Celtas

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Los Celtas
Entre los componentes indoeuropeos de la Hispania perromana los celtas constituyen el elemento conocido
con mayor seguridad. La presencia de celtas esta garantizada tanto por el testimonio de los historiadores
griegos y latinos, como por una abundante y variada toponomástica y epigrafía específica.
Procedían originariamente de Asia y formaron el tronco, como miembro del pueblo indogermánico, que se
estableció en el occidente de Europa, en el siglo XX a.C. ya habitaban el centro y norte de Europa. Para el año
1000 a.C. se extendieron por las Islas Británicas, norte de Francia, parte de Suiza y norte de Italia. Invadieron
España en el siglo IX a.C. Su lengua era indoeuropea, de la cual se conservan escasos registros literarios.
Para el siglo IV a.C. fueron desplazados del centro y norte de Europa, a consecuencia de las llegadas de otros
pueblos, los grupos germánicos
Desarrollaron las denominadas culturas de Hallstatt y La Tène. La primera se manifestó en el primer período
de la Edad del Hierro. Tomó el nombre de una localidad de la Alta Austria. Se originó a partir de la Edad del
Bronce, en donde el hierro sustituyo al otro material en la fabricación de elementos como espadas, puntas de
lanzas, hachas agujas, recipientes, cuchillos y puñales.
La Tène es la cultura celta de la segunda Edad del Hierro estructurada en tres o cuatro períodos. Se desarrolló
entre la Hallstatt y la conquista romana (450 a 50 a.C.). Aquellos que compartieron esta civilización se
destacaron por la elaboración de elementos como grandes espadas, escudos alargados, grandes hebillas,
fíbulas, construían sus fortificaciones en las cumbres y acuñaron su propia moneda.
Los monumentos más característicos de los Celtas eran los Dólmenes (del gaélico tohl: mesa y maen: piedra),
Menhires (del gaélico maen: piedra y hir: alta o erguida), Trilitos. Los primeros describen un megalito
compuesto por una roca plana, en forma de laja, puesto horizontalmente sobre dos o mas pilares verticales de
piedra; los otros se refieren a una roca aislada de tres a ocho metros de alto. También se destacaron las
imponentes tumbas megalíticas desarrolladas en las modalidades de atrio, de galería, de portal o la
combinación de estos. Una consideración especial merece la célebre y misteriosa formación de alineamientos
megalíticos de Stonehenge, a 13 km. al norte de Salisbury, una ciudad del condado de Wiltshire, al sur de
Inglaterra. Excavaciones y mediciones con carbono 14 demostraron que posee una historia excepcionalmente
prolongada de uso como centro ritual o religioso. Su construcción abarcó cinco etapas, donde la primera tuvo
inicio en el 2800 antes de Cristo.
A diferencia de los romanos, que construían sólo dentro de los límites de la ciudad y cerca de sus famosas
rutas −como la Vía Apia−, los Celtas construían en torno a la naturaleza, por eso vivían más en contacto con
ella.
También fueron portadores de la denominada cultura urnenfelder o "campos de urnas". Habitaban en
poblados situados en montículos de fácil defensa, llamados − en Galicia − castros, con las viviendas
distribuidas irregularmente. Estos asentamientos estaban fortificados con paredes macizas de tierra, trabadas
interiormente con soportes de madera, y con su parte exterior rodeada por un foso. En el interior se construían
chozas adosadas a la muralla, lo cual les proporcionaba una mayor solidez. Las casas generalmente eran de
forma circular y se hallaban dispuestas sin ningún orden establecido en la ciudad. Además efectuaban
numerosas construcciones de carácter religioso fuera de los límites de los castros y en torno a la naturaleza,
por ello vivían muy en contacto con ella. Estos monumentos eran llamados Dólmenes, Menhires, Trilitos,
construidos sobre piedra, terminados sobre dos columnas y una piedra grande en forma horizontal que le daba
terminación. Su economía era cerrada, pastoril y ganadera.
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Los guerreros y pastores estaban organizados en una gran variedad de tribus, clanes y grupos. Socialmente se
desarrollaron progresivamente, diferenciándose en clases sacerdotal (druidas), nobles, comerciantes y
campesinos.
