por los lindos ojos y cabellos negros. La otra clase es mestiza y bastante fea
y parece mucho al tipo Indiano, con pocas excepciones”37.
37
Biblioteca Armando Caro; Registro Estadístico de la Provincia de Salta. Con el resumen del censo de
la Población de año de 1865. Parte Primera. Registro Estadístico de 1866, Parte Segunda. P. 95.
Periodistas e historiadores pertenecientes al círculo, o fuera de él, son los “especialistas”
que producen y reproducen estas taxonomías que incluyen y ubican a unos y excluyen y
reposicionan a otros.
Bernardo Frías, el primer historiador profesional salteño, al realizar su Historia del
General Martín Güemes y de la Provincia de Salta, o sea de la Independencia
Argentina, recupera en su estudio lo aprendido socialmente. Afirma que la situación
social de las castas, las costumbres y respetos personales eran el resultado de una
cultura de siglos. En su trabajo divide a la sociedad salteña en sociedad culta y plebe, y
a esta última la considera un elemento social tres veces superior en su número a la
“gente decente”. A su juicio la plebe era una “mezcla grosera” de todas las razas que
entraron en la formación de la sociedad colonial, con preeminencia de lo que calificaba
como una “casta de mulatos” con “todos los vicios del esclavo”.
De ella destaca Frías que “ejercían todos los oficios viles, vivían descalzos, en una
lastimosa miseria, porque viciosos como eran y generalmente cargados de familias, no
conocían las virtudes del ahorro, y las ganancias de su trabajo, con ser miserables, las
empleaban a fin de semana en beber el aguardiente, durmiendo la embriaguez tres días
o moliendo a golpes a sus mujeres”38.
Tanto el censo provincial de 1865, como las expresiones descriptivas y “científicas” de
Bernardo Frías exponen las representaciones que desde el poder se tiene de la sociedad
38
FRÍAS, Bernardo; Historia del General Martín Güemes y de la Provincia de Salta, o sea de la
Independencia Argentina; Ediciones Desalma; Buenos Aires; 1972; Tomo IV; pp. 542-544. Esta
publicación es encargada a Frías en el año 1913, durante el gobierno de Robustiano Patrón Costas. La
pretensión del autor es insertar a Martín Miguel de Güemes en la gesta de la historia nacional. La lectura
de esta obra lleva a un historiador que sale de los moldes de los grandes acontecimientos para preocuparse
por distintos aspectos de la sociedad que pretende estudiar. No queda apegado sólo al documento escrito,
sino que recurre a los testimonios orales, a las cartas privadas, entre otros tantos vestigios del pasado.
Esta cita de Frías evidencia las dilucidaciones éticas, morales y científicas de un hombre que vive las
últimas décadas del siglo XIX y las tres primeras de la centuria siguiente. Su mirada sobre los “otros”,
está atrapada por las concepciones propias del grupo social del cual se siente partícipe, la tensión siempre
vigente, que no puede resolver, de unos “otros” que conllevan para él todo lo negativo pero que a su vez
son el apoyo de Martín Miguel de Güemes. De estos “otros” que de acuerdo a algunas de las teorías que
están en boga al momento que escribe Frías son la expresión del degeneramiento que produce la mezcla
de razas. Es obvio que Frías comparte estos puntos de vistas.
en la que viven. Es obvio que estos criterios étnicos y (pre) juicios sociales y raciales no
son propios de la élite salteña. Ésta comparte la profunda y firmemente asentada
perspectiva de la hegemonía cultural europea39. Como puede observarse el proceso
independentista no trajo aparejado consigo una ruptura de este esquema ideológico, que
se vio reforzado en el transcurso del siglo XIX por los aportes provenientes del campo
científico y por la voracidad imperialista de los países del viejo mundo.
No interesa aquí justificar o acusar, sino señalar que los artífices de estas clasificaciones
y jerarquizaciones perciben la Salta decimonónica escindida en dos grupos presentados
como antagónicos. Aunque en realidad, cabe agregar, sólo son los reproductores
autorizados de un sistema de ideas y valores que organiza la sociedad de la época en
función de aquellos que detentan y detentaron en los últimos cuatrocientos años el
poder.
minoría
mayoría
blanco
de color
hermosas
feas
culta
baja
de costumbres españolas
de costumbres indígenas, viciosos
caucásicos
mezcla grosera de razas
Además del color de la piel, la participación que les cupo en la gesta de la
independencia fue otra de las líneas divisorias construidas entre “unos” y “otros” en el
39
Teun A. van Dijk al establecer las semejanzas y diferencias entre el racismo latinoamericano y europeo
observa que si bien en Europa el racismo suele dirigirse contra los extranjeros que son distintos, en
Latinoamérica son los propios inmigrantes europeos quienes discriminan e los pueblos indígenas. De esta
manera la tónica general en el continente americano será la existencia de grupos de gente de mayor
apariencia europea que discrimina a los de menor apariencia europea. En este sentido para el estudioso
holandés el racismo latinoamericano opera como una variante del europeo. En VAN DIJK, Teun;
Dominación étnica y racismo discursivo en España y América Latina; Gedisa; España; 2003; pp. 99-100.
siglo XIX. Los propios protagonistas fueron quienes acentuaron, a través de sus
testimonios escritos, su rol en la construcción de la Nación argentina40.
