La Competencia Desleal

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LA COMPETENCIA DESLEAL
7.1. Libertad de Comercio e Industria
2
7.2. Delitos contra la Industria o el Comercio
3
7.3. La Competencia Desleal
5
7.3.1. La Competencia Ilícita
6
7.3.2. La Competencia Desleal en el Convenio de París para la Protección de la
Propiedad Industrial
7
7.3.3. Aspectos Jurídicos de la Competencia Desleal
8
7.3.4. Regulación Legal en México de la Competencia Desleal
9
LA COMPETENCIA DESLEAL
7.1. LIBERTAD DE COMERCIO E INDUSTRIA
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El principio de libertad de comercio se estableció en la Declaración de los
Derechos del Hombre de 1791, al amparo de una nueva doctrina que proclamó
la igualdad de todos ante la ley. Posteriormente, la Loi Royes del 17 de marzo
del mismo año, confirmó la libertad de la industria y comercio.
El liberalismo económico adopta este principio, que funcionó en el mundo hasta
el ocaso de la Primera Guerra Mundial y más decisiva y notable después de la
Segunda (1939-1945), en que se incrementa la intervención del Estado en la
economía. Previa a la Revolución Francesa, la excesiva reglamentación
administrativa, las servidumbres y el poder real, restringieron el desarrollo del
comercio y de la industria, hasta impedir la concurrencia de los particulares y la
competencia de los comerciantes y de los empresarios, que son
manifestaciones de la libertad de comercio.
Los principios de libertad de comercio e industria se expandieron a todos los
niveles de la economía y provocaron la creación y desarrollo de grandes
corporaciones, en las que se introdujo la producción en masa destinada y
enfocada a un mercado más amplio, y en las que se acumulaban enormes
capitales distribuidos en amplios sectores de la población.
Sin embargo, dada la fuerza que tenían estas corporaciones, comenzaron a
abusar de su poder, en perjuicio de los empresarios más débiles, con lo que
consiguieron el dominio en el mercado basándose en monopolios, de
imposición de políticas económicas, de incremento en los precios y del
detrimento en la calidad de los productos y servicios, provocando también un
daño a los consumidores. Tal abuso de poder planteó la necesidad de regular
la concurrencia, prohibir practicas inmorales de competencia y situaciones
monopólicas y oligopólicas que el poder público consideraba dañinos para los
intereses de la colectividad.
En Estados Unidos se dictó la primera ley contra los monopolios y reguladora
de la concurrencia, la Sherman Act, a fines del siglo XIX (1890). En 1914
adicionó a la legislación Anti Trust la Clayton Act, contra la discriminación de
precios y que también se refiere a las cláusulas de exclusividad en los
contratos de venta, suministro, distribución. En el ámbito internacional, la
Convención de París para la protección de la Propiedad Industrial (1883),
además de reglamentar las invenciones, las marcas, los nombres y los avisos
comerciales, adicionó un Artículo, el 10 bis, en que prohíbe las prácticas
desleales de competencia.
La libertad de comercio en México fue ordenada por primera vez en 1789,
antes de la Declaración de los Derechos del Hombre. La Nueva España al igual
que Venezuela, fueron las últimas colonias ultramarinas del imperio español en
las que se estableció dicha libertad; desde 1778 las diversas colonias
españolas fueron aplicando el Reglamento de Comercio Libre. Las mercancías
que venían de España se hallaban tasadas y sujetas, para su traslado y
distribución a difíciles procedimientos burocráticos. Por esto el contrabando fue
siempre una próspera institución que permitía proveer las plazas comerciales
evitando trámites administrativos e impuestos.
En la Nueva España el comercio se encontraba acaparado en manos de los
comerciantes del Consulado. Los indígenas estaban sujetos al régimen de
reparto de mercancías que estaban en manos de los alcaldes mayores y
corregidores, los que tenían en su poder el reparto del maíz, las mantas, la
grana cochinilla y otros productos importantes para la vida de las comunidades
indígenas. La política comercial impuesta por la Corona impedía la producción
dentro del territorio novohispano, de todas aquellas mercancías que venían de
España, la producción y comercialización de algunos productos se hallaban en
manos del Estado.
