Subido por José Zapata Aguilar

Reina Valera Actualizada

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BIBLIOTECA MUNDO HISPANO
BIBLIA
REINA-VALERA ACTUALIZADA
ANTIGUO TESTAMENTO
EDITORIAL MUNDO HISPANO
© 2003
SANTA BIBLIA
ANTIGUO Y NUEVO TESTAMENTOS
VERSIÓN REINA-VALERA ACTUALIZADA
Basada en la Reina-Valera de 1909 y cotejada con diversas
traducciones y con los mejores textos en los idiomas
originales hebreo, arameo y griego
EDITORAL MUNDO HISPANO
GÉNESIS
Capítulo 1
1
2
En el principio creó Dios los cielos y la tierra. Y la tierra estaba sin orden y
vacía. Había tinieblas sobre la faz del océano, y el Espíritu de Dios se movía sobre la
faz de las aguas.
3
4
Entonces dijo Dios: “Sea la luz”, y fue la luz. Dios vio que la luz era buena, y
5
separó Dios la luz de las tinieblas. Dios llamó a la luz Día, y a las tinieblas llamó
Noche. Y fue la tarde y fue la mañana del primer día.
6
Entonces dijo Dios: “Haya una bóveda en medio de las aguas, para que separe
7
las aguas de las aguas.” E hizo Dios la bóveda, y separó las aguas que están
8
debajo de la bóveda, de las aguas que están sobre la bóveda. Y fue así. Dios llamó
a la bóveda Cielos. Y fue la tarde y fue la mañana del segundo día.
9
Entonces dijo Dios: “Reúnanse las aguas que están debajo del cielo en un solo
10
lugar, de modo que aparezca la parte seca.” Y fue así. Llamó Dios a la parte seca
Tierra, y a la reunión de las aguas llamó Mares; y vio Dios que esto era bueno.
11
Después dijo Dios: “Produzca la tierra hierba, plantas que den semilla y árboles
frutales que den fruto, según su especie, cuya semilla esté en él, sobre la tierra.” Y
12
fue así. La tierra produjo hierba, plantas que dan semilla según su especie, árboles
frutales cuya semilla está en su fruto, según su especie. Y vio Dios que esto era
13
bueno. Y fue la tarde y fue la mañana del tercer día.
14
Entonces dijo Dios: “Haya lumbreras en la bóveda del cielo para distinguir el
día de la noche, para servir de señales, para las estaciones y para los días y los años.
15
Así sirvan de lumbreras para que alumbren la tierra desde la bóveda del cielo.” Y
16
fue así. E hizo Dios las dos grandes lumbreras: la lumbrera mayor para dominar en
el día, y la lumbrera menor para dominar en la noche. Hizo también las estrellas.
17
18
Dios las puso en la bóveda del cielo para alumbrar sobre la tierra, para dominar
en el día y en la noche, y para separar la luz de las tinieblas. Y vio Dios que esto era
19
bueno. Y fue la tarde y fue la mañana del cuarto día.
20
Entonces dijo Dios: “Produzcan las aguas innumerables seres vivientes, y haya
21
aves que vuelen sobre la tierra, en la bóveda del cielo.” Y creó Dios los grandes
animales acuáticos, todos los seres vivientes que se desplazan y que las aguas
produjeron, según su especie, y toda ave alada según su especie. Vio Dios que esto
22
era bueno, y los bendijo Dios diciendo: “Sed fecundos y multiplicaos. Llenad las
23
aguas de los mares; y multiplíquense las aves en la tierra.” Y fue la tarde y fue la
mañana del quinto día.
24
Entonces dijo Dios: “Produzca la tierra seres vivientes según su especie:
25
ganado, reptiles y animales de la tierra, según su especie.” Y fue así. Hizo Dios los
animales de la tierra según su especie, el ganado según su especie y los reptiles de la
tierra según su especie. Y vio Dios que esto era bueno.
26
Entonces dijo Dios: “Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a
nuestra semejanza, y tenga dominio sobre los peces del mar, las aves del cielo, el
ganado, y en toda la tierra, y sobre todo animal que se desplaza sobre la tierra.”
27
Creó, pues, Dios al hombre a su imagen; a imagen de Dios lo creó; hombre y
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mujer los creó. Dios los bendijo y les dijo: “Sed fecundos y multiplicaos. Llenad la
tierra; sojuzgadla y tened dominio sobre los peces del mar, las aves del cielo y todos
los animales que se desplazan sobre la tierra.”
29
Dios dijo además: “He aquí que os he dado toda planta que da semilla que
está sobre la superficie de toda la tierra, y todo árbol cuyo fruto lleva semilla; ellos
30
os servirán de alimento. Y a todo animal de la tierra, a toda ave del cielo, y a todo
animal que se desplaza sobre la tierra, en que hay vida, toda planta les servirá de
alimento.” Y fue así.
31
Dios vio todo lo que había hecho, y he aquí que era muy bueno. Y fue la tarde
y fue la mañana del sexto día.
Capítulo 2
1
2
Así fueron terminados los cielos y la tierra y todos sus ocupantes. El séptimo
día Dios había terminado la obra que hizo, y reposó en el séptimo día de toda la
3
obra que había hecho. Por eso Dios bendijo y santificó el séptimo día, porque en él
reposó de toda su obra de creación que Dios había hecho.
4
Estos son los orígenes de los cielos y de la tierra, cuando fueron creados.
5
Cuando Jehovah Dios hizo la tierra y los cielos, aún no había en la tierra ningún
arbusto del campo, ni había germinado ninguna planta del campo, porque Jehovah
6
Dios no había hecho llover sobre la tierra, ni había hombre para cultivarla. Pero
7
subía de la tierra un vapor que regaba toda la superficie de la tierra. Entonces
Jehovah Dios formó al hombre del polvo de la tierra. Sopló en su nariz aliento de
vida, y el hombre llegó a ser un ser viviente.
8
Y plantó Jehovah Dios un jardín en Edén, en el oriente, y puso allí al hombre
9
que había formado. Jehovah Dios hizo brotar de la tierra toda clase de árboles
atractivos a la vista y buenos para comer; también en medio del jardín, el árbol de la
10
vida y el árbol del conocimiento del bien y del mal. Un río salía de Edén para
11
regar el jardín, y de allí se dividía en cuatro brazos. El nombre del primero era
12
Pisón. Este rodeaba toda la tierra de Havila, donde hay oro. Y el oro de aquella
13
tierra es bueno. También hay allí ámbar y ónice. El nombre del segundo río era
14
Guijón. Este rodeaba toda la tierra de Etiopía. El nombre del tercer río era Tigris,
15
que corre al oriente de Asiria. Y el cuarto río era el Eufrates. Tomó, pues,
Jehovah Dios al hombre y lo puso en el jardín de Edén, para que lo cultivase y lo
guardase.
16
Y Jehovah Dios mandó al hombre diciendo: “Puedes comer de todos los
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árboles del jardín; pero del árbol del conocimiento del bien y del mal no comerás,
porque el día que comas de él, ciertamente morirás.”
18
Dijo además Jehovah Dios: “No es bueno que el hombre esté solo; le haré
19
una ayuda idónea.” Jehovah Dios, pues, formó de la tierra todos los animales del
campo y todas las aves del cielo, y los trajo al hombre para ver cómo los llamaría.
20
Lo que el hombre llamó a los animales, ése es su nombre. El hombre puso
nombres a todo el ganado, a las aves del cielo y a todos los animales del campo.
Pero para Adán no halló ayuda que le fuera idónea.
21
Entonces Jehovah Dios hizo que sobre el hombre cayera un sueño profundo; y
22
mientras dormía, tomó una de sus costillas y cerró la carne en su lugar. Y de la
costilla que Jehovah Dios tomó del hombre, hizo una mujer y la trajo al hombre.
23
Entonces dijo el hombre: “Ahora, ésta es hueso de mis huesos y carne de mi
24
carne. Esta será llamada Mujer, porque fue tomada del hombre.” Por tanto, el
hombre dejará a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola
25
carne. Estaban ambos desnudos, el hombre y su mujer, y no se avergonzaban.
Capítulo 3
1
Entonces la serpiente, que era el más astuto de todos los animales del campo
que Jehovah Dios había hecho, dijo a la mujer: — ¿De veras Dios os ha dicho: “No
2
comáis de ningún árbol del jardín”? La mujer respondió a la serpiente: — Podemos
3
comer del fruto de los árboles del jardín. Pero del fruto del árbol que está en medio
del jardín ha dicho Dios: “No comáis de él, ni lo toquéis, no sea que muráis.”
4
5
Entonces la serpiente dijo a la mujer: — Ciertamente no moriréis. Es que Dios
sabe que el día que comáis de él, vuestros ojos serán abiertos, y seréis como Dios,
conociendo el bien y el mal.
6
Entonces la mujer vio que el árbol era bueno para comer, que era atractivo a la
vista y que era árbol codiciable para alcanzar sabiduría. Tomó, pues, de su fruto y
7
comió. Y también dio a su marido que estaba con ella, y él comió. Y fueron
abiertos los ojos de ambos, y se dieron cuenta de que estaban desnudos. Entonces
8
cosieron hojas de higuera, y se hicieron ceñidores. Cuando oyeron la voz de
Jehovah Dios que se paseaba en el jardín en el fresco del día, el hombre y su mujer
se escondieron de la presencia de Jehovah Dios entre los árboles del jardín.
9
10
Pero Jehovah Dios llamó al hombre y le preguntó: — ¿Dónde estás tú? El
respondió: — Oí tu voz en el jardín y tuve miedo, porque estaba desnudo. Por eso
me escondí.
11
Le preguntó Dios: — ¿Quién te dijo que estabas desnudo? ¿Acaso has
12
comido del árbol del que te mandé que no comieses? El hombre respondió: — La
13
mujer que me diste por compañera, ella me dio del árbol, y yo comí. Entonces
Jehovah Dios dijo a la mujer: — ¿Por qué has hecho esto? La mujer dijo: — La
serpiente me engañó, y comí.
14
Entonces Jehovah Dios dijo a la serpiente: — Porque hiciste esto, serás
maldita entre todos los animales domésticos y entre todos los animales del campo.
15
Te arrastrarás sobre tu vientre y comerás polvo todos los días de tu vida. Y
pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu descendencia y su descendencia; ésta
te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el talón.
16
A la mujer dijo: — Aumentaré mucho tu sufrimiento en el embarazo; con
dolor darás a luz a los hijos. Tu deseo te llevará a tu marido, y él se enseñoreará de
ti.
17
Y al hombre dijo: — Porque obedeciste la voz de tu mujer y comiste del
árbol del que te mandé diciendo: “No comas de él”, sea maldita la tierra por tu
18
causa. Con dolor comerás de ella todos los días de tu vida; espinos y cardos te
19
producirá, y comerás plantas del campo. Con el sudor de tu frente comerás el pan
hasta que vuelvas a la tierra, pues de ella fuiste tomado. Porque polvo eres y al
polvo volverás.
20
El hombre llamó el nombre de su mujer Eva, porque ella sería la madre de
todos los vivientes.
21
Luego Jehovah Dios hizo vestidos de piel para Adán y para su mujer, y los
vistió.
22
Y Jehovah Dios dijo: — He aquí que el hombre ha llegado a ser como uno de
nosotros, conociendo el bien y el mal. Ahora pues, que no extienda su mano, tome
23
también del árbol de la vida, y coma y viva para siempre. Y Jehovah Dios lo
arrojó del jardín de Edén, para que labrase la tierra de la que fue tomado.
24
Expulsó, pues, al hombre y puso querubines al oriente del jardín de Edén, y una
espada incandescente que se movía en toda dirección, para guardar el camino al
árbol de la vida.
Capítulo 4
1
El hombre conoció a Eva su mujer, la cual concibió y dio a luz a Caín.
2
Entonces ella dijo: “¡He adquirido un varón de parte de Jehovah!” Después dio a
luz a su hermano Abel. Y Abel fue pastor de ovejas, y Caín labrador de la tierra.
3
Aconteció después de un tiempo que Caín trajo, del fruto de la tierra, una
4
ofrenda a Jehovah. Abel también trajo una ofrenda de los primerizos de sus ovejas,
5
lo mejor de ellas. Y Jehovah miró con agrado a Abel y su ofrenda, pero no miró
con agrado a Caín ni su ofrenda. Por eso Caín se enfureció mucho, y decayó su
semblante.
6
Entonces Jehovah dijo a Caín: — ¿Por qué te has enfurecido? ¿Por qué ha
7
decaído tu semblante? Si haces lo bueno, ¿no serás enaltecido? Pero si no haces lo
bueno, el pecado está a la puerta y te seducirá; pero tú debes enseñorearte de él.
8
Caín habló con su hermano Abel. Y sucedió que estando juntos en el campo,
Caín se levantó contra su hermano Abel y lo mató.
9
Entonces Jehovah preguntó a Caín: — ¿Dónde está tu hermano Abel? Y
10
respondió: — No sé. ¿Soy yo acaso el guarda de mi hermano? Le preguntó: —
¿Qué has hecho? La voz de la sangre de tu hermano clama a mí desde la tierra.
11
Ahora pues, maldito seas tú, lejos de la tierra que abrió su boca para recibir de tu
12
mano la sangre de tu hermano. Cuando trabajes la tierra, ella no te volverá a dar
su fuerza. Y serás errante y fugitivo en la tierra.
13
14
Caín dijo a Jehovah: — ¡Grande es mi castigo para ser soportado! He aquí
que me echas hoy de la faz de la tierra, y me esconderé de tu presencia. Seré
errante y fugitivo en la tierra, y sucederá que cualquiera que me halle me matará.
15
Jehovah le respondió: — No será así. Cualquiera que mate a Caín será castigado
siete veces. Entonces Jehovah puso una señal sobre Caín, para que no lo matase
cualquiera que lo hallase.
16
Así partió Caín de delante de Jehovah, y habitó en la tierra de Nod, al oriente
17
de Edén. Caín conoció a su mujer, y ella concibió y dio a luz a Enoc. Caín edificó
18
una ciudad a la cual llamó según el nombre de su hijo Enoc. A Enoc le nació Irad.
E Irad engendró a Mejuyael. Mejuyael engendró a Metusael. Y Metusael engendró
a Lamec.
19
Lamec tomó para sí dos mujeres. El nombre de la una fue Ada; y el nombre
20
de la otra, Zila. Ada dio a luz a Jabal, quien llegó a ser el padre de los que habitan
21
en tiendas y crían ganado. El nombre de su hermano fue Jubal, quien llegó a ser
22
padre de todos los que tocan el arpa y la flauta. Zila también dio a luz a Tubalcaín, maestro de todos los que trabajan el bronce y el hierro. Y la hermana de
Tubal-caín fue Naama.
23
Entonces Lamec dijo a sus mujeres: “Ada y Zila, oíd mi voz. Oh mujeres de
Lamec, escuchad mi dicho: Yo maté a un hombre, porque me hirió; maté a un
24
muchacho, porque me golpeó. Si Caín ha de ser vengado siete veces, Lamec lo
será setenta y siete veces.”
25
Adán conoció de nuevo a su mujer, y ella dio a luz un hijo y llamó su nombre
Set, diciendo: “Porque Dios me ha sustituido otro hijo en lugar de Abel, a quien
26
mató Caín.” A Set también le nació un hijo, y llamó su nombre Enós. Entonces se
comenzó a invocar el nombre de Jehovah.
Capítulo 5
1
Este es el libro de los descendientes de Adán: Cuando Dios creó al hombre, lo
2
hizo a semejanza de Dios. Hombre y mujer los creó, y los bendijo. Y el día que
3
fueron creados, llamó el nombre de ellos Hombre. Cuando Adán tenía 130 años,
engendró un hijo a su semejanza, conforme a su imagen, y llamó su nombre Set.
4
Los años que vivió Adán después de engendrar a Set fueron 800, y engendró hijos
5
e hijas. Todos los años que vivió Adán fueron 930, y murió.
6
7
Cuando Set tenía 105 años, engendró a Enós. Set vivió después de
8
engendrar a Enós 807 años, y engendró hijos e hijas. Todos los años de Set fueron
9
10
912, y murió. Cuando Enós tenía 90 años, engendró a Cainán. Enós vivió
11
después de engendrar a Cainán 815 años, y engendró hijos e hijas. Todos los
12
años de Enós fueron 905, y murió. Cuando Cainán tenía 70 años, engendró a
13
Mahalaleel. Cainán vivió después de engendrar a Mahalaleel 840 años, y
14
15
engendró hijos e hijas. Todos los años de Cainán fueron 910, y murió. Cuando
16
Mahalaleel tenía 65 años, engendró a Jared. Mahalaleel vivió después de
17
engendrar a Jared 830 años, y engendró hijos e hijas. Todos los años de
18
Mahalaleel fueron 895, y murió. Cuando Jared tenía 162 años, engendró a Enoc.
19
Jared vivió después de engendrar a Enoc 800 años, y engendró hijos e hijas.
20
Todos los años de Jared fueron 962, y murió.
21
22
Cuando Enoc tenía 65 años, engendró a Matusalén. Enoc caminó con Dios
23
300 años después de engendrar a Matusalén, y engendró hijos e hijas. Todos los
24
años de Enoc fueron 365 años. Caminó, pues, Enoc con Dios y desapareció,
porque Dios lo llevó consigo.
25
26
Cuando Matusalén tenía 187 años, engendró a Lamec. Matusalén vivió
27
después de engendrar a Lamec 782 años, y engendró hijos e hijas. Todos los
años de Matusalén fueron 969, y murió.
28
29
Cuando Lamec tenía 182 años, engendró un hijo, y llamó su nombre Noé
diciendo: “Este nos aliviará de nuestras obras y de la penosa labor de nuestras
30
manos, a causa de la tierra que Jehovah maldijo.” Lamec vivió después de
31
engendrar a Noé 595 años, y engendró hijos e hijas. Todos los años de Lamec
32
fueron 777, y murió. Cuando Noé tenía 500 años, engendró a Sem, a Cam y a
Jafet.
Capítulo 6
1
Aconteció que cuando los hombres comenzaron a multiplicarse sobre la faz de
2
la tierra, les nacieron hijas. Y viendo los hijos de Dios que las hijas de los hombres
eran bellas, tomaron para sí mujeres, escogiendo entre todas.
3
Entonces Jehovah dijo: “No contenderá para siempre mi espíritu con el
hombre, por cuanto él es carne, y su vida será de 120 años.”
4
En aquellos días había gigantes en la tierra, y aun después, cuando se unieron
los hijos de Dios con las hijas de los hombres y les nacieron hijos. Ellos eran los
5
héroes que desde la antigüedad fueron hombres de renombre. Jehovah vio que la
maldad del hombre era mucha en la tierra, y que toda tendencia de los pensamientos
de su corazón era de continuo sólo al mal.
6
Entonces Jehovah lamentó haber hecho al hombre en la tierra, y le dolió en su
7
corazón. Y dijo Jehovah: “Arrasaré de la faz de la tierra los seres que he creado,
desde el hombre hasta el ganado, los reptiles y las aves del cielo; porque lamento
haberlos hecho.”
8
9
Pero Noé halló gracia ante los ojos de Jehovah. Esta es la historia de Noé:
10
Noé era un hombre justo y cabal en su generación; Noé caminaba con Dios. Noé
engendró tres hijos: Sem, Cam y Jafet.
11
La tierra estaba corrompida delante de Dios; estaba llena de violencia.
miró la tierra, y he aquí que estaba corrompida, porque toda carne había
corrompido su camino sobre la tierra.
13
12
Dios
Entonces Dios dijo a Noé: “He decidido el final de toda carne, porque la
tierra está llena de violencia por culpa de ellos. He aquí que los destruiré junto con la
14
tierra. Hazte un arca de madera de árbol conífero. Haz compartimentos al arca, y
15
cúbrela con brea por dentro y por fuera. Hazla de esta manera: de 300 codos de
16
largo, 50 codos de ancho y 30 codos de alto. Hazle una claraboya y termínala a
un codo de la parte alta. La puerta del arca estará a uno de sus lados. Construye
17
también un piso bajo, uno intermedio y uno superior. Porque he aquí, yo voy a
traer un diluvio de aguas sobre la tierra, para destruir toda carne en la cual hay
18
aliento de vida debajo del cielo. Todo lo que hay en la tierra morirá. Pero
estableceré mi pacto contigo. Entraréis en el arca tú, tus hijos, tu mujer y las mujeres
19
de tus hijos contigo. De todo ser viviente, de toda carne, meterás en el arca dos
20
de cada especie, para que sobrevivan contigo. Serán macho y hembra: de las aves
según su especie; del ganado según su especie; de todo animal que se desplaza en
la tierra, según su especie. Dos de cada especie vendrán a ti para sobrevivir.
21
Toma contigo toda clase de alimentos para comer, y almacénalos para que te
sirvan de comida a ti y a ellos.”
22
Y Noé hizo conforme a todo lo que Dios le mandó; así lo hizo.
Capítulo 7
1
Entonces Jehovah dijo a Noé: “Entra en el arca tú, y toda tu familia, porque he
2
visto que tú eres justo delante de mí en esta generación. De todo animal limpio
toma contigo siete parejas, el macho y su hembra; pero de los animales que no son
3
limpios sólo una pareja, el macho y su hembra. De las aves del cielo toma también
siete parejas, macho y hembra, para preservar la especie sobre la faz de la tierra.
4
Porque después de siete días yo haré llover sobre la tierra durante cuarenta días y
cuarenta noches, y arrasaré de la faz de la tierra todo ser viviente que he hecho.”
5
6
Y Noé hizo conforme a todo lo que Jehovah le mandó. Noé tenía 600 años
7
cuando vino el diluvio de aguas sobre la tierra. Noé entró en el arca, y con él sus
8
hijos, su mujer y las mujeres de sus hijos, por causa de las aguas del diluvio. De los
animales limpios y de los animales no limpios, de las aves y de todo lo que se
9
desplaza sobre la tierra, de dos en dos entraron en el arca con Noé, macho y
10
hembra, como Dios había mandado a Noé. Y sucedió que a los siete días vinieron
sobre la tierra las aguas del diluvio.
11
El día 17 del mes segundo del año 600 de la vida de Noé, en este día fueron
rotas todas las fuentes del gran océano y fueron abiertas las ventanas de los cielos.
12
Y hubo lluvia sobre la tierra durante cuarenta días y cuarenta noches.
13
En este mismo día entraron en el arca Noé, sus hijos Sem, Cam y Jafet, la
14
mujer de Noé y las tres mujeres de sus hijos con ellos. Entraron ellos y todos los
animales según su especie, todos los animales domésticos según su especie, todos
los animales que se desplazan sobre la tierra según su especie, todas las aves según
15
su especie, y todo pájaro, todo lo que tiene alas. Y vinieron al arca, a Noé, de
16
dos en dos, de todos los seres que respiran. Vinieron macho y hembra de todo
animal, como Dios le había mandado. Y Jehovah le cerró la puerta.
17
El diluvio duró cuarenta días sobre la tierra. Las aguas crecieron y levantaron
18
el arca, y se elevó sobre la tierra. Las aguas crecieron y se incrementaron tanto
19
sobre la tierra que el arca flotaba sobre la superficie de las aguas. Las aguas
subieron tanto sobre la tierra que las montañas más altas debajo de todos los cielos
20
fueron cubiertas. Las montañas fueron cubiertas, y las aguas crecieron quince
codos por encima.
21
Y murió todo ser que se desplaza sobre la tierra, tanto las aves como el
ganado, las fieras, los animales que se desplazan sobre la tierra y todos los hombres.
22
Murió todo cuanto tenía aliento de vida en sus narices, todo lo que había en la
23
tierra seca. Así fue arrasado de la faz de la tierra todo ser viviente. Fueron
arrasados de la tierra desde el hombre hasta el ganado, los reptiles y las aves del
24
cielo. Sólo quedaron Noé y los que estaban con él en el arca. Y las aguas
prevalecieron sobre la tierra durante 150 días.
Capítulo 8
1
Dios se acordó de Noé y de todos los animales y todo el ganado que estaban
con él en el arca, e hizo soplar un viento sobre la tierra, y las aguas disminuyeron.
2
Fueron cerradas las fuentes del océano y las ventanas de los cielos, y se detuvo la
3
lluvia de los cielos. Las aguas decrecían gradualmente sobre la tierra, y después de
150 días las aguas habían menguado.
4
5
El día 17 del mes séptimo se asentó el arca sobre los montes de Ararat, y las
aguas siguieron decreciendo hasta el mes décimo. El primer día del mes décimo se
hicieron visibles las cumbres de las montañas.
6
Y sucedió que cuarenta días después Noé abrió la ventana del arca que había
7
hecho, y envió un cuervo que iba y venía hasta que las aguas se secaron sobre la
8
tierra. También envió una paloma para ver si las aguas habían disminuido sobre la
9
superficie de la tierra. La paloma no halló donde asentar la planta de su pie y volvió
a él, al arca, porque las aguas todavía cubrían la superficie de toda la tierra.
10
Entonces él extendió su mano, la tomó y la hizo entrar consigo en el arca. Esperó
11
aún otros siete días y volvió a enviar la paloma fuera del arca. La paloma volvió a
él al atardecer, y he aquí que traía una hoja verde de olivo en el pico. Así entendió
12
Noé que las aguas habían disminuido sobre la tierra. Esperó aún otros siete días y
envió la paloma, la cual no volvió más a él.
13
Y sucedió que el primer día del mes primero del año 601 de Noé se secaron
las aguas sobre la tierra. Noé quitó la cubierta del arca y miró, y he aquí que la
14
superficie de la tierra estaba seca. El día 27 del mes segundo quedó seca la tierra.
15
16
Entonces dijo Dios a Noé: “ Sal del arca tú, tu mujer, tus hijos y las mujeres
17
de tus hijos contigo. Saca todos los animales de toda clase que están contigo: las
aves, el ganado y los reptiles que se desplazan sobre la tierra. Que se esparzan por
18
la tierra, que sean fecundos y que se multipliquen sobre la tierra.” Entonces
19
salieron del arca Noé, sus hijos, su mujer y las mujeres de sus hijos con él, y
todos los animales, todos los reptiles, todas las aves y todo lo que se desplaza sobre
la tierra, según sus familias.
20
Entonces edificó Noé un altar a Jehovah, y tomando de todo cuadrúpedo
21
limpio y de toda ave limpia, ofreció holocaustos sobre el altar. Jehovah percibió el
grato olor, y dijo Jehovah en su corazón: “No volveré jamás a maldecir la tierra por
causa del hombre, porque el instinto del corazón del hombre es malo desde su
22
juventud. Tampoco volveré a destruir todo ser viviente, como he hecho. Mientras
exista la tierra, no cesarán la siembra y la siega, el frío y el calor, el verano y el
invierno, el día y la noche.”
Capítulo 9
1
Entonces Dios bendijo a Noé y a sus hijos, y les dijo: “Sed fecundos,
2
multiplicaos y llenad la tierra. El temor y el miedo de vosotros estará en todos los
animales de la tierra, en todas las aves del cielo, en todo lo que se desplaza en la
3
tierra y en todos los peces del mar. En vuestras manos son entregados. Todo lo
que se desplaza y vive os servirá de alimento. Del mismo modo que las plantas, os lo
4
5
doy todo. Pero no comeréis carne con su vida, es decir, su sangre. Porque
ciertamente por vuestra propia sangre pediré cuentas. Pediré cuentas a todo animal
6
y al hombre. Yo pediré cuentas a cada uno por la vida del hombre. El que derrame
sangre de hombre, su sangre será derramada por hombre; porque a imagen de Dios
7
él hizo al hombre. Sed vosotros fecundos y multiplicaos. Reproducíos en la tierra y
multiplicaos en ella.”
8
9
Entonces Dios habló a Noé y a sus hijos con él, diciendo: “ He aquí que yo
establezco mi pacto con vosotros, con vuestros descendientes después de vosotros
10
y con todo ser viviente que está con vosotros: aves, ganado y todos los animales
de la tierra que están con vosotros; todos los que salieron del arca, todos los
11
animales de la tierra. Yo establezco mi pacto con vosotros: Ninguna carne volverá
a ser exterminada jamás por las aguas del diluvio, ni habrá otra vez diluvio para
destruir la tierra.”
12
Y dijo Dios: “Esta será la señal del pacto que establezco entre yo y vosotros,
13
y todo ser viviente que está con vosotros, por generaciones, para siempre: Yo
14
pongo mi arco en las nubes como señal del pacto que hago entre yo y la tierra. Y
sucederá que cuando yo haga aparecer nubes sobre la tierra, entonces el arco se
15
dejará ver en las nubes. Me acordaré de mi pacto que existe entre yo y vosotros,
y todo ser viviente de toda clase, y las aguas no serán más un diluvio para destruir
16
toda carne. Cuando el arco aparezca en las nubes, yo lo veré para acordarme del
pacto perpetuo entre Dios y todo ser viviente de toda clase que está sobre la tierra.”
17
Entonces Dios dijo a Noé: “Esta será la señal del pacto que establezco entre yo y
toda carne que está sobre la tierra.”
18
Los hijos de Noé que salieron del arca fueron: Sem, Cam y Jafet. Cam fue el
19
padre de Canaán. Estos tres fueron los hijos de Noé, y a partir de ellos fue
20
poblada toda la tierra. Entonces Noé comenzó a cultivar la tierra y plantó una
21
viña. Y bebiendo el vino, se embriagó y quedó desnudo en medio de su tienda.
22
Cam, el padre de Canaán, vio la desnudez de su padre y lo contó a sus dos
23
hermanos que estaban fuera. Entonces Sem y Jafet tomaron un manto, lo pusieron
sobre sus propios hombros, y yendo hacia atrás, cubrieron la desnudez de su padre.
Como tenían vuelta la cara, ellos no vieron la desnudez de su padre.
24
Cuando Noé se despertó de su embriaguez y se enteró de lo que le había
25
hecho su hijo menor, dijo: “Maldito sea Canaán. Sea el siervo de los siervos de
26
sus hermanos.” Dijo además: “Bendito sea Jehovah, el Dios de Sem, y sea
27
Canaán su siervo. Engrandezca Dios a Jafet y habite en las tiendas de Sem, y sea
Canaán su siervo.”
28
Noé vivió después del diluvio 350 años.
950, y murió.
29
Todos los años de Noé fueron
Capítulo 10
1
Estos son los descendientes de los hijos de Noé: Sem, Cam y Jafet, a quienes
2
les nacieron hijos después del diluvio: Los hijos de Jafet fueron: Gomer, Magog,
3
Madai, Javán, Tubal, Mesec y Tiras. Los hijos de Gomer fueron: Asquenaz, Rifat y
4
5
Togarma. Los hijos de Javán fueron: Elisa, Tarsis, Quitim y Rodanim. A partir de
éstos fueron pobladas las costas de las naciones, según sus territorios, cada una
según su idioma, conforme a sus familias en sus naciones.
6
7
Los hijos de Cam fueron: Cus, Mizraim, Fut y Canaán. Los hijos de Cus
fueron: Seba, Havila, Sabta, Raama y Sabteca. Los hijos de Raama fueron Seba y
8
9
Dedán. Cus engendró a Nimrod, quien comenzó a ser poderoso en la tierra. El
fue un vigoroso cazador delante de Jehovah, por lo cual se suele decir: “Como
10
Nimrod, el vigoroso cazador delante de Jehovah.” Al principio, su reino abarcaba
11
Babel, Erec, Acad y Calne, en la tierra de Sinar. De aquella tierra salió para Asiria
12
y edificó Nínive, Ciudad Rejobot, Cálaj y Resén, entre Nínive y Cálaj. Esta es una
13
gran ciudad. Mizraim engendró a los ludeos, a los anameos, a los lehabitas, a los
14
naftujitas, a los patruseos, a los caslujitas (de los cuales salieron los filisteos) y a
los caftoreos.
15
16
Canaán engendró a Sidón su primogénito y a Het, al jebuseo, al amorreo, al
17
18
gergeseo, al heveo, al araqueo, al sineo, al arvadeo, al zemareo y al hamateo.
19
Después se dispersaron los clanes de los cananeos. La frontera de los cananeos
abarcaba desde Sidón hasta Gaza en dirección de Gerar; seguía en dirección de
20
Sodoma, Gomorra, Adma y Zeboím, y continuaba hasta Lasa. Tales son los hijos
de Cam, según sus familias, según sus idiomas, en sus territorios y en sus naciones.
21
También le nacieron hijos a Sem, padre de todos los hijos de Heber y
22
hermano mayor de Jafet. Los hijos de Sem fueron: Elam, Asur, Arfaxad, Lud y
23
24
Aram. Los hijos de Aram fueron: Uz, Hul, Geter y Mas. Arfaxad engendró a
25
Sélaj, y Sélaj engendró a Heber. A Heber le nacieron dos hijos: El nombre del
primero fue Peleg, porque en sus días fue dividida la tierra. El nombre de su
26
hermano fue Joctán. Joctán engendró a Almodad, a Selef, a Hazar-mávet, a Jéraj,
27
28
29
a Adoram, a Uzal, a Dicla, a Obal, a Abimael, a Seba, a Ofir, a Havila y a
30
Jobab. Todos éstos fueron hijos de Joctán. El área que habitaron abarcó desde
31
Mesa hasta las inmediaciones de Sefar, en la región montañosa al oriente. Estos
fueron los hijos de Sem según sus familias, según sus idiomas, en sus territorios y en
32
sus naciones. Estas fueron las familias de los hijos de Noé, según sus
descendientes y sus naciones. De éstos proceden las naciones de la tierra, después
del diluvio.
Capítulo 11
1
2
Toda la tierra tenía un solo idioma y las mismas palabras. Pero aconteció que
al emigrar del oriente, encontraron una llanura en la tierra de Sinar y se establecieron
3
allí. Entonces se dijeron unos a otros: “Venid, hagamos adobes y quemémoslos con
fuego.” Así empezaron a usar ladrillo en lugar de piedra, y brea en lugar de mortero.
4
Y dijeron: “Venid, edifiquémonos una ciudad y una torre cuya cúspide llegue al
cielo. Hagámonos un nombre, no sea que nos dispersemos sobre la faz de toda la
tierra.”
5
Jehovah descendió para ver la ciudad y la torre que edificaban los hombres.
Entonces dijo Jehovah: “He aquí que este pueblo está unido, y todos hablan el
mismo idioma. Esto es lo que han comenzado a hacer, y ahora nada les impedirá
7
hacer lo que se proponen. Vamos, pues, descendamos y confundamos allí su
8
lenguaje, para que nadie entienda lo que dice su compañero.” Así los dispersó
9
Jehovah de allí sobre la faz de toda la tierra, y dejaron de edificar la ciudad. Por
tanto, el nombre de dicha ciudad fue Babel, porque Jehovah confundió allí el
lenguaje de toda la tierra, y desde allí los dispersó sobre la faz de toda la tierra.
6
10
Estos son los descendientes de Sem: Cuando Sem tenía 100 años, engendró a
11
Arfaxad, dos años después del diluvio. Sem vivió después que engendró a
12
Arfaxad 500 años, y engendró hijos e hijas. Cuando Arfaxad tenía 35 años,
13
engendró a Sélaj. Arfaxad vivió después que engendró a Sélaj 403 años, y
14
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engendró hijos e hijas. Cuando Sélaj tenía 30 años, engendró a Heber. Sélaj
16
vivió después que engendró a Heber 403 años, y engendró hijos e hijas. Cuando
17
Heber tenía 34 años, engendró a Peleg. Heber vivió después que engendró a
18
Peleg 430 años, y engendró hijos e hijas. Cuando Peleg tenía 30 años, engendró a
19
Reu. Peleg vivió después que engendró a Reu 209 años, y engendró hijos e hijas.
20
21
Cuando Reu tenía 32 años, engendró a Serug. Reu vivió después que engendró
22
a Serug 207 años, y engendró hijos e hijas. Cuando Serug tenía 30 años,
23
engendró a Nacor. Serug vivió después que engendró a Nacor 200 años, y
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25
engendró hijos e hijas. Cuando Nacor tenía 29 años, engendró a Taré. Nacor
26
vivió después que engendró a Taré 119 años, y engendró hijos e hijas. Cuando
Taré tenía 70 años, engendró a Abram, a Nacor y a Harán.
27
Estos son los descendientes de Taré: Taré engendró a Abram, a Nacor y a
28
Harán; y Harán engendró a Lot. Harán murió antes que su padre Taré, en el lugar
29
donde había nacido, en Ur de los caldeos. Abram y Nacor tomaron mujeres para
sí. El nombre de la mujer de Abram fue Sarai; y el nombre de la mujer de Nacor fue
30
Milca, hija de Harán, padre de Milca y de Isca. Y Sarai era estéril y no tenía
31
hijos. Taré tomó a su hijo Abram, a su nieto Lot hijo de Harán, a Sarai su nuera,
mujer de su hijo Abram, y partió con ellos de Ur de los caldeos para ir a la tierra de
32
Canaán. Y fueron hasta Harán y se establecieron allí. Taré vivió 205 años, y murió
Taré en Harán.
Capítulo 12
1
Entonces Jehovah dijo a Abram: “Vete de tu tierra, de tu parentela y de la casa
2
de tu padre, a la tierra que te mostraré. Yo haré de ti una gran nación. Te
3
bendeciré y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Bendeciré a los que te
bendigan, y a los que te maldigan maldeciré. Y en ti serán benditas todas las familias
de la tierra.”
4
Abram se fue, como Jehovah le había dicho, y Lot fue con él. Abram tenía 75
5
años cuando salió de Harán. Abram tomó a Sarai su mujer, a Lot su sobrino y
todos los bienes que habían acumulado y a las personas que habían adquirido en
Harán; y partieron hacia la tierra de Canaán. Después llegaron a la tierra de Canaán,
6
y Abram atravesó aquella tierra hasta la encina de Moré, en las inmediaciones
7
de Siquem. Los cananeos estaban entonces en la tierra. Y se apareció Jehovah a
Abram y le dijo: “A tu descendencia daré esta tierra.” Y él edificó allí un altar a
8
Jehovah, quien se le había aparecido. Después se trasladó a la región montañosa al
oriente de Betel y extendió allí su tienda, entre Betel al oeste y Hai al este. Allí
9
edificó un altar a Jehovah e invocó el nombre de Jehovah. Después partió de allí y
se dirigió progresivamente hacia el Néguev.
10
Hubo hambre en la tierra, y Abram descendió a Egipto para residir allí, pues
11
el hambre era grande en la tierra. Y aconteció que cuando estaba por llegar a
12
Egipto, dijo a Sarai su mujer: “He aquí, reconozco que tú eres una mujer bella. Y
puede suceder que al verte, los egipcios digan: ‘Es su mujer’, y me maten a mí, y a ti
13
te conserven la vida. Di, por favor, que eres mi hermana, para que me vaya bien
por tu causa y mi vida sea conservada por causa de ti.”
14
Y aconteció que cuando Abram entró en Egipto, los egipcios vieron que la
15
mujer era muy bella. También la vieron los ministros del faraón, y la alabaron ante
16
él. Y la mujer fue llevada al palacio del faraón, quien favoreció a Abram por causa
de ella. Este obtuvo ovejas, vacas, asnos, siervos, siervas, asnas y camellos.
17
Entonces Jehovah afligió al faraón y a su familia con grandes plagas por causa de
18
Sarai, mujer de Abram. Y el faraón llamó a Abram y le dijo: “¿Por qué me has
19
hecho esto? ¿Por qué no me declaraste que era tu mujer? ¿Por qué dijiste: ‘Es mi
hermana’, poniéndome en ocasión de tomarla para mí por mujer? Ahora pues, aquí
20
está tu mujer. Tómala y vete.” Entonces el faraón dio órdenes a sus hombres con
respecto a Abram. Y éstos lo enviaron a él con su mujer y con todo lo que tenía.
Capítulo 13
1
Abram subió de Egipto hacia el Néguev, él con su mujer y con todo lo que
2
3
tenía; y Lot iba con él. Abram era muy rico en ganado, en plata y en oro. Volvió a
sus viajes desde el Néguev hacia Betel, hasta el lugar donde su tienda había estado
4
al comienzo, entre Betel y Hai, el lugar del altar que había hecho allí anteriormente.
Y Abram invocó allí el nombre de Jehovah.
5
6
También Lot, que iba con Abram, tenía ovejas, vacas y tiendas. Pero la tierra
no bastaba para que habitasen juntos. Sus posesiones eran muchas, y no podían
7
habitar juntos. Entonces surgió una contienda entre los pastores del ganado de
Abram y los pastores del ganado de Lot. En aquel entonces los cananeos y los
8
ferezeos habitaban en la tierra. Entonces Abram dijo a Lot: “Por favor, no haya
contiendas entre tú y yo, ni entre mis pastores y tus pastores, porque somos
9
parientes. ¿No está delante de ti toda la tierra? Por favor, sepárate de mí. Si tú vas
a la izquierda, yo iré a la derecha; y si tú vas a la derecha, yo iré a la izquierda.”
10
Lot alzó los ojos y vio toda la llanura del Jordán, la cual era toda tierra de
regadío, como un jardín de Jehovah, como la tierra de Egipto, como la entrada de
11
Zoar, antes de que Jehovah destruyera Sodoma y Gomorra. Lot eligió para sí
toda la llanura del Jordán, y partió Lot hacia el oriente. Así se separaron el uno del
12
otro. Abram habitó en la tierra de Canaán, y Lot habitó en las ciudades de la
13
llanura y fue instalando sus tiendas hasta Sodoma. Los hombres de Sodoma eran
malos y muy pecadores contra Jehovah.
14
Jehovah dijo a Abram, después que Lot se había separado de él: “Alza tus
ojos y mira desde el lugar donde estás, hacia el norte, el sur, el este y el oeste.
15
Porque toda la tierra que ves te la daré a ti y a tu descendencia, para siempre.
16
Yo haré que tu descendencia sea como el polvo de la tierra. Si alguien puede
contar el polvo de la tierra, también tu descendencia podrá ser contada.
17
Levántate, anda a lo largo y a lo ancho de la tierra, porque a ti te la daré.”
18
Entonces Abram trasladó su tienda, se fue y moró en el encinar de Mamre, que
está en Hebrón, y allí edificó un altar a Jehovah.
Capítulo 14
1
Aconteció en los días de Amrafel rey de Sinar, de Arioc rey de Elasar, de
2
Quedarlaomer rey de Elam, y de Tidal rey de Goím, que éstos hicieron guerra
contra Bera rey de Sodoma, Birsa rey de Gomorra, Sinab rey de Adma, Semeber
3
rey de Zeboím, y el rey de Bela, la cual es Zoar. Todos éstos se reunieron en el
4
valle de Sidim, es decir, el mar Salado. Doce años habían servido a Quedarlaomer,
5
pero en el año 13 se rebelaron. En el año 14 vinieron Quedarlaomer y los reyes
que estaban con él, y derrotaron a los refaítas en Astarot-carnaim, a los zuzitas en
6
Ham, a los emitas en Save-quiriataim, y a los horeos en el monte Seír, hasta El7
parán, que está junto al desierto. Luego regresaron, llegaron a En-mispat, que es
Cades, y devastaron todo el campo de los amalequitas y de los amorreos que
8
habitaban en Hazezón-tamar. Entonces salieron el rey de Sodoma, el rey de
Gomorra, el rey de Adma, el rey de Zeboím y el rey de Bela, la cual es Zoar, y
9
dispusieron la batalla contra ellos en el valle de Sidim; a saber, contra
Quedarlaomer rey de Elam, Tidal rey de Goím, Amrafel rey de Sinar y Arioc rey de
10
Elasar: cuatro reyes contra cinco. El valle de Sidim estaba lleno de pozos de brea.
Y al huir los reyes de Sodoma y de Gomorra, cayeron en ellos, mientras que los
11
demás huyeron a las montañas. Los enemigos tomaron todos los bienes de
12
Sodoma y de Gomorra, y todos sus alimentos, y se fueron. También llevaron
consigo a Lot, el hijo del hermano de Abram, junto con sus posesiones (porque Lot
habitaba en Sodoma), y se fueron.
13
Pero uno de los que escaparon fue y lo contó a Abram el hebreo, que
habitaba en el encinar de Mamre el amorreo, hermano de Escol y hermano de Aner,
14
quienes eran aliados de Abram. Cuando Abram oyó que su sobrino había sido
tomado cautivo, reclutó a sus 318 criados nacidos en su casa, y los persiguió hasta
15
Dan. Los atacó de noche, él con sus siervos, los derrotó y los persiguió hasta
16
Hoba, que está al norte de Damasco. Así recobró todos los bienes y también
recobró a su sobrino Lot, sus bienes, y también a las mujeres y a la gente.
17
Cuando Abram volvía de derrotar a Quedarlaomer y a los reyes que estaban
con él, el rey de Sodoma salió a su encuentro en el valle de Savé, que es el valle del
18
Rey. También Melquisedec, rey de Salem, quien era sacerdote del Dios Altísimo,
19
sacó pan y vino y le bendijo diciendo: “Bendito sea Abram del Dios Altísimo,
20
creador de los cielos y de la tierra. Bendito sea el Dios Altísimo, que entregó a tus
enemigos en tus manos.” Y Abram le dio a él el diezmo de todo.
21
Entonces el rey de Sodoma dijo a Abram: — Dame las personas, y toma
22
para ti los bienes. Abram respondió al rey de Sodoma: — He hecho votos a
23
Jehovah, el Dios Altísimo, creador de los cielos y de la tierra, que no tomaré ni un
hilo, ni la correa de un calzado, nada de todo lo que es tuyo, para que no digas
24
después: “Yo enriquecí a Abram.” Yo no tomaré nada, excepto lo que han
comido los jóvenes y la parte de los hombres que fueron conmigo: Aner, Escol y
Mamre. Ellos sí tomarán su parte.
Capítulo 15
1
Después de estas cosas vino la palabra de Jehovah a Abram en visión,
diciendo: — No temas, Abram. Yo soy tu escudo, y tu galardón será muy grande.
2
Abram respondió: — Oh Señor Jehovah, ¿qué me has de dar? Pues continúo
3
sin hijos, y el heredero de mi casa será Eliezer, de Damasco. — Añadió Abram —
: A mí no me has dado descendencia, y he aquí me heredará un criado nacido en mi
4
casa. Y he aquí que la palabra de Jehovah vino a él diciendo: — No será éste el
que te herede, sino que alguien que salga de tus entrañas será el que te herede.
5
Entonces lo llevó fuera y le dijo: — Mira, por favor, al cielo y cuenta las estrellas,
6
si acaso las puedes contar. — Y añadió — : Así será tu descendencia. El creyó a
Jehovah, y le fue contado por justicia.
7
Entonces le dijo: — Yo soy Jehovah, que te saqué de Ur de los caldeos, para
8
darte esta tierra como posesión. El respondió: — Oh Señor Jehovah, ¿cómo sabré
9
que yo la he de poseer? Le respondió: — Tráeme una vaquilla de tres años, una
10
cabra de tres años, un carnero de tres años, una tórtola y un pichón. El tomó
todos estos animales, los partió por la mitad y puso cada mitad una frente a otra.
11
Pero no partió las aves. Entonces descendieron unos buitres sobre los cuerpos
muertos, y Abram los ahuyentaba.
12
Pero cuando el sol estaba por ponerse, cayó sobre Abram un sueño
profundo, y he aquí que se apoderó de él el terror de una gran oscuridad.
13
Entonces Dios dijo a Abram: — Ten por cierto que tus descendientes serán
extranjeros en una tierra que no será suya, y los esclavizarán y los oprimirán 400
14
años. Pero yo también juzgaré a la nación a la cual servirán, y después de esto
15
saldrán con grandes riquezas. Pero tú irás a tus padres en paz y serás sepultado
16
en buena vejez. En la cuarta generación volverán acá, pues hasta ahora no ha
llegado al colmo la maldad de los amorreos.
17
Y sucedió una vez que el sol se puso y hubo oscuridad que he aquí, apareció
un horno humeante, y una antorcha ardiendo pasó por en medio de los animales
18
divididos. Aquel día Jehovah hizo un pacto con Abram diciendo: — A tus
descendientes daré esta tierra, desde el arroyo de Egipto hasta el gran río, el río
19
20
Eufrates; la tierra de los queneos, quenezeos, cadmoneos, heteos, ferezeos,
21
refaítas, amorreos, cananeos, gergeseos y jebuseos.
Capítulo 16
1
Sarai, mujer de Abram, no le daba hijos; pero ella tenía una sierva egipcia que
2
se llamaba Agar. Entonces Sarai dijo a Abram: — He aquí que Jehovah me ha
impedido concebir. Unete, por favor, a mi sierva; quizás yo tenga hijos por medio de
3
ella. Abram hizo caso de las palabras de Sarai. Y Sarai su mujer tomó a Agar, su
sierva egipcia, después de haber vivido diez años en la tierra de Canaán, y se la dio
por mujer a Abram su marido.
4
Abram se unió a Agar, y ella concibió. Pero al ver que había concebido,
5
empezó a mirar con desprecio a su señora. Entonces Sarai dijo a Abram: — Mi
agravio recaiga sobre ti. Yo puse a mi sierva en tu seno; y ella, viéndose encinta, me
6
mira con desprecio. Jehovah juzgue entre tú y yo. Abram respondió a Sarai: — He
aquí, tu sierva está en tus manos. Haz con ella como te parezca bien. Como Sarai la
afligía, ella huyó de su presencia.
7
Pero el ángel de Jehovah la encontró en el desierto junto a un manantial de
8
agua (el manantial que está en el camino de Shur), y le dijo: — Agar, sierva de
Sarai, ¿de dónde vienes y a dónde vas? Ella respondió: — Huyo de la presencia de
9
Sarai, mi señora. El ángel de Jehovah le dijo: — Vuelve a tu señora y sométete a su
autoridad.
10
— Le dijo también el ángel de Jehovah — : Multiplicaré tanto tus
11
descendientes, que no podrán ser contados a causa de su gran número. — Le
dijo además el ángel de Jehovah — : He aquí que has concebido y darás a luz un
12
hijo. Y llamarás su nombre Ismael, porque Jehovah ha escuchado tu aflicción. El
será como un asno montés, un hombre cuya mano estará contra todos, y las manos
13
de todos estarán contra él. Y habitará frente a todos sus hermanos. Ella invocó el
nombre de Jehovah, que hablaba con ella, y dijo: — Tú eres un Dios que me ve.
14
Pues pensó: “¿Acaso no he visto aquí al que me ve?” Por eso llamó al pozo Beerlajai-roí. He aquí que está entre Cades y Bered.
15
Agar dio a luz un hijo a Abram, y Abram llamó el nombre de su hijo que le
16
dio Agar, Ismael. Abram tenía 86 años cuando Agar le dio a luz a Ismael.
Capítulo 17
1
Abram tenía 99 años cuando Jehovah se le apareció y le dijo: — Yo soy el
2
Dios Todopoderoso; camina delante de mí y sé perfecto. Yo cumpliré mi pacto
3
entre yo y tú, y te multiplicaré en gran manera. Abram se postró sobre su rostro, y
Dios habló con él diciendo:
4
5
— He aquí que mi pacto es contigo: Tú serás padre de muchas naciones. Ya
no se llamará más tu nombre Abram; tu nombre será Abraham, pues te he
6
constituido en padre de una multitud de naciones. Yo te haré muy fecundo; de ti
haré naciones, y reyes saldrán de ti.
7
Yo establezco mi pacto como pacto perpetuo entre yo y tú, y tu descendencia
después de ti por sus generaciones, para ser tu Dios y el de tu descendencia
8
después de ti. Yo te daré en posesión perpetua, a ti y a tu descendencia después
9
de ti, la tierra en que resides, toda la tierra de Canaán. Y yo seré su Dios. Dios dijo
de nuevo a Abraham: — Pero tú guardarás mi pacto, tú y tus descendientes después
10
de ti, a través de sus generaciones. Este será mi pacto entre yo y vosotros que
guardaréis tú y tus descendientes después de ti: Todo varón de entre vosotros será
11
circuncidado. Circuncidaréis vuestros prepucios, y esto será la señal del pacto
12
entre yo y vosotros. A los ocho días de nacido será circuncidado todo varón de
entre vosotros, a través de vuestras generaciones; tanto el nacido en casa como el
comprado con dinero a cualquier extranjero que no sea de tu descendencia.
13
Deberá ser circuncidado el nacido en tu casa y el comprado con tu dinero. Así
14
estará mi pacto en vuestra carne como pacto perpetuo. El hombre incircunciso,
que no haya circuncidado su prepucio, esa persona será borrada de su pueblo,
porque ha violado mi pacto.
15
Dios dijo también a Abraham: — A Sarai tu mujer no la llamarás más Sarai;
16
Sara será su nombre. Yo la bendeciré y también te daré de ella un hijo. Sí, yo la
bendeciré; ella será madre de naciones, y de ella procederán reyes de pueblos.
17
Entonces Abraham se postró sobre su rostro y se rió diciendo en su corazón: “¿A
un hombre de 100 años le ha de nacer un hijo? ¿Y Sara, ya de 90 años, ha de dar a
18
19
luz?” Luego Abraham dijo a Dios: — ¡Ojalá Ismael viva delante de ti! Y Dios
respondió: — Ciertamente Sara tu mujer te dará un hijo, y llamarás su nombre
Isaac. Yo confirmaré mi pacto con él como pacto perpetuo para su descendencia
20
después de él. Y en cuanto a Ismael, también te he oído: He aquí que le
bendeciré, le haré fecundo y le multiplicaré en gran manera. El engendrará doce
21
príncipes, y yo le constituiré en una gran nación. Pero yo estableceré mi pacto con
22
Isaac, que Sara te dará a luz por este tiempo, el próximo año. Dios acabó de
hablar con él y subió de donde estaba con Abraham.
23
Entonces Abraham tomó a Ismael su hijo, a todos los siervos nacidos en su
casa y a todos los comprados con su dinero, a todo varón de las personas de la
casa de Abraham; y aquel mismo día circuncidó el prepucio de ellos, como Dios le
24
25
había dicho. Abraham tenía 99 años cuando circuncidó su prepucio. Su hijo
26
Ismael tenía 13 años cuando fue circuncidado su prepucio. En el mismo día fueron
27
circuncidados Abraham e Ismael su hijo. Fueron circuncidados con él todos los
varones de su casa, tanto los siervos nacidos en su casa como los comprados con
dinero a los extranjeros.
Capítulo 18
1
Jehovah se apareció a Abraham en el encinar de Mamre, cuando él estaba
2
sentado en la entrada de la tienda, en el pleno calor del día. Alzó sus ojos y miró, y
he aquí tres hombres que estaban de pie frente a él. Y al verlos, corrió desde la
3
entrada de la tienda para recibirlos, y se postró a tierra. Y dijo: — Señor, si he
4
hallado gracia ante tus ojos, por favor, no pases de largo a tu siervo. Que se traiga
5
un poco de agua para que lavéis vuestros pies y os recostéis debajo del árbol. Yo
traeré un pedazo de pan, y repondréis vuestras fuerzas y después proseguiréis;
porque para esto habéis pasado cerca de vuestro siervo. Ellos dijeron: — Sí; haz así
6
como dices. Entonces Abraham fue de prisa a la tienda de Sara y le dijo: — Toma
7
rápidamente tres medidas de harina fina, amásala y prepara unas tortas. Luego
corrió Abraham a donde estaban las vacas y tomó un ternero tierno y bueno, y se lo
8
dio al mozo; y éste se dio prisa para prepararlo. Después tomó mantequilla, leche y
el ternero que había preparado, y lo puso delante de ellos. Y mientras comían, él se
quedó de pie junto a ellos debajo del árbol.
9
Ellos le preguntaron: — ¿Dónde está Sara tu mujer? El respondió: — Adentro,
10
en la tienda. Entonces dijo: — Ciertamente volveré a ti después del tiempo que
dura el embarazo, y he aquí que Sara tu mujer tendrá un hijo. Sara escuchaba junto
11
a la entrada de la tienda que estaba detrás de él. Abraham y Sara eran ancianos,
12
de edad avanzada. A Sara le había cesado ya la regla de las mujeres. Y Sara se
reía dentro de sí, diciendo: “Después que he envejecido, ¿tendré placer, siendo
13
también anciano mi señor?” Entonces Jehovah dijo a Abraham: — ¿Por qué se ríe
14
Sara, diciendo: “¿Realmente he de dar a luz siendo vieja?” ¿Acaso existe para
Jehovah alguna cosa difícil? Al tiempo señalado volveré a ti, después del tiempo que
15
dura el embarazo, y Sara habrá tenido un hijo. Entonces Sara, porque tuvo miedo,
negó diciendo: — No me he reído. Pero él dijo: — No, sino que sí te has reído.
16
Los hombres se levantaron de allí y miraron hacia Sodoma. Abraham iba con
17
ellos para despedirlos. Entonces Jehovah dijo: — ¿He de encubrir a Abraham lo
18
que voy a hacer, habiendo de ser Abraham una nación grande y poderosa, y que
19
en él han de ser benditas todas las naciones de la tierra? Porque yo le he escogido
y sé que mandará a sus hijos y a su casa después de él que guarden el camino de
Jehovah, practicando la justicia y el derecho, para que Jehovah haga venir sobre
20
Abraham lo que ha hablado acerca de él. — Además Jehovah dijo — :
Ciertamente el clamor de Sodoma y de Gomorra es grande, y el pecado de ellos se
21
ha agravado en extremo. Descenderé, pues, para ver si han consumado su
22
maldad, según el clamor que ha llegado hasta mí; y si no, lo sabré. Los hombres
partieron de allí y se fueron a Sodoma. Pero Abraham quedó todavía delante de
Jehovah.
23
Entonces Abraham se acercó y dijo: — ¿Destruirás también al justo con el
24
culpable? Quizás haya cincuenta justos dentro de la ciudad; ¿la destruirás con
todo y no perdonarás el lugar por causa de los cincuenta justos que estén dentro de
25
ella? Lejos esté de ti hacer tal cosa: hacer morir al justo con el culpable, y que el
justo sea tratado como el culpable. ¡Lejos esté de ti! El Juez de toda la tierra, ¿no ha
26
de hacer lo que es justo? Entonces respondió Jehovah: — Si hallo en Sodoma
cincuenta justos dentro de la ciudad, perdonaré todo el lugar en consideración a
27
ellos. Intervino Abraham y dijo: — He aquí, ya que he comenzado a hablar con mi
28
Señor, a pesar de que soy polvo y ceniza, quizás falten cinco para ser cincuenta
justos. ¿Destruirás por aquellos cinco toda la ciudad? Le respondió: — No la
29
destruiré, si encuentro allí cuarenta y cinco. Volvió a hablarle diciendo: — Quizás
se encuentren allí cuarenta... Y respondió: — No lo haré en consideración a los
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cuarenta. Abraham le dijo: — Por favor, no se enoje mi Señor si hablo: Quizás se
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encuentren allí treinta... Y respondió: — No lo haré, si encuentro allí treinta. Y
dijo: — He aquí, ya que he empezado a hablar a mi Señor, quizás se encuentren allí
32
veinte... Y respondió: — No la destruiré en consideración a los veinte. Volvió a
decir: — Por favor, no se enoje mi Señor, si hablo sólo una vez más: Quizás se
encuentren allí diez... Y respondió: — No la destruiré en consideración a los diez.
33
Y Jehovah se fue luego que acabó de hablar con Abraham. Y Abraham regresó a
su lugar.
Capítulo 19
1
Los dos ángeles llegaron a Sodoma al anochecer. Lot estaba sentado junto a la
puerta de Sodoma, y al verlos se levantó Lot para recibirlos postrándose a tierra.
2
Y les dijo: — He aquí, señores míos, venid, por favor, a la casa de vuestro siervo;
pasad la noche y lavaos vuestros pies. Por la mañana os levantaréis temprano y
seguiréis vuestro camino. Pero ellos respondieron: — No, sino que pasaremos la
3
noche en la calle. Pero él les insistió mucho; así que fueron con él y entraron en su
casa. El les preparó un banquete; hizo panes sin levadura y comieron.
4
Pero antes de que se acostasen, los hombres de la ciudad, los hombres de
Sodoma, todo el pueblo junto, desde el más joven hasta el más viejo, rodearon la
5
casa. Y llamaron a Lot y le dijeron: — ¿Dónde están los hombres que vinieron a ti
6
esta noche? Sácanoslos, para que los conozcamos. Entonces Lot salió a ellos a la
7
puerta, cerró la puerta detrás de sí y dijo: — ¡Por favor, hermanos míos, no hagáis
8
tal maldad! He aquí tengo dos hijas que todavía no han conocido varón: Os las
sacaré, pues, y haced con ellas como os parezca; sólo que no hagáis nada a estos
9
hombres, porque para esto han venido a la sombra de mi techo. Ellos
respondieron: — ¡Quítate de ahí! — Y añadieron — : Este vino aquí para residir
como forastero, ¿y ahora habrá de erigirse como juez? Ahora te haremos a ti más
daño que a ellos. Forcejeaban mucho contra el hombre, contra Lot, y se acercaron
10
para romper la puerta. Entonces los hombres extendieron las manos, metieron a
11
Lot en la casa con ellos y cerraron la puerta. Y a los hombres que estaban junto a
la puerta de la casa, los hirieron con ceguera, desde el menor hasta el mayor, de
modo que se fatigaban por hallar la puerta.
12
Aquellos hombres dijeron a Lot: — ¿Tienes aquí a alguien más? Yernos,
13
hijos, hijas; cualquiera que tengas en la ciudad, sácalos de este lugar. Porque
vamos a destruir este lugar, por cuanto el clamor de ellos ha llegado a ser grande
14
delante de Jehovah. Por eso Jehovah nos ha enviado para destruirlo. Entonces
salió Lot y habló a sus yernos, los que habían de casarse con sus hijas, y les dijo: —
¡Levantaos, salid de este lugar, porque Jehovah va a destruir la ciudad! Pero a sus
yernos les pareció que bromeaba.
15
Y al rayar el alba, los ángeles apremiaban a Lot, diciéndole: — ¡Levántate,
toma a tu mujer y a tus dos hijas que están aquí, para que no seas destruido con el
16
castigo de la ciudad! Cuando se detenía, los hombres tomaron su mano, la mano
de su mujer y las manos de sus dos hijas, por la misericordia de Jehovah para con
17
él. Lo sacaron y lo pusieron fuera de la ciudad. Y después de haberlos sacado
fuera, le dijeron: — ¡Escapa por tu vida! No mires atrás, ni te detengas en toda esta
18
llanura. Escapa a la montaña, no sea que perezcas. Lot le dijo: — ¡Por favor, no,
19
señor mío! He aquí que tu siervo ha hallado gracia ante tus ojos y has
engrandecido tu misericordia que has mostrado conmigo dándome la vida. Pero yo
20
no podré escapar a la montaña, no sea que me alcance el mal y muera. He allí esa
ciudad está cerca para escapar allá, y es pequeña. Deja que escape allá y salve mi
21
vida. ¿Acaso no es pequeña? Le respondió: — He aquí que también te he
atendido con respecto a este asunto. No destruiré la ciudad de la cual has hablado.
22
Date prisa y escapa allá. Nada podré hacer hasta que hayas llegado allí. Por eso
23
fue llamado el nombre de la ciudad Zoar. El sol ya había salido sobre la tierra
cuando Lot llegó a Zoar.
24
Entonces Jehovah hizo llover desde los cielos azufre y fuego de parte de
25
Jehovah sobre Sodoma y Gomorra. Y trastornó aquellas ciudades, toda la llanura
con todos los habitantes de las ciudades y las plantas de la tierra.
26
Entonces la mujer de Lot miró atrás, a espaldas de él, y se convirtió en una
columna de sal.
27
Abraham se levantó muy de mañana, fue al lugar donde había estado delante
28
de Jehovah y miró hacia Sodoma y Gomorra, y hacia toda la tierra de la llanura. Y
29
al mirar, he aquí que el humo subía de la tierra como el humo de un horno. Y
sucedió que cuando Dios destruyó las ciudades de la llanura, se acordó Dios de
Abraham y sacó a Lot de en medio de la destrucción, al trastornar las ciudades
donde Lot había estado.
30
Lot tuvo miedo de permanecer en Zoar y se fue de allí a la región montañosa,
31
junto con sus dos hijas. Y habitaba en una cueva con sus dos hijas. Entonces la
mayor dijo a la menor: — Nuestro padre es viejo, y no queda ningún hombre en la
32
tierra que se una a nosotras, como es la costumbre en toda la tierra. Ven, demos
de beber vino a nuestro padre, acostémonos con él y conservemos descendencia de
33
nuestro padre. Aquella noche dieron de beber vino a su padre. Luego entró la
mayor y se acostó con su padre, pero él no se dio cuenta cuando ella se acostó ni
34
cuando se levantó. Y aconteció que al día siguiente la mayor dijo a la menor: —
He aquí yo me acosté anoche con mi padre. Démosle de beber vino también esta
noche, y entra tú y acuéstate con él, y conservemos descendencia de nuestro padre.
35
También aquella noche dieron de beber vino a su padre. Luego fue la menor y se
acostó con él, pero él no se dio cuenta cuando ella se acostó ni cuando se levantó.
36
37
Así concibieron de su padre las dos hijas de Lot. La mayor dio a luz un hijo y
38
llamó su nombre Moab, el cual es el padre de los moabitas, hasta hoy. La menor
dio a luz un hijo y llamó su nombre Ben-amí, el cual es el padre de los amonitas,
hasta hoy.
Capítulo 20
1
Abraham partió de allí hacia la tierra del Néguev. Acampó entre Cades y Shur
2
y residió en Gerar. Abraham dijo de Sara su mujer: “Ella es mi hermana.” Y
Abimelec, rey de Gerar, mandó y tomó a Sara.
3
Pero Dios vino a Abimelec en sueños de noche y le dijo: — He aquí que vas a
4
morir por causa de la mujer que has tomado, la cual es casada. Abimelec, quien
todavía no se había acercado a ella, dijo: — Señor, ¿acaso has de matar a la gente
5
inocente? ¿Acaso no me dijo él: “Ella es mi hermana”, y ella también dijo: “El es mi
hermano”? Con integridad de mi corazón y con limpieza de mis manos he hecho
6
esto. Dios le dijo en sueños: — Yo también sé que con integridad de tu corazón
has hecho esto. Yo también te detuve de pecar contra mí, y no te permití que la
7
tocases. Ahora pues, devuelve la mujer a su marido, porque él es profeta y orará
por ti, y tú vivirás. Y si no la devuelves, ten por cierto que morirás irremisiblemente,
tú y todos los tuyos.
8
Entonces Abimelec se levantó muy de mañana, llamó a todos sus servidores y
dijo todas estas palabras a oídos de ellos. Y los hombres temieron mucho.
9
Después Abimelec llamó a Abraham y le preguntó: — ¿Qué nos has hecho?
¿En qué te he ofendido para que hayas traído sobre mí y sobre mi reino un pecado
10
tan grande? Has hecho conmigo cosas que no debiste hacer. — Dijo además
11
Abimelec a Abraham — : ¿Qué has visto, para que hicieras esto? Abraham
respondió: — Porque pensé: “Seguramente no hay temor de Dios en este lugar y me
12
matarán por causa de mi mujer.” Y a la verdad, también es mi hermana. Ella es
13
hija de mi padre, pero no de mi madre; así que la tomé por mujer. Cuando Dios
me hizo salir errante de la casa de mi padre, yo le dije a ella: “Este es el favor que tú
me harás: En todos los lugares a los que lleguemos dirás de mí: ‘El es mi hermano.’”
14
Entonces Abimelec tomó ovejas y vacas, siervos y siervas; se los dio a
15
Abraham y le devolvió a Sara su mujer. Y le dijo Abimelec: — He aquí mi tierra
16
está delante de ti. Habita donde bien te parezca. A Sara le dijo: — He aquí que
he dado 1.000 piezas de plata a tu hermano. He aquí que esto constituye para ti y
para todos los que están contigo una venda a los ojos. Así eres totalmente
17
vindicada. Entonces Abraham oró a Dios, y Dios sanó a Abimelec y a su mujer y
18
a sus siervas para que dieran a luz. Porque Jehovah había cerrado por completo
toda matriz en la casa de Abimelec a causa de Sara, mujer de Abraham.
Capítulo 21
1
Jehovah favoreció a Sara, como había dicho. Jehovah hizo con Sara como
2
había prometido, y ella concibió y dio a luz un hijo a Abraham en su vejez, en el
3
tiempo que Dios le había indicado. Abraham llamó el nombre de su hijo que le
4
había nacido, y que Sara le había dado a luz, Isaac. Y circuncidó Abraham a su
5
hijo Isaac al octavo día, como Dios le había mandado. Abraham tenía 100 años
6
cuando le nació su hijo Isaac. Entonces Sara dijo: — Dios me ha hecho reír, y
7
cualquiera que lo oiga se reirá conmigo. — Y añadió — : ¿Quién le hubiera dicho a
Abraham que Sara daría de mamar a hijos? Pues yo le he dado un hijo en su vejez.
8
El niño creció y fue destetado. Y Abraham hizo un gran banquete el día que Isaac
fue destetado.
9
Sara vio al hijo de Agar la egipcia, que ésta le había dado a luz a Abraham,
10
que se burlaba. Por eso dijo a Abraham: — Echa a esta sierva y a su hijo, pues el
11
hijo de esta sierva no ha de heredar junto con mi hijo, con Isaac. Estas palabras
12
preocuparon muchísimo a Abraham, por causa de su hijo. Entonces Dios dijo a
Abraham: — No te parezca mal lo referente al muchacho ni lo referente a tu sierva.
En todo lo que te diga Sara, hazle caso, porque a través de Isaac será contada tu
13
descendencia. Pero también del hijo de la sierva haré una nación, porque es un
descendiente tuyo.
14
Abraham se levantó muy de mañana, tomó pan y un odre de agua, y se lo dio
a Agar, poniéndolo sobre el hombro de ella. Luego le entregó el muchacho y la
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despidió. Ella partió y caminó errante por el desierto de Beerseba. Y cuando se
16
acabó el agua del odre, hizo recostar al muchacho debajo de un arbusto. Luego
fue y se sentó enfrente, alejándose como a un tiro de arco, porque pensó: “No
quiero ver morir al muchacho.” Ella se sentó enfrente, y alzando su voz lloró.
17
Entonces Dios escuchó la voz del muchacho, y el ángel de Dios llamó a Agar
desde el cielo y le dijo: — ¿Qué tienes, Agar? No temas, porque Dios ha oído la
18
voz del muchacho, allí donde está. Levántate, alza al muchacho y tómalo de la
19
mano, porque de él haré una gran nación. Entonces Dios abrió los ojos de ella, y
vio un pozo de agua. Ella fue, llenó el odre de agua y dio de beber al muchacho.
20
Dios estaba con el muchacho, el cual creció y habitó en el desierto, y llegó a ser
21
un tirador de arco. Habitó en el desierto de Parán, y su madre tomó para él una
mujer de la tierra de Egipto.
22
Aconteció en aquel tiempo que Abimelec junto con Ficol, jefe de su ejército,
habló a Abraham diciendo: — Dios está contigo en todo lo que haces. 23 Ahora pues,
júrame aquí por Dios que no me engañarás ni a mí, ni a mis hijos, ni a mis nietos; sino
que conforme a la bondad que yo he hecho contigo tú harás conmigo y con la tierra en
la que vienes residiendo. 24 Abraham respondió: — Sí, lo juro. 25 Entonces Abraham se
quejó a Abimelec acerca de un pozo de agua que los siervos de Abimelec le habían
quitado. 26 Abimelec respondió: — No sé quién haya hecho esto. Tú no me lo hiciste
saber, ni yo lo había oído hasta ahora. 27 Entonces Abraham tomó ovejas y vacas, y se
las dio a Abimelec; e hicieron ambos una alianza. 28 Luego Abraham apartó del rebaño
siete corderas. 29 Y Abimelec preguntó a Abraham: — ¿Qué significan estas siete
corderas que has puesto aparte? 30 Y él respondió: — Toma estas siete corderas de mi
mano para que me sirvan de testimonio de que yo cavé este pozo. 31 Por eso él llamó a
aquel lugar Beerseba, porque allí juraron ambos. 32 Así hicieron una alianza en
Beerseba. Luego se levantaron Abimelec y Ficol, jefe de su ejército, y regresaron a la
tierra de los filisteos .
33
Abraham plantó un árbol de tamarisco en Beerseba e invocó allí el nombre de
34
Jehovah, el Dios eterno. Y residió Abraham en la tierra de los filisteos por mucho
tiempo.
Capítulo 22
1
Aconteció después de estas cosas que Dios probó a Abraham, diciéndole: —
2
Abraham. El respondió: — Heme aquí. Y le dijo: — Toma a tu hijo, a tu único, a
Isaac a quien amas. Vé a la tierra de Moriah y ofrécelo allí en holocausto sobre uno
de los montes que yo te diré.
3
Abraham se levantó muy de mañana. Enalbardó su asno, tomó consigo a dos de
sus siervos jóvenes y a Isaac su hijo. Partió leña para el holocausto, y levantándose,
fue al lugar que Dios le dijo. 4 Al tercer día Abraham alzó sus ojos y divisó el lugar de
lejos. 5 Entonces Abraham dijo a sus siervos: — Esperad aquí con el asno. Yo y el
muchacho iremos hasta allá, adoraremos y volveremos a vosotros. 6 Abraham tomó la
leña del holocausto y la puso sobre Isaac su hijo. El tomó en la mano el fuego y el
cuchillo, y se fueron los dos juntos. 7 Entonces Isaac dijo a Abraham su padre: —
Padre mío... Y él respondió: — Heme aquí, hijo mío. Le dijo: — He aquí el fuego y la
leña, pero ¿dónde está el cordero para el holocausto? 8 Abraham respondió: — Dios
mismo proveerá el cordero para el holocausto, hijo mío. E iban los dos juntos. 9 Cuando
llegaron al lugar que Dios le había dicho, Abraham edificó allí un altar. Arregló la leña,
ató a Isaac su hijo y lo puso sobre el altar encima de la leña. 10 Abraham extendió su
mano y tomó el cuchillo para degollar a su hijo.
11
Entonces el ángel de Jehovah llamó desde el cielo diciendo: — ¡Abraham!
12
¡Abraham! El respondió: — Heme aquí. Y le dijo: — No extiendas tu mano sobre
el muchacho, ni le hagas nada, porque ahora conozco que temes a Dios, ya que no
13
me has rehusado tu hijo, tu único. Entonces Abraham alzó la vista y miró, y he
aquí que detrás de sí estaba un carnero trabado por sus cuernos en un matorral.
Abraham fue, tomó el carnero y lo ofreció en holocausto en lugar de su hijo.
14
Abraham llamó el nombre de aquel lugar Jehovah-yireh. Por eso se dice hasta
hoy: “En el monte de Jehovah será provisto.”
15
16
El ángel de Jehovah llamó por segunda vez a Abraham desde el cielo, y le
dijo: — He jurado por mí mismo, dice Jehovah, que porque has hecho esto y no me
17
has rehusado tu hijo, tu único, de cierto te bendeciré y en gran manera multiplicaré
tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena que está en la orilla del
18
mar. Tu descendencia poseerá las ciudades de sus enemigos. En tu descendencia
serán benditas todas las naciones de la tierra, por cuanto obedeciste mi voz.
19
Abraham regresó a sus siervos, y levantándose se fueron juntos a Beerseba. Y
Abraham habitó en Beerseba.
20
Aconteció después de estas cosas que le informaron a Abraham, diciendo:
21
“He aquí que también Milca le ha dado a luz hijos a Nacor tu hermano: Uz su
22
primogénito, su hermano Buz, Quemuel padre de Aram, Quesed, Hazo, Pildas,
23
Jidlaf y Betuel. (Betuel engendró a Rebeca.)” Milca dio a luz estos ocho hijos a
24
Nacor, hermano de Abraham. Y su concubina, que se llamaba Reúma, dio a luz
también a Tébaj, a Gajam, a Tajas y a Maaca.
Capítulo 23
1
2
La vida de Sara fue de 127 años; éstos fueron los años de Sara. Sara murió
en Quiriat-arba, es decir, Hebrón, en la tierra de Canaán, y Abraham vino a hacer
duelo por Sara y a llorarla.
3
Abraham se levantó de delante de su difunta y se fue para hablar con los hijos
4
de Het. Y les dijo: — Yo soy forastero y advenedizo entre vosotros. Permitidme
tener entre vosotros una propiedad para sepultura, y que sepulte allí a mi difunta.
5
6
Los hijos de Het respondieron a Abraham diciéndole: — Escúchanos, señor
nuestro: Tú eres un príncipe de Dios entre nosotros. Sepulta a tu difunta en el mejor
de nuestros sepulcros. Ninguno de nosotros te negará su sepulcro para que sepultes
7
a tu difunta. Pero Abraham se levantó, e inclinándose ante el pueblo de aquella
8
tierra, los hijos de Het, habló con ellos diciendo: — Si tenéis a bien que yo sepulte
9
allí a mi difunta, escuchadme e interceded por mí ante Efrón hijo de Zojar, para que
me dé la cueva de Macpela que está en el extremo de su campo. Que por su justo
10
precio me la dé como propiedad para sepultura en medio de vosotros. Efrón
estaba sentado entre los hijos de Het. Y Efrón el heteo respondió a Abraham en
presencia de los hijos de Het y de todos cuantos entraban por las puertas de la
11
ciudad, diciendo: — No, señor mío. Escúchame: Yo te doy el campo y te doy la
cueva que hay en él. En presencia de los hijos de mi pueblo te lo doy; sepulta a tu
12
13
difunta. Pero Abraham se inclinó ante el pueblo de la tierra. Y respondió a
Efrón en presencia del pueblo de la tierra, diciendo: — Más bien, te ruego que me
escuches: Yo te daré dinero por el campo. Tómamelo, y yo sepultaré allí a mi
14
15
difunta. Efrón respondió a Abraham diciéndole: — Señor mío, escúchame: La
tierra vale 400 siclos de plata. ¿Qué es esto entre tú y yo? Sepulta, pues, a tu
difunta.
16
Entonces Abraham escuchó a Efrón, y en presencia de los hijos de Het, pesó
para Efrón la plata que éste le dijo: 400 siclos de plata de buena ley entre
17
mercaderes. Así el campo de Efrón que estaba en Macpela, frente a Mamre,
tanto el campo como la cueva que había en él, junto con todos los árboles que había
18
en el campo y en sus contornos, pasó a ser propiedad de Abraham, en presencia
de los hijos de Het, de todos los que entraban por las puertas de su ciudad.
19
Después de esto, Abraham sepultó a Sara su mujer en la cueva del campo en
20
Macpela, frente a Mamre, es decir, Hebrón, en la tierra de Canaán. Así Abraham
adquirió de los hijos de Het el campo y la cueva que había en él, como una
propiedad para sepultura.
Capítulo 24
1
Abraham era ya anciano y muy avanzado en años, y Jehovah había bendecido
2
a Abraham en todo. Entonces Abraham dijo a un siervo suyo, el más viejo de su
casa y que administraba todo lo que tenía: — Por favor, pon tu mano debajo de mi
3
muslo, y te haré jurar por Jehovah, Dios de los cielos y Dios de la tierra, que no
tomarás para mi hijo una mujer de las hijas de los cananeos entre los cuales habito.
4
5
Más bien, irás a mi tierra, a mi parentela, y tomarás mujer para mi hijo Isaac. Su
siervo le respondió: — Quizás la mujer no quiera venir conmigo a esta tierra. ¿He de
6
hacer volver a tu hijo a la tierra de donde saliste? Abraham le dijo: — Guárdate, no
7
sea que hagas volver a mi hijo allá. Jehovah, Dios de los cielos, que me tomó de la
casa de mi padre y de la tierra de mi nacimiento, y que me habló y me juró diciendo:
“A tu descendencia daré esta tierra”, él enviará su ángel delante de ti, y tú tomarás
8
de allí una mujer para mi hijo. Pero si la mujer no quiere venir contigo, tú quedarás
9
libre de este juramento mío. Solamente que no hagas volver allá a mi hijo. Entonces
el siervo puso su mano debajo del muslo de Abraham su señor, y le juró sobre este
asunto.
10
Y el siervo tomó diez de los camellos de su señor, y se fue llevando consigo
toda clase de cosas preciadas de su señor. Partió y se fue a Siria mesopotámica, a la
11
ciudad de Nacor, e hizo arrodillar los camellos fuera de la ciudad, junto a un pozo
12
de agua. Era la hora del atardecer, cuando las jóvenes salían para sacar agua. Y
dijo: — Oh Jehovah, Dios de mi señor Abraham, por favor, haz que hoy ocurra algo
13
en mi presencia. Muestra bondad para mi señor Abraham. He aquí que yo estoy
junto al manantial de agua, y las hijas de los hombres de la ciudad vendrán para
14
sacar agua. Sea, pues, que la joven a quien yo diga: “Por favor, baja tu cántaro
para que yo beba”, y ella responda: “Bebe tú, y también daré de beber a tus
camellos”; sea ella la que tú has destinado para tu siervo, para Isaac. En esto
15
conoceré que has tenido misericordia de mi señor. Y aconteció que cuando él aún
no había acabado de hablar, he aquí que con su cántaro sobre el hombro, venía
Rebeca, que le había nacido a Betuel, hijo de Milca, mujer de Nacor, hermano de
16
Abraham. La joven era muy hermosa; era virgen, a quien ningún hombre había
17
conocido. Ella descendió al manantial, llenó su cántaro y subía. Entonces el siervo
corrió hacia ella y le dijo: — Por favor, dame de beber un poco de agua de tu
18
cántaro. Y ella respondió: — Bebe, señor mío. Se apresuró a bajar su cántaro a
19
su mano y le dio de beber. Cuando acabó de darle de beber, agregó: — También
20
sacaré agua para tus camellos, hasta que acaben de beber. Se dio prisa, vació su
cántaro en el abrevadero y corrió otra vez al pozo para sacar agua. Y sacó para
21
todos sus camellos. El hombre la observaba en silencio para saber si Jehovah
22
había dado éxito a su viaje o no. Cuando los camellos acabaron de beber, el
hombre le obsequió un pendiente de oro que pesaba medio siclo y dos brazaletes de
23
oro para sus brazos, que pesaban diez siclos. Y le preguntó: — ¿De quién eres
hija? Dime, por favor, ¿habrá lugar en la casa de tu padre donde podamos
24
alojarnos? Ella respondió: — Yo soy hija de Betuel, hijo de Milca, el cual ella dio
25
a luz a Nacor. — Y añadió — : También en nuestra casa hay paja y mucho
26
forraje, y lugar para alojarse. Entonces el hombre se inclinó y adoró a Jehovah
27
diciendo: — ¡Bendito sea Jehovah, Dios de mi señor Abraham, que no apartó de mi
señor su misericordia y su verdad! En el camino Jehovah me guió hacia la casa de los
hermanos de mi señor. 28 La joven corrió y contó estas cosas en la casa de su madre.
29
Rebeca tenía un hermano que se llamaba Labán, el cual corrió afuera hacia el
30
hombre, hacia el manantial. Sucedió que cuando vio el pendiente y los brazaletes
en las manos de su hermana, y oyó las palabras de su hermana Rebeca, que decía:
“Así me habló aquel hombre”, vino a él, y he aquí que él estaba junto a los camellos,
31
al lado del manantial. Y le dijo: — Ven, bendito de Jehovah. ¿Por qué estás ahí
32
fuera? Yo he preparado la casa y el lugar para los camellos. Entonces el hombre
fue a la casa. Labán descargó los camellos y les dio paja y forraje. Luego trajo agua
33
para lavar los pies de él y los pies de los hombres que venían con él. También
puso comida delante de él, pero él dijo: — No comeré hasta que haya dicho lo que
34
tengo que decir. Labán le dijo: — Habla. Entonces dijo: — Yo soy siervo de
35
Abraham. Jehovah ha bendecido mucho a mi señor, y él se ha enriquecido. Le ha
36
dado ovejas, vacas, plata, oro, siervos, siervas, camellos y asnos. Y Sara, mujer
de mi señor, dio a luz en su vejez un hijo a mi señor, quien le ha dado a él todo lo
37
que tiene. Y mi señor me hizo jurar diciendo: “No tomarás mujer para mi hijo de
38
entre las hijas de los cananeos en cuya tierra habito. Más bien, irás a la casa de mi
39
padre, a mi parentela, y tomarás mujer para mi hijo.” Yo dije a mi señor: “Quizás
40
la mujer no quiera venir conmigo.” Entonces me respondió: “Jehovah, en cuya
presencia he caminado, enviará su ángel contigo, y él dará éxito a tu viaje. Tú
41
tomarás una mujer para mi hijo, de mi familia, de la casa de mi padre. Entonces,
cuando hayas llegado a mi familia, quedarás libre de mi juramento; y aunque no te la
42
den, también quedarás libre de mi juramento.” Llegué, pues, hoy al manantial y
dije: “Jehovah, Dios de mi señor Abraham, por favor, si has de dar éxito a mi viaje
43
en el cual ando, he aquí que yo estoy junto al manantial de agua. Que la joven que
venga para sacar agua y a quien yo diga: ‘Por favor, dame de beber un poco de
44
agua de tu cántaro’, y ella me responda: ‘Bebe tú, y también sacaré agua para tus
camellos’, que sea ella la mujer que Jehovah ha destinado para el hijo de mi señor.”
45
Y antes que acabase de hablar en mi corazón, he aquí que Rebeca venía con su
cántaro sobre su hombro. Luego descendió al manantial y sacó agua. Entonces le
46
dije: “Por favor, dame de beber.” Y ella bajó rápidamente su cántaro de encima
de su hombro y dijo: “Bebe tú, y también daré de beber a tus camellos.” Yo bebí, y
47
ella también dio de beber a mis camellos. Entonces le pregunté: “¿De quién eres
hija?” Y ella respondió: “Soy hija de Betuel hijo de Nacor, que le dio a luz Milca.”
48
Yo puse el pendiente en su nariz y los brazaletes en sus brazos. Y me incliné y
adoré a Jehovah. Bendije a Jehovah, Dios de mi señor Abraham, que me guió por el
49
camino acertado para tomar la hija del hermano de mi señor, para su hijo. Ahora
pues, si vosotros vais a mostrar misericordia y verdad para con mi señor,
declarádmelo. Si no, declarádmelo también, y yo me iré a la derecha o a la
50
izquierda. Entonces Labán y Betuel respondieron diciendo: — ¡De Jehovah
51
procede esto! No podemos decirte si es malo o si es bueno. He aquí que Rebeca
está delante de ti; tómala y vete. Sea ella la mujer del hijo de tu señor, como ha
52
dicho Jehovah. Y aconteció que cuando el siervo de Abraham oyó sus palabras,
53
se postró a tierra delante de Jehovah. Luego sacó objetos de plata, objetos de
oro y vestidos, y se los dio a Rebeca. También dio obsequios preciosos a su
hermano y a su madre.
54
Después comieron y bebieron él y los hombres que habían venido con él, y
pasaron la noche. Y levantándose de mañana, dijo: — Permitidme regresar a mi
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señor. Entonces respondieron su hermano y su madre: — Que la joven espere
56
siquiera unos diez días más con nosotros, y después irá. Pero él les dijo: — No
me hagáis demorar; ya que Jehovah ha dado éxito a mi viaje, dejadme ir para que
57
vaya a mi señor. Ellos le respondieron: — Llamemos a la joven y preguntémosle
58
lo que piensa. Llamaron a Rebeca y le preguntaron: — ¿Irás tú con este hombre?
59
Ella les respondió: — Sí, iré. Entonces dejaron ir a Rebeca su hermana, a su
60
nodriza, al siervo de Abraham y a sus hombres. Y bendijeron a Rebeca
diciéndole: — Tú eres nuestra hermana. Que seas madre de millares de decenas de
61
millares. Que tus descendientes posean las ciudades de sus enemigos. Entonces se
levantaron Rebeca y sus criadas, subieron a los camellos y siguieron al hombre. El
siervo tomó a Rebeca y se fue.
62
Aconteció que Isaac venía del pozo Beer-lajai-roí, porque habitaba en el
63
Néguev. Hacia el atardecer Isaac había salido al campo para meditar, y alzando
64
sus ojos miró, y he aquí unos camellos que venían. También Rebeca alzó sus ojos,
65
vio a Isaac y descendió del camello. Porque había preguntado al siervo: “¿Quién
es ese hombre que viene por el campo hacia nosotros?”, y el siervo había
66
respondido: “El es mi señor.” Entonces ella tomó el velo y se cubrió. El siervo
67
contó a Isaac todo lo que había hecho. Luego Isaac la introdujo en la tienda de
Sara, su madre, y tomó a Rebeca, que vino a ser su mujer; y él la amó. Así se
consoló Isaac después de la muerte de su madre.
Capítulo 25
1
2
Abraham tomó otra mujer cuyo nombre era Quetura. Ella le dio a luz a
3
Zimrán, a Jocsán, a Medán, a Madián, a Isbac y a Súaj. Jocsán engendró a Seba y
4
a Dedán. Los hijos de Dedán fueron los asureos, los letusitas y los leumitas. Los
hijos de Madián fueron: Efa, Efer, Hanoc, Abida y Eldaa. Todos éstos fueron hijos
5
6
de Quetura. Abraham dio a Isaac todo lo que tenía, pero a los hijos de sus
concubinas les dio obsequios. Y mientras él vivía, los apartó de su hijo Isaac,
7
enviándolos al este, a la tierra del oriente. Los años de la vida de Abraham fueron
8
175. Y falleció Abraham en buena vejez, anciano y lleno de años, y fue reunido a
9
su pueblo. Sus hijos Isaac e Ismael lo sepultaron en la cueva de Macpela, en el
campo que perteneciera a Efrón hijo de Zojar el heteo, que está frente a Mamre,
10
campo que Abraham había comprado a los hijos de Het. Allí fue sepultado
Abraham con Sara su mujer.
11
Sucedió después de la muerte de Abraham, que Dios bendijo a su hijo Isaac.
12
Y habitaba Isaac junto al pozo de Beer-lajai-roí. Estos son los descendientes de
13
Ismael hijo de Abraham, que le dio a luz Agar la egipcia, sierva de Sara. Estos
son los nombres de los hijos de Ismael, por sus nombres, según sus descendientes:
El primogénito de Ismael fue Nebayot. Después nacieron Quedar, Adbeel, Mibsam,
14
15
Misma, Duma, Masá, Hadad, Tema, Jetur, Nafis y Quedema.
16
Estos fueron los hijos de Ismael y sus nombres según sus aldeas y campamentos:
17
doce jefes según sus naciones. Los años de la vida de Ismael fueron 137, y
18
falleció y fue reunido a su pueblo. Y sus descendientes habitaron desde Havila
hasta Shur, que está frente a Egipto, en dirección de Asur. Se estableció, pues,
frente a todos sus hermanos.
19
Esta es la historia de Isaac hijo de Abraham. Abraham engendró a Isaac.
Isaac tenía 40 años cuando tomó por mujer a Rebeca hija de Betuel el arameo,
21
de Padan-aram, y hermana de Labán el arameo. Isaac rogó a Jehovah por su
mujer, que era estéril. Jehovah accedió a su ruego, y Rebeca su mujer concibió.
22
Como los hijos se empujaban dentro de ella, dijo: — Si es así, ¿para qué he de
23
vivir? Ella fue a consultar a Jehovah, y Jehovah le dijo: — Dos naciones hay en tu
vientre, y dos pueblos que estarán separados desde tus entrañas. Un pueblo será
24
más fuerte que el otro, y el mayor servirá al menor. Cuando se cumplió el tiempo
25
de dar a luz, he aquí que había mellizos en su vientre. Y salió el primero, rojizo y
26
todo velludo como una túnica de pieles, y llamaron su nombre Esaú. Después salió
su hermano, con su mano asida al talón de Esaú, y llamaron su nombre Jacob. Isaac
27
tenía 60 años de edad cuando ella los dio a luz. Los niños crecieron, y Esaú llegó
a ser experto en la caza, hombre del campo. Jacob, por su lado, era hombre
28
tranquilo y solía permanecer en las tiendas. Isaac prefería a Esaú, porque comía
de su caza; pero Rebeca prefería a Jacob.
20
29
Cierto día Jacob preparó un guisado. Y cuando Esaú volvía del campo,
30
cansado, dijo a Jacob: — Por favor, invítame a comer de ese guiso rojo, pues
31
estoy muy cansado. Por eso fue llamado su nombre Edom. Y Jacob respondió:
32
— Véndeme primero tu primogenitura. Entonces Esaú dijo: — He aquí que yo me
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voy a morir; ¿de qué, pues, me servirá la primogenitura? Dijo Jacob: — ¡Júramelo
34
ahora! El se lo juró y vendió a Jacob su primogenitura. Entonces Jacob dio a Esaú
pan y guisado de lentejas. El comió y bebió, y levantándose, se fue. Así
menospreció Esaú la primogenitura.
Capítulo 26
1
Hubo hambre en el país, además de la primera que hubo en los días de
2
Abraham. E Isaac se dirigió a Abimelec, rey de los filisteos, en Gerar. Y se le
apareció Jehovah y le dijo: — No desciendas a Egipto. Habita en la tierra que yo te
3
diré. Reside en esta tierra. Yo estaré contigo y te bendeciré, porque a ti y a tus
descendientes os daré todas estas tierras. Así cumpliré el juramento que hice a tu
4
padre Abraham. Yo multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo, y
daré a tu descendencia todas estas tierras. Y en tu descendencia serán benditas
5
todas las naciones de la tierra, porque Abraham obedeció mi voz y guardó mi
ordenanza, mis mandamientos, mis estatutos y mis instrucciones.
6
7
Habitó, pues, Isaac en Gerar. Y los hombres de aquel lugar le preguntaron
acerca de su mujer. El respondió: — Es mi hermana. Tuvo miedo de decir: “Es mi
mujer”, pues pensó: “No sea que los hombres del lugar me maten a causa de
8
Rebeca.” Porque ella era hermosa. Sucedió después de estar allí muchos días, que
Abimelec, rey de los filisteos, miró por una ventana y vio a Isaac que acariciaba a
9
Rebeca su mujer. Entonces Abimelec llamó a Isaac y le dijo: — ¡He aquí, de veras
ella es tu mujer! ¿Por qué, pues, dijiste: “Es mi hermana”? Isaac le respondió: — Es
10
que pensé que quizás moriría a causa de ella. Abimelec le dijo: — ¿Por qué nos
has hecho esto? Por poco pudiera haber dormido alguno del pueblo con tu mujer, y
11
hubieras traído sobre nosotros culpabilidad. Entonces Abimelec dio órdenes a
todo el pueblo diciendo: — El que toque a este hombre o a su mujer, morirá
irremisiblemente.
12
Isaac sembró en aquella tierra, y aquel año obtuvo ciento por uno. Jehovah lo
13
bendijo, y el hombre se enriqueció y continuó enriqueciéndose hasta llegar a ser
14
muy rico. Tenía rebaños de ovejas, hatos de vacas y abundancia de siervos, de
15
modo que los filisteos le tenían envidia. Los filisteos cegaron y llenaron de tierra
todos los pozos que habían abierto los siervos de su padre Abraham, en sus días.
16
Entonces Abimelec dijo a Isaac: — Aléjate de nosotros, porque te has hecho más
17
poderoso que nosotros. Isaac se fue de allí, asentó sus tiendas junto al arroyo de
18
Gerar y habitó allí. Isaac volvió a abrir los pozos de agua que habían abierto en
los días de Abraham su padre y que los filisteos habían cegado después de la muerte
de Abraham. Y él los llamó con los mismos nombres con que su padre los había
19
llamado. Después los siervos de Isaac cavaron en el valle y descubrieron un pozo
20
de aguas vivas. Y los pastores de Gerar contendieron con los pastores de Isaac,
diciendo: — El agua es nuestra. Por eso llamó al pozo Esec, porque allí riñeron con
21
él. Abrieron otro pozo, y también contendieron por él. Y llamó su nombre Sitna.
22
Se alejó de allí y abrió otro pozo, y no contendieron por él. El llamó su nombre
Rejobot diciendo: — Porque ahora Jehovah nos ha hecho ensanchar, y seremos
23
24
fecundos en la tierra. De allí fue a Beerseba. Y aquella noche se le apareció
Jehovah y le dijo: — Yo soy el Dios de tu padre Abraham; no temas, porque yo
estoy contigo. Yo te bendeciré y multiplicaré tu descendencia por amor de mi siervo
25
Abraham. El edificó allí un altar, invocó el nombre de Jehovah e instaló allí su
tienda. También allí los siervos de Isaac excavaron un pozo.
26
Entonces fue a él Abimelec, desde Gerar, acompañado por Ajuzat, amigo
27
suyo, y Ficol, jefe de su ejército. E Isaac les dijo: — ¿Por qué venís a mí,
vosotros que me habéis aborrecido y me habéis echado de en medio de vosotros?
28
Ellos respondieron: — Claramente hemos visto que Jehovah está contigo y
dijimos: “Por favor, haya un juramento solemne entre nosotros, entre tú y nosotros.”
29
Hagamos una alianza contigo de que no nos harás daño, como nosotros no te
hemos tocado y como sólo te hemos hecho bien y te despedimos en paz. Tú eres
30
ahora bendito de Jehovah. Entonces él les hizo un banquete, y comieron y
31
bebieron. Después se levantaron temprano, e hicieron juramento el uno al otro.
32
Luego Isaac los despidió, y ellos se alejaron de él en paz. Aconteció que aquel
mismo día vinieron los siervos de Isaac y le dieron noticias acerca del pozo que
33
habían excavado. Y le dijeron: — ¡Hemos hallado agua! El lo llamó Seba. Por
esta razón el nombre de la ciudad es Beerseba hasta el día de hoy.
34
Cuando Esaú tenía 40 años, tomó por mujer a Judit hija de Beeri el heteo, y a
35
Basemat hija de Elón el heteo. Estas fueron amargura de espíritu para Isaac y
Rebeca.
Capítulo 27
1
Aconteció que cuando Isaac había envejecido, sus ojos se debilitaron, y no
podía ver. Entonces llamó a Esaú, su hijo mayor, y le dijo: — Hijo mío. El
2
respondió: — Heme aquí. Le dijo: — He aquí, yo ya soy viejo y no sé el día de mi
3
muerte. Toma, pues, ahora tu equipo, tu aljaba y tu arco, y vé al campo a cazar
4
algo para mí. Luego hazme un potaje como a mí me gusta. Tráemelo para que
5
coma, y yo te bendiga antes que muera. Rebeca estaba escuchando cuando Isaac
hablaba a su hijo Esaú. Cuando Esaú fue al campo para cazar lo que había de traer,
6
Rebeca habló a su hijo Jacob diciendo: — He aquí, he oído a tu padre que
7
hablaba con tu hermano Esaú, diciendo: “ Caza para mí y hazme un potaje para que
8
coma y te bendiga en presencia de Jehovah, antes de mi muerte.” Ahora pues, hijo
9
mío, obedéceme en lo que te mando: Vé al rebaño y tráeme de allí dos buenos
10
cabritos; y yo haré con ellos un potaje para tu padre, como a él le gusta. Tú se lo
11
llevarás a tu padre; y comerá, para que te bendiga antes de su muerte. Jacob dijo
a Rebeca su madre: — He aquí que Esaú mi hermano es hombre velludo, y yo soy
12
lampiño. Quizás me palpe mi padre y me tenga por un farsante, y traiga sobre mí
13
una maldición en vez de una bendición. Su madre le respondió: — Hijo mío, sobre
14
mí recaiga tu maldición. Tú solamente obedéceme; vé y tráemelos. Entonces él
fue, tomó los cabritos y se los trajo a su madre. Y ella hizo un potaje como le
15
gustaba a su padre. Luego Rebeca tomó la ropa más preciada de Esaú, su hijo
16
mayor, que ella tenía en casa, y vistió a Jacob, su hijo menor. Y puso las pieles de
17
los cabritos sobre las manos y sobre el cuello, donde no tenía vello. Luego puso el
potaje y el pan, que había preparado, en las manos de Jacob su hijo.
18
Y él fue a su padre y le dijo: — Padre mío. El respondió: — Heme aquí.
19
¿Quién eres, hijo mío? Jacob respondió a su padre: — Yo soy Esaú, tu
primogénito. He hecho lo que me dijiste. Por favor, levántate, siéntate y come de mi
20
caza, para que tú me bendigas. Entonces Isaac preguntó a su hijo: — ¿Cómo es
que pudiste hallarla tan pronto, hijo mío? El respondió: — Porque Jehovah tu Dios
21
hizo que se encontrase delante de mí. E Isaac dijo a Jacob: — Por favor, acércate
22
y te palparé, hijo mío, a ver si tú eres mi hijo Esaú, o no. Jacob se acercó a su
padre Isaac, quien le palpó y dijo: — La voz es la voz de Jacob, pero las manos son
23
las manos de Esaú. No lo pudo reconocer, porque sus manos parecían tan
24
velludas como las manos de su hermano Esaú, y lo bendijo. Le preguntó: — ¿Eres
25
tú realmente mi hijo Esaú? El respondió: — Sí, yo soy. Le dijo: — Acércamela;
comeré de la caza de mi hijo, para que yo te bendiga. Jacob se la acercó, e Isaac
26
comió. Le trajo también vino, y bebió. Entonces le dijo su padre Isaac: —
27
Acércate, por favor, y bésame, hijo mío. El se acercó y lo besó. Y al percibir
Isaac el olor de su ropa, lo bendijo diciendo: — He aquí, el olor de mi hijo es como
28
el olor del campo que Jehovah ha bendecido. Dios te dé del rocío del cielo y de lo
29
más preciado de la tierra: trigo y vino en abundancia. Que los pueblos te sirvan, y
las naciones se postren ante ti. Sé señor de tus hermanos, y póstrense ante ti los
hijos de tu madre. Sean malditos los que te maldigan, y benditos los que te bendigan.
30
Y sucedió luego que Isaac había terminado de bendecir a Jacob, y cuando
apenas había salido Jacob de la presencia de su padre Isaac, que su hermano Esaú
31
llegó de cazar. El también hizo un potaje, lo llevó a su padre y le dijo: —
Levántate, padre mío, y come de la caza de tu hijo, para que tú me bendigas.
32
Entonces su padre Isaac le preguntó: — ¿Quién eres tú? El respondió. — Yo soy
33
Esaú, tu hijo primogénito. Isaac se estremeció fuertemente y dijo: — ¿Quién,
pues, es el que vino aquí, que cazó y me trajo de comer, y yo comí de todo antes de
34
que tú vinieses? ¡Yo lo bendije, y será bendito! Cuando Esaú oyó las palabras de
su padre, profirió un grito fuerte y muy amargo. Y dijo a su padre: — ¡Bendíceme
35
también a mí, padre mío! El dijo: — Tu hermano vino con engaño y se llevó tu
36
bendición. El respondió: — ¿No es cierto que llamaron su nombre Jacob? Pues
ya me ha suplantado estas dos veces: Se llevó mi primogenitura, y he aquí que ahora
también se ha llevado mi bendición. — Y añadió — : ¿No te queda una bendición
37
para mí? Isaac respondió y dijo a Esaú: — He aquí, yo lo he puesto por señor
tuyo, y le he dado como siervos a todos sus hermanos. Le he provisto de trigo y de
38
vino. ¿Qué, pues, haré por ti, hijo mío? Esaú dijo a su padre: — ¿No tienes más
que una sola bendición, padre mío? ¡Bendíceme también a mí, padre mío! Y Esaú
39
alzó su voz y lloró. Entonces respondió Isaac su padre y le dijo: — He aquí, será
favorecido el lugar que habites con los más preciados productos de la tierra y con el
40
rocío del cielo arriba. De tu espada vivirás y a tu hermano servirás. Pero sucederá
que cuando adquieras dominio, romperás su yugo de sobre tu cuello.
41
Esaú aborreció a Jacob por la bendición con que le había bendecido su
padre, y dijo en su corazón: “Se acercan los días de duelo por mi padre; entonces
42
yo mataré a mi hermano Jacob.” Fueron dichas a Rebeca las palabras de Esaú, su
hijo mayor. Ella envió a llamar a Jacob, su hijo menor, y le dijo: — He aquí que
43
Esaú tu hermano planea vengarse de ti, matándote. Ahora pues, hijo mío,
44
obedéceme: Levántate y huye a mi hermano Labán, en Harán. Pasa con él algún
45
tiempo, hasta que el enojo de tu hermano se aplaque, hasta que se aplaque la ira
de tu hermano contra ti y se olvide de lo que le has hecho. Entonces yo mandaré a
traerte de allá. ¿Por qué habré de ser privada de vosotros dos en un solo día?
46
Rebeca dijo a Isaac: — Estoy hastiada de vivir por causa de las mujeres heteas:
Si Jacob toma esposa de entre las mujeres heteas, de las mujeres de esta tierra,
como éstas, ¿para qué quiero la vida?
Capítulo 28
1
Entonces Isaac llamó a Jacob, lo bendijo y le mandó diciendo: — No tomes
2
esposa de entre las mujeres de Canaán. Levántate, vé a Padan-aram, a la casa de
Betuel, padre de tu madre, y toma allí mujer de las hijas de Labán, hermano de tu
3
madre. Que el Dios Todopoderoso te bendiga, te haga fecundo y te multiplique
4
hasta que llegues a ser multitud de pueblos. Que él te dé la bendición de Abraham,
lo mismo que a tu descendencia, para que poseas la tierra en que habitas, la cual
5
Dios ha dado a Abraham. Así envió Isaac a Jacob, quien fue a Padan-aram, a
Labán hijo de Betuel el arameo, hermano de Rebeca, madre de Jacob y de Esaú.
6
Esaú vio que Isaac había bendecido a Jacob y que le había enviado a Padanaram para tomar allí mujer para sí. Vio también que cuando lo bendijo, le mandó
7
diciendo: “No tomes esposa de entre las mujeres de Canaán”, Jacob había
8
obedecido a su padre y a su madre, y se había ido a Padan-aram. Asimismo, vio
9
Esaú que las mujeres de Canaán le parecían mal a Isaac su padre. Entonces él
también se fue a Ismael y tomó para sí por mujer a Majalat hija de Ismael, hijo de
Abraham, hermana de Nebayot, además de las otras mujeres que tenía.
10
11
Jacob partió de Beerseba y se fue hacia Harán. Y llegó a cierto lugar y
pasó allí la noche, porque el sol ya se había puesto. Tomó una de las piedras de
12
aquel lugar, la puso como cabecera y se acostó en aquel lugar. Entonces soñó, y
he aquí una escalera puesta en la tierra, cuya parte superior alcanzaba el cielo. He
13
aquí que los ángeles de Dios subían y descendían por ella. Y he aquí que Jehovah
estaba en lo alto de ella y dijo: — Yo soy Jehovah, el Dios de tu padre Abraham y
el Dios de Isaac. La tierra en que estás acostado te la daré a ti y a tu descendencia.
14
Tus descendientes serán como el polvo de la tierra. Te extenderás al occidente, al
oriente, al norte y al sur, y en ti y en tu descendencia serán benditas todas las familias
15
de la tierra. He aquí que yo estoy contigo; yo te guardaré por dondequiera que
vayas y te haré volver a esta tierra. No te abandonaré hasta que haya hecho lo que
te he dicho.
16
Jacob despertó de su sueño y dijo: — ¡Ciertamente Jehovah está presente en
17
este lugar, y yo no lo sabía! El tuvo miedo y dijo: — ¡Cuán temible es este lugar!
18
No es otra cosa que casa de Dios y puerta del cielo. Jacob se levantó muy de
mañana, tomó la piedra que había puesto como cabecera, la puso como memorial y
19
derramó aceite sobre ella. Y llamó el nombre de aquel lugar Betel, aunque el
20
nombre antiguo de la ciudad era Luz. Jacob también hizo un voto diciendo: — Si
Dios está conmigo y me guarda en este viaje que realizo, si me da pan para comer y
21
vestido para vestir, E Isaac dijo a Jacob: — Por favor, acércate y te palparé, hijo
22
mío, a ver si tú eres mi hijo Esaú, o no. Jacob se acercó a su padre Isaac, quien le
palpó y dijo: — La voz es la voz de Jacob, pero las manos son las manos de Esaú.
23
No lo pudo reconocer, porque sus manos parecían tan velludas como las manos
24
de su hermano Esaú, y lo bendijo. Le preguntó: — ¿Eres tú realmente mi hijo
25
Esaú? El respondió: — Sí, yo soy. Le dijo: — Acércamela; comeré de la caza de
mi hijo, para que yo te bendiga. Jacob se la acercó, e Isaac comió. Le trajo también
26
vino, y bebió. Entonces le dijo su padre Isaac: — Acércate, por favor, y bésame,
27
hijo mío. El se acercó y lo besó. Y al percibir Isaac el olor de su ropa, lo bendijo
diciendo: — He aquí, el olor de mi hijo es como el olor del campo que Jehovah ha
28
bendecido. Dios te dé del rocío del cielo y de lo más preciado de la tierra: trigo y
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vino en abundancia. Que los pueblos te sirvan, y las naciones se postren ante ti.
Sé señor de tus hermanos, y póstrense ante ti los hijos de tu madre. Sean malditos
los que te maldigan, y benditos los que te bendigan.
30
Y sucedió luego que Isaac había terminado de bendecir a Jacob, y cuando
apenas había salido Jacob de la presencia de su padre Isaac, que su hermano Esaú
31
llegó de cazar. El también hizo un potaje, lo llevó a su padre y le dijo: —
Levántate, padre mío, y come de la caza de tu hijo, para que tú me bendigas.
32
Entonces su padre Isaac le preguntó: — ¿Quién eres tú? El respondió. — Yo soy
33
Esaú, tu hijo primogénito. Isaac se estremeció fuertemente y dijo: — ¿Quién,
pues, es el que vino aquí, que cazó y me trajo de comer, y yo comí de todo antes de
34
que tú vinieses? ¡Yo lo bendije, y será bendito! Cuando Esaú oyó las palabras de
su padre, profirió un grito fuerte y muy amargo. Y dijo a su padre: — ¡Bendíceme
35
también a mí, padre mío! El dijo: — Tu hermano vino con engaño y se llevó tu
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bendición. El respondió: — ¿No es cierto que llamaron su nombre Jacob? Pues
ya me ha suplantado estas dos veces: Se llevó mi primogenitura, y he aquí que ahora
también se ha llevado mi bendición. — Y añadió — : ¿No te queda una bendición
37
para mí? Isaac respondió y dijo a Esaú: — He aquí, yo lo he puesto por señor
tuyo, y le he dado como siervos a todos sus hermanos. Le he provisto de trigo y de
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vino. ¿Qué, pues, haré por ti, hijo mío? Esaú dijo a su padre: — ¿No tienes más
que una sola bendición, padre mío? ¡Bendíceme también a mí, padre mío! Y Esaú
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alzó su voz y lloró. Entonces respondió Isaac su padre y le dijo: — He aquí, será
favorecido el lugar que habites con los más preciados productos de la tierra y con el
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rocío del cielo arriba. De tu espada vivirás y a tu hermano servirás. Pero sucederá
que cuando adquieras dominio, romperás su yugo de sobre tu cuello.
41
Esaú aborreció a Jacob por la bendición con que le había bendecido su
padre, y dijo en su corazón: “Se acercan los días de duelo por mi padre; entonces
42
yo mataré a mi hermano Jacob.” Fueron dichas a Rebeca las palabras de Esaú, su
hijo mayor. Ella envió a llamar a Jacob, su hijo menor, y le dijo: — He aquí que
43
Esaú tu hermano planea vengarse de ti, matándote. Ahora pues, hijo mío,
44
obedéceme: Levántate y huye a mi hermano Labán, en Harán. Pasa con él algún
45
tiempo, hasta que el enojo de tu hermano se aplaque, hasta que se aplaque la ira
de tu hermano contra ti y se olvide de lo que le has hecho. Entonces yo mandaré a
traerte de allá. ¿Por qué habré de ser privada de vosotros dos en un solo día?
46
Rebeca dijo a Isaac: — Estoy hastiada de vivir por causa de las mujeres heteas:
Si Jacob toma esposa de entre las mujeres heteas, de las mujeres de esta tierra,
como éstas, ¿para qué quiero la vida?
Capítulo 29
1
Entonces Isaac llamó a Jacob, lo bendijo y le mandó diciendo: — No tomes
2
esposa de entre las mujeres de Canaán. Levántate, vé a Padan-aram, a la casa de
Betuel, padre de tu madre, y toma allí mujer de las hijas de Labán, hermano de tu
3
madre. Que el Dios Todopoderoso te bendiga, te haga fecundo y te multiplique
4
hasta que llegues a ser multitud de pueblos. Que él te dé la bendición de Abraham,
lo mismo que a tu descendencia, para que poseas la tierra en que habitas, la cual
5
Dios ha dado a Abraham. Así envió Isaac a Jacob, quien fue a Padan-aram, a
Labán hijo de Betuel el arameo, hermano de Rebeca, madre de Jacob y de Esaú.
6
Esaú vio que Isaac había bendecido a Jacob y que le había enviado a Padanaram para tomar allí mujer para sí. Vio también que cuando lo bendijo, le mandó
7
diciendo: “No tomes esposa de entre las mujeres de Canaán”, Jacob había
8
obedecido a su padre y a su madre, y se había ido a Padan-aram. Asimismo, vio
9
Esaú que las mujeres de Canaán le parecían mal a Isaac su padre. Entonces él
también se fue a Ismael y tomó para sí por mujer a Majalat hija de Ismael, hijo de
Abraham, hermana de Nebayot, además de las otras mujeres que tenía.
10
11
Jacob partió de Beerseba y se fue hacia Harán. Y llegó a cierto lugar y
pasó allí la noche, porque el sol ya se había puesto. Tomó una de las piedras de
12
aquel lugar, la puso como cabecera y se acostó en aquel lugar. Entonces soñó, y
he aquí una escalera puesta en la tierra, cuya parte superior alcanzaba el cielo. He
13
aquí que los ángeles de Dios subían y descendían por ella. Y he aquí que Jehovah
estaba en lo alto de ella y dijo: — Yo soy Jehovah, el Dios de tu padre Abraham y
el Dios de Isaac. La tierra en que estás acostado te la daré a ti y a tu descendencia.
14
Tus descendientes serán como el polvo de la tierra. Te extenderás al occidente, al
oriente, al norte y al sur, y en ti y en tu descendencia serán benditas todas las familias
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de la tierra. He aquí que yo estoy contigo; yo te guardaré por dondequiera que
vayas y te haré volver a esta tierra. No te abandonaré hasta que haya hecho lo que
te he dicho.
16
Jacob despertó de su sueño y dijo: — ¡Ciertamente Jehovah está presente en
17
este lugar, y yo no lo sabía! El tuvo miedo y dijo: — ¡Cuán temible es este lugar!
18
No es otra cosa que casa de Dios y puerta del cielo. Jacob se levantó muy de
mañana, tomó la piedra que había puesto como cabecera, la puso como memorial y
19
derramó aceite sobre ella. Y llamó el nombre de aquel lugar Betel, aunque el
20
nombre antiguo de la ciudad era Luz. Jacob también hizo un voto diciendo: — Si
Dios está conmigo y me guarda en este viaje que realizo, si me da pan para comer y
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vestido para vestir, y yo vuelvo en paz a la casa de mi padre, Jehovah será mi
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Dios. Esta piedra que he puesto como memorial será una casa de Dios, y de todo
lo que me des, sin falta apartaré el diezmo para ti.
Capítulo 30
1
2
Jacob emprendió su camino y llegó a la tierra de los orientales. Entonces vio
un pozo en el campo, y he aquí que tres rebaños de ovejas estaban recostados
cerca del mismo, porque de aquel pozo daban de beber a los rebaños. Había una
3
gran piedra sobre la boca del pozo. Y cuando eran reunidos allí todos los rebaños,
los pastores removían la piedra que estaba sobre la boca del pozo y daban de beber
a los rebaños. Luego volvían a colocar la piedra en su lugar sobre la boca del pozo.
4
Entonces Jacob dijo a los pastores: — Hermanos míos, ¿de dónde sois vosotros?
5
Ellos le respondieron: — Somos de Harán. El les preguntó: — ¿Conocéis a Labán
6
hijo de Nacor? Ellos le respondieron: — Sí, lo conocemos. El les dijo: — ¿Está
bien? Ellos le respondieron: — Está bien. Y he aquí que su hija Raquel viene con el
7
rebaño. El dijo: — He aquí que todavía es temprano; todavía no es tiempo de
8
reunir todo el rebaño. Dad de beber a las ovejas e id a apacentarlas. Ellos le
respondieron: — No podemos, hasta que se reúnan todos los rebaños y sea
removida la piedra de encima de la boca del pozo, para que demos de beber a las
ovejas.
9
Estando él aún hablando con ellos, llegó Raquel con el rebaño de su padre,
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porque ella era la pastora. Y sucedió que al ver Jacob a Raquel hija de Labán,
hermano de su madre, y al rebaño de Labán, hermano de su madre, se acercó
Jacob y removió la piedra que estaba sobre la boca del pozo y dio de beber al
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rebaño de Labán, hermano de su madre. Jacob besó a Raquel, y alzando su voz
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lloró. Jacob dijo a Raquel que él era pariente de su padre y que era hijo de
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Rebeca. Y ella corrió y dio las noticias a su padre. En cuanto Labán oyó las
noticias sobre Jacob, hijo de su hermana, corrió a recibirlo, lo abrazó, lo besó y lo
14
llevó a su casa. El contó a Labán todas estas cosas, y Labán le dijo: —
¡Ciertamente eres hueso mío y carne mía! Y permaneció con él durante un mes
entero.
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Entonces dijo Labán a Jacob: — ¿Por ser mi sobrino, me has de servir de
16
balde? Declárame cuál será tu salario. Labán tenía dos hijas: El nombre de la
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mayor era Lea, y el nombre de la menor, Raquel. Los ojos de Lea eran tiernos,
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pero Raquel tenía una bella figura y un hermoso semblante. Y Jacob, que se había
enamorado de Raquel, dijo: — Yo trabajaré para ti siete años por Raquel, tu hija
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menor. Labán respondió: — Mejor es que te la dé a ti que dársela a otro hombre.
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Quédate conmigo. Así trabajó Jacob por Raquel siete años, los cuales le
21
parecieron como unos pocos días, porque la amaba. Entonces Jacob dijo a
Labán: — Entrégame mi mujer para que conviva con ella, porque mi plazo se ha
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cumplido. Entonces Labán reunió a todos los hombres de aquel lugar e hizo un
23
banquete. Y sucedió que en la noche tomó a su hija Lea y se la trajo, y él se unió
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a ella. (Labán dio su sierva Zilpa a su hija Lea, como sierva.) Y al llegar la
mañana, ¡he aquí que era Lea! Entonces él dijo a Labán: — ¿Por qué me has hecho
26
esto? ¿No he trabajado para ti por Raquel? ¿Por qué, pues, me has engañado? Y
Labán respondió: — No se acostumbra en nuestro lugar dar la menor antes que la
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mayor. Cumple la semana de ésta, y después se te dará también la otra por el
28
trabajo que harás para mí durante otros siete años. Jacob lo hizo así; y después de
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cumplir esa semana, Labán le dio también a su hija Raquel por mujer. (Labán dio
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su sierva Bilha a su hija Raquel, como sierva.) Jacob se unió también a Raquel, y
la amó más que a Lea. Y trabajó para Labán otros siete años.
31
Viendo Jehovah que Lea era menospreciada, le concedió hijos. Pero Raquel
32
era estéril. Lea concibió y dio a luz un hijo, y llamó su nombre Rubén, pues dijo:
“Porque Jehovah ha visto mi aflicción, ciertamente ahora me amará mi marido.”
33
Concibió otra vez y dio a luz un hijo, y dijo: “Porque Jehovah ha oído que yo era
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menospreciada, me ha dado también éste.” Y llamó su nombre Simeón. Concibió
otra vez y dio a luz un hijo, y dijo: “Ahora esta vez mi marido se sentirá ligado a mí,
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porque le he dado tres hijos.” Por eso llamó su nombre Leví. Concibió otra vez y
dio a luz un hijo, y dijo: “Esta vez alabaré a Jehovah.” Por eso llamó su nombre
Judá. Y dejó de dar a luz.
Capítulo 31
1
Viendo Raquel que ella no daba hijos a Jacob, tuvo envidia de su hermana y
2
decía a Jacob: — ¡Dame hijos; o si no, me muero! Entonces se encendió la ira de
Jacob contra Raquel, y le dijo: — ¿Estoy yo en lugar de Dios, que te privó del fruto
3
de tu vientre? Ella le dijo: — He aquí mi sierva Bilha. Unete a ella, y que dé a luz
4
sobre mis rodillas, para que así yo también tenga hijos por medio de ella. Le dio a
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Bilha su sierva por mujer, y Jacob se unió a ella. Y Bilha concibió y le dio a luz un
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hijo a Jacob. Entonces Raquel dijo: “Dios me ha hecho justicia; también ha
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escuchado mi voz y me ha dado un hijo.” Por eso llamó su nombre Dan. Concibió
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otra vez Bilha, sierva de Raquel, y dio a luz un segundo hijo a Jacob. Raquel dijo:
“¡Grandes conflictos he tenido con mi hermana, y de veras he vencido!” Y llamó su
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nombre Neftalí. Viendo Lea que había dejado de dar a luz, tomó a Zilpa su sierva
10
y se la dio a Jacob por mujer. Zilpa, sierva de Lea, le dio a luz un hijo a Jacob.
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Y Lea dijo: “¡Qué afortunada!” Y llamó su nombre Gad. Zilpa, sierva de Lea,
13
dio a luz un segundo hijo a Jacob. Y dijo Lea: “¡Qué felicidad la mía! Ahora las
mujeres me llamarán feliz.” Y llamó su nombre Aser.
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Rubén fue al campo en el tiempo de la siega del trigo, halló mandrágoras y se
las llevó a Lea su madre. Y Raquel dijo a Lea: — Por favor, dame algunas de las
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mandrágoras de tu hijo. Ella respondió: — ¿Te parece poco que hayas tomado a
mi marido para que te quieras tomar también las mandrágoras de mi hijo? Y Raquel
dijo: — Entonces que duerma contigo esta noche a cambio de las mandrágoras de
16
tu hijo. Cuando Jacob volvía del campo al atardecer, Lea salió a su encuentro y le
dijo: — ¡Haz de unirte a mí, porque ciertamente yo te he alquilado a cambio de las
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mandrágoras de mi hijo! El durmió con ella aquella noche. Y Dios escuchó a Lea,
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y ella concibió y dio a luz un quinto hijo a Jacob. Y Lea dijo: “Dios me ha dado mi
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recompensa, porque di mi sierva a mi marido.” Y llamó su nombre Isacar. Lea
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concibió otra vez y dio a luz un sexto hijo a Jacob. Y dijo Lea: “Dios me ha dado
un buen regalo. Ahora me honrará mi marido, porque le he dado seis hijos.” Y llamó
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su nombre Zabulón. Después dio a luz una hija y llamó su nombre Dina.
22
23
Entonces se acordó Dios de Raquel. La escuchó y le dio hijos. Ella concibió y
dio a luz un hijo, y dijo: “Dios ha quitado mi afrenta.”
diciendo: “¡Jehovah me añada otro hijo!”
24
Y llamó su nombre José,
25
Y aconteció que cuando Raquel dio a luz a José, Jacob dijo a Labán: — Déjame
ir a mi lugar, a mi tierra. 26 Dame mis mujeres y mis hijos por quienes he trabajado para
ti, y déjame ir. Tú conoces el trabajo que yo he realizado para ti. 27 Labán le respondió:
— Por favor, si he hallado gracia ante tus ojos... He visto que Jehovah me ha
bendecido por tu causa. 28 — Y añadió — : Señálame tu salario, y yo te lo pagaré. 29 El
respondió: — Tú sabes cómo he trabajado para ti y cómo ha estado tu ganado
conmigo. 30 Pues poco tenías antes de que yo viniera, y ha crecido abundantemente.
Jehovah te ha bendecido con mi llegada. Ahora, ¿cuándo he de trabajar yo también por
mi propia casa? 31 El le preguntó: — ¿Qué te daré? Jacob respondió: — No me des
nada. Pero si haces para mí lo siguiente, volveré a apacentar y a cuidar tus ovejas:
32
Yo pasaré hoy en medio de todo tu rebaño, poniendo aparte toda oveja pintada o
salpicada de diversos colores y todo cordero de color oscuro; y de entre las cabras las
salpicadas de diversos colores y las pintadas. Eso será mi salario. 33 Así será
constatada mi honradez en el futuro, cuando tomes en cuenta mi salario: Toda cabra
que no sea pintada o salpicada y toda oveja que no sea de color oscuro, que esté
conmigo, será considerada como robada. 34 Labán dijo: — ¡Bien! Que sea como tú
dices. 35 Aquel día Labán apartó los machos cabríos listados o pintados, todas las
cabras pintadas o salpicadas de diversos colores, todo lo que tenía en sí algo de blanco
y todos los corderos de color oscuro; y los entregó en manos de sus hijos. 36 Estableció
una distancia de unos tres días de camino entre sí y Jacob, pero Jacob debía apacentar
las otras ovejas de Labán.
37
Entonces Jacob tomó varas verdes de álamo, de avellano y de castaño, y
descortezó en ellas mondaduras blancas, descubriendo la parte blanca de las varas.
38
Después puso las varas que había descortezado frente a las ovejas, en las pilas de
los abrevaderos de agua donde iban a beber las ovejas, porque éstas se apareaban
39
allí cuando iban a beber. Las ovejas se apareaban delante de las varas, y después
40
parían corderos listados, pintados y salpicados de diversos colores. Entonces
Jacob apartaba los corderos y dirigía la vista del rebaño hacia lo listado y a todos
los que en el rebaño de Labán eran de color oscuro. Así hizo para sí un rebaño
41
propio, y no los ponía con el rebaño de Labán. Y sucedía que cada vez que se
apareaban los animales robustos, Jacob ponía las varas delante de ellos, en las pilas,
42
para que se aparearan mirando las varas. Pero cuando venían los animales
débiles, no ponía las varas. De este modo, los débiles eran para Labán, y los
43
robustos para Jacob. Así prosperó muchísimo el hombre; y tuvo muchas ovejas,
siervas, siervos, camellos y asnos.
Capítulo 32
1
Jacob escuchó las palabras de los hijos de Labán, que decían: “Jacob ha
tomado todo lo que era de nuestro padre; de lo que era de nuestro padre ha
2
adquirido toda esta riqueza.” Observaba también Jacob la mirada de Labán, y he
3
aquí que ya no era para con él como antes. Entonces Jehovah dijo a Jacob: —
4
Vuelve a la tierra de tus padres, a tu parentela, y yo estaré contigo. Jacob mandó
5
llamar a Raquel y a Lea al campo donde estaban sus ovejas, y les dijo: — Veo que
la mirada de vuestro padre ya no es para conmigo como era antes. Pero el Dios de
6
mi padre ha estado conmigo. Vosotras sabéis que he trabajado para vuestro padre
7
con todas mis fuerzas, y que vuestro padre me ha engañado y que ha cambiado mi
8
salario diez veces. Pero Dios no le ha permitido que me hiciera daño. Si él decía:
“Los pintados serán tu salario”, entonces todas las ovejas parían pintados. Y si
9
decía: “Los listados serán tu salario”, entonces todas las ovejas parían listados. Así
10
Dios quitó el ganado de vuestro padre y me lo dio a mí. Y sucedió que en el
tiempo en que se apareaban las ovejas, alcé mis ojos y vi en sueños que los machos
11
que cubrían a las hembras eran listados, pintados y jaspeados. Entonces el ángel
12
de Jehovah me dijo en sueños: “Jacob.” Yo dije: “Heme aquí.” Y él dijo: “Por
favor, alza tus ojos y mira cómo todos los machos que cubren a las ovejas son
listados, pintados y jaspeados; porque yo he visto todo lo que Labán te ha hecho.
13
Yo soy el Dios de Betel, donde tú ungiste la piedra y me hiciste un voto.
14
Levántate, sal de esta tierra y vuelve a la tierra de tu nacimiento.” Raquel y Lea le
respondieron diciendo: — ¿Acaso tenemos todavía parte o heredad en la casa de
15
nuestro padre? ¿No nos considera él ya como extrañas, puesto que nos vendió y
16
se ha comido del todo nuestro precio? Toda la riqueza que Dios ha quitado a
nuestro padre es nuestra y de nuestros hijos. Ahora pues, haz todo lo que Dios te ha
dicho.
17
Entonces Jacob se levantó e hizo subir a sus mujeres y a sus hijos sobre los
18
camellos. Luego condujo todo su ganado y todas las posesiones que había
adquirido, el ganado de su propiedad que había adquirido en Padan-aram, para ir a
19
su padre Isaac en la tierra de Canaán. Labán se había ido a esquilar sus ovejas, y
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Raquel hurtó los ídolos de su padre. Además Jacob engañó a Labán el arameo al
21
no decirle que se iba. Huyó, pues, Jacob con todo lo que tenía. Y levantándose
cruzó el Río y se dirigió a la región montañosa de Galaad.
22
23
Al tercer día le informaron a Labán que Jacob había huido. Entonces tomó
consigo a sus parientes y fue tras él en el camino, por siete días, y lo alcanzó en la
24
región montañosa de Galaad. Pero aquella noche Dios vino en sueños a Labán el
arameo, y le dijo: “Ten cuidado, no sea que hables a Jacob bruscamente.”
25
Alcanzó, pues, Labán a Jacob, quien había instalado su tienda en el monte. Y
26
Labán también instaló sus tiendas en el monte Galaad. Entonces Labán dijo a
Jacob: — ¿Qué has hecho? ¡Me has engañado al traer a mis hijas como cautivas de
27
guerra! ¿Por qué has huido a escondidas, engañándome, sin avisarme? Yo te
28
habría despedido con alegría y cantares, con tamborín y con arpa. Ni siquiera me
has dado la oportunidad de besar a mis hijos y a mis hijas. Ahora pues, has actuado
29
locamente. Yo tengo poder para haceros mal, pero el Dios de tu padre me habló
30
anoche diciendo: “Ten cuidado, no sea que hables a Jacob bruscamente.” Y ya
que te ibas definitivamente porque tenías tanta nostalgia por la casa de tu padre,
31
¿por qué me has robado mis dioses? Jacob respondió a Labán y dijo: — Yo tuve
32
miedo, pensando que quizás me arrebatarías a tus hijas. La persona en cuyo
poder halles tus dioses, que muera. Reconoce en presencia de nuestros parientes lo
que yo tenga que sea tuyo, y llévatelo. Jacob no sabía que era Raquel quien los
33
había robado. Entró, pues, Labán en la tienda de Jacob, en la tienda de Lea y en
las tiendas de las dos siervas, y no los halló. Saliendo de la tienda de Lea, fue a la
34
tienda de Raquel. Pero Raquel había tomado los ídolos, los había puesto en la
montura de un camello y se había sentado encima de ellos. Labán, pues, rebuscó
35
toda la tienda y no los halló. Entonces ella dijo a su padre: — No se enoje mi
señor porque no pueda levantarme delante de ti, pues estoy con la regla de las
mujeres. Buscó, pues, los ídolos, pero no los encontró.
36
Entonces Jacob se enojó y recriminó a Labán; respondió Jacob y dijo a
Labán: — ¿Cuál es mi transgresión? ¿Cuál es mi pecado para que me hayas
37
perseguido con tanto ardor? Ya que has rebuscado todas mis cosas, ¿qué has
hallado de todas las cosas de tu casa? Ponlo aquí delante de mis parientes y de los
38
tuyos, para que ellos juzguen entre nosotros dos. Estos veinte años que he estado
contigo nunca han abortado tus ovejas ni tus cabras; ni yo comí ningún carnero de tu
39
rebaño. Jamás te traje los restos del animal despedazado; yo pagaba el daño. Lo
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robado, tanto de día como de noche, tú lo reclamabas de mi mano. De día me
41
consumía el calor, y de noche la helada; hasta el sueño huía de mis ojos. Así he
pasado veinte años en tu casa: catorce años trabajé por tus dos hijas y seis por tu
ganado; y tú has cambiado mi salario diez veces.