Los celtas eran entusiastas degustadores de los placeres de la buena mesa. El vino era la bebida de las clases
más altas pero el pueblo tomaba corma, que era cerveza de trigo mezclada con miel, muy utilizada en los
banquetes, los cuales eran muy frecuentes en tiempos de paz. En estos festines los bardos tocaban sus liras y
cantaban canciones sobre trágicos amores y héroes muertos en combate. Para comer utilizaban los dedos y
ocasionalmente se acompañaban de un puñal para los trozos de carne difíciles de cortar. Su comida típica
incluía cerdo cocido, buey, vaca y jabalí, todo ello acompañado con miel, queso, mantequilla y, por supuesto,
corma −cerveza− y un buen vino.
También eran muy aficionados a un juego de mesa llamado fidchell, parecido al ajedrez, aunque se jugaba con
estacas. Admiraban la artesanía experta y las hazañas intelectuales −sobre todo cuando se exhibía una
prodigiosa memoria−. Tenían el ideal de una sociedad heroica, pero vivieron como prósperos ganaderos y
agricultores, ocupados a menudo en el robo de ganado.
En general, como principal característica de su aspecto físico, eran altos de cabellos castaños y ojos grises. La
barba larga era común, al igual que los bigotes espesos y caídos. Las mujeres trenzaban sus largos cabellos y a
veces lo recogían en complicados peinados, eran generalmente aficionadas en exceso a los adornos, utilizaban
collares, brazaletes y pequeñas campanas que cosían en los bordes de sus túnicas. También llevaban capas con
dibujos de rayas o cuadros de brillantes colores, quienes tenían mayores recursos las usaban con bordados de
oro y plata. Los hombres utilizaban un collar en el cuello llamado torques, que de acuerdo al status social era
de bronce, plata u oro.
Se cuidaban en su apariencia ya que la obesidad era algo repugnante para los celtas. "Tratan de no engordar ni
de ponerse panzudos", escribió el griego Estrabón, "y ningún joven es perfecto si excede la longitud fijada del
cinturón.
Eran un pueblo guerrero por naturaleza, capaces de luchar de manera muy ruda unos contra otros por un
insulto o por el simple placer del combate. Las mujeres eran tan belicosas como sus maridos, "toda una tropa
de extranjeros sería incapaz de oponer resistencia a un solo galo si éste llamara a su mujer en su ayuda", según
advertía el romano Ammianus Marcellinus a sus compatriotas. Esta ferocidad era alimentada por los druidas
en tiempos de guerra mediante los citados sacrificios humanos, destinados a impresionar y asustar − como
demuestran los cronistas griegos y latinos− a sus enemigos. Pero fueron conquistados por los romanos porque
carecían de una estrategia militar, peleaban llevados por su fervor guerrero, a tal punto que tenían la
costumbre de pelear sólo con sus armas, un cinturón y su torques.
Sin embargo tardaron años en derrotarlos y nunca pudieron dominarlos completamente porque mantuvieron
su cultura viva, su amor a la libertad, a su tierra y sus clanes. Sentimientos que se trasmiten en el arte, los
mitos y las leyendas, y de manera muy especial en la música de sus gaitas, un instrumento emblemático de
estos pueblos, ya que para poder apreciarla en su plenitud hay que tocarla al aire libre. Los acantilados, ante el
escenario inmenso del mar, y las altas montañas son el marco ideal para que su voz, extrañamente alegre y
melancólica a la vez, resuene en los valles o en las cumbres e inunde de una dulce placidez el alma humana.
El principal asentamiento celta es la región llamada por los historiadores griegos Celtiberia. El nombre de
celtiberos en otros tiempos se entendió como un indicio de mestizaje. Incluso algunos historiadores griegos y
romanos lo interpretaron así, como se ve en las afirmaciones de Apiano o Diodoro Sículo. Y entre los
estudiosos modernos esa idea se impuso a partir del siglo pasado, gracias a la autoridad de J.K. Zeuss. Sin
embargo, hoy creemos que "celtiberos" debe entenderse simplemente como sinónimo de "los habitantes de
Iberia que son celtas".
