Cavidad Bucal y Orofaringe

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CAVIDAD BUCAL Y OROFARINGE
ANATOMÍA DE LA CAVIDAD BUCAL Y OROFARINGE
La boca y la orofaringe tienen las siguientes funciones: emitir aire para la vocalización y espiración no nasal;
vía de paso de los alimentos, líquidos y saliva, tanto durante la deglución como en el vómito; iniciar la
digestión mediante la masticación de los alimentos sólidos y la secreción de saliva; identificar el sabor.
La cavidad oral se divide en boca propiamente dicha y vestíbulo. El vestíbulo es el espacio anterolateral
delimitado entre la mucosa bucal y la superficie externa de encías y dientes. La boca propiamente dicha, en la
que se encuentran la lengua, los dientes y las encías, constituye la abertura anterior de la orofaringe. El techo
de la boca está formado por el arco óseo del paladar duro y por el paladar blando fibroso. La úvula pende del
borde posterior del paladar blando.
El suelo de la boca está formado por un tejido móvil y laxo que reviste la mandíbula. La lengua está anclada
por su base en la porción dorsal de la cavidad oral, y al suelo de la boca por el frenillo. La superficie dorsal de
la lengua está recubierta por una gruesa membrana mucosa que aloja las papilas filiformes. En la cara ventral
de la lengua se observan venas visibles y una serie de franjas, una fina membrana mucosa con crestas.
Las glándulas salivales parótidas, submandibulares y sublinguales están alojadas en tejidos circundantes de la
cavidad oral. La saliva secretada inicia la digestión y humedece la mucosa. Los conductos de Stenson
corresponden a los desagües de las parótidas que desembocan en la mucosa bucal enfrente del segundo molar
del maxilar superior de cada lado. Los conductos de Wharton, correspondientes al desagüe de las glándulas
submandibulares, se abren a cada lado del frenillo, debajo de la lengua. Las glándulas sublinguales poseen una
gran cantidad de conductos que desembocan a lo largo del pliegue sublingual.
Las encías o gingiva son unas formaciones de tejido fibroso recuento por mucosa directamente sujetas a la
superficie de los alvéolos dentarios. Las raíces de los dientes están ancladas en las crestas alveolares, y las
encías cubren el cuello y las raíces de todos los dientes. Los adultos, por lo general, posen 32 dientes
permanentes distribuidos en dos arcos dentarios (superior e inferior), cada uno de los cuales tiene 4 incisivos,
2 caninos, 4 premolares y 6 molares (incluyendo las muelas del juicio).
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Dientes en un adulto
La orofaringe, continuación inferior de la nasofaringe, está separada de la boca por los pilares palatinos
anteriores y posteriores de cada lado. Las amígdalas o tonsilas, alojadas en las cavidades definidas entre los
pilares anterior y posterior de cada lado, presentan criptas en las que se colectan desechos celulares y
partículas de comida.
HISTORIA CLÍNICA DIRIGIDA
Estas son algunas preguntas que se deben hacer según los síntomas que refiera el paciente:
• ¿Hay halitosis?
• ¿Hay sialorrea o asialia?
• ¿Hay dolor dentario?
• ¿Hay historia de extracción dentaria?
• ¿Hay prótesis parciales o totales?
• ¿Le duele o le arde la lengua y carrillos?
• ¿Le sangran las encías?
• ¿Tiene problemas para masticar?
• ¿Presenta ulceraciones en la boca o la lengua?
• ¿Tiene dolor de garganta o un sabor desagradable?
EXPLORACIÓN
Labios
Con la boca del paciente cerrada, inspeccione y palpe los labios en cuanto a simetría, color existencia de
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edema y anomalías de su superficie. Asegúrese de que las pacientes eliminan por completo la pintura de labios
antes de la inspección. Los labios deben ser rosados y simétricos ya sea en el eje vertical como en el
horizontal y tanto en reposo como en movimiento. El borde neto entre los labios y la piel de la cara no debe
estar interrumpido ni desdibujado por lesiones; la piel de los labios debe ser lisa, suave y sin lesiones.
