Portada Tabla de contenido Introducción ........................................................................................................................ 3 Desarrollo ............................................................................................................................ 4 Objetivo del Procedimiento Administrativo Disciplinario y de Responsabilidad Patrimonial .................................................................................................................................. 4 Fundamento Jurídico y el Debido Proceso ..................................................................... 6 Ámbito de Aplicación ..................................................................................................... 8 Principios del Procedimiento ........................................................................................ 10 Principio de Legalidad .............................................................................................. 13 Principio de Objetividad ..................................Ошибка! Закладка не определена. Principio de Proporcionalidad..........................Ошибка! Закладка не определена. Principio de Imparcialidad ...............................Ошибка! Закладка не определена. Principio de Transparencia ...............................Ошибка! Закладка не определена. Partes del Procedimiento............................................................................................... 22 Funcionario Investigado............................................................................................ 24 Entidad Administrativa ....................................Ошибка! Закладка не определена. Órgano Sancionador.................................................................................................. 22 Sobre el Expediente Administrativo ............................................................................. 25 Medidas Cautelares ....................................................................................................... 28 Excepciones Previas y de Fondo................................................................................... 32 Conclusiones ................................................................................................................. 34 Referencias ........................................................................................................................ 36 Introducción El Procedimiento Administrativo Disciplinario y de Responsabilidad Patrimonial es un mecanismo clave dentro del sector público, ya que regula la manera en que se investigan y sancionan las posibles faltas cometidas por los funcionarios públicos. Su principal finalidad es garantizar la transparencia, la legalidad y la eficiencia en la gestión pública, asegurando que cualquier actuación irregular sea corregida y que las responsabilidades administrativas sean debidamente establecidas. Uno de los pilares fundamentales de este procedimiento es el debido proceso legal, el cual protege a los trabajadores frente a decisiones arbitrarias o injustificadas. El respeto a esta garantía es esencial para mantener un equilibrio entre la potestad sancionadora del Estado y la seguridad jurídica de los funcionarios públicos. Como se menciona en la Normativa de Relaciones Laborales, "el debido proceso es una garantía esencial que debe regir todo procedimiento administrativo sancionador, asegurando que el servidor público tenga derecho a defenderse y a ser escuchado antes de que se dicte una resolución" (Gerencia Administrativa, 2017, p. 103). El estudio de este procedimiento es de gran relevancia, ya que permite comprender cómo opera el régimen disciplinario en la administración pública y cuáles son las garantías procesales que protegen a los funcionarios durante una investigación. Además, un análisis detallado de este mecanismo ayuda a identificar sus fortalezas y áreas de mejora, promoviendo un uso adecuado de las normativas que regulan la responsabilidad patrimonial y disciplinaria en el sector público. Este documento está estructurado en diversas secciones que permiten abordar cada aspecto clave del procedimiento disciplinario. En primer lugar, se expondrá su fundamento jurídico y su relación con el debido proceso, seguido por una explicación de su ámbito de aplicación. Posteriormente, se analizarán los principios que rigen el procedimiento, los actores involucrados y la importancia del expediente administrativo. Finalmente, se abordarán las medidas cautelares, las excepciones previas y de fondo, concluyendo con un análisis crítico sobre la importancia de este procedimiento en la administración pública. En suma, este trabajo tiene como objetivo proporcionar un análisis integral del Procedimiento Administrativo Disciplinario y de Responsabilidad Patrimonial, destacando su 3 importancia dentro del derecho administrativo y su papel en la protección de los derechos de los funcionarios públicos. Desarrollo Objetivo del Procedimiento Administrativo Disciplinario y de Responsabilidad Patrimonial El Procedimiento Administrativo Disciplinario y de Responsabilidad Patrimonial se erige como una herramienta fundamental dentro de la administración pública, su propósito no es únicamente sancionar conductas indebidas de los funcionarios, sino también garantizar que la gestión de los recursos y el ejercicio de la función pública se lleven a cabo dentro del marco de la legalidad y la transparencia. Este procedimiento opera como un mecanismo de control que busca prevenir irregularidades y proteger el interés público, asegurando que los actos administrativos se ejecuten conforme a los principios de legalidad, imparcialidad y debido proceso. Desde una perspectiva jurídica, este procedimiento no es una simple formalidad dentro del derecho administrativo, sino una garantía para los ciudadanos y los propios funcionarios, como se señala en el Manual de Procedimiento Administrativo, su objetivo es proporcionar “un mecanismo ágil, flexible para que se adopten sus acuerdos, asegurando el respeto a las garantías fundamentales que se reconocen a los particulares” (Procuraduría General de la República, 2006, p. 3). Esto implica que no solo protege la administración contra el abuso de poder, sino que también ofrece a los funcionarios un marco de seguridad jurídica en el ejercicio de sus funciones. La relevancia de este procedimiento se encuentra en su doble función: por un lado, permite corregir desviaciones en el actuar de los servidores públicos y, por otro, evita que la administración incurra en errores o decisiones arbitrarias que puedan vulnerar derechos fundamentales, como se indica en la Normativa de Relaciones Laborales, este procedimiento busca “preservar la paz social en la institución a través de la aplicación justa y equitativa de las normas” (Gerencia Administrativa, 2017, p. 2). Esta afirmación resalta que la finalidad del proceso no es meramente punitiva, sino que también tiene un enfoque preventivo y correctivo. En el ámbito de los derechos laborales, el Procedimiento Administrativo Disciplinario no solo protege a la administración pública, sino que también salvaguarda los derechos de los trabajadores. Un punto clave es la garantía del debido proceso, lo que significa que ningún funcionario puede ser sancionado sin haber tenido la oportunidad de defenderse, conocer los 4 cargos en su contra y aportar pruebas a su favor. La Procuraduría General de la República enfatiza que el debido proceso en el ámbito disciplinario consiste en un “conjunto de actos preparatorios concatenados según un orden cronológico y funcional, para verificar la existencia de la necesidad pública a satisfacer y de los hechos que lo crean” (Procuraduría General de la República, 2006, p. 4). Esto implica que el procedimiento debe cumplir con una serie de requisitos que garanticen su validez, tales como: La notificación formal al investigado sobre la apertura del procedimiento. La posibilidad de presentar pruebas y alegatos en su defensa. El derecho a ser escuchado en una audiencia justa e imparcial. La motivación adecuada de la decisión administrativa. La importancia de estos elementos