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La Celtiberia parece haber sido el emplazamiento mas sólidamente ocupado por los celtas, y desde tiempo
más antiguo. Y existen indicios de que desde ahí penetraron secundariamente hacia el Sur y hacia el Noroeste.
Plinio alude a que los celtici de Andalucía, situados en las orillas del Guadiana, proceden efectivamente de la
Celtiberia ("Célticos a Celtiberis ex Lusitania aduenisse manifestum est sacris, lingua, oppidorum vocabulis"),
opinión que se ha visto plenamente corroborada por los hallazgos arqueológicos. Y, por su parte, Estrabón
aseguraba que Galicia, junto al río Limia, había célticos que procedían de los asentamientos junto al
Guadiana.
La Celtiberia esta delimitada por la cuenca media del Ebro al Norte y Nordeste (provincias de Soria, Logroño
y parte suroccidental de Zaragoza, aunque rebasa el Ebro hacia el Norte penetrando en Álava y Navarra hasta
rozar la actual Pamplona); al Sur, por las cuencas altas del Tajo y el Júcar (provincias de Cuenca, Guadalajara
y parte de Teruel); al Oeste se extiende hasta ocupar parte de las provincias de Madrid, Segovia, Burgos; al
Este limita con los iberos de Levante.
La epigrafía celta peninsular comprende varios tipos de documentos. En primer termino hay que mencionar
las leyendas monetales. Probablemente los indígenas tuvieron necesidad de acuñar moneda a partir de su
contacto con el mundo romano. Es difícil precisar con seguridad la fecha en que comenzaron a hacerlo. Pero
los expertos opinan que no debemos estar muy lejos de la verdad si fijamos el año 150 a. C. Como fecha de
referencia.
Faltando toda unidad política, incluso dentro de la propia Celtiberia, cada ciudad emitiría su propia moneda,
en la que figuraba, entre otros elementos no siempre interpretados, el nombre de la ciudad emisora en
nominativo o genitivo, o bien el nombre de sus habitantes, igualmente en nominativo o genitivo.
Un segundo tipo de documento es el de las inscripciones sepulcrales. Tampoco son muy largos los textos que
ellas nos proporcionan, generalmente el nombre propio del difunto. La que ofrece un texto mas largo, con la
formula onomástica completa es la aparecida en Ibiza:
Titanos abulokum letontunos ke belikos
Tirtano de los Abulokos de Letondu hijo de Beligio.
Antecedentes históricos
Generalmente se considera que son ocho las Naciones Celtas: Irlanda, Escocia, Isla de Man, Cornualles,
Bretaña, Galicia y Asturias (algunos autores incluyen también como célticas a zonas del norte de Italia, en la
actualidad); pequeña muestra del pueblo que en otras épocas ocupó la mayor parte de Europa y de Asia. Los
Celtas han captado siempre la fascinación de historiadores y arqueólogos, y sobre ellos han corrido ríos de
tinta.
Vamos a empezar primero tratando, en lo posible, de clarificar quienes eran los Celtas, aportando datos
históricos de distintas fuentes para luego sí en segundo término adentrarnos en el Celtismo. En algunos
diccionarios se puede encontrar este tipo de definición sobre el pueblo Celta: "pueblo indogermánico cuyas
primeras migraciones datan de los tiempos prehistóricos; se expandieron al principio por Europa Central y
fueron avanzando hasta las Galias, España y las Islas Británicas, acabando por ser absorbidos por los
romanos". En Bretaña, en el País de Gales, en Irlanda y en Galicia es donde se ha conservado mejor el "tipo
Celta". También sobre su origen y su etnia otras fuentes señalan que en cuanto al posible origen ario de este
pueblo es algo que va quedando en desuso a medida que se llevan a cabo nuevos descubrimientos. Esos datos
indican que étnicamente se trata de un hibridismo racial, resultante de la fusión de muy variados elementos,
muchos de ellos ni siquiera indogermánicos, y sin ninguna unidad antropológica, con esto se explica que no
obstante el carácter indogermánico de la lengua y pese al tipo antropológico netamente nórdico de los
esqueletos encontrados, en todos los territorios celtas abundan tipos antropológicos variados y diversos. Los
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tratadistas consideran a los Celtas como una división de los caucásicos, pero sea como fuere, raza o su raza,
con unidad antropológica o sin ella, fueran o no el resultado de la fusión de muy variados elementos, los
Celtas, tenían, y me animo a decir que tienen, una naturaleza muy especial
Su carácter ha sido definido como alegre, poético, piadoso, crédulo, sagaz, patriótico, gregario, valiente,
indisciplinado, indolente, amable, avisado y terco.