Los labios secos y agrietados (queilitis) pueden deberse a deshidratación por el viento o el frío, dentaduras
postizas, braques o excesiva humidificación de éstos. La existencia de grietas profundas en las comisuras de la
boca (queilosis) puede indicar deficiencia de riboflavina o de hiperoclusión bucal, que hace posible que la
saliva llegue a macerar el tejido. La inflamación de los labios puede deberse a infección, mientras que el
angiedema puede indicar alergia. Las lesiones, placas, vesículas, nódulos y ulceraciones pueden ser un signo
de infección, irritación o cáncer de piel.
El color de los labios puede estar alterado por muchas circunstancias. La palidez de los labios se asocia a
anemia, mientras que la palidez circumoral se asocia a escarlatina, la cianosis por patología respiratoria o
cardiovascular da lugar a una coloración azul−purpúrea; un color rojo cereza se asocia a acidosis e
intoxicación por monóxido de carbono. La existencia de manchas redondas, ovales o de contorno irregular y
color gris−azulado de intensidad variable en labios y mucosa bucal se relacionan con el Síndrome de
Peuts−Jeghers.
Mucosa bucal, dientes y encías
Pida al paciente que cierre los dientes y separe los labios, de modo que pueda observar la oclusión de los
dientes. Esta maniobra le permite explorar también el nervio facial (VII nervio craneal). La oclusión es
correcta cuando los molares superiores se apoyan directamente sobre los inferiores y los incisivos superiores
sobresalen ligeramente por delante de los inferiores. La protrusión de los incisivos superiores o inferiores, la
ausencia de solapamiento de los incisivos superiores sobre los inferiores y la existencia de piezas dentarias
posteriores que no coinciden con sus homólogos del otro arco dentario son signos de maloclusión.
Tipos de maloclusión
Tipo
Tipo I
Tipo II
Tipo III
Características
La relación entre los molares es normal, pero la línea de oclusión es incorrecta.
Los molares inferiores están colocados distalmente en relación con los superiores; la línea de
oclusión puede ser correcta o no serlo.
Los molares inferiores están colocados medialmente en relación con lo superiores; la línea de
oclusión puede ser correcta o no serlo.
Haga que el paciente retire cualquier tipo de prótesis dentaria móvil y abra la boca parcialmente. Empleando
un depresor de lengua y una fuente de iluminación potente, inspeccione la mucosa bucal, las encías y los
dientes. La mucosa bucal debe ser de color rojo rosado, suave y húmeda; la desembocadura del conducto de
Stenson debe aparecer en forma de una pequeña protrusión blanco−amarillenta o blanco−rosada, alineada
aproximadamente con el segundo molar superior.
La manchas de Fordyce son glándulas sebáceas ectópicas que aparecen en la mucosa bucal y en los labios en
forma de pequeñas y numerosas formaciones de color blanco−amarillento y ligeramente elevadas, que
constituyen una variante normal. Una mucosa muy pigmentada puede indicar patología endocrina. Las
cicatrices blanquecinas o rosadas suelen ser un resultado de traumatismos secundarios a una deficiente
alineación dental. La existencia de una mancha roja en la mucosa bucal en la desembocadura del conducto de
Stenson se relaciona con parotiditis (paperas). Las úlceras aftosas de la mucosa bucal aparecen en forma de
lesiones blanquecinas, redondas u ovales, circundadas por un halo rojo.
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La encía debe mostrar aspecto rosado y ligeramente punteado, con bordes claramente definidos y
perfectamente ajustados sobre cada diente. La superficie de las encías de debajo de las dentaduras artificiales
no debe presentar inflamación, hinchazón o hemorragias.
Empleando guantes, palpe las encías en busca de lesiones de cualquier tipo, induraciones engrosamientos o
masas. No debe haber dolor a la palpación. El épulis, un granuloma que produce un aumento localizado del
tamaño de la encía, suele corresponder a una alteración inflamatoria, más que maligna. El embarazo, los
tratamientos con dilantina, la pubertad y la leucemia originan aumento de tamaño de las encías. Las
existencias de una línea azul−negruzca aproximadamente a 1mm del borde de la encía puede indicar
intoxicación crónica por plomo o bismuto. Las hemorragias frecuentes, las encías hinchadas con huecos
aumentados entre los dientes y los bordes de la encía o con bolsas llenas de desechos en los bordes dentarios
se asocian con gingivitis o parodontosis.
