Lunes 10 de Febrero 2014

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Lunes 10 de Febrero de 2014
Que en nuestras obras nos vean como templos donde Dios habita.
1R 8,1-7.9-13 Llevaron el Arca de la Alianza al templo.
Sal 131,6-10 Levántate, Señor, ven a tu mansión.
Mr 6,53-56 Los que lo tocaban se ponían sanos.
Tú, Señor dijiste que habitarías en una nube obscura. Pero yo te he
construido un templo, para que vivas en él, un lugar donde habites para
siempre.
A Dios le podemos hacer moradas en la tierra, pero la morada que Dios quiere
es morar en tu corazón, en el corazón de cada hombre.
Ojalá podamos decir como en el Salmo: Levántate, Señor, ven a tu mansión.
Ven a mi corazón, tu templo para siempre.
Esto lo hizo Jesús de tal manera, que en su forma de vivir lo sencillo y
cotidiano de cada día, nos reflejó el rostro vivo de Dios. Cuando llegaba a una
aldea, pueblo o caserío, colocaban en la plaza a los enfermos y le pedían que
les dejara tocar la orla de su manto; y todos los que lo tocaban quedaban
curados tanto de sus enfermedades corporales como de las psíquicas o
espirituales.
Jesús curaba y perdonaba liberando a la persona de todos sus males: pasó, a
lo largo de su vida, haciendo el bien. Jesús era realmente el templo vivo
donde Dios habitaba.
Los cristianos estamos llamados a ser esos templos vivos donde Dios habite y
pueda pasar haciendo el bien en nuestro mundo.
Cada Eucaristía que celebramos deberíamos recordar y no olvidar, que
comulgamos con Jesús, que está al servicio de todos: mi Cuerpo entregado
por vosotros, y la invitación que nos hace es haced esto, es decir, si
entiendes lo que he hecho contigo, ahora, ve y haz tú lo mismo con los demás.
Hoy somos los cristianos los invitados a ser cuerpo entregado y sangre
derramada para el mundo, para la vida del mundo.
Nos hiciste para ti y nuestro corazón anda inquieto hasta que descansa en ti
(S. Agustín).
Sábado 15 de Febrero de 2014
Señor, ayúdanos a ser compasivos con aquellos que nos necesitan.
1R 12,26-32; 13,33-34 ¡Se acabó el subir a Jerusalén!
Sal 105,6-7.19-22 Olvidaron a Dios, su salvador
Mr 8,1-10 Me da lástima de esta gente... no tienen que comer
El poder político tiene la tentación de servirse de la religión para sus fines.
Jeroboán construye en los antiguos santuarios de Betel y Dan, dos becerros de
oro y, aunque en un principio, parece que querían representar a Yahvé,
derivan en idolatría.
Hoy también podemos caer en la tentación de adorar a los ídolos y levantarles
ermitas, altares y ofrecerles sacrificios. Cada uno podemos tener nuestros
dioses falsos a los que dedicamos parte de nuestro tiempo, de nuestro
corazón y de nuestra fe. Y también estamos avisados de que el pecado nos
lleva a la destrucción. Pero no hacemos mucho caso, porque los ídolos son
agradables. Tendemos a elegir lo fácil, la satisfacción inmediata. No pocas
veces nos dejamos seducir por los dioses que nos ofrece el mundo de hoy.
¡Qué suerte que el pecado no tenga la última palabra! Dios, que siempre nos
da la oportunidad de corregirnos.
El evangelio nos presenta a Jesús compadecido de la muchedumbre que le
sigue para escuchar su palabra.
Qué bueno si aprendiéramos de Jesús, y de su misericordia a ser compasivos
con los demás. Jesús nos ha enseñado a atenderlas, y a dedicarlas nuestro
tiempo, nuestro cariño y entrega; por pobres o alejadas que nos parezcan.
La multiplicación de panes, que Cristo nos regala ahora, es la Eucaristía,
donde nos da su Cuerpo y su Sangre como alimento. Esta comida eucarística
es la que nos tiene que impulsar a nosotros a repartir a los demás lo que
tenemos: los dones que pone en nuestras manos, para que todos puedan
alimentarse y no corran el peligro de desfallecer en el camino de la vida;
caminos que hoy día se acentúan con la crisis y se hacen más inhóspitos.
Miércoles 12 de Febrero de 2014
Cuida lo que sale de tu corazón, que no manche ni escandalice a nadie.
1R 10,1-10 La reina de Saba vio la sabiduría de Salomón.
Sal 36,5-6.30-31.39-40 Encomienda al Señor tu camino, confía en él, que él
actuará.
Mr 7,14-23 Las maldades que salen de dentro son las que hacen al
hombre impuro.
Qué bueno poder descubrir que todo lo que somos y tenemos se lo debemos a
Dios que es quien nos lo regala. Por tanto, pongámonos en manos de Dios,
que sabe lo que nos conviene, anclemos nuestro corazón en Él, como hizo
Salomón. Esto fue lo que vio la reina de Saba y no pudo menos que bendecir a
Dios.
