ENFERMEDADES REUMÁTICAS: PUNTO DE VISTA DE LA MEDICINA BIOLÓGICA No es casual que con la aparición de los cambios climáticos se agudicen las dolencias reumáticas. El otoño suele ser el tiempo en que éstas se dejan notar más por una serie de factores ligados no sólo al cambio climático sino a la adaptación del cuerpo al nuevo horario y ritmo de trabajo de la nueva temporada que da comienzo. Sólo con esta apreciación, ya asumimos el carácter psicosomático de esta dolencia, aunque la Medicina Biológica va más lejos y relaciona también este tipo de dolencias con la alimentación. Las enfermedades reumáticas se caracterizan por la aparición periódica de dolor en las articulaciones, inflamación de la zona, rigidez matutina o malestar general. La Medicina Tradicional alopática trata este tipo de enfermedades atacando los síntomas, es decir luchando contra la inflamación y el dolor; por ello receta antinflamatorios y analgésicos, ambos con efectos secundarios variables en tratamientos continuados. La postura de la Medicina Biológica ante las enfermedades reumáticas se acerca a aquel proverbio médico chino que reza que “es muy fácil recetar medicamentos, pero muy difícil diagnosticar la enfermedad”. Así que no vale una terapia que sólo considere los síntomas, sino que hay que profundizar en la enfermedad hasta llegar a la causa. “La Medicina Biológica - asegura el doctor Mariano Bueno - sabe que la enfermedad no es nunca un hecho aislado. Es decir, la inflamación en una articulación no se produce porque hay un daño exclusivo en esta articulación. Se ha producido como consecuencia de que el organismo ha sufrido un maltrato. Y el tratamiento ha de tener un punto de mira global. Y desde esta perspectiva, la salud del organismo depende en gran parte de la salud del intestino, en particular del colon. El 90% de las enfermedades de la civilización tienen su origen en un colon perturbado. El colon es el principal depositario de los deshechos y, por tanto, el principal perjudicado cuando los mecanismos de evacuación y limpieza no funcionan bien”. Hace más de 50 años, Alexis Carrel realizó un experimento que puso de manifiesto que sin la eliminación de toxinas, los organismos no podían subsistir porque las células morían, víctimas de su propia intoxicación. Así que las toxinas que restan en el colon pueden encaminarse hacia un punto determinado y desarrollar allí un dolor reumático o una inflamación. Por tanto, la Medicina Biológica relaciona los dolores reumáticos con el depósito de toxinas en las articulaciones. Lane, cirujano inglés especialista en cirugía abdominal, puso en evidencia la relación existente entre las alteraciones cólicas y las enfermedades generales. Él fue testigo de curaciones espectaculares de enfermedades crónicas del aparato locomotor tras intervenciones en el colon. O, en algunos casos, los síntomas de una hernia discal desaparecen después de una hidroterapia de colon. “La alimentación actual - sigue el director de BIOSALUD - puede ser una de las causas de estos desequilibrios debido a la presencia de conservantes, colorantes, potenciadores del sabor, etc. El consumo excesivo de carne destruye la flora intestinal o bacterias responsables de la digestión intestinal y pilares fundamentales del sistema inmunitario. Las toxinas intestinales pasarán, a través de la pared porosa, al hígado y a la circulación linfática. Y si esto se produce como un hecho aislado, se restablecerá la normalidad. Pero si esto se produce como situación crónica, las toxinas desbordarán el hígado y los ganglios linfáticos y se diseminarán por todo el organismo y se depositarán en puntos débiles como las articulaciones”. Por tanto, es preciso ver las enfermedades reumáticas no sólo desde la perspectiva local y regional, sino global, y asumir que constituyen una localización de toxinas en un punto determinado y que hay que tratar y controlar toda la intoxicación orgánica de aquel individuo. Limpieza del colon, un cambio alimentario (una dieta biológicamente sana), ejercicio suave y sedación o prácticas de meditación para restablecer al organismo estresado, así como una terapia antioxidante, medicamentos homeopáticos específicos para cada caso, o recurrir a la medicina espagírica* configuran en conjunto, el tratamiento que proponemos. “Otro punto de vista a añadir es la posible relación entre una enfermedad reumática y la salud bucodental. Realmente, son pocos