radica en que garantizan la equidad del proceso y evitan sanciones arbitrarias o injustificadas, tal como se menciona en la presentación sobre el Procedimiento Disciplinario Administrativo, “el mayor aporte que ha brindado la Sala Constitucional en esta temática viene a estar constituido por la relevancia que se le confiere a los derechos fundamentales que deben reconocerse y tutelarse a favor del administrado” (Procuraduría General de la República, 2006, p. 5). Esto refuerza la idea de que el procedimiento no solo es una herramienta de control interno, sino también un mecanismo que protege los derechos de los servidores públicos. Además, el procedimiento disciplinario debe ser eficiente y oportuno, ya que una tramitación excesivamente larga puede afectar tanto al investigado como a la institución, en este sentido, se establece que “el procedimiento administrativo debe cumplir con los principios de celeridad, oralidad y acceso al expediente, garantizando que el proceso sea justo y expedito” (Procuraduría General de la República, 2006, p. 6), de esta manera, se evita que las investigaciones se prolonguen indefinidamente y se genera seguridad jurídica tanto para la administración como para los funcionarios involucrados. 5 Fundamento Jurídico y el Debido Proceso El Procedimiento Administrativo Disciplinario y de Responsabilidad Patrimonial no es un proceso arbitrario ni discrecional, sino un mecanismo regido por un marco legal sólido que garantiza la justicia y la equidad dentro de la administración pública, su fundamento jurídico se sustenta en diversas normativas que establecen los principios y reglas bajo los cuales debe desarrollarse, garantizando el respeto a los derechos de los funcionarios públicos y asegurando que toda actuación administrativa se realice conforme al principio de legalidad. La base normativa de este procedimiento se encuentra en leyes y reglamentos que regulan el actuar de la administración pública, uno de los documentos fundamentales en Costa Rica es la Ley General de la Administración Pública (LGAP), la cual establece que todo procedimiento debe garantizar la transparencia, la imparcialidad y el derecho a la defensa de los funcionarios públicos involucrados en un proceso disciplinario, según el Manual de Procedimiento Administrativo, el objetivo de estas disposiciones es “asegurar el mejor cumplimiento de los fines de la Administración con respecto a los derechos e intereses del administrado” (Procuraduría General de la República, 2006, p. 3). Asimismo, la Normativa de Relaciones Laborales de la Caja Costarricense de Seguro Social complementa este marco legal al regular las condiciones bajo las cuales se puede aplicar un proceso disciplinario, detallando las responsabilidades de los funcionarios y los órganos encargados de impartir justicia administrativa. Se enfatiza que este procedimiento debe ser llevado a cabo bajo principios de imparcialidad y objetividad, evitando cualquier tipo de abuso de poder o arbitrariedad por parte de la administración (Gerencia Administrativa, 2017, p. 99). El debido proceso es un principio fundamental dentro del derecho administrativo y constitucional, ya que asegura que ninguna persona sea sancionada sin haber tenido la oportunidad de defenderse en igualdad de condiciones, se trata de un conjunto de garantías que protegen a los funcionarios públicos contra actuaciones injustas o arbitrarias por parte de la administración. Este concepto ha sido ampliamente desarrollado por la Sala Constitucional, que ha enfatizado la importancia de respetar los derechos de los administrados en cualquier procedimiento que pueda derivar en una sanción, en este sentido, la jurisprudencia ha establecido 6 que “toda actuación administrativa que pueda derivar en un acto capaz de afectar negativamente la esfera de derechos subjetivos de la persona debe ser precedida de un procedimiento que se constituya en un instrumento apto para conocer y tomar en consideración la posición del interesado” (Procuraduría General de la República, 2006, p. 6). El debido proceso implica una serie de requisitos que la administración debe respetar en cada etapa del procedimiento: Notificación formal al funcionario sobre la apertura del proceso y los cargos en su contra. Posibilidad de presentar pruebas y alegatos en su defensa. Derecho a ser escuchado en audiencia. Resolución motivada y fundamentada en derecho. No se trata solo de una cuestión de formalidad, sino de garantizar la legitimidad del proceso y evitar vulneraciones a los derechos fundamentales, en este sentido, la Procuraduría General de la República señala que el debido proceso es “un principio que permea todo el procedimiento administrativo, ya que genera exigencias fundamentales respecto de todo proceso o procedimiento, especialmente tratándose de los sancionadores” (Procuraduría General de la República, 2006, p. 5). El debido proceso no solo es un requisito legal, sino una garantía esencial para la protección de los derechos de los servidores públicos, su objetivo es evitar que un funcionario sea sancionado injustamente o sin el respaldo de pruebas suficientes. En este sentido, el Procedimiento Administrativo Disciplinario no solo busca castigar faltas, sino también proteger a los trabajadores de decisiones arbitrarias. Un aspecto clave es que el funcionario tiene derecho a conocer las pruebas en su contra y a impugnar cualquier decisión que considere injusta, la Normativa de Relaciones Laborales señala que “el respeto por los derechos del administrado y la correcta aplicación de los procedimientos disciplinarios son pilares esenciales en la gestión de la administración pública” (Gerencia Administrativa, 2017, p. 100). Esto refuerza la idea de que el procedimiento debe estar diseñado no solo para sancionar, sino también para garantizar un juicio justo y equilibrado. 7 Además, la administración está obligada a actuar bajo los principios de razonabilidad y proporcionalidad, evitando sanciones desmedidas o decisiones basadas en interpretaciones subjetivas, como lo establece la presentación sobre el Procedimiento Disciplinario Administrativo, “el procedimiento administrativo persigue la verificación de la verdad real de los hechos que sirven de motivo al acto final” (Procuraduría General de la República, 2006, p. 7). Esto implica que la administración no puede actuar de manera automática, sino que debe realizar una investigación objetiva y justa. Ámbito de Aplicación El Procedimiento Administrativo Disciplinario y de Responsabilidad Patrimonial no se aplica de manera indiscriminada a cualquier persona vinculada con la administración pública, sino que está dirigido a un grupo específico de sujetos que ejercen funciones dentro del sector público, su finalidad es garantizar el correcto desempeño de los servidores públicos, aplicando sanciones cuando sea necesario y estableciendo mecanismos de protección del interés público. El ámbito de aplicación de este procedimiento abarca a los funcionarios públicos, es decir, aquellas personas que desempeñan labores en instituciones estatales bajo un régimen de derecho público, en este sentido, se considera que están sujetos al procedimiento todos los empleados de la administración central y descentralizada, así como aquellos que ejercen funciones en órganos autónomos. Según la Normativa de Relaciones Laborales, este procedimiento aplica a “todos los servidores de la institución, independientemente de su régimen laboral, siempre que su relación con la administración sea de carácter público y esté sujeta a las disposiciones legales y normativas vigentes” (Gerencia Administrativa, 2017, p. 100), esto implica que el proceso disciplinario no depende del tipo de contrato o cargo que ostente el funcionario, sino de su vínculo con la estructura administrativa del Estado. Por otro lado, el Manual de Procedimiento Administrativo señala que “toda persona que, en ejercicio de sus funciones, administre recursos del Estado o tenga poder de decisión sobre asuntos públicos, está sujeta a este procedimiento” (Procuraduría General de la República, 2006, p. 5), esto significa que no solo los empleados de planta de una institución pueden