La presencia inmigrante y la ubicación rápida de algunos de ellos en la cúspide social
contribuyó y obligó a la búsqueda de los antepasados y a la formación de los linajes.
Algunos de éstos, como se expresó en líneas anteriores, superan en el tiempo a los
linajes europeos de mayor estirpe41.
Dirá Carlos Ibarguren: “La vieja cepa, cuyas raíces se hunden profundamente en la
madre patria, retoñó en mi terruño traída en la noble sangre hispana de los
conquistadores de América. De ese linaje proceden mis padres, Federico Ibarguren y
Margarita Uriburu”. El ex ministro de Justicia de Roque Sáenz Peña subraya que sus
antepasados, los Ibarguren, habían llegado con la corriente colonizadora del Perú y
habían esposado en América a hijas y nietas de encomenderos.
Se suma a los atributos enunciados el origen ganadero de la fortuna familiar, aunque
quizás esta no existiera. Que el dinero proviniera del comercio, de la actividad minera o
del todavía peor visto oficio de prestamista, no es bien considerado en la sociedad de la
época. Cuando los descendientes de Serapio Ortiz, una de las familias más acomodadas,
con un gobernador provincial y dos ministros de la Nación en su haber, explican el
origen de la riqueza familiar aluden a las tres ollas de barro llenas de onza de oro que
salieron de la demolición de la casa de Serapio, padre de Miguel y tío de Francisco,
ambos apellidados Ortiz42.
40
ABHS, URIBURU, Dámaso; Guerra del Pacífico. Episodios 1879-1881; Buenos Aires; 1899.
ABHS, URIBURU, Dámaso, Memorias. Buenos Aires; 1934.
ABHS, URIBURU,Evaristo; Memoria Histórico Biográfica del Coronel Evaristo Uriburu; Buenos Aires;
1910.
41
Fernando Figueroa, en un libro muy útil por su información genealógica, dice que el apellido salteño
Figueroa pertenece a un antiquísimo linaje español, cuya génesis se ubica en el Valle de las Figueras y
entronca con la monarquía goda, la más antigua de la península. En el año 791unos caballeros cristianos
enfrentados con los moros adoptaron por armas las hojas de higuera y comenzaron a llamarse Figueras.
En FIGUEROA, Fernando; De Figueroa y otros linajes; Salta; 1996; pp. 9-20.
42
Miguel Ortiz es gobernador de Salta durante el periodo 1880 y 1883, ejercerá un ministerio nacional
durante la presidencia de Victorino de la Plaza. Francisco Ortiz es su primo, quien también ejercerá
Tristan Platt en un estudio de caso sobre esta familia demuestra el origen minero de la
fortuna de Serapio, origen que después sus descendientes negarán, además de negar las
actividades de prestamista, a la par que inventan la leyenda del tapado familiar43.
Damián Torino, salteño, diputado nacional por su Provincia en 1900, ministro de
agricultura de la Nación durante la presidencia de Manuel Quintana y vinculado a la
familia Uriburu por su casamiento con Amelia, deja escrita la visión compartida por la
época respecto a este triángulo indisociable que se crea: Apellido-GanaderíaAristocracia. Sobre esto expresa: “Nuestra ganadería aún es la industria aristocrática
que tiene la República; patrimonio casi exclusivo del grande y rico terrateniente, a ella
se hallan vinculadas las tradiciones de nuestros más antiguos y pudientes apellidos,
notándose en los que los llevan, cierto orgullo y amor propio en ser los conservadores
de esta tradición, hacia la que se sienten irresistiblemente atraídos”44.
Todo este discurso, cargado de construcciones de genealogía, aristocracia y épica, está
acompañado desde temprano de alusiones a la importancia de la familia y la
consecuente relevancia que debe tener para sus integrantes la reciprocidad de los
vínculos de sangre, que tiñen las relaciones sociales, políticas y económicas.
