Cuentos de paz

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CUENTO DE LA PAZ PERFECTA
Había una vez un Rey que ofreció un gran premio a aquel artista que pudiera
captar en una pintura la paz perfecta.
Muchos artistas lo intentaron...
El rey observó y admiró todas las pinturas, pero solamente hubo dos que a él
realmente le gustaron y tuvo que escoger entre ellas.
La primera era un lago muy tranquilo. Este lago era un espejo perfecto donde se
reflejaban unas plácidas montañas que lo rodeaban. Sobre éstas se encontraba
un cielo muy azul con tenues nubes blancas. Todos quienes miraron esta pintura
pensaron que reflejaba la paz perfecta.
La segunda pintura también tenía montañas. Pero estas eran escabrosas y
descubiertas. Sobre ellas había un cielo furioso del cual caía un impetuoso
aguacero con rayos y truenos. Montaña abajo parecía retumbar un espumoso
torrente de agua. Todo esto no se revelaba para nada pacífico. Pero cuando el
Rey observó cuidadosamente, miró tras la cascada un delicado arbusto creciendo
en una grieta de la roca. En este arbusto se encontraba un nido. Allí, en medio de
del rugir del la violenta caída de agua, estaba sentado plácidamente un pajarito
en el medio de su nido... la paz perfecta.
Cuál crees que fue la pintura ganadora?
El Rey escogió la segunda. ¿Sabes porqué?
“Porque," explicaba el Rey, "Paz no significa estar en un lugar sin ruidos, sin
problemas, sin trabajo duro o sin dolor. Paz significa que a pesar de estar en
medio de todas estas cosas permanezcamos calmados dentro de nuestro
corazón. Este es el verdadero significado de la paz."
CUENTO DE LA PAZ
Un día la madre Naturaleza se encontraba sentada alrededor de una mesa
comiendo con sus cinco hijos: la Fe, la Belleza, la Pureza, el Amor y la Paz, la
pequeña. La Naturaleza estaba enfadada porque la Fe, la Belleza, la Pureza y el
Amor no querían a la Paz. La Paz estaba sola. La madre Naturaleza quería que
todos fueran una gran familia y se quisieran por igual, por eso las llevo de viaje a
la Tierra, donde tendrían todo lo que quisieran siempre y cuando aceptaran a la
Paz en la familia. Cuando llegaron a la Tierra, la Fe, la Pureza, El Amor, La
Belleza y la Paz estaban muy a gusto, ya que su madre les daba todo lo que
necesitaban. Pero para la Belleza, La Pureza, el Amor y la Fe no era suficiente.
Querían más. La madre Naturaleza, que era muy generosa, bendijo a sus hijas
con otro regalo. Al Amor, le regalo la Inocencia; a la Pureza, le regalo la Unión; a
la Belleza, le regalo la Inteligencia; a La Fe, le regaló la Seguridad; a la Paz, la
Felicidad. Pero les puso una condición a todos, la Humildad. La Humildad era algo
que ninguno de ellos soportaba, excepto la Paz que era la más pequeña e
inexperta.
.
Los cinco hermanos seguían queriendo más, querían el Infinito.
Pero como su madre, la Naturaleza, no podía dárselo, ya que ni siquiera lo
conocía, decidió regalarles la Fertilidad, que era su bien más preciado.
La única forma en que podía regalarle la Fertilidad a sus hijos era separándoles.
Separó al Amor y la Inocencia; a la Pureza y la Unión; a la belleza y la
Inteligencia; a la Fe y la Seguridad; a la Paz y la Felicidad.
Les condeno, sin darse cuenta, a buscarse eternamente.
.
La madre Naturaleza, no pudo superar nunca el haber condenado a sus hijas a
vagar eternamente en busca de su mitad, decidió morir por ellas y entregarles la
Vida.
Sus hijos, no se dieron cuenta del sacrificio tan grande que había hecho su madre
por ellas. No lo entendieron. Empezaron a buscar a su madre por todos lados. La
Belleza creyó encontrarla en el Dinero, La Fe en la Violencia, El amor en el Sexo,
La Pureza en el Poder y la Paz en el Silencio.
Pero todos se sentían vacíos, ninguno la encontró. Entre todos, crearon el
Tiempo, y creyeron que Él aliviaría su Dolor. Después, se repartieron todo lo que
les había dejado su madre.
.
El Amor, se quedó con la primavera y el fuego; la Fe, con el verano y el sol; la
Belleza con el otoño y las flores; la Pureza con el invierno y el frío; y la Paz, que
se quedo con el mar y la tierra.
La Paz se encontraba sola en el extenso mar y decidió salir en busca de la
Felicidad. Al salir, se asustó con lo que vio, los cuatro hermanos estaban en
guerra los unos contra los otros, todos querían la tierra. La Paz intentó
detenerlos, pero los cuatro hermanos se unieron y la asesinaron en silencio.
