Anexo Eje 5 UdelaR

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PARA LA ELABORACIÓN DEL INFORME SOBRE EJE5 5. ITEMS 5,.1, 5.2, 5.6
El Consejo Directivo Central de la Universidad de la República, reunido en su sesión
ordinaria del martes 17 de julio de 2012 (Resolución Nro. 8) para la consideración del
Proyecto de Ley Orgánica del Instituto Universitario de Educación (IUDE) resolvió
(EXTRACTOS)
(I) ANTECEDENTES DEL TEMA Y DE LA POSICIÓN DE LA UNIVERSIDAD:
Pronunciamientos sobre el sistema nacional de educación pública.
- Diversas resoluciones y acciones resaltan la importancia de la construcción a largo
plazo de un sistema público de educación terciaria y superior en el marco de un cambio
estructural en el sistema educativo del Uruguay para avanzar hacia un país con
capacidades innovadoras, dinamismo productivo, justicia social, mejores condiciones de
vida y amplia participación democrática.
- Generalizar la enseñanza avanzada y permanente. Con ese propósito, es necesario
construir un Sistema Nacional de Educación Pública que incluya una Red de Enseñanza
Terciaria con alcance nacional, conformada por Instituciones autónomas,
democráticamente cogobernadas, en un clima de libertad, gratuitas y de ingreso libre, de
real calidad y coordinadas entre sí”, incluida la Universidad de la República.
- Enfatizar que esa transformación del conjunto de la educación pública uruguaya debe
estar orientada por un proyecto nacional cuyo contenido definimos como “Uruguay país
de aprendizaje” y con el propósito de avanzar hacia la generalización de la enseñanza
terciaria y superior, de calidad y conectada con el trabajo a lo largo de toda la vida
activa, como forma de disminuir la desigualdad de acceso y democratizar la educación.
Sobre la conjunción de tradiciones institucionales. Estas transformaciones
entendidas como partes de un proceso general extendido en el tiempo, con sus etapas y
períodos de transición, no pueden ser el mero resultado de resoluciones y decisiones de
órganos políticos y de gobierno sino que deben ir integrando tradiciones e incorporando
críticamente los antecedentes históricos y las ricas experiencias de formación docente en
el ámbito de la ANEP y de la enseñanza, investigación y extensión en el ámbito de la
Universidad de la República así como los resultados acumulados en el trabajo conjunto
realizado en el presente por ambas instituciones.
En este entendido, el texto de la Declaración conjunta ANEP-UDELAR aprobada el 10 de
julio de 2008 (CODICEN), reafirma que el proceso de coincidencias debe basarse en el
respeto a las tradiciones institucionales y educativas sedimentadas institucionalmente:
“La Administración Nacional de Educación Pública posee una valiosa tradición en
materia de formación didáctico-pedagógica de los docentes de los diversos subsistemas
que conforman la educación pública; La Universidad de la República posee, por su parte,
una vigorosa tradición en materia de investigación disciplinaria y una incipiente pero
prometedora investigación en materia educativa. Dada esta realidad, es vital elaborar
alternativas que sepan conjugar ambas tradiciones”.
Sobre Programas conjuntos. El trabajo conjunto, los Programas y Convenios acordados
entre las instituciones integrantes del sistema de educación pública es el mejor camino
para demostrar la voluntad concreta de avanzar y de generar la atmósfera de confianza
imprescindible que los cambios exigen a todos los actores involucrados en el proceso.
En materia de formación docente, la misma Declaración conjunta ANEP-UDELAR de 10
de julio 2008, acordó: “Es necesario asimismo, impulsar un programa conjunto dirigido a
la formación de los docentes de todos los niveles de la enseñanza, que incorpore variedad
de trayectorias que permitan alcanzar niveles de formación adecuados, reconocidos por
títulos de ambas instituciones. (…) Se entiende oportuno lograr un desarrollo
sistemático, continuo y articulado en la formación de servicios de docentes de ambas
instituciones, tanto en materia disciplinar como educativa”.