42
Si el Dios de mi padre, el Dios de Abraham y el Temor de Isaac, no estuviera
conmigo, de cierto me dejarías ir ahora sin nada. Pero Dios ha visto mi aflicción y el
duro trabajo de mis manos; por eso te reprendió anoche.
43
Labán respondió y dijo a Jacob: — Las hijas son mis hijas, los hijos son mis
hijos y las ovejas son mis ovejas. ¡Todo lo que tú ves es mío! ¿Qué puedo hacer
44
hoy a estas hijas mías o a sus hijos que ellas han dado a luz? Ven, pues, ahora,
45
hagamos un pacto entre tú y yo, y sirva de testimonio entre tú y yo. Entonces
46
Jacob tomó una piedra y la erigió como memorial. Y Jacob dijo a sus parientes:
— Recoged piedras. Ellos tomaron piedras e hicieron un montón, y comieron allí
47
48
junto al montón. Labán lo llamó Yegar-sahaduta; y Jacob lo llamó Galed. Y
Labán dijo: — Este montón es hoy testigo entre tú y yo. Por eso llamó su nombre
49
Galed o Mizpa, pues dijo: — Vigile Jehovah entre tú y yo, cuando nos apartemos
50
el uno del otro. Si tú maltratas a mis hijas, o si tomas otras mujeres además de mis
51
hijas, aunque nadie esté con nosotros, recuerda que Dios es testigo entre tú y yo.
— Además, Labán dijo a Jacob — : He aquí este montón, y he aquí el memorial
52
que he levantado entre tú y yo. Testigo sea este montón, y testigo sea el memorial,
que ni yo pasaré de este montón hacia ti, ni tú pasarás de este montón y de este
53
memorial hacia mí, para mal. El Dios de Abraham, Dios de Nacor y Dios de sus
padres juzgue entre nosotros. Jacob juró por el Temor de Isaac, su padre.
54
Entonces Jacob ofreció un sacrificio en el monte y llamó a sus parientes a comer.
55
Ellos comieron y pasaron aquella noche en el monte. Y levantándose muy de
mañana, Labán besó a sus hijos y a sus hijas, y los bendijo. Luego partió Labán y
regresó a su lugar.
Capítulo 33
1
Jacob continuó su camino, y le salieron al encuentro unos ángeles de Dios.
Cuando los vio, Jacob dijo: — ¡Este es un campamento de Dios! Y llamó el
nombre de aquel lugar Majanaim.
2
3
Después Jacob envió mensajeros delante de sí a su hermano Esaú, a la tierra
4
de Seír, en los campos de Edom. Y les mandó diciendo: — Así diréis a mi señor
Esaú: “Así dice tu siervo Jacob: ‘He residido con Labán, con quien he permanecido
5
hasta ahora. Tengo vacas, asnos, ovejas, siervos y siervas; y envío a decírselo a mi
6
señor, para hallar gracia ante sus ojos.’” Los mensajeros volvieron a Jacob, y
dijeron: — Fuimos a tu hermano Esaú. El también viene a recibirte acompañado de
7
400 hombres. Entonces Jacob tuvo mucho temor y se angustió. Luego dividió en
dos campamentos la gente que tenía consigo, así como las ovejas, las vacas y los
8
camellos, pues dijo: “Si Esaú viene contra un campamento y lo ataca, el otro
campamento podrá escapar.”
9
Luego dijo Jacob: — Dios de mi padre Abraham, Dios de mi padre Isaac, oh
Jehovah, que me dijiste: “Vuelve a tu tierra y a tu parentela, y yo te prosperaré”,
10
yo no soy digno de todas las misericordias y de toda la fidelidad con que has
actuado para con tu siervo. Con sólo mi cayado pasé este Jordán, y ahora tengo
11
dos campamentos. Líbrame, por favor, de la mano de mi hermano, de la mano de
Esaú, porque le temo. No sea que venga y me mate a la madre junto con los hijos.
12
Tú has dicho: “Yo te prosperaré y haré que tu descendencia sea como la arena
del mar, que por ser tan numerosa no se puede contar.”
13
Jacob pasó allí aquella noche, y tomó de lo que tenía a mano un presente para
14
su hermano Esaú: 200 cabras y 20 machos cabríos, 200 ovejas y 20 carneros,
15
30 camellas que estaban dando de mamar y sus crías, 40 vacas y 10 toros, 20
16
asnas y 10 borriquillos. Entregó cada rebaño a sus siervos por separado, y les
dijo: — Id delante de mí guardando cierta distancia entre rebaño y rebaño.
17
Mandó al primero diciendo: — Cuando Esaú mi hermano te encuentre y te
pregunte diciendo: “¿De quién eres tú? ¿Y adónde vas? ¿De quién es eso que llevas
18
delante de ti?”, le dirás: “De tu siervo Jacob; es un presente que envía a mi señor
19
Esaú. Y he aquí que él también viene detrás de nosotros.” Mandó también al
segundo, al tercero, y a todos los que iban detrás de los rebaños, diciendo: — Así
20
hablaréis a Esaú cuando lo encontréis. También le diréis: “He aquí que tu siervo
Jacob viene detrás de nosotros.” Pues pensó: “Apaciguaré su ira con el presente que
21
va delante de mí, para que después pueda yo verle; quizás él me acepte.” Jacob
hizo pasar el presente delante de sí, y él se quedó a pasar aquella noche en el
22
campamento. Pero levantándose aquella noche, tomó a sus dos mujeres, a sus
23
dos siervas y a sus once hijos, y pasó el vado del Jaboc. Los tomó y los hizo
cruzar el río junto con todo lo que tenía.
24
Jacob se quedó solo, y un hombre luchó con él hasta que rayaba el alba.
Como vio que no podía con Jacob, le tocó en el encaje de la cadera, y el encaje
26
de la cadera se le dislocó mientras luchaba con él. Entonces el hombre le dijo: —
¡Déjame ir, porque ya raya el alba! Y le respondió: — No te dejaré, si no me
27
bendices. El le dijo: — ¿Cuál es tu nombre? Y él respondió: — Jacob.
25
28
El le dijo: — No se dirá más tu nombre Jacob, sino Israel; porque has contendido
29
con Dios y con los hombres, y has prevalecido. Entonces Jacob le preguntó
diciendo: — Dime, por favor, ¿cuál es tu nombre? Y él respondió: — ¿Por qué
30
preguntas por mi nombre? Y lo bendijo allí. Jacob llamó el nombre de aquel lugar
31
Peniel, diciendo: “Porque vi a Dios cara a cara y salí con vida.” El sol salió cuando
32
él había partido de Peniel, y cojeaba de su cadera. Por eso los hijos de Israel no
comen hasta el día de hoy el tendón del muslo, que está en el encaje de la cadera,
porque tocó a Jacob en el encaje de la cadera, en el tendón del muslo.
Capítulo 34
1
Alzando Jacob sus ojos miró, y he aquí que Esaú venía con los 400 hombres.
2
Entonces él repartió sus hijos entre Lea, Raquel y sus dos siervas. Puso a las
siervas y a sus hijos delante, después a Lea y a sus hijos, y al final a Raquel y a José.
3
El mismo pasó delante de ellos y se postró en tierra siete veces, hasta que se
4
acercó a su hermano. Esaú corrió a su encuentro, le abrazó, se echó sobre su
cuello y le besó. Y lloraron.
5
Alzó sus ojos, vio a las mujeres y a los niños y preguntó: — ¿Quiénes son
éstos para ti? Y él respondió: — Son los hijos que Dios, en su gracia, ha dado a tu
6
7
siervo. Entonces se acercaron las siervas y sus hijos, y se postraron. También se
acercaron Lea y sus hijos, y se postraron. Finalmente se acercaron José y Raquel, y
8
se postraron. Entonces Esaú le preguntó: — ¿Cuál es el propósito de todos esos
grupos que he encontrado? Y él respondió: — Hallar gracia ante los ojos de mi
9
señor. Esaú le dijo: — Yo tengo suficiente, hermano mío; sea para ti lo que es tuyo.
10
Y Jacob respondió: — No, por favor. Si he hallado gracia ante tus ojos, toma mi
presente de mis manos, pues el ver tu cara ha sido como si hubiera visto el rostro de
11
Dios, y me has mostrado tu favor. Acepta, pues, mi presente que te ha sido
traído, pues Dios me ha favorecido, porque tengo de todo. El insistió, y Esaú lo
12
13
aceptó. Luego éste dijo: — ¡Vamos, partamos! Yo te acompañaré. Jacob le
dijo: — Mi señor sabe que los niños son tiernos y que tengo a mi cuidado ovejas y
14
vacas que están criando. Si se los fatiga, en un día morirá todo el rebaño. Por
favor, pase mi señor delante de su siervo. Yo avanzaré como convenga, al paso del
ganado que va delante de mí y al paso de los niños, hasta que alcance a mi señor, en
15
Seír. Esaú dijo: — Permite que deje contigo algunos de los hombres que están
conmigo. Y él dijo: — ¿Para qué esto? Sólo que halle yo gracia ante los ojos de mi
señor.
16
17
Aquel día regresó Esaú por su camino a Seír. Entonces Jacob se dirigió a
Sucot y edificó allí una casa para sí. Hizo también cabañas para su ganado, por eso
18
llamó el nombre de aquel lugar Sucot. Al volver de Padan-aram, Jacob llegó en
19
paz a la ciudad de Siquem, en la tierra de Canaán, y acampó frente a la ciudad. Y
la parte del campo donde instaló su tienda compró de manos de los hijos de Hamor,
20
el padre de Siquem, por la suma de 100 piezas de dinero. Allí levantó un altar y
llamó su nombre El-Elohei-Israel.
Capítulo 35
1
Entonces Dina, la hija que Lea había dado a luz a Jacob, salió para ver a las
2
jóvenes del lugar. Y la vio Siquem, el hijo de Hamor el heveo, príncipe de aquella
3
tierra. El la tomó, se acostó con ella y la violó. Pero se sintió ligado a Dina hija de
4
Jacob; se enamoró de la joven y habló al corazón de ella. Y Siquem habló con
5
Hamor su padre, diciendo: — Tómame a esta joven por mujer. Cuando Jacob oyó
que Siquem había mancillado a Dina, su hija, sus hijos estaban en el campo con su
ganado. Por ello Jacob calló hasta que ellos regresaran.
6
7
Entonces Hamor, padre de Siquem, fue para hablar con Jacob. Cuando los
hijos de Jacob lo supieron, regresaron del campo. Los hombres se indignaron y se
enfurecieron mucho, porque él había cometido una vileza en Israel, acostándose con
8
la hija de Jacob, cosa que no se debía haber hecho. Hamor habló con ellos y les
dijo: — Mi hijo Siquem se siente atraído por vuestra hija. Os ruego que se la deis
9
por mujer. Por favor, emparentad con nosotros. Dadnos vuestras hijas, y tomad
10
vosotros las nuestras. Habitad con nosotros; la tierra está delante de vosotros.
11
Habitad en ella, negociad y estableceos en ella. También Siquem dijo al padre y a
los hermanos de ella: — Halle yo gracia ante vuestros ojos, y os daré lo que me
12
pidáis. Aumentad a cuenta mía el precio matrimonial y muchos regalos. Yo os
13
daré cuánto me pidáis, pero dadme la joven por mujer. Los hijos de Jacob
respondieron a Siquem y a su padre Hamor, hablando con engaño, porque Siquem
14
había violado a Dina, la hermana de ellos. Les dijeron: — No podemos hacer eso
de dar nuestra hermana a un hombre incircunciso, porque entre nosotros eso es una
15
abominación. Sólo con esta condición accederemos: que seáis como nosotros, al
circuncidarse todos vuestros varones.
16
Entonces os daremos nuestras hijas, y tomaremos nosotros las vuestras.
17
Habitaremos con vosotros y seremos un solo pueblo. Pero si no nos hacéis caso
en circuncidaros, tomaremos a nuestra hermana y nos iremos.
18
19
Sus palabras parecieron bien a Hamor y a su hijo Siquem. No tardó el
joven en hacerlo, porque la hija de Jacob le había gustado. Además, él era el más
20
distinguido de toda la casa de su padre. Entonces Hamor y su hijo Siquem fueron
21
a la puerta de la ciudad y hablaron a los hombres de la ciudad, diciendo: — Estos
hombres son pacíficos para con nosotros. Que habiten ellos en la tierra y que
negocien en ella, pues he aquí la tierra es amplia para ellos también. Nosotros
22
tomaremos sus hijas por mujeres y les daremos nuestras hijas. Pero con esta
condición accederán estos hombres para habitar con nosotros, de modo que
seamos un solo pueblo: que se circuncide todo varón de entre nosotros, así como
23
ellos son circuncidados. Sus rebaños, sus posesiones y todo su ganado, ¿no serán
así nuestros? Sólo accedamos a su condición, y ellos habitarán con nosotros.
24
Todos los que salían por las puertas de la ciudad hicieron caso a Hamor y a su
hijo Siquem. Circuncidaron a todo varón, a cuantos salían por las puertas de la
ciudad.
25
Pero sucedió que al tercer día, cuando ellos aún sentían dolor, dos de los
hijos de Jacob, Simeón y Leví, hermanos de Dina, tomaron cada uno su espada,
fueron contra la ciudad que estaba desprevenida y mataron a todo varón.
26
También mataron a filo de espada a Hamor y a su hijo Siquem, y tomando a Dina
27
de la casa de Siquem, se fueron. Y los hijos de Jacob pasaron sobre los muertos
28
y saquearon la ciudad, porque habían mancillado a su hermana. Tomaron sus
ovejas, sus vacas, sus asnos, lo que había en la ciudad y lo que había en el campo.
29
Llevaron cautivos a todos sus niños y a sus mujeres, y saquearon todos sus bienes
30
y todo lo que había en las casas. Entonces Jacob dijo a Simeón y a Leví: — Me
habéis arruinado, haciendo que yo sea odioso entre los habitantes de esta tierra,
entre los cananeos y los ferezeos. Teniendo yo pocos hombres, se juntarán contra
31
mí, me herirán y me destruirán a mí y a mi casa. Y ellos respondieron: — ¿Había
de tratar él a nuestra hermana como a una prostituta?
Capítulo 36
1
Entonces Dios dijo a Jacob: — Levántate, sube a Betel y quédate allí. Haz allí
un altar a Dios, que se te apareció cuando huías de tu hermano Esaú.
2
Entonces Jacob dijo a su familia y a todos los que le acompañaban: — Quitad los
dioses extraños que hay entre vosotros. Purificaos y cambiad vuestros vestidos.
3
Levantémonos y subamos a Betel; allí haré un altar a Dios, que me respondió en el
4
día de mi angustia y ha estado conmigo en el camino que he andado. Así
entregaron a Jacob todos los dioses extraños que tenían en su poder, y los aretes de
sus orejas, y Jacob los escondió al pie de la encina que había junto a Siquem.
5
Cuando partieron, el terror de Dios se apoderó de los habitantes de las ciudades
de sus alrededores, y no persiguieron a los hijos de Jacob.
6
Jacob y toda la gente que le acompañaba llegaron a Luz, es decir, a Betel, en
7
la tierra de Canaán, y allí edificó un altar. Llamó al lugar El-betel, porque allí se le
8
había revelado Dios cuando huía de su hermano. Entonces murió Débora, nodriza
de Rebeca, y fue sepultada al pie de Betel, debajo de una encina, la cual fue llamada
9
Alón-bacut. Dios se apareció otra vez a Jacob después de haber regresado de
10
Padan-aram, y le bendijo. Le dijo Dios: “Tu nombre es Jacob, pero no se llamará
11
más tu nombre Jacob. Tu nombre será Israel.” Y llamó su nombre Israel. También
le dijo Dios: “Yo soy el Dios Todopoderoso. Sé fecundo y multiplícate. De ti
12
procederán una nación y un conjunto de naciones; reyes saldrán de tus lomos. La
tierra que he dado a Abraham y a Isaac, te la daré a ti; a tus descendientes después
13
de ti, les daré la tierra.” Dios se apartó de él, del lugar donde había hablado con
14
él. Entonces Jacob erigió una piedra en el lugar donde Dios había hablado con él,
una piedra memorial. Sobre ella derramó una libación, y echó sobre ella aceite.
15
Jacob llamó Betel al lugar donde Dios había hablado con él.
16
Partieron de Betel, y faltando aún cierta distancia para llegar a Efrata, Raquel
17
dio a luz tras un parto muy difícil. Y aconteció que como había dificultad en su
18
parto, le dijo la partera: — No temas, porque también tendrás este hijo. Pero
sucedió que al dar el último suspiro (porque murió), llamó el nombre de su hijo
19
Benoní. Pero su padre lo llamó Benjamín. Así murió Raquel y fue sepultada en el
20
camino de Efrata, es decir, Belén. Jacob puso sobre su sepulcro una piedra
memorial. Este es el memorial del sepulcro de Raquel hasta hoy.
21
22
Israel partió e instaló su tienda más allá de Migdal-eder. Y sucedió mientras
habitaba Israel en aquella tierra, que Rubén fue y se acostó con Bilha, concubina de
su padre. Y lo llegó a saber Israel. Ahora bien, los hijos de Israel fueron doce:
23
Los hijos de Lea: Rubén, el primogénito de Jacob, Simeón, Leví, Judá, Isacar y
24
25
Zabulón. Los hijos de Raquel: José y Benjamín. Los hijos de Bilha, sierva de
26
Raquel: Dan y Neftalí. Los hijos de Zilpa, sierva de Lea: Gad y Aser. Estos fueron
27
los hijos de Jacob que le nacieron en Padan-aram. Entonces Jacob fue a Isaac su
padre, a Mamre, a Quiriat-arba, es decir, Hebrón, donde habían habitado Abraham
28
29
e Isaac. Fueron 180 los años de Isaac. E Isaac falleció y fue reunido con su
pueblo, anciano y lleno de años. Y sus hijos Jacob y Esaú lo sepultaron.
Capítulo 37
1
2
Estos son los descendientes de Esaú, el cual es Edom. Esaú tomó a sus
esposas de entre las mujeres de Canaán: a Ada hija de Elón el heteo, a Oholibama
3
hija de Aná, hijo de Zibeón el heveo, y a Basemat hija de Ismael, hermana de
4
5
Nebayot. De Esaú, Ada dio a luz a Elifaz; Basemat dio a luz a Reuel, y
Oholibama dio a luz a Jeús, a Jalam y a Coré. Estos son los hijos de Esaú que le
6
nacieron en la tierra de Canaán. Esaú tomó a sus mujeres, a sus hijos, a sus hijas, a
todas las personas de su casa, sus rebaños, su ganado y todas las posesiones que
había adquirido en la tierra de Canaán, y se fue a una tierra, lejos de Jacob su
7
hermano; porque los bienes de ellos eran muchos, y no podían habitar juntos.
Tampoco podía mantenerlos la tierra en que habitaban, a causa de sus ganados.
8
Así habitó Esaú en la región montañosa de Seír. Esaú es Edom.
9
Estos fueron los descendientes de Esaú, padre de los edomitas, en la región
10
montañosa de Seír; éstos son los nombres de los hijos de Esaú: Elifaz, hijo de
11
Ada, mujer de Esaú; Reuel, hijo de Basemat, mujer de Esaú. Los hijos de Elifaz
12
fueron: Temán, Omar, Zefo, Gatam y Quenaz. Timna fue concubina de Elifaz hijo
de Esaú, y ella le dio a luz a Amalec. Estos fueron los hijos de Ada, mujer de Esaú.
13
Los hijos de Reuel fueron: Najat, Zéraj, Sama y Miza. Estos fueron los hijos de
14
Basemat, mujer de Esaú. Los hijos de Oholibama, mujer de Esaú e hija de Aná,
15
hijo de Zibeón, que ella dio a luz de Esaú, fueron: Jeús, Jalam y Coré. Estos
fueron los jefes de entre los hijos de Esaú: Los hijos de Elifaz, primogénito de Esaú,
16
fueron: los jefes Temán, Omar, Zefo, Quenaz, Coré, Gatam y Amalec. Estos
fueron los jefes de Elifaz en la tierra de Edom, los cuales fueron hijos de Ada.
17
Estos fueron los hijos de Reuel hijo de Esaú: los jefes Najat, Zéraj, Sama y Miza.
Estos fueron los jefes de la línea de Reuel en la tierra de Edom. Estos hijos le
18
nacieron a Basemat, mujer de Esaú. Estos fueron los hijos de Oholibama, mujer
de Esaú: los jefes Jeús, Jalam y Coré. Estos fueron los jefes que nacieron a
Oholibama, mujer de Esaú, hija de Aná.
cual es Edom; y éstos fueron sus jefes.
19
Estos fueron, pues, los hijos de Esaú, el
20
Estos fueron los hijos de Seír el horeo, habitantes de aquella tierra: Lotán,
21
Sobal, Zibeón, Aná, Disón, Ezer y Disán. Estos fueron los jefes de los horeos,
22
hijos de Seír, en la tierra de Edom. Los hijos de Lotán fueron Hori y Hemam.
23
Timna fue hermana de Lotán. Los hijos de Sobal fueron: Alván, Manajat, Ebal,
24
Sefo y Onam. Los hijos de Zibeón fueron Ayías y Aná. Este Aná fue el que
descubrió las aguas termales en el desierto, cuando apacentaba los asnos de su
25
26
padre Zibeón. Los hijos de Aná fueron Disón y Oholibama hija de Aná. Los
27
hijos de Disón fueron: Hemdán, Esbán, Itrán y Querán. Los hijos de Ezer fueron:
28
29
Bilhán, Zaaván y Acán. Los hijos de Disán fueron Uz y Arán. Estos fueron los
30
jefes de los horeos: los jefes Lotán, Sobal, Zibeón, Aná, Disón, Ezer Y Disán.
Ellos fueron los jefes de los horeos, según sus jefaturas en la tierra de Seír.
31
Estos fueron los reyes que reinaron en la tierra de Edom, antes que hubiese
32
rey de los hijos de Israel: Bela hijo de Beor reinó en Edom. El nombre de su
33
ciudad fue Dinaba. Murió Bela, y reinó en su lugar Jobab hijo de Zéraj, de Bosra.
34
35
Murió Jobab, y reinó en su lugar Husam, de la tierra de los temanitas. Murió
Husam, y reinó en su lugar Hadad hijo de Bedad, el que derrotó a Madián en el
36
campo de Moab. El nombre de su ciudad fue Avit. Murió Hadad, y reinó en su
37
lugar Samla, de Masreca. Murió Samla, y reinó en su lugar Saúl, de Rejobot, que
38
está junto al Río. Murió Saúl, y reinó en su lugar Baal-janán hijo de Acbor.
39
Murió Baal-janán hijo de Acbor, y reinó en su lugar Hadad. El nombre de su
ciudad fue Pau, y el nombre de su mujer fue Mehetabel, hija de Matred, hija de
40
Mezaab. Estos fueron los nombres de los jefes de Esaú, según sus familias, sus
41
localidades y sus nombres: los jefes Timna, Alva, Jetet, Oholibama, Ela, Pinón,
42
43
Quenaz, Temán, Mibzar, Magdiel e Iram. Estos fueron los jefes de Edom,
según las áreas de la tierra de su posesión. Este es Esaú, padre de los edomitas.
Capítulo 38
1
Jacob se estableció en la tierra donde había residido su padre, en la tierra de
2
Canaán. Esta es la historia de la familia de Jacob: José, siendo de 17 años,
apacentaba las ovejas con sus hermanos; y el joven estaba con los hijos de Bilha y
los hijos de Zilpa, mujeres de su padre. Y José informaba a su padre de la mala
3
fama de ellos. Israel amaba a José más que a todos sus otros hijos porque le había
4
nacido en la vejez, y le hizo una túnica de diversos colores. Al ver sus hermanos
que su padre lo amaba más que a todos ellos, le aborrecían y no podían hablarle
pacíficamente.
5
José tuvo un sueño y lo contó a sus hermanos, quienes llegaron a aborrecerle
6
7
todavía más. Les dijo: — Por favor, escuchad lo que he soñado: He aquí que
atábamos gavillas en medio del campo. Y mi gavilla se levantaba y se mantenía
8
erguida, mientras que vuestras gavillas la rodeaban y se inclinaban ante la mía. Sus
hermanos le respondieron: — ¿Has de reinar tú sobre nosotros y nos has de
dominar? Y le aborrecieron todavía más a causa de sus sueños y de sus palabras.
9
Entonces tuvo otro sueño y lo contó a sus hermanos, diciendo: — He aquí, he
10
tenido otro sueño: que el sol, la luna y once estrellas se inclinaban ante mí. El
contó este sueño a su padre y a sus hermanos, pero su padre le reprendió diciendo:
— ¿Qué sueño es éste que has tenido? ¿Hemos de venir yo, tu madre y tus
11
hermanos a postrarnos a tierra ante ti? Sus hermanos le tenían envidia, pero su
padre guardaba en mente el asunto.
12
Sus hermanos fueron a apacentar las ovejas de su padre cerca de Siquem,
e Israel dijo a José: — Tus hermanos apacientan las ovejas cerca de Siquem.
14
Ven, te enviaré a ellos. Y él le respondió: — Heme aquí. El le dijo: — Anda, por
favor, y mira cómo están tus hermanos y cómo están las ovejas, y tráeme la
15
respuesta. Lo envió desde el valle de Hebrón, y él llegó a Siquem. Andando él
extraviado por el campo, un hombre lo encontró. Y aquel hombre le preguntó
16
diciendo: — ¿Qué buscas? Y él respondió: — Busco a mis hermanos. Dime, por
17
favor, dónde están apacentando. Aquel hombre le respondió: — Ya se han ido de
aquí. Yo les oí decir: “Vámonos a Dotán.” Entonces José fue tras sus hermanos y los
18
encontró en Dotán. Cuando ellos lo vieron desde lejos, antes de que se acercase,
19
actuaron engañosamente contra él para matarle. Se dijeron el uno al otro: — ¡Ahí
20
viene el de los sueños! Ahora pues, venid; matémoslo y echémoslo en una
cisterna. Después diremos: “Alguna mala fiera lo devoró.” ¡Veamos en qué van a
21
parar sus sueños! Cuando Rubén oyó esto, lo libró de sus manos diciendo: — No
22
le quitemos la vida. — Y Rubén añadió — : No derraméis sangre. Echadlo en
esta cisterna que está en el desierto, pero no pongáis la mano sobre él. Era para
librarlo de sus manos a fin de hacerlo volver a su padre.
13
23
Sucedió que cuando José llegó hasta sus hermanos, ellos despojaron a José
24
de su túnica, la túnica de diversos colores que llevaba puesta. Lo tomaron y lo
25
echaron en la cisterna. Pero la cisterna estaba vacía, sin agua. Después se
sentaron a comer, y alzando los ojos miraron, y he aquí que una caravana de
ismaelitas venía de Galaad con sus camellos cargados de perfumes, bálsamo y mirra
26
para llevarlos a Egipto. Entonces Judá dijo a sus hermanos: — ¿Qué provecho
27
hay en matar a nuestro hermano y en encubrir su sangre? Venid, vendámoslo a los
ismaelitas. No pongamos nuestra mano sobre él, porque es nuestro hermano,
28
nuestra carne. Sus hermanos estuvieron de acuerdo con él. Y cuando pasaban los
mercaderes madianitas, sacaron a José, subiéndolo de la cisterna, y lo vendieron a
29
los ismaelitas por 20 piezas de plata. Estos se llevaron a José a Egipto. Cuando
30
Rubén volvió a la cisterna y no halló a José allí, rasgó sus vestiduras. Volvió a sus
hermanos y les dijo: — ¡El joven ha desaparecido! Y yo, ¿a dónde iré?
31
Entonces ellos tomaron la túnica de José, degollaron un cabrito del rebaño y
32
empaparon la túnica en la sangre. Después enviaron la túnica de diversos colores,
la trajeron a su padre y le dijeron: — Esto hemos encontrado. Reconoce, pues, si es
33
o no la túnica de tu hijo. El la reconoció y exclamó: — ¡Es la túnica de mi hijo!
¡Alguna mala fiera lo ha devorado! ¡Ciertamente José ha sido despedazado!
34
Entonces Jacob rasgó sus vestiduras, se cubrió con cilicio y guardó duelo por su
35
hijo muchos días. Todos sus hijos y todas sus hijas fueron para consolarle, pero él
rehusó ser consolado. Y decía: — ¡Enlutado descenderé hasta mi hijo, al Seol! Y su
36
padre lo lloraba. Pero los madianitas lo vendieron en Egipto a Potifar, funcionario
del faraón, capitán de la guardia.
Capítulo 39
1
Aconteció en aquel tiempo que Judá dejó a sus hermanos y se dirigió a residir
2
con un hombre adulamita que se llamaba Jira. Judá vio allí a la hija de un hombre
3
cananeo llamado Súa, y la tomó y se unió a ella. Ella concibió y dio a luz un hijo, y
4
él llamó su nombre Er. Ella concibió otra vez y dio a luz otro hijo, y ella llamó su
5
nombre Onán. Volvió a concebir y dio a luz otro hijo, y ella llamó su nombre Sela.
6
El estaba en Quezib cuando ella lo dio a luz. Judá tomó una mujer para Er, su
7
primogénito; ésta se llamaba Tamar. Pero Er, el primogénito de Judá, era malo ante
8
los ojos de Jehovah, y Jehovah le quitó la vida. Entonces Judá dijo a Onán: —
Unete a la mujer de tu hermano; cumple así con ella tu deber de cuñado, y levanta
9
descendencia a tu hermano. Pero sabiendo Onán que el hijo que le naciera no sería
considerado suyo, sucedía que cada vez que se unía a la mujer de su hermano, vertía
10
en tierra para no dar descendencia a su hermano. Pero lo que hacía era malo ante
11
los ojos de Jehovah, y también a él le quitó la vida. Entonces habló Judá a Tamar
su nuera, diciendo: — Permanece viuda en la casa de tu padre hasta que crezca mi
hijo Sela. Porque pensaba: “No sea que muera él también como sus hermanos.” Y
Tamar se fue y permaneció en la casa de su padre.
12
Pasados muchos años, murió Bat-súa, la mujer de Judá. Cuando Judá se
había consolado, subió a Timnat, a los esquiladores de sus ovejas, él y su amigo Jira
13
el adulamita. Y avisaron a Tamar diciendo: — He aquí que tu suegro sube a
14
Timnat a esquilar sus ovejas. Entonces ella se quitó su vestido de viudez, se cubrió
con un velo, se envolvió con un manto y se sentó a la entrada de Enaim, que está
junto al camino de Timnat, porque veía que Sela había crecido, pero que ella no le
15
había sido dada por mujer. Entonces la vio Judá y pensó que era una prostituta,
16
porque había cubierto su cara. Y se apartó del camino hacia ella y le dijo: — Por
favor, deja que me una a ti. Pues no sabía que ella era su nuera. Y ella dijo: — ¿Qué
17
me darás si te unes a mí? El respondió: — Yo te enviaré un cabrito del rebaño.
18
Ella le dijo: — Tienes que darme una prenda hasta que me lo envíes. Y él le dijo:
— ¿Qué prenda te daré? Ella le respondió: — Tu anillo, tu cordón y el bastón que
19
llevas en la mano. El se los dio y se unió a ella, y ella concibió de él. Luego ella se
levantó y se fue. Después se quitó el velo que tenía sobre sí y se vistió de nuevo con
20
su vestido de viudez. Judá envió el cabrito del rebaño por medio de su amigo el
adulamita, para que recuperase la prenda de mano de la mujer, pero él no la halló.
21
Entonces preguntó a los hombres de aquel lugar diciendo: — ¿Dónde está la
prostituta de Enaim, junto al camino? Ellos le dijeron: — Aquí no hay ninguna
22
prostituta. El se volvió a Judá y dijo: — No la he hallado. También los hombres
23
del lugar dijeron: “Aquí no hay ninguna prostituta.” Y Judá dijo: — ¡Que se quede
con la prenda! No seamos objeto de burla. He aquí yo le he enviado este cabrito,
pero tú no la has hallado.
24
Aconteció que después de unos tres meses le informaron a Judá diciendo: —
Tu nuera Tamar ha cometido adulterio y está encinta a consecuencia del adulterio. Y
25
Judá dijo: — ¡Sacadla, y que sea quemada! Cuando era sacada, ella envió a decir
a su suegro: — Del hombre a quien pertenecen estas cosas estoy encinta. — Y
añadió — : Mira, pues, de quién son estas cosas: el anillo, el cordón y el bastón.
26
Entonces Judá los reconoció y dijo: — Más justa es ella que yo, porque no se la
27
he dado a mi hijo Sela. Y no volvió a tener relaciones con ella. Aconteció que al
28
tiempo de dar a luz, he aquí que había mellizos en el vientre de Tamar. Y cuando
ella daba a luz, sucedió que uno de ellos sacó la mano. La partera la tomó y ató a su
29
mano un hilo rojo diciendo: — ¡Este salió primero! Pero sucedió que cuando él
volvió a meter la mano, he aquí salió su hermano. Y ella exclamó: — ¡Cómo te
30
abriste brecha! Y llamó su nombre Fares. Después salió su hermano, el que tenía
en su mano el hilo rojo, y llamó su nombre Zéraj.
Capítulo 40
1
Llevado José a Egipto, Potifar, un hombre egipcio, funcionario del faraón y
capitán de la guardia, lo compró de mano de los ismaelitas que lo habían llevado allá.
2
Pero Jehovah estuvo con José, y el hombre tuvo éxito. El estaba en la casa de su
señor, el egipcio, 3 quien vio que Jehovah estaba con él y que todo lo que él hacía,
Jehovah lo hacía prosperar en su mano. 4 Así halló José gracia ante los ojos de Potifar
y le servía. Potifar le puso a cargo de su casa y entregó en su poder todo lo que tenía.
5
Y sucedió que desde que le puso a cargo de su casa y de todo lo que tenía, Jehovah
bendijo la casa del egipcio por causa de José. Y la bendición de Jehovah estaba sobre
todo lo que tenía, tanto en la casa como en el campo. 6 El dejó todo lo que tenía en
mano de José, y teniéndole a él no se preocupaba de nada, excepto del pan que comía.
José era de bella presencia y de hermoso semblante .
7
Y sucedió después de estas cosas, que la mujer de su señor puso sus ojos en
8
José y le dijo: — Acuéstate conmigo. El rehusó y dijo a la mujer de su señor: —
He aquí que mi señor, teniéndome a mí, no se preocupa de nada de cuanto hay en la
9
casa. Ha puesto en mis manos todo cuanto tiene. No hay otro superior a mí en esta
casa; y ninguna cosa se ha reservado, sino a ti, porque eres su mujer. ¿Cómo, pues,
10
haría yo esta gran maldad y pecaría contra Dios? Sucedió que ella insistía a José
día tras día, pero éste no le hacía caso para acostarse con ella, ni para estar con ella.
11
Y sucedió que él entró un día en la casa para hacer su trabajo, y ninguno de los
12
hombres de la casa estaba allí en casa. Entonces ella le agarró por su manto,
diciendo: — Acuéstate conmigo. Pero él dejó su manto en las manos de ella, se
escapó y salió afuera.
13
Y aconteció que al ver ella que el manto había quedado en sus manos y que él
14
había escapado afuera, llamó a los de su casa y les habló diciendo: — ¡Mirad, nos
han traído un hebreo para que se burle de nosotros! Vino a mí para acostarse
15
conmigo, pero yo grité a gran voz. Y él, viendo que yo alzaba la voz y gritaba,
16
dejó a mi lado su manto, se escapó y salió afuera. Ella puso junto a sí el manto de
17
José hasta que su señor volvió a casa. Entonces ella le repitió a él las mismas
palabras diciendo: — El esclavo hebreo que nos trajiste vino a mí para burlarse de
18
mí. Entonces José respondió: — Esta es su interpretación: Las tres cestas son tres
19
días. Dentro de tres días el faraón quitará tu cabeza de encima de ti. Te hará
colgar en la horca, y las aves comerán tus carnes.
20
Y sucedió que al tercer día fue el cumpleaños del faraón, y él dio un banquete
a todos sus servidores. Entonces levantó la cabeza del jefe de los coperos y la
21
cabeza del jefe de los panaderos, en medio de sus servidores. Al jefe de los
coperos lo restituyó en su cargo de copero, y éste volvió a poner la copa en la mano
22
del faraón. Pero hizo ahorcar al jefe de los panaderos, como José les había
23
interpretado. Sin embargo, el jefe de los coperos no se acordó de José, sino que
se olvidó de él.
Capítulo 41
1
Aconteció después de dos años completos que el faraón tuvo un sueño: He
2
aquí que él estaba de pie junto al Nilo; y del Nilo subían siete vacas de hermoso
3
aspecto y gordas de carne, y pacían entre los juncos. Pero he aquí que otras siete
vacas salían del Nilo, detrás de ellas, de mal aspecto y flacas de carne. Estas se
4
pusieron junto a las otras vacas a la orilla del Nilo. Entonces las vacas de mal
aspecto y flacas de carne devoraron a las siete vacas de hermoso aspecto y gordas.
5
Y el faraón se despertó. Se durmió de nuevo y soñó por segunda vez; y he aquí
6
que siete espigas subieron de un solo tallo, gruesas y hermosas. Pero he aquí que
detrás de ellas brotaron otras siete espigas delgadas y quemadas por el viento del
7
oriente. Entonces las espigas delgadas devoraron a las siete espigas gruesas y
8
llenas. El faraón se despertó, y he aquí que había sido un sueño. Sucedió que por la
mañana su espíritu estaba perturbado, por lo que mandó llamar a todos los magos
de Egipto y a todos sus sabios. El faraón les contó sus sueños, pero no había quien
se los interpretase al faraón.
9
Entonces el jefe de los coperos habló al faraón diciendo: — Ahora haré
10
mención de una falta mía. El faraón se enojó contra sus siervos y me echó en la
11
cárcel de la casa del capitán de la guardia, junto con el jefe de los panaderos. En
una misma noche él y yo tuvimos un sueño, y cada sueño tenía su propia
12
interpretación. Y estaba allí con nosotros un joven hebreo, esclavo del capitán de
la guardia. Se lo contamos, y él interpretó nuestros sueños; a cada uno le interpretó
13
su propio sueño. Y aconteció que tal como él nos lo interpretó, así sucedió: A mí
14
el faraón me restableció en mi puesto y al otro lo hizo colgar. Entonces el faraón
mandó llamar a José, y le hicieron salir apresuradamente de la cárcel. Se afeitó, se
15
cambió de ropa y vino al faraón. Entonces el faraón dijo a José: — He tenido un
sueño, y no hay quien me lo interprete. Pero he oído hablar de ti, que escuchas
16
sueños y los interpretas. José respondió al faraón diciendo: — No está en mí.
Dios responderá para el bienestar del faraón.
17
Entonces el faraón dijo a José: — En mi sueño yo estaba de pie a la orilla del
Nilo. Y he aquí que del Nilo salían siete vacas gordas de carne y de hermoso
19
aspecto, y pacían entre los juncos. Pero he aquí que otras siete vacas subían
detrás de ellas, delgadas, de muy feo aspecto y flacas de carne. Jamás he visto otras
20
tan feas como aquéllas en toda la tierra de Egipto. Entonces las vacas flacas y feas
21
devoraron a las siete primeras vacas gordas. Estas entraron en su interior, pero no
parecía que hubiesen entrado en ellas, porque su apariencia seguía siendo tan mala
22
como al comienzo. Y me desperté. Vi también en mi sueño siete espigas que
23
subieron de un solo tallo, llenas y hermosas. Pero he aquí que detrás de ellas
brotaron otras siete espigas, secas, delgadas y quemadas por el viento del oriente.
24
Entonces las espigas delgadas devoraron a las siete espigas hermosas. Se lo he
25
contado a los magos, pero no hay quien me lo interprete. Entonces José
respondió al faraón: — El sueño del faraón es uno solo. Dios ha mostrado al faraón
26
lo que va a hacer: Las siete vacas hermosas son siete años; y las siete espigas
27
hermosas también son siete años. Se trata de un mismo sueño. Las siete vacas
flacas y feas que salían detrás de las primeras son siete años, y las siete espigas
28
delgadas y quemadas por el viento del oriente son siete años de hambre. Como
29
dije al faraón, Dios ha mostrado al faraón lo que va a hacer. He aquí que vienen
30
siete años de gran abundancia en toda la tierra de Egipto, pero después de ellos
vendrán siete años de hambre. Toda la abundancia anterior será olvidada en la tierra
31
de Egipto. El hambre consumirá la tierra, y aquella abundancia pasará
desapercibida en la tierra, debido al hambre que vendrá después, porque será muy
32
grave. El hecho de que el sueño del faraón haya sucedido dos veces significa que
la cosa está firmemente decidida de parte de Dios, y que Dios se apresura a
ejecutarla.
18
33
Por tanto, provéase el faraón de un hombre entendido y sabio y póngalo a
34
cargo de la tierra de Egipto. Haga esto el faraón: Ponga funcionarios a cargo del
país que recauden la quinta parte del producto de la tierra de Egipto durante los
35
siete años de abundancia. Que ellos acumulen todos los alimentos de estos años
buenos que vienen, que almacenen el trigo bajo la supervisión del faraón, y que los
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guarden en las ciudades para sustento. Sean guardados los alimentos como
reserva para el país, para los siete años de hambre que vendrán sobre la tierra de
37
Egipto. Así el país no será arruinado por el hambre. El plan le pareció bien al
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faraón y a todos sus servidores. Entonces el faraón dijo a sus servidores: —
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¿Podremos hallar otro hombre como éste, en quien esté el espíritu de Dios? El
faraón dijo a José: — Puesto que Dios te ha hecho saber todo esto, no hay nadie
40
tan entendido ni sabio como tú. Tú estarás a cargo de mi casa, y todo mi pueblo
41
será gobernado bajo tus órdenes. Solamente en el trono seré yo superior a ti. —
El faraón dijo además a José — : He aquí, yo te pongo a cargo de toda la tierra de
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Egipto. Entonces el faraón se quitó el anillo de su mano y lo puso en la mano de
José. Le vistió con vestiduras de lino fino y puso un collar de oro en su cuello.
43
Luego lo hizo subir en su segundo carro, y proclamaban delante de él: “¡Doblad la
44
rodilla!” Así lo puso a cargo de toda la tierra de Egipto, y el faraón dijo a José: —
Yo soy el faraón, y sin tu autorización ninguno alzará su mano ni su pie en toda la
45
tierra de Egipto. El faraón llamó a José Zafenat-panéaj, y le dio por mujer a
Asenat hija de Potifera, sacerdote de On. Y José salió a recorrer toda la tierra de
Egipto.
46
José tenía 30 años cuando empezó a servir al faraón, rey de Egipto. Saliendo
47
José de la presencia del faraón, recorrió toda la tierra de Egipto. La tierra produjo
48
a montones en aquellos siete años de abundancia. El juntó todas las provisiones
de aquellos siete años en la tierra de Egipto y almacenó los alimentos en las
49
ciudades, llevando a cada ciudad las provisiones de los campos cercanos. José
acumuló trigo como la arena del mar, tantísimo que dejó de calcularlo, porque era
50
incalculable. Antes del primer año de hambre, le nacieron a José dos hijos, los
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cuales le dio a luz Asenat hija de Potifera, sacerdote de On. José llamó el nombre
del primogénito Manasés, porque dijo: “Dios me ha hecho olvidar todo mi
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sufrimiento y toda la casa de mi padre.” Al segundo lo llamó Efraín, porque dijo:
53
“Dios me ha hecho fecundo en la tierra de mi aflicción.” Se terminaron los siete
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años de abundancia que hubo en la tierra de Egipto, y comenzaron a llegar los
siete años de hambre, tal como José había anunciado. Había hambre en todos los
55
países, pero en toda la tierra de Egipto había qué comer. Pero cuando el hambre
se sentía en toda la tierra de Egipto, el pueblo clamaba al faraón por alimentos.
Entonces el faraón dijo a todos los egipcios: “Id a José y haced lo que él os diga.”
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El hambre se extendió a todos los rincones del país. Entonces José abrió todos
los depósitos de grano y vendía provisiones a los egipcios, porque el hambre se
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había intensificado en la tierra de Egipto. También de todos los países venían a
Egipto para comprar provisiones a José, porque el hambre se había intensificado en
toda la tierra.
Capítulo 42
1
Viendo Jacob que había provisiones en Egipto, dijo a sus hijos: — ¿Por qué os
2
estáis mirando unos a otros? — Y añadió — : He aquí, he oído que en Egipto hay
provisiones. Descended allá y comprad para nosotros de allí, para que vivamos y no
3
muramos. Diez de los hermanos de José descendieron a comprar trigo en Egipto.
4
Pero Jacob no envió con sus hermanos a Benjamín, hermano de José, porque dijo:
5
— No suceda que le acontezca alguna desgracia. Fueron, pues, los hijos de Israel
entre los que iban a comprar provisiones, porque había hambre en la tierra de
6
Canaán. Y José era el gobernador de la tierra, el que vendía provisiones a todos
los pueblos de la tierra. Entonces llegaron los hermanos de José y se postraron ante
él con el rostro a tierra.
7
Y al ver José a sus hermanos los reconoció, pero simuló serles extraño y les
habló con dureza. Luego les preguntó: — ¿De dónde habéis venido? Ellos le
8
respondieron: — De la tierra de Canaán, para comprar alimentos. José reconoció
9
a sus hermanos, pero ellos no le reconocieron a él. Entonces José se acordó de los
sueños que había tenido acerca de ellos y les dijo: — ¡Sois espías! Para ver los
10
lugares desprotegidos del país habéis venido. Ellos le respondieron: — No, señor
11
nuestro. Tus siervos hemos venido para comprar alimentos. Todos nosotros
somos hijos de un mismo hombre. Somos hombres honestos; tus siervos no somos
12
espías. El les dijo: — No, sino que para ver los lugares desprotegidos del país
13
habéis venido. Ellos respondieron: — Tus siervos somos doce hermanos, hijos de
un mismo hombre de la tierra de Canaán; pero el menor se ha quedado ahora con
14
nuestro padre, y el otro ya no está con nosotros. José les dijo: — Eso es lo que
15
he dicho al afirmar que sois espías. En esto seréis probados: ¡Vive el faraón que
16
no saldréis de aquí, sino cuando venga aquí vuestro hermano menor! Enviad a uno
de vosotros y que traiga a vuestro hermano, y vosotros quedad presos. Así se
comprobarán vuestras palabras, si la verdad está en vosotros. Y si no, ¡vive el
17
18
faraón, que sois espías! Los puso en la cárcel por tres días, y al tercer día José
19
les dijo: — Haced esto y viviréis. Yo temo a Dios. Si sois hombres honestos,
quede preso en vuestra celda uno de vuestros hermanos. El resto id, llevad las
20
provisiones para saciar el hambre de vuestras casas. Pero habéis de traerme a
vuestro hermano menor. Así serán verificadas vuestras palabras, y no moriréis. Ellos
lo hicieron así.
21
Y se decían el uno al otro: — Verdaderamente somos culpables con respecto a
nuestro hermano, pues a pesar de ver la angustia de su alma cuando nos pedía
compasión, no le escuchamos. Por eso ha venido sobre nosotros esta desgracia.
22
Entonces Rubén les respondió diciendo: — ¿No os hablé yo, diciendo: “No pequéis
contra el muchacho”, y no me escuchasteis? He aquí, también su sangre nos es
demandada. 23 Ellos no sabían que José les entendía, porque él hablaba con ellos por
medio de un intérprete. 24 Y apartándose de ellos, lloró. Después volvió a ellos y les
habló; y tomando de entre ellos a Simeón, lo tomó preso a la vista de ellos. 25 Después
José ordenó que llenaran sus costales de trigo y que a cada uno le devolviesen su
dinero, colocándolo en su costal. También ordenó que les diesen comida para el
camino. Y así se hizo con ellos. 26 Ellos pusieron sus provisiones sobre sus asnos y se
fueron de allí. 27 Pero al abrir uno de ellos su costal en la posada, para dar comida a su
asno, vio su dinero en la boca de su costal, 28 y dijo a sus hermanos: — ¡Mi dinero me
ha sido devuelto! ¡He aquí, está en mi costal! Se les sobresaltó el corazón y temblando
se dijeron unos a otros: — ¿Qué es esto que nos ha hecho Dios ?
29
Habiendo venido a Jacob su padre, en la tierra de Canaán, le contaron todo
30
lo que les había acontecido, diciendo: — Aquel hombre, el señor de la tierra, nos
31
habló con dureza y nos tomó por espías del país. Nosotros le dijimos: “Somos
32
hombres honestos; no somos espías. Somos doce hermanos, hijos de un mismo
padre; uno ya no está con nosotros, y el menor está hoy con nuestro padre en la
33
tierra de Canaán.” Y aquel hombre, el señor de la tierra, nos dijo: “En esto
conoceré si sois hombres honestos: Dejad conmigo a uno de vuestros hermanos,
34
tomad provisiones para saciar el hambre de vuestras casas e id. Pero traedme a
vuestro hermano, el menor, para que yo sepa que no sois espías sino hombres
honestos. Entonces os devolveré a vuestro hermano, y podréis negociar en el país.”
35
Y aconteció que al vaciar ellos sus costales, he aquí en el costal de cada uno
estaba su bolsa de dinero. Al ver ellos y su padre las bolsas de dinero, tuvieron
36
temor. Entonces Jacob su padre les dijo: — Vosotros me estáis privando de mis
hijos: José ya no está con nosotros, ni Simeón tampoco. Y ahora os llevaréis a
37
Benjamín. ¡Contra mí son todas estas cosas! Rubén habló a su padre diciendo: —
Haz morir a mis dos hijos si no te lo traigo de vuelta. Entrégalo en mi mano, que yo
38
te lo traeré de vuelta. Y él dijo: — No irá mi hijo con vosotros; pues su hermano
está muerto, y sólo éste me ha quedado. Si le aconteciera alguna desgracia en el
camino por donde vais, haríais descender mis canas con dolor a la sepultura.
Capítulo 43
1
2
El hambre era grande en la tierra. Y aconteció que cuando acabaron de
consumir las provisiones que trajeron de Egipto, les dijo su padre: — Volved y
3
comprad para nosotros un poco de alimento. Y Judá le respondió diciendo: —
Aquel hombre nos advirtió enfáticamente diciendo: “No veréis mi cara a no ser que
4
vuestro hermano esté con vosotros.” Si dejas ir a nuestro hermano con nosotros,
5
iremos y te compraremos alimentos. Pero si no lo dejas ir, no iremos; porque aquel
hombre nos dijo: “No veréis mi cara a no ser que traigáis a vuestro hermano con
6
vosotros.” Y dijo Israel: — ¿Por qué me habéis hecho tanto mal, declarándole a
7
aquel hombre que teníais otro hermano? Ellos respondieron: — Aquel hombre nos
preguntó expresamente por nosotros y por nuestra familia, diciendo: “¿Vive aún
vuestro padre? ¿Tenéis algún otro hermano?” Nosotros respondimos conforme a
estas preguntas. ¿Cómo podíamos saber que nos iba a decir: “Haced venir a vuestro
8
hermano”? Entonces Judá dijo a Israel su padre: — Deja ir al muchacho conmigo.
Así nos levantaremos e iremos, para que vivamos y no muramos nosotros, tú y
9
nuestros niños pequeños. Yo saldré como fiador. A mí me pedirás cuentas de él. Si
10
no te lo traigo y lo pongo delante de ti, seré ante ti el culpable para siempre. Si no
nos hubiéramos detenido, ahora ya habríamos vuelto dos veces.
11
Entonces Israel su padre les respondió: — Si tiene que ser así, haced esto:
Tomad de lo mejor del país en vuestros equipajes y llevadlo a aquel hombre como
un presente: un poco de bálsamo, algo de miel, perfumes, mirra, nueces y almendras.
12
Tomad con vosotros el doble del dinero, y devolved personalmente el dinero que
13
os fue devuelto en la boca de vuestros costales; quizás fue un error. Tomad
14
también a vuestro hermano. Levantaos y volved a aquel hombre. ¡Que el Dios
Todopoderoso os conceda hallar misericordia delante de aquel hombre, y libere a
vuestro otro hermano y a Benjamín! Y si yo he de ser privado de mis hijos, que lo
sea.
15
Entonces los hombres tomaron el presente. Tomaron también con ellos el
doble del dinero, y a Benjamín. Se levantaron y descendieron a Egipto, y se
16
presentaron ante José. Cuando José vio a Benjamín con ellos, dijo al
administrador de su casa: — Lleva a esos hombres a casa. Mata un animal y
prepáralo, porque estos hombres comerán conmigo al mediodía.
17
18
El hombre hizo como dijo José y llevó a los hombres a la casa de José. Los
hombres tuvieron temor cuando fueron llevados a la casa de José, y decían: — Por
el dinero que fue devuelto en nuestros costales la primera vez nos han traído aquí,
para buscar ocasión contra nosotros, para caer sobre nosotros y tomarnos como
19
esclavos, junto con nuestros asnos. Entonces se acercaron al administrador de la
20
casa de José y le hablaron a la entrada de la casa, diciendo: — ¡Por favor, señor
21
mío! Nosotros en verdad vinimos la primera vez para comprar alimentos. Y
aconteció que cuando llegamos a la posada, abrimos nuestros costales, y he aquí el
dinero de cada uno estaba en la boca de su costal: nuestro dinero en su justo valor.
22
Lo hemos traído de vuelta con nosotros. También hemos traído más dinero con
nosotros para comprar alimentos. Nosotros no sabemos quién puso nuestro dinero
23
en nuestros costales. El respondió: — Paz a vosotros; no temáis. Vuestro Dios, el
Dios de vuestro padre, os puso el tesoro en vuestros costales, puesto que vuestro
24
dinero llegó a mi poder. Luego les sacó a Simeón. Así que el hombre llevó a los
hombres a la casa de José. Les dio agua, y ellos se lavaron los pies. Luego dio
25
forraje a sus asnos. Por su parte, ellos prepararon el presente mientras José venía
al mediodía, porque habían oído que iban a comer allí.
26
Cuando José llegó a casa, ellos le llevaron el presente que habían traído
27
personalmente a la casa y se postraron a tierra ante él. El les preguntó cómo
estaban y les dijo: — Vuestro padre, el anciano que mencionasteis, ¿está bien?
28
¿Vive todavía? Ellos respondieron: — Tu siervo, nuestro padre, está bien. El vive
29
todavía. Ellos se inclinaron ante él y se postraron. Y alzando sus ojos, él vio a su
hermano Benjamín, hijo de su madre. Y les preguntó: — ¿Es éste vuestro hermano
menor de quien me habíais hablado? — Y añadió — : Dios tenga misericordia de ti,
30
hijo mío. Entonces José se dio prisa, porque se conmovió profundamente a causa
31
de su hermano y estuvo a punto de llorar. Entró en su habitación y lloró allí. Luego
32
se lavó la cara, salió fuera y conteniéndose dijo: — Servid la comida. A José le
sirvieron aparte. Y sirvieron por separado a ellos y a los egipcios que habían de
comer allí, pues los egipcios no pueden comer con los hebreos, porque esto a los
33
egipcios les es una abominación. Se sentaron en su presencia de esta manera: el
primogénito de acuerdo con su rango hasta el más jóven de acuerdo con su edad. Y
34
los hombres se miraban atónitos unos a otros. El tomó porciones de delante de sí
para ellos, e hizo que la porción de Benjamín fuese cinco veces mayor que la de los
demás. También bebieron y se alegraron con él.
Capítulo 44
1
Después ordenó José al administrador de su casa diciendo: — Llena de
alimentos los costales de estos hombres, todo lo que puedan llevar. Pon el dinero de
2
cada uno en la boca de su costal. Pon también mi copa, la copa de plata, en la
boca del costal del menor, junto con el dinero de su trigo. El hizo como le dijo José.
3
4
Cuando rayó el alba, fueron despedidos los hombres con sus asnos. Cuando ellos
habían salido de la ciudad y antes de que se alejaran mucho, José dijo al que estaba
a cargo de su casa: — Levántate y sigue a esos hombres. Cuando los alcances,
diles: “¿Por qué habéis pagado mal por bien? ¿Por qué me habéis robado la copa
5
de plata? ¿No es ésta la copa que mi señor usa para beber y por la que suele
6
adivinar? Habéis actuado mal al hacer esto.” Cuando él los alcanzó, les repitió
7
estas palabras; y ellos le respondieron: — ¿Por qué dice mi señor tales cosas? ¡Tus
8
siervos jamás harían tal cosa! Si el dinero que hallamos en la boca de nuestros
costales te lo volvimos a traer desde la tierra de Canaán, ¿cómo, pues, íbamos a
9
robar plata u oro de la casa de tu señor? Aquel de tus siervos en cuyo poder sea
10
hallada la copa, que muera; y nosotros seremos esclavos de mi señor. El dijo: —
Sea también ahora conforme a lo que decís: Aquel en cuyo poder se halle será mi
11
esclavo. Los demás quedaréis libres. Entonces ellos se apresuraron a bajar a
12
tierra cada uno su costal, y cada uno abrió su costal. El buscó, comenzando por el
del mayor y terminando por el del menor, y la copa fue hallada en el costal de
13
Benjamín. Ellos rasgaron sus vestiduras, y después de cargar cada cual su asno,
14
volvieron a la ciudad. Judá vino con sus hermanos a la casa de José, quien aún
15
estaba allí, y se postraron a tierra ante él. Y José les dijo: — ¿Qué es esto que
habéis hecho? ¿No sabéis que un hombre como yo ciertamente sabe adivinar?
16
Entonces dijo Judá: — ¿Qué podemos decir a mi señor? ¿Qué hablaremos?
¿Con qué nos justificaremos? Dios ha descubierto la culpa de tus siervos. He aquí,
somos esclavos de mi señor, tanto nosotros como aquel en cuyo poder fue hallada la
17
copa. El respondió: — ¡Nunca haga yo tal cosa! Aquel en cuyo poder fue hallada
la copa será mi esclavo. Los demás volveos en paz a vuestro padre.
18
Entonces Judá se acercó a él y le dijo: — ¡Ay, señor mío! Permite que hable
tu siervo una palabra a oídos de mi señor. No se encienda tu ira contra tu siervo,
19
puesto que tú eres como el mismo faraón. Mi señor preguntó a sus siervos
20
diciendo: “¿Tenéis padre o hermano?” Y nosotros respondimos a mi señor:
“Tenemos un padre anciano y un muchacho pequeño que le nació en su vejez. Un
21
hermano suyo murió. Sólo él ha quedado de su madre, y su padre lo ama.” Tú
22
dijiste a tus siervos: “Traédmelo para que lo vea.” Y nosotros dijimos a mi señor:
23
“El joven no puede dejar a su padre; porque si le deja, su padre morirá.” Y dijiste
a tus siervos: “Si vuestro hermano menor no viene con vosotros, no veréis más mi
24
cara.” Aconteció, pues, que cuando fuimos a tu siervo, mi padre, le contamos las
25
palabras de mi señor. Y nuestro padre dijo: “Volved a comprarnos un poco más
26
de alimentos.” Nosotros respondimos: “No podemos ir, a menos que nuestro
hermano menor vaya con nosotros. Porque no podemos ver la cara de aquel
27
hombre si nuestro hermano menor no está con nosotros.” Entonces tu siervo, mi
28
padre, nos dijo: “Vosotros sabéis que mi mujer me dio dos hijos, y que uno de
ellos partió de mi presencia y pienso que de cierto fue despedazado, pues hasta
29
ahora no lo he vuelto a ver. Si tomáis también a éste de mi presencia y le acontece
30
alguna desgracia, haréis descender mis canas con aflicción a la sepultura.” Ahora
pues, cuando llegue yo a tu siervo, mi padre, si el joven no está conmigo, como su
31
vida está tan ligada a la de él, sucederá que cuando vea que no está con nosotros
el muchacho, morirá. Así tus siervos habremos hecho descender las canas de tu
32
siervo, nuestro padre, con dolor, a la sepultura. Como tu siervo salió por fiador
del joven ante mi padre, diciendo: “Si no te lo traigo de vuelta, entonces yo seré
33
culpable ante mi padre para siempre”, permite ahora que tu siervo quede como
esclavo de mi señor en lugar del muchacho, y que el muchacho regrese con sus
34
hermanos. Porque, ¿cómo volveré yo a mi padre si el muchacho no está conmigo?
¡No podré, para no ver la desgracia que sobrevendrá a mi padre!
Capítulo 45
1
José ya no podía contenerse más delante de todos los que estaban en su
presencia, y gritó: — ¡Que salgan todos de mi presencia! Nadie quedó con él
2
cuando se dio a conocer a sus hermanos. Entonces se puso a llorar a gritos, y lo
3
oyeron los egipcios. Y fue oído también en la casa del faraón. José dijo a sus
hermanos: — Yo soy José. ¿Vive aún mi padre? Sus hermanos no pudieron
4
responderle, porque estaban aterrados delante de él. Entonces José dijo a sus
hermanos: — Acercaos a mí, por favor. Ellos se acercaron, y él les dijo: — Yo soy
5
José vuestro hermano, el que vendisteis para Egipto. Ahora pues, no os
entristezcáis ni os pese el haberme vendido acá, porque para preservación de vida
6
me ha enviado Dios delante de vosotros. Ya han transcurrido dos años de hambre
en medio de la tierra, y todavía quedan cinco años en que no habrá ni siembra ni
7
siega. Pero Dios me ha enviado delante de vosotros para preservaros posteridad
8
en la tierra, y para daros vida mediante una gran liberación. Así que no me
enviasteis vosotros acá, sino Dios, que me ha puesto como protector del faraón,
como señor de toda su casa y como gobernador de toda la tierra de Egipto.
9
Apresuraos, id a mi padre y decidle: “Así dice tu hijo José: ‘Dios me ha puesto
10
como señor de todo Egipto. Ven a mí; no te detengas. Habitarás en la zona de
Gosén, y estarás cerca de mí, tú, tus hijos, los hijos de tus hijos, tus rebaños, tus
11
vacas y todo lo que tienes. Allí proveeré para ti, pues todavía faltan cinco años de
12
hambre; para que no perezcáis de necesidad tú, tu casa y todo lo que tienes.’” He
aquí que vuestros ojos y los ojos de mi hermano Benjamín ven que es mi boca la
13
que os habla. Informad a mi padre acerca de toda mi gloria en Egipto y de todo lo
14
que habéis visto. Apresuraos y traed a mi padre acá. Entonces se echó sobre el
cuello de Benjamín su hermano y lloró. También Benjamín lloró sobre su cuello.
15
Besó a todos sus hermanos y lloró sobre ellos. Después de esto, sus hermanos
hablaron con él.
16
Se oyó la noticia en el palacio del faraón: “Los hermanos de José han venido.”
17
Esto agradó al faraón y a sus servidores, y el faraón dijo a José: — Di a tus
hermanos: “Haced lo siguiente: Cargad vuestros animales y volved a la tierra de
18
Canaán. Tomad a vuestro padre y a vuestras familias y venid a mí. Yo os daré lo
19
mejor de la tierra de Egipto, y comeréis sus productos más preciados.” Y tú dales
la orden siguiente: “Haced esto: Tomad de la tierra de Egipto carretas para vuestros
20
niños y para vuestras mujeres. Y tomad a vuestro padre y venid. No echéis de
menos vuestras pertenencias, porque lo mejor de toda la tierra de Egipto será
21
vuestro.” Así lo hicieron los hijos de Israel. José les dio carretas, conforme a las
22
órdenes del faraón, y les dio provisiones para el camino. A cada uno de ellos les
dio un vestido nuevo; y a Benjamín le dio 300 piezas de plata y 5 vestidos nuevos.
23
Para su padre envió lo siguiente: 10 asnos cargados de lo mejor de Egipto y 10
asnas cargadas de trigo, pan y otros alimentos para su padre, para el camino.
24
Cuando despidió a sus hermanos, y ellos se iban, José les dijo: — No riñáis en el
camino.
25
26
Subieron de Egipto y llegaron a la tierra de Canaán, a su padre Jacob. Y le
dieron la noticia diciendo: — ¡José vive aún! El es el gobernador de toda la tierra de
27
Egipto. Pero él se quedó pasmado, porque no les podía creer. Ellos le contaron
todas las cosas que José les había dicho. Y al ver las carretas que José enviaba para
28
llevarlo, el espíritu de Jacob su padre revivió. Entonces dijo Israel: — Basta.
¡José, mi hijo, vive todavía! Iré y le veré antes de que yo muera.
Capítulo 46
1
Así partió Israel con todo lo que tenía y llegó a Beerseba, donde ofreció
2
sacrificios al Dios de su padre Isaac. Y Dios habló a Israel en visiones de noche y
3
le dijo: — Jacob, Jacob. Y él respondió: — Heme aquí. Le dijo: — Yo soy Dios,
el Dios de tu padre. No temas descender a Egipto, porque allí yo haré de ti una gran
4
nación. Yo descenderé contigo a Egipto y ciertamente yo también te haré subir de
allí. Y la mano de José cerrará tus ojos.
5
Partió Jacob de Beerseba, y los hijos de Israel hicieron subir a su padre Jacob,
a sus niños y a sus mujeres en las carretas que el faraón había enviado para llevarlo.
6
Tomaron también sus ganados y sus posesiones que habían adquirido en la tierra
7
de Canaán. Fueron a Egipto Jacob y toda su descendencia con él. Llevó consigo a
Egipto a toda su descendencia: a sus hijos y a los hijos de sus hijos, a sus hijas y a
8
las hijas de sus hijos. Estos son los nombres de los hijos de Israel que entraron en
9
Egipto: Jacob y sus hijos: Rubén, el primogénito de Jacob; y los hijos de Rubén:
10
Hanoc, Falú, Hesrón y Carmi. Los hijos de Simeón: Jemuel, Jamín, Ohad, Jaquín,
11
Zojar y Saúl, hijo de la cananea. Los hijos de Leví: Gersón, Cohat y Merari.
12
Los hijos de Judá: Er, Onán, Sela, Fares y Zéraj. (Er y Onán habían muerto en la
13
tierra de Canaán.) Los hijos de Fares fueron Hesrón y Hamul. Los hijos de Isacar:
14
15
Tola, Fúa, Jasub y Simrón. Los hijos de Zabulón: Sered, Elón y Yajleel. Estos
fueron los hijos de Lea, que dio a luz a Jacob en Padan-aram, y su hija Dina. El total
16
de las personas de sus hijos y de sus hijas era treinta y tres. Los hijos de Gad:
17
Zifión, Hagui, Suni, Ezbón, Eri, Arodi y Areli. Los hijos de Aser: Imna, Isva, Isvi,
18
Bería y su hermana Sera. Los hijos de Bería fueron Heber y Malquiel. Estos
fueron los hijos de Zilpa, sierva que Labán dio a su hija Lea, y que dio a luz estos
19
hijos a Jacob: dieciséis personas. Los hijos de Raquel, mujer de Jacob, fueron
20
José y Benjamín. A José le nacieron, en la tierra de Egipto, Manasés y Efraín, que
21
le dio a luz Asenat, hija de Potifera, sacerdote de On. Los hijos de Benjamín
fueron: Bela, Bequer, Asbel, Gera, Naamán, Eji, Ros, Mupim, Hupim y Ard.
22
Estos fueron los hijos de Raquel que le nacieron a Jacob: catorce personas en
23
24
total. Los hijos de Dan: Husim. Los hijos de Neftalí: Yajzeel, Guni, Jezer y
25
Silem. Estos fueron los hijos de Bilha, la que Labán dio a su hija Raquel, y dio a
26
luz estos hijos a Jacob: siete personas en total. Todas las personas que fueron con
Jacob a Egipto, sus descendientes directos, sin contar las mujeres de los hijos de
27
Jacob, todas las personas fueron sesenta y seis. Los hijos de José que le nacieron
en Egipto, fueron dos; así todos los miembros de la familia de Jacob que entraron en
Egipto fueron setenta.
28
Entonces Jacob envió a Judá delante de él a llamar a José para que viniese a
29
encontrarle en Gosén. Mientras tanto, ellos llegaron a la tierra de Gosén. José hizo
preparar su carro y fue a Gosén para recibir a Israel su padre. El se dio a conocer, y
30
echándose sobre su cuello lloró mucho tiempo sobre su cuello. Entonces Israel
dijo a José: — ¡Ahora ya puedo morir, puesto que he visto tu cara, y que vives
31
todavía! Después José dijo a sus hermanos y a la familia de su padre: — Subiré y
lo haré saber al faraón. Le diré: “Mis hermanos y la familia de mi padre que estaban
32
en la tierra de Canaán han venido a mí. Los hombres son pastores de ovejas,
porque poseen ganados. Han traído sus ovejas y sus vacas y todo lo que tienen.”
33
34
Cuando el faraón os llame y os diga: “¿Cuál es vuestro oficio?”, entonces le
diréis: “Tus siervos hemos sido hombres de ganadería desde nuestra juventud hasta
ahora, lo mismo nosotros que nuestros padres.” Esto diréis para que habitéis en la
tierra de Gosén, porque los egipcios abominan a todo pastor de ovejas.
Capítulo 47
1
José fue y lo hizo saber al faraón diciendo: — Mi padre y mis hermanos, con
sus ovejas y sus vacas y todo lo que tienen, han venido de la tierra de Canaán, y he
2
aquí que están en la tierra de Gosén. Luego tomó a cinco de entre sus hermanos y
3
los presentó ante el faraón. Y el faraón preguntó a sus hermanos: — ¿Cuál es
vuestro oficio? Ellos respondieron al faraón: — Tus siervos somos pastores de
4
ovejas, lo mismo nosotros que nuestros padres. — Dijeron, además, al faraón — :
Hemos venido para residir en esta tierra, porque no hay pasto para las ovejas de tus
siervos y el hambre en la tierra de Canaán es grave. Por eso, permite que tus siervos
5
habiten en la tierra de Gosén. Entonces el faraón habló a José diciendo: — Tu
6
padre y tus hermanos han venido a ti; la tierra de Egipto está delante de ti. En lo
mejor de la tierra haz habitar a tu padre y a tus hermanos; habiten en la tierra de
Gosén. Y si juzgas que hay entre ellos hombres aptos, ponlos como mayorales de mi
7
ganado. Después José trajo a su padre Jacob y se lo presentó al faraón. Jacob
8
9
bendijo al faraón. Y el faraón preguntó a Jacob: — ¿Cuántos años tienes? Y
Jacob respondió al faraón: — Los años de mi peregrinación son 130 años. Pocos y
malos son los años de mi vida, y no alcanzan al número de los años de la vida de mis
10
padres en su peregrinación. Jacob bendijo al faraón; después salió de su
11
presencia. Así José hizo habitar a su padre y a sus hermanos, y les dio posesión
en la tierra de Egipto, en lo mejor de la tierra, en la tierra de Ramesés, como mandó
12
el faraón. Y José proveía de alimentos a su padre, a sus hermanos y a toda la casa
de su padre, según el número de los niños pequeños.
13
Ya no había alimentos en toda la tierra; y el hambre se había agravado, por lo
que desfallecía de hambre tanto la tierra de Egipto como la tierra de Canaán.
14
Entonces José recaudó todo el dinero que se hallaba en la tierra de Egipto y en la
tierra de Canaán, a cambio de los alimentos que le compraban, y trajo José el dinero
15
al palacio del faraón. Y cuando se acabó el dinero en la tierra de Egipto y en la
tierra de Canaán, todo Egipto vino a José diciendo: — Danos de comer. ¿Por qué
16
hemos de morir en tu presencia por habérsenos terminado el dinero? José les dijo:
— Dad vuestros ganados. Si se os ha terminado el dinero, yo os daré alimentos a
17
cambio de vuestros ganados. Ellos llevaron sus ganados a José. Y José les dio
alimentos a cambio de los caballos, el ganado ovejuno, el ganado vacuno y los
18
asnos. Aquel año les proveyó alimento a cambio de todos sus ganados. Cuando
se acabó aquel año, fueron a él el segundo año y le dijeron: — No necesitamos
encubrir a nuestro señor que se ha acabado el dinero y que el ganado ya es de
nuestro señor. Nada ha quedado delante de nuestro señor, excepto nuestros
19
cuerpos y nuestras tierras. ¿Por qué hemos de perecer en tu presencia, tanto
nosotros como nuestras tierras? Cómpranos a nosotros y nuestras tierras a cambio
de alimentos, y nosotros y nuestras tierras seremos siervos del faraón. Sólo danos
semillas para que sobrevivamos y no muramos, y que la tierra no quede desolada.
20
Así compró José toda la tierra de Egipto para el faraón, porque los egipcios
vendieron cada uno su tierra, ya que el hambre se había agravado sobre ellos. Así la
21
tierra vino a ser del faraón. Y él redujo al pueblo a servidumbre, desde un
22
extremo a otro del territorio de Egipto. Solamente no compró la tierra de los
sacerdotes, porque los sacerdotes tenían ración de parte del faraón. Como ellos
comían de la ración que les daba el faraón, por eso no tuvieron que vender sus
23
tierras. Entonces José dijo al pueblo: — He aquí, hoy os he comprado, para el
24
faraón, a vosotros y vuestras tierras. Aquí tenéis semilla; sembrad la tierra. Y
sucederá que de los productos daréis la quinta parte al faraón. Las cuatro partes
serán vuestras para sembrar las tierras, para vuestro sustento, para los que están en
25
vuestras casas y para que coman vuestros niños. Ellos respondieron: — ¡Nos has
dado la vida! Hallemos gracia ante los ojos de nuestro señor y seremos siervos del
26
faraón. Entonces José instituyó como ley en la tierra de Egipto, hasta el día de
hoy, que la quinta parte pertenece al faraón. Solamente la tierra de los sacerdotes no
llegó a ser del faraón.
27
Habitó, pues, Israel en la tierra de Egipto, en la tierra de Gosén, y se
28
establecieron en ella. Allí fueron fecundos y se multiplicaron mucho. Jacob vivió en
la tierra de Egipto 17 años; y los días de Jacob, los años de su vida, fueron 147
29
años. Cuando se acercó el día de la muerte de Israel, éste llamó a su hijo José y le
dijo: — Si he hallado gracia ante tus ojos, por favor, pon tu mano debajo de mi
muslo y muéstrame misericordia y verdad; te ruego que no me sepultes en Egipto,
30
sino que cuando repose con mis padres, me llevarás de Egipto y me sepultarás en
31
el sepulcro de ellos. José respondió: — Yo haré como tú dices. Y él dijo: —
¡Júramelo! El se lo juró. Entonces Israel se postró sobre la cabecera de la cama.
Capítulo 48
1
Sucedió que después de estas cosas se le informó a José: “He aquí, tu padre
2
está enfermo.” Entonces él tomó consigo a sus dos hijos, Manasés y Efraín. Y se lo
comunicaron a Jacob diciendo: — He aquí que tu hijo José ha venido a ti. Entonces
3
Israel se esforzó y se sentó sobre la cama. Y Jacob dijo a José: — El Dios
Todopoderoso se me apareció en Luz, en la tierra de Canaán y me bendijo
4
diciéndome: “He aquí, yo te haré fecundo y te multiplicaré, y haré que llegues a ser
una multitud de naciones. Yo daré esta tierra como posesión perpetua a tu
5
descendencia después de ti.” Y ahora, tus dos hijos, Efraín y Manasés, que te
nacieron en la tierra de Egipto antes de que yo viniese a ti en la tierra de Egipto,
6
serán míos; como Rubén y Simeón serán míos. Pero tus descendientes que
engendres después de ellos serán tuyos, y en sus heredades serán llamados según el
7
nombre de sus hermanos. Porque cuando yo venía de Padan-aram, se me murió
Raquel en la tierra de Canaán, en el camino, a corta distancia de Efrata; y allí la
sepulté en el camino de Efrata, es decir, de Belén.
8
Entonces Israel vio a los hijos de José y preguntó: — ¿Quiénes son éstos?
José respondió a su padre: — Son mis hijos, que Dios me ha dado aquí. Y él dijo:
10
— Por favor, acércamelos para que los bendiga. Los ojos de Israel estaban tan
debilitados por la vejez que no podía ver. Hizo, pues, que ellos se acercaran a él; y
11
él los besó y los abrazó. Y dijo Israel a José: — Yo no esperaba ver tu cara, ¡y
12
he aquí que Dios me ha hecho ver también a tus hijos! Entonces José los apartó
13
de entre sus rodillas, y se postró con su rostro a tierra. Luego tomó José a ambos:
a Efraín a su derecha (a la izquierda de Israel), y a Manasés a su izquierda (a la
14
derecha de Israel); y los acercó a él. Luego Israel extendió su mano derecha y la
9
puso sobre la cabeza de Efraín, que era el menor, y su izquierda la puso sobre la
cabeza de Manasés, cruzando sus manos a propósito, a pesar de que el primogénito
15
era Manasés. Y bendijo a José diciendo: — El Dios en cuya presencia anduvieron
mis padres Abraham e Isaac, el Dios que me pastorea desde que nací hasta el día
16
de hoy, el Angel que me redime de todo mal, bendiga a estos jóvenes. Sean ellos
llamados por mi nombre y por los nombres de mis padres Abraham e Isaac, y
17
multiplíquense abundantemente en medio de la tierra. Al ver José que su padre
ponía su mano derecha sobre la cabeza de Efraín, le pareció mal, y tomó la mano de
18
su padre para pasarla de la cabeza de Efraín a la cabeza de Manasés. José dijo a
su padre: — Así no, padre mío, porque éste es el primogénito. Pon tu diestra sobre
19
su cabeza. Pero su padre rehusó y dijo: — Lo sé, hijo mío, lo sé. También él
llegará a ser un pueblo y también será engrandecido. Pero su hermano menor será
20
más grande que él, y sus descendientes llegarán a ser una multitud de naciones. Y
los bendijo aquel día diciendo: — Israel bendecirá en vuestro nombre, diciendo:
“Dios te haga como a Efraín y como a Manasés.” Así nombró a Efraín antes que a
21
Manasés. Luego Israel dijo a José: — He aquí yo estoy a punto de morir, pero
22
Dios estará con vosotros y os hará volver a la tierra de vuestros padres. Yo te
doy a ti una parte más que a tus hermanos, la cual yo tomé de mano del amorreo
con mi espada y con mi arco.
Capítulo 49
1
Entonces Jacob llamó a sus hijos y les dijo: “Reuníos, y os declararé lo que os
2
ha de acontecer en los días postreros. Reuníos y escuchad, hijos de Jacob;
3
escuchad a vuestro padre Israel: “ Rubén, mi primogénito: Tú eres mi fortaleza y el
4
principio de mi vigor; principal en dignidad y principal en poder. Porque fuiste
inestable como el agua, no serás el principal. Porque subiste a la cama de tu padre, y
al subir a mi lecho lo profanaste.
5“
6
Simeón y Leví son hermanos; sus armas son instrumentos de violencia. No
participe mi alma en su consejo, ni mi honor se adhiera a su asamblea. Porque en su
7
furor mataron hombres, y en su desenfreno lisiaron bueyes. Maldito sea su furor,
porque fue fiero, y su ira, porque fue cruel. Yo los dispersaré en Jacob, y los
esparciré en Israel.
8“
Judá, tus hermanos te alabarán. Tu mano estará sobre el cuello de tus
9
enemigos, y los hijos de tu padre se postrarán ante ti. Eres un cachorro de león, oh
Judá; vuelves de cazar, hijo mío. Se agacha y se recuesta cual león; y como leona,
10
¿quién lo despertará? El cetro no será quitado de Judá, ni la vara de autoridad de
entre sus pies, hasta que venga Siloh; y le obedecerán los pueblos. 11 Atando a la vid su
borriquillo y a la cepa la cría de su asna, lava en vino su vestidura y en sangre de uvas
su manto. 12 Sus ojos están brillantes por el vino, y sus dientes blancos por la leche .
13 “
Zabulón habitará las costas de los mares. Será puerto de navíos, y su
14
extremo llegará hasta Sidón. “ Isacar es un asno de fuertes huesos, echado entre
15
dos alforjas. Vio que el lugar de descanso era bueno y que la tierra era placentera,
16
e inclinó sus hombros para cargar y se sometió al tributo laboral. “ Dan juzgará a
17
su pueblo como una de las tribus de Israel. Dan será como serpiente junto al
camino, como víbora junto al sendero, que muerde los cascos del caballo de modo
18
19
que su jinete caiga hacia atrás. “ ¡Espero tu salvación, oh Jehovah! “ Gad: Un
20
batallón lo atacará; pero él les atacará por su espalda. “ Aser: Sus alimentos son
21
suculentos; él producirá manjares dignos de un rey. “ Neftalí es una venada suelta
que tendrá hermosos venaditos.
22 “
José es un retoño fructífero, retoño fructífero junto a un manantial; sus ramas
23
trepan sobre el muro. Los arqueros le causaron amargura; le fueron hostiles los
24
flecheros. Pero su arco permaneció firme, y sus brazos se hicieron ágiles, por las
25
manos del Fuerte de Jacob; por el nombre del Pastor, la Roca de Israel; por el
Dios de tu padre, el cual te ayudará; y por el Todopoderoso, quien te bendecirá:
con bendiciones del cielo arriba, con bendiciones del océano que se extiende abajo;
26
con bendiciones de los senos y de la matriz. Las bendiciones de tu padre
sobrepasan a las de las montañas eternas, y a los deleites de las colinas antiguas. Sean
sobre la cabeza de José, sobre la coronilla del príncipe de sus hermanos. 27 “ Benjamín
es un lobo rapaz: Por la mañana come la presa, y al atardecer reparte el botín.”
28
Todos éstos llegaron a ser las doce tribus de Israel, y esto fue lo que su padre
29
les dijo al bendecirlos; a cada uno lo bendijo con su respectiva bendición. Luego
les mandó diciendo: “Yo voy a ser reunido con mi pueblo. Sepultadme con mis
30
padres en la cueva que está en el campo de Efrón el heteo; en la cueva que está
en el campo de Macpela, frente a Mamre, en la tierra de Canaán, la cual compró
31
Abraham a Efrón el heteo, junto con el campo, para posesión de sepultura. Allí
sepultaron a Abraham y a Sara su mujer, allí sepultaron a Isaac y a Rebeca su
32
mujer, y allí sepulté yo a Lea. El campo y la cueva que está en él fueron
33
adquiridos de los hijos de Het.” Cuando acabó de dar instrucciones a sus hijos,
recogió sus pies en la cama y expiró. Y fue reunido con sus padres.
Capítulo 50
1
Entonces José se echó sobre la cara de su padre, lloró sobre él y lo besó.
José mandó a sus servidores, los médicos, que embalsamaran a su padre, y los
3
médicos embalsamaron a Israel. Cumplieron con él cuarenta días, tiempo que
duraba el proceso de embalsamamiento, y los egipcios guardaron luto por él setenta
4
días. Y pasados los días de su duelo, José habló a los de la casa del faraón
diciendo: — Si he hallado gracia ante vuestros ojos, por favor, haced llegar a oídos
5
del faraón lo siguiente: “ Mi padre me hizo jurar diciendo: ‘He aquí, que yo voy a
morir; en el sepulcro que cavé para mí en la tierra de Canaán, allí me sepultarás.’
6
Permite, pues, que suba yo ahora, sepulte a mi padre y regrese.” El faraón le
respondió: — Sube y sepulta a tu padre, como él te hizo jurar.
2
7
Entonces José subió a sepultar a su padre. Y con él subieron todos los
servidores del faraón, los dignatarios de su corte y todos los dignatarios de la tierra
8
de Egipto, toda la familia de José, sus hermanos y la familia de su padre. Solamente
9
dejaron en la tierra de Gosén a sus niños, sus ovejas y sus vacas. Subieron también
10
con él carros y gente de a caballo, formando un numeroso cortejo. Llegaron hasta
la era de Atad, que estaba al otro lado del Jordán, y allí tuvieron una lamentación
11
grande y muy fuerte. José hizo duelo por su padre durante siete días. Al ver los
habitantes de la tierra, los cananeos, el duelo en la era de Atad, dijeron: “¡Grande es
este duelo de los egipcios!” Por eso fue llamado Abel-mizraim el nombre de ese
12
lugar, que está al otro lado del Jordán. Hicieron, pues, sus hijos con él, según les
13
había mandado Jacob. Sus hijos lo llevaron a la tierra de Canaán y lo sepultaron
en la cueva del campo de Macpela, frente a Mamre, la cual, junto con el campo,
Abraham había comprado a Efrón el heteo, como una propiedad para sepultura.
14
Después que había sepultado a su padre, José volvió a Egipto junto con sus
hermanos y todos los que fueron con él para sepultar a su padre.
15
Y viendo los hermanos de José que su padre había muerto, dijeron: — Quizás
16
José nos tenga rencor y nos devuelva todo el mal que le ocasionamos. Y enviaron
17
a decir a José: — Tu padre nos mandó antes de su muerte que te dijéramos: “ Así
diréis a José: ‘Por favor, perdona la maldad de tus hermanos y su pecado, porque te
trataron mal.’” Por eso, te rogamos que perdones la maldad de los siervos del Dios
18
de tu padre. José lloró mientras le hablaban. Entonces lloraron también sus
hermanos, y postrándose delante de él le dijeron: — Aquí nos tienes como siervos
19
tuyos. Pero José les respondió: — No temáis. ¿Estoy yo acaso en el lugar de
20
Dios? Vosotros pensasteis hacerme mal, pero Dios lo encaminó para bien, para
21
hacer lo que vemos hoy: mantener con vida a un pueblo numeroso. Ahora pues,
no tengáis miedo. Yo os sustentaré a vosotros y a vuestros hijos. Así les confortó y
les habló al corazón.
22
23
José se quedó en Egipto con la familia de su padre. José vivió 110 años, y
vio José a los hijos de Efraín hasta la tercera generación. También cuando nacieron
los hijos de Maquir hijo de Manasés fueron puestos sobre las rodillas de José.
24
Luego José dijo a sus hermanos: — Yo voy a morir, pero Dios ciertamente os
visitará con su favor y os hará subir de esta tierra a la tierra que juró dar a Abraham,
25
a Isaac y a Jacob. Entonces José hizo jurar a los hijos de Israel, diciendo: —
Ciertamente Dios vendrá en vuestra ayuda; entonces vosotros haréis llevar de aquí
26
mis restos. José murió a la edad de 110 años, y lo embalsamaron y lo pusieron en
un ataúd en Egipto.
ÉXODO
Capítulo 1
1
Estos son los nombres de los hijos de Israel que entraron en Egipto con Jacob,
2
3
cada uno con su familia: Rubén, Simeón, Leví, Judá, Isacar, Zabulón, Benjamín,
4
5
Dan, Neftalí, Gad y Aser. Todas las personas descendientes directos de Jacob
6
eran setenta. José ya estaba en Egipto. Murieron José y sus hermanos, y toda
7
aquella generación. Pero los hijos de Israel fueron fecundos y se hicieron muy
numerosos; se multiplicaron y llegaron a ser muy poderosos. Y la tierra estaba llena
de ellos.
8
Después se levantó un nuevo rey en Egipto que no había conocido a José, el
9
cual dijo a su pueblo: “ He aquí, el pueblo de los hijos de Israel es más numeroso y
10
fuerte que nosotros. Procedamos astutamente con él para que no se multiplique;
no suceda que, en caso de guerra, también se una a nuestros enemigos, luche contra
11
nosotros y se vaya del país.” Entonces les impusieron jefes de tributo laboral que
los oprimiesen con sus cargas, y edificaron para el faraón las ciudades almacenes de
12
Pitón y Ramesés. Pero cuanto más los oprimían, tanto más se multiplicaban y se
propagaban, de manera que los egipcios se alarmaron a causa de los hijos de Israel.
13
14
Entonces los egipcios los hicieron trabajar con dureza, y amargaron sus vidas
con el pesado trabajo de hacer barro y adobes, aparte de todo trabajo en el campo;
y en todos los tipos de trabajo les trataban con dureza.
15
También el rey de Egipto habló a las parteras de las hebreas, una de las
16
cuales se llamaba Sifra y la otra Fúa, y les dijo: — Cuando asistáis a las mujeres
hebreas a dar a luz y veáis en la silla de parto que es niño, matadlo; pero si es niña,
17
dejadla vivir. Pero las parteras temían a Dios y no hicieron como el rey de Egipto
18
les mandó, sino que dejaban con vida a los niños varones. Entonces el rey de
Egipto hizo llamar a las parteras y les dijo: — ¿Por qué habéis hecho esto de dejar
19
con vida a los niños varones? Las parteras respondieron al faraón: — Las mujeres
hebreas no son como las egipcias. Ellas son vigorosas y dan a luz antes de que llegue
20
a ellas la partera. Dios favoreció a las parteras, y el pueblo se multiplicó y se
21
fortaleció muchísimo. Y sucedió que, porque las parteras tuvieron temor de Dios,
22
él también les dio a ellas su propia familia. Entonces el faraón mandó a decir a
todo su pueblo: “Echad al Nilo a todo niño que nazca, pero a toda niña conservadle
la vida.”
Capítulo 2
1
2
Cierto hombre de la tribu de Leví tomó por esposa a una mujer levita. Esta
concibió y dio a luz un niño; y al ver que era hermoso, lo tuvo escondido durante
3
tres meses. No pudiendo ocultarlo más tiempo, tomó una arquilla de juncos y la
recubrió con asfalto y brea. Colocó en ella al niño y lo puso entre los juncos a la
4
orilla del Nilo. Su hermana se mantuvo a distancia para ver lo que le acontecería.
5
Entonces la hija del faraón descendió al Nilo para bañarse. Y mientras sus
doncellas se paseaban por la ribera del Nilo, ella vio la arquilla entre los juncos y
6
envió a una sierva suya para que la tomase. Cuando la abrió, vio al niño; y he aquí
que el niño lloraba. Y teniendo compasión de él, dijo: — Este es un niño de los
7
hebreos. Entonces la hermana del niño preguntó a la hija del faraón: — ¿Iré a
8
llamar una nodriza de las hebreas para que te críe al niño? La hija del faraón
9
respondió: — Vé. Entonces la muchacha fue y llamó a la madre del niño. Y la hija
del faraón le dijo: — Llévate a este niño y críamelo. Yo te lo pagaré. La mujer tomó
10
al niño y lo crió. Cuando el niño creció, ella se lo llevó a la hija del faraón. El vino
a ser para ella su hijo, y ella le puso por nombre Moisés, diciendo: “Porque de las
aguas lo saqué.”
11
Aconteció cierto día, cuando Moisés había crecido, que fue a sus hermanos y
les vio en sus duras tareas. Entonces vio a un egipcio que golpeaba a uno de los
12
hebreos, sus hermanos. El miró a uno y otro lado, y viendo que no había nadie,
13
mató al egipcio y lo escondió en la arena. Al día siguiente salió otra vez, y he aquí
que dos hebreos se estaban peleando. Entonces dijo al culpable: — ¿Por qué
14
golpeas a tu prójimo? Y él le respondió: — ¿Quién te ha puesto a ti por jefe y
juez sobre nosotros? ¿Acaso piensas matarme como mataste al egipcio? Entonces
15
Moisés tuvo miedo y pensó: “Ciertamente el asunto ya es conocido.” Cuando el
faraón se enteró de este hecho, procuró matar a Moisés. Pero Moisés huyó de la
presencia del faraón y se fue a la tierra de Madián, y se sentó junto a un pozo.
16
El sacerdote de Madián tenía siete hijas, quienes fueron a sacar agua para
17
llenar los abrevaderos y dar de beber a las ovejas de su padre. Pero vinieron unos
pastores y las echaron. Entonces Moisés se levantó y las defendió, y dio de beber a
18
sus ovejas. Cuando ellas volvieron a Reuel su padre, él les preguntó: — ¿Por qué
19
habéis vuelto tan pronto hoy? Ellas le respondieron: — Un hombre egipcio nos
libró de mano de los pastores, y también nos sacó agua y dio de beber a las ovejas.
20
El preguntó a sus hijas: — ¿Y dónde está? ¿Por qué habéis abandonado a este
21
hombre? Llamadlo para que coma algo. Moisés aceptó vivir con aquel hombre, y
22
él dio su hija Séfora a Moisés. Ella dio a luz un hijo; y él le puso por nombre
Gersón, porque dijo: “Fui forastero en tierra extranjera.”
23
Aconteció después de muchos años que el rey de Egipto murió. Los hijos de
Israel gemían a causa de la esclavitud y clamaron a Dios, y el clamor de ellos a
24
causa de su esclavitud subió a Dios. Dios oyó el gemido de ellos y se acordó de
25
su pacto con Abraham, con Isaac y con Jacob. Dios miró a los hijos de Israel y
reconoció su condición.
Capítulo 3
1
Apacentando Moisés las ovejas de su suegro Jetro, sacerdote de Madián, guió
2
las ovejas más allá del desierto y llegó a Horeb, el monte de Dios. Entonces se le
apareció el ángel de Jehovah en una llama de fuego en medio de una zarza. El
observó y vio que la zarza ardía en el fuego, pero la zarza no se consumía.
3
Entonces Moisés pensó: “Iré, pues, y contemplaré esta gran visión; por qué la
4
zarza no se consume.” Cuando Jehovah vio que él se acercaba para mirar, lo llamó
desde en medio de la zarza diciéndole: — ¡Moisés, Moisés! Y él respondió: —
5
Heme aquí. Dios le dijo: — No te acerques aquí. Quita las sandalias de tus pies,
6
porque el lugar donde tú estás tierra santa es. Yo soy el Dios de tus padres: el Dios
de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob. Entonces Moisés cubrió su cara,
porque tuvo miedo de mirar a Dios.
7
Y le dijo Jehovah: — Ciertamente he visto la aflicción de mi pueblo que está en
Egipto, y he oído su clamor a causa de sus opresores, pues he conocido sus
8
sufrimientos. Yo he descendido para librarlos de la mano de los egipcios y para
sacarlos de aquella tierra a una tierra buena y amplia, una tierra que fluye leche y
9
miel, al lugar de los cananeos, heteos, amorreos, ferezeos, heveos y jebuseos. Y
ahora, he aquí que el clamor de los hijos de Israel ha llegado hasta mí; también he
10
visto la opresión con que los oprimen los egipcios. Pero ahora, vé, pues yo te
envío al faraón para que saques de Egipto a mi pueblo, a los hijos de Israel.
11
Entonces Moisés dijo a Dios: — ¿Quién soy yo para ir al faraón y sacar de
12
Egipto a los hijos de Israel? El respondió: — Ciertamente yo estaré contigo. Esto
te servirá como señal de que yo te he enviado: Cuando hayas sacado de Egipto al
13
pueblo, serviréis a Dios en este monte. Moisés dijo a Dios: — Supongamos que
yo voy a los hijos de Israel y les digo: “El Dios de vuestros padres me ha enviado a
vosotros.” Si ellos me preguntan: “¿Cuál es su nombre?”, ¿qué les responderé?
14
Dios dijo a Moisés: — YO SOY EL QUE SOY. — Y añadió — : Así dirás a los
15
hijos de Israel: “YO SOY me ha enviado a vosotros.” — Dios dijo además a
Moisés — : Así dirás a los hijos de Israel: “JEHOVAH, el Dios de vuestros padres,
el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob, me ha enviado a
vosotros.” Este es mi nombre para siempre; éste será el nombre con que seré
recordado de generación en generación.
16
Vé, reúne a los ancianos de Israel y diles: “Jehovah, el Dios de vuestros
padres, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, se me apareció y me dijo: ‘De
17
cierto yo os he visitado y he visto lo que se os ha hecho en Egipto. Y he dicho que
yo os sacaré de la aflicción de Egipto a la tierra de los cananeos, heteos, amorreos,
18
ferezeos, heveos y jebuseos; a una tierra que fluye leche y miel.’” Ellos escucharán
tu voz, y tú irás con los ancianos de Israel al rey de Egipto, y le diréis: “Jehovah, el
Dios de los hebreos, ha venido a nuestro encuentro. Ahora permite que vayamos al
desierto, a tres días de camino, para ofrecer sacrificios a Jehovah nuestro Dios.”
19
Yo sé que el rey de Egipto no os dejará ir sin que una poderosa mano lo obligue.
20
Pero yo extenderé mi mano y heriré a Egipto con todas mis maravillas que haré en
21
él, y después de esto os dejará ir. También daré a este pueblo gracia ante los ojos
de los egipcios, de modo que cuando salgáis no os vayáis con las manos vacías.
22
Cada mujer pedirá a su vecina y a la que habita en su casa, objetos de plata,
objetos de oro y vestidos, los cuales pondréis sobre vuestros hijos e hijas. Así
despojaréis a los egipcios.
Capítulo 4
1
Entonces respondió Moisés y dijo: — ¿Y si ellos no me creen ni escuchan mi
2
voz, sino que dicen: “No se te ha aparecido Jehovah”? Jehovah le preguntó: —
3
¿Qué es eso que tienes en tu mano? El respondió: — Una vara. Y él le dijo: —
Tírala al suelo. El la tiró al suelo, y se convirtió en una serpiente. Y Moisés huía de
4
ella. Entonces Jehovah dijo a Moisés: — Extiende tu mano y agárrala por la cola.
5
El extendió su mano y la agarró, y volvió a ser vara en su mano. — Esto es para
que crean que se te ha aparecido Jehovah, el Dios de sus padres, el Dios de
6
Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob. — Jehovah también le dijo — :
Mete tu mano en tu seno. El metió su mano en su seno, y al sacarla, he aquí que su
7
mano estaba leprosa, blanca como la nieve. Entonces le dijo: — Vuelve a meter tu
mano en tu seno. El volvió a meter su mano en su seno; y al volver a sacarla de su
8
seno, he aquí que volvió a ser como el resto de su carne. — Y sucederá que si no
9
te creen ni te escuchan a la primera señal, te creerán a la segunda señal. Y
sucederá que si no te creen a estas dos señales ni escuchan tu voz, tomarás agua del
Nilo y la derramarás en tierra seca. El agua que tomarás del Nilo se convertirá en
sangre sobre la tierra seca.
10
Entonces Moisés dijo a Jehovah: — Oh Señor, yo jamás he sido hombre de
palabras, ni antes ni desde que tú hablas con tu siervo. Porque yo soy tardo de boca
11
y de lengua. Jehovah le respondió: — ¿Quién ha dado la boca al hombre? ¿Quién
hace al mudo y al sordo, al que ve con claridad y al que no puede ver? ¿No soy yo,
12
Jehovah? Ahora pues, vé; y yo estaré con tu boca y te enseñaré lo que has de
13
14
decir. Y él dijo: — ¡Oh Señor; por favor, envía a otra persona! Entonces el
furor de Jehovah se encendió contra Moisés, y le dijo: — ¿No conozco yo a tu
hermano Aarón el levita? Yo sé que él habla bien. He aquí que él viene a tu
15
encuentro; y al verte, se alegrará en su corazón. Tú le hablarás y pondrás en su
boca las palabras. Yo estaré con tu boca y con la suya, y os enseñaré lo que habéis
16
de hacer. El hablará por ti al pueblo y será para ti como boca, y tú serás para él
17
como Dios. Lleva en tu mano esta vara, con la cual harás las señales.
18
Entonces Moisés se fue y volvió a donde estaba su suegro Jetro y le dijo: —
Permite que yo vaya y vuelva a mis hermanos que están en Egipto, para ver si aún
19
están vivos. Y Jetro dijo a Moisés: — Vé en paz. Jehovah dijo también a Moisés
en Madián: — Vé, vuélvete a Egipto, porque han muerto todos los que procuraban
20
matarte. Entonces Moisés tomó a su mujer y a sus hijos, los puso sobre un asno y
21
regresó a la tierra de Egipto. Moisés tomó también en su mano la vara de Dios. Y
Jehovah dijo a Moisés: — Cuando estés de regreso en Egipto, haz en presencia del
faraón todas las señales que he puesto en tu mano. Sin embargo, yo endureceré su
22
corazón, y él no dejará ir al pueblo. Entonces dirás al faraón: “Así ha dicho
23
Jehovah: ‘Israel es mi hijo, mi primogénito. Yo te digo que dejes ir a mi hijo para
que me sirva. Si rehúsas dejarlo ir, he aquí que yo mataré a tu hijo, a tu
primogénito.’”
24
Aconteció en el camino, en una posada, que Jehovah le salió al encuentro y
25
procuró matarlo. Entonces Séfora tomó un pedernal afilado, cortó el prepucio de
su hijo y tocó con él los pies de Moisés, diciendo: — ¡De veras, tú eres para mí un
26
esposo de sangre! Entonces le dejó. Ella había dicho “esposo de sangre” a causa
27
de la circuncisión. Entonces Jehovah dijo a Aarón: — Vé al desierto, al encuentro
28
de Moisés. El fue y lo encontró en el monte de Dios, y lo besó. Entonces Moisés
refirió a Aarón todas las palabras que Jehovah le enviaba a decir y todas las señales
29
que le mandaba hacer. Moisés y Aarón fueron, y reunieron a todos los ancianos
30
de los hijos de Israel. Aarón relató todas las cosas que Jehovah había dicho a
31
Moisés, y éste hizo las señales ante los ojos del pueblo. El pueblo creyó; y al oír
que Jehovah había visitado a los hijos de Israel y que había visto su aflicción, se
inclinaron y adoraron.
Capítulo 5
1
Después Moisés y Aarón fueron al faraón y le dijeron: — Jehovah, el Dios de
Israel, dice así: “Deja ir a mi pueblo para que me celebre una fiesta en el desierto.”
2
Pero el faraón respondió: — ¿Quién es Jehovah para que yo escuche su voz y deje
ir a Israel? Yo no conozco a Jehovah, ni tampoco dejaré ir a Israel.
3
Ellos le dijeron: — El Dios de los hebreos ha venido a nuestro encuentro.
Permite que vayamos al desierto, a tres días de camino, para ofrecer sacrificios a
4
Jehovah nuestro Dios, no sea que nos castigue con peste o con espada. Entonces
el rey de Egipto les dijo: — ¡Moisés y Aarón! ¿Por qué distraéis al pueblo de sus
5
labores? ¡Volved a vuestras tareas! — Dijo también el faraón — : Ciertamente el
pueblo de la tierra es ahora numeroso; no obstante, vosotros les habéis hecho
6
suspender sus labores. Aquel mismo día el faraón mandó decir a los capataces del
7
pueblo y a sus vigilantes: — Ya no daréis paja al pueblo para hacer los adobes,
8
como hacíais antes. ¡Que vayan ellos y recojan por sí mismos la paja! Sin
embargo, les impondréis la misma cantidad de adobes que hacían antes. No les
disminuiréis nada, porque están ociosos. Por eso gritan diciendo: “Vayamos y
9
ofrezcamos sacrificios a nuestro Dios.” Hágase más pesado el trabajo de los
hombres, para que se ocupen en él y no presten atención a palabras mentirosas.
10
Los capataces del pueblo y sus vigilantes salieron y hablaron al pueblo
11
diciendo: — Así ha dicho el faraón: “Yo no os daré paja. Id y recoged por
vosotros mismos la paja donde la halléis, pero en nada se disminuirá vuestra tarea.”
12
Entonces el pueblo se dispersó por toda la tierra de Egipto para recoger rastrojo
13
en lugar de paja. Y los capataces los apremiaban diciendo: — Terminad vuestra
14
tarea, lo de cada día en su día, como cuando se os daba paja. Y azotaron a los
vigilantes de los hijos de Israel que habían sido puestos por los capataces del faraón,
y les dijeron: — ¿Por qué no habéis completado vuestra cantidad de adobes ni ayer
ni hoy, como antes?
15
Los vigilantes de los hijos de Israel fueron al faraón y se quejaron ante él
16
diciendo: — ¿Por qué procedes así con tus siervos? No se da paja a tus siervos,
y con todo nos dicen: “¡Haced adobes!” He aquí, tus siervos son azotados, cuando
17
la culpa es de tu propio pueblo. El respondió: — ¡Estáis ociosos! ¡Sí, ociosos!
18
Por eso decís: “Vayamos y ofrezcamos sacrificios a Jehovah.” Id, pues, ahora y
trabajad. No se os dará paja, pero habréis de entregar la misma cantidad de
19
adobes. Entonces los vigilantes de los hijos de Israel se vieron en aflicción, cuando
20
les dijeron: “No se disminuirá en nada vuestra cantidad diaria de adobes.” Cuando
ellos salían del palacio del faraón, se encontraron con Moisés y Aarón, que estaban
21
esperándolos, y les dijeron: — Jehovah os mire y os juzgue, pues nos habéis
hecho odiosos ante los ojos del faraón y los de sus servidores, poniendo en sus
22
manos la espada para que nos maten. Entonces Moisés se volvió a Jehovah y le
23
dijo: — Señor, ¿por qué maltratas a este pueblo? ¿Para qué me enviaste? Porque
desde que fui al faraón para hablarle en tu nombre, él ha maltratado a este pueblo, y
tú no has librado a tu pueblo.
Capítulo 6
1
Jehovah respondió a Moisés: — Ahora verás lo que yo haré al faraón, porque
sólo a causa de una poderosa mano los dejará ir. A causa de una poderosa mano
2
los ha de echar de su tierra. — Además, Dios dijo a Moisés — : Yo soy Jehovah.
3
Yo me aparecí a Abraham, a Isaac y a Jacob como Dios Todopoderoso; pero con
4
mi nombre Jehovah no me di a conocer a ellos. Yo también establecí mi pacto con
ellos, prometiendo darles la tierra de Canaán, la tierra en la cual peregrinaron y
5
habitaron como forasteros. Asimismo, yo he escuchado el gemido de los hijos de
6
Israel, a quienes los egipcios esclavizan, y me he acordado de mi pacto. Por tanto,
di a los hijos de Israel: “Yo soy Jehovah. Yo os libraré de las cargas de Egipto y os
libertaré de su esclavitud. Os redimiré con brazo extendido y con grandes actos
7
justicieros. Os tomaré como pueblo mío, y yo seré vuestro Dios. Vosotros sabréis
8
que yo soy Jehovah vuestro Dios, que os libra de las cargas de Egipto. Yo os
llevaré a la tierra por la cual alcé mi mano jurando que la daría a Abraham, a Isaac y
9
a Jacob. Yo os la daré en posesión. Yo Jehovah.” De esta manera habló Moisés a
los hijos de Israel, pero ellos no escucharon a Moisés, a causa del decaimiento de
ánimo y de la dura esclavitud.
10
11
Entonces Jehovah habló a Moisés diciendo: — Vé al faraón rey de Egipto y
12
dile que deje ir de su tierra a los hijos de Israel. Y Moisés respondió a Jehovah
diciendo: — Si los hijos de Israel no me escuchan, ¿cómo, pues, me escuchará el
13
faraón, siendo yo falto de elocuencia? Entonces Jehovah habló a Moisés y a
Aarón, y les dio mandamiento para los hijos de Israel y para el faraón rey de Egipto,
a fin de sacar a los hijos de Israel de la tierra de Egipto.
14
Estos son los jefes de sus casas paternas: Los hijos de Rubén, primogénito de
15
Israel, fueron: Hanoc, Falú, Hesrón y Carmi. Estos son los clanes de Rubén. Los
hijos de Simeón fueron: Jemuel, Jamín, Ohad, Jaquín, Zojar y Saúl, hijo de la
16
cananea. Estos son los clanes de Simeón. Estos son los nombres de los hijos de
Leví, según sus generaciones: Gersón, Cohat y Merari. Los años de la vida de Leví
17
18
fueron 137. Los hijos de Gersón fueron Libni y Simei, según sus clanes. Los
hijos de Cohat fueron: Amram, Izjar, Hebrón y Uziel. Los años de la vida de Cohat
19
fueron 133. Los hijos de Merari fueron Majli y Musi. Estos son los clanes de
20
Leví, según sus generaciones. Amram tomó por mujer a Jocabed su tía, quien le
21
dio a luz a Aarón y a Moisés. Los años de la vida de Amram fueron 137. Los
22
hijos de Izjar fueron: Coré, Néfeg y Zicri. Los hijos de Uziel fueron: Misael,
23
Elzafán y Sitri. Aarón tomó por mujer a Elisabet hija de Aminadab, hermana de
24
Najsón, quien le dio a luz a Nadab, Abihú, Eleazar e Itamar. Los hijos de Coré
25
fueron: Asir, Elcana y Abiasaf. Estos son los clanes de los coreítas. Eleazar hijo de
Aarón tomó por mujer a una de las hijas de Putiel, la cual le dio a luz a Fineas. Estos
26
son los jefes de las casas paternas de los levitas, según sus clanes. Estos son aquel
Aarón y aquel Moisés, a quienes Jehovah dijo: “Sacad a los hijos de Israel de la
27
tierra de Egipto, según sus ejércitos.” Ellos son los que hablaron al faraón rey de
Egipto para sacar de Egipto a los hijos de Israel. Estos fueron Moisés y Aarón.
28
Sucedió esto el día en que Jehovah habló a Moisés en la tierra de Egipto.
29
Jehovah habló a Moisés diciendo: — Yo soy Jehovah. Di al faraón, rey de
30
Egipto, todas las cosas que yo te diga a ti. Moisés respondió a Jehovah: — He
aquí que yo soy un hombre falto de elocuencia; ¿cómo, pues, me escuchará el
faraón?
Capítulo 7
1
Entonces Jehovah dijo a Moisés: — Mira, yo te he puesto como dios para el
2
faraón, y tu hermano Aarón será tu profeta. Tú dirás todas las cosas que yo te
mande, y Aarón tu hermano hablará al faraón para que deje ir de su tierra a los hijos
3
de Israel. Yo endureceré el corazón del faraón y multiplicaré mis señales y mis
4
prodigios en la tierra de Egipto. El faraón no os escuchará. Pero yo pondré mi
mano sobre Egipto y sacaré a mis ejércitos, mi pueblo, los hijos de Israel, de la
5
tierra de Egipto con grandes actos justicieros. Así sabrán los egipcios que yo soy
Jehovah, cuando extienda mi mano sobre Egipto y saque a los hijos de Israel de en
6
medio de ellos. Moisés y Aarón hicieron como Jehovah les mandó; así lo hicieron.
7
Moisés tenía 80 años y Aarón 83 años, cuando hablaron al faraón.
8
9
Jehovah habló a Moisés y a Aarón diciendo: — Cuando el faraón os
responda y diga: “Mostrad señales”, tú dirás a Aarón: “Toma tu vara y arrójala
10
delante del faraón, y ella se transformará en una serpiente.” Fueron, pues, Moisés
y Aarón al faraón, e hicieron como Jehovah les había mandado: Aarón echó su vara
11
delante del faraón y de sus servidores, y se convirtió en una serpiente. El faraón
también llamó a los sabios y a los hechiceros, y también ellos, los magos de Egipto,
12
hicieron lo mismo con sus encantamientos. Cada uno echó su vara, las cuales se
13
convirtieron en serpientes; pero la vara de Aarón se tragó las varas de ellos. Y el
corazón del faraón se endureció, y no los escuchó, tal como Jehovah había dicho.
14
Entonces Jehovah dijo a Moisés: — El corazón del faraón se ha endurecido, y
15
rehúsa dejar ir al pueblo. Vé por la mañana al faraón, cuando él salga al río. Ponte
frente a él a la orilla del Nilo. Toma en tu mano la vara que se transformó en
16
serpiente, y dile: “Jehovah, el Dios de los hebreos, me ha enviado a ti para decirte:
‘Deja ir a mi pueblo para que me sirva en el desierto.’ Pero he aquí que hasta ahora
17
no has querido escuchar. Así ha dicho Jehovah: ‘En esto conocerás que yo soy
Jehovah’; he aquí, con la vara que tengo en mi mano golpearé las aguas del Nilo, y
18
éstas se convertirán en sangre. Los peces que hay en el Nilo morirán. El Nilo
19
apestará, y los egipcios tendrán asco de beber agua del Nilo.” Jehovah dijo
también a Moisés: — Di a Aarón: “Toma tu vara y extiende tu mano sobre las aguas
de Egipto, sobre sus ríos, sobre sus canales, sobre sus estanques y sobre todos sus
depósitos de agua; y ellas se convertirán en sangre.” Habrá sangre en toda la tierra
de Egipto, hasta en los baldes de madera y en las vasijas de piedra.
20
Moisés y Aarón hicieron como les mandó Jehovah. Alzó la vara y golpeó las
aguas del Nilo en presencia del faraón y de sus servidores, y todas las aguas del
21
Nilo se convirtieron en sangre. Los peces que había en el Nilo murieron. Y el Nilo
apestaba, de modo que los egipcios no podían beber de él. Hubo sangre en toda la
22
tierra de Egipto. Pero los magos de Egipto hicieron lo mismo con sus
encantamientos. Y el corazón del faraón se endureció, y no los escuchó, tal como
23
Jehovah lo había dicho. Después se volvió el faraón y entró en su casa, y no quiso
24
prestar más atención al asunto. Y todos los egipcios hicieron pozos alrededor del
25
Nilo para beber, porque no podían beber las aguas del Nilo. Pasaron siete días
después que Jehovah golpeó el Nilo.
Capítulo 8
1
Entonces Jehovah dijo a Moisés: — Vé al faraón y dile que Jehovah ha dicho
2
así: “Deja ir a mi pueblo para que me sirva. Y si rehúsas dejarlo ir, he aquí yo
3
castigaré todo tu territorio con una plaga de ranas. El Nilo se llenará de ranas, las
cuales subirán y entrarán en tu casa y en tu dormitorio, y sobre tu cama. Entrarán en
las casas de tus servidores y de tu pueblo. Entrarán en tus hornos y en tus artesas de
4
5
amasar. Las ranas subirán sobre ti, sobre tu pueblo y sobre todos tus servidores.”
— Jehovah dijo también a Moisés — : Di a Aarón: “Extiende tu mano con tu vara
sobre los ríos, sobre los canales y sobre los estanques; y haz subir ranas sobre la
6
tierra de Egipto.” Entonces Aarón extendió su mano sobre las aguas de Egipto, y
7
subieron ranas que cubrieron la tierra de Egipto. Pero los magos hicieron lo mismo
8
con sus encantamientos, e hicieron subir ranas sobre la tierra de Egipto. Entonces
el faraón llamó a Moisés y a Aarón, y les dijo: — Rogad a Jehovah para que quite
las ranas de mí y de mi pueblo, y dejaré ir al pueblo para que ofrezca sacrificios a
9
Jehovah. Y Moisés dijo al faraón: — Dígnate indicarme cuándo he de rogar por ti,
por tus servidores y por tu pueblo, para que las ranas sean quitadas de ti y de tus
10
casas, y solamente queden en el Nilo. Y él dijo: — Mañana. Y Moisés respondió:
— Se hará conforme a tu palabra, para que conozcas que no hay otro como
11
Jehovah nuestro Dios. Las ranas se irán de ti, de tus casas, de tus servidores y de
12
tu pueblo, y solamente quedarán en el Nilo. Entonces salieron Moisés y Aarón de
la presencia del faraón. Y Moisés clamó a Jehovah por el asunto de las ranas que
13
había mandado sobre el faraón. Jehovah hizo conforme a la palabra de Moisés.
14
Murieron las ranas de las casas, de los patios y de los campos. Las juntaron en
15
muchos montones, y la tierra apestaba. Pero viendo el faraón que le habían dado
alivio, endureció su corazón y no los escuchó, tal como Jehovah lo había dicho.
16
Entonces Jehovah dijo a Moisés: — Di a Aarón: “Extiende tu vara y golpea el
polvo de la tierra para que se convierta en piojos en toda la tierra de Egipto.”
17
Ellos lo hicieron así. Aarón extendió su mano con su vara y golpeó el polvo de la
tierra, el cual se convirtió en piojos, tanto sobre los hombres como sobre los
animales. Todo el polvo de la tierra se convirtió en piojos, en toda la tierra de
18
Egipto. Los magos también intentaron hacer piojos con sus encantamientos, pero
19
no pudieron. Había piojos tanto en los hombres como en los animales. Entonces
los magos dijeron al faraón: — ¡Esto es el dedo de Dios! Pero el corazón del faraón
se endureció, y no los escuchó, tal como Jehovah lo había dicho.
20
Jehovah dijo a Moisés: — Levántate muy de mañana, preséntate ante el
faraón cuando él salga al río y dile que Jehovah ha dicho así: “Deja ir a mi pueblo
21
para que me sirva. Porque si no dejas ir a mi pueblo, he aquí yo enviaré una nube
de moscas sobre ti y sobre tus servidores, sobre tu pueblo y dentro de tus casas. Y
las casas de los egipcios se llenarán de moscas, y asimismo la tierra donde ellos
22
estén. Pero el mismo día yo excluiré la tierra de Gosén, donde habita mi pueblo,
para que no vaya allí la nube de moscas, a fin de que sepas que yo, Jehovah, estoy
23
en medio de la tierra. Yo haré distinción entre mi pueblo y el tuyo. Mañana tendrá
24
lugar esta señal.” Jehovah lo hizo así: Vino una densa nube de moscas sobre la
casa del faraón, sobre las casas de sus servidores, y sobre toda la tierra de Egipto.
25
La tierra quedó devastada a causa de ellas. Entonces el faraón llamó a Moisés y a
Aarón, y les dijo: — Id, ofreced sacrificios a vuestro Dios, dentro del país.
26
Moisés respondió: — No conviene que lo hagamos así, porque ofreceríamos
como sacrificio a Jehovah lo que es una abominación a los egipcios. Si
sacrificáramos en presencia de los egipcios lo que para ellos es una abominación,
27
¿no nos apedrearían? Iremos a tres días de camino por el desierto y ofreceremos
28
sacrificios a Jehovah, según él nos diga. El faraón dijo: — Yo os dejaré ir para
que ofrezcáis sacrificios a Jehovah vuestro Dios en el desierto, con tal que no os
29
vayáis demasiado lejos. Rogad por mí. Respondió Moisés: — He aquí, al salir yo
de tu presencia, rogaré a Jehovah, y él hará que mañana la nube de moscas se
aparte del faraón, de sus servidores y de su pueblo, con tal que el faraón no se
vuelva a burlar, no dejando ir al pueblo para ofrecer sacrificios a Jehovah.
30
31
Entonces Moisés salió de la presencia del faraón y oró a Jehovah. Y Jehovah
hizo conforme a la palabra de Moisés y apartó del faraón, de sus servidores y de su
pueblo la nube de moscas, sin que quedara una sola.
también esta vez su corazón, y no dejó ir al pueblo.
32
Pero el faraón endureció
Capítulo 9
1
Entonces Jehovah dijo a Moisés: — Vé al faraón y dile que Jehovah, el Dios
2
de los hebreos, ha dicho así: “Deja ir a mi pueblo para que me sirva. Porque si
3
rehúsas dejarlos ir y los sigues deteniendo, he aquí la mano de Jehovah traerá una
terrible peste sobre tu ganado que está en el campo: caballos, asnos, camellos,
4
vacas y ovejas. Pero Jehovah hará distinción entre el ganado de Israel y el de
Egipto, de modo que no muera nada de todo lo que pertenece a los hijos de Israel.”
5
6
— Jehovah fijó un plazo diciendo — : Mañana Jehovah hará esto en el país. Al
día siguiente Jehovah hizo esto, y murió todo el ganado de Egipto. Pero del ganado
7
de los hijos de Israel no murió ni un solo animal. El faraón envió observadores, y he
aquí que del ganado de los hijos de Israel no había muerto ni un solo animal. Pero el
corazón del faraón se endureció, y no dejó ir al pueblo.
8
Jehovah dijo a Moisés y a Aarón: — Tomad puñados de hollín de un horno, y
9
que Moisés lo esparza hacia el cielo, en presencia del faraón. Este se convertirá en
polvo sobre toda la tierra de Egipto, y ocasionará sarpullido que producirá úlceras,
10
tanto en los hombres como en los animales, en toda la tierra de Egipto. Tomaron,
pues, el hollín del horno y se pusieron de pie delante del faraón. Moisés lo esparció
hacia el cielo, y éste se convirtió en sarpullido que producía úlceras, tanto en los
11
hombres como en los animales. Y los magos no podían estar en presencia de
Moisés por causa de las úlceras, porque los magos tenían úlceras, como todos los
12
egipcios. Pero Jehovah endureció el corazón del faraón. Y éste no los escuchó, tal
como Jehovah lo había dicho a Moisés.
13
Entonces Jehovah dijo a Moisés: — Levántate muy de mañana, preséntate
delante del faraón y dile que Jehovah, el Dios de los hebreos, dice así: “Deja ir a mi
14
pueblo para que me sirva. Porque yo enviaré esta vez todas mis plagas sobre ti,
sobre tus servidores y sobre tu pueblo, para que entiendas que no hay otro como yo
15
en toda la tierra. Porque hasta ahora yo podría haber extendido mi mano para
herirte a ti y a tu pueblo con una plaga tal que ya habrías sido eliminado de la tierra.
16
Pero por esto mismo te he dejado con vida, para mostrarte mi poder y para dar a
17
conocer mi nombre en toda la tierra. ¿Todavía te insolentas contra mi pueblo para
18
no dejarlos ir? He aquí, mañana a estas horas yo haré caer granizo tan pesado,
como nunca lo hubo en Egipto desde el día en que fue fundado, hasta ahora.
19
Ordena, pues, que recojan tu ganado y todo lo que tienes en el campo, en un
lugar seguro; porque el granizo caerá sobre todo hombre o animal que se halle en el
20
campo y que no haya sido recogido en casa, y morirá.” De los servidores del
faraón, el que temió la palabra de Jehovah hizo que sus criados y su ganado huyeran
21
a casa. Pero los que no tomaron en serio la palabra de Jehovah dejaron a sus
criados y sus ganados en el campo.
22
Jehovah dijo a Moisés: — Extiende tu mano hacia el cielo para que caiga
granizo sobre toda la tierra de Egipto, sobre los hombres, sobre los animales y sobre
23
toda la hierba del campo en la tierra de Egipto. Moisés extendió su vara hacia el
cielo, y Jehovah envió truenos y granizo. El fuego se descargó sobre la tierra, y
24
Jehovah hizo llover granizo sobre la tierra de Egipto. Hubo, pues, granizo y fuego
centelleante mezclado con el granizo, y era tan pesado que nunca lo hubo como
25
aquél en toda la tierra de Egipto desde que comenzó a ser nación. El granizo
destruyó en toda la tierra de Egipto todo lo que estaba en el campo, tanto los
hombres como los animales. El granizo también arruinó toda la hierba del campo y
26
destrozó todos los árboles del campo. Sólo en la tierra de Gosén, donde
27
habitaban los hijos de Israel, no cayó granizo. Entonces el faraón mandó llamar a
Moisés y a Aarón y les dijo: — He pecado esta vez. Jehovah es el justo; yo y mi
28
pueblo somos los culpables. Rogad a Jehovah para que cesen los truenos de Dios
29
y el granizo, y yo os dejaré ir, y vosotros no os detendréis más. Moisés le
respondió: — Al salir yo de la ciudad, extenderé mis manos a Jehovah, y los truenos
30
cesarán, y no habrá más granizo, para que sepas que la tierra es de Jehovah. Pero
31
yo sé que ni tú ni tus servidores teméis todavía la presencia de Jehovah Dios. El
lino y la cebada fueron destruidos, porque la cebada estaba en espiga y el lino en
32
33
flor. Pero el trigo y el centeno no fueron destruidos, pues eran tardíos. Después
de haber salido de la presencia del faraón y de la ciudad, Moisés extendió sus
manos a Jehovah, y cesaron los truenos y el granizo; y no cayó más lluvia sobre la
34
tierra. Entonces, al ver que habían cesado la lluvia, el granizo y los truenos, el
35
faraón volvió a pecar. Tanto él como sus servidores endurecieron su corazón. El
corazón del faraón se endureció, y no dejó ir a los hijos de Israel, tal como Jehovah
lo había dicho por medio de Moisés.
Capítulo 10
1
Jehovah dijo a Moisés: — Vé al faraón, porque yo he endurecido su corazón y
2
el corazón de sus servidores para manifestar entre ellos estas señales mías, y para
que cuentes a tus hijos y a tus nietos las cosas que yo hice en Egipto, las señales que
3
yo hice en medio de ellos, para que sepáis que yo soy Jehovah. Entonces Moisés y
Aarón fueron al faraón y le dijeron: — Jehovah, el Dios de los hebreos, ha dicho así:
“¿Hasta cuándo rehusarás humillarte ante mí? Deja ir a mi pueblo para que me sirva.
4
5
Si rehúsas dejarlo ir, he aquí mañana yo traeré la langosta a tu territorio; y cubrirá
la superficie de la tierra, de modo que ésta no pueda verse. Devorará el resto de lo
que ha escapado, lo que os ha quedado del granizo. Devorará también todos los
6
árboles que crecen en el campo. Y llenará tus casas, las casas de tus servidores y
las casas de todos los egipcios, como nunca vieron tus padres ni tus abuelos desde
que existieron sobre la tierra, hasta el día de hoy.” Moisés dio media vuelta y salió
7
de la presencia del faraón. Entonces los servidores del faraón le dijeron: — ¿Hasta
cuándo ha de sernos éste una trampa? Deja ir a esos hombres para que sirvan a
8
Jehovah su Dios. ¿Todavía no te das cuenta de que Egipto está destruido? Moisés
y Aarón volvieron a ser traídos ante el faraón, quien les dijo: — Id y servid a
9
Jehovah vuestro Dios. ¿Quiénes son los que han de ir? Moisés respondió: —
Hemos de ir con nuestros niños y con nuestros ancianos, con nuestros hijos y con
nuestras hijas; hemos de ir con nuestras ovejas y con nuestras vacas, porque
10
tendremos una fiesta de Jehovah. Y él les dijo: — ¡Sea Jehovah con vosotros, si
yo os dejo ir a vosotros y a vuestros niños! ¡Ved cómo vuestras malas intenciones
11
están a la vista! ¡No será así! Id vosotros los varones y servid a Jehovah, pues
esto es lo que vosotros habéis pedido. Y los echaron de la presencia del faraón.
12
Entonces Jehovah dijo a Moisés: — Extiende tu mano sobre la tierra de
Egipto, para que la langosta suba sobre la tierra de Egipto. Ella devorará toda la
13
hierba de la tierra y todo lo que ha dejado el granizo. Moisés extendió su vara
sobre la tierra de Egipto, y Jehovah trajo un viento del oriente sobre el país, todo
aquel día y toda aquella noche. Al amanecer, el viento del oriente trajo la langosta.
14
Esta subió sobre toda la tierra de Egipto y se posó muy densamente en todos los
rincones del país. Nunca antes hubo tal plaga de langosta, ni la habrá después.
15
Cubrieron la superficie de toda la tierra, de modo que la tierra se oscureció.
Devoraron toda la hierba de la tierra y todo el fruto de los árboles que había dejado
el granizo. En toda la tierra de Egipto no quedó nada verde, ni en los árboles, ni en
16
la hierba del campo. Entonces el faraón hizo llamar apresuradamente a Moisés y a
Aarón, y les dijo: — He pecado contra Jehovah vuestro Dios y contra vosotros.
17
Pero perdonad, por favor, mi pecado sólo una vez más y rogad a Jehovah vuestro
18
Dios para que él aparte de mí solamente esta mortandad. Moisés salió de la
19
presencia del faraón y oró a Jehovah. Jehovah hizo soplar un fortísimo viento del
occidente que llevó la langosta y la arrojó al mar Rojo. Ni una sola langosta quedó
20
en todo el territorio de Egipto. Pero Jehovah endureció el corazón del faraón, y
éste no dejó ir a los hijos de Israel.
21
Jehovah dijo a Moisés: — Extiende tu mano hacia el cielo para que haya
22
tinieblas sobre la tierra de Egipto, tinieblas que hasta puedan ser palpadas. Moisés
extendió su mano hacia el cielo, y hubo densas tinieblas por toda la tierra de Egipto,
23
durante tres días. No se podían ver unos a otros, ni nadie se movió de su lugar
24
durante tres días. Pero todos los hijos de Israel tenían luz en sus moradas. Luego
el faraón hizo llamar a Moisés y le dijo: — Id y servid a Jehovah. Vayan también
vuestros niños con vosotros. Solamente que sean dejadas vuestras ovejas y vuestras
25
vacas. Moisés respondió: — Entonces tú nos tendrás que dar animales para
26
sacrificar y ofrecer en holocausto a Jehovah nuestro Dios. ¡También nuestro
ganado irá con nosotros! No quedará ni una pezuña de ellos, porque de ellos hemos
de tomar para servir a Jehovah nuestro Dios. No sabemos con qué hemos de servir
27
a Jehovah, hasta que lleguemos allá. Pero Jehovah endureció el corazón del
28
faraón, y no quiso dejarlos ir. Y el faraón dijo a Moisés: — ¡Retírate de mi
presencia! ¡Guárdate de volver a ver mi cara; porque el día en que veas mi cara,
29
morirás! Y Moisés respondió: — Bien has dicho. ¡Jamás volveré a ver tu cara!
Capítulo 11
1
Jehovah dijo a Moisés: — Traeré una sola plaga más sobre el faraón y sobre
Egipto. Después de esto, él os dejará ir de aquí. Cuando os deje ir, él os echará de
2
aquí por completo. Habla, pues, al pueblo para que cada hombre pida a su vecino,
3
y cada mujer a su vecina, objetos de plata y de oro. Jehovah dio gracia al pueblo
ante los ojos de los egipcios. El mismo Moisés era considerado como un gran
hombre en la tierra de Egipto, tanto a los ojos de los servidores del faraón, como a
los ojos del pueblo.
4
Entonces dijo Moisés: — Así ha dicho Jehovah: “Como a la media noche yo
5
pasaré por en medio de Egipto. Y todo primogénito en la tierra de Egipto morirá,
desde el primogénito del faraón que se sienta en su trono, hasta el primogénito de la
6
sierva que está detrás del molino, y todo primerizo del ganado. Habrá un gran
7
clamor en toda la tierra de Egipto, como nunca lo hubo ni lo habrá. Pero entre
todos los hijos de Israel, ni un perro les ladrará, ni a los hombres ni a los animales,
para que sepáis que Jehovah hace distinción entre los egipcios y los israelitas.”
8
Entonces vendrán a mí todos estos tus servidores, y postrados delante de mí dirán:
“Sal tú, y todo el pueblo que te sigue.” Y después de esto, yo saldré. Salió muy
9
enojado de la presencia del faraón. Y Jehovah dijo a Moisés: — Faraón no os
10
escuchará, para que mis maravillas se multipliquen en la tierra de Egipto. Moisés y
Aarón hicieron todos estos prodigios delante del faraón. Pero Jehovah endureció el
corazón del faraón, y éste no dejó ir de su tierra a los hijos de Israel.
Capítulo 12
1
2
Jehovah habló a Moisés y a Aarón en la tierra de Egipto, diciendo: — Este
mes os será el principio de los meses; será para vosotros el primero de los meses
3
del año. Hablad a toda la congregación de Israel, diciendo que el 10 de este mes
4
cada uno tome para sí un cordero en cada casa paterna, un cordero por familia. Si
la familia es demasiado pequeña como para comer el cordero, entonces lo
compartirán él y su vecino de la casa inmediata, de acuerdo con el número de las
5
personas. Según la cantidad que ha de comer cada uno, repartiréis el cordero. El
6
cordero será sin defecto, macho de un año; tomaréis un cordero o un cabrito. Lo
habréis de guardar hasta el día 14 de este mes, cuando lo degollará toda la
7
congregación del pueblo de Israel al atardecer. Tomarán parte de la sangre y la
pondrán en los dos postes y en el dintel de las puertas de las casas en donde lo han
8
de comer. Aquella misma noche comerán la carne, asada al fuego. La comerán con
9
panes sin levadura y con hierbas amargas. No comeréis del cordero nada crudo, ni
cocido en agua; sino asado al fuego, con su cabeza, sus piernas y sus entrañas.
10
Nada dejaréis de él hasta la mañana. Lo que quede hasta la mañana habréis de
11
quemarlo en el fuego. Así lo habréis de comer: con vuestros cintos ceñidos,
puestas las sandalias en vuestros pies y con vuestro bastón en la mano. Lo comeréis
12
apresuradamente; es la Pascua de Jehovah. La misma noche yo pasaré por la
tierra de Egipto y heriré de muerte a todo primogénito en la tierra de Egipto, tanto
de los hombres como del ganado. Así ejecutaré actos justicieros contra todos los
13
dioses de Egipto. Yo, Jehovah. La sangre os servirá de señal en las casas donde
estéis. Yo veré la sangre y en cuanto a vosotros pasaré de largo y cuando castigue la
tierra de Egipto, no habrá en vosotros ninguna plaga para destruiros.