Después de la independencia, el tema de la libertad de comercio generó
polémicas en la esfera de los gobernantes, comerciantes y pensadores
mexicanos, ya que los conservadores pugnaban por un régimen proteccionista
que buscaba desarrollar y aumentar el comercio interno, mientras que los
liberales fueron de la idea de que la libertad de comercio se enfocara a vincular
el comercio nacional con los mercados extranjeros. Finalmente la mencionada
libertad fue aceptada como principio básico para el desarrollo de la nación
mexicana.
La libertad de comercio fue reconocida en el Plan de Ayutla (Artículo 7) de 11
de marzo de 1854, que es antecedente de la Constitución de 1857, la que, en
su Artículo 4, consagro el principio, que pasaría a la Constitución de 1917
vigente en su Artículo 5.
Artículo 5:
A ninguna persona podrá impedirse que se dedique a la profesión, industria,
comercio o trabajo que le acomode, siendo lícitos. El ejercicio de esta libertad
sólo podrá vedarse por determinación judicial, cuando se ataquen los derechos
de tercero, o por resolución gubernativa, dictada en los términos que marque la
ley, cuando se ofendan los derechos de la sociedad. Nadie puede ser privado
del producto de su trabajo, sino por resolución judicial.
7.2. DELITOS CONTRA LA INDUSTRIA O EL COMERCIO
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Este concepto hace referencia a las conductas ilícitas que atentan contra la
libertad comercial, industrial o de empresa refiriéndose a la producción,
manufactura, distribución y comercialización de productos, patentes, marcas,
derechos de autor, etc., que están tipificadas como delitos en las leyes
pertinentes (penales, mercantiles), las que establecen una pena monetario y/o
corporal. Pero también existen conductas prohibidas (infracciones), que sin
llegar a configurar el ilícito penal, se sancionan en forma administrativa a través
de las leyes y reglamentos respectivos.
Como se señala en el punto anterior, en Estados Unidos de América existen
leyes internas antimonopólicas como la Sherman (1890), la Clayton (1914) y la
Celler Kefavver (1950), que impiden la concentración y la fusión de empresas.
Sin embargo la Ley Webbpomerene promovió la creación de las
multinacionales (Foreign joint ventures) hacia el exterior.
También el Tratado de Roma (25-III-1957), por el que se crea la Comunidad
Económica Europea, prohíbe a partir del Artículo 85, las prácticas monopólicas.
Asimismo, se mencionó que la Convención de la Unión de París para la
protección de la Propiedad Industrial (20-III-1883), última revisión en Estocolmo
(14-VI-1967), resulta ser un instrumento jurídico internacional clave contra la
competencia desleal.
El Convenio Interamericano sobre Derechos de Autor (Washington: 22-VI1942), establece protección para obras de arte hechas para fines
principalmente industriales, además, faculta a los Estados para que éstos
instalen leyes nacionales para tal finalidad.
La legislación mexicana, siguiendo lo establecido en la Constitución en su
Artículo 28 en sus tres primeros párrafos, que ordena castigar “severamente” y
perseguir “con eficacia” toda conducta que contraríe el comercio y la industria,
“con perjuicio del público en general o de alguna clase social”, configuró
algunas conductas delictivas en garantía de la libertad comercial, industrial, de
trabajo, profesión u oficio (Artículo 5 constitucional párrafo primero), de
asociación (Artículo 9 constitucional párrafo primero), de propiedad privada
(Artículo 27 constitucional párrafo primero) y de concurrencia y competencia
(Artículo 28 constitucional párrafo segundo), en protección del público
consumidor, de la economía y riqueza nacionales.
El Código Penal para el Distrito Federal de 1871, en su capítulo XIII título
octavo libro primero denominado “delitos contra la industria o el comercio”, en
su Artículo 925, sancionaba cualquier conducta que impidiese el libre ejercicio
de la industria o el trabajo con ocho días a tres meses de arresto y multa de 25
a 500 pesos o una sola de estas penas, y en su Artículo 927, sancionaba todo
proceder que hiciere perder el crédito a una casa de comercio, con pena de
tres meses de arresto a tres años de prisión y multa de 300 a 3000 pesos, sin
perjuicio de la responsabilidad civil.