Sobre la autonomía de las instituciones.
“La autonomía de los Entes de la enseñanza pública está consagrada en la Constitución
(…). Profundizar la autonomía implica fomentar el protagonismo y la capacidad de
iniciativa de los actores más directamente vinculados a la educación. Se basa esto en la
convicción de que esos actores combinen su conocimiento de los problemas educativos
con la vocación de servir, con una perspectiva de largo plazo, a los mejores intereses de
la sociedad en su conjunto”.
Así entendida, “la autonomía es lo contrario de la autarquía; fortalecer la autonomía
pasa pues tanto por promover la descentralización y la democratización interna del
sistema educativo como para multiplicar y afianzar sus relaciones externas. En este
sentido, cabe promover una “autonomía conectada” con toda la sociedad”.
Sobre la coordinación, flexibilidad e integralidad del sistema. La Asamblea General
del Claustro de la Universidad de la República, en sus aportes al debate educativo, y
mediante Resolución de setiembre 2006 respecto a la coordinación de los entes dentro
del sistema y su relacionamiento con el medio, concluyó: “la coordinación y articulación
entre todos los actores del sistema nacional de enseñanza pública deberá establecerse
institucionalmente, prestando particular atención a las interfases entre todos los niveles
y deberá también atenderse a la coordinación y articulación del sistema nacional de
educación pública con actores externos a él (organizaciones de la sociedad civil, sector
productivo, sistema de investigación, ciencia, tecnología e innovación, medios de
comunicación, etc.)”.
En el mismo sentido, el 31 de marzo de 2007, el Consejo Directivo Central resolvió: “El
Sistema Nacional de Educación Pública deberá ser flexible, asegurando movilidad
horizontal y vertical a sus estudiantes y docentes, en particular el tránsito para los
egresados del sistema terciario que deseen continuar formaciones más largas en carreras
universitarias o posgrados, y deberá contemplar las interfases entre los diferentes
niveles. Tendrá asimismo que ofrecer diversidad de formaciones abiertas a las demandas
regionales, de corta duración, con inserción laboral y flexibilidad de opciones, que por
distintos caminos pueda llegar a los niveles más avanzados”.
Insistir en la necesidad de la coordinación entre los entes educativos existentes y los que
se irán consolidando, a la vez que con el resto del sector público y la sociedad civil,
ratificando resoluciones adoptadas, en particular: “a) Se necesita construir un verdadero
Sistema Nacional de Educación Terciaria Pública, que evite la compartimentación de las
instituciones, con sistemas de coordinación claros, que consoliden el trabajo común; b)
la coordinación entre instituciones debe incluir una normativa específica -en
cumplimiento de lo establecido en la Constitución (Aº 202) y la Ley General de Educación
(Aº 47)- que permita tránsitos muy fluidos entre los diversos niveles educativos y entre
diversas instituciones con interfases comunes, con programas compartidos,
reconocimiento de estudios, titulaciones conjuntas, etc.”9.
Más concretamente aún, entre los temas que debe haber coordinación, figuran:
programas y métodos de enseñanza; mecanismos y reglamentos que agilicen el tránsito
entre las diversos componentes del sistema, tanto de estudiantes como de
docentes; reconocimiento de títulos que permitan la continuación de estudios en otros
ciclos del sistema; estructura general de las disciplinas que se enseñan en varios ciclos;
interrelación entre institutos que pudieran trabajar e investigar sobre ramas o problemas
del conocimiento semejantes; políticas públicas de educación terciaria con énfasis en el
desarrollo integral y regional sustentables y la creación de institutos tecnológicos de
enseñanza terciaria; otros.10
Las propuestas de construcción institucional no deben acentuar la centralización
montevideana sino que se deben abrir amplias vías a la radicación de sedes conjuntas y
la colaboración a escala regional de todas las instituciones del Sistema, aspirando
asimismo a la descentralización.
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