Juan Ignacio Gorriti, hombre de la gesta de mayo, escribe: “En una familia bien
ordenada, los intereses de cada miembro de ella son mirados como de toda entera:
cargos y funciones relevantes en el quehacer provincial, además de acompañar como titular de la cartera
de Relaciones Exteriores a Julio Argentino Roca, en su primer gobierno. También desempeñó cargos
relevantes en la provincia de Santa Fe.
43
Platt en su estudio descubre que los tres hermanos Ortiz nacidos en Salta –Manuel, Francisco de Paula
y Serapio-, afincados después de 1830 en Bolivia inventan una máquina de repaso que les permitió
ahorrar el salario de los indios repasiris. El trabajo de los aborígenes consistía en que sus pies mezclen la
harina de mineral con el azogue en los buitrones para producir la amalgama de la plata con el mercurio.
El invento les permitió a estos hermanos consolidar una posición entre los azogueros de la región, la cual
mantendrían hasta mediados del siglo XIX. Después dos de estos hermanos se radicarían en Salta. En
PLATT, Tristan; "Historias Unidas, Memorias Escindidas. Las empresas mineras de los hermanos Ortiz y
la construcción de las elites nacionales. Salta y Potosí, 1800-1880"; Andes; CEPIHA; Salta; 1996; Nº 6;
pp. 137-220.
44
ABHS, TORINO, Damián; El problema del inmigrante y el problema agrario en la Argentina; Buenos
Aires; 1912, p. 153.
todos los miembros concurren con su contigente de auxilios a ayudar al que los
necesita, cualquiera sea la adversidad en que se encuentre”45.
Después de más de un siglo seguir los desbarros del pariente es ‘natural’. Ernesto Aráoz
expresa: “en ese tipo de hogar antiguo la solidaridad del clan trascendía en un afecto
cálido y sincero, en una férvida y permanente adhesión recíproca”46.
En estos principios diferenciadores, construidos e incorporados históricamente, se funda
la idea dominante-dominadora de familia tradicional, que alude al conjunto de
individuos ‘blancos’ criados en el seno del ‘hogar’, portadores de un apellido que los
liga con los descendientes de los primeros conquistadores, o con los partícipes de la
gesta independentista, aristócratas por nacimiento, ganaderos de oficio, autoreconocidos como reserva moral y ética de la sociedad y enlazados entre sí por la
sangre.
La familia tradicional deja de ser una invención para adquirir realidad en sí misma. Se
convierte en un constructo ideológico que contribuye al desarrollo de la sociedad de la
época. En su propio proceso de construcción, y por oposición, se configura y adquiere
identidad el otro grupo, alejado del espacio social. Ello, en una sociedad que se percibe
a sí misma como dual.
Es el peso de ésta tradición inventada el que explica la fuerza de la imagen de la Salta
ganadera, la consecuente ausencia del azúcar tanto en los análisis de los
contemporáneos como en los estudios actuales y la afirmación en las percepciones de la
gente de una sociedad dual, profundamente jerarquizada, en tiempos de consolidación
de la república y propagación de las ideas liberales. Como expresa Pierre Bourdieu las
45
GORRITI; Juan Ignacio; Reflexiones; La Facultad; Buenos Aires; p. 95.
En ARÁOZ, Ernesto, Al margen del pasado; Bernabé y Cía; Buenos Aires; 1944; p. 35.
Ernesto Aráoz, nació en Salta en 1891. Se recibió de abogado en la Universidad Nacional de Buenos
Aires en 1918. Se dedicó a las actividades agrícolas y ganaderas. Fue también profesor de Educación
Cívica. Desempeñó diferentes funciones públicas: fue Diputado provincial, Ministro de gobierno,
Diputado Nacional, vicegobernador y gobernador en el período 1941-1943.
46
representaciones mentales son actos de percepción y apreciación, de conocimiento y
reconocimiento, en que los agentes invierten sus intereses y presupuestos, además de
constituir estrategias interesadas de manipulación simbólica cuyo objeto es determinar
la idea que los demás pueden hacerse de esas propiedades y de sus portadores47.
En conclusión
El análisis de la realidad salteña de fines del siglo XIX y comienzos del XIX obliga a
detenerse múltiples espacios: aquellos que elaboraron por los estudiosos a partir de
datos objetivos proporcionados por las fuentes y los que fueron construidos por los
varones y mujeres de la época, actores del proceso histórico, quienes elaboraron las
formas de concebir, percibir y aceptar al mundo compartidas por el conjunto social de la
época.
Son los espacios cimentados por los grupos dominantes a partir de las interacciones
económicas, políticas, familiares, sociales que anteceden incluso a la etapa
independiente, inmersos en el mundo de las representaciones mentales construidas por
las propias élites a fin de mantener y profundizar las posiciones, distancias, jerarquías y
diferencias en el seno de una sociedad que se percibe, se muestra como dual y es
racista.