Inspecciones y cuente los dientes, observando eventuales signos de desgaste, escotaduras, caries y aftas.
Asegúrese de que los dientes están firmemente anclados, comprobando cada uno con un depresor de lengua.
Por lo general, los dientes tienen un color marfileño, pero pueden presentar una coloración amarillenta por el
tabaco o marronácea por el café o el té. Los dientes sueltos pueden deberse a patología periodóntica o a
traumatismo. Las alteraciones de color en la corona del diente deben hacer sospechar la existencia de caries.
Cavidad oral
Inspeccione el dorso de la lengua, observando cualquier signo de hinchazón, modificaciones del tamaño o el
color, existencias de velos o ulceraciones. Haga que el paciente extienda la lengua y examine cualquier signo
de desviación, temblor o limitación de movimientos de ésta. El procedimiento sirve también para explorar el
nervio hipogloso. La lengua extendida no mostrará signos de atrofia y debe mantenerse en la línea media sin
fasciculaciones. Su desviación hacia un lado indica atrofia lingual lateral y alteración del nervio hipogloso.
La lengua ha de mostrar un color apagado, húmedo y brillante. Su porción anterior debe presentar una
superficie lisa y suave, aunque sembrada de papilas y pequeñas fisuras. La superficie de la porción posterior
deberá ser suave, ligeramente irregular o arrugada y provista de una mucosa más fina que la anterior. La
llamada lengua geográfica, una variante normal, presenta zonas superficiales circulares o irregulares
desnudas, en loas que quedan expuestas las puntas de las papilas. Una lengua lisa, roja y de aspecto meloso
puede indicar déficit de niacina o vitamina B1. Un aspecto peludo de la lengua, con papilas alargadas y de
tonalidad que puede ir del amarillo−pardo al negro en el dorso, se observa en ocasiones asociada a
tratamientos antibióticos.
Haga que el paciente toque con la punta de la lengua la zona del paladar situada inmediatamente detrás de los
incisivos superiores e inspeccione el suelo de la boca y la superficie ventral de la lengua en busca de signos de
hinchazón y varicosidades, observando también el frenillo, la cresta sublingual y los conductos de Wharton.
El paciente no debe tener dificultad alguna en tocar con la punta de la lengua el paladar, por detrás de los
incisivos medios superiores. La cara ventral de la lengua debe presentar una apariencia rosada y lisa, con
grandes venas entre el frenillo y las franjas de la mucosa. Los conductos de Wharton deben ser evidentes a
ambos lados del frenillo.
Sosteniendo la lengua con un trocito de gasa y la mano enguantada, tire de la misma hacia ambos lados,
inspeccionando sus bordes laterales. Si observa bordes blanquecinos o rojos, efectúe un pequeño raspado para
determinar si se trata de partículas de comida, leucoplaquia u otras anomalías fijas. Seguidamente, palpe la
lengua y el suelo de la boca en busca de bultos, nódulos y ulceraciones. La lengua debe presentar una textura
lisa y suave, exenta de nódulos, ulceraciones y zonas induradas. La presencia de cualquier ulceración, nódulo
o mancha blanca gruesa en los bordes laterales o la superficie ventral de la lengua debe hacer sospechar la
existencia de un proceso maligno.
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Haga que el paciente incline la cabeza hacia atrás para inspeccionar el paladar y la úvula. El paladar duro, de
tonalidad blanquecina, debe presentar forma abovedada, con arrugas transversas, continuándose con el paladar
blando, de tonalidad más rosada. La úvula, una prolongación del paladar blando situada en la línea media,
tiene una longitud y grosor que varían de unos individuos a otros. El paladar duro puede presentar una
protuberancia ósea en la línea media, que recibe el nombre de torus palatinus y carece de importancia clínica.
Un nódulo en el paladar no situado en la línea media puede ser un tumor.
Para estudiar la movilidad del paladar blando se pide al paciente que diga aah al tiempo que, en caso
necesario, se deprima la lengua. Cuando el paciente vocaliza observe la elevación simétrica del paladar
blando, mientras la úvula permanece en la línea media. Esta maniobra también permite explorar los nervios
glosofaríngeo y vago. La ausencia de elevación bilateral del paladar blando al vocalizar puede deberse a
parálisis del vago, en cuyo caso la úvula se desviará hacia el lado del nervio no afectado.
