En el día de la Mujer: desafíos sociales y

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Año 5 - Edición Nº 13 - 8 de Marzo de 2016
En el día de la Mujer: desafíos sociales y
económicos para la igualdad
María Laura Caullo y Gerardo García Oro
Resumen Ejecutivo
Con motivo de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer Trabajadora, fecha
declarada oficialmente en 1975 por la asamblea general de la Organización de las
Naciones Unidas (ONU), resulta oportuno preguntarse: ¿Cómo se están preparando las
mujeres en Argentina para los desafíos que enfrentan en la actualidad?
Al respecto, se destaca que hoy en día las mujeres son mayoría en entornos
educativos formales de nivel medio y progresan más exitosamente en relación a sus
pares varones. A su vez, el género femenino domina en cuanto a la proporción de
egresos en la mayoría de las orientaciones científicas, a excepción de las ciencias
aplicadas a la tecnología.
Sin embargo, pese a una formación promisoria, enfrentan serias dificultades laborales.
Encontrando que a lo largo de los últimos 12 años en Argentina no se observaron
progresos significativos en el grado de involucramiento de las mujeres con el mundo
del trabajo. Por el contrario, mientras que para el año 2003 la participación laboral
femenina alcanzaba al 38,6% del total de mujeres, hacia el año 2015 esta participación
se contrajo al 36,2%, un aspecto que luce a contramano de las tendencias observadas
en países que logran fortalecer sus mercados laborales y generar oportunidades
inclusivas de participación en el empleo.
En perspectiva, la tasa de actividad promedio de Argentina para el primer semestre
2015 alcanzó el 44,5% de la población total, la cual involucra una mayor participa en la
actividad económica en el caso de los varones, cuya tasa de actividad alcanza al 53,2%
de éstos para dicho periodo, frente al 36,2% de las mujeres. La situación se agrava
cuando se trata de mujeres con hijos a su cargo, entre las cuales la participación
laboral para el primer semestre de 2015 alcanza tan sólo al 31,2%.
Por otra parte, la precariedad laboral representa un indicador de suma importancia,
para el cual, la incidencia resulta superior en el caso de mujeres con hijos a su cargo.
Casi la mitad de las mujeres ocupadas con hijos dependientes desarrolla su actividad
laboral con altas dosis de precarización.
Finalmente, el problema de género se magnifica cuando se trata de los jóvenes. Al
analizar el rango etario que comprende entre los 18 y los 24 años de edad, la
incidencia de jóvenes “Ni Ni” fue del 18,2% en Argentina para el primer trimestre
2015. Este inconveniente posee mayor peso entre mujeres que entre varones (25,8%
versus el 11,1% respectivamente) y aún cobra mayor importancia al observar la
incidencia de la problemática sobre las mujeres jóvenes con hijos, donde una de cada
tres es “Ni Ni”, requirente de importantes dosis de políticas laborales y de promoción
social en forma activa.
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En suma, el camino de la inclusión social y la eliminación de la pobreza requiere la
consideración de la situación económica, laboral y social de múltiples poblaciones
vulnerables, entre las cuales la mujer y las condiciones de género debieran ser
consideradas con especial atención. Una forma de lograrlo es la incorporación de
lineamientos de género en la propia definición y formulación de políticas sociales
conectadas a estas problemáticas.
Esta publicación es propiedad del Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (IERAL) de Fundación Mediterránea.
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En el día de la Mujer: desafíos sociales y
económicos para la igualdad
La perspectiva de género y los procesos formativos
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) reconoce el 8 de marzo como “Día de la
Mujer Trabajadora”, conocido comúnmente como Día de la Mujer, fecha en que se
conmemora la lucha de la mujer por su participación en igualdad respecto a sus pares
masculinos, tanto en su incorporación social como en su desarrollo íntegro como
persona. Con motivo de esta celebración resulta oportuno preguntarse: ¿Cómo se
están preparando las mujeres en Argentina para los desafíos que enfrentan en la
actualidad?
Las mujeres de hoy son mayoría en entornos educativos formales de nivel medio y
progresan más exitosamente en relación a los varones, ampliando su brecha de
participación respecto a éstos al analizar los ciclos sucesivos que comprende este nivel
educativo.
Por ejemplo, en base al Anuario de Estadísticas Educativas correspondiente al año
2014 del Ministerio de Educación de la Nación, mientras que al finalizar la educación
básica (9º año del EGB ó 3º año de la secundaria según la modalidad) la proporción de
mujeres alcanza al 50,8%; al completar el nivel medio (12º año del EGB ó 6º año de la
secundaria) ya representan el 52,9% y entre el conjunto de egresados del la educación
común las mujeres alcanzan una representatividad superior al 57% respecto a sus
pares masculinos que, conforme avanzan en su trayecto educativo, parecen presentar
mayores inconvenientes.