14
Habréis de conmemorar este día. Lo habréis de celebrar como fiesta a Jehovah a
15
través de vuestras generaciones. Lo celebraréis como estatuto perpetuo. Siete
días comeréis panes sin levadura. El primer día quitaréis de vuestras casas la
levadura, porque cualquiera que coma algo con levadura desde el primer día hasta el
16
séptimo, esa persona será excluida de Israel. El primer día habrá asamblea
sagrada. También en el séptimo día habrá asamblea sagrada. Ningún trabajo haréis
en ellos, excepto la preparación de lo que cada uno haya de comer. Sólo eso
17
podréis hacer. Guardaréis la fiesta de los panes sin levadura, porque en este
mismo día habré sacado vuestros ejércitos de la tierra de Egipto. Por tanto,
guardaréis este día como estatuto perpetuo a través de vuestras generaciones.
18
Comeréis los panes sin levadura en el mes primero, desde el día 14 del mes al
19
atardecer, hasta el día 21 del mes al atardecer. Durante siete días no se hallará en
vuestras casas nada que tenga levadura. Cualquiera que coma algo con levadura,
sea forastero o natural de la tierra, esa persona será excluida de la congregación de
20
Israel. No comeréis ninguna cosa con levadura. En todo lugar donde habitéis
comeréis panes sin levadura.
21
Moisés convocó a todos los ancianos de Israel y les dijo: — Sacad y tomad
22
del rebaño para vuestras familias, y sacrificad el cordero pascual. Tomad luego un
manojo de hisopo y empapadlo en la sangre que está en la vasija, y untad el dintel y
los postes de la puerta con la parte de la sangre que está en la vasija. Ninguno de
23
vosotros salga de la puerta de su casa hasta la mañana. Porque Jehovah pasará
matando a los egipcios, y cuando vea la sangre en el dintel y en los dos postes,
pasará de largo aquella puerta y no dejará entrar en vuestras casas al destructor
24
para matar. Guardaréis estas palabras como ley para vosotros y para vuestros
25
hijos, para siempre. Cuando hayáis entrado en la tierra que Jehovah os dará,
26
como lo prometió, guardaréis este rito. Y cuando os pregunten vuestros hijos:
27
“¿Qué significa este rito para vosotros?”, vosotros les responderéis: “Este es el
sacrificio de la Pascua de Jehovah, quien pasó de largo las casas de los hijos de
Israel cuando mató a los egipcios y libró nuestras casas.” Entonces el pueblo se
28
inclinó y adoró. Los hijos de Israel fueron y lo hicieron; como Jehovah había
mandado a Moisés y a Aarón, así lo hicieron.
29
Aconteció que a la medianoche Jehovah mató a todo primogénito en la tierra
de Egipto, desde el primogénito del faraón que se sentaba en el trono, hasta el
primogénito del preso que estaba en la mazmorra, y todo primerizo del ganado.
30
Aquella noche se levantaron el faraón, todos sus servidores y todos los egipcios,
pues había un gran clamor en Egipto, porque no había casa donde no hubiese un
31
muerto. Entonces hizo llamar a Moisés y a Aarón de noche, y les dijo: —
¡Levantaos y salid de en medio de mi pueblo, vosotros y los hijos de Israel! Id y
32
servid a Jehovah, como habéis dicho. Tomad también vuestras ovejas y vuestras
33
vacas, como habéis dicho, e idos. Y bendecidme a mí también. Los egipcios
apremiaban al pueblo, apresurándose a echarlos del país, porque decían: — ¡Todos
34
seremos muertos! La gente llevaba sobre sus hombros la masa que aún no tenía
35
levadura y sus artesas envueltas en sus mantos. Los hijos de Israel hicieron
también conforme al mandato de Moisés, y pidieron a los egipcios objetos de plata,
36
objetos de oro y vestidos. Jehovah dio gracia al pueblo ante los ojos de los
egipcios, quienes les dieron lo que pidieron. Así despojaron a los egipcios.
37
Partieron, pues, los hijos de Israel de Ramesés a Sucot, unos 600.000
38
hombres de a pie, sin contar los niños. También fue con ellos una gran multitud de
39
toda clase de gente, y sus ovejas y ganado en gran número. De la masa que
habían sacado de Egipto, cocieron panes sin leudar, porque no le habían puesto
levadura; ya que cuando fueron echados de Egipto, no pudieron detenerse ni para
40
preparar comida. El tiempo que los hijos de Israel habitaron en Egipto fue de 430
41
años. Pasados los 430 años, en el mismo día salieron de la tierra de Egipto todos
42
los escuadrones de Jehovah. Esta es noche de guardar en honor de Jehovah, por
haberlos sacado de la tierra de Egipto. Todos los hijos de Israel, a través de sus
generaciones, deben guardar esta noche en honor de Jehovah.
43
Jehovah dijo a Moisés y a Aarón: — Este es el estatuto acerca de la Pascua:
44
Ningún extranjero comerá de ella. Pero todo esclavo que alguien haya comprado
45
por dinero comerá de ella después que lo hayas circuncidado. El que es
46
extranjero y mercenario no la comerá. Será comida en una casa; no llevarás de
47
aquella carne fuera de la casa. Tampoco quebraréis ninguno de sus huesos. Toda
48
la congregación de Israel la celebrará. Si algún extranjero que reside entre
vosotros quisiera celebrar la Pascua de Jehovah, que sea circuncidado todo varón
de su familia. Entonces podrá celebrarla, y será como el natural de la tierra. Pero
49
ningún incircunciso comerá de ella. La misma ley será para el natural y para el
50
extranjero que viva entre vosotros. Así lo hicieron todos los hijos de Israel. Tal
51
como lo mandó Jehovah a Moisés y a Aarón, así lo hicieron. Y sucedió que aquel
mismo día Jehovah sacó de la tierra de Egipto a los hijos de Israel, por sus ejércitos.
Capítulo 13
1
2
Jehovah habló a Moisés diciendo: — Conságrame todo primogénito; todo el
que abre la matriz entre los hijos de Israel, tanto de los hombres como de los
3
animales, es mío. Moisés dijo al pueblo: — Conmemorad este día en el cual habéis
salido de Egipto, de la casa de esclavitud; porque Jehovah os ha sacado de aquí con
4
mano poderosa. Por eso no comeréis nada que tenga levadura. Vosotros salís hoy,
5
en el mes de Abib. Y cuando Jehovah te haya llevado a la tierra de los cananeos,
heteos, amorreos y jebuseos, la cual juró a tus padres que te daría, una tierra que
6
fluye leche y miel, celebraréis este rito en este mes. Durante siete días comeréis
7
panes sin levadura, y el séptimo día será fiesta para Jehovah. Durante los siete días
se comerán los panes sin levadura, y no se verá contigo nada leudado ni levadura en
8
todo tu territorio. Aquel día se lo contarás a tu hijo diciendo: “Esto se hace con
9
motivo de lo que Jehovah hizo conmigo cuando salí de Egipto. Esto ha de ser para
ti como una señal sobre tu mano y como un memorial entre tus ojos, para que la ley
de Jehovah esté en tu boca, porque con mano poderosa Jehovah te sacó de Egipto.
10
Por tanto, guardarás esta ordenanza en el tiempo fijado, de año en año.”
11
Cuando Jehovah te haya introducido en la tierra de los cananeos, y te la haya
12
dado como te juró a ti y a tus padres, apartarás para Jehovah todo primogénito
que abre la matriz, y también todo primerizo de las crías de tus animales; los machos
13
serán de Jehovah. Rescatarás con un cordero todo primerizo de asno; y si no lo
rescatas, romperás su nuca. También rescatarás todo primogénito de entre tus hijos.
14
Y cuando mañana te pregunte tu hijo diciendo: “¿Qué es esto?”, le dirás: “Con
15
mano poderosa Jehovah nos sacó de Egipto, de la casa de esclavitud. Cuando el
faraón se endureció para no dejarnos ir, Jehovah mató en la tierra de Egipto a todo
primogénito, desde el primogénito del hombre hasta el primerizo del animal. Por esta
razón yo ofrezco en sacrificio a Jehovah todo primerizo macho que abre la matriz y
16
rescato a todo primogénito de mis hijos.” Esto ha de ser para ti como una señal
sobre tu mano y como un memorial entre tus ojos, ya que Jehovah nos sacó de
Egipto con mano poderosa.
17
Cuando el faraón dejó ir al pueblo, Dios no lo guió por el camino de la tierra
de los filisteos, aunque era más corto, porque dijo Jehovah: “No sea que al
18
enfrentarse con la guerra, el pueblo cambie de parecer y se vuelva a Egipto.” Más
bien, Dios hizo que el pueblo diese un rodeo por el camino del desierto hacia el mar
19
Rojo. Los hijos de Israel salieron de la tierra de Egipto armados. Moisés tomó
también consigo los restos de José, quien había hecho jurar a los hijos de Israel
diciendo: “Ciertamente Dios os visitará, y haréis llevar de aquí mis restos, con
20
vosotros.” Salieron de Sucot y acamparon en Etam, al borde del desierto.
21
Jehovah iba delante de ellos, de día en una columna de nube para guiarlos por el
camino, y de noche en una columna de fuego para alumbrarles, a fin de que pudieran
22
caminar tanto de día como de noche. La columna de nube nunca se apartó de día
de delante del pueblo, ni la columna de fuego de noche.
Capítulo 14
1
2
Jehovah habló a Moisés diciendo: — Di a los hijos de Israel que den la vuelta
y acampen cerca de Pi-hajirot, entre Migdol y el mar, frente a Baal-zefón;
3
acamparéis en el lado opuesto, junto al mar. Entonces el faraón dirá de los hijos de
4
Israel: “Andan errantes por la tierra; el desierto les cierra el paso.” Yo endureceré
el corazón del faraón para que os persiga; pero yo mostraré mi gloria en el faraón y
en todo su ejército, y los egipcios sabrán que yo soy Jehovah. Ellos lo hicieron así.
5
Y cuando informaron al rey de Egipto que el pueblo huía, el corazón del faraón y
de sus servidores se volvió contra el pueblo. Y dijeron: — ¿Cómo hemos hecho
6
esto de haber dejado ir a Israel, y que no nos sirva? Unció su carro y tomó consigo
7
a su gente. Tomó 600 carros escogidos y todos los demás carros de Egipto con
8
los oficiales que estaban al frente de todos ellos. Jehovah endureció el corazón del
faraón, rey de Egipto, y él persiguió a los hijos de Israel; pero éstos salieron
9
osadamente. Los egipcios los persiguieron con toda la caballería, los carros del
faraón, sus jinetes y su ejército; y los alcanzaron mientras acampaban junto al mar, al
lado de Pi-hajirot, frente a Baal-zefón.
10
Cuando el faraón se había acercado, los hijos de Israel alzaron los ojos; y he
aquí que los egipcios venían tras ellos. Entonces los hijos de Israel temieron
11
muchísimo y clamaron a Jehovah. Y dijeron a Moisés: — ¿Acaso no había
sepulcros en Egipto, que nos has sacado para morir en el desierto? ¿Por qué nos
12
has hecho esto de sacarnos de Egipto? ¿No es esto lo que te hablamos en Egipto
diciendo: “Déjanos solos, para que sirvamos a los egipcios”? ¡Mejor nos habría sido
13
servir a los egipcios que morir en el desierto! Y Moisés respondió al pueblo: —
¡No temáis! Estad firmes y veréis la liberación que Jehovah hará a vuestro favor. A
14
los egipcios que ahora veis, nunca más los volveréis a ver. Jehovah combatirá por
vosotros, y vosotros os quedaréis en silencio.
15
Entonces Jehovah dijo a Moisés: — ¿Por qué clamas a mí? Di a los hijos de
16
Israel que se marchen. Y tú, alza tu vara y extiende tu mano sobre el mar, y
17
divídelo para que los hijos de Israel pasen por en medio del mar, en seco. Y he
aquí, yo endureceré el corazón de los egipcios para que entren detrás de ellos, y
mostraré mi gloria en el faraón y en todo su ejército, en sus carros y en sus jinetes.
18
Y los egipcios sabrán que yo soy Jehovah, cuando yo muestre mi gloria en el
19
faraón, en sus carros y en sus jinetes. Entonces el ángel de Dios, que iba delante
del campamento de Israel, se trasladó e iba detrás de ellos. Asimismo, la columna
20
de nube que iba delante de ellos se trasladó y se puso detrás de ellos, y se colocó
entre el campamento de los egipcios y el campamento de Israel, constituyendo nube
y tinieblas para aquéllos, mientras que alumbraba a Israel de noche. En toda aquella
noche no se acercaron los unos a los otros.
21
Entonces Moisés extendió su mano sobre el mar, y Jehovah hizo que éste se
retirase con un fuerte viento del oriente que sopló toda aquella noche e hizo que el
22
mar se secara, quedando las aguas divididas. Y los hijos de Israel entraron en
medio del mar en seco, teniendo las aguas como muro a su derecha y a su izquierda.
23
Los egipcios los persiguieron, y entraron en el mar tras ellos con toda la caballería
24
del faraón, sus carros y sus jinetes. Aconteció que a eso de la vigilia de la mañana,
Jehovah miró hacia el ejército de los egipcios, desde la columna de fuego y de nube,
25
y sembró la confusión en el ejército de los egipcios. Trabó las ruedas de sus
carros, de modo que se desplazaban pesadamente. Entonces los egipcios dijeron:
— ¡Huyamos de los israelitas, porque Jehovah combate por ellos contra los
26
egipcios! Entonces Jehovah dijo a Moisés: — Extiende tu mano sobre el mar,
para que las aguas vuelvan sobre los egipcios, sobre sus carros y sobre sus jinetes.
27
Moisés extendió su mano sobre el mar, y cuando amanecía, éste volvió a su
lecho, de modo que los egipcios chocaron contra él cuando huían. Así precipitó
28
Jehovah a los egipcios en medio del mar. Las aguas volvieron y cubrieron los
carros y los jinetes, junto con todo el ejército del faraón que había entrado en el mar
29
tras ellos. No quedó de ellos ni uno solo. Pero los hijos de Israel caminaron en
seco por en medio del mar, teniendo las aguas como muro a su derecha y a su
30
izquierda. Así libró Jehovah aquel día a Israel de mano de los egipcios. Israel vio a
31
los egipcios muertos a la orilla del mar. Cuando Israel vio la gran hazaña que
Jehovah había realizado contra los egipcios, el pueblo temió a Jehovah, y creyó en él
y en su siervo Moisés.
Capítulo 15
1
Entonces Moisés y los hijos de Israel cantaron este cántico a Jehovah,
diciendo: “¡Cantaré a Jehovah, pues se ha enaltecido grandemente! ¡Ha arrojado al
2
mar caballos y jinetes! Jehovah es mi fortaleza y mi canción; él ha sido mi
salvación. ¡Este es mi Dios! Yo le alabaré. ¡El Dios de mi padre! A él ensalzaré.
3“
4
Jehovah es un guerrero. ¡Jehovah es su nombre! Ha echado al mar los carros y
5
el ejército del faraón. Fueron hundidos en el mar Rojo sus mejores oficiales. Las
6
aguas profundas los cubrieron; descendieron como piedra a las profundidades. “ Tu
diestra, oh Jehovah, ha sido majestuosa en poder; tu diestra, oh Jehovah, ha
7
quebrantado al enemigo. Con la grandeza de tu poder has destruido a los que se
8
opusieron a ti; desataste tu furor, y los consumió como a hojarasca. Por el soplo de
tu aliento se amontonaron las aguas; las olas se acumularon como un dique; las aguas
9
profundas se congelaron en medio del mar. Dijo el enemigo: ‘Perseguiré, tomaré
prisioneros y repartiré el botín; mi alma se saciará de ellos; desenvainaré mi espada,
10
y mi mano los desalojará.’ Pero tú soplaste con tu aliento, y el mar los cubrió. Se
11
hundieron como plomo en las impetuosas aguas. “ ¿Quién como tú, oh Jehovah,
entre los dioses? ¿Quién como tú, majestuoso en santidad, temible en hazañas
12
dignas de alabanza, hacedor de maravillas? Extendiste tu diestra, y la tierra los
13
tragó. En tu misericordia guías a este pueblo que has redimido, y lo llevas con tu
14
poder a tu santa morada. “ Los pueblos lo oyen y tiemblan; la angustia se apodera
15
de los filisteos. Entonces los jefes de Edom se aterran; los poderosos de Moab
16
son presas del pánico; se abaten todos los habitantes de Canaán. Sobre ellos caen
terror y espanto; ante la grandeza de tu brazo enmudecen como la piedra, hasta que
haya pasado tu pueblo, oh Jehovah; hasta que haya pasado este pueblo que tú has
17
adquirido. Tú los introducirás y los plantarás en el monte de tu heredad, en el lugar
que has preparado como tu habitación, oh Jehovah, en el santuario que
18
establecieron tus manos, oh Señor. Jehovah reinará por siempre jamás.”
19
Cuando la caballería del faraón entró en el mar con sus carros y jinetes, Jehovah
volvió a traer las aguas del mar sobre ellos, mientras que los hijos de Israel
20
caminaron en seco en medio del mar. Entonces María la profetisa, hermana de
Aarón, tomó un pandero en su mano, y todas las mujeres salieron en pos de ella con
21
panderos y danzas. Y María les dirigía diciendo: “¡Cantad a Jehovah, pues se ha
enaltecido grandemente! ¡Ha arrojado al mar caballos y jinetes!”
22
Moisés hizo que Israel partiese del mar Rojo, y ellos se dirigieron al desierto
23
de Shur. Caminaron tres días por el desierto, sin hallar agua, y llegaron a Mara.
Pero no pudieron beber las aguas de Mara, porque eran amargas. Por eso pusieron
24
al lugar el nombre de Mara. Entonces el pueblo murmuró contra Moisés diciendo:
25
— ¿Qué hemos de beber? Moisés clamó a Jehovah, y Jehovah le mostró un
árbol. Cuando él arrojó el árbol dentro de las aguas, las aguas se volvieron dulces.
26
Allí dio al pueblo leyes y decretos. Allí lo probó diciéndole: — Si escuchas
atentamente la voz de Jehovah tu Dios y haces lo recto ante sus ojos; si prestas
atención a sus mandamientos y guardas todas sus leyes, ninguna enfermedad de las
27
que envié a Egipto te enviaré a ti, porque yo soy Jehovah tu sanador. Llegaron a
Elim, donde había doce manantiales de agua y setenta palmeras, y acamparon allí
junto a las aguas.
Capítulo 16
1
Toda la congregación de los hijos de Israel partió de Elim y llegó al desierto de
Sin, que está entre Elim y Sinaí, el día 15 del mes segundo después de salir de la
2
tierra de Egipto. Entonces toda la congregación de los hijos de Israel murmuró
3
contra Moisés y Aarón en el desierto. Los hijos de Israel les decían: — ¡Ojalá
Jehovah nos hubiera hecho morir en la tierra de Egipto, cuando nos sentábamos
junto a las ollas de carne, cuando comíamos pan hasta saciarnos! Nos habéis
4
sacado a este desierto para matar de hambre a toda esta multitud. Entonces
Jehovah dijo a Moisés: — He aquí, yo haré llover para vosotros pan del cielo. El
pueblo saldrá y recogerá diariamente la porción de cada día; así lo pondré a prueba,
5
si anda en mi ley o no. Pero en el sexto día prepararán lo que han de llevar, que
6
será el doble de lo que recogen cada día. Moisés y Aarón dijeron a todos los hijos
de Israel: — Al atardecer sabréis que Jehovah os ha sacado de la tierra de Egipto.
7
Y al amanecer veréis la gloria de Jehovah, porque él ha oído vuestras
murmuraciones contra Jehovah. Pues, ¿qué somos nosotros para que murmuréis
8
contra nosotros? — Agregó Moisés — : Jehovah os dará al atardecer carne para
comer y al amanecer pan hasta saciaros, porque Jehovah ha oído vuestras
murmuraciones contra él. Pues, ¿qué somos nosotros? Vuestras murmuraciones no
9
son contra nosotros, sino contra Jehovah. Moisés dijo a Aarón: — Di a toda la
congregación de los hijos de Israel: “Acercaos a la presencia de Jehovah, pues él ha
10
oído vuestras murmuraciones.” Y sucedió que mientras Aarón hablaba a toda la
congregación de Israel, miraron hacia el desierto; y he aquí, la gloria de Jehovah se
11
12
apareció en la nube. Y Jehovah habló a Moisés diciendo: — Yo he oído las
murmuraciones de los hijos de Israel. Háblales diciendo: “Al atardecer comeréis
carne, y al amanecer os saciaréis de pan, y sabréis que yo soy Jehovah vuestro
Dios.”
13
Al atardecer vinieron las codornices y cubrieron el campamento. Y al
14
amanecer había una capa de rocío alrededor del campamento. Cuando se
evaporó la capa de rocío, he aquí que sobre la superficie del desierto había una
15
sustancia menuda, escamosa y fina como la escarcha sobre la tierra. Al verla, los
hijos de Israel se preguntaron unos a otros: — ¿Qué es esto? Pues no sabían lo que
16
era. Entonces Moisés les dijo: — Es el pan que Jehovah os da para comer. Esto
es lo que Jehovah ha mandado: “Recoged de ello cada uno según lo que necesite
para comer: un gomer por persona. Cada uno recogerá según el número de las
17
personas que están en su tienda.” Así lo hicieron los hijos de Israel. Unos
18
recogieron más, y otros menos. Lo midieron por gomer; y al que recogió mucho
no le sobró, y al que recogió poco no le faltó. Cada uno recogió según lo que
19
necesitaba para comer. Y Moisés les dijo: — Ninguno guarde nada de ello hasta
20
el día siguiente. Pero no obedecieron a Moisés, sino que algunos guardaron algo
para el día siguiente; pero crió gusanos y hedió. Y Moisés se enojó contra ellos.
21
Lo recogían cada mañana, cada uno según lo que necesitaba para comer; y
cuando el sol calentaba, se derretía.
22
En el sexto día recogieron doble porción de comida: dos gomeres para cada
uno. Todos los principales de la congregación fueron a Moisés y se lo hicieron
23
saber. Y él les dijo: — Esto es lo que ha dicho Jehovah: “Mañana es sábado de
reposo, el sábado consagrado a Jehovah. Lo que tengáis que cocer al horno,
cocedlo hoy; y lo que tengáis que cocinar, cocinadlo. Y todo lo que sobre, dejadlo a
24
un lado y guardadlo para la mañana.” Ellos lo guardaron para la mañana, según lo
25
había mandado Moisés, y no hedió ni crió gusanos. Y dijo Moisés: — Comedlo
26
hoy, porque es el sábado de Jehovah. Hoy no lo hallaréis en el campo. Seis días
27
lo recogeréis; pero el séptimo día es sábado, en el cual no será hallado. Aconteció
que algunos del pueblo salieron para recoger en el séptimo día, y no hallaron nada.
28
Y Jehovah dijo a Moisés: — ¿Hasta cuándo rehusaréis guardar mis
29
mandamientos y mis instrucciones? Mirad que Jehovah os ha dado el sábado, y
por eso en el sexto día os da pan para dos días. Permanezca cada uno en su lugar;
30
31
nadie salga de allí en el séptimo día. Así reposó el pueblo el séptimo día. La
casa de Israel lo llamó Maná. Era como semilla de cilantro, blanco; y su sabor era
como de galletas con miel.
32
Moisés dijo: — Esto es lo que Jehovah ha mandado: “Llenad un gomer de
maná para que sea conservado para vuestras generaciones, a fin de que ellas vean el
pan que os di a comer en el desierto, cuando os saqué de la tierra de Egipto.”
33
Moisés también dijo a Aarón: — Toma una vasija y pon en ella un gomer lleno de
maná; colócala delante de Jehovah, para que sea conservado para vuestras
34
generaciones. Y Aarón lo puso delante del Testimonio, para que fuese
35
conservado, como Jehovah había mandado a Moisés. Los hijos de Israel
comieron el maná durante cuarenta años, hasta que llegaron a tierra habitada.
36
Comieron maná hasta que llegaron a la frontera de la tierra de Canaán. (Un gomer
es la décima parte de un efa.)
Capítulo 17
1
Toda la congregación de los hijos de Israel partió del desierto de Sin, para
continuar sus etapas, según el mandato de Jehovah; y acamparon en Refidim, donde
2
no había agua para que el pueblo bebiese. El pueblo altercó con Moisés diciendo:
— ¡Danos agua para beber! Moisés les dijo: — ¿Por qué altercáis conmigo? ¿Por
3
qué ponéis a prueba a Jehovah? Así que el pueblo sediento murmuró allí contra
Moisés diciendo: — ¿Por qué nos trajiste de Egipto para matarnos de sed, a
4
nosotros, a nuestros hijos y a nuestro ganado? Moisés clamó a Jehovah diciendo:
5
— ¿Qué haré con este pueblo? Poco falta para que me apedreen. Jehovah
respondió a Moisés: — Pasa delante del pueblo y toma contigo a algunos de los
ancianos de Israel. Toma también en tu mano la vara con que golpeaste el Nilo, y
6
vé. He aquí, yo estaré delante de ti allí sobre la peña de Horeb. Tú golpearás la
peña, y saldrá de ella agua, y el pueblo beberá. Moisés lo hizo así en presencia de
7
los ancianos de Israel. Y llamó el nombre de aquel lugar Masá y Meriba, por el
altercado de los hijos de Israel y porque pusieron a prueba a Jehovah, diciendo:
“¿Está Jehovah entre nosotros, o no?”
8
9
Entonces vino Amalec y combatió contra Israel en Refidim. Y Moisés dijo a
Josué: — Escoge algunos de nuestros hombres y sal a combatir contra Amalec.
Mañana yo estaré sobre la cima de la colina con la vara de Dios en mi mano.
10
Josué hizo como le dijo Moisés y combatió contra Amalec, mientras Moisés,
11
Aarón y Hur subieron a la cumbre de la colina. Sucedió que cuando Moisés
alzaba su mano, Israel prevalecía; pero cuando bajaba su mano, prevalecía Amalec.
12
Ya las manos de Moisés estaban cansadas; por tanto, tomaron una piedra y la
pusieron debajo de él, y él se sentó sobre ella. Aarón y Hur sostenían sus manos, el
uno de un lado y el otro del otro lado. Así hubo firmeza en sus manos hasta que se
13
puso el sol. Y así derrotó Josué a Amalec y a su pueblo, a filo de espada.
14
Entonces Jehovah dijo a Moisés: — Escribe esto en un libro como memorial, y di
claramente a Josué que yo borraré del todo la memoria de Amalec de debajo del
15
16
cielo. Moisés edificó un altar y llamó su nombre Jehovah-nisi. Y dijo: — Por
cuanto alzó la mano contra el trono de Jehovah, Jehovah tendrá guerra contra
Amalec de generación en generación.
Capítulo 18
1
Jetro, sacerdote de Madián y suegro de Moisés, oyó todas las cosas que Dios
había hecho a favor de Moisés y de su pueblo Israel, y cómo Jehovah había sacado
2
a Israel de Egipto. Y Jetro, suegro de Moisés, tomó a Séfora, la mujer de Moisés,
3
a quien éste había enviado; también tomó a sus dos hijos. (El uno se llamaba
4
Gersón, porque Moisés había dicho: “Fui forastero en tierra extranjera.” El otro se
llamaba Eliezer, porque había dicho: “El Dios de mi padre me ayudó y me libró de la
5
espada del faraón.”) Jetro, suegro de Moisés, y la mujer de éste y sus hijos fueron
a ver a Moisés en el desierto donde estaba el campamento, junto al monte de Dios.
6
Y envió a decir a Moisés: “Yo, tu suegro Jetro, vengo a ti con tu mujer y con sus
dos hijos.”
7
Moisés salió a recibir a su suegro, se postró ante él y lo besó. Se preguntaron
8
el uno al otro cómo estaban, y entraron en la tienda. Moisés contó a su suegro
todas las cosas que Jehovah había hecho al faraón y a los egipcios a favor de Israel,
los contratiempos que habían pasado en el camino, y cómo los había librado
9
Jehovah. Se alegró Jetro de todo el bien que Jehovah había hecho a Israel,
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librándole de la mano de los egipcios. Jetro dijo: — ¡Bendito sea Jehovah, que os
libró de mano de los egipcios y de mano del faraón! El es quien libró al pueblo de
11
mano de los egipcios. Ahora reconozco que Jehovah es más grande que todos los
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dioses, porque castigó a aquellos que os trataron con arrogancia. Después Jetro,
suegro de Moisés, ofreció un holocausto y sacrificios a Dios. Aarón y todos los
ancianos de Israel fueron a comer con el suegro de Moisés delante de Dios.
13
Aconteció que al día siguiente Moisés se sentó para administrar justicia al
14
pueblo. Y el pueblo estuvo delante de Moisés desde la mañana hasta la noche. Al
ver el suegro de Moisés todo lo que él hacía por el pueblo, dijo: — ¿Qué es esto
que haces con el pueblo? ¿Por qué te sientas tú sólo, y todo el pueblo está delante
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de ti desde la mañana hasta la noche? Moisés respondió a su suegro: — Porque el
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pueblo viene a mí para consultar a Dios. Cuando tienen cualquier asunto, vienen a
mí. Yo juzgo entre uno y otro, y les hago conocer las leyes y las instrucciones de
17
18
Dios. Entonces el suegro de Moisés le dijo: — No está bien lo que haces. Te
agotarás del todo, tú y también este pueblo que está contigo. El trabajo es
19
demasiado pesado para ti; no podrás hacerlo tú solo. Ahora pues, escúchame; yo
te aconsejaré, y Dios estará contigo. Sé tú el portavoz del pueblo delante de Dios, y
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lleva los asuntos a Dios. Enséñales las leyes y las instrucciones, y muéstrales el
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camino a seguir y lo que han de hacer. Pero selecciona de entre todo el pueblo a
hombres capaces, temerosos de Dios, hombres íntegros que aborrezcan las
ganancias deshonestas, y ponlos al frente de ellos como jefes de mil, de cien, de
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cincuenta y de diez, para que juzguen al pueblo en todo tiempo. Todo asunto
difícil lo traerán a ti, pero ellos juzgarán todo asunto menor. Así aliviarás la carga que
23
hay sobre ti, haciendo que otros la compartan contigo. Si haces esto, y Dios así te
lo manda, tú podrás resistir; y también todo este pueblo irá en paz a su lugar.
24
25
Moisés escuchó el consejo de su suegro e hizo todo lo que él dijo. Escogió
Moisés hombres capaces de entre todo Israel y los puso al frente del pueblo como
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jefes de mil, de cien, de cincuenta y de diez. Ellos juzgaban al pueblo en todo
tiempo. Los asuntos difíciles los llevaban a Moisés, pero ellos se hacían cargo de
27
todos los asuntos menores. Entonces despidió Moisés a su suegro y lo encaminó a
su tierra.
Capítulo 19
1
En el mes tercero después de la salida de los hijos de Israel de la tierra de
2
Egipto, en ese mismo día llegaron al desierto de Sinaí. Partieron de Refidim y
llegaron al desierto de Sinaí, e Israel acampó allí en el desierto frente al monte.
3
Entonces Moisés subió para encontrarse con Dios, y Jehovah lo llamó desde el
monte, diciendo: — Así dirás a la casa de Jacob y anunciarás a los hijos de Israel:
4“
Vosotros habéis visto lo que he hecho a los egipcios, y cómo os he levantado a
5
vosotros sobre alas de águilas y os he traído a mí. Ahora pues, si de veras
escucháis mi voz y guardáis mi pacto, seréis para mí un pueblo especial entre todos
6
los pueblos. Porque mía es toda la tierra, y vosotros me seréis un reino de
sacerdotes y una nación santa.” Estas son las palabras que dirás a los hijos de Israel.
7
Entonces Moisés volvió y llamó a los ancianos del pueblo, y expuso en su
8
presencia todas estas palabras que Jehovah le había mandado. Todo el pueblo
respondió a una, y dijo: — ¡Haremos todo lo que Jehovah ha dicho! Y Moisés
repitió a Jehovah las palabras del pueblo.
9
Jehovah dijo a Moisés: — He aquí, yo vendré a ti en una densa nube, para que el
pueblo oiga mientras yo hablo contigo y te crea para siempre. Y Moisés repitió a
Jehovah las palabras del pueblo. 10 Jehovah dijo a Moisés: — Vé al pueblo y
santifícalos hoy y mañana, y que laven sus vestidos. 11 Que estén preparados para el
tercer día, porque al tercer día Jehovah descenderá sobre el monte Sinaí, a la vista de
todo el pueblo. 12 Tú señalarás un límite al pueblo, alrededor, diciendo: “Guardaos; no
subáis al monte ni toquéis su límite. Cualquiera que toque el monte, morirá
irremisiblemente. 13 Nadie pondrá sus manos sobre él, porque ciertamente será
apedreado o muerto a flechazos; sea animal u hombre, no vivirá. Sólo podrán subir al
monte cuando la corneta suene prolongadamente.” 14 Moisés descendió del monte al
encuentro del pueblo y lo santificó, y ellos lavaron sus vestidos. 15 Entonces dijo al
pueblo: — Estad preparados para el tercer día. Absteneos de relaciones con mujer.
16
Aconteció al tercer día, al amanecer, que hubo truenos y relámpagos, una densa
nube sobre el monte, y un fuerte sonido de corneta. Y todo el pueblo que estaba en el
campamento se estremeció. 17 Moisés hizo salir al pueblo del campamento al encuentro
de Dios, y se detuvieron al pie del monte. 18 Todo el monte Sinaí humeaba, porque
Jehovah había descendido sobre él en medio de fuego. El humo subía como el humo de
un horno, y todo el monte se estremeció en gran manera. 19 Mientras el sonido de la
corneta se intensificaba en extremo, Moisés hablaba, y Dios le respondía con truenos.
20
Jehovah descendió sobre el monte Sinaí, sobre la cumbre del monte. Entonces
Jehovah llamó a Moisés a la cumbre del monte, y Moisés subió. 21 Jehovah dijo a
Moisés: — Desciende y advierte al pueblo, no sea que traspasen el límite para ver a
Jehovah y mueran muchos de ellos. 22 Santifíquense también los sacerdotes que se
acercan a Jehovah, no sea que Jehovah acometa contra ellos. 23 Moisés dijo a Jehovah:
— El pueblo no podrá subir al monte Sinaí, porque tú nos has ordenado diciendo:
“Señala límites al monte y santifícalo.” 24 Y Jehovah le dijo: — Vé, desciende y luego
sube tú con Aarón. Pero que los sacerdotes y el pueblo no traspasen el límite para
subir a encontrarse con Jehovah, no sea que él acometa contra ellos. 25 Entonces
Moisés descendió al encuentro del pueblo y se lo dijo .
Capítulo 20
1
2
Y Dios habló todas estas palabras, diciendo: “ Yo soy Jehovah tu Dios que te
3
saqué de la tierra de Egipto, de la casa de esclavitud: “ No tendrás otros dioses
delante de mí.
4“
No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni
5
abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás ante ellas ni
les rendirás culto, porque yo soy Jehovah tu Dios, un Dios celoso que castigo la
maldad de los padres sobre los hijos, sobre la tercera y sobre la cuarta generación
6
de los que me aborrecen. Pero muestro misericordia por mil generaciones a los que
7
me aman y guardan mis mandamientos. “ No tomarás en vano el nombre de
Jehovah tu Dios, porque Jehovah no dará por inocente al que tome su nombre en
8
9
vano. “ Acuérdate del día del sábado para santificarlo. Seis días trabajarás y harás
10
toda tu obra, pero el séptimo día será sábado para Jehovah tu Dios. No harás en
él obra alguna, ni tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu animal, ni el
11
forastero que está dentro de tus puertas. Porque en seis días Jehovah hizo los
cielos, la tierra y el mar, y todo lo que hay en ellos, y reposó en el séptimo día. Por
eso Jehovah bendijo el día del sábado y lo santificó.
12 “
Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se prolonguen sobre la
13
14
tierra que Jehovah tu Dios te da. “ No cometerás homicidio. “ No cometerás
15
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17
adulterio. “ No robarás. “ No darás falso testimonio contra tu prójimo. “ No
codiciarás la casa de tu prójimo; no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni
su sierva, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna que sea de tu prójimo.”
18
Todo el pueblo percibía los truenos, los relámpagos, el sonido de la corneta y
el monte que humeaba. Al ver esto, ellos temblaron y se mantuvieron a distancia.
19
Y dijeron a Moisés: — Habla tú con nosotros, y escucharemos. Pero no hable
20
Dios con nosotros, no sea que muramos. Y Moisés respondió al pueblo: — No
temáis, porque Dios ha venido para probaros, a fin de que su temor esté delante de
21
vosotros para que no pequéis. Entonces el pueblo se mantuvo a distancia, y
Moisés se acercó a la densa oscuridad donde estaba Dios.
22
Y Jehovah dijo a Moisés: “Así dirás a los hijos de Israel: ‘Vosotros habéis
23
visto que he hablado desde los cielos con vosotros. No os hagáis dioses de plata
24
junto a mí; tampoco os hagáis dioses de oro.’ “ Harás para mí un altar de tierra, y
sobre él sacrificarás tus holocaustos y ofrendas de paz, tus ovejas y tus vacas. En
25
cualquier lugar donde yo haga recordar mi nombre vendré a ti y te bendeciré. Y si
me haces un altar de piedras, no lo construyas con piedras labradas; porque si alzas
26
una herramienta sobre él, lo profanarás. Tampoco subirás por gradas a mi altar,
para que tu desnudez no sea descubierta sobre él.
Capítulo 21
1“
2
Estos son los decretos que expondrás ante ellos: “ Cuando compres un
3
esclavo hebreo, seis años te servirá; pero al séptimo saldrá libre, gratuitamente. Si
4
entró solo, solo saldrá. Si tenía mujer, entonces su mujer saldrá con él. Si su amo le
ha dado mujer y ella le ha dado hijos o hijas, la mujer y sus hijos serán de su amo; y
5
él saldrá solo. Y si él insiste en decir: ‘Yo amo a mi señor, a mi mujer y a mis hijos;
6
no quiero salir libre’, entonces su amo lo acercará ante los jueces, lo acercará a la
puerta o al poste de la puerta y le horadará la oreja con una lezna. Y le servirá para
7
siempre. “ Cuando alguien venda a su hija como esclava, ésta no saldrá libre de la
8
misma manera que suelen salir los esclavos varones. Si ella no agrada a su señor,
quien la había destinado para sí mismo, él ha de permitir que ella sea rescatada. No
tendrá derecho de venderla a un pueblo extranjero, por haberla decepcionado.
9
Pero si la ha tomado para su hijo, hará con ella como se acostumbra hacer con las
10
hijas. Si él toma para sí otra mujer, a la primera no le disminuirá su alimento, ni su
11
vestido, ni su derecho conyugal. Si no le provee estas tres cosas, entonces ella
saldrá libre gratuitamente, sin pagar dinero.
12 “
13
El que hiere a alguien causándole la muerte morirá irremisiblemente. Pero
si él no lo premeditó, sino que Dios permitió que cayera en sus manos, entonces yo
14
te pondré el lugar al cual ha de huir. Pero si alguno se acalora contra su prójimo y
15
lo mata con alevosía, lo quitarás de mi altar para que muera. “ El que hiera a su
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padre o a su madre morirá irremisiblemente. “ El que secuestre a una persona, sea
17
que la venda o que ésta sea encontrada en su poder, morirá irremisiblemente. “ El
18
que maldiga a su padre o a su madre morirá irremisiblemente. “ Cuando algunos
hombres peleen y uno hiera al otro con una piedra o con el puño, y éste no muera
19
pero caiga en cama; si se levanta y anda fuera apoyado en su bastón, entonces el
que le hirió será absuelto. Solamente le compensará por el tiempo de inactividad, y
20
se hará cargo de su curación. “ Cuando alguien golpee a su esclavo o a su esclava
21
con un palo, y muera en sus manos, sin falta será castigado. Pero si sobrevive uno
o dos días, no será castigado, porque es propiedad suya.
22 “
Cuando algunos hombres peleen y hieran a una mujer encinta y ésta aborte
sin mayor daño, el culpable será multado de acuerdo con lo que le imponga el
23
marido de la mujer y según lo que establezcan los jueces. Pero si ocurre un daño
24
mayor, entonces pagará vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por
25
mano, pie por pie, quemadura por quemadura, herida por herida, golpe por golpe.
26 “
Cuando alguien hiera el ojo de su esclavo o el ojo de su esclava y lo destruya, lo
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dejará ir libre en compensación por su ojo. Si ocasiona la pérdida de un diente a
su esclavo o un diente a su esclava, le dejará ir libre en compensación por su
28
diente.” “ Cuando un buey acornee a un hombre o a una mujer, y como
consecuencia muera, el buey morirá apedreado, y no se comerá su carne; pero su
29
dueño será absuelto. Si el buey era corneador en el pasado y a su dueño se le
había advertido, pero no lo había guardado, y mata a un hombre o a una mujer, el
30
buey morirá apedreado; y también morirá el dueño. Si le es impuesta una multa,
31
entonces dará en rescate de su vida cuanto le sea impuesto. Si ha acorneado a un
32
hijo o a una hija, se hará con él conforme a este mismo decreto. Si el buey
acornea a un esclavo o a una esclava, el dueño del buey dará 30 siclos de plata al
33
dueño del esclavo; y el buey morirá apedreado. “ Cuando alguien deje abierta o
34
cave una cisterna, y no la cubra, y allí caiga un buey o un asno, el dueño de la
cisterna pagará a su dueño su valor en dinero; y el animal muerto será suyo.
35 “
Cuando el buey de alguien hiera al buey de su prójimo, y muera, entonces
venderán el buey vivo y se repartirán el dinero. También se repartirán el buey
36
muerto. Pero si se sabía que el buey era corneador en el pasado y su dueño no lo
había guardado, pagará buey por buey; y el buey muerto será suyo.
Capítulo 22
1“
Cuando alguien robe un buey o una oveja y lo degüelle o venda, por aquel
2
buey pagará cinco bueyes, y por aquella oveja, pagará cuatro ovejas. Si un ladrón
3
es hallado forzando una casa, y es herido y muere, no hay castigo. Pero si sucede
después de salido el sol, sí, hay castigo. Al ladrón le corresponde hacer restitución, y
4
si no tiene con qué, será vendido por lo que ha robado. Si lo robado es hallado
5
vivo en su poder, sea buey, asno u oveja, pagará el doble. “ Cuando alguien deje
pastar su ganado en un campo o una viña y permita que su ganado pase a otro
campo, pagará con lo mejor de su propio campo y con lo mejor de su viña.
6“
Cuando un fuego se extienda y halle espinos, y sean destruidas las gavillas o la
mies o un campo, el que prendió el fuego, sin falta pagará el daño del incendio.
7“
Cuando alguien dé a su prójimo plata u objetos para que los guarde, y éstos
sean robados de la casa del hombre; si es hallado el ladrón, éste pagará el doble.
8
Pero si no es hallado el ladrón, entonces al señor de la casa se le hará comparecer
ante los jueces para determinar si ha metido la mano en la propiedad de su prójimo.
9“
Sobre todo asunto de posesión ilegal, sea con respecto a buey, asno, oveja,
vestido o cualquier propiedad perdida, si uno dice: ‘Esto es mío’, la causa de ambos
será llevada ante los jueces. Y aquel a quien los jueces declaren culpable pagará el
10
doble a su prójimo. “ Cuando alguien entregue a su prójimo un asno, un buey, una
oveja o cualquier otro animal para que lo guarde, y se muera o se lastime, o sea
11
robado sin que nadie lo vea, tendrá lugar entre ambos un juramento ante Jehovah,
de que no ha metido la mano en la propiedad de su prójimo. El dueño aceptará su
12
testimonio, y el otro no hará restitución. Pero si efectivamente le ha sido robado,
13
él hará restitución a su dueño. Y si el animal fue despedazado, él llevará al dueño
14
evidencia del animal despedazado; y no hará restitución. “ Cuando alguien pida
prestado un animal a su prójimo y sea lesionado o muerto en ausencia de su dueño,
15
hará completa restitución. Pero si el dueño estuvo presente, no la hará. Si el
animal era alquilado, los daños están incluidos en el alquiler.
16 “
Cuando alguien seduzca a una mujer virgen no desposada y se acueste con
17
ella, deberá pagar el precio matrimonial por ella y la tomará por mujer. Pero si el
padre de ella rehúsa dársela, a pesar de ello él pagará en dinero el precio
18
19
matrimonial. “ No dejarás que vivan las brujas. “ Cualquiera que tiene cópula con
20
un animal morirá irremisiblemente. “ El que ofrece sacrificio a un dios que no sea
21
Jehovah, será anatema. “ No maltratarás ni oprimirás al extranjero, porque también
22
vosotros fuisteis extranjeros en la tierra de Egipto. “ No afligirás a ninguna viuda ni
23
huérfano. Porque si llegas a afligirle y él clama a mí, ciertamente oiré su clamor,
24
y mi furor se encenderá, y os mataré a espada; y vuestras mujeres quedarán
viudas, y vuestros hijos huérfanos.
25 “
Si das prestado dinero a algún pobre de mi pueblo que está contigo, no te
26
portarás con él como usurero, ni le impondrás intereses. Si tomas en prenda el
27
manto de tu prójimo, se lo devolverás a la puesta del sol. Porque eso es su única
cubierta; eso es su vestido para cubrir su cuerpo. ¿Con qué más ha de dormir?
28
Cuando él clame a mí, yo le oiré; porque soy misericordioso. “ No maldecirás a
29
los jueces, ni hablarás mal del gobernante de tu pueblo. “ No demorarás en
presentar las primicias de tu cosecha ni de tu lagar. “Me darás el primogénito de tus
30
hijos. Lo mismo harás con el de tus vacas y el de tus ovejas. Siete días estará con
31
su madre, y al octavo día me lo darás. “ Me seréis hombres santos. No comeréis
la carne de un animal despedazado en el campo. A los perros se la echaréis.
Capítulo 23
1“
No suscitarás rumores falsos, ni te pondrás de acuerdo con el impío para ser
2
testigo perverso. “ No seguirás a la mayoría para hacer el mal. No testificarás en un
3
pleito, inclinándote a la mayoría, para pervertir la causa. Tampoco harás
4
favoritismo al pobre en su pleito. “ Si encuentras extraviado el buey o el asno de tu
5
enemigo, devuélveselo. Si ves caído debajo de su carga el asno del que te
6
aborrece, no lo dejes abandonado. Ciertamente le ayudarás con él. “ No
7
pervertirás el derecho del necesitado en su pleito. Te alejarás de las palabras de
mentira, y no condenarás a morir al inocente y al justo; porque yo no justificaré al
8
culpable. “ No recibirás soborno, porque el soborno ciega a los que ven con
9
claridad y pervierte las palabras de los justos. “ No oprimirás al extranjero; pues
vosotros sabéis cómo es el ánimo del extranjero, porque vosotros habéis sido
extranjeros en la tierra de Egipto.
10 “
11
Seis años sembrarás tu tierra y recogerás su producto. Pero el séptimo la
dejarás sin cultivar y vacante, para que coman de ella los necesitados de tu pueblo y
para que de lo que quede coman también los animales del campo. Lo mismo harás
12
con tu viña y con tu olivar. “ Seis días te dedicarás a tus labores; pero en el séptimo
día cesarás, para que descansen tu buey y tu asno, y renueven fuerzas el hijo de tu
sierva y el forastero. 13 “ Guardaréis todo lo que os he dicho. No mencionaréis los
nombres de otros dioses, ni se los oiga en vuestros labios. 14 “ Tres veces al año me
celebrarás fiesta: 15 “ Guardarás la fiesta de los panes sin levadura. Siete días comerás
panes sin levadura, como te he mandado, en el tiempo señalado del mes de Abib ;
porque en él saliste de Egipto. Y nadie se presentará delante de mí con las manos
16
vacías. “ Guardarás también la fiesta de la siega y de los primeros frutos de lo que
hayas sembrado en el campo. “También guardarás la fiesta de la cosecha a la salida
del año, cuando hayas recogido del campo el fruto de tus labores. 17 “ Tres veces al año
se presentarán todos tus hombres delante de Jehovah el Señor. 18 “ No ofrecerás la
sangre de mi sacrificio junto con algo que tenga levadura. “No quedará el sebo de mi
ofrenda hasta la mañana. 19 “ Traerás lo mejor de las primicias de tu tierra a la casa de
Jehovah tu Dios. “No cocerás el cabrito en la leche de su madre.
20 “
He aquí, yo envío un ángel delante de ti, para que te guarde en el camino y te
21
lleve al lugar que yo he preparado. Guarda tu conducta delante de él y escucha su
voz. No le resistas, porque él no perdonará vuestra rebelión, pues mi nombre está
22
en él. Pero si en verdad escuchas su voz y haces todo lo que yo te diga, seré
enemigo de tus enemigos y adversario de tus adversarios.
23
Porque mi ángel irá delante de ti y te llevará a la tierra de los amorreos, heteos,
24
ferezeos, cananeos, heveos y jebuseos, y yo los destruiré. No te inclinarás ante
sus dioses ni les rendirás culto, ni harás como ellos hacen. Más bien, los destruirás
25
del todo y romperás por completo sus piedras rituales. Pero servirás a Jehovah tu
Dios, y él bendecirá tu pan y tu agua. Yo apartaré las enfermedades de en medio de
26
ti. No habrá en tu tierra mujer que aborte ni mujer estéril. Al número de tus días
27
yo daré plenitud. “ Yo enviaré mi terror delante de ti y traeré confusión a todo
28
pueblo donde tú entres. Haré que todos tus enemigos huyan de delante de ti. Yo
enviaré delante de ti la avispa, la cual echará de tu presencia a los heveos, cananeos
29
y heteos. No los echaré de tu presencia en un solo año, para que la tierra no
30
quede desolada ni se multipliquen contra ti las fieras del campo. Poco a poco los
31
echaré de tu presencia, hasta que multipliques y tomes posesión de la tierra. Yo
estableceré tus fronteras desde el mar Rojo hasta el mar de los filisteos; y desde el
desierto hasta el Río. Yo entregaré en vuestra mano a los habitantes del país, y tú los
32
33
echarás de tu presencia. No harás pacto con ellos ni con sus dioses. No
habitarán en tu tierra, no sea que te hagan pecar contra mí; porque si rindes culto a
sus dioses, ciertamente ellos te harán tropezar.”
Capítulo 24
1
Dios dijo a Moisés: — Subid ante Jehovah, tú, Aarón, Nadab, Abihú y setenta
2
de los ancianos de Israel, y os postraréis a distancia. Luego se acercará Moisés
3
solo a Jehovah; pero no se acerquen ellos, ni suba el pueblo con él. Moisés fue y
refirió al pueblo todas las palabras de Jehovah y todos los decretos, y todo el
pueblo respondió a una voz diciendo: — Haremos todas las cosas que Jehovah ha
4
dicho. Moisés escribió todas las palabras de Jehovah. Y levantándose muy de
mañana, erigió al pie del monte un altar y doce piedras según las doce tribus de
5
Israel. Luego mandó a unos jóvenes de los hijos de Israel, y éstos ofrecieron
6
holocaustos y mataron toros como sacrificios de paz a Jehovah. Moisés tomó la
mitad de la sangre y la puso en tazones, y esparció la otra mitad de la sangre sobre
7
el altar. Asimismo, tomó el libro del pacto y lo leyó a oídos del pueblo, el cual dijo:
8
— Haremos todas las cosas que Jehovah ha dicho, y obedeceremos. Entonces
Moisés tomó la sangre y roció con ella al pueblo, diciendo: — He aquí la sangre del
pacto que Jehovah ha hecho con vosotros referente a todas estas palabras.
9
Luego Moisés, Aarón, Nadab, Abihú y setenta de los ancianos de Israel
10
subieron, y vieron al Dios de Israel. Debajo de sus pies había como un pavimento
11
de zafiro, semejante en pureza al mismo cielo. Y no extendió su mano contra los
principales de los hijos de Israel. Ellos vieron a Dios, y comieron y bebieron.
12
Entonces Jehovah dijo a Moisés: — Sube a mí, al monte, y espera allí. Yo te
daré las tablas de piedra con la ley y los mandamientos que he escrito para
13
enseñarles. Se levantaron Moisés y Josué su ayudante, y Moisés subió al monte
14
de Dios; y dijo a los ancianos: — Esperadnos aquí hasta que volvamos a
vosotros. He aquí Aarón y Hur están con vosotros. El que tenga algún asunto, acuda
15
16
a ellos. Entonces Moisés subió al monte, y la nube cubrió el monte. La gloria de
Jehovah posó sobre el monte Sinaí, y la nube lo cubrió por seis días. Al séptimo día
17
él llamó a Moisés de dentro de la nube. Y la apariencia de la gloria de Jehovah en
la cumbre del monte era como un fuego consumidor ante los ojos de los hijos de
18
Israel. Moisés entró en la nube y subió al monte. Y estuvo Moisés en el monte
cuarenta días y cuarenta noches.
Capítulo 25
1
2
Jehovah habló a Moisés diciendo: “ Di a los hijos de Israel que tomen para mí
una ofrenda; de todo hombre cuyo corazón le mueva a hacerlo tomaréis mi ofrenda.
3
4
Esta es la ofrenda que tomaréis de ellos: oro, plata, bronce, material azul,
5
púrpura, carmesí, lino, pelo de cabra, pieles de carnero teñidas de rojo, pieles
6
finas, madera de acacia, aceite para la iluminación, especias aromáticas para el
7
aceite de la unción y para el incienso aromático, piedras de ónice y piedras de
8
engaste para el efod y el pectoral. Que me hagan un santuario, y yo habitaré en
9
medio de ellos. Haréis el diseño del tabernáculo y el de todos sus accesorios,
conforme a todo lo que yo te mostraré.
10 “
Harás un arca de madera de acacia. Será de dos codos y medio de largo, de
11
un codo y medio de ancho, y de un codo y medio de alto. La recubrirás de oro
puro; por dentro y por fuera la recubrirás, y harás sobre ella una moldura de oro
12
alrededor. Para ella harás cuatro aros de oro fundido, los cuales pondrás en sus
13
cuatro patas: dos aros a un lado de ella, y dos aros al otro lado. Harás unas varas
14
de madera de acacia, las cuales recubrirás de oro; y meterás las varas por los
aros a los lados del arca, para llevar el arca con ellas.
15
16
Las varas permanecerán en los aros del arca; no se quitarán de ella. Pondrás en
17
el arca el testimonio que yo te daré. “ Harás un propiciatorio de oro puro. Será de
18
dos codos y medio de largo, y de un codo y medio de ancho. Harás también dos
querubines; de oro modelado a martillo los harás en los dos extremos del
19
propiciatorio. Harás un querubín en un extremo, y el otro querubín en el otro
extremo. De una sola pieza con el propiciatorio harás los querubines en sus dos
20
extremos. Los querubines extenderán las alas por encima, cubriendo con sus alas
el propiciatorio. Sus caras estarán una frente a la otra; las caras de los querubines
21
estarán mirando hacia el propiciatorio. “ Pondrás el propiciatorio sobre el arca,
22
por encima; y dentro del arca pondrás el testimonio que yo te daré. Allí me
encontraré contigo, y desde encima del propiciatorio, de en medio de los querubines
que están sobre el arca del testimonio, hablaré contigo de todo lo que te mande para
los hijos de Israel.
23 “
Harás una mesa de madera de acacia. Será de dos codos de largo, de un
24
codo de ancho y de un codo y medio de alto. La recubrirás de oro puro y le harás
25
una moldura de oro alrededor. Le harás también un marco alrededor, de un palmo
26
menor de ancho, y al marco le harás una moldura de oro alrededor. Le harás
cuatro aros de oro, los cuales pondrás en las cuatro esquinas que corresponden a
27
sus cuatro patas. Próximos al marco estarán los aros, donde se colocarán las
28
varas para llevar la mesa. “ Harás las varas de madera de acacia y las recubrirás
29
de oro; con ellas será llevada la mesa. También harás sus platos, sus cucharas, sus
30
vasijas y sus tazones para hacer la libación; los harás de oro puro. Y pondrás
sobre la mesa el pan de la Presencia, continuamente, delante de mí.
31 “
Harás un candelabro de oro puro modelado a martillo. El candelabro con su
32
base, su tallo, sus cálices, sus botones y sus flores será de una sola pieza. Seis
brazos saldrán de sus lados: tres brazos del candelabro de un lado, y tres brazos del
33
candelabro del otro lado. Habrá tres cálices en forma de flor de almendro en un
brazo, con un botón y una flor; y tres cálices en forma de flor de almendro en el otro
34
brazo, con un botón y una flor; así en los seis brazos que salen del candelabro. En
el tallo del candelabro habrá cuatro cálices en forma de flor de almendro, con sus
35
botones y sus flores. Habrá un botón debajo de dos brazos del mismo, otro botón
debajo de otros dos brazos del mismo, y otro botón debajo de los otros dos brazos
36
del mismo; así con los seis brazos que salen del candelabro. Sus botones y sus
brazos serán de una sola pieza con él; todo será una pieza de oro puro modelado a
37
martillo. “ Además, le harás siete lámparas, y las pondrás en alto, para que
38
alumbren hacia adelante. También sus despabiladeras y sus platillos serán de oro
39
puro. Lo harás de un talento de oro puro, junto con todos estos accesorios.
40
Mira y hazlos conforme al modelo que te ha sido mostrado en el monte.
Capítulo 26
1“
Harás el tabernáculo de diez tapices de lino torcido, de material azul, de
púrpura y de carmesí. Y los decorarás con querubines, obra de fina artesanía.
2
Cada tapiz será de 28 codos de largo y de 4 codos de ancho. Todos los tapices
3
tendrán la misma medida. Cinco tapices se unirán el uno con el otro; y también los
4
otros cinco tapices se unirán el uno con el otro. Harás lazos de hilo azul en la orilla
de cada tapiz del extremo de la unión, y lo mismo harás en la orilla del tapiz del
5
extremo en la otra unión. Harás cincuenta lazos en el primer tapiz, y otros cincuenta
en el extremo del tapiz de la otra unión, estando los lazos contrapuestos, uno frente
6
al otro. También harás cincuenta ganchos de oro con los cuales unirás los tapices el
uno con el otro, de manera que el tabernáculo forme un solo conjunto.
7“
Asimismo, harás tapices de pelo de cabra para la tienda que estará sobre el
8
tabernáculo, once tapices en total. Cada tapiz será de 30 codos de largo y de 4
9
codos de ancho. Los once tapices tendrán una misma medida. Unirás cinco tapices
en un conjunto, y seis tapices en el otro conjunto. Doblarás el sexto tapiz para que
10
vaya en la parte frontal del tabernáculo. Harás cincuenta lazos en la orilla del tapiz
del extremo, en la primera unión; y otros cincuenta lazos en la orilla del otro tapiz, en
11
la segunda unión. Asimismo, harás cincuenta ganchos de bronce, los cuales
12
meterás en los lazos, y juntarás la tienda de manera que forme un conjunto. El
sobrante de los tapices de la cubierta, que es de medio tapiz, colgará hacia la parte
13
posterior del tabernáculo. Y el codo de un lado y el otro codo del otro lado, que
sobran a lo largo de los tapices de la tienda, colgarán sobre los lados del
14
tabernáculo, a un lado y al otro, para cubrirlo. “ También harás para el tabernáculo
una cubierta de pieles de carnero teñidas de rojo, y sobre ésta habrá una cubierta de
pieles finas.
15 “
Harás para el tabernáculo tablones de madera de acacia para estar puestos
16
de manera vertical. Cada tablón será de 10 codos de largo y de un codo y medio
17
de ancho. Cada tablón tendrá dos espigas para ser trabadas una con otra. Así
18
harás con todos los tablones del tabernáculo. Harás para el lado sur del
19
tabernáculo veinte tablones. Harás cuarenta bases de plata para estar debajo de
los veinte tablones: dos bases debajo de un tablón para sus dos espigas, y dos bases
20
debajo de otro tablón para sus dos espigas. Y para el otro lado del tabernáculo,
21
el lado norte, harás otros veinte tablones, con sus cuarenta bases de plata, dos
22
bases debajo de un tablón y dos bases debajo de otro tablón. Para el lado
23
posterior del tabernáculo, al occidente, harás seis tablones. Harás, además, dos
24
tablones para las esquinas del tabernáculo en los dos extremos posteriores, los
cuales estarán unidos por abajo y unidos por arriba con un aro. Así será con los dos
25
tablones para las dos esquinas. De modo que habrá ocho tablones con sus bases
de plata, dieciséis bases; dos bases debajo de un tablón y dos bases debajo de otro
26
tablón. “ Harás también travesaños de madera de acacia: cinco para los tablones
27
de un lado del tabernáculo; cinco travesaños para los tablones del otro lado del
tabernáculo, y cinco travesaños para los tablones del lado posterior del tabernáculo,
28
al occidente. El travesaño del centro pasará por la mitad de los tablones, de un
29
extremo al otro extremo. Recubrirás de oro los tablones. Harás también de oro
sus aros en los cuales se han de meter los travesaños. También recubrirás de oro los
30
travesaños. Y levantarás el tabernáculo conforme al modelo que te ha sido
mostrado en el monte.
31 “
Harás también un velo de material azul, de púrpura, de carmesí y de lino
32
torcido, decorado con querubines, obra de fina artesanía. Lo pondrás sobre
cuatro pilares de madera de acacia recubiertos de oro, con sus ganchos de oro
33
sobre las cuatro bases de plata. Harás colgar el velo de los ganchos. Introducirás
detrás del velo el arca del testimonio. Aquel velo os servirá de separación entre el
34
lugar santo y el lugar santísimo. Pondrás el propiciatorio sobre el arca del
35
testimonio, en el lugar santísimo. “ Pondrás la mesa fuera del velo, y el candelabro
frente a la mesa, en el lado sur del tabernáculo. Y pondrás la mesa en el lado norte.
36 “
Harás para la entrada del tabernáculo una cortina de material azul, de púrpura,
37
de carmesí y de lino torcido, obra de bordador. Harás para la cortina cinco
pilares de madera de acacia, y los recubrirás de oro. Sus ganchos serán de oro; y
les harás cinco bases de bronce fundido.
Capítulo 27
1“
Harás un altar de madera de acacia. Será cuadrado, de 5 codos de largo, de
2
5 codos de ancho y de 3 codos de alto. Le harás cuernos en sus cuatro esquinas;
3
los cuernos serán de una misma pieza. Y lo recubrirás de bronce. También harás
sus bandejas para las cenizas, sus palas, sus tazones para la aspersión, sus tenedores
4
y sus baldes. Harás de bronce todos sus utensilios. Le harás una rejilla de bronce
en forma de red, y sobre la red harás cuatro aros de bronce en sus cuatro extremos.
5
Y la pondrás por debajo y alrededor del borde del altar. La red llegará hasta la
6
mitad del altar. “ Harás varas para el altar, varas de madera de acacia, y las
7
recubrirás de bronce. Las varas se meterán por los aros. Esas varas estarán a los
8
dos lados del altar cuando sea transportado. Harás el altar hueco, hecho de tablas.
De la manera que te fue mostrado en el monte, así lo harán.
9“
Harás el atrio del tabernáculo. En el lado sur el atrio tendrá mamparas de lino
10
torcido a lo largo de 100 codos, por un lado. Sus veinte pilares y sus veinte bases
11
serán de bronce. Los ganchos de los pilares y sus bandas serán de plata. De la
misma manera, en el lado norte habrá mamparas a lo largo de 100 codos, con sus
veinte pilares y sus veinte bases de bronce. Los ganchos de los pilares y sus bandas
12
serán de plata. “ El ancho del atrio en el lado occidental tendrá 50 codos de
13
mamparas. Sus pilares serán diez, con sus diez bases. El ancho del atrio al frente,
14
es decir, al este, será de 50 codos. Las mamparas de un lado tendrán 15 codos,
15
con sus tres pilares y sus tres bases. Al otro lado las mamparas tendrán 15 codos,
16
y sus pilares y sus bases también serán tres. “ En la entrada del atrio habrá una
cortina de 20 codos, de material azul, de púrpura, de carmesí y de lino torcido, obra
17
de bordador. Sus pilares y sus bases serán cuatro. Todos los pilares alrededor del
atrio estarán ceñidos de plata. Sus ganchos serán de plata, y sus bases de bronce.
18
El atrio será de 100 codos de largo, de 50 codos de ancho y de 5 codos de alto.
19
Sus mamparas serán de lino torcido; y sus bases, de bronce. “ Todos los utensilios
para el servicio del tabernáculo, así como todas sus estacas y las del atrio, serán de
bronce.
20 “
Tú mandarás a los hijos de Israel que te traigan aceite de olivas claro y puro
21
para la iluminación, a fin de hacer arder continuamente las lámparas. Aarón y sus
hijos las dispondrán delante de Jehovah, en el tabernáculo de reunión, fuera del velo
que está delante del testimonio, desde el anochecer hasta el amanecer. Este es un
estatuto perpetuo de los hijos de Israel, a través de sus generaciones.
Capítulo 28
1“
Harás que se acerque a ti, de entre los hijos de Israel, tu hermano Aarón y sus
hijos con él, para que Aarón y sus hijos Nadab, Abihú, Eleazar e Itamar me sirvan
como sacerdotes. 2 Harás vestiduras sagradas para tu hermano Aarón, que le den
gloria y esplendor. 3 Tú hablarás a todos los sabios de corazón, a quienes he llenado de
espíritu de sabiduría, y ellos harán las vestiduras de Aarón, para consagrarlo a fin de
que me sirva como sacerdote. 4 Las vestiduras que serán confeccionadas son las
siguientes: el pectoral, el efod, la túnica, el vestido a cuadros, el turbante y el cinturón.
Harán las vestiduras sagradas para tu hermano Aarón y para sus hijos, a fin de que me
sirvan como sacerdotes. 5 “ Tomarán oro, material azul, púrpura, carmesí y lino;
6
y harán el efod de oro, de material azul, de púrpura, de carmesí y de lino
7
torcido, obra de fina artesanía. Tendrá dos hombreras que se junten a sus dos
8
extremos, para poderse unir. Su ceñidor para ajustar el efod, que estará sobre
éste, será de su misma hechura y de los mismos materiales: oro, azul, púrpura,
9
carmesí y lino torcido. Tomarás dos piedras de ónice y grabarás en ellas los
10
nombres de los hijos de Israel: seis de sus nombres en una piedra y los nombres
11
de los seis restantes en la otra piedra, conforme al orden de su nacimiento. Por
mano de grabador en piedra y con grabadura de sello, harás grabar aquellas dos
piedras con los nombres de los hijos de Israel, y les harás engastes de oro
12
alrededor. Y pondrás aquellas piedras sobre las hombreras del efod, como
piedras memoriales para los hijos de Israel. Aarón llevará sus nombres delante de
13
14
Jehovah, sobre sus dos hombreras, como memorial. Harás engastes de oro, y
dos cadenillas de oro puro, trenzadas como cordón, y fijarás en los engastes las
cadenillas trenzadas como cordón.
15 “
Harás el pectoral del juicio, obra de fina artesanía; lo harás como la hechura
16
del efod: de oro, de material azul, de púrpura, de carmesí y de lino torcido. Será
17
cuadrado y plegado; será de un palmo de largo y de un palmo de ancho. Lo
llenarás con los engastes de piedras, con cuatro hileras de piedras: La primera hilera
18
tendrá un rubí, un topacio y un berilo. La segunda hilera tendrá una turquesa, un
19
zafiro y un diamante. La tercera hilera tendrá un jacinto, un ágata y una amatista.
20
La cuarta hilera tendrá un crisólito, un ónice y un jaspe. Estas piedras estarán
21
montadas en engastes de oro. Las piedras corresponderán a los nombres de los
hijos de Israel; serán doce como sus nombres. Corresponderán a las doce tribus,
22
como grabaduras de sello, cada una con su nombre. “ Harás sobre el pectoral
23
cadenillas trenzadas como cordón, de oro puro. Harás también sobre el pectoral
24
dos anillos de oro, los cuales pondrás en los dos extremos del pectoral. Meterás
25
los dos cordones de oro en los dos anillos, en los extremos del pectoral. Los dos
extremos de ambos cordones fijarás sobre los dos engastes, y los fijarás a las
26
hombreras del efod en su parte delantera. “ Harás también otros dos anillos de oro,
los que pondrás en los dos extremos del pectoral, en el borde que está al lado interior
del efod. 27 Harás también otros dos anillos de oro y los fijarás en la parte inferior de
las dos hombreras del efod, en su parte delantera, frente a su unión sobre el ceñidor
del efod. 28 Así atarán el pectoral por sus anillos a los anillos del efod con un cordón
azul, para que esté sobre el ceñidor del efod y para que el pectoral no se desprenda del
efod. 29 Y cuando Aarón entre en el santuario, llevará los nombres de los hijos de
Israel en el pectoral del juicio sobre su corazón, para memorial continuo delante de
Jehovah. 30 “ Y pondrás el Urim y el Tumim en el pectoral del juicio, para que estén
sobre el corazón de Aarón cuando entre a la presencia de Jehovah. Así llevará
continuamente Aarón el juicio de los hijos de Israel sobre su corazón, en presencia de
Jehovah.
31 “
32
Harás la túnica del efod toda de material azul. En medio de ella, en la parte
superior, habrá una abertura que tendrá un borde alrededor. Será obra de tejedor,
33
como la abertura de una coraza de cuero, para que no se rompa. En sus bordes
inferiores harás granadas de material azul, de púrpura y de carmesí; y entre ellas y
34
alrededor de sus bordes harás campanillas de oro: campanilla de oro y granada,
35
luego campanilla de oro y granada, alrededor de los bordes de la túnica. Aarón
las llevará cuando ministre. Su sonido se oirá cuando entre en el santuario delante de
36
Jehovah, y cuando salga, para que no muera. “ Harás de oro puro una lámina en
forma de flor, y grabarás en ella con grabadura de sello: ‘Consagrado a Jehovah.’
37
La colocarás sobre un cordón azul, y estará sobre el turbante; estará en la parte
38
delantera del turbante. Estará sobre la frente de Aarón, y Aarón cargará con la
culpa relacionada con las cosas sagradas que los hijos de Israel hayan consagrado,
todos sus obsequios sagrados. Estará continuamente sobre su frente para que hallen
39
gracia delante de Jehovah. “ Tejerás a cuadros un vestido de lino y harás un
turbante de lino. Harás también un cinturón, obra de bordador.
40
También harás vestidos y cinturones para los hijos de Aarón, y les harás
41
turbantes para gloria y esplendor. Con ellos vestirás a tu hermano Aarón, y con él
a sus hijos. Los ungirás, los investirás y los consagrarás para que me sirvan como
42
sacerdotes. “ También les harás pantalones de lino para cubrir su desnudez desde
43
la cintura hasta los muslos. Aarón y sus hijos estarán vestidos con ellos cuando
entren en el tabernáculo de reunión, o cuando se acerquen al altar para servir en el
santuario; no sea que carguen con la culpa y mueran. Este es un estatuto perpetuo
para él y para sus descendientes después de él.
Capítulo 29
1“
Esto es lo que harás para consagrarlos, para que me sirvan como sacerdotes:
2
Toma un novillo, dos carneros, sin defecto; panes sin levadura, tortas sin levadura
amasadas con aceite y galletas sin levadura untadas con aceite. Harás estas cosas de
3
harina fina de trigo. Las pondrás en una cesta, y los ofrecerás en la cesta, junto con
4
el novillo y los dos carneros. Harás que Aarón y sus hijos se acerquen a la entrada
5
del tabernáculo de reunión, y los lavarás con agua. Tomarás las vestiduras y
vestirás a Aarón con el vestido, la túnica del efod, el efod y el pectoral, y lo sujetarás
6
con el ceñidor del efod. Pondrás el turbante sobre su cabeza, y sobre el turbante
7
pondrás la diadema sagrada. Luego tomarás el aceite de la unción y lo derramarás
8
sobre su cabeza; así lo ungirás. Luego harás que se acerquen sus hijos y los
9
vestirás con los vestidos. Ceñirás los cinturones a Aarón y a sus hijos, y les
pondrás los turbantes, y tendrán el sacerdocio por estatuto perpetuo. Así investirás a
10
Aarón y a sus hijos. “ Luego acercarás el novillo delante del tabernáculo de
reunión, y Aarón y sus hijos pondrán sus manos sobre la cabeza del novillo.
11
Degollarás el novillo delante de Jehovah, a la entrada del tabernáculo de reunión.
12
Tomarás parte de la sangre del novillo y la pondrás con tu dedo sobre los cuernos
13
del altar; y derramarás el resto de la sangre al pie del altar. Tomarás también todo
el sebo que cubre las vísceras, el sebo que está sobre el hígado y los dos riñones
14
con el sebo que los cubre, y lo harás arder sobre el altar. Pero quemarás en el
fuego fuera del campamento la carne, la piel y el estiércol del novillo. Es un sacrificio
15
por el pecado. “ Asimismo, tomarás uno de los carneros, y Aarón y sus hijos
16
pondrán sus manos sobre la cabeza del carnero. Degollarás el carnero, tomarás su
17
sangre y la rociarás encima y alrededor del altar. Cortarás el carnero en pedazos,
lavarás sus vísceras y sus piernas, y las pondrás con sus pedazos y con su cabeza.
18
Harás arder todo el carnero sobre el altar. Es holocausto de grato olor a Jehovah,
19
ofrenda quemada a Jehovah. “ Luego tomarás el otro carnero, y Aarón y sus hijos
20
pondrán sus manos sobre la cabeza del carnero. Degollarás el carnero, y tomarás
parte de su sangre y la pondrás sobre el lóbulo de la oreja derecha de Aarón, sobre
el lóbulo de la oreja derecha de sus hijos, sobre el dedo pulgar de sus manos
derechas y sobre el dedo pulgar de sus pies derechos. Derramarás el resto de la
21
sangre encima y alrededor del altar. Luego tomarás parte de la sangre que está
sobre el altar y del aceite de la unción, y los rociarás sobre Aarón y sus vestiduras, y
sobre sus hijos y sus vestiduras. Así serán consagrados Aarón y sus vestiduras, y
22
con él sus hijos y sus vestiduras. “ Luego tomarás el sebo del carnero, la rabadilla,
el sebo que cubre las vísceras, el sebo que está sobre el hígado, los dos riñones con
el sebo que los cubre y el muslo derecho, porque es el carnero de la investidura.
23
También tomarás de la cesta de los panes sin levadura que está delante de
24
Jehovah, un pan, una torta de pan amasada con aceite y una galleta. Pondrás
todas estas cosas en las manos de Aarón y en las manos de sus hijos, y las mecerás
25
como ofrenda mecida delante de Jehovah. Después las tomarás de sus manos y
las harás arder en el altar, sobre el holocausto, como grato olor delante de Jehovah.
26
Es una ofrenda quemada a Jehovah. “ Entonces tomarás el pecho del carnero de la
investidura de Aarón, y lo mecerás como ofrenda mecida delante de Jehovah. Esta
27
será tu porción. Apartarás el pecho de la ofrenda mecida y el muslo de la ofrenda
alzada, lo que fue mecido y lo que fue alzado del carnero de la investidura, de lo que
28
era para Aarón y para sus hijos. Esto será para Aarón y para sus hijos de parte
de los hijos de Israel, por estatuto perpetuo, porque es ofrenda alzada. Será una
ofrenda de parte de los hijos de Israel, de sus sacrificios de paz como ofrenda
29
alzada para Jehovah. “ Las vestiduras sagradas de Aarón serán para sus hijos
después de él, para que con ellas sean ungidos y para que con ellas sean investidos.
30
El hijo suyo que sea sacerdote en su lugar y que entre al tabernáculo de reunión
31
para servir en el santuario, las vestirá durante siete días. “ Tomarás el carnero de la
32
investidura y cocerás su carne en un lugar santo. Aarón y sus hijos comerán la
carne del carnero y el pan que está en la cesta, a la entrada del tabernáculo de
33
reunión. Ellos comerán aquellas cosas con las cuales se hizo expiación para
investirlos y consagrarlos; pero ningún extraño comerá de ellas, porque son
34
sagradas. Si sobra algo de la carne de la investidura y del pan hasta la mañana,
quemarás al fuego lo que haya sobrado. No se comerá, porque es cosa sagrada.
35 “
Así harás a Aarón y a sus hijos, conforme a todas las cosas que yo te he
36
mandado. Durante siete días los investirás. Y cada día ofrecerás un toro como
sacrificio por el pecado, para hacer expiación. Purificarás el altar al hacer expiación
37
por él, y lo ungirás para santificarlo. Durante siete días expiarás el altar y lo
santificarás; así será un altar santísimo. Todo lo que toque al altar será santificado.
38 “
Esto es lo que ofrecerás sobre el altar cada día, continuamente: dos corderos
39
de un año. Ofrecerás uno de los corderos al amanecer, y el otro cordero lo
40
ofrecerás al atardecer. Además, con cada cordero ofrecerás la décima parte de
un efa de harina fina, mezclada con la cuarta parte de un hin de aceite puro de olivas.
41
La libación será de la cuarta parte de un hin de vino. “ Ofrecerás el otro cordero al
atardecer. Con él presentarás una ofrenda vegetal como la de la mañana, y del
mismo modo su libación, como grato olor. Es una ofrenda quemada a Jehovah.
42 “
Esto será, a través de vuestras generaciones, el holocausto continuo delante de
Jehovah, a la entrada del tabernáculo de reunión, donde me encontraré contigo para
43
hablarte allí. También me encontraré allí con los hijos de Israel, y el lugar será
44
santificado por mi gloria. Santificaré el tabernáculo de reunión y el altar.
Asimismo, santificaré a Aarón y a sus hijos para que me sirvan como sacerdotes.
45
46
Yo habitaré en medio de los hijos de Israel, y seré su Dios. Y conocerán que
yo soy Jehovah su Dios, que los saqué de la tierra de Egipto para habitar en medio
de ellos. Yo, Jehovah, su Dios.
Capítulo 30
1“
Harás asimismo un altar para quemar incienso. Lo harás de madera de acacia.
Será cuadrado, de un codo de largo, de un codo de ancho y de dos codos de alto.
3
Sus cuernos serán hechos de la misma pieza. Lo recubrirás de oro puro, tanto su
cubierta como sus paredes alrededor y sus cuernos. Le harás alrededor una moldura
4
de oro. Le harás también dos aros de oro debajo de su moldura en sus dos
costados, en sus dos lados, donde se colocarán las varas con que será transportado.
5
6
Harás las varas de madera de acacia y las recubrirás de oro. “ Pondrás el altar
delante del velo que está junto al arca del testimonio y delante del propiciatorio que
7
está sobre el testimonio, donde yo me encontraré contigo. Aarón quemará incienso
aromático sobre él; lo quemará cada mañana cuando prepare las lámparas.
8
Cuando encienda las lámparas al anochecer, también quemará incienso delante de
9
Jehovah, continuamente, a través de vuestras generaciones. No ofreceréis sobre el
altar incienso extraño, ni holocausto, ni ofrenda vegetal. Tampoco derramaréis
10
libación sobre él. Una vez al año Aarón hará expiación sobre los cuernos del altar.
Con la sangre de la víctima para la expiación por el pecado, hará expiación sobre él,
una vez al año, a través de vuestras generaciones. Será muy sagrado a Jehovah.”
2
11
12
Jehovah habló a Moisés diciendo: “ Cuando hagáis el censo para obtener el
número de los hijos de Israel, según los que sean contados de ellos, cada uno dará a
Jehovah el rescate por su persona. Así no habrá mortandad entre ellos, cuando
13
hayan sido contados. Esto dará todo el que sea contado: medio siclo conforme al
siclo del santuario. El siclo tiene 20 geras. La mitad de un siclo será la ofrenda
14
alzada para Jehovah. Cada uno que sea contado, de veinte años para arriba, dará
15
esta ofrenda alzada para Jehovah. Al entregar la ofrenda alzada para Jehovah a fin
de hacer expiación por vuestras personas, el rico no dará más, ni el pobre dará
16
menos del medio siclo. Tomarás de los hijos de Israel el dinero de las expiaciones
y lo darás para el servicio del tabernáculo de reunión. Ello será un memorial a los
hijos de Israel, delante de Jehovah, para hacer expiación por vuestras personas.”
17
18
22
23
Jehovah también habló a Moisés diciendo: “ También harás una fuente de
bronce para lavarse, con su base también de bronce. La pondrás entre el
19
tabernáculo de reunión y el altar, y pondrás en ella agua. Aarón y sus hijos se
20
lavarán en ella sus manos y sus pies. Cuando entren en el tabernáculo de reunión,
se lavarán con agua, para que no mueran. Cuando se acerquen al altar para servir y
21
presentar la ofrenda quemada a Jehovah, también se lavarán las manos y los pies,
para que no mueran. Esto será un estatuto perpetuo, tanto para él como para sus
descendientes, a través de sus generaciones.”
Jehovah también habló a Moisés diciendo: “ Toma especias aromáticas: de
mirra granulada de primera, 500 siclos; de canela aromática, la mitad, es decir, 250;
24
de cálamo aromático, 250; de casia, 500, según el siclo del santuario; y un hin de
25
aceite de oliva. Con esto prepararás el aceite de la santa unción. Será un ungüento
26
combinado, obra de perfumador, el cual será el aceite de la santa unción. Con él
27
ungirás el tabernáculo de reunión y el arca del testimonio, la mesa con todos sus
28
utensilios, el candelabro con sus utensilios, el altar del incienso, el altar del
29
holocausto con todos sus utensilios y la fuente con su base. Así los consagrarás, y
30
serán cosas muy sagradas. Todo lo que los toque será santificado. “ También
ungirás a Aarón y a sus hijos, y los consagrarás, para que me sirvan como
31
sacerdotes. Y hablarás a los hijos de Israel, diciendo: ‘Este será mi aceite de la
32
santa unción a través de todas vuestras generaciones. No será vertido sobre el
cuerpo de ningún hombre, ni haréis una composición similar. Sagrado es, y sagrado
33
será para vosotros. Cualquiera que prepare un ungüento similar y cualquiera que
34
ponga de él sobre una persona extraña será excluido de su pueblo.’” Jehovah dijo
también a Moisés: “Toma especias: estacte, uña aromática, gálbano e incienso puro;
35
igual peso de cada cosa. Haz con ello el incienso aromático, obra de perfumador,
36
salado, puro y santo. Molerás una parte de él muy fina y la pondrás delante del
testimonio, en el tabernáculo de reunión, donde yo me encontraré contigo. Será para
37
vosotros cosa muy sagrada. No os haréis incienso de una composición similar. Te
38
será cosa sagrada para Jehovah; cualquiera que haga una composición similar
para olerla será excluido de su pueblo.”
Capítulo 31
1
2
Jehovah habló a Moisés diciendo: “ Mira, yo he llamado por nombre a
3
Bezaleel hijo de Uri, hijo de Hur, de la tribu de Judá, y lo he llenado del Espíritu de
Dios, con sabiduría, entendimiento, conocimiento y toda habilidad de artesano,
4
5
para hacer diseños artísticos y para trabajar en oro, plata y bronce; en el tallado
de piedras para engastar, en el tallado de madera y para realizar toda clase de labor.
6“
He aquí, yo he escogido con él a Oholiab hijo de Ajisamac, de la tribu de Dan.
También he puesto sabiduría en el corazón de toda persona sabia de corazón, para
7
que realicen todo lo que te he mandado: el tabernáculo de reunión, el arca del
testimonio y el propiciatorio que está sobre ella. También todos los utensilios del
8
tabernáculo: la mesa y sus utensilios, el candelabro de oro puro y todos sus
9
utensilios, el altar del incienso, el altar del holocausto y todos sus utensilios, la
10
fuente y su base, las vestiduras de material tejido, las vestiduras sagradas para el
11
sacerdote Aarón, las vestiduras de sus hijos, para servir como sacerdotes, el
aceite de la unción y el incienso aromático para el santuario. Lo harán conforme a
todo lo que te he mandado.”
12
13
Jehovah habló además a Moisés diciendo: “ Tú hablarás a los hijos de Israel
y les dirás: ‘Ciertamente guardaréis mis sábados, porque esto es una señal entre yo y
vosotros a través de vuestras generaciones, para que sepáis que yo soy Jehovah, el
14
que os santifico. Guardaréis el sábado, porque es sagrado para vosotros; el que lo
profane morirá irremisiblemente. Cualquiera que haga algún trabajo en él será
15
excluido de en medio de su pueblo. Seis días se trabajará, pero el séptimo día
será sábado de reposo consagrado a Jehovah. Cualquiera que haga algún trabajo en
16
el día del sábado morirá irremisiblemente.’ “ Los hijos de Israel guardarán el
17
sábado, celebrándolo como pacto perpetuo a través de sus generaciones. Será
señal para siempre entre yo y los hijos de Israel. Porque en seis días Jehovah hizo
18
los cielos y la tierra, y en el séptimo día cesó y reposó.” Y cuando acabó de
hablar con él en el monte Sinaí, dio a Moisés dos tablas del testimonio, tablas de
piedra escritas con el dedo de Dios.
Capítulo 32
1
Al ver el pueblo que Moisés tardaba en descender del monte, ellos se
congregaron ante Aarón y le dijeron: — Levántate, haz para nosotros dioses que
vayan delante de nosotros; porque a este Moisés, el hombre que nos sacó de la
2
tierra de Egipto, no sabemos qué le haya acontecido. Aarón les respondió: —
Quitad los aretes de oro que están en las orejas de vuestras mujeres, de vuestros
3
hijos y de vuestras hijas, y traédmelos. Entonces todos los del pueblo se quitaron
4
los aretes de oro que tenían en sus orejas, y los trajeron a Aarón. El los recibió de
sus manos e hizo un becerro de fundición, modelado a buril. Entonces dijeron: —
5
¡Israel, éste es tu dios que te sacó de la tierra de Egipto! Al ver esto, Aarón edificó
un altar delante del becerro y pregonó diciendo: — ¡Mañana habrá fiesta para
6
Jehovah! Al día siguiente madrugaron, ofrecieron holocaustos y trajeron sacrificios
de paz. Luego el pueblo se sentó a comer y a beber, y se levantó para divertirse.
7
Entonces Jehovah dijo a Moisés: — Anda, desciende, porque tu pueblo que
8
sacaste de la tierra de Egipto se ha corrompido. Se han apartado rápidamente del
camino que yo les mandé. Se han hecho un becerro de fundición, lo han adorado, le
han ofrecido sacrificios y han dicho: “¡Israel, éste es tu dios que te sacó de la tierra
9
de Egipto!” — Le dijo, además, a Moisés — : Yo he visto a este pueblo, y he aquí
10
que es un pueblo de dura cerviz. Ahora pues, deja que se encienda mi furor
11
contra ellos y los consuma, pero yo haré de ti una gran nación. Entonces Moisés
imploró el favor de Jehovah su Dios, diciendo: — Oh Jehovah, ¿por qué se ha de
encender tu furor contra tu pueblo que sacaste de la tierra de Egipto con gran fuerza
12
y con mano poderosa? ¿Por qué han de hablar los egipcios diciendo: “Los sacó
por maldad, para matarlos sobre los montes y para exterminarlos sobre la faz de la
tierra”? Desiste del ardor de tu ira y cambia de parecer en cuanto a hacer mal a tu
13
pueblo. Acuérdate de Abraham, de Isaac y de Israel tus siervos, a quienes juraste
por ti mismo y les dijiste: “Yo multiplicaré vuestra descendencia como las estrellas
del cielo, y daré a vuestra descendencia toda esta tierra de la cual he hablado. Y
14
ellos la tomarán como posesión para siempre.” Entonces Jehovah cambió de
parecer en cuanto al mal que dijo que haría a su pueblo.
15
Entonces Moisés se volvió y descendió del monte trayendo en sus manos las
dos tablas del testimonio, tablas escritas por ambos lados; por uno y otro lado
16
estaban escritas. Las tablas eran obra de Dios, y la escritura era escritura de Dios,
17
grabada sobre las tablas. Al oír Josué el estruendo del pueblo que gritaba, dijo a
18
Moisés: — ¡Estruendo de batalla hay en el campamento! Pero Moisés respondió:
— No es estruendo de victoria ni estruendo de derrota. Yo escucho estruendo de
19
cantares. Aconteció que cuando llegó al campamento y vio el becerro y las
danzas, la ira de Moisés se encendió, y arrojó las tablas de sus manos y las rompió
20
al pie del monte. Y tomó el becerro que habían hecho y lo quemó en el fuego.
Luego lo molió hasta reducirlo a polvo, lo esparció sobre el agua, y lo hizo beber a
los hijos de Israel.
21
Y Moisés dijo a Aarón: — ¿Qué te ha hecho este pueblo, para que hayas
22
traído sobre él un pecado tan grande? Y Aarón respondió: — No se encienda la
23
ira de mi señor. Tú conoces al pueblo, que es inclinado al mal. Ellos me dijeron:
“Haz para nosotros dioses que vayan delante de nosotros; porque a este Moisés, el
hombre que nos sacó de la tierra de Egipto, no sabemos qué le haya acontecido.”
24
Y yo les respondí: “Los que tengan oro, que se lo quiten.” Ellos me lo dieron, y lo
25
arrojé al fuego; y salió este becerro. Al ver que el pueblo se había desenfrenado,
pues Aarón les había permitido el desenfreno, de modo que llegaron a ser una
26
vergüenza entre sus enemigos, Moisés se puso de pie a la entrada del
campamento y dijo: — ¡Quien esté de parte de Jehovah únase conmigo! Y se
27
unieron con él todos los hijos de Leví. Y él les dijo: — Así ha dicho Jehovah, el
Dios de Israel: “¡Cíñase cada uno su espada, y pasad y volved, de entrada a entrada
del campamento! ¡Matad cada uno a su hermano, a su amigo y a su pariente!”
28
Entonces los hijos de Leví hicieron conforme al dicho de Moisés, y aquel día
29
cayeron del pueblo como 3.000 hombres. Entonces Moisés dijo: — Hoy os
habéis investido a vosotros mismos para Jehovah, cada uno a costa de su hijo o de
su hermano, para que él os dé hoy bendición.
30
Al día siguiente Moisés dijo al pueblo: — Vosotros habéis cometido un gran
pecado. Pero yo subiré ahora hacia Jehovah; quizás yo pueda hacer expiación por
31
vuestro pecado. Moisés regresó a Jehovah y le dijo: — ¡Ay! Este pueblo ha
32
cometido un gran pecado al haberse hecho dioses de oro. Pero ahora perdona su
33
pecado; y si no, por favor, bórrame de tu libro que has escrito. Jehovah respondió
34
a Moisés: — ¡Al que ha pecado contra mí, a ése lo borraré de mi libro! Vuelve,
pues; conduce a este pueblo al lugar que te he dicho; he aquí que mi ángel irá
35
delante de ti. Pero en el día del castigo yo les castigaré por su pecado. Y Jehovah
hirió al pueblo con una plaga por lo que habían hecho con el becerro que Aarón
formó.
Capítulo 33
1
Después Jehovah dijo a Moisés: — Vé, sube de aquí, tú con el pueblo que
sacaste de la tierra de Egipto, a la tierra acerca de la cual juré a Abraham, a Isaac y
2
a Jacob, diciendo: “A tus descendientes la daré.” Yo enviaré un ángel delante de
vosotros y arrojaré a los cananeos, amorreos, heteos, ferezeos, heveos y jebuseos.
3
Sube a la tierra que fluye leche y miel, pero yo no subiré en medio de ti, no sea que
4
te consuma en el camino, porque eres un pueblo de dura cerviz. Al oír el pueblo
5
esta mala noticia, ellos hicieron duelo. Ninguno se atavió con sus joyas. Entonces
Jehovah dijo a Moisés: — Di a los hijos de Israel: “Vosotros sois un pueblo de dura
cerviz; si yo estuviese un solo instante en medio de vosotros, os consumiría. Ahora
6
pues, quitaos vuestras joyas, y yo sabré qué he de hacer con vosotros.” Y los hijos
de Israel se desprendieron de sus joyas a partir del monte Horeb.
7
Entonces Moisés tomó una tienda y la levantó fuera del campamento, a
considerable distancia. A esta tienda la llamó: tienda de reunión. Y sucedía que todo
el que buscaba a Jehovah, iba a la tienda de reunión que estaba fuera del
8
campamento. Cuando Moisés se dirigía a la tienda de reunión, todo el pueblo se
levantaba y se ponía de pie junto a la entrada de su propia tienda. Miraban a Moisés
9
hasta que él entraba en la tienda. Cuando Moisés entraba en la tienda, la columna
de nube descendía y se detenía a la entrada de la tienda; y Dios hablaba con
10
Moisés. Al ver la columna de nube, que se detenía a la entrada de la tienda, todo
el pueblo se levantaba y se postraba, cada uno a la entrada de su propia tienda.
11
Entonces Jehovah hablaba a Moisés cara a cara, como habla un hombre con su
amigo. Después regresaba Moisés al campamento; pero el joven Josué hijo de Nun,
su ayudante, no se apartaba de la tienda.
12
Moisés dijo a Jehovah: — Mira, tú me dices a mí: “Saca a este pueblo.” Pero
tú no me has dado a conocer a quién has de enviar conmigo. Sin embargo, dices:
“Yo te he conocido por tu nombre y también has hallado gracia ante mis ojos.”
13
Ahora, si he hallado gracia ante tus ojos, por favor muéstrame tu camino, para
que te conozca y halle gracia ante tus ojos; considera también que esta gente es tu
14
15
pueblo. Jehovah le dijo: — Mi presencia irá contigo, y te daré descanso. Y él
16
respondió: — Si tu presencia no ha de ir conmigo, no nos saques de aquí. ¿En
qué, pues, se conocerá que he hallado gracia ante tus ojos, yo y tu pueblo? ¿No
será en que tú vas con nosotros y en que yo y tu pueblo llegamos a ser diferentes de
17
todos los pueblos que están sobre la faz de la tierra? Jehovah dijo a Moisés: —
También haré esto que has dicho, por cuanto has hallado gracia ante mis ojos y te he
18
conocido por tu nombre. Entonces Moisés dijo: — Por favor, muéstrame tu
19
gloria. Y le respondió: — Yo haré pasar toda mi bondad delante de ti y
proclamaré delante de ti el nombre de Jehovah. Tendré misericordia del que tendré
20
misericordia y me compadeceré del que me compadeceré. — Dijo además — :
21
No podrás ver mi rostro, porque ningún hombre me verá y quedará vivo. —
Jehovah dijo también — : He aquí hay un lugar junto a mí, y tú te colocarás sobre la
22
peña. Sucederá que cuando pase mi gloria, yo te pondré en una hendidura de la
23
peña y te cubriré con mi mano hasta que yo haya pasado. Después apartaré mi
mano, y verás mis espaldas. Pero mi rostro no será visto.
Capítulo 34
1
Jehovah dijo, además, a Moisés: — Lábrate dos tablas de piedra como las
primeras, y escribiré sobre esas tablas las palabras que estaban en las primeras, que
rompiste. 2 Prepárate para la mañana, sube de mañana al monte Sinaí y preséntate allí
delante de mí sobre la cumbre del monte. 3 No suba nadie contigo, ni nadie sea visto en
todo el monte. No pasten ovejas ni bueyes frente a ese monte. 4 Moisés labró dos
tablas de piedra como las primeras. Y levantándose muy de mañana subió al monte
Sinaí, como le mandó Jehovah, y llevó en sus manos las dos tablas de piedra.
5
Entonces descendió Jehovah en la nube, y se presentó allí a Moisés; y éste
6
invocó el nombre de Jehovah. Jehovah pasó frente a Moisés y proclamó: —
¡Jehovah, Jehovah, Dios compasivo y clemente, lento para la ira y grande en
7
misericordia y verdad, que conserva su misericordia por mil generaciones, que
perdona la iniquidad, la rebelión y el pecado; pero que de ninguna manera dará por
inocente al culpable; que castiga la maldad de los padres sobre los hijos y sobre los
8
hijos de los hijos, sobre la tercera y sobre la cuarta generación! Entonces Moisés
9
se apresuró a bajar la cabeza hacia el suelo, y se postró diciendo: — Oh Señor, si
he hallado gracia ante tus ojos, vaya por favor el Señor en medio de nosotros,
aunque éste sea un pueblo de dura cerviz. Perdona nuestra iniquidad y nuestro
pecado, y acéptanos como tu heredad.
10
Jehovah le dijo: — He aquí, yo hago un pacto frente a todo tu pueblo: Haré
maravillas como nunca fueron hechas en toda la tierra y en ninguna de las naciones.
Todo el pueblo, en medio del cual estás, verá la obra de Jehovah; porque algo
11
temible haré para con vosotros. Guarda lo que yo te mando hoy. He aquí, yo
echaré de tu presencia a los amorreos, cananeos, heteos, ferezeos, heveos y
12
jebuseos. Guárdate, no sea que hagas alianza con los habitantes de la tierra a
13
donde vas, de manera que eso sea de tropiezo en medio de ti. Ciertamente
derribaréis sus altares, romperéis sus imágenes y eliminaréis sus árboles rituales de
14
Asera. Porque no te postrarás ante otro dios, pues Jehovah, cuyo nombre es
15
Celoso, es un Dios celoso. No sea que hagas alianza con los habitantes de aquella
tierra, y cuando ellos se prostituyan tras sus dioses y les ofrezcan sacrificios, te
16
inviten, y tú comas de sus sacrificios; o que al tomar tú sus hijas para tus hijos y al
prostituirse ellas tras sus dioses, hagan que tus hijos se prostituyan tras los dioses de
17
ellas. No te harás dioses de fundición.
18
Guardarás la fiesta de los panes sin levadura. Siete días comerás panes sin
levadura, como te he mandado, en el tiempo señalado del mes de Abib; porque en
19
el mes de Abib saliste de Egipto. Todo primerizo que abre la matriz es mío; de tu
20
ganado consagrarás el primerizo que sea macho de vaca o de oveja. Pero
rescatarás con un cordero el primerizo del asno; y si no lo rescatas, le romperás la
nuca. También rescatarás todo primogénito varón de tus hijos, y nadie se presentará
21
delante de mí con las manos vacías. Seis días trabajarás, pero en el séptimo día
descansarás. Aun en el tiempo de la siembra y de la siega descansarás.
22
Celebrarás la fiesta de Pentecostés, es decir, la de las primicias de la siega del
23
trigo, y también la fiesta de la cosecha a la vuelta del año. Tres veces al año se
24
presentarán todos tus hombres delante del Señor Jehovah, Dios de Israel. Porque
yo expulsaré las naciones de tu presencia y ensancharé tus territorios. Nadie
codiciará tu tierra mientras tú vayas tres veces al año para presentarte delante de
25
Jehovah tu Dios. No ofrecerás la sangre de mi sacrificio junto con algo que tenga
levadura. No quedará nada del sacrificio de la fiesta de la Pascua hasta la mañana.
26
Traerás lo mejor de las primicias de tu tierra a la casa de Jehovah tu Dios. No
27
cocerás el cabrito en la leche de su madre. Entonces Jehovah dijo a Moisés: —
Escribe estas palabras, porque conforme a ellas he hecho pacto contigo y con Israel.
28
Moisés estuvo allí con Jehovah cuarenta días y cuarenta noches. No comió
pan ni bebió agua. Y en las tablas escribió las palabras del pacto: los diez
29
mandamientos. Aconteció que al descender Moisés del monte Sinaí con las dos
tablas del testimonio en su mano, mientras descendía del monte, Moisés no sabía
30
que la piel de su cara resplandecía por haber estado hablando con Dios. Aarón y
todos los hijos de Israel miraron a Moisés, y he aquí que la piel de su cara era
31
resplandeciente, y temieron acercarse a él. Moisés los llamó. Entonces Aarón y
32
todos los jefes de la congregación volvieron a él, y Moisés les habló. Después de
esto, se acercaron todos los hijos de Israel, y Moisés les mandó todas las cosas que
33
Jehovah le había dicho en el monte Sinaí. Y cuando Moisés terminó de hablar con
34
ellos, puso un velo sobre su cara. Cuando entraba a la presencia de Jehovah para
hablar con él, se quitaba el velo hasta que salía. Entonces cuando salía, hablaba con
35
los hijos de Israel lo que él le mandaba. Al ver los hijos de Israel que la piel de su
cara resplandecía, Moisés volvía a poner el velo sobre su cara, hasta que entraba
para hablar con Jehovah.
Capítulo 35
1
Moisés hizo reunir a toda la congregación de los hijos de Israel y les dijo:
2
“Estas son las cosas que Jehovah ha mandado que hagáis: ‘Seis días se trabajará;
pero el séptimo día os será sagrado, sábado de reposo consagrado a Jehovah.
3
Cualquiera que haga algún trabajo en él morirá. No encenderéis fuego en ninguna
4
de vuestras moradas en el día de sábado.’” Moisés habló a toda la congregación
5
de los hijos de Israel, diciendo: “Esto es lo que Jehovah ha mandado: ‘Tomad de
entre vosotros una ofrenda para Jehovah. Todo hombre de corazón generoso traiga
6
una ofrenda para Jehovah: oro, plata, bronce, material azul, púrpura, carmesí, lino,
7
pelo de cabra, pieles de carnero teñidas de rojo, pieles finas, madera de acacia,
8
aceite para la iluminación, especias aromáticas para el aceite de la unción y para el
9
incienso aromático, piedras de ónice y piedras de engaste para el efod y el
10
pectoral. “ ‘Todo hombre que entre vosotros sea sabio de corazón venga y haga
11
todas las cosas que Jehovah ha mandado: el tabernáculo, su tienda, su cubierta,
12
sus ganchos, sus tablones, sus travesaños, sus pilares y sus bases; el arca y sus
13
varas, el propiciatorio y el velo de protección; la mesa y sus varas, todos sus
14
utensilios y el pan de la Presencia; el candelabro para la iluminación y sus
15
utensilios, sus lámparas y el aceite para la iluminación; el altar del incienso y sus
varas; el aceite de la unción y el incienso aromático; la cortina de la puerta para la
16
entrada del tabernáculo; el altar del holocausto, su rejilla de bronce, sus varas y
17
todos sus utensilios; la fuente y su base; las mamparas del atrio, sus pilares, sus
18
bases y la cortina de la entrada del atrio; las estacas del tabernáculo, las estacas
19
del atrio y sus cuerdas; las vestiduras de material tejido, para servir en el
santuario, las vestiduras sagradas del sacerdote Aarón y las vestiduras de sus hijos,
para servir como sacerdotes.’”
20
Entonces toda la congregación de los hijos de Israel salió de la presencia de
21
Jehovah. Y todo aquel a quien le impulsó su corazón y todo aquel a quien su
espíritu le movió a la generosidad trajeron la ofrenda de Jehovah, para la obra del
tabernáculo de reunión, para todo su servicio y para las vestiduras sagradas.
22
Tanto hombres como mujeres, toda persona de corazón generoso vino trayendo
prendedores, aretes, anillos, collares y toda clase de objetos de oro. Todos
23
presentaron a Jehovah una ofrenda de oro. Todos los que poseían material azul,
púrpura, carmesí, lino, pelo de cabra, pieles de carnero teñidas de rojo y pieles
24
finas, los trajeron. Todos los que hicieron ofrenda de plata o de bronce trajeron la
ofrenda para Jehovah. Todos los que tenían madera de acacia la trajeron para la
25
labor de la obra. Además, todas las mujeres sabias de corazón hilaban con sus
26
manos y traían lo hilado: material azul, púrpura, carmesí y lino. Todas las mujeres
27
cuyo corazón les impulsó con sabiduría tejieron pelo de cabra. Los jefes trajeron
28
piedras de ónice y piedras de engaste para el efod y el pectoral. También trajeron
las especias aromáticas y el aceite para la iluminación, para la unción y para el
29
incienso aromático. Los hijos de Israel, todos los hombres y mujeres cuyo
corazón les movió a la generosidad para ofrendar para toda la obra que Jehovah
había mandado por medio de Moisés que se hiciera, trajeron una ofrenda voluntaria
a Jehovah.
30
Entonces Moisés dijo a los hijos de Israel: — Mirad, Jehovah ha llamado por
31
nombre a Bezaleel hijo de Uri, hijo de Hur, de la tribu de Judá, y lo ha llenado del
Espíritu de Dios, con sabiduría, entendimiento, conocimiento y toda habilidad de
32
33
artesano, para hacer diseños artísticos y para trabajar en oro, plata y bronce, en
el tallado de piedras para engastar, en el tallado de madera y para realizar toda clase
34
de labor artística. El ha puesto en su corazón la capacidad para enseñar, tanto él
35
como Oholiab hijo de Ajisamac, de la tribu de Dan. Los ha llenado con sabiduría
de corazón para realizar toda obra de artesano, diseñador y bordador de material
azul, púrpura, carmesí y lino, y de tejedor; para que realicen toda labor y hagan
diseños artísticos.
Capítulo 36
1
Bezaleel, Oholiab y todos los sabios de corazón en quienes Jehovah ha puesto
sabiduría y entendimiento para saber hacer toda la obra de la construcción del
2
santuario, harán todas las cosas que ha mandado Jehovah. Entonces llamó Moisés
a Bezaleel, a Oholiab y a todo hombre sabio de corazón en cuyo corazón Jehovah
había puesto sabiduría, y todos aquellos cuyo corazón les impulsó para acercarse y
3
llevar a cabo la obra. Y ellos tomaron de delante de Moisés toda la ofrenda que
los hijos de Israel habían traído, para que se llevara a cabo la obra de la
construcción del santuario. Como el pueblo continuaba trayendo ofrenda voluntaria
4
cada mañana, todos los maestros que hacían toda la obra del santuario dejaron cada
uno su trabajo 5 y hablaron con Moisés diciendo: — El pueblo trae mucho más de lo
necesario para llevar a cabo la obra que Jehovah ha mandado que se haga. 6 Entonces
Moisés mandó pregonar por el campamento, diciendo: — Nadie, hombre o mujer, haga
nada más como ofrenda para el santuario. Así se le impidió al pueblo seguir trayendo;
7
pues ya había material suficiente para hacer toda la obra, y aun sobraba .
8
Todos los sabios de corazón de entre los encargados de la obra hicieron el
tabernáculo con diez tapices de lino torcido, de material azul, de púrpura y de
9
carmesí. Y los hizo con querubines, obra de fina artesanía. Cada tapiz era de 28
codos de largo y de 4 codos de ancho. Todos los tapices tenían la misma medida.
10
El unió cinco tapices el uno con el otro; y también unió los otros cinco tapices el
11
uno con el otro. También hizo lazos de material azul en la orilla del tapiz del
extremo, en una unión. Lo mismo hizo en la orilla del otro tapiz del extremo, en la
12
otra unión. Hizo cincuenta lazos en un tapiz, e hizo cincuenta lazos en la orilla del
13
tapiz de la otra unión, estando los lazos contrapuestos, uno frente al otro. Hizo
también cincuenta ganchos de oro con los cuales unió los tapices el uno con el otro,
de manera que el tabernáculo formó un solo conjunto.
14
Hizo también tapices de pelo de cabra para la tienda que está sobre el
15
tabernáculo, once tapices en total. Cada tapiz era de 30 codos de largo y de 4
16
codos de ancho. Los once tapices tenían la misma medida. Unió cinco tapices en
17
un conjunto, y seis tapices en el otro conjunto. Hizo también cincuenta lazos en la
orilla del tapiz del extremo, en la primera unión; y cincuenta lazos en la orilla del otro
18
tapiz, en la segunda unión. Hizo también cincuenta ganchos de bronce para unir la
19
tienda, de manera que formara un solo conjunto. Hizo para el tabernáculo una
cubierta de pieles de carnero teñidas de rojo, y sobre ésta puso una cubierta de
20
pieles finas. Hizo también para el tabernáculo los tablones de madera de acacia,
21
para estar puestos de manera vertical. Cada tablón era de 10 codos de largo y de
22
un codo y medio de ancho. Cada tablón tenía dos espigas para ser trabadas una
23
con otra. Así hizo para todos los tablones del tabernáculo. Hizo, pues, los
24
tablones para el tabernáculo, veinte tablones para el lado sur. Hizo también
cuarenta bases de plata debajo de los veinte tablones: dos bases debajo de un
tablón para sus dos espigas, y dos bases debajo de otro tablón para sus dos
25
espigas. Y para el otro lado, el lado norte del tabernáculo, hizo veinte tablones,
26
con sus cuarenta bases de plata: dos bases debajo de un tablón y dos bases
27
debajo de otro tablón. Hizo seis tablones para el lado posterior del tabernáculo, al
28
occidente. Para las esquinas del tabernáculo, en los dos extremos posteriores,
29
hizo dos tablones, los cuales estaban unidos por abajo y unidos por arriba con un
30
aro. Así hizo con los dos en las dos esquinas. Eran, pues, ocho tablones con sus
31
bases de plata, dieciséis bases; dos bases debajo de cada tablón. Hizo también
los travesaños de madera de acacia: cinco para los tablones de un lado del
32
tabernáculo, cinco travesaños para los tablones del otro lado del tabernáculo, y
cinco travesaños para los tablones del lado posterior del tabernáculo, al occidente.
33
Hizo que el travesaño del centro pasase por la mitad de los tablones, de un
34
extremo al otro extremo. Recubrió de oro los tablones; y también hizo de oro los
aros en los cuales se habían de meter los travesaños. También recubrió de oro los
travesaños.
35
Hizo también el velo de material azul, de púrpura, de carmesí y de lino
36
torcido. Y los hizo con querubines, obra de fina artesanía. Para el velo hizo cuatro
pilares de madera de acacia y los recubrió de oro. Sus ganchos eran de oro, y
37
fundió para ellos cuatro bases de plata. Hizo también la cortina para la entrada del
tabernáculo, de material azul, de púrpura, de carmesí y de lino torcido, obra de
38
bordador. También hizo sus cinco pilares y sus ganchos. Recubrió de oro la parte
superior de sus columnas y sus bandas, y sus cinco bases eran de bronce.
Capítulo 37
1
Bezaleel hizo también el arca de madera de acacia. Era de dos codos y medio
2
de largo, de un codo y medio de ancho y de un codo y medio de alto. La recubrió
3
de oro puro por dentro y por fuera, y le hizo una moldura de oro alrededor. Le
hizo, además, cuatro aros de oro fundido para sus cuatro patas: dos aros a un lado
4
de ella, y dos aros al otro lado. También hizo las varas de madera de acacia y las
5
recubrió de oro. Y metió las varas por los aros a los lados del arca, para llevar el
6
arca. Hizo también el propiciatorio de oro puro. Era de dos codos y medio de
7
largo y de un codo y medio de ancho. También hizo los dos querubines; de oro
8
modelado a martillo los hizo en los dos extremos del propiciatorio. Un querubín
estaba en un extremo, y el otro querubín en el otro extremo. De una sola pieza con
9
el propiciatorio hizo los querubines en sus dos extremos. Los querubines extendían
las alas por encima, cubriendo con sus alas el propiciatorio. Sus caras estaban una
frente a la otra; las caras de los querubines estaban mirando hacia el propiciatorio.
10
Hizo también la mesa de madera de acacia. Era de dos codos de largo, de un
11
codo de ancho y de un codo y medio de alto. La recubrió de oro puro y le hizo
12
una moldura de oro alrededor. Le hizo también un marco alrededor, de un palmo
13
menor de ancho, y al marco le hizo una moldura de oro alrededor. Le hizo cuatro
aros de oro fundido y los puso en las cuatro esquinas que corresponden a sus cuatro
14
patas. Próximos al marco estaban los aros donde se colocaban las varas para
15
llevar la mesa. Hizo también las varas de madera de acacia, para llevar la mesa, y
16
las recubrió de oro. También hizo de oro puro los utensilios que habrían de estar
sobre la mesa: sus platos, sus cucharas, sus tazones y sus vasijas para hacer la
17
libación. Hizo también el candelabro de oro puro modelado a martillo. El
candelabro con su base, su tallo, sus cálices, sus botones y sus flores era de una sola
18
pieza. Seis brazos salían de sus lados: tres brazos del candelabro de un lado, y
19
tres brazos del candelabro del otro lado. En un brazo había tres cálices en forma
de botón y flor de almendro, y en su otro brazo había tres cálices en forma de botón
20
y flor de almendro; así en los seis brazos que salían del candelabro. En el tallo del
candelabro había cuatro cálices en forma de flor de almendro, con sus botones y sus
21
flores. Había un botón debajo de dos brazos del mismo, otro botón debajo de
otros dos brazos del mismo, y otro botón debajo de los otros dos brazos del mismo;
22
así con los seis brazos que salían de él. Sus botones y sus brazos eran de una sola
23
pieza con él; todo era una pieza de oro puro modelado a martillo. Hizo también de
24
oro puro sus siete lámparas, sus despabiladeras y sus platillos. Hizo el candelabro
y todos sus accesorios de un talento de oro puro.
25
Hizo también de madera de acacia el altar del incienso. Era cuadrado, de un
codo de largo, de un codo de ancho y de dos codos de alto. Sus cuernos estaban
26
hechos de la misma pieza. Lo recubrió de oro puro, tanto su cubierta como sus
27
paredes alrededor y sus cuernos. Le hizo alrededor una moldura de oro. También
hizo dos aros de oro debajo de su moldura en sus dos costados, en sus dos lados,
28
donde se colocaban las varas con que sería transportado. Hizo las varas de
29
madera de acacia y las recubrió de oro. Hizo también el aceite de la santa unción
y el incienso aromático puro, obra de perfumador.
Capítulo 38
1
Hizo también el altar del holocausto de madera de acacia. Era cuadrado, de 5
codos de largo, de 5 codos de ancho y de 3 codos de alto. 2 Le hizo cuernos en sus
cuatro esquinas; los cuernos eran de una misma pieza. Y los recubrió de bronce.
3
También hizo todos los utensilios del altar: bandejas, palas, tazones para la aspersión,
tenedores y baldes. Hizo de bronce todos sus utensilios. 4 También hizo para el altar la
rejilla de bronce, en forma de red, que puso por debajo del borde del altar, hasta la
mitad del altar. 5 También hizo de bronce fundido cuatro aros en los cuatro extremos
de la rejilla de bronce, donde se colocaban las varas. 6 Hizo también las varas de
madera de acacia y las recubrió de bronce. 7 Metió las varas por los aros de los lados
del altar, para transportarlo con ellas. El altar era hueco, hecho de tablas. 8 Hizo
también la fuente de bronce con su base de bronce, de los espejos de las mujeres que
prestaban servicio a la entrada del tabernáculo de reunión.
9
Hizo también el atrio. En el lado sur el atrio tenía mamparas de lino torcido a lo
10
largo de 100 codos. Sus veinte pilares con sus veinte bases eran de bronce. Los
11
ganchos de los pilares y sus bandas eran de plata. El lado norte también tenía 100
codos. Sus veinte pilares con sus veinte bases eran de bronce. Los ganchos de los
12
pilares y sus bandas eran de plata. El lado occidental tenía 50 codos de mamparas
con sus diez pilares y sus diez bases. Los ganchos de los pilares y sus bandas eran
13
14
de plata. Al frente, es decir, al este, también tenía 50 codos. A un lado había 15
15
codos de mamparas con sus tres pilares y sus tres bases; asimismo al otro lado. A
uno y a otro lado de la entrada del atrio había 15 codos de mamparas con sus tres
16
pilares y sus bases. Todas las mamparas alrededor del atrio eran de lino torcido;
17
y las bases de los pilares, de bronce. Los ganchos de los pilares y sus bandas
eran de plata. Los capiteles de sus pilares también estaban recubiertos de plata, y
18
todos los pilares del atrio tenían bandas de plata. La cortina de la entrada del atrio
era obra de bordador hecha de material azul, de púrpura, de carmesí y de lino
torcido. Tenía 20 codos de largo por 5 codos de alto, como las mamparas del atrio.
19
Sus cuatro pilares con sus cuatro bases eran de bronce. Sus ganchos eran de
20
plata, y el revestimiento de sus capiteles y sus bandas era de plata. Todas las
estacas del tabernáculo y del atrio alrededor eran de bronce.
21
Estas son las cantidades de materiales usados para el tabernáculo, el
tabernáculo del testimonio, que por orden de Moisés fueron escritas en un registro
por los levitas, bajo la dirección de Itamar, hijo del sacerdote Aarón.
22
Bezaleel hijo de Uri, hijo de Hur, de la tribu de Judá, hizo todo lo que Jehovah
23
había mandado a Moisés, junto con Oholiab hijo de Ajisamac, de la tribu de Dan,
quien era artífice, diseñador y bordador en material azul, en púrpura, en carmesí y en
24
lino. Todo el oro empleado en la obra, en toda la obra del santuario, era oro de la
25
ofrenda, y fue 29 talentos y 730 siclos, según el siclo del santuario. La plata de los
inscritos de la asamblea fue de 100 talentos y 1.775 siclos, según el siclo del
26
santuario. Esto representaba el medio por persona, es decir, el medio siclo, según
el siclo del santuario, de todos los contados de veinte años para arriba, los cuales
27
fueron 603.550. Los 100 talentos de plata fueron fundidos para hacer las bases
del santuario y las bases del velo, 100 bases por 100 talentos, un talento por base.
28
De los 1.775 siclos hizo los ganchos de los pilares, revistió sus capiteles y les
29
30
puso sus bandas. El bronce de la ofrenda fue 70 talentos y 2.400 siclos. Con él
hizo las bases de la entrada del tabernáculo de reunión, el altar de bronce y su rejilla
31
de bronce; todos los utensilios del altar, las bases del atrio alrededor, las bases de
la entrada del atrio, todas las estacas del tabernáculo y todas las estacas del atrio
alrededor.
Capítulo 39
1
Hicieron las vestiduras tejidas de material azul, de púrpura y de carmesí, para
servir en el santuario. Hicieron las vestiduras sagradas para Aarón, como Jehovah
2
había mandado a Moisés. Hicieron el efod de oro, de material azul, de púrpura, de
3
carmesí y de lino torcido. Extendieron láminas de oro e hicieron hilos para tejerlos
4
junto con el material azul, la púrpura, el carmesí y el lino, obra de fina artesanía. Le
hicieron hombreras que se juntaban sobre él en sus dos extremos, para poderse unir.
5
Su ceñidor para ajustar el efod, el cual está sobre éste, era de la misma hechura y
de los mismos materiales: oro, azul, púrpura, carmesí y lino torcido, como Jehovah
6
había mandado a Moisés. Labraron las piedras de ónice con engastes de oro
alrededor. Fueron grabadas con grabadura de sello, con los nombres de los hijos de
7
Israel. Y las pusieron sobre las hombreras del efod, como piedras memoriales para
8
los hijos de Israel, como Jehovah había mandado a Moisés. Hicieron también el
pectoral, obra de fina artesanía como la hechura del efod: de oro, de material azul,
9
de púrpura, de carmesí y de lino torcido. Era cuadrado y plegado; hicieron el
10
pectoral de un palmo de largo y de un palmo de ancho, plegado. Engastaron en él
11
cuatro hileras de piedras: La primera hilera tenía un rubí, un topacio y un berilo. La
12
segunda hilera tenía una turquesa, un zafiro y un diamante. La tercera hilera tenía
13
un jacinto, un ágata y una amatista. La cuarta hilera tenía un crisólito, un ónice y un
14
jaspe. Estas piedras estaban montadas en engastes de oro. Estas piedras
correspondían a los nombres de los hijos de Israel; eran doce como sus nombres.
Correspondían a las doce tribus, como grabaduras de sello, cada una con su
15
nombre. Hicieron también sobre el pectoral las cadenillas trenzadas como cordón,
16
de oro puro. Asimismo, hicieron los dos engastes de oro y los dos anillos de oro,
17
y pusieron los anillos en los dos extremos del pectoral. Metieron los dos cordones
18
de oro en los dos anillos en los extremos del pectoral, y fijaron los dos extremos
de los dos cordones en los dos engastes y los fijaron sobre las hombreras del efod,
19
en su parte delantera. Hicieron otros dos anillos de oro que pusieron en los dos
20
extremos del pectoral, en el borde que está al lado interior del efod. Hicieron
otros dos anillos de oro y los fijaron en la parte inferior de las dos hombreras del
21
efod, en su parte delantera, frente a su unión sobre el ceñidor del efod. Después
ataron el pectoral por sus anillos a los anillos del efod con un cordón azul, para que
estuviese sobre el ceñidor del efod y para que el pectoral no se desprendiese del
22
efod, como Jehovah había mandado a Moisés. Hizo también la túnica del efod,
23
obra de tejedor, toda de material azul. La túnica tenía una abertura en medio de
ella como abertura de coraza de cuero, con un borde alrededor de la abertura, para
24
que no se rompiera. En los bordes inferiores de la túnica hicieron las granadas de
25
material azul, de púrpura, de carmesí y de lino torcido. También hicieron las
campanillas de oro puro, y las pusieron entre las granadas alrededor de los bordes
26
de la túnica: campanilla y granada, luego campanilla y granada, alrededor de los
bordes de la túnica, para servir, como Jehovah había mandado a Moisés.
27
También hicieron para Aarón y sus hijos el vestido de lino, obra de tejedor.
28
Hicieron de lino el turbante y los adornos de los otros turbantes. Y los pantalones
29
fueron hechos de lino torcido. También el cinturón era de lino torcido, de material
azul, de púrpura y de carmesí, obra de bordador, como Jehovah había mandado a
30
Moisés. Asimismo, hicieron de oro puro una lámina en forma de flor para la
diadema sagrada, y con grabadura de sello inscribieron en ella: “Consagrado a
31
Jehovah.” Sobre ella pusieron un cordón azul, para colocarla en alto sobre el
turbante, como Jehovah había mandado a Moisés.
32
Así fue acabada toda la obra de la morada, el tabernáculo de reunión. Los
hijos de Israel hicieron conforme a todo lo que Jehovah había mandado a Moisés;
33
así lo hicieron. Llevaron a Moisés el tabernáculo, la tienda y todos sus accesorios:
34
sus ganchos, sus tablones, sus travesaños, sus pilares, sus bases, la cubierta de
pieles de carneros teñidas de rojo, la cubierta de pieles finas, el velo de separación;
35
36
el arca del testimonio, sus varas y el propiciatorio; la mesa con todos sus
37
utensilios y el pan de la Presencia; el candelabro de oro puro, su hilera de
38
lámparas y todos sus utensilios; el aceite para la iluminación; el altar de oro, el
aceite de la unción, el incienso aromático, la cortina de la entrada del tabernáculo;
39
el altar de bronce con su rejilla de bronce, sus varas y todos sus utensilios; la
40
fuente y su base, las mamparas del atrio, sus pilares, sus bases, la cortina de la
entrada del atrio, sus cuerdas, sus estacas y todos los utensilios para el servicio en la
41
morada, el tabernáculo de reunión; las vestiduras de material tejido, para servir en
el santuario, las vestiduras sagradas para el sacerdote Aarón y las vestiduras de sus
42
hijos, para servir como sacerdotes. Los hijos de Israel hicieron todo el trabajo
43
conforme a todo lo que Jehovah había mandado a Moisés. Moisés vio toda la
obra, y he aquí que la habían hecho como Jehovah había mandado; así la habían
hecho. Y Moisés los bendijo.
Capítulo 40
1
2
Jehovah habló a Moisés diciendo: “ El primer día del mes primero harás
3
levantar la morada, el tabernáculo de reunión. Pondrás allí el arca del testimonio y
4
la cubrirás con el velo. Meterás la mesa y la pondrás en orden. Meterás también el
5
candelabro y encenderás sus lámparas. Pondrás el altar de oro para el incienso
delante del arca del testimonio, y pondrás la cortina a la entrada del tabernáculo.
6“
Después pondrás el altar del holocausto delante de la entrada de la morada, el
7
tabernáculo de reunión. Colocarás la fuente entre el tabernáculo de reunión y el
8
altar, y pondrás agua en ella. Finalmente pondrás el atrio alrededor y la cortina a la
9
entrada del atrio. “ Luego tomarás el aceite de la unción, y ungirás el tabernáculo y
todo lo que está en él. Así lo consagrarás junto con todos sus utensilios, y será
10
santo. Ungirás también el altar del holocausto y todos sus utensilios. Así
11
consagrarás el altar, y el altar será santísimo. Asimismo, ungirás la fuente y su
12
base, y la consagrarás. “ Después harás que Aarón y sus hijos se acerquen a la
13
entrada del tabernáculo de reunión, y los lavarás con agua. Vestirás a Aarón con
las vestiduras sagradas, lo ungirás y lo consagrarás, para que me sirva como
14
sacerdote. Luego harás que sus hijos se acerquen, los vestirás con las vestiduras
15
y los ungirás como ungiste a su padre. Así me servirán como sacerdotes. Su
unción les servirá para un sacerdocio perpetuo a través de sus generaciones.”
16
Moisés hizo conforme a todo lo que Jehovah le había mandado; así lo hizo.
Y el tabernáculo fue levantado el primer día del mes primero del segundo año.
18
Moisés hizo levantar el tabernáculo y asentó sus bases, puso sus tablones, colocó
19
sus travesaños, levantó sus pilares, extendió la tienda sobre el tabernáculo y
colocó la cubierta encima del tabernáculo, como Jehovah había mandado a Moisés.
20
Después tomó el testimonio y lo puso dentro del arca. Colocó las varas en el
21
arca, y encima de ella puso el propiciatorio. Introdujo el arca en el tabernáculo,
puso el velo de protección y cubrió el arca del testimonio, como Jehovah había
22
mandado a Moisés. Después puso la mesa en el tabernáculo de reunión, en el
23
lado norte del tabernáculo, fuera del velo. Colocó sobre ella en orden el pan
24
delante de Jehovah, como Jehovah había mandado a Moisés. Colocó el
candelabro en el tabernáculo de reunión, frente a la mesa, en el lado sur del
25
tabernáculo. Luego encendió las lámparas delante de Jehovah, como Jehovah
26
había mandado a Moisés. Luego colocó el altar de oro en el tabernáculo de
27
reunión, delante del velo. Y quemó sobre él incienso aromático, como Jehovah
28
había mandado a Moisés. Puso, asimismo, la cortina a la entrada del tabernáculo.
29
Colocó el altar del holocausto a la entrada de la morada, el tabernáculo de
reunión, y sobre él ofreció el holocausto y la ofrenda vegetal, como Jehovah había
30
mandado a Moisés. Colocó la fuente entre el tabernáculo de reunión y el altar, y
31
puso en ella agua para lavarse. Moisés, Aarón y sus hijos lavaban en ella sus
32
manos y sus pies. Cuando entraban en el tabernáculo de reunión y cuando se
acercaban al altar, se lavaban, como Jehovah había mandado a Moisés.
33
Finalmente, hizo levantar el atrio alrededor del tabernáculo y del altar, y puso la
cortina a la entrada del atrio. Y así Moisés acabó la obra.
17
34
Entonces la nube cubrió el tabernáculo de reunión, y la gloria de Jehovah llenó
35
la morada. Moisés no podía entrar en el tabernáculo de reunión, porque la nube
36
estaba sobre él, y la gloria de Jehovah había llenado la morada. En todas sus
etapas, cuando la nube se levantaba del tabernáculo, los hijos de Israel partían;
37
pero si la nube no se levantaba, no partían hasta el día en que ella se levantaba.
38
Porque en todas sus etapas, la nube de Jehovah estaba de día sobre el
tabernáculo; y el fuego estaba allí de noche, a la vista de toda la casa de Israel.
LEVÍTICO
Capítulo 1
1
Jehovah llamó a Moisés y habló con él desde el tabernáculo de reunión,
2
diciendo: “ Habla a los hijos de Israel y diles que cuando alguno de vosotros
presente una ofrenda a Jehovah, ésta será del ganado vacuno u ovino.
3
Si su ofrenda es holocausto del ganado vacuno, ofrecerá un macho sin defecto.
Lo ofrecerá voluntariamente delante de Jehovah a la entrada del tabernáculo de
4
reunión. Pondrá su mano sobre la cabeza de la víctima, la cual será aceptada para
5
hacer expiación por él. Entonces degollará el novillo en presencia de Jehovah, y los
sacerdotes hijos de Aarón ofrecerán la sangre rociándola por encima y alrededor del
6
altar que está a la entrada del tabernáculo de reunión. Después desollará la víctima
7
del holocausto y la cortará en pedazos. Luego los hijos del sacerdote Aarón
8
pondrán fuego sobre el altar y acomodarán la leña sobre el fuego. Después los
sacerdotes hijos de Aarón acomodarán los pedazos, la cabeza y el sebo encima de
9
la leña que está en el fuego sobre el altar. Y el sacerdote lavará con agua las
vísceras y las piernas, y las hará arder todas sobre el altar. Es un holocausto, una
ofrenda quemada de grato olor a Jehovah.
10 “
Si su ofrenda para el holocausto es del rebaño, ya sea de las ovejas o de las
11
cabras, ofrecerá un macho sin defecto. Lo degollará delante de Jehovah, al lado
norte del altar; y los sacerdotes hijos de Aarón rociarán su sangre por encima y
12
alrededor del altar. El sacerdote lo cortará en pedazos y los acomodará, junto con
13
la cabeza y el sebo, encima de la leña que está en el fuego sobre el altar. El
sacerdote lavará con agua las vísceras y las piernas; las ofrecerá todas y las hará
arder sobre el altar. Es un holocausto, una ofrenda quemada de grato olor a
14
Jehovah. “ Pero si su ofrenda para Jehovah es un holocausto de aves, presentará
15
su ofrenda de tórtolas o de pichones de paloma. El sacerdote la llevará al altar, le
arrancará la cabeza, la hará arder sobre el altar y exprimirá su sangre sobre un lado
16
del altar. Le quitará el buche y las plumas, y los echará en el lugar de las cenizas
17
que está al lado este del altar. El sacerdote la partirá por las alas, pero sin dividirla
en dos, y la hará arder encima de la leña que está en el fuego sobre el altar. Es un
holocausto, una ofrenda quemada de grato olor a Jehovah.
Capítulo 2
1“
Cuando alguien presente como ofrenda a Jehovah una ofrenda vegetal, ésta
2
será de harina fina, sobre la cual derramará aceite y pondrá incienso. La traerá a
los sacerdotes hijos de Aarón. El sacerdote tomará un puñado de la harina fina de la
ofrenda y parte del aceite, con todo su incienso, y hará arder sobre el altar la
3
porción memorial de ella. Es una ofrenda quemada de grato olor a Jehovah. Lo
que sobre de la ofrenda será para Aarón y para sus hijos. Es lo más sagrado de las
4
ofrendas quemadas a Jehovah. “ Cuando presentes una ofrenda vegetal cocida al
horno, ésta será de tortas de harina fina sin levadura, amasadas con aceite, y galletas
5
sin levadura untadas con aceite. Si presentas una ofrenda cocida en sartén, será de
6
harina fina sin levadura y amasada con aceite, la cual partirás en pedazos, y
7
derramarás aceite sobre ella. Es una ofrenda vegetal. “ Si presentas la ofrenda
8
cocida en cacerola, será de harina fina con aceite. Traerás a Jehovah la ofrenda
9
hecha de estas cosas y la presentarás al sacerdote, el cual la llevará al altar. El
sacerdote tomará de la ofrenda la porción memorial de ella y la hará arder sobre el
10
altar. Es una ofrenda quemada de grato olor a Jehovah. Lo que sobre de la
ofrenda será para Aarón y para sus hijos. Es lo más sagrado de las ofrendas
quemadas a Jehovah.
11 “
Ninguna ofrenda vegetal que presentéis a Jehovah tendrá levadura, pues no
presentarás ofrenda quemada a Jehovah de cosa que contenga levadura o miel.
12
Estas cosas las podréis presentar a Jehovah como ofrenda de los primeros frutos,
13
pero no serán puestas sobre el altar como ofrenda de grato olor. “ Toda ofrenda
vegetal tuya la sazonarás con sal. Jamás permitirás que la sal del pacto de tu Dios
14
falte de tu ofrenda. Ofrecerás sal con todas tus ofrendas. “ Si presentas a Jehovah
una ofrenda vegetal de las primicias, será de espigas tostadas al fuego. Presentarás
15
el grano fresco desmenuzado como ofrenda de tus primicias, poniendo sobre ella
16
aceite e incienso. Es una ofrenda vegetal. El sacerdote hará arder la porción
memorial del grano desmenuzado y del aceite, con todo el incienso. Es una ofrenda
quemada a Jehovah.