El Código Penal para el Distrito Federal de 1929 en su libro tercero, título
decimosegundo denominado “de los delitos económicos-sociales”, tenía en el
capítulo primero a “los delitos contra el comercio y la industria”, y en sus
Artículos 751 a 758, castigaba el acaparamiento, la obstaculización de la libre
competencia, de la libre concurrencia, las ventajas exclusivas e indebidas, el
alza o baja en los precios de las mercancías o valores, la competencia desleal
y el saqueo o intimidación a comerciantes. El capítulo segundo llamado “de los
delitos contra la propiedad industrial”, en su Artículo 762 y siguientes, penalizó
las conductas que con fin comercial o industrial atentasen contra la propiedad
industrial.
El Código Penal para el Distrito Federal en Materia de Fuero Común y para
toda la República en Materia de Fuero Federal de 1931, reformado el 18 de
mayo de 1999 y que ahora se denomina Código Penal Federal, regula esta
materia en el libro segundo, título decimocuarto: “delitos contra la economía
pública”, capítulo primero “delitos contra el consumo y la riqueza nacionales”.
7.3. LA COMPETENCIA DESLEAL
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La legislación vigente concentra a los delitos contra la industria o el comercio,
fundamental y casi exclusivamente en la competencia desleal, esto quiere
decir, que emplea esta figura como el punto de partida, la perspectiva a través
de la cual reglamenta los distintos supuestos de un ilícito penal, civil o
administrativo.
La concurrencia mercantil significa la participación de dos o más sujetos en una
actividad comercial, ofreciendo sus productos o sus servicios al público. En el
sistema económico del mercado, propio de los países capitalistas, la
concurrencia implica la competencia entre los concurrentes.
Así, al existir la libertad de concurrencia se hace factible la posibilidad de
abusar de ella y por consiguiente dañar a un competidor determinado al
comercio, industria, empresa en general o a los consumidores.
En la lucha que emprenden los comerciantes y los industriales para atraer la
clientela hacia su establecimiento o hacia sus productos, hacen uso de muchas
y variadas actividades, como el anuncio, las promociones de ventas, las
campañas de clientes, etc., las cuales son lícitas y permitidas. Son actos que
no se traducen en un perjuicio para un competidor y que van de acuerdo con
las prácticas comerciales generalmente aceptadas en todas partes. Sin
embargo, existen numerosos actos que implican ventajas indebidas, provechos
no legales y que lesionan a los intereses de otros comerciantes y de los
consumidores, entre los que causan confusión con tal conducta; tales
actividades se conocen con el nombre de competencia desleal.
Algunos conceptos de competencia desleal son:
Toda práctica alevosa de quien pretende desviar, en su favor, la clientela ajena,
particularmente de algún establecimiento mercantil, industrial o empresarial,
sirviéndose para tal fin de equívocos, coincidencias causales de nombre, falsos
indicios o cualquier medio de propaganda o publicidad engañosas.
“Conducta de un comerciante o industrial dirigida a desviar en provecho propio
la clientela de otro por medio de maquinaciones dolosas, produzcan o no el
efecto perseguido.”
El vocablo competencia puede entenderse como rivalidad. La vida moderna
enseña que entre los establecimientos industriales o comerciales, semejantes o
afines, la competencia no es otra cosa que la rivalidad por producir más y
mejor, por lograr la mayor salida posible de un producto y a precios que a la par
que atraigan al comprador, produzcan beneficio indudable a la empresa, por lo
tanto, está en juego otro elemento, la clientela.
La competencia desleal se persigue para salvaguardar un mínimo de moralidad
en las transacciones mercantiles y un mínimo de igualdad en la competencia
de los comerciantes. Las reglas de la competencia deshonesta se fundan
precisamente en las normas derivadas de los usos honrados del comercio. Los
actos de competencia desleal tienden a estorbar los procesos normales de
formación de la clientela.
7.3.1. LA COMPETENCIA ILÍCITA
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Retomando las fuentes consultadas para definir a la competencia desleal, se
puede señalar:
Entiéndase por competencia ilícita (competencia desleal criminosa o
competencia prohibida): todo proceder abusivo (deshonesto) en el ejercicio del
comercio, industrial o empresarial, manteniendo la rivalidad profesional, a
través de medios reprobables y con transgresión a expresas normas
prohibitivas contenidas en leyes, reglamentos (penales, comerciales) o
contratos.
“Ejercicio inescrupuloso del comercio y de la industria en perjuicio de los
comerciantes o industriales del mismo ramo.”
Las expresiones competencia ilícita y competencia desleal se han venido
usando unas veces como sinónimos y otras veces estableciendo una distinción
entre ambas, sin que haya existido un criterio unánime sobre los conceptos
correspondientes a las dos expresiones.
