El trabajo se publica hoy en la revista Nature, una de las más prestigiosas del mundo INVESTIGADORES DEL CNIO Y EL CSIC DEMUESTRAN POR PRIMERA VEZ EL PAPEL ONCOGÉNICO DE LA PROTEÍNA Cdc6 La sobreexprexión de esta proteína, cuya función es replicar el ADN, inactiva a un grupo de tres genes supresores de tumores -p16, p15 y p14-, que juntos constituyen una de las más importantes defensas naturales contra la aparición de tumores La investigación ofrece tres conclusiones completamente novedosas: se descubre un nuevo mecanismo de inactivación del locus configurado por los tres genes supresores de tumores, se demuestra por primera vez que la proteína Cdc6 es oncogénica y, también por primera vez, se encuentra una conexión entre una proteína de replicación y la epigenética Madrid, 30 de Marzo de 2006.- La proteína Cdc6 tiene actividad oncogénica, según ha concluido el trabajo de investigación cuyos resultados publica hoy la revista Nature, realizado por Manuel Serrano, Susana González, Juan Méndez y Montserrat Sánchez-Céspedes, investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) y el grupo de Francisco Antequera del Instituto de Microbiología Bioquímica (IMB) del CSIC y la Universidad de Salamanca. “El trabajo aporta tres conclusiones relevantes y novedosas en lo que se refiere a los mecanismos de desarrollo de tumores, y que por sus implicaciones ha merecido su publicación en Nature”, explica la investigadora Susana González del Grupo de Supresión Tumoral del CNIO, que ha realizado la principal parte del trabajo y encabeza la lista de autores. La primera es la identificación de un nuevo mecanismo de inactivación del locus INK4/ARF, configurado por los genes supresores de tumores p16, p15 y p14. Estos genes son reguladores negativos de la proliferación celular y este locus es una de las defensas anti-tumorales más importantes que poseemos en nuestro genoma. Su importancia se refleja en el hecho de que con muy alta frecuencia se encuentra inactivado en las células tumorales. La segunda es haber demostrado que la proteína Cdc6 tiene actividad oncogénica, algo previamente desconocido para una proteína implicada en la duplicación del ADN pero que puede explicar porqué en muchos cánceres humanos se encuentran niveles anormalmente altos de esta proteína. La tercera es el descubrimiento de la conexión entre una proteína reguladora de la replicación del ADN (Cdc6) y la epigenética, a la que cabría definir como el conjunto de modificaciones que influyen en la expresión de los genes y que son heredables pero independientes de la secuencia del ADN. “Hasta el momento”, explica Manuel Serrano, jefe del Grupo de Supresión de Tumores del CNIO, “se sabía que aproximadamente dos tercios de los casos de inactivación del locus INK4/ARF se deben a alteraciones de la secuencia del ADN (deleciones, mutaciones, etc.). Ahora podemos añadir un mecanismo más, que consiste en la actividad aberrante de la proteína Cdc6. La sobreexpresión de Cdc6 hace que el excedente de esta proteína, que normalmente se dedica a la replicación del ADN, adquiera nuevas propiedades y, concretamente, en el caso del locus INK4/ARF hace que su ADN sea empaquetado de una manera compacta y estable que impide su funcionamiento de manera irreversible. Este proceso, al que se conoce como heterocromatinización, produce la inactivación del locus y, como consecuencia, la pérdida de esta importante defensa anti-tumoral”. Para valorar la importancia de estos hallazgos, hay que tener en cuenta que la inactivación de este grupo de genes supresores tumorales junto con la alteración del gen p53 son las más frecuentes en cáncer. En el caso de los tumores de pulmón, los bajos niveles de p16 observados en muchos cánceres se correlacionan con niveles anormalmente altos de la proteína Cdc6. “Una conclusión importante del trabajo”, explica Francisco Antequera, Profesor de Investigación del CSIC en el IMB de Salamanca, “es que establece una relación directa entre la regulación de la replicación de los cromosomas y la expresión de los genes. El hecho de que la sobreexpresión de un gen como CDC6, con una función esencial en replicación, cause alteraciones epigenéticas y tenga un efecto negativo sobre la expresión de los tres genes supresores tumorales del locus INK4/ARF indica que otros genes implicados en replicación o en regulación epigenética podrían pasar a engrosar la lista de genes “sospechosos habituales” del desarrollo tumoral”. Para más información: Prensa del CNIO Luis Medina. Tel.: 619 29 19 66 Susa Alcami. Tel.: 917328034