Orofaringe
Inspeccione la orofaringe con ayuda de un depresor. Independientemente de la edad, el empleo de un depresor
de lengua puede relacionarse con cierto grado de ansiedad. Si el paciente tiene náuseas con facilidad es poco
lo que podrá hacer para evitar el reflejo. No obstante, es posible que humedecer el depresor con agua caliente
resulte útil para reducir al menos la frecuencia de arcadas. Examine los pilares palatinos, observando el
tamaño de las tonsilas si existen, y la integridad de la pared retrofaríngea. Por lo general, las amígdalas
presentan un color rosado, que se integra completamente en el de la faringe, y no deben sobrepasar los límites
marcados por los pilares amigdalinos. Las tonsilas o amígdalas pueden presentar criptas en las que se
acumulan desechos celulares y restos de comida. Si presentan un aspecto enrojecido e hipertrofiado y están
cubiertas de exudado, se debe pensar en la existencia de una infección.
La mucosa de la pared posterior de la faringe debe ser lisa, suave, rosada, brillante, con algunos puntos
pequeños, irregulares de tejido linfático y pequeños vasos sanguíneos. La existencia de una protuberancia
enrojecida adyacente a una amígdala y que se extiende más allá de la línea media puede indicar un absceso
peritonsilar. La presencia de una película amarillenta mucosa en la faringe es característica de goteo posnasal,
en tanto que una membrana grisácea se asocia a difteria.
Después de preparar al paciente para una respuesta nauseosa, toque la pared posterior de la faringe de cada
lado. El desencadenamiento del reflejo nauseoso (arcadas) constituya también una prueba de los nervios
glosofaríngeo y vago. Debe haber una respuesta bilateral.
SIGNOS CLÍNICOS
Comenzaremos a analizar los diferentes signos clínicos que atañen a la cavidad bucal y orofaringe, primero
estudiaremos los labios. Debemos saber que la forma y el volumen de los labios varían con la raza; así los
negros y judíos tienen los labios más grandes. El color de los labios se encuentra comprometido en casos de
anemia (pálidos), cianosis (oscuros), policitemia (azul−rojizos). Además el color natural puede enmascararse,
sobre todo en mujeres. Puede incluso haber alteraciones del color, como se ve en el Síndrome de
Peuts−Jeghers, en que hay manchas chocolatosas alrededor de los labios y poliposis intestinal.
Pueden haber malformaciones congénitas que por lo general son más frecuentes en el labio superior, entre las
más frecuentes tenemos el labio leporino que puede ser unilateral o bilateral donde hay una pérdida de la
continuidad del labio que se debe a falta de unión del proceso maxilar con el frontonasal. La falta de
continuidad puede ser sólo de piel o a de otras estructuras como huesos. El labio leporino puede ser parcial si
sólo afecta la piel o total si afecta piel y hueso. (unión de la cavidad bucal con nasal); en este último caso la
anomalía es más frecuente en el labio inferior.
Macroquilia, es el aumento del tamaño de los labios. Congénitamente se acompaña de inversión del labio y se
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ve en el linfangioma (tumor de vasos sanguíneos y linfáticos); tiene predilección por el labio superior.
También se ve en casos de angioma (tumor de vasos sanguíneos solamente) y entonces tiene predilección por
el labio inferior. En ambos caos tendremos macroquilia, inversión del labio, los labios estarán rígidos y la piel
y mucosa de los mismos estará aumentada en consistencia y espesor. Se presenta macroquilia adquirida
cuando por ejemplo se tiene picadas de insectos, procesos infecciosos, o por golpe. En estos casos la
macroquilia es transitoria. En caso de enfermedades endocrinas como acromegalia, mixedema y cretinismo
también encontramos macroquilia.
Impétigo es una infección bacteriana por estafilococo o estreptococo en la cual el labio se hincha. También
pueden aparecer forúnculos. Alteraciones en el contorno de los labios pueden ser el resultado de cicatrices, las
cuales deforman los mismos haciendo una parte más prominente que la otra.