Hoy podrán ver que nosotros estamos anclados en el amor de Dios, si vivimos
la fe en Él, si le dejamos amar en nosotros. Que al ver nuestra vida, nuestras
obras, puedan decir: Bendito el Señor tu Dios.
Señor, ayúdanos a no defraudar tu confianza, y disfrutemos de tu aprobación;
que puedas decir de nosotros: Muy bien siervo bueno y fiel entra en el gozo
de tu Señor.
De la reina de Saba podemos aprender a reconocer y alabar las cualidades de
los demás. Alabar a las personas que conviven con nosotros, reconocer sus
éxitos y sus méritos, interesarnos por sus cosas y escucharlas.
Jesús nos dice hoy en el evangelio: Nada de lo que entra en el hombre
puede mancharlo. Lo que sale de dentro es lo que contamina al hombre.
Para darnos a entender que todo lo creado es de su agrado, que es hombre
quien lo contamina, que lo impuro no es lo que entra en nuestra boca, sino lo
que puede salir de ella. Lo que hace buenas o malas las cosas es lo que brota
del corazón del hombre, la buena intención o la malicia interior.
Señor, no permitas que tengamos malos pensamientos ni salgan malas acciones
para que no contaminemos a nadie. Que todo lo que salga de nosotros sea para
darte gloria.
Jueves 13 de Febrero de 2014
Ensánchanos el corazón y la mente para que seamos misericordiosos.
1R 11,4-1 Había desviado su corazón del Señor
Sal 105,3-4.35-40 Olvidaron a Dios, su salvador
Mr 7,24-30 La humilde fe de la cananea
El reinado de Salomón se obscurece porque se deja llevar por apetencias
alejándose de Dios. Se pone a adorar a otros dioses.
¿A qué dioses adoramos nosotros? dinero, poder, ambición, poco control de la
sensualidad, honores,... Todo lo que nos aleja de seguir a Cristo hace que
vivamos con un corazón dividido, entre el amor de Dios y el amor a otros
dioses, es nuestro pecado de idolatría.
¿Quién iba a pensar que Salomón, con su gran sabiduría, pudiera caer tan
bajo? Pues igual que nosotros que también caemos, nadie está seguro; todos
somos débiles y pecadores. En un momento dado, podemos llegar a negar a
Jesús cómo lo hizo Pedro.
Ojalá aprendamos hoy de la mujer fenicia del evangelio, que se acerca a Jesús
con una gran confianza a pedirle la curación de su hija. Jesús pone a prueba
su fe refiriéndose a los judíos como hijos y a los paganos como perritos. Pero
ni aún así la mujer se desanima, tampoco se da por ofendida y le dice a Jesús
que también los perritos comen las migajas. No le importa ser humillada con tal
de conseguir la liberación de su hija.
Jesús ante una fe así no puede menos que concederle lo que pide. Oremos al
Señor con una fe así. Pidámosle que nos cure de nuestras infidelidades,
meteduras de pata y pecados y también que nos enseñe a saber escuchar y
acoger a los extraños, a los que no piensan como nosotros, a los que no
pertenecen a nuestro círculo; en definitiva a todos sin discriminar a nadie por
razones de raza, lengua, nación, cultura, religión, etc. También los que nos
parecen alejados o marginados pueden tener fe y recibir el don de Dios al que
todos tenemos derecho.
Pidamos al Señor que aumente nuestra fe, que nos demos cuenta de que
quien da la espalda a Dios, no puede encontrar la felicidad que anhela.
Viernes 14 de Febrero de 2014
Cirilo y Metodio
Patronos de Europa
Estás llamado a ser Buena Noticia de salvación para muchos.
Martes 11 de Febrero de 2014
(Ntra. Sra. de Lourdes)
Hoy puedes ser tú el vino nuevo que necesita nuestro mundo.
Hch 13,46-49 Sabed que nos dedicaremos a los gentiles.
Sal 116,1-2 Alabad al Señor todas las naciones.
Lc 10,1-9 La mies es abundante y los obreros pocos.
Is 66,10-14c Como un hijo a quien su madre consuela así os consolaré yo.
Sal Judit 13,18-19 Que te bendiga el Dios altísimo entre todas las mujeres
de la tierra.
Jn 2,1-12 Haced lo que él os diga.
¿Cómo respondemos hoy al llamamiento que Jesús nos hace? “La mies es
abundante y los obreros pocos; rogad, pues, al dueño de la mies que
mande obreros a su mies”
Envió a 72 de dos en dos con la misión de evangelizar y dándoles consejos
prácticos de cómo realizar misión de anunciar que el Reino de Dios está
cerca, fueran o no bien recibidos.
Muchos cristianos han seguido y siguen con fidelidad esta misión de Jesús,
dando testimonio de palabra y de obra, incluso con su propia vida, entre ellos
San Cirilo y San Metodio, patronos de Europa.
Jesús nos llamado personalmente a ti y a mí, y quiere enviarnos a proclamar
su Evangelio.