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Porcentaje de mujeres y varones según nivel educativo y relación entre egresados de la
educación media – Año 2012
70,0%
60,0%
50,0%
57,4%
52,9%
50,8% 49,2%
47,1%
42,6%
40,0%
30,0%
20,0%
10,0%
0,0%
Al finalizar la educación básica (9º EGB / 3º Secundaria)
Al completar el nivel medio (12º EGB / 6º Secundaria)
Mujeres
Egresados del nivel medio
Varones
Fuente: IERAL de Fundación Mediterránea sobre la base de Anuario Educativo 2014 – Ministerio de
Educación de la Nación.
A su vez, el género femenino domina en cuanto a la proporción de egresos en la
mayoría de las orientaciones científicas, a excepción de las ciencias aplicadas a la
tecnología. Este hecho brinda un panorama alentador en cuanto a los procesos
formativos de éstas y las posibilidades de inserción laboral de las mujeres a futuro.
Porcentaje de mujeres y varones egresados del nivel medio según orientación – Año 2014
70%
66,5%
61,7%
64,4%
61,6%
63,9%
60%
50%
40%
33,5%
38,3%
38,4%
Ciencias Básicas
Ciencias Sociales
35,6%
36,1%
30%
20%
10%
0%
Ciencias de la Salud
Mujeres
Ciencias Humanas
Varones
Ciencias Aplicadas a Tecnología
Fuente: IERAL de Fundación Mediterránea sobre la base de Anuario Educativo 2014 – Ministerio de
Educación de la Nación.
Al mismo tiempo, el desempeño educativo de las mujeres en las pruebas PISA es
superior al de los varones en las áreas de lectura y ciencias, aunque éstas presentan
mayores dificultades en las pruebas de aptitudes referidas a las matemáticas. Como es
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conocido, esta prueba tiene por objeto evaluar hasta qué punto los alumnos cercanos
al final de la educación obligatoria han adquirido algunos de los conocimientos y
habilidades necesarios que son requeridos para la participación plena en la sociedad
del saber, según estima la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico
(OCDE).
Puntaje en Pruebas PISA de rendimiento educativo 2012 – Mujeres y Varones según
disciplina
420
414
409
410
402
396
400
390
382
377
380
370
360
350
Matemática
Lectura
Mujeres
Ciencias
Varones
Fuente: IERAL de Fundación Mediterránea sobre la base de Pruebas PISA OECD 2012.
Pese a una formación promisoria, enfrentan serias dificultades
laborales
Un síntoma alentador de inclusión se deriva del hecho que hacia el nuevo milenio las
mujeres han avanzado en el reconocimiento de sus derechos laborales y sociales en
comparativa con los comienzo del siglo pasado. Sin embargo, todavía persisten
importantes desigualdades pendientes de resolver.
Por esto, la discusión actual en materia de género centra su atención en la escasa
participación laboral de la mujer, por encima del difundido problema correspondiente a
la brecha salarial entre varones y mujeres, que afortunadamente, ha tendido a
reducirse en los últimos años y está próximo a resolverse.
Si bien, a lo largo de los últimos treinta años, en la Argentina tuvo lugar un constante
incremento de la participación económica de las mujeres, a lo largo de los últimos 12
años no se observaron progresos significativos en el grado de involucramiento de éstas
con el mundo del trabajo. Por el contrario, mientras que para el año 2003 la
participación laboral femenina alcanzaba al 38,6% del total de mujeres, hacia el año
2015 esta participación se contrajo al 36,2%, un aspecto que luce a contramano de las
tendencias observadas en países que logran fortalecer sus mercados laborales y
generar oportunidades inclusivas de participación en el empleo.
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Tasa de participación laboral femenina – Periodo: 2003 a 2015 39%
39%
38%
38%
38,6%
38,6%
38,5%
38,1%
38,0%
37,9%
37,7%
37,5%
37,5%
37,4%
37,3%
36,7%
37%
37%
36,2%
36%
36%
35%
35%
2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015
Fuente: IERAL de Fundación Mediterránea en base a EPH – INDEC.
En perspectiva, la tasa de actividad promedio de Argentina para el primer semestre
2015 alcanzó el 44,5% de la población total, la cual involucra una mayor participa en la
actividad económica en el caso de los varones, cuya tasa de actividad alcanza al 53,2%
de éstos para dicho periodo, frente al 36,2% de las mujeres.
En consecuencia, se observa que las mujeres, pese a tener un mejor desempeño
educativo
que
sus
pares
masculinos,
encuentran
mayores
obstáculos
y
condicionamientos para incorporarse a la vida laboral activa.
Estos condicionamientos se agravan cuando se trata de mujeres con hijos a su cargo,
entre las cuales la participación laboral para el primer semestre de 2015 alcanza tan
sólo al 31,2%. Probablemente, la organización del hogar influya de manera
significativa en esta decisión, un caso requirente de políticas específicas para estimular
las oportunidades reales de éstas mujeres.