ser objeto de 8 un proceso disciplinario, sino también aquellos que, bajo cualquier modalidad de contratación, ejerzan funciones dentro de la administración pública. Además, el procedimiento puede aplicarse a exfuncionarios en caso de que, durante su gestión, hayan incurrido en irregularidades que puedan ser sancionadas administrativamente. Sin embargo, en estos casos, el proceso debe iniciarse dentro del período establecido por la normativa, antes de que las sanciones prescriban. Si bien el Procedimiento Administrativo Disciplinario tiene un amplio ámbito de aplicación, existen ciertas excepciones y limitaciones en su implementación, no todas las personas vinculadas con la administración pública pueden ser sometidas a este proceso, y en algunos casos, se requiere un procedimiento especial. En primer lugar, los funcionarios electos popularmente o designados por la Asamblea Legislativa no están sujetos a este procedimiento, ya que su remoción o sanción requiere un mecanismo distinto, generalmente regulado por la Constitución o leyes específicas. Otra limitación importante es la prescripción de las faltas disciplinarias, la administración pública no puede iniciar un procedimiento disciplinario indefinidamente después de que ocurra la falta, ya que existe un plazo máximo para su inicio y resolución, el Manual de Procedimiento Administrativo establece que “la potestad sancionadora de la administración debe ejercerse dentro del término que la normativa lo permita, garantizando que el proceso sea justo y razonable” (Procuraduría General de la República, 2006, p. 6). Además, hay casos en los que el procedimiento no se puede aplicar de inmediato debido a circunstancias excepcionales, por ejemplo, si el funcionario acusado está bajo medidas de incapacidad temporal, se debe esperar a que pueda ejercer plenamente su derecho a la defensa antes de continuar con el proceso. Finalmente, el procedimiento también tiene restricciones cuando existen procesos penales en curso. En algunos casos, si una falta administrativa está relacionada con un delito penal, la administración puede suspender el procedimiento disciplinario hasta que se resuelva la causa judicial, esto es fundamental para evitar que dos procesos paralelos lleguen a conclusiones contradictorias. 9 Principios Generales del Procedimiento Principio de Legalidad El principio de legalidad establece que toda actuación de la administración pública debe estar fundamentada en normas jurídicas previamente establecidas. Ninguna sanción puede imponerse sin que exista una disposición legal que la regule, y cualquier actuación fuera del marco normativo es considerada nula. Este principio es un pilar del derecho administrativo, ya que impide la arbitrariedad en el ejercicio de la potestad sancionadora del Estado. En el Manual de Procedimiento Administrativo, se indica que “las administraciones públicas solo pueden actuar dentro del marco normativo que les ha sido conferido, evitando cualquier exceso o abuso de poder en la toma de decisiones” (Procuraduría General de la República, 2006, p. 3). La aplicación del principio de legalidad implica que el funcionario tiene derecho a conocer las normas que rigen su desempeño y que las faltas y sanciones deben estar expresamente tipificadas en la normativa vigente. Esto garantiza que el procedimiento sea predecible y que el administrado sepa a qué atenerse en caso de un proceso disciplinario. Principio de Objetividad El principio de objetividad exige que las decisiones dentro del procedimiento disciplinario se tomen con base en hechos y pruebas verificables, sin influencias subjetivas o criterios personales de los funcionarios encargados de resolver el caso. En la Normativa de Relaciones Laborales, se destaca que “todas las actuaciones administrativas deben estar sustentadas en criterios técnicos, evitando valoraciones personales o sesgadas que puedan comprometer la imparcialidad del proceso” (Gerencia Administrativa, 2017, p. 101). Esto significa que la resolución de un procedimiento disciplinario no puede depender de opiniones personales o de intereses particulares, sino de un análisis técnico y jurídico de los hechos. Para garantizar la objetividad, se deben tomar en cuenta únicamente las pruebas debidamente incorporadas en el expediente administrativo. Además, los funcionarios 10 responsables del procedimiento tienen el deber de actuar con transparencia y profesionalismo, asegurando que las partes involucradas sean escuchadas en igualdad de condiciones. Principio de Proporcionalidad El principio de proporcionalidad establece que las sanciones impuestas deben ser adecuadas y equilibradas en relación con la falta cometida. Es decir, no se pueden aplicar sanciones desproporcionadas que excedan la gravedad del acto realizado por el funcionario público. Este principio busca evitar que el poder disciplinario de la administración se convierta en un instrumento punitivo desmedido, asegurando que la sanción sea justa y acorde a la infracción. Según el Manual de Procedimiento Administrativo, “toda sanción impuesta dentro del procedimiento disciplinario debe respetar el equilibrio entre la infracción y la consecuencia jurídica aplicada, evitando excesos que afecten injustificadamente al funcionario” (Procuraduría General de la República, 2006, p. 6). Para aplicar este principio, se deben considerar varios factores antes de determinar una sanción, como: • La gravedad de la falta cometida. • Las circunstancias atenuantes o agravantes. • El historial del funcionario dentro de la institución. • El impacto de la infracción en el servicio público. Principio de Imparcialidad El principio de imparcialidad exige que los funcionarios encargados del procedimiento actúen sin favoritismos ni conflictos de interés, asegurando que el proceso se lleve a cabo de manera equitativa y sin influencias indebidas. En la presentación sobre el Procedimiento Disciplinario Administrativo, se resalta que “la imparcialidad es un requisito fundamental en cualquier proceso sancionador, ya que garantiza 11 que las decisiones sean tomadas con base en la ley y no en intereses personales o políticos” (Procuraduría General de la República, 2006, p. 7). Para garantizar la imparcialidad del proceso, se deben adoptar medidas como: • Separar a los órganos instructores de los órganos decisores. • Evitar que funcionarios con conflictos de interés participen en la resolución del caso. • Permitir a las partes el derecho de recusación cuando existan sospechas de parcialidad. Principio de Transparencia El principio de transparencia establece que el procedimiento disciplinario debe realizarse de manera abierta y accesible, garantizando que las partes involucradas tengan acceso a la información relevante del proceso. Esto implica que el funcionario sujeto a investigación tiene derecho a conocer el expediente, a ser informado de los cargos en su contra y a participar en todas las fases del procedimiento, como se menciona en la Normativa de Relaciones Laborales, “el acceso al expediente y la debida comunicación de los actos administrativos son esenciales para garantizar la transparencia del proceso y evitar actuaciones discrecionales” (Gerencia Administrativa, 2017, p. 102). La transparencia no solo protege al investigado, sino que también fortalece la confianza ciudadana en la administración pública, dado que un procedimiento claro y accesible previene la corrupción y asegura que las sanciones sean aplicadas de manera justa y objetiva. Para garantizar la transparencia, se deben cumplir ciertos requisitos, como: • Brindar información clara y oportuna a las partes involucradas. • Publicar los criterios utilizados en la toma de decisiones. • Permitir el acceso al expediente conforme a la normativa vigente. 