D. Francisco Javier Lechuga Jiménez, sobrino de la benefactora, ha descubierto hoy una placa conmemorativa en un sencillo acto. EL CNIO RECIBE EL LEGADO DE UNA PARTICULAR El CNIO pondrá su nombre a una sala de Seminarios Madrid, 26 de Enero de 2011.- A partir de hoy, una de las salas de Seminarios con que cuenta el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) llevará el nombre de Clotilde Jiménez Caballero. Su sobrino D. Francisco Javier Lechuga Jiménez ha descubierto hoy en un sencillo acto la placa con la que el CNIO muestra su agradecimiento por el legado que Doña Clotilde dejó a este centro de investigación en su testamento. Clotilde Jiménez Caballero, la tercera de cuatro hermanos de una familia trabajadora, nació en Granada el 26 de junio de 1929, aunque vivió en Málaga, hasta contraer matrimonio en 1954 con Rafael Ramos Ruiz de Azúa, momento en el que trasladó su residencia a Madrid. Luego, al jubilarse su marido, volvieron a Málaga, concretamente a Torremolinos, donde residió hasta su fallecimiento, el 3 de abril de 2010, como consecuencia de un accidente cerebrovascular isquémico. Doña Clotilde perdió a varios familiares a causa del cáncer a lo largo de sus últimos años de vida. Una experiencia que la llevó a comprender la necesidad de promover la investigación de este grupo de enfermedades para lograr nuevos y más eficaces tratamientos. Y desde esta convicción decidió contribuir a este fin legando en su testamento parte de sus bienes al Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), en cuya labor investigadora confiaba plenamente. Aunque no es un hecho frecuente en España, no es la primera vez que un particular lega al CNIO parte de sus bienes para que sean dedicados a la investigación del cáncer. Su constitución como Fundación hace posible que pueda recibir legados testamentarios, pese a ser un centro público.