En la piel del labio superior aparece el herpes labial, el cual es un proceso agudo en el cual la piel se encuentra
muy tensa aparecen vesículas del tamaño de la cabeza de un alfiler que se agrupan formando una placa, estas
vesículas contienen un líquido claro que con el tiempo se ve más oscuro, las vesículas revientan y
desaparecen. Se presentan en el curso de malaria, neumonía, meningitis. El paciente puede o no presentar
fiebre, o bien las vesículas pueden infectarse secundariamente.
Las piodermitis, son originadas por estreptococos y se ven en la cara, se acompañan de pústulas en los labios
o en el resto de la cara; las pústulas se rompen y dejan cicatrices superficiales. Se trata de un proceso
autoinoculable y muy contagioso.
Las boqueras aparecen alrededor de la boca y frecuentemente en el ángulo de la boca. Son úlceras muy
superficiales que se convierten posteriormente en fisuras cuya evolución es muy crónica.
Las fulinginosidades se ven en el borde o en el mismo labio, el cual se reseca, agrieta y sangra fácilmente. Se
llenan de costras amarillentas y se ven en casos de deshidratación, fiebre prolongada, quemaduras solares y
cuando se viaja a países fríos. La queilitis es un proceso inflamatorio de los labios. Algunas de éstas se
relacionan con la formación de fisuras que se ven en casos de hipovitaminosis. Se dice que hay queilosis
cuando hay un componente infeccioso además de la queilitis.
Queilitis angular
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Queilitis angular
Los labios se afectan además cuando hay procesos tumorales como adenomas, quistes de las glándulas
salivales que se encuentran en su espesor. Cáncer sobre todo en el labio inferior, en personas que someten este
sitio a constante irritación como los trompetistas y fumadores de pipa. Aparece como una verruga, nódulo o
úlcera. Esta última forma es generalmente infiltrativa, indurada y se acompaña de adenopatías satélites.
El chancro sifilítico se ve en aquellas personas que tienen sexo oral, aparece en el paladar o en la lengua como
una lesión superficial, indurada, húmeda y rojiza; se acompaña de adenopatías satélites y es más frecuente en
el labio inferior.
En cuanto a los signos que podemos encontrar en la cavidad bucal tenemos los trismos que es una contracción
sostenida de los músculos que cierran la boca, no se puede abrir, obedeciendo a una contracción sostenida de
los músculos milohioideo y vientre anterior del digástrico. Se ve en casos de tétano, enfermedades de la
articulación témporo−mandibular, lo que hace la apertura de la boca muy dolorosa.
También podemos encontrar halitosis al realizar la exploración de la boca, es un olor desagradable que en
individuos sanos puede deberse a expulsión de sustancias volátiles que provienen de la digestión incompleta
de grasas o leche, el hábito de fumar o ingestión de comidas con ajo o cebolla. En caso de patologías las
causas más frecuentes son infección respiratoria crónica como rinitis, bronquiectasia, absceso pulmonar,
úlceras retrofaríngeas, procesos de sepsis oral sin putrefacción como las amigdalitis o infección bacteriana.
Insuficiencia renal por uremia, hay aliento ruinoso. En casos de acidosis metabólica hay un olor dulzón como
a frutas y en casos de insuficiencia hepática hay una aliento a pescado.
Al examinar la mucosa yugal podemos encontrar aftas que son lesiones ulcerosas de aproximadamente 1 cm
de diámetro, excavadas y con un borde rosado y ligeramente levantado sobre la superficie de la mucosa. En
casos de hongos se ve la mucosa roja con puntitos blancos que sangran con el roce. El enantema es similar al
exantema, pero recibe este nombre cuando aparecen en mucosas, entre los principales tenemos las manchas de
Koplik que son manchas blancoazuladas o blancopizarra rodeadas de una areola rojiza; aparecen de 5 a 20 en
los niños cuando tienen sarampión; son de carácter transitorio y en raras ocasiones aparecen en la mucosa del
labio. La escarlatina es el enrojecimiento difuso rojo escarlata de la mucosa yugal. En la viruela hay enantema
y enrojecimiento de la mucosa; además, pápulas que se ulceran. En la parotidits se enrojece y se ensancha el
conducto de Stenson ( a nivel del 2° molar superior). La estomatitis es la inflamación de la mucosa oral que
puede ser local o generalizada afectando toda la mucosa, incluso el paladar superior y la cara interna de los
carrillos o el labio.