Tal como lo planteó Botana los Ovejero forman parte de ese grupo de familias
dominantes salteñas durante la etapa de la hegemonía conservadora, su etapa de apogeo
en la política provincial y nacional se extenderá por más de una década, entre 1900 y
1913, y los frutos del ingenio Ledesma constituirán la base social y económica de su
poder.
En BOURDIEU (1999), “La Fuerza de la Representación”, ¿Qué significa hablar?,
Madrid, Akal, p. 88-89.
47
En este caso la familia es la categoría social, tanto objetiva como subjetiva, que
organiza las prácticas y las representaciones de los actores de la época, convirtiéndose
en un instrumento de construcción de estas realidades pasadas48.
Las prácticas
familiares no sólo están presentes en el espacio de la política sino también en el de la
economía.
El cuadro de relaciones esbozado de los Zerda Ovejero muestra el papel central que
tienen las mujeres en la configuración y el mantenimiento de los vínculos. El apellido
no es el único elemento a tener en cuenta a la hora de reconocer a los integrantes de una
familia. Son éstos quienes perciben a la familia y deciden las inclusiones o exclusiones.
Sólo unos participan de la compra del Ingenio en 1899 y serán estos quienes dirijan el
destino del gobierno provincial, además de decidir quienes participarán en el orden
nacional.
Aunque la base de su reconocimiento económico está en la vecina provincia de Jujuy,
los Ovejero se abocan a participar del juego político de la Provincia de Salta, donde está
el reconocimiento social. Los elementos aquí aportados marcan la necesidad de superar
el marco rígido de los espacios dados por los límites provinciales y extender el análisis
hacia las posesiones e intereses de los grupos dirigentes salteños en las provincias
vecinas.
Este ejercicio permite observar que, si bien el comercio de ganado al Pacífico tuvo su
relevancia y extensión, la actividad azucarera posibilitó que sólo un puñado de familias
48
Los estudios de Pierre Bourdieu contribuyeron a redefinir esta problemática, teórica y
metodológicamente48. En ellos se afirma que la definición tradicional de familia como un conjunto de
individuos vinculados entre sí -sea por alianza, matrimonio o filiación, o más excepcionalmente por
adopción- y que viven bajo el mismo techo (cohabitación), poco ayuda a definir las familias. Aclara el
sociólogo francés que la familia no es más que una palabra, una mera construcción verbal, de modo que
se deben analizar las representaciones que tiene la gente de lo que designa por familia.
En este sentido, la familia, como categoría social objetiva (estructura estructurante), es el fundamento de
la familia como categoría social subjetiva (estructura estructurada), categoría mental que constituye el
principio de miles de representaciones y de acciones (matrimonios, por ejemplo) que contribuyen a
reproducir la categoría social objetiva48. Para Bourdieu, hay que dejar de aprehender la familia como un
dato inmediato de la realidad social para considerarla un instrumento de la construcción de esa realidad.
Pierre Bourdieu (1997), Las razones prácticas, Buenos Aires..
pudieran acaparar los ingentes beneficios que les proporcionaban las fértiles tierras
ubicadas al norte del Río Las Pavas y la explotada mano de obra de los grupos
originarios de la región chaqueña.
El análisis también exige desprenderse de las concepciones y visiones del mundo en las
cuales el estudioso también se encuentra atrapado. Las elites del siglo XIX son pródigas
en invenciones de tradiciones, que van desde la construcción de la ideología de la
nación hasta otra igualmente compartida por la totalidad del conjunto social que es la de
la familia tradicional.
Las cosmovisiones fabricadas por las elites salteñas se convierten en hegemónicas y
embeben a todo el conjunto social, de tal manera que organizan las prácticas sociales,
incluso hasta el día de hoy. La ideología de la familia tradicional contribuye a
comprender la extensión y arraigo de las prácticas nepóticas, que desvirtuaron o
mutaron el sistema de representación individual propuesto por el liberalismo
decimonónico.
La valoración dada al color blanco de la piel no es un dato menor para comprender la
rápida incorporación de los inmigrantes, de fines del XVIII y del XIX, a los grupos
dirigentes locales y su posterior desplazamiento, a tal punto que sus apellidos
acompañarán a los ya instalados, y pasarán también a ser considerados distinguidos por
las generaciones posteriores.
Así como el color de la piel incluye, también excluye. Quizás no sea muy audaz pensar
que este principio organizador de diferencias contribuyó a delinear el régimen político
de la época. No se dice en voz alta, no se acepta, pero las prácticas racistas, tal cual
habla Teun A. van Dijk están presentes, aunque ocultas, no explícitas, y por ello
peligrosas para una sociedad que se piensa democrática.
María Fernanda Justiniano
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