12 Principios del Procedimiento Administrativo Debido proceso El debido proceso es un principio fundamental que garantiza que todos los procedimientos administrativos se realicen con respeto a los derechos de las personas. Esto incluye el derecho a ser escuchado, a presentar pruebas y a recibir una decisión fundamentada. Este principio asegura la justicia y la imparcialidad en la administración pública, protegiendo a los ciudadanos de decisiones arbitrarias. Es esencial para mantener la confianza en las instituciones y en el sistema legal. De acuerdo con Manual de Procedimiento Administrativo (2006), este lo define como: “un principio marco que junto con el de derecho de defensa, se convierten en guías de interpretación de todos los demás postulados del procedimiento administrativo. El concepto de debido proceso comprende el desarrollo progresivo de prácticamente todo el conjunto de garantías fundamentales de carácter instrumental o procesal”. (Procuraduría General de la República, 2006, p. 49-50). Intimación e Imputación Este principio se desprende del artículo 41 de la Constitución Política, referente al termino de intimación se refiere al acto administrativo mediante el cual se informa a una persona sobre la existencia de un procedimiento en su contra, mientras que la imputación es la atribución de una conducta irregular o infracción a dicha persona. La Sala Constitucional, en voto N° 632-99 de las 10:48 horas del 29 de enero de 1999, a concluido que el principio de intimación e imputación como: “a) Principio de intimación: consiste en el acto procesal por medio del cual se pone en conocimiento del funcionario la acusación formal. La instrucción de los cargos tiene que hacerse mediante una relación oportuna, expresa, precisa, clara y circunstanciada de los hechos que se le imputan y sus consecuencias jurídicas. b) Principio de imputación: es el derecho a una acusación formal, debe el juzgador individualizar al acusado, describir en detalle, en forma precisa y de manera clara el hecho que se le imputa. Debe también 13 realizarse una clara calificación legal del hecho, estableciendo las bases jurídicas de la acusación y la concreta pretensión punitiva. Así el imputado podrá defenderse de un supuesto hecho punible o sancionatorio como en este caso, y no de simples conjeturas o suposiciones.” (Procuraduría General de la República, 2006, p. 56). La intimación y la imputación son fundamentales para que los administrados conozcan los cargos en su contra y puedan defenderse adecuadamente. Esto refuerza el principio del debido proceso, garantizando que no se tomen decisiones en su ausencia. Informalidad También denominado “antiformalismo” o “pro actione”, la informalidad en el procedimiento administrativo implica que los trámites no necesitan seguir estrictamente formas o formalidades, permitiendo una mayor flexibilidad en la gestión administrativa, buscando que este sea de vía expedita y ágil. Este principio busca facilitar el acceso a la justicia y al procedimiento administrativo, evitando que los procedimientos sean un obstáculo para los ciudadanos. Sin embargo, debe equilibrarse con la necesidad de garantizar la transparencia y la legalidad. Con relación a este principio el artículo 224 de la Ley General de Administración Pública, indica: “Las normas de este libro deberán interpretarse en forma favorable a la admisión y decisión final de las peticiones de los administrados, pero el informalismo no podrá servir para subsanar nulidades que son absolutas.” Aunado a lo anterior, en Manual de Procedimiento Administrativo, nos subraya la importancia que rige este principio de informalidad: “En materia de procedimiento administrativo, rige el principio constitucional de informalidad o pro actione, por lo que debe siempre interpretarse de la manera más favorable al ejercicio de la acción y la decisión sobre el fondo de la cuestión debatida, dejando de lado ritualismos sin sentido. Ha de partirse que el procedimiento administrativo no tiene formas estrictas o sacramentales, sino sólo idóneas para cumplir su función, por lo que en ciertos casos, si se alcanza la finalidad, pese a la violación de las 14 formas, el acto no genera nulidad como expresa nuestra LGAP en su artículo 223, al disponer que sólo causará nulidad de lo actuado la omisión de formalidades sustanciales del procedimiento. En otras palabras, no toda violación de las formas procesales constituye a su vez lesión al debido proceso.” (Procuraduría General de la República, 2006, p. 60-61). Motivación de los actos La motivación de los actos administrativos consiste en la obligación de justificar las decisiones adoptadas por la administración, explicando las razones y fundamentos legales de las mismas. La motivación es crucial para la legitimidad y la transparencia de la acción administrativa. Permite a los administrados comprender las decisiones que les afectan y, en caso de desacuerdo, impugnar adecuadamente los actos. En Ley General de Administración Pública, artículo 136, indica cuales actos deben ser motivados: a) Los actos que impongan obligaciones o que limiten, supriman o denieguen derechos subjetivos. b) Los que resuelvan recursos. c) Los que se separen del criterio seguido en actuaciones precedentes o del dictamen de órganos consultivos. d) Los de suspensión de actos que hayan sido objeto del recurso. e) Los reglamentos y actos discrecionales de alcance general. f) Aquellos que deban serlo en virtud de ley. Además, la Sala Constitucional, en Sentencia número 07924-99 de las diecisiete horas con cuarenta y ocho minutos del trece de octubre de mil novecientos noventa y nueve, reconoce que es deber de la Administración motivar los actos: “En cuanto a la motivación de los actos administrativos se debe entender como la fundamentación que deben dar las autoridades públicas 15 del contenido del acto que emiten, tomando en cuenta los motivos de hecho y de derecho, y el fin que se pretende con la decisión.” Comunicación de los actos Este principio se refiere a la necesidad de notificar a los interesados sobre las decisiones y actos administrativos que les conciernen, asegurando que reciban la información pertinente. La comunicación efectiva es esencial para el ejercicio de los derechos de los ciudadanos. Sin notificaciones adecuadas, los administrados pueden verse perjudicados al no tener conocimiento de decisiones que les afectan directamente. Reconocido como “derecho a ser notificado” y se encuentra en estipulado en Ley General de Administración Pública, en artículos 239 hasta 247, señalando: “Todo acto de procedimiento que afecte derechos o intereses de las partes o de un tercero, deberá ser debidamente comunicado al afectado, de conformidad con esta Ley”. Celeridad La celeridad implica la necesidad de que los procedimientos administrativos se resuelvan en el menor tiempo posible, promoviendo una gestión eficiente. Este principio es fundamental para evitar la dilación en la administración pública, lo que puede generar inseguridad y frustración en los ciudadanos. La celeridad contribuye a que los procedimientos sean más efectivos y se resuelvan en plazos razonables. Acorde con la indicado por la Procuraduría General de la República, este principio de celeridad está relacionado no solo con el principio de informalismo, sino también con otro principio fundamental en el funcionamiento de la Administración: el de eficiencia. Estas afirmaciones se respaldan en los artículos 225, párrafo 1°, y 269 de la Ley General de la Administración Pública, así como en la opinión de la doctrina, que sostiene que “el principio de eficiencia en la actuación administrativa tiene como objetivo inmediato mejorar la efectividad de la gestión administrativa y la participación de los ciudadanos.” 