Tasa de participación laboral ‐ 1° Sem.2015 En % de la población total del grupo respectivo 60%
53,2%
50%
42,0%
40%
31,2%
30%
20%
10%
0%
Varón
Mujeres sin hijos
Mujeres con hijos
Fuente: IERAL de Fundación Mediterránea en base a EPH – INDEC
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Esta conclusión preliminar se evidencia más claramente al comparar la participación
laboral por género a través de los distintos quintiles de la distribución del ingreso per
cápita familiar de Argentina.
Así, a través de los distintos estratos socio-económicos no sólo se observa una
constante diferencia de participación laboral entre varones y mujeres (que levemente
se reduce en los estratos más altos), sino que además puede concluirse que el entorno
socio-económico en que habita el hogar condiciona las oportunidades de participación
laboral de las mujeres.
En esta perspectiva, entre las mujeres que habitan en el 20% de los hogares más
pobres tan sólo participan del mundo laboral (como ocupadas o desocupadas) el 30%
de las mujeres sin hijos a su cargo y tan sólo el 21% de aquellas que poseen hijos
dependientes (menores de 18 años de edad). En el otro extremo, el 20% de los
hogares más ricos la participación laboral de éstos conjuntos se duplica.
Tasa de participación laboral según quintil de ingreso per cápita familiar ‐ 1° Sem.2015 En % de la población total del grupo respectivo 90%
Varones
80%
70%
40%
62%
Mujeres con hijos
60%
50%
76%
Mujeres sin hijos
53%
50%
39%
40%
34%
30%
30%
30%
64%
49%
45%
52%
34%
21%
20%
10%
0%
I
II
III
IV
V
Fuente: IERAL de Fundación Mediterránea en base a EPH – INDEC
Por otra parte, la precariedad laboral representa un indicador de suma importancia en
el análisis del mercado de trabajo, fundamentalmente porque revela la proporción de
los puestos de trabajo que no se encuentran registrados por su respectivo empleador ó
presentan deficiencias en términos de productividad y condiciones laborales.
Esta proporción de trabajadores no tiene acceso a los beneficios de un empleo
registrado, como aportes jubilatorios y obra social (entre otros conceptos de la
seguridad social), lo que ubica al trabajador en una posición de mayor vulnerabilidad.
A nivel nacional, la proporción de trabajadores precarizados, lo que implica
principalmente aquellos trabajadores que son cuentapropistas no profesionales y/o
patrones, pero cuya retribución se encuentra por debajo del promedio general, más los
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trabajadores asalariados no registrados y a los trabajadores sin salarios, alcanza el
44,8% del total de ocupados, dato correspondiente al primer semestre 2015.
Las mujeres no se encuentran exentas de esta problemática, cuya incidencia resulta
superior en el caso de mujeres con hijos a su cargo. Casi la mitad de las mujeres
ocupadas con hijos dependientes desarrolla su actividad laboral con altas dosis de
precarización.
Incidencia de mujeres ocupadas en puestos precarios En % del total de trabajadores del grupo de población respectivo 47,3%
48%
46%
44%
42%
41,3%
40%
38%
Mujeres sin hijos
Mujeres con hijos
Fuente: IERAL de Fundación Mediterránea en base a EPH – INDEC
Finalmente, el problema de género se magnifica cuando se trata de los jóvenes. Si se
analiza a los mismos en el rango etario que comprende entre los 18 y los 24 años de
edad, por tratarse de jóvenes en edad de haber culminado la educación media, se
observa que la incidencia de jóvenes que no trabajan, no estudian ni buscan trabajo
(típicamente denominados como jóvenes “Ni Ni”) fue del 18,2% en Argentina para el
primer trimestre 2015.
Este inconveniente posee mayor peso entre mujeres que entre varones (25,8% versus
el 11,1% respectivamente) y aún cobra mayor importancia al observar la incidencia de
la problemática sobre las mujeres jóvenes con hijos, donde una de cada tres es “Ni Ni”,
requirente de importantes dosis de políticas laborales y de promoción social en forma
activa.
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Incidencia de jóvenes “Ni Ni” entre varones y mujeres de 18 a 24 años de edad En % del total de jóvenes del grupo de población respectivo 32,6%
35%
30%
25%
19,1%
20%
15%
18,2%
11,1%
10%
5%
0%
Varones
Mujeres sin hijos
Mujeres con hijos
Fuente: IERAL de Fundación Mediterránea en base a EPH – INDEC
En suma, el camino de la inclusión social y la eliminación de la pobreza requiere la
consideración de la situación económica, laboral y social de múltiples poblaciones
vulnerables, entre las cuales la mujer y las condiciones de género debieran ser
consideradas con especial atención. Una forma de lograrlo es la incorporación de
lineamientos de género en la propia definición y formulación de políticas sociales
conectadas a estas problemáticas.
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