Se pueden señalar como elementos constitutivos en lo que concierne a uno u
otro o entre ambos conceptos:







Una norma que prohíbe y sanciona a la conducta incorrecta o un uso
que protege la libertad comercial;
Una obligación de no hacer;
Una rivalidad (conducta competitiva) practicada por quienes compiten
(comerciantes);
Un comportamiento tal de los rivales (industriales) que lesiona principios,
normas o usos que permiten dedicarse libremente al trabajo, industria,
comercio o empresa lícitos;
Un propósito del infractor para obtener una ventaja por los actos
practicados. Ventaja indebida, a la que no se tiene derecho y la cual no
necesariamente habrá de ser económica;
Un perjuicio que resulta al contender en esas condiciones, y
Un bien jurídicamente protegido (la libertad de comercio, de
competencia, o mejor igualdad en el ejercicio de actividades
económicas, los consumidores, la clientela, etc.).
En resumen, todos los actos contrarios a la concurrencia honrada en materia
industrial o comercial, son de competencia desleal e ilícitos, lato sensu; pero
stricto sensu, son ilícitos los encuadrados en una expresa norma prohibitiva
legal o contractual, es decir, desde el primer momento son violatorios de la ley
o del pacto; por el contrario, los de competencia desleal no atentan contra
disposición legal o pacto expresos, sino contra usos o prácticas comerciales o
industriales cuya existencia está sujeta a demostración.
7.3.2. LA COMPETENCIA DESLEAL EN EL CONVENIO DE PARÍS PARA LA
PROTECCIÓN DE LA PROPIEDAD INDUSTRIAL
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Como se menciona en la primera parte de éste capítulo, la norma de alcance
más general respecto a la competencia desleal en México, no está contenida
en una ley interna especial, sino en un tratado internacional, como es el
Convenio de París para la Protección de la Propiedad Industrial del 20 de
marzo de 1883, en su última revisión, adoptado en Estocolmo el 14 de julio de
1967, aprobado por México el 11 de septiembre de 1975, promulgado por el
Ejecutivo Federal y publicado en el Diario Oficial de la Federación del 27 de
julio de 1976; que por tanto es “Ley Suprema de toda la Unión”, según el
Artículo 133 constitucional.
Artículo 10 Bis
(Competencia desleal)


Los países de la Unión están obligados a asegurar a los nacionales de
los países de la Unión una protección eficaz contra la competencia
desleal.
Constituye acto de competencia desleal todo acto de competencia
contraria a los usos honestos en materia industrial o comercial.
En particular deberán prohibirse:



Cualquier acto capaz de crear una confusión, por cualquier medio que
sea, respecto del establecimiento, los productos o la actividad industrial
o comercial de un competidor;
Las aseveraciones falsas en el ejercicio del comercio, capaces de
desacreditar el establecimiento, los productos o la actividad industrial o
comercial de un competidor;
Las indicaciones o aseveraciones cuyo empleo, en el ejercicio del
comercio, pudieren inducir al público a error sobre la naturaleza, el modo
de fabricación, las características, la aptitud en el empleo o la cantidad
de los productos.
Esta norma, que sólo establece casos particulares de concurrencia o
competencia desleal, debe interpretarse extensivamente para comprender
otros casos en los que también se ejecute un acto contrario a los usos
honestos en materia comercial.
7.3.3. ASPECTOS JURÍDICOS DE LA COMPETENCIA DESLEAL
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Bien jurídico: son variadas las teorías que han intentado precisar cual es el bien
jurídico protegido contra la competencia desleal, básicamente se engloban en
dos grupos: el primero comprende las tesis que lo identifican con un derecho
de naturaleza patrimonial, como un derecho a la clientela, al aviamiento (avío o
fondo de comercio), a la hacienda o a la empresa; y el otro que lo identifica con
un derecho de personalidad, lo explican como una responsabilidad extra
contractual o un abuso en el ejercicio de los derechos.
En el Derecho Positivo Mexicano, ciertas normas salvaguardan intereses
particulares, pero existen otras tendientes a proteger un interés general
lesionado con el acto de competencia desleal. Por un lado se garantiza la
libertad comercial, industrial, de competencia, de trabajo, de propiedad privada,
de libre iniciativa y por el otro, se defiende la economía, el consumo y las
riquezas nacionales.