16 Oralidad La oralidad se refiere a la posibilidad de llevar a cabo audiencias o presentaciones verbales durante el procedimiento administrativo, facilitando la interacción directa entre las partes. Este principio promueve una mayor agilidad en los procedimientos y permite una comunicación más directa. La oralidad también puede contribuir a una mejor comprensión de los argumentos y pruebas presentadas, favoreciendo un debate más dinámico. La oralidad en el procedimiento administrativo se manifiesta en el derecho de las partes “a una comparecencia oral y privada con la Administración, en que se ofrecerá y recibirá en lo posible toda la prueba, siempre que la decisión final pueda causar daños graves a alguna o a todas aquellas, de conformidad con la ley.” (Artículo 218 LGAP). (Procuraduría General de la República, 2006, p. 84). Acceso al expediente Este principio garantiza a los interesados el derecho de acceso a la información contenida en el expediente administrativo relacionado con su caso. El acceso al expediente es vital para que los administrados puedan ejercer su derecho a la defensa. Permite que los ciudadanos conozcan todos los elementos que se han considerado en la toma de decisiones y puedan impugnar adecuadamente si lo consideran necesario. Este principio regula el derecho de las partes, sus representantes y cualquier abogado que en cualquier fase del procedimiento puedan examinar, leer y copiar cualquier pieza del expediente, así como a pedir su certificación -el costo de las copias y certificaciones a cargo del petente- (artículo 272 de la LGAP), con las salvedades que indica el artículo 273 de la LGAP). (Procuraduría General de la República, 2006, p. 86). 17 En la Normativa de Relaciones Laborales de la Caja Costarricense de Seguro Social, se estable una serie de principios del proceso administrativo para salvaguardar los derechos de las personas trabajadoras, en su artículo 95, enfatizando que: “Dentro del procedimiento administrativo se deberán respetar los principios generales del procedimiento y los principios del Debido Proceso, entre los cuales destacan: 1. Intimación e imputación 2. Informalismo de las actuaciones del administrado 3. Eficiencia, Eficacia y economía procedimental 4. Oficiosidad 5. Proporcionalidad y Razonabilidad 6. Motivación y comunicación de los Actos 7. Seguridad Jurídica 8. Juridicidad 9. Escrituriedad 10. Confidencialidad 11. Igualdad Procesal de las Partes 12. Búsqueda de la Verdad Real de los Hechos 13. Valoración Razonable de la prueba 14. Congruencia 15. Non bis in ídem (cosa juzgada) 16. Presunción de Inocencia 17. Pro-investigado 18. Doble instancia 19. No reforma en perjuicio 20. Tutela efectiva 21. Recurribilidad de los actos administrativos 22. Contradictorio 23. Derecho de Defensa Técnica. 24. Cualquier otro que sea propio del procedimiento. 18 Se podría definir cada uno de esos principios de la siguiente manera: Intimación e imputación: Consiste en la obligación de notificar formalmente a los interesados sobre la existencia de un procedimiento administrativo y las acusaciones o imputaciones que se les hagan, permitiendo así su defensa. Informalismo de las actuaciones del administrado: Establece que las actuaciones del administrado no deben estar sujetas a formalismos excesivos, facilitando su participación en el procedimiento. Eficiencia, eficacia y economía procedimental: Los procedimientos deben llevarse a cabo de manera eficiente y eficaz, minimizando el uso de recursos y tiempo, y asegurando que los resultados sean los esperados. Oficiosidad: Implica que la administración debe actuar de oficio en la recopilación de pruebas y la investigación de los hechos, sin esperar que los administrados lo soliciten. Proporcionalidad y razonabilidad: Las decisiones administrativas deben ser proporcionales a los fines que persiguen y razonables en su justificación, evitando medidas desproporcionadas. Motivación y comunicación de los actos: Los actos administrativos deben estar debidamente motivados, explicando las razones que los sustentan y comunicando adecuadamente a los interesados. Seguridad jurídica: Garantiza que los ciudadanos puedan confiar en la estabilidad y previsibilidad de las normas y decisiones administrativas. Juridicidad: Todo acto administrativo debe estar basado en la ley y cumplir con los requisitos establecidos por el ordenamiento jurídico. 19 Escrituriedad: Los actos administrativos deben ser documentados por escrito, asegurando la transparencia y el registro de las actuaciones. Confidencialidad: Se refiere a la protección de la información sensible o privada que pueda surgir durante el procedimiento, garantizando el derecho a la privacidad de los interesados. Igualdad procesal de las partes: Todas las partes involucradas en el procedimiento tienen derecho a ser tratadas con igualdad y a tener las mismas oportunidades para presentar sus argumentos y pruebas. Búsqueda de la verdad real de los hechos: La administración debe esforzarse por esclarecer los hechos de manera objetiva y exhaustiva, buscando la verdad material en la resolución de un caso. Valoración razonable de la prueba: Las pruebas presentadas deben ser evaluadas de manera objetiva y justificada, sin prejuicios ni arbitrariedades. Congruencia: Las decisiones administrativas deben ser coherentes con lo que ha sido alegado y probado en el procedimiento, no pudiendo contradecir lo allí expuesto. Non bis in ídem (cosa juzgada): Establece que nadie puede ser juzgado dos veces por los mismos hechos en el ámbito administrativo, garantizando así la seguridad jurídica. Presunción de inocencia: En el ámbito administrativo, se considera que una persona es inocente hasta que se demuestre su culpabilidad, protegiendo sus derechos. 20 Pro-investigado: Este principio favorece al investigado en caso de duda, debiendo interpretarse el procedimiento en su beneficio. Doble instancia: Los administrados tienen el derecho a apelar decisiones administrativas ante una instancia superior, asegurando una revisión de la decisión inicial. No reforma en perjuicio: Ningún acto administrativo puede ser modificado en perjuicio del administrado, garantizando la protección de sus derechos. Tutela efectiva: Asegura que todas las personas tengan acceso a una protección y defensa adecuada de sus derechos ante la administración. Recurribilidad de los actos administrativos: Los actos administrativos deben ser susceptibles de ser impugnados o recurridos por los administrados ante la autoridad competente. Contradictorio: Este principio garantiza que todas las partes tengan la oportunidad de ser escuchadas y de presentar sus argumentos antes de que se tome una decisión. Derecho de Defensa Técnica: Los administrados tienen derecho a contar con la asistencia de un abogado o profesional del derecho para su defensa en el procedimiento. Cualquier otro que sea propio del procedimiento: Se refiere a otros principios que puedan ser relevantes en un contexto específico, dependiendo del marco normativo y las particularidades del procedimiento en cuestión. 21 Estos principios son fundamentales para asegurar que el procedimiento administrativo sea justo, transparente y eficiente, protegiendo los derechos de los administrados y asegurando la correcta aplicación del derecho. Partes del Procedimiento Órgano Decisor El órgano decisor es la autoridad encargada de evaluar la investigación realizada por el órgano director y tomar una decisión final sobre el caso. Se trata del organismo con potestad para imponer sanciones, en caso de que se determine que el funcionario investigado incurrió en una falta administrativa. La Normativa de Relaciones Laborales señala que “el órgano decisor debe basar sus decisiones en los principios de proporcionalidad y razonabilidad, evitando sanciones desproporcionadas o injustificadas” (Gerencia Administrativa, 2017, p. 105). El órgano decisor no puede actuar de manera arbitraria, sino que debe fundamentar cada decisión en pruebas claras y en la normativa vigente, sus principales funciones incluyen: Analizar el informe de órgano director y verificar si se cumplen los requisitos para una sanción. Determinar si existe responsabilidad del funcionario en los hechos investigados. Imponer una sanción acorde con la falta cometida, siguiendo el principio de proporcionalidad. Garantizar que el funcionario tenga la posibilidad de recurrir la resolución, en caso de considerarla injusta. 