Capítulo 3
1“
Si su ofrenda es un sacrificio de paz, y si la ofrece del ganado vacuno, macho
2
o hembra, sin defecto la ofrecerá delante de Jehovah; pondrá su mano sobre la
cabeza de la víctima, y la degollará a la entrada del tabernáculo de reunión. Luego
los sacerdotes hijos de Aarón rociarán la sangre por encima y alrededor del altar.
3
Después ofrecerá de la víctima del sacrificio de paz, como ofrenda quemada a
Jehovah, el sebo que cubre las vísceras y todo el sebo que está sobre las vísceras,
4
los dos riñones con el sebo que está sobre ellos, junto a los costados; y con los
5
riñones extraerá el sebo que cubre el hígado. Los hijos de Aarón los harán arder en
el altar, sobre el holocausto que está encima de la leña, en el fuego. Es una ofrenda
quemada de grato olor a Jehovah.
6“
Si su ofrenda como sacrificio de paz a Jehovah es del rebaño, sea macho o
7
hembra, sin defecto lo ofrecerá. Si trae un cordero como su ofrenda, lo presentará
8
delante de Jehovah, pondrá su mano sobre la cabeza de la víctima y la degollará
delante del tabernáculo de reunión. Luego los hijos de Aarón rociarán la sangre por
9
encima y alrededor del altar. Del sacrificio de paz presentará, como ofrenda
quemada a Jehovah, el sebo y toda la rabadilla extraída desde la raíz del espinazo, el
10
sebo que cubre las vísceras y todo el sebo que está sobre las vísceras, los dos
riñones con el sebo que está sobre ellos, junto a los costados; y con los riñones
11
extraerá el sebo que cubre el hígado. El sacerdote los hará arder sobre el altar
12
como alimento. Es una ofrenda quemada a Jehovah. “ Si su ofrenda es una cabra,
13
la presentará delante de Jehovah, pondrá su mano sobre la cabeza de la víctima y
la degollará delante del tabernáculo de reunión. Luego los hijos de Aarón rociarán la
14
sangre por encima y alrededor del altar. Después ofrecerá de ella, como su
ofrenda quemada a Jehovah, el sebo que cubre las vísceras y todo el sebo que está
15
sobre las vísceras, los dos riñones con el sebo que está sobre ellos, junto a los
16
costados; y con los riñones extraerá el sebo que cubre el hígado. El sacerdote los
hará arder sobre el altar como alimento. Es una ofrenda quemada de grato olor a
17
Jehovah. Todo el sebo es para Jehovah. “ Este será un estatuto perpetuo a través
de vuestras generaciones. En cualquier lugar que habitéis, no comeréis nada de sebo
ni nada de sangre.”
Capítulo 4
1
2
Jehovah habló a Moisés diciendo: “ Habla a los hijos de Israel y diles que
cuando alguna persona peque por inadvertencia contra alguno de los mandamientos
3
de Jehovah respecto a cosas que no se deben hacer, y hace alguna de ellas; si el
que peca es el sacerdote ungido, lo cual resulta en culpabilidad para el pueblo, él
ofrecerá a Jehovah un novillo sin defecto, como sacrificio por el pecado, por su
4
pecado cometido. Traerá el novillo a la entrada del tabernáculo de reunión delante
de Jehovah, pondrá su mano sobre la cabeza del novillo y lo degollará delante de
5
Jehovah. Después el sacerdote ungido tomará parte de la sangre del novillo y la
6
llevará al tabernáculo de reunión. Y mojando su dedo en la sangre, rociará siete
7
veces delante de Jehovah, hacia el velo del santuario. Luego el sacerdote pondrá
parte de la sangre sobre los cuernos del altar del incienso aromático, que está
delante de Jehovah en el tabernáculo de reunión, y derramará el resto de la sangre
del novillo al pie del altar del holocausto que está a la entrada del tabernáculo de
8
reunión. Tomará del novillo del sacrificio por el pecado todo el sebo, el sebo que
9
cubre las vísceras y todo el sebo que está sobre las vísceras, los dos riñones con el
sebo que está sobre ellos, junto a los costados; y con los riñones extraerá el sebo
10
que cubre el hígado, de la manera que se los quita del novillo del sacrificio de paz.
11
Luego el sacerdote los hará arder sobre el altar del holocausto. Pero la piel del
12
novillo y toda su carne, con su cabeza, sus piernas, sus vísceras y su estiércol —
el novillo entero — los sacará fuera del campamento a un lugar purificado, donde se
echan las cenizas, y los quemará en el fuego sobre la leña. Será quemado en el lugar
donde se echan las cenizas.
13 “
Si toda la asamblea de Israel peca por inadvertencia, siendo el asunto
ignorado por la congregación, y transgrede alguno de los mandamientos de Jehovah
14
respecto a cosas que no se deben hacer, son culpables. Luego que tengan
conocimiento del pecado que cometieron, la congregación ofrecerá un novillo como
15
sacrificio por el pecado y lo traerán delante del tabernáculo de reunión. Los
ancianos de la congregación pondrán sus manos sobre la cabeza del novillo delante
16
de Jehovah, y degollarán el novillo delante de Jehovah. El sacerdote ungido llevará
17
al tabernáculo de reunión parte de la sangre del novillo; y mojando su dedo en la
sangre, el sacerdote rociará siete veces delante de Jehovah, hacia el velo.
18
También pondrá parte de la sangre sobre los cuernos del altar que está delante de
Jehovah en el tabernáculo de reunión. Derramará el resto de la sangre al pie del altar
19
del holocausto, que está a la entrada del tabernáculo de reunión. Después le
20
quitará todo el sebo y lo hará arder sobre el altar. Hará con este novillo como hizo
con el novillo del sacrificio por el pecado; lo mismo hará con él. Así el sacerdote
21
hará expiación por ellos, y serán perdonados. Después sacará el novillo fuera del
campamento y lo quemará, como quemó el primer novillo. Este es el sacrificio por el
pecado de la congregación.
22 “
Si un dirigente peca y transgrede por inadvertencia alguno de los
mandamientos de Jehovah su Dios respecto a cosas que no se deben hacer, es
23
culpable. Luego que se le haga conocer el pecado que cometió, presentará como
24
su ofrenda un macho cabrío sin defecto. Pondrá su mano sobre la cabeza del
macho cabrío, y lo degollará en el lugar donde se degüella el holocausto, delante de
25
Jehovah. Este es el sacrificio por el pecado. El sacerdote tomará con su dedo
parte de la sangre de la víctima por el pecado, la pondrá sobre los cuernos del altar
del holocausto y derramará el resto de la sangre al pie del altar del holocausto.
26
Quemará todo el sebo sobre el altar, como se hace con el sebo del sacrificio de
paz. Así el sacerdote hará expiación por él, por su pecado, y será perdonado.
27 “
Si alguno del pueblo de la tierra peca por inadvertencia, transgrediendo
alguno de los mandamientos de Jehovah respecto a cosas que no se deben hacer, es
28
culpable. Luego que se le haga conocer el pecado que cometió, presentará como
29
su sacrificio por su pecado cometido una cabra, una hembra sin defecto. Pondrá
su mano sobre la cabeza de la víctima por el pecado y la degollará en el lugar del
30
holocausto. El sacerdote tomará con su dedo parte de la sangre, la pondrá sobre
los cuernos del altar del holocausto y derramará el resto de la sangre al pie del altar.
31
Después le extraerá todo el sebo, como extrajo el sebo del sacrificio de paz, y el
sacerdote lo hará arder sobre el altar como grato olor a Jehovah. Así el sacerdote
32
hará expiación por él, y será perdonado. Si trae una oveja como su sacrificio por
33
el pecado, traerá una hembra sin defecto. Pondrá su mano sobre la cabeza de la
víctima por el pecado y la degollará como sacrificio por el pecado en el lugar donde
34
se degüella el holocausto. Después el sacerdote tomará con su dedo parte de la
sangre de la víctima por el pecado, la pondrá sobre los cuernos del altar del
35
holocausto y derramará el resto de la sangre al pie del altar. Le extraerá todo el
sebo, como extrajo el sebo del cordero del sacrificio de paz, y el sacerdote lo hará
arder encima del altar sobre las ofrendas quemadas para Jehovah. Así el sacerdote
hará expiación por él, por su pecado cometido, y será perdonado.
Capítulo 5
1“
Cuando una persona peque porque, habiendo oído la advertencia del
juramento y siendo ella testigo que lo vio o lo supo, no lo denuncie, será considerada
2
culpable. De la misma manera, el que haya tocado cualquier cosa inmunda, sea el
cadáver de un animal inmundo no doméstico, o el cadáver de un animal doméstico
inmundo, o el cadáver de un reptil inmundo, aunque no se haya dado cuenta de ello,
3
será impuro y culpable. Si alguien, sin darse cuenta, toca alguna impureza humana,
sea cual sea la impureza con que se contamine, aunque no se haya dado cuenta de
4
ello, cuando llegue a saberlo, será culpable. También la persona que
descuidadamente jura hacer algo, sea malo o bueno, respecto a cualquier asunto por
el cual se jura, como se acostumbra a jurar sin pensar, cuando llegue a saberlo, será
5
culpable por cada una de estas cosas. “ Y sucederá que cuando alguien peque
6
respecto a cualquiera de estas cosas, confesará aquello en que pecó, y traerá a
Jehovah como su sacrificio por la culpa, por su pecado cometido, una hembra del
rebaño, sea oveja o cabra, como sacrificio por el pecado. El sacerdote le hará
expiación por su pecado.
7“
Si no tiene lo suficiente para una oveja, traerá a Jehovah como sacrificio por
la culpa, por aquello en que pecó, dos tórtolas o dos pichones de paloma, el uno
8
para sacrificio por el pecado y el otro para holocausto. Los traerá al sacerdote,
quien ofrecerá primero el que es para el sacrificio por el pecado. Le arrancará la
9
cabeza por el cuello, pero sin separarla totalmente. Rociará parte de la sangre del
sacrificio por el pecado sobre la pared del altar y lo que sobre de la sangre lo
10
exprimirá al pie del altar. Este es el sacrificio por el pecado. Luego ofrecerá el
segundo en holocausto, de acuerdo con lo establecido. Así el sacerdote hará
11
expiación por él, por su pecado cometido, y le será perdonado. “ Si no tiene lo
suficiente para dos tórtolas o dos pichones de paloma, por aquello en que pecó,
traerá como su ofrenda la décima parte de un efa de harina fina como ofrenda por el
pecado. No pondrá sobre ella aceite ni incienso, porque es una ofrenda por el
12
pecado. La traerá al sacerdote, y éste tomará de ella un puñado como porción
memorial, y lo hará arder en el altar sobre las ofrendas quemadas a Jehovah. Este es
13
el sacrificio por el pecado. Así el sacerdote hará expiación por él, por su pecado
cometido respecto a cualquiera de estas cosas, y le será perdonado. Lo que sobre
será para el sacerdote, como en el caso de la ofrenda vegetal.”
14
15
Además, Jehovah habló a Moisés diciendo: “ Si alguien comete una falta y
peca por inadvertencia con respecto a las cosas sagradas de Jehovah, traerá a
Jehovah por su culpa, como sacrificio por la culpa, un carnero del rebaño, sin
16
defecto, evaluado por ti en siclos de plata, según el siclo del santuario. El restituirá
aquello que haya defraudado de las cosas sagradas, añadirá a ello la quinta parte y
lo dará al sacerdote. El sacerdote hará expiación por él con el carnero del sacrificio
17
por la culpa, y le será perdonado. “ Si alguien peca transgrediendo alguno de los
mandamientos de Jehovah respecto a cosas que no deben hacerse, aun cuando no
18
llegue a saberlo, será culpable y cargará con su culpa. El traerá al sacerdote como
sacrificio por la culpa un carnero del rebaño, sin defecto, evaluado según tú lo
estimes. El sacerdote hará expiación por él, por su pecado cometido por
19
inadvertencia, y le será perdonado. Este es el sacrificio por la culpa, pues
ciertamente es culpable ante Jehovah.”
Capítulo 6
1
2
8
9
Jehovah habló a Moisés diciendo: “ Cuando una persona peque y actúe con
infidelidad contra Jehovah, negando a su prójimo lo que éste le había encomendado
3
o dejado en su poder, o si roba y extorsiona a su prójimo, o si hallando algo que se
había perdido lo niega, o jura con engaño respecto a cualquier cosa en que la gente
4
suele pecar, sucederá que habiendo pecado y siendo culpable, deberá restituir
aquello que robó o extorsionó, o el depósito que se le encomendó, o la cosa
5
perdida que halló, o todo aquello sobre lo que haya jurado falsamente. Lo restituirá
por entero y añadirá a ello la quinta parte. Todo esto lo pagará a quien se lo deba, el
6
día en que presente su sacrificio por la culpa. Además, traerá al sacerdote para
Jehovah su sacrificio por la culpa, un carnero del rebaño, sin defecto, conforme a tu
7
estimación, como sacrificio por la culpa. El sacerdote hará expiación delante de
Jehovah por esa persona, y será perdonada de cualquiera de las cosas que hizo, por
las que se ha hecho culpable.”
Jehovah habló a Moisés diciendo: “ Manda a Aarón y a sus hijos diciéndoles
que éstas son las instrucciones para el holocausto: El holocausto se quemará sobre el
10
altar toda la noche, hasta la mañana; y el fuego del altar arderá en él. El sacerdote
se pondrá su vestimenta de lino y vestirá pantalones de lino sobre su cuerpo.
Cuando el fuego haya consumido el holocausto, él apartará las cenizas de encima del
11
altar y las pondrá a un lado del altar. Después se quitará sus vestiduras y se
pondrá otras vestiduras para llevar las cenizas fuera del campamento, a un lugar
12
purificado. El fuego encendido sobre el altar no será apagado. El sacerdote hará
arder leña en él cada mañana. Acomodará sobre el altar el holocausto y quemará
13
sobre él el sebo de los sacrificios de paz. El fuego ha de arder permanentemente
en el altar; no se apagará.
14 “
Estas son las instrucciones para la ofrenda vegetal: Los hijos de Aarón han
15
de ofrecerla frente al altar, delante de Jehovah. El sacerdote tomará un puñado de
la harina fina de la ofrenda, y parte del aceite con todo el incienso que está sobre la
ofrenda; y los hará arder sobre el altar como grato olor, como una porción memorial
16
para Jehovah. Lo que sobre de ella lo comerán Aarón y sus hijos. Sin levadura
será comida en un lugar santo; en el atrio del tabernáculo de reunión lo comerán.
17
No será cocida con levadura. Yo la he dado como porción para ellos de mis
ofrendas quemadas. Es cosa muy sagrada, como el sacrificio por el pecado y el
18
sacrificio por la culpa. Todos los varones de los hijos de Aarón podrán comer de
ella. Esta es una provisión perpetua a través de vuestras generaciones, respecto a las
19
ofrendas quemadas a Jehovah. Todo lo que las toque será santificado.” Jehovah
20
habló a Moisés diciendo: “ Esta es la ofrenda que Aarón y sus hijos presentarán a
Jehovah el día en que sean ungidos: la décima parte de un efa de harina fina como
21
ofrenda vegetal perpetua, la mitad al amanecer y la mitad al anochecer. Será
preparada con aceite en la sartén, y la traerás mezclada. Partirás la ofrenda en
22
pedazos y la ofrecerás como grato olor a Jehovah. La ofrecerá el sacerdote que
de entre sus hijos sea ungido en su lugar. Esto es un estatuto perpetuo de Jehovah.
23
Será quemada por completo. Toda la ofrenda vegetal del sacerdote será quemada
por completo; no se comerá.”
24
25
Jehovah habló a Moisés diciendo: “ Habla a Aarón y a sus hijos y diles que
éstas son las instrucciones para el sacrificio por el pecado: En el lugar donde se
degüella el holocausto será degollada la víctima por el pecado, delante de Jehovah.
26
Es cosa muy sagrada. El sacerdote que la ofrezca como sacrificio por el pecado la
comerá. Será comida en un lugar santo, en el atrio del tabernáculo de reunión.
27
Todo lo que toque su carne será santificado. Si su sangre salpica en el vestido,
28
lavarás en un lugar santo aquello sobre lo cual haya salpicado. “ El utensilio de
barro en que sea cocida será roto. Si es cocida en utensilio de metal, éste será
29
frotado y lavado con agua. Todo varón de entre los sacerdotes la podrá comer.
30
Es cosa muy sagrada. Pero no se comerá de ninguna víctima por el pecado, cuya
sangre se haya introducido en el tabernáculo de reunión para hacer expiación en el
santuario; será quemada al fuego.
Capítulo 7
1“
Estas son las instrucciones para el sacrificio por la culpa. Es cosa muy
2
sagrada. En el lugar donde degüellan el holocausto, degollarán la víctima por la
3
culpa, y él rociará su sangre por encima y alrededor del altar. Luego ofrecerá de
4
ella todo el sebo, la rabadilla, el sebo que cubre las vísceras, los dos riñones con el
sebo que está sobre ellos junto a los costados; y con los riñones extraerá el sebo
5
que cubre el hígado. El sacerdote los hará arder sobre el altar como ofrenda
quemada a Jehovah. Este es el sacrificio por la culpa.
6
Todo varón de entre los sacerdotes la podrá comer; será comida en un lugar santo.
7
Es cosa muy sagrada. Como el sacrificio por el pecado, así es el sacrificio por la
culpa; las mismas instrucciones habrá para ambos. Será para el sacerdote que con
8
ellos haga expiación. “ Si un sacerdote ofrece en holocausto la ofrenda de alguno, la
9
piel del animal ofrecido será para el sacerdote. Asimismo, toda ofrenda vegetal que
se cueza en horno y toda la que sea preparada en sartén o en cacerola será para el
10
sacerdote que la ofrezca. Toda ofrenda vegetal mezclada con aceite, o seca,
pertenecerá a todos los hijos de Aarón, a todos por igual.
11 “
Estas son las instrucciones para el sacrificio de paz que se ofrecerá a
12
Jehovah: Si es ofrecido en acción de gracias, con el sacrificio de acción de gracias
ofrecerá tortas sin levadura amasadas con aceite, galletas sin levadura untadas con
13
aceite y harina fina mezclada con aceite. Junto con las tortas de pan con levadura
14
ofrecerá su sacrificio de paz en acción de gracias. “ De cada ofrenda presentará
una parte como ofrenda alzada a Jehovah, la cual será para el sacerdote que esparza
15
la sangre de los sacrificios de paz. La carne del sacrificio de paz en acción de
gracias se comerá el día que sea ofrecida; no dejarán nada de ello hasta la mañana.
16
Pero si el sacrificio de su ofrenda es por motivo de un voto o es una ofrenda
voluntaria, se comerá en el día que sea ofrecida, y lo que quede de ella será comido
17
también al día siguiente. Pero si queda parte de la carne del sacrificio para el
18
tercer día, será quemada en el fuego. Si se come parte de la carne del sacrificio de
paz al tercer día, el que lo ofrezca no será aceptado, ni le será tenido en cuenta. Eso
será considerado inmundo, y la persona que coma de ella cargará con su culpa.
19 “
La carne que toque alguna cosa inmunda no será comida; será quemada al fuego.
20
En cuanto a aquella carne, toda persona pura podrá comerla. Si una persona que
estando impura come la carne del sacrificio de paz, que pertenece a Jehovah, tal
21
persona será excluida de su pueblo. Y si una persona toca cualquier cosa
inmunda, ya sea impureza de hombre, o un animal inmundo, o cualquier cosa
abominable e inmunda, y come de la carne del sacrificio de paz, que pertenece a
22
Jehovah, tal persona será excluida de su pueblo.” Jehovah habló a Moisés
23
diciendo: “ Habla a los hijos de Israel y diles: ‘No comeréis ningún sebo de toro,
24
de cordero o de cabra. El sebo de un animal mortecino y el sebo de un animal
despedazado podrán usarse para cualquier otro uso, pero en ningún caso los
25
comeréis. Cualquiera que coma sebo de animal, del cual se ofrece a Jehovah
26
ofrenda quemada, esa persona que lo coma será excluida de su pueblo. Tampoco
27
comeréis sangre, ni de aves ni de fieras, en ningún lugar en que habitéis. Cualquier
28
persona que coma sangre será excluida de su pueblo.’” Jehovah habló a Moisés
29
diciendo: “ Habla a los hijos de Israel y diles que el que ofrezca un sacrificio de paz
30
a Jehovah traerá su ofrenda a Jehovah de su sacrificio de paz. Con sus propias
manos traerá la ofrenda que se ha de quemar para Jehovah. Traerá el sebo junto
con el pecho, para que el pecho sea mecido delante de Jehovah como ofrenda
31
mecida. El sacerdote hará arder el sebo sobre el altar, pero el pecho será para
32
Aarón y sus hijos. También daréis al sacerdote, como ofrenda alzada, el muslo
33
derecho de vuestros sacrificios de paz. La porción del muslo derecho será para
aquel que de entre los hijos de Aarón ofrezca la sangre y el sebo del sacrificio de
34
paz. Yo he tomado de los sacrificios de paz de los hijos de Israel el pecho de la
ofrenda mecida y el muslo de la ofrenda alzada, y se los he dado al sacerdote Aarón
y a sus hijos, como provisión perpetua de los hijos de Israel.”
35
Esta es la porción que corresponde a Aarón y la porción que corresponde a
sus hijos de las ofrendas quemadas a Jehovah, desde el día en que él los consagró
36
para ser sacerdotes de Jehovah. Esto ordenó Jehovah el día en que los ungió, que
les diesen de parte de los hijos de Israel como provisión perpetua, a través de sus
37
generaciones. Estas son las instrucciones para el holocausto, para la ofrenda
vegetal, para el sacrificio por el pecado, para el sacrificio por la culpa, para la
38
ofrenda de la consagración y para el sacrificio de paz, las cuales ordenó Jehovah a
Moisés en el monte Sinaí cuando mandó a los hijos de Israel que presentaran sus
ofrendas a Jehovah en el desierto de Sinaí.
Capítulo 8
1
2
Jehovah habló a Moisés diciendo: “ Toma a Aarón y con él a sus hijos, y las
vestiduras, el aceite de la unción, el novillo para el sacrificio por el pecado, los dos
3
carneros y la cesta de los panes sin levadura. Reúne luego a toda la congregación a
4
la entrada del tabernáculo de reunión.” Moisés hizo como Jehovah le mandó, y la
5
congregación se reunió a la entrada del tabernáculo de reunión. Entonces Moisés
6
dijo a la congregación: “Esto es lo que Jehovah ha mandado hacer.” Luego Moisés
7
hizo que se acercaran Aarón y sus hijos, y los lavó con agua. Puso sobre Aarón el
vestido y lo ciñó con el cinturón. Después le vistió con la túnica, puso sobre ella el
8
efod, lo ciñó con el ceñidor del efod y lo sujetó con él. Después le puso encima el
9
pectoral, y sobre el pectoral puso el Urim y el Tumim. Puso el turbante sobre su
cabeza; y sobre aquél, en la parte delantera, puso la lámina de oro en forma de flor,
10
la diadema sagrada, como Jehovah había mandado a Moisés. Después Moisés
tomó el aceite de la unción, ungió el tabernáculo y todas las cosas que estaban en él;
11
y las santificó. Roció con él el altar siete veces; ungió el altar y todos sus utensilios,
12
y la fuente con su base, para santificarlos. Luego derramó parte del aceite de la
13
unción sobre la cabeza de Aarón, y lo ungió para consagrarlo. Después Moisés
hizo que se acercaran los hijos de Aarón. Les vistió con las vestiduras, les ciñó con
los cinturones y les puso los turbantes, como Jehovah había mandado a Moisés.
14
Después hizo que trajeran el novillo del sacrificio por el pecado. Aarón y sus
hijos pusieron sus manos sobre la cabeza del novillo del sacrificio por el pecado.
15
Moisés lo degolló, tomó parte de la sangre, la puso con su dedo sobre los
cuernos del altar en derredor y purificó el altar. Derramó el resto de la sangre al pie
16
del altar y lo santificó para hacer expiación por él. Entonces tomó todo el sebo
que estaba sobre las vísceras, el sebo del hígado y los dos riñones con el sebo que
17
los cubre, y Moisés los hizo arder sobre el altar. Pero el resto del novillo — su
piel, su carne y su estiércol — lo quemó en el fuego fuera del campamento, como
18
Jehovah había mandado a Moisés. Después hizo que trajesen el carnero del
holocausto, y Aarón y sus hijos pusieron sus manos sobre la cabeza del carnero.
19
20
Moisés lo degolló y roció la sangre por encima y alrededor del altar. Después
21
cortó el carnero en pedazos e hizo arder la cabeza, los pedazos y el sebo. Lavó
luego con agua las vísceras y las piernas, e hizo arder todo el carnero sobre el altar.
Es holocausto de grato olor, ofrenda quemada a Jehovah, como Jehovah había
22
mandado a Moisés. Después hizo que acercaran el otro carnero, el carnero de la
23
investidura. Aarón y sus hijos pusieron sus manos sobre la cabeza del carnero, y
Moisés lo degolló. Luego tomó parte de su sangre y la puso sobre el lóbulo de la
oreja derecha de Aarón, sobre el dedo pulgar de su mano derecha y sobre el dedo
24
pulgar de su pie derecho. Hizo que se acercaran los hijos de Aarón y puso parte
de la sangre sobre el lóbulo de su oreja derecha, sobre el pulgar de su mano
derecha y sobre el pulgar de su pie derecho. Luego derramó el resto de la sangre
25
por encima y alrededor del altar. Después tomó el sebo, la rabadilla, el sebo que
cubre las vísceras, el sebo del hígado, los dos riñones con el sebo que los cubre y el
26
muslo derecho. De la cesta de los panes sin levadura que estaba delante de
Jehovah, tomó un pan sin levadura, una torta de pan con aceite y una galleta, y los
27
puso sobre el sebo y sobre el muslo derecho. Puso todo esto en las manos de
Aarón y en las manos de sus hijos, y lo hizo mecer como ofrenda mecida delante de
28
Jehovah. Después las tomó Moisés de sus manos y las hizo arder en el altar sobre
el holocausto. Estos son los sacrificios de la investidura, para grato olor. Es una
29
ofrenda quemada a Jehovah. Después Moisés tomó el pecho y lo meció como
ofrenda mecida delante de Jehovah. Esta parte del carnero de la investidura
30
correspondía a Moisés, como Jehovah había mandado a Moisés. Luego Moisés
tomó parte del aceite de la unción y de la sangre que estaba sobre el altar, y roció a
Aarón y sus vestiduras, y con él a sus hijos y sus vestiduras. Así consagró a Aarón y
sus vestiduras, y con él a sus hijos y sus vestiduras.
31
Entonces Moisés dijo a Aarón y a sus hijos: “Coced la carne a la entrada del
tabernáculo de reunión. Comedla allí con el pan que está en la cesta de la
32
investidura, como lo mandé diciendo: ‘Aarón y sus hijos la comerán.’ Lo que
33
sobre de la carne y del pan lo quemaréis en el fuego. No saldréis de la entrada del
tabernáculo de reunión durante siete días, hasta que se cumpla el plazo de vuestra
34
investidura, porque durante siete días se os investirá. Lo que se ha hecho hoy es lo
35
que Jehovah ha mandado que se haga para hacer expiación por vosotros. A la
entrada del tabernáculo de reunión estaréis día y noche durante siete días, y
cumpliréis la ordenanza de Jehovah, para que no muráis; porque así me ha sido
36
mandado.” Aarón y sus hijos hicieron todas las cosas que Jehovah había mandado
por medio de Moisés.
Capítulo 9
1
En el octavo día Moisés llamó a Aarón y a sus hijos, y a los ancianos de Israel.
Y dijo a Aarón: “Toma para el sacrificio por el pecado un becerro del ganado, y
para el holocausto, un carnero sin defecto; y ofrécelos delante de Jehovah.
3
Después hablarás a los hijos de Israel, diciendo: ‘Tomad un macho cabrío para el
sacrificio por el pecado, y un becerro y un cordero, sin defecto, los dos de un año,
4
para el holocausto. Asimismo, tomad un toro y un carnero para el sacrificio de paz,
que sacrificarás delante de Jehovah, y una ofrenda vegetal mezclada con aceite;
5
porque Jehovah se aparecerá hoy a vosotros.’” Llevaron al frente del tabernáculo
de reunión lo que Moisés mandó, y toda la asamblea se acercó y estuvo de pie
6
delante de Jehovah. Entonces Moisés dijo: “Esto es lo que ha mandado Jehovah.
7
Hacedlo, y la gloria de Jehovah se os aparecerá.” Moisés dijo a Aarón: “Acércate
al altar y ofrece tu sacrificio por el pecado y tu holocausto, y haz expiación por ti y
por el pueblo. Presenta también la ofrenda del pueblo y haz expiación por ellos,
como ha mandado Jehovah.”
2
8
Entonces Aarón se acercó al altar y degolló el becerro del sacrificio por su
9
propio pecado, y los hijos de Aarón le llevaron la sangre. Mojó su dedo en la
sangre y la puso sobre los cuernos del altar, y derramó el resto de la sangre al pie
10
del altar. Hizo arder sobre el altar el sebo, los riñones y el sebo del hígado de la
11
víctima por el pecado, como Jehovah había mandado a Moisés. Pero quemó al
12
fuego la carne y la piel, fuera del campamento. Asimismo, degolló la víctima del
holocausto. Luego los hijos de Aarón le presentaron la sangre, y él la derramó por
13
encima y alrededor del altar. Después le presentaron en pedazos la víctima del
14
holocausto, junto con la cabeza, y los hizo arder sobre el altar. Luego lavó las
15
vísceras y las piernas, y las hizo arder sobre el holocausto en el altar. Ofreció
también la ofrenda del pueblo. Tomó el macho cabrío para el sacrificio por el
pecado del pueblo, lo degolló y lo ofreció por el pecado, como el anterior.
16
Después ofreció el holocausto y lo hizo de acuerdo con lo establecido.
17
Asimismo, presentó la ofrenda vegetal, llenando con ella su mano, y la hizo arder
18
sobre el altar, además del holocausto de la mañana. Degolló también el toro y el
carnero como sacrificios de paz por el pueblo. Los hijos de Aarón le presentaron la
19
sangre, y él la esparció por encima y alrededor del altar. Asimismo, los sebos del
toro y del carnero (la rabadilla, el sebo que cubre las vísceras, los riñones y el sebo
20
del hígado); y pusieron los sebos junto con los pechos. El hizo arder los sebos
21
sobre el altar, pero Aarón meció el pecho y el muslo derecho como ofrenda
22
mecida delante de Jehovah, como Jehovah había mandado a Moisés. Después
Aarón alzó sus manos hacia el pueblo y lo bendijo. Y descendió después de ofrecer
el sacrificio por el pecado, el holocausto y los sacrificios de paz.
23
Luego Moisés y Aarón entraron en el tabernáculo de reunión. Al salir,
bendijeron al pueblo, y la gloria de Jehovah se apareció a todo el pueblo.
24
Entonces salió fuego de la presencia de Jehovah y consumió el holocausto y los
sebos sobre el altar. Al ver esto, todo el pueblo gritó de gozo, y se postraron sobre
sus rostros.
Capítulo 10
1
Nadab y Abihú, hijos de Aarón, tomaron cada uno su incensario, pusieron en
ellos fuego, pusieron sobre él incienso y ofrecieron delante de Jehovah fuego extraño
2
que él no les había mandado. Entonces salió fuego de la presencia de Jehovah y los
consumió. Y murieron delante de Jehovah.
3
Entonces Moisés dijo a Aarón: — Esto es lo que habló Jehovah diciendo: “Me
he de mostrar como santo en los que se acercan a mí, y he de ser glorificado en
4
presencia de todo el pueblo.” Y Aarón calló. Luego Moisés llamó a Misael y a
Elzafán, hijos de Uziel, tío de Aarón, y les dijo: — Acercaos y llevaos a vuestros
5
hermanos de delante del santuario fuera del campamento. Ellos se acercaron y los
6
llevaron con sus vestiduras fuera del campamento, como dijo Moisés. Entonces
Moisés dijo a Aarón y a sus hijos Eleazar e Itamar: — No dejéis suelto el cabello de
vuestras cabezas, ni rasguéis vuestras vestiduras, para que no muráis ni haya ira
sobre toda la asamblea. Pero vuestros hermanos, toda la casa de Israel, llorarán a
7
los quemados, a quienes Jehovah quemó. Tampoco salgáis de la entrada del
tabernáculo de reunión, no sea que muráis; porque el aceite de la unción de Jehovah
está sobre vosotros. Ellos hicieron conforme a la palabra de Moisés.
8
9
Entonces Jehovah habló a Aarón diciendo: — Ni tú ni tus hijos contigo
beberéis vino ni licor, cuando hayáis de entrar en el tabernáculo de reunión, para que
10
no muráis. Esto será un estatuto perpetuo a través de vuestras generaciones, para
11
hacer diferencia entre lo santo y lo profano, entre lo impuro y lo puro, y para
enseñar a los hijos de Israel todas las leyes que Jehovah os ha dicho por medio de
Moisés.
12
Moisés dijo a Aarón y a sus hijos Eleazar e Itamar, que habían quedado: —
Tomad la ofrenda vegetal que queda de las ofrendas quemadas a Jehovah, y
13
comedla sin levadura junto al altar; porque es cosa muy sagrada. Habéis de
comerla en un lugar santo, pues esto os corresponde para siempre a ti y a tus hijos,
14
de las ofrendas quemadas a Jehovah, porque así me ha sido mandado. Comeréis
también en un lugar limpio, tú y tus hijos y tus hijas contigo, el pecho de la ofrenda
mecida y el muslo derecho de la ofrenda alzada, porque éstos os corresponden a ti y
15
a tus hijos, de los sacrificios de paz de los hijos de Israel. Con las ofrendas de los
sebos que se han de quemar, traerán el muslo que será alzado y el pecho que será
mecido, como ofrenda mecida delante de Jehovah. Estos os corresponderán para
16
siempre a ti y a tus hijos contigo, como Jehovah ha mandado. Después Moisés
pidió con insistencia el macho cabrío para el sacrificio por el pecado, y he aquí que
ya había sido quemado. El se enojó contra Eleazar e Itamar, los hijos de Aarón que
17
habían quedado, y dijo: — ¿Por qué no comisteis la ofrenda por el pecado en un
lugar santo? Es cosa muy sagrada, y él os la dio a vosotros para cargar con la culpa
18
de la congregación, a fin de hacer expiación por ella delante de Jehovah. Puesto
que su sangre no fue llevada al interior del santuario, entonces debisteis haberla
19
comido en un lugar santo, como yo mandé. Aarón respondió a Moisés: — He
aquí que ellos han ofrecido hoy su sacrificio por el pecado y su holocausto delante
de Jehovah, y a mí me han acontecido estas cosas. Si yo hubiera comido hoy de la
20
ofrenda por el pecado, ¿habría sido acepto a los ojos de Jehovah? Moisés oyó
esto, y le pareció bien.
Capítulo 11
1
2
Jehovah habló a Moisés y a Aarón diciendo: “ Hablad a los hijos de Israel y
decidles que éstos son los animales que podréis comer entre todos los cuadrúpedos
3
de la tierra: Podréis comer cualquier animal que tiene pezuñas partidas, hendidas en
4
mitades, y que rumia. Pero de los que rumian o de los que tienen la pezuña partida,
no comeréis éstos: el camello, porque rumia pero no tiene la pezuña partida, será
5
para vosotros inmundo. El conejo, porque rumia pero no tiene la pezuña partida,
6
será para vosotros inmundo. La liebre, porque rumia pero no tiene la pezuña
7
partida, será para vosotros inmunda. El cerdo, porque tiene las pezuñas partidas,
8
hendidas en mitades, pero no rumia, será para vosotros inmundo. No comeréis la
carne de éstos, ni tocaréis sus cuerpos muertos; serán para vosotros inmundos.
9“
De todos los animales acuáticos podréis comer éstos: todos los que tienen
10
aletas y escamas, tanto de las aguas del mar como de los ríos. Pero todos los que
no tienen aletas ni escamas, tanto en el mar como en los ríos, así como cualquier otra
criatura acuática y cualquier otro ser viviente que hay en el agua, serán para vosotros
11
detestables. Os serán detestables; no comeréis su carne y detestaréis sus cuerpos
12
muertos. Todos los que en las aguas no tienen aletas ni escamas serán para
13
vosotros detestables. “ De las aves, las que detestaréis y no comeréis por ser
14
detestables son: el águila, el quebrantahuesos, el azor, el falcón y el milano, según
15
16
sus especies; todo cuervo según sus especies; el avestruz, el corvejón, la
17
18
gaviota y el halcón, según sus especies; la lechuza, el somormujo, el búho, el
19
calamón, el pelícano, el gallinazo, la cigüeña y la garza, según sus especies; la
abubilla y el murciélago.
20 “
Todo insecto alado que se desplaza sobre cuatro patas os será detestable.
Pero de entre todos los insectos que se desplazan sobre cuatro patas, y que
tienen piernas unidas a sus patas para saltar con ellas sobre la tierra, podréis comer
22
los siguientes: Comeréis la langosta según sus especies, el langostín según sus
23
especies, el grillo según sus especies y el saltamontes según sus especies. Todo
21
24
otro insecto alado de cuatro patas os será detestable. Por ellos quedaréis
impuros; cualquiera que toque sus cuerpos muertos quedará impuro hasta el
25
anochecer. Cualquiera que cargue algo de sus cuerpos muertos lavará su ropa y
26
quedará impuro hasta el anochecer. “ Todo animal que tiene pezuñas no partidas,
que no las tiene hendidas en mitades, o que no rumia, os será inmundo. Todo el que
27
los toque quedará impuro. De todos los animales que andan sobre cuatro patas os
serán inmundos todos los que andan sobre sus garras. Todo el que toque sus
28
cuerpos muertos quedará impuro hasta el anochecer. El que cargue sus cuerpos
muertos lavará su ropa y quedará impuro hasta el anochecer. Os serán inmundos.
29 “
Entre los animales que se desplazan sobre la tierra, éstos os serán inmundos: la
30
comadreja, el ratón y la tortuga, según sus especies; el camaleón, el cocodrilo, el
31
lagarto, la lagartija y el calamón. Estos os serán inmundos de entre todos los
animales que se desplazan. Todo el que los toque, estando muertos, quedará impuro
32
hasta el anochecer. Todo aquello sobre lo cual caiga alguno de ellos, estando
muerto, quedará inmundo, sea utensilio de madera, prenda de vestir, piel, costal o
herramienta de trabajo. Será metido en agua y quedará inmundo hasta el anochecer.
33
Después quedará limpio. Si alguno de ellos cae dentro de cualquier utensilio de
barro, quedará inmundo todo lo que esté dentro de él; romperéis el utensilio.
34
Toda cosa que se come sobre la cual caiga tal agua quedará inmunda. Toda cosa
35
que se bebe que esté en cualquiera de tales utensilios quedará inmunda. Todo
aquello sobre lo cual caiga algo de sus cuerpos muertos quedará inmundo. Si es
36
horno u hornillo, será destruido. Son inmundos, y os serán inmundos. Sin
embargo, el manantial y la cisterna donde se acumula agua serán considerados
37
limpios. Pero lo que haya tocado sus cuerpos muertos quedará inmundo. “ Si algo
de sus cuerpos muertos cae sobre la semilla dispuesta para ser sembrada, ésta será
38
considerada limpia. Pero si se ha puesto agua en la semilla y cae algo de sus
39
cuerpos muertos sobre ella, os será inmunda. “ Si muere algún animal cuya carne
podéis comer, el que toque su cuerpo muerto quedará impuro hasta el anochecer.
40
El que coma de su cuerpo muerto lavará su ropa, y quedará impuro hasta el
anochecer. Y el que cargue su cuerpo muerto lavará su ropa, y quedará impuro
41
hasta el anochecer. “ Todo reptil que se desplaza sobre la tierra es detestable; no
42
será comido. No comeréis ningún animal que se desplaza sobre su pecho, ni
ninguno que se desplaza sobre cuatro o sobre muchas patas — todo el que se
desplaza sobre la tierra — porque son detestables.
43
No hagáis detestables vuestras personas por causa de ningún reptil. No os
44
contaminéis con ellos, ni os hagáis impuros por causa de ellos. Porque yo soy
Jehovah vuestro Dios, vosotros os santificaréis; y seréis santos, porque yo soy
santo. No contaminéis vuestras personas por causa de ningún reptil que se desplaza
45
sobre la tierra. Porque yo soy Jehovah, que os hago subir de la tierra de Egipto
46
para ser vuestro Dios. Seréis santos, porque yo soy santo.” Estas son las
instrucciones acerca de los animales terrestres, de las aves, de todos los animales
47
acuáticos y de todos los animales que se desplazan sobre la tierra; para diferenciar
entre lo inmundo y lo limpio, entre los animales que se pueden comer y los animales
que no se pueden comer.
Capítulo 12
1
2
Jehovah habló a Moisés diciendo: “ Habla a los hijos de Israel y diles que
cuando una mujer conciba y dé a luz a un hijo varón, será considerada impura
3
durante siete días; será impura como es impura en los días de su menstruación. Al
4
octavo día será circuncidado el prepucio de su hijo, pero la mujer permanecerá
treinta y tres días en la sangre de su purificación. No tocará ninguna cosa santa, ni
5
vendrá al santuario hasta que se cumplan los días de su purificación. “ Si da a luz
una hija, será considerada impura y permanecerá aislada durante dos semanas,
como en el caso de su impureza. Y permanecerá sesenta y seis días en la sangre de
su purificación.
6“
Cuando se cumplan los días de su purificación, por un hijo o por una hija,
llevará al sacerdote un cordero de un año para el holocausto, y un pichón de paloma
o una tórtola para el sacrificio por el pecado. Los traerá a la entrada del tabernáculo
7
de reunión. El sacerdote los ofrecerá delante de Jehovah y hará expiación por ella.
Así quedará purificada de su flujo de sangre. Esta es la ley para la que da a luz, sea
8
un hijo o una hija. Pero si no tiene lo suficiente para un cordero, traerá dos tórtolas
o dos pichones de paloma, el uno para el holocausto y el otro para el sacrificio por
el pecado. El sacerdote hará expiación por ella, y quedará purificada.”
Capítulo 13
1
2
Jehovah habló a Moisés y a Aarón diciendo: “ Cuando alguien tenga en la piel
de su cuerpo hinchazón, costra o mancha clara y se convierta en la piel de su cuerpo
3
en llaga de lepra, será traído al sacerdote Aarón o a uno de sus hijos sacerdotes. El
sacerdote examinará la parte afectada en la piel del cuerpo. Si el pelo en la llaga se
ha vuelto blanco y la llaga parece más hundida que la piel de su cuerpo, es llaga de
4
lepra. Cuando el sacerdote lo haya examinado, lo declarará impuro. “ Si en la piel
de su cuerpo hay una mancha clara blanquecina, pero no parece más hundida que la
piel, ni su pelo se ha vuelto blanco, el sacerdote aislará al enfermo durante siete días.
5
Al séptimo día el sacerdote lo examinará. Si según su parecer la llaga se ha
mantenido igual y no se ha extendido en la piel, el sacerdote lo volverá a aislar
6
durante otros siete días. Al séptimo día lo examinará de nuevo. Y he aquí que si la
llaga parece oscura y no se ha extendido, el sacerdote lo declarará puro; sólo era
7
una erupción. El enfermo lavará su ropa y quedará puro. “ Pero si la erupción se ha
extendido notablemente por la piel, después que él se haya mostrado al sacerdote
8
para su purificación, se presentará otra vez ante el sacerdote. El sacerdote lo
examinará, y he aquí que si la erupción se ha extendido en la piel, él lo declarará
9
impuro; es lepra. “ Cuando alguien tenga llaga de lepra, será traído al sacerdote.
10
El lo examinará; y he aquí que si aparece una hinchazón blanca en la piel que ha
11
hecho que el pelo se vuelva blanco y ha hecho aparecer la carne viva, es lepra
crónica en la piel de su cuerpo. El sacerdote lo declarará impuro; no lo aislará,
12
porque ya es impuro. “ Pero si la lepra brota intensamente en la piel y cubre toda
la piel del cuerpo del enfermo, desde su cabeza hasta sus pies, hasta donde los ojos
13
del sacerdote puedan ver, el sacerdote lo examinará. Y he aquí que si la lepra ha
cubierto todo su cuerpo, declarará puro al enfermo; pues si toda ella se ha vuelto
14
15
blanca, él es puro. Pero si aparece en él la carne viva, será impuro. El sacerdote
examinará la carne viva y lo declarará impuro. La carne viva es inmunda; es lepra.
16 “
17
Cuando la carne viva cambie y se vuelva blanca, vendrá al sacerdote. Este lo
examinará, y he aquí que si la llaga se ha vuelto blanca, el sacerdote declarará
purificado al que tuvo la llaga; y será puro.
18 “
Cuando en la piel de su cuerpo haya habido una úlcera y ésta se haya
19
sanado, si aparece en el lugar de la úlcera una hinchazón blanca o una mancha
20
blanca rojiza, será mostrada al sacerdote. Este la examinará; y he aquí que si
parece estar más profunda que la piel y su pelo se ha vuelto blanco, el sacerdote lo
21
declarará impuro. Es llaga de lepra que brotó en la úlcera. “ Si el sacerdote la
examina, y he aquí que no hay en ella pelo blanco ni está más hundida que la piel,
22
sino que está oscura, el sacerdote lo aislará durante siete días. Si se ha extendido
23
por la piel, el sacerdote lo declarará impuro; es lepra. Pero si la mancha blanca se
ha detenido en su lugar y no se ha extendido, es la cicatriz de la úlcera. El sacerdote
24
lo declarará puro. “ Asimismo, cuando la piel del cuerpo tiene quemadura de fuego
25
y en la carne viva de la quemadura aparece una mancha clara, rojiza o blanca, el
sacerdote la examinará. Y he aquí que si el pelo en la mancha se ha vuelto blanco y
ésta parece estar más hundida que la piel, es lepra que se originó en la quemadura.
26
El sacerdote lo declarará impuro; es llaga de lepra. “ Pero si el sacerdote la
examina, y he aquí que no aparece en la mancha el pelo blanco, ni está más hundida
27
que la piel, sino que aparece oscura, el sacerdote lo aislará durante siete días. Al
séptimo día el sacerdote lo examinará. Y si se ha extendido por la piel, el sacerdote
28
lo declarará impuro; es llaga de lepra. Pero si la mancha blanca se ha detenido en
su lugar y no se ha extendido en la piel, sino que parece oscura, es hinchazón de la
quemadura. El sacerdote lo declarará puro, porque es sólo la cicatriz de la
29
quemadura. “ Cuando a un hombre o a una mujer le salga una llaga en la cabeza o
30
en la barba, el sacerdote examinará la llaga. Y he aquí que si parece estar más
hundida que la piel y el pelo en ella es amarillento y delgado, entonces el sacerdote
31
lo declarará impuro. Es tiña o lepra de la cabeza o de la barba. Pero si el
sacerdote examina la llaga de tiña, y he aquí que no parece estar más hundida que la
piel ni hay en ella pelo amarillento, el sacerdote aislará al enfermo de tiña durante
32
siete días. Al séptimo día el sacerdote examinará la llaga. Y he aquí que si la tiña
no parece haberse extendido, ni hay en ella pelo amarillento, ni tampoco parece la
33
llaga más hundida que la piel, entonces se afeitará, excepto en el lugar de la tiña.
34
Luego el sacerdote lo aislará durante otros siete días. Al séptimo día el sacerdote
examinará la tiña. Y he aquí que si la tiña no se ha extendido en la piel, ni parece
estar más hundida que ésta, el sacerdote lo declarará puro. El lavará su ropa y
35
quedará puro. “ Pero si la tiña se ha extendido en la piel después de su
36
purificación, el sacerdote lo examinará. Y he aquí que si la tiña se ha extendido en
37
la piel, no busque el sacerdote el pelo amarillento. Es impuro. Pero si le parece
que la tiña está detenida y que ha crecido en ella pelo negro, la tiña está sanada. El
es puro, y el sacerdote lo declarará puro.
38 “
Asimismo, cuando un hombre o una mujer tenga en la piel de su cuerpo
39
manchas, manchas blancas, el sacerdote las examinará. Y he aquí que si las
manchas en la piel de su cuerpo son blancas algo oscuras, es eczema que brotó en la
40
piel. Dicha persona es pura. “ Cuando a un hombre se le cae el cabello, es calvo
41
pero puro. Si pierde el cabello en la parte delantera de la cabeza, es calvo por
42
delante, pero puro. No obstante, si en la calva trasera o delantera aparece una
43
llaga blanca rojiza, es lepra que brota en su calva trasera o delantera. El sacerdote
lo examinará; y he aquí que si la hinchazón de la llaga blanca rojiza en la calva
44
trasera o delantera es semejante a la lepra en la piel del cuerpo, es leproso; es
45
impuro. El sacerdote le declarará impuro; en su cabeza tiene la llaga. “ En cuanto al
leproso que tiene la llaga, sus vestidos serán rasgados, y su cabeza será despeinada.
46
Se cubrirá hasta la nariz y pregonará: ‘¡Impuro! ¡Impuro!’ Todo el tiempo que
tenga la llaga, quedará impuro. Siendo impuro, habitará solo, y su morada estará
fuera del campamento.
47 “
Cuando una mancha de lepra esté en un vestido, sea vestido de lana o
48
vestido de lino, esté en la urdimbre o en la trama de lino o de lana, así como en
49
cuero o en cualquier objeto de cuero; si la mancha en el vestido, en la urdimbre,
en la trama o en cualquier objeto de cuero es verdosa o rojiza, es mancha de lepra.
50
Ha de ser mostrada al sacerdote. El sacerdote examinará la mancha y aislará el
51
objeto manchado durante siete días. Al séptimo día examinará la mancha. Si se ha
extendido en el vestido, en la urdimbre, en la trama, en el cuero o en cualquier
52
objeto que se hace de cuero, es lepra maligna. Será inmunda. Quemará el vestido
de lana o de lino, la urdimbre o la trama, o cualquier objeto de cuero donde esté la
53
mancha, porque es lepra maligna; será quemado en el fuego. “ Si el sacerdote
examina la mancha, y he aquí que no parece haberse extendido en el vestido, en la
54
urdimbre, en la trama o en el objeto de cuero, el sacerdote mandará lavar el lugar
55
donde está la mancha y lo aislará otros siete días. El sacerdote lo examinará
después de lavada la mancha. Y he aquí que si parece que la mancha no ha
cambiado de aspecto, aunque ésta no se haya extendido, es inmundo. Lo quemarás
56
al fuego. Es una corrosión, ya esté en el derecho o en el revés del objeto. “ Pero si
el sacerdote lo examina y parece que la mancha ha perdido su color después de
57
lavada, la cortará del vestido, del cuero, de la urdimbre o de la trama. Si aparece
otra vez en el vestido, en la urdimbre, en la trama o en cualquier objeto de cuero,
rebrotando sobre él, quemarás en el fuego el objeto en el cual está la mancha.
58
Pero el vestido, la urdimbre, la trama o cualquier objeto de cuero que laves y que
se le quite la mancha, deberá ser lavado por segunda vez, y quedará limpio.”
59
Estas son las instrucciones acerca de la mancha de lepra en un vestido de lana o
de lino, en la urdimbre o en la trama, y en cualquier objeto de cuero, para que sea
declarado limpio o inmundo.
Capítulo 14
1
2
Jehovah habló a Moisés diciendo: “ Estas serán las instrucciones acerca del
3
leproso en el día de su purificación: Será traído al sacerdote. El sacerdote saldrá
fuera del campamento y examinará al leproso; y he aquí que si la llaga de la lepra del
4
leproso está sanada, el sacerdote mandará traer para el que se purifica dos pájaros
5
vivos y limpios, madera de cedro, tinte escarlata e hisopo. Luego el sacerdote
mandará degollar uno de los pájaros sobre una vasija de barro que contenga aguas
6
vivas. Después tomará el pájaro vivo, la madera de cedro, el tinte escarlata y el
hisopo, y los sumergirá junto con el pájaro vivo en la sangre del pájaro degollado
7
sobre las aguas vivas. Después rociará siete veces al que se purifica de la lepra y le
8
declarará puro. Luego soltará el pájaro vivo en el campo abierto. “ El que se
purifica lavará su ropa, afeitará todo su pelo y se lavará con agua. Así quedará
purificado. Después podrá entrar en el campamento, pero quedará fuera de su
9
tienda durante siete días. Al séptimo día afeitará de nuevo todo su pelo: su cabeza,
su barba y sus cejas, es decir, todo su pelo. Luego lavará su ropa y lavará su cuerpo
con agua, y quedará purificado.
10 “
El octavo día tomará dos corderos, sin defecto, una cordera de un año, sin
defecto, tres décimas de efa de harina fina para la ofrenda vegetal, mezclada con
11
aceite, y un log de aceite. El sacerdote que lo purifique presentará delante de
Jehovah al que se purifica, de pie, con estas cosas, a la entrada del tabernáculo de
12
reunión. Luego el sacerdote tomará uno de los corderos, lo presentará como
sacrificio por la culpa con el log de aceite y lo mecerá como ofrenda mecida delante
13
de Jehovah. Después degollará el cordero en el lugar del santuario donde se
degüellan las víctimas por el pecado y el holocausto. Como la ofrenda por el
pecado, así también la ofrenda por la culpa es para el sacerdote. Es cosa muy
14
sagrada. “ Después el sacerdote tomará parte de la sangre de la víctima por la
culpa, y el sacerdote la pondrá sobre el lóbulo de la oreja derecha del que se
purifica, sobre el pulgar de su mano derecha y sobre el pulgar de su pie derecho.
15
De la misma manera el sacerdote tomará el log de aceite y echará parte de él en la
16
palma de su mano izquierda. Luego el sacerdote mojará un dedo de su mano
derecha en el aceite que tiene en la palma de su mano izquierda, y rociará el aceite
17
con su dedo siete veces delante de Jehovah. De lo que quede del aceite en su
mano, el sacerdote pondrá sobre el lóbulo de la oreja derecha del que se purifica,
sobre el pulgar de su mano derecha y sobre el pulgar de su pie derecho, junto al
18
lugar donde está la sangre del sacrificio por la culpa. Lo que quede del aceite que
está en la mano del sacerdote, éste lo pondrá sobre la cabeza del que se purifica.
19
Así el sacerdote hará expiación por él delante de Jehovah. “ Luego el sacerdote
ofrecerá el sacrificio por el pecado y hará expiación por el que se purifica de su
20
impureza. Después degollará el holocausto. Y el sacerdote ofrecerá el holocausto
y la ofrenda vegetal sobre el altar. Así el sacerdote hará expiación por él, y quedará
purificado.
21 “
Pero si él es pobre y no tiene lo suficiente para estos sacrificios, tomará un
cordero como sacrificio por la culpa, como ofrenda mecida por su expiación; una
décima de efa de harina fina amasada con aceite, para la ofrenda vegetal, un log de
22
aceite y dos tórtolas o dos pichones de paloma, según lo que pueda. Uno será
23
para el sacrificio por el pecado y el otro para el holocausto. El octavo día traerá
estas cosas al sacerdote para su purificación, a la entrada del tabernáculo de
24
reunión, delante de Jehovah. “ El sacerdote tomará el cordero del sacrificio por la
culpa y el log de aceite, y los mecerá como ofrenda mecida delante de Jehovah.
25
Después el sacerdote degollará el cordero del sacrificio por la culpa, tomará parte
de la sangre de la víctima por la culpa y la pondrá sobre el lóbulo de la oreja
derecha del que se purifica, sobre el pulgar de su mano derecha y sobre el pulgar de
26
su pie derecho. “ Después el sacerdote echará parte del aceite sobre la palma de
27
su mano izquierda, y con un dedo de su mano derecha el sacerdote rociará del
aceite que tiene en la palma de su mano izquierda siete veces delante de Jehovah.
28
También del aceite que el sacerdote tiene en su mano, pondrá parte sobre el
lóbulo de la oreja derecha del que se purifica, sobre el pulgar de su mano derecha y
sobre el pulgar de su pie derecho, junto al lugar donde está la sangre del sacrificio
29
por la culpa. Lo que quede del aceite que está en la mano del sacerdote, éste lo
pondrá sobre la cabeza del que se purifica, para hacer expiación por él delante de
30
Jehovah. “ Asimismo, ofrecerá una de las tórtolas o uno de los pichones, según lo
31
que pueda. Según lo que pueda, uno será para el sacrificio por el pecado y el otro
para el holocausto, además de la ofrenda vegetal. Así el sacerdote hará expiación
32
delante de Jehovah por el que se purifica.” Estas son las instrucciones para el que
haya tenido lepra y no tenga lo suficiente para su purificación.
33
34
Jehovah habló a Moisés y a Aarón diciendo: “ Cuando hayáis entrado en la
tierra de Canaán, la cual yo os doy en posesión, si pongo una mancha de lepra en
35
alguna casa de la tierra de vuestra posesión, el dueño de la casa vendrá y lo
notificará al sacerdote diciendo: ‘Algo como una mancha ha aparecido en mi casa.’
36
Entonces el sacerdote mandará que desocupen la casa antes que él entre para
examinar la mancha, para que no sea contaminado todo lo que está en la casa.
37
Después el sacerdote entrará para examinar la casa, y examinará la mancha. Y he
aquí que si hay manchas verdosas o rojizas en las paredes de la casa, que parezcan
38
más hundidas que la superficie de la pared, el sacerdote saldrá de la casa, a la
39
puerta de ella, y clausurará la casa por siete días. Al séptimo día el sacerdote
volverá a examinarla; y he aquí que si la mancha se ha extendido en las paredes de la
40
casa, entonces el sacerdote mandará que saquen las piedras donde está la mancha
41
y que las echen fuera de la ciudad, a un lugar inmundo. También hará raspar toda
la casa por dentro, y el polvo resultante será arrojado fuera de la ciudad, a un lugar
42
inmundo. Entonces tomarán otras piedras y las pondrán en lugar de las que fueron
43
sacadas. Tomarán otro barro y recubrirán la casa. “ Si la mancha vuelve a brotar
en la casa, después que sacaron las piedras, rasparon la casa y la recubrieron con
44
barro, entonces el sacerdote entrará y la examinará. Y he aquí que si la mancha
45
parece haberse extendido en la casa, es lepra maligna. La casa es inmunda. Por
tanto, derribarán la casa, y sacarán sus piedras, su madera y todo el polvo de la
46
casa fuera de la ciudad, a un lugar inmundo. “ Cualquiera que entre en aquella casa
47
durante el tiempo que él la clausuró, quedará impuro hasta el anochecer. El que
duerma en la casa lavará su ropa. El que coma en ella también lavará su ropa.
48 “
Pero si el sacerdote entra y la examina, y he aquí que ve que la mancha no se ha
extendido en la casa después de haber sido recubierta con barro, el sacerdote
49
declarará limpia la casa, porque la mancha ha desaparecido. Entonces, para
purificar la casa, tomará dos pájaros, madera de cedro, tinte escarlata e hisopo.
50
Degollará uno de los pájaros sobre una vasija de barro que contenga aguas vivas.
51
Tomará la madera de cedro, el hisopo, el tinte escarlata y el pájaro vivo, y los
sumergirá en la sangre del pájaro degollado y en las aguas vivas. Después rociará la
52
casa siete veces. Purificará la casa con la sangre del pájaro, con las aguas vivas,
53
con el pájaro vivo, la madera de cedro, el hisopo y el tinte escarlata. Luego
soltará el pájaro vivo fuera de la ciudad, en el campo abierto. Así hará expiación por
la casa, y quedará limpia.”
54
55
Estas son las instrucciones acerca de toda mancha de lepra y de tiña, de la
56
lepra del vestido y de la casa, de la hinchazón, de la costra y de la mancha blanca,
57
para indicar cuándo es inmundo y cuándo es limpio. Estas son las instrucciones
acerca de la lepra.
Capítulo 15
1
2
Jehovah habló a Moisés y a Aarón diciendo: “ Hablad a los hijos de Israel y
decidles que cualquier hombre cuyo cuerpo tiene flujo seminal, quedará impuro a
3
causa de su flujo. Esta será su impureza en su flujo: Será impureza, ya sea que su
4
cuerpo emita su flujo o que su cuerpo obstruya su flujo. Toda cama en que se
5
acueste el que tenga flujo, o toda cosa en que se siente, quedará inmunda. La
persona que toque su cama lavará su ropa, se lavará con agua y quedará impuro
6
hasta el anochecer. También el que se siente sobre aquello en que se sentó el que
tiene flujo, lavará su ropa, se lavará con agua y quedará impuro hasta el anochecer.
7
El que toque el cuerpo del que tiene flujo lavará su ropa, se lavará con agua y
8
quedará impuro hasta el anochecer. “ Cuando alguien que tiene flujo escupa sobre
una persona pura, ésta lavará su ropa, se lavará con agua y quedará impura hasta el
9
anochecer. Toda montura sobre la cual cabalgue el que tiene flujo quedará
10
inmunda. Cualquiera que toque algo que ha estado debajo de él quedará impuro
hasta el anochecer. El que cargue tales cosas lavará su ropa, se lavará con agua y
11
quedará impuro hasta el anochecer. Todo aquel a quien toque el que tiene flujo,
sin haberse lavado sus manos con agua, lavará su ropa, se lavará con agua, y
12
quedará impuro hasta el anochecer. “ La vasija de barro que haya tocado el que
13
tiene flujo será rota. Todo utensilio de madera será enjuagado con agua. “ Cuando
el que tiene flujo se haya purificado de su flujo, contará siete días para su
purificación. Entonces lavará su ropa, lavará su cuerpo con aguas vivas, y quedará
14
purificado. Al octavo día tomará consigo dos tórtolas o dos pichones de paloma,
vendrá ante Jehovah a la entrada del tabernáculo de reunión y los dará al sacerdote.
15
El sacerdote los ofrecerá, el uno como sacrificio por el pecado y el otro como
holocausto. Así el sacerdote hará expiación por él delante de Jehovah, a causa de su
16
flujo. “ Cuando alguien tenga emisión de semen, lavará con agua todo su cuerpo y
17
quedará impuro hasta el anochecer. Toda prenda de vestir u objeto de cuero
sobre el cual haya emisión de semen será lavado con agua, y quedará inmundo hasta
18
el anochecer. “ Si un hombre se acuesta con una mujer y hay emisión de semen,
ambos se lavarán con agua y quedarán impuros hasta el anochecer.
19 “
Cuando una mujer tenga flujo de sangre, y su flujo salga de su cuerpo,
quedará impura durante siete días. Cualquiera que la toque quedará impuro hasta el
20
anochecer. Todo aquello en que se acueste o se siente durante su impureza
21
quedará inmundo. Cualquiera que toque su cama lavará su ropa, se lavará con
22
agua y quedará impuro hasta el anochecer. Cualquiera que toque el mueble sobre
el que ella se sentó lavará su ropa, se lavará con agua y quedará impuro hasta el
23
anochecer. El que toque algo que esté sobre la cama o sobre otro objeto sobre el
24
que ella se sentó quedará impuro hasta el anochecer. “ Si algún hombre se acuesta
con ella y su menstruo se vierte sobre él, quedará impuro durante siete días. Toda
25
cama en que él se acueste quedará inmunda. “ Cuando una mujer tenga flujo de
sangre por muchos días fuera del tiempo normal de su menstruación, o cuando tenga
flujo de sangre más allá de su menstruación, todo el tiempo que dure el flujo de su
impureza ella quedará impura como en el tiempo de su menstruación.
26
Toda cama en que se acueste durante todos los días de su flujo será para ella
como la cama durante su menstruación. Igualmente, todo objeto sobre el que ella se
27
siente será inmundo, como en la impureza de su menstruación. Cualquiera que
toque estas cosas quedará impuro. Lavará su ropa, se lavará con agua y quedará
28
impuro hasta el anochecer. “ Cuando ella quede limpia de su flujo, contará siete
29
días y después quedará purificada. Al octavo día tomará consigo dos tórtolas o
dos pichones de paloma, y los llevará al sacerdote, a la entrada del tabernáculo de
30
reunión. El sacerdote ofrecerá uno de ellos como sacrificio por el pecado y el otro
como holocausto. Así el sacerdote hará expiación por ella delante de Jehovah a
31
causa del flujo de su impureza. Así mantendréis a los hijos de Israel apartados de
sus impurezas, para que no mueran en sus impurezas, por haber contaminado mi
32
tabernáculo que está entre ellos.” Estas son las instrucciones para el hombre que
tiene flujo y para el que tiene emisión de semen, y que por ello se ha contaminado;
33
para la mujer en su período de menstruación; para el que tiene flujo, sea hombre o
mujer, y para el hombre que se acueste con una mujer impura.
Capítulo 16
1
Jehovah habló a Moisés después de la muerte de los dos hijos de Aarón,
2
cuando se presentaron ante Jehovah y murieron. Jehovah dijo a Moisés: “Di a tu
hermano Aarón que no entre en cualquier tiempo en el santuario, detrás del velo,
ante el propiciatorio que está sobre el arca, para que no muera, pues yo me
3
manifestaré en la nube, sobre el propiciatorio. “ Aarón podrá entrar con esto en el
santuario: con un novillo para el sacrificio por el pecado y un carnero para el
4
holocausto. Se vestirá la túnica santa de lino, y los pantalones de lino estarán sobre
su cuerpo; se ceñirá el cinturón de lino y pondrá el turbante de lino sobre su cabeza.
Estas son las vestiduras sagradas; se vestirá con ellas después de lavar su cuerpo
con agua.
5“
Tomará de la congregación de los hijos de Israel dos machos cabríos para el
6
sacrificio por el pecado y un carnero para el holocausto. Luego Aarón presentará
como sacrificio por el pecado el novillo que le corresponde a él, para hacer
7
expiación por sí mismo y por su familia. “ Después tomará los dos machos cabríos y
8
los presentará delante de Jehovah, a la entrada del tabernáculo de reunión. Aarón
echará suertes sobre los dos machos cabríos: una suerte para Jehovah y otra suerte
9
para Azazel. Luego Aarón hará acercar el macho cabrío sobre el cual haya caído la
10
suerte para Jehovah, y lo ofrecerá en sacrificio por el pecado. Pero el macho
cabrío sobre el cual haya caído la suerte para Azazel, será presentado vivo delante
11
de Jehovah, para hacer expiación sobre él y enviarlo a Azazel, al desierto. “ Aarón
presentará como sacrificio por el pecado el novillo que le corresponde a él, para
hacer expiación por sí mismo y por su familia. Luego degollará su novillo como
12
sacrificio por el pecado. “ Después tomará del altar que está delante de Jehovah
un incensario lleno de brasas de fuego y dos puñados de incienso aromático molido,
13
y lo llevará detrás del velo. Pondrá el incienso sobre el fuego delante de Jehovah,
y la nube de incienso cubrirá el propiciatorio que está sobre el testimonio; así no
14
morirá. “ Tomará luego parte de la sangre del novillo y rociará con su dedo por
encima del propiciatorio, al lado oriental. Luego rociará con su dedo parte de esa
sangre, siete veces, delante del propiciatorio.
15 “
Después degollará como sacrificio por el pecado el macho cabrío que
corresponde al pueblo y llevará su sangre detrás del velo. Hará con su sangre como
hizo con la sangre del novillo: La rociará sobre el propiciatorio y delante de él. 16 Así
hará expiación por el santuario a causa de las impurezas de los hijos de Israel y de sus
rebeliones, por todos sus pecados. De la misma manera hará con el tabernáculo de
reunión, el cual habita con ellos en medio de sus impurezas. 17 “ Nadie estará en el
tabernáculo de reunión cuando él entre para hacer expiación en el santuario, hasta que
salga y haya hecho expiación por sí mismo, por su familia y por toda la congregación
de Israel. 18 “ Después saldrá al altar que está delante de Jehovah, y hará expiación por
él. Tomará parte de la sangre del novillo y de la sangre del macho cabrío, y la pondrá
sobre los cuernos del altar en su derredor. 19 Rociará sobre él la sangre siete veces con
su dedo, y lo purificará y santificará de las impurezas de los hijos de Israel.
20 “
Cuando haya acabado de hacer expiación por el santuario, por el
21
tabernáculo de reunión y por el altar, hará acercar el macho cabrío vivo. Aarón
pondrá sus dos manos sobre la cabeza del macho cabrío vivo y confesará sobre él
todas las iniquidades, las rebeliones y los pecados de los hijos de Israel, poniéndolos
así sobre la cabeza del macho cabrío. Luego lo enviará al desierto por medio de un
22
hombre designado para ello. Aquel macho cabrío llevará sobre sí, a una tierra
inhabitada, todas las iniquidades de ellos. El hombre encargado dejará ir el macho
23
cabrío por el desierto. “ Después vendrá Aarón al tabernáculo de reunión, se
quitará las vestiduras de lino con que se vistió para entrar en el santuario, y las
24
dejará allí. Luego lavará su cuerpo con agua en un lugar santo, y después de
ponerse sus vestiduras saldrá y presentará el holocausto suyo y el holocausto del
25
pueblo. Así hará expiación por sí mismo y por el pueblo. Entonces hará arder
sobre el altar el sebo del sacrificio por el pecado.
26 “
El que dejó ir el macho cabrío a Azazel lavará su ropa y lavará su cuerpo con
27
agua, y después podrá entrar en el campamento. “ Después sacará fuera del
campamento el resto del novillo del sacrificio por el pecado y del macho cabrío del
sacrificio por el pecado, cuya sangre fue llevada al santuario para hacer expiación.
28
Quemarán en el fuego su piel, su carne y su estiércol. El que los queme lavará su
ropa y lavará su cuerpo con agua, y después podrá entrar en el campamento.
29 “
Esto será para vosotros un estatuto perpetuo. El décimo día del mes séptimo
os humillaréis a vosotros mismos y no haréis ningún trabajo, ni el natural ni el
30
extranjero que habita entre vosotros. Porque en este día se hará expiación por
vosotros para purificaros, y quedaréis purificados de todos vuestros pecados
31
delante de Jehovah. Será para vosotros una fiesta sabática solemne, y os
32
humillaréis a vosotros mismos. Es un estatuto perpetuo. “ El sacerdote que haya
sido ungido, y que haya sido investido para ejercer el sacerdocio en lugar de su
padre, hará la expiación. Se vestirá las vestiduras de lino, las vestiduras sagradas,
33
y hará expiación por el santo santuario y por el tabernáculo de reunión. Hará
expiación por el altar y por los sacerdotes. También hará expiación por todo el
34
pueblo de la congregación. Esto tendréis por estatuto perpetuo, para hacer
expiación por los hijos de Israel por todos sus pecados, una vez al año.” Y Moisés
hizo como Jehovah le mandó.
Capítulo 17
1
2
Jehovah habló a Moisés diciendo: “ Habla a Aarón y a sus hijos, y a todos los
3
hijos de Israel, y diles que esto es lo que ha mandado Jehovah diciendo: ‘Cualquier
hombre de la casa de Israel que dentro o fuera del campamento degüelle una vaca,
4
un cordero o una cabra, y no lo traiga a la entrada del tabernáculo de reunión para
ofrecerlo como sacrificio a Jehovah delante del tabernáculo de Jehovah, ese hombre
será considerado reo de sangre. Derramó sangre; ese hombre será excluido de entre
5
su pueblo. Esto es a fin de que los hijos de Israel traigan sus animales que sacrifican
sobre el campo abierto, para que los traigan a Jehovah a la entrada del tabernáculo
6
de reunión, al sacerdote, y los sacrifiquen como sacrificios de paz a Jehovah. El
sacerdote esparcirá la sangre sobre el altar de Jehovah, a la entrada del tabernáculo
7
de reunión, y hará arder el sebo como grato olor a Jehovah. Así nunca más
ofrecerán sus sacrificios a los demonios, tras los cuales se han prostituido. Esto será
8
para ellos un estatuto perpetuo a través de sus generaciones.’ “ Les dirás también
que cualquier hombre de la casa de Israel, o de los extranjeros que habitan entre
9
ellos, que ofrezca holocausto o sacrificio y no lo traiga a la entrada del tabernáculo
de reunión para ofrecerlo a Jehovah, tal hombre será excluido de entre su pueblo.
10 “
Si alguna persona de la casa de Israel, o de los extranjeros que habitan entre
vosotros come cualquier sangre, pondré mi rostro contra la persona que coma la
11
sangre y la excluiré de entre su pueblo. Porque la vida del cuerpo está en la
sangre, la cual yo os he dado sobre el altar para hacer expiación por vuestras
12
personas. Porque es la sangre la que hace expiación por la persona. Por tanto, he
dicho a los hijos de Israel: ‘Ninguna persona de entre vosotros comerá sangre;
13
tampoco comerá sangre el extranjero que habita entre vosotros.’ “ Si alguna
persona de los hijos de Israel, o de los extranjeros que habitan entre vosotros, caza
un animal o un ave que se pueda comer, derramará su sangre y la cubrirá con tierra.
14
Porque la vida de toda carne es su sangre; por eso he dicho a los hijos de Israel:
‘No comeréis la sangre de ninguna carne, porque la vida de toda carne es su sangre.
15
Todo el que la coma será excluido.’ “ Asimismo, cualquier persona, sea natural o
extranjera, que coma un animal mortecino, o uno despedazado lavará su ropa, se
lavará con agua y quedará impuro hasta el anochecer; entonces quedará purificado.
16
Pero si no los lava, ni lava su cuerpo, cargará con su culpa.”
Capítulo 18
1
2
Jehovah habló a Moisés diciendo: “ Habla a los hijos de Israel y diles que yo
3
soy Jehovah, vuestro Dios. No haréis como hacen en la tierra de Egipto, en la cual
habéis habitado. Tampoco haréis como hacen en la tierra de Canaán a la cual os
4
llevo. No seguiréis sus costumbres. Pondréis por obra mis decretos y guardaréis
5
mis estatutos para andar en ellos. Yo soy Jehovah vuestro Dios. Por tanto,
guardaréis mis estatutos y mis decretos, los cuales el hombre que los cumpla, por
ellos vivirá. Yo, Jehovah.
6“
Ningún hombre se acerque a una mujer que sea su parienta cercana para
7
descubrir su desnudez. Yo, Jehovah. “ No descubrirás la desnudez de tu padre o la
8
desnudez de tu madre. Ella es tu madre; no descubrirás su desnudez. “ No
9
descubrirás la desnudez de la mujer de tu padre. Es la desnudez de tu padre. “ No
descubrirás la desnudez de tu hermana, hija de tu padre o hija de tu madre, nacida
10
en casa o nacida fuera de ella. “ No descubrirás la desnudez de la hija de tu hijo o
11
de la hija de tu hija, porque su desnudez es tu propia desnudez. “ No descubrirás
la desnudez de la hija de la mujer de tu padre, que tu padre engendró. Ella es tu
12
hermana. “ No descubrirás la desnudez de la hermana de tu padre. Ella es parienta
13
cercana de tu padre. “ No descubrirás la desnudez de la hermana de tu madre. Ella
14
es parienta cercana de tu madre. “ No descubrirás la desnudez del hermano de tu
15
padre. No te acercarás a su mujer. Ella es tu tía. “ No descubrirás la desnudez de
16
tu nuera. Ella es la mujer de tu hijo. No descubrirás su desnudez. “ No descubrirás
17
la desnudez de la mujer de tu hermano. Es la desnudez de tu hermano. “ No
descubrirás la desnudez de una mujer y la de su hija. No tomarás la hija de su hijo ni
la hija de su hija para descubrir su desnudez. Ellas son parientas cercanas. Eso es
18
una infamia. “ No tomarás mujer juntamente con su hermana, para hacerla su rival,
descubriendo su desnudez mientras aquélla viva.
19 “
No te acercarás a una mujer durante su impureza menstrual, para descubrir
20
su desnudez. “ No tendrás relaciones sexuales con la mujer de tu prójimo,
21
contaminándote con ella. “ No darás ningún descendiente tuyo para hacerlo pasar
22
por fuego a Moloc. No profanarás el nombre de tu Dios. Yo, Jehovah. “ No te
acostarás con un hombre como uno se acuesta con una mujer. Eso es una
23
abominación. “ No tendrás cópula con ningún animal, contaminándote con él; ni
mujer alguna se pondrá delante de un animal para tener cópula con él. Eso es una
24
depravación. “ No os contaminaréis con ninguna de estas cosas, porque con todas
estas cosas se han contaminado los pueblos que yo echo de delante de vosotros.
25
La tierra ha sido contaminada; por eso castigué la maldad de ellos sobre ella, y la
26
tierra vomitó a sus habitantes. Pero vosotros, guardad mis estatutos y mis
decretos, y no hagáis ninguna de todas estas abominaciones, ni el natural ni el
27
extranjero que habita entre vosotros (porque los habitantes de la tierra que os
28
antecedieron hicieron todas estas abominaciones, y la tierra fue contaminada); no
sea que la tierra os vomite por haberla contaminado, como vomitó a la nación que
29
os antecedió. Porque cualquier persona que haga alguna de todas estas
30
abominaciones será excluida de entre su pueblo. Guardad, pues, mi ordenanza, no
cometiendo las cosas abominables que se practicaban antes de vosotros; y no os
contaminéis con ellas. Yo, Jehovah, vuestro Dios.”
Capítulo 19
1
2
Jehovah habló a Moisés diciendo: “ Habla a toda la congregación de los hijos
3
de Israel y diles: ‘Sed santos, porque yo, Jehovah vuestro Dios, soy santo. “ ‘Cada
uno de vosotros respete a su madre y a su padre. “‘Guardad mis sábados. Yo,
4
Jehovah, vuestro Dios. “ ‘No recurráis a los ídolos, ni os hagáis dioses de fundición.
5
Yo, Jehovah, vuestro Dios. “ ‘Cuando ofrezcáis sacrificios de paz a Jehovah,
6
hacedlo de tal manera que seáis aceptados. Será comido el día que lo sacrifiquéis y
7
al día siguiente. Lo que quede para el tercer día será quemado en el fuego. Si se
come algo de ello en el tercer día, eso será considerado inmundo y no será
8
aceptado. El que lo coma cargará con su culpa, porque profanó lo que ha sido
9
consagrado a Jehovah. Tal persona será excluida de su pueblo. “ ‘Cuando seguéis
la mies de vuestra tierra, no segarás hasta el último rincón de tu campo, ni recogerás
10
las espigas en tu campo segado. Tampoco rebuscarás tu viña ni recogerás las uvas
caídas de tu viña. Las dejarás para el pobre y para el extranjero. Yo, Jehovah,
vuestro Dios.
11 “
‘No robaréis, ni mentiréis ni os engañaréis el uno al otro. 12 “ ‘No juraréis
falsamente por mi nombre, profanando el nombre de tu Dios. Yo, Jehovah. 13 “ ‘No
oprimirás a tu prójimo, ni le robarás. El salario del jornalero no será retenido contigo en
tu casa hasta la mañana siguiente. 14 “ ‘No maldecirás al sordo, ni pondrás tropiezo
delante del ciego; sino que tendrás temor de tu Dios. Yo, Jehovah. 15 “ ‘No harás
injusticia en el juicio. No favorecerás al pobre, ni tratarás con deferencia al poderoso.
Juzgarás a tu prójimo con justicia. 16 “ ‘No andarás calumniando en medio de tu pueblo.
“‘No atentarás contra la vida de tu prójimo. Yo, Jehovah. 17 “ ‘No aborrecerás en tu
corazón a tu hermano. Ciertamente amonestarás a tu prójimo, para que no cargues con
pecado a causa de él. 18 “ ‘No te vengarás ni guardarás rencor a los hijos de tu pueblo.
Más bien, amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo, Jehovah.
19 “
‘Guardaréis mis estatutos. “‘No harás copular dos animales de especies
diferentes. No sembrarás tu campo con una mezcla de dos clases de semillas.
Tampoco te pondrás un vestido tejido con hilos de dos materiales distintos.
20 “
‘Cuando un hombre tenga relaciones sexuales con una mujer, y ella sea una
esclava comprometida con otro pero no rescatada, ni se le haya dado libertad,
21
habrá una severa reprensión; pero no se les dará muerte, por no ser ella libre. El
traerá a Jehovah su ofrenda por la culpa a la entrada del tabernáculo de reunión: un
22
carnero como sacrificio por la culpa. El sacerdote hará expiación por él delante de
Jehovah, con el carnero del sacrificio por la culpa, por el pecado que cometió; y el
23
pecado cometido le será perdonado. “ ‘Cuando hayáis entrado en la tierra y
plantado toda clase de árboles frutales, dejaréis sus primeros frutos sin cosechar.
24
Por tres años no serán cosechados, y su fruto no se comerá. El cuarto año todo
25
su fruto será santo, una ofrenda de alabanza a Jehovah. El quinto año podréis
comer de su fruto, para que os aumente su producción. Yo, Jehovah,
26
vuestro Dios. “ ‘No comeréis cosa alguna con sangre. “‘No practicaréis la
27
adivinación ni la brujería. “ ‘No cortaréis los extremos de vuestro cabello, y no
28
estropearéis la punta de vuestra barba. No haréis incisiones en vuestros cuerpos a
29
causa de algún difunto, ni grabaréis tatuajes sobre vosotros. Yo, Jehovah. “ ‘No
profanarás a tu hija, haciendo que ella se prostituya, para que no se prostituya la
tierra y se llene de maldad.
30 “
‘Guardaréis mis sábados y tendréis en reverencia mi santuario. Yo, Jehovah.
‘No recurráis a los que evocan a los muertos ni busquéis a los adivinos para
32
contaminaros con ellos. Yo, Jehovah, vuestro Dios. “ ‘Ante las canas te pondrás
de pie. Darás honor al anciano y tendrás temor de tu Dios. Yo, Jehovah.
33 “
‘Cuando un extranjero resida con vosotros en vuestra tierra, no lo oprimiréis.
34
Como a un natural de vosotros consideraréis al extranjero que resida entre
vosotros. Lo amarás como a ti mismo, porque extranjeros fuisteis vosotros en la
35
tierra de Egipto. Yo, Jehovah, vuestro Dios. “ ‘No haréis injusticia en el juicio, ni
36
en la medida de longitud, ni en la de peso, ni en la de capacidad. Tendréis
balanzas justas, pesas justas, un efa justo y un hin justo. Yo, Jehovah, vuestro Dios
37
que os saqué de la tierra de Egipto. “ ‘Guardad, pues, todos mis estatutos y todos
mis decretos, y ponedlos por obra. Yo, Jehovah.’”
31 “
Capítulo 20
1
2
Jehovah habló a Moisés diciendo: “ Di también a los hijos de Israel que
cualquier persona de los hijos de Israel, o de los extranjeros que residen en medio
de Israel, que ofrezca alguno de sus descendientes a Moloc, morirá
3
irremisiblemente. El pueblo de la tierra lo apedreará. Yo mostraré mi ira contra tal
persona y la excluiré de entre su pueblo, porque ofreció alguno de sus descendientes
4
a Moloc, contaminando mi santuario y profanando mi santo nombre. Si el pueblo
de la tierra cierra sus ojos ante la persona que ofreció alguno de sus descendientes a
5
Moloc, a fin de no hacerlo morir, yo mostraré mi ira contra esa persona y contra su
familia, y la excluiré de entre su pueblo, junto con todos los que se prostituyeron en
6
pos de ella prostituyéndose con Moloc. “ Si una persona recurre a los que evocan a
los muertos y a los adivinos para prostituirse tras ellos, yo mostraré mi ira contra tal
7
persona y la excluiré de entre su pueblo. “ Santificaos, pues, y sed santos, porque
8
yo, Jehovah, soy vuestro Dios. Guardad y practicad mis estatutos. Yo, Jehovah,
9
que os santifico. “ Cuando alguna persona maldiga a su padre o a su madre, morirá
irremisiblemente. Ha maldecido a su padre o a su madre; su sangre será sobre ella.
10 “
Si un hombre comete adulterio con una mujer casada, si comete adulterio
11
con la mujer de su prójimo, el adúltero y la adúltera morirán irremisiblemente. “ Si
un hombre se acuesta con la mujer de su padre, descubre la desnudez de su padre.
12
Ambos morirán irremisiblemente; su sangre será sobre ellos. “ Si un hombre se
acuesta con su nuera, ambos morirán irremisiblemente, pues cometieron
13
depravación; su sangre será sobre ellos. “ Si un hombre se acuesta con un hombre,
como se acuesta con una mujer, los dos cometen una abominación. Ambos morirán
14
irremisiblemente; su sangre será sobre ellos. “ El que tome como esposas a una
mujer y también a la madre de ella comete una infamia: Quemarán en el fuego a él y
15
a ellas, para que no haya infamia entre vosotros. “ Si alguno tiene cópula con un
16
animal, morirá irremisiblemente. Mataréis también al animal. “ Si una mujer se
acerca a algún animal para tener cópula con él, matarás a la mujer y al animal.
17
Morirán irremisiblemente; su sangre será sobre ellos. “ Si un hombre toma a su
hermana, hija de su padre o hija de su madre, y él ve la desnudez de ella, y ella ve la
de él, es cosa abominable. Por tanto, serán excluidos a la vista de los hijos de su
18
pueblo. Ha descubierto la desnudez de su hermana; él cargará con su culpa. “ Si
un hombre se acuesta con una mujer menstruosa y descubre su desnudez, descubre
la fuente de ella, y ella pone al descubierto la fuente de su sangre. Ambos serán
19
excluidos de entre su pueblo. “ No descubrirás la desnudez de la hermana de tu
madre, ni la de la hermana de tu padre, porque sería desnudar a tu parienta cercana.
20
Ambos cargarán con su culpa. “ Si un hombre se acuesta con su tía, descubre la
21
desnudez de su tío. Ellos cargarán con su pecado; morirán sin tener hijos. “ Si un
hombre toma a la mujer de su hermano, comete una inmundicia. El descubre la
desnudez de su hermano; ambos quedarán sin tener hijos.
22 “
Guardad, pues, todos mis estatutos y todos mis decretos, y ponedlos por
obra. Así no os vomitará la tierra a la cual yo os llevo para que habitéis en ella.
23
No hagáis según las prácticas de la gente que yo voy a echar de delante de
24
vosotros; porque ellos hicieron todas estas cosas, y yo los abominé. Pero a
vosotros os he dicho: ‘Vosotros poseeréis su tierra, y yo os la daré por posesión:
una tierra que fluye leche y miel.’ Yo, Jehovah, vuestro Dios que os he separado de
25
los pueblos. “ Además, vosotros haréis diferencia entre el animal limpio y el
inmundo, y entre el ave limpia y la inmunda. No os hagáis detestables a causa de los
animales, ni de las aves, ni de cualquier cosa que se desplaza sobre la tierra y que yo
26
he separado para que os sean inmundos. Me seréis santos, porque yo, Jehovah,
soy santo y os he separado de los pueblos para que seáis míos.
27 “
El hombre o la mujer en quien haya espíritu de los muertos o que sea adivino
morirá irremisiblemente. Los apedrearán; su sangre será sobre ellos.”
Capítulo 21
1
Jehovah dijo a Moisés: “Habla a los sacerdotes, hijos de Aarón, y diles que no
2
se contaminen a causa de algún difunto de su pueblo, salvo que sea un pariente
3
cercano como su madre, su padre, su hijo, su hija, su hermano, o su hermana
virgen que esté cerca de él y que no haya tenido marido. Por ella él puede
4
contaminarse. No se contaminará profanándose, pues es dirigente en medio de su
5
pueblo. No raparán su cabeza, ni cortarán la punta de su barba, ni harán incisiones
6
en su cuerpo. Serán santos para su Dios y no profanarán el nombre de su Dios;
porque ellos presentarán las ofrendas quemadas, el pan de su Dios; por tanto, serán
7
santos. “ El sacerdote no tomará mujer prostituta o privada de su virginidad.
Tampoco tomará mujer divorciada de su marido, porque él está consagrado a su
8
Dios. Por tanto, lo tendrás por santo, pues él ofrece el pan de tu Dios. Será santo
9
para ti, porque santo soy yo, Jehovah, que os santifico. “ Si la hija de un sacerdote
se profana prostituyéndose, a su padre profana. Será quemada al fuego.
10 “
El que de entre sus hermanos sea sumo sacerdote, sobre cuya cabeza se
haya derramado el aceite de la unción y haya sido investido para llevar las
11
vestiduras, no dejará suelto el cabello de su cabeza, ni rasgará sus vestiduras, ni
entrará donde haya algún difunto. Ni por su padre, ni por su madre se contaminará.
12
No saldrá del santuario ni profanará el santuario de su Dios, porque sobre él está
13
la consagración del aceite de la unción de su Dios. Yo, Jehovah. “ El tomará por
14
esposa a una mujer virgen. No tomará una viuda, ni una divorciada, ni una mujer
privada de su virginidad, ni una prostituta. Más bien, tomará por esposa a una mujer
15
virgen de su pueblo. Así no profanará su descendencia en medio de su pueblo;
porque yo soy Jehovah, el que lo santifico.”
16
17
Jehovah habló a Moisés diciendo: “ Habla a Aarón y dile: ‘A través de sus
generaciones, ningún descendiente tuyo que tenga algún defecto se acercará para
18
ofrecer el pan de su Dios. Ciertamente ningún hombre que tenga algún defecto se
19
acercará, sea ciego, cojo, mutilado, desproporcionado, quien tenga fractura en el
20
pie o en la mano, jorobado, enano, quien tenga nube en el ojo, quien tenga sarna
o tiña, o tenga testículo dañado.
21
Ningún hombre de la descendencia del sacerdote Aarón que tenga algún defecto
podrá presentar las ofrendas quemadas a Jehovah. Tiene defecto; no se acercará a
22
ofrecer el pan de su Dios. Podrá comer del pan de su Dios, de las cosas muy
23
sagradas y de las cosas sagradas; pero no entrará detrás del velo, ni se acercará
al altar, porque tiene defecto. Así no profanará mi santuario, porque yo soy Jehovah,
24
el que los santifico.” Y Moisés se lo dijo a Aarón y a sus hijos, y a todos los hijos
de Israel.
Capítulo 22
1
2
Jehovah habló a Moisés diciendo: “ Di a Aarón y a sus hijos que traten con
reverencia las cosas sagradas de los hijos de Israel, para que no profanen mi santo
3
nombre en aquello que me han consagrado. Yo, Jehovah. “ Diles: ‘A través de
vuestras generaciones, todo hombre de vuestros descendientes, que estando impuro
se acerque a las cosas sagradas que los hijos de Israel consagran a Jehovah, tal
4
persona será excluida de delante de mí. Yo, Jehovah. “ ‘El hombre de los
descendientes de Aarón que sea leproso o padezca de flujo no comerá de las cosas
sagradas hasta que esté purificado. El que toque alguna cosa inmunda por contacto
5
con un cadáver, o la persona que haya tenido emisión de semen; o quien haya
tocado cualquier reptil y por tanto ha quedado impuro; o quien haya tocado a
6
alguien impuro, fuese cual fuese su impureza; la persona que lo toque quedará
impura hasta el anochecer y no comerá de las cosas sagradas hasta que haya lavado
7
su cuerpo con agua. A la puesta del sol quedará purificado. Después podrá comer
8
de las cosas sagradas, porque éstas son su alimento. “ ‘No comerá un animal
9
mortecino ni uno despedazado, contaminándose por ello. Yo, Jehovah. “ ‘Ellos,
pues, guardarán mi ordenanza para que no carguen con la culpa por esto, ni mueran
por haberla profanado. Yo soy Jehovah, el que los santifico.
10 “
‘Ningún extraño podrá comer de lo que es sagrado; ni el huésped del
11
sacerdote, ni el asalariado lo podrán comer. Pero la persona que el sacerdote
haya comprado con su dinero podrá comer de ello. Y los que hayan nacido en su
12
casa, éstos podrán comer de su alimento. Si la hija del sacerdote se casa con un
hombre extraño, ella no podrá comer de la ofrenda alzada de las cosas sagradas.
13
Pero si la hija del sacerdote ha quedado viuda o está divorciada, y no teniendo
hijos ha vuelto a la casa de su padre como en su juventud, ella podrá comer del
14
alimento de su padre. Pero ningún extraño comerá de él. “ ‘El que por
inadvertencia coma algo sagrado añadirá a ello un quinto de su valor y lo dará al
15
sacerdote junto con lo sagrado. No profanarán, pues, las cosas sagradas que los
16
hijos de Israel apartan para Jehovah, haciendo que ellos carguen con la
culpabilidad cuando coman de sus cosas sagradas. Porque yo soy Jehovah, el que
los santifico.’”
17
Jehovah habló a Moisés diciendo: 18 “ Habla a Aarón y a sus hijos, y a todos los
hijos de Israel, y diles que si alguno de la casa de Israel o de los extranjeros en Israel
presenta su sacrificio, en cumplimiento de cualquier voto o de cualquier ofrenda
voluntaria que presenta en holocausto a Jehovah, 19 para que os sea aceptado será un
macho sin defecto, ya sea toro, cordero o cabrito. 20 No ofreceréis ningún animal con
defecto, porque no os será aceptado. 21 “ Asimismo, cuando alguien ofrezca un
sacrificio de paz a Jehovah, sea en cumplimiento de un voto o sea como una ofrenda
voluntaria, para que sea aceptado será sin defecto, tanto de las vacas como de las
ovejas. No ha de haber defecto en él. 22 El animal ciego, perniquebrado, mutilado,
verrugoso, sarnoso o tiñoso, no lo ofreceréis a Jehovah. No pondréis de ellos una
ofrenda quemada sobre el altar de Jehovah. 23 “ Podrás presentar como ofrenda
voluntaria el toro o el carnero que tenga un miembro desproporcionado o atrofiado,
pero no será aceptado como cumplimiento de un voto. 24 “ No ofreceréis a Jehovah un
animal con los testículos heridos o dañados, arrancados o cortados. No haréis esto en
vuestra tierra; 25 tampoco los aceptaréis de manos de los extranjeros para ofrecerlos
como alimento de vuestro Dios. Porque están deformados y tienen defectos; no os
serán aceptados.” 26 Jehovah habló a Moisés diciendo: 27 “ Cuando nazca un ternero, un
cordero o un cabrito, estará con su madre siete días. Desde el octavo día en adelante
será aceptado en sacrificio, como ofrenda quemada a Jehovah. 28 “ No degollaréis en el
mismo día una vaca o una oveja junto con su cría. 29 “ Cuando ofrezcáis a Jehovah un
sacrificio de acción de gracias, lo sacrificaréis de manera que os sea aceptado. 30 El
mismo día se comerá; no dejarás nada de él hasta la mañana. Yo, Jehovah.
31 “
Guardad, pues, mis mandamientos y ponedlos por obra. Yo, Jehovah. 32 “ No
profanéis mi santo nombre, pues yo he de ser santificado en medio de los hijos de
Israel. Yo soy Jehovah, el que os santifico, 33 que os saqué de la tierra de Egipto para
ser vuestro Dios. Yo, Jehovah.”
Capítulo 23
1
2
Jehovah habló a Moisés diciendo: “ Habla a los hijos de Israel y diles que las
fiestas solemnes de Jehovah, mis fiestas solemnes que proclamaréis como asambleas
sagradas, son éstas:
3“
Seis días se trabajará, pero el séptimo día será sábado de reposo, y habrá una
asamblea sagrada. Ningún trabajo haréis; es el sábado consagrado a Jehovah,
dondequiera que habitéis.
4“
Estas son las fiestas solemnes de Jehovah, las asambleas sagradas que
5
convocaréis a su debido tiempo. El día 14 del mes primero, al atardecer, es la
6
Pascua de Jehovah. El día 15 de este mes es la fiesta de los panes sin levadura,
7
celebrada a Jehovah. Durante siete días comeréis panes sin levadura. El primer día
8
tendréis una asamblea sagrada; no haréis ningún trabajo laboral. Presentaréis a
Jehovah una ofrenda quemada durante siete días. El séptimo día habrá una asamblea
9
sagrada; no haréis ningún trabajo laboral.” Jehovah habló a Moisés diciendo:
10 “
Habla a los hijos de Israel y diles: ‘Cuando hayáis entrado en la tierra que yo os
doy y hayáis segado su mies, traeréis al sacerdote un manojo de espigas como
11
primicia de vuestra siega. Este mecerá el manojo delante de Jehovah, para que
12
seáis aceptados. El sacerdote lo mecerá el día siguiente del sábado. El día que
presentéis el manojo, ofreceréis en holocausto a Jehovah un cordero de un año, sin
13
defecto, con su ofrenda vegetal de dos décimas de efa de harina fina amasada con
aceite. Esta es una ofrenda quemada a Jehovah, de grato olor. Su libación será la
14
cuarta parte de un hin de vino. No comeréis pan, ni grano tostado, ni grano fresco
hasta ese mismo día en que presentéis la ofrenda a vuestro Dios. Esto es un estatuto
perpetuo a través de vuestras generaciones, dondequiera que habitéis.
15 “
‘Contaréis siete semanas completas desde la mañana siguiente al sábado,
desde el día en que presentasteis el manojo de espigas de la ofrenda mecida.
16
Contaréis cincuenta días hasta la mañana siguiente al séptimo sábado. Entonces
17
presentaréis una ofrenda vegetal nueva a Jehovah. Desde los lugares donde
habitéis traeréis dos panes para ofrenda mecida, que serán de dos décimas de efa
18
de harina fina, cocidos con levadura, como primicias a Jehovah. Ofreceréis con el
pan siete corderos de un año, sin defecto, un novillo y dos carneros. Serán el
holocausto a Jehovah, junto con sus ofrendas vegetales y sus libaciones. Esta es una
19
ofrenda quemada de grato olor a Jehovah. Ofreceréis además un macho cabrío
como sacrificio por el pecado y dos corderos de un año como sacrificio de paz.
20
El sacerdote los presentará como ofrenda mecida delante de Jehovah. Junto con
el pan de las primicias, los dos corderos serán cosa sagrada a Jehovah, para el
21
sacerdote. En este mismo día convocaréis una asamblea sagrada; no haréis ningún
trabajo laboral. Este es un estatuto perpetuo a través de vuestras generaciones,
22
dondequiera que habitéis. “ ‘Y cuando seguéis la mies de vuestra tierra, no segarás
hasta el último rincón de tu campo, ni recogerás las espigas en tu campo segado. Las
dejarás para el pobre y el extranjero. Yo, Jehovah, vuestro Dios.’”
23
24
33
34
Jehovah habló a Moisés diciendo: “ Habla a los hijos de Israel y diles: ‘El
primer día del mes séptimo tendréis una fiesta sabática, una conmemoración con
25
estrépito de trompetas y una asamblea sagrada. No haréis ningún trabajo laboral,
26
y presentaréis una ofrenda quemada a Jehovah.’” Jehovah habló a Moisés
27
diciendo: “ El 10 de este mes séptimo será el día de la Expiación; tendréis
asamblea sagrada. Os humillaréis a vosotros mismos y presentaréis una ofrenda
28
quemada a Jehovah. Ningún trabajo haréis en ese mismo día, porque es el día de
la Expiación, para hacer expiación por vosotros delante de Jehovah vuestro Dios.
29
Ciertamente toda persona que no se humille en ese mismo día será excluida de su
30
pueblo. Toda persona que haga cualquier trabajo en ese mismo día, yo la
31
destruiré de entre su pueblo. Ningún trabajo haréis. Este es un estatuto perpetuo
32
para vosotros, a través de vuestras generaciones, dondequiera que habitéis. Será
para vosotros una fiesta sabática solemne, y os humillaréis a vosotros mismos a
partir del anochecer del noveno día del mes. Del anochecer al anochecer guardaréis
vuestro reposo.”
Jehovah habló a Moisés diciendo: “ Habla a los hijos de Israel y diles que el
día 15 de este mes séptimo será la fiesta de los Tabernáculos celebrada a Jehovah,
35
durante siete días. El primer día habrá asamblea sagrada. No haréis ningún trabajo
36
laboral. Siete días presentaréis una ofrenda quemada a Jehovah. El octavo día
tendréis una asamblea sagrada y presentaréis una ofrenda quemada a Jehovah. Es
37
asamblea festiva; no haréis ningún trabajo laboral. “ Estas son las fiestas solemnes
de Jehovah en las que convocaréis asambleas sagradas para presentar ofrenda
quemada a Jehovah: holocausto y ofrenda vegetal, sacrificios y libaciones; cada cosa
38
en el día que corresponda. Esto habrá, además de lo de los sábados de Jehovah,
además de vuestros presentes, además de todas vuestras ofrendas votivas y además
39
de todas vuestras ofrendas voluntarias que deis a Jehovah. “ Pero el día 15 del
mes séptimo, cuando hayáis almacenado los productos de la tierra, celebraréis la
fiesta de Jehovah durante siete días. El primer día será una fiesta sabática, y el
40
octavo día será una fiesta sabática. El primer día tomaréis para vosotros fruto de
árbol hermoso: ramas de palmera, ramas de árboles frondosos y de sauces de los
arroyos; y os regocijaréis delante de Jehovah vuestro Dios durante siete días.
41
Celebraréis fiesta a Jehovah durante siete días cada año. Esto es un estatuto
perpetuo para vosotros, a través de vuestras generaciones. La celebraréis en el mes
42
séptimo. Siete días habitaréis en cabañas. Todo natural de Israel habitará en
43
cabañas, para que vuestros descendientes sepan que yo hice habitar a los hijos de
Israel en cabañas cuando los saqué de la tierra de Egipto. Yo, Jehovah, vuestro
44
Dios.” Así habló Moisés a los hijos de Israel acerca de las fiestas solemnes de
Jehovah.
Capítulo 24
1
2
Jehovah habló a Moisés diciendo: “ Manda a los hijos de Israel que te traigan
aceite de olivas claro y puro para la iluminación, a fin de hacer arder continuamente
3
las lámparas. Aarón las dispondrá delante de Jehovah, fuera del velo del testimonio
en el tabernáculo de reunión, continuamente desde el anochecer hasta el amanecer.
4
Esto es un estatuto perpetuo, a través de vuestras generaciones. Sobre el
candelabro de oro puro pondrá continuamente en orden las lámparas delante de
5
Jehovah. “ Toma harina fina, y haz con ella doce panes. Cada pan será de dos
6
décimas de efa. Los colocarás en dos hileras, seis en cada hilera, sobre la mesa de
7
oro puro, delante de Jehovah. Pondrás también sobre cada hilera incienso puro, y
8
será para el pan como memorial, una ofrenda quemada a Jehovah. Cada sábado
los colocarás continuamente en orden delante de Jehovah, de parte de los hijos de
9
Israel como pacto perpetuo. Serán para Aarón y para sus hijos, quienes los
comerán en un lugar santo, porque es cosa muy sagrada para él, de las ofrendas
quemadas para Jehovah. Esto es un estatuto perpetuo.”
10
El hijo de una mujer israelita, cuyo padre era egipcio, salió entre los hijos de
Israel. Y el hijo de la israelita y un hombre de Israel riñeron en el campamento.
11
Entonces el hijo de la mujer israelita blasfemó el Nombre, y lo maldijo. Luego lo
llevaron a Moisés. (Su madre se llamaba Selomit hija de Dibri, de la tribu de Dan.)
12
Y lo pusieron bajo custodia, hasta que fuesen recibidas instrucciones exactas de
13
14
parte de Jehovah. Jehovah habló a Moisés diciendo: “ Saca al blasfemo fuera
del campamento, y que todos los que le oyeron pongan sus manos sobre la cabeza
15
de él. Luego apedréelo toda la congregación. Después hablarás a los hijos de
Israel, diciendo: ‘Cuando una persona maldiga a su Dios, cargará con su pecado.
16
El que blasfeme el nombre de Jehovah morirá irremisiblemente. Toda la
congregación lo apedreará. Sea extranjero o natural, morirá el que blasfeme el
17
Nombre. “ ‘Asimismo, el hombre que hiera de muerte a cualquier persona morirá
18
irremisiblemente. El que hiera de muerte a un animal deberá restituirlo, animal por
19
animal. Y el que cause lesión a su prójimo, según hizo, así le será hecho:
20
rotura por rotura, ojo por ojo, diente por diente. Según la lesión que haya hecho a
21
otro, así se le hará a él. El que mate a un animal lo restituirá, pero el que mate a un
22
hombre morirá. Habrá una misma ley para vosotros, tanto para el extranjero
23
como para el natural; porque yo soy Jehovah vuestro Dios.’” Habló, pues, Moisés
a los hijos de Israel, y ellos sacaron al blasfemo fuera del campamento y lo
apedrearon. Así hicieron los hijos de Israel, como Jehovah había mandado a
Moisés.
Capítulo 25
1
2
Jehovah habló a Moisés en el monte Sinaí, diciendo: “ Habla a los hijos de
Israel y diles que cuando hayáis entrado en la tierra que yo os daré, la tierra tendrá
3
reposo para Jehovah. Seis años sembrarás tu tierra, seis años podarás tu viña y
4
recogerás sus frutos. Pero el séptimo año será para la tierra un completo descanso,
5
sábado consagrado a Jehovah. No sembrarás tu tierra ni podarás tu viña. No
segarás lo que brote de por sí en tu campo segado, y no vendimiarás las uvas de tus
6
vides no podadas. Será para la tierra un año sabático. Pero lo que la tierra dé
durante su reposo será alimento para ti, para tu siervo, para tu sierva, para tu
7
jornalero y para el forastero que resida contigo. Todo su fruto servirá de comida a
tu ganado y a los animales que hay en tu tierra.
8“
Después contarás siete semanas de años, es decir, siete veces siete años, de
modo que el tiempo de las siete semanas de años te serán cuarenta y nueve años.
9
Entonces harás resonar la corneta el día 10 del mes séptimo. En el día de la
10
Expiación haréis resonar la corneta por todo vuestro país. Santificaréis el año
cincuenta y pregonaréis en el país libertad para todos sus habitantes. Este año os
será de jubileo; volveréis cada uno a la posesión de su tierra, y cada uno de
11
vosotros volverá a su familia. El año cincuenta os será de jubileo; no sembraréis,
ni segaréis lo que de por sí brote en la tierra, y no vendimiaréis sus viñedos no
12
cultivados. Porque es jubileo, os será santo, y comeréis el producto que la tierra
13
14
da de sí. En este año de jubileo volveréis, cada uno a su posesión. “ Si vendéis
algo a vuestro prójimo o compráis algo de mano de vuestro prójimo, nadie engañe a
15
su hermano. Conforme al número de años transcurridos después del jubileo,
comprarás de tu prójimo; y conforme al número de cosechas anuales, él te venderá
16
a ti. De acuerdo con el mayor número de años, aumentarás su precio de compra;
y conforme a la disminución de los años, disminuirás su precio de compra; porque
17
es el número de cosechas lo que él te vende. “ Ninguno de vosotros oprima a su
prójimo. Más bien, teme a tu Dios, porque yo soy Jehovah vuestro Dios.
18
Cumplid, pues, mis estatutos; guardad mis decretos y cumplidlos, y habitaréis en
19
la tierra seguros. La tierra dará su fruto, y comeréis hasta saciaros y habitaréis en
20
ella con seguridad. “ Si preguntáis: ‘¿Qué comeremos el séptimo año, puesto que
21
ni hemos de sembrar, ni hemos de cosechar nuestros productos?’, entonces yo
decretaré para vosotros mi bendición el sexto año, y habrá fruto para tres años.
22
Sembraréis en el octavo año, pero todavía comeréis de la cosecha añeja. Hasta
que llegue la cosecha del noveno año, seguiréis comiendo de la cosecha añeja.
23 “
La tierra no se venderá a perpetuidad, pues la tierra es mía; porque vosotros
24
sois para mí como forasteros y advenedizos. Por eso en toda la tierra de vuestra
25
posesión otorgaréis el derecho de rescatar la tierra. Si tu hermano se empobrece y
vende algo de su posesión, vendrá su pariente más cercano y rescatará lo que su
26
hermano haya vendido. Si ese hombre no tiene quien se lo rescate, pero consigue
27
lo suficiente para rescatarlo él mismo, entonces contará los años desde su venta y
28
pagará el resto al hombre a quien se lo vendió. Así volverá él a su posesión. Pero
si no consigue lo suficiente para rescatarla, la propiedad quedará en poder del
comprador hasta el año del jubileo. Entonces quedará libre en el jubileo, y volverá a
29
su posesión. “ Cuando una persona venda una vivienda en una ciudad amurallada,
tendrá derecho de rescatarla dentro del plazo de un año a partir de su venta. Su
30
derecho de rescate dura un año. Si no es rescatada en el plazo de un año
completo, la vivienda en una ciudad amurallada pertenecerá perpetuamente al que la
31
compró y a sus descendientes. No quedará libre en el jubileo. Pero las casas de
las aldeas no amuralladas serán consideradas como parcelas de tierra. Pueden ser
32
rescatadas y serán liberadas en el jubileo. “ Pero en cuanto a las ciudades de los
33
levitas, éstos siempre podrán rescatar las casas en las ciudades de su posesión. Si
una casa es vendida por un levita en una ciudad que pertenece a los levitas, y no es
rescatada, será liberada en el jubileo; porque las casas de las ciudades de los levitas
34
son posesión de ellos en medio de los hijos de Israel. Pero los campos cercanos a
35
sus ciudades no se venderán, porque son posesión perpetua suya. “ Si tu hermano
se empobrece y se debilita económicamente con respecto a ti, tú lo ampararás; y
36
vivirá contigo como forastero y advenedizo. No le tomarás usura ni intereses; sino
37
que temerás a tu Dios, y tu hermano vivirá contigo. No le prestarás tu dinero con
38
usura ni le venderás tus víveres con intereses. Yo, Jehovah, vuestro Dios que os
saqué de la tierra de Egipto para daros la tierra de Canaán y para ser vuestro Dios.
39 “
Si tu hermano se empobrece estando contigo, y se vende a ti, tú no le harás
40
servir como esclavo. Como jornalero o como forastero estará contigo, y te servirá
41
hasta el año del jubileo. Entonces saldrá libre de tu casa, él y sus hijos con él, y
42
volverá a su familia y a la propiedad de sus padres; porque ellos son mis siervos, a
43
quienes yo saqué de la tierra de Egipto. No serán vendidos como esclavos. No te
44
enseñorearás de él con dureza, sino que temerás a tu Dios. “ Tus esclavos o
esclavas provendrán de las naciones de alrededor. De ellas podréis comprar
45
esclavos y esclavas. También podréis comprar esclavos de los hijos de los
forasteros que viven entre vosotros, y de sus familias que están entre vosotros, a los
46
cuales engendraron en vuestra tierra. Estos podrán ser propiedad vuestra, y los
podréis dejar en herencia a vuestros hijos después de vosotros, como posesión
hereditaria. Podréis serviros de ellos para siempre; pero en cuanto a vuestros
47
hermanos, los hijos de Israel, no os enseñorearéis unos de otros con dureza. “ Si
un forastero o un advenedizo que está contigo se enriquece y tu hermano que está
con él se empobrece y se vende al forastero o al advenedizo que reside contigo, o a
48
los descendientes de la familia de un forastero, podrá ser rescatado después de
49
haberse vendido. Uno de sus hermanos lo podrá rescatar. O lo podrá rescatar su
tío, o un hijo de su tío; o lo podrá rescatar un pariente cercano de su familia. Y si
50
consigue lo suficiente, se podrá rescatar a sí mismo. Hará la cuenta con el que lo
compró, desde el año de su venta hasta el año del jubileo. Su precio de venta ha de
ser establecido conforme al número de años, y el tiempo que habrá estado en su
51
casa se contará conforme al pago de un jornalero. Si aún le faltan muchos años,
conforme a ellos devolverá para su rescate parte del dinero con que fue comprado.
52
Pero si faltan pocos años hasta el año del jubileo, los contará con él y pagará su
53
rescate conforme a estos años. Estará con él como un jornalero, año tras año. No
54
consentirás que se enseñoree de él con crueldad ante tus ojos. “ Si no es rescatado
55
antes, en el año del jubileo saldrá libre él y sus hijos con él. Porque los hijos de
Israel son mis siervos; son siervos míos, a quienes yo saqué de la tierra de Egipto.
Yo, Jehovah, vuestro Dios.
Capítulo 26
1“
No os haréis ídolos, ni imágenes, ni os levantaréis piedras rituales, ni pondréis
en vuestra tierra piedras esculpidas para postraros ante ellas; porque yo soy
Jehovah, vuestro Dios.
2“
3
Guardaréis mis sábados y tendréis en reverencia mi santuario. Yo, Jehovah. “ Si
4
andáis según mis estatutos y guardáis mis mandamientos, poniéndolos por obra, os
mandaré la lluvia a su tiempo. La tierra dará sus productos, y el árbol del campo
5
dará su fruto. Vuestra trilla alcanzará hasta la vendimia, y la vendimia hasta la
siembra. Comeréis vuestro pan hasta saciaros y habitaréis seguros en vuestra tierra.
6
Daré paz en la tierra; dormiréis, y no habrá quien os espante. Haré desaparecer las
fieras dañinas de vuestra tierra, y la espada no pasará por vuestro país.
7
Perseguiréis a vuestros enemigos, quienes caerán a espada delante de vosotros.
8
Cinco de vosotros perseguirán a cien, y cien de vosotros a diez mil; vuestros
9
enemigos caerán a espada ante vosotros. Me volveré hacia vosotros, os haré
10
fecundos y os multiplicaré; y confirmaré mi pacto con vosotros. Comeréis de la
11
cosecha añeja y sólo sacaréis la añeja para meter la nueva. “ Yo pondré mi
12
morada entre vosotros, y mi alma no os abominará. Andaré entre vosotros y seré
13
vuestro Dios, y vosotros seréis mi pueblo. Yo, Jehovah vuestro Dios que os saqué
de la tierra de Egipto para que no fueseis sus esclavos. Yo rompí las coyundas de
vuestro yugo, y os he hecho andar con la cabeza erguida.
14 “
Pero si no me escucháis y no ponéis por obra todos estos mandamientos,
y si rechazáis mis estatutos y vuestra alma menosprecia mis decretos, no poniendo
16
por obra todos mis mandamientos e invalidando mi pacto, entonces yo también
haré con vosotros esto: Decretaré contra vosotros terror, tisis y fiebre que consuman
los ojos y dejen exhausta el alma. Sembraréis en vano vuestra semilla, porque
17
vuestros enemigos se la comerán. “ Yo pondré mi rostro contra vosotros, y seréis
derrotados ante vuestros enemigos. Los que os aborrecen se enseñorearán de
18
vosotros, y huiréis sin que nadie os persiga. Si aun con estas cosas no me
obedecéis, volveré a castigaros siete veces más por vuestros pecados.
19 “
Quebrantaré la soberbia de vuestro poderío y haré que vuestro cielo sea como
20
hierro y que vuestra tierra sea como bronce. Vuestra fuerza se agotará en vano;
21
pues vuestra tierra no dará su producto, ni el árbol de la tierra dará su fruto. Y si
continuáis siéndome hostiles y no me queréis obedecer, yo aumentaré la plaga sobre
22
vosotros siete veces más, según vuestros pecados. “ Enviaré contra vosotros
animales del campo que os privarán de vuestros hijos, destruirán vuestro ganado, y
23
os reducirán en número, de tal manera que vuestros caminos queden desiertos. Si
24
con estas cosas no os corregís ante mí, sino que continuáis siéndome hostiles, yo
mismo procederé también contra vosotros con hostilidad y os azotaré siete veces
25
más por vuestros pecados. “ Traeré sobre vosotros la espada vengadora, en
15
vindicación del pacto. Y si os refugiáis en vuestras ciudades, yo enviaré la peste
26
entre vosotros, y seréis entregados en mano del enemigo. Cuando yo os corte el
sustento de pan, diez mujeres cocerán vuestro pan en un solo horno, y os darán el
27
pan tan racionado que comeréis pero no os saciaréis. Si a pesar de esto no me
28
obedecéis, sino que continuáis siéndome hostiles, procederé contra vosotros con
29
ira hostil y os castigaré siete veces más por vuestros pecados. “ Comeréis la carne
30
de vuestros hijos; también la carne de vuestras hijas comeréis. Destruiré vuestros
lugares altos, derribaré vuestros altares donde ofrecéis incienso, amontonaré
vuestros cuerpos inertes sobre los cuerpos inertes de vuestros ídolos, y mi alma os
31
abominará. Convertiré vuestras ciudades en ruinas, dejaré asolados vuestros
32
santuarios y no aceptaré el grato olor de vuestro incienso. También asolaré la
33
tierra, de manera que se asombrarán de ella vuestros enemigos que la habiten. “ A
vosotros os esparciré entre las naciones. Desenvainaré la espada en pos de
vosotros, y vuestra tierra será asolada y vuestras ciudades convertidas en ruinas.
34
Entonces la tierra disfrutará de su reposo durante todos los días de su desolación,
mientras vosotros estéis en la tierra de vuestros enemigos. ¡Entonces la tierra
35
descansará y disfrutará de su reposo! Todo el tiempo que esté asolada disfrutará
del reposo que no disfrutó mientras vosotros disfrutabais de vuestro reposo cuando
36
habitabais en ella. “ En los corazones de los que queden de vosotros, infundiré tal
cobardía en la tierra de sus enemigos que el ruido de una hoja sacudida los
ahuyentará. Y huirán como quien huye de la espada y caerán sin que nadie los
37
persiga. Tropezarán los unos con los otros, como si huyeran de la espada, aunque
38
nadie los persiga. No podréis resistir ante vuestros enemigos. Pereceréis entre las
39
naciones, y la tierra de vuestros enemigos os consumirá. Los que queden de
vosotros se pudrirán a causa de su iniquidad, en la tierra de vuestros enemigos.
También a causa de la iniquidad de sus padres, se pudrirán juntamente con ellos.
40 “
Si ellos confiesan su iniquidad y la iniquidad de sus padres, por la infidelidad
que cometieron contra mí, y también por la hostilidad con que me han resistido
41
(pues yo también habré actuado con hostilidad contra ellos y los habré metido en
la tierra de sus enemigos); si entonces se doblega su corazón incircunciso y
42
reconocen su pecado, yo me acordaré de mi pacto con Jacob, y me acordaré de
43
mi pacto con Isaac y de mi pacto con Abraham; y me acordaré de la tierra. Pero
la tierra quedará abandonada por ellos y disfrutará su reposo estando desolada en
ausencia de ellos. Mientras tanto, ellos serán sometidos al castigo de sus iniquidades,
porque menospreciaron mis decretos y porque su alma detestó mis estatutos.
44 “
Aun con todo esto, estando ellos en la tierra de sus enemigos, yo no los
rechazaré ni los detestaré hasta consumirlos, invalidando mi pacto con ellos; porque
45
yo, Jehovah, soy su Dios. Pero a favor de ellos me acordaré del pacto con sus
antepasados, a quienes saqué de la tierra de Egipto a la vista de las naciones, para
46
ser su Dios. Yo, Jehovah.” Estas son las leyes, los decretos y las instrucciones que
Jehovah estableció entre él y los hijos de Israel en el monte Sinaí, por medio de
Moisés.
Capítulo 27
1
2
Jehovah habló a Moisés diciendo: “ Habla a los hijos de Israel y diles que
cuando alguien haga un voto especial a Jehovah, con motivo del rescate de las
3
personas, lo valorarás así: “ Al hombre de 20 hasta 60 años lo valorarás en 50
4
siclos de plata, según el siclo del santuario. Si es mujer, la valorarás en 30 siclos.
5“
Al hombre de 5 hasta 20 años lo valorarás en 20 siclos, y a la mujer en 10 siclos.
6“
Al hombre de un mes hasta 5 años lo valorarás en 5 siclos de plata. A la mujer la
7
valorarás en 3 siclos de plata. “ Al hombre de 60 años para arriba lo valorarás en
8
15 siclos, y a la mujer en 10 siclos. “ Si la persona es más pobre que lo que permite
tu valoración, comparecerá ante el sacerdote, y éste la valorará; conforme a la
9
posibilidad del que hace el voto la valorará el sacerdote. “ Si se trata de un animal
que se puede presentar como sacrificio a Jehovah, todo lo que de él se dé a Jehovah
10
será sagrado. No será cambiado ni sustituido uno bueno por uno malo, ni uno
malo por uno bueno. Si se cambia un animal por otro, éste y el sustituido serán
11
sagrados. Si se trata de algún animal inmundo, que no se puede presentar como
12
sacrificio a Jehovah, entonces el animal será puesto delante del sacerdote. Este lo
13
valorará según sea bueno o malo; según el sacerdote lo valore, así será. Y si uno
quiere rescatarlo, añadirá una quinta parte a tu valoración.
14 “
Cuando alguien consagre su casa como cosa sagrada a Jehovah, el
sacerdote la valorará según sea buena o mala; según el sacerdote la valore, así
15
quedará. Pero si el que consagró su casa la quiere rescatar, añadirá a tu
16
valoración una quinta parte de su valor; y será suya. “ Si alguien consagra a
Jehovah un campo de su posesión, lo valorarás según su capacidad de siembra: un
17
homer de semilla de cebada se valorará en 50 siclos de plata. Si consagra su
18
campo en el año del jubileo, se hará conforme a tu valoración. Pero si consagra su
campo después del jubileo, el sacerdote hará el cálculo del dinero conforme a los
19
años que falten para el año del jubileo, y se restará de tu valoración. Si el que ha
consagrado su campo quiere rescatarlo, añadirá a tu valoración una quinta parte de
20
su valor, y él volverá a su poder. Pero si no rescata el campo y éste es vendido a
21
otro, no lo podrá rescatar jamás. Cuando pase el jubileo, el campo será
consagrado a Jehovah como campo confiscado; será para el sacerdote como
22
posesión suya. “ Si alguien consagra a Jehovah un campo que ha comprado y que
23
no era campo de su posesión, entonces el sacerdote calculará con él la suma de tu
valoración hasta el año del jubileo. Aquel día él pagará el precio que tú hayas
24
señalado como cosa consagrada a Jehovah. El año del jubileo ese campo volverá
25
a aquel de quien él lo compró, a quien pertenece la posesión de la tierra. Todo lo
valorarás de acuerdo con el siclo del santuario. (El siclo tiene 20 geras.)
26 “
Nadie consagrará el primerizo de los animales, ya que por ser primerizo
27
pertenece a Jehovah. Sea ternero o cordero, es de Jehovah. Pero si es animal
inmundo, lo rescatarán conforme a tu valoración y añadirán a su valor una quinta
28
parte. Si no lo rescatan, se venderá conforme a tu valoración. “ No se venderá ni
se rescatará ninguna cosa que alguien haya dedicado por completo a Jehovah, de
todo lo que posee, trátese de personas, de animales o de los campos de su
posesión. Todo lo dedicado por completo será cosa muy sagrada a Jehovah.
29 “
Ninguna persona bajo anatema podrá ser rescatada. Morirá irremisiblemente.
30 “
Todos los diezmos de la tierra, tanto de la semilla de la tierra como del fruto de
31
los árboles, pertenecen a Jehovah. Es cosa sagrada a Jehovah. Si alguno quiere
32
rescatar algo de sus diezmos, añadirá una quinta parte a su valor. Todo diezmo
del ganado vacuno o del rebaño, de todo lo que pase bajo el cayado, el décimo será
33
consagrado a Jehovah. No lo examinará si es bueno o malo, ni lo sustituirá. Si lo
34
sustituye, el animal y su sustituto serán sagrados; no podrán ser rescatados.” Estos
son los mandamientos que Jehovah ordenó a Moisés para los hijos de Israel, en el
monte Sinaí.
NÚMEROS
Capítulo 1
1
Jehovah habló a Moisés en el desierto de Sinaí, en el tabernáculo de reunión, el
primero del mes segundo del segundo año después que ellos salieron de la tierra de
2
Egipto, diciendo: “ Haced un censo de toda la congregación de los hijos de Israel,
según sus clanes y sus casas paternas, de acuerdo con el número de los nombres de
3
todos los varones, uno por uno. Tú y Aarón contaréis, según sus escuadrones, a
4
todos los que en Israel, por ser de 20 años para arriba, puedan ir a la guerra. En
esta tarea estará con vosotros un hombre de cada tribu, siendo cada uno jefe de su
5
casa paterna. Estos son los nombres de los hombres que os asistirán: de Rubén,
6
7
Elisur hijo de Sedeur; de Simeón, Selumiel hijo de Zurisadai; de Judá, Najsón hijo
8
9
de Aminadab; de Isacar, Natanael hijo de Zuar; de Zabulón, Eliab hijo de Helón;
10
de los hijos de José: de Efraín, Elisama hijo de Amihud; de Manasés, Gamaliel
11
12
hijo de Pedasur; de Benjamín, Abidán hijo de Gedeoni; de Dan, Ajiezer hijo de
13
14
15
Amisadai; de Aser, Paguiel hijo de Ocrán; de Gad, Eliasaf hijo de Reuel; de
16
Neftalí, Ajira hijo de Enán.” Estos fueron los nombrados de la congregación,
representantes de las tribus de sus padres y jefes de las familias de Israel.
17
Moisés y Aarón tomaron a estos hombres que fueron designados por
18
nombre, y reunieron a toda la congregación el primero del mes segundo. Y se
registraron según sus clanes y sus casas paternas, conforme a la lista de los nombres,
19
uno por uno, de 20 años para arriba, tal como Jehovah había mandado a Moisés.
20
Así los contó en el desierto de Sinaí: De los hijos de Rubén, primogénito de Israel,
todos los varones de 20 años para arriba, todos los que podían ir a la guerra, fueron
contados por nombre, uno por uno, conforme a sus generaciones, según sus clanes y
21
22
sus casas paternas. Los contados de la tribu de Rubén eran 46.500. De los
hijos de Simeón, todos los varones de 20 años para arriba, todos los que podían ir a
la guerra, fueron contados por nombre, uno por uno, conforme a sus generaciones,
23
según sus clanes y sus casas paternas. Los contados de la tribu de Simeón eran
24
59.300. De los hijos de Gad, todos los varones de 20 años para arriba, todos los
que podían ir a la guerra, fueron contados por nombre conforme a sus generaciones,
según sus clanes y sus casas paternas.
25
26
Los contados de la tribu de Gad eran 45.650. De los hijos de Judá, todos los
varones de 20 años para arriba, todos los que podían ir a la guerra, fueron contados
por nombre conforme a sus generaciones, según sus clanes y sus casas paternas.
27
28
Los contados de la tribu de Judá eran 74.600. De los hijos de Isacar, todos los
varones de 20 años para arriba, todos los que podían ir a la guerra, fueron contados
por nombre conforme a sus generaciones, según sus clanes y sus casas paternas.
29
30
Los contados de la tribu de Isacar eran 54.400. De los hijos de Zabulón, todos
los varones de 20 años para arriba, todos los que podían ir a la guerra, fueron
contados por nombre conforme a sus generaciones, según sus clanes y sus casas
31
32
paternas. Los contados de la tribu de Zabulón eran 57.400. De los hijos de
José: De los hijos de Efraín, todos los varones de 20 años para arriba, todos los que
podían ir a la guerra, fueron contados por nombre conforme a sus generaciones,
33
según sus clanes y sus casas paternas. Los contados de la tribu de Efraín eran
34
40.500. De los hijos de Manasés, todos los varones de 20 años para arriba,
todos los que podían ir a la guerra, fueron contados por nombre conforme a sus
35
generaciones, según sus clanes y sus casas paternas. Los contados de la tribu de
36
Manasés eran 32.200. De los hijos de Benjamín, todos los varones de 20 años
para arriba, todos los que podían ir a la guerra, fueron contados por nombre
37
conforme a sus generaciones, según sus clanes y sus casas paternas. Los contados
38
de la tribu de Benjamín eran 35.400. De los hijos de Dan, todos los varones de
20 años para arriba, todos los que podían ir a la guerra, fueron contados por
39
nombre conforme a sus generaciones, según sus clanes y sus casas paternas. Los
40
contados de la tribu de Dan eran 62.700. De los hijos de Aser, todos los varones
de 20 años para arriba, todos los que podían ir a la guerra, fueron contados por
41
nombre conforme a sus generaciones, según sus clanes y sus casas paternas. Los
42
contados de la tribu de Aser eran 41.500. De los hijos de Neftalí, todos los
varones de 20 años para arriba, todos los que podían ir a la guerra, fueron contados
por nombre conforme a sus generaciones, según sus clanes y sus casas paternas.
43
Los contados de la tribu de Neftalí eran 53.400.
44
Estos fueron los contados, a los cuales contaron Moisés, Aarón y los doce
45
jefes de Israel (un hombre por cada tribu). Así todos los hijos de Israel fueron
contados según sus casas paternas, de 20 años para arriba, todos los que en Israel
46
podían ir a la guerra. Todos los contados fueron 603.550.
47
48
Pero los levitas no fueron contados con ellos según los clanes de sus padres,
49
porque Jehovah había hablado a Moisés diciendo: “ Sólo la tribu de Leví no
50
contarás; no harás un censo de ellos entre los demás hijos de Israel. Más bien,
pondrás a los levitas a cargo del tabernáculo del testimonio, de todos sus utensilios y
de todo lo que se relaciona con él. Ellos llevarán el tabernáculo y todos sus
utensilios. Estarán al servicio del tabernáculo y acamparán alrededor de él.
51
Cuando el tabernáculo tenga que trasladarse, los levitas lo desarmarán; y cuando se
detenga, los levitas lo armarán. El extraño que se acerque morirá. 52 Los hijos de Israel
instalarán sus tiendas cada uno en su campamento, cada uno junto a su estandarte,
según sus escuadrones. 53 Pero los levitas acamparán alrededor del tabernáculo del
testimonio. Así no habrá ira contra la congregación de los hijos de Israel. Los levitas
estarán a cargo del tabernáculo del testimonio.” 54 Los hijos de Israel hicieron
conforme a todas las cosas que Jehovah había mandado a Moisés. Así lo hicieron.
Capítulo 2
1
2
Jehovah habló a Moisés y a Aarón diciendo: “ Los hijos de Israel acamparán
a cierta distancia alrededor del tabernáculo de reunión. Ellos acamparán, cada uno
junto a su estandarte y con las enseñas de sus casas paternas.
3“
Al este, hacia donde sale el sol, han de acampar los del estandarte del
campamento de Judá, según sus ejércitos. El jefe de los hijos de Judá será Najsón
4
5
hijo de Aminadab. Los contados en su ejército son 74.600. Junto a él han de
acampar los de la tribu de Isacar. El jefe de los hijos de Isacar será Natanael hijo de
6
7
Zuar. Los contados en su ejército son 54.400. También la tribu de Zabulón. El
8
jefe de los hijos de Zabulón será Eliab hijo de Helón. Los contados en su ejército
9
son 57.400. Todos los contados en el campamento de Judá son 186.400 en sus
10
ejércitos. Ellos se pondrán en marcha en primer lugar. “ Al sur estarán los del
estandarte del campamento de Rubén, según sus ejércitos. El jefe de los hijos de
11
Rubén será Elisur hijo de Sedeur. Los contados en su ejército son 46.500.
12
Junto a él han de acampar los de la tribu de Simeón. El jefe de los hijos de
13
Simeón será Selumiel hijo de Zurisadai. Los contados en su ejército son 59.300.
14
También la tribu de Gad. El jefe de los hijos de Gad será Eliasaf hijo de Reuel.
15
16
Los contados en su ejército son 45.650. Todos los contados en el campamento
de Rubén son 151.450 en sus ejércitos. Ellos se pondrán en marcha en segundo
17
lugar. “ Después irá el tabernáculo de reunión y el campamento de los levitas, en
medio de los demás campamentos. De la manera en que están acampados, así se
18
pondrán en marcha, cada uno en su lugar, junto a sus estandartes. “ Al oeste
estarán los del estandarte del campamento de Efraín, según sus ejércitos.
19
El jefe de los hijos de Efraín será Elisama hijo de Amihud. Los contados en su
20
ejército son 40.500. Junto a él estará la tribu de Manasés. El jefe de los hijos de
21
Manasés será Gamaliel hijo de Pedasur. Los contados en su ejército son 32.200.