Sujetos: activo y pasivo, presupone la calidad de concurrentes, es decir, se
requiere que exista entre los infractores una relación de concurrencia, una
conexión de rivalidad. El sujeto activo tendrá que ser una persona física, pues
sólo el ser humano puede cometer actos delictuosos. Sujeto pasivo puede ser
tanto una persona física como jurídica. Resulta claro que los transgresores de
estas conductas son industriales o comerciantes.
La competencia puede ser específica cuando se dirige a un competidor
determinado o genérica si es contra un grupo de rivales; asimismo, en cuanto a
la relación de competencia debe tomarse en cuenta tanto la que se establece
en el presente, como la futura o potencial.
Antijuridicidad: la acción típica en la competencia desleal debe encaminarse a
conseguir una ventaja, pues en la generalidad es lo buscado en la rivalidad
mercantil.
Culpabilidad: se requiere la forma dolosa; el dolo específico de provocar una
daño al competidor.
Tentativa: esta clase de conductas al tipificarse como delitos admiten la
tentativa, ya que el precepto prescribe que se trate de “todo acto o
procedimiento que evite o dificulte o se proponga evitar o dificultar” (Artículo
253 Fracción I, inciso b del Código Penal Federal).
7.3.4. REGULACIÓN LEGAL EN MÉXICO DE LA COMPETENCIA DESLEAL
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En la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos:
Artículo 5 1er. Párrafo:
A ninguna persona podrá impedirse que se dedique a la profesión, industria,
comercio o trabajo que le acomode, siendo lícitos. El ejercicio de esta libertad
sólo podrá vedarse por determinación judicial, cuando se ataquen los derechos
de tercero, o por resolución gubernativa, dictada en los términos que marque la
ley, cuando se ofendan los derechos de la sociedad. Nadie puede ser privado
del producto de su trabajo, sino por resolución judicial.
Artículo 28, 2º. Párrafo:
“La ley castigará severamente, y las autoridades perseguirán con eficacia, toda
concentración o acaparamiento en una o pocas manos de artículos de
consumo necesario y que tenga por objeto obtener el alza de los precios; todo
acuerdo, procedimiento o combinación de los productores, industriales,
comerciantes o empresarios de servicios, que de cualquier manera hagan, para
evitar la libre concurrencia o la competencia entre sí y obligar a los
consumidores a pagar precios exagerados y, en general, todo lo que constituya
una ventaja exclusiva indebida a favor de una o varias personas determinadas
y con perjuicio del público en general o de alguna clase social“.
En el Código Penal Federal:
Artículo 253:
Son actos u omisiones que afectan gravemente al consumo nacional y se
sancionarán con prisión de tres a diez años y con doscientos a mil días de
multa, los siguientes:
I. Los relacionados con artículos de consumo necesario o generalizado o
con las materias primas necesarias para elaborarlos, así como las
materias primas esenciales para la actividad de la industria nacional, que
consisten en:
a) ...
b) Todo acto o procedimiento que evite o dificulte, o se proponga evitar o
dificultar la libre concurrencia en la producción o en el comercio;
c) ...
d) Todo acuerdo o combinación, de cualquier manera que se haga, de
productores, industriales, comerciante o transportistas, para evitar la
competencia entre sí y traiga como consecuencia que los consumidores
o usuarios paguen precios exagerados; ...
En la Ley de la Propiedad Industrial:
Artículo 213:
Son infracciones administrativas:
I. Realizar actos contrarios a los buenos usos y costumbres en la industria,
comercio y servicios que impliquen competencia desleal y que se
relacionen con la materia que esta Ley regula.
IX. Efectuar, en el ejercicio de actividades industriales o mercantiles, actos
que causen o induzcan a confusión, error o engaño, por hacer creer o
suponer infundadamente:
a) a)la existencia de una relación o asociación entre un
establecimiento y el de un tercero;
b) b)que se fabriquen productos bajo especificaciones, licencias o
autorización de un tercero;
c) c)que se presten servicios o se venden productos bajo
autorización, licencias o especificaciones de un tercero;
d) d)que el producto de que se trate proviene de un territorio, región
o localidad distinta al verdadero lugar de origen, de modo que
induzca al público a error en cuanto al origen geográfico del
producto;
X. Intentar o lograr el propósito de desprestigiar los productos, los servicios,
la actividad industrial o comercial, o el establecimiento de otro...
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