Discurso de Lucy Janet Loftus Jim nez; mejor promedio de aprovechamiento del grupo B de la maestr a en Periodismo Pol tico generaci n 2012-2013

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MENSAJE DE GRADUACION
No, no llegué aquí desde Torreón por la pericia de los pilotos,
ni por las incontables horas en la cámara de diputados junto
al presidente de bancada, menos aún por la carretera de
Pachuca, ni por mi esfuerzo en dar a conocer la belleza del
país a los Europeos, ni por mi trabajo en la Cámara de
diputados en el Estado de México, ni siquiera por la exitosa
campaña que dirigí en Oaxaca junto a un político congruente,
hijo esa bella tierra. Tampoco fue el hecho de que provengo
de una familia de connotados periodistas egresados de esta
gran institución, ni me detuvo la bendición de dar a luz a mi
primogénito y menos lo hicieron las largas noches preparando
información para Milenio, o la ardua preparación de los
programas culturales para la UAEM, o las interminables
madrugadas preparando información financiera en la Bolsa
de Valores, ni la cosquilla de Miss Coahuila en regresar a la
Licenciatura que cambió pero cuya pasión dentro de su
corazón nunca logro acallar y menos, pero mucho menos, me
trajo mi vieja motocicleta que cada sábado salía a salvar del
las garras del camión de la basura, que invariablemente la
consideraba chatarra. No, no, nada de esto es lo que en
realidad nos trajo aquí, nos trajo aquí nuestra inquebrantable
fe, nuestra fuerza de voluntad, nuestro profundo deseo de
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cambio y la más grande esperanza de que tenemos la
oportunidad de cambiar con palabras y no con armas, el
destino de este nuestro gran país.
Nos trajo la fuerte convicción de escribir sobre nuestra gran
riqueza plagada de pobreza, sobre los ‘espalda mojada’ que
arriesgan su vida todos los días por encontrar una
oportunidad, sobre aquellos que siembran estupefacientes
por falta de alternativas, sobre los niños de las calles y su
desolado futuro, sobre aquellas personas que esperando su
turno en alguna clínica social se agravan o fallecen por
negligencia o mal diagnóstico, y sobre tantos, tantos otros
pesares que se llevan a cuestas y en silencio, por que nadie,
nadie, alza un dedo o escribe un renglón, porque no son
noticia, no venden o políticamente son incómodos.
Queremos escribir sobre la cerrazón ante el dolor ajeno, ante
el sufrimiento, porque es más cómodo cerrar los ojos que
enfrentar la realidad y hacer algo al respecto. No, no
aceptamos ése destino, porque tenemos la voluntad de
escribir sin cansancio hasta poder cambiarlo.
Nos trajo el coraje de empuñar una pluma y que nuestros
relatos griten que las revoluciones en éste país no han
servido, no han funcionado, por que las injusticias se han
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multiplicado, la desigualdad no tiene proporcionalidad, la
educación ha sucumbido, los valores han caído, el gobierno
se ha podrido, los poderosos se han corrompido, el cinismo
ha incrementado, la impunidad no tiene paragón y nuestra
dignidad, si es que acaso nos queda, ha sido vulnerada,
pisoteada y resquebrajada.
Lo que hizo que nuestros desvelos fueran soportables y lo
que nos levanto todas esas mañanas sabatinas era el
llamado interior de un día con nuestras plumas tocar el
espíritu de muchas personas, nos mantuvo enfocados el
coraje de mover sus almas y hablarles a sus corazones,
nuestro cansancio se sobre puso semana a semana, porque
el cree en sí mismo no claudica y toma fuerza interior para
seguir construyendo lo que tiene por delante y proyectando lo
que puede ser el provenir, abriendo brecha, dejando huella,
asimilando experiencias, sembrando raíces, marcando
camino y levantando polvo, pero mucho polvo.
Queremos ser periodistas comprometidos, con alma, con
corazón, con capacidad de asombro, que sienten vergüenza
por sus faltas y por no ayudar a los necesitados, a los
desvalidos, cuya integridad sea motivo de orgullo y tarjeta de
presentación. Ser la voz de los que no la tienen, el sentir de
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los que no importan, el canal de cambio, el motivo de
esperanza, la fortaleza para los débiles. Ayudar a nuestros
semejantes y regresar mucho más de lo que afortunadamente
hemos recibido. Nos definimos como águilas, para no dejar
de volar y no dejar con las plumas de escribir.
Hoy empezamos a volar hacia lo que aquí nos trajo con
manos firmes, plumas afiladas, valores en el pecho y
principios en el tatuados en alma. Antes de emprender el
vuelo, queremos agradecer a nuestros maestros que se
esforzaron en moldearnos, sobre todo a aquellos que con la
valentía de su trabajo periodístico están haciendo la
diferencia en éste país --su ejemplo será luz de faro. A
aquellos cuya crucial labor pareciera invisible, a quienes
abrieron la puerta de entrada cada mañana con una sonrisa
en los labios y café caliente en la mano, quienes acomodaron
los ejemplares de la biblioteca y fotocopiaron hasta
aprenderse parte de nuestros textos, a quien hizo el aseo,
limpió baños, bancas y pizarrones nuestro profundo
reconocimiento a su silenciosa e imprescindible labor. A
Lucy, quien todas las mañanas destellando chispas de
juventud, alegría, entusiasmo y buen humor, nos visitó
dándonos siempre esperanza. A nuestra Directora quien
estuvo siempre ahí para brindarnos apoyo y consejo.
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A nuestros invitados –presentes y ausentes--, porque son
impensables nuestros logros, anhelos, deseos y triunfos sin
ustedes.
A todos los aquí presentes los invitamos a desprenderse del
egoísmo, a voltear hacia los demás, a luchar contra la
injusticia, a no dar paso a la corrupción, a vencer la
impunidad, a ayudar a los desvalidos, los necesitaros, a
recobrar la capacidad de condolernos, a ser empáticos, a
tender la mano una y otra vez a mirar y no a ignorar, a hablar,
a defender nuestros derechos, principios y valores.
Tengamos el valor de dejar nuestra zona de confort aquella
trinchera donde todo está bien si yo estoy bien y
comprometernos con causas que cada día nos hagan más
humanos y más sensibles.
Hoy no nos resta mas que dar gracias a la vida porque nos ha
colocado en la privilegiada situación de poder ayudar a los
demás. Hoy empieza nuestro vuelo y todo gran viaje empieza
con un primer gran paso, TIEMPO DE EMPRENDER EL
VUELO, FELICIDADES, EN HORA BUENA!
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