Seguro que conocemos personas necesitadas de escuchar la Buena Noticia de
la Salvación. Personas que distraídas por mil voces, en nuestro mundo de hoy
tan paganizado, van despistadas, perdidas, sin rumbo... buscando la felicidad
por caminos equivocados y por ello no lo consiguen.
Qué bueno si hoy nosotros, siendo fieles al mandato de Jesús, mostramos con
la vida y la palabra el camino de la verdadera felicidad.
Por el Bautismo ya somos misioneros. Somos sacerdotes, profetas y reyes,
porque así lo ha querido Dios. Estamos llamados y no nos tenemos que
preocupar por nuestras capacidades porque es Él el que nos capacita para ser
esos testigos de esperanza.
Señor, enséñanos y ayúdanos a vivir la encarnación del Evangelio con ganas,
con ilusión y en un esfuerzo continuo; que seamos fieles colaboradores tuyos,
y así poder servirte, y para que así, través nuestro, puedas llegar a todos los
hombres,
¡Cómo no alegrarnos y regocijarnos, si Dios viene personalmente a
consolarnos como una madre consuela a su hijo! ¡Qué privilegio! No hay nada
más entrañable que la imagen de una madre consolando a su hijo en su
regazo. Es la mejor manera de que se nos pasen los males y volvamos a
sonreír.
Podemos tener problemas, dificultades, contratiempos, sufrimiento, dolor,
enfermedades,... Pero, ¿por qué tener miedo? Podemos ser estar en el regazo
de nuestro Padre Dios y disfrutar de su consuelo como auténticos hijos ¡Qué
maravilla poder tener esta relación de amor y amistad profunda con él! (Nota
del editor: La persona que esto escribe está padeciendo un cáncer).
Esto es la oración. Orar es entrar en esta relación de trato y amistad con
nuestro Papá Dios, para que él, a su vez, pueda actuar en nosotros como lo
hizo en Judit y con María. Tanto en Judit como en María vemos cómo actúa
Dios. En Judit con la muerte de Holofermes libera al pueblo de Israel, y en
María con el nacimiento de Jesús trae la salvación a toda la humanidad.
Ambas son prototipo de fidelidad y de oración y mucho podemos aprender hoy
de ellas.
El evangelio de hoy nos puede ayudar a comprender y acoger la
transformación interior que posibilite la experiencia de amor que Jesús nos
tiene, y a esto nos puede ayudar María, nuestra Madre, al escuchar de ella las
mismas palabras que dijo a los sirvientes de la boda, en Cana de Galilea:
Haced lo que él os diga. Ojalá seamos capaces de acogerlas y las
obedezcamos, para que Dios pueda actuar en nosotros y la obra que inició en
nosotros la lleve a término.
Domingo 16 de Febrero de 2014
Que hoy sea en nosotros en quienes se cumpla la voluntad de Dios.
Si 15,15-20 Es prudencia cumplir su voluntad.
Sal 118,1-5.17-18.33-34 Dichoso el que camina en la voluntad del Señor.
1Co 2,6-10 Hablamos una sabiduría que no es de este mundo.
Mt 5,17-37 Quien cumpla y enseñe estos preceptos será grande en el
Reino de los Cielos.
Jesús es quien mejor nos enseña a cumplir la voluntad de Dios.
Si no sois mejores que los letrados y fariseos... Jesús quiere que nos
preguntemos, cómo van nuestras relaciones con los hermanos, con las
personas con quienes convivimos.
El seguidor de Cristo tiene que ir más allá del no matar: no estar peleado con
su hermano… Jesús da prioridad a la reconciliación con el hermano antes que
al culto a Dios. Porque quien dice que ama a Dios a quien no ve y no ama a su
hermano a quien ve, es un mentiroso (1Jn 4,20).
Quiere que cuidemos nuestro corazón porque de él proceden nuestras
actitudes. El “daos fraternalmente la paz” de la Eucaristía, apunta a ser
sembradores de paz, tratar bien a todos, callar en el momento oportuno, decir
palabras de ánimo, saludar al que no te saluda, saber perdonar...
En cuanto a la fidelidad conyugal “Pero yo os digo”... No solo falta el que
comete adulterio, sino también quien desea a la mujer ajena. El divorcio va
contra el plan de Dios, que quiere un amor fiel e indisoluble en la vida
matrimonial. No se trata de ser fieles en los momentos en los que todo va bien,
que eso lo hace cualquiera, sino cuando el otro no es amable, cuando cuesta
casar las vidas; el amor de verdad es entrega y eso lo probamos en la cruz de
cada día.
Jesús nos invita a que la verdad brille en nosotros, que nuestro sí sea sí y
nuestro no sea no con transparencia y verdad. Porque todo lo que es verdad
viene de Dios y lo que es falseado o mentira del demonio.
Que tú, Señor, seas nuestro Camino, Verdad y vida.
Pautas de oración
Gracias, Jesús, por tu vida
Que la verdad brille en nosotros por sí
sola con transparencia y verdad
Familia Misionera Católica Verbum Dei
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