22
También la tribu de Benjamín. El jefe de los hijos de Benjamín será Abidán hijo
23
24
de Gedeoni. Los contados en su ejército son 35.400. Todos los contados en el
campamento de Efraín son 108.100 en sus ejércitos. Ellos se pondrán en marcha en
25
tercer lugar. “ Al norte estarán los del estandarte del campamento de Dan, según
26
sus ejércitos. El jefe de los hijos de Dan será Ajiezer hijo de Amisadai. Los
27
contados en su ejército son 62.700. Junto a él han de acampar los de la tribu de
28
Aser. El jefe de los hijos de Aser será Paguiel hijo de Ocrán. Los contados en su
29
ejército son 41.500. También la tribu de Neftalí. El jefe de los hijos de Neftalí
30
31
será Ajira hijo de Enán. Los contados en su ejército son 53.400. Todos los
contados en el campamento de Dan son 157.600. Ellos irán al final, junto a sus
32
estandartes.” Estos son los contados de los hijos de Israel, según sus casas
paternas. Todos los contados en los campamentos, en sus ejércitos, son 603.550.
33
Pero los levitas no fueron contados entre los demás hijos de Israel, como Jehovah
34
había mandado a Moisés. Los hijos de Israel hicieron conforme a todas las cosas
que Jehovah mandó a Moisés. Así acampaban junto a sus estandartes y así se
ponían en marcha, cada uno según su clan y su casa paterna.
Capítulo 3
1
Este es el registro de los descendientes de Aarón y de Moisés, el día en que
2
Jehovah habló a Moisés en el monte Sinaí: Estos son los nombres de los hijos de
3
Aarón: Nadab el primogénito, Abihú, Eleazar e Itamar. Estos son los nombres de
los hijos de Aarón ungidos sacerdotes, a quienes él invistió para servir como
4
sacerdotes. Pero Nadab y Abihú murieron delante de Jehovah cuando ofrecieron
fuego extraño delante de Jehovah en el desierto de Sinaí, y no tuvieron hijos. Así que
5
Eleazar e Itamar sirvieron como sacerdotes delante de su padre Aarón. Jehovah
6
habló a Moisés diciendo: “ Haz que se acerque la tribu de Leví y ponla delante del
7
sacerdote Aarón, para que ellos le sirvan. Que guarden delante del tabernáculo de
reunión lo que él les ha encomendado y lo que ha sido encomendado a toda la
8
congregación, para llevar a cabo el servicio del tabernáculo. Que cuiden de todos
los utensilios del tabernáculo de reunión y lo que ha sido encomendado a los hijos de
9
Israel, para llevar a cabo el servicio del tabernáculo. Darás los levitas a Aarón y a
10
sus hijos. Le son enteramente entregados de entre los hijos de Israel. Constituirás
a Aarón y a sus hijos para que cumplan con su sacerdocio. El extraño que se
11
12
acerque será muerto.” Jehovah habló a Moisés diciendo: “ He aquí, yo he
tomado a los levitas de entre los hijos de Israel en lugar de todo primogénito que
13
abre la matriz, de entre los hijos de Israel. Los levitas serán míos, porque mío es
todo primogénito. El día en que hice morir a todos los primogénitos en la tierra de
Egipto, consagré para mí a todos los primogénitos en Israel, así de hombres como
de animales. Míos serán. Yo, Jehovah.”
14
15
Jehovah habló a Moisés en el desierto de Sinaí, diciendo: “ Cuenta los hijos
de Leví. Contarás todos los varones de un mes para arriba, según sus casas
16
paternas y sus clanes.” Moisés los contó conforme a la palabra de Jehovah, como
17
le fue mandado. Estos eran los nombres de los hijos de Leví: Gersón, Cohat y
18
Merari. Y éstos eran los nombres de los hijos de Gersón, según sus clanes: Libni y
19
Simei. Y los hijos de Cohat, según sus clanes, eran Amram, Izjar, Hebrón y Uziel.
20
Los hijos de Merari, según sus clanes, eran Majli y Musi. Estos eran los clanes de
21
Leví según sus casas paternas: De Gersón eran el clan libnita y el clan simeíta.
22
Estos eran los clanes de los gersonitas. Los contados de ellos, según el número de
23
todos los varones de un mes para arriba, eran 7.500. Los clanes de Gersón
24
acamparán detrás del tabernáculo, al occidente. El jefe de la casa paterna de los
25
gersonitas era Eliasaf hijo de Lael. Los hijos de Gersón estaban a cargo de la
tienda del tabernáculo de reunión, de la cubierta del mismo, de la cortina de la
26
entrada del tabernáculo de reunión, de las mamparas del atrio y de la cortina de la
entrada del atrio que está alrededor del tabernáculo y del altar, y de sus cuerdas
27
para todas sus funciones. De Cohat eran el clan de los amramitas, el clan de los
izjaritas, el clan de los hebronitas y el clan de los uzielitas. Estos eran los clanes de
28
los cohatitas. El número de todos los varones de un mes para arriba, que estaban
29
a cargo del santuario, era de 8.600. Los clanes de los hijos de Cohat acamparán
30
al lado sur del tabernáculo. El jefe de la casa paterna de los clanes de Cohat era
31
Elizafán hijo de Uziel. Ellos estaban a cargo del arca, la mesa, el candelabro, los
32
altares, los utensilios con que sirven en el santuario, el velo y todo su servicio. El
principal de los jefes de los levitas era Eleazar, hijo del sacerdote Aarón, dirigente
33
de los que estaban a cargo del santuario. De Merari eran el clan majlita y el clan
34
musita. Estos eran los clanes de Merari. Los contados de ellos, conforme a la lista
35
de todos los varones de un mes para arriba, eran 6.200. El jefe de la casa paterna
de los clanes de Merari era Zuriel hijo de Abijail. Ellos acamparán al lado norte
36
del tabernáculo. Los hijos de Merari estaban a cargo de los tablones del
tabernáculo, de sus travesaños, de sus pilares, de sus bases, de todos sus accesorios
37
y de todas sus funciones; asimismo de los pilares de alrededor del atrio, y de sus
38
bases, sus estacas y sus cuerdas. Al frente del tabernáculo de reunión, al este,
acamparán Moisés y Aarón con sus hijos, quienes tenían a su cargo el santuario,
para cumplir con la responsabilidad de los hijos de Israel. Y el extraño que se
39
acerque será muerto. Todos los contados de los levitas que contó Moisés con
Aarón, conforme a la palabra de Jehovah, de un mes para arriba, según sus clanes,
eran 22.000.
40
Entonces Jehovah dijo a Moisés: “Cuenta todos los primogénitos varones de
41
los hijos de Israel, de un mes para arriba, y haz una lista de sus nombres. Tomarás
para mí los levitas en lugar de todos los primogénitos de los hijos de Israel; y el
ganado de los levitas, en lugar de todos los primerizos del ganado de los hijos de
42
Israel. Yo, Jehovah.” Moisés contó todos los primogénitos de entre los hijos de
43
Israel, como Jehovah le había mandado. Y todos los primogénitos varones
contados, según el número de sus nombres, de un mes para arriba, fueron 22.273.
44
45
Luego Jehovah habló a Moisés diciendo: “ Toma a los levitas en lugar de todos
los primogénitos de los hijos de Israel, y el ganado de los levitas en lugar de su
46
ganado. Los levitas serán míos. Yo, Jehovah. Por el rescate de los 273
47
primogénitos de los hijos de Israel que exceden a los levitas, tomarás 5 siclos por
48
cada uno, conforme al siclo del santuario, que tiene 20 geras, y darás a Aarón y a
49
sus hijos el dinero por el rescate de los que les exceden.” Tomó, pues, Moisés el
dinero por el rescate de los que excedían al número de los rescatados por los
50
levitas. Recibió el dinero de los primogénitos de los hijos de Israel, 1.365 siclos,
51
conforme al siclo del santuario. Por mandato de Jehovah Moisés dio el dinero del
rescate a Aarón y a sus hijos, como Jehovah había mandado a Moisés.
Capítulo 4
1
2
Jehovah habló a Moisés y a Aarón diciendo: “ Haz un censo de los hijos de
3
Cohat entre los hijos de Leví, según sus clanes y casas paternas, desde los 30
hasta los 50 años de edad, todos los que entran a prestar servicio trabajando en el
4
tabernáculo de reunión. “ El trabajo de los hijos de Cohat en el tabernáculo de
5
reunión se relaciona con las cosas más sagradas. Cuando el campamento se
traslade, Aarón y sus hijos vendrán, bajarán el velo de protección y cubrirán con
6
él el arca del testimonio. Sobre ella pondrán una cubierta de pieles finas y
7
extenderán encima un paño todo de azul. Luego le pondrán sus varas. Después
extenderán un paño azul sobre la mesa de la Presencia y pondrán sobre él los platos,
las cucharas, las fuentes y las vasijas para la libación. Y el pan que está
8
continuamente en la mesa quedará sobre ella. Después extenderán sobre ellos un
paño carmesí y lo cubrirán con una cubierta de pieles finas. Finalmente le pondrán
9
sus varas. Después tomarán un paño azul y cubrirán el candelabro de la iluminación
con sus lámparas, sus despabiladeras, sus platillos y todos los utensilios con los que
10
le surten de aceite. Lo pondrán con todos sus utensilios en una cubierta de pieles
11
finas y lo colocarán sobre las varas. Después extenderán un paño azul sobre el
altar de oro y lo cubrirán con una cubierta de pieles finas. Luego le pondrán sus
12
varas. Tomarán todos los utensilios del servicio con que sirven en el santuario, los
pondrán sobre un paño azul, los cubrirán con una cubierta de pieles finas y los
13
colocarán sobre las varas. Quitarán la ceniza del altar y extenderán sobre él un
14
paño de púrpura. Pondrán sobre él todos sus utensilios con los que sirven allí:
bandejas, tenedores, palas, tazones y otros accesorios del altar. Extenderán sobre él
15
una cubierta de pieles finas y después pondrán sus varas. “ Después que Aarón y
sus hijos acaben de cubrir el santuario y todos los utensilios del santuario, entonces,
al ponerse en marcha el campamento, vendrán los hijos de Cohat para
transportarlos. Pero no tocarán ninguna cosa sagrada, no sea que mueran. Esas
serán las cosas del tabernáculo de reunión que cargarán los hijos de Cohat.
16 “
Eleazar, hijo del sacerdote Aarón, estará a cargo del aceite para la iluminación, el
incienso aromático, la ofrenda vegetal continua y el aceite de la unción. También
estará a cargo de todo el tabernáculo y de todo lo que hay en él, y del santuario y
17
18
sus utensilios.” Después Jehovah habló a Moisés y a Aarón diciendo: “ No
permitáis que sean eliminados de entre los levitas los miembros del clan de Cohat.
19
Esto haréis con ellos para que vivan y no mueran cuando se acerquen a las cosas
más sagradas: Aarón y sus hijos vendrán y asignarán a cada uno su labor y su cargo.
20
Hará con este novillo como hizo con el novillo del sacrificio por el pecado; lo
mismo hará con él. Así el sacerdote hará expiación por ellos, y serán perdonados.
21
Después sacará el novillo fuera del campamento y lo quemará, como quemó el
primer novillo. Este es el sacrificio por el pecado de la congregación.
22 “
Si un dirigente peca y transgrede por inadvertencia alguno de los
mandamientos de Jehovah su Dios respecto a cosas que no se deben hacer, es
23
culpable. Luego que se le haga conocer el pecado que cometió, presentará como
24
su ofrenda un macho cabrío sin defecto. Pondrá su mano sobre la cabeza
del macho cabrío, y lo degollará en el lugar donde se degüella el holocausto, delante
25
de Jehovah. Este es el sacrificio por el pecado. El sacerdote tomará con su dedo
parte de la sangre de la víctima por el pecado, la pondrá sobre los cuernos del altar
del holocausto y derramará el resto de la sangre al pie del altar del holocausto.
26
Quemará todo el sebo sobre el altar, como se hace con el sebo del sacrificio de
paz. Así el sacerdote hará expiación por él, por su pecado, y será perdonado.
27 “
Si alguno del pueblo de la tierra peca por inadvertencia, transgrediendo
alguno de los mandamientos de Jehovah respecto a cosas que no se deben hacer, es
28
culpable. Luego que se le haga conocer el pecado que cometió, presentará como
29
su sacrificio por su pecado cometido una cabra, una hembra sin defecto. Pondrá
su mano sobre la cabeza de la víctima por el pecado y la degollará en el lugar del
30
holocausto. El sacerdote tomará con su dedo parte de la sangre, la pondrá sobre
los cuernos del altar del holocausto y derramará el resto de la sangre al pie del altar.
31
Después le extraerá todo el sebo, como extrajo el sebo del sacrificio de paz, y el
sacerdote lo hará arder sobre el altar como grato olor a Jehovah. Así el sacerdote
32
hará expiación por él, y será perdonado. Si trae una oveja como su sacrificio por
33
el pecado, traerá una hembra sin defecto. Pondrá su mano sobre la cabeza de la
víctima por el pecado y la degollará como sacrificio por el pecado en el lugar donde
34
se degüella el holocausto. Después el sacerdote tomará con su dedo parte de la
sangre de la víctima por el pecado, la pondrá sobre los cuernos del altar del
35
holocausto y derramará el resto de la sangre al pie del altar. Le extraerá todo el
sebo, como extrajo el sebo del cordero del sacrificio de paz, y el sacerdote lo hará
arder encima del altar sobre las ofrendas quemadas para Jehovah. Así el sacerdote
hará expiación por él, por su pecado cometido, y será perdonado.
Capítulo 5
1“
Cuando una persona peque porque, habiendo oído la advertencia del
juramento y siendo ella testigo que lo vio o lo supo, no lo denuncie, será considerada
2
culpable. De la misma manera, el que haya tocado cualquier cosa inmunda, sea el
cadáver de un animal inmundo no doméstico, o el cadáver de un animal doméstico
inmundo, o el cadáver de un reptil inmundo, aunque no se haya dado cuenta de ello,
3
será impuro y culpable. Si alguien, sin darse cuenta, toca alguna impureza humana,
sea cual sea la impureza con que se contamine, aunque no se haya dado cuenta de
4
ello, cuando llegue a saberlo, será culpable. También la persona que
descuidadamente jura hacer algo, sea malo o bueno, respecto a cualquier asunto
por el cual se jura, como se acostumbra a jurar sin pensar, cuando llegue a saberlo,
5
será culpable por cada una de estas cosas. “ Y sucederá que cuando alguien peque
6
respecto a cualquiera de estas cosas, confesará aquello en que pecó, y traerá a
Jehovah como su sacrificio por la culpa, por su pecado cometido, una hembra del
rebaño, sea oveja o cabra, como sacrificio por el pecado. El sacerdote le hará
expiación por su pecado.
7“
Si no tiene lo suficiente para una oveja, traerá a Jehovah como sacrificio por
la culpa, por aquello en que pecó, dos tórtolas o dos pichones de paloma, el uno
8
para sacrificio por el pecado y el otro para holocausto. Los traerá al sacerdote,
quien ofrecerá primero el que es para el sacrificio por el pecado. Le arrancará la
9
cabeza por el cuello, pero sin separarla totalmente. Rociará parte de la sangre del
sacrificio por el pecado sobre la pared del altar y lo que sobre de la sangre lo
10
exprimirá al pie del altar. Este es el sacrificio por el pecado. Luego ofrecerá el
segundo en holocausto, de acuerdo con lo establecido. Así el sacerdote hará
11
expiación por él, por su pecado cometido, y le será perdonado. “ Si no tiene lo
suficiente para dos tórtolas o dos pichones de paloma, por aquello en que pecó,
traerá como su ofrenda la décima parte de un efa de harina fina como ofrenda por el
pecado. No pondrá sobre ella aceite ni incienso, porque es una ofrenda por el
12
pecado. La traerá al sacerdote, y éste tomará de ella un puñado como porción
memorial, y lo hará arder en el altar sobre las ofrendas quemadas a Jehovah. Este es
13
el sacrificio por el pecado. Así el sacerdote hará expiación por él, por su pecado
cometido respecto a cualquiera de estas cosas, y le será perdonado. Lo que sobre
será para el sacerdote, como en el caso de la ofrenda vegetal.”
14
15
Además, Jehovah habló a Moisés diciendo: “ Si alguien comete una falta y
peca por inadvertencia con respecto a las cosas sagradas de Jehovah, traerá a
Jehovah por su culpa, como sacrificio por la culpa, un carnero del rebaño, sin
16
defecto, evaluado por ti en siclos de plata, según el siclo del santuario. El restituirá
aquello que haya defraudado de las cosas sagradas, añadirá a ello la quinta parte y
lo dará al sacerdote. El sacerdote hará expiación por él con el carnero del sacrificio
17
por la culpa, y le será perdonado. “ Si alguien peca transgrediendo alguno de los
mandamientos de Jehovah respecto a cosas que no deben hacerse, aun cuando no
18
llegue a saberlo, será culpable y cargará con su culpa. El traerá al sacerdote como
sacrificio por la culpa un carnero del rebaño, sin defecto, evaluado según tú lo
estimes. El sacerdote hará expiación por él, por su pecado cometido por
19
inadvertencia, y le será perdonado. Este es el sacrificio por la culpa, pues
ciertamente es culpable ante Jehovah.”
Capítulo 6
1
2
8
9
Jehovah habló a Moisés diciendo: “ Cuando una persona peque y actúe con
infidelidad contra Jehovah, negando a su prójimo lo que éste le había encomendado
3
o dejado en su poder, o si roba y extorsiona a su prójimo, o si hallando algo que se
había perdido lo niega, o jura con engaño respecto a cualquier cosa en que la gente
4
suele pecar, sucederá que habiendo pecado y siendo culpable, deberá restituir
aquello que robó o extorsionó, o el depósito que se le encomendó, o la cosa
5
perdida que halló, o todo aquello sobre lo que haya jurado falsamente. Lo restituirá
por entero y añadirá a ello la quinta parte. Todo esto lo pagará a quien se lo deba, el
6
día en que presente su sacrificio por la culpa. Además, traerá al sacerdote para
Jehovah su sacrificio por la culpa, un carnero del rebaño, sin defecto, conforme a tu
7
estimación, como sacrificio por la culpa. El sacerdote hará expiación delante de
Jehovah por esa persona, y será perdonada de cualquiera de las cosas que hizo, por
las que se ha hecho culpable.”
Jehovah habló a Moisés diciendo: “ Manda a Aarón y a sus hijos diciéndoles
que éstas son las instrucciones para el holocausto: El holocausto se quemará sobre el
10
altar toda la noche, hasta la mañana; y el fuego del altar arderá en él. El sacerdote
se pondrá su vestimenta de lino y vestirá pantalones de lino sobre su cuerpo.
Cuando el fuego haya consumido el holocausto, él apartará las cenizas de encima del
11
altar y las pondrá a un lado del altar. Después se quitará sus vestiduras y se
pondrá otras vestiduras para llevar las cenizas fuera del campamento, a un lugar
12
purificado. El fuego encendido sobre el altar no será apagado. El sacerdote hará
arder leña en él cada mañana. Acomodará sobre el altar el holocausto y quemará
13
sobre él el sebo de los sacrificios de paz. El fuego ha de arder permanentemente
en el altar; no se apagará.
14 “
Estas son las instrucciones para la ofrenda vegetal: Los hijos de Aarón han
15
de ofrecerla frente al altar, delante de Jehovah. El sacerdote tomará un puñado de
la harina fina de la ofrenda, y parte del aceite con todo el incienso que está sobre la
ofrenda; y los hará arder sobre el altar como grato olor, como una porción memorial
16
para Jehovah. Lo que sobre de ella lo comerán Aarón y sus hijos. Sin levadura
será comida en un lugar santo; en el atrio del tabernáculo de reunión lo comerán.
17
No será cocida con levadura. Yo la he dado como porción para ellos de mis
ofrendas quemadas. Es cosa muy sagrada, como el sacrificio por el pecado y el
18
sacrificio por la culpa. Todos los varones de los hijos de Aarón podrán comer
de ella. Esta es una provisión perpetua a través de vuestras generaciones, respecto a
las ofrendas quemadas a Jehovah. Todo lo que las toque será santificado.”
19
20
Jehovah habló a Moisés diciendo: “ Esta es la ofrenda que Aarón y sus hijos
presentarán a Jehovah el día en que sean ungidos: la décima parte de un efa de
harina fina como ofrenda vegetal perpetua, la mitad al amanecer y la mitad al
21
anochecer. Será preparada con aceite en la sartén, y la traerás mezclada. Partirás
22
la ofrenda en pedazos y la ofrecerás como grato olor a Jehovah. La ofrecerá el
sacerdote que de entre sus hijos sea ungido en su lugar. Esto es un estatuto perpetuo
23
de Jehovah. Será quemada por completo. Toda la ofrenda vegetal del sacerdote
será quemada por completo; no se comerá.”
24
25
Jehovah habló a Moisés diciendo: “ Habla a Aarón y a sus hijos y diles que
éstas son las instrucciones para el sacrificio por el pecado: En el lugar donde se
degüella el holocausto será degollada la víctima por el pecado, delante de Jehovah.
26
Es cosa muy sagrada. El sacerdote que la ofrezca como sacrificio por el pecado la
comerá. Será comida en un lugar santo, en el atrio del tabernáculo de reunión.
27
Todo lo que toque su carne será santificado. Si su sangre salpica en el vestido,
28
lavarás en un lugar santo aquello sobre lo cual haya salpicado. “ El utensilio de
barro en que sea cocida será roto. Si es cocida en utensilio de metal, éste será
29
frotado y lavado con agua. Todo varón de entre los sacerdotes la podrá comer.
30
Es cosa muy sagrada. Pero no se comerá de ninguna víctima por el pecado, cuya
sangre se haya introducido en el tabernáculo de reunión para hacer expiación en el
santuario; será quemada al fuego.
Capítulo 7
1“
Estas son las instrucciones para el sacrificio por la culpa. Es cosa muy
2
sagrada. En el lugar donde degüellan el holocausto, degollarán la víctima por la
3
culpa, y él rociará su sangre por encima y alrededor del altar. Luego ofrecerá de
4
ella todo el sebo, la rabadilla, el sebo que cubre las vísceras, los dos riñones con el
sebo que está sobre ellos junto a los costados; y con los riñones extraerá el sebo
5
que cubre el hígado. El sacerdote los hará arder sobre el altar como ofrenda
6
quemada a Jehovah. Este es el sacrificio por la culpa. Todo varón de entre los
sacerdotes la podrá comer; será comida en un lugar santo. Es cosa muy sagrada.
7
Como el sacrificio por el pecado, así es el sacrificio por la culpa; las mismas
instrucciones habrá para ambos. Será para el sacerdote que con ellos haga
8
expiación. “ Si un sacerdote ofrece en holocausto la ofrenda de alguno, la piel
9
del animal ofrecido será para el sacerdote. Asimismo, toda ofrenda vegetal que se
cueza en horno y toda la que sea preparada en sartén o en cacerola será para el
10
sacerdote que la ofrezca. Toda ofrenda vegetal mezclada con aceite, o seca,
pertenecerá a todos los hijos de Aarón, a todos por igual.
11 “
Estas son las instrucciones para el sacrificio de paz que se ofrecerá a
12
Jehovah: Si es ofrecido en acción de gracias, con el sacrificio de acción de gracias
ofrecerá tortas sin levadura amasadas con aceite, galletas sin levadura untadas con
13
aceite y harina fina mezclada con aceite. Junto con las tortas de pan con levadura
14
ofrecerá su sacrificio de paz en acción de gracias. “ De cada ofrenda presentará
una parte como ofrenda alzada a Jehovah, la cual será para el sacerdote que esparza
15
la sangre de los sacrificios de paz. La carne del sacrificio de paz en acción de
gracias se comerá el día que sea ofrecida; no dejarán nada de ello hasta la mañana.
16
Pero si el sacrificio de su ofrenda es por motivo de un voto o es una ofrenda
voluntaria, se comerá en el día que sea ofrecida, y lo que quede de ella será comido
17
también al día siguiente. Pero si queda parte de la carne del sacrificio para el
18
tercer día, será quemada en el fuego. Si se come parte de la carne del sacrificio de
paz al tercer día, el que lo ofrezca no será aceptado, ni le será tenido en cuenta. Eso
será considerado inmundo, y la persona que coma de ella cargará con su culpa.
19 “
La carne que toque alguna cosa inmunda no será comida; será quemada al fuego.
20
En cuanto a aquella carne, toda persona pura podrá comerla. Si una persona que
estando impura come la carne del sacrificio de paz, que pertenece a Jehovah, tal
21
persona será excluida de su pueblo. Y si una persona toca cualquier cosa
inmunda, ya sea impureza de hombre, o un animal inmundo, o cualquier cosa
abominable e inmunda, y come de la carne del sacrificio de paz, que pertenece a
22
Jehovah, tal persona será excluida de su pueblo.” Jehovah habló a Moisés
23
diciendo: “ Habla a los hijos de Israel y diles: ‘No comeréis ningún sebo de toro,
24
de cordero o de cabra. El sebo de un animal mortecino y el sebo de un animal
despedazado podrán usarse para cualquier otro uso, pero en ningún caso los
25
comeréis. Cualquiera que coma sebo de animal, del cual se ofrece a Jehovah
26
ofrenda quemada, esa persona que lo coma será excluida de su pueblo. Tampoco
27
comeréis sangre, ni de aves ni de fieras, en ningún lugar en que habitéis. Cualquier
28
persona que coma sangre será excluida de su pueblo.’” Jehovah habló a Moisés
29
diciendo: “ Habla a los hijos de Israel y diles que el que ofrezca un sacrificio de paz
30
a Jehovah traerá su ofrenda a Jehovah de su sacrificio de paz. Con sus propias
manos traerá la ofrenda que se ha de quemar para Jehovah. Traerá el sebo
junto con el pecho, para que el pecho sea mecido delante de Jehovah como
31
ofrenda mecida. El sacerdote hará arder el sebo sobre el altar, pero el pecho será
32
para Aarón y sus hijos. También daréis al sacerdote, como ofrenda alzada, el
33
muslo derecho de vuestros sacrificios de paz. La porción del muslo derecho será
para aquel que de entre los hijos de Aarón ofrezca la sangre y el sebo del sacrificio
34
de paz. Yo he tomado de los sacrificios de paz de los hijos de Israel el pecho de
la ofrenda mecida y el muslo de la ofrenda alzada, y se los he dado al sacerdote
Aarón y a sus hijos, como provisión perpetua de los hijos de Israel.”
35
Esta es la porción que corresponde a Aarón y la porción que corresponde a
sus hijos de las ofrendas quemadas a Jehovah, desde el día en que él los consagró
36
para ser sacerdotes de Jehovah. Esto ordenó Jehovah el día en que los ungió, que
les diesen de parte de los hijos de Israel como provisión perpetua, a través de sus
37
generaciones. Estas son las instrucciones para el holocausto, para la ofrenda
vegetal, para el sacrificio por el pecado, para el sacrificio por la culpa, para la
38
ofrenda de la consagración y para el sacrificio de paz, las cuales ordenó Jehovah a
Moisés en el monte Sinaí cuando mandó a los hijos de Israel que presentaran sus
ofrendas a Jehovah en el desierto de Sinaí.
Capítulo 8
1
2
Jehovah habló a Moisés diciendo: “ Toma a Aarón y con él a sus hijos, y las
vestiduras, el aceite de la unción, el novillo para el sacrificio por el pecado, los dos
3
carneros y la cesta de los panes sin levadura. Reúne luego a toda la congregación a
4
la entrada del tabernáculo de reunión.” Moisés hizo como Jehovah le mandó, y la
5
congregación se reunió a la entrada del tabernáculo de reunión. Entonces Moisés
6
dijo a la congregación: “Esto es lo que Jehovah ha mandado hacer.” Luego Moisés
7
hizo que se acercaran Aarón y sus hijos, y los lavó con agua. Puso sobre Aarón el
vestido y lo ciñó con el cinturón. Después le vistió con la túnica, puso sobre ella el
8
efod, lo ciñó con el ceñidor del efod y lo sujetó con él. Después le puso encima el
9
pectoral, y sobre el pectoral puso el Urim y el Tumim. Puso el turbante sobre su
cabeza; y sobre aquél, en la parte delantera, puso la lámina de oro en forma de flor,
10
la diadema sagrada, como Jehovah había mandado a Moisés. Después Moisés
tomó el aceite de la unción, ungió el tabernáculo y todas las cosas que estaban en él;
11
y las santificó. Roció con él el altar siete veces; ungió el altar y todos sus utensilios,
12
y la fuente con su base, para santificarlos. Luego derramó parte del aceite de
13
la unción sobre la cabeza de Aarón, y lo ungió para consagrarlo. Después Moisés
hizo que se acercaran los hijos de Aarón. Les vistió con las vestiduras, les ciñó con
los cinturones y les puso los turbantes, como Jehovah había mandado a Moisés.
14
Después hizo que trajeran el novillo del sacrificio por el pecado. Aarón y sus
hijos pusieron sus manos sobre la cabeza del novillo del sacrificio por el pecado.
15
Moisés lo degolló, tomó parte de la sangre, la puso con su dedo sobre los
cuernos del altar en derredor y purificó el altar. Derramó el resto de la sangre al pie
16
del altar y lo santificó para hacer expiación por él. Entonces tomó todo el sebo
que estaba sobre las vísceras, el sebo del hígado y los dos riñones con el sebo que
17
los cubre, y Moisés los hizo arder sobre el altar. Pero el resto del novillo — su
piel, su carne y su estiércol — lo quemó en el fuego fuera del campamento, como
18
Jehovah había mandado a Moisés. Después hizo que trajesen el carnero del
holocausto, y Aarón y sus hijos pusieron sus manos sobre la cabeza del carnero.
19
20
Moisés lo degolló y roció la sangre por encima y alrededor del altar. Moisés,
Aarón y toda la congregación de los hijos de Israel hicieron con los levitas conforme
a todo lo que Jehovah había mandado a Moisés acerca de los levitas. Así hicieron
21
con ellos los hijos de Israel. Los levitas se purificaron de pecado y lavaron sus
vestiduras. Luego Aarón los presentó como ofrenda mecida delante de Jehovah, y
22
Aarón hizo expiación por ellos para purificarlos. Después de esto, entraron los
levitas para servir en el tabernáculo de reunión delante de Aarón y de sus hijos.
Conforme a lo que Jehovah había mandado a Moisés acerca de los levitas, así
23
24
hicieron con ellos. Entonces Jehovah habló a Moisés diciendo: “ Esto es lo que
concierne a los levitas: De 25 años para arriba entrarán a prestar servicio en el
25
trabajo del tabernáculo de reunión. A partir de los 50 años volverán de su
26
servicio, y nunca más prestarán servicio. Asistirán a sus hermanos en el
cumplimiento de sus obligaciones en el tabernáculo de reunión, pero no realizarán el
servicio. Así harás con los levitas en cuanto a sus obligaciones.”
Capítulo 9
1
Jehovah habló a Moisés en el desierto de Sinaí, en el mes primero del segundo
2
año de su salida de la tierra de Egipto, diciendo: “ Los hijos de Israel celebrarán la
3
Pascua a su debido tiempo. El día 14 de este mes, al atardecer, la celebraréis a su
debido tiempo. La celebraréis conforme a todos sus estatutos y conforme a todos
4
sus decretos.” Moisés habló a los hijos de Israel para que celebraran la Pascua.
5
Y celebraron la Pascua en el desierto de Sinaí, el día 14 del mes primero, al
atardecer. Los hijos de Israel hicieron conforme a todo lo que Jehovah
6
había mandado a Moisés. Sucedió que algunos hombres estaban impuros a causa
de contacto con un cadáver, de modo que no pudieron celebrar la Pascua aquel día.
7
Se acercaron aquel día a la presencia de Moisés y de Aarón, y esos hombres les
dijeron: — Nosotros estamos impuros a causa de contacto con un cadáver. ¿Por
qué seremos impedidos nosotros, entre los hijos de Israel, de ofrecer el sacrificio a
8
Jehovah a su debido tiempo? Moisés les respondió: — Esperad hasta que yo oiga
9
qué es lo que manda Jehovah acerca de vosotros. Entonces Jehovah habló a
10
Moisés diciendo: — Habla a los hijos de Israel y diles: “Cualquiera de vosotros o
de vuestros descendientes que esté impuro a causa de contacto con un cadáver o
11
que esté lejos, de viaje, podrá celebrar la Pascua a Jehovah. La celebrarán el día
14 del mes segundo, al atardecer, y la comerán con panes sin levadura y con hierbas
12
amargas. No dejarán nada de ella para el siguiente día, ni quebrarán ninguno de
13
sus huesos. La celebrarán conforme a todo el estatuto de la Pascua. “ Pero el que
está puro y no está de viaje, y deja de celebrar la Pascua, tal persona será excluida
de su pueblo, porque no ofreció el sacrificio a Jehovah a su debido tiempo. Tal
14
persona cargará con su pecado. “ Si con vosotros reside algún extranjero y
celebra la Pascua a Jehovah, la celebrará conforme al estatuto y al decreto de la
Pascua. El mismo estatuto tendréis, tanto para el extranjero como para el natural de
la tierra.”
15
El día en que fue erigido el tabernáculo la nube cubrió el tabernáculo, la tienda
del testimonio. Y desde el anochecer hasta el amanecer había algo semejante a
16
fuego sobre el tabernáculo. Así sucedía continuamente: La nube lo cubría de día, y
17
la apariencia de fuego de noche. Cuando la nube se levantaba de encima del
tabernáculo, los hijos de Israel se ponían en marcha. Y en el lugar donde la nube se
18
detenía, allí acampaban los hijos de Israel. Al mandato de Jehovah los hijos de
Israel partían, y al mandato de Jehovah acampaban. Ellos quedaban acampados
19
todos los días que la nube permanecía sobre el tabernáculo. Cuando la nube se
detenía muchos días sobre el tabernáculo, los hijos de Israel guardaban la ordenanza
20
de Jehovah y no se ponían en marcha. Y cuando la nube estaba sobre el
tabernáculo pocos días, al mandato de Jehovah quedaban acampados, y al mandato
21
de Jehovah partían. Cuando la nube se detenía desde el anochecer hasta el
amanecer, y la nube se levantaba por la mañana, ellos se ponían en marcha. Cuando
la nube se levantaba, ya fuera de día o ya fuera de noche, ellos se ponían en marcha.
22
Si la nube permanecía dos días, un mes o un año, mientras la nube se detenía
sobre el tabernáculo, los hijos de Israel quedaban acampados y no partían. Pero
23
cuando se levantaba, ellos partían. Al mandato de Jehovah acampaban, y
al mandato de Jehovah partían, guardando la ordenanza de Jehovah, de acuerdo con
el mandato de Jehovah dado por medio de Moisés.
Capítulo 10
1
2
Jehovah habló a Moisés diciendo: “ Hazte dos trompetas de plata; las harás
modeladas a martillo. Y te servirán para convocar a la congregación y para poner en
3
marcha los campamentos. Cuando se toque con ambas, se reunirá ante ti toda la
4
congregación a la entrada del tabernáculo de reunión. Pero cuando se toque sólo
con una, se reunirán ante ti los dirigentes, los jefes de los millares de Israel.
5“
Cuando toquéis con estrépito, se pondrán en marcha los campamentos que
6
acampan al este. Y cuando toquéis con estrépito por segunda vez, se pondrán en
marcha los campamentos que acampan al sur. Para ponerse en marcha se tocará
7
con estrépito. Sin embargo, cuando se convoque a la asamblea, tocaréis, pero no
8
con estrépito. Los hijos de Aarón, los sacerdotes, tocarán las trompetas. Las
9
tendréis por estatuto perpetuo, a través de vuestras generaciones. “ Cuando en
vuestra tierra vayáis a la guerra contra el adversario que os hostilice, tocaréis con
estrépito las trompetas. Y seréis recordados por Jehovah vuestro Dios, y seréis
10
librados de vuestros enemigos. En el día de vuestro regocijo, es decir, en vuestras
solemnidades y en vuestros días primeros de mes, tocaréis las trompetas en relación
con vuestros holocaustos y con vuestros sacrificios de paz. Y os servirán de
memorial en la presencia de vuestro Dios. Yo, Jehovah, vuestro Dios.”
11
El 20 del mes segundo del segundo año se levantó la nube de encima del
12
tabernáculo del testimonio, y los hijos de Israel se pusieron en marcha por etapas
13
desde el desierto de Sinaí. La nube se detuvo en el desierto de Parán. Así
partieron por primera vez, de acuerdo con el mandato de Jehovah por medio de
14
Moisés. El estandarte del campamento de los hijos de Judá partió primero, según
15
sus ejércitos. Najsón hijo de Aminadab estaba al frente de su ejército. Al frente
16
del ejército de la tribu de los hijos de Isacar estaba Natanael hijo de Zuar. Y al
frente del ejército de la tribu de los hijos de Zabulón estaba Eliab hijo de Helón.
17
Una vez desarmado el tabernáculo, partieron los hijos de Gersón y los hijos de
18
Merari que lo llevaban. Luego partió el estandarte del campamento de Rubén,
19
según sus ejércitos. Elisur hijo de Sedeur estaba al frente de su ejército. Al frente
20
del ejército de la tribu de los hijos de Simeón estaba Selumiel hijo de Zurisadai. Y
al frente del ejército de la tribu de los hijos de Gad estaba Eliasaf hijo de Reuel.
21
Después partieron los cohatitas, llevando lo sagrado. Antes de que ellos
22
llegasen, los otros erigían el tabernáculo. Después partió el estandarte del
campamento de los hijos de Efraín, según sus ejércitos. Elisama hijo de Amihud
23
estaba al frente de su ejército. Al frente del ejército de la tribu de los hijos de
24
Manasés estaba Gamaliel hijo de Pedasur. Y al frente del ejército de la tribu de
25
los hijos de Benjamín estaba Abidán hijo de Gedeoni. Después partió el
estandarte del campamento de los hijos de Dan, según sus ejércitos, formando la
retaguardia de todos los campamentos. Ajiezer hijo de Amisadai estaba al frente de
26
su ejército. Al frente del ejército de la tribu de los hijos de Aser estaba Paguiel
27
hijo de Ocrán. Y al frente del ejército de la tribu de los hijos de Neftalí estaba
28
Ajira hijo de Enán. Este es el orden en que partieron los hijos de Israel, según sus
ejércitos. Así se pusieron en marcha.
29
Entonces Moisés dijo a Hobab hijo de Reuel el madianita, su suegro: —
Nosotros partimos hacia el lugar del cual Jehovah ha dicho: “Yo os lo daré.” Ven
con nosotros, y te haremos bien; porque Jehovah ha prometido el bien para Israel.
30
31
Pero él respondió: — No iré, sino que me iré a mi tierra y a mi parentela. Y
Moisés le dijo: — Por favor, no nos abandones, ya que tú conoces el lugar donde
32
debemos acampar en el desierto y nos servirás de ojos. Y será que, si vienes con
nosotros, cuando logremos el bien que Jehovah nos ha de hacer, nosotros haremos
33
el bien contigo. Así partieron del monte de Jehovah para tres días de camino. El
arca del pacto de Jehovah iba delante de ellos durante los tres días de camino,
34
buscando para ellos un lugar donde descansar. La nube de Jehovah estaba sobre
35
ellos de día, cuando partían del campamento. Cuando el arca partía, Moisés
decía: “¡Levántate, oh Jehovah, y sean dispersados tus enemigos! ¡Huyan de tu
36
presencia los que te aborrecen!” Y cuando se asentaba, decía: “¡Vuelve, oh
Jehovah, a las miríadas de millares de Israel!”
Capítulo 11
1
Aconteció que el pueblo se quejó amargamente a oídos de Jehovah. Lo oyó
Jehovah, y se encendió su furor; y un fuego de Jehovah ardió contra ellos y
2
consumió un extremo del campamento. Entonces el pueblo clamó a Moisés, y
3
Moisés oró a Jehovah; y el fuego se extinguió. Y llamó a aquel lugar Tabera,
porque el fuego de Jehovah ardió contra ellos.
4
Entonces el populacho que había entre ellos se dejó llevar por la gula. Y
también los hijos de Israel volvieron a llorar diciendo: — ¡Quién nos diera de
5
comer carne! Nos acordamos del pescado que comíamos gratis en Egipto, de los
6
pepinos, los melones, los puerros, las cebollas y los ajos. Pero ahora nuestro
7
apetito se reseca, ya que no hay ante nuestros ojos más que el maná. El maná era
8
como la semilla del cilantro, y su aspecto era como el de la resina. El pueblo se
dispersaba para recogerlo, y lo molían en molinos de piedra o lo trituraban en
morteros. Lo cocinaban en ollas y hacían de ello tortas que tenían sabor de tortas
9
cocidas con aceite. Cuando el rocío descendía de noche sobre el campamento, el
10
maná descendía sobre él. Moisés oyó al pueblo que lloraba, de familia en familia,
cada una a la entrada de su tienda, y el furor de Jehovah se encendió en gran
11
manera. También a Moisés le pareció mal, y Moisés dijo a Jehovah: — ¿Por qué
has hecho mal a tu siervo? ¿Por qué no he hallado gracia ante tus ojos, para que
12
hayas puesto la carga de todo este pueblo sobre mí? ¿Acaso concebí yo a todo
este pueblo? ¿Acaso yo lo engendré, para que me digas: “Como una nodriza lleva a
13
un bebé, llévalo en tu seno a la tierra que juré dar a sus padres”? ¿De dónde he
de sacar yo carne para dar de comer a todo este pueblo, que llora ante mí diciendo:
14
“Danos carne para que comamos”? Yo solo no puedo llevar a todo este pueblo,
15
porque es demasiado pesado para mí. Si así vas a hacer tú conmigo, por favor
concédeme la muerte, si he hallado gracia ante tus ojos, para que yo no vea mi
desgracia.
16
Entonces Jehovah dijo a Moisés: — Reúneme a setenta hombres de los
ancianos de Israel, a quienes tú conozcas como ancianos y oficiales del pueblo.
17
Tráelos al tabernáculo de reunión, y que se presenten allí contigo. Yo descenderé
y hablaré allí contigo, tomaré del Espíritu que está en ti y lo pondré en ellos. Luego
18
ellos llevarán contigo la carga del pueblo, y ya no la llevarás tú solo. Y al pueblo
dirás: “Santificaos para mañana, y comeréis carne. Pues habéis llorado a oídos de
Jehovah diciendo: ‘¡Quién nos diera de comer carne! Porque nos iba mejor en
19
Egipto.’ Jehovah, pues, os dará carne, y comeréis. No comeréis un día, ni dos
20
días, ni cinco días, ni diez días, ni veinte días, sino hasta un mes; hasta que os salga
por las narices, y tengáis náuseas. Por cuanto habéis menospreciado a Jehovah, que
está en medio de vosotros, y habéis llorado delante de él diciendo: ‘¿Por qué
21
salimos de Egipto?’” Entonces dijo Moisés: — Yo estoy en medio de un pueblo
de 600.000 hombres de infantería, y tú dices: “Les daré carne, y comerán todo un
22
mes.” ¿Se habrían de degollar para ellos las ovejas y las vacas para que les fuese
suficiente? ¿Se habrían de juntar para ellos todos los peces del mar para que les
23
fuesen suficientes? Entonces Jehovah respondió a Moisés: — ¿Acaso se ha
acortado la mano de Jehovah? ¡Ahora verás si se cumple para ti mi palabra, o no!
24
Entonces Moisés salió y dijo al pueblo las palabras de Jehovah. Reunió a
setenta hombres de los ancianos del pueblo y los hizo estar de pie alrededor del
25
tabernáculo. Entonces Jehovah descendió en la nube y le habló. Tomó del Espíritu
que estaba sobre él y lo puso sobre los setenta ancianos. Y sucedió que cuando el
26
Espíritu posó sobre ellos, profetizaron; pero no continuaron haciéndolo. Pero en el
campamento habían quedado dos hombres: uno se llamaba Eldad, y el otro Medad.
Sobre ellos también se posó el Espíritu. Ellos estaban entre los que habían sido
inscritos pero que no habían ido al tabernáculo, y comenzaron a profetizar en el
27
campamento. Entonces un joven corrió e informó a Moisés diciendo: — ¡Eldad y
28
Medad profetizan en el campamento! Luego intervino Josué hijo de Nun, quien
era ayudante de Moisés, desde su juventud, y dijo: — ¡Señor mío, Moisés,
29
impídeselo! Moisés le respondió: — ¿Tienes tú celos por mí? ¡Ojalá que todos
fuesen profetas en el pueblo de Jehovah, y que Jehovah pusiese su Espíritu sobre
30
ellos! Moisés volvió al campamento junto con los ancianos de Israel.
31
Entonces de parte de Jehovah salió un viento que trajo codornices desde el
mar y las dejó caer junto al campamento, hasta la distancia de un día de camino de
este lado y un día de camino del otro lado, hasta la altura de dos codos sobre el
32
suelo. Entonces el pueblo permaneció levantado todo aquel día y toda la noche, y
todo el día siguiente, recogiendo las codornices. El que menos, recogió diez
33
montones; y las tendieron para sí alrededor del campamento. Aún estaba la carne
entre sus dientes, antes que la comenzasen a masticar, cuando se encendió el furor
34
de Jehovah contra el pueblo, y Jehovah golpeó al pueblo con una gran plaga. Y
llamó el nombre de aquel lugar Quibrot-hataavah, porque allí sepultaron al pueblo
35
glotón. De Quibrot-hataavah el pueblo se puso en marcha hacia Hazerot, y
permanecieron en Hazerot.
Capítulo 12
1
María y Aarón hablaron contra Moisés a causa de la mujer cusita que había
2
tomado, porque él había tomado por mujer a una cusita. Ellos dijeron: — ¿Acaso
sólo por medio de Moisés ha hablado Jehovah? ¿No ha hablado también por medio
3
de nosotros? Y lo oyó Jehovah. Moisés era un hombre muy manso, más manso
que todos los hombres que había sobre la faz de la tierra.
4
Repentinamente Jehovah dijo a Moisés, a Aarón y a María: — Id vosotros tres
5
al tabernáculo de reunión. Y fueron los tres. Entonces Jehovah descendió en una
columna de nube, se detuvo a la entrada del tabernáculo y llamó a Aarón y a María.
6
Ellos dos se acercaron, y él les dijo: — Oíd mis palabras: Si tuvieseis un profeta de
7
Jehovah, yo me manifestaría a él en visión o hablaría con él en sueños. No es así
8
con mi siervo Moisés, quien es fiel en toda mi casa. Cara a cara hablo con él, en
persona, y no por enigmas. Y él contempla la apariencia de Jehovah. ¿Por qué,
9
pues, no tuvisteis temor de hablar contra mi siervo, contra Moisés? Entonces el
furor de Jehovah se encendió contra ellos. Y se fue.
10
Cuando la nube se apartó de encima del tabernáculo, he aquí que María
quedó leprosa, blanca como la nieve. Aarón se volvió hacia María, y he aquí que
11
estaba leprosa. Entonces Aarón dijo a Moisés: — ¡Ay, señor mío! Por favor, no
pongas sobre nosotros el pecado, porque locamente hemos actuado y hemos
12
pecado. Por favor, no sea ella como el que sale muerto del vientre de su madre,
13
con la mitad de su carne consumida. Entonces Moisés clamó a Jehovah diciendo:
14
— ¡Oh Dios, sánala, por favor! Jehovah respondió a Moisés: — Si su padre le
hubiera escupido en su cara, ¿no quedaría avergonzada durante siete días? Que sea
15
recluida fuera del campamento durante siete días, y después será readmitida. Así
María fue recluida fuera del campamento durante siete días. El pueblo no se puso en
16
marcha hasta que María fuera readmitida. Después partió el pueblo de Hazerot y
acampó en el desierto de Parán.
Capítulo 13
1
2
Entonces Jehovah habló a Moisés diciendo: “ Envía hombres para que
exploren la tierra de Canaán, la cual yo doy a los hijos de Israel. Enviaréis un
hombre de cada tribu de sus padres; cada uno de ellos debe ser un dirigente entre
3
ellos.” Moisés los envió desde el desierto de Parán, de acuerdo con el mandato de
4
Jehovah. Todos aquellos hombres eran jefes de los hijos de Israel. Sus nombres
5
son los siguientes: de la tribu de Rubén, Samúa hijo de Zacur; de la tribu de
6
7
Simeón, Safat hijo de Hori; de la tribu de Judá, Caleb hijo de Jefone; de la tribu
8
9
de Isacar, Igal hijo de José; de la tribu de Efraín, Oseas hijo de Nun; de la tribu
10
de Benjamín, Palti hijo de Rafú; de la tribu de Zabulón, Gadiel hijo de Sodi;
11
12
de la tribu de José, es decir, de la tribu de Manasés, Gadi hijo de Susi; de la
13
tribu de Dan, Amiel hijo de Gemali; de la tribu de Aser, Setur hijo de Micael;
14
15
de la tribu de Neftalí, Najbi hijo de Vapsi; de la tribu de Gad, Geuel hijo de
16
Maqui. Estos son los nombres de los hombres que Moisés envió para explorar la
17
tierra. A Oseas hijo de Nun Moisés le puso por nombre Josué. Los envió Moisés
a explorar la tierra de Canaán y les dijo: “Subid de aquí al Néguev, y de allí subid a
18
la región montañosa. Observad qué tal es la tierra, y el pueblo que la habita, si es
19
fuerte o débil, si es poco o numeroso. Observad qué tal es la tierra habitada, si es
buena o mala; cómo son las ciudades habitadas, si son sólo campamentos o
20
fortificaciones; cómo es la tierra, si es fértil o árida; si hay en ella árboles o no.
Esforzaos y tomad muestras del fruto del país.” Era el tiempo de las primeras uvas.
21
Ellos fueron y exploraron la tierra desde el desierto de Zin hasta Rejob, hacia
22
Lebo-hamat. Fueron por el Néguev y llegaron a Hebrón. Allí habitaban Ajimán,
Sesai y Talmai, descendientes de Anac. (Hebrón fue edificada siete años antes que
23
Tanis en Egipto.) Después llegaron al arroyo de Escol. Allí cortaron una rama con
un racimo de uvas, la cual llevaron entre dos en un palo. También tomaron granadas
24
e higos. A aquel lugar llamaron arroyo de Escol, por el racimo que los hijos de
25
Israel cortaron allí. Al cabo de 40 días volvieron de explorar la tierra.
26
Entonces fueron y se presentaron a Moisés, a Aarón y a toda la congregación
de los hijos de Israel, en el desierto de Parán, en Cades, y dieron informes a ellos y
27
a toda la congregación. También les mostraron el fruto de la tierra. Y le contaron
diciendo: — Nosotros llegamos a la tierra a la cual nos enviaste, la cual ciertamente
28
fluye leche y miel. Este es el fruto de ella. Sólo que el pueblo que habita aquella
tierra es fuerte. Sus ciudades están fortificadas y son muy grandes. También vimos
29
allí a los descendientes de Anac. Amalec habita en la tierra del Néguev; y en la
región montañosa están los heteos, los jebuseos y los amorreos. Los cananeos
30
habitan junto al mar y en la ribera del Jordán. Entonces Caleb hizo callar al pueblo
delante de Moisés, y dijo: — ¡Ciertamente subamos y tomémosla en posesión, pues
31
nosotros podremos más que ellos! Pero los hombres que fueron con él dijeron: —
32
No podremos subir contra aquel pueblo, porque es más fuerte que nosotros. Y
comenzaron a desacreditar la tierra que habían explorado, diciendo ante los hijos de
Israel: — La tierra que fuimos a explorar es tierra que traga a sus habitantes. Todo
33
el pueblo que vimos en ella son hombres de gran estatura. También vimos allí
gigantes, hijos de Anac,
raza de gigantes. Nosotros, a nuestros propios ojos, parecíamos langostas; y así
parecíamos a sus ojos.
Capítulo 14
1
Entonces toda la congregación gritó y dio voces; el pueblo lloró aquella noche.
Todos los hijos de Israel se quejaron contra Moisés y Aarón; toda la congregación
les dijo: — ¡Ojalá hubiésemos muerto en la tierra de Egipto! ¡Ojalá hubiésemos
3
muerto en este desierto! ¿Por qué nos trae Jehovah a esta tierra para caer a
espada? ¿Para que nuestras mujeres y nuestros pequeños sean una presa? ¿No nos
4
sería mejor volver a Egipto? Y se decían unos a otros: — ¡Nombremos un jefe y
volvámonos a Egipto!
2
5
Moisés y Aarón se postraron sobre sus rostros delante de toda la asamblea de
6
la congregación de los hijos de Israel. Entonces Josué hijo de Nun y Caleb hijo de
Jefone, que estaban entre los que habían ido a explorar la tierra, rompieron sus
7
vestiduras y hablaron a toda la congregación de los hijos de Israel, diciendo: — La
8
tierra por donde pasamos para explorarla es buena en gran manera. Si Jehovah se
agrada de nosotros, nos introducirá en esa tierra. El nos entregará la tierra que fluye
9
leche y miel. Sólo que no os rebeléis contra Jehovah, ni temáis al pueblo de esa
tierra, porque serán para nosotros pan comido. Su protección se ha apartado de
10
ellos, mientras que con nosotros está Jehovah. ¡No los temáis! Entonces toda la
congregación habló de apedrearlos. Pero la gloria de Jehovah se dejó ver en el
tabernáculo de reunión ante todos los hijos de Israel.
11
Entonces Jehovah dijo a Moisés: — ¿Hasta cuándo me ha de menospreciar
este pueblo? ¿Hasta cuándo no me ha de creer, a pesar de todas las señales que he
12
hecho en medio de ellos? Yo lo heriré con peste y lo desalojaré, y haré de ti una
13
nación más grande y más fuerte que ellos. Pero Moisés respondió a Jehovah: —
Luego lo oirán los egipcios, porque de en medio de ellos sacaste a este pueblo con
14
tu poder. Y lo contarán a los habitantes de esta tierra, los cuales han oído que tú,
oh Jehovah, estás en medio de este pueblo; que te dejas ver cara a cara, oh
Jehovah, y que tu nube está sobre ellos. Han oído que tú vas delante de ellos, de día
15
en una columna de nube, y de noche en una columna de fuego. Pero si tú haces
morir a este pueblo como a un solo hombre, entonces las naciones que han oído de
16
tu fama dirán: “ Porque Jehovah no fue capaz de introducir a ese pueblo en la tierra
17
que les prometió con juramento, por eso los mató en el desierto.” Ahora pues, sea
engrandecido el poder del Señor, de acuerdo con lo que has hablado diciendo:
18 “
Jehovah es lento para la ira y grande en misericordia. El perdona la iniquidad y la
rebelión, pero de ninguna manera dará por inocente al culpable. Castiga la maldad
de los padres sobre los hijos, sobre la tercera y sobre la cuarta generación.”
19
Perdona, pues, la iniquidad de este pueblo según la grandeza de tu misericordia,
como lo has perdonado desde Egipto hasta aquí.
20
21
Entonces Jehovah dijo: — Yo lo he perdonado, conforme a tu palabra. Sin
22
embargo, vivo yo, y la gloria de Jehovah llena toda la tierra, que de los que vieron
mi gloria y las señales que hice en Egipto y en el desierto, y que me han puesto a
23
prueba ya diez veces y no han escuchado mi voz, ninguno verá la tierra que
prometí con juramento a sus padres. Ninguno de los que me han menospreciado la
24
verá. Pero a mi siervo Caleb, por cuanto ha demostrado un espíritu diferente y me
ha seguido con integridad, yo lo introduciré en la tierra a la que él fue, y su
25
descendencia la tendrá en posesión. Ahora bien, puesto que los amalequitas y los
cananeos habitan en el valle, volveos mañana y marchaos al desierto, rumbo al mar
26
27
Rojo. Entonces Jehovah habló a Moisés y a Aarón diciendo: — ¿Hasta cuándo
he de soportar a esta perversa congregación que se queja contra mí? ¡Yo he oído
28
las quejas que los hijos de Israel hacen contra mí! Diles: “¡Vivo yo, dice Jehovah,
29
si no hago con vosotros conforme a lo que habéis hablado a mis oídos! En este
desierto caerán vuestros cadáveres, todos los que fuisteis contados en vuestro
30
censo, de 20 años para arriba, y que habéis murmurado contra mí. A la verdad,
no sois vosotros los que entraréis en la tierra por la cual alcé mi mano jurando que
os haría habitar en ella, con la excepción de Caleb hijo de Jefone y de Josué hijo de
31
Nun. Pero a vuestros pequeños, de quienes dijisteis que serían una presa, a ellos
32
yo los introduciré, y ellos conocerán la tierra que vosotros habéis despreciado. En
33
cuanto a vosotros, vuestros cadáveres caerán en este desierto. Vuestros hijos
andarán errantes en el desierto durante 40 años. Ellos llevarán la paga de vuestras
infidelidades hasta que vuestros cadáveres sean consumidos en el desierto.
34
Conforme al número de los 40 días en que explorasteis la tierra, cargaréis con
vuestras iniquidades durante 40 años: un año por cada día. Así conoceréis mi
35
disgusto.” Yo, Jehovah, he hablado; ciertamente esto haré a toda esta perversa
congregación que se ha reunido contra mí. En este desierto serán consumidos, y aquí
morirán.
36
Los hombres que Moisés envió a explorar la tierra y que de regreso hicieron
37
murmurar contra él a toda la asamblea, desacreditando aquella tierra, esos
hombres que habían desacreditado la tierra murieron delante de Jehovah, a causa
38
de la plaga. Pero Josué hijo de Nun y Caleb hijo de Jefone quedaron con vida
39
entre aquellos hombres que habían ido a explorar la tierra. Moisés dijo estas
40
cosas a todos los hijos de Israel, y el pueblo se afligió mucho. Después se
levantaron muy de mañana para subir a la cumbre del monte, diciendo: — Henos
aquí, vamos a subir al lugar del cual ha hablado Jehovah, porque hemos pecado.
41
Pero Moisés dijo: — ¿Por qué traspasáis el mandato de Jehovah? Esto no os
42
saldrá bien. No subáis, porque Jehovah no está entre vosotros. No seáis
43
derrotados delante de vuestros enemigos. Pues los amalequitas y los cananeos
están allí ante vosotros, y caeréis a espada. Porque habéis dejado de seguir a
44
Jehovah, por eso Jehovah no estará con vosotros. Sin embargo, se atrevieron a
subir a la cumbre del monte, aunque ni el arca del pacto de Jehovah ni Moisés se
45
movieron de en medio del campamento. Entonces descendieron los amalequitas y
los cananeos que habitaban en aquella región montañosa, y los hirieron y los
destrozaron hasta llegar a Horma.
Capítulo 15
1
2
Jehovah habló a Moisés diciendo: “ Habla a los hijos de Israel y diles:
3
‘Cuando hayáis entrado en la tierra que vais a habitar y que yo os doy, presentaréis
una ofrenda quemada del ganado vacuno o del ganado ovino, como grato olor a
Jehovah, en holocausto o sacrificio por un voto especial, o como sacrificio
4
voluntario, o por vuestras festividades. Entonces el que presente su ofrenda a
Jehovah traerá como ofrenda vegetal la décima parte de un efa de harina fina
5
amasada con la cuarta parte de un hin de aceite. Y para la libación presentarás
sobre el holocausto o el sacrificio la cuarta parte de un hin de vino por cada
6
cordero. “ ‘Por cada carnero presentarás una ofrenda vegetal de dos décimas de
7
efa de harina fina amasada con la tercera parte de un hin de aceite. Y para la
libación ofrecerás la tercera parte de un hin de vino, como grato olor a Jehovah.
8“
‘Cuando ofrezcas un novillo en holocausto o sacrificio, tanto al cumplir un voto
9
especial o como sacrificio de paz a Jehovah, ofrecerás con el novillo una ofrenda
vegetal de tres décimas de efa de harina fina amasada con la mitad de un hin de
10
aceite. Y para la libación ofrecerás la mitad de un hin de vino, como ofrenda
11
quemada de grato olor a Jehovah. Así se presentará por cada toro, por cada
12
carnero o por cada cordero y por los cabritos. Conforme al número que
13
presentaréis, así presentaréis por cada uno de ellos, según su número. “ ‘Todo
natural hará estas cosas así, al presentar una ofrenda quemada como grato
14
olor a Jehovah. Y si con vosotros reside algún extranjero o alguno que se
encuentre entre vosotros a través de vuestras generaciones, y hace una ofrenda
15
quemada como grato olor a Jehovah, él lo hará así como vosotros lo hagáis. Un
mismo estatuto tendréis los de la asamblea y el extranjero que resida con vosotros.
Este es un estatuto perpetuo a través de vuestras generaciones. Como vosotros, así
16
será el extranjero delante de Jehovah. Una misma ley y una misma norma tendréis
17
vosotros y el extranjero que resida con vosotros.’” Jehovah habló a Moisés
18
diciendo: “ Habla a los hijos de Israel y diles: ‘Cuando hayáis entrado en la tierra a
19
la cual yo os llevo, sucederá que cuando comáis del pan de la tierra, presentaréis
20
una ofrenda alzada a Jehovah. De lo primero que amaséis presentaréis una torta
21
como ofrenda alzada de la era; así la presentaréis alzada. De lo primero que
amaséis daréis a Jehovah una ofrenda alzada, a través de vuestras generaciones.
22 “
‘Cuando pequéis por inadvertencia y no cumpláis todos estos mandamientos
23
que Jehovah ha dado a Moisés (todas las cosas que Jehovah os ha mandado por
medio de Moisés, a partir del día en que Jehovah lo mandó para vuestras
24
generaciones en adelante), si el pecado fue cometido sin que la congregación se
diera cuenta de ello, es decir, por inadvertencia, toda la congregación ofrecerá un
novillo en holocausto como grato olor a Jehovah, con su ofrenda vegetal y su
libación, conforme a lo establecido, y un macho cabrío como sacrificio por el
25
pecado. El sacerdote hará expiación por toda la congregación de los hijos de
Israel; y les será perdonado, porque fue por inadvertencia. Ellos traerán delante de
Jehovah, por su inadvertencia, su ofrenda a Jehovah: la ofrenda quemada a Jehovah
26
y su sacrificio por el pecado. Así le será perdonado a toda la congregación de los
hijos de Israel y al extranjero que resida entre ellos, porque se trata de la
27
inadvertencia de todo el pueblo. “ ‘Si un individuo peca por inadvertencia, ofrecerá
28
una cabra de un año como sacrificio por el pecado. El sacerdote hará expiación
delante de Jehovah por la persona que haya errado por su pecado, haciendo
29
expiación por ella; y le será perdonado. Tanto el natural de entre los hijos de
Israel como el extranjero que resida entre ellos tendrán una misma ley respecto al
que cometa pecado por inadvertencia.
30 “
‘Pero si alguien comete pecado con altivez, sea natural o extranjero, a
31
Jehovah injuria. Tal persona será excluida de entre su pueblo, porque tuvo en
poco la palabra de Jehovah y quebrantó su mandamiento. Tal persona será excluida
32
por completo; su iniquidad estará sobre ella.’” Estando los hijos de Israel en el
33
desierto, hallaron a un hombre que recogía leña en día de sábado. Los que
lo encontraron recogiendo leña lo llevaron ante Moisés, Aarón y toda la
34
congregación, y lo pusieron bajo guardia, porque no había sido declarado qué se
35
había de hacer con él. Entonces Jehovah dijo a Moisés: “Aquel hombre morirá
irremisiblemente; que toda la congregación lo apedree fuera del campamento.”
36
Entonces toda la congregación lo sacó fuera del campamento, y lo apedrearon. Y
murió, como Jehovah había mandado a Moisés.
37
38
Jehovah habló a Moisés diciendo: “ Habla a los hijos de Israel y diles que a
través de sus generaciones se hagan flecos en los bordes de sus vestiduras y que
39
pongan un cordón azul en cada fleco del borde. Los flecos servirán para que al
verlos os acordéis de todos los mandamientos de Jehovah, a fin de ponerlos por
obra, y para que no vayáis en pos de vuestro propio corazón y de vuestros propios
40
ojos, tras los cuales os habéis prostituido. Será para que os acordéis y cumpláis
41
todos mis mandamientos, a fin de que seáis santos para vuestro Dios. Yo,
Jehovah, vuestro Dios, que os saqué de la tierra de Egipto para ser vuestro Dios.
Yo, Jehovah, vuestro Dios.”
Capítulo 16
1
Coré hijo de Izjar, hijo de Cohat, hijo de Leví; Datán y Abiram, hijos de Eliab,
2
y On hijo de Pelet, hijos de Rubén, tomaron gente y se levantaron contra Moisés,
junto con 250 hombres de los hijos de Israel, dirigentes de la congregación,
3
nombrados de la asamblea y hombres de renombre. Ellos se juntaron contra
Moisés y contra Aarón, y les dijeron: — ¡Basta ya de vosotros! Porque toda la
congregación, todos ellos son santos, y Jehovah está en medio de ellos. ¿Por qué,
4
pues, os enaltecéis vosotros sobre la asamblea de Jehovah? Cuando Moisés lo
5
oyó, se postró sobre su rostro, y habló a Coré y a todo su grupo, diciendo: —
Jehovah dará a conocer mañana por la mañana a los que son suyos. A quien sea
santo lo hará que se acerque a él, y a quien escoja lo hará que se acerque a él.
6
7
Haced esto, Coré y todo tu grupo: Tomad incensarios. Mañana poned fuego en
ellos, y poned en ellos incienso delante de Jehovah. El hombre a quien Jehovah
8
escoja, aquél será santo. ¡Basta ya de vosotros, oh hijos de Leví! Moisés también
9
dijo a Coré: — Escuchad, por favor, hijos de Leví: ¿Os parece poca cosa que el
Dios de Israel os haya apartado de la congregación de Israel y os haya acercado a
sí mismo para realizar el servicio del tabernáculo de Jehovah y para estar delante de
10
la congregación a fin de servirles? El te ha traído a su lado, y contigo a todos tus
11
hermanos, los hijos de Leví. ¿Y procuráis también el sacerdocio? Por tanto,
contra Jehovah os habéis juntado tú y todo tu grupo, pues ¿quién es Aarón, para
que murmuréis contra él?
12
Entonces Moisés mandó llamar a Datán y a Abiram, hijos de Eliab, pero ellos
13
respondieron: — ¡No iremos! ¿Te parece poca cosa que nos hayas hecho venir
de una tierra que fluye leche y miel a fin de hacernos morir en el desierto, para que
14
también insistas en enseñorearte sobre nosotros? Tampoco nos has traído a una
tierra que fluye leche y miel, ni nos has dado heredades de campos y viñas. ¿Vas a
15
sacar los ojos a estos hombres? ¡No iremos! Entonces Moisés se enojó
muchísimo y dijo a Jehovah: — ¡No aceptes su ofrenda! Ni siquiera un asno he
16
tomado de ellos, ni a ninguno de ellos he hecho daño. Después Moisés dijo a
Coré: — Presentaos mañana tú y todo tu grupo delante de Jehovah; tú, ellos y
17
Aarón. Tomad cada uno su incensario y poned en ellos incienso. Y acercaos
delante de Jehovah, cada uno con su incensario, 250 incensarios; también tú y
18
Aarón, cada uno con su incensario. Tomaron cada uno su incensario, pusieron en
ellos fuego, echaron en ellos incienso, y se pusieron de pie con Moisés y Aarón a la
19
entrada del tabernáculo de reunión. Coré ya había reunido contra ellos a toda la
congregación a la entrada del tabernáculo de reunión. Entonces la gloria de Jehovah
20
apareció a toda la congregación. Y Jehovah habló a Moisés y a Aarón diciendo:
21
— Apartaos de en medio de esta congregación, pues voy a consumirlos en un
22
instante. Ellos se postraron sobre sus rostros y dijeron: — Oh Dios, Dios de los
espíritus de todo ser humano: Cuando un solo hombre peca, ¿te has de enfurecer
contra toda la congregación?
23
24
Entonces Jehovah habló a Moisés y le dijo: — Habla a la congregación
diciendo: “Apartaos de los alrededores de las moradas de Coré, Datán y Abiram.”
25
Moisés se levantó y fue a donde estaban Datán y Abiram. Y los ancianos de
26
Israel fueron tras él. Luego habló a la congregación diciendo: — ¡Apartaos, por
favor, de las tiendas de estos hombres impíos! No toquéis ninguna cosa suya, no sea
27
que perezcáis con todos sus pecados. Se apartaron, pues, de alrededor de las
moradas de Coré, Datán y Abiram. Entonces Datán y Abiram salieron y se pusieron
de pie a la entrada de sus tiendas, junto con sus mujeres, sus hijos y sus niños
28
pequeños. Y Moisés dijo: — En esto conoceréis que Jehovah me ha enviado para
29
que haga todas estas cosas, y que no las hice por mi propia voluntad: Si éstos
mueren como mueren todos los hombres, o si les acontece sólo la misma suerte de
30
todos los hombres, entonces Jehovah no me ha enviado. Pero si Jehovah hace
algo nuevo y la tierra abre su boca y se los traga, junto con todo lo que les
pertenece, y descienden vivos al Seol, entonces conoceréis que estos hombres
31
han menospreciado a Jehovah. Aconteció que al acabar él de hablar todas estas
32
palabras, se rompió la tierra que estaba debajo de ellos. La tierra abrió su boca y
se los tragó a ellos, a sus familias y a todos los hombres que eran de Coré, junto con
33
todos sus bienes. Ellos con todo lo que tenían descendieron vivos al Seol. La
34
tierra los cubrió, y perecieron en medio de la asamblea. Y todo Israel, los que
estaban a su alrededor, huyeron al grito de ellos, porque decían: “¡No sea que la
tierra nos trague a nosotros también!”
35
Después salió fuego de parte de Jehovah y consumió a los 250 hombres que
36
37
ofrecían el incienso. Entonces Jehovah habló a Moisés diciendo: “ Di a Eleazar,
hijo del sacerdote Aarón, que tome los incensarios de en medio del incendio y que
38
esparza las brasas a distancia; porque están santificados. En lo que respecta a los
incensarios de estos que pecaron a costa de sus vidas, de ellos se harán láminas
para cubrir el altar. Por cuanto han sido presentados delante de Jehovah, están
39
santificados; y servirán de advertencia a los hijos de Israel.” Entonces el sacerdote
Eleazar tomó los incensarios de bronce que habían presentado los que fueron
40
quemados. Y los hicieron láminas para cubrir el altar, como memorial para los
hijos de Israel, de que ningún extraño, que no sea de la descendencia de Aarón, ha
de acercarse para ofrecer incienso delante de Jehovah. No les suceda como a Coré
y a su grupo, conforme a lo que había dicho Jehovah por medio de Moisés.
41
Al día siguiente toda la congregación de los hijos de Israel murmuró contra
42
Moisés y Aarón, diciendo: — ¡Vosotros habéis matado al pueblo de Jehovah! Y
aconteció que cuando se juntó la congregación contra Moisés y contra Aarón,
miraron hacia el tabernáculo de reunión, y he aquí que la nube lo había cubierto, y se
43
manifestó la gloria de Jehovah. Entonces Moisés y Aarón fueron al frente del
44
45
tabernáculo de reunión, y Jehovah habló a Moisés diciendo: — ¡Apartaos de en
medio de esta congregación, porque voy a consumirlos en un momento! Ellos se
46
postraron sobre sus rostros, y Moisés dijo a Aarón: — Toma el incensario, pon
fuego del altar en él y pon incienso en él; vé rápidamente hacia la congregación y haz
expiación por ellos. Porque se ha encendido la ira de Jehovah, y la mortandad ha
47
comenzado. Entonces Aarón tomó el incensario, como le había dicho Moisés, y
corrió al medio de la asamblea. Y he aquí que la mortandad ya había comenzado
48
entre el pueblo. El puso incienso e hizo expiación por el pueblo, y se puso de pie
49
entre los muertos y los vivos. Así cesó la mortandad. Los que murieron a causa de
la mortandad fueron 14.700, además de los que murieron por causa de Coré.
50
Después, cuando la mortandad había sido detenida, Aarón volvió a donde estaba
Moisés, a la entrada del tabernáculo de reunión.
Capítulo 17
1
2
Entonces Jehovah habló a Moisés diciendo: “ Habla a los hijos de Israel y
toma doce varas, una vara por cada casa paterna, de todos sus dirigentes de casas
3
paternas. Escribe el nombre de cada uno en su vara, y en la vara que corresponde
a Leví escribe el nombre de Aarón; pues habrá una vara para cada jefe de su casa
4
paterna. Pondrás estas varas en el tabernáculo de reunión, delante del testimonio,
5
donde yo me encontraré con vosotros. Y sucederá que florecerá la vara del
hombre que yo escoja. Así quitaré de sobre mí las quejas de los hijos de Israel con
6
que murmuran contra vosotros.” Moisés habló a los hijos de Israel, y todos sus
dirigentes le dieron varas, una vara por cada dirigente de cada casa paterna, doce
7
varas en total. Y la vara de Aarón estaba entre sus varas. Luego Moisés puso las
varas delante de Jehovah en el tabernáculo de reunión.
8
Y sucedió que al día siguiente Moisés entró en el tabernáculo de reunión y vio
que la vara de Aarón, de la casa de Leví, había brotado, echado botones, dado
9
flores y producido almendras maduras. Entonces Moisés llevó de delante de
Jehovah todas las varas a los hijos de Israel. Ellos las vieron y tomaron cada uno su
10
vara. Entonces Jehovah dijo a Moisés: “Vuelve a poner la vara de Aarón delante
del testimonio, para que sea guardada como señal para los rebeldes. Así harás cesar
11
sus quejas contra mí, para que ellos no mueran.” Moisés hizo como le mandó
12
Jehovah; así lo hizo. Entonces los hijos de Israel hablaron a Moisés diciendo: “¡He
aquí que perecemos! ¡Estamos perdidos! ¡Todos nosotros estamos perdidos!
13
Cualquiera que se acerque al tabernáculo de Jehovah, morirá. ¿Acabaremos
pereciendo todos?”
Capítulo 18
1
Jehovah dijo a Aarón: “Tú, tus hijos y tu casa paterna contigo cargaréis con las
ofensas contra el santuario. Y tú y tus hijos contigo cargaréis con las ofensas contra
2
vuestro sacerdocio. Haz también que se acerquen a ti tus hermanos, la tribu de
Leví, la tribu de tu padre. Ellos te acompañarán y te servirán, mientras tú y tus hijos
3
contigo serviréis delante del tabernáculo del testimonio. Ellos cumplirán lo que tú
ordenes y lo que ha sido ordenado con respecto a todo el tabernáculo, pero no se
acercarán a los utensilios del santuario ni al altar, para que no mueran ellos y
4
vosotros. Ellos te acompañarán y tendrán el cuidado del tabernáculo de reunión
en todo el servicio del tabernáculo. Ningún extraño se ha de acercar a vosotros.
5“
Vosotros tendréis el cuidado del santuario y el cuidado del altar, para que no haya
6
más ira contra los hijos de Israel. He aquí, yo he tomado a vuestros hermanos, los
levitas, de entre los hijos de Israel, y os los he dado como un donativo; son dados a
7
Jehovah, para llevar a cabo el servicio del tabernáculo de reunión. Pero tú y tus
hijos contigo cumpliréis con vuestro sacerdocio en todo asunto relacionado con el
altar, y serviréis del velo adentro. Yo os entrego vuestro sacerdocio como servicio y
obsequio, pero el extraño que se acerque será muerto.”
8
Jehovah dijo además a Aarón: “He aquí, yo te he dado el cuidado de mis
ofrendas alzadas. Todas las cosas que los hijos de Israel consagran te las he dado a
9
ti como porción, y a tus hijos como provisión perpetua. “ Esto te corresponderá de
las cosas más sagradas reservadas del fuego. Toda ofrenda suya: cada ofrenda
vegetal, cada sacrificio por el pecado o cada sacrificio por la culpa, que ellos me han
10
de presentar, será cosa muy sagrada para ti y para tus hijos. La comerás como
cosa muy sagrada. Todo varón podrá comer de ella; será para ti algo sagrado.
11 “
Esto también será para ti: la ofrenda alzada de los donativos y todas las ofrendas
mecidas de los hijos de Israel las he dado a ti, a tus hijos y a tus hijas contigo, como
provisión perpetua. Todo el que esté puro en tu casa, podrá comer de ellas.
12 “
También será para ti lo mejor del aceite nuevo, lo mejor del vino nuevo y del
13
grano, y las primicias que sean presentadas a Jehovah. Las primicias de todos los
productos de su tierra, las cuales ellos traerán a Jehovah, serán para ti. Todo el que
14
esté puro en tu casa, podrá comer de ellas. “ Todo lo que en Israel es dedicado
15
por completo será para ti. “ Todo el que abre la matriz de todo ser, ya sea de
hombre o de animal, que se ofrece a Jehovah, será para ti. Pero sin falta rescatarás
16
al primogénito del hombre; también rescatarás el primerizo del animal inmundo. En
cuanto al rescate, efectuarás el rescate de ellos al mes de nacidos, mediante el
precio de 5 siclos de plata, según el siclo del santuario, el cual tiene 20 geras.
17
Pero no rescatarás el primerizo de la vaca, el primerizo de la oveja o el primerizo
de la cabra, pues están consagrados. Rociarás su sangre sobre el altar, y quemarás
18
su sebo como ofrenda quemada de grato olor a Jehovah. Su carne será para ti, así
19
como el pecho de la ofrenda mecida y el muslo derecho serán para ti. “ Todas las
ofrendas alzadas de las cosas sagradas que los hijos de Israel presenten a Jehovah,
las he dado para ti, para tus hijos y para tus hijas contigo, como provisión perpetua.
Constituye un perpetuo pacto de sal delante de Jehovah, para ti y para tus
descendientes contigo.”
20
Jehovah dijo también a Aarón: “No recibirás heredad en su tierra, ni parte
21
entre ellos. Yo soy tu parte y tu heredad en medio de los hijos de Israel.” “ He
aquí, he dado a los hijos de Leví todos los diezmos de Israel, como heredad, a
22
cambio del servicio que llevan a cabo en el tabernáculo de reunión. De aquí en
adelante, los hijos de Israel no se acercarán al tabernáculo de reunión, para que no
23
carguen con el pecado y mueran. Sólo los levitas llevarán a cabo el servicio del
tabernáculo de reunión y cargarán con las ofensas de ellos. Este es un estatuto
perpetuo, a través de vuestras generaciones. “Ellos no poseerán heredad entre los
24
hijos de Israel, porque he dado a los levitas por heredad los diezmos, lo que los
hijos de Israel presenten a Jehovah como ofrenda alzada. Por eso les he dicho: ‘No
25
recibirán heredad entre los hijos de Israel.’” Jehovah también habló a Moisés
26
diciendo: “ Habla a los levitas y diles: ‘Cuando toméis de los hijos de Israel los
diezmos que os he dado de ellos como vuestra heredad, vosotros presentaréis,
27
como ofrenda alzada a Jehovah, el diezmo del diezmo. Y vuestra ofrenda alzada
28
será considerada como el grano de la era o como el producto del lagar. Así
también vosotros presentaréis a Jehovah una ofrenda alzada de todos vuestros
diezmos que hayáis recibido de los hijos de Israel. Daréis de ello la ofrenda alzada
29
de Jehovah al sacerdote Aarón. De todos los obsequios que recibáis, presentaréis
cada ofrenda alzada a Jehovah; de todo lo mejor de ellos ofreceréis la porción que
30
ha de ser consagrada.’ “ Además les dirás: ‘Después de haber presentado lo
mejor de ellos como ofrenda alzada, el diezmo les será contado a los levitas como el
31
fruto de la era o como el fruto del lagar. Lo podréis comer en cualquier lugar,
vosotros y vuestras familias, pues es vuestra remuneración por vuestro trabajo en el
32
tabernáculo de reunión. Y después de que hayáis presentado lo mejor de ello
como ofrenda alzada, no cargaréis por ello pecado. Así no profanaréis las cosas
consagradas por los hijos de Israel, y no moriréis.’”
Capítulo 19
1
2
Entonces Jehovah habló a Moisés y a Aarón, diciendo que éste es el estatuto
de la ley que Jehovah ha mandado diciendo: “Di a los hijos de Israel que te traigan
una vaca roja, sin defecto, en la cual no haya mancha y sobre la cual nunca haya
3
sido puesto yugo. La daréis al sacerdote Eleazar, y él la sacará fuera del
4
campamento y la hará degollar en su presencia. “ El sacerdote Eleazar tomará con
su dedo parte de la sangre, y rociará siete veces hacia la parte frontal del
5
tabernáculo de reunión. Después hará que quemen la vaca en su presencia.
6
Hará quemar su piel, su carne y su sangre junto con su estiércol. Luego el
sacerdote tomará madera de cedro, hisopo y lana carmesí, y los echará en el fuego
7
en que arde la vaca. “ Luego el sacerdote lavará sus vestiduras y lavará su cuerpo
con agua. Después entrará en el campamento, aunque quedará impuro hasta el
8
anochecer. Asimismo, el que quemó la vaca lavará su ropa con agua y lavará su
9
cuerpo con agua, y quedará impuro hasta el anochecer. “ Después un hombre que
esté puro recogerá las cenizas de la vaca y las pondrá fuera del campamento, en un
lugar limpio. Y la congregación de los hijos de Israel las guardará; serán para el agua
10
para la purificación de la impureza. También el que recoja las cenizas de la vaca
lavará su ropa, y quedará impuro hasta el anochecer. Esto será un estatuto perpetuo
para los hijos de Israel y para el extranjero que resida entre ellos.
11 “
El que toque el cadáver de cualquier persona quedará impuro durante siete
días. El deberá purificarse con aquella agua en el tercer día y en el séptimo día y
quedará puro. Si no se purifica en el tercer día y en el séptimo día, no quedará puro.
13
Todo el que toque un cadáver, el cuerpo de alguien que ha muerto, y que no se
purifica, contaminará el tabernáculo de Jehovah. Esa persona será excluida de Israel,
por cuanto el agua para la impureza no fue rociada sobre él. Aún queda impuro, y su
14
impureza permanece sobre él. “ Estas son las instrucciones para cuando alguno
muera en una tienda: Todo el que entre en la tienda, y todo el que se encuentre en
15
ella, quedará impuro durante siete días. Toda vasija abierta que no tenga tapa
16
ajustada será inmunda. “ Cualquiera que en campo abierto toque a quien haya sido
muerto a espada, o un cadáver, o algún hueso humano, o alguna tumba, quedará
17
impuro durante siete días. Para el que esté impuro, tomarán parte de la ceniza de
la vaca quemada por el pecado y sobre ella echarán agua fresca en una vasija.
18
Una persona que esté pura tomará hisopo y lo mojará en el agua. Luego rociará la
tienda, todos los utensilios, a las personas presentes, y al que tocó un hueso o a uno
19
que ha sido matado o un cadáver o una tumba. El que esté puro rociará sobre el
impuro en el tercero y en el séptimo día. Después de purificarlo en el séptimo día,
20
éste lavará su ropa y lavará su cuerpo con agua; y al anochecer será puro. “ El
hombre que estando impuro no se purifica, esa persona será excluida de la
congregación, porque ha contaminado el santuario de Jehovah. Si no ha sido rociada
21
sobre él el agua para la impureza, queda impuro. Esto será para vosotros un
estatuto perpetuo. “También el que rocíe el agua para la impureza lavará su ropa, y
22
el que toque el agua para la impureza quedará impuro hasta el anochecer. Todo lo
que el impuro toque será inmundo. Y la persona que lo toque quedará impura hasta
el anochecer.”
12
Capítulo 20
1
Toda la congregación de los hijos de Israel llegó al desierto de Zin, en el mes
primero, y el pueblo acampó en Cades. Allí murió María, y allí fue sepultada.
2
Como no había agua para la congregación, se reunieron contra Moisés y Aarón.
3
El pueblo contendía contra Moisés diciendo: — ¡Ojalá nos hubiésemos muerto
4
cuando perecieron nuestros hermanos delante de Jehovah! ¿Por qué has traído la
congregación de Jehovah a este desierto, para que muramos aquí nosotros y nuestro
5
ganado? ¿Por qué nos has hecho subir de Egipto para traernos a este lugar tan
malo? Este no es un lugar de sembrados, ni de higueras, ni de viñas, ni de granados.
6
¡Ni siquiera hay agua para beber! Moisés y Aarón se fueron de delante de la
congregación hasta la entrada del tabernáculo de reunión, y se postraron sobre sus
7
rostros. Entonces se les apareció la gloria de Jehovah. Y habló Jehovah a Moisés
8
diciendo: — Toma la vara, y tú y Aarón tu hermano reunid a la congregación y
hablad a la roca ante los ojos de ellos. Ella dará agua. Sacarás agua de la roca para
9
ellos, y darás de beber a la congregación y a su ganado. Moisés tomó la vara de
10
delante de Jehovah, como él le había mandado. Luego Moisés y Aarón reunieron
a la congregación delante de la roca, y él les dijo: — ¡Escuchad, rebeldes!
11
¿Sacaremos para vosotros agua de esta roca? Entonces Moisés levantó su mano
y golpeó la roca con su vara dos veces. Y salió agua abundante, de modo que
12
bebieron la congregación y su ganado. Luego Jehovah dijo a Moisés y a Aarón:
— Por cuanto no creísteis en mí, para tratarme como santo ante los ojos de los hijos
de Israel, por eso vosotros no introduciréis esta congregación en la tierra que les he
13
dado. Estas son las Aguas de Meriba, porque allí contendieron los hijos de Israel
contra Jehovah, y él manifestó su santidad entre ellos.
14
Moisés envió mensajeros desde Cades al rey de Edom. Y dijeron: — Así
dice tu hermano Israel: “Tú conoces todas las dificultades que nos han sobrevenido;
15
cómo nuestros padres fueron a Egipto, y habitamos allí mucho tiempo. Los
16
egipcios maltrataron tanto a nosotros como a nuestros padres. Pero cuando
clamamos a Jehovah, él escuchó nuestra voz, envió un ángel y nos sacó de Egipto. Y
he aquí nosotros estamos en Cades, ciudad que se encuentra en el extremo de tu
17
territorio. Permite que pasemos por tu tierra. No pasaremos por los campos ni
por las viñas; tampoco beberemos agua de los pozos. Iremos por el camino del Rey,
sin apartarnos ni a la derecha ni a la izquierda, hasta que hayamos pasado por tu
18
territorio.” Edom le respondió: — No pasarás por mi tierra; de otra manera
19
saldré contra ti con la espada. Los hijos de Israel le dijeron: — Iremos por el
camino principal. Si bebemos de tus aguas nosotros y nuestro ganado, pagaremos su
20
precio. Solamente déjanos pasar a pie, nada más. Pero él respondió: — No
pasarás. Y Edom salió contra Israel con mucha gente y con mano poderosa.
21
Como Edom rehusó dejar pasar a Israel por su territorio, Israel se alejó de ellos.
22
Los hijos de Israel, toda aquella congregación, partieron desde Cades y
23
llegaron al monte Hor. Jehovah habló a Moisés y a Aarón en el monte Hor, en la
24
frontera de la tierra de Edom, diciendo: “ Aarón será reunido con su pueblo, pues
no entrará en la tierra que he dado a los hijos de Israel, porque fuisteis rebeldes a mi
25
mandato en las aguas de Meriba. Toma a Aarón y a su hijo Eleazar, y haz que
26
suban al monte Hor. Quita a Aarón sus vestiduras, y viste con ellas a su hijo
27
Eleazar. Porque Aarón será reunido con su pueblo, y allí morirá.” Moisés hizo
como le había mandado Jehovah, y subieron al monte Hor ante la vista de toda la
28
congregación. Entonces Moisés quitó a Aarón sus vestiduras, y vistió con ellas a
su hijo Eleazar. Y Aarón murió allí, en la cumbre del monte. Luego Moisés y Eleazar
29
descendieron del monte. Y al ver toda la congregación que Aarón había muerto,
toda la casa de Israel hizo duelo por él durante 30 días.
Capítulo 21
1
Cuando el rey cananeo de Arad, que habitaba en el Néguev, oyó que Israel iba
por el camino de Atarim, combatió contra Israel y tomó prisioneros a algunos de ellos.
2
Entonces Israel hizo un voto a Jehovah diciendo: “Si de veras entregas a este pueblo
en mi mano, yo destruiré por completo sus ciudades.” 3 Jehovah escuchó la voz de
Israel y entregó a los cananeos en su mano. Luego Israel los destruyó por completo
juntamente con sus ciudades. Por eso fue llamado el nombre de aquel lugar Horma .
4
Partieron del monte Hor con dirección al mar Rojo, para rodear la tierra de
5
Edom. Pero el pueblo se impacientó por causa del camino, y habló el pueblo
contra Dios y contra Moisés, diciendo: — ¿Por qué nos has hecho subir de Egipto
para morir en el desierto? Porque no hay pan, ni hay agua, y nuestra alma está
6
hastiada de esta comida miserable. Entonces Jehovah envió entre el pueblo
serpientes ardientes, las cuales mordían al pueblo, y murió mucha gente de Israel.
7
Y el pueblo fue a Moisés diciendo: — Hemos pecado al haber hablado contra
Jehovah y contra ti. Ruega a Jehovah que quite de nosotros las serpientes. Y Moisés
8
oró por el pueblo. Entonces Jehovah dijo a Moisés: — Hazte una serpiente
ardiente y ponla sobre un asta. Y sucederá que cualquiera que sea mordido
9
y la mire, vivirá. Moisés hizo una serpiente de bronce y la puso sobre un asta. Y
sucedía que cuando alguna serpiente mordía a alguno, si éste miraba a la serpiente
de bronce, vivía.
10
11
Los hijos de Israel partieron y acamparon en Obot. Partieron de Obot y
acamparon en Iye-abarim, en el desierto que está frente a Moab, al oriente.
12
13
Partieron de allí y acamparon en el valle del Zered. Partieron de allí y
acamparon al otro lado del Arnón, en el desierto. El Arnón nace en el territorio de
los amorreos, pues marca la frontera de Moab, entre los moabitas y los amorreos.
14
Por eso se dice en el libro de las batallas de Jehovah: “A Zahab junto a Sufá, a los
15
arroyos del Arnón, y a la vertiente de los arroyos que se desvía al sitio de Ar y se
16
apoya en la frontera de Moab.” De allí fueron a Beer. Este es el pozo del cual
17
Jehovah dijo a Moisés: “Reúne al pueblo, y yo les daré agua.” Entonces Israel
18
cantó este cántico: “¡Brota, oh pozo! ¡Cantadle! Pozo que cavaron los jefes y
excavaron los nobles del pueblo con el cetro y con sus báculos.” Del desierto fueron
19
20
a Mataná, de Mataná a Najaliel y de Najaliel a Bamot. Y de Bamot, en el valle
que está en los campos de Moab, fueron a la cumbre del Pisga, que mira hacia
Jesimón.
21
22
Israel envió mensajeros a Sejón, rey de los amorreos, diciendo: “ Déjame
pasar por tu tierra. No nos desviaremos por los campos ni por las viñas. Tampoco
beberemos agua de los pozos. Iremos por el camino del Rey hasta que hayamos
23
pasado por tu territorio.” Pero Sejón no dejó pasar a Israel por su territorio. Más
bien, reunió a todo su pueblo, salió al desierto contra Israel, fue a Jahaz y combatió
24
contra Israel. Pero Israel los hirió a filo de espada y tomó posesión de su tierra
desde el Arnón hasta el Jaboc, hasta la frontera de los hijos de Amón, porque Jazer
25
era la frontera de los hijos de Amón. Israel tomó todas estas ciudades, y habitó en
26
todas las ciudades de los amorreos, en Hesbón y en todas sus aldeas. Porque
Hesbón era la sede de Sejón, rey de los amorreos, quien había estado en guerra con
el anterior rey de Moab y había tomado de su poder toda su tierra hasta el Arnón.
27
Por eso dicen los poetas: Venid a Hesbón, y sea reedificada. Sea reafirmada la
28
ciudad de Sejón. Porque fuego salió de Hesbón, y llama de la ciudad de Sejón;
29
consumió a Ar-moab y las alturas más prominentes del Arnón. ¡Ay de ti, oh
Moab! Has perecido, pueblo de Quemós. A sus hijos dejó ir fugitivos y a sus hijas
30
cautivas de Sejón, rey de los amorreos. Su descendencia ha perecido desde
Hesbón hasta Dibón. Los asolamos hasta Nófaj, que se extiende hasta Medeba.
31
32
Así Israel habitó en la tierra de los amorreos. Moisés envió gente para espiar
33
a Jazer, y tomaron sus aldeas echando a los amorreos que estaban allí. Después
se volvieron y subieron rumbo a Basán. Entonces Og, rey de Basán, salió al
34
encuentro de ellos con todo su pueblo, para combatir en Edrei. Y Jehovah dijo a
Moisés: “No le tengas miedo, porque en tu mano he entregado a él, a todo su
pueblo y su tierra. Tú harás con él como hiciste con Sejón, rey de los amorreos, que
35
habitaba en Hesbón.” Así los mataron a él, a sus hijos y a toda su gente, hasta no
dejarle ningún sobreviviente. Y tomaron posesión de su tierra.
Capítulo 22
1
Partieron los hijos de Israel y acamparon en las llanuras de Moab, al otro lado
2
del Jordán, frente a Jericó. Balac hijo de Zipor había visto todo lo que Israel había
3
hecho a los amorreos. Moab tuvo mucho temor del pueblo, porque era numeroso,
4
y se aterrorizó Moab ante los hijos de Israel. Y dijo Moab a los ancianos de
Madián: — ¡Ahora esta multitud lamerá todos nuestros contornos, como el buey
5
lame la hierba del campo! Balac hijo de Zipor era en aquel tiempo rey de Moab. Y
envió mensajeros a Balaam hijo de Beor, en Petor, junto al Río, en la tierra de los
hijos de su pueblo para llamarlo diciendo: “He aquí un pueblo ha salido de Egipto y
6
cubre la faz de la tierra, y ya está frente a mí. Ahora, por favor, ven y maldíceme a
este pueblo, porque es más fuerte que yo. Quizás yo pueda derrotarlo y echarlo de
la tierra. Porque yo sé que aquel a quien tú bendices es bendito, y aquel a quien
7
maldices es maldito.” Los ancianos de Moab y los ancianos de Madián fueron
llevando con ellos los honorarios del adivino. Llegaron a donde estaba Balaam y le
8
comunicaron las palabras de Balac. Y él les dijo: — Pasad aquí la noche, y yo os
daré respuesta según lo que me hable Jehovah. Así que los principales de Moab se
9
quedaron con Balaam. Entonces Dios vino a Balaam y le preguntó: — ¿Quiénes
10
son estos hombres que están contigo? Balaam respondió a Dios: — Balac hijo de
11
Zipor, rey de Moab, me ha mandado a decir: “ He aquí que un pueblo ha salido de
Egipto y cubre la faz de la tierra. Ahora, ven y maldícemelo; quizás así pueda yo
12
combatir contra él y echarlo.” Entonces Dios dijo a Balaam: — No vayas con
13
ellos ni maldigas al pueblo, porque es bendito. Balaam se levantó de mañana y
dijo a los principales de Balac: — Regresad a vuestra tierra, porque Jehovah ha
14
rehusado dejar que yo vaya con vosotros. Los principales de Moab partieron, y
cuando llegaron a donde estaba Balac, le dijeron: — Balaam rehusó venir con
nosotros.
15
Balac volvió a enviar otros principales, más numerosos y más distinguidos que
16
los anteriores. Llegaron a Balaam y le dijeron: — Así ha dicho Balac hijo de
17
Zipor: “Por favor, no dejes de venir a mí, porque ciertamente te honraré mucho y
18
haré todo lo que tú me digas. Por favor, ven y maldíceme a este pueblo.” Pero
Balaam respondió y dijo a los servidores de Balac: — Aunque Balac me diera su
casa llena de plata y de oro, yo no podría transgredir el mandato de Jehovah mi
19
Dios para hacer cosa alguna, pequeña ni grande. Ahora, por favor, permaneced
20
también vosotros aquí esta noche, y sabré qué más me dice Jehovah. Entonces
Dios vino a Balaam de noche y le dijo: — Si los hombres han venido a llamarte,
21
levántate y vé con ellos. Pero sólo harás lo que yo te diga. Entonces Balaam se
levantó muy de mañana, aparejó su asna y se fue con los principales de Moab.
22
Pero el furor de Dios se encendió cuando él iba, y el ángel de Jehovah se
presentó en el camino como un adversario suyo. Balaam iba montado sobre su asna,
23
acompañado de dos de sus criados. Y el asna vio al ángel de Jehovah, quien
estaba de pie en el camino con su espada desenvainada en la mano. El asna se
apartó del camino y se fue por un campo. Y Balaam azotó al asna para hacerla
24
volver al camino. Entonces el ángel de Jehovah se puso de pie en un sendero entre
25
las viñas, el cual tenía una cerca a un lado y otra cerca al otro lado. El asna vio al
ángel de Jehovah y se pegó contra la cerca, presionando la pierna de Balaam contra
26
la cerca. Y éste volvió a azotarla. El ángel de Jehovah pasó más adelante, y se
puso de pie en un lugar angosto, donde no había espacio para apartarse a la derecha
27
ni a la izquierda. El asna, al ver al ángel de Jehovah, se recostó debajo de Balaam.
28
Y éste se enojó y azotó al asna con un palo. Entonces Jehovah abrió la boca del
asna, y ésta dijo a Balaam: — ¿Qué te he hecho para que me hayas azotado estas
29
tres veces? Balaam respondió al asna: — ¡Porque te burlas de mí! ¡Ojalá tuviera
30
una espada en mi mano! ¡Ahora mismo te mataría! El asna dijo a Balaam: —
¿Acaso no soy yo tu asna? Sobre mí has montado desde que me tienes hasta el día
31
de hoy. ¿Acaso acostumbro hacer esto contigo? Y él respondió: — No. Entonces
Jehovah abrió los ojos a Balaam, y él vio al ángel de Jehovah de pie en el camino,
con su espada desenvainada en su mano. Balaam se inclinó y se postró sobre su
32
rostro, y el ángel de Jehovah le dijo: — ¿Por qué has azotado a tu asna estas tres
veces? He aquí, yo he salido como adversario, porque tu camino es perverso
33
delante de mí. El asna me ha visto y se ha apartado de mi presencia estas tres
veces. Si no se hubiera apartado de mí, yo te habría matado a ti, y a ella habría
34
dejado viva. Entonces Balaam dijo al ángel de Jehovah: — He pecado. Es que yo
no sabía que te habías puesto en el camino, contra mí. Pero ahora, si esto te
35
parece mal, yo me volveré. Y el ángel de Jehovah dijo a Balaam: — Vé con esos
hombres, pero hablarás sólo la palabra que yo te diga. Así Balaam fue con los
principales de Balac.
36
Y al oír Balac que venía Balaam, salió a su encuentro en una ciudad de Moab
37
que está junto a la frontera del Arnón, en el extremo del territorio. Entonces Balac
dijo a Balaam: — ¿Acaso no envié yo a llamarte con urgencia? ¿Por qué no viniste a
38
mí? ¿Acaso no puedo yo honrarte? Balaam respondió a Balac: — He aquí yo he
venido a ti; pero ahora, ¿podré hablar cosa alguna? ¡La palabra que Dios ponga en
39
mi boca, ésa hablaré! Entonces Balaam fue con Balac, y llegaron a Quiriat-juzot.
40
Luego Balac hizo matar toros y ovejas, y envió porciones a Balaam y a los
41
principales que estaban con él. Sucedió a la mañana siguiente que Balac tomó a
Balaam y lo hizo subir a Bamot-baal. Desde allí Balaam vio un extremo del
campamento.
Capítulo 23
1
Entonces Balaam dijo a Balac: — Edifícame aquí siete altares, y prepárame
2
siete toros y siete carneros. Balac hizo como le dijo Balaam, y ofrecieron Balac y
3
Balaam un toro y un carnero en cada altar. Luego dijo Balaam a Balac: —
Quédate de pie junto a tu holocausto, y yo me iré; quizás suceda que Jehovah me
venga al encuentro. Cualquier cosa que me muestre, te la avisaré. Y él se fue a un
4
cerro. Luego Dios vino al encuentro de Balaam, y éste le dijo: — Siete altares he
preparado, y en cada altar he ofrecido un toro y un carnero como holocausto.
5
Entonces Jehovah puso palabra en la boca de Balaam y le dijo: — Vuelve a donde
6
está Balac, y háblale así... Después volvió a Balac. Y he aquí que éste estaba de
7
pie junto a su holocausto, él y todos los principales de Moab. Entonces Balaam
pronunció su profecía y dijo: “Desde Siria me trajo Balac, rey de Moab, desde las
montañas del oriente. ‘Ven’, dijo; ‘maldíceme a Jacob. Ven; condena a Israel.’
8“
¿Cómo he de maldecir a quien Dios no maldice? ¿Y cómo he de condenar al que
9
Jehovah no condena? Porque desde la cumbre de las peñas lo veo; desde las
colinas lo diviso. He aquí un pueblo que ha de habitar solitario y que no ha de ser
10
contado entre las naciones. ¿Quién contará el polvo de Jacob? ¿Quién calculará la
polvareda de Israel? ¡Muera yo la muerte de los justos, y sea mi final como el suyo!”
11
Entonces Balac dijo a Balaam: — ¿Qué me has hecho? ¡Te he tomado para que
maldigas a mis enemigos, y he aquí tú los has colmado de bendiciones!
12
El respondió diciendo: — ¿Acaso no he de tener cuidado de hablar lo que
Jehovah ponga en mi boca?
13
Entonces Balac le dijo: — Por favor, ven conmigo a otro lugar desde el cual
lo puedas ver. Sólo verás un extremo de él; no lo verás todo. Maldícemelo desde
14
allí. Entonces lo llevó al campo de Zofim, en la cumbre del Pisga, y allí edificó
15
siete altares y ofreció en holocausto un toro y un carnero en cada altar. Y Balaam
dijo a Balac: — Ponte aquí junto a tu holocausto, y yo iré a encontrarme con él allá.
16
Entonces Jehovah vino al encuentro de Balaam y puso palabra en su boca,
17
diciéndole: — Vuelve a donde está Balac, y háblale así... Después volvió a Balac,
y he aquí que éste estaba de pie junto a su holocausto, y con él los principales de
18
Moab. Y Balac le preguntó: — ¿Qué ha dicho Jehovah? Entonces él pronunció su
profecía y dijo: “Balac, levántate y escucha; préstame atención, oh hijo de Zipor.
19
Dios no es hombre para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta. El
20
dijo, ¿y no lo hará? Habló, ¿y no lo cumplirá? He aquí, yo he recibido la orden de
21
bendecir. El ha bendecido, y no lo puedo revocar. “ El no ha notado iniquidad en
Jacob, ni ha visto maldad en Israel. Jehovah su Dios está con él; en medio de él hay
22
júbilo de rey. Dios, que lo ha sacado de Egipto, es para él como los cuernos de
23
un toro salvaje. No hay encantamiento contra Jacob, ni adivinación contra Israel.
24
Ahora se dirá de Jacob y de Israel: ‘¡Lo que Dios ha hecho!’ ¡He aquí un pueblo
que se levanta como leona, que se yergue como león! No se echará hasta que coma
25
la presa y beba la sangre de los que ha matado.” Entonces Balac dijo a Balaam:
26
— Ya que no lo maldices, ¡por lo menos no lo bendigas! Luego Balaam
respondió y dijo a Balac: — ¿No te he dicho que todo lo que Jehovah diga, eso he
27
de hacer? Y Balac dijo a Balaam: — Por favor, ven; te llevaré a otro lugar.
28
Quizás parezca bien a Dios que me los maldigas desde allí. Balac llevó a Balaam a
29
la cumbre de Peor que mira hacia Jesimón. Entonces Balaam dijo a Balac: —
30
Edifícame aquí siete altares, y prepárame aquí siete toros y siete carneros. Balac
hizo como le dijo Balaam, y ofreció un toro y un carnero en cada altar.
Capítulo 24
1
Cuando Balaam vio que a Jehovah le parecía bien que bendijese a Israel, no
fue como las otras veces en busca de encantamientos, sino que afirmó su rostro
2
hacia el desierto. Balaam alzó sus ojos y vio a Israel acampado según sus tribus, y
3
el Espíritu de Dios vino sobre él. Entonces pronunció su profecía y dijo:
4
“Dice Balaam hijo de Beor, dice el hombre cuyo ojo es perfecto; dice el que
escucha los dichos de Dios, el que ve visión del Todopoderoso, caído, pero con los
5
ojos abiertos: “ ¡Cuán hermosas son tus tiendas, oh Jacob; tus moradas, oh Israel!
6
Se extienden como vegas, como huertos junto al río, como áloes plantados por
7
Jehovah, como cedros junto a las aguas. El agua correrá de sus baldes; su simiente
tendrá agua en abundancia. Su rey será más grande que Agag; su reino será
8
enaltecido. “ Dios que lo ha sacado de Egipto es para él como los cuernos de un
toro salvaje. Devorará a las naciones enemigas; desmenuzará sus huesos y las
9
destrozará con sus flechas. Se agacha y se echa cual león; y como leona, ¿quién lo
despertará? ¡Benditos sean los que te bendigan, y malditos los que te maldigan!”
10
Entonces se encendió el furor de Balac contra Balaam, y dando palmadas
Balac dijo a Balaam: — ¡Yo te he llamado para que maldigas a mis enemigos, y he
11
aquí tú los has colmado de bendiciones estas tres veces! ¡Ahora lárgate a tu lugar!
Yo dije que te llenaría de honores, pero he aquí Jehovah te ha privado de honores.
12
Y Balaam respondió a Balac: — ¿Acaso no hablé yo a tus mensajeros que me
13
enviaste, diciendo: “ Aunque Balac me diera su casa llena de plata y de oro, yo no
podría transgredir el mandato de Jehovah, para hacer cosa alguna, buena ni mala,
14
por mi propia voluntad, y que sólo lo que Jehovah dijera, eso diría yo”? Ahora, he
aquí me voy a mi pueblo. Por tanto, ven, te advertiré lo que este pueblo ha de hacer
a tu pueblo en los últimos días.
15
Entonces pronunció su profecía y dijo: “Dice Balaam hijo de Beor, dice el
16
hombre cuyo ojo es perfecto; dice el que escucha los dichos de Dios, el que tiene
el conocimiento del Altísimo; el que ve visión del Todopoderoso, caído, pero con
17
los ojos abiertos: “ Yo lo veré, pero no ahora; lo contemplaré, pero no de cerca:
Una estrella saldrá de Jacob, se levantará un cetro de Israel. Aplastará las sienes de
18
Moab y los cráneos de todos los hijos de Set. También Edom será conquistada;
19
Seír será conquistada por sus enemigos. Pero Israel hará proezas; uno de Jacob
20
dominará y destruirá a los sobrevivientes de la ciudad.” Al ver a Amalec,
pronunció su profecía y dijo: “Amalec fue la primera de las naciones, pero su final
21
será destrucción.” Al ver a los queneos, pronunció su profecía y dijo: “Firme es tu
22
habitación, y pones en la peña tu nido. Pero los queneos serán destruidos. ¿Para
23
cuándo Asiria te tomará cautivo?” Luego pronunció su profecía y dijo: “¡Ay!
24
¿Quién vivirá cuando Dios haga esto? Saldrán naves de la costa de Quitim, que
humillarán a Asiria, y humillarán a Heber; pero también él vendrá a destrucción.”
25
Entonces Balaam se levantó y se fue de regreso a su tierra. También Balac se fue
por su camino.
Capítulo 25
1
Israel acampó en Sitim, y el pueblo empezó a prostituirse con las mujeres de
2
Moab, las cuales invitaron al pueblo a los sacrificios de sus dioses, y éste comió y
3
se postró ante sus dioses. Israel se adhirió al Baal de Peor, y el furor de Jehovah se
4
encendió contra Israel. Jehovah dijo a Moisés: “Toma a todos los jefes del pueblo
y ahórcalos a la luz del sol, delante de Jehovah. Así se apartará de Israel el furor de
5
la ira de Jehovah.” Entonces Moisés dijo a los jueces de Israel: “Cada uno mate a
los hombres suyos que se han adherido al Baal de Peor.”
6
He aquí que un hombre de los hijos de Israel vino trayendo una mujer
madianita ante sus hermanos, a la vista de Moisés y de toda la congregación de los
7
hijos de Israel, mientras ellos lloraban a la entrada del tabernáculo de reunión. Al
verlo Fineas hijo de Eleazar, hijo del sacerdote Aarón, se levantó de en medio de la
8
congregación, tomó una lanza en su mano y fue tras el israelita a la tienda. Y
atravesó a ambos con su lanza, al israelita y a la mujer, por su vientre. Así cesó la
9
mortandad entre los hijos de Israel. Los que murieron en la mortandad fueron
10
11
24.000. Entonces Jehovah habló a Moisés diciendo: “ Fineas hijo de Eleazar,
hijo del sacerdote Aarón, ha hecho que mi furor se aparte de los hijos de Israel,
manifestando entre ellos mi celo. Por eso yo no he consumido en mi celo a los hijos
12
13
de Israel. Por tanto digo: ‘Yo le concedo mi pacto de paz. El y su descendencia
después de él tendrán un pacto de sacerdocio perpetuo, porque tuvo celo por su
14
Dios e hizo expiación por los hijos de Israel.’” El nombre del israelita que fue
muerto con la madianita era Zimri hijo de Salú, dirigente de una casa paterna de
15
Simeón. El nombre de la mujer madianita muerta era Cozbi hija de Zur, el cual era
jefe de la gente de una casa paterna de Madián.
16
17
Entonces Jehovah habló a Moisés diciendo: “ Hostilizaréis a los madianitas y
18
los mataréis, porque con sus ardides os hostilizaron y os engañaron en el asunto
de Peor y en el de Cozbi, hermana de ellos, hija de un príncipe de Madián, la cual
fue muerta el día de la mortandad a causa del asunto de Peor.”
Capítulo 26
1
Aconteció después de la mortandad que Jehovah habló a Moisés y a Eleazar,
2
hijo del sacerdote Aarón, diciendo: “ Haced un censo de toda la congregación de
los hijos de Israel, de 20 años para arriba, según sus casas paternas, de todos los
3
que en Israel puedan ir a la guerra.” Moisés y el sacerdote Eleazar les hablaron en
4
las llanuras de Moab, junto al Jordán, frente a Jericó, diciendo: “ Contad al pueblo
de 20 años para arriba, como Jehovah ha mandado a Moisés.” Los hijos de Israel
que habían salido de la tierra de Egipto fueron:
5
Rubén, primogénito de Israel. Los hijos de Rubén fueron: de Enoc, el clan de
6
los enoquitas; de Falú, el clan de los faluitas; de Hesrón, el clan de los hesronitas;
7
de Carmi, el clan de los carmitas. Estos son los clanes de los rubenitas. Los
8
9
contados de ellos fueron 43.730. Hijo de Falú fue Eliab, y los hijos de Eliab
fueron: Nemuel, Datán y Abiram. Estos, Datán y Abiram, eran los nombrados de la
congregación que contendieron contra Moisés y Aarón, con el grupo de Coré,
10
cuando contendieron contra Jehovah; y la tierra abrió su boca y se los tragó a
ellos y a Coré. Y los de aquel grupo murieron cuando el fuego consumió a 250
11
hombres, los cuales sirvieron de escarmiento, aunque los hijos de Coré no
12
murieron. Los hijos de Simeón según sus clanes fueron: de Nemuel, el clan de los
nemuelitas; de Jamín, el clan de los jaminitas; de Jaquín, el clan de los jaquinitas;
13
14
de Zéraj, el clan de los zerajitas; de Saúl, el clan de los saulitas. Estos son los
15
clanes de los simeonitas: 22.200. Los hijos de Gad según sus clanes fueron: de
Zefón, el clan de los zefonitas; de Hagui, el clan de los haguitas; de Suni, el clan de
16
17
los sunitas; de Ozni, el clan de los oznitas; de Eri, el clan de los eritas; de Arod,
18
el clan de los aroditas; de Areli, el clan de los arelitas. Estos son los clanes de los
19
hijos de Gad, según los que fueron contados de ellos: 40.500. Los hijos de Judá
20
fueron Er y Onán. Pero Er y Onán murieron en la tierra de Canaán. Los hijos de
Judá según sus clanes fueron: de Sela, el clan de los selanitas; de Fares, el clan de
21
los faresitas; de Zéraj, el clan de los zerajitas. Los hijos de Fares fueron: de
22
Hesrón, el clan de los hesronitas; de Hamul, el clan de los hamulitas. Estos son los
23
clanes de Judá, según los que fueron contados de ellos: 76.500. Los hijos de
Isacar según sus clanes fueron: de Tola, el clan de los tolaítas; de Fúa, el clan de los
24
fuaítas; de Jasub, el clan de los jasubitas; de Simrón, el clan de los simronitas.
25
Estos son los clanes de Isacar, según los que fueron contados de ellos: 64.300.
26
Los hijos de Zabulón según sus clanes fueron: de Sered, el clan de los
27
sereditas; de Elón, el clan de los elonitas; de Yajleel, el clan de los yajlelitas. Estos
son los clanes de los zabulonitas, según los que fueron contados de ellos: 60.500.
28
29
Los hijos de José según los clanes de Manasés y de Efraín: Los hijos de
Manasés fueron: de Maquir, el clan de los maquiritas. Maquir engendró a Galaad, y
30
de Galaad es el clan de los galaditas. Estos fueron los hijos de Galaad: de Jezer, el
31
clan de los jezeritas; de Helec, el clan de los helequitas; de Azriel, el clan de los
32
azrielitas; de Siquem, el clan de los siquemitas; de Semida, el clan de los
33
semidaítas; de Hefer, el clan de los heferitas. Zelofejad hijo de Hefer no tuvo hijos
sino sólo hijas. Los nombres de las hijas de Zelofejad fueron Majla, Noa, Hogla,
34
Milca y Tirsa. Estos son los clanes de Manasés, y los contados de ellos fueron
35
52.700. Y éstos fueron los hijos de Efraín según sus clanes: de Sutélaj, el clan de
los sutelajitas; de Bequer, el clan de los bequeritas; de Taján, el clan de los tajanitas.
36
37
Estos fueron los hijos de Sutélaj: de Herán, el clan de los heranitas. Estos son
los clanes de los hijos de Efraín, según los que fueron contados de ellos: 32.500.
38
Estos son los hijos de José según sus clanes. Los hijos de Benjamín según sus
clanes fueron: de Bela, el clan de los belaítas; de Asbel, el clan de los asbelitas; de
39
Ajiram, el clan de los ajiramitas; de Sufam, el clan de los sufamitas; de Hufam, el
40
clan de los hufamitas. Los hijos de Bela fueron Ard y Naamán. De Ard fue el clan
41
de los arditas; y de Naamán, el clan de los namanitas. Estos son los hijos de
42
Benjamín según sus clanes, y los contados de ellos eran 45.600. Estos fueron los
hijos de Dan según sus clanes: de Sujam, el clan de los sujamitas. Estos fueron los
43
clanes de Dan según sus clanes: Todos los clanes de los sujamitas, según los que
44
fueron contados de ellos: 64.400. Los hijos de Aser según sus clanes fueron: de
Imna, el clan de los imnaítas; de Isvi, el clan de los isvitas; de Bería, el clan de los
45
beriaítas. Los hijos de Bería fueron: de Heber, el clan de los heberitas; de
46
Malquiel, el clan de los malquielitas. El nombre de la hija de Aser fue Séraj.
47
Estos son los clanes de los hijos de Aser, según los que fueron contados de ellos:
48
53.400. Los hijos de Neftalí según sus clanes fueron: de Yajzeel, el clan de los
49
yajzelitas; de Guni, el clan de los gunitas; de Jeser, el clan de los jeseritas; de
50
Silem, el clan de los silemitas. Estos son los clanes de Neftalí según sus clanes, y
51
los contados de ellos eran 45.400. Estos fueron los contados de los hijos de
Israel: 601.730.
52
53
Jehovah habló a Moisés diciendo: “ Entre éstos será repartida la tierra como
54
heredad, según la lista de los nombres. Al más numeroso darás más heredad y al
menos numeroso darás menos heredad. A todos se les dará su herencia, a cada
55
uno según el número de los contados. Pero la tierra será repartida por sorteo, y
56
recibirán heredad según los nombres de las tribus de sus padres. Conforme al
sorteo será repartida su heredad entre el más numeroso y el menos numeroso.”
57
Estos fueron los contados de los levitas, según sus clanes: de Gersón, el clan
de los gersonitas; de Cohat, el clan de los cohatitas; de Merari, el clan de los
58
meraritas. Estos son los clanes de Leví: el clan de los libnitas, el clan de los
hebronitas, el clan de los majlitas, el clan de los musitas y el clan de los coreítas.
59
Cohat engendró a Amram; y el nombre de la mujer de Amram fue Jocabed hija
de Leví, la cual le nació a Leví en Egipto. Esta dio a luz de Amram a Aarón, a
60
Moisés y a su hermana María. A Aarón le nacieron Nadab, Abihú, Eleazar e
61
Itamar. Pero Nadab y Abihú murieron cuando ofrecieron fuego extraño delante de
62
Jehovah. Los contados de los levitas fueron 23.000, todos los varones de un mes
para arriba. Ellos no fueron contados entre los demás hijos de Israel, porque no les
fue dada heredad entre los hijos de Israel.
63
Estos fueron los contados por Moisés y el sacerdote Eleazar, quienes
contaron a los hijos de Israel en las llanuras de Moab, junto al Jordán, frente a
64
Jericó. Entre éstos no se hallaba ni uno de los contados por Moisés y por el
sacerdote Aarón, quienes contaron a los hijos de Israel en el desierto de Sinaí;
65
porque Jehovah les había dicho: “Ciertamente morirán en el desierto.” No quedó,
pues, ninguno de ellos, excepto Caleb hijo de Jefone y Josué hijo de Nun.
Capítulo 27
1
Entonces se acercaron las hijas de Zelofejad hijo de Hefer, hijo de Galaad, hijo
de Maquir, hijo de Manasés, de los clanes de Manasés hijo de José. Los nombres
2
de ellas eran Majla, Noa, Hogla, Milca y Tirsa. Ellas se pusieron de pie a la
entrada del tabernáculo de reunión ante Moisés, el sacerdote Eleazar y los dirigentes
3
de toda la congregación, y dijeron: — Nuestro padre murió en el desierto, aunque
él no participó con los del grupo de Coré que se juntaron contra Jehovah, sino que
4
murió por su propio pecado; y no tuvo hijos. ¿Por qué ha de ser quitado el nombre
de nuestro padre de su clan, por no haber tenido un hijo varón? Danos heredad
5
entre los hermanos de nuestro padre. Moisés llevó la causa de ellas a la presencia
6
7
de Jehovah, y Jehovah respondió a Moisés diciendo: — Bien dicen las hijas de
Zelofejad. Ciertamente les darás la propiedad de una heredad entre los hermanos de
su padre, y pasarás a ellas la heredad de su padre.
8
Y a los hijos de Israel hablarás diciendo: “Si alguno muere y no tiene hijo varón,
9
pasaréis su heredad a su hija. Si no tiene hija, daréis su heredad a sus hermanos.
10
11
Si no tiene hermanos, daréis su heredad a los hermanos de su padre. Si su
padre no tiene hermanos, daréis su heredad al pariente más cercano de su familia, y
éste la tendrá en posesión. Esto será un estatuto de derecho para los hijos de Israel,
como Jehovah lo ha mandado a Moisés.”
12
Jehovah dijo a Moisés: — Sube a este monte de Abarim y mira la tierra que
13
he dado a los hijos de Israel. Después que la hayas mirado, tú también serás
14
reunido con tu pueblo, como fue reunido tu hermano Aarón. Porque fuisteis
rebeldes a mi mandato en el desierto de Zin, en la rebelión de la congregación, en
vez de tratarme como santo ante sus ojos en las aguas, es decir, en las aguas de
Meriba, en Cades, en el desierto de Zin.
15
16
Entonces Moisés respondió a Jehovah diciendo: — Que Jehovah, Dios de
17
los espíritus de toda carne, ponga al frente de la congregación un hombre que
salga y entre delante de ellos, que los saque y los introduzca, para que la
18
congregación de Jehovah no sea como ovejas que no tienen pastor. Luego
Jehovah dijo a Moisés: — Toma a Josué hijo de Nun, hombre en el cual hay
19
espíritu, y pon tu mano sobre él. Harás que se ponga de pie delante del sacerdote
Eleazar y delante de toda la congregación, y le comisionarás en presencia de ellos.
20
Pondrás de tu dignidad sobre él, para que toda la congregación de los hijos de
21
Israel le obedezca. El estará de pie delante del sacerdote Eleazar, quien consultará
por él delante de Jehovah mediante el juicio del Urim. A sus órdenes saldrán, y a sus
órdenes entrarán él y todos los hijos de Israel con él, toda la congregación.
22
Moisés hizo como Jehovah le había mandado. Tomó a Josué, y lo puso delante
23
del sacerdote Eleazar y delante de toda la congregación. Puso sus manos sobre él
y le comisionó, como Jehovah había hablado por medio de Moisés.
Capítulo 28
1
2
Jehovah habló a Moisés diciendo: “ Manda a los hijos de Israel y diles:
‘Cumpliréis con mis sacrificios, mi pan, mis ofrendas quemadas de grato olor,
3
ofreciéndomelos a su debido tiempo.’ Les dirás: ‘Esta es la ofrenda quemada que
ofreceréis a Jehovah: cada día, dos corderos de un año, sin defecto, como
4
holocausto continuo. Ofreceréis uno de los corderos al amanecer y el otro cordero
lo ofreceréis al atardecer.
5
La ofrenda vegetal será de la décima parte de un efa de harina fina amasada con la
6
cuarta parte de un hin de aceite puro de olivas.’ “ Este es el holocausto continuo
que fue ofrecido en el monte Sinaí como grato olor, ofrenda quemada a Jehovah.
7
Su libación será la cuarta parte de un hin por cada cordero. Derramarás para
8
Jehovah en el santuario una libación de licor. “ Ofrecerás el otro cordero al
atardecer. Presentarás una ofrenda vegetal como la de la mañana, y del mismo
modo su libación. Es una ofrenda quemada de grato olor a Jehovah.
9“
El día del sábado ofrecerás dos corderos de un año, sin defecto, y una
ofrenda vegetal de dos décimas de un efa de harina fina amasada con aceite, con su
10
libación. Este es el holocausto de cada sábado, además del holocausto continuo y
11
de su libación. “ Al principio de cada mes ofrecerás como holocausto a Jehovah
12
dos novillos, un carnero y siete corderos de un año, sin defecto. Por cada novillo
la ofrenda vegetal será de tres décimas de un efa de harina fina amasada con aceite;
13
por el carnero, dos décimas de harina fina amasada con aceite. Y por cada
cordero, una décima de harina fina amasada con aceite. Este es el holocausto de
14
grato olor, una ofrenda quemada a Jehovah. Sus libaciones serán de medio hin de
vino por cada novillo, la tercera parte de un hin por el carnero y la cuarta parte de
un hin por cada cordero. Este es el holocausto de cada mes, todos los meses del
15
año. “ También se ofrecerá a Jehovah un macho cabrío como sacrificio por el
pecado, además del holocausto continuo y de su libación.
16 “
17
El día 14 del mes primero será la Pascua de Jehovah. El día 15 de este
18
mes será fiesta; durante siete días comerán panes sin levadura. El primer día habrá
19
asamblea sagrada; no haréis ningún trabajo laboral. “ Como ofrenda quemada en
holocausto a Jehovah, ofreceréis dos novillos, un carnero y siete corderos de un
20
año; sin defecto los tomaréis. Su ofrenda vegetal será de tres décimas de un efa
de harina fina amasada con aceite por cada novillo, dos décimas por el carnero.
21
22
También ofreceréis una décima por cada uno de los siete corderos, y un macho
23
cabrío, como sacrificio por el pecado para hacer expiación por vosotros. “ Esto
ofreceréis, además del holocausto de la mañana, que es el holocausto continuo.
24
De esta manera ofreceréis diariamente durante los siete días este alimento, una
ofrenda quemada de grato olor a Jehovah; se ofrecerá aparte del holocausto
25
continuo y de su libación. “ El séptimo día también tendréis asamblea sagrada; no
26
haréis ningún trabajo laboral. “ El día de las primicias, cuando presentéis una
ofrenda de grano nuevo a Jehovah en la fiesta de Pentecostés, tendréis asamblea
sagrada. No haréis ningún trabajo laboral.
27 “
Como holocausto de grato olor a Jehovah ofreceréis dos novillos, un carnero y
28
siete corderos de un año. Su ofrenda vegetal será de tres décimas de un efa de
29
harina fina amasada con aceite por cada novillo, dos décimas por el carnero, y
30
una décima por cada uno de los siete corderos; y un macho cabrío para hacer
31
expiación por vosotros. “ Esto ofreceréis, además del holocausto continuo y de su
ofrenda vegetal, con sus libaciones; sin defecto los tomaréis.
Capítulo 29
1“
El primer día del mes séptimo tendréis una asamblea sagrada; no haréis ningún
trabajo laboral. Este será para vosotros día de tocar las trompetas con estrépito.
2“
Como holocausto de grato olor a Jehovah ofreceréis un novillo, un carnero y siete
3
corderos de un año, sin defecto. Su ofrenda vegetal será de tres décimas de un efa
4
de harina fina amasada con aceite por el novillo, dos décimas por el carnero, y una
5
décima por cada uno de los siete corderos; y un macho cabrío como sacrificio por
6
el pecado, para hacer expiación por vosotros, además del holocausto del mes y de
su ofrenda vegetal, y del holocausto continuo y de su ofrenda vegetal y sus
libaciones, que conforme a lo establecido se ofrecen como grato olor, ofrenda
7
quemada a Jehovah. “ El 10 del mes séptimo tendréis una asamblea sagrada y os
8
humillaréis a vosotros mismos. No haréis ningún trabajo. “ Como holocausto de
grato olor a Jehovah ofreceréis un novillo, un carnero y siete corderos de un año; sin
9
defecto los tomaréis. Su ofrenda vegetal será de tres décimas de un efa de harina
10
fina amasada con aceite, por cada novillo, dos décimas por cada carnero, y una
11
décima por cada uno de los siete corderos; y un macho cabrío como sacrificio por
el pecado, aparte del sacrificio por el pecado para la expiación y del holocausto
continuo con su ofrenda vegetal y sus libaciones.
12 “
El día 15 del mes séptimo tendréis asamblea sagrada. No haréis ningún
13
trabajo laboral y celebraréis fiesta a Jehovah durante siete días. “ Ofreceréis en
holocausto u ofrenda quemada de grato olor a Jehovah trece novillos del ganado,
14
dos carneros y catorce corderos de un año; sin defecto los tomaréis. Su ofrenda
vegetal será de tres décimas de un efa de harina fina amasada con aceite por cada
15
uno de los trece novillos, dos décimas por cada uno de los dos carneros, y una
16
décima por cada uno de los catorce carneros; y un macho cabrío como sacrificio
por el pecado, además del holocausto continuo con su ofrenda vegetal y su libación.
17 “
El segundo día ofreceréis doce novillos, dos carneros y catorce corderos de
18
un año, sin defecto. Su ofrenda vegetal y sus libaciones por los novillos, por los
carneros y por los corderos serán según el número de ellos, conforme a lo
19
establecido; y un macho cabrío como sacrificio por el pecado, además del
20
holocausto continuo con su ofrenda vegetal y su libación. “ El tercer día ofreceréis
21
once novillos, dos carneros y catorce corderos de un año, sin defecto. Su ofrenda
vegetal y sus libaciones por los novillos, por los carneros y por los corderos serán
22
según el número de ellos, conforme a lo establecido; y un macho cabrío como
sacrificio por el pecado, además del holocausto continuo con su ofrenda vegetal y su
23
libación. “ El cuarto día ofreceréis diez novillos, dos carneros y catorce corderos
24
de un año, sin defecto. Su ofrenda vegetal y sus libaciones por los novillos, por los
carneros y por los corderos serán según el número de ellos, conforme a lo
25
establecido; y un macho cabrío como sacrificio por el pecado, además del
26
holocausto continuo con su ofrenda vegetal y su libación. “ El quinto día ofreceréis
27
nueve novillos, dos carneros y catorce corderos de un año, sin defecto. Su
ofrenda vegetal y sus libaciones por los novillos, por los carneros y por los corderos
28
serán según el número de ellos, conforme a lo establecido; y un macho cabrío
como sacrificio por el pecado, además del holocausto continuo con su ofrenda
29
vegetal y su libación. “ El sexto día ofreceréis ocho novillos, dos carneros y
30
catorce corderos de un año, sin defecto. Su ofrenda vegetal y sus libaciones por
los novillos, por los carneros y por los corderos serán según el número de ellos,
31
conforme a lo establecido; y un macho cabrío como sacrificio por el pecado,
32
además del holocausto continuo con su ofrenda vegetal y su libación. “ El séptimo
día ofreceréis siete novillos, dos carneros y catorce corderos de un año, sin defecto.
33
Su ofrenda vegetal y sus libaciones por los novillos, por los carneros y por los
34
corderos serán según el número de ellos, conforme a lo establecido; y un macho
cabrío como sacrificio por el pecado, además del holocausto continuo con su
35
ofrenda vegetal y su libación. “ El octavo día tendréis asamblea festiva. No haréis
36
ningún trabajo laboral. Ofreceréis en holocausto, como ofrenda quemada de grato
37
olor a Jehovah, un novillo, un carnero y siete corderos de un año, sin defecto. Su
ofrenda vegetal y sus libaciones por el novillo, por el carnero y por los corderos
38
serán según el número de ellos, conforme a lo establecido; y un macho cabrío
como sacrificio por el pecado, además del holocausto continuo con su ofrenda
39
vegetal y su libación. “ Esto ofreceréis a Jehovah en vuestras festividades
establecidas, además de vuestras ofrendas votivas, de vuestras ofrendas voluntarias
para vuestros holocaustos, para vuestras ofrendas vegetales, para vuestras
40
libaciones y para vuestros sacrificios de paz.” Moisés habló a los hijos de Israel
conforme a todo lo que Jehovah le había mandado.
Capítulo 30
1
Moisés habló a los jefes de las tribus de los hijos de Israel diciendo: “Esto es lo
2
que Jehovah ha mandado: “ ‘Cuando algún hombre haga a Jehovah un voto o un
juramento asumiendo obligación, no violará su palabra; hará conforme a todo lo que
ha salido de su boca.
3“
‘Pero cuando una mujer joven que todavía permanece en la casa de su padre
4
haga un voto a Jehovah y asuma obligación, si su padre se entera de su voto y de la
obligación que ella asume, y calla al respecto, todos los votos de ella serán válidos;
5
toda la obligación que ha asumido será firme. Pero si su padre se lo prohíbe el día
en que se entera de todos sus votos y de sus obligaciones que ha asumido, no serán
6
válidos. Y Jehovah la perdonará, porque su padre se lo prohibió. “ ‘Si ella está
comprometida con un hombre y hace votos o pronuncia de labios algo asumiendo
7
obligación, si su marido se entera y calla al respecto el día en que se entera de ello,
8
los votos y las obligaciones que ella asumió serán válidos. Pero si el día en que se
entera su marido se lo prohíbe, él anulará el voto que ella hizo y la expresión de sus
9
labios con que asumió obligación. Y Jehovah la perdonará. “ ‘Todo voto hecho por
10
una viuda o divorciada, por el cual asuma obligación, será válido para ella. “ ‘Si
una mujer en casa de su marido hace un voto o asume una obligación bajo
11
juramento, si su marido se entera, calla al respecto y no se lo prohíbe, todos sus
12
votos serán válidos, y toda obligación que ella asuma será válida. Pero si su
marido los anula el día en que se entera, todo lo que salió de sus labios con respecto
a sus votos y a la obligación que ella asumió será nulo, porque su marido los anuló; y
13
Jehovah la perdonará. Todo voto y todo juramento que contrae obligación para
14
humillarse puede ser confirmado por su marido o anulado por su marido. Pero si
su marido calla por completo al respecto, día tras día, entonces confirma todos los
votos y todas las obligaciones que ella asumió. Los confirma al callar al respecto el
15
día en que se entera de ellos. Si los anula algún tiempo después de haberse
16
enterado, entonces él cargará con la culpa de ella.’” Estas son las leyes que
Jehovah mandó a Moisés acerca de la relación entre un marido y su mujer, o un
padre y su hija joven que permanece todavía en la casa de su padre.