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Liquen plano rubrum en cavidad oral
A nivel de las encías podemos encontrar atrofia gingival que puede darse por procesos infecciosos crónicos,
mala higiene y en personas ancianas. La hipertrofia gingival puede ser localizada como en casos de irritación
por caries, prótesis infecciosa. También puede ser generalizada con en casos de pacientes que usan Epamín®
(difenilhidantoína), durante el embarazo, en casos de leucemia. Cuando hay gingivitis la encía se torna roja,
engrosada y sangra fácilmente, muchas veces termina ulcerándose y se disemina la infección, estableciéndose
así, una verdadera estomatitis; la irritación crónica lleva a la formación de granulomas. La gingivitis tartárica
es una forma frecuente de gingivitis que generalmente se asocia a traumas repetidos producidos pro el sarro
dentario, en que el sarro dentario rodea el cuello del diente y abre cada vez más el sitio de infección, las encías
se separan del diente, éste se levanta y se forma el proceso infeccioso que conlleva al absceso del diente o el
diente se afloja. Epulis es una tumoración que sale a expensas del periostio alveolar o de la membrana
periodontal. Crece entre los dientes y posteriormente afecta la encía y separa los dientes.
En cuanto a los dientes podemos decir que anodoncia es la ausencia de dientes. Dientes supernumerarios es un
mayor número de dientes para una dentición; habrá más de 20 piezas en la dentición primaria y más de 32 en
la secundaria. Macrodontia son dientes muy grandes, por lo general los incisivos superiores y microdontia son
dientes muy chicos. Tenemos diastema que es una separación anormal de los dientes. Conocemos como diente
deformado a la modificación en la forma. En cuanto a las modificaciones en la corona del diente podemos
mencionar el Tubérculo de Carabelli es decir que aparece en el diente un tubérculo por lo general en la
superficie interna del primer molar inferior; la Corona Conoide es una corona en forma de cono; también
podemos encontrar la ausencia de tubérculos que normalmente se encuentran en la superficie de las muelas y
que nos permiten triturar los alimentos. Los dientes de Hutchinson son dientes en forma de sierra que se ven
en caso de sífilis hereditaria y se caracterizan por que afectan los incisivos centrales y superiores de la
segunda dentición, hay hipoplasia del esmalte, m sus bordes laterales son oblicuos hacia abajo, el borde libre
del diente presenta una escotadura de concavidad hacia abajo y presentan una serie de surcos que afectan el
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aspecto del diente. La piorrea se ve en dientes con un proceso alveolodentario inflamatorio, donde éstos se
aflojan por infección de la encía y tejidos periodontales.
En cuanto al paladar podemos encontrar un paladar hendido que representa una falla de unión de los procesos
palatinos en el desarrollo embriológico con comunicación anormal de la cavidad nasal y la boca. El torus
palatinus es una prominencia ósea, central(dura) que representa el lugar de unión de las suturas intermaxilares
y palato−maxilares; hay un exceso de cierre de las mismas por exceso de proliferación, tiene apariencia
irregular y la mucosa en este lugar tiene una o más criptas que pueden inflamarse.
Candidiasis atrófica en paladar duro
Las bóvedas palatinas por lo general tienen forma aplanada que se exagera con la edad, aquí podemos
encontrar un paladar ojival alto y estrecho que se presenta en casos de adenoides y sífilis congénita. En el
paladar también pueden aparecer tumores benignos y malignos. El chancro sifilítico raras veces aparece en el
paladar. La goma sifilítica que es una lesión de sífilis tardía que aparece sobretodo en el paladar óseo como un
infiltrado blancuzco, circunscrito y de consistencia blanda, se ve en la mucosa levantada.
Tenemos que la lengua sufre una serie de modificaciones de aspecto y color durante el día, en ayunas se
encuentra recubierta de material amarillento que representa la descamación de las papilas filiformes, esto
desaparece al lavarse la boca o al ingerir algo. En aquellos pacientes que permanecen mucho tiempo en
ayunas, o en quienes la alimentación es líquida la lengua conserva este color amarillento conociéndose
entonces con el nombre de lengua saburral. Algunas de las modificaciones de la lengua siguientes por lo
general no tiene importancia patológica, entre ellas tenemos la lengua pilosa que es sucia de color blanquecino
y presenta grandes cantidades de material de saburra y se pone de manifiesto cuando una raspa la lengua y
levanta las papilas filiformes, esta constituye una variante de la lengua saburral; lengua negra es de color
negruzco y se debe a infecciones bucales por hongos o en pacientes que ingieren mucho café o chocolate; en
casos de dermatitis lingual la lengua presenta un aspecto liso, de color rojo carnoso que recuerda el aspecto de
un jamón.