El hibridismo racial de los Celtas es incontestable, porque frente a individuos altos, rubios y de ojos azules, se
pueden observar otros de talla mediana, mas bien bajos, morenos, fuertes y de tez no demasiado oscura, a
diferencia de los íberos, que la tenían más curtida. Los Celtas estaban continuamente en movimiento, a la
primera migración pertenece los gaélicos en Irlanda y en el norte de Escocia; una segunda oleada estaría
constituida por lo que se denomina la rama britónica, de aquí proceden los galos, los belgas, los bretones.
Estos pueblos fueron ocupando lentamente el territorio de Europa occidental, incluidas las Islas Británicas,
desde la zona del Rin hasta el noroeste de España (Galicia) y la llanura del Po (Italia).
En cuanto al idioma céltico, es poco lo que se sabe; el tipo de lengua indoeuropea dio como resultado, por una
de sus ramas al italocéltico y este al latín, irlandés, galés, bretón y gaélico. Actualmente la lengua Celta se
divide en dos grandes grupos. El uso de estos idiomas o dialectos de la lengua madre ha decaído bastante en la
actualidad a pesar de que se está tratando de preservarlos por todos los medios. Sin embargo la literatura
Celta, pese a ser poco conocida, principalmente por la dificultad para entender la lengua en que ha sido
escrita, ha influido fuertemente en la historia de la poesía europea. La primitiva literatura Celta, con su riqueza
temática, ha servido de base para que poetas franceses, ingleses, alemanes, españoles, irlandeses, escoceses y
de otras nacionalidades escribieran en sus respectivos idiomas una serie de poemas cuya trama central era la
de los primitivos versos Celtas de la poesía galesa, bretona o gaélica.
Arte Celtiberico.
La España céltica mas representativa y mejor conocida es la coincidente con el fenómeno urbano de los
castros. Quizás estas regiones peninsulares sean las que incluyen los griegos ene este termino tan genérico de
Keltiké, al reconocer en ellas una lengua indoeuropea distinta de la suya o del latín.
En un trabajo reciente Tovar puntualiza aun mas las referencias a los celtas en la Península Ibérica utilizando
las fuentes escritas y la lingüística, encontrando su rastro ya en las tierras del interior (berones y celtiberos,
según Estrabón), ya en el sur de Portugal, de Badajoz y algunas comarcas del norte andaluz, ya en Galicia. En
todas ella ubica grupos célticos.
Fichero de arte céltico:
1) Defensas del castro de Yecla de Yeltes (Salamanca).
2) Casas rupestres Contrebia Leukade (Aguilar del Río Alhama, La Rioja).
3) Casa de Likinete. La Caridad (Teruel).
4) Planta de un edificio de Contrebia (Botorrita, Zaragoza).
5) Escultura zoomorfa de verraco (Avila).
6) Toro de San Miguel de la Serrezuela (Avila).
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7) Figurita de terracota de Numancia.
8) Espada de antenas atrofiadas de Las Cogotas (Avila).
9) Broche de cinturón de Ucedo.
10) Fíbula zoomorfa de caballito.
1) "Cuenco de los guerreros" Numancia.
12) Copa numantina de "pájaro en pleno vuelo".
13) Brazalete espiraliforme del tesoro de Arrabalde (Zamora).
14) Estela funeraria de Lara de Infantes (Burgos).
LOS CELTAS
BILIOGRAFIA
• Historia de España Alfaguara Tomo I
• Historia de España Anaya
• Enciclopedia Larousse
• Enciclopedia Espasa
• Documentos Variados de Internet
INDICE
• Los Celtas. Pueblo indoeuropeo 1−3
• Antecedentes historicos 3−4
• Arte Celtiberico 4
• Bibliografía 5
José Varela
3º B.U.P A Nº32
Historia 1ª eval.
3ºB.U.P. A Nº33
Historia 1ª eval.
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