Capítulo 31
1
2
Jehovah habló a Moisés diciendo: “ Lleva a cabo por completo la venganza de
los hijos de Israel contra los madianitas, y después serás reunido con tu pueblo.”
3
Entonces Moisés habló al pueblo diciendo: “Armaos algunos de vuestros hombres
para la guerra e id contra Madián, para llevar a cabo la venganza de Jehovah contra
4
Madián. Enviaréis a la guerra 1.000 hombres de cada tribu, de todas las tribus de
5
Israel.” De los millares de Israel fueron dados 1.000 por cada tribu, 12.000 en pie
6
de guerra. Y Moisés los envió a la guerra, 1.000 de cada tribu, junto con Fineas,
hijo del sacerdote Eleazar, quien fue a la guerra llevando consigo los utensilios del
santuario y las trompetas para dar la señal.
7
Hicieron la guerra contra Madián, como Jehovah había mandado a Moisés, y
mataron a todos los varones. 8 Entre los muertos mataron a los reyes de Madián: Evi,
Requem, Zur, Hur y Reba, cinco reyes de Madián. También mataron a espada a
Balaam hijo de Beor. 9 Después los hijos de Israel se llevaron cautivas a las mujeres de
Madián y a sus hijos pequeños; saquearon todo su ganado, todos sus rebaños y todas
sus riquezas. 10 Luego prendieron fuego a todas sus ciudades donde habitaban y a
todas sus fortificaciones. 11 Tomaron todo el botín y todo lo capturado, tanto de
hombres como de ganado. 12 Y llevaron los cautivos, lo capturado y el botín ante
Moisés, el sacerdote Eleazar y toda la congregación de los hijos de Israel en el
campamento, en las llanuras de Moab que están junto al Jordán, frente a Jericó.
13
Moisés, el sacerdote Eleazar y todos los dirigentes de la congregación
14
salieron a recibirlos fuera del campamento. Y Moisés se enojó contra los oficiales
del ejército, contra los jefes de millares y de centenas que volvían de la campaña
15
16
militar, y les dijo: — ¿Habéis dejado con vida a todas las mujeres? ¡He aquí
ellas fueron las que vinieron a los hijos de Israel, por consejo de Balaam, para que
ellos actuaran contra Jehovah en el asunto de Peor, por lo que hubo mortandad en la
17
congregación de Jehovah! Ahora pues, matad a todos los niños varones y a toda
18
mujer que haya tenido relaciones sexuales con varón. Pero dejad vivas para
vosotros a todas las muchachas de entre las mujeres que no hayan tenido relaciones
19
con varón. Moisés continuó: — Acampad vosotros fuera del campamento durante
siete días. Cualquiera que haya matado a alguna persona y cualquiera que haya
tocado algún cadáver, os purificaréis en el tercer día y en el séptimo día, vosotros y
20
vuestros cautivos. Asimismo, purificaréis todo vestido, todo artículo de cuero,
todo objeto de pelo de cabra y todo utensilio de madera.
21
Entonces el sacerdote Eleazar dijo a los soldados que habían regresado de la
22
guerra: — Este es el estatuto de la ley que Jehovah ha mandado a Moisés: Sólo el
23
oro, la plata, el bronce, el hierro, el estaño y el plomo, todo lo que resiste el fuego,
haréis pasar por fuego, y será limpio. Pero también habrá de ser purificado con el
agua para la impureza. Todo lo que no resiste el fuego lo pasaréis por el agua.
24
Además, lavaréis vuestras vestiduras en el séptimo día, y quedaréis puros.
Después podréis entrar en el campamento.
25
26
Jehovah habló a Moisés diciendo: “ Saca la cuenta, tú con el sacerdote
Eleazar y los jefes de las casas paternas de la congregación, de lo que se ha tomado
27
cautivo, tanto de las personas como del ganado. Luego repartirás lo capturado
por partes iguales entre los combatientes que fueron a la guerra y toda la
28
congregación. “ Toma tú para Jehovah el tributo de los hombres de guerra que
fueron a la campaña, que será de uno por cada 500, tanto de las personas como del
29
ganado vacuno, de los asnos y de las ovejas. Esto lo tomarás de la mitad que les
corresponde, y se lo darás al sacerdote Eleazar como ofrenda alzada para Jehovah.
30
De la mitad que corresponde a los hijos de Israel tomarás uno por cada 50, tanto
de las personas como del ganado vacuno, de los asnos, de las ovejas y de todo
animal, y se los darás a los levitas que tienen el cuidado del tabernáculo de
31
Jehovah.” Moisés y el sacerdote Eleazar hicieron como Jehovah había mandado a
32
Moisés. El botín que quedaba de lo que tomó la gente del ejército era de 675.000
33
34
35
ovejas, de 72.000 cabezas de ganado vacuno y de 61.000 asnos. En cuanto
a las personas, las mujeres que no habían tenido relaciones sexuales con varón
36
fueron en total 32.000. La mitad correspondiente a los que habían salido a la
37
guerra fue de 337.500 ovejas (de las cuales el tributo para Jehovah fue de 675),
38
de 36.000 cabezas de ganado vacuno (de las cuales el tributo para Jehovah fue
39
40
de 72), de 30.500 asnos (de los cuales el tributo para Jehovah fue de 61), y de
41
16.000 personas (de las cuales el tributo para Jehovah fue de 32). Moisés dio el
tributo al sacerdote Eleazar, como ofrenda alzada a Jehovah, como lo había
42
mandado Jehovah a Moisés. La mitad correspondiente a los hijos de Israel y que
43
Moisés apartó de la de los hombres que habían ido a la guerra, es decir, la mitad
44
para el resto de la congregación, fue de 337.500 ovejas, de 36.000 cabezas de
45
46
47
ganado vacuno, de 30.500 asnos y de 16.000 personas. De la mitad que
correspondía a los hijos de Israel, Moisés tomó uno de cada 50, tanto de las
personas como de los animales, y se los dio a los levitas que tenían el cuidado del
tabernáculo de Jehovah, como lo había mandado Jehovah a Moisés.
48
Entonces se acercaron a Moisés los oficiales de los millares del ejército, los
49
jefes de los millares y los jefes de las centenas, y dijeron a Moisés: — Tus siervos
hemos pasado revista a los hombres de guerra que estuvieron bajo nuestro mando, y
50
ninguno de nosotros falta. Por tanto, hemos traído una ofrenda a Jehovah, cada
uno de lo que ha hallado: objetos de oro, cadenillas, brazaletes, anillos, aretes y
51
collares, para hacer expiación por nosotros mismos delante de Jehovah. Moisés y
el sacerdote Eleazar recibieron de ellos el oro y todos los objetos elaborados.
52
Todo el oro de la ofrenda alzada que ofrecieron a Jehovah los jefes de los millares
53
y los jefes de las centenas fue de 16.750 siclos. Pues los hombres del ejército
54
habían saqueado cada uno para sí. Moisés y el sacerdote Eleazar recibieron el oro
de los jefes de los millares y de los jefes de las centenas, y lo llevaron al tabernáculo
de reunión, como memorial para los hijos de Israel delante de Jehovah.
Capítulo 32
1
Los hijos de Rubén y los hijos de Gad tenían muchísimo ganado. Y al ver la
tierra de Jazer y la tierra de Galaad, el lugar les pareció apropiado para el ganado.
2
Entonces los hijos de Gad y los hijos de Rubén fueron y hablaron a Moisés, al
3
sacerdote Eleazar y a los dirigentes de la congregación, diciendo: — Atarot,
4
Dibón, Jazer, Nimra, Hesbón, Eleale, Sebam, Nebo y Beón, tierras que Jehovah
conquistó delante de la congregación de Israel, son tierras apropiadas para el
5
ganado; y tus siervos tienen ganado. Por eso — dijeron — , si hemos hallado
gracia ante tus ojos, sea dada esta tierra a tus siervos como posesión; no nos hagas
6
cruzar el Jordán. Pero Moisés respondió a los hijos de Gad y a los hijos de Rubén;
7
— ¿Irán vuestros hermanos a la guerra, y vosotros os quedaréis aquí? ¿Por qué
desalentáis a los hijos de Israel, de modo que no crucen a la tierra que les ha dado
8
Jehovah? Así hicieron vuestros padres cuando los envié desde Cades-barnea para
9
que reconociesen la tierra. Fueron hasta el arroyo de Escol, y después que
reconocieron la tierra desalentaron a los hijos de Israel para que no entrasen en la
10
tierra que Jehovah les había dado. Entonces se encendió el furor de Jehovah, y
11
juró diciendo: “ Los hombres que vinieron de Egipto, desde los 20 años para
arriba, no verán la tierra de la cual juré a Abraham, a Isaac y a Jacob, porque no me
12
siguieron con integridad; excepto Caleb hijo de Jefone el quenezeo y Josué hijo de
13
Nun, quienes con integridad han seguido a Jehovah.” El furor de Jehovah se
encendió contra Israel, y los hizo andar errantes 40 años por el desierto, hasta que
pasó toda aquella generación que había hecho lo malo ante los ojos de Jehovah.
14
Y he aquí, vosotros habéis sucedido a vuestros padres, prole de hombres
15
pecadores, para añadir más al ardor de la ira de Jehovah contra Israel. Porque si
dejáis de ir en pos de él, él volverá otra vez a dejaros en el desierto; y destruiréis a
todo este pueblo.
16
Entonces ellos se acercaron a él y le dijeron: — Aquí edificaremos rediles
17
para nuestras ovejas y ciudades para nuestros niños; pero nosotros nos
armaremos, listos para ir al frente de los hijos de Israel, hasta que los introduzcamos
en su lugar. Nuestros niños quedarán en las ciudades fortificadas, a causa de los
18
habitantes del país. No volveremos a nuestras casas hasta que los hijos de Israel
19
reciban cada uno su heredad. Porque no tomaremos heredad con ellos al otro
lado del Jordán ni más allá, pues ya tendremos nuestra heredad en este lado del
20
Jordán, al oriente. Entonces les respondió Moisés: — Si así lo hacéis, si os armáis
21
para ir a la guerra delante de Jehovah, y si todos vuestros hombres cruzan
armados el Jordán delante de Jehovah, hasta que él haya echado a sus enemigos de
22
su presencia y la tierra sea sometida delante de Jehovah, luego volveréis y seréis
libres de culpa ante Jehovah e Israel. Entonces esta tierra será vuestra en posesión
23
delante de Jehovah. Pero si no lo hacéis así, he aquí que habréis pecado contra
24
Jehovah, y sabed que vuestro pecado os alcanzará. Edificaos, pues, ciudades
para vuestros niños y rediles para vuestros rebaños, pero haced lo que habéis
25
prometido. Los hijos de Gad y los hijos de Rubén dijeron a Moisés: — Tus
26
siervos harán como manda mi señor. Nuestros niños, nuestras mujeres, nuestros
27
rebaños y todo nuestro ganado quedarán allí en las ciudades de Galaad; pero tus
siervos, todos los que están armados para la guerra, cruzarán delante de Jehovah
para la batalla, como dice mi señor.
28
Entonces Moisés dio órdenes acerca de ellos al sacerdote Eleazar, a Josué
hijo de Nun y a los jefes de las casas paternas de las tribus de los hijos de Israel.
29
Moisés les dijo: — Si los hijos de Gad y los hijos de Rubén, todos armados para
la guerra, cruzan con vosotros el Jordán delante de Jehovah, después que la tierra
30
sea conquistada por vosotros, les daréis la tierra de Galaad como posesión. Pero
si no cruzan armados con vosotros, entonces tendrán que tomar posesión entre
31
vosotros en la tierra de Canaán. Los hijos de Gad y los hijos de Rubén
respondieron diciendo: — Haremos lo que Jehovah ha dicho a tus siervos.
32
Nosotros cruzaremos armados delante de Jehovah a la tierra de Canaán, pero la
33
posesión de nuestra heredad estará en este lado del Jordán. Así Moisés dio a los
hijos de Gad, a los hijos de Rubén y a la media tribu de Manasés hijo de José, el
reino de Sejón, rey amorreo, y el reino de Og, rey de Basán: la tierra con
34
sus ciudades dentro de sus fronteras y las ciudades del territorio circundante. Los
35
hijos de Gad reedificaron Dibón, Atarot, Aroer, Atarot-sofán, Jazer, Jogboa,
36
37
Bet-nimra y Bet-haram, ciudades fortificadas, y rediles de rebaños. Los hijos
38
de Rubén reedificaron Hesbón, Eleale, Quiriataim, Nebo, Baal-maón (con los
nombres cambiados), y Sibma. Ellos llamaron con otros nombres a las ciudades que
39
reedificaron. Los hijos de Maquir hijo de Manasés fueron a Galaad y la tomaron,
40
echando a los amorreos que estaban allí. Entonces Moisés dio Galaad a Maquir
41
hijo de Manasés, el cual habitó en ella. También Jaír hijo de Manasés fue y tomó
42
sus aldeas, y las llamó Havot-jaír. Asimismo, Nóbaj fue y tomó Quenat y sus
aldeas, y la llamó Nóbaj, según su propio nombre.
Capítulo 33
1
Estas son las etapas de los hijos de Israel que salieron de la tierra de Egipto,
2
según sus ejércitos, bajo la dirección de Moisés y Aarón. Moisés anotó por
escrito, por mandato de Jehovah, los puntos de partida de sus etapas. Estas son sus
3
etapas, según sus puntos de partida: Se pusieron en marcha desde Ramesés el día
15 del mes primero, que era el segundo día de la Pascua. Los hijos de Israel salieron
4
osadamente, a la vista de todos los egipcios, mientras los egipcios estaban
enterrando a todos los primogénitos que Jehovah había muerto entre ellos. Jehovah
5
también había ejecutado actos justicieros contra sus dioses. Entonces los hijos de
6
Israel partieron de Ramesés y acamparon en Sucot. Partieron de Sucot y
7
acamparon en Etam, que está en el extremo del desierto. Partieron de Etam y se
volvieron hacia Pi-hajirot, que está delante de Baal-zefón, y acamparon frente a
8
Migdol. Partieron de Pi-hajirot y pasaron por en medio del mar al desierto. Fueron
9
tres días de camino por el desierto de Etam y acamparon en Mara. Partieron de
Mara y llegaron a Elim, donde había doce manantiales de agua y setenta palmeras, y
10
11
acamparon allí. Partieron de Elim y acamparon junto al mar Rojo. Partieron del
12
mar Rojo y acamparon en el desierto de Sin. Partieron del desierto de Sin y
13
14
acamparon en Dofca. Partieron de Dofca y acamparon en Alús. Partieron de
Alús y acamparon en Refidim, donde el pueblo no tuvo agua para beber.
15
16
Partieron de Refidim y acamparon en el desierto de Sinaí. Partieron del desierto
17
de Sinaí y acamparon en Quibrot-hataavá. Partieron de Quibrot-hataavá y
18
19
acamparon en Hazerot. Partieron de Hazerot y acamparon en Ritma. Partieron
20
de Ritma y acamparon en Rimón-peres. Partieron de Rimón-peres y acamparon
21
en Libna. Partieron de Libna y acamparon en Risa.
22
23
Partieron de Risa y acamparon en Quehelata. Partieron de Quehelata y
24
acamparon en el monte Sefer. Partieron del monte Sefer y acamparon en Harada.
25
26
Partieron de Harada y acamparon en Maquelot. Partieron de Maquelot y
27
28
acamparon en Tajat. Partieron de Tajat y acamparon en Taraj. Partieron de
29
Taraj y acamparon en Mitca. Partieron de Mitca y acamparon en Hasmona.
30
31
Partieron de Hasmona y acamparon en Moserot. Partieron de Moserot y
32
acamparon en Benei-jaacán. Partieron de Benei-jaacán y acamparon en el monte
33
34
Gidgad. Partieron del monte Gidgad y acamparon en Jotbata. Partieron de
35
Jotbata y acamparon en Abrona. Partieron de Abrona y acamparon en Ezión36
geber. Partieron de Ezión-geber y acamparon en el desierto de Zin, que es Cades.
37
Partieron de Cades y acamparon en el monte Hor, en la frontera de la tierra de
38
Edom. El sacerdote Aarón subió al monte Hor, conforme al mandato de Jehovah,
y allí murió a los 40 años de la salida de los hijos de Israel de la tierra de Egipto, el
39
primero del mes quinto. Aarón tenía 123 años cuando murió en el monte Hor.
40
Entonces el rey de Arad, cananeo, que habitaba en el Néguev en la tierra de
41
Canaán, se enteró de que habían llegado los hijos de Israel. Partieron del monte
42
Hor y acamparon en Zalmona. Partieron de Zalmona y acamparon en Punón.
43
44
Partieron de Punón y acamparon en Obot. Partieron de Obot y acamparon en
45
Iye-abarim, en la frontera de Moab. Partieron de Iyim y acamparon en Dibón46
47
gad. Partieron de Dibón-gad y acamparon en Almón-diblataim. Partieron de
48
Almón-diblataim y acamparon en los montes de Abarim, frente al Nebo. Partieron
de los montes de Abarim y acamparon en las llanuras de Moab, junto al Jordán,
49
frente a Jericó. Y acamparon junto al Jordán, desde Bet-jesimot hasta Abel-sitim,
en las llanuras de Moab.
50
Entonces Jehovah habló a Moisés en las llanuras de Moab, junto al Jordán,
51
frente a Jericó, diciendo: “ Habla a los hijos de Israel y diles: ‘Cuando hayáis
52
cruzado el Jordán a la tierra de Canaán, echaréis de vuestra presencia a todos los
habitantes de la tierra, destruiréis todas sus esculturas, destruiréis todas sus imágenes
53
de fundición y devastaréis todos sus lugares altos. Tomaréis posesión de la tierra y
habitaréis en ella, porque a vosotros os he dado la tierra, para que la tengáis en
54
posesión. “ ‘Recibiréis la tierra en heredad por sorteo según vuestros clanes. A los
más numerosos daréis una heredad más grande, a los menos numerosos daréis una
heredad más pequeña. Donde a uno le toque por sorteo, allí tendrá su posesión.
55
Según las tribus de vuestros padres, la recibiréis en heredad. “ ‘Pero si no echáis
de delante de vosotros a los habitantes de la tierra, sucederá que los que dejéis
de ellos serán como aguijones en vuestros ojos y espinas en vuestros costados, y os
56
hostilizarán en la tierra que vosotros habéis de habitar. Y sucederá que os haré a
vosotros lo que pensé hacerles a ellos.’”
Capítulo 34
1
2
Jehovah habló a Moisés diciendo: “ Manda a los hijos de Israel y diles:
‘Cuando hayáis entrado en la tierra de Canaán, la tierra que os ha de tocar como
3
heredad, la tierra de Canaán según sus fronteras, tendréis el lado sur desde el
desierto de Zin que está junto a Edom. Vuestra frontera sur será desde el extremo
4
del mar Salado hacia el este. De allí la frontera sur torcerá hacia la cuesta de
Acrabim y pasará hasta Zin. Su extremo sur llegará hasta Cades-barnea. De allí
5
seguirá a Hazar-adar y pasará hasta Asmón. La frontera torcerá de Asmón hasta el
6
arroyo de Egipto y terminará en la costa del mar. “ ‘Vuestra frontera occidental será
7
el mar Grande. Este será vuestro límite occidental. “ ‘Esta será vuestra frontera
8
norte: Desde el mar Grande la trazaréis hasta el monte Hor. Desde el monte Hor la
9
trazaréis hasta Lebo-hamat, y la frontera llegará a Zedad. La frontera seguirá hasta
10
Zifrón y terminará en Hazar-enán. Este será vuestro límite por el norte. “ ‘Por el
11
oriente trazaréis la frontera desde Hazar-enán hasta Sefam. Luego descenderá la
frontera desde Sefam hasta Ribla, al oriente de Ayin, y descenderá y se extenderá
12
sobre el costado oriental del mar Quinéret. Después la frontera descenderá con el
Jordán, y su extremo llegará hasta el mar Salado. Esta será vuestra tierra y sus
13
fronteras alrededor.’” Entonces Moisés mandó a los hijos de Israel, diciendo: “Esta
es la tierra que heredaréis por sorteo, la cual Jehovah ha mandado dar a las nueve
tribus y a la media tribu. 14 Porque ya habían tomado su heredad la tribu de los hijos de
Rubén según sus casas paternas, la tribu de los hijos de Gad según sus casas paternas,
y la media tribu de Manasés. 15 Las dos tribus y media tomaron su heredad al otro lado
del Jordán, frente a Jericó, hacia el oriente, hacia la salida del sol.”
16
17
Jehovah habló a Moisés diciendo: “ Estos son los nombres de los hombres
que os darán la tierra en posesión: El sacerdote Eleazar y Josué hijo de Nun.
18
Tomaréis también un dirigente de cada tribu para dar la tierra en posesión.
19
20
Estos son los nombres de los jefes: de la tribu de Judá, Caleb hijo de Jefone; de
21
la tribu de los hijos de Simeón, Semuel hijo de Amihud; de la tribu de Benjamín,
22
Elidad hijo de Quislón; de la tribu de los hijos de Dan, el jefe Buqui hijo de Jogli;
23
de los hijos de José: de la tribu de los hijos de Manasés, el jefe Haniel hijo
24
25
de Efod; de la tribu de los hijos de Efraín, el jefe Quemuel hijo de Siftán; de la
26
tribu de los hijos de Zabulón, el jefe Elizafán hijo de Parnac; de la tribu de los
27
hijos de Isacar, el jefe Paltiel hijo de Azán; de la tribu de los hijos de Aser, el jefe
28
Ajihud hijo de Selomi; de la tribu de los hijos de Neftalí, el jefe Pedael hijo de
29
Amihud. “ Estos son aquellos a quienes Jehovah mandó que repartiesen la heredad
a los hijos de Israel en la tierra de Canaán.”
Capítulo 35
1
Jehovah habló a Moisés en las llanuras de Moab, junto al Jordán, frente a
2
Jericó, diciendo: “ Manda a los hijos de Israel que de la heredad que posean den a
los levitas ciudades para habitar. También daréis a los levitas el campo alrededor de
3
las ciudades. Ellos tendrán las ciudades para habitar, y los campos de alrededor
4
serán para su ganado, sus pertenencias y todos sus animales. Los campos de las
ciudades que daréis a los levitas tendrán 1.000 codos alrededor, desde el muro de
5
la ciudad hacia afuera. Fuera de la ciudad, mediréis 2.000 codos hacia el lado este,
2.000 codos hacia el lado sur, 2.000 codos hacia el lado oeste, y 2.000 codos hacia
el lado norte; y la ciudad estará en medio. Esto tendrán como campos alrededor de
6
las ciudades. “ De las ciudades que daréis a los levitas, 6 ciudades serán de refugio,
para que cualquier homicida se refugie allí. Aparte de éstas, les daréis 42 ciudades.
7
Todas las ciudades que daréis a los levitas serán 48 ciudades con sus campos
8
alrededor. “ Respecto a las ciudades que daréis de la posesión de los hijos de
Israel, del que tiene mucho tomaréis mucho y del que tiene poco tomaréis poco.
Cada uno dará de sus ciudades a los levitas, según la heredad que reciba.”
9
10
Jehovah habló a Moisés diciendo: “ Habla a los hijos de Israel y diles:
11
‘Cuando hayáis cruzado el Jordán hacia la tierra de Canaán, escogeréis para
vosotros ciudades que os servirán como ciudades de refugio, a donde pueda huir el
12
homicida que accidentalmente hiera de muerte a alguno. Estas ciudades os
servirán para refugiarse del vengador, de manera que el homicida no muera antes de
13
comparecer para juicio delante de la congregación. “ ‘De las ciudades que daréis,
14
seis serán ciudades de refugio. Daréis tres ciudades al otro lado del Jordán y
15
daréis tres en la tierra de Canaán, y serán ciudades de refugio. Estas seis ciudades
servirán de refugio a los hijos de Israel, al forastero y al advenedizo que se encuentre
entre ellos, para que huya allí cualquiera que accidentalmente hiera de muerte a otro.
16 “
‘Si lo hiere con un intrumento de hierro, y él muere, es un asesino. El asesino
17
morirá irremisiblemente. “ ‘Si lo hiere con una piedra en la mano, con la cual pueda
causarle la muerte, y él muere, es un asesino. El asesino morirá irremisiblemente.
18 “
‘Si lo hiere con instrumento de madera en la mano, con el cual pueda causarle la
19
muerte, y él muere, es un asesino. El asesino morirá irremisiblemente. El vengador
20
de la sangre matará al asesino; cuando lo encuentre, lo matará. “ ‘Si por odio lo
21
empuja o arroja algo contra él intencionadamente, y él muere; o si por hostilidad
lo hiere con su mano, y él muere, el que le ha herido morirá irremisiblemente. Es un
22
asesino. El vengador de la sangre matará al asesino cuando lo encuentre. “ ‘Pero si
lo empuja de repente sin hostilidad, o tira sobre él cualquier instrumento sin
23
intención, o si sin verlo hace caer sobre él alguna piedra que pueda causarle la
24
muerte, y él muere, no siendo él su enemigo ni procurando su mal, entonces la
congregación juzgará entre el homicida y el vengador de la sangre, conforme a estos
25
decretos. La congregación librará al homicida de mano del vengador de la sangre,
y lo hará regresar a su ciudad de refugio a la cual había huido, y él habitará en ella
26
hasta la muerte del sumo sacerdote que fue ungido con el aceite santo. “ ‘Pero si el
27
homicida sale fuera de los límites de su ciudad de refugio a donde había huido, y el
vengador de la sangre lo halla fuera de los límites de su ciudad de refugio y mata al
28
homicida, aquél no será culpable de sangre. Porque debió haber permanecido en
su ciudad de refugio hasta la muerte del sumo sacerdote. Después de la muerte del
29
sumo sacerdote, el homicida podrá volver a la tierra de su posesión. “ ‘Estas cosas
os servirán de estatuto legal a través de vuestras generaciones, en todo lugar donde
30
viváis. Cuando alguien mata a una persona, por el testimonio de testigos se dará
muerte al asesino. Pero un solo testigo no bastará para que se sentencie a una
31
persona a morir. “ ‘No aceptaréis rescate por la vida del asesino que está
32
condenado a muerte; morirá irremisiblemente. Tampoco aceptaréis rescate por el
que ha huido a su ciudad de refugio, para permitirle que vuelva a vivir en su propia
33
tierra antes de la muerte del sumo sacerdote. “ ‘No profanaréis la tierra donde
estéis, porque la sangre humana profana la tierra. No se puede hacer expiación por
la tierra, debido a la sangre que fue derramada en ella, sino por medio de la sangre
34
del que la derramó. No contaminaréis, pues, la tierra donde habitáis y en medio
de la cual yo habito; porque yo, Jehovah, habito en medio de los hijos de Israel.’”
Capítulo 36
1
Los jefes de las casas paternas del clan de los hijos de Galaad hijo de Maquir,
hijo de Manasés, de los clanes de los hijos de José, se acercaron para hablar ante
2
Moisés y ante los dirigentes de las casas paternas de los hijos de Israel. Y dijeron:
— Jehovah mandó a mi señor dar la tierra por sorteo, como heredad a los hijos de
Israel. También mandó Jehovah a mi señor dar la heredad de nuestro hermano
3
Zelofejad a sus hijas. Pero si éstas se llegan a casar con miembros de otras tribus
de los hijos de Israel, la heredad de ellas será quitada de la heredad de nuestros
padres y añadida a la heredad de la tribu a la cual ellas pasen a pertenecer. De este
4
modo, esta porción será quitada de nuestra heredad, y cuando llegue el jubileo
para los hijos de Israel, la heredad de ellas será añadida a la heredad de la tribu de
sus maridos. Así su heredad será quitada de la heredad de la tribu de nuestros
padres.
5
Entonces Moisés mandó a los hijos de Israel, conforme al mandato de
6
Jehovah, diciendo: — La tribu de los hijos de José tiene razón en lo que dice. Esto
es lo que ha mandado Jehovah acerca de las hijas de Zelofejad, diciendo: “Cásense
con quienes ellas quieran; sólo que se casen dentro del clan de la tribu de su padre.
7
Así la heredad de los hijos de Israel no pasará de tribu en tribu, porque cada uno
de los hijos de Israel se mantendrá ligado a la heredad de la tribu de sus padres.
8
Cualquier hija que posea una heredad en alguna de las tribus de los hijos de Israel
deberá casarse con alguno del clan de la tribu de su padre, para que los hijos de
9
Israel posean cada uno la heredad de sus padres. Así la heredad no pasará de una
tribu a otra, porque cada una de las tribus de los hijos de Israel se mantendrá ligada
10
a su heredad.” Entonces las hijas de Zelofejad hicieron conforme a lo que Jehovah
11
había mandado a Moisés. Majla, Tirsa, Hogla, Milca y Noa, hijas de Zelofejad,
12
se casaron con los hijos de sus tíos. Se casaron dentro de los clanes de los hijos
de Manasés hijo de José. De esta manera, su heredad quedó en la tribu del clan de
13
su padre. Estos son los mandamientos y decretos que Jehovah mandó a los hijos
de Israel por medio de Moisés en las llanuras de Moab, junto al Jordán, frente a
Jericó.
DEUTERONOMIO
Capítulo 1
1
Estas son las palabras que Moisés habló a todo Israel al otro lado del Jordán,
en el desierto, en el Arabá frente a Suf, entre Parán, Tofel, Labán, Hazerot y Di2
zahab. Once días duró el viaje desde Horeb hasta Cades-barnea, por la ruta de la
3
región montañosa de Seír. El primero del mes undécimo del año 40, Moisés habló
a los hijos de Israel conforme a todo lo que Jehovah le había mandado con respecto
4
a ellos, después que derrotó a Sejón, rey de los amorreos que habitaba en
5
Hesbón, y a Og, rey de Basán que habitaba en Astarot y en Edrei. Moisés empezó
6
a explicar esta ley en la tierra de Moab, al otro lado del Jordán, y dijo: “ Jehovah
nuestro Dios nos habló en Horeb diciendo: ‘Bastante habéis permanecido en este
7
monte. Volveos, marchad e id a la región montañosa de los amorreos y a todos sus
vecinos en el Arabá, en la región montañosa y en la Sefela, en el Néguev y por la
costa del mar, a la tierra de los cananeos y al Líbano, hasta el gran río, el río
8
Eufrates. Mirad, yo he puesto la tierra delante de vosotros. Entrad y tomad
posesión de la tierra que Jehovah juró a vuestros padres Abraham, Isaac y Jacob,
que les daría a ellos y a sus descendientes después de ellos.’
9“
En aquel tiempo yo os hablé diciendo: ‘Yo solo no puedo cargar con
10
vosotros. Jehovah vuestro Dios os ha multiplicado, y he aquí que hoy sois tan
11
numerosos como las estrellas del cielo. ¡Jehovah, Dios de vuestros padres, os
12
multiplique mil veces más, y os bendiga como os lo ha prometido! Pero, ¿cómo
podré llevar yo solo vuestras preocupaciones, vuestras cargas y vuestros pleitos?
13
Proveeos entre vuestras tribus de hombres sabios, entendidos y experimentados,
14
para que yo los ponga como vuestros jefes.’ Vosotros me respondisteis y dijisteis:
15
‘Está bien hacer lo que has dicho.’ Entonces tomé a los jefes de vuestras tribus,
hombres sabios y experimentados, y los puse como vuestros jefes; como jefes de
mil, jefes de cien, jefes de cincuenta, jefes de diez y como oficiales de vuestras
16
tribus. En aquel tiempo mandé a vuestros jueces diciendo: ‘Oíd la causa de
vuestros hermanos y juzgad con justicia entre un hombre y su hermano o el forastero
17
que está con él. No hagáis distinción de personas en el juicio; oiréis tanto al
pequeño como al grande. No tengáis temor de nadie, porque el juicio es de
Dios. Pero la causa que os sea difícil la traeréis a mí, y yo la oiré.’
pues, en aquel tiempo todo lo que habíais de hacer.
19 “
18
Os mandé,
Partimos de Horeb y fuimos por aquel desierto grande y terrible que habéis
visto, dirigiéndonos a la región montañosa de los amorreos, como Jehovah nuestro
20
Dios nos había mandado; y llegamos hasta Cades-barnea. Entonces os dije:
‘Habéis llegado a la región montañosa de los amorreos, la cual nos da Jehovah
21
nuestro Dios. Mira, Jehovah tu Dios te ha entregado la tierra que está delante de
ti. Sube y tómala en posesión, como Jehovah, Dios de tus padres, te ha dicho. ¡No
22
temas ni desmayes!’ “ Todos vosotros os acercasteis a mí y dijisteis: ‘Enviemos
delante de nosotros hombres que nos reconozcan la tierra y nos traigan información
acerca del camino por donde hemos de ir y de las ciudades a las que habremos de
23
llegar.’ Me pareció bien lo dicho, y tomé a doce hombres de vosotros, un hombre
24
por tribu. Ellos se dirigieron y subieron a la región montañosa; llegaron hasta el
25
arroyo de Escol y reconocieron la tierra. Tomaron en sus manos muestras del
fruto de la tierra y nos las trajeron. También nos dieron informes diciendo: ‘La tierra
26
que Jehovah nuestro Dios nos da es buena.’ “ Sin embargo, no quisisteis subir.
27
Más bien, fuisteis rebeldes contra el mandato de Jehovah vuestro Dios, y
murmurasteis en vuestras tiendas, diciendo: ‘Porque Jehovah nos aborrece, nos ha
sacado de la tierra de Egipto, para entregarnos en mano de los amorreos para
28
destruirnos. ¿A dónde iremos? Nuestros hermanos han hecho desfallecer nuestros
corazones diciendo: Este pueblo es más grande y más alto que nosotros. Las
ciudades son grandes y fortificadas hasta el cielo, y también vimos allí a los
29
anaquitas.’ Entonces os dije: ‘No os aterroricéis ni tengáis temor de ellos.
30
Jehovah, vuestro Dios, quien va delante de vosotros, él combatirá por vosotros
31
de la manera que lo hizo por vosotros en Egipto ante vuestros propios ojos, como
también en el desierto, donde habéis visto que Jehovah vuestro Dios os ha traído,
como trae un hombre a su hijo, por todo el camino que habéis andado, hasta que
32
habéis llegado a este lugar.’ Aun con esto no creísteis a Jehovah vuestro Dios,
33
quien iba delante de vosotros en el camino, con fuego de noche y con nube de
día, a fin de explorar el lugar donde habíais de acampar, y para mostraros el camino
34
a seguir. “ Entonces Jehovah oyó la voz de vuestras palabras. Y se enojó y juró
35
diciendo: ‘Ninguno de estos hombres de esta mala generación verá la buena tierra
36
que juré dar a vuestros padres, excepto Caleb hijo de Jefone. El la verá; a él y a
sus hijos les daré la tierra que él pisó, porque siguió a Jehovah con integridad.’
37
Por causa de vosotros Jehovah se enfureció también contra mí, y dijo: ‘Tampoco
38
tú entrarás allá. Josué hijo de Nun, que está delante de ti, él entrará allá.
39
Anímale, porque él hará que Israel la herede. Pero vuestros pequeños, de quienes
dijisteis que serían una presa; vuestros hijos que hoy no distinguen entre lo bueno y
40
lo malo, ellos entrarán allá. A ellos la daré, y ellos tomarán posesión de ella. Pero
41
vosotros, volveos y marchaos al desierto, rumbo al mar Rojo.’ “ Entonces
respondisteis y me dijisteis: ‘Hemos pecado contra Jehovah. Nosotros subiremos y
pelearemos conforme a todo lo que Jehovah nuestro Dios nos ha mandado.’ “Os
ceñisteis cada uno sus armas y pensasteis que era cosa fácil subir a la región
42
montañosa. Entonces Jehovah me dijo que os dijera: ‘No subáis ni peleéis, porque
yo no estoy entre vosotros. No seáis derrotados delante de vuestros enemigos.’
43 “
Yo os hablé, pero no escuchasteis. Al contrario, fuisteis rebeldes contra lo que
había dicho Jehovah; actuasteis con arrogancia y subisteis a la región montañosa.
44
Pero los amorreos que habitaban en aquella región montañosa salieron a vuestro
encuentro, os persiguieron como lo hacen las avispas, y os destrozaron desde Seír
45
hasta Horma. Entonces volvisteis y llorasteis delante de Jehovah, pero Jehovah no
46
escuchó vuestra voz ni os prestó atención. Así permanecisteis en Cades por
muchos días, según los días que permanecisteis allí.
Capítulo 2
1“
Entonces nos volvimos y partimos hacia el desierto, rumbo al mar Rojo, como
Jehovah me había dicho; y rodeamos por muchos días la región montañosa de Seír.
2
3
Y Jehovah me habló diciendo: ‘Bastante tiempo habéis rodeado estos montes;
4
dirigíos hacia el norte. Manda al pueblo diciendo: Cuando vosotros paséis por el
territorio de vuestros hermanos, los hijos de Esaú que habitan en Seír, ellos tendrán
5
miedo de vosotros. Pero guardaos mucho; no contendáis con ellos. Yo no os daré
de su tierra, ni aun la huella de la planta de un pie, porque he dado a Esaú como
6
posesión la región montañosa de Seír. Les compraréis con dinero los alimentos que
7
comáis. También, adquiriréis de ellos con dinero el agua que bebáis.’ Jehovah tu
Dios te ha bendecido en toda la obra de tus manos. El conoce tu caminar por este
gran desierto. Jehovah tu Dios ha estado contigo estos cuarenta años, y ninguna
cosa te ha faltado.
8“
Pasamos de largo a nuestros hermanos, los hijos de Esaú que habitan en Seír,
por el camino del Arabá de Eilat y de Ezión-geber, y cambiando de dirección nos
9
dirigimos rumbo al desierto de Moab. Entonces Jehovah me dijo: ‘No molestes a
Moab ni contiendas con ellos, porque no te daré posesión en su tierra. He dado Ar
10
como posesión a los hijos de Lot.’ (Los emitas habitaron allí antes. Estos eran
11
un pueblo grande y numeroso; eran altos como los anaquitas. Ellos, como los
anaquitas, también eran considerados como refaítas, pero los moabitas los llamaban
12
emitas. También los horeos habitaban antes en Seír, pero los hijos de Esaú los
desalojaron y los destruyeron delante de ellos. Luego habitaron en su lugar, así
como ha hecho Israel en la tierra de su posesión que Jehovah les ha dado.)
13
‘Levantaos, pues, y cruzad el arroyo de Zered.’ “Así cruzamos el arroyo de
14
Zered. El tiempo que anduvimos desde Cades-barnea hasta que cruzamos el
arroyo de Zered fue de treinta y ocho años, hasta que se acabó toda la generación
de hombres de guerra de en medio del campamento, como Jehovah les había
15
jurado. La mano de Jehovah también estuvo contra ellos para destruirlos de en
16
medio del campamento, hasta acabarlos. “ Aconteció que cuando finalmente
17
murieron todos los hombres de guerra de entre el pueblo, Jehovah me habló
18
19
diciendo: ‘Tú pasarás hoy por el territorio de Moab, es decir, de Ar, y te
acercarás a los hijos de Amón. Pero no los molestes ni contiendas con ellos, porque
no te he de dar posesión en la tierra de los hijos de Amón. La he dado como
20
posesión a los hijos de Lot.’ (También esta tierra fue considerada tierra de los
refaítas. En otro tiempo habitaron en ella los refaítas, pero los amonitas los llamaban
21
zomzomeos. Estos eran un pueblo grande y numeroso; eran altos como los
anaquitas. A éstos destruyó Jehovah delante de los amonitas que les sucedieron y
22
habitaron en su lugar, como hizo también con los horeos, a los cuales destruyó
delante de los hijos de Esaú que habitan en Seír, quienes sucedieron a aquéllos y
23
habitaron en su lugar, hasta el día de hoy. De la misma manera, los caftoreos que
habían salido de Caftor destruyeron a los aveos que vivían en aldeas hasta Gaza, y
habitaron en su lugar.)
24
‘Levantaos, partid y cruzad el río Arnón. Mira, yo he entregado en tu mano a
Sejón el amorreo, rey de Hesbón, y su tierra. Comienza a tomar posesión de ella y
25
contiende con él en guerra. Hoy comenzaré a infundir miedo y temor de ti entre
los pueblos debajo de todo el cielo. Ellos oirán tu fama, y temblarán y se
26
estremecerán a causa de ti.’ “ Desde el desierto de Cademot envié mensajeros a
27
Sejón, rey de Hesbón, con un mensaje de paz, diciendo: ‘Déjame pasar por tu
28
tierra. Iré sólo por el camino. No me apartaré ni a la derecha ni a la izquierda. Me
venderás por dinero la comida que yo coma, y me darás por dinero el agua que yo
29
beba. Solamente permíteme pasar a pie, como hicieron conmigo los hijos de Esaú
que habitan en Seír y los moabitas que habitan en Ar, hasta que yo cruce el Jordán
30
hacia la tierra que Jehovah nuestro Dios nos da.’ Pero Sejón, rey de Hesbón, no
quiso que pasáramos por su territorio, porque Jehovah tu Dios había endurecido
su espíritu y obstinado su corazón para entregarlo en tu mano, como en el día de
31
hoy. “ Entonces me dijo Jehovah: ‘Mira, yo he comenzado a entregar delante de ti
32
a Sejón y su tierra. Comienza a tomar posesión de su tierra.’ “ Sejón salió a
33
nuestro encuentro, él con todo su pueblo, para combatir en Jahaz. Pero Jehovah
nuestro Dios lo entregó delante de nosotros, y lo matamos a él, a sus hijos y a todo
34
su pueblo. En aquel tiempo tomamos todas sus ciudades y las destruimos por
completo. No dejamos ningún sobreviviente de los hombres, las mujeres y los niños.
35
Sólo tomamos para nosotros los animales y el botín de las ciudades que
36
capturamos desde Aroer, que está en la ribera del río Arnón, y la ciudad que está
en el valle, hasta Galaad. No hubo ciudad que fuera demasiado fuerte para nosotros;
37
Jehovah nuestro Dios las entregó todas delante de nosotros. Solamente no te
acercaste a la tierra de los hijos de Amón, ni a todo lo que está junto al río Jaboc, ni
a las ciudades de la región montañosa, según todo lo que Jehovah nuestro Dios nos
había mandado.
Capítulo 3
1“
Después nos volvimos y subimos rumbo a Basán. Entonces Og, rey de Basán,
2
salió a nuestro encuentro con todo su pueblo para combatir en Edrei. Y Jehovah
me dijo: ‘No le tengas miedo, porque en tu mano he entregado a él, a todo su
pueblo y su tierra. Tú harás con él como hiciste con Sejón, rey de los amorreos, que
3
habitaba en Hesbón.’ “ También Jehovah nuestro Dios entregó en nuestra mano a
Og, rey de Basán, y a todo su pueblo, al cual matamos hasta no dejarle ningún
4
sobreviviente. Y tomamos entonces todas sus ciudades; no quedó ciudad que no
les tomásemos: sesenta ciudades, toda la tierra de Argob del reino de Og en Basán.
5
Todas estas ciudades estaban fortificadas con altas murallas, con puertas y
6
cerrojos, sin contar las muchísimas aldeas sin muros. Como hicimos con Sejón rey
de Hesbón, destruimos por completo en toda ciudad a los hombres, a las mujeres y
7
a los niños. Sólo tomamos para nosotros todos los animales y el botín de las
8
ciudades. “ En aquel tiempo tomamos la tierra desde el río Arnón hasta el monte
Hermón, de mano de los dos reyes amorreos que estaban establecidos al otro lado
9
del Jordán. (Al Hermón los sidonios lo llaman Sirión, y los amorreos lo llaman
10
Senir.) Tomamos todas las ciudades de la meseta, todo Galaad y todo Basán
11
hasta Salca y Edrei, ciudades del reino de Og en Basán. “ Sólo Og, rey de Basán,
había quedado del resto de los refaítas. He aquí su cama, que era de hierro,
¿acaso no está en Rabá de los hijos de Amón? Ella tiene 9 codos de largo por 4
codos de ancho, conforme al codo de un hombre.
12 “
Esta tierra con sus ciudades que heredamos en ese tiempo desde Aroer en el
río Arnón, hasta la mitad de la región montañosa de Galaad, se la di a los rubenitas y
13
a los gaditas. El resto de Galaad y todo Basán, que pertenecían al reino de Og, se
lo di a la media tribu de Manasés. (Toda la región de Argob, toda la de Basán, era
14
llamada la tierra de los refaítas.) “ Jaír hijo de Manasés tomó toda la tierra de
Argob hasta la frontera de los de Gesur y de los de Maaca, y la llamó por su propio
15
16
nombre: Havot-jaír en Basán, hasta el día de hoy. A Maquir le di Galaad. Y a
los rubenitas y a los gaditas les di desde Galaad hasta el río Arnón, el medio del río
como frontera, y hasta el Jaboc, el río que marca la frontera de los hijos de Amón.
17
También les di el Arabá y el Jordán como límite, desde el Quinéret hasta el mar
18
del Arabá, o mar Salado, hasta las faldas del Pisga, al oriente. “ En aquel tiempo
os mandé diciendo: ‘Jehovah vuestro Dios os ha dado esta tierra para que toméis
posesión de ella. Todos los valientes cruzaréis armados delante de vuestros
19
hermanos, los hijos de Israel. Solamente vuestras mujeres, vuestros niños y
vuestros ganados (yo sé que tenéis mucho ganado), se quedarán en las ciudades que
20
os he dado, hasta que Jehovah dé reposo a vuestros hermanos, así como a
vosotros, y ellos también tomen posesión de la tierra que Jehovah vuestro Dios les
da al otro lado del Jordán. Entonces volveréis cada uno a la heredad que yo os he
dado.’
21 “
También en aquel tiempo mandé a Josué diciendo: ‘Tus ojos han visto todo
lo que Jehovah tu Dios ha hecho a aquellos dos reyes. Así hará Jehovah a todos los
22
reinos por los cuales tú pasarás. No los temáis, porque Jehovah vuestro Dios, él
23
es el que combate por vosotros.’ “ En aquel tiempo supliqué a Jehovah, diciendo:
24
‘Oh Señor Jehovah, tú has comenzado a mostrar a tu siervo tu grandeza y tu
mano poderosa. Porque, ¿qué dios hay en los cielos o en la tierra que haga como
25
tus obras y como tus proezas? Te ruego que yo también cruce y vea aquella
buena tierra que está al otro lado del Jordán, aquella buena región montañosa y el
26
Líbano.’ “ Pero Jehovah se había indignado contra mí por causa de vosotros y no
27
me escuchó. Jehovah me dijo: ‘¡Basta! No me hables más de este asunto. Sube a
la cumbre del Pisga y alza tus ojos hacia el oeste, el norte, el sur y el este, y mírala
28
con tus ojos; porque tú no cruzarás este Jordán. Pero comisiona a Josué;
fortalécelo e infúndele valor, porque él cruzará al frente de este pueblo y les hará
29
tomar posesión de la tierra que tú verás.’ “ Así nos quedamos en el valle delante
de Bet-peor.
Capítulo 4
1“
Ahora pues, oh Israel, escucha las leyes y decretos que yo os enseño que
hagáis, a fin de que viváis y entréis a tomar posesión de la tierra que os da Jehovah,
2
Dios de vuestros padres. No añadáis a las palabras que yo os mando, ni quitéis de
ellas, de modo que guardéis los mandamientos de Jehovah vuestro Dios, que yo os
3
mando. Vuestros ojos han visto lo que Jehovah hizo con respecto al Baal de Peor,
cómo vuestro Dios destruyó de en medio de vosotros a todo hombre que fue tras el
4
Baal de Peor. Pero vosotros, que fuisteis fieles a Jehovah vuestro Dios, todos
5
estáis vivos hoy. “ Mirad, yo os he enseñado leyes y decretos, como Jehovah mi
Dios me mandó, para que hagáis así en medio de la tierra a la cual entraréis para
6
tomar posesión de ella. Guardadlos, pues, y ponedlos por obra, porque esto es
vuestra sabiduría y vuestra inteligencia ante los ojos de los pueblos, los cuales al oír
de todas estas leyes dirán: ‘¡Ciertamente esta gran nación es un pueblo sabio y
7
entendido!’ Porque, ¿qué nación hay tan grande, que tenga dioses tan cerca de
8
ella, así como lo está Jehovah nuestro Dios toda vez que le invocamos? ¿Qué
nación hay tan grande que tenga leyes y decretos tan justos como toda esta ley que
9
yo pongo hoy delante de vosotros? Solamente guárdate y guarda diligentemente tu
alma, no sea que te olvides de las cosas que tus ojos han visto, ni que se aparten de
tu corazón durante todos los días de tu vida. Las enseñarás a tus hijos y a los hijos
10
de tus hijos. “ El día que estuviste delante de Jehovah tu Dios en Horeb, Jehovah
me dijo: ‘Reúneme al pueblo para que yo les haga oír mis palabras, las cuales
aprenderán para temerme todos los días que vivan en la tierra, y para enseñarlas a
11
sus hijos.’ Y os acercasteis y os reunisteis al pie del monte. El monte ardía con
12
fuego hasta el corazón de los cielos, con densas nubes y oscuridad. Entonces
Jehovah os habló de en medio del fuego. Vosotros oisteis el sonido de sus palabras,
13
pero aparte de oír su voz, no visteis ninguna imagen. El os declaró su pacto, el
cual os mandó poner por obra: Los Diez Mandamientos. Y los escribió en dos
14
tablas de piedra. En aquel tiempo Jehovah también me mandó a mí que os
enseñara las leyes y los decretos, para que los pusieseis por obra en la tierra a la
15
cual pasáis para tomar posesión de ella. “ Por tanto, tened mucho cuidado de
vosotros mismos, pues ninguna imagen visteis el día que Jehovah os habló en Horeb
16
de en medio del fuego. No sea que os corrompáis y os hagáis imágenes, o
17
semejanza de cualquier figura, sea en forma de hombre o de mujer, ni en forma de
cualquier animal que esté en la tierra, ni en forma de cualquier ave alada que vuele en
18
los cielos, ni en forma de cualquier animal que se desplace sobre la tierra, ni
19
en forma de cualquier pez que haya en las aguas debajo de la tierra. No sea que al
alzar tus ojos al cielo y al ver el sol, la luna y las estrellas, es decir, todo el ejército
del cielo, seas desviado a postrarte ante ellos y a rendir culto a cosas que Jehovah tu
20
Dios ha asignado a todos los pueblos de debajo del cielo. Pero a vosotros
Jehovah os ha tomado y os ha sacado del horno de hierro, de Egipto, para que seáis
21
pueblo de su heredad como en el día de hoy. “ Jehovah se airó contra mí por
causa de vuestras palabras, y juró que yo no cruzaría el Jordán ni entraría en la
22
buena tierra que Jehovah tu Dios te da por heredad. Así que yo voy a morir en
esta tierra. Yo no cruzaré el Jordán, pero vosotros sí lo cruzaréis y tomaréis posesión
de aquella buena tierra. 23 Cuidaos, pues, no sea que olvidéis el pacto de Jehovah
vuestro Dios, que él ha establecido con vosotros, y os hagáis imágenes o cualquier
semejanza, como te ha prohibido Jehovah tu Dios. 24 Porque Jehovah tu Dios es fuego
consumidor, un Dios celoso. 25 “ Cuando hayáis engendrado hijos y nietos, y hayáis
envejecido en la tierra, y os corrompáis, y hagáis imágenes o cualquier semejanza, y
hagáis lo malo ante los ojos de Jehovah tu Dios, enojándole, 26 yo pongo hoy por
testigos a los cielos y a la tierra, que pronto pereceréis totalmente en la tierra hacia la
cual cruzáis el Jordán para tomar posesión de ella. No permaneceréis largo tiempo en
ella, sino que seréis completamente destruidos. 27 Jehovah os esparcirá entre los
pueblos, y quedaréis pocos en número entre las naciones a las cuales os llevará
28
Jehovah. Allí serviréis a dioses hechos por manos de hombre, de madera y de
29
piedra, que no ven, ni oyen, ni comen, ni huelen. Pero cuando desde allí busques a
Jehovah tu Dios, lo hallarás, si lo buscas con todo tu corazón y con toda tu alma.
30
En los postreros días, cuando estés en angustia y te sucedan todas estas cosas,
31
volverás a Jehovah tu Dios y obedecerás su voz. Porque Jehovah tu Dios es Dios
misericordioso; no te abandonará, ni te destruirá, ni se olvidará del pacto que juró a
32
tus padres. “ Pues pregunta, por favor, a los días antiguos que te antecedieron,
desde el día que Dios creó al hombre sobre la tierra, y desde un extremo del cielo
hasta el otro, si se ha hecho cosa semejante a esta gran cosa, o si se ha oído de otra
33
como ella. ¿Existe otro pueblo que haya oído la voz de Dios hablando de en
34
medio del fuego, como tú la has oído, y que haya seguido viviendo? ¿O algún dios
ha intentado venir y tomar un pueblo para sí de en medio de otro pueblo, con
pruebas, señales, prodigios, guerra, mano poderosa, brazo extendido y grandes
terrores, como todo lo que hizo por vosotros Jehovah vuestro Dios en Egipto, ante
35
vuestros propios ojos? A ti se te ha mostrado esto para que sepas que Jehovah es
36
Dios y que no hay otro aparte de él. Desde los cielos te hizo oír su voz para
enseñarte, y sobre la tierra te mostró su gran fuego. Tú has oído sus palabras de en
37
medio del fuego. Y por cuanto él amó a tus padres y escogió a sus descendientes
después de ellos, te sacó de Egipto con su presencia, con su gran poder.
38
Hizo esto para arrojar de delante de ti naciones más grandes y más fuertes que tú,
y para introducirte y darte su tierra por heredad, como en el día de hoy.
39
Reconoce, pues, hoy y considera en tu corazón que Jehovah es Dios arriba en los
40
cielos y abajo en la tierra, y no hay otro. Guarda sus leyes y sus mandamientos
que yo te mando hoy, para que te vaya bien a ti y a tus hijos después de ti, y para
que prolongues los días sobre la tierra que Jehovah tu Dios te da para siempre.”
41
Entonces Moisés apartó tres ciudades al otro lado del Jordán, hacia donde se
42
levanta el sol, para que huya allí el homicida que mate a su prójimo por accidente,
sin haberle tenido previamente aversión. Al huir a cualquiera de estas ciudades,
43
podrá salvar su vida. Apartó a Beser, en el desierto, en la meseta, para los
rubenitas; a Ramot, en Galaad, para los gaditas; y a Golán, en Basán, para los de
44
45
Manasés. Esta es la ley que Moisés puso ante los hijos de Israel. Estos son los
testimonios, las leyes y los decretos que Moisés habló a los hijos de Israel cuando
46
habían salido de Egipto, al otro lado del Jordán, en el valle que está frente a Betpeor, en la tierra de Sejón, rey de los amorreos, que habitaba en Hesbón. A éste
47
dieron muerte Moisés y los hijos de Israel, cuando salieron de Egipto. Así
tomaron posesión de su tierra y de la tierra de Og, rey de Basán. Estos dos reyes de
los amorreos habitaban al otro lado del Jordán, hacia donde se levanta el sol,
48
desde Aroer, que está sobre la ribera del río Arnón, hasta el monte Sirión, que es
49
el Hermón, y en todo el Arabá, al otro lado del Jordán, hasta el mar del Arabá en
las faldas del Pisga.
Capítulo 5
1
Moisés llamó a todo Israel y les dijo: “Escucha, Israel, las leyes y decretos que
proclamo hoy a vuestros oídos. Aprendedlos y tened cuidado de ponerlos por obra.
2
3
Jehovah nuestro Dios hizo un pacto con nosotros en Horeb. No fue sólo con
nuestros padres que Jehovah hizo este pacto, sino también con nosotros, nosotros
4
que estamos aquí hoy, todos vivos. Cara a cara habló Jehovah con vosotros en el
5
monte, de en medio del fuego. Yo estaba entonces entre Jehovah y vosotros, para
declararos la palabra de Jehovah; porque vosotros tuvisteis temor del fuego y no
subisteis al monte. Entonces él dijo:
6
‘Yo soy Jehovah tu Dios que te saqué de la tierra de Egipto, de la casa de
7
8
esclavitud: “ ‘No tendrás otros dioses delante de mí. “ ‘No te harás imagen ni
ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en
9
las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás ante ellas ni les rendirás culto; porque
yo soy Jehovah tu Dios, un Dios celoso que castigo la maldad de los padres sobre
los hijos, sobre la tercera y sobre la cuarta generación de los que me aborrecen.
10
Pero muestro misericordia por mil generaciones a los que me aman y guardan mis
11
mandamientos. “ ‘No tomarás en vano el nombre de Jehovah tu Dios, porque
12
Jehovah no dará por inocente al que tome su nombre en vano. “ ‘Guarda el día del
13
sábado para santificarlo, como te ha mandado Jehovah tu Dios. Seis días
14
trabajarás y harás toda tu obra, pero el séptimo día será sábado para Jehovah tu
Dios. No harás en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni
tu buey, ni tu asno, ni ningún animal tuyo, ni el forastero que está dentro de tus
15
puertas; para que tu siervo y tu sierva descansen como tú. Acuérdate de que tú
fuiste esclavo en la tierra de Egipto y que Jehovah tu Dios te sacó de allí con mano
poderosa y brazo extendido. Por eso Jehovah tu Dios te ha mandado que guardes el
16
día del sábado. “ ‘Honra a tu padre y a tu madre, como Jehovah tu Dios te ha
mandado, para que tus días se prolonguen y te vaya bien en la tierra que Jehovah tu
17
18
19
Dios te da. “ ‘No cometerás homicidio. “ ‘No cometerás adulterio. “ ‘No
20
21
robarás. “ ‘No darás falso testimonio contra tu prójimo. “ ‘No codiciarás la
mujer de tu prójimo, ni desearás la casa de tu prójimo, ni su campo, ni su siervo, ni
22
su sierva, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna que sea de tu prójimo.’ “ Estas
palabras habló Jehovah a gran voz a toda vuestra congregación en el monte, de en
medio del fuego, de la nube y de la oscuridad, y no añadió más. Luego las escribió
en dos tablas de piedra, y me las dio a mí.
23 “
Aconteció que cuando oisteis la voz de en medio de las tinieblas, mientras el
monte ardía en fuego, os acercasteis a mí todos los jefes de vuestras tribus y
24
vuestros ancianos. Entonces dijisteis: ‘He aquí, Jehovah nuestro Dios nos ha
mostrado su gloria y su grandeza, y hemos oído su voz de en medio del fuego. En
este día hemos visto que Dios habla al hombre, y que éste puede quedar vivo.
25
Pero, ¿por qué hemos de morir, ya que este gran fuego nos consumirá? Si
26
volvemos a oír la voz de Jehovah nuestro Dios, moriremos. Porque, ¿quién es el
ser humano para que oiga, como nosotros, la voz del Dios vivo que habla de en
27
medio del fuego, y aún viva? Acércate tú, y escucha todo lo que dice Jehovah
nuestro Dios. Luego tú nos dirás todo lo que Jehovah nuestro Dios te haya dicho, y
28
nosotros lo escucharemos y lo pondremos por obra.’ “ Jehovah oyó vuestras
palabras cuando me hablabais, y me dijo: ‘He oído las palabras que te ha hablado
29
este pueblo. Está bien todo lo que han dicho. ¡Oh, si tuviesen tal corazón que me
temiesen y guardasen todos mis mandamientos todos los días, para que les
30
fuera bien a ellos y a sus hijos para siempre! Vé y diles: Volved a vuestras tiendas.
31
Pero tú, quédate aquí conmigo. Yo te diré todos los mandamientos, las leyes y los
decretos que les has de enseñar, para que los pongan por obra en la tierra que les
32
doy para que tomen posesión de ella.’ “ Tened cuidado, pues, de hacer como
Jehovah vuestro Dios os ha mandado. No os apartéis a la derecha ni a la izquierda.
33
Andad en todo el camino que Jehovah vuestro Dios os ha mandado, para que
viváis y os vaya bien, y para que prolonguéis vuestros días en la tierra que vais a
tomar en posesión.
Capítulo 6
1“
Estos, pues, son los mandamientos, las leyes y los decretos que Jehovah
vuestro Dios ha mandado que os enseñara, para que los pongáis por obra en la
2
tierra a la cual pasáis para tomarla en posesión. Son para que temas a Jehovah tu
Dios, tú con tu hijo y el hijo de tu hijo, guardando todos los días de tu vida todas sus
leyes y sus mandamientos que yo te mando, a fin de que tus días sean prolongados.
3
Escucha, pues, oh Israel, y cuida de ponerlos por obra, para que te vaya bien y
seas multiplicado grandemente en la tierra que fluye leche y miel, como te ha
prometido Jehovah, Dios de tus padres.
4“
5
Escucha, Israel: Jehovah nuestro Dios, Jehovah uno es. Y amarás a Jehovah
6
tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas. “ Estas
7
palabras que yo te mando estarán en tu corazón. Las repetirás a tus hijos y
hablarás de ellas sentado en casa o andando por el camino, cuando te acuestes y
8
cuando te levantes. Las atarás a tu mano como señal, y estarán como frontales
9
entre tus ojos. Las escribirás en los postes de tu casa y en las puertas de tus
10
ciudades. “ Sucederá que cuando Jehovah tu Dios te haya introducido en la tierra
que juró a tus padres Abraham, Isaac y Jacob que te daría, con ciudades grandes y
11
buenas que tú no edificaste, con casas llenas de todo bien que tú no llenaste, con
cisternas cavadas que tú no cavaste, con viñas y olivares que tú no plantaste, y
12
cuando hayas comido y te hayas saciado, entonces ten cuidado; no sea que te
13
olvides de Jehovah que te sacó de la tierra de Egipto, de la casa de esclavitud. A
14
Jehovah tu Dios temerás y a él servirás, y por su nombre jurarás. No iréis tras
15
otros dioses, tras los dioses de los pueblos que están a vuestro alrededor; porque
Jehovah tu Dios es un Dios celoso que está en medio de ti. No sea que se encienda
16
el furor de Jehovah tu Dios contra ti, y te destruya de la faz de la tierra. “ No
pondréis a prueba a Jehovah vuestro Dios, como lo hicisteis en Masá.
17
Guardad cuidadosamente los mandamientos de Jehovah vuestro Dios y sus
18
testimonios y leyes que te ha mandado. Harás lo recto y bueno ante los ojos de
Jehovah, a fin de que te vaya bien, y entres y tomes posesión de la buena tierra que
19
Jehovah juró a tus padres; para que él eche a todos tus enemigos de delante de ti,
20
como Jehovah ha prometido. “ En el futuro, cuando tu hijo te pregunte diciendo:
‘¿Qué significan los testimonios, las leyes y los decretos que Jehovah nuestro Dios
21
os mandó?’, entonces responderás a tu hijo: ‘Nosotros éramos esclavos del
22
faraón en Egipto, pero Jehovah nos sacó de Egipto con mano poderosa. Jehovah
hizo en Egipto señales y grandes prodigios contra el faraón y contra toda su familia,
23
ante nuestros propios ojos. El nos sacó de allá para traernos y darnos la tierra que
24
juró a nuestros padres. Y Jehovah nos mandó que pusiéramos por obra todas
estas leyes y que temiésemos a Jehovah nuestro Dios, para que nos fuera bien todos
25
los días y para conservarnos la vida, como en el día de hoy. Y será para nosotros
justicia, si tenemos cuidado de poner por obra todos estos mandamientos delante de
Jehovah nuestro Dios, como él nos ha mandado.
Capítulo 7
1“
Cuando Jehovah tu Dios te haya introducido en la tierra a la cual entrarás para
tomarla en posesión, y haya expulsado de delante de ti a muchas naciones (heteos,
gergeseos, amorreos, cananeos, ferezeos, heveos y jebuseos: siete naciones
2
mayores y más fuertes que tú), y cuando Jehovah tu Dios las haya entregado
delante de ti y tú las hayas derrotado, entonces destrúyelas por completo. No harás
3
alianza con ellas ni tendrás de ellas misericordia. No emparentarás con ellas: No
4
darás tu hija a su hijo, ni tomarás su hija para tu hijo. Porque desviará a tu hijo de
en pos de mí, y servirá a otros dioses, de modo que el furor de Jehovah se
5
encenderá sobre vosotros y pronto os destruirá. “ Ciertamente así habéis de
proceder con ellos: Derribaréis sus altares, romperéis sus piedras rituales, cortaréis
6
sus árboles de Asera y quemaréis sus imágenes en el fuego. Porque tú eres un
pueblo santo para Jehovah tu Dios; Jehovah tu Dios te ha escogido para que le seas
un pueblo especial, más que todos los pueblos que están sobre la faz de la tierra.
7“
No porque vosotros seáis más numerosos que todos los pueblos, Jehovah os ha
querido y os ha escogido, pues vosotros erais el más insignificante de todos los
8
pueblos. Es porque Jehovah os ama y guarda el juramento que hizo a vuestros
padres, que os ha sacado de Egipto con mano poderosa y os ha rescatado de la
9
casa de esclavitud, de mano del faraón, rey de Egipto. “ Reconoce, pues,
que Jehovah tu Dios es Dios: Dios fiel que guarda el pacto y la misericordia para con
10
los que le aman y guardan sus mandamientos, hasta mil generaciones, y que da
retribución en su misma cara al que le aborrece, destruyéndolo. El no tardará en
11
darla al que le aborrece; en su misma cara le retribuirá. “ Guarda, pues, los
mandamientos, leyes y decretos que hoy te mando que cumplas.
12
Y será que por haber obedecido estos decretos, por guardarlos y ponerlos
por obra, Jehovah tu Dios guardará para contigo el pacto y la misericordia que juró
13
a tus padres. El te amará, te bendecirá y te multiplicará. También bendecirá el
fruto de tu vientre y el fruto de tu tierra, tu grano y tu vino nuevo y tu aceite, la cría
de tus vacas y el incremento de tus ovejas, en la tierra que juró a tus padres que te
14
daría. Serás más bendecido que todos los pueblos; no habrá hombre ni mujer
15
estéril en medio de ti, ni entre tus animales. Jehovah quitará de ti toda dolencia y
todas las terribles enfermedades de Egipto, que tú conoces. No las pondrá sobre ti;
16
más bien, las pondrá sobre todos los que te aborrecen. “ Destruirás todos los
pueblos que Jehovah tu Dios entrega en tus manos. Tu ojo no les tendrá lástima, ni
17
rendirás culto a sus dioses, porque eso te sería motivo de tropiezo. “ Si dices en tu
corazón: ‘Estas naciones son más numerosas que yo; ¿cómo las podré desalojar?’,
18
no tengas temor de ellas. Acuérdate bien de lo que Jehovah tu Dios hizo con el
19
faraón y con todo Egipto; de las grandes pruebas que vieron tus ojos, de las
señales y de los prodigios, de la mano poderosa y del brazo extendido con que
Jehovah tu Dios te sacó. Así hará Jehovah tu Dios con todos los pueblos de cuya
20
presencia temes. Jehovah tu Dios también enviará contra ellos la avispa, hasta que
21
perezcan los que queden y los que se hayan escondido de ti. No desmayes ante
ellos, porque Jehovah tu Dios está en medio de ti, Dios grande y temible.
22 “
Jehovah tu Dios expulsará estas naciones de delante de ti, poco a poco. No
podrás exterminarlas de inmediato, no sea que los animales del campo se
23
multipliquen contra ti. Jehovah tu Dios las entregará delante de ti; él las arrojará
24
con gran destrozo, hasta que sean destruidas. El entregará a sus reyes en tu mano,
y tú destruirás sus nombres de debajo del cielo. Nadie te podrá resistir, hasta que
25
los destruyas. “ Quemarás en el fuego las imágenes de sus dioses. No codiciarás la
plata y el oro que estén sobre ellas, ni los tomarás para ti, para que no caigas en la
26
trampa por ello. Esto es abominación a Jehovah tu Dios. No meterás en tu casa
ninguna cosa abominable, para que no seas anatema juntamente con ella. La
aborrecerás del todo y la abominarás, porque es anatema.
Capítulo 8
1“
Cuidaréis de poner por obra todo mandamiento que yo os mando hoy, para
que viváis y seáis multiplicados, y para que entréis y toméis posesión de la tierra que
2
Jehovah juró dar a vuestros padres. “ Acuérdate de todo el camino por donde te ha
conducido Jehovah tu Dios estos cuarenta años por el desierto, con el fin de
humillarte y probarte, para saber lo que estaba en tu corazón, y si guardarías sus
3
mandamientos, o no. “ El te humilló y te hizo sufrir hambre, pero te sustentó con
maná, comida que tú no conocías, ni tus padres habían conocido jamás. Lo hizo
para enseñarte que no sólo de pan vivirá el hombre, sino que el hombre vivirá de
4
toda palabra que sale de la boca de Jehovah. “ Tu vestido nunca se ha envejecido
5
sobre ti, ni tu pie se te ha hinchado en estos cuarenta años. Reconoce, pues, en tu
corazón, que como un hombre corrige a su hijo, así te corrige Jehovah tu Dios.
6
Guardarás los mandamientos de Jehovah tu Dios, andando en sus caminos y
7
teniendo temor de él. “ Ciertamente Jehovah tu Dios te introduce en una buena
tierra: tierra de arroyos de agua, de manantiales y de fuentes del abismo que brotan
8
en los valles y en los montes; tierra de trigo, de cebada, de vides, de higueras y de
9
granados; tierra de olivos ricos en aceite y de miel; tierra en la cual no comerás el
pan con escasez, pues nada te faltará en ella; tierra cuyas piedras son de hierro y de
cuyas montañas extraerás cobre.
10
Comerás y te saciarás, y bendecirás a Jehovah tu Dios por la buena tierra que
11
te habrá dado. “ Cuídate de no olvidarte de Jehovah tu Dios, dejando de guardar
12
sus mandamientos, sus decretos y sus estatutos que yo te mando hoy. No sea que
13
cuando comas y te sacies, cuando edifiques buenas casas y las habites, cuando se
multipliquen tus vacas y tus ovejas, cuando se multipliquen la plata y el oro, y cuando
14
se multiplique todo lo que tienes, entonces se llegue a enaltecer tu corazón y te
olvides de Jehovah tu Dios, que te sacó de la tierra de Egipto, de la casa de
15
esclavitud. El es quien te hizo caminar por un desierto grande y terrible, de
serpientes ardientes y de escorpiones; una tierra sedienta donde no había agua. El es
16
quien sacó para ti agua del duro pedernal. El es quien te sustentó en el desierto
con maná, comida que no habían conocido tus padres, con el propósito de
17
humillarte y probarte para al final hacerte bien. No sea que digas en tu corazón:
18
‘Mi fuerza y el poder de mi mano me han traído esta prosperidad.’ Al contrario,
acuérdate de Jehovah tu Dios. El es el que te da poder para hacer riquezas, con el
19
fin de confirmar su pacto que juró a tus padres, como en este día. “ Pero
sucederá que si alguna vez llegas a olvidarte de Jehovah tu Dios, y caminas en pos
de otros dioses y les rindes culto postrándote ante ellos, entonces yo testifico hoy
20
contra vosotros que pereceréis totalmente. Como las naciones que Jehovah
destruirá delante de vosotros, así pereceréis; porque no habréis escuchado la voz de
Jehovah vuestro Dios.
Capítulo 9
1“
Escucha, Israel: Tú vas a cruzar hoy el Jordán para entrar a desalojar
naciones más grandes y más poderosas que tú, ciudades grandes y fortificadas hasta
2
el cielo, un pueblo grande y alto, los anaquitas, de los cuales tú tienes conocimiento
3
y has oído decir: ‘¿Quién podrá permanecer delante de los hijos de Anac?’ Y
sabrás hoy que Jehovah tu Dios es el que cruza delante de ti. El es fuego
consumidor. El los destruirá y los someterá delante de ti. Y tú los desalojarás y los
4
destruirás rápidamente, como Jehovah te ha prometido. “ Cuando Jehovah tu Dios
los haya echado de delante de ti, no digas en tu corazón: ‘Por mi justicia Jehovah me
ha traído para tomar posesión de la tierra.’ Porque por la impiedad de estas
5
naciones es que Jehovah las echa de tu presencia. No es por tu justicia, ni por la
rectitud de tu corazón, que entras a tomar posesión de su tierra. Es por la impiedad
de estas naciones que Jehovah tu Dios las echa de tu presencia, y para cumplir la
6
palabra que Jehovah juró a tus padres Abraham, Isaac y Jacob. “ Sabrás, pues,
que no es por tu justicia que Jehovah tu Dios te da esta buena tierra para que la
tomes en posesión, puesto que tú eres un pueblo de dura cerviz.
7
Acuérdate; no te olvides que en el desierto provocaste a ira a Jehovah tu Dios.
Habéis sido rebeldes para con Jehovah desde el día en que salisteis de la tierra de
8
Egipto, hasta que llegasteis a este lugar. “ Vosotros provocasteis a ira a Jehovah en
9
Horeb, y Jehovah se airó tanto contra vosotros como para destruiros. Cuando subí
al monte para recibir las tablas de piedra, las tablas del pacto que Jehovah hizo con
vosotros, estuve en el monte cuarenta días y cuarenta noches, sin comer pan ni
10
beber agua. Y Jehovah me dio las dos tablas de piedra escritas con el dedo de
Dios. En ellas estaban todas las palabras que Jehovah os había hablado en el monte,
11
de en medio del fuego, el día de la asamblea. Sucedió que, al final de los cuarenta
días y cuarenta noches, Jehovah me dio las dos tablas de piedra, las tablas del
12
pacto. Y me dijo Jehovah: ‘Levántate, desciende pronto de aquí, porque tu
pueblo que sacaste de Egipto se ha corrompido. Se han apartado rápidamente del
13
camino que yo les mandé, y se han hecho una imagen de fundición.’ “ Jehovah
me habló diciendo: ‘Yo he visto a este pueblo, y he aquí que es un pueblo de dura
14
cerviz. Déjame que los destruya y borre su nombre de debajo del cielo, y de ti
15
haré una nación más poderosa y numerosa que ellos.’ “ Di vuelta y descendí del
16
monte que ardía en fuego, con las dos tablas del pacto en mis dos manos. Miré, y
he aquí que habíais pecado contra Jehovah vuestro Dios. Os habíais hecho un
becerro de fundición, apartándoos rápidamente del camino que Jehovah os había
17
mandado. Entonces tomé las dos tablas, las arrojé de mis dos manos y las rompí
18
delante de vuestros ojos. “ Luego me postré delante de Jehovah, como la primera
vez, cuarenta días y cuarenta noches. No comí pan ni bebí agua, a causa de todo
vuestro pecado que habíais cometido haciendo lo malo ante los ojos de Jehovah,
19
hasta enojarlo. Ciertamente tuve mucho miedo a causa del furor y de la ira con
que Jehovah estaba tan enojado contra vosotros como para destruiros. Pero
20
Jehovah me escuchó también esta vez. “ Jehovah también se enojó tanto contra
21
Aarón como para destruirlo. Y también oré por Aarón en aquella ocasión. “ Yo
tomé vuestro pecado, el becerro que habíais hecho, y lo quemé en el fuego. Lo
desmenucé moliéndolo bien, hasta reducirlo a polvo, el cual arrojé a la quebrada que
22
descendía del monte. “ También en Tabera, en Masá y en Quibrot-hataavah
23
provocasteis a ira a Jehovah. Y cuando Jehovah os envió desde Cades-barnea,
diciendo: ‘Subid y tomad posesión de la tierra que yo os doy’, fuisteis rebeldes al
24
mandato de Jehovah vuestro Dios y no le creisteis ni obedecisteis su voz. Habéis
25
sido rebeldes contra Jehovah desde el día en que yo os conocí. Yo me postré
delante de Jehovah cuarenta días y cuarenta noches; me postré, porque Jehovah dijo
26
que os iba a destruir. Oré a Jehovah diciendo: Oh, Señor Jehovah, no destruyas a tu
pueblo, a tu heredad que has rescatado por tu grandeza, al cual sacaste de Egipto con
mano poderosa. 27 Acuérdate de tus siervos Abraham, Isaac y Jacob. No mires la
dureza de este pueblo, ni su impiedad ni su pecado. 28 No sea que los de la tierra de
donde nos sacaste digan: ‘Porque Jehovah no fue capaz de introducirlos en la tierra
que les había prometido, o porque los aborrecía, los sacó para matarlos en el desierto.’
29
Pero ellos son tu pueblo y tu heredad que sacaste con tu gran poder y con tu brazo
extendido.
Capítulo 10
1“
En aquel tiempo Jehovah me dijo: ‘Lábrate dos tablas de piedra como las
2
primeras y sube hacia mí al monte. Haz también un arca de madera. Yo escribiré
en esas tablas las palabras que estaban en las tablas primeras que rompiste, y las
3
pondrás en el arca.’ “ Entonces hice un arca de madera de acacia y labré dos
tablas de piedra como las primeras. Después subí al monte con las dos tablas en mi
4
mano. Y él escribió en las tablas lo mismo que estaba escrito en las primeras: Los
Diez Mandamientos que Jehovah os había hablado en el monte, de en medio del
5
fuego, el día de la asamblea. Luego Jehovah me las dio. Di vuelta y descendí del
monte, y puse las tablas en el arca que había hecho. Allí están, como Jehovah me
6
mandó. “ Después los hijos de Israel partieron de Beerot-bene-jaacán hacia
Mosera. Allí murió Aarón, y allí fue sepultado. En lugar suyo asumió el sacerdocio
7
su hijo Eleazar. De allí partieron hacia Gudgoda, y de Gudgoda hacia Jotbata, una
8
tierra de arroyos de agua. “ En aquel tiempo Jehovah apartó la tribu de Leví para
llevar el arca del pacto de Jehovah, a fin de que estuviese delante de Jehovah para
9
servirle, y para que bendijese en su nombre hasta el día de hoy. Por esto Leví no
ha tenido parte ni heredad entre sus hermanos: Jehovah es su heredad, como
10
Jehovah tu Dios se lo ha prometido. “ Yo estuve en el monte como en los primeros
días, cuarenta días y cuarenta noches. Y Jehovah me escuchó también esta vez, y no
11
quiso Jehovah destruirte. Y Jehovah me dijo: ‘Levántate, vé para ponerte en
marcha delante del pueblo, a fin de que entren y tomen posesión de la tierra que juré
a sus padres que les había de dar.’
12 “
Ahora pues, Israel, ¿qué pide Jehovah tu Dios de ti? Sólo que temas a
Jehovah tu Dios, que andes en todos sus caminos, que ames y sirvas a Jehovah tu
13
Dios con todo tu corazón y con toda tu alma, y que guardes los mandamientos de
14
Jehovah y sus estatutos que yo te prescribo hoy, para tu bien. “ He aquí, de
Jehovah tu Dios son los cielos y los cielos de los cielos, la tierra y todo lo que en ella
15
hay. Pero Jehovah se agradó sólo de vuestros padres para amarles, y después de
ellos eligió a su descendencia de entre todos los pueblos, es decir, a vosotros, como
16
en el día de hoy. Circuncidad, pues, el prepucio de vuestro corazón y no
17
endurezcáis más vuestra cerviz. Porque Jehovah vuestro Dios es Dios de dioses y
Señor de señores. Es Dios grande, poderoso y temible, que no hace distinción de
18
personas ni acepta soborno. El hace justicia al huérfano y a la viuda, y también
19
ama al extranjero y le da pan y vestido. Por tanto, amaréis al extranjero, porque
20
extranjeros fuisteis vosotros en la tierra de Egipto. “ A Jehovah tu Dios temerás, y
21
a él servirás. A él serás fiel y por su nombre jurarás. El es tu alabanza; él es tu
Dios que ha hecho por ti estas cosas grandes y temibles que tus ojos han visto.
22
Con setenta personas descendieron tus padres a Egipto, y ahora Jehovah tu Dios
te ha hecho tan numeroso como las estrellas del cielo.
Capítulo 11
1“
Amarás, pues, a Jehovah tu Dios y guardarás su ordenanza, sus estatutos, sus
decretos y sus mandamientos, todos los días. 2 “ Hoy habéis de reconocer vosotros —
no vuestros hijos que no la han conocido ni visto — la disciplina de Jehovah vuestro
Dios: su grandeza, su mano poderosa y su brazo extendido, 3 sus señales y sus obras
que hizo en medio de Egipto al faraón rey de Egipto y a toda su tierra, 4 y lo que hizo al
ejército de Egipto, a sus caballos y a sus carros, cómo hizo que las aguas del mar Rojo
se precipitasen sobre ellos cuando venían tras vosotros, y cómo Jehovah los destruyó
hasta el día de hoy, 5 y lo que ha hecho con vosotros en el desierto hasta que habéis
llegado a este lugar, 6 y lo que hizo con Datán y Abiram, hijos de Eliab hijo de Rubén,
cómo la tierra abrió su boca y los tragó a ellos, a sus familias, sus tiendas y todo lo que
les pertenecía en medio de todo Israel. 7 Ciertamente son vuestros ojos los que han
visto toda la gran obra que Jehovah ha hecho.
8“
Por tanto, guardad todos los mandamientos que yo os mando hoy, para que
9
seáis fuertes y lleguéis a tomar la tierra a la cual cruzáis para tomarla en posesión; a
fin de que prolonguéis vuestros días en la tierra que Jehovah juró a vuestros padres
que les daría a ellos y a sus descendientes: una tierra que fluye leche y miel.
10 “
Ciertamente la tierra a la cual entras para tomarla en posesión no es como la
tierra de Egipto, de donde has salido, donde sembrabas tu semilla y la regabas con
11
tu pie como a huerto de hortalizas. La tierra a la cual cruzas para tomarla en
posesión es una tierra de montes y de valles, que bebe el agua de la lluvia del cielo;
12
una tierra de la cual cuida Jehovah tu Dios. Los ojos de Jehovah tu Dios están
13
siempre sobre ella, desde el principio del año hasta el final de él. “ Sucederá que si
obedecéis cuidadosamente mis mandamientos que hoy os mando, para amar a
Jehovah vuestro Dios y para servirle con todo vuestro corazón y con toda vuestra
14
alma, entonces él dará la lluvia a vuestra tierra en su tiempo, tanto la lluvia
15
temprana como la lluvia tardía. Así podrás recoger tu grano, tu vino y tu aceite. El
dará también hierba en tu campo para tu ganado. Así comerás y te saciarás.
16 “
Guardaos, pues, no sea que vuestro corazón se engañe y os apartéis y sirváis a
17
otros dioses, y os inclinéis a ellos. No sea que se encienda el furor de Jehovah
contra vosotros y cierre los cielos y no haya lluvia, ni la tierra dé su fruto, y perezcáis
rápidamente sobre la buena tierra que Jehovah os da.
18 “
Por tanto, pondréis estas palabras mías en vuestro corazón y en vuestra
alma. Las ataréis a vuestra mano como señal, y estarán como frontales
19
entre vuestros ojos. Las enseñaréis a vuestros hijos, hablando de ellas sentado en
20
tu casa o andando por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes. Las
21
escribirás en los postes de tu casa y en las puertas de tus ciudades, para que
vuestros días y los días de vuestros hijos sobre la tierra que Jehovah juró a vuestros
padres que les había de dar, sean tan numerosos como los días de los cielos sobre la
22
tierra. “ Porque si guardáis cuidadosamente todos estos mandamientos que yo os
mando para que los cumpláis, amando a Jehovah vuestro Dios, andando en todos
23
sus caminos y siendo fieles a él, entonces Jehovah también echará todas estas
naciones de delante de vosotros, y desalojaréis naciones más grandes y más
24
poderosas que vosotros. Todo lugar que pise la planta de vuestro pie será
vuestro. Vuestro territorio será desde el desierto hasta el Líbano, y desde el río, el
25
río Eufrates, hasta el mar occidental. Nadie prevalecerá ante vosotros. Jehovah
vuestro Dios pondrá miedo y pavor de vosotros sobre la faz de toda la tierra que
piséis, como él os lo ha prometido.
26 “
Mira, pues; yo pongo hoy delante de vosotros la bendición y la maldición:
la bendición, si obedecéis los mandamientos de Jehovah vuestro Dios que yo os
28
mando hoy; y la maldición, si no obedecéis los mandamientos de Jehovah vuestro
Dios, sino que os apartáis del camino que yo os mando hoy, para ir en pos de otros
29
dioses que no habéis conocido. “ Sucederá que cuando Jehovah tu Dios te
introduzca en la tierra a la cual vas para tomarla en posesión, pondrás la bendición
30
sobre el monte Gerizim y la maldición sobre el monte Ebal. ¿Acaso no están éstos
al otro lado del Jordán, hacia donde se pone el sol, en la tierra de los cananeos que
31
habitan en el Arabá, frente a Gilgal, junto a la encina de Moré? “ Ciertamente
vosotros vais a cruzar el Jordán para ir a tomar posesión de la tierra que os da
32
Jehovah vuestro Dios, y la tomaréis y habitaréis en ella. Entonces cuidaréis de
poner por obra todas las leyes y decretos que yo pongo hoy delante de vosotros.
27
Capítulo 12
1“
Estas son las leyes y los decretos que cuidaréis de poner por obra en la tierra
que Jehovah, Dios de vuestros padres, os ha dado, para que tengáis posesión de
2
ella todos los días que viváis sobre la tierra. Ciertamente destruiréis todos los
lugares donde las naciones que vosotros habéis de desalojar han servido a sus
dioses sobre los montes altos, sobre las colinas y debajo de todo árbol frondoso.
3
Derribaréis sus altares, romperéis sus piedras rituales y quemaréis en el fuego
sus árboles de Asera; quebraréis las imágenes de sus dioses y haréis desaparecer
4
5
sus nombres de aquel lugar. “ No haréis así para con Jehovah vuestro Dios, sino
que buscaréis el lugar que Jehovah vuestro Dios haya escogido de todas vuestras
6
tribus para poner allí su nombre y morar en él, y allá iréis. Allá llevaréis vuestros
holocaustos, vuestros sacrificios, vuestros diezmos, la ofrenda alzada de vuestras
manos, vuestras ofrendas votivas, vuestras ofrendas voluntarias y los primerizos de
7
vuestras vacas y de vuestras ovejas. Allí comeréis delante de Jehovah vuestro
Dios, y os regocijaréis vosotros y vuestras familias por todo lo que vuestras manos
hayan emprendido, conforme a lo que Jehovah vuestro Dios os haya bendecido.
8“
No haréis como todo lo que nosotros hacemos hoy aquí, cada uno como le
9
parece bien; porque hasta ahora no habéis entrado al reposo y a la heredad que os
10
da Jehovah vuestro Dios. Pero cruzaréis el Jordán y habitaréis en la tierra que
Jehovah vuestro Dios os hace heredar, y él os dará reposo de todos vuestros
11
enemigos de alrededor; y habitaréis seguros. Entonces llevaréis al lugar que
Jehovah vuestro Dios haya escogido para hacer habitar allí su nombre todas las
cosas que yo os mando: vuestros holocaustos, vuestros sacrificios, vuestros
diezmos, la ofrenda alzada de vuestras manos, y todas vuestras más selectas
12
ofrendas votivas que hayáis hecho a Jehovah. Y os regocijaréis delante de
Jehovah vuestro Dios, vosotros, vuestros hijos, vuestras hijas, vuestros siervos,
vuestras siervas y el levita que esté dentro de vuestras ciudades, ya que él no tiene
13
parte ni heredad con vosotros. “ Ten cuidado de no ofrecer tus holocaustos en
14
cualquier lugar que veas. Más bien, sólo en el lugar que Jehovah haya escogido en
una de tus tribus, allí ofrecerás tus holocaustos, y allí harás todo lo que yo te mando.
15
No obstante, en todas tus ciudades podrás matar y comer carne con todo tu
apetito, según te haya bendecido Jehovah tu Dios. Tanto el que está impuro como el
que está puro la podrán comer, como si se tratase de una gacela o de un venado.
16
Sólo que no comeréis la sangre; la derramaréis sobre la tierra como agua.
17 “
Pero en tus ciudades no podrás comer el diezmo de tu grano, de tu vino nuevo,
de tu aceite, ni de los primerizos de tus vacas y de tus ovejas, ni ninguna de las
ofrendas votivas que prometes, ni tus ofrendas voluntarias, ni la ofrenda alzada de tu
18
mano. Más bien, delante de Jehovah tu Dios, en el lugar que Jehovah tu Dios haya
escogido, la comerás, tú con tu hijo, tu hija, tu siervo, tu sierva y el levita que está en
tus ciudades, regocijándote delante de Jehovah tu Dios por todo lo que tu mano ha
19
emprendido. Ten cuidado de no desamparar al levita en todos tus días sobre tu
20
tierra. “ Cuando Jehovah tu Dios ensanche tu territorio como te ha prometido y tú
digas: ‘Comeré carne’, porque tienes deseo de ella, podrás comer la carne con todo
21
tu apetito. Si está muy lejos de ti el lugar que Jehovah tu Dios haya escogido
para poner allí su nombre, entonces matarás de tus vacas y de tus ovejas que
Jehovah te haya dado, como yo te he mandado. Comerás en tus ciudades con todo
22
tu apetito. La comerás de la misma manera que se come la carne de la gacela o
23
del venado; tanto el que está impuro como el que está puro la podrán comer. Sólo
cuídate de no comer la sangre, porque la sangre es la vida; no comerás la vida junto
24
con la carne. No comerás la sangre, sino que la derramarás en la tierra como
25
agua. No comerás de ella, para que te vaya bien a ti y a tus hijos después de ti,
26
cuando hagas lo recto ante los ojos de Jehovah. “ Pero tomarás las cosas que
hayas consagrado y tus ofrendas votivas, e irás al lugar que Jehovah haya escogido.
27
Ofrecerás tus holocaustos, la carne y la sangre, sobre el altar de Jehovah tu Dios.
La sangre de tus sacrificios será derramada sobre el altar de Jehovah tu Dios, pero
28
podrás comer la carne. “ Guarda y obedece todas estas palabras que yo te
mando, para que cuando hagas lo bueno y recto ante los ojos de Jehovah tu Dios, te
29
vaya bien a ti, y a tus hijos después de ti, para siempre. “ Cuando Jehovah tu Dios
haya destruido delante de ti las naciones a donde tú vas para desalojarlas, y las
30
desalojes y habites en su tierra, guárdate de que no caigas en la trampa siguiendo
su ejemplo, después que hayan sido destruidas delante de ti. No indagues acerca de
sus dioses, diciendo: ‘¿De qué manera rendían culto estas naciones a sus dioses para
31
que también yo haga lo mismo?’ No actuarás de esa manera con respecto a
Jehovah tu Dios. Ciertamente ellos hacen con sus dioses todo lo que Jehovah
aborrece, pues aun a sus hijos y a sus hijas queman en el fuego para sus dioses.
32 “
Tendréis cuidado de hacer todo lo que yo os mando; no añadiréis a ello, ni
quitaréis de ello.
Capítulo 13
1“
Si se levanta en medio de ti un profeta o un soñador de sueños, y te da una
2
señal o un prodigio, si se cumple la señal o el prodigio que él te predijo al decirte:
3
‘Vayamos en pos de otros dioses’ — que tú no conociste — ‘y sirvámoslos’, no
escuches las palabras de tal profeta ni de tal soñador de sueños; porque Jehovah
vuestro Dios os estará probando, para saber si amáis a Jehovah vuestro Dios con
4
todo vuestro corazón y con toda vuestra alma. En pos de Jehovah vuestro Dios
andaréis, y a él temeréis. Guardaréis sus mandamientos y escucharéis su voz. A él
5
serviréis y a él seréis fieles. Pero tal profeta o tal soñador de sueños ha de ser
muerto, porque predicó la rebelión contra Jehovah vuestro Dios que te sacó de la
tierra de Egipto y te rescató de la casa de esclavitud. El trató de desviarte
del camino por el que Jehovah tu Dios te mandó andar. Así eliminarás el mal de en
medio de ti.
6“
Si te incita tu hermano, hijo de tu madre, o tu hijo, o tu hija, o tu amada mujer,
o tu íntimo amigo, diciendo en secreto: ‘Vayamos y sirvamos a otros dioses’ — que
7
tú no conociste, ni tus padres, dioses de los pueblos que están en vuestros
alrededores, cerca de ti o lejos de ti, como está un extremo de la tierra del otro
8
extemo de la tierra — , no le consientas ni le escuches. Tu ojo no le tendrá lástima,
9
ni tendrás compasión de él, ni lo encubrirás. Más bien, lo matarás irremisiblemente;
tu mano será la primera sobre él para matarle, y después la mano de todo el pueblo.
10
Lo apedrearás, y morirá, por cuanto procuró apartarte de Jehovah tu Dios que te
11
sacó de la tierra de Egipto, de la casa de esclavitud. Y todo Israel lo oirá y
temerá, y no volverá a hacer semejante maldad en medio de ti.
12 “
Si de alguna de tus ciudades que Jehovah tu Dios te da, para que habites en
13
ella, oyes que se dice que hombres impíos de en medio de ti han descarriado a los
habitantes de su ciudad, diciendo: ‘Vamos y sirvamos a otros dioses’ — que
14
vosotros no conocisteis — , entonces tú inquirirás, investigarás y averiguarás bien.
Y he aquí que si resulta ser verdad y cosa confirmada que se ha hecho tal
15
abominación en medio de ti, irremisiblemente matarás a filo de espada a los
habitantes de aquella ciudad, destruyéndola por completo con todo lo que haya en
16
ella. También matarás sus animales a filo de espada. Juntarás todo su botín en
medio de su plaza, e incendiarás la ciudad y todo su botín, como una ofrenda del
todo quemada a Jehovah tu Dios. Así será convertida en ruinas perpetuas, y nunca
17
más será edificada. No se pegue a tu mano nada del anatema, para que Jehovah
desista del furor de su ira, tenga piedad y compasión de ti, y te multiplique, como lo
18
juró a tus padres, con tal de que obedezcas la voz de Jehovah tu Dios, guardando
todos sus mandamientos que yo te mando hoy, para hacer lo recto ante los ojos de
Jehovah tu Dios.
Capítulo 14
1“
Vosotros sois hijos de Jehovah vuestro Dios: No sajaréis vuestros cuerpos ni
2
raparéis vuestras cabezas por causa de algún muerto. Porque tú eres un pueblo
santo para Jehovah tu Dios; Jehovah te ha escogido de entre todos los pueblos que
3
hay sobre la faz de la tierra, para que le seas un pueblo especial. “ No comeréis
ninguna cosa abominable.
4
5
Estos son los animales que podéis comer: la vaca, la oveja, la cabra, el venado, la
6
gacela, el corzo, la cabra montés, el íbice, el antílope y la gamuza. Podréis comer
todo animal que tiene las pezuñas partidas, hendidas en dos mitades, y que rumia.
7
Pero de los animales que rumian o de los que tienen la pezuña partida no comeréis
éstos: El camello, la liebre y el conejo os serán inmundos, porque rumian pero no
8
tienen la pezuña partida. También os será inmundo el cerdo, porque tiene pezuña
partida pero no rumia. No comeréis su carne, ni tocaréis sus cuerpos muertos.
9“
Estos podréis comer de todo animal acuático: Podréis comer todo lo que tiene
10
aletas y escamas. Pero todo lo que no tiene aletas ni escamas no lo comeréis; os
11
12
será inmundo. “ Podréis comer toda ave limpia. Pero éstas son las aves que no
13
comeréis: el águila, el quebrantahuesos, el azor, el falcón, el milano y el buitre,
14
15
según sus especies; todo cuervo según su especie; el avestruz, el corvejón, la
16
17
gaviota y el halcón, según sus especies; la lechuza, el búho, el calamón, el
18
pelícano, el gallinazo, el somormujo, la cigüeña y la garza, según sus especies; la
19
abubilla y el murciélago. “ Todo insecto alado os será inmundo; no se comerá.
20 “
21
Podréis comer toda criatura que vuela y que sea limpia. “ No comeréis ningún
animal mortecino. Lo podrás dar al forastero que está en tus ciudades, para que él lo
coma; o lo venderás a un extranjero. Porque tú eres un pueblo santo para Jehovah
tu Dios. “No guisarás el cabrito en la leche de su madre.
22 “
Sin falta darás el diezmo de todo el producto de tu semilla que el campo
23
rinda año tras año. Delante de Jehovah tu Dios, en el lugar que él haya escogido
para hacer habitar allí su nombre, comerás el diezmo de tu grano, de tu vino nuevo,
de tu aceite, de los primerizos de tu ganado y de tu rebaño, a fin de que aprendas a
24
temer a Jehovah tu Dios, todos los días. Si el camino es largo y tú no puedes
transportar el diezmo, cuando Jehovah tu Dios te bendiga, porque está muy lejos de
25
ti el lugar que Jehovah tu Dios haya escogido para poner allí su nombre, entonces
lo darás en dinero. Tomarás el dinero contigo e irás al lugar que Jehovah tu Dios
26
haya escogido. Entonces darás el dinero por todo lo que apetezcas: vacas, ovejas,
vino, licor o por cualquier cosa que desees. Y comerás allí delante de Jehovah tu
27
Dios, y te regocijarás tú con tu familia. No desampararás al levita que habite en
28
tus ciudades, porque él no tiene parte ni heredad contigo. “ Al final de cada tres
años, sacarás todo el diezmo de tus productos de aquel año y lo guardarás en tus
29
ciudades. Entonces vendrán el levita que no tiene parte ni heredad contigo, el
forastero, el huérfano y la viuda que haya en tus ciudades. Ellos comerán y se
saciarán, para que Jehovah tu Dios te bendiga en toda obra que hagas con tus
manos.
Capítulo 15
1“
2
Cada siete años harás remisión. En esto consiste la remisión: Todo aquel que
dio un préstamo con el cual obligó a su prójimo, perdonará a su deudor. No lo
exigirá de su prójimo o de su hermano, porque habrá sido proclamada la remisión
3
de Jehovah. De un extranjero podrás exigir el reintegro, pero lo que tu hermano
4
tenga de ti desistirás de cobrarlo. Sin embargo, no debe haber necesitado en medio
de ti, porque Jehovah te bendecirá con abundancia en la tierra que Jehovah tu Dios
5
te da por heredad para que tomes posesión de ella. Sólo que escuches de veras la
voz de Jehovah tu Dios, para guardar y cumplir todo este mandamiento que yo te
6
mando hoy. Ciertamente Jehovah tu Dios te bendecirá, como te ha prometido.
Darás prestado a muchas naciones, pero tú no tomarás prestado. Te enseñorearás
7
de muchas naciones, pero ellas no se enseñorearán de ti. “ Cuando uno de tus
hermanos esté necesitado en alguna de tus ciudades en la tierra que Jehovah tu Dios
te da, no endurecerás tu corazón ni le cerrarás tu mano a tu hermano necesitado.
8
Le abrirás tu mano con liberalidad, y sin falta le prestarás lo que necesite.
9“
Guárdate de que no haya en tu corazón pensamiento perverso, para decir: ‘Está
cerca el año séptimo, el año de la remisión’, y mires malévolamente a tu hermano
necesitado para no darle nada. Porque él clamará contra ti a Jehovah, y será hallado
10
en ti pecado. Sin falta le darás, y no tenga dolor tu corazón por hacerlo, porque
por ello te bendecirá Jehovah tu Dios en todas tus obras y en todo lo que emprenda
11
tu mano. Porque no faltarán necesitados en medio de la tierra; por eso, yo te
mando diciendo: Abrirás tu mano ampliamente a tu hermano, al que es pobre y al
que es necesitado en tu tierra.
12 “
Si tu hermano hebreo, hombre o mujer, se vende a ti, te servirá seis años, y
13
al séptimo lo dejarás ir libre de ti. Cuando lo dejes ir libre, no lo dejarás ir con las
14
manos vacías. Le proveerás generosamente de tus ovejas, de tu era y de tu lagar.
15
Le darás de aquello con que Jehovah tu Dios te haya bendecido. Te acordarás de
que fuiste esclavo en la tierra de Egipto, y que Jehovah tu Dios te rescató. Por eso,
16
yo te mando esto hoy. Pero sucederá que si él te dice: ‘No quiero apartarme de
17
ti’, porque te ama a ti y a tu casa, y porque le va bien contigo, entonces tomarás
una lezna, le perforarás su oreja contra la puerta, y será tu siervo para siempre. Igual
18
trato darás a tu sierva. No te parezca duro cuando lo dejes ir libre, porque por la
mitad del salario de un jornalero te ha servido durante seis años. Así Jehovah tu Dios
te bendecirá en todo cuanto hagas.
19 “
Consagrarás a Jehovah tu Dios todo primerizo macho que nazca de tus
vacas y de tus ovejas. No trabajarás con el primerizo de tus vacas, ni esquilarás el
20
primerizo de tus ovejas. Delante de Jehovah tu Dios los comerás cada año, tú y tu
21
familia, en el lugar que Jehovah haya escogido. Pero si hay algún defecto en él, si
es cojo o ciego, o tiene cualquier otra falta, no lo sacrificarás a Jehovah tu Dios.
22
Lo comerás en tus ciudades; podrá comer de él tanto el que está impuro como el
23
que está puro, como si se tratase de una gacela o de un venado. Sólo que no
comerás su sangre; la derramarás sobre la tierra como agua.
Capítulo 16
1“
Guarda el mes de Abib y celebra la Pascua de Jehovah tu Dios, porque en el
2
mes de Abib Jehovah tu Dios te sacó de Egipto, de noche. Sacrifica para Jehovah
tu Dios la víctima de la Pascua, de las ovejas o de las vacas, en el lugar que Jehovah
3
haya escogido para hacer habitar allí su nombre. “ No comerás con ella ninguna
cosa que tenga levadura. Durante siete días comerás con ella pan sin levadura, el
pan de aflicción, para que te acuerdes todos los días de tu vida del día en que saliste
4
de la tierra de Egipto. Pues con prisa saliste de la tierra de Egipto. Durante siete
días no se verá levadura en tu casa, en ningún lugar de tu territorio. De la carne del
animal que sacrifiques en el atardecer del primer día, no quedará nada hasta la
5
mañana del día siguiente. “ No podrás sacrificar la víctima de la Pascua en ninguna
6
de las ciudades que Jehovah tu Dios te da. Sólo en el lugar que Jehovah tu Dios
haya escogido para hacer habitar allí su nombre, sacrificarás la víctima de la Pascua,
7
al atardecer, a la puesta del sol, a la hora en que saliste de Egipto. La asarás y la
comerás en el lugar que Jehovah tu Dios haya escogido, y a la mañana siguiente
8
podrás partir e ir a tu morada. Durante seis días comerás panes sin levadura, y en
el séptimo día habrá asamblea festiva para Jehovah tu Dios; no harás ningún trabajo.
9“
Siete semanas contarás; desde el comienzo de la siega de la mies comenzarás a
10
contar siete semanas. Entonces celebrarás la fiesta de Pentecostés a Jehovah tu
Dios; darás según la medida de la generosidad de tu mano, según Jehovah tu Dios te
11
haya bendecido. Y en el lugar que Jehovah tu Dios haya escogido para hacer
habitar allí su nombre, te regocijarás delante de Jehovah tu Dios, tú con tu hijo, tu
hija, tu siervo, tu sierva, el levita que esté en tus ciudades, y el forastero, el huérfano
12
y la viuda que estén en medio de ti. Acuérdate que tú fuiste esclavo en Egipto; por
13
eso guardarás y cumplirás estas leyes. “ Celebrarás durante siete días la fiesta de
los Tabernáculos, cuando hayas recogido la cosecha de tu era y de tu
14
lagar. Regocíjate en tu fiesta, tú con tu hijo, tu hija, tu siervo, tu sierva, el levita, el
15
forastero, el huérfano y la viuda que estén en tus ciudades. Siete días celebrarás la
fiesta a Jehovah tu Dios en el lugar que Jehovah haya escogido. Porque Jehovah tu
Dios te habrá bendecido en todos tus frutos y en toda la obra de tus manos, y
16
estarás muy alegre. “ Tres veces al año se presentará todo hombre tuyo delante de
Jehovah tu Dios en el lugar que él haya escogido: en la fiesta de los Panes sin
Levadura, en la fiesta de Pentecostés y en la fiesta de los Tabernáculos. Nadie se
17
presentará delante de Jehovah con las manos vacías; cada uno lo hará con el
presente de su mano, conforme a lo que Jehovah tu Dios te haya bendecido.
18 “
Pondrás jueces y magistrados para ti en todas las ciudades que Jehovah tu
19
Dios te da en tus tribus, para que juzguen al pueblo con justo juicio. No tuerzas el
derecho; no hagas distinción de personas ni aceptes soborno, porque el soborno
20
ciega los ojos de los sabios y pervierte las palabras de los justos. “ La justicia, sólo
la justicia seguirás, para que vivas y tengas en posesión la tierra que Jehovah tu Dios
21
te da. “ No plantarás para ti ningún árbol de Asera junto al altar de Jehovah tu
22
Dios que te has de hacer. No levantarás piedras rituales, lo cual aborrece Jehovah
tu Dios.
Capítulo 17
1“
No sacrificarás para Jehovah tu Dios un toro o un cordero en el cual haya
2
defecto o alguna cosa mala, porque es abominación a Jehovah tu Dios. “ Cuando se
halle en medio de ti, en alguna de las ciudades que Jehovah tu Dios te da, un hombre
o una mujer que hace lo malo ante los ojos de Jehovah tu Dios, traspasando su
3
pacto; si se ha ido a servir a otros dioses, inclinándose a ellos, o al sol, a la luna o a
4
todo el ejército de los cielos (lo cual yo no he mandado); cuando te avisen,
después de que lo oigas, entonces lo averiguarás bien. Y he aquí que si resulta ser
5
verdad y cosa confirmada que se ha hecho tal abominación en Israel, entonces
sacarás a las puertas de la ciudad a aquel hombre o a aquella mujer que ha hecho
6
esta cosa mala y los apedrearás. Así morirán. “ Por el testimonio de dos o tres
testigos morirá el que deba morir. No morirá por el testimonio de un solo testigo.
7
La mano de los testigos será la primera contra él para matarlo, y después la mano
de todo el pueblo. Así quitarás el mal de en medio de ti.
8“
Cuando te sea difícil decidir en un juicio en tus tribunales, ya sea en asuntos
de homicidio o de derechos o de ofensas físicas o en otros casos legales, entonces
9
te levantarás y subirás al lugar que Jehovah tu Dios haya escogido. Irás a los
sacerdotes levitas y al juez que haya en aquellos días y consultarás. Ellos te indicarán
10
la sentencia del juicio. “ Harás según la sentencia que te indiquen en aquel lugar
que Jehovah haya escogido, y tendrás cuidado de hacer según todo lo que te
11
declaren. Harás según las instrucciones con que ellos te instruyan y según el juicio
que pronuncien. No te apartarás de la sentencia que te indiquen, ni a la derecha ni a
12
la izquierda. Quien proceda con soberbia y no obedezca al sacerdote que esté allí
para servir delante de Jehovah tu Dios, ni al juez, esa persona morirá. Así eliminarás
13
el mal de Israel. Todo el pueblo lo oirá y temerá, y ellos no actuarán más con
soberbia.
14 “
Cuando hayas entrado en la tierra que Jehovah tu Dios te da y hayas tomado
posesión de ella y la habites, y cuando digas: ‘Constituiré rey sobre mí, como todas
15
las naciones que están en mis alrededores’, solamente constituirás sobre ti como
rey a quien Jehovah tu Dios haya escogido. A uno de entre tus hermanos constituirás
como rey sobre ti. No podrás constituir sobre ti a un hombre extranjero, alguien que
16
no sea tu hermano. “ Pero él no ha de acumular caballos. No hará volver al pueblo
a Egipto para acumular caballos, porque Jehovah os ha dicho: ‘Jamás volveréis por
17
ese camino.’ Tampoco acumulará para sí mujeres, no sea que se desvíe su
18
corazón. Tampoco acumulará para sí mucha plata y oro. “ Y sucederá que cuando
se siente sobre el trono de su reino, él deberá escribir para sí en un pergamino una
19
copia de esta ley, del rollo que está al cuidado de los sacerdotes levitas. La tendrá
consigo y la leerá todos los días de su vida, para que aprenda a temer a Jehovah su
Dios, guardando todas las palabras de esta ley y estas prescripciones a fin de
20
ponerlas por obra. Esto servirá para que no se enaltezca su corazón sobre sus
hermanos, y no se aparte del mandamiento ni a la derecha ni a la izquierda, a fin de
que prolongue los días en su reino, él y sus hijos, en medio de Israel.
Capítulo 18
1“
Los sacerdotes levitas, toda la tribu de Leví, no tendrán parte ni heredad con
Israel. Ellos comerán de las ofrendas quemadas a Jehovah y de la parte que les
2
pertenece. No tendrán heredad entre sus hermanos, pues Jehovah es su heredad,
3
como él se lo ha prometido. “ Esto es lo que corresponde a los sacerdotes de parte
del pueblo, de los que ofrecen sacrificios, ya sea de toros o de carneros: Se dará al
4
sacerdote la espaldilla, las quijadas y el estómago. Le darás las primicias de tu
grano, de tu vino nuevo y de tu aceite, y las primicias de la lana de tus ovejas.
5
Porque Jehovah tu Dios le ha escogido de entre todas las tribus para que esté
6
dedicado a servir en el nombre de Jehovah, él y sus hijos, para siempre. “ Cuando
un levita salga de alguna de tus ciudades de todo Israel donde ha habitado y vaya
7
con todo el deseo de su alma al lugar que Jehovah haya escogido, servirá en el
nombre de Jehovah su Dios como todos sus hermanos, los levitas que están allí
8
delante de Jehovah. Y tendrá igual porción que los demás, aparte de la venta de su
patrimonio familiar.
9“
Cuando hayas entrado en la tierra que Jehovah tu Dios te da, no aprenderás a
10
hacer las abominaciones de aquellas naciones: No sea hallado en ti quien haga
pasar por fuego a su hijo o a su hija, ni quien sea mago, ni exorcista, ni adivino, ni
11
hechicero, ni encantador, ni quien pregunte a los espíritus, ni espiritista, ni quien
12
consulte a los muertos. Porque cualquiera que hace estas cosas es una
abominación a Jehovah. Y por estas abominaciones Jehovah tu Dios los echa de
13
14
delante de ti. “ Serás íntegro para con Jehovah tu Dios. Estas naciones que vas a
desalojar escuchan a quienes conjuran a los espíritus y a los encantadores, pero a ti
no te lo ha permitido Jehovah tu Dios.
15 “
Jehovah tu Dios te levantará un profeta como yo de en medio de ti, de entre
16
tus hermanos. A él escucharéis. Conforme a todo lo que pediste a Jehovah tu
Dios en Horeb el día de la asamblea, diciendo: ‘No vuelva yo a oír la voz de
Jehovah mi Dios, ni vuelva yo a ver este gran fuego; no sea que yo muera’,
17
18
Jehovah me dijo: ‘Está bien lo que han dicho. Les levantaré un profeta como tú,
de entre sus hermanos. Yo pondré mis palabras en su boca, y él les hablará todo lo
19
que yo le mande. Y al hombre que no escuche mis palabras que él hablará en mi
20
nombre, yo le pediré cuentas. Pero el profeta que se atreva a hablar en mi nombre
una palabra que yo no le haya mandado hablar, o que hable en nombre de otros
21
dioses, ese profeta morirá.’ “ Puedes decir en tu corazón: ‘¿Cómo discerniremos
22
la palabra que Jehovah no ha hablado?’ Cuando un profeta hable en el nombre de
Jehovah y no se cumpla ni acontezca lo que dijo, ésa es la palabra que Jehovah no
ha hablado. Con soberbia la habló aquel profeta; no tengas temor de él.
Capítulo 19
1“
Cuando Jehovah tu Dios extermine las naciones cuya tierra Jehovah tu Dios te
2
da, y tú las desalojes y habites en sus ciudades y en sus casas, apartarás tres
ciudades en medio de la tierra que Jehovah tu Dios te da para que la tomes en
3
posesión. Arreglarás el camino y dividirás en tres distritos el territorio de tu tierra
4
que Jehovah tu Dios te da en heredad, para que huya allí todo homicida. “ Este es el
caso del homicida que puede huir allí para salvar su vida: el que mata a su prójimo
5
por accidente, sin haberle tenido previamente aversión; como el que va con su
prójimo al bosque a cortar leña, y alzando su mano con el hacha para cortar un
tronco, se le suelta el hierro del palo y alcanza a su compañero, de modo que éste
6
muere. Aquél podrá huir a una de aquellas ciudades y vivir. No sea que cuando su
corazón arda en ira, el vengador de la sangre persiga al homicida, le alcance por ser
largo el camino y le hiera de muerte, a pesar de que aquél no merecía ser condenado
7
a muerte, porque no le había tenido previamente aversión. “ Por tanto, yo te mando
8
diciendo: Aparta para ti tres ciudades. Y si Jehovah tu Dios ensancha tu territorio,
como lo juró a tus padres, y te da toda la tierra que prometió dar a tus padres,
9
cuando guardes todos estos mandamientos que yo te ordeno hoy para ponerlos
por obra, ames a Jehovah tu Dios y andes en sus caminos todos los días, entonces
10
añadirás para ti tres ciudades más a estas tres. Así no será derramada sangre
inocente en medio de tu tierra que Jehovah tu Dios te da por heredad, de modo que
11
haya sobre ti culpa de sangre. “ Pero si alguien aborrece a su prójimo y le acecha;
si se levanta contra él y lo hiere de muerte, y él muere; si huye a alguna de estas
12
ciudades, los ancianos de su ciudad enviarán a sacarlo de allí. Entonces lo
13
entregarán en manos del vengador de la sangre, y morirá. Tu ojo no le tendrá
lástima; quitarás de Israel la culpa de sangre inocente, y te irá bien.
14 “
No cambiarás de lugar los linderos de tu prójimo, los cuales habrán sido
establecidos por los antepasados en la heredad tuya, que recibirás en la tierra que
15
Jehovah tu Dios te da para que tomes posesión de ella. “ No prevalecerá un solo
testigo contra alguna persona, por cualquier maldad o pecado que haya cometido.
16
Por el testimonio de dos o tres testigos se decidirá un asunto. “ Cuando se levante
17
un testigo falso contra alguien, para acusarle de transgresión, entonces los dos
hombres que están en litigio se presentarán delante de Jehovah, ante los sacerdotes
18
y los jueces que haya en aquellos días. Los jueces investigarán bien, y si aquel
19
testigo resulta ser falso, por haber testificado falsamente contra su hermano, le
haréis a él lo que él pensó hacer a su hermano. Así quitarás el mal de en medio de ti.
20
Los que queden lo oirán y temerán, y no volverán a hacer semejante maldad en
21
medio de ti. Tu ojo no le tendrá lástima. ¡Vida por vida, ojo por ojo, diente por
diente, mano por mano, pie por pie!
Capítulo 20
1“
Cuando salgas a la guerra contra tus enemigos y veas caballos y carros, un
pueblo más numeroso que tú, no tengas temor de ellos, porque contigo está Jehovah
2
tu Dios que te sacó de la tierra de Egipto. “ Sucederá que cuando os acerquéis para
3
combatir, llegará el sacerdote y hablará al pueblo diciéndoles: ‘Escucha, Israel:
Vosotros os acercáis ahora a la batalla contra vuestros enemigos. No desmaye
4
vuestro corazón. No temáis, ni os turbéis ni os aterroricéis delante de ellos. Porque
Jehovah vuestro Dios va con vosotros, para combatir por vosotros contra vuestros
5
enemigos y para daros la victoria.’ “ Los oficiales hablarán al pueblo diciendo:
‘¿Quién ha edificado una casa nueva y no la ha estrenado? ¡Que se vaya y regrese a
6
su casa! No sea que muera en la batalla y algún otro la estrene. ¿Quién ha plantado
una viña y aún no ha disfrutado de ella? ¡Que se vaya y regrese a su casa! No sea
7
que muera en la batalla y algún otro la disfrute. ¿Quién se ha desposado con una
mujer y todavía no la ha tomado? ¡Que se vaya y regrese a su casa! No sea que
8
muera en la batalla y algún otro la tome.’ “ Los oficiales volverán a hablar al pueblo
y dirán: ‘¿Hay alguien que sea miedoso y de corazón pusilánime? ¡Que se vaya y
regrese a su casa! No sea que haga desfallecer el corazón de sus compañeros,
9
como ocurre con su propio corazón.’ Sucederá que cuando los oficiales acaben de
hablar al pueblo, designarán a los jefes de los ejércitos al frente del pueblo.
10 “
Cuando te acerques a una ciudad para combatir contra ella, le propondrás la
paz. Si te responde con paz y te abre sus puertas, toda la gente que se halla en
12
ella te rendirá tributo laboral, y ellos te servirán. Pero si no hace la paz contigo,
13
sino que te hace la guerra, entonces la sitiarás. Cuando Jehovah tu Dios la
14
entregue en tu mano, matarás a filo de espada a todos sus varones. Solamente las
mujeres, los niños, los animales y todo lo que haya en la ciudad, todo su botín,
podrás tomar para ti y comer del botín de tus enemigos que Jehovah tu Dios te
15
entregó. Harás esto con todas las ciudades que estén muy distantes de ti, que no
16
sean de las ciudades de estas naciones de aquí. Pero en las ciudades de estos
pueblos que Jehovah tu Dios te da por heredad, no dejarás con vida a
11
17
ninguna persona. Los destruirás completamente, como Jehovah tu Dios te ha
18
mandado: heteos, amorreos, cananeos, ferezeos, heveos y jebuseos. De esta
manera no os enseñarán a imitar todas las abominaciones que ellos hacen para sus
19
dioses, de modo que pequéis contra Jehovah vuestro Dios. “ Cuando sities mucho
tiempo alguna ciudad para combatir contra ella, a fin de tomarla, no destruyas su
arboleda alzando en ella el hacha, porque de ella podrás comer. No la cortarás;
pues, ¿acaso los árboles del campo son hombres para que vengan ante ti con
20
asedio? Pero podrás destruir y talar el árbol que sabes que no es para comer, con
el propósito de construir obras de asedio contra la ciudad que combate contigo,
hasta que se rinda.
Capítulo 21
1“
Si en la tierra que Jehovah tu Dios te da para que la tomes en posesión se
2
halla un muerto tendido en el campo, y se ignora quién lo mató, entonces tus
ancianos y jueces irán, y medirán la distancia hasta las ciudades que están alrededor
3
del muerto. Y sucederá que los ancianos de la ciudad más cercana al muerto
tomarán una vaquilla que no haya sido aún sometida al trabajo y que no haya llevado
4
yugo. Los ancianos de aquella ciudad llevarán la ternera abajo, a un arroyo
permanente donde no se haya arado ni sembrado, y allí en el arroyo romperán la
5
nuca a la ternera. “ Después se acercarán los sacerdotes hijos de Leví, porque a
ellos escogió Jehovah tu Dios para que le sirvan y para que bendigan en el nombre
6
de Jehovah. Por el dicho de ellos se decidirá todo pleito o todo daño. Todos los
ancianos de aquella ciudad más cercana al muerto lavarán sus manos sobre la
7
vaquilla desnucada en el arroyo, y declararán diciendo: ‘Nuestras manos no han
8
derramado esta sangre, ni nuestros ojos lo han visto. Oh Jehovah, perdona a tu
pueblo Israel al cual has redimido. No traigas culpa de sangre inocente en medio de
9
tu pueblo Israel.’ Así les será perdonada la culpa de sangre. De este modo
eliminarás la culpa por la sangre inocente de en medio de ti, cuando hagas lo recto
ante los ojos de Jehovah.
10 “
Cuando vayas a la guerra contra tus enemigos y Jehovah tu Dios los entregue
11
en tu mano, y tomes de ellos cautivos; si entre los cautivos ves alguna mujer
12
hermosa y la deseas y la quieres tomar para ti como mujer, la llevarás a tu casa.
13
Ella rapará su cabeza, se arreglará las uñas, se quitará su vestido de cautiva y se
quedará en tu casa. Hará duelo por su padre y por su madre durante un
mes. Después de esto podrás unirte a ella; tú te casarás con ella, y ella será tu mujer.
14
Pero sucederá que si ella no te agrada, la dejarás ir libre, a su propia voluntad.
No la venderás por dinero ni la tratarás brutalmente, porque la has deshonrado.
15 “
Si un hombre tiene dos mujeres (la una amada y la otra aborrecida); si tanto
la amada como la aborrecida le han dado hijos, y si el hijo primogénito es de la
16
mujer aborrecida, sucederá que el día en que haga heredar a sus hijos lo que
tiene, no podrá tratar como a primogénito al hijo de la mujer amada, prefiriéndolo al
17
hijo de la aborrecida, el cual es el primogénito. Reconocerá al hijo de la mujer
aborrecida como primogénito para darle una doble porción de todo lo que tiene.
Suyo es el derecho de la primogenitura, porque él es la primicia de su vigor.
18 “
Si un hombre tiene un hijo contumaz y rebelde, que no obedece la voz de su
padre ni la voz de su madre, y que a pesar de haber sido castigado por ellos, con
19
todo no les obedece, entonces su padre y su madre lo tomarán y lo llevarán ante
20
los ancianos de su ciudad, al tribunal local. Entonces dirán a los ancianos de la
ciudad: ‘Este hijo nuestro es contumaz y rebelde. No obedece nuestra voz; es un
21
libertino y un borracho.’ Entonces todos los hombres de su ciudad lo apedrearán,
22
y morirá. Así quitarás el mal de en medio de ti, y todo Israel lo oirá y temerá. “ Si
un hombre ha cometido pecado que merece la muerte, por lo cual se le ha dado la
23
muerte, y le has colgado de un árbol, no quedará su cuerpo en el árbol durante la
noche. Sin falta le darás sepultura el mismo día, porque el ahorcado es una maldición
de Dios. Así no contaminarás la tierra que Jehovah tu Dios te da como heredad.
Capítulo 22
1“
Si encuentras extraviado el buey o la oveja de tu hermano, no te
2
desentenderás de ellos. Deberás devolverlos a tu hermano. Y si tu hermano no vive
cerca de ti, o no le conoces, recógelo en tu casa. Estará contigo hasta que tu
3
hermano lo busque, y entonces se lo devolverás. Lo mismo harás con su asno, con
su vestido y con toda cosa perdida que tu hermano haya perdido y que tú halles. No
4
podrás desentenderte de ello. “ No podrás ver caído en el camino el asno o el buey
de tu hermano y desentenderte de ellos. Sin falta ayúdale a levantarlo.
5“
La mujer no se vestirá con ropa de hombre, ni el hombre se pondrá vestido
de mujer; porque cualquiera que hace esto es una abominación a Jehovah tu Dios.
6“
Si encuentras en el camino, en algún árbol o en la tierra, el nido de un pájaro con
polluelos o con huevos, y la madre está sobre los polluelos o sobre los huevos,
7
no tomes la madre con los polluelos. Dejarás ir a la madre y podrás tomar para ti
8
los polluelos, para que te vaya bien y prolongues tus días. “ Cuando construyas una
casa nueva, haz un parapeto a tu azotea, para que no traigas culpa de sangre a tu
9
casa, si alguien se cayera de ella. “ No sembrarás tu viña con mezcla de semillas, no
sea que el producto entero de la semilla que hayas sembrado, así como el fruto de la
10
11
viña, sea confiscado. “ No ararás con buey y con asno juntamente. “ No te
12
vestirás con mezcla de lana y lino. “ Harás borlas en los cuatro extremos de tu
manto con que te cubras.
13 “
Si un hombre toma mujer y después de haberse unido a ella le toma aversión,
la acusa de conducta denigrante y le propaga mala fama diciendo: ‘A esta mujer
tomé por esposa, me uní a ella y no hallé en ella evidencias de virginidad’,
15
entonces el padre y la madre de la joven tomarán las evidencias de la virginidad
16
de la joven y las llevarán a los ancianos de la ciudad, al tribunal. El padre de la
joven dirá a los ancianos: ‘Yo di a mi hija por mujer a este hombre, y él le tiene
17
aversión. Y he aquí la acusa de conducta denigrante, diciendo: No he hallado en
tu hija evidencias de virginidad. Pero aquí están las evidencias de la virginidad de mi
18
hija.’ Y extenderán la sábana delante de los ancianos de la ciudad. “ Entonces los
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ancianos de la ciudad tomarán al hombre y lo castigarán. Por cuanto propagó
mala fama a una virgen de Israel, le impondrán una multa de 100 siclos de plata (lo
cual darán al padre de la joven); y ella será su mujer. El no la podrá despedir en
20
toda su vida. “ Pero si el asunto es verdad, que no se habían hallado evidencias de
21
virginidad en la joven, entonces la sacarán a la puerta de la casa de su padre.
Luego los hombres de su ciudad la apedrearán, y ella morirá; porque hizo vileza en
22
Israel fornicando en la casa de su padre. Así quitarás el mal de en medio de ti. “ Si
se sorprende a un hombre acostado con una mujer de otro hombre, ambos morirán:
23
el hombre que se acostó con la mujer, y la mujer. Así quitarás el mal de Israel. “ Si
un hombre halla en la ciudad a una joven virgen desposada con otro hombre, y se
24
acuesta con ella, entonces los sacaréis a ambos a la puerta de aquella ciudad, y
los apedrearéis. Así morirán: la joven, porque estando en la ciudad no gritó; y el
hombre, porque violó a la mujer de su prójimo. Así quitarás el mal de en medio de
25
ti. “ Pero si un hombre halla en el campo a una joven desposada, y la fuerza y se
26
acuesta con ella, morirá sólo el hombre que se acostó con ella. A la joven no le
harás nada; la joven no tiene culpa de muerte. Su caso es semejante al del hombre
27
que se levanta contra su prójimo y le quita la vida, porque él la halló en el campo y
aunque la joven desposada hubiera gritado, no habría habido quien la librara.
14
28 “
Si un hombre halla a una joven virgen que no esté desposada, y la fuerza y se
29
acuesta con ella, y son descubiertos, entonces el hombre que se acostó con ella
dará al padre de la joven 50 siclos de plata; y ella será su mujer. Porque él la violó,
30
no la podrá despedir en toda su vida. “ Ningún hombre tomará la mujer de su
padre, ni descubrirá el manto de su padre.
Capítulo 23
1“
No entrará en la congregación de Jehovah quien tenga los testículos
2
magullados o mutilado el miembro viril. “ No entrará el bastardo en la congregación
de Jehovah. Ni aun en la décima generación entrará en la congregación de Jehovah.
3“
No entrará el amonita ni el moabita en la congregación de Jehovah. Ni aun en la
4
décima generación entrarán jamás en la congregación de Jehovah, por cuanto no
os salieron a recibir al camino con pan y agua cuando salisteis de Egipto, y porque él
contrató contra ti a Balaam hijo de Beor, de Petor, de Siria mesopotámica, para que
5
te maldijese. Pero Jehovah tu Dios no quiso escuchar a Balaam. Jehovah tu Dios te
6
convirtió la maldición en bendición, porque Jehovah tu Dios te amaba. No
7
procurarás jamás la paz ni el bienestar de ellos, en todos tus días. “ No abominarás
al edomita, porque es tu hermano. No abominarás al egipcio, porque fuiste
8
extranjero en su tierra. Los hijos que les nazcan en la tercera generación entrarán
en la congregación de Jehovah.
9“
Cuando salgas en campaña contra tus enemigos, cuídate de toda cosa mala.
Si hay en ti algún hombre que no está puro debido a una emisión nocturna, saldrá
11
del campamento y no entrará en él. Y sucederá que antes del anochecer se lavará
con agua, y una vez que el sol se haya puesto podrá entrar en el campamento.
12 “
13
Tendrás un lugar fuera del campamento, y allá saldrás. Tendrás también en tu
cinto una estaca; y cuando vayas allí fuera, cavarás con ella y te darás vuelta para
14
cubrir tu excremento. Ciertamente Jehovah tu Dios se pasea en medio de tu
campamento, para librarte y para entregar a tus enemigos delante de ti. Por eso tu
campamento deberá ser santo, de modo que él no vea en medio de ti alguna cosa
indecente y se aparte de ti.
10
15 “
No entregarás a su amo el esclavo que acude a ti escapándose de su amo.
Que viva contigo, en medio de ti, en el lugar que él escoja en una de tus ciudades,
17
donde le vaya bien. No lo oprimas. “ No habrá prostituta sagrada entre las hijas
16
18
de Israel, ni prostituto sagrado entre los hijos de Israel. No traerás a la casa de
Jehovah tu Dios, por ningún voto, el salario de una prostituta ni el salario de un
19
prostituto, porque ambos son una abominación a Jehovah tu Dios. “ No cobrarás a
tu hermano interés por el dinero, ni interés por la comida, ni interés por ninguna cosa
20
de la que se suele cobrar interés. Al extraño podrás cobrar interés, pero a tu
hermano no le cobrarás, para que Jehovah tu Dios te bendiga en todo lo que
21
emprenda tu mano en la tierra a la cual entras para tomarla en posesión. “ Cuando
hagas un voto a Jehovah tu Dios, no tardes en cumplirlo; porque ciertamente
22
Jehovah tu Dios te lo demandará, y sería en ti pecado. Pero si te abstienes de
23
hacer un voto, no sería en ti pecado. Cumplirás lo que tus labios pronuncien; harás
de acuerdo con el voto que hayas hecho a Jehovah tu Dios, la ofrenda voluntaria
24
que hayas prometido con tu boca. “ Cuando entres en la viña de tu prójimo,
podrás comer las uvas que quieras, hasta saciarte; pero no las pondrás en tu cesta.
25 “
Cuando entres en la mies de tu prójimo, podrás cortar espigas con tu mano, pero
no aplicarás la hoz a la mies de tu prójimo.
Capítulo 24
1“
Si un hombre toma una mujer y se casa con ella, y sucede que ella no le
agrada por haber él hallado en ella alguna cosa vergonzosa, le escribirá una carta de
2
divorcio, la entregará en su mano y la despedirá de su casa. “ Salida ella de su casa,
3
podrá ir y casarse con otro hombre. Si este hombre la llega a aborrecer, le escribe
una carta de divorcio, la entrega en su mano, la despide de su casa; o si muere este
4
hombre que la tomó por mujer, entonces su primer marido que la despidió no
podrá volverla a tomar para que sea su mujer, después que ella fue mancillada,
porque esto sería una abominación delante de Jehovah. No has de traer pecado a la
tierra que Jehovah tu Dios te da por heredad.
5“
Si un hombre ha tomado recientemente esposa, no irá al ejército, ni se le
impondrá ninguna obligación. Estará libre en su casa durante un año, para alegrar a
6
su mujer que tomó. “ No tomarás en prenda la piedra de molino, ni la inferior ni la
7
superior, porque ello sería tomar en prenda la vida misma. “ Si se descubre que
alguien ha raptado a alguno de sus hermanos, los hijos de Israel, y lo ha tratado
brutalmente o lo ha vendido, ese ladrón morirá. Así quitarás el mal de en medio de
8
ti. “ Ten cuidado de la plaga de la lepra, observando diligentemente y haciendo
conforme a todo lo que os enseñen los sacerdotes levitas. Tendréis cuidado de
9
actuar como yo les he mandado. Acuérdate de lo que Jehovah tu Dios hizo
10
a María, en el camino, cuando salisteis de Egipto. “ Cuando des a tu prójimo algún
11
préstamo, no entres en su casa para tomarle prenda. Te quedarás fuera, y el
12
hombre a quien prestaste te sacará fuera la prenda. Y si es hombre pobre, no
13
pases la noche con su prenda. Sin falta le devolverás la prenda cuando el sol se
ponga, para que se acueste con su ropa y te bendiga. Y te será contado por justicia
delante de Jehovah tu Dios.
14 “
No explotes al jornalero pobre y necesitado, tanto de entre tus hermanos
15
como de entre los forasteros que estén en tu tierra, en tus ciudades. En su día le
darás su jornal. No se ponga el sol antes de que se lo des, pues él es pobre, y su
alma lo espera con ansiedad. No sea que él clame a Jehovah contra ti, y en ti sea
16
hallado pecado. “ Los padres no serán muertos por culpa de los hijos, ni los hijos
serán muertos por culpa de los padres; sino que cada cual será muerto por su
17
propio pecado. “ No torcerás el derecho del forastero o del huérfano, ni tomarás
18
en prenda la ropa de la viuda. Más bien, acuérdate de que fuiste esclavo en
Egipto y que de allí te rescató Jehovah tu Dios. Por eso yo te mando que hagas esto.