22 Órgano Director Es el órgano dentro de la administración pública encargado de instruir el procedimiento disciplinario y recopilar las pruebas necesarias para determinar si existe una falta. Su función es llevar a cabo la investigación preliminar y garantizar que el procedimiento se realice conforme a los principios del procedimiento administrativo. Según el Manual de Procedimiento Administrativo, el órgano director “debe actuar con total independencia y transparencia, asegurando que las pruebas recopiladas sean suficientes y pertinentes para la resolución del caso” (Procuraduría General de la República, 2006, p. 6). Las principales funciones de órgano decisor dentro del procedimiento incluyen (Procuraduría General de la República, 2006, p. 12-13): El órgano director debe impulsar de oficio el procedimiento (artículo 222 LGAP). El órgano debe conducir el procedimiento con la intención de lograr un máximo de celeridad y eficiencia dentro del respeto al ordenamiento y a los derechos e intereses del administrado (artículo 225.1). Este deber reviste especial importancia si tomamos en consideración que ese mismo artículo indica que serán responsables la Administración y el servidor por cualquier retardo grave e injustificado. Debe adoptar las resoluciones con apego al ordenamiento, y en caso de actuaciones discrecionales, a los límites de racionalidad y razonabilidad implícitos en aquél (artículo 216). El órgano director debe observar las formalidades sustanciales del procedimiento, pues de lo contrario se causará nulidad de lo actuado en los términos del artículo 223 de la Ley General de la Administración Pública. Así, por ejemplo, el numeral 247 del mismo cuerpo legal se refiere a la nulidad de la comunicación de actos del procedimiento, y el artículo 254 a la nulidad de la citación. La actuación administrativa debe tener lugar en la sede normal del órgano y dentro de los límites territoriales de su competencia, so pena de nulidad absoluta del acto, salvo que éste por su naturaleza deba realizarse fuera. El servidor podrá actuar excepcionalmente fuera de sede por razones de urgente necesidad (artículo 268). 23 El órgano director deberá resolver todas las cuestiones previas surgidas durante el curso del procedimiento, aunque entren en la competencia de otras autoridades administrativas; pero deberá consultarlas a éstas inmediatamente después de surgida la cuestión y el órgano consultado deberá dictaminar en el término de tres días (artículo 227.1). Debe garantizar el derecho de defensa de las partes. Por ejemplo, permitirle el acceso al expediente (Artículo 217). Las partes, sus representantes y cualquier abogado, tendrán derecho en cualquier fase del procedimiento a examinar, leer y copiar cualquier pieza del expediente, así como a pedir su certificación, (el costo de las copias y certificaciones a cargo del petente) con las salvedades que indica el artículo 273 de la Ley General de la Administración Pública (artículo 272). No se otorgará acceso al expediente cuyo conocimiento pueda comprender secretos de Estado o información confidencial de la contraparte o, en general, cuando el examen de dichas piezas confiera a la parte un privilegio indebido o una oportunidad para dañar ilegítimamente a la Administración, a la contraparte o a terceros, dentro o fuera del expediente (artículo 273). Fuera de los casos citados, la Ley establece en el artículo 259.4 que se reputa fuerza mayor y por ende pueden suspenderse los plazos si la Administración ha negado u obstaculizado el examen del expediente. Funcionario Investigado El funcionario investigado es la persona sujeta a un proceso disciplinario por presunta comisión de una falta administrativa, y puede tratarse de cualquier servidor público que desempeñe funciones en el Estado, siempre que su actuación esté sujeta a la normativa disciplinaria vigente. Dentro del procedimiento, el funcionario investigado tiene derecho a conocer las imputaciones en su contra, a presentar pruebas, a defenderse y a recurrir las resoluciones. Como lo establece la Normativa de Relaciones Laborales, “ningún servidor puede ser sancionado sin haber tenido la posibilidad real y efectiva de ejercer su derecho de defensa dentro del procedimiento administrativo” (Gerencia Administrativa, 2017, p. 103). 24 El debido proceso protege al funcionario investigado de sanciones injustas, estableciendo garantías mínimas como: Ser notificado formalmente sobre la apertura del procedimiento. Acceder al expediente administrativo para conocer la totalidad de las pruebas en su contra. Presentar descargos y pruebas que permitan defenderse adecuadamente. Solicitar la intervención de un abogado o representante legal. Impugnar la resolución final mediante los recursos administrativos y judiciales correspondientes. Sobre el Expediente Administrativo El expediente administrativo es el conjunto de documentos, registros y pruebas que se generan a lo largo de un procedimiento disciplinario dentro de la administración pública. Su correcta elaboración y conservación son esenciales para garantizar la legalidad, transparencia y trazabilidad del proceso, asegurando que las decisiones adoptadas cuenten con un sustento adecuado y verificable. El expediente administrativo es el soporte documental que contiene toda la información relevante relacionada con un procedimiento disciplinario. Incluye las actuaciones, pruebas y resoluciones que surgen en el desarrollo del proceso y tiene como objetivo principal asegurar la trazabilidad y fundamentación de las decisiones administrativas. De acuerdo con el Manual de Procedimiento Administrativo, el expediente debe reflejar “de manera ordenada y cronológica cada una de las etapas del proceso, garantizando la correcta documentación de los hechos y decisiones” (Procuraduría General de la República, 2006, p.7), esto implica que el expediente debe ser accesible para las partes involucradas y cumplir con los requisitos legales de conservación y resguardo de la información. 25 El expediente administrativo no solo tiene un valor documental, sino también probatorio, ya que en caso de impugnaciones o recursos, su contenido será determinante para evaluar la validez del procedimiento y la conformidad con el debido proceso. Para que el expediente administrativo tenga validez, debe contener una serie de documentos obligatorios que garanticen la integridad del procedimiento y la correcta toma de decisiones. Según la Normativa de Relaciones Laborales, el expediente debe incluir: Acto de apertura del procedimiento, el cual es el documento formal donde se establecen los motivos que justifican la investigación. Notificaciones al funcionario investigado, que es la evidencia de que se le informó sobre el proceso y sus derechos de defensa. Pruebas documentales y testimoniales, los cuales son los registros de informes, declaraciones de testigos y cualquier evidencia relevante. Informes de la entidad investigadora, que son un resumen de los hallazgos recopilados durante la fase de instrucción. Descargos y alegatos del funcionario, que son los documentos presentados por el investigado en su defensa. Resolución final del órgano sancionador, que tiene que ver con la decisión fundamentada sobre la responsabilidad del funcionario y la sanción impuesta, si aplica. Registro de recursos o impugnaciones, que son los documentos relacionados con apelaciones o revisiones solicitadas por el funcionario. Cada uno de estos documentos debe incluir fechas y firmas de los responsables, garantizando la autenticidad y validez del expediente, además, el acceso a este debe cumplir con las normativas de confidencialidad, evitando su manipulación o alteración por personas no autorizadas. La trazabilidad documental en un expediente administrativo es esencial para garantizar la transparencia y el control del procedimiento disciplinario, se refiere a la capacidad de seguir y 26 verificar cada paso del proceso, asegurando que las actuaciones realizadas sean coherentes, ordenadas y debidamente registradas. Según la Normativa de Relaciones Laborales, “una adecuada trazabilidad documental permite prevenir errores procedimentales y garantiza que las decisiones adoptadas sean respaldadas por evidencia objetiva” (Gerencia Administrativa, 2017, p. 108), en otras palabras, un expediente bien documentado reduce la posibilidad de nulidades procesales, protege los derechos del investigado y fortalece la credibilidad del proceso disciplinario. Además, la trazabilidad es crucial en caso de que el procedimiento sea sometido a revisión por instancias superiores o autoridades judiciales, en estos casos, el expediente se convierte en la principal fuente de información para evaluar si el proceso se realizó conforme a la normativa vigente. Para garantizar una trazabilidad efectiva, es fundamental que el expediente cumpla con los siguientes criterios: Foliatura, se van agregando en orden cronológico los documentos y estos deben de tener la adecuada foliatura del expediente administrativo como parte de garantía del debido proceso. Orden cronológico, cada documento debe estar registrado en el orden en que ocurrió la actuación. Claridad y legibilidad, los documentos deben ser comprensibles y estar correctamente firmados y fechados. Seguridad y acceso controlado, solo las personas autorizadas deben poder modificar o consultar el expediente. Respaldo digital o físico, es recomendable contar con copias certificadas o respaldos electrónicos que eviten la pérdida de información. Cuando un expediente administrativo carece de trazabilidad, el procedimiento puede verse viciado o anulado, lo que pone en riesgo la validez de las decisiones tomadas. Por esta razón, las entidades públicas deben adoptar mecanismos de gestión documental efectivos, que permitan un seguimiento preciso de cada fase del proceso. 