los odontólogos que tienen una visión biológica (holística) de su especialidad. Y la odontología neurofocal se basa en la conexión nerviosa existente entre cada una de las piezas dentarias (odontones) y las diferentes partes del organismo. Por ello, diferentes alteraciones del cuerpo pueden tener su base en un foco dental. Por lo que hay que aconsejar, ante cualquier dolor reumático, pasar una revisión odontológica con estos criterios (que la mayoría de los dentistas no conocen), en particular si el individuo confiesa que hace tiempo no la ha pasado”. *Medicina Espagírica La Medicina Espagírica nos da un concepto diferente de lo que es la salud y la enfermedad. Es una Medicina muy antigua, que procede de los árabes. Como en aquella época, no tenían los medios de diagnóstico que existen en estos momentos, para poder explicar las enfermedades, se fijaban en la naturaleza, en los ritmos circadianos, en los astros, en los reinos animal, vegetal y mineral. Paracelso decía que somos un microcosmos, que funciona como el macrocosmos. Así arriba como abajo, como en el Padre Nuestro, así en la tierra como en el cielo. De este modo, las enfermedades se explicaban según el cosmos, y así mismo las trataban con remedios que se asemejaran al mismo cosmos, respetando la armonía de la naturaleza y combinando las plantas con los minerales, guardando determinadas reglas. De este modo, los remedios formulados con estas premisas y fabricados estrictamente según el método espagírico, no tratan solamente a determinados órganos, sino a otras partes del organismo, e incluso otros niveles de la persona. Por ejemplo, el cáncer lo relacionamos con Saturno. Saturno representa el bazo, motor de todo el sistema inmunológico. Corresponde con los estadios finales de la enfermedad. De hecho, Saturno se representa con un cráneo (signo de la muerte) que lleva un agujero, dando a entender que existe un nuevo camino por donde sigue la existencia. Con este método, podemos traducir las enfermedades a una dimensión más alta, relacionándolas con el cosmos. Los remedios espagíricos más efectivos son los fabrican los Laboratorios Phyto-Esp con la marca Soluna. Estos productos no tratan solamente al órgano afectado, sino que el tratamiento es más profundo. Renalin que es uno de los fármacos Soluna no sólo trata el riñón, trata también los desórdenes de comunicación de la persona con su entorno. De hecho, es muy frecuente que en mujeres con problemas de comunicación con sus maridos, cólicos renales. Para trabajar con esta sistemática, debemos conocer más cosas por parte del paciente, ya que todo nos puede influir en el proceso de la enfermedad y por tanto, en su curación. Todas las enfermedades comienzan con una pérdida de la regulación basal con el sol y la luna, del biorritmo. Nuestro organismo responde de una manera determinada ante cualquier tipo de estímulo, tanto químico, físico, tóxico, como psíquico. Esta respuesta por parte del organismo será diferente según el estado de salud o, mayor o menor nivel de enfermedad. En un organismo sano, la respuesta ante un estímulo químico, físico, tóxico o psíquico será una respuesta en dos fases. La primera fase es la del sistema nervioso simpático, que es el defensor de la vida. Regula la autodefensa del organismo. Una vez producido el estímulo, el sistema nervioso simpático comienza a luchar contra el “enemigo”. Producirá una inflamación. Una vez que lo ha identificado, es cuando entrará en juego el sistema nervioso parasimpático. La fase simpática es la de reconocimiento del estímulo. La fase parasimpática es la del estudio y memorización. Así el sistema inmunitario memoriza el proceso. La fase parasimpática conserva la experiencia de la simpática. Hay una similitud con el sistema inmunitario. La defensa del organismo comienza ya en la fase simpática. La experiencia de una respuesta no sólo se memoriza por el sistema inmunitario, sino en la conciencia del hombre. Nuestro sistema inmunitario siempre funciona así. En la fase parasimpática se crea el anticuerpo, tras el reconocimiento en la fase simpática del antígeno. Por ejemplo: un niño que va a tocar algo que está muy caliente. Por mucho que le avisemos, al final, instintivamente, lo tocará. Cuando se queme, se le quedará grabado en la mente y ya no volverá a hacerlo. Este es el conocimiento. La Medicina Espagírica es una de las técnicas más efectivas de la Medicina Biológica.