19 “
Cuando siegues tu mies en tu campo y olvides en el campo una gavilla, no
regresarás para tomarla. Será para el forastero, para el huérfano y para la viuda; a
20
fin de que Jehovah tu Dios te bendiga en toda la obra de tus manos. Cuando
varees tu olivo, no vuelvas a golpearlo detrás de ti; será para el forastero, para el
21
huérfano y para la viuda. Cuando vendimies tu viña, no la rebusques; será para el
22
forastero, para el huérfano y para la viuda. Acuérdate de que fuiste esclavo en la
tierra de Egipto; por eso yo te mando que hagas esto.
Capítulo 25
1“
Cuando haya pleito entre algunos y acudan al tribunal para que los juzguen,
2
absolverán al justo y condenarán al culpable. Sucederá que si el delincuente
merece ser azotado, el juez lo hará recostar en el suelo y lo hará azotar en su
3
presencia. El número de azotes será de acuerdo al delito. Podrá darle cuarenta
azotes; no añadirá más. No sea que, si se le dan más azotes que éstos, tu hermano
4
quede envilecido ante tus ojos. “ No pondrás bozal al buey cuando trilla.
5“
Si unos hermanos viven juntos y muere uno de ellos sin dejar hijo, la mujer del
difunto no se casará fuera de la familia con un hombre extraño. Su cuñado se unirá a
6
ella y la tomará como su mujer, y consumará con ella el matrimonio levirático. El
primer hijo que ella dé a luz llevará el nombre del hermano muerto, para que el
7
nombre de éste no sea eliminado de Israel. “ Si tal hombre no quiere tomar
a su cuñada, entonces su cuñada irá a los ancianos, a la puerta de la ciudad, y dirá:
‘Mi cuñado rehúsa levantar nombre en Israel a su hermano; él no quiere cumplir el
8
matrimonio levirático conmigo.’ Entonces los ancianos de su ciudad lo llamarán y
9
hablarán con él. Si él se pone de pie y dice: ‘No quiero tomarla’, entonces su
cuñada se acercará a él delante de los ancianos, quitará el calzado del pie de él, le
escupirá en la cara y le dirá: ‘¡Así se haga al hombre que no edifica la casa de su
10
11
hermano!’ Y se llamará su nombre en Israel Casa del Descalzado. “ Cuando
unos hombres peleen, el uno con el otro, y se acerca la mujer de uno de ellos para
librar a su marido de manos del que le golpea, y alargando su mano le agarra por sus
12
partes genitales, entonces le cortarás la mano a ella. Tu ojo no le tendrá lástima.
13 “
14
No tendrás en tu bolsa pesa grande y pesa chica. No tendrás en tu casa
15
medida grande y medida chica. Pesa exacta y justa tendrás; medida exacta y justa
tendrás, para que tus días se prolonguen en la tierra que Jehovah tu Dios te da.
16
Porque cualquiera que hace estas cosas, cualquiera que hace injusticia, es una
17
abominación a Jehovah tu Dios. “ Acuérdate de lo que te hizo Amalec en el
18
camino, cuando salisteis de Egipto: cómo, estando tú cansado y agotado, te salió
al encuentro, y sin temor de Dios desbarató tu retaguardia y a todos los debilitados
19
que iban detrás de ti. Sucederá que cuando Jehovah tu Dios te haya dado reposo
de todos tus enemigos de alrededor, en la tierra que Jehovah tu Dios te da por
heredad para que tomes posesión de ella, entonces borrarás de debajo del cielo la
memoria de Amalec. ¡No te olvides!
Capítulo 26
1“
Cuando hayas entrado en la tierra que Jehovah tu Dios te da por heredad, y
2
hayas tomado posesión de ella y la habites, entonces tomarás de las primicias de
todos los frutos que saques de la tierra que Jehovah tu Dios te da, las pondrás en
una canasta e irás al lugar que Jehovah tu Dios haya escogido para hacer habitar allí
3
su nombre. Vendrás al sacerdote que haya en aquellos días, y le dirás: ‘Reconozco
hoy ante Jehovah tu Dios que yo he entrado en la tierra que Jehovah juró a nuestros
4
padres que nos daría.’ “ El sacerdote tomará la canasta de tu mano y la pondrá
5
delante del altar de Jehovah tu Dios. Entonces hablarás y dirás delante de Jehovah
tu Dios: ‘Un arameo errante fue mi padre. El descendió a Egipto y vivió allí con unos
6
pocos hombres, y allí llegó a ser una nación grande, fuerte y numerosa. Los
egipcios nos maltrataron, nos afligieron e impusieron sobre nosotros dura esclavitud.
7
Pero clamamos a Jehovah, Dios de nuestros padres, y Jehovah escuchó
8
nuestra voz. Vio nuestra aflicción, nuestro trabajo forzado y nuestra opresión, y
Jehovah nos sacó de Egipto con mano poderosa y brazo extendido, con gran terror,
9
con señales y prodigios. Nos trajo a este lugar y nos dio esta tierra: una tierra que
10
fluye leche y miel. Y ahora, oh Jehovah, he aquí traigo las primicias del fruto de la
tierra que tú me has dado.’ “Lo dejarás delante de Jehovah tu Dios, y te postrarás
11
delante de Jehovah tu Dios. Entonces te regocijarás, tú con el levita y el forastero
que esté en medio de ti, por todo el bien que Jehovah tu Dios te haya dado a ti y a
tu casa.
12 “
Cuando hayas acabado de entregar todo el diezmo de tus frutos en el año
tercero, el año del diezmo, darás al levita, al forastero, al huérfano y a la viuda, para
13
que ellos coman en tus ciudades y se sacien. Entonces dirás delante de Jehovah tu
Dios: ‘Yo he sacado de mi casa lo consagrado, y además lo he dado al levita, al
forastero, al huérfano y a la viuda, conforme a todos los mandamientos que me has
14
mandado. No he transgredido tus mandamientos, ni me he olvidado. No he
comido de ello estando de luto, ni he sacado de ello estando impuro, ni de ello he
ofrecido a los muertos. He obedecido la voz de Jehovah mi Dios y he hecho
15
conforme a todo lo que me has mandado. Mira desde tu santa morada, desde el
cielo, y bendice a tu pueblo Israel y la tierra que nos has dado, como juraste a
nuestros padres: una tierra que fluye leche y miel.’
16 “
Jehovah tu Dios te manda hoy que cumplas estas leyes y decretos. Cuida,
17
pues, de ponerlos por obra con todo tu corazón y con toda tu alma. Tú has
proclamado hoy que Jehovah es tu Dios y que andarás en sus caminos, que
guardarás sus leyes, sus mandamientos y sus decretos, y que escucharás su voz.
18 “
Jehovah ha proclamado hoy que tú eres su pueblo especial, como él te ha
19
prometido, y que guardarás todos sus mandamientos, de modo que él te ponga
más alto que todas las naciones que ha hecho, en cuanto a alabanza, renombre y
gloria; para que tú seas un pueblo santo para Jehovah tu Dios, como él ha
prometido.”
Capítulo 27
1
Moisés, con los ancianos de Israel, mandó al pueblo diciendo: “Guardaréis
2
todos los mandamientos que yo te mando hoy. Y sucederá el día que crucéis el
Jordán hacia la tierra que os da Jehovah tu Dios, que os levantaréis piedras grandes,
3
las cuales recubriréis con cal. Sobre ellas escribiréis todas las palabras de esta
ley, cuando hayas cruzado para entrar en la tierra que Jehovah tu Dios te da, tierra
4
que fluye leche y miel, como te ha prometido Jehovah, Dios de tus padres. Cuando
hayáis cruzado el Jordán, levantaréis en el monte Ebal estas piedras que yo os
5
mando hoy, y las recubriréis con cal. Allí edificaréis un altar a Jehovah tu Dios, un
6
altar de piedras. No alzaréis sobre ellas herramientas de hierro; Edificaréis el altar
de Jehovah tu Dios de piedras sin labrar. Sobre él ofrecerás holocaustos a Jehovah
7
tu Dios, y harás sacrificios de paz. Allí comerás y te regocijarás delante de Jehovah
8
tu Dios, y escribirás en las piedras todas las palabras de esta ley, con toda
9
claridad.” Luego Moisés y los sacerdotes levitas hablaron a todo Israel diciendo:
“Oh Israel, guarda silencio y escucha: Hoy has venido a ser pueblo de Jehovah tu
10
Dios. Escucharás, pues, la voz de Jehovah tu Dios, y cumplirás sus mandamientos
y sus leyes que yo te mando hoy.”
11
12
Aquel día Moisés mandó al pueblo diciendo: “ Después de haber cruzado el
Jordán, éstos estarán sobre el monte Gerizim para bendecir al pueblo: Simeón, Leví,
13
Judá, Isacar, José y Benjamín. Y éstos estarán en el monte Ebal para pronunciar
14
la maldición: Rubén, Gad, Aser, Zabulón, Dan y Neftalí. “ Los levitas hablarán y
15
dirán a todo hombre de Israel en alta voz: “ ‘¡Maldito el hombre que haga una
imagen tallada o una imagen de fundición, obra de mano de escultor (lo cual es
abominación a Jehovah), y la guarde en oculto!’ Y todo el pueblo responderá y dirá:
16
‘¡Amén!’ “ ‘¡Maldito el que trate con desprecio a su padre o a su madre!’ Y todo
17
el pueblo dirá: ‘¡Amén!’ “ ‘¡Maldito el que cambie de lugar los linderos de su
18
prójimo!’ Y todo el pueblo dirá: ‘¡Amén!’ “ ‘¡Maldito el que haga errar al ciego en
19
el camino!’ Y todo el pueblo dirá: ‘¡Amén!’ “ ‘¡Maldito el que pervierta el derecho
del forastero, del huérfano y de la viuda!’ Y todo el pueblo dirá: ‘¡Amén!’
20 “
‘¡Maldito el que se acueste con la mujer de su padre, porque descubre el manto
21
de su padre!’ Y todo el pueblo dirá: ‘¡Amén!’ “ ‘¡Maldito el que tenga cópula con
22
cualquier animal!’ Y todo el pueblo dirá: ‘¡Amén!’ “ ‘¡Maldito el que se acueste
con su hermana, hija de su padre o hija de su madre!’ Y todo el pueblo dirá:
23
‘¡Amén!’ “ ‘¡Maldito el que se acueste con su suegra!’ Y todo el pueblo dirá:
24
‘¡Amén!’ “ ‘¡Maldito el que hiera de muerte a su prójimo en secreto!’ Y todo el
25
pueblo dirá: ‘¡Amén!’ “ ‘¡Maldito el que acepte soborno para matar a un
26
inocente!’ Y todo el pueblo dirá: ‘¡Amén!’ “ ‘¡Maldito el que no cumpla las
palabras de esta ley, poniéndolas por obra!’ Y todo el pueblo dirá: ‘¡Amén!’
Capítulo 28
1“
Y sucederá que si escuchas diligentemente la voz de Jehovah tu Dios,
procurando poner por obra todos sus mandamientos que yo te mando hoy, también
2
Jehovah tu Dios te enaltecerá sobre todas las naciones de la tierra. Cuando
obedezcas la voz de Jehovah tu Dios, vendrán sobre ti todas estas bendiciones, y te
3
4
alcanzarán: “ Bendito serás en la ciudad, y bendito en el campo. “ Benditos serán el
fruto de tu vientre, el fruto de tu tierra y el fruto de tu ganado, la cría de tus vacas y
5
el incremento de tus ovejas. “ Benditas serán tu canasta y tu artesa de amasar.
6“
7
Bendito serás al entrar, y bendito al salir. “ Jehovah hará que tus enemigos que se
levanten contra ti sean derrotados delante de ti. Por un camino saldrán hacia ti, y por
8
siete caminos huirán de ti. “ Jehovah mandará bendición a tus graneros y a todo lo
9
que emprenda tu mano. El te bendecirá en la tierra que Jehovah tu Dios te da. Si
guardas los mandamientos de Jehovah tu Dios y andas en sus caminos, Jehovah te
10
confirmará como pueblo santo suyo, como te ha jurado. Todos los pueblos de la
11
tierra verán que eres llamado por el nombre de Jehovah, y te temerán. “ Jehovah
hará que sobreabundes en bienes, en el fruto de tu vientre, en el fruto de tus animales
y en el fruto de tu campo, en la tierra que Jehovah juró a tus padres que te daría.
12
El te abrirá su buen tesoro, los cielos, para dar lluvia a tu tierra en su tiempo y
para bendecir toda la obra de tus manos. Tú darás prestado a muchas naciones,
13
pero tú no pedirás prestado. “ Si obedeces los mandamientos de Jehovah tu Dios
que yo te mando hoy para que los guardes y cumplas, Jehovah te pondrá como
14
cabeza y no como cola. Estarás encima, nunca debajo. “ No os apartéis de todas
las palabras que yo os mando hoy, ni a la derecha ni a la izquierda, para ir tras otros
dioses a fin de rendirles culto.
15 “
Pero si no escuchas la voz de Jehovah tu Dios a fin de procurar poner por
obra todos sus mandamientos y sus estatutos que yo te mando hoy, todas estas
16
maldiciones vendrán sobre ti y te alcanzarán: “ Maldito serás en la ciudad, y
17
maldito en el campo. “ Malditas serán tu canasta y tu artesa de amasar.
18 “
Malditos serán el fruto de tu vientre y el fruto de tu tierra, la cría de tus vacas y el
19
20
incremento de tus ovejas. “ Maldito serás al entrar, y maldito al salir. “ Jehovah
enviará contra ti maldición, turbación y reprensión en todo lo que emprenda tu
mano, hasta que seas destruido y perezcas rápidamente a causa de la maldad de tus
21
hechos, por los cuales me habrás abandonado. “ Jehovah hará que se te pegue la
peste hasta acabar contigo en la tierra a la cual entras para tomarla en posesión.
22
Jehovah te herirá con tisis, con fiebre, con inflamación, con calor sofocante,
con sequía, con tizón y con añublo, los cuales te perseguirán hasta que perezcas.
23
Tus cielos que están sobre tu cabeza serán de bronce, y la tierra que está debajo
24
de ti será de hierro. En lugar de lluvia Jehovah dará a tu tierra polvo y ceniza, los
25
cuales descenderán del cielo sobre ti hasta que perezcas. “ Jehovah hará que seas
derrotado delante de tus enemigos. Por un camino saldrás hacia ellos, y por siete
caminos huirás de ellos. Así serás objeto de horror para todos los reinos de la tierra.
26
Tu cadáver servirá de comida a todas las aves del cielo y a los animales de la
27
tierra, y no habrá quien los espante. “ Jehovah te afligirá con úlceras de Egipto, con
28
tumores, con sarna y con comezón, de los que no puedas ser sanado. “ Jehovah te
29
afligirá con locura, con ceguera y con confusión de la mente. Palparás al mediodía,
como palpa el ciego en la oscuridad, y no tendrás éxito en tus caminos. Todos los
30
días serás oprimido y robado, sin que haya quien te libre. Te desposarás con una
mujer, y otro hombre dormirá con ella. Edificarás una casa, y no la habitarás.
31
Plantarás una viña, y no la vendimiarás. Tu buey será matado ante tus ojos, pero
no comerás de él. Tu asno será arrebatado delante de ti, y no te será devuelto. Tus
32
ovejas serán dadas a tus enemigos, y no tendrás quien te las rescate. Tus hijos y
tus hijas serán entregados a otro pueblo. Tus ojos lo verán y se desesperarán por
33
ellos todo el día, pero tu mano no podrá hacer nada. El fruto de tu tierra y de toda
tu labor lo comerá un pueblo que no has conocido. Serás oprimido y quebrantado
34
35
todos los días, y enloquecerás a causa de lo que verán tus ojos. “ Jehovah te
afligirá con úlcera maligna en las rodillas y en las piernas, y desde la planta de tu pie
36
hasta tu coronilla, sin que puedas ser sanado. “ Jehovah te llevará a ti, y a tu rey
que hayas establecido sobre ti, a una nación que ni tú ni tus padres habéis conocido.
37
Allá rendirás culto a otros dioses de madera y de piedra. Serás objeto de horror y
servirás de refrán y de hazmerreír a todos los pueblos a los cuales te lleve Jehovah.
38 “
Llevarás mucha semilla al campo, pero cosecharás poco; porque la langosta la
39
consumirá. Plantarás viñas y las cuidarás, pero no recogerás uvas ni beberás vino;
40
porque el gusano se las comerá. Tendrás olivos por todo tu territorio, pero no te
41
ungirás con aceite; porque tus olivas se caerán. Engendrarás hijos e hijas, pero no
42
serán para ti; porque serán llevados cautivos. La langosta tomará posesión de
43
toda tu arboleda y del fruto de tu tierra. El forastero que habite en medio de ti
44
subirá cada vez más alto que tú, pero tú descenderás cada vez más bajo. El podrá
prestarte a ti, pero tú no podrás prestarle a él. El será la cabeza, y tú serás la cola.
45
Sobre ti vendrán todas estas maldiciones. Te perseguirán y te alcanzarán hasta
que perezcas, porque no habrás escuchado la voz de Jehovah tu Dios, a fin de
46
guardar los mandamientos y los estatutos que él te ha mandado. Y serán en ti
47
señal y prodigio, y también en tu descendencia, para siempre. “ Por no haber
servido a Jehovah tu Dios con alegría y gozo de corazón por la abundancia de todo,
48
servirás a tus enemigos que Jehovah enviará contra ti, en medio del hambre, de la
sed, de la desnudez y de la falta de todas las cosas. El pondrá sobre tu cuello un
49
yugo de hierro, hasta destruirte. Jehovah traerá, desde el extremo de la tierra, una
nación lejana que se abalanzará sobre ti como el águila, una nación cuyo idioma no
50
entiendas, gente de aspecto fiero, que no respetará al anciano ni tendrá compasión
51
del niño. Comerá el fruto de tus animales y el fruto de tu tierra hasta que tú
perezcas. No dejará para ti el grano, ni el vino nuevo, ni el aceite, ni la cría de tus
52
vacas ni el incremento de tus ovejas, hasta destruirte. “ El te asediará en todas tus
ciudades, hasta que en toda tu tierra caigan tus murallas altas y fortificadas en las
cuales confías. El te asediará en todas tus ciudades y en toda la tierra que Jehovah tu
53
Dios te haya dado. En el asedio y en la angustia con que te angustiará tu enemigo,
comerás el fruto de tu vientre: la carne de tus hijos y de tus hijas que Jehovah tu Dios
54
te haya dado. Aun el hombre más tierno y acostumbrado a los deleites en medio
de ti mirará malévolamente a su hermano, a su amada mujer y al resto de sus hijos
55
que queden, para no compartir con ninguno de ellos la carne de sus hijos que él se
comerá. Porque nada le habrá quedado, debido al asedio y a la angustia con que te
56
angustiará tu enemigo en todas tus ciudades. También la mujer más tierna y
acostumbrada a los deleites en medio de ti, que nunca probó asentar la planta de su
pie sobre el suelo a causa de su delicadeza y de su ternura, mirará malévolamente a
57
su amado marido, a su hijo y a su hija. Hasta la placenta que sale de entre sus
piernas, y los hijos que dé a luz, se los comerá a escondidas, debido a que faltará
todo por causa del asedio y la angustia con que tu enemigo te oprimirá en tus
58
ciudades. “ Si no cuidas de poner por obra todas las palabras de esta ley, escritas
59
en este libro, temiendo este nombre grande y temible, Jehovah tu Dios, entonces
aumentará Jehovah asombrosamente tus plagas y las plagas de tus descendientes,
60
plagas graves y crónicas, enfermedades malignas y crónicas. El traerá contra ti
todas las enfermedades de Egipto, de las cuales tuviste miedo, y se te pegarán.
61
Jehovah también enviará sobre ti todas las enfermedades y todas las plagas que
62
no están mencionadas en el libro de esta ley, hasta que seas destruido. Y después
de haber sido tan numerosos como las estrellas del cielo, quedaréis pocos en
63
número, porque no habrás obedecido la voz de Jehovah tu Dios. “ Y sucederá
que como Jehovah se gozó en vosotros para haceros el bien y para multiplicaros, así
se gozará en vosotros para arruinaros y destruiros. Seréis arrancados de la tierra en
64
la cual entráis para tomarla en posesión. Jehovah te esparcirá entre todos los
pueblos, desde un extremo de la tierra hasta el otro extremo de la tierra. Allí
rendiréis culto a otros dioses, de madera y de piedra, que ni tú ni tus padres habéis
65
conocido. Y entre aquellas naciones no tendrás tranquilidad, ni habrá reposo para
la planta de tu pie. Allí te dará Jehovah corazón tembloroso, decaimiento de ojos y
66
desesperación del alma. Vivirás en constante suspenso; estarás temeroso de
67
noche y de día, y no tendrás seguridad de tu vida. Debido al terror con que serás
amedrentado y por lo que verán tus ojos, dirás por la mañana: ‘¡Oh, si fuera de
68
noche!’ Y dirás por la noche: ‘¡Oh, si fuera de mañana!’ Y Jehovah te hará volver
a Egipto en navíos, por el camino del cual yo te había dicho: ‘¡Nunca más volveréis
a verlo!’ Allí os ofreceréis en venta a vuestros enemigos como esclavos y esclavas, y
no habrá quien os compre.”
Capítulo 29
1
Estas son las palabras del pacto que Jehovah mandó a Moisés que hiciera con los
hijos de Israel en la tierra de Moab, además del pacto que hizo con ellos en Horeb.
2
Moisés llamó a todo Israel y les dijo: “Vosotros habéis visto todo lo que Jehovah hizo
ante vuestros ojos en la tierra de Egipto al faraón, a todos sus servidores y a toda su
tierra; 3 las grandes pruebas que vuestros ojos vieron, aquellas grandes señales y
prodigios. 4 Pero hasta el día de hoy Jehovah no os ha dado corazón para entender, ni
ojos para ver, ni oídos para oír. 5 “ Yo os he conducido cuarenta años por el desierto.
Vuestros vestidos no se han envejecido sobre vosotros, ni vuestros zapatos se han
gastado en vuestros pies. 6 No habéis comido pan ni tomado vino ni licor, para que
sepáis que yo soy Jehovah vuestro Dios. 7 Así llegasteis a este lugar, y cuando Sejón,
rey de Hesbón, y Og, rey de Basán, salieron para combatir contra nosotros, los
derrotamos. 8 Luego tomamos su tierra y la dimos por posesión a Rubén, a Gad y a la
media tribu de Manasés. 9 Guardad, pues, las palabras de este pacto y ponedlas por
obra, para que prosperéis en todo lo que hagáis .
10 “
Todos vosotros estáis hoy delante de Jehovah vuestro Dios: los jefes de
vuestras tribus, vuestros ancianos, vuestros oficiales, todos los hombres de Israel,
11
vuestros niños, vuestras mujeres y los forasteros que están en medio de vuestro
12
campamento, desde el que corta tu leña hasta el que saca tus aguas. Estás por
entrar en el pacto de Jehovah tu Dios, y en el compromiso solemne que Jehovah tu
13
Dios hace hoy contigo, a fin de confirmarte hoy como pueblo suyo, y para
que él sea tu Dios, como te ha prometido y como lo juró a tus padres Abraham,
14
Isaac y Jacob. “ No sólo con vosotros hago yo este pacto y este compromiso
15
solemne; ciertamente es con el que está aquí con nosotros hoy, delante de
Jehovah nuestro Dios, y también con aquel que no está aquí con nosotros hoy.
16
Pues vosotros sabéis cómo habitábamos en la tierra de Egipto y cómo hemos
17
pasado en medio de las naciones por las cuales habéis pasado. Vosotros habéis
visto sus abominaciones y sus ídolos de madera y de piedra, de plata y de oro, que
18
tienen entre ellos. No sea que haya entre vosotros hombre o mujer, familia o tribu,
cuyo corazón se aparte hoy de Jehovah nuestro Dios para ir a rendir culto a los
dioses de aquellas naciones. No sea que haya entre vosotros una raíz que produzca
19
una hierba venenosa y ajenjo, y que al oír las palabras de este compromiso
solemne, se bendiga a sí mismo en su corazón, diciendo: ‘Yo tendré paz, aunque
ande en la terquedad de mi corazón’, de modo que arrase la tierra regada junto con
20
la sedienta. “ Jehovah no estará dispuesto a perdonarle, sino que subirán entonces
cual humo el furor y el celo de Jehovah contra ese hombre, y sobre él se asentarán
todas las imprecaciones escritas en este libro. Jehovah borrará su nombre de debajo
21
del cielo. El lo apartará para mal de entre todas las tribus de Israel, conforme a
22
todas las imprecaciones del pacto escritas en este libro de la ley. “ La generación
futura, vuestros hijos que se levantarán después de vosotros y el extranjero que
vendrá de tierras lejanas, cuando vean las plagas de aquella tierra y las
23
enfermedades que Jehovah habrá hecho brotar en ella, dirán: ‘Toda su tierra está
quemada con azufre y sal. No puede ser sembrada, ni producirá; y en ella no
crecerá ninguna planta, como cuando fueron trastornadas Sodoma, Gomorra, Adma
24
y Zeboím, las cuales Jehovah destruyó en su ira y su furor.’ Y todas las naciones
preguntarán: ‘¿Por qué ha hecho así Jehovah a esta tierra? ¿Por qué razón se ha
25
encendido este gran furor?’ Entonces les responderán: ‘Porque abandonaron el
pacto de Jehovah, Dios de sus padres, que él hizo con ellos cuando los sacó de la
26
tierra de Egipto. Ellos fueron a rendir culto a otros dioses; se postraron ante ellos,
27
dioses que no habían conocido y que él no les había asignado. Por eso se
encendió el furor de Jehovah contra esta tierra, para traer sobre ella toda maldición
28
escrita en este libro. Jehovah los desarraigó de su suelo con furor, con ira y con
29
gran indignación, y los echó a otra tierra, como hoy.’ “ Las cosas secretas
pertenecen a Jehovah nuestro Dios, pero las reveladas son para nosotros y para
nuestros hijos, para siempre, a fin de que cumplamos todas las palabras de esta ley.
Capítulo 30
1“
Sucederá que cuando te hayan sobrevenido todas estas cosas, la bendición y
la maldición que he puesto delante de ti, si consideras en tu corazón, en medio de
2
todas las naciones donde Jehovah tu Dios te haya dispersado; si vuelves, tú con tus
hijos, a Jehovah tu Dios y obedeces su voz con todo tu corazón y con toda tu alma,
3
conforme a todo lo que yo te mando hoy, entonces Jehovah tu Dios también te
restaurará de tu cautividad. El tendrá misericordia de ti y volverá a reunirte de todos
4
los pueblos a donde Jehovah tu Dios te haya dispersado. Si eres arrojado hasta el
5
extremo de los cielos, de allí te reunirá Jehovah tu Dios, y de allí te tomará. Y te
hará regresar Jehovah tu Dios a la tierra que tus padres tomaron en posesión, y tú la
6
poseerás. El te hará bien y te multiplicará más que a tus padres. “ Jehovah tu Dios
circuncidará tu corazón y el corazón de tus descendientes, para que ames a Jehovah
7
tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma, a fin de que vivas. Luego Jehovah
tu Dios pondrá todas estas maldiciones sobre tus enemigos y sobre los que te
8
aborrecen, y te persiguieron. Pero tú volverás a escuchar la voz de Jehovah, y
9
pondrás por obra todos sus mandamientos que yo te mando hoy. Jehovah tu Dios
hará que sobreabundes en toda la obra de tus manos, en el fruto de tu vientre, en el
fruto de tu ganado y en el fruto de tu tierra. Pues Jehovah volverá a gozarse en ti
10
para bien, así como se gozó en tus padres, si escuchas la voz de Jehovah tu Dios
para guardar sus mandamientos y sus estatutos escritos en este libro de la ley; si te
vuelves a Jehovah tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma.
11 “
Ciertamente este mandamiento que te mando hoy no es demasiado difícil
12
para ti, ni está lejos. No está en el cielo, para que digas: ‘¿Quién subirá por
nosotros al cielo y lo tomará para nosotros, y nos lo hará oír, a fin de que lo
13
cumplamos?’ Tampoco está al otro lado del mar, para que digas: ‘¿Quién cruzará
el mar por nosotros y lo tomará para nosotros, y nos lo hará oír, a fin de que lo
14
cumplamos?’ Ciertamente muy cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu
corazón, para que la cumplas.
15 “
Mira, pues, yo pongo hoy delante de ti la vida y el bien, la muerte y el mal,
con el fin de que ames a Jehovah tu Dios, de que andes en sus caminos y de que
guardes sus mandamientos, sus estatutos y sus decretos, que yo te mando hoy.
Entonces vivirás y te multiplicarás, y Jehovah tu Dios te bendecirá en la tierra a la
17
cual entras para tomarla en posesión. Pero si tu corazón se aparta y no obedeces;
16
18
si te dejas arrastrar a inclinarte ante otros dioses y les rindes culto, yo os declaro
hoy que de cierto pereceréis. No prolongaréis vuestros días en la tierra a la cual,
19
cruzando el Jordán, entraréis para tomarla en posesión. “ Llamo hoy por testigos
contra vosotros a los cielos y a la tierra, de que he puesto delante de vosotros la
vida y la muerte, la bendición y la maldición. Escoge, pues, la vida para que vivas, tú
20
y tus descendientes, amando a Jehovah tu Dios, escuchando su voz y siéndole fiel.
Porque él es tu vida y la prolongación de tus días, para que habites en la tierra que
Jehovah juró que había de dar a tus padres Abraham, Isaac y Jacob.”
Capítulo 31
1
2
Moisés fue y habló estas palabras a todo Israel, y les dijo: “Yo tengo ahora
120 años de edad; no puedo salir ni entrar más. Además, Jehovah me ha dicho: ‘No
3
cruzarás este Jordán.’ Jehovah tu Dios es el que cruza delante de ti. El destruirá
estas naciones delante de ti, y tú las desalojarás. Josué es quien cruzará al frente de
4
ti, como Jehovah ha dicho. Jehovah hará con ellos como hizo con Sejón y con Og,
5
reyes de los amorreos, a los cuales destruyó con sus tierras. Jehovah los entregará
delante de vosotros, y haréis con ellos conforme a todo lo que os he mandado.
6
¡Esforzaos y sed valientes! No tengáis temor ni os aterroricéis de ellos, porque
7
Jehovah tu Dios va contigo. El no te abandonará ni te desamparará.” Entonces
Moisés llamó a Josué y le dijo ante la vista de todo Israel: “¡Esfuérzate y sé valiente!
Porque tú entrarás con este pueblo a la tierra que Jehovah juró a sus padres que les
8
había de dar, y tú se la darás en posesión. Jehovah es quien va delante de ti. El
estará contigo; no te dejará ni te desamparará. ¡No temas ni te atemorices!”
9
Entonces Moisés escribió esta ley y la dio a los sacerdotes, hijos de Leví, que
10
llevaban el arca del pacto de Jehovah, y a todos los ancianos de Israel. Moisés les
mandó diciendo: “Al final del séptimo año, en el tiempo señalado del año de la
11
remisión, en la fiesta de los Tabernáculos, cuando todo Israel venga para
presentarse delante de Jehovah tu Dios en el lugar que él haya escogido, leerás esta
12
ley a oídos de todo Israel. Harás congregar al pueblo — los hombres, las
mujeres, los niños y los forasteros que estén en tus ciudades — , para que oigan,
aprendan a temer a Jehovah vuestro Dios y cuiden de poner por obra todas las
13
palabras de esta ley. Sus hijos que no la conocen la oirán y aprenderán a temer a
Jehovah vuestro Dios, todos los días que viváis en la tierra que para tomarla en
posesión cruzáis el Jordán.”
14
Entonces Jehovah dijo a Moisés: “He aquí, se ha acercado el día de tu
muerte. Llama a Josué, y presentaos en el tabernáculo de reunión para que yo lo
comisione.” Moisés y Josué fueron y esperaron en el tabernáculo de reunión.
15
Entonces Jehovah se apareció en el tabernáculo, en una columna de nube. Se
16
posó la columna de nube sobre la entrada del tabernáculo. Y Jehovah dijo a
Moisés: “He aquí que tú vas a reposar con tus padres, pero este pueblo se levantará
y se prostituirá tras los dioses extraños de la tierra hacia la cual va. En medio de ella
17
me abandonará e invalidará mi pacto que he hecho con él. Aquel día se encenderá
contra él mi furor. Yo los abandonaré; esconderé de ellos mi rostro, y serán
consumidos. Muchos males y angustias les vendrán. En aquel día dirá: ‘¿Acaso no
18
me han sobrevenido estos males porque mi Dios no está en medio de mí?’ Pero
aquel día ciertamente esconderé mi rostro, a causa de todo el mal que ellos habrán
19
hecho, por haberse vuelto a otros dioses. “ Ahora pues, escribid para vosotros
este cántico y enseñadlo a los hijos de Israel. Ponlo en su boca, para que este
20
cántico me sirva de testigo contra los hijos de Israel. Cuando yo les haya
introducido en la tierra que juré dar a sus padres, una tierra que fluye leche y miel, y
cuando hayan comido y se hayan saciado y engordado, entonces se volverán a otros
21
dioses y les rendirán culto. Así me desdeñarán e invalidarán mi pacto. Y sucederá
que cuando le sobrevengan muchos males y angustias, este cántico dará testimonio
contra él. Ciertamente no caerá en el olvido en la boca de sus descendientes, porque
yo conozco sus predisposiciones y lo que hace hoy, aun antes de que yo le
introduzca en la tierra que juré dar a sus padres.”
22
Aquel mismo día escribió Moisés este cántico y lo enseñó a los hijos de
23
Israel. Entonces Dios comisionó a Josué hijo de Nun, diciendo: “¡Esfuérzate y sé
valiente! Porque tú introducirás a los hijos de Israel en la tierra que les juré; y yo
24
estaré contigo.” Cuando Moisés acabó de escribir las palabras de esta ley en un
25
libro hasta que fueron concluidas, mandó a los levitas que llevaban el arca del
26
pacto de Jehovah, diciendo: “ Tomad este libro de la Ley y ponedlo junto al arca
27
del pacto de Jehovah vuestro Dios. Que esté allí como testigo contra ti, porque yo
conozco tu rebelión y tu dura cerviz. He aquí que aun estando vivo yo hoy con
vosotros, sois rebeldes a Jehovah; ¡y cuánto más después que yo haya muerto!
28
Congregad ante mí a los ancianos de vuestras tribus y a vuestros oficiales. Yo
hablaré a sus oídos estas palabras y llamaré como testigos contra ellos a los cielos y
29
a la tierra. Porque yo sé que después de mi muerte ciertamente os corromperéis y
os apartaréis del camino que os he mandado. También en los días futuros os ha de
sobrevenir el desastre, porque habréis hecho lo malo ante los ojos de
30
Jehovah, enojándole con la obra de vuestras manos.” Entonces Moisés pronunció
a oídos de toda la congregación de Israel las palabras de este cántico, hasta
terminarlas:
Capítulo 32
1“
Prestad atención, oh cielos, y hablaré; escuche la tierra los dichos de mi boca.
Goteará como lluvia mi enseñanza, destilará cual rocío mi palabra, como lloviznas
3
sobre el pasto, como aguaceros sobre la hierba. Porque el nombre de Jehovah
4
proclamaré. ¡Engrandeced a nuestro Dios! “ El es la Roca, cuya obra es perfecta,
porque todos sus caminos son rectitud. El es un Dios fiel, en quien no hay iniquidad;
5
es justo y recto. La corrupción no es suya; de sus hijos es la mancha, generación
6
torcida y perversa. ¿Así pagáis a Jehovah, pueblo necio e insensato? ¿Acaso no es
él tu Padre, tu Creador, quien te hizo y te estableció?
2
7“
Acuérdate de los días antiguos; considera los años de muchas generaciones.
8
Pregunta a tu padre, y él te declarará; a tus ancianos, y ellos te dirán. Cuando el
Altísimo repartió heredades a las naciones, cuando separó a los hijos del hombre,
estableció las fronteras de los pueblos según el número de los hijos de Israel.
9
Porque la porción de Jehovah es su pueblo; Jacob es la parcela de su heredad.
10 “
Lo halló en tierra desértica, en medio de la soledad rugiente del desierto. Lo
11
rodeó, lo cuidó, lo guardó como a la niña de sus ojos; como el águila que agita su
nidada, revolotea sobre sus polluelos, extiende sus alas, los toma, y los lleva sobre
12
13
sus plumas. Jehovah solo le guió; no hubo dioses extraños con él. Le hizo
cabalgar sobre las alturas de la tierra, y le hizo comer los productos del campo. Hizo
14
que chupara miel de la peña, aceite del duro pedernal, mantequilla de las vacas,
leche de las ovejas, con sebo de corderos y carneros, y machos cabríos de Basán.
Con lo mejor del trigo y de la sangre de uvas bebiste vino.
15 “
Jesurún se engordó y dio coces. (Te hiciste gordo, grueso y rollizo.) Y
16
abandonó al Dios que lo hizo; desdeñó a la Roca de su salvación. Le provocaron
17
a celos con dioses ajenos; le enojaron con abominaciones. Ofrecieron sacrificios a
los demonios, no a Dios; a dioses que no habían conocido, a dioses nuevos,
18
llegados de cerca, a los cuales vuestros padres no temieron. Te has olvidado de la
Roca que te procreó; te has olvidado del Dios que te hizo nacer.
19 “
20
Jehovah lo vio, e indignado desdeñó a sus hijos y a sus hijas. Entonces
dijo: ‘Esconderé de ellos mi rostro, y veré cuál será su final; porque son una
21
generación perversa, hijos en quienes no hay fidelidad. Ellos me provocaron a
celos con lo que no es Dios; me indignaron con sus vanidades. También yo les
provocaré a celos con uno que no es pueblo; con una nación insensata les causaré
22
indignación. Porque fuego se ha encendido en mi furor y arderá hasta el fondo del
Seol. Devorará la tierra y sus frutos, e inflamará los fundamentos de las montañas.
23
24
Yo añadiré males sobre ellos; con mis flechas los acabaré. Serán abatidos por
el hambre, y consumidos por la fiebre ardiente y por la amarga plaga. Contra ellos
enviaré dientes de fieras junto con el veneno de serpientes que se arrastran en el
25
polvo. Afuera desolará la espada, y adentro el espanto, tanto a los jóvenes como
a las vírgenes, al que mama y al hombre con canas.
26
27
Yo dije: Yo los dispersaría; haría cesar su memoria de entre los hombres, si
no temiera la saña del enemigo, y que sus adversarios entiendan mal. No sea que
28
ellos digan: Nuestra mano enaltecida hizo todo esto, y no Jehovah.’ “ Son un
29
pueblo al cual le falta juicio; no hay en ellos entendimiento. Si fueran sabios,
30
entenderían esto; comprenderían cuál sería su final. ¿Cómo podrá perseguir uno a
mil? ¿Cómo harán huir dos a diez mil, si su Roca no los hubiese vendido, si Jehovah
31
no los hubiese entregado? La roca de ellos no es como nuestra Roca; nuestros
32
mismos enemigos lo han de reconocer. La vid de ellos proviene de la vid de
Sodoma, y de los campos de Gomorra. Sus uvas son uvas venenosas; sus racimos
33
son amargos. Su vino es veneno de serpientes y veneno cruel de cobras.
34 “
35
‘¿Acaso no tengo reservado esto conmigo, sellado entre mis tesoros? Mía es
la venganza, yo pagaré; a su debido tiempo su pie resbalará. Porque está cercano el
36
día de su calamidad, y lo que les está preparado se apresura.’ “ Ciertamente
Jehovah juzgará a su pueblo y tendrá misericordia de sus siervos, cuando vea que se
37
agota su fuerza y que no queda nadie, ni preso ni abandonado. El dirá: ‘¿Dónde
38
están sus dioses, la roca en que se refugiaban, los que comían el sebo de sus
sacrificios y bebían el vino de sus libaciones? ¡Que se levanten y os socorran! ¡Que
os sirvan de refugio!
39 “
‘Ved ahora que yo, Yo Soy, y conmigo no hay más dioses. Yo hago morir y
hago vivir; yo hiero y también sano; no hay quien pueda librar de mi mano.
40
Ciertamente levantaré mis manos a los cielos y diré: ¡Viva yo para siempre!
41
Cuando afile mi reluciente espada y mi mano arrebate el juicio, tomaré venganza
42
de mis enemigos y retribuiré a los que me aborrecen. Mi espada devorará carne,
y mis flechas embriagaré con sangre: con la sangre de muertos y cautivos, y de las
43
cabezas melenudas del enemigo.’ “ ¡Regocijaos, oh naciones, con su pueblo!
Porque él vengará la sangre de sus siervos. El tomará venganza de sus enemigos y
expiará la tierra de su pueblo.”
44
Moisés fue con Josué hijo de Nun y pronunció todas las palabras de este
45
cántico a oídos del pueblo. Cuando Moisés acabó de pronunciar todas estas
46
palabras a todo Israel, les dijo: “Aplicad vuestro corazón a todas las palabras con
que yo os advierto hoy, para que las encarguéis a vuestros hijos a fin de guardar y
47
poner por obra todas las palabras de esta ley. Porque no son palabras vanas;
pues son vuestra vida, y a causa de estas palabras prolongaréis vuestros días en la
48
tierra que para tomarla en posesión cruzáis el Jordán.” Aquel mismo día Jehovah
49
habló a Moisés diciendo: “ Sube a este monte de Abarim, al monte Nebo, que está
en la tierra de Moab, frente a Jericó, y mira la tierra de Canaán que yo doy en
50
posesión a los hijos de Israel. Allí en el monte a donde subas, morirás y serás
reunido con tu pueblo, así como murió Aarón tu hermano en el monte Hor y fue
51
reunido con su pueblo. Porque actuasteis contra mí en medio de los hijos de Israel
en las aguas de Meriba en Cades, en el desierto de Zin; y no me tratasteis como
52
santo en medio de los hijos de Israel. Por eso verás la tierra delante de ti, pero no
irás allá, a la tierra que doy a los hijos de Israel.”
Capítulo 33
1
Esta es la bendición con la cual Moisés, hombre de Dios, bendijo a los hijos de
2
Israel, antes de morir. El dijo: “Jehovah vino de Sinaí y de Seír les resplandeció.
Apareció desde los montes de Parán y vino con miríadas de santos, y a su diestra
3
fuego refulgente. Ciertamente él ama a los pueblos; Todos sus santos están en sus
4
manos. Ellos se postran a tus pies y reciben tus palabras. “ Moisés nos prescribió la
5
ley, la heredad de la congregación de Jacob. El ha sido rey en Jesurún, cuando se
congregaban los jefes del pueblo, la comunidad de las tribus de Israel.
6“
7
¡Viva Rubén, y no muera! Y sean numerosos sus hombres.” Esto dijo acerca
de Judá: “Escucha, oh Jehovah, la voz de Judá; tráelo a su pueblo. Sus manos le
basten, y séle ayuda contra sus enemigos.
8
Dijo acerca de Leví: “Dale a Leví tu Tumim y tu Urim a tu hombre piadoso al
9
cual probaste en Masá, y con quien contendiste en las aguas de Meriba. El que
dijo de su padre y de su madre: ‘No los conozco.’ No reconoció a sus hermanos, ni
conoció a sus propios hijos. Pues ellos guardaron tu palabra y observaron tu pacto.
10
Ellos enseñarán tus juicios a Jacob, y tu ley a Israel. Pondrán delante de ti el
11
incienso y sobre tu altar la ofrenda del todo quemada. ¡Bendice, oh Jehovah, lo
que ellos hagan! ¡Recibe con agrado la obra de sus manos! Hiere las espaldas de
sus enemigos y de los que le aborrecen, de modo que no se levanten.”
12
Dijo acerca de Benjamín: “El amado de Jehovah habitará confiado cerca de
13
él. El lo protegerá todo el día, y entre sus hombros morará.” Dijo acerca de José:
“Bendita de Jehovah sea su tierra con lo mejor del cielo, con el rocío y con el
14
océano que se extiende abajo, con lo mejor que produce el sol, y con lo mejor
15
que da la luna, con lo principal de las montañas antiguas, con lo mejor de las
16
colinas eternas, con lo mejor de la tierra y de su plenitud, y el favor de aquel que
moraba en la zarza. Que esto venga sobre la cabeza de José, y sobre la coronilla del
17
príncipe de sus hermanos. El tiene el esplendor del primogénito del toro; sus
cuernos son como los del toro salvaje. Con ellos embestirá a los pueblos hasta los
confines de la tierra. ¡Estas son las miríadas de Efraín! ¡Estos son los millares de
Manasés!”
18
Dijo acerca de Zabulón: “¡Alégrate, oh Zabulón, en tus salidas; y tú, oh
19
Isacar, en tus tiendas! Convocarán a los pueblos al monte, y allí ofrecerán
sacrificios de justicia. Porque absorberán la abundancia de los mares, y los tesoros
20
escondidos de la arena.” Dijo acerca de Gad: “¡Bendito el que hizo ensanchar a
21
Gad! Como león habita, y arrebata el brazo y aun la coronilla. Escogió lo mejor
de la tierra para sí, pues allí estaba la parte del legislador. Cuando se congregaron
los jefes del pueblo, realizó la justicia de Jehovah, sus juicios acerca de Israel.”
22
Dijo acerca de Dan: “Dan es un cachorro de león que salta desde Basán.”
Dijo acerca de Neftalí: “Neftalí, satisfecho con favores y lleno de las bendiciones
24
de Jehovah, posee la región del mar y del sur.” Dijo acerca de Aser: “¡Bendito
más que los hijos sea Aser! Sea querido por sus hermanos y moje su pie en aceite.
25
De hierro y bronce sean tus cerrojos, y tu fuerza sea como tus días.”
23
26 “
¡No hay como el Dios de Jesurún! El cabalga sobre los cielos en tu ayuda, y
27
sobre las nubes en su majestad. El eterno Dios es tu refugio, y abajo están los
28
brazos eternos. El echará de delante de ti al enemigo, diciendo: ‘¡Destruye!’ Israel
habitará confiado; el manantial de Jacob estará solitario en tierra de grano y de vino
29
nuevo. También sus cielos gotearán rocío. ¡Bienaventurado eres tú, oh Israel!
¿Quién como tú, oh pueblo salvo por Jehovah, escudo de tu socorro y espada de tu
excelencia? Tus enemigos tratarán de engañarte, pero tú pisotearás sus lugares
altos.”
Capítulo 34
1
Entonces subió Moisés de la llanura de Moab al monte Nebo, en la cumbre del
Pisga, que está frente a Jericó. Y Jehovah le mostró toda la tierra: desde Galaad
2
hasta Dan, todo Neftalí, la tierra de Efraín y de Manasés, toda la tierra de Judá
3
hasta el mar Grande, el Néguev y la llanura del valle de Jericó (la ciudad de las
4
palmeras), hasta Zoar. Y Jehovah le dijo: “Esta es la tierra de la cual juré a
Abraham, a Isaac y a Jacob, diciendo: ‘A tus descendientes la daré.’ Yo te he
permitido que la mires con tus ojos, pero tú no cruzarás allá.”
5
Y allí murió Moisés, siervo de Jehovah, en la tierra de Moab, conforme al
6
dicho de Jehovah. Y él lo sepultó en el valle, en la tierra de Moab, frente a Bet7
peor. Nadie conoce su sepulcro, hasta el día de hoy. Moisés tenía 120 años
8
cuando murió. Sus ojos nunca se debilitaron, ni perdió su vigor. Los hijos de Israel
hicieron duelo por Moisés en las llanuras de Moab durante treinta días, hasta que se
cumplieron los días del llanto y de duelo por Moisés.
9
Y Josué hijo de Nun estaba lleno del espíritu de sabiduría, porque Moisés
había puesto sus manos sobre él. Así que los hijos de Israel le obedecieron e
10
hicieron como Jehovah había mandado a Moisés. Nunca en Israel se levantó otro
11
profeta como Moisés, a quien Jehovah conociera cara a cara. Nadie fue como él,
ni por todas las señales y prodigios que Jehovah le mandó hacer en la tierra de
12
Egipto contra el faraón, contra todos sus servidores y contra toda su tierra, ni por
la mano poderosa y los hechos asombrosos, como los que Moisés hizo ante los ojos
de todo Israel.
JOSUÉ
Capítulo 1
1
Aconteció después de la muerte de Moisés, siervo de Jehovah, que Jehovah
2
habló a Josué hijo de Nun, ayudante de Moisés, diciendo: — Mi siervo Moisés ha
muerto. Ahora, levántate, pasa el Jordán tú con todo este pueblo, a la tierra que yo
3
doy a los hijos de Israel. Yo os he dado, como lo había prometido a Moisés, todo
4
lugar que pise la planta de vuestro pie. Vuestro territorio será desde el desierto y el
Líbano hasta el gran río, el río Eufrates, toda la tierra de los heteos hasta el mar
5
Grande, donde se pone el sol. Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu
vida. Como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré ni te desampararé.
6
Esfuérzate y sé valiente, porque tú harás que este pueblo tome posesión de la tierra
7
que juré a sus padres que les daría. Solamente esfuérzate y sé muy valiente, para
cuidar de cumplir toda la ley que mi siervo Moisés te mandó. No te apartes de ella
ni a la derecha ni a la izquierda, para que tengas éxito en todo lo que emprendas.
8
Nunca se aparte de tu boca este libro de la Ley; más bien, medita en él de día y de
noche, para que guardes y cumplas todo lo que está escrito en él. Así tendrás éxito,
9
y todo te saldrá bien. ¿No te he mandado que te esfuerces y seas valiente? No
temas ni desmayes, porque Jehovah tu Dios estará contigo dondequiera que vayas.
10
11
Entonces Josué mandó a los oficiales del pueblo, diciendo: — Pasad por en
medio del campamento y mandad al pueblo diciendo: “Preparaos alimentos, porque
dentro de tres días cruzaréis el Jordán para entrar a tomar posesión de la tierra que
12
Jehovah vuestro Dios os da para que la poseáis.” Josué también habló a los
13
rubenitas, a los gaditas y a la media tribu de Manasés, diciendo: — Acordaos de
lo que os mandó Moisés, siervo de Jehovah, diciendo: “Jehovah vuestro Dios os ha
14
dado reposo y os ha dado esta tierra. Vuestras mujeres, vuestros niños y vuestros
ganados se quedarán en la tierra que Moisés os ha dado a este lado del Jordán.
Pero vosotros, todos los guerreros valientes, cruzaréis armados al frente de vuestros
15
hermanos y les ayudaréis, hasta que Jehovah haya dado reposo a vuestros
hermanos como a vosotros, y ellos también tomen posesión de la tierra que les da
Jehovah vuestro Dios. Después volveréis a la tierra que tenéis como posesión,
que os ha dado Moisés, siervo de Jehovah, a este lado del Jordán, donde se levanta
el sol.”
16
Y ellos respondieron a Josué diciendo: — Nosotros haremos todas las cosas
17
que nos has mandado, e iremos a dondequiera que nos envíes. De la manera que
hemos obedecido a Moisés en todas las cosas, así te obedeceremos a ti. Sólo que
18
Jehovah tu Dios esté contigo, como estuvo con Moisés. Cualquiera que sea
rebelde a tu mandato y que no obedezca tus palabras en todo lo que le mandes, que
muera. ¡Solamente esfuérzate y sé valiente!
Capítulo 2
1
Josué hijo de Nun envió secretamente dos espías desde Sitim, diciéndoles: —
Id y reconoced la tierra y Jericó. Ellos fueron y entraron en la casa de una mujer
2
prostituta que se llamaba Rajab, y pasaron la noche allí. Entonces avisaron al rey
de Jericó, diciendo: — Unos hombres de los hijos de Israel han venido aquí esta
3
noche para explorar la tierra. Entonces el rey de Jericó mandó decir a Rajab: —
Saca a los hombres que han venido a ti y han entrado en tu casa, porque han venido
4
para explorar todo el país. Pero la mujer, que había tomado a los dos hombres y
los había escondido, dijo: — Es verdad que vinieron a mí unos hombres, pero yo no
5
sabía de dónde eran. Cuando iba a ser cerrada la puerta de la ciudad, siendo ya
oscuro, esos hombres salieron y no sé a dónde se han ido. Perseguidlos aprisa y los
6
alcanzaréis. Pero ella los había hecho subir a la azotea y los había escondido entre
7
unos manojos de lino que tenía ordenados sobre la azotea. Entonces los hombres
los persiguieron por el camino del Jordán, hasta los vados. Y después que salieron
los que los perseguían, cerraron las puertas de la ciudad.
8
Antes de que ellos se acostasen, ella subió a la azotea, donde estaban, y les
dijo: — Sé que Jehovah os ha dado esta tierra, porque el miedo a vosotros ha
caído sobre nosotros. Todos los habitantes de esta tierra se han desmoralizado a
10
causa de vosotros. Porque hemos oído que Jehovah hizo que las aguas del mar
Rojo se secaran delante de vosotros cuando salisteis de Egipto, y lo que habéis
hecho a los dos reyes de los amorreos al otro lado del Jordán: a Sejón y a Og, a los
11
cuales habéis destruido por completo. Al oír esto, nuestro corazón desfalleció. No
ha quedado más aliento en ninguno a causa de vosotros, porque Jehovah vuestro
12
Dios es Dios arriba en los cielos y abajo en la tierra. Y ahora, por favor, juradme
por Jehovah que como he mostrado misericordia para con vosotros, así
9
haréis vosotros con la familia de mi padre, de lo cual me daréis una señal segura.
13
Dejaréis vivir a mi padre, a mi madre, a mis hermanos, a mis hermanas y a todos
14
los suyos, y libraréis nuestras vidas de la muerte. Los hombres le respondieron: —
Nuestra vida sea por la vuestra, hasta la muerte, si tú no hablas de este asunto
nuestro. Entonces, cuando Jehovah nos haya dado la tierra, mostraremos para
15
contigo misericordia y verdad. Luego ella los hizo descender con una cuerda por
la ventana, porque su casa estaba sobre la muralla de la ciudad, y ella vivía en la
16
muralla. Luego les dijo: — Marchaos hacia la región montañosa, para que no os
encuentren los que fueron tras vosotros. Escondeos allí tres días, hasta que hayan
17
regresado los que os persiguen. Después seguiréis vuestro camino. Los hombres
le dijeron: — Nosotros quedaremos libres de este juramento que nos has hecho
18
jurar, a menos que, cuando entremos en la tierra, ates este cordón rojo a la
ventana por la cual nos has descolgado. Reunirás junto a ti en la casa a tu padre, a tu
19
madre, a tus hermanos y a toda la familia de tu padre. Cualquiera que salga fuera
de las puertas de tu casa, su sangre caerá sobre su propia cabeza, y nosotros
quedaremos libres. Pero si alguien pone su mano sobre cualquiera que esté en la
20
casa contigo, su sangre caerá sobre nuestra cabeza. También si hablas de este
asunto nuestro, nosotros quedaremos libres del juramento que nos has hecho jurar.
21
Ella respondió: — Como habéis dicho, así sea. Luego los despidió, y se fueron. Y
ella ató el cordón rojo a la ventana.
22
Caminando ellos, llegaron a la región montañosa y estuvieron allí tres días,
hasta que los que los perseguían regresaron. Quienes los perseguían los buscaron
23
por todo el camino, pero no los hallaron. Después, los dos hombres se volvieron,
descendieron de la región montañosa y cruzaron el Jordán. Fueron a Josué hijo de
24
Nun y le contaron todas las cosas que les habían acontecido. Ellos dijeron a
Josué: — ¡Jehovah ha entregado toda la tierra en nuestras manos! Todos los
habitantes de esta tierra tiemblan ante nosotros.
Capítulo 3
1
Josué se levantó muy de mañana y partió de Sitim con todos los hijos de Israel.
2
Llegaron hasta el Jordán y pasaron allí la noche antes de cruzarlo. Después de tres
3
días, los oficiales pasaron por medio del campamento y mandaron al pueblo
diciendo: — Cuando veáis que el arca del pacto de Jehovah vuestro Dios es llevada
por los sacerdotes y levitas, vosotros partiréis de vuestro lugar y marcharéis en pos
4
de ella, para que sepáis el camino por donde habéis de ir; porque vosotros
no habéis pasado antes por este camino. Pero entre vosotros y el arca habrá una
5
distancia de 2.000 codos. No os acerquéis a ella. Y Josué dijo al pueblo: —
6
Purificaos, porque mañana Jehovah hará maravillas entre vosotros. Luego Josué
habló a los sacerdotes diciendo: — Tomad el arca del pacto y pasad delante del
pueblo. Entonces tomaron el arca del pacto y fueron delante del pueblo.
7
Y Jehovah dijo a Josué: — Desde este día comenzaré a engrandecerte ante los
ojos de todo Israel, para que sepan que como estuve con Moisés, así estaré
8
contigo. Tú mandarás a los sacerdotes que llevan el arca del pacto, diciendo:
“Cuando hayáis llegado hasta la orilla de las aguas del Jordán, os detendréis en el
9
Jordán.” Y Josué dijo a los hijos de Israel: — Acercaos acá y escuchad las
10
palabras de Jehovah vuestro Dios. — Y añadió Josué — : En esto conoceréis que
el Dios vivo está en medio de vosotros y que él ciertamente echará de delante de
vosotros a los cananeos, los heteos, los heveos, los ferezeos, los gergeseos, los
11
amorreos y los jebuseos: He aquí, el arca del pacto del Señor de toda la tierra
12
cruzará el Jordán delante de vosotros. Tomad, pues, ahora doce hombres de las
13
tribus de Israel, uno de cada tribu. Y cuando las plantas de los pies de los
sacerdotes que llevan el arca de Jehovah, Señor de toda la tierra, se posen en las
aguas del Jordán, las aguas del Jordán se cortarán, porque las aguas que descienden
de arriba se detendrán como en un embalse.
14
Sucedió que cuando el pueblo partió de sus tiendas para cruzar el Jordán, y
15
los sacerdotes iban delante del pueblo llevando el arca del pacto; y cuando los
que llevaban el arca entraron en el Jordán, en cuanto los pies de los sacerdotes se
mojaron en la orilla del agua (el Jordán se llena hasta sus bordes todo el tiempo de la
16
siega), las aguas que venían de arriba se detuvieron como en un embalse, muy
lejos de Adam, ciudad contigua a Saretán. Entonces las aguas que descendían al
mar del Arabá, es decir, al mar Salado, se cortaron por completo. De este modo el
17
pueblo cruzó frente a Jericó. Y los sacerdotes que llevaban el arca del pacto de
Jehovah estuvieron en seco, firmes en medio del Jordán, mientras todo Israel pasaba
en seco, y hasta que todo el pueblo terminó de cruzar el Jordán.
Capítulo 4
1
Cuando toda la gente acabó de cruzar el Jordán, Jehovah habló a Josué
2
3
diciendo: — Toma del pueblo doce hombres, uno de cada tribu, y mándales
diciendo: “Tomad de en medio del Jordán, del lugar donde están firmes los pies
de los sacerdotes, doce piedras, las cuales llevaréis con vosotros, y las pondréis en
4
el lugar donde habéis de pasar esta noche.” Josué llamó a los doce hombres a
5
quienes había designado de entre los hijos de Israel, uno de cada tribu, y les dijo
Josué: — Pasad delante del arca de Jehovah vuestro Dios hasta la mitad del Jordán,
y cada uno de vosotros tome una piedra sobre su hombro, conforme al número de
6
las tribus de los hijos de Israel, para que esto sea señal entre vosotros. Y cuando
vuestros hijos os pregunten en el futuro, diciendo: “¿Qué significan para vosotros
7
estas piedras?”, les responderéis: “Las aguas del Jordán fueron cortadas ante el
arca del pacto de Jehovah. Cuando ésta cruzó el Jordán, las aguas del Jordán fueron
cortadas, por lo cual estas piedras sirven de memorial a los hijos de Israel, para
8
siempre.” Los hijos de Israel hicieron como les mandó Josué: Tomaron doce
piedras de en medio del Jordán, como Jehovah había dicho a Josué, conforme al
número de las tribus de los hijos de Israel. Las llevaron consigo al lugar donde
9
pasaron la noche y las colocaron allí. Josué también erigió doce piedras en medio
del Jordán, en el lugar donde estuvieron los pies de los sacerdotes que llevaban el
arca del pacto. Y están allí hasta el día de hoy.
10
Los sacerdotes que llevaban el arca se quedaron de pie en medio del Jordán,
hasta que se cumplió todo lo que Jehovah había mandado a Josué que hablase al
pueblo, conforme a todo lo que Moisés había mandado a Josué. Y el pueblo se dio
11
prisa y cruzó. Aconteció que cuando todo el pueblo acabó de cruzar, también
12
cruzó el arca de Jehovah con los sacerdotes, en presencia del pueblo. También
los hijos de Rubén, los hijos de Gad y la media tribu de Manasés cruzaron armados
13
al frente de los hijos de Israel, según Moisés les había dicho. Como 40.000
soldados, listos para la guerra, cruzaron delante de Jehovah hacia las llanuras de
14
Jericó, para la batalla. Aquel día Jehovah engrandeció a Josué ante los ojos de
todo Israel, y le temieron, como habían temido a Moisés, todos los días de su vida.
15
16
Jehovah habló a Josué diciendo: — Manda a los sacerdotes que llevan el arca
17
del testimonio, que salgan del Jordán. Y Josué mandó a los sacerdotes diciendo:
18
— Salid del Jordán. Aconteció que cuando los sacerdotes que llevaban el arca
del pacto de Jehovah salieron de en medio del Jordán, y las plantas de sus pies
pasaron a lugar seco, las aguas del Jordán volvieron a su lugar, desbordando todas
19
sus orillas, como antes. El pueblo salió del Jordán el 10 del mes primero, y
acamparon en Gilgal al este de Jericó.
20
21
Josué erigió en Gilgal las doce piedras que habían traído del Jordán, y habló
a los hijos de Israel, diciendo: — Cuando en el futuro vuestros hijos pregunten a sus
22
padres diciendo: “¿Qué significan estas piedras?”, daréis a conocer a
23
vuestros hijos diciendo: “Israel cruzó en seco este Jordán.” Porque Jehovah
vuestro Dios secó las aguas del Jordán delante de vosotros, hasta que acabasteis de
cruzar, de la manera que Jehovah vuestro Dios había hecho con el mar Rojo, el cual
24
secó delante de nosotros hasta que acabamos de cruzar; para que todos los
pueblos de la tierra conozcan que la mano de Jehovah es poderosa, y para que
temáis a Jehovah vuestro Dios todos los días.
Capítulo 5
1
Sucedió que cuando todos los reyes de los amorreos que estaban al otro lado
del Jordán, hacia el occidente, y todos los reyes de los cananeos que estaban al lado
del mar oyeron cómo Jehovah había secado las aguas del Jordán delante de los hijos
de Israel, hasta que habían cruzado, desfalleció su corazón, y no hubo más ánimo en
2
ellos a causa de los hijos de Israel. En aquel tiempo Jehovah dijo a Josué: “Hazte
cuchillos de pedernal y de nuevo vuelve a circuncidar a los hijos de Israel.”
3
Entonces Josué se hizo cuchillos de pedernal y circuncidó a los hijos de Israel en
4
Guivat-haaralot. Esta es la razón por la que Josué los circuncidó: Todos los
varones del pueblo que salieron de Egipto, todos los hombres de guerra, habían
5
muerto por el camino en el desierto, después que salieron de Egipto. Todos los que
habían salido habían sido circuncidados; pero los que habían nacido en el camino,
por el desierto, después que salieron de Egipto, no habían sido circuncidados.
6
Porque los hijos de Israel caminaron por el desierto cuarenta años, hasta que murió
toda la nación, es decir, los hombres de guerra que salieron de Egipto; pues no
habían obedecido la voz de Jehovah. Por eso Jehovah les juró que no les dejaría ver
la tierra que él había jurado a sus padres que nos daría: una tierra que fluye leche y
7
miel. Y fue a éstos, a los hijos de aquéllos, a quienes Jehovah había levantado en su
lugar, a los que Josué circuncidó. Eran incircuncisos, porque no habían sido
8
circuncidados en el camino. Cuando habían acabado de circuncidar a toda la
gente, se quedaron en el campamento en el mismo lugar, hasta que se sanaron.
9
Entonces Jehovah dijo a Josué: “Hoy he quitado de vosotros la afrenta de Egipto.”
Por eso se llamó el nombre de aquel lugar Gilgal, hasta el día de hoy.
10
Los hijos de Israel acamparon en Gilgal y celebraron la Pascua el día 14 del
11
mes primero, al atardecer, en las llanuras de Jericó. Al día siguiente de la Pascua,
en ese mismo día, comieron del producto de la tierra, panes sin levadura y espigas
12
tostadas. Y el maná cesó al día siguiente, cuando comenzaron a comer del
fruto de la tierra. Los hijos de Israel nunca más tuvieron maná. Más bien, ese año ya
comieron del producto de la tierra de Canaán.
13
Sucedió que estando Josué cerca de Jericó, alzó los ojos y miró; y he aquí
que un hombre estaba delante de él, con su espada desenvainada en su mano.
Josué, yendo hacia él, le preguntó: — ¿Eres de los nuestros o de nuestros
14
enemigos? El le respondió: — No. Yo soy el Jefe del Ejército de Jehovah, que he
venido ahora. Entonces Josué, postrándose en tierra sobre su rostro, le adoró y le
15
preguntó: — ¿Qué dice mi Señor a su siervo? El Jefe del Ejército de Jehovah
respondió a Josué: — Quita las sandalias de tus pies, porque el lugar donde tú estás
santo es. Y Josué lo hizo así.
Capítulo 6
1
Jericó estaba cerrada y atrancada por causa de los hijos de Israel. Nadie entraba
ni salía. 2 Pero Jehovah dijo a Josué: — Mira, yo he entregado en tu mano a Jericó, a
su rey y a sus hombres de guerra. 3 Asediaréis la ciudad vosotros, todos los hombres
de guerra, yendo alrededor de la ciudad una vez. Esto haréis durante seis días. 4 Siete
sacerdotes llevarán siete cornetas de cuernos de carnero delante del arca. Al séptimo
día daréis siete vueltas a la ciudad, y los sacerdotes tocarán las cornetas. 5 Y sucederá
que cuando hagan sonar prolongadamente el cuerno de carnero, cuando oigáis el
sonido de la corneta, todo el pueblo gritará a gran voz, y el muro de la ciudad se
derrumbará. Entonces el pueblo subirá, cada uno hacia adelante .
6
Josué hijo de Nun llamó a los sacerdotes y les dijo: — Llevad el arca del
pacto, y que siete sacerdotes lleven siete cornetas de cuernos de carnero delante del
7
arca de Jehovah. — Dijo, además, al pueblo — : Pasad y rodead la ciudad. Los
8
que están armados pasen delante del arca de Jehovah. Sucedió, después que Josué
había hablado al pueblo, que los siete sacerdotes, llevando las siete cornetas de
cuernos de carnero delante del arca de Jehovah, pasaron y tocaron las cornetas. El
9
arca del pacto de Jehovah los seguía. La vanguardia iba delante de los sacerdotes
que tocaban las cornetas, y la retaguardia iba detrás del arca, tocando
10
prolongadamente las cornetas. Pero Josué mandó al pueblo diciendo: —
Vosotros no gritaréis, ni se oirá vuestra voz, ni saldrá palabra de vuestra boca hasta
11
el día que yo diga: “¡Gritad!” Entonces gritaréis. Así él hizo que el arca de Jehovah
diera una vuelta alrededor de la ciudad; y regresaron al campamento, donde pasaron
12
la noche. Josué se levantó muy de mañana, y los sacerdotes tomaron el arca de
13
Jehovah. Los siete sacerdotes que llevaban las siete cornetas de cuernos
de carnero caminaron delante del arca de Jehovah tocando las cornetas
prolongadamente, mientras caminaban, y la vanguardia iba delante de ellos. La
retaguardia iba detrás del arca de Jehovah, mientras tocaban las cornetas
14
prolongadamente. Así dieron una vuelta a la ciudad el segundo día y regresaron al
15
campamento. De esta manera hicieron durante seis días. Aconteció que el séptimo
día se levantaron al amanecer y fueron alrededor de la ciudad de la misma manera,
16
siete veces. Solamente ese día dieron vuelta a la ciudad siete veces. Y sucedió
que a la séptima vez, cuando los sacerdotes habían tocado las cornetas, Josué dijo
al pueblo: — ¡Gritad, porque Jehovah os entrega la ciudad!
17
Pero la ciudad será anatema a Jehovah; ella con todas las cosas que están en
ella. Sólo vivirá la prostituta Rajab, con todos los que estén en su casa con ella,
18
porque escondió a los mensajeros que enviamos. Pero vosotros guardaos del
anatema. No toquéis ni toméis nada del anatema; no sea que hagáis anatema el
19
campamento de Israel y le ocasionéis destrucción. Pero toda la plata, el oro y los
utensilios de bronce y de hierro serán consagrados a Jehovah y formarán parte del
20
tesoro de Jehovah. Entonces el pueblo gritó, y tocaron las cornetas. Y sucedió
que cuando el pueblo oyó el sonido de la corneta, gritó con gran estruendo. ¡Y el
muro se derrumbó! Entonces el pueblo subió a la ciudad, cada uno directamente
21
delante de él; y la tomaron. Destruyeron a filo de espada todo lo que había en la
ciudad: hombres y mujeres, jóvenes y viejos, hasta los bueyes, las ovejas y los
22
asnos. Josué dijo a los dos hombres que habían reconocido la tierra: — Entrad en
la casa de la mujer prostituta, y sacad de allí a ella y todo lo que sea suyo, como se
23
lo habéis jurado. Entraron los jóvenes espías y sacaron a Rajab, a su padre, a su
madre, a sus hermanos y todo lo que era suyo. Sacaron a toda su familia, y los
24
pusieron fuera del campamento de Israel. Y consumieron con fuego la ciudad,
junto con todo lo que había en ella. Solamente pusieron en el tesoro de la casa de
25
Jehovah la plata, el oro y los utensilios de bronce y de hierro. Pero Josué preservó
la vida a la prostituta Rajab, a la familia de su padre y todo lo que era suyo. Ella ha
habitado entre los israelitas hasta el día de hoy, porque escondió a los mensajeros
26
que Josué envió para reconocer Jericó. En aquel tiempo Josué les hizo este
juramento diciendo: — ¡Maldito sea delante de Jehovah el hombre que se levante y
reconstruya esta ciudad de Jericó! A costa de su primogénito colocará sus
27
cimientos, y a costa de su hijo menor asentará sus puertas. Jehovah estuvo con
Josué, y su fama se divulgó por toda la tierra.
Capítulo 7
1
Pero los hijos de Israel transgredieron con respecto al anatema. Acán hijo de
Carmi, hijo de Zabdi, hijo de Zéraj, de la tribu de Judá, tomó del anatema; y la ira
2
de Jehovah se encendió contra los hijos de Israel. Josué envió hombres desde
Jericó hasta Hai, que estaba junto a Bet-avén, hacia el oriente de Betel, y les dijo:
3
— Subid y reconoced la tierra. Ellos fueron y reconocieron Hai, y volviendo a
Josué le dijeron: — No suba todo el pueblo. Suban sólo unos 2.000 o 3.000
hombres; ellos tomarán Hai. No fatigues a todo el pueblo allí, porque ellos son
4
pocos. Fueron allá unos 3.000 hombres del pueblo, los cuales huyeron delante de
5
los de Hai. Los hombres de Hai mataron de aquéllos a unos treinta y seis hombres
y los persiguieron desde la puerta de la ciudad hasta Sebarim, donde los derrotaron
en la bajada, de modo que el corazón del pueblo desfalleció y vino a ser como agua.
6
Entonces Josué rasgó su ropa y se postró en tierra sobre su rostro delante del
arca de Jehovah hasta el anochecer, él y los ancianos de Israel; y echaron polvo
7
sobre sus cabezas. Entonces dijo Josué: — ¡Ay, Señor Jehovah! ¿Por qué hiciste
cruzar el Jordán a este pueblo, para entregarnos en mano de los amorreos, para que
8
nos destruyan? ¡Ojalá hubiéramos decidido habitar al otro lado del Jordán! ¡Oh,
Señor! ¿Qué diré, puesto que Israel ha vuelto la espalda delante de sus enemigos?
9
Los cananeos y todos los habitantes de la tierra lo oirán, nos rodearán y borrarán
nuestro nombre de la tierra. Entonces, ¿qué harás tú por tu gran nombre?
10
Jehovah dijo a Josué: — Levántate. ¿Por qué te postras así sobre tu rostro?
Israel ha pecado. Han quebrantado mi pacto que yo les había mandado. Han
tomado del anatema, han robado, han mentido y lo han escondido entre sus enseres.
12
Por esto los hijos de Israel no podrán prevalecer ante sus enemigos. Más bien,
volverán la espalda ante sus enemigos, porque se han convertido en anatema. Yo no
estaré más con vosotros, si no destruís el anatema de en medio de vosotros.
13
Levántate, purifica al pueblo y di: “Purificaos para mañana, porque Jehovah Dios
de Israel dice así: ‘Anatema hay en medio de ti, oh Israel. No podréis prevalecer
delante de vuestros enemigos hasta que hayáis quitado el anatema de en medio de
14
vosotros.’” Os acercaréis, pues, mañana, por vuestras tribus. La tribu que
Jehovah tome se acercará por sus clanes. El clan que Jehovah tome se acercará por
15
sus familias. La familia que Jehovah tome se acercará por sus varones. El que sea
descubierto con el anatema será quemado a fuego, él y todo lo suyo, porque ha
quebrantado el pacto de Jehovah y ha cometido una vileza en Israel.
11
16
Al levantarse Josué muy de mañana, hizo que se acercara Israel por sus
17
tribus, y fue tomada la tribu de Judá. Al hacer que se acercara la tribu de Judá, fue
tomado el clan de los hijos de Zéraj. Al hacer que se acercara el clan de los hijos de
18
Zéraj, fue tomado Zabdi. Y al hacer que se acercaran los varones de su familia,
fue tomado Acán hijo de Carmi, hijo de Zabdi, hijo de Zéraj, de la tribu de Judá.
19
Entonces Josué dijo a Acán: — ¡Hijo mío, por favor, da gloria y reconocimiento a
20
Jehovah Dios de Israel, y declárame lo que has hecho! ¡No me lo encubras! Acán
respondió a Josué diciendo: — Verdaderamente yo he pecado contra Jehovah Dios
21
de Israel, y he hecho así y así: Vi entre el botín un manto babilónico muy bueno,
200 siclos de plata y un lingote de oro de 50 siclos de peso, lo cual codicié y tomé.
Todo ello está escondido bajo tierra en medio de mi tienda, y el dinero está debajo
22
de ello. Josué envió mensajeros que fueron corriendo a la tienda. Y he aquí,
23
aquello estaba escondido allí en su tienda, y el dinero estaba debajo. Lo tomaron
de la tienda y lo llevaron a Josué y a todos los hijos de Israel, y lo pusieron delante
24
de Jehovah. Entonces Josué y todo Israel con él tomaron a Acán hijo de Zéraj, la
plata, el manto, el lingote de oro, sus hijos, sus hijas, sus bueyes, sus asnos, sus
25
ovejas, su tienda y todo lo que tenían; y los llevaron al valle de Acor. Y Josué
dijo: — ¿Por qué nos has ocasionado destrucción? ¡Jehovah te destruya a ti en este
día! Todos los israelitas los apedrearon, y después de apedrearlos, los quemaron a
26
fuego. Después levantaron sobre él un gran montón de piedras que permanece
hasta el día de hoy. Así Jehovah se aplacó del ardor de su ira. Por eso se llama el
nombre de aquel lugar valle de Acor, hasta el día de hoy.
Capítulo 8
1
Jehovah dijo a Josué: — No temas ni desmayes. Toma contigo a toda la gente
de guerra, levántate y sube contra Hai. Mira, yo he entregado en tu mano al rey de
2
Hai, a su pueblo, su ciudad y su tierra. Harás a Hai y a su rey como hiciste a Jericó
y a su rey. Solamente tomaréis para vosotros su botín y su ganado. Pon una
emboscada en el lado occidental de la ciudad.
3
Josué y toda la gente de guerra se levantaron para subir contra Hai. Josué
4
escogió 30.000 hombres fuertes, a quienes envió de noche, y les mandó diciendo:
— Mirad, pondréis una emboscada detrás de la ciudad. No os alejéis mucho de la
5
ciudad, y estad todos preparados. Yo y toda la gente que está conmigo nos
acercaremos a la ciudad. Y sucederá que cuando salgan contra nosotros como la
6
primera vez, huiremos delante de ellos. Saldrán tras nosotros hasta que los
hayamos alejado de la ciudad, porque dirán: “Huyen de nosotros como
7
la primera vez.” Huiremos, pues, delante de ellos, y vosotros os levantaréis de la
emboscada y os apoderaréis de la ciudad, pues Jehovah vuestro Dios la entregará
8
en vuestra mano. Y sucederá que cuando hayáis tomado la ciudad, le prenderéis
fuego. Haréis conforme a la palabra de Jehovah. Mirad que yo os lo he mandado.
9
Entonces Josué los envió, y ellos se fueron al lugar de la emboscada y se pusieron
entre Betel y Hai, al oeste de Hai. Josué pasó aquella noche en medio del pueblo,
10
y levantándose Josué muy de mañana pasó revista al pueblo. Luego subió delante
11
del pueblo contra Hai, junto con los ancianos de Israel. Toda la gente de guerra
que estaba con él subió y se acercó; llegaron frente a la ciudad y acamparon hacia el
12
norte de Hai, estando el valle entre ellos y Hai. Tomó unos 5.000 hombres y los
13
puso en emboscada entre Betel y Hai, hacia el lado oeste de la ciudad. Así
ordenaron a la gente: todo el campamento hacia el lado norte de la ciudad, y la
guardia emboscada hacia el oeste de la ciudad. Y Josué pasó aquella noche en
14
medio del valle. Sucedió que cuando el rey de Hai vio esto, los hombres de la
ciudad se apresuraron, se levantaron muy de mañana y salieron al encuentro de
Israel, para combatir él y todo su pueblo frente al Arabá, en el lugar acordado, no
15
sabiendo que le estaba puesta una emboscada detrás de la ciudad. Josué y todo
16
Israel, fingiéndose vencidos ante ellos, huyeron por el camino del desierto. Todo
el pueblo que estaba en Hai se reunió para perseguirlos. Y persiguieron a Josué,
17
siendo así alejados de la ciudad. No quedó hombre en Hai y en Betel que no
18
saliera tras Israel. Y por perseguir a Israel, dejaron la ciudad abierta. Entonces
Jehovah dijo a Josué: — Extiende la lanza que tienes en tu mano hacia Hai, porque
yo la entregaré en tu mano. Josué extendió hacia la ciudad la lanza que tenía en su
19
mano. Y levantándose rápidamente de su lugar, los hombres que estaban en la
emboscada corrieron cuando él extendió su mano, y entraron en la ciudad. Así la
20
tomaron y se apresuraron a prender fuego a la ciudad. Los hombres de Hai
volvieron el rostro, y al mirar, he aquí que el humo de la ciudad subía al cielo. Pero
no les fue posible huir ni a un lado ni a otro, porque el pueblo que iba hacia el
21
desierto se volvió contra los que lo perseguían. Josué y todo Israel, viendo que los
de la emboscada habían tomado la ciudad y que el humo de la ciudad subía, se
22
volvieron y mataron a los hombres de Hai. Los otros salieron de la ciudad a su
encuentro. Así estuvieron en medio de Israel, los unos por un lado y los otros por el
otro. Los mataron hasta que no quedó ni un sobreviviente ni un fugitivo.
23
24
También tomaron vivo al rey de Hai y lo llevaron ante Josué. Sucedió que
cuando los israelitas acabaron de matar a todos los habitantes de Hai en el campo,
en el desierto donde ellos los habían perseguido, y cuando todos habían caído
a filo de espada hasta ser exterminados, todos los israelitas se volvieron a Hai y
25
mataron a todos a espada. El número de los que cayeron aquel día, entre hombres
26
y mujeres, fue de 12.000, todos los de Hai. Porque Josué no retrajo su mano que
había extendido con la lanza, hasta que destruyó a todos los habitantes de Hai.
27
Los israelitas sólo tomaron para sí el ganado y el botín de aquella ciudad,
28
conforme a la palabra que Jehovah había mandado a Josué. Josué incendió Hai y
la convirtió en un montículo de ruinas perpetuas, una desolación hasta el día de hoy.
29
Al rey de Hai lo colgó de un árbol hasta el atardecer. Cuando el sol se ponía,
Josué mandó que quitasen su cuerpo del árbol y lo echasen a la puerta de la ciudad,
donde levantaron sobre él un gran montón de piedras, que permanece hasta el día
de hoy.
30
Entonces Josué edificó en el monte Ebal un altar a Jehovah Dios de Israel,
como Moisés siervo de Jehovah había mandado a los hijos de Israel y como está
escrito en el libro de la Ley de Moisés: un altar de piedras sin labrar sobre las cuales
nadie había alzado herramientas de hierro. Sobre él ofrecieron holocaustos a
32
Jehovah e hicieron sacrificios de paz. También escribió allí sobre las piedras, en
presencia de los hijos de Israel, una copia de la ley de Moisés, que él había escrito.
33
Y todo Israel, sus ancianos, oficiales y jueces, tanto extranjeros como naturales,
estaban de pie a ambos lados del arca delante de los sacerdotes levitas que llevaban
el arca del pacto de Jehovah. La mitad de ellos estaba hacia el monte Gerizim y la
otra mitad hacia el monte Ebal, de la manera que Moisés siervo de Jehovah lo había
34
mandado, para que bendijesen primeramente al pueblo de Israel. Después de
esto, leyó todas las palabras de la ley, las bendiciones y las maldiciones, conforme a
35
todo lo que está escrito en el libro de la Ley. No hubo palabra alguna de todas las
cosas que mandó Moisés, que Josué no leyera delante de toda la congregación de
Israel, incluyendo las mujeres, los niños y los extranjeros que vivían entre ellos.
31
Capítulo 9
1
Aconteció que cuando oyeron estas cosas todos los reyes que estaban a este
lado del Jordán, tanto en la región montañosa como en la Sefela y en toda la costa
del mar Grande hasta el Líbano (heteos, amorreos, cananeos, ferezeos, heveos y
2
jebuseos), se agruparon para combatir de común acuerdo contra Josué e Israel.
3
Pero cuando los habitantes de Gabaón oyeron lo que Josué había hecho a
4
Jericó y a Hai, usaron de astucia. Fueron y se proveyeron tomando sobre sus
5
asnos costales viejos, odres de vino viejos, rotos y remendados, sandalias viejas y
remendadas en sus pies, y ropa vieja sobre sí. Y todo el pan de que se habían
6
provisto para el camino estaba seco y mohoso. Así fueron a Josué, al campamento
en Gilgal, y le dijeron a él y a los hombres de Israel: — Nosotros venimos de una
7
tierra lejana. Haced, pues, alianza con nosotros. Los hombres de Israel
respondieron a los heveos: — Quizás vosotros habitáis en medio de nosotros.
8
¿Cómo, pues, podremos hacer alianza con vosotros? Ellos respondieron a Josué:
— Nosotros somos tus siervos. Y Josué les preguntó: — ¿Quiénes sois vosotros y
9
de dónde venís? Ellos le respondieron: — Tus siervos hemos venido de tierras muy
lejanas, a causa del renombre de Jehovah tu Dios. Porque hemos oído de su fama y
10
de todas las cosas que hizo en Egipto, y de todo lo que hizo a los dos reyes de los
amorreos que estaban al otro lado del Jordán: a Sejón rey de Hesbón, y a Og rey
11
de Basán, que estaba en Astarot. Por eso nuestros ancianos y todos los habitantes
de nuestra tierra nos hablaron diciendo: “Tomad en vuestras manos provisión para el
camino, id al encuentro de ellos y decidles: ‘Nosotros somos vuestros siervos; por
12
tanto, haced alianza con nosotros.’ Este pan nuestro estaba caliente cuando
tomamos provisiones de nuestras casas para el camino, el día que salimos para venir
13
a vosotros. He aquí que ahora ya está seco y mohoso. También estos odres
estaban nuevos cuando los llenamos. He aquí que ahora ya están rotos. Y esta ropa
14
nuestra y nuestras sandalias están ya viejas a causa del camino tan largo. Los
hombres de Israel tomaron de sus provisiones, pero no consultaron a Jehovah.
15
Entonces Josué hizo paz con ellos, e hizo una alianza con ellos de conservarles
16
la vida. Los jefes de la congregación también se lo juraron. Y sucedió que tres
días después de haber hecho alianza con ellos, se enteraron de que eran sus vecinos
17
y que habitaban en medio de ellos. Entonces los hijos de Israel partieron, y al
tercer día llegaron a las ciudades de ellos. Sus ciudades eran Gabaón, Cafira, Beerot
18
y Quiriat-jearim. Pero los hijos de Israel no los mataron, porque los jefes de la
congregación les habían jurado por Jehovah Dios de Israel. Por eso toda la
19
congregación murmuraba contra los jefes. Y todos los jefes respondieron a toda
la congregación: — Nosotros les hemos jurado por Jehovah Dios de Israel. Por eso
20
ahora no les podemos tocar. Esto es lo que haremos con ellos: Los dejaremos
que vivan, para que no venga sobre nosotros la ira a causa del juramento que les
21
hemos hecho. — Además, los jefes les dijeron — : Dejadlos vivir. Así llegaron
a ser cortadores de leña y portadores de agua para toda la congregación, como les
habían dicho los jefes.
22
Entonces, llamándolos Josué, les habló diciendo: — ¿Por qué nos habéis
engañado diciendo: “Habitamos muy lejos de vosotros”, siendo así que habitáis en
23
medio de nosotros? Ahora pues, vosotros sois malditos, y no faltarán de entre
vosotros siervos, ni cortadores de leña, ni portadores de agua para la casa de mi
24
Dios. Ellos respondieron a Josué y dijeron: — Porque tus siervos fueron bien
informados de que Jehovah tu Dios había mandado a Moisés su siervo que os había
de dar toda la tierra, y que habíais de destruir delante de vosotros a todos los
habitantes del país. Por eso temimos mucho por nuestras vidas a causa de vosotros,
25
e hicimos esto. Ahora pues, he aquí estamos en tu mano. Haz con nosotros lo que
26
te parezca bueno y recto. Así hizo con ellos Josué: Los libró de la mano de los
27
hijos de Israel, y no los mataron. Pero aquel día los destinó para ser cortadores
de leña y portadores de agua para la congregación y para el altar de Jehovah, en el
lugar que Jehovah eligiera, como lo son hasta el día de hoy.
Capítulo 10
1
Sucedió que cuando Adonisedec, rey de Jerusalén, oyó que Josué había
tomado Hai y la había destruido, haciendo con Hai y su rey lo que había hecho con
Jericó y su rey, y que los habitantes de Gabaón habían hecho la paz con los israelitas
2
y estaban entre ellos, tuvo gran temor; porque Gabaón era una ciudad grande,
como una de las ciudades reales, mayor que Hai, y porque todos sus hombres eran
3
valientes. Entonces Adonisedec rey de Jerusalén mandó a decir a Hojam rey de
Hebrón, a Piream rey de Jarmut, a Jafía rey de Laquis y a Debir rey de Eglón:
4“
Subid y ayudadme a combatir a Gabaón, porque ha hecho la paz con Josué y con
5
los hijos de Israel.” Entonces los cinco reyes de los amorreos (el rey de Jerusalén,
el rey de Hebrón, el rey de Jarmut, el rey de Laquis y el rey de Eglón) se reunieron y
subieron con todos sus ejércitos. Acamparon frente a Gabaón y combatieron contra
6
ella. Entonces los habitantes de Gabaón mandaron a decir a Josué, al campamento
en Gilgal: “No abandones a tus siervos. Sube rápidamente a nosotros para
protegernos y ayudarnos, porque todos los reyes de los amorreos que habitan en la
región montañosa se han agrupado contra nosotros.”
7
Josué subió de Gilgal con toda la gente de guerra y todos los hombres
8
valientes, y Jehovah dijo a Josué: — No tengas temor de ellos, porque yo los
9
he entregado en tu mano. Ninguno de ellos podrá resistir delante de ti. Después de
10
subir toda la noche desde Gilgal, Josué cayó sobre ellos de repente. Jehovah los
turbó delante de Israel y los hirió con gran mortandad en Gabaón. Los persiguió por
11
el camino que sube a Bet-jorón y los hirió hasta Azeca y Maqueda. Y sucedió
que cuando iban huyendo de los israelitas por la bajada de Bet-jorón, Jehovah
arrojó desde el cielo grandes piedras sobre ellos, hasta Azeca; y murieron. Fueron
muchos más los que murieron a causa de las piedras del granizo, que aquellos a
12
quienes los hijos de Israel mataron a espada. Entonces Josué habló a Jehovah el
día en que Jehovah entregó a los amorreos ante los hijos de Israel, y dijo en
presencia de los israelitas: “¡Sol, detente sobre Gabaón; y tú, luna, sobre el valle de
13
Ajalón!” Y el sol se detuvo y la luna se paró, hasta que el pueblo se hubo vengado
de sus enemigos. ¿No está escrito esto en el libro de Jaser? El sol se detuvo en
14
medio del cielo, y no se apresuró a ponerse casi un día entero. Nunca hubo un día
semejante, ni antes ni después de aquel día, cuando Jehovah escuchó la voz de un
hombre; porque Jehovah combatía por Israel.
15
Luego Josué, y todo Israel con él, volvió al campamento en Gilgal. 16 Los cinco
reyes huyeron y se escondieron en la cueva de Maqueda. 17 Y le fue dicho a Josué que
los cinco reyes habían sido hallados escondidos en la cueva de Maqueda. 18 Entonces
Josué dijo: — Haced rodar grandes piedras a la entrada de la cueva y poned hombres
junto a ella, para que los guarden. 19 Pero vosotros, no os detengáis, sino perseguid a
vuestros enemigos y heridles la retaguardia. No les dejéis entrar en sus ciudades,
porque Jehovah vuestro Dios los ha entregado en vuestra mano. 20 Aconteció que
cuando Josué y los hijos de Israel habían acabado de herirlos con gran mortandad
hasta destruirlos, los que quedaron de ellos entraron en las ciudades fortificadas.
21
Después, todo el pueblo regresó ileso al campamento de Josué en Maqueda. No
22
hubo quien dijera algo en contra de los hijos de Israel. Entonces dijo Josué: —
23
Abrid la entrada de la cueva y sacadme de ella a esos cinco reyes. Así lo hicieron
y sacaron de la cueva a estos cinco reyes: el rey de Jerusalén, el rey de Hebrón, el
24
rey de Jarmut, el rey de Laquis y el rey de Eglón. Y sucedió que cuando sacaron
a estos reyes ante Josué, éste llamó a todos los hombres de Israel y dijo a los jefes
de los hombres de guerra que habían ido con él: — Acercaos y poned vuestros pies
sobre los cuellos de estos reyes. Ellos se acercaron y pusieron sus pies sobre los
25
cuellos de ellos. Y Josué les dijo: — No temáis ni os atemoricéis; esforzaos y sed
valientes, porque así hará Jehovah a todos vuestros enemigos contra los cuales
26
combatís. Después de esto, Josué los hirió, los mató y los hizo colgar de cinco
27
árboles; y estuvieron colgados de los árboles hasta el atardecer. Y sucedió
que cuando el sol se ponía, Josué mandó que los quitasen de los árboles y los
echasen en la cueva donde se habían escondido. Después pusieron grandes piedras
a la entrada de la cueva, las cuales están hasta este mismo día.
28
En aquel día Josué tomó Maqueda y la hirió a filo de espada, juntamente con su
rey. La destruyó por completo con todo lo que en ella tenía vida, sin dejar
sobrevivientes. E hizo con el rey de Maqueda como había hecho con el rey de Jericó.
29
Josué, y todo Israel con él, pasó de Maqueda a Libna y combatió contra Libna.
30
Jehovah también entregó la ciudad y a su rey en mano de Israel, e hirieron a filo de
espada a todo lo que en ella tenía vida, sin dejar sobrevivientes en ella. E hizo a su rey
como había hecho con el rey de Jericó. 31 Josué, y todo Israel con él, pasó de Libna a
Laquis. Acamparon contra ella y la combatieron. 32 Jehovah también entregó Laquis en
mano de Israel, y la tomó al segundo día. Mató a espada todo lo que en ella tenía vida,
como había hecho con Libna. 33 Entonces Horam, rey de Gezer, fue en ayuda de
Laquis, pero Josué mató a él y a su gente, hasta no dejarle ningún sobreviviente.
34
Josué, y todo Israel con él, pasó de Laquis a Eglón. Acamparon contra ella y la
combatieron. 35 El mismo día la tomaron y la hirieron a filo de espada. Aquel día él
destruyó a todo lo que en ella tenía vida, como había hecho con Laquis. 36 Luego Josué,
y todo Israel con él, subió de Eglón a Hebrón, y la combatieron. 37 La tomó y mató a
espada a su rey y a la gente de todas sus aldeas con todo lo que en ellas tenía vida, sin
dejar sobrevivientes. Como había hecho con Eglón, así la destruyó con todo lo que en
ella tenía vida. 38 Después Josué, y todo Israel con él, se volvió contra Debir y la
combatió. 39 La tomó, y mataron a espada a su rey y a la gente de todas sus aldeas.
Destruyeron todo lo que allí tenía vida, sin dejar sobrevivientes. Como había hecho con
Hebrón y con Libna y con su rey, así hizo con Debir y con su rey. 40 Conquistó, pues,
Josué toda la tierra: la región montañosa, el Néguev, la Sefela y las laderas, y a todos
sus reyes, sin dejar sobrevivientes. Mató todo lo que tenía vida, como Jehovah Dios de
Israel había mandado. 41 Josué los derrotó desde Cades-barnea hasta Gaza, y toda la
tierra de Gosén hasta Gabaón. 42 Josué tomó a todos estos reyes y sus tierras, de una
vez, porque Jehovah Dios de Israel combatía por Israel. 43 Después Josué, y todo
Israel con él, volvió al campamento de Gilgal.
Capítulo 11
1
Sucedió que cuando Jabín rey de Hazor oyó esto, envió un mensaje a Jobab
2
rey de Madón, al rey de Simrón, al rey de Acsaf, a los reyes que habitaban en la
región montañosa del norte, en la llanura del sur del mar Quinéret, en la Sefela y en
Nafot-dor al occidente,
3
a los cananeos que habitaban al oriente y al occidente, a los amorreos, a los
heteos, a los ferezeos, a los jebuseos de la región montañosa y a los heveos de las
4
faldas del Hermón, en la tierra de Mizpa. Entonces ellos, y todos sus ejércitos con
ellos, un pueblo tan numeroso como la arena que está a la orilla del mar, salieron con
5
gran cantidad de caballos y carros. Todos estos reyes se reunieron, y fueron y
acamparon juntos al lado de las aguas de Merom, para combatir contra Israel.
6
Pero Jehovah dijo a Josué: — No tengas temor de ellos, porque mañana a esta
hora yo entregaré muertos a todos ellos, delante de Israel. Desjarretarás sus
7
caballos y quemarás sus carros. Entonces Josué y toda la gente de guerra con él
8
fueron y cayeron de repente sobre ellos al lado de las aguas de Merom. Jehovah
los entregó en mano de los israelitas, quienes los derrotaron y los persiguieron hasta
la gran Sidón, hasta Misrefot-maim y hasta el valle de Mizpa al oriente. Y los mató,
9
hasta no dejarles sobrevivientes. Josué hizo con ellos como Jehovah le había
mandado: Desjarretó sus caballos y quemó sus carros.
10
En aquel tiempo Josué volvió y tomó Hazor, y mató a espada a su rey. Hazor
11
había sido antes la capital de todos estos reinos. Mataron a espada a todo cuanto
tenía vida en ella, destruyendo y no dejando nada vivo. E incendió a Hazor.
12
Asimismo, Josué tomó todas las ciudades de estos reyes, y a todos sus reyes. Los
mató a espada y los destruyó, como lo había mandado Moisés, siervo de Jehovah.
13
Pero Israel no incendió ninguna de las ciudades que estaban sobre sus montículos
14
de ruinas, excepto Hazor, la cual Josué sí incendió. Los hijos de Israel tomaron
para sí todo el botín de estas ciudades junto con el ganado, pero mataron a espada
a todos los hombres hasta destruirlos, sin dejar uno solo vivo.
15
De la manera que Jehovah había mandado a su siervo Moisés, así mandó
Moisés a Josué, y así lo hizo Josué, sin omitir nada de todo lo que Jehovah había
16
mandado a Moisés. Así tomó Josué toda esta tierra: la región montañosa, todo el
Néguev, toda la tierra de Gosén, la Sefela, el Arabá, la región montañosa de Israel y
17
sus laderas, desde el monte Halac que sube hasta Seír, hasta Baal-gad, en el valle
del Líbano, a las faldas del monte Hermón. Capturó a todos sus reyes, los hirió y los
18
19
mató. Por mucho tiempo Josué tuvo guerra con todos estos reyes. No hubo
ciudad que hiciese la paz con los hijos de Israel, excepto los heveos que moraban en
20
Gabaón. Todo el resto lo tomaron en batalla. Esto provenía de Jehovah, quien
endurecía el corazón de ellos, para que resistiesen con la guerra a Israel, a fin de que
fueran destruidos sin que se les tuviese misericordia; para que fuesen desarraigados,
como Jehovah había mandado a Moisés.
21
Por aquel tiempo Josué fue y destruyó a los anaquitas de la región montañosa de
Hebrón, de Debir y de Anab, y de toda la región montañosa de Judá y de toda la de
22
Israel. Josué los destruyó a ellos con sus ciudades. Ninguno de los anaquitas
quedó en la tierra de los hijos de Israel. Sólo quedaron algunos en Gaza, en Gat y en
23
Asdod. Así tomó Josué toda la tierra, conforme a todo lo que Jehovah había
dicho a Moisés. Josué la entregó como heredad a Israel, conforme a la distribución
de sus tribus. Y la tierra reposó de la guerra.
Capítulo 12
1
Estos son los reyes de la tierra a quienes derrotaron los hijos de Israel y cuyas
tierras poseyeron al lado oriental del Jordán, desde el río Arnón hasta el monte
2
Hermón y todo el Arabá oriental: Sejón, rey de los amorreos, que habitaba en
Hesbón. Este reinaba desde Aroer, que está en la ribera del río Arnón, y desde el
centro del valle hasta el río Jaboc, que sirve de frontera con los hijos de Amón. Esta
3
región incluía la mitad de Galaad y el Arabá, desde el mar Quinéret, al oriente,
hasta el mar del Arabá, o mar Salado, al oriente en dirección a Bet-jesimot, y por el
4
sur hasta más abajo de las faldas del Pisga. Og, rey de Basán, sobreviviente de los
5
refaítas, quien residía en Astarot y en Edrei. Este reinaba en el monte Hermón, en
Salca y en todo Basán, hasta la frontera de Gesur y de Maaca y en la mitad de
6
Galaad, hasta la frontera de Sejón, rey de Hesbón. Moisés, siervo de Jehovah, y
los hijos de Israel los derrotaron. Y Moisés, siervo de Jehovah, dio la tierra en
posesión a los rubenitas, a los gaditas y a la media tribu de Manasés.
7
Estos son los reyes de la tierra a quienes derrotaron Josué y los hijos de Israel
en el lado occidental del Jordán, desde Baal-gad, en el valle del Líbano, hasta el
monte Halac que sube a Seír, cuya tierra dio Josué en posesión a las tribus de Israel
8
conforme a su distribución, en la región montañosa, en la Sefela, en el Arabá, en las
laderas, en el desierto y en el Néguev, donde habitaban los heteos, los amorreos, los
9
cananeos, los ferezeos, los heveos y los jebuseos: El rey de Jericó, uno; el rey de
10
Hai (que está junto a Betel), uno; el rey de Jerusalén, uno; el rey de Hebrón, uno;
11
12
el rey de Jarmut, uno; el rey de Laquis, uno; el rey de Eglón, uno; el rey de
13
14
Gezer, uno; el rey de Debir, uno; el rey de Geder, uno; el rey de Horma, uno; el
15
16
rey de Arad, uno; el rey de Libna, uno; el rey de Adulam, uno; el rey de
17
Maqueda, uno; el rey de Betel, uno; el rey de Tapúaj, uno; el rey de Hefer, uno;
18
19
el rey de Afec, uno; el rey de Sarón, uno; el rey de Madón, uno; el rey
20
21
de Hazor, uno; el rey de Simron-merón, uno; el rey de Acsaf, uno; el rey de
22
Taanac, uno; el rey de Meguido, uno; el rey de Quedes, uno; el rey de Jocneam
23
del Carmelo, uno; el rey de Dor en Nafot-dor, uno; el rey de Goím en Gilgal, uno;
24
el rey de Tirsa, uno. Treinta y un reyes en total.
Capítulo 13
1
Siendo Josué ya viejo y de edad avanzada, le dijo Jehovah: “Tú eres ya viejo y
2
de edad avanzada, y queda todavía muchísima tierra por conquistar. Esta es la
3
tierra que queda: “Todos los distritos de los filisteos y todo el de Gesur: Desde
Sijor, al oriente de Egipto, hasta el territorio de Ecrón, al norte, que se considera de
los cananeos; los cinco distritos de los filisteos (Gaza, Asdod, Ascalón, Gat y Ecrón)
4
y la tierra de los aveos, al sur; toda la tierra de los cananeos, y desde Ara, que
5
pertenece a los sidonios, hasta Afec, hasta la frontera de los amorreos; la tierra de
los de Biblos; todo el Líbano al oriente, desde Baal-gad al pie del monte Hermón,
6
hasta Lebo-hamat; todos los que habitan en la región montañosa desde el Líbano
hasta Misrefot-maim, y todos los habitantes de Sidón. A todos éstos yo los arrojaré
de delante de los hijos de Israel. “Tú, pues, sólo da la tierra por sorteo a Israel
como heredad, como te he mandado.
7
Reparte esta tierra como heredad entre las nueve tribus y la media tribu de
8
Manasés; porque la otra mitad de esta tribu, los rubenitas y los gaditas ya
recibieron su heredad, la cual les dio Moisés en el lado oriental del Jordán. Moisés,
9
siervo de Jehovah, se la dio desde Aroer, que está en la ribera del río Arnón, y la
ciudad que está en el centro del valle, toda la meseta de Medeba hasta Dibón;
10
todas las ciudades de Sejón, rey de los amorreos, que reinó en Hesbón hasta la
11
frontera de los hijos de Amón; Galaad y los territorios de Gesur y de Maaca; todo
12
el monte Hermón, toda la tierra de Basán hasta Salca; todo el reino de Og, el cual
era sobreviviente de los refaítas, que reinó en Astarot y Edrei en Basán, y a quienes
13
Moisés derrotó y echó.” Sin embargo, los hijos de Israel no echaron a los de
Gesur y de Maaca; antes bien, Gesur y Maaca han habitado en medio de Israel
14
hasta el día de hoy. Sólo a la tribu de Leví no dio heredad: Las ofrendas
quemadas de Jehovah Dios de Israel son su heredad, como él le había prometido.
15
16
Moisés había dado heredad a la tribu de los hijos de Rubén, según sus clanes, y
el territorio de ellos abarcaba desde Aroer, que está en la ribera del río Arnón, la
17
ciudad que está en el centro del valle y toda la meseta hasta Medeba; Hesbón con
todas sus aldeas que están en la meseta, Dibón, Bamot-baal, Bet-baal-maón;
19
Jahaz, Cademot, Mefaat, Quiriataim, Sibma, Zeret-hasájar en la colina del
20
21
valle; Bet-peor, las laderas del Pisga, Bet-jesimot; todas las ciudades de la
meseta; todo el reino de Sejón, rey de los amorreos, que reinó en Hesbón. (Moisés
había derrotado a éste y a los jefes de Madián; Evi, Requem, Zur, Hur y Reba,
22
príncipes de Sejón que habitaban aquella tierra. Los hijos de Israel también
23
mataron a espada, entre otros, al adivino Balaam hijo de Beor.) Y el Jordán era el
límite del territorio de los hijos de Rubén. Esta era la heredad de los hijos de Rubén,
24
según sus clanes, con sus ciudades y sus aldeas. También Moisés había dado
25
heredad a la tribu de Gad, a los hijos de Gad, según sus clanes. El territorio de
ellos abarcaba Jazer, todas las ciudades de Galaad, la mitad del territorio de los
26
hijos de Amón hasta Aroer, que está enfrente de Rabá; desde Hesbón hasta
27
Ramat-mizpa y Betonim; desde Majanaim hasta el territorio de Lo-debar; y en el
valle Bet-haram, Bet-nimra, Sucot, Zafón y el resto del reino de Sejón, rey de
Hesbón; es decir, la ribera oriental del Jordán hasta el extremo sur del mar Quinéret.
28
Esta es la heredad de los hijos de Gad, según sus clanes, con sus ciudades y sus
29
aldeas. También Moisés había dado heredad a la media tribu de Manasés, esto
30
es, a la media tribu de los hijos de Manasés, según sus clanes: El territorio de ellos
abarcaba desde Majanaim, todo Basán (todo el reino de Og, rey de Basán), y todas
31
las aldeas de Jaír que están en Basán: sesenta ciudades. Se dio, además, la mitad
de Galaad, Astarot y Edrei, ciudades del reino de Og en Basán, a los hijos de
Maquir hijo de Manasés, es decir, a la mitad de los hijos de Maquir, según sus
32
clanes. Esto es lo que Moisés había dado como heredad en las llanuras de Moab
33
al otro lado del Jordán, al oriente de Jericó. Pero Moisés no dio heredad a la tribu
de Leví; Jehovah Dios de Israel es su heredad, como él les había dicho.
18
Capítulo 14
1
Esto es lo que los hijos de Israel tomaron como heredad en la tierra de
Canaán, lo que les repartieron el sacerdote Eleazar, Josué hijo de Nun y los jefes de
2
las casas paternas de las tribus de los hijos de Israel. Su heredad les fue dada por
sorteo a las nueve tribus y a la media tribu, como Jehovah había mandado por medio
3
de Moisés. Porque a las dos tribus y a la media tribu, Moisés les había dado
heredad al otro lado del Jordán; pero a los levitas no les había dado heredad entre
4
ellos. Pues los hijos de José formaban dos tribus: Manasés y Efraín. A los levitas
no se les dio ninguna porción en la tierra, sino solamente ciudades en que
habitasen, con sus campos de alrededor para sus ganados y sus rebaños.
5
Conforme Jehovah había mandado a Moisés, así hicieron los hijos de Israel en el
reparto de la tierra.
6
Los hijos de Judá acudieron a Josué en Gilgal. Y Caleb hijo de Jefone el
quenezeo le dijo: — Tú sabes lo que Jehovah dijo a Moisés, hombre de Dios, en
7
Cades-barnea tocante a mí y a ti. Yo tenía 40 años cuando Moisés, siervo de
Jehovah, me envió de Cades-barnea para reconocer la tierra. Yo le traje el informe
8
como lo sentía en mi corazón. Mis hermanos que habían ido conmigo
9
descorazonaron al pueblo, pero yo seguí a Jehovah mi Dios con integridad. Aquel
día Moisés juró diciendo: “La tierra que pisó tu pie será para ti y para tus hijos como
10
heredad perpetua, porque seguiste a Jehovah mi Dios con integridad.” Ahora
bien, he aquí que Jehovah me ha conservado la vida, como él dijo, estos 45 años
desde el día que Jehovah habló estas palabras a Moisés, cuando Israel caminaba
11
por el desierto. Ahora, he aquí que tengo 85 años; pero aún estoy tan fuerte como
el día en que Moisés me envió. Como era entonces mi fuerza, así es ahora mi fuerza
12
para la guerra, tanto para salir como para entrar. Dame, pues, ahora esta parte
montañosa de la cual habló Jehovah aquel día, porque tú oíste aquel día que los
anaquitas viven allí y que hay ciudades grandes y fortificadas. ¡Si Jehovah está
13
conmigo, yo los echaré, como Jehovah ha dicho! Entonces Josué bendijo a Caleb
hijo de Jefone, y le dio Hebrón como heredad. 14 Por eso, Hebrón ha sido heredad de
Caleb hijo de Jefone el quenezeo, hasta el día de hoy, porque siguió con integridad a
Jehovah Dios de Israel. 15 Antes el nombre de Hebrón era Quiriat-arba, pues Arba
había sido el hombre más grande entre los anaquitas. Y la tierra reposó de la guerra.
Capítulo 15
1
La parte que tocó en el sorteo a la tribu de los hijos de Judá, según sus clanes,
se extendía hasta el territorio de Edom y hasta el desierto de Zin en el Néguev, su
2
extremo sur. Su frontera sur era desde el extremo del mar Salado, desde la bahía
3
que mira hacia el sur. Seguía en dirección sur hasta la cuesta de Acrabim y pasaba
hasta Zin. Subía por el sur hasta Cades-barnea y pasaba por Hezrón. Luego subía
4
hacia Adar, hasta rodear Carca. De allí la frontera pasaba a Asmón y continuaba
por el arroyo de Egipto y terminaba en el mar. Esta será vuestra frontera del sur.
5
La frontera oriental era el mar Salado hasta la desembocadura del Jordán. Por el
lado norte la frontera era desde la bahía del mar en la desembocadura del Jordán.
6
Luego la frontera subía por Bet-jogla y pasaba por el norte de Bet-haarabá.
7
Luego la frontera subía hacia la piedra de Bohan hijo de Rubén. Luego la frontera
subía desde el valle de Acor hasta Debir, y se dirigía al norte, hacia Gilgal, que está
frente a la cuesta de Adumim, al lado sur del valle. La frontera pasaba hasta las
8
aguas de En-semes y llegaba hasta En-rogel. Luego la frontera subía por el valle de
Ben-hinom a la ladera sur de Jebús (que es Jerusalén). Luego la frontera subía hacia
la cumbre del monte que está frente al valle de Hinom, al occidente, en el extremo
9
norte del valle de Refaím. Después doblaba desde la cumbre del monte hacia el
manantial Aguas de Neftóaj y llegaba a las ciudades del monte Efrón, rodeando
10
luego a Baala (que es Quiriat-jearim). La frontera torcía después desde Baala
hacia el occidente hasta el monte Seír, y pasaba al norte de Jearim (que es
11
Quesalón); descendía a Bet-semes y seguía hacia Timna. Luego la frontera salía
hacia el lado norte de Ecrón. La frontera rodeaba Sicrón, pasaba por el monte
12
Baala, llegaba a Jabneel, y el terminal de la frontera daba en el mar. La frontera
occidental era la costa del mar Grande. Estas son las fronteras del territorio de los
hijos de Judá, según sus clanes.
13
De acuerdo con el mandato de Jehovah a Josué, éste dio a Caleb hijo de Jefone
una parte entre los hijos de Judá. Le dio Quiriat-arba, que es Hebrón. (Arba fue el
padre de Anac.) 14 Y Caleb echó de allí a los tres hijos de Anac: a Sesai, a Ajimán y a
Talmai, descendientes de Anac. 15 De allí subió contra los habitantes de Debir. (Antes
el nombre de Debir era Quiriat-séfer.) 16 Entonces Caleb dijo: — Al que ataque y tome
Quiriat-séfer, yo le daré por mujer a mi hija Acsa. 17 Otoniel hijo de Quenaz, hermano
de Caleb, fue quien la tomó. Y Caleb le dio por mujer a su hija Acsa. 18 Y aconteció
que cuando ella llegó, le persuadió a que pidiese a su padre un campo. Entonces ella
hizo señas desde encima del asno, y Caleb le preguntó: — ¿Qué quieres? 19 Ella
respondió: — Hazme un favor: Ya que me has dado tierra en el Néguev, dame
también fuentes de aguas. Entonces él le dio las fuentes de arriba y las fuentes de
abajo .
20
21
Esta es la heredad de la tribu de los hijos de Judá, según sus clanes. Las
ciudades de la tribu de los hijos de Judá, en el extremo sur, hacia la frontera de
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Edom, fueron: Cabseel, Eder, Jagur, Quina, Dimona, Adada, Quedes, Hazor,
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25
Itnán, Zif, Telem, Bealot, Hazor-hadata, Queriot, Hezrón (que es Hazor),
26
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Amam, Sema, Molada, Hazar-gada, Hesmón, Bet-pélet, Hazar-sual,
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30
31
Beerseba, Bizotia, Baala, Iyim, Ezem, Eltolad, Quesil, Horma, Siclag,
32
Madmana, Sansana, Lebaot, Siljim, Ayin y Rimón. En total eran veintinueve
33
34
ciudades con sus aldeas. En la región de la Sefela: Estaol, Zora, Asena, Zanóaj,
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En-ganim, Tapúaj, Enam, Jarmut, Adulam, Soco, Azeca, Saaraim, Aditaim,
37
Gedera y Gederotaim; catorce ciudades con sus aldeas. También Zenán, Hadasa,
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39
40
Migdal-gad, Dileán, Mizpa, Jocteel, Laquis, Boscat, Eglón, Cabón, Lajmas,
41
Quitlis, Gederot, Bet-dagón, Naama y Maqueda; dieciséis ciudades con sus
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44
aldeas. También Libna, Eter, Asán, Jefté, Asena, Nezib, Queila, Aczib,
45
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Maresa; nueve ciudades con sus aldeas. Ecrón con sus villas y aldeas. Desde
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Ecrón hasta el mar, todas las que están junto a Asdod, con sus aldeas. También
Asdod con sus villas y aldeas, y Gaza con sus villas y aldeas, hasta el arroyo de
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Egipto y las costas del mar Grande. En la región montañosa: Samir, Jatir, Soco,
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51
Dana, Quiriat-sana (que es Debir), Anab, Estemoa, Anim, Gosén, Holón y
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Gilo; once ciudades con sus aldeas. También Arab, Duma, Esán, Janum, Bet54
tapúaj, Afeca, Humta, Quiriat-arba (que es Hebrón) y Sior; nueve ciudades con
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sus aldeas. También Maón, Carmel, Zif, Juta, Jezreel, Jocdeam, Zanóaj,
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Caín, Gabaa y Timna; diez ciudades con sus aldeas. También Jaljul, Betsur,
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60
Gedor, Maarat, Bet-anot y Eltecón; seis ciudades con sus aldeas. También
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Quiriat-baal (que es Quiriat-jearim) y Rabá; dos ciudades con sus aldeas. En el
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desierto: Bet-haarabá, Midín, Sejaja, Nibsán, la Ciudad de la Sal y En-guedi; seis
63
ciudades con sus aldeas. Pero los hijos de Judá no pudieron echar a los jebuseos
que habitaban en Jerusalén. Así que los jebuseos han habitado con los hijos de Judá
en Jerusalén, hasta el día de hoy.
Capítulo 16
1
La parte que tocó en el sorteo a los hijos de José partía del Jordán de Jericó,
pasaba por las aguas de Jericó al este y subía del desierto de Jericó, por la región
2
montañosa, hasta Betel. De Betel salía a Luz y cruzaba el territorio de los arquitas
3
en Atarot. De allí descendía en dirección oeste hacia el territorio de los jafletitas,
4
hasta la región de Bet-jorón Baja y hasta Gezer; y terminaba en el mar. Así
recibieron su heredad los hijos de José: Efraín y Manasés.
5
Esta era la frontera de los hijos de Efraín, según sus clanes. La frontera de su
6
heredad partía de Atarot-adar en el este, y seguía hasta Bet-jorón Alta. De allí la
frontera continuaba hacia el oeste, pasando por el lado norte de Micmetat. Torcía
7
por el este de Taanat-silo y continuaba hasta el este de Janóaj. De Janóaj
8
descendía a Atarot y a Naará, tocaba Jericó y salía al Jordán. De Tapúaj la
frontera seguía al oeste, por el arroyo de Caná, y terminaba en el mar. Esta era
9
la heredad de los hijos de Efraín, según sus clanes. Además, había ciudades que
fueron apartadas para los hijos de Efraín en medio de la heredad de los hijos de
10
Manasés, todas esas ciudades con sus aldeas. Sin embargo, ellos no echaron a los
cananeos que habitaban en Gezer. Así que los cananeos han habitado en medio de
los de Efraín hasta el día de hoy, pero han sido sometidos a tributo laboral.
Capítulo 17
1
La parte que tocó en el sorteo a la tribu de Manasés, porque él era el
primogénito de José, fue ésta: Maquir, primogénito de Manasés y padre de Galaad,
2
que era un hombre de guerra, había recibido Galaad y Basán. Asimismo, a los
otros hijos de Manasés les tocó, según sus clanes: a los hijos de Abiezer, a los hijos
de Helec, a los hijos de Ezriel, a los hijos de Siquem, a los hijos de Hefer y a los
hijos de Semida. Estos fueron los hijos varones de Manasés hijo de José, según sus
3
clanes. Ahora bien, Zelofejad hijo de Hefer, hijo de Galaad, hijo de Maquir, hijo
de Manasés, no tuvo hijos sino sólo hijas. Los nombres de éstas fueron: Majla, Noa,
4
Hogla, Milca y Tirsa. Ellas vinieron delante del sacerdote Eleazar, de Josué hijo de
Nun y de los dirigentes, y dijeron: “Jehovah mandó a Moisés que nos fuera dada
heredad entre nuestros hermanos.” Así fue como él les dio heredad entre los
5
hermanos del padre de ellas, conforme al mandato de Jehovah. Aparte de la tierra
de Galaad y de Basán, al otro lado del Jordán, a Manasés le tocaron diez partes en
6
el sorteo, porque las hijas de Manasés debían recibir heredad entre los hijos de
Manasés, y la tierra de Galaad pertenecía a los otros hijos de Manasés.
7
La frontera de Manasés partía de Aser y se extendía hasta Micmetat que está
enfrente de Siquem. La frontera seguía hacia el sur hasta los habitantes de En-tapúaj.
8
La tierra de Tapúaj era de Manasés, pero Tapúaj misma, que está en la frontera de
9
Manasés, era de los hijos de Efraín. Luego la frontera descendía hasta el arroyo de
Caná. Al lado sur del arroyo, había ciudades de Efraín entre las ciudades de
Manasés. El resto de la frontera de Manasés coincidía con la ribera norte del arroyo
10
y terminaba en el mar. Efraín estaba al sur, y Manasés al norte. El territorio de
Manasés alcanzaba hasta el mar y limitaba al norte con Aser y al este con Isacar.
11
Manasés también poseía en el territorio de Isacar y de Aser a Bet-seán y sus
aldeas, a Ibleam y sus aldeas, a los habitantes de Dor y sus aldeas, a los habitantes
de Endor y sus aldeas, a los habitantes de Taanac y sus aldeas, a los habitantes de
12
Meguido y sus aldeas. La tercera era Nafot. Sin embargo, los hijos de Manasés
no pudieron echar a los habitantes de aquellas ciudades, y los cananeos persistieron
13
en habitar en estas tierras. Y sucedió que después, cuando los hijos de Israel
llegaron a ser más fuertes, sometieron a tributo laboral a los cananeos, pero no los
echaron completamente.
14
Después los hijos de José hablaron a Josué diciendo: — ¿Por qué nos has
dado en posesión una sola suerte y una sola parte, siendo nosotros un pueblo
15
numeroso, al que Jehovah ha bendecido hasta ahora? Josué les respondió: — Si
sois un pueblo numeroso, id al bosque y deforestad para vosotros la tierra de los
ferezeos y de los refaítas, ya que la región montañosa de Efraín es demasiado
16
estrecha para vosotros. Los hijos de José dijeron: — No nos bastará a nosotros
esa región montañosa. Además, todos los cananeos que habitan en la tierra del valle
tienen carros de hierro, tanto los que están en Bet-seán y sus aldeas, como los que
17
están en el valle de Jezreel. Entonces Josué respondió a la casa de José, a Efraín y
a Manasés, diciendo: — Vosotros sois un pueblo numeroso y tenéis mucha fuerza.
18
No tendréis sólo una parte, sino que la región montañosa será vuestra. Puesto que
es bosque, vosotros lo deforestaréis. Y sus límites más lejanos serán vuestros,
porque echaréis a los cananeos, aunque ellos tengan carros de hierro y sean fuertes.
Capítulo 18
1
Toda la congregación de los hijos de Israel se reunió en Silo, e instalaron allí el
tabernáculo de reunión. La tierra les estaba sometida,
2
pero habían quedado siete tribus de los hijos de Israel, a las cuales todavía no
3
se les había repartido heredad. Entonces Josué dijo a los hijos de Israel: — ¿Hasta
cuándo seréis negligentes para ir a poseer la tierra que os ha dado Jehovah, Dios de
4
vuestros padres? Elegid a tres hombres de cada tribu para que yo los envíe, y ellos
vayan, recorran la tierra, hagan una descripción de ella con miras a sus heredades, y
5
después vuelvan a mí. Ellos la dividirán en siete partes. Judá permanecerá en su
6
territorio en el sur, y los de la casa de José en su territorio en el norte. Vosotros,
pues, me haréis la descripción de la tierra, dividiéndola en siete partes; y me la
7
traeréis aquí. Y os haré el sorteo aquí, delante de Jehovah nuestro Dios. Pero los
levitas no tendrán ninguna parte entre vosotros, porque el sacerdocio de Jehovah es
su heredad. Gad, Rubén y la media tribu de Manasés ya han recibido su heredad en
8
el lado oriental del Jordán, la cual les dio Moisés, siervo de Jehovah. Los hombres
se levantaron y fueron. Josué mandó a los que iban para hacer la descripción de la
tierra, diciéndoles: — Id, recorred la tierra y haced una descripción de ella.
Luego volved a mí para que yo os haga el sorteo delante de Jehovah, aquí en Silo.
9
Entonces los hombres fueron y recorrieron la tierra, e hicieron en un pergamino una
descripción de ella, dividida en siete partes, según sus ciudades. Después volvieron a
10
Josué, al campamento en Silo. Entonces Josué hizo el sorteo delante de Jehovah,
en Silo. Allí repartió Josué la tierra a los hijos de Israel, según sus particiones.
11
La parte que tocó en el sorteo a la tribu de los hijos de Benjamín, según sus
clanes: El territorio que les tocó en el sorteo estaba entre el de los hijos de Judá y el
12
de los hijos de José. Por el lado norte su frontera partía del Jordán; luego la
frontera subía por el lado norte de Jericó. Entonces subía por la región montañosa
13
hacia el oeste, y llegaba al desierto de Bet-avén. De allí la frontera pasaba hacia
Luz, al lado sur de Luz (que es Betel). Luego la frontera descendía a Atarot-adar,
14
sobre el monte que está al sur de Bet-jorón Baja. Luego la frontera doblaba hacia
el oeste por el lado sur del monte que está enfrente de Bet-jorón, y terminaba en
Quiriat-baal (que es Quiriat-jearim), ciudad de los hijos de Judá. Este era el lado
15
occidental. Por el lado sur, la frontera partía desde el extremo de Quiriat-jearim,
16
seguía hacia el oeste y continuaba hacia el manantial Aguas de Neftóaj. Luego la
frontera descendía hasta el extremo del monte que está frente al valle de Ben-hinom,
que está al norte del valle de Refaím. Luego descendía al valle de Hinom, hasta la
17
ladera sur de los jebuseos, y seguía descendiendo hasta En-rogel. Luego doblaba
al norte, seguía hasta En-semes, continuaba hasta Gilgal, que está frente a la cuesta
18
de Adumim, y descendía a la piedra de Bohan hijo de Rubén. Luego la frontera
19
pasaba por el declive norte de Bet-haarabá y descendía hacia el Arabá. La
frontera pasaba por el lado norte de Bet-jogla para terminar en la bahía norte del
20
mar Salado, en la desembocadura del Jordán en el sur. Esta era la frontera sur. El
Jordán era la frontera por el lado oriental. Esta era la heredad de los hijos de
21
Benjamín, según sus clanes, con las fronteras que la rodeaban. Las ciudades de la
tribu de los hijos de Benjamín, según sus clanes, fueron: Jericó, Bet-jogla, Emec22
23
24
casis, Bet-haarabá, Zemaraim, Betel, Avim, Pará, Ofra, Quefar-haamoní,
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Ofni y Geba; doce ciudades con sus aldeas. También Gabaón, Ramá, Beerot,
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28
Mizpa, Cafira, Mozah, Requem, Irpeel, Tarala, Zela, Elef, Jebús (que es
Jerusalén), Gabaa y Quiriat; catorce ciudades con sus aldeas. Esta era la heredad de
los hijos de Benjamín, según sus clanes.
Capítulo 19
1
La segunda suerte tocó a Simeón, a la tribu de los hijos de Simeón, según sus
2
clanes. Y su heredad estaba dentro del territorio de los hijos de Judá. Y les tocó
3
4
como heredad: Beerseba, Seba, Molada, Hazar-sual, Bala, Ezem, Eltolad, Betul,
5
6
Horma, Siclag, Bet-hamarcabot, Hazar-susa, Bet-lebaot y Sarujen; trece
7
ciudades con sus aldeas. También Ayin, Rimón, Eter y Asán; cuatro ciudades con
8
sus aldeas. También todas las aldeas que estaban alrededor de estas ciudades
hasta Baalat-beer, que es Ramat-néguev. Esta era la heredad de la tribu de los hijos
9
de Simeón, según sus clanes. La heredad de los hijos de Simeón fue tomada de la
parte de los hijos de Judá, porque la parte de los hijos de Judá era excesiva para
ellos. Así, los hijos de Simeón tuvieron su heredad dentro del territorio de aquéllos.
10
La tercera suerte tocó a los hijos de Zabulón, según sus clanes. La frontera de
11
su heredad llegaba hasta Sarid. Y por el oeste su frontera subía hacia Marala, y
12
limitaba con Dabeset y con el río que está frente a Jocneam. De Sarid doblaba
hacia el este, donde nace el sol, hasta el territorio de Quislot-tabor; luego seguía
13
hacia Daberat y subía a Jafía. De allí seguía hacia el este, a Gat-jefer e Ita-cazín,
14
continuaba hacia Rimón y rodeaba Nea. Después la frontera torcía por el norte
15
hacia Hanatón y terminaba en el valle de Jefteel. Y también Catat, Nahalal,
16
Simrón, Idala y Belén; doce ciudades con sus aldeas. Estas ciudades con sus
aldeas eran la heredad de los hijos de Zabulón, según sus clanes.
17
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25
La cuarta suerte tocó a Isacar, a los hijos de Isacar, según sus clanes. Su
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20
territorio abarcaba: Jezreel, Quesulot, Sunem, Hafaraim, Sihón, Anajarat, Rabit,
21
22
Quisión, Abez, Remet, En-ganim, En-jada y Bet-pases. La frontera llegaba
hasta Tabor, Sajazaim y Bet-semes, y terminaba la frontera en el Jordán; dieciséis
23
ciudades con sus aldeas. Estas ciudades con sus aldeas eran la heredad de la tribu
de los hijos de Isacar, según sus clanes.
La quinta suerte tocó a la tribu de los hijos de Aser, según sus clanes. Su
26
territorio abarcaba: Helcat, Halí, Betén, Acsaf, Alamelec, Amad y Miseal; y por el
27
lado occidental llegaba hasta el Carmelo y Sijor-libnat. Volvía después hacia
donde nace el sol, a Bet-dagón y limitaba con Zabulón y con el valle de Jefteel, al
norte; seguía a Bet-haémec y a Neiel; luego continuaba al norte hasta Cabul,
28
29
Abdón, Rejob, Hamón, Caná, hasta la gran Sidón. De allí la frontera volvía
hacia Ramá y seguía hasta la ciudad fortificada de Tiro. Después torcía hacia Hosa
30
y terminaba en el mar. También Majaleb, Aczib, Aco, Afec y Rejob; veintidós
31
ciudades con sus aldeas. Estas ciudades con sus aldeas eran la heredad de la tribu
de los hijos de Aser, según sus clanes.
32
La sexta suerte tocó a los hijos de Neftalí; a los hijos de Neftalí, según sus
33
clanes. Su frontera partía desde Helef y desde la encina de Zaananim, y desde
34
Adami-nequeb y Jabneel hasta Lacum, y terminaba en el Jordán. Luego la
frontera volvía al oeste hasta Aznot-tabor. De allí pasaba a Hucoc, y limitaba con
Zabulón por el sur, con Aser por el oeste, y con el Jordán, por donde nace el sol.
35
36
Y las ciudades fortificadas eran: Sidim, Zer, Hamat, Racat, Quinéret, Adama,
37
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Ramá, Hazor, Quedes, Edrei, En-hazor, Irón, Migdalel, Horem, Bet-anat y
39
Bet-semes; diecinueve ciudades con sus aldeas. Estas ciudades con sus aldeas
eran la heredad de la tribu de los hijos de Neftalí, según sus clanes.
40
41
La séptima suerte tocó a la tribu de los hijos de Dan, según sus clanes. El
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territorio de su heredad abarcaba Zora, Estaol, Ir-semes, Saalbín, Ajalón, Jetla,
43
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45
Elón, Timnat, Ecrón, Elteque, Gibetón, Baalat, Jehud, Benei-berac, Gat46
47
rimón. Mei-hayarcón y Racón, con la región que está enfrente de Jope. Pero
faltó territorio a los hijos de Dan. Por eso, los hijos de Dan subieron y combatieron
contra Lesem. Ellos la ocuparon e hirieron a filo de espada; tomaron posesión de
ella y habitaron allí. Y a Lesem la llamaron Dan, según el nombre de su padre Dan.
48
Estas ciudades con sus aldeas eran la heredad de la tribu de los hijos de Dan,
según sus clanes.
49
Después que acabaron de distribuir los territorios de la tierra como heredad, los
hijos de Israel dieron una heredad, en medio de ellos, a Josué hijo de Nun. 50 Según el
mandato de Jehovah, le dieron la ciudad que pidió, Timnat-séraj, en la región
montañosa de Efraín. Y él reedificó la ciudad y habitó en ella. 51 Estas son las
heredades que el sacerdote Eleazar, Josué hijo de Nun y los jefes de las casas
paternas de las tribus de los hijos de Israel distribuyeron por sorteo en Silo, delante de
Jehovah, a la entrada del tabernáculo de reunión. Y así acabaron de distribuir la tierra.
Capítulo 20
1
2
Jehovah habló a Josué diciendo: “ Habla a los hijos de Israel y diles:
‘Designad las ciudades de refugio de las que yo os hablé por medio de Moisés;
3
para que pueda huir allí el homicida que mate a una persona accidentalmente, sin
4
premeditación, a fin de que sirvan de refugio ante el vengador de la sangre. El que
se refugie en alguna de aquellas ciudades se presentará a la puerta de la ciudad y
expondrá su caso a oídos de los ancianos de la ciudad. Ellos le recibirán consigo
5
dentro de la ciudad y le darán un lugar para que habite con ellos. Si el vengador de
la sangre lo persigue, no entregarán en su mano al homicida, porque mató a su
6
prójimo sin premeditación, sin haberle tenido odio previamente. Quedará en
aquella ciudad hasta que comparezca en juicio delante de la asamblea, y hasta la
muerte del sumo sacerdote que haya en aquellos días. Entonces el homicida podrá
volver y venir a su ciudad y a su casa, a la ciudad de donde huyó.’”
7
Entonces designaron a Quedes, en Galilea, en la región montañosa de Neftalí;
a Siquem, en la región montañosa de Efraín; y a Quiriat-arba (que es Hebrón), en la
8
región montañosa de Judá. Y al otro lado del Jordán, al este de Jericó, designaron
a Beser, en el desierto, en la meseta, de la tribu de Rubén; a Ramot, en Galaad, de
9
la tribu de Gad; y a Golán, en Basán, de la tribu de Manasés. Estas fueron las
ciudades designadas para todos los hijos de Israel y para el extranjero que habitase
entre ellos, para que pueda huir a ellas cualquiera que mate a una persona
accidentalmente, y no muera por mano del vengador de la sangre, antes de
comparecer delante de la asamblea.