27 Medidas Cautelares Las medidas cautelares dentro del Procedimiento Administrativo Disciplinario y de Responsabilidad Patrimonial son disposiciones de carácter temporal y preventivo, cuyo objetivo es garantizar el adecuado desarrollo del proceso y evitar que la actuación del funcionario investigado pueda afectar la investigación, comprometer la función pública o generar perjuicios a la administración. De acuerdo con lo señalado en Manual de Procedimiento Administrativo, las características de las medidas cautelares se debe considerar la resolución N° 7194-94 que dicta: “Las medidas asegurativas o cautelares, según la más calificada doctrina, surgen en el proceso como una necesidad que permita garantizar una tutela jurisdiccional efectiva y por ello se pueden conceptualizar como “un conjunto de potestades procesales del juez sea justicia jurisdiccional o administrativa- para resolver antes del fallo, con el específico fi n de conservar las condiciones reales indispensables para la emisión y ejecución del acto final”. (Procuraduría General de la República, 2006, p. 119). Las medidas cautelares son acciones preventivas que la administración puede aplicar al momento de dictar la resolución inicial o durante el proceso, con el fin de evitar que el investigado obstaculice la investigación o continúe ejerciendo funciones que puedan comprometer el interés público, es importante tomar en consideración los elementos configurativos de las mismas, ya que la doctrina las entiende como un mecanismo de instrumentalidad y de provisionalidad, de esta forma deben ser: “a) lícitas y jurídicamente posibles; b) provisionales, puesto que se extinguen con el dictado del acto final; c) fundamentadas, es decir, tener un sustento fáctico real con relación al caso particular; d) modificables, en el sentido que son susceptibles de aumentarse o disminuirse para adaptarlas a nuevas necesidades; e) accesorias, puesto que se justifican dentro de un proceso principal; f) de naturaleza preventiva, ya que tienen como objeto evitar inconveniencias a los intereses y derechos representados en el proceso principal; g) de efectos asegurativos, al pretender mantener un estado de hecho o de derecho durante el desarrollo del proceso, previniendo situaciones que puedan perjudicar la efectividad de la sentencia o acto final; h) ser homogéneas y no responder a 28 características de identidad respecto del derecho sustantivo tutelado, con el fi n de que sean medidas preventivas efectivas y no actos anticipados de ejecución.” (Procuraduría General de la República, 2006, p. 119). Según el Manual de Procedimiento Administrativo, estas medidas “tienen como finalidad proteger la eficacia del proceso disciplinario y evitar que el funcionario investigado altere pruebas, ejerza presiones sobre testigos o continúe con la conducta que generó el procedimiento” (Procuraduría General de la República, 2006, p. 9). Entre las medidas cautelares más comunes se encuentran: Suspensión temporal del funcionario con goce de salario. Cambio de puesto o traslado a otra unidad administrativa. Restricción de acceso a documentación o sistemas de información. Separación temporal del cargo mientras se desarrolla la investigación. Para que una medida cautelar sea válida, debe cumplir con el principio de proporcionalidad, es decir, debe ser adecuada y razonable en relación con la falta investigada. Las medidas cautelares se aplican cuando existe un riesgo real e inminente de que el funcionario investigado pueda interferir en el desarrollo del procedimiento o cuando su permanencia en el cargo pueda comprometer la seguridad, la ética o la eficiencia del servicio público, estas se pueden imponerse en los siguientes casos: Cuando el funcionario es investigado por faltas graves o muy graves. Cuando existe riesgo de destrucción, ocultamiento o alteración de pruebas. Si el funcionario tiene acceso a información sensible y puede manipularla. Cuando hay indicios de que puede influir en testigos o presionar a otros funcionarios. Si la permanencia del funcionario en su puesto genera conflictos o pone en riesgo la operación de la institución. 29 Las medidas cautelares no constituyen una sanción, sino una herramienta para garantizar la objetividad del proceso, sin embargo, pueden generar efectos significativos en la vida laboral del funcionario, ya que pueden implicar: Suspensión de funciones sin recibir salario, en algunos casos. Deterioro en su reputación profesional, incluso si al final es declarado inocente. Dificultades en la continuidad laboral, especialmente si el proceso se extiende por un período prolongado. Por esta razón, la aplicación de medidas cautelares debe ser rigurosamente justificada y debe garantizarse el derecho de defensa del funcionario, quien puede solicitar su revisión o impugnación si considera que afectan sus derechos de manera desproporcionada. Para la Caja Costarricense de Seguro Social, las medidas cautelares corresponden al Órgano Decisor adoptarlas, bajos estos supuestos: 1. Cuando se considere imprescindible para garantizar la imparcialidad y el buen resultado de la investigación administrativa, ya sea que se trate de la Investigación Preliminar o del Procedimiento Administrativo. 2. Para salvaguardar el decoro de la Institución. 3. Cuando a la persona trabajadora se le impute un presunto delito relacionado con el desempeño de su función. 4. Cuando al investigado se le impute alguna presunta falta relacionada con corrupción y tráfico de influencias. 5. Cuando la permanencia en el cargo pudiere eventualmente poner en peligro la salud o la integridad física de los asegurados, los servicios esenciales para el funcionamiento de la Institución. (NRL, 2017, pág. 105) De igual manera las medidas cautelares deben cumplir con las siguientes características (artículo 106): “Las medidas cautelares se dictarán excepcionalmente mediante resolución debidamente motivada, bajo parámetros de lógica, oportunidad, conveniencia, razonabilidad y proporcionalidad. Además, podrán ser accesorias a la Investigación Preliminar o al 30 Procedimiento Administrativo, según sea el caso; o bien, pueden dictarse antes de que se inicie cualquier investigación o procedimiento. En la misma resolución deberán indicarse los recursos ordinarios que proceden contra la medida cautelar, ante quién debe ser interpuesto y el plazo respectivo”. (NRL, 2017, pág. 105). En la Normativa de Relaciones Laborales, se estable el tipo de medidas cautelares, en su artículo 107: “Podrán interponerse las siguientes medidas cautelares: 1. Separación temporal del puesto con goce de salario. 2. Traslado Temporal. Todo traslado se realizará dentro de un perímetro de diez kilómetros dentro del actual centro de trabajo del funcionario. Durante el tiempo que dure la medida a la persona trabajadora se le ocupará en funciones propias de su perfil ocupacional e igual categoría; y se le mantendrán las condiciones salariales y de jornada semanal que viene disfrutando. 