La lengua puede presentar una inflamación secundaria a un cuadro de estomatitis y esto se conoce como
glositis secundaria o bien esta inflamación puede ser única de la lengua e independiente de otros procesos en
este caso d se llama glositis primaria. La lengua saburral atónica conserva la impresión de los dientes y se
presenta en individuos asténicos.
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En el caso de la lengua las fulinginosidades se ven como grietas o resquebrajaduras que se presentan en la
lengua seca, se encuentra recubierta de material amarillo oscuro. La lengua foliácea es aquella que recuerda
una hoja, hay surcos en el dorso de la lengua. La lengua escrotal presenta surcos a lo largo de toda la lengua,
le da un aspecto de escroto. Hablamos de macroglosia cuando hay un aumento del tamaño de la lengua,
además ésta se encuentra dura y las papilas sobresalen, muchas veces es tan grande que se sale de la boca,
presenta generalmente dilataciones de las venas que se encuentran en su superficie inferior(Venas Reninas) y
se ven en casos de linfangioma, angioma cavernoso del espesor de la lengua; aumentos menos marcados los
vemos en caso de hidrocefalia y acromegalia. Lesiones de leucoplasia se pueden encontrar en la lengua, son
lesiones premalignas.
Candidiasis en dorso de la lengua
Las úlceras en la lengua se caracterizan porque pueden tener diferentes etiologías, así tenemos el chancro
sifilítico que se ve en pacientes que practican el sexo oral, por lo general aparece en la punta o en los lados de
la lengua; también se puede presentar tuberculosis en la lengua se presenta como 2 o más úlceras dolorosas..
El cáncer de la lengua se localiza en la punta o en los bordes del músculo y aparece como una úlcera que
luego se infiltra a tejidos cada vez más profundos y se acompaña de adenopatías. En ocasiones se pueden
encontrar varicosidades de aspecto negruzco en la lengua y a esto se le denomina lengua de caviar. Cuando el
frenillo es corto y produce fijación de la lengua, se conoce como Anquiloglosia e interfiere con la
pronunciación de consonantes como la R. Se conoce con el nombre de Ranula a la presencia de una
tumoración en el piso de la boca, es blanda, blanquecina, del tamaño de una perla y es benigna.
El torus mandibularis es una exostosis o exceso de crecimiento del aspecto interno del maxilar inferior que
hace prominencia y representa un exceso de proliferación de los dos componentes de la rama horizontal del
maxilar inferior.
SÍNDROMES MÁS FRECUENTES
Amigdalitis
Es una ionflamación aguda de las amígdalas palatinas, debida en general a infección estreptoccócica o, con
menor frecuencia, a infección virica. La amigdalitis se caracteriza por inflamación y dolor d egarganta, más
acentuado con la deglusión y a menudo irradiado a los oídos. Los niños muy pequeños a menudo no refieren
dolor de garganta, peor rechazan los alimentos. Son frecuentes fiebre alta, malestar general, cefalea y vómitos.
A la inspección las amígdalas están edematosas e hiperémicas, en las criptas puede existir un exudado
purulento y una membrana blanca y fina q puede separarse sin sangrar.
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Signos de amigdalitis
Caries
La caries no forma parte de las infecciones odontógenas, ya que estas no se dan hasta que no se afecta la
pulpa, momento en el que puede transmitirse al resto de la boca. La caries es una enfermedad bacteriana
producida por gérmenes acidógenos que desencadenan destrucción de tejidos duros dentales y que progresa en
profundidad.
Entre los factores predisponentes: Generales: edad, dieta (ingesta de azúcares), herencia, alteraciones
endocrinas, inmunes; Locales: alteración de la estructura dental, alteraciones salivares, placa bacteriana y su
flora cariógena.
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