Desde entonces, la Tierra le pertenece a la Fe, La Belleza, La Pureza y el Amor.
POEMA DE LA PAZ
Solo tres letras, tres letras nada más,
solo tres letras que para siempre aprenderás.
Sólo tres letras para escribir PAZ.
La P, la A, y la Z, sólo tres letras.
Sólo tres letras, tres letras nada más,
para cantar PAZ, para hacer PAZ.
La P de pueblo, la A de amar
y la Z de zafiro o de zagal.
(De zafiro por un mundo azul,
de zagal por un niño como tú).
Gloria Fuertes
CUENTO DE PAZ
Tres personas iban caminando por una vereda de un bosque; un sabio con fama
de hacer milagros, un poderoso terrateniente del lugar y, un poco atrás de ellos y
escuchando la conversación, iba un joven estudiante alumno de sabio.
Fue entonces cuando el poderoso dirigiéndose al sabio dijo: -"Me han dicho en el
pueblo que eres una persona poderosa y que inclusive puedes hacer milagros".
-"Soy una persona vieja y cansada...¿como crees que yo podría hacer milagros?
respondió.
-"me han dicho que sanas a los enfermos, haces ver a los ciegos y vuelves
cuerdos a los locos... esos milagros solo los puede hacer alguien muy poderoso".
-"¿te refieres a eso?... Tú lo has dicho, esos milagros solo los puede hacer
alguien muy poderoso... no un viejo como yo.. Esos milagros lo hace Dios, yo
solo pido se conceda un favor al enfermo o para el ciego y todo el que tenga la fe
suficiente en Dios puede hacer lo mismo.
-yo quiero tener la misma fe para realizar los mismos milagros que tú haces...
muéstrame un milagro para poder creer en tu Dios.
Ante la insistencia de aquel hombre poderoso, el sabio acepto mostrarle tres
milagros. Y así, con la mirada serena y sin hacer ningún movimiento le preguntó:
-¿Esta mañana volvió a salir el sol?
-Si, claro que sí.
-Pues ahí tienes un milagro... el milagro de la luz.
-No, yo quiero ver un verdadero milagro, oculta el sol, saca agua de un piedra...
mira, hay un conejo herido junto a la vereda, tócalo y sana sus heridas.
-¿Quieres ver un verdadero milagro? No es verdad que tu esposa acaba de dar a
luz hace algunos días?.
-¡Si! fue varón y es mi primogénito.
-Ahí tienes el segundo milagro, el milagro de la vida.
-Sabio...tu no me entiendes, quiero ver un verdadero milagro.
-¿Acaso no estamos en época de cosecha?, ¿no hay trigo y sorgo donde hace
solo unos meses había tierra?
-Si, igual que todos los años.
-Pues ahí tienes el tercer milagro...
-Creo que no me he explicado, lo que yo quiero...
Sus palabras fueron cortadas por el sabio, quien convencido de la obstinación de
aquel hombre y seguro de no hacerle poder comprender la maravilla que existe
en todo aquello que le había mostrado, señalo:
-te he explicado bien, yo hice todo lo que podía hacer por ti, si lo que encontraste
no es lo que buscabas, lamento desilusionarte, yo he hecho todo lo que podía
hacer.
Dicho esto, el poderoso terrateniente se retiro ,muy desilusionado por no haber
encontrado lo que buscaba. El sabio y su alumno se quedaron parados en la
vereda. Cuando el poderoso terrateniente iba muy lejos como para ver lo que
hacían el sabio y su alumno, el sabio se dirigió a la orilla de la vereda, tomó el
conejo, sopló sobre él y sus heridas quedaron sanadas; el joven estaba algo
desconcertado:
-Maestro te he visto hacer milagros como este casi todos los días, ¿Por qué te
negaste a mostrarle uno al caballero’
-lo que buscaba el no era un milagro, sino un espectáculo, le mostré tres
milagros y no pudo verlos. Para ser rey primero hay que ser príncipe, para ser
maestro primero hay que ser alumno… no puedes pedir grandes milagros si no
has aprendido a valorar los pequeños milagros que se te muestran día a día.
EL DIA QUE APRENDAS A RECONOCER A DIOS EN TODAS LAS PEQUEÑAS COSAS
QUE OCURREN EN TU VIDA, ESE DIA COMPRENDERAS QUE NO NECESITAS MAS
MILAGROS QUE LOS QUE DIOS TE DA TODOS LOS DIAS SIN QUE TU LOS HAYAS
PEDIDO. TODOS LOS DIAS SUCEDEN MILAGROS, TENER VIDA ES UNO DE
ELLOS...
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