3. Otras medidas que se consideren pertinentes. Con respecto al plazo de estas medidas cautelares, la institución señala: “Cualquiera de las medidas citadas en el artículo anterior podrán adoptarse hasta por un plazo de cuatro meses, pudiendo prorrogarse mientras subsista la causa que le dio origen, siempre y cuando no exista inactividad imputable a la administración; todo mediante acto motivado”. (NRL, 2017, pág. 107). En caso de optar por la alguna de las medidas cautelares deben ser notificadas al trabajador de forma personal y debe constar en expediente administrativo. (Artículo 109, NRL). 31 Excepciones Previas y de Fondo Las excepciones dentro del procedimiento administrativo disciplinario son mecanismos que el funcionario investigado puede presentar para impugnar la validez del proceso antes de que se dicte una resolución final. Estas excepciones permiten corregir irregularidades que puedan afectar su derecho de defensa o demostrar que el procedimiento ha sido iniciado de manera indebida. Las excepciones previas son aquellas que buscan impedir que el procedimiento continúe, alegando que existen vicios de procedimiento o falta de requisitos formales. Si una excepción previa es aceptada, el procedimiento puede ser archivado sin llegar a una resolución sobre el fondo del asunto. Mientras que las excepciones de fondo de presentan cuando el funcionario considera que no existe fundamento legal o probatorio para imponer una sanción, es decir, buscan demostrar que la conducta imputada no constituye una falta o que no hay pruebas suficientes para justificar la sanción. Según el Manual de Procedimiento Administrativo, las excepciones previas “se interponen al inicio del procedimiento, mientras que las excepciones de fondo se analizan en la fase final, cuando se estudian las pruebas y alegatos presentados por las partes” (Procuraduría General de la República, 2006, p. 11). Algunas de las excepciones previas más comunes incluyen: Falta de competencia del órgano investigador, que es si la entidad que inició el procedimiento no tiene la potestad para hacerlo, el proceso puede ser declarado nulo. Prescripción de la falta, que es cuando si ha transcurrido el tiempo máximo permitido para sancionar la conducta, el caso debe archivarse. Deficiencias en la notificación, que es cuando si el funcionario no fue debidamente informado sobre el proceso, esto puede afectar su derecho de defensa y anular el procedimiento. En cuanto a las excepciones de fondo, algunos ejemplos son: 32 Falta de pruebas, que es cuando si no hay evidencia suficiente que demuestre la culpabilidad del funcionario, el caso debe ser desestimado. Hechos que no constituyen falta disciplinaria, que es cuando si la conducta atribuida al funcionario no está tipificada como infracción, no puede ser sancionada. Error en la calificación de la falta, que sucede cuando si la administración clasificó incorrectamente la conducta del funcionario como una falta grave cuando en realidad no lo es, la sanción puede ser revocada o reducida. Las excepciones pueden detener, modificar o incluso anular el procedimiento, dependiendo de la solidez de los argumentos presentados. Si una excepción previa es aceptada, el procedimiento puede quedar sin efecto desde su inicio, evitando que el funcionario pase por un proceso innecesario. Si una excepción de fondo es aceptada, el funcionario puede ser absuelto de toda responsabilidad, lo que garantiza que no se le imponga una sanción injusta. Por esta razón, la correcta aplicación de las excepciones es clave para la defensa de los derechos del funcionario investigado, ya que pueden evitar que el procedimiento avance si no cumple, con los requisitos legales o carece de fundamento. De acuerdo con Normativa de Relaciones Laborales, la Caja Costarricense de Seguro Social, establece en sus artículos 110 y 111 respectivamente las siguientes excepciones: Excepciones Previas Una vez iniciado el procedimiento administrativo el interesado podrá interponer, dentro del plazo de cinco días hábiles, después de notificada la Resolución Inicial de Traslado de Cargos, las siguientes excepciones previas: Cosa Juzgada, Prescripción, Falta de Competencia, Litis Consorcio, Caducidad y Transacción (esta última sólo será oponible en procedimientos de carácter patrimonial). En cuanto al trámite de las excepciones previas, deberán ser atendidas preliminarmente, en un plazo de cinco días hábiles, a partir del recibo de las mismas por el Órgano Decisor. El Órgano Director podrá emitir un criterio no vinculante sobre la excepción interpuesta. 33 Excepciones de Fondo Si el investigado opone las Excepciones de Falta de Derecho, Falta de Legitimación, Falta de Causa o cualquier otra, éstas se resolverán cuando se dicte el acto final del procedimiento, las cuales se podrán interponerse en cualquier momento e incluso en las conclusiones. La propuesta de sanción disciplinaria y/o de responsabilidad patrimonial considerará y analizará la procedencia de estas excepciones. Conclusiones El Procedimiento Administrativo Disciplinario y de Responsabilidad Patrimonial representa un mecanismo fundamental dentro de la administración pública, ya que permite regular la conducta de los funcionarios y garantizar el correcto uso de los recursos estatales. A lo largo de este trabajo, se ha analizado su fundamento jurídico, los principios que lo rigen, las partes involucradas, el manejo del expediente administrativo y las medidas cautelares que pueden aplicarse dentro del proceso. Todos estos elementos tienen como finalidad asegurar que las decisiones disciplinarias sean tomadas con base en criterios objetivos, justos y fundamentados en la normativa vigente. Uno de los aspectos más relevantes de este procedimiento es el respeto al debido proceso, el cual actúa como una salvaguarda para los derechos de los funcionarios públicos. Sin este principio, la administración correría el riesgo de incurrir en actos arbitrarios o injustos, afectando la estabilidad laboral de los trabajadores y debilitando la confianza en las instituciones. Garantizar que cada persona tenga la posibilidad de conocer las acusaciones en su contra, presentar pruebas y defenderse de manera adecuada es esencial para evitar abusos y asegurar la legitimidad de las sanciones impuestas. Asimismo, el procedimiento disciplinario tiene un impacto directo en la transparencia y equidad dentro de la gestión pública. Al establecer normas claras para la investigación y sanción de faltas, se reduce la discrecionalidad en la toma de decisiones y se fomenta una cultura organizacional basada en la responsabilidad y la rendición de cuentas. Esto no solo fortalece la 34 administración pública, sino que también genera mayor confianza por parte de la ciudadanía, al demostrar que existen mecanismos efectivos para prevenir y corregir irregularidades. En el ámbito de la gestión de los recursos públicos, este procedimiento también desempeña un papel crucial. La correcta aplicación de sanciones por negligencia, mal uso de bienes del Estado o incumplimiento de deberes contribuye a la eficiencia del sector público y evita pérdidas innecesarias. Además, al establecer medidas de control interno y promover la trazabilidad documental en cada caso, se refuerza el compromiso con la legalidad y se minimizan los riesgos de corrupción. En conclusión, el Procedimiento Administrativo Disciplinario y de Responsabilidad Patrimonial es una herramienta clave para mantener el orden y la disciplina en la administración pública. Su correcta aplicación garantiza la protección de los derechos de los trabajadores, el uso eficiente de los recursos estatales y la consolidación de un Estado basado en principios de justicia, equidad y transparencia. La mejora continua de estos procesos, a través de la actualización de normativas y la capacitación de los funcionarios encargados de su aplicación, es indispensable para asegurar que cumplan con su propósito y contribuyan al fortalecimiento del servicio público. 35 Referencias Gerencia Administrativa. (2017). Normativa de Relaciones Laborales. Caja Costarricense de Seguro Social. Ley General de Administración Pública, (1978). Asamblea Legislativa. San José, Costa Rica. Procuraduría General de la República. (2006). Manual de Procedimiento Administrativo. San José, Costa Rica. 36