Capítulo 21
1
Los jefes de las casas paternas de los levitas se acercaron al sacerdote
Eleazar, a Josué hijo de Nun y a los jefes de las casas paternas de las tribus de los
2
hijos de Israel. Y les hablaron en Silo, en la tierra de Canaán, diciendo: “Jehovah
mandó por medio de Moisés que nos dieran ciudades en que habitásemos, con sus
3
campos de alrededor para nuestros ganados.” Entonces, conforme a la palabra de
Jehovah, los hijos de Israel dieron a los levitas, de sus propias heredades, estas
4
ciudades con sus campos de alrededor: La suerte tocó a las familias de los
cohatitas. A los hijos del sacerdote Aarón, que eran de los levitas, les dieron por
sorteo trece ciudades de la tribu de Judá, de la tribu de Simeón y de la tribu de
5
Benjamín. A los hijos de Cohat que quedaban les dieron por sorteo diez ciudades
de los clanes de la tribu de Efraín, de la tribu de Dan y de la media tribu de
6
Manasés. A los hijos de Gersón les dieron por sorteo trece ciudades de los clanes
de la tribu de Isacar, de la tribu de Aser, de la tribu de Neftalí y de la media tribu de
7
Manasés en Basán. A los hijos de Merari, según sus clanes, les dieron
doce ciudades de la tribu de Rubén, de la tribu de Gad y de la tribu de Zabulón.
8
Así los hijos de Israel dieron por sorteo a los levitas estas ciudades con sus
campos de alrededor, como Jehovah había mandado por medio de Moisés.
9
Les dieron estas ciudades de la tribu de los hijos de Judá y de la tribu de los
10
hijos de Simeón (a las cuales llamaron por nombre), a los hijos de Aarón, de los
11
clanes de Cohat, de los hijos de Leví; porque les tocó la primera suerte. Les
dieron en la región montañosa de Judá, Quiriat-arba, que es Hebrón, con sus
12
campos de alrededor. (Arba fue el padre de Anac.) Pero dieron la campiña de la
13
ciudad con sus aldeas a Caleb hijo de Jefone, como su posesión. A los hijos del
sacerdote Aarón les dieron Hebrón, con sus campos de alrededor, ciudad de
14
refugio para los homicidas. También Libna con sus campos de alrededor, Jatir con
15
sus campos de alrededor, Estemoa con sus campos de alrededor, Holón con sus
16
campos de alrededor, Debir con sus campos de alrededor, Ayin con sus campos
de alrededor, Juta con sus campos de alrededor y Bet-semes con sus campos de
17
alrededor; nueve ciudades de estas dos tribus. De la tribu de Benjamín les dieron
Gabaón con sus campos de alrededor, Geba con sus campos de alrededor,
18
Anatot con sus campos de alrededor y Almón con sus campos de alrededor; cuatro
ciudades. 19 El total de las ciudades de los sacerdotes hijos de Aarón fue de trece, con
sus campos de alrededor. 20 A los clanes de los hijos de Cohat, a los levitas que
quedaban de los hijos de Cohat, les tocaron estas ciudades en el sorteo: De la tribu de
Efraín 21 les dieron: Siquem con sus campos de alrededor, ciudad de refugio para los
homicidas, en la región montañosa de Efraín; Gezer con sus campos de alrededor,
22
Quibsaim con sus campos de alrededor y Bet-jorón con sus campos de alrededor;
23
cuatro ciudades. De la tribu de Dan: Elteque con sus campos de alrededor,
24
Gibetón con sus campos de alrededor, Ajalón con sus campos de alrededor y
25
Gat-rimón con sus campos de alrededor; cuatro ciudades. Y de la media tribu de
Manasés les dieron Taanac con sus campos de alrededor y Gat-rimón con sus
26
campos de alrededor; dos ciudades. El total de las ciudades para los clanes de los
27
hijos de Cohat que habían quedado fue de diez, con sus campos de alrededor. A
los hijos de Gersón, uno de los clanes de los levitas, les dieron: De la media tribu de
Manasés: Golán en Basán con sus campos de alrededor, ciudad de refugio para los
28
homicidas y Beestera con sus campos de alrededor; dos ciudades. De la tribu de
Isacar: Quisión con sus campos de alrededor, Daberat con sus campos de
29
alrededor, Jarmut con sus campos de alrededor y En-ganim con sus campos de
30
alrededor; cuatro ciudades. De la tribu de Aser: Miseal con sus campos de
31
alrededor, Abdón con sus campos de alrededor, Helcat con sus campos
32
de alrededor y Rejob con sus campos de alrededor; cuatro ciudades. De la tribu
de Neftalí: Quedes en Galilea con sus campos de alrededor, ciudad de refugio para
los homicidas; Hamot-dor con sus campos de alrededor y Cartán con sus campos
33
de alrededor; tres ciudades. El total de las ciudades de los gersonitas, según sus
34
clanes, fue de trece con sus campos de alrededor. A las familias de los hijos de
Merari, los levitas que habían quedado, les dieron: De la tribu de Zabulón: Jocneam
35
con sus campos de alrededor, Carta con sus campos de alrededor, Dimna con
sus campos de alrededor y Nahalal con sus campos de alrededor; cuatro ciudades.
36
De la tribu de Rubén: Beser con sus campos de alrededor, Jahaz con sus campos
37
de alrededor, Quedemot con sus campos de alrededor y Mefaat con sus campos
38
de alrededor; cuatro ciudades. De la tribu de Gad: Ramot en Galaad con sus
campos de alrededor, ciudad de refugio para los homicidas; Majanaim con sus
39
campos de alrededor, Hesbón con sus campos de alrededor y Jazer con sus
40
campos de alrededor; cuatro ciudades. El total de las ciudades repartidas por
sorteo a los hijos de Merari, según sus clanes, es decir, a los clanes de los levitas
41
que habían quedado, fue de doce ciudades. El total de las ciudades de los levitas
en medio de la posesión de los hijos de Israel fue de cuarenta y ocho, con sus
42
campos de alrededor. Estas ciudades tenían cada una sus campos de alrededor;
era así con todas estas ciudades.
43
Así dio Jehovah a Israel toda la tierra que había jurado dar a sus padres. Ellos
44
tomaron posesión de ella y habitaron en ella. Y Jehovah les dio reposo alrededor,
conforme a todo lo que había jurado a sus padres. Ninguno de sus enemigos pudo
45
resistirles, porque Jehovah entregó en su mano a todos sus enemigos. No falló
ninguna palabra de todas las buenas promesas que Jehovah había hecho a la casa de
Israel; todo se cumplió.
Capítulo 22
1
Entonces Josué convocó a los rubenitas, a los gaditas y a la media tribu de
2
Manasés, y les dijo: — Vosotros habéis guardado todo lo que Moisés siervo de
3
Jehovah os mandó, y habéis obedecido mi voz en todo lo que yo os he mandado. No
habéis abandonado a vuestros hermanos en este largo tiempo, hasta el día de hoy; sino
que habéis guardado los mandamientos que Jehovah vuestro Dios os ha encomendado.
4
Ahora que Jehovah vuestro Dios ha dado reposo a vuestros hermanos, como les
había prometido, volved y regresad a vuestras moradas, a la tierra de vuestra posesión
5
que Moisés siervo de Jehovah os ha dado al otro lado del Jordán. Solamente tened
mucho cuidado de poner por obra el mandamiento y la ley que Moisés siervo de
Jehovah os mandó: que améis a Jehovah vuestro Dios, que andéis en todos sus
caminos, que guardéis sus mandamientos, que le seáis fieles y que le sirváis con todo
6
vuestro corazón y con toda vuestra alma. Luego Josué los bendijo y los despidió, y
7
ellos se volvieron a sus moradas. Moisés había dado heredad en Basán a la media
tribu de Manasés. Y a la otra media tribu Josué le dio heredad entre sus hermanos
en el lado occidental del Jordán. Cuando Josué los envió a sus moradas, los bendijo,
8
y les habló diciendo: — Volved a vuestras moradas con grandes riquezas, con
mucho ganado, con plata, con oro, con bronce y con muchos vestidos. Compartid
9
con vuestros hermanos el botín de vuestros enemigos. Entonces los hijos de Rubén,
los hijos de Gad y la media tribu de Manasés regresaron y se apartaron de los hijos
de Israel en Silo, que está en la tierra de Canaán, para ir a la tierra de Galaad, a la
tierra de sus heredades, donde se habían establecido, según el mandato de Jehovah
por medio de Moisés.
10
Cuando llegaron a la región del Jordán, en la tierra de Canaán, los hijos de
Rubén, los hijos de Gad y la media tribu de Manasés edificaron allí un altar junto al
11
Jordán, un altar de aspecto imponente. Entonces los hijos de Israel oyeron decir:
“He aquí que los hijos de Rubén, los hijos de Gad y la media tribu de Manasés han
edificado un altar frente a la tierra de Canaán, en la región del Jordán, en el lado de
12
los hijos de Israel.” Cuando los hijos de Israel oyeron esto, se reunió toda la
congregación de los hijos de Israel en Silo, para subir a combatir contra ellos.
13
Fineas, hijo del sacerdote Eleazar, fue enviado por los hijos de Israel a los hijos
de Rubén, a los hijos de Gad y a la media tribu de Manasés, en la tierra de Galaad.
14
También fueron con él diez jefes, un jefe por cada casa paterna de cada una de
las tribus de Israel, cada uno de los cuales era jefe de su casa paterna entre los
15
millares de Israel. Estos fueron a los hijos de Rubén, a los hijos de Gad y a la
16
media tribu de Manasés, en la tierra de Galaad, y les hablaron diciendo: — Toda
la congregación de Jehovah dice así: “¿Qué infidelidad es ésta que habéis cometido
contra el Dios de Israel, apartándoos hoy de seguir a Jehovah al edificaros un altar y
17
rebelaros hoy contra Jehovah? ¿Nos ha sido poca la maldad de Peor, de la cual
aún no estamos purificados hasta el día de hoy, y por la cual vino una plaga a la
18
congregación de Jehovah? Vosotros os apartáis hoy de seguir a Jehovah; y
sucederá que hoy vosotros os rebeláis contra Jehovah, y mañana él se airará contra
19
toda la congregación de Israel. Si os parece que la tierra que poseéis es inmunda,
pasaos a la tierra de la posesión de Jehovah, en la cual está el tabernáculo de
Jehovah, y estableceos entre nosotros. Pero no os rebeléis contra Jehovah, ni os
rebeléis contra nosotros, edificándoos un altar aparte del altar de Jehovah
20
nuestro Dios. Cuando Acán hijo de Zéraj cometió transgresión con respecto al
anatema, ¿no cayó la ira sobre toda la congregación de Israel? ¡Aquel hombre no
pereció solo en su iniquidad!
21
Entonces los hijos de Rubén, los hijos de Gad y la media tribu de Manasés
22
respondieron y dijeron a los jefes de los millares de Israel: — El Dios de dioses,
Jehovah, el Dios de dioses, Jehovah, él lo sabe. Y que lo sepa Israel. Si ha sido por
23
rebelión o por infidelidad contra Jehovah, que no nos libre en este día. Si nos
hemos edificado un altar para apartarnos de en pos de Jehovah o para ofrecer sobre
él holocausto u ofrenda vegetal, o para ofrecer sobre él sacrificios de paz, que
24
Jehovah mismo nos lo demande. Pero en realidad lo hicimos así por temor de que
en el futuro vuestros hijos digan a nuestros hijos: “¿Qué tenéis que ver vosotros con
25
Jehovah Dios de Israel? Oh hijos de Rubén e hijos de Gad, ya que entre nosotros
y vosotros Jehovah ha puesto por límite el Jordán, vosotros no tenéis parte con
Jehovah.” Así vuestros hijos harían que nuestros hijos dejaran de temer a Jehovah.
26
Por eso dijimos: “Preparémonos y edifiquémonos un altar, no para holocausto ni
27
para sacrificio, sino para que sirva de testimonio entre nosotros y vosotros, y entre
las generaciones que nos sucederán, de que nosotros servimos a Jehovah, en su
presencia, con nuestros holocaustos, con nuestras ofrendas y con nuestros sacrificios
de paz.” Entonces vuestros hijos no podrán decir a nuestros hijos en el futuro:
28
“Vosotros no tenéis parte con Jehovah.” Nosotros, pues, dijimos: “Si sucede que
en el futuro ellos nos dicen esto a nosotros o a nuestros descendientes,
responderemos: ‘Mirad la réplica del altar de Jehovah, la cual edificaron nuestros
padres, no para holocaustos ni para sacrificios, sino para que fuese testimonio entre
29
nosotros y vosotros.’ Lejos esté de nosotros el rebelarnos contra Jehovah, o el
apartarnos hoy de seguir a Jehovah, edificando un altar para holocaustos, para
ofrendas vegetales o para sacrificios, aparte del altar de Jehovah nuestro Dios que
está delante de su tabernáculo.”
30
Cuando el sacerdote Fineas, los jefes de la congregación y los jefes de los
millares de Israel que estaban con él oyeron las palabras que hablaron los hijos de
31
Rubén, los hijos de Gad y los hijos de Manasés, les pareció bien. Entonces
Fineas, hijo del sacerdote Eleazar, dijo a los hijos de Rubén, a los hijos de Gad y a
los hijos de Manasés: — Hoy reconocemos que Jehovah está entre nosotros, pues
no habéis cometido esta infidelidad contra Jehovah. Ahora habéis librado a los hijos
32
de Israel de la mano de Jehovah. Fineas, hijo del sacerdote Eleazar, y los jefes se
apartaron de los hijos de Rubén y de los hijos de Gad; se volvieron de la tierra de
33
Galaad a la tierra de Canaán, a los hijos de Israel, y les informaron. El informe
agradó a los hijos de Israel, y los hijos de Israel bendijeron a Dios. No hablaron
más de ir contra ellos en plan de guerra para destruir la tierra en que habitaban los
34
hijos de Rubén y los hijos de Gad. Los hijos de Rubén y los hijos de Gad
llamaron al altar Ed, diciendo: “Porque es un testimonio entre nosotros de que
Jehovah es Dios.”
Capítulo 23
1
Mucho tiempo después que Jehovah diera reposo a Israel de todos sus
enemigos de alrededor, aconteció que Josué, siendo ya viejo y de edad avanzada,
2
convocó a todo Israel, a sus ancianos, a sus jefes, a sus jueces y a sus oficiales, y
3
les dijo: “Yo ya soy viejo y de edad avanzada. Vosotros habéis visto todo lo que
Jehovah vuestro Dios ha hecho con todas estas naciones por causa vuestra; porque
4
Jehovah vuestro Dios es el que ha combatido por vosotros. Mirad, os he repartido
por sorteo, como heredad para vuestras tribus, estas naciones que quedan, así como
las que yo he exterminado, desde el Jordán hasta el mar Grande, hacia donde se
5
pone el sol. Jehovah vuestro Dios las arrojará de delante de vosotros y las echará
de vuestra presencia. Y vosotros tomaréis posesión de sus tierras, como Jehovah
6
vuestro Dios os ha prometido. “ Por tanto, esforzaos mucho en guardar y hacer
todo lo que está escrito en el libro de la Ley de Moisés, sin apartaros de ella ni a la
7
derecha ni a la izquierda. No os mezcléis con estas naciones que han quedado
entre vosotros. No hagáis mención del nombre de sus dioses ni juréis por ellos. No
8
les rindáis culto, ni os postréis ante ellos. “ Sólo a Jehovah, vuestro Dios, seréis
9
fieles, como habéis sido hasta el día de hoy; porque Jehovah ha echado de delante
de vosotros a naciones grandes y fuertes, y nadie ha podido resistir delante de
10
vosotros hasta el día de hoy. Uno de vosotros persigue a mil, porque Jehovah
vuestro Dios combate por vosotros, como él os ha prometido.
11
Por eso, tened mucho cuidado, por vuestras propias vidas, de amar a
12
Jehovah vuestro Dios. Pero si os volvéis atrás y os adherís a los sobrevivientes de
estas naciones que han quedado entre vosotros, y os unís con ellas en matrimonio y
13
os mezcláis con ellas y ellas con vosotros, estad seguros de que Jehovah vuestro
Dios no continuará echando a estas naciones de delante de vosotros. Antes bien,
ellas serán para vosotros una trampa y un lazo, azotes en vuestros costados y
espinas en vuestros ojos, hasta que perezcáis en esta buena tierra que Jehovah
14
vuestro Dios os ha dado. “ He aquí que yo estoy para ir por el camino de todo el
mundo. Reconoced, pues, con todo vuestro corazón y con toda vuestra alma que
no ha fallado ni una sola palabra de todas las buenas promesas que Jehovah vuestro
Dios os había hecho. Todas se han cumplido para vosotros; no ha fallado de ellas ni
15
una sola palabra. Pero sucederá que así como se ha cumplido para vosotros toda
palabra buena que Jehovah vuestro Dios os ha dicho, así también traerá Jehovah sobre
vosotros toda palabra mala, hasta eliminaros de esta buena tierra que Jehovah vuestro
16
Dios os ha dado. Si violáis el pacto que Jehovah vuestro Dios os ha mandado, y os
vais y servís a otros dioses, postrándoos ante ellos, la ira de Jehovah se encenderá
contra vosotros, y rápidamente pereceréis en esta buena tierra que él os ha dado.”
Capítulo 24
1
Josué reunió a todas las tribus de Israel en Siquem, y convocó a los ancianos
de Israel, a sus jefes, a sus jueces y a sus oficiales. Ellos se presentaron delante de
2
Dios, y Josué dijo a todo el pueblo: — Así ha dicho Jehovah Dios de Israel:
“Vuestros padres (Taré, padre de Abraham y de Nacor) habitaron antiguamente al
3
otro lado del Río, y sirvieron a otros dioses. Pero yo tomé a vuestro padre
Abraham del otro lado del Río, lo traje por toda la tierra de Canaán, aumenté su
4
descendencia y le di por hijo a Isaac. A Isaac le di por hijos a Jacob y Esaú. A
Esaú le di la región montañosa de Seír, para que la poseyese, mientras que Jacob y
5
sus hijos descendieron a Egipto. Entonces envié a Moisés y a Aarón, y castigué a
6
Egipto de la manera como lo hice allí, y después os saqué. Saqué de Egipto a
vuestros padres, y vosotros llegasteis al mar. Los egipcios persiguieron a vuestros
7
padres hasta el mar Rojo, con carros y jinetes. Entonces ellos clamaron a Jehovah,
y él puso oscuridad entre vosotros y los egipcios, e hizo venir sobre ellos el mar, el
cual los cubrió. Vuestros ojos vieron lo que hice en Egipto. Después estuvisteis
8
muchos años en el desierto, y os introduje en la tierra de los amorreos que
habitaban al otro lado del Jordán. Ellos combatieron contra vosotros; pero yo los
entregué en vuestra mano, y poseísteis su tierra, porque yo los destruí delante de
9
vosotros. Después se levantó Balac hijo de Zipor, rey de los moabitas, y combatió
10
contra Israel. El mandó llamar a Balaam hijo de Beor para que os maldijese, pero
yo no quise escuchar a Balaam. Antes bien, él os bendijo repetidamente, y yo os
11
libré de su mano. Después cruzasteis el Jordán y vinisteis a Jericó. Los señores de
Jericó combatieron contra vosotros, así como también los amorreos, los ferezeos,
los cananeos, los heteos, los gergeseos, los heveos y los jebuseos; pero yo los
12
entregué en vuestra mano. Envié delante de vosotros la avispa, y ella echó de
delante de vosotros a los dos reyes de los amorreos. Esto no fue con vuestra espada
13
ni con vuestro arco. Yo os he dado una tierra por la cual vosotros no
trabajasteis con dureza, unas ciudades que no edificasteis y en las cuales habitáis. Y
14
coméis de las viñas y de los olivares que no plantasteis.” Ahora pues, temed a
Jehovah. Servidle con integridad y con fidelidad. Quitad de en medio los dioses a los
cuales sirvieron vuestros padres al otro lado del Río y en Egipto, y servid a Jehovah.
15
Pero si os parece mal servir a Jehovah, escogeos hoy a quién sirváis: si a los
dioses a los cuales servían vuestros padres cuando estaban al otro lado del Río, o a
los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis. Pero yo y mi casa serviremos a
16
Jehovah. Entonces el pueblo respondió diciendo: — ¡Lejos esté de nosotros el
17
abandonar a Jehovah para servir a otros dioses! Porque Jehovah, nuestro Dios, es
el que nos sacó a nosotros y a nuestros padres de la tierra de Egipto, de la casa de
esclavitud. Delante de nuestros ojos él ha hecho estas grandes señales, y nos ha
guardado en todo el camino por donde hemos andado y en todos los pueblos por
18
los cuales hemos pasado. Jehovah ha arrojado de delante de nosotros a todos los
pueblos, y a los amorreos que habitaban en el país. Nosotros también serviremos a
19
Jehovah, porque él es nuestro Dios. Entonces Josué dijo al pueblo: — No podréis
servir a Jehovah, porque él es un Dios santo y un Dios celoso. El no soportará
20
vuestras rebeliones ni vuestros pecados. Si vosotros dejáis a Jehovah y servís a
dioses extraños, él se volverá y os castigará, y os exterminará después de haberos
21
hecho bien. Entonces el pueblo dijo a Josué: — ¡No, sino que a Jehovah
22
serviremos! Josué respondió al pueblo: — Vosotros sois testigos contra vosotros
mismos, de que habéis escogido a Jehovah para servirle. Ellos respondieron: — ¡Sí,
23
somos testigos! Josué dijo: — Quitad, pues, ahora los dioses extraños que están
24
en medio de vosotros, e inclinad vuestro corazón a Jehovah Dios de Israel. Y el
pueblo respondió a Josué: — ¡A Jehovah nuestro Dios serviremos, y su voz
25
obedeceremos! Aquel mismo día Josué hizo un pacto con el pueblo, y les dio
26
leyes y decretos en Siquem. Josué escribió estas palabras en el libro de la Ley de
Dios. Y tomando una gran piedra, la erigió allí debajo de la encina que estaba junto
27
al santuario de Jehovah. Luego Josué dijo a todo el pueblo: — He aquí, esta
piedra será un testigo contra nosotros. Ella ha escuchado todas las palabras que
Jehovah nos ha hablado. Será, pues, testigo contra vosotros, no sea que neguéis a
28
vuestro Dios. Después Josué despidió al pueblo, cada uno a su heredad.
29
Sucedió que después de estas cosas murió Josué hijo de Nun, siervo de
30
Jehovah, cuando tenía 110 años. Y lo sepultaron en los terrenos de su heredad en
Timnat-séraj, que está en la región montañosa de Efraín, al norte del monte Gaas.
31
Israel sirvió a Jehovah todo el tiempo de Josué y todo el tiempo de los ancianos
que sobrevivieron a Josué, quienes conocían todas las obras que Jehovah
32
había hecho por Israel. Y sepultaron en Siquem los restos de José, que los hijos
de Israel habían traído de Egipto, en la parte del campo que Jacob compró a los
hijos de Hamor, padre de Siquem, por 100 piezas de dinero. Y vino a ser heredad
33
de los hijos de José. También murió Eleazar hijo de Aarón, y lo sepultaron en la
colina de su hijo Fineas, que le había sido dada en la región montañosa de Efraín.
JUECES
Capítulo 1
1
Aconteció, después de la muerte de Josué, que los hijos de Israel consultaron
a Jehovah preguntando: — ¿Quién subirá primero por nosotros para combatir
2
contra los cananeos? Y Jehovah respondió: — Judá subirá. He aquí que yo he
3
entregado la tierra en su mano. Entonces Judá dijo a Simeón su hermano: — Sube
conmigo a mi territorio y combatamos contra los cananeos, y después yo también iré
4
contigo a tu territorio. Y Simeón fue con él. Entonces subió Judá, y Jehovah
entregó en su mano a los cananeos y a los ferezeos; y derrotaron en Bezec a 10.000
5
hombres de ellos. En Bezec hallaron a Adonibezec y combatieron contra él. Y
6
derrotaron a los cananeos y a los ferezeos. Adonibezec huyó, pero lo persiguieron,
7
lo capturaron y le cortaron los pulgares de sus manos y de sus pies. Entonces dijo
Adonibezec: “Setenta reyes con los pulgares de sus manos y de sus pies cortados
recogían las migajas debajo de mi mesa. Tal como yo hice, así me ha pagado Dios.”
8
Y lo llevaron a Jerusalén, donde murió. Entonces los hijos de Judá combatieron
contra Jerusalén, la tomaron, la hirieron a filo de espada y prendieron fuego a la
ciudad.
9
Y después los hijos de Judá descendieron para combatir contra los cananeos
10
que habitaban en la región montañosa, en el Néguev y en la Sefela. Luego marchó
Judá contra los cananeos que habitaban en Hebrón y derrotó a Sesai, a Ajimán y a
11
Talmai. (Antes el nombre de Hebrón era Quiriat-arba.) De allí marchó contra los
12
habitantes de Debir. (Antes el nombre de Debir era Quiriat-séfer.) Entonces
Caleb dijo: — Al que ataque y tome Quiriat-séfer, yo le daré por mujer a mi hija
13
Acsa. Otoniel hijo de Quenaz, hermano menor de Caleb, fue quien la tomó. Y
14
Caleb le dio por mujer a su hija Acsa. Y aconteció que cuando ella llegó, le
persuadió a que pidiese a su padre un campo. Entonces ella hizo señas desde
15
encima del asno, y Caleb le preguntó: — ¿Qué quieres? Ella le respondió: —
Hazme un favor: Ya que me has dado tierra en el Néguev, dame también fuentes de
16
aguas. Entonces Caleb le dio las fuentes de arriba y las fuentes de abajo. Los
descendientes del queneo, suegro de Moisés, subieron con los hijos de Judá de la
Ciudad de las Palmeras al desierto de Judá que está en el Néguev de Arad, y fueron
17
y habitaron con el pueblo. Después fue Judá con su hermano Simeón, y
derrotaron a los cananeos que habitaban en Sefat, y la destruyeron. Y pusieron por
18
nombre a la ciudad Horma. Judá también tomó Gaza con su territorio, Ascalón
19
con su territorio y Ecrón con su territorio. Jehovah estaba con Judá, y éste tomó
posesión de la región montañosa. Pero no pudo echar a los habitantes del valle,
20
porque éstos tenían carros de hierro. Después dieron Hebrón a Caleb, como
Moisés había dicho. Y él echó de allí a los tres hijos de Anac.
21
Pero los hijos de Benjamín no pudieron echar a los jebuseos que habitaban en
Jerusalén. Así que los jebuseos han habitado con los hijos de Benjamín en Jerusalén,
22
hasta el día de hoy. También los de la casa de José subieron contra Betel, y
23
Jehovah estuvo con ellos. Los de la casa de José hicieron un reconocimiento de
24
Betel. (Antes el nombre de la ciudad era Luz.) Los espías vieron a un hombre que
salía de la ciudad y le dijeron: “Por favor, muéstranos la entrada de la ciudad, y
25
tendremos misericordia de ti.” El les mostró la entrada de la ciudad, y ellos la
26
hirieron a filo de espada; pero dejaron libre a aquel hombre y a toda su familia. El
hombre se fue a la tierra de los heteos y edificó una ciudad a la que llamó Luz; éste
27
es su nombre hasta el día de hoy. Pero Manasés no pudo echar a los habitantes
de Bet-seán y sus aldeas, ni a los de Taanac y sus aldeas, ni a los de Dor y sus
aldeas, ni a los de Ibleam y sus aldeas, ni a los de Meguido y sus aldeas. Más bien,
28
los cananeos persistieron en habitar en aquella tierra. Sin embargo, aconteció que
cuando Israel llegó a ser fuerte, sometió a los cananeos a tributo laboral, pero no los
29
echó del todo. Tampoco Efraín pudo echar a los cananeos que habitaban en
30
Gezer, sino que los cananeos habitaron en medio de ellos, en Gezer. Tampoco
Zabulón pudo echar a los habitantes de Quitrón ni a los habitantes de Nahalal. Los
cananeos habitaron en medio de ellos, pero fueron sometidos a tributo laboral.
31
Tampoco Aser pudo echar a los habitantes de Aco, ni a los habitantes de Sidón,
32
ni de Ajlab, ni de Acziv, ni de Helba, ni de Afec, ni de Rejob. Los de Aser
vivieron entre los cananeos, habitantes de aquella tierra, porque no los pudieron
33
echar. Tampoco Neftalí pudo echar a los habitantes de Bet-semes, ni a los de
Bet-anat, sino que habitó entre los cananeos que habitaban en la tierra. Los
34
habitantes de Bet-semes y los de Bet-anat fueron sometidos a tributo laboral. Los
amorreos contuvieron a los hijos de Dan en la región montañosa, y no permitieron
35
que bajaran al valle. Los amorreos persistieron en habitar en el monte Heres, en
Ajalón y en Saalbín. Pero al llegar a ser fuerte la casa de José, aquéllos fueron
36
sometidos a tributo laboral. La frontera de los amorreos se extendía desde la
cuesta de Acrabim, desde Sela hacia arriba.
Capítulo 2
1
El ángel de Jehovah subió de Gilgal a Boquim, y dijo: — Yo os saqué de
Egipto y os introduje en la tierra acerca de la cual había jurado a vuestros padres
2
diciendo: “No invalidaré jamás mi pacto con vosotros, con tal que vosotros no
hagáis una alianza con los habitantes de esta tierra, cuyos altares habréis de
derribar.” Pero vosotros no habéis obedecido mi voz. ¿Por qué habéis hecho esto?
3
Por eso yo digo también: No los echaré de delante de vosotros, sino que os serán
4
adversarios, y sus dioses os servirán de tropiezo. Aconteció que cuando el ángel
de Jehovah acabó de decir estas palabras a todos los hijos de Israel, el pueblo alzó
5
su voz y lloró. Por eso llamaron a aquel lugar Boquim. Y ofrecieron allí sacrificios a
Jehovah.
6
Cuando Josué ya había despedido al pueblo, los hijos de Israel se fueron cada
7
uno a su heredad para tomar posesión de la tierra. El pueblo sirvió a Jehovah todo
el tiempo de Josué y todo el tiempo de los ancianos que sobrevivieron a Josué,
quienes habían visto todas las grandes obras que Jehovah había hecho por Israel.
8
9
Josué hijo de Nun, siervo de Jehovah, murió cuando tenía 110 años. Y lo
sepultaron en el terreno de su heredad en Timnat-séraj, en la región montañosa de
10
Efraín, al norte del monte Gaas. Y toda aquella generación fue también reunida
con sus padres. Después de ellos se levantó otra generación que no conocía a
11
Jehovah, ni la obra que él había hecho por Israel. Los hijos de Israel hicieron lo
12
malo ante los ojos de Jehovah y sirvieron a los Baales. Abandonaron a Jehovah,
el Dios de sus padres, que los había sacado de la tierra de Egipto, y se fueron tras
otros dioses, entre los dioses de los pueblos que estaban en sus alrededores, a los
13
cuales adoraron; y provocaron a ira a Jehovah. Abandonaron a Jehovah, y
14
sirvieron a Baal y a las Astartes. El furor de Jehovah se encendió contra Israel, y
los entregó en mano de saqueadores que los saqueaban. Los abandonó en mano de
sus enemigos de alrededor, y ellos no pudieron resistir más ante sus enemigos.
15
Dondequiera que salían, la mano de Jehovah estaba contra ellos para mal, como
Jehovah les había dicho y como Jehovah les había jurado. Así los afligió en gran
16
manera. Entonces Jehovah levantó jueces que los librasen de mano de los que les
17
saqueaban. Pero tampoco escuchaban a sus jueces, sino que se prostituían tras
otros dioses a los cuales adoraban. Se apartaron pronto del camino por el que
habían andado sus padres, quienes habían obedecido los mandamientos de Jehovah.
18
Ellos no lo hicieron así. Cuando Jehovah les levantaba jueces, Jehovah estaba
con el juez y los libraba de mano de sus enemigos todo el tiempo de aquel juez.
Porque Jehovah se conmovía ante sus gemidos, a causa de los que los oprimían y
19
afligían. Pero acontecía que cuando moría el juez, ellos volvían atrás y se
corrompían más que sus padres, siguiendo a otros dioses para servirles y para
postrarse ante ellos. No se apartaban de sus obras ni de su obstinado camino.
20
Entonces el furor de Jehovah se encendió contra Israel, y dijo: “Puesto que este
pueblo ha quebrantado mi pacto que yo establecí con sus padres, y no ha
21
obedecido mi voz, tampoco yo volveré a echar de delante de ellos a ninguna de
22
las naciones que Josué dejó cuando murió, para que por medio de ellas yo pruebe
si Israel va a guardar o no el camino de Jehovah andando por él, como sus padres lo
23
guardaron.” Por eso Jehovah dejó allí a aquellas naciones y no las arrojó de una
vez, ni las entregó en mano de Josué.
Capítulo 3
1
Estas son las naciones que Jehovah dejó para probar por medio de ellas a
Israel — a todos los que no habían conocido ninguna de las guerras de Canaán — ,
2
sólo para que las generaciones de los hijos de Israel conociesen la guerra y la
3
enseñasen a los que antes no la habían conocido: los cinco jefes de los filisteos,
todos los cananeos, los sidonios y los heveos que habitaban en la región montañosa
4
del Líbano, desde el monte Baal-hermón hasta Lebo-hamat. Estos estaban para
probar por medio de ellos a Israel, para saber si éste obedecería los mandamientos
5
que Jehovah había dado a sus padres por medio de Moisés. Así es que los hijos de
Israel habitaban entre los cananeos, los heteos, los amorreos, los ferezeos, los
6
heveos y los jebuseos. Además, tomaron a sus hijas por mujeres, dieron sus hijas a
7
los hijos de ellos y sirvieron a sus dioses. Los hijos de Israel hicieron lo malo ante
los ojos de Jehovah. Olvidaron a Jehovah su Dios y sirvieron a los Baales y a las
Aseras.
8
Así que el furor de Jehovah se encendió contra Israel, y los abandonó en
manos de Cusán-risataim, rey de Siria mesopotámica. Los hijos de Israel sirvieron a
9
Cusán-risataim durante ocho años. Pero cuando los hijos de Israel clamaron a
Jehovah, Jehovah levantó un libertador a los hijos de Israel, quien los libró. Este fue
10
Otoniel hijo de Quenaz, hermano menor de Caleb. El Espíritu de Jehovah vino
sobre él, y juzgó a Israel. Salió a la guerra, y Jehovah entregó en su mano a Cusánrisataim, rey de Siria mesopotámica; y su mano prevaleció contra Cusán-risataim.
11
Así reposó la tierra durante cuarenta años. Y murió Otoniel hijo de Quenaz.
12
Los hijos de Israel volvieron a hacer lo malo ante los ojos de Jehovah. Y
Jehovah fortaleció a Eglón, rey de Moab, contra Israel, porque habían hecho lo
13
malo ante los ojos de Jehovah. El rey reunió consigo a los hijos de Amón y de
Amalec, y fue y derrotó a Israel; y tomaron posesión de la Ciudad de las Palmeras.
14
Y los hijos de Israel sirvieron a Eglón, rey de Moab, durante dieciocho años.
15
Pero los hijos de Israel clamaron a Jehovah, y Jehovah les levantó un libertador:
Ehud hijo de Gera, un hombre de Benjamín, que era zurdo. Los hijos de Israel
16
enviaron con él un presente a Eglón, rey de Moab. Ehud se había hecho un puñal
de doble filo y de un gomed de largo, y se lo ciñó debajo de su ropa, sobre su muslo
17
derecho. El entregó el presente a Eglón, rey de Moab. Eglón era un hombre muy
18
obeso. Aconteció que después de haber entregado el presente, Ehud despidió a la
19
gente que lo había traído. Pero él se volvió desde los ídolos que están cerca de
Gilgal, y le dijo: — Oh rey, tengo un mensaje secreto para ti. Entonces él dijo: —
20
¡Calla! Luego salieron de su presencia todos los que estaban con él. Y Ehud se
acercó a él, quien estaba sentado en una sala de verano que tenía para él solo. Ehud
le dijo: — Tengo un mensaje de Dios para ti. Entonces él se levantó de su silla,
21
pero Ehud extendió su mano izquierda, tomó el puñal de su muslo derecho y se lo
22
hundió en el vientre. El mango entró tras la hoja, y la gordura cubrió la hoja,
23
porque no sacó el puñal de su vientre; y le salió por detrás. Luego Ehud salió al
24
pórtico, cerró tras sí las puertas de la sala de verano y puso el cerrojo. Cuando él
salió, fueron los siervos del rey y miraron; y he aquí que las puertas de la sala
estaban cerradas con cerrojo. Ellos dijeron: — Sin duda está haciendo sus
25
necesidades en el interior de la sala de verano. Esperaron hasta quedar
desconcertados. Pero viendo que él no abría las puertas de la sala, tomaron la llave
y la abrieron. Y he aquí que su señor estaba caído sobre el suelo, muerto.
26
Mientras ellos esperaban, Ehud se escapó. Luego pasó los ídolos y se escapó
27
hacia Seirat. Cuando llegó, tocó la corneta en la región montañosa de Efraín.
Entonces los hijos de Israel descendieron con él de los montes, y él iba delante de
28
ellos. Después él les dijo: — ¡Seguidme, porque Jehovah ha entregado en vuestra
mano a vuestros enemigos, los moabitas! Ellos fueron tras él, tomaron los vados del
29
Jordán que conducen a Moab y no dejaron pasar a nadie. En aquella ocasión
mataron como a 10.000 hombres de los moabitas, todos hombres robustos y
30
valientes. No escapó ninguno. Así quedó Moab, aquel día, sometido bajo la mano
de Israel. Y la tierra reposó durante ochenta años.
31
Después de él vino Samgar hijo de Anat, quien mató a 600 hombres de los
filisteos con una aguijada de buey. El también libró a Israel.
Capítulo 4
1
Después de la muerte de Ehud, los hijos de Israel volvieron a hacer lo malo ante
los ojos de Jehovah. 2 Entonces Jehovah los abandonó en mano de Jabín, rey de
Canaán, el cual reinaba en Hazor. El jefe de su ejército era Sísara, y habitaba en
Haroset-goím. 3 Los hijos de Israel clamaron a Jehovah, porque aquél tenía 900 carros
de hierro y había oprimido con crueldad a los hijos de Israel durante veinte años .
4
En aquel tiempo gobernaba a Israel Débora, profetisa, esposa de Lapidot. 5 Ella
solía sentarse debajo de la palmera de Débora, entre Ramá y Betel, en la región
montañosa de Efraín. Y los hijos de Israel acudían a ella para juicio. 6 Entonces ella
mandó llamar a Barac hijo de Abinoam, de Quedes de Neftalí, y le dijo: — ¿No te ha
mandado Jehovah Dios de Israel, diciendo: “Vé, toma contigo a 10.000 hombres de los
hijos de Neftalí y de los hijos de Zabulón, reúnelos en el monte Tabor, 7 y yo atraeré
hacia ti, al arroyo de Quisón, a Sísara, jefe del ejército de Jabín, con sus carros y sus
escuadrones, y lo entregaré en tu mano”? 8 Barac le respondió: — Si tú vas conmigo,
yo iré. Pero si no vas conmigo, no iré. 9 Ella le dijo: — ¡Ciertamente iré contigo! Sólo
que no será tuya la gloria, por la manera en que te comportas; porque en manos de una
mujer entregará Jehovah a Sísara. Débora se levantó y fue con Barac a Quedes.
10
Entonces Barac convocó a Zabulón y a Neftalí en Quedes, y le siguieron
11
10.000 hombres. Y Débora fue con él. Heber el queneo se había apartado de los
queneos descendientes de Hobab, suegro de Moisés, y había ido instalando sus
12
tiendas hasta la encina de Zaananim, que está junto a Quedes. Cuando
comunicaron a Sísara que Barac hijo de Abinoam había subido al monte Tabor,
13
Sísara reunió todos sus carros, 900 carros de hierro, con todo el pueblo que
14
estaba con él, desde Haroset-goím hasta el arroyo de Quisón. Entonces Débora
dijo a Barac: — ¡Levántate, porque éste es el día en que Jehovah ha entregado a
Sísara en tu mano! ¿No ha salido Jehovah delante de ti? Barac descendió del monte
15
Tabor con los 10.000 hombres detrás de él. Y Jehovah desbarató a filo de
espada a Sísara con todos sus carros y todo su ejército, delante de Barac. Sísara
16
mismo se bajó del carro y huyó a pie. Entonces Barac persiguió los carros y al
ejército hasta Haroset-goím. Todo el ejército de Sísara cayó a filo de espada hasta
no quedar ni uno.
17
Sísara huyó a pie a la tienda de Jael, mujer de Heber el queneo, porque había
18
paz entre Jabín, rey de Hazor, y la casa de Heber el queneo. Jael salió para recibir
a Sísara y le dijo: — ¡Ven, señor mío! Ven a mí; no tengas temor. El entró
19
en la tienda con ella, y ella le cubrió con una manta. Y él le dijo: — Por favor,
dame un poco de agua, porque tengo sed. Ella abrió un odre de leche y le dio de
20
beber, y lo volvió a cubrir. Entonces él le dijo: — Quédate a la entrada de la
tienda, y si alguien viene y te pregunta diciendo: “¿Hay alguno aquí?”, responderás
21
que no. Pero Jael, mujer de Heber, tomó una estaca de la tienda, y tomando un
mazo en su mano fue a él silenciosamente y le metió la estaca por las sienes,
clavándola en la tierra, mientras él estaba profundamente dormido y agotado. Así
22
murió. Y he aquí que cuando Barac venía persiguiendo a Sísara, Jael salió a su
encuentro y le dijo: — Ven, y te mostraré al hombre que buscas. El entró con ella, y
23
he aquí que Sísara yacía muerto con la estaca clavada en su sien. Así sometió
24
Dios aquel día a Jabín, rey de Canaán, ante los hijos de Israel. Y la mano de los
hijos de Israel comenzó a endurecerse más y más contra Jabín, rey de Canaán, hasta
que lo destruyeron.
Capítulo 5
1
2
Aquel día cantó Débora con Barac hijo de Abinoam, diciendo: “ Por haberse
puesto al frente los caudillos en Israel, por haberse ofrecido el pueblo
3
voluntariamente, ¡bendecid a Jehovah! “ Oíd, oh reyes; escuchad, oh gobernantes:
4
Yo cantaré a Jehovah; cantaré salmos a Jehovah Dios de Israel. “ Oh Jehovah,
cuando saliste de Seír, cuando marchaste desde el campo de Edom, la tierra tembló;
5
también los cielos gotearon, y las nubes gotearon agua. Los montes temblaron
delante de Jehovah; aquel Sinaí, delante de Jehovah Dios de Israel.
6“
En los días de Samgar hijo de Anat, en los días de Jael, los caminos quedaron
7
abandonados, y los caminantes se apartaban por sendas retorcidas. Quedaron
abandonadas las aldeas en Israel; quedaron abandonadas hasta que yo, Débora, me
8
levanté. ¡Me levanté como madre en Israel! “ Cuando escogían dioses nuevos, la
guerra estaba a las puertas; y no se veía ni lanza ni escudo entre cuarenta mil en
9
Israel. ¡Mi corazón está con los jefes de Israel! Los que voluntariamente se
10
ofrecieron entre el pueblo: ¡Bendecid a Jehovah! “ Los que cabalgáis sobre asnas
blancas, los que os sentáis sobre tapices, y los que vais por el camino, considerad
11
la voz de los que cantan junto a los abrevaderos, donde recitan los justos hechos
de Jehovah, los justos hechos de sus aldeanos que moran a campo abierto en Israel.
Entonces descendió a las puertas el pueblo de Jehovah.
12 “
¡Despierta, despierta, oh Débora! ¡Despierta, despierta! ¡Entona un cántico!
13
¡Levántate, oh Barac! ¡Lleva tus cautivos, oh hijo de Abinoam! Entonces
descendió el remanente de los poderosos, y el pueblo de Jehovah vino a mí con los
14
valientes. “ De Efraín vinieron algunos cuyas raíces estaban en Amalec; detrás
viniste tú, oh Benjamín, con tu pueblo; de Maquir descendieron los jefes; de Zabulón
15
vinieron los que llevan la vara de mando. Los jefes de Isacar fueron con Débora.
Así como Barac, también fue Isacar. Fue traído tras él en el valle. “En las divisiones
16
de Rubén hubo grandes deliberaciones del corazón. ¿Por qué te quedaste entre
los rediles para escuchar los balidos de los rebaños? ¡En las divisiones de Rubén
17
hubo grandes deliberaciones del corazón! “ Galaad se quedó al otro lado del
Jordán. Y Dan, ¿por qué se quedó junto a los navíos? También Aser se mantuvo en
18
la costa del mar, y se quedó habitando en sus bahías. “ Zabulón es el pueblo que
expuso su vida hasta la muerte; Neftalí también, en las alturas del campo.
19 “
Vinieron los reyes y combatieron; entonces combatieron los reyes de Canaán en
Taanac, junto a las aguas de Meguido, ¡pero no se llevaron botín de plata!
20 “
Desde los cielos combatieron las estrellas; desde sus órbitas combatieron contra
21
Sísara. El torrente de Quisón los arrastró, el antiguo torrente, el torrente de
22
Quisón. ¡Marcha, oh alma mía, con poder! Entonces resonaron los cascos de los
23
caballos, por el continuo galope de sus corceles. “ ‘¡Maldecid a Meroz!’, dijo el
ángel de Jehovah. ‘Maldecid severamente a sus moradores, porque no vinieron en
ayuda de Jehovah, en ayuda de Jehovah con los valientes.’
24 “
¡Bendita entre las mujeres sea Jael, mujer de Heber el queneo. Sea bendita
25
entre las mujeres que habitan en tiendas. El pidió agua, y ella le dio leche; en taza
26
de nobles le sirvió nata. Con su mano tomó la estaca, y con su derecha el mazo de
27
obrero. Golpeó a Sísara, machacó su cabeza, perforó y atravesó su sien. A los
pies de ella se encorvó y cayó; quedó tendido. A los pies de ella se encorvó y cayó.
28
Donde se encorvó, allí cayó extenuado. “ La madre de Sísara se asoma a la
ventana, y mirando por la celosía, dice a gritos: ‘¿Por qué tarda su carro en venir?
29
¿Por qué se detienen las ruedas de sus carros?’ Las más sabias de sus damas le
30
responden, y ella se repite a sí misma las palabras: ‘¿No habrán capturado botín?
¿No lo estarán repartiendo? Para cada hombre una joven, o dos; un botín de ropas
de colores para Sísara; un botín de bordados de colores, bordados por ambos
31
lados, para mi cuello... ¡Qué botín!’ “ ¡Perezcan así todos tus enemigos, oh
Jehovah! Pero los que te aman sean como el sol cuando se levanta en su poderío.”
Y la tierra reposó durante cuarenta años.
Capítulo 6
1
Los hijos de Israel hicieron lo malo ante los ojos de Jehovah. Entonces
2
Jehovah los entregó en mano de Madián durante siete años, y la mano de Madián
prevaleció contra Israel. Por causa de los madianitas los hijos de Israel se hicieron
3
escondrijos en las montañas, y cuevas y lugares fortificados. Porque sucedía que
cuando Israel sembraba, subían contra él los madianitas, los amalequitas y los hijos
4
del oriente. Y acampando contra ellos, arruinaban las cosechas de la tierra hasta
cerca de Gaza. No dejaban qué comer en Israel: ni ovejas, ni toros, ni asnos;
5
porque venían con sus ganados y con sus tiendas, siendo como langostas por su
multitud. Ellos y sus camellos eran innumerables; así venían a la tierra para
6
devastarla. Israel era empobrecido en gran manera por causa de los madianitas. Y
los hijos de Israel clamaron a Jehovah.
7
Y sucedió que cuando los hijos de Israel clamaron a Jehovah a causa de los
8
madianitas, Jehovah envió a los hijos de Israel un profeta, que les dijo: — Así ha
dicho Jehovah Dios de Israel: “Yo os hice subir de Egipto y os saqué de la casa de
9
esclavitud. Os libré de mano de los egipcios y de mano de todos los que os
10
oprimían, a los cuales eché de delante de vosotros y os di su tierra. Y os dije: ‘Yo
soy Jehovah vuestro Dios; no veneréis a los dioses de los amorreos en cuya tierra
habitáis.’ Pero no habéis obedecido mi voz.”
11
Entonces el ángel de Jehovah fue y se sentó debajo de la encina que está en
Ofra, que pertenecía a Joás el abiezerita. Su hijo Gedeón estaba desgranando el
12
trigo en el lagar, para esconderlo de los madianitas. Y se le apareció el ángel de
13
Jehovah, y le dijo: — ¡Jehovah está contigo, oh valiente guerrero! Y Gedeón le
respondió: — ¡Oh, señor mío! Si Jehovah está con nosotros, ¿por qué nos ha
sobrevenido todo esto? ¿Dónde están todas sus maravillas que nuestros padres nos
han contado diciendo: “¿No nos sacó Jehovah de Egipto?” Ahora Jehovah nos ha
14
desamparado y nos ha entregado en mano de los madianitas. Jehovah le miró y le
dijo: — Vé con esta tu fuerza y libra a Israel de mano de los madianitas. ¿No te
15
envío yo? Entonces le respondió: — ¡Oh, Señor mío! ¿Con qué podré yo librar a
Israel? He aquí que mi familia es la más insignificante de Manasés, y yo soy el más
16
pequeño en la casa de mi padre. Pero Jehovah le dijo: — Ciertamente yo estaré
17
contigo, y tú derrotarás a los madianitas como a un solo hombre. Y él le
respondió: — Si he hallado gracia ante tus ojos, dame, por favor, una señal de que
18
eres tú el que hablas conmigo. Te ruego que no te vayas de aquí, hasta que
yo vuelva a ti y traiga mi presente y lo ponga delante de ti. El respondió: — Yo me
19
quedaré hasta que vuelvas. Gedeón entró, y preparó un cabrito y panes sin
levadura de un efa de harina. Puso la carne en una canasta y puso el caldo en una
20
olla; luego se los trajo y se los presentó debajo de la encina. Y el ángel de Dios le
dijo: — Toma la carne y los panes sin levadura; ponlos sobre esta peña y vierte el
21
caldo. El lo hizo así. Entonces el ángel de Jehovah extendió el cayado que tenía en
la mano, y con la punta tocó la carne y los panes sin levadura, y subió fuego de la
peña, que consumió la carne y los panes sin levadura. Y el ángel de Jehovah
22
desapareció de su vista. Dándose cuenta Gedeón de que era el ángel de Jehovah,
exclamó: — ¡Ay, Señor Jehovah! ¡Pues he visto cara a cara al ángel de Jehovah!
23
24
Jehovah le dijo: — La paz sea contigo. No temas; no morirás. Entonces
Gedeón edificó allí un altar a Jehovah, y lo llamó Jehovah-shalom. Este permanece
hasta el día de hoy en Ofra de los abiezeritas.
25
Aconteció aquella misma noche que Jehovah le dijo: — Toma un toro del
hato que pertenece a tu padre, y un segundo toro de siete años. Luego derriba el
altar de Baal que tiene tu padre, y corta el árbol ritual de Asera que está junto a él.
26
Edifica ordenadamente un altar a Jehovah tu Dios en la cumbre de este peñasco.
Luego toma el segundo toro y sacrifícalo en holocausto sobre la leña del árbol ritual
27
de Asera que habrás cortado. Entonces Gedeón tomó diez hombres de sus
siervos e hizo como Jehovah le había dicho. Pero sucedió que temiendo hacerlo de
día, por causa de la casa de su padre y de los hombres de la ciudad, lo hizo de
28
noche. Cuando por la mañana se levantaron los hombres de la ciudad, he aquí que
el altar de Baal había sido derribado, el árbol ritual de Asera que estaba junto a él
había sido cortado, y el segundo toro había sido ofrecido en holocausto sobre el
29
altar edificado. Entonces se preguntaban unos a otros: — ¿Quién ha hecho esto?
Cuando indagaron y buscaron, dijeron: — Gedeón hijo de Joás ha hecho esto.
30
Entonces los hombres de la ciudad dijeron a Joás: — Saca fuera a tu hijo, para
que muera; porque ha derribado el altar de Baal y ha cortado el árbol ritual de
31
Asera que estaba junto a él. Joás respondió a todos los que estaban frente a él: —
¿Contenderéis vosotros por Baal? ¿Vosotros lo defenderéis? ¡El que contienda por
Baal, que muera antes de mañana! Si es un dios, que contienda por sí mismo,
32
porque alguien ha derribado su altar. Aquel día Gedeón fue llamado Jerobaal, que
quiere decir: “Que Baal contienda con él”, por cuanto derribó su altar.
33
Todos los madianitas, los amalequitas y los hijos del oriente se reunieron, y
34
cruzando el río acamparon en el valle de Jezreel. Entonces
Gedeón fue investido por el Espíritu de Jehovah. El tocó la corneta, y los de Abiezer
35
acudieron para ir tras él. Envió mensajeros por todo Manasés, y los de Manasés
también acudieron para ir tras él. Asimismo, envió mensajeros a Aser, a Zabulón y a
36
Neftalí, los cuales subieron a su encuentro. Pero Gedeón dijo a Dios: — Si has de
37
librar a Israel por mi mano, como has dicho, he aquí que yo pondré un vellón de
lana en la era. Si el rocío está sólo en el vellón y toda la tierra queda seca, entonces
38
sabré que librarás a Israel por mi mano, como has dicho. Y aconteció así. Cuando
se levantó muy de mañana, exprimió el vellón y sacó de él el rocío, una taza llena de
39
agua. Pero Gedeón dijo a Dios: — No se encienda tu ira contra mí; permite que
hable una vez más. Sólo probaré una vez más con el vellón: Por favor, que sólo el
40
vellón quede seco y que el rocío esté sobre todo el suelo. Y Dios lo hizo así
aquella noche. Sucedió que sólo el vellón quedó seco y que el rocío estuvo sobre
todo el suelo.
Capítulo 7
1
Jerobaal (es decir, Gedeón) se levantó muy de mañana con todo el pueblo que
estaba con él, y acamparon junto al manantial de Harod. El campamento de los
2
madianitas estaba al norte del suyo, cerca de la colina de Moré, en el valle. Y
Jehovah dijo a Gedeón: — El pueblo que está contigo es demasiado numeroso para
que yo entregue a los madianitas en su mano. No sea que Israel se jacte contra mí
3
diciendo: “Mi propia mano me ha librado.” Ahora pues, pregona a oídos del
pueblo, y di: “¡Quien tema y tiemble, que se vuelva!” Entonces Gedeón los probó, y
4
se volvieron 22.000 de ellos, y se quedaron 10.000. Pero Jehovah dijo a Gedeón:
— El pueblo aún es demasiado numeroso. Hazlos descender a las aguas y allí te los
probaré. Del que yo te diga: “Este irá contigo”, ése irá contigo; pero de cualquiera
5
que yo te diga: “Este no irá contigo”, el tal no irá. Entonces hizo descender el
pueblo a las aguas, y Jehovah dijo a Gedeón: — A todo el que lama el agua con su
lengua, como lame el perro, lo pondrás aparte. Asimismo, a cualquiera que se doble
6
sobre sus rodillas para beber. El número de los hombres que lamieron el agua,
llevándola a su boca con la mano, fue de 300. Todo el resto del pueblo se dobló
7
sobre sus rodillas para beber agua. Entonces Jehovah dijo a Gedeón: — Con los
300 hombres que lamieron el agua os libraré y entregaré a los madianitas en tu
8
mano. El resto del pueblo, que se vaya cada uno a su lugar. Tomaron en sus manos
las provisiones del pueblo y las cornetas. Y él despidió a todos aquellos hombres de
Israel, cada uno a su morada; pero retuvo a los 300 hombres. El campamento de
Madián estaba abajo, en el valle.
9
Aconteció que aquella noche Jehovah le dijo: — Levántate y desciende contra el
campamento, porque yo lo he entregado en tu mano. 10 Y si tienes miedo de descender,
desciende al campamento tú con tu criado Fura, 11 y oirás lo que conversan. Luego tus
manos se fortalecerán, y descenderás contra el campamento. Entonces descendió él
con su criado Fura hasta uno de los puestos avanzados de la gente armada del
campamento. 12 Los madianitas, los amalequitas y todos los hijos del oriente se
extendían por el valle, numerosos como langostas. Sus camellos eran incontables,
numerosos como la arena que está a la orilla del mar. 13 Y cuando llegó Gedeón, he
aquí que un hombre estaba contando un sueño a su compañero y decía: — He aquí, he
tenido un sueño. Veía un pan de cebada que rodaba hasta el campamento de Madián.
Llegó hasta la tienda, y la golpeó de tal manera que cayó. Le dio la vuelta de arriba
abajo, y la tienda cayó. 14 Su compañero respondió y dijo: — ¡Esto no es otra cosa que
la espada de Gedeón hijo de Joás, hombre de Israel! ¡Dios ha entregado en su mano a
los madianitas con todo el campamento! 15 Y aconteció que cuando Gedeón oyó el
relato del sueño y su interpretación, adoró. Después volvió al campamento de Israel y
dijo: — ¡Levantaos, porque Jehovah ha entregado el campamento de Madián en
vuestra mano!
16
Gedeón dividió los 300 hombres en tres escuadrones, puso en la mano de todos
ellos cornetas y cántaros vacíos con teas encendidas dentro de los cántaros, 17 y les
dijo: — Miradme a mí y haced lo que yo haga. Y he aquí que cuando yo llegue a las
afueras del campamento, lo que yo haga, hacedlo también vosotros. 18 Cuando yo
toque la corneta con todos los que están conmigo, vosotros que estaréis alrededor de
todo el campamento también tocaréis las cornetas y gritaréis: “¡Por Jehovah y por
Gedeón!” 19 Llegaron, pues, Gedeón y los 100 hombres que llevaba consigo a las
afueras del campamento, al comienzo de la vigilia intermedia, cuando acababan de
relevar los guardias. Entonces tocaron las cornetas y quebraron los cántaros que
llevaban en sus manos. 20 Los tres escuadrones tocaron las cornetas, y quebrando los
cántaros tomaron las teas con su mano izquierda mientras que con la derecha tocaban
las cornetas y gritaban: — ¡La espada por Jehovah y por Gedeón! 21 Cada uno
permaneció en su lugar alrededor del campamento. Pero todo el ejército echó a correr
gritando y huyendo. 22 Mientras los 300 hombres tocaban las cornetas, Jehovah puso la
espada de cada uno contra su compañero en todo el campamento. El ejército huyó
hasta Bet-sita, hacia Zereda, y hasta el límite de Abel-mejola junto a Tabat.
23
Y una vez convocados, los israelitas de Neftalí, de Aser y de todo Manasés
24
persiguieron a los madianitas. Entonces Gedeón envió mensajeros por toda la
región montañosa de Efraín, diciendo: “Descended al encuentro de los madianitas y
tomad antes que ellos los vados hasta Bet-bara y el Jordán.” Y convocados todos
25
los hombres de Efraín, tomaron los vados hasta Bet-bara y el Jordán. Entonces
capturaron a dos jefes de los madianitas: a Oreb y a Zeeb. Mataron a Oreb en la peña
de Oreb, y a Zeeb lo mataron en el lagar de Zeeb. Siguieron persiguiendo a los
madianitas y trajeron a Gedeón las cabezas de Oreb y de Zeeb, al otro lado del Jordán.
Capítulo 8
1
Entonces los hombres de Efraín dijeron a Gedeón: — ¿Qué es esto que has
hecho con nosotros, de no llamarnos cuando ibas a combatir contra Madián?
2
Discutieron fuertemente con él. Y les respondió: — ¿Qué he hecho yo ahora,
comparado con vosotros? ¿No ha sido mejor el rebusco de Efraín que la vendimia
3
de Abiezer? Dios ha entregado en vuestra mano a Oreb y a Zeeb, jefes de
Madián. ¿Qué pude yo hacer comparado con vosotros? Después que él dijo estas
palabras, se aplacó el enojo de ellos contra él.
4
Gedeón llegó para cruzar el Jordán, él y los 300 hombres que traía consigo,
5
cansados, pero todavía persiguiendo. Y dijo a los hombres de Sucot: — Dad, por
favor, tortas de pan a la gente que me acompaña, porque ellos están cansados. Yo
6
estoy persiguiendo a Zébaj y a Zalmuna, reyes de Madián. Los jefes de Sucot le
respondieron: — ¿Están ya las manos de Zébaj y de Zalmuna en tu mano, para que
7
demos pan a tu ejército? Y Gedeón les dijo: — Pues bien, cuando Jehovah haya
entregado en mi mano a Zébaj y a Zalmuna, azotaré vuestra carne con espinas y
8
cardos del desierto. De allí subió a Peniel y les dijo las mismas palabras. Pero los
9
de Peniel le respondieron como le habían respondido los de Sucot. Y él habló
también a los de Peniel, diciendo: — Cuando yo regrese en paz, derribaré esta
10
torre. Zébaj y Zalmuna estaban en Carcor, y con ellos su ejército de unos 15.000
hombres, todos los que habían quedado de todo el campamento de los hijos del
oriente, porque los caídos habían sido 120.000 hombres que sacaban espada.
11
Entonces Gedeón subió por la ruta de los que habitan en tiendas, al este de Nóbaj
12
y Jogbea, y atacó el campamento cuando éste no estaba en guardia. Zébaj y
Zalmuna huyeron, pero él los persiguió. Luego capturó a Zébaj y a Zalmuna, los dos
13
reyes de Madián, y causó pánico en todo el campamento. Entonces Gedeón hijo
14
de Joás volvió de la batalla por la cuesta de Heres. Y capturó a un joven de los
hombres de Sucot y le interrogó. El le dio por escrito los nombres de los jefes de
15
Sucot y de sus ancianos: setenta y siete hombres. Luego fue a los hombres
de Sucot y dijo: — Aquí están Zébaj y Zalmuna, acerca de los cuales me
afrentasteis diciendo: “¿Están ya las manos de Zébaj y de Zalmuna en tu mano, para
16
que demos pan a tus hombres cansados?” Entonces tomó a los ancianos de la
ciudad, y azotó con espinas y cardos del desierto a los hombres de Sucot.
17
Asimismo, derribó la torre de Peniel y mató a los hombres de la ciudad.
18
Luego preguntó a Zébaj y a Zalmuna: — ¿Qué aspecto tenían aquellos
hombres que matasteis en Tabor? Ellos respondieron: — Como tú, así eran ellos;
19
cada uno parecía ser hijo de rey. El dijo: — ¡Eran mis hermanos, hijos de mi
madre! ¡Vive Jehovah, que si les hubierais perdonado la vida, yo no os mataría!
20
Entonces dijo a Jeter, su primogénito: — ¡Levántate y mátalos! Pero el joven no
desenvainó su espada, porque tenía temor, pues todavía era un muchacho.
21
Entonces Zébaj y Zalmuna dijeron: — Levántate tú y mátanos; porque como es el
hombre, así es su valentía. Entonces se levantó Gedeón y mató a Zébaj y a Zalmuna,
y tomó las lunetas que sus camellos traían al cuello.
22
Los israelitas dijeron a Gedeón: — Gobiérnanos tanto tú como tu hijo y tu
23
nieto, pues nos has librado de mano de Madián. Pero Gedeón les respondió: —
Yo no os gobernaré a vosotros, ni tampoco os gobernará mi hijo. Jehovah os
24
gobernará. — Y Gedeón añadió — : Quiero haceros una petición: que cada uno
me dé un arete de oro de su botín. Los madianitas llevaban aretes de oro, porque
25
eran ismaelitas. Y ellos respondieron: — De buena gana te los daremos.
26
Tendieron un manto, y cada uno echó allí un arete de su botín. El peso de los
aretes de oro que él pidió fue de 1.700 siclos de oro, sin contar las lunetas, los
pendientes y las vestiduras de púrpura que llevaban los reyes de Madián, ni los
27
collares que sus camellos traían al cuello. Con ellos Gedeón hizo un efod, que
expuso en Ofra, su ciudad. Y todo Israel se prostituyó tras ese efod en aquel lugar,
28
y sirvió de tropiezo a Gedeón y a su familia. Así fue sometido Madián ante los
hijos de Israel, y nunca más volvió a levantar cabeza. Y la tierra reposó durante
cuarenta años en los días de Gedeón.
29
30
Jerobaal hijo de Joás fue y habitó en su casa. Gedeón tenía setenta hijos
31
que fueron sus descendientes directos, porque tuvo muchas mujeres. También su
concubina que estaba en Siquem le dio a luz un hijo, y él le puso por nombre
32
Abimelec. Gedeón hijo de Joás murió en buena vejez, y fue sepultado en el
33
sepulcro de su padre Joás, en Ofra de los abiezeritas. Aconteció que cuando
murió Gedeón, los hijos de Israel volvieron a prostituirse tras los Baales, y
34
adoptaron por dios a Baal-berit. Los hijos de Israel no se acordaron de
Jehovah su Dios que los había librado de mano de todos sus enemigos de alrededor,
35
ni correspondieron con bondad a la casa de Jerobaal, es decir, Gedeón, por todo
el bien que él había hecho a Israel.
Capítulo 9
1
Abimelec hijo de Jerobaal fue a Siquem, a los hermanos de su madre, y habló
2
con ellos y con toda la familia de la casa paterna de su madre, diciendo: —
Hablad, por favor, a oídos de todos los señores de Siquem: “¿Qué es mejor para
vosotros: que todos los setenta hijos de Jerobaal os gobiernen, o que un solo
3
hombre os gobierne? Acordaos de que yo soy hueso vuestro y carne vuestra.” Los
hermanos de su madre dijeron todas estas cosas a favor de él a oídos de todos los
señores de Siquem. Y el corazón de ellos se inclinó a favor de Abimelec, porque
4
decían: “Es nuestro hermano.” Le dieron 70 piezas de plata del templo de Baalberit, con las cuales Abimelec contrató a sueldo a hombres ociosos y temerarios,
5
que le siguieron. El fue a la casa de su padre en Ofra y mató a sus hermanos, los
hijos de Jerobaal, setenta hombres, sobre una misma piedra. Pero quedó Jotam, el
6
hijo menor de Jerobaal, porque se escondió. Entonces se reunieron todos los
señores de Siquem con todos los de Bet-milo. Y fueron y proclamaron a Abimelec
como rey, junto a la encina que está al lado de la piedra ritual en Siquem.
7
Cuando se lo dijeron a Jotam, él fue y se puso en la cumbre del monte Gerizim.
Y alzando su voz gritó diciéndoles: — ¡Escuchadme, oh señores de Siquem, y que
8
Dios os escuche a vosotros! Los árboles iban a elegir un rey sobre ellos y dijeron
9
al olivo: “¡Reina sobre nosotros!” Pero el olivo les respondió: “¿He de renunciar a
mi aceite con el cual son honrados Dios y los hombres, para ir a mecerme por
10
encima de los árboles?” Luego dijeron los árboles a la higuera: “¡Ven tú, y reina
11
sobre nosotros!” Pero la higuera les respondió: “¿He de renunciar a mi dulzura y a
12
mi buen fruto, para ir a mecerme por encima de los árboles?” Luego dijeron los
13
árboles a la vid: “¡Ven tú, y reina sobre nosotros!” Pero la vid les respondió: “¿He
de renunciar a mi vino nuevo que alegra a Dios y a los hombres, para ir a mecerme
14
por encima de los árboles?” Entonces todos los árboles dijeron a la zarza: “¡Ven
15
tú, y reina sobre nosotros!” Pero la zarza respondió a los árboles: “Si en verdad
me ungís como rey sobre vosotros, venid y refugiaos a mi sombra. Y si no, ¡salga
16
fuego de la zarza y devore los cedros del Líbano!” Ahora pues, si habéis
procedido de buena fe y con integridad al proclamar como rey a Abimelec; si
habéis actuado bien con Jerobaal y con su casa; si le habéis recompensado
17
conforme a la obra de sus manos (pues mi padre luchó por vosotros arriesgando
18
su vida para libraros de mano de Madián, pero vosotros os habéis levantado hoy
contra la casa de mi padre, habéis matado a sus hijos, a setenta hombres sobre una
misma piedra, y habéis puesto por rey sobre los señores de Siquem a Abimelec, el
19
hijo de su criada, porque él es vuestro hermano); si pues de buena fe y con
integridad habéis procedido hoy con Jerobaal y con su casa, entonces gozad de
20
Abimelec, y que él también goce de vosotros. Y si no, ¡que salga fuego de
Abimelec, y consuma a los señores de Siquem y a Bet-milo! ¡Y que salga fuego de
21
los señores de Siquem y de Bet-milo, y consuma a Abimelec! Jotam huyó, se fugó
y se fue a Beer, donde vivió, por causa de su hermano Abimelec.
22
23
Después que Abimelec había gobernado a Israel tres años, Dios envió un
mal espíritu entre Abimelec y los señores de Siquem. Y los señores de Siquem
24
traicionaron a Abimelec, de modo que el crimen cometido contra los setenta hijos
de Jerobaal, es decir, su sangre, recayera sobre su hermano Abimelec que los mató,
y sobre los señores de Siquem que fortalecieron sus manos para que él matase a sus
25
hermanos. Los señores de Siquem pusieron contra él, en las cumbres de los
montes, hombres al acecho, los cuales despojaban a todos los que pasaban junto a
26
ellos por el camino. Y le fue dado informe de ello a Abimelec. También Gaal hijo
de Ebed fue con sus hermanos, y se pasaron a Siquem; y los señores de Siquem
27
pusieron su confianza en él. Y salieron al campo, vendimiaron sus viñas, pisaron la
uva e hicieron una fiesta. Luego entraron en el templo de sus dioses, comieron y
28
bebieron, y maldijeron a Abimelec. Gaal hijo de Ebed dijo: — ¿Quién es
Abimelec, y qué es Siquem para que nosotros le sirvamos? ¿No deberían el hijo de
Jerobaal y Zebul, su oficial, servir a los hombres de Hamor, padre de Siquem? ¿Por
29
qué, pues, hemos de servirle nosotros a él? ¡Quién pusiera este pueblo bajo mi
mano! ¡Yo echaría a Abimelec! Le diría a Abimelec: “¡Aumenta tu ejército y sal!”
30
Cuando Zebul, alcalde de la ciudad, oyó las palabras de Gaal hijo de Ebed, se
31
encendió en ira y envió astutamente mensajeros a Abimelec para decirle: “He aquí
que Gaal hijo de Ebed y sus hermanos han venido a Siquem, y están sublevando la
32
ciudad contra ti. Por tanto, vete de noche, tú y la gente que está contigo, y pon
33
emboscadas en el campo. Por la mañana, al salir el sol, levántate y ataca la
ciudad. Y he aquí que cuando él y la gente que está con él salgan contra ti, tú harás
34
con él según se te ofrezca.” Abimelec y toda la gente que estaba con él se
levantaron de noche y pusieron una emboscada contra Siquem con cuatro
35
escuadrones. Gaal hijo de Ebed salió y se detuvo a la entrada de la puerta de
la ciudad. Entonces Abimelec y toda la gente que estaba con él salieron de la
36
emboscada. Al ver Gaal a la gente, dijo a Zebul: — ¡He allí gente que desciende
de las cumbres de las montañas! Y Zebul le respondió: — Tú ves la sombra de las
37
montañas, como si fueran hombres. Pero Gaal volvió a hablar diciendo: — He allí
gente que desciende por Tabur-haárets y un escuadrón que viene por el camino de
38
la encina de los Adivinos. Entonces Zebul le respondió: — ¿Dónde está, pues,
aquel hablar tuyo, cuando decías: “¿Quién es Abimelec, para que le sirvamos?” ¿No
39
es ésa la gente que tenías en poco? ¡Sal, pues, ahora y lucha contra él! Gaal salió
40
al frente de los señores de Siquem y luchó contra Abimelec. Pero Abimelec le
persiguió, y Gaal huyó de delante de él. Y muchos cayeron muertos, hasta la entrada
41
de la puerta. Entonces Abimelec se quedó en Aruma, y Zebul echó fuera a Gaal y
42
a sus hermanos, para que no habitasen en Siquem. Aconteció que al día siguiente
43
el pueblo salió al campo, y le informaron a Abimelec. El tomó a la gente, la
repartió en tres escuadrones y puso emboscadas en el campo. Cuando vio que la
44
gente salía de la ciudad, se levantó contra ellos y los atacó. Abimelec y el
escuadrón que iba con él acometieron con ímpetu y tomaron posiciones a la entrada
de la puerta de la ciudad. Los otros dos escuadrones acometieron contra todos los
45
que estaban en el campo y los mataron. Abimelec combatió contra la ciudad todo
aquel día, tomó la ciudad y mató a la gente que estaba en ella. También demolió la
46
ciudad y la sembró de sal. Cuando oyeron esto todos los señores que estaban en
47
la torre de Siquem, entraron en la fortaleza del templo del dios Berit. E informaron
a Abimelec que todos los señores de la torre de Siquem estaban reunidos.
48
Entonces subió Abimelec al monte Salmón, él con toda la gente que estaba con él.
Abimelec tomó en su mano un hacha y cortó una rama de los árboles; la levantó, la
puso sobre su hombro y dijo a la gente que estaba con él: — ¡Lo que me habéis
49
visto hacer, hacedlo rápidamente vosotros de la misma manera! Así que toda la
gente cortó también cada uno su rama, y siguieron a Abimelec. Las pusieron junto a
la fortaleza y con ellas prendieron fuego a la fortaleza, de modo que también
murieron todos los que estaban en la torre de Siquem, como unos mil hombres y
mujeres.
50
51
Después Abimelec fue a Tebes. Luego acampó contra Tebes y la tomó. En
medio de aquella ciudad había una torre fortificada en la cual se refugiaron todos los
hombres y las mujeres, con todos los señores de la ciudad. Cerraron tras sí las
52
puertas, y subieron a la azotea de la torre. Abimelec fue a la torre, la atacó y se
53
acercó a la puerta de la torre para prenderle fuego. Pero una mujer dejó caer una
54
piedra de molino sobre la cabeza de Abimelec y le destrozó el cráneo. Entonces
él llamó apresuradamente al joven, su escudero, y le dijo: — Saca tu espada y
mátame, para que no se diga de mí: “Una mujer lo mató.” Su escudero lo atravesó, y
55
él murió. Y cuando los hombres de Israel vieron que Abimelec había muerto, se
56
fue cada uno a su lugar. Así Dios devolvió a Abimelec el mal que él había hecho
57
contra su padre, cuando mató a sus setenta hermanos. Dios hizo que toda la
maldad de los hombres de Siquem volviera sobre sus cabezas. Y cayó sobre ellos la
maldición de Jotam hijo de Jerobaal.
Capítulo 10
1
Después de Abimelec se levantó, para librar a Israel, Tola hijo de Fúa, hijo de
2
Dodo, hombre de Isacar. Habitaba en Samir, en la región montañosa de Efraín. Y
juzgó a Israel durante veintitrés años. Entonces murió y fue sepultado en Samir.
3
Después de él se levantó Jaír el galadita, quien juzgó a Israel durante veintidós
4
años. Este tuvo treinta hijos que montaban sobre treinta asnos, y tenían treinta
villas, que se llaman Havot-jaír, hasta el día de hoy, las cuales están en la tierra de
5
Galaad. Entonces Jaír murió y fue sepultado en Camón.
6
Los hijos de Israel volvieron a hacer lo malo ante los ojos de Jehovah y
sirvieron a los Baales, a las Astartes, a los dioses de Siria, a los dioses de Sidón, a
los dioses de Moab, a los dioses de los hijos de Amón y a los dioses de los filisteos.
7
Abandonaron a Jehovah y no le sirvieron. La ira de Jehovah se encendió contra
8
Israel, y él los entregó en mano de los filisteos y en mano de los hijos de Amón. Y
en aquel tiempo, éstos castigaron y oprimieron durante dieciocho años a los hijos de
Israel, a todos los hijos de Israel que estaban al otro lado del Jordán, en la tierra de
9
los amorreos que está en Galaad. Luego los hijos de Amón cruzaron el Jordán
para hacer también la guerra contra Judá, contra Benjamín y contra la casa de
Efraín; e Israel fue afligido en gran manera.
10
Entonces los hijos de Israel clamaron a Jehovah diciendo: — Hemos pecado
contra ti, porque hemos abandonado a nuestro Dios y hemos servido a los Baales.
11
Y Jehovah respondió a los hijos de Israel: — Cuando erais oprimidos por Egipto,
12
por los amorreos, por los amonitas, por los filisteos, por los de Sidón, por los de
13
Amalec y por los de Maón, y clamasteis a mí, ¿no os libré yo de su mano? Pero
vosotros me habéis abandonado y habéis servido a otros dioses. Por eso, no os
14
libraré más. ¡Id y clamad a los dioses que os habéis elegido! Que ellos os
15
libren en el tiempo de vuestra aflicción. Y los hijos de Israel respondieron a
Jehovah: — Hemos pecado. Haz tú con nosotros todo lo que te parezca bien. Pero,
16
por favor, líbranos en este día. Entonces quitaron de en medio de ellos los dioses
extraños y sirvieron a Jehovah. Y él no pudo soportar más la aflicción de Israel.
17
Entonces los hijos de Amón fueron convocados y acamparon en Galaad.
18
Asimismo, se reunieron los hijos de Israel y acamparon en Mizpa. Y los jefes del
pueblo de Galaad se dijeron unos a otros: — Cualquiera que sea el hombre que
comience a combatir contra los hijos de Amón, él será el caudillo de todos los
habitantes de Galaad.
Capítulo 11
1
Jefté el galadita era un guerrero valiente. El era hijo de una mujer prostituta, y
2
el padre de Jefté era Galaad. Pero la mujer de Galaad también le había dado hijos,
los cuales, cuando crecieron, echaron a Jefté y le dijeron: “Tú no heredarás en la
3
casa de nuestro padre, porque eres hijo de otra mujer.” Entonces Jefté huyó de sus
hermanos y habitó en la tierra de Tob. Y se juntaron con Jefté hombres ociosos que
salían con él.
4
Aconteció después de un tiempo que los hijos de Amón hicieron la guerra
5
contra Israel. Y cuando los hijos de Amón hicieron la guerra contra Israel, los
6
ancianos de Galaad fueron para traer a Jefté de la tierra de Tob. Y dijeron a Jefté:
— Ven, y serás nuestro jefe, para que combatamos contra los hijos de Amón.
7
Pero Jefté respondió a los ancianos de Galaad: — ¿No sois vosotros los que me
odiasteis y me echasteis de la casa de mi padre? ¿Por qué, pues, venís a mí ahora,
8
cuando estáis en aflicción? Los ancianos de Galaad respondieron a Jefté: — Por
esta misma razón volvemos ahora a ti, para que vengas con nosotros, y combatas
contra los hijos de Amón y seas nuestro caudillo, el de todos los habitantes de
9
Galaad. Entonces Jefté dijo a los ancianos de Galaad: — Si me hacéis volver para
que combata contra los hijos de Amón, y Jehovah los entrega en mi mano, yo seré
10
vuestro caudillo. Y los ancianos de Galaad respondieron a Jefté: — Jehovah sea
11
testigo entre nosotros, si no hacemos como tú dices. Entonces Jefté fue con los
ancianos de Galaad, y el pueblo lo puso como su caudillo y jefe. Jefté repitió todas
sus palabras delante de Jehovah en Mizpa.
12
Jefté envió mensajeros al rey de los hijos de Amón, diciendo: “¿Qué hay entre
13
tú y yo, para que vengas a hacerme la guerra en mi tierra?” Y el rey de los hijos
de Amón respondió a los mensajeros de Jefté: “Que Israel tomó mi tierra cuando
subía de Egipto, desde el Arnón hasta el Jaboc y el Jordán. Por eso, devuélvela
14
15
ahora en paz.” Jefté volvió a enviar mensajeros al rey de los hijos de Amón. Y
le dijeron: “Así ha dicho Jefté: Israel no tomó la tierra de Moab ni la tierra de los
16
hijos de Amón. Porque cuando subieron de Egipto, Israel fue por el desierto hasta
17
el mar Rojo y llegó a Cades. Entonces Israel envió mensajeros al rey de Edom,
diciendo: ‘Por favor, déjame pasar por tu tierra.’ Pero el rey de Edom no les
escuchó. Envió también al rey de Moab, y él tampoco quiso. Por eso Israel se
18
quedó en Cades. Después, yendo por el desierto, rodeó la tierra de Edom y la
tierra de Moab, y viniendo por el lado oriental de la tierra de Moab, acampó al otro
lado del Arnón, sin entrar en el territorio de Moab, porque el Arnón era la frontera
19
de Moab. Entonces Israel envió mensajeros a Sejón rey de los amorreos, rey de
Hesbón, y le dijo Israel: ‘Por favor, déjame pasar por tu tierra hasta mi lugar.’
20
Pero Sejón no se fio de Israel para darle paso por su territorio; sino que, reuniendo
Sejón a toda su gente, acampó en Jahaz y combatió contra Israel. 21 Pero Jehovah
Dios de Israel entregó a Sejón y a toda su gente en mano de Israel, que los derrotó. E
Israel tomó posesión de toda la tierra de los amorreos que habitaban en aquella región.
22
Y ellos tomaron posesión de todo el territorio de los amorreos desde el Arnón hasta
el Jaboc, y desde el desierto hasta el Jordán. 23 Ahora pues, lo que Jehovah Dios de
Israel quitó de los amorreos delante de su pueblo Israel, ¿vas a poseerlo tú? 24 ¿No
poseerás tú lo que Quemós, tu dios, te haga poseer? Nosotros, pues, poseeremos todo
lo que Jehovah nuestro Dios les quitó delante de nosotros. 25 Y ahora, ¿eres tú acaso
en algún sentido mejor que Balac hijo de Zipor, rey de Moab? ¿Tuvo él pleito con
Israel, o hizo la guerra contra él? 26 Israel ha estado habitando 300 años en Hesbón y
sus aldeas, en Aroer y sus aldeas y en todas las ciudades que están junto al Arnón.
¿Por qué no las has recuperado en este tiempo? 27 Así que yo no he pecado contra ti,
pero tú te comportas mal conmigo, haciéndome la guerra. Que Jehovah, el Juez, juzgue
hoy entre los hijos de Israel y los hijos de Amón.” 28 Sin embargo, el rey de los hijos de
Amón no hizo caso del mensaje que Jefté le envió .
29
Entonces el Espíritu de Jehovah vino sobre Jefté, quien pasó por Galaad y
Manasés, y de allí pasó a Mizpa en Galaad, y de Mizpa en Galaad fue hacia los
30
hijos de Amón. Y Jefté hizo un voto a Jehovah diciendo: “Si de veras entregas en
31
mi mano a los hijos de Amón, cualquiera que salga de las puertas de mi casa a mi
encuentro, cuando yo vuelva en paz de los hijos de Amón, será de Jehovah; y lo
32
ofreceré en holocausto.” Jefté fue hacia los hijos de Amón para combatir contra
33
ellos, y Jehovah los entregó en su mano. El los venció con una gran derrota desde
Aroer hasta la entrada de Minit, veinte ciudades; y hasta Abel-queramim. Así fueron
sometidos los hijos de Amón por los hijos de Israel.
34
Entonces Jefté llegó a su casa en Mizpa. Y he aquí que su hija salió a su encuentro
35
con panderos y danzas. Ella era su única hija; aparte de ella no tenía hijo ni hija. Y
sucedió que cuando él la vio, rasgó sus ropas y dijo: — ¡Ay, hija mía! ¡De veras me
has abatido y estás entre los que me afligen! Porque he abierto mi boca ante
36
Jehovah y no podré retractarme. Entonces ella le respondió: — Padre mío, puesto
que has abierto tu boca ante Jehovah, haz conmigo de acuerdo con lo que salió de
tu boca, ya que Jehovah ha hecho venganza contra tus enemigos, los hijos de Amón.
37
— Además dijo a su padre — : Que se me conceda esta petición: Déjame sola
durante dos meses para que vaya y ande por los montes y llore mi virginidad, yo y
38
mis compañeras. Y él dijo: — Vé. La dejó ir por dos meses. Y ella se fue con sus
39
compañeras por los montes, y lloró su virginidad. Pasados los dos meses ella
volvió a su padre, y él cumplió con ella el voto que había hecho. Ella no conoció
40
varón. De aquí proviene la costumbre en Israel, de que año tras año las jóvenes
de Israel van a entonar lamentos por la hija de Jefté el galadita, cuatro días al año.
Capítulo 12
1
Los hombres de Efraín fueron convocados, cruzaron hacia Zafón y dijeron a
Jefté: — ¿Por qué fuiste a hacer la guerra contra los hijos de Amón y no nos
llamaste para que fuéramos contigo? ¡Nosotros incendiaremos tu casa, contigo
2
dentro! Jefté les respondió: — Yo, juntamente con mi pueblo, he tenido una gran
contienda contra los hijos de Amón. Yo os convoqué, pero no me librasteis de su
3
mano. Viendo, pues, que no me librabais, arriesgué mi vida y fui contra los hijos de
Amón, y Jehovah los entregó en mi mano. ¿Por qué, pues, habéis subido hoy contra
4
mí para combatir conmigo? Entonces Jefté reunió a todos los hombres de Galaad y
combatió contra Efraín. Y los hombres de Galaad derrotaron a Efraín, porque
habían dicho: “Vosotros, los de Galaad, sois unos fugitivos de Efraín que estáis en
5
medio de Efraín y de Manasés.” Luego los de Galaad tomaron los vados del
Jordán a los de Efraín. Y sucedió que cuando alguno de los fugitivos de Efraín decía:
“Dejadme cruzar”, los hombres de Galaad le preguntaban: “¿Eres tú efrateo?” Si
6
decía: “No”, entonces le decían: “Por favor, di ‘Shibólet’.” Si él decía “Sibólet”,
porque no lo podía pronunciar correctamente, entonces lo capturaban y lo
degollaban junto a los vados del Jordán. En aquel tiempo perecieron 42.000 de
7
Efraín. Jefté juzgó a Israel durante seis años. Luego murió Jefté el galadita y fue
sepultado en su ciudad, en Galaad.
8
9
Después de Jefté juzgó a Israel Ibzán, de Belén, quien tenía treinta hijos y
treinta hijas. A éstas las casó con gente de fuera, y trajo de fuera treinta mujeres
10
para sus hijos. El juzgó a Israel durante siete años. Entonces murió Ibzán y fue
11
sepultado en Belén. Después de él juzgó a Israel Elón el zabulonita, quien juzgó a
12
Israel durante diez años. Entonces murió Elón el zabulonita y fue sepultado en
13
Ajalón, en la tierra de Zabulón. Después de él juzgó a Israel Abdón hijo de Hilel,
14
de Piratón. El tenía cuarenta hijos y treinta nietos que montaban setenta asnos.
15
Juzgó a Israel durante ocho años. Entonces murió Abdón hijo de Hilel, de Piratón.
y fue sepultado en Piratón, en la tierra de Efraín, en el monte de Amalec.
Capítulo 13
1
Los hijos de Israel volvieron a hacer lo malo ante los ojos de Jehovah, y los
2
entregó Jehovah en mano de los filisteos durante cuarenta años. Había un hombre
de Zora, de la familia de los danitas, que se llamaba Manoa. Su mujer era estéril y
3
nunca había dado a luz. Y el ángel de Jehovah se apareció a la mujer y le dijo: —
He aquí que tú eres estéril y no has dado a luz, pero concebirás y darás a luz un hijo.
4
Ahora, guárdate, por favor, y no bebas vino ni licor. Tampoco comas nada
5
inmundo, porque he aquí que concebirás y darás a luz un hijo sobre cuya cabeza
no pasará navaja, porque el niño será nazareo de Dios desde el vientre de su madre.
6
El comenzará a librar a Israel de mano de los filisteos. La mujer fue y se lo contó a
su marido diciendo: — Un hombre de Dios ha venido a mí, y su aspecto era como el
aspecto de un ángel de Dios, temible en gran manera. No le pregunté de dónde era,
7
y él no me dijo su nombre. Pero me dijo: “He aquí que concebirás y darás a luz un
hijo. Ahora pues, no bebas vino ni licor; no comas nada inmundo, porque el niño
será nazareo de Dios desde el vientre de su madre hasta el día de su muerte.”
8
Entonces Manoa imploró a Jehovah y dijo: — Oh Señor, te ruego que aquel
hombre de Dios que enviaste venga de nuevo a nosotros y nos enseñe lo que
9
debemos hacer con el niño que ha de nacer. Dios escuchó la voz de Manoa, y el
ángel de Dios volvió otra vez a la mujer, cuando ella estaba sentada en el campo,
10
pero Manoa su marido no estaba con ella. La mujer se apresuró, corrió y avisó a
su marido diciéndole: — ¡He aquí que se me ha aparecido el hombre que vino a mí
11
el otro día! Manoa se levantó y siguió a su mujer; y cuando llegó al hombre, le
preguntó: — ¿Eres tú el hombre que habló a la mujer? El respondió: — Sí, yo soy.
12
Entonces Manoa dijo: — Cuando tu palabra se cumpla, ¿cuál será la norma de
13
vida del niño, y qué se le ha de hacer? Y el ángel de Jehovah respondió a Manoa:
14
— La mujer se guardará de todas las cosas que le dije: Que no coma nada que
provenga de la vid, ni beba vino ni licor, ni coma nada inmundo. Ha de guardar todo
lo que le he mandado.
15
Entonces Manoa dijo al ángel de Jehovah: — Permítenos detenerte y
16
preparar para ti un cabrito del rebaño. Y el ángel de Jehovah respondió a Manoa:
— Aunque me detengas, no comeré de tu comida. Pero si quieres ofrecer
holocausto, ofrécelo a Jehovah. Manoa no sabía que él era el ángel de Jehovah.
17
Entonces Manoa preguntó al ángel de Jehovah: — ¿Cuál es tu nombre, para que
18
te honremos cuando se cumpla tu palabra? El ángel de Jehovah le respondió: —
19
¿Por qué preguntas por mi nombre? Es Admirable. Manoa tomó un cabrito del
rebaño con su ofrenda vegetal, y lo sacrificó sobre la peña a Jehovah. Entonces él
20
hizo un prodigio ante la vista de Manoa y de su mujer. Aconteció que mientras la
llama subía del altar hacia el cielo, el ángel de Jehovah subió en la llama del altar ante
la vista de Manoa y de su mujer, quienes se postraron en tierra sobre sus rostros.
21
El ángel de Jehovah no volvió a aparecer a Manoa ni a su mujer. Entonces Manoa
22
se dio cuenta de que era el ángel de Jehovah, y Manoa dijo a su mujer: —
23
¡Ciertamente moriremos, porque hemos visto a Dios! Pero su mujer le respondió:
— Si Jehovah hubiera querido matarnos, no habría aceptado de nuestras manos el
holocausto y la ofrenda. No nos habría mostrado todas estas cosas, ni ahora nos
habría anunciado esto.
24
La mujer dio a luz un hijo y le puso por nombre Sansón. El niño creció, y
25
Jehovah lo bendijo. El Espíritu de Jehovah comenzó a manifestarse en él en el
campamento de Dan, entre Zora y Estaol.
Capítulo 14
1
Entonces Sansón descendió a Timnat, y vio en Timnat a una mujer de las hijas
2
de los filisteos. Cuando regresó, se lo contó a su padre y a su madre, diciendo: —
He visto en Timnat a una mujer de las hijas de los filisteos. Ahora pues, tomádmela
3
por mujer. Pero su padre y su madre le dijeron: — ¿No hay una mujer entre las
hijas de tus parientes, ni en todo nuestro pueblo, para que vayas tú a tomar mujer de
los filisteos incircuncisos? Pero Sansón dijo a su padre: — Tómala para mí, porque
4
ella me gusta. Su padre y su madre no sabían que esto provenía de Jehovah, quien
buscaba un motivo contra los filisteos. En aquel tiempo los filisteos dominaban
5
sobre Israel. Entonces Sansón descendió con su padre y su madre a Timnat.
Cuando llegaron a las viñas de Timnat, he aquí un cachorro de león venía rugiendo
6
hacia él. Y el Espíritu de Jehovah descendió con poder sobre Sansón, quien, sin
tener nada en su mano, despedazó al león como quien despedaza un cabrito. Pero
7
no contó a su padre ni a su madre lo que había hecho. Descendió, pues, y habló a
8
la mujer; y ella le agradó a Sansón. Al regresar después de algunos días para
tomarla por mujer, se apartó para ver el cuerpo muerto del león. Y he aquí que en el
9
cadáver del león había un enjambre de abejas y miel. El la recogió con sus manos,
y se fue comiéndola por el camino. Cuando alcanzó a su padre y a su madre, les dio
a ellos, y ellos comieron. Pero no les contó que había recogido la miel del cadáver
del león.
10
Su padre descendió a donde estaba la mujer. Luego Sansón hizo allí un
11
banquete, porque así lo solían hacer los novios. Y sucedió que cuando le vieron,
12
trajeron a treinta compañeros para que estuviesen con él. Y Sansón les dijo: —
Permitid que os proponga una adivinanza. Si en los siete días del banquete la
interpretáis acertadamente y me la descubrís, os daré treinta prendas de lino y treinta
13
vestidos finos. Pero si no me la podéis interpretar, vosotros me daréis a mí las
treinta prendas de lino y los treinta vestidos finos. Ellos respondieron: — Dinos la
14
adivinanza, y la escucharemos. Entonces les dijo: — Del que come salió comida, y
15
del fuerte salió dulzura. Ellos no pudieron interpretar la adivinanza en tres días. Y
sucedió que en el cuarto día dijeron a la mujer de Sansón: — Persuade a tu marido
para que nos interprete la adivinanza. Si no, te quemaremos a ti y a la casa de tu
16
padre. ¿Será que nos habéis invitado aquí para despojarnos? La mujer de Sansón
lloró delante de él y le dijo: — Tú sólo me odias y no me amas. Has propuesto una
adivinanza a los hijos de mi pueblo, y no me la has interpretado a mí. El le respondió:
— He aquí que ni a mi padre ni a mi madre se la he interpretado, y ¿te la había de
17
interpretar a ti? Ella lloró delante de él los siete días que ellos tuvieron banquete. Y
aconteció que al séptimo día él se la interpretó, porque ella le presionaba. Entonces
18
ella explicó la adivinanza a los hijos de su pueblo. Y al séptimo día, antes de la
puesta del sol, los hombres de la ciudad le contestaron: — ¿Qué cosa es más dulce
que la miel? ¿Y qué cosa es más fuerte que el león? El les respondió: — Si no
19
hubierais arado con mi vaquilla, no habríais descubierto mi adivinanza. Entonces el
Espíritu de Jehovah descendió con poder sobre él. Y él bajó a Ascalón, mató a
treinta hombres de ellos, y tomando sus despojos, dio los vestidos finos a los que
habían interpretado la adivinanza. Encendido en ira, regresó a la casa de su padre.
20
Entonces la mujer de Sansón fue dada a su compañero que le había asistido en
sus bodas.
Capítulo 15
1
Después de algún tiempo, en los días de la siega del trigo, Sansón fue a visitar
a su mujer llevándole un cabrito del rebaño. Y pensó: “Me uniré a mi mujer en el
2
cuarto.” Pero el padre de ella no le dejó entrar. El padre de ella dijo: — Pensé que
la aborrecías del todo y se la di a tu compañero. Pero su hermana menor, ¿no es
3
más hermosa que ella? Tómala, por favor, para ti en su lugar. Sansón le respondió:
4
— ¡Esta vez yo quedaré sin culpa ante los filisteos, si les hago algún mal! Sansón se
fue, atrapó 300 zorras, tomó teas, y atando las zorras por las colas, puso una tea
5
entre cada dos colas. Después prendió fuego a las teas, soltó las zorras en los
trigales de los filisteos, y quemó las gavillas y la mies por segar, y hasta las viñas y
6
los olivares. Entonces los filisteos preguntaron: — ¿Quién ha hecho esto? Y les
respondieron: — Sansón, el yerno del timnateo, porque éste le quitó su mujer y se la
dio a su compañero. Los filisteos fueron y quemaron a la mujer y a su padre.
7
Entonces Sansón les dijo: — Puesto que habéis actuado así, ¡ciertamente no
8
pararé hasta haberme vengado de vosotros! Entonces les golpeó en el muslo y en
la cadera, con gran mortandad. Luego descendió y habitó en la cueva de la peña de
Etam.
9
Entonces los filisteos subieron y acamparon en Judá, extendiéndose hasta Leji.
Y los hombres de Judá les preguntaron: — ¿Por qué habéis subido contra
nosotros? Ellos respondieron: — Hemos subido para prender a Sansón, a fin de
11
hacerle lo mismo que él nos ha hecho. Entonces bajaron 3.000 hombres de Judá a
la cueva de la peña de Etam y preguntaron a Sansón: — ¿No sabes tú que los
filisteos dominan sobre nosotros? ¿Qué es esto que nos has hecho? El les respondió:
12
— Lo mismo que ellos me han hecho a mí, eso les he hecho yo a ellos. Entonces
le dijeron: — Hemos venido para prenderte y entregarte en mano de los filisteos. Y
13
Sansón les dijo: — Juradme que vosotros no me mataréis. Le respondieron: —
No; de ninguna manera te mataremos. Sólo te ataremos bien y te entregaremos en
su mano. Entonces lo ataron con dos cuerdas nuevas y lo hicieron subir de la peña.
14
Cuando llegaba hasta Leji, los filisteos salieron a su encuentro con gritos de júbilo.
Entonces el Espíritu de Jehovah descendió con poder sobre él, las cuerdas que
estaban en sus brazos se volvieron como lino quemado al fuego, y las ataduras se
15
cayeron de sus manos. Y hallando una quijada de asno todavía fresca, extendió
10
16
la mano, la tomó y mató con ella a mil hombres. Entonces dijo Sansón: — Con
una quijada de asno los amontoné a montones; con una quijada de asno he matado a
17
mil varones. Cuando acabó de hablar, arrojó la quijada de su mano. Y llamó a
aquel lugar Ramat-leji.
18
Teniendo mucha sed, Sansón clamó a Jehovah diciendo: — Tú has dado esta
gran liberación por mano de tu siervo; y ahora, ¿he de morir de sed y caer en mano
19
de los incircuncisos? Entonces Dios abrió la hondonada que hay en Leji, y de allí
salió agua. El bebió, recobró su fuerza y se reanimó. Por eso llamó el nombre de
20
aquel lugar En-hacoré, que está en Leji hasta el día de hoy. Sansón juzgó a Israel
durante veinte años, en los días de los filisteos.
Capítulo 16
1
2
Sansón fue a Gaza y vio allí a una mujer prostituta, y se unió a ella. Y fue
dicho a los de Gaza: “Sansón ha venido acá.” Entonces ellos lo rodearon y lo
estuvieron acechando toda la noche, junto a la puerta de la ciudad. Estos estuvieron
en silencio toda la noche, diciendo: “Cuando aparezca la luz de la mañana, entonces
3
lo mataremos.” Pero Sansón estuvo acostado solamente hasta la medianoche. Se
levantó a la medianoche, y tomando las puertas de la ciudad con sus dos postes, las
arrancó con cerrojo y todo. Las puso sobre sus hombros y las subió a la cumbre del
monte que mira hacia Hebrón.
4
Aconteció después de esto que Sansón se enamoró de una mujer del valle de
5
Sorec, cuyo nombre era Dalila. Y fueron a ella los jefes de los filisteos y le dijeron:
— Persuádele y averigua en qué consiste su gran fuerza, y con qué lo podríamos
dominar para atarlo y atormentarlo. Entonces cada uno de nosotros te dará 1.100
6
piezas de plata. Y Dalila dijo a Sansón: — Dime, por favor, en qué consiste tu gran
7
fuerza, y con qué podrías ser atado para ser atormentado. Sansón le respondió: —
Si me atan con siete cuerdas de arco frescas que aún no estén secas, entonces me
8
debilitaré y seré como un hombre cualquiera. Los jefes de los filisteos le llevaron
9
siete cuerdas de arco frescas que aún no estaban secas, y ella lo ató con ellas. Ella
tenía personas acechando en un cuarto. Entonces ella le dijo: — ¡Sansón, los
filisteos sobre ti! Pero él rompió las cuerdas como un cordel de estopa se rompe
10
cuando toca el fuego. Y no se supo en qué consistía su fuerza. Entonces Dalila
dijo a Sansón: — He aquí que te has burlado de mí y me has dicho mentiras. Ahora
11
dime, por favor, con qué podrías ser atado. El le dijo: — Si me atan fuertemente
con sogas nuevas que no hayan sido usadas, entonces me debilitaré y seré como un
12
hombre cualquiera. Luego Dalila tomó sogas nuevas y lo ató con ellas. Y le dijo:
— ¡Sansón, los filisteos sobre ti! Y había personas acechando en el cuarto. Pero él
13
rompió las sogas de sus brazos como un hilo. Entonces Dalila dijo a Sansón: —
Hasta ahora te has burlado de mí y me has dicho mentiras. Dime, pues, con qué
podrías ser atado. El entonces le dijo: — Si tejes los siete mechones de mi cabellera
entre la urdimbre, y los aseguras con la clavija del telar contra la pared, me debilitaré
y seré como un hombre cualquiera. Dalila lo hizo dormir y tejió los siete mechones
14
de su cabellera entre la urdimbre. Luego ella aseguró la clavija y le dijo: —
¡Sansón, los filisteos sobre ti! Pero al despertar de su sueño, él arrancó la clavija del
15
telar con la tela. Y ella le dijo: — ¿Cómo, pues, dices: “Yo te amo”, siendo que tu
corazón no está conmigo? Ya son tres veces las que te has burlado de mí, y no me has
revelado en qué consiste tu gran fuerza. 16 Y aconteció que como ella le presionaba
todos los días con sus palabras y le importunaba, el alma de él fue reducida a mortal
angustia. 17 Entonces le descubrió todo su corazón y le dijo: — Nunca pasó una navaja
sobre mi cabeza, porque soy nazareo de Dios desde el vientre de mi madre. Si soy
rapado, entonces mi fuerza se apartará de mí, me debilitaré y seré como un hombre
cualquiera.
18
Viendo Dalila que él le había descubierto todo su corazón, envió a llamar a los
jefes de los filisteos, diciendo: “Venid esta vez, porque él me ha descubierto todo su
corazón.” Entonces los jefes de los filisteos fueron a ella, llevando el dinero en la
19
mano. Ella hizo que él se durmiese sobre sus rodillas. Llamó a un hombre, quien le
rapó los siete mechones de su cabeza. Entonces ella comenzó a atormentarlo, pues
20
su fuerza se había apartado de él. Y ella le dijo: — ¡Sansón, los filisteos sobre ti!
El se despertó de su sueño y pensó: “Saldré como las otras veces y me escaparé.”
21
Pero no sabía que Jehovah ya se había apartado de él. Entonces los filisteos le
echaron mano, le sacaron los ojos y lo llevaron a Gaza. Y lo ataron con cadenas de
bronce, para que moliese en la cárcel.
22
Sin embargo, después que fue rapado, el cabello de su cabeza comenzó a
23
crecer. Entonces los jefes de los filisteos se reunieron para ofrecer un gran
sacrificio a Dagón su dios y para regocijarse. Y decían: — ¡Nuestro dios ha
24
entregado en nuestra mano a Sansón, nuestro enemigo! Al verlo el pueblo, alabó a
su dios diciendo: — ¡Nuestro dios ha entregado en nuestra mano a nuestro enemigo,
25
al destructor de nuestra tierra, que había matado a muchos de los nuestros! Y
aconteció que cuando el corazón de ellos estaba alegre, dijeron: — Llamad a
Sansón para que nos sirva de espectáculo. Llamaron a Sansón de la cárcel, y servía
26
de espectáculo delante de ellos. Lo pusieron entre las columnas. Y Sansón dijo al
joven que le guiaba de la mano: — Déjame palpar las columnas sobre las cuales
27
descansa el edificio, para que me apoye en ellas. El edificio estaba lleno de
hombres y mujeres. Todos los jefes de los filisteos estaban allí, y en la azotea había
como 3.000 hombres y mujeres que estaban mirando el espectáculo de Sansón.
28
Entonces Sansón clamó a Jehovah diciendo: — ¡Señor Jehovah, por favor,
acuérdate de mí! Dame, te ruego, fuerzas solamente esta vez, oh Dios, para que de
29
una vez tome venganza de los filisteos por mis dos ojos. En seguida Sansón palpó
las dos columnas de en medio, sobre las cuales descansaba el edificio; y se apoyó
contra ellas, contra una con su mano derecha y contra la otra con su mano izquierda.
30
Y dijo Sansón: — ¡Muera yo con los filisteos! Entonces empujó con fuerza, y el
edificio cayó sobre los jefes y sobre toda la gente que estaba en él. Y fueron más los
que mató al morir que los que había matado durante su vida. 31 Sus hermanos y toda la
casa de su padre fueron y lo recogieron. Luego lo llevaron y lo sepultaron entre Zora y
Estaol, en el sepulcro de su padre Manoa. El juzgó a Israel durante veinte años .
Capítulo 17
1
Había un hombre de la región montañosa de Efraín, que se llamaba Micaías.
Y éste dijo a su madre: — Las 1.100 piezas de plata que te fueron tomadas y por
las que tú maldecías y hablabas en mi presencia, he aquí que la plata está en mi
poder; yo la había tomado. Entonces su madre dijo: — ¡Jehovah te bendiga, hijo
3
mío! Cuando él devolvió a su madre las 1.100 piezas de plata, su madre dijo: —
Solemne y espontáneamente he dedicado la plata a Jehovah, por mi hijo, para hacer
4
una imagen tallada y de fundición. Ahora pues, yo te la devuelvo. Pero él devolvió
la plata a su madre. Y su madre tomó 200 piezas de plata y las dio al fundidor. Este
hizo con ellas una imagen tallada y de fundición, y fue puesta en la casa de Micaías.
5
Este hombre, Micaías, tenía un santuario. Mandó hacer un efod e ídolos
6
domésticos, e invistió a uno de sus hijos para que fuera su sacerdote. En aquellos
días no había rey en Israel, y cada uno hacía lo que le parecía recto ante sus propios
ojos.
2
7
Había un joven de Belén de Judá, de la tribu de Judá, que era levita y vivía allí
8
como forastero. Este hombre había partido de la ciudad de Belén de Judá para ir a
residir donde encontrase lugar. Y en su caminar por la región montañosa de Efraín,
9
llegó a la casa de Micaías. Y Micaías le preguntó: — ¿De dónde vienes? El le
respondió: — Soy un levita de Belén de Judá, y voy a residir donde encuentre lugar.
10
Entonces le dijo Micaías: — Quédate conmigo y sé para mí como padre y
sacerdote. Yo te daré 10 piezas de plata por año, y tu ropa y tu comida. El levita
11
entró. El levita convino en habitar con aquel hombre, y el joven llegó a ser para él
12
como uno de sus hijos. Micaías invistió al levita, el cual le servía de sacerdote y
13
vivía en la casa de Micaías. Micaías dijo: — ¡Ahora sé que Jehovah me
prosperará, porque un levita ha venido a ser mi sacerdote!
Capítulo 18
1
En aquellos días no había rey en Israel. También en aquellos días, la tribu de
Dan buscaba una heredad para sí, donde establecerse, porque hasta entonces no le
2
había tocado una heredad entre las tribus de Israel. Entonces los hijos de Dan
enviaron de sus clanes a cinco hombres de entre todos ellos, hombres valientes de
Zora y de Estaol, para reconocer la tierra y para explorarla. Y les dijeron: — Id y
explorad la tierra. Ellos llegaron, en la región montañosa de Efraín, hasta la casa de
3
Micaías, y pasaron allí la noche. Y cuando estaban junto a la casa de Micaías,
reconocieron la voz del joven levita. Se acercaron allí y le dijeron: — ¿Quién te ha
4
traído aquí? ¿Qué estás haciendo en este lugar? ¿Qué tienes que ver tú aquí? Y él
les respondió: — De esta y de esta manera ha hecho conmigo Micaías, y me ha
5
empleado para que sea su sacerdote. Ellos le dijeron: — Por favor, consulta a
6
Dios, para que sepamos si ha de prosperar el viaje que estamos haciendo. Y el
sacerdote les respondió: — Id en paz, porque el viaje que estáis haciendo goza de la
aprobación de Jehovah.
7
Entonces partieron aquellos cinco hombres y llegaron a Lais. Y vieron que la
gente que habitaba en ella vivía segura, tranquila y confiada, a la manera de los
sidonios. No había en la tierra quien les hiciera ningún daño, ni quien les desplazara
ni oprimiera. Además, estaban lejos de los sidonios y no tenían trato con nadie.
8
Entonces se volvieron a sus hermanos en Zora y Estaol, y sus hermanos les
9
preguntaron: — ¿Qué hay? Ellos respondieron: — ¡Levantaos, subamos contra
ellos, porque hemos visto la tierra, y he aquí que es muy buena! Vosotros, ¿por qué
os quedáis quietos? ¡No vaciléis para poneros en marcha a fin de entrar y tomar
10
posesión de la tierra! Cuando vayáis allá, llegaréis a una gente confiada y a una
tierra extensa que Dios ha entregado en vuestra mano. Es un lugar donde no falta
11
ninguna cosa de lo que hay en la tierra. Entonces 600 hombres de la familia de los
12
danitas, armados para la guerra, partieron de allí, de Zora y de Estaol. Subieron y
acamparon en Quiriat-jearim, en Judá, por lo que aquel lugar fue llamado
Campamento de Dan, hasta el día de hoy. He aquí que está al oeste de
13
Quiriat-jearim. De allí pasaron a la región montañosa de Efraín y llegaron hasta la
casa de Micaías.
14
Entonces intervinieron aquellos cinco hombres que habían ido a reconocer la
tierra de Lais, y dijeron a sus hermanos: — ¿Sabéis que en estas casas hay un efod,
ídolos domésticos y una imagen tallada y de fundición? Ahora pues, vosotros sabéis
15
lo que habéis de hacer. Entonces se acercaron allí, llegaron a la casa del joven
16
levita, en casa de Micaías, y le saludaron deseándole paz. Los 600 hombres de
los hijos de Dan, ceñidos con sus armas de guerra, estaban a la entrada de la puerta.
17
Mientras el sacerdote estaba a la entrada de la puerta con los 600 hombres
ceñidos con sus armas de guerra, los cinco hombres que habían ido a reconocer la
tierra subieron, entraron allí y tomaron la imagen tallada y de fundición, el efod y los
18
ídolos domésticos. Y cuando entraron estos hombres en la casa de Micaías, y
tomaron la imagen tallada y de fundición, el efod, los ídolos domésticos, el sacerdote
19
les preguntó: — ¿Qué estáis haciendo? Ellos le respondieron: — ¡Cállate! Pon la
mano sobre tu boca, vente con nosotros y sé para nosotros como padre y
sacerdote. ¿Es mejor que seas sacerdote de la casa de un solo hombre, o que seas
20
sacerdote de una tribu y de un clan de Israel? Se alegró el corazón del sacerdote;
y tomó el efod, los ídolos domésticos y la imagen tallada, y se fue en medio de
21
aquella gente. Ellos se volvieron y partieron, poniendo delante de ellos a los niños,
22
el ganado y las posesiones. Cuando ya se habían alejado de la casa de Micaías,
los hombres que habitaban en las casas cercanas a la casa de Micaías fueron
23
convocados y alcanzaron a los hijos de Dan. Entonces gritaron a los hijos de Dan,
quienes volvieron la cara y preguntaron a Micaías: — ¿Qué te pasa que has
24
convocado gente? El respondió: — ¡Tomasteis mis dioses que yo hice y al
sacerdote, y os fuisteis! ¿Qué más me queda? ¿Por qué, pues, me preguntáis: “¿Qué
25
te pasa?” Los hijos de Dan le dijeron: — ¡Que no se oiga tu voz entre nosotros!
No sea que los de ánimo colérico os acometan, y pierdas también tu vida y la vida
26
de los de tu familia. Los hijos de Dan prosiguieron su camino. Y viendo Micaías
que ellos eran más fuertes que él, se volvió y regresó a su casa.
27
Los hijos de Dan se llevaron las cosas que había hecho Micaías, junto con el
sacerdote que tenía, y llegaron a Lais, a una gente tranquila y confiada. Los mataron
28
a filo de espada y prendieron fuego a la ciudad. No hubo quien los socorriese,
porque estaban lejos de Sidón y no tenían tratos con nadie. La ciudad estaba en el
valle que hay cerca de Bet-rejob. Después ellos reedificaron la ciudad y habitaron
29
en ella. Y llamaron el nombre de aquella ciudad Dan, según el nombre de su padre
Dan, que le había nacido a Israel; aunque antes la ciudad se llamaba Lais.
30
Los hijos de Dan erigieron para sí la imagen tallada; y Jonatán hijo de Gersón, hijo
de Moisés, él y sus hijos fueron sacerdotes de la tribu de Dan hasta el tiempo de la
31
cautividad de la tierra. Así tuvieron instalada para ellos la imagen tallada que
Micaías había hecho, todo el tiempo que la casa de Dios estuvo en Silo.
Capítulo 19
1
En aquellos días, cuando no había rey en Israel, había un hombre de Leví que
habitaba como forastero en la parte más remota de la región montañosa de Efraín.
2
Este había tomado para sí como concubina a una mujer de Belén de Judá. Su
concubina se enfadó con él y se fue de su lado para irse a la casa de su padre, a
3
Belén de Judá, y estuvo allá durante cuatro meses. Su marido se levantó y la siguió
para hablarle amorosamente y hacerla volver. Llevó consigo a un criado suyo y un
4
par de asnos. Ella lo hizo entrar en la casa de su padre. Y al verlo el padre de la
joven, salió a recibirlo gozoso. Su suegro, el padre de la joven, le insistió, y se
5
quedó con él tres días, comiendo, bebiendo y alojándose allí. Y sucedió que al
cuarto día, cuando se levantaron muy de mañana, el levita se dispuso a partir. Pero
el padre de la joven dijo a su yerno: — Fortalécete con un poco de pan, y después
6
os iréis. Se sentaron los dos juntos, y comieron y bebieron. Entonces el padre de la
joven dijo al hombre: — Quédate, por favor, a pasar la noche, y alégrese tu
7
corazón. El hombre se levantó para irse, pero su suegro le insistió, y se quedó otra
8
vez a pasar la noche allí. Al quinto día, se levantó muy de mañana para irse, y el
padre de la joven le dijo: — Por favor, fortalécete; y esperad hasta que decline el
9
día. Y comieron los dos. Entonces se levantó el hombre para irse con su concubina
y su criado. Pero su suegro, el padre de la joven, le dijo: — He aquí que el día se
acaba, y está anocheciendo. Por favor, pasad aquí la noche, porque el día ya ha
declinado. Pasa aquí la noche y alégrese tu corazón. Mañana os levantaréis
10
temprano para vuestro viaje, y te irás a tu morada. Pero el hombre no quiso pasar
la noche allí, sino que se levantó y partió. Llegó frente a Jebús, que es Jerusalén, con
11
su par de asnos aparejados y con su concubina. Cuando estaban cerca de Jebús,
el día había declinado mucho. Entonces el criado dijo a su señor: — Ven, por favor,
12
vayamos a esta ciudad de los jebuseos y pasemos la noche en ella. Su señor le
respondió: — No iremos a ninguna ciudad de extranjeros en la que no hay hijos de
13
Israel. Más bien, pasaremos hasta Gabaa. — Dijo además a su criado — : Ven y
acerquémonos a uno de esos lugares para pasar la noche en Gabaa o en Ramá.
14
Pasando de largo, caminaron; y el sol se puso cuando estaban junto a Gabaa,
15
que pertenece a Benjamín. Entonces allí se apartaron del camino para entrar y
pasar la noche en Gabaa. Entraron y se sentaron en la plaza de la ciudad, porque no
hubo quien los recibiese en su casa para pasar la noche.
16
Pero he aquí que al atardecer un anciano volvía de trabajar en el campo. Este
hombre era de la región montañosa de Efraín y habitaba como forastero en Gabaa,
17
pues los habitantes de aquel lugar eran de los hijos de Benjamín. Alzando los ojos,
vio a aquel viajero en la plaza de la ciudad; y el anciano le preguntó: — ¿A dónde
18
vas y de dónde vienes? El le respondió: — Pasamos de Belén de Judá hasta las
partes más remotas de la región montañosa de Efraín, de donde soy. Fui hasta Belén
19
de Judá y voy a mi casa, pero no hay quien me reciba en su casa. No obstante,
nosotros tenemos paja y forraje para nuestros asnos, y también tenemos pan y vino
para mí, para tu sierva y para el criado que está con tus siervos. No nos falta nada.
20
El anciano dijo: — La paz sea contigo. Lo que te falte quede todo a mi cargo,
21
pero no pases la noche en la plaza. Los hizo entrar en su casa y dio forraje a los
asnos. Y ellos se lavaron los pies, comieron y bebieron.
22
Cuando estaban alegrándose, he aquí que los hombres de la ciudad, hombres
pervertidos, rodearon la casa y golpearon la puerta diciendo al anciano, dueño de la
casa: — ¡Saca fuera al hombre que ha entrado en tu casa, para que lo conozcamos!
23
Aquel hombre, dueño de la casa, salió a ellos y les dijo: — ¡No, hermanos míos!
Por favor, no cometáis esta maldad, porque este hombre ha entrado en mi casa. No
24
cometáis esta vileza. He aquí mi hija virgen y la concubina de él. Yo os las sacaré;
humilladlas y haced con ellas lo que os parezca bien. Pero no hagáis esta vileza a
25
este hombre. Pero aquellos hombres no le quisieron escuchar; por lo cual,
tomando el hombre a su concubina, la sacó afuera. Ellos la violaron y abusaron de
26
ella toda la noche hasta el amanecer, y la dejaron cuando rayaba el alba. Cuando
amanecía, la mujer vino y cayó delante de la puerta de la casa de aquel hombre
27
donde estaba su señor, hasta que fue de día. Y levantándose de mañana su señor,
abrió las puertas de la casa y salió para seguir su camino. Y he aquí la mujer, su
concubina, estaba tendida delante de la puerta de la casa, con sus manos sobre el
28
umbral. El le dijo: — Levántate, y vámonos. Pero no hubo respuesta. Entonces el
29
hombre la cargó sobre el asno, se puso en camino y se fue a su pueblo. Cuando
llegó a su casa, tomó un cuchillo, y sujetando firmemente a su concubina, la
30
desmembró en doce pedazos y los envió por todo el territorio de Israel. Y
sucedió que todo el que lo veía, decía: — ¡Jamás se ha hecho ni visto cosa
semejante, desde el día en que los hijos de Israel subieron de la tierra de Egipto,
hasta el día de hoy! ¡Consideradlo, deliberad y manifestaos!
Capítulo 20
1
Entonces todos los hijos de Israel salieron, desde Dan hasta Beerseba y la
tierra de Galaad, y la asamblea acudió como un solo hombre a Jehovah en Mizpa.
2
Los jefes de todo el pueblo, de todas las tribus de Israel, estaban presentes en la
3
reunión del pueblo de Dios, 400.000 hombres de infantería que sacaban espada. Y
los hijos de Benjamín oyeron que los hijos de Israel habían subido a Mizpa.
4
Entonces dijeron los hijos de Israel: — Decid cómo fue cometido este crimen. El
levita, marido de la mujer asesinada, respondió y dijo: — Yo llegué con mi
5
concubina a Gabaa de Benjamín para pasar la noche. Entonces se levantaron
contra mí los hombres de Gabaa y rodearon la casa por causa mía, por la noche,
con la idea de matarme. Violaron a mi concubina de tal manera que ella murió.
6
Después sujeté a mi concubina, la corté en pedazos y los envié por todo el
territorio de la heredad de Israel, por cuanto habían cometido una infamia y una
7
vileza en Israel. He aquí, todos vosotros, oh hijos de Israel, dad aquí vuestro
8
parecer y consejo. Entonces todo el pueblo, como un solo hombre, se levantó y
9
dijo: — ¡Ninguno de nosotros irá a su morada, ni nadie regresará a su casa! Y
10
ahora, esto es lo que haremos a Gabaa: Subiremos por sorteo contra ella. De
todas las tribus de Israel tomaremos 10 hombres de cada 100 y 100 de cada 1.000
y 1.000 de cada 10.000, que lleven provisiones al pueblo, para que yendo a Gabaa
11
de Benjamín, le hagan conforme a toda la vileza que ha cometido en Israel. Todos
los hombres de Israel se juntaron contra la ciudad, unidos como un solo hombre.
12
Y las tribus de Israel enviaron hombres por toda la tribu de Benjamín,
13
diciendo: — ¿Qué crimen es éste, que se ha cometido entre vosotros? Ahora
pues, entregad a esos hombres perversos que están en Gabaa, para que los
matemos y extirpemos el mal de en medio de Israel. Pero los hijos de Benjamín no
14
quisieron escuchar la voz de sus hermanos, los hijos de Israel. Más bien, los hijos
de Benjamín vinieron de sus ciudades y se reunieron en Gabaa para salir a la guerra
15
contra los hijos de Israel. Aquel día fueron contados los hijos de Benjamín:
26.000 hombres de las ciudades, que sacaban espada, sin contar a los habitantes de
16
Gabaa, que fueron 700 hombres escogidos. Entre toda aquella gente había 700
hombres escogidos que eran zurdos, todos los cuales tiraban una piedra con la
honda a un cabello, y no fallaban.
17
Fueron contados los hombres de Israel, excluyendo a los de Benjamín: 400.000
hombres que sacaban espada, todos hombres de guerra.
18
Luego se levantaron los hijos de Israel, subieron a Betel y consultaron a Dios
diciendo: — ¿Quién subirá primero por nosotros a la batalla contra los hijos de
19
Benjamín? Y Jehovah respondió: — Judá subirá primero. Los hijos de Israel se
20
levantaron por la mañana y acamparon frente a Gabaa. Salieron los hijos de Israel
a la batalla contra Benjamín. Y los hombres de Israel dispusieron la batalla contra
21
ellos junto a Gabaa. Pero los hijos de Benjamín salieron de Gabaa y aquel día
22
dejaron muertos en tierra a 22.000 hombres de Israel. Sin embargo, el pueblo se
fortaleció, y los hombres de Israel volvieron a disponer la batalla en el mismo lugar
23
donde la habían dispuesto el primer día. Los hijos de Israel subieron y lloraron
delante de Jehovah hasta el atardecer, y consultaron a Jehovah diciendo: —
¿Volveremos a la batalla contra los hijos de Benjamín, nuestros hermanos? Y
24
Jehovah les respondió: — Subid contra ellos. El segundo día, los hijos de Israel se
25
acercaron a los hijos de Benjamín. Aquel segundo día los de Benjamín salieron de
Gabaa contra ellos y dejaron muertos en tierra a otros 18.000 de los hijos de Israel,
todos los cuales sacaban espada.
26
Entonces subieron todos los hijos de Israel y todo el pueblo, y fueron a Betel.
Lloraron, permanecieron allí delante de Jehovah, ayunaron aquel día hasta el
27
atardecer y ofrecieron holocaustos y sacrificios de paz delante de Jehovah. Los
hijos de Israel consultaron a Jehovah. (El arca del pacto de Dios estaba allí en
28
aquellos días; y Fineas hijo de Eleazar, hijo de Aarón, servía delante de ella en
aquellos días.) Ellos preguntaron: — ¿Volveremos a salir a la batalla contra los hijos
de Benjamín, nuestros hermanos; o desistiremos? Y Jehovah respondió: — Subid,
29
porque mañana yo los entregaré en vuestra mano. Entonces Israel puso gente
30
emboscada alrededor de Gabaa. Y el tercer día, cuando los hijos de Israel
subieron contra los hijos de Benjamín, dispusieron la batalla frente a Gabaa, como
31
las otras veces. Los hijos de Benjamín salieron para enfrentar al pueblo y fueron
alejados de la ciudad. Como las otras veces, comenzaron a matar a algunos de ellos
en el campo, por los caminos, uno de los cuales sube a Betel y otro a Gabaa.
32
Habían matado a unos treinta hombres de Israel, y los hijos de Benjamín decían:
“¡Son vencidos delante de nosotros, como la primera vez!” Pero los hijos de Israel
habían dicho: “Huiremos y los alejaremos de la ciudad, hasta los caminos.”
33
Entonces todos los hombres de Israel se levantaron de su lugar, y dispusieron la
batalla en Baal-tamar. La gente emboscada de Israel se lanzó desde su lugar, al
34
oeste de Gabaa, y fueron ante Gabaa 10.000 hombres escogidos de todo
Israel. La batalla comenzó a arreciar, pero ellos no se daban cuenta de que el
35
desastre se les venía encima. Jehovah derrotó a Benjamín ante Israel, y los hijos
de Israel mataron aquel día a 25.100 hombres de Benjamín, todos los cuales
36
sacaban espada. Entonces los hijos de Benjamín vieron que estaban derrotados.
Los hombres de Israel habían cedido terreno a Benjamín, porque estaban confiados
37
en la gente emboscada que habían puesto contra Gabaa. La gente de la
emboscada se apresuró y acometió contra Gabaa. La gente de la emboscada se
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desplegó y mató a filo de espada a toda la ciudad. Los hombres de Israel tenían
un acuerdo con los de la emboscada: que se hiciera subir una gran columna de humo
39
desde la ciudad. Cuando los hombres de Israel retrocedieron en la batalla, los de
Benjamín comenzaron a derribar muertos a unos treinta hombres de Israel y decían:
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“Ciertamente son vencidos delante de nosotros, como en la primera batalla.” Pero
cuando la señal, una columna de humo, comenzó a subir de la ciudad, entonces
Benjamín miró hacia atrás, y he aquí que el fuego de la ciudad entera subía al cielo.
41
Entonces los hombres de Israel se volvieron, y los de Benjamín se aterrorizaron,
42
porque vieron que el desastre se les había venido encima. Luego volvieron las
espaldas ante los hombres de Israel, hacia el camino del desierto. Pero la batalla los
43
alcanzó, y los que venían de las ciudades los destruían en medio de ellos. Así
cercaron a los de Benjamín, los persiguieron desde Noja, y los acosaron hasta la
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misma Gabaa, por el lado oriental. Cayeron 18.000 hombres de Benjamín, todos
45
ellos hombres de valor. Entonces se dirigieron hacia el desierto, y huyeron a la
peña de Rimón; y fueron muertos otros 5.000 hombres en los caminos. Continuaron
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acosándolos hasta Gidom y mataron a otros 2.000 hombres de ellos. Y todos los
que cayeron de Benjamín aquel día fueron 25.000 hombres que sacaban espada,
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todos hombres de valor. Pero 600 hombres se dirigieron al desierto y huyeron a la
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peña de Rimón, y permanecieron en la peña de Rimón durante cuatro meses. Los
hombres de Israel se volvieron contra los hijos de Benjamín y en las ciudades
hirieron a filo de espada tanto a hombres como animales, y todo lo que fue hallado.
Asimismo, prendieron fuego a todas las ciudades que hallaron.
Capítulo 21
1
Los hombres de Israel habían jurado en Mizpa, diciendo: “Ninguno de
2
nosotros dará su hija por mujer a los de Benjamín.” Entonces el pueblo fue a Betel,
y ellos permanecieron allí, delante de Dios, hasta el atardecer. Y alzando su
3
voz lloraron amargamente y dijeron: — Oh Jehovah Dios de Israel, ¿por qué ha
4
sucedido esto en Israel, que falte hoy una tribu de Israel? Al día siguiente, el pueblo
se levantó muy de mañana. Edificaron allí un altar, y ofrecieron holocaustos y
5
sacrificios de paz. Y los hijos de Israel dijeron: — ¿Quién de entre todas las tribus
de Israel no ha venido a la congregación, a Jehovah? Porque se había hecho un
juramento solemne contra quien no subiera ante Jehovah en Mizpa, diciendo:
6
“Morirá irremisiblemente.” Los hijos de Israel se lamentaban por causa de
7
Benjamín su hermano, y decían: — ¡Una tribu ha sido cortada hoy de Israel! ¿Qué
haremos en cuanto a conseguir mujeres para los que han quedado? Porque nosotros
8
hemos jurado por Jehovah que no les daremos por mujeres a nuestras hijas. — Y
añadieron — : ¿Hay alguno de entre las tribus de Israel que no haya subido a
Jehovah, en Mizpa? Y he aquí, hallaron que ninguno de Jabes, en Galaad, había ido
9
al campamento, a la congregación. Cuando el pueblo fue contado, he aquí que no
10
había allí ningún hombre de los habitantes de Jabes, en Galaad. Entonces la
asamblea envió allá a 12.000 hombres de los valientes. Y les mandaron diciendo: —
Id y matad a filo de espada a los habitantes de Jabes, en Galaad, con las mujeres y
11
los niños. Esto es lo que habéis de hacer: Eliminaréis a todo hombre, y a toda
12
mujer que haya tenido unión sexual con varón. Entre los habitantes de Jabes, en
Galaad, hallaron a 400 muchachas vírgenes, que no habían tenido unión sexual con
13
varón; y las llevaron al campamento en Silo, en tierra de Canaán. Entonces toda la
asamblea envió un mensaje a los hijos de Benjamín que estaban en la peña de
14
Rimón, y les proclamaron la paz. En aquel tiempo volvieron los de Benjamín, y les
dieron por mujeres a las que habían conservado vivas de las mujeres de Jabes, en
15
Galaad. Pero éstas no fueron suficientes para ellos. El pueblo se lamentaba por
causa de Benjamín, porque Jehovah había abierto una brecha en las tribus de Israel.
16
Entonces los ancianos de la asamblea dijeron: — ¿Qué haremos en cuanto a
conseguir mujeres para los que han quedado? Porque las mujeres de Benjamín han
17
sido exterminadas. — Y dijeron — : Lo que era de Benjamín sea herencia de sus
18
sobrevivientes, para que no sea exterminada una tribu de Israel. Pero nosotros no
les podemos dar mujeres de nuestras hijas. Porque los hijos de Israel habían jurado
19
diciendo: “¡Maldito el que dé mujer a los de Benjamín!” Y dijeron: — He aquí
que cada año hay fiesta de Jehovah en Silo. Silo está al norte de Betel, al lado
20
oriental del camino que sube de Betel a Siquem, y al sur de Lebona. Y mandaron
21
a los hijos de Benjamín, diciendo: — Id y poned emboscada en las viñas. Mirad;
y he aquí que cuando las jóvenes de Silo salgan a bailar en círculos, vosotros
saldréis de las viñas y arrebataréis cada uno una mujer para sí de las jóvenes de
22
Silo, y os iréis a la tierra de Benjamín. Y sucederá que cuando sus padres o sus
hermanos vengan a pleito ante nosotros, les diremos: “Hacednos el favor de
concedérnoslas, porque nosotros no conseguimos en la guerra mujeres para todos
23
ellos. Además, vosotros no sois culpables, porque no se las habéis dado.” Los
hijos de Benjamín lo hicieron así, y tomaron mujeres, una cada uno, raptándolas de
entre las que danzaban. Después se fueron, volvieron a sus heredades, reedificaron
24
las ciudades y habitaron en ellas. También los hijos de Israel partieron de allí, cada
25
uno a su tribu o clan; y se fueron de allí, cada uno a su heredad. En aquellos días
no había rey en Israel, y cada uno hacía lo que le parecía recto ante sus propios
ojos.
RUT
Capítulo 1
1
Aconteció en los días en que gobernaban los jueces, que hubo hambre en el
país. Entonces un hombre de Belén de Judá fue a vivir en los campos de Moab, con
2
su mujer y sus dos hijos. El nombre de aquel hombre era Elimelec; el nombre de su
mujer era Noemí, y los nombres de sus dos hijos eran Majlón y Quelión. Ellos eran
efrateos de Belén de Judá. Llegaron a los campos de Moab y se quedaron allí.
3
4
Pero Elimelec, marido de Noemí, murió; y ella quedó con sus dos hijos, los
cuales tomaron para sí mujeres moabitas. El nombre de la una era Orfa; y el de la
5
otra, Rut. Habitaron allí unos diez años. Y murieron también los dos, Majlón y
Quelión, quedando la mujer sin sus dos hijos y sin su marido.
6
Entonces Noemí se levantó con sus nueras, para regresar de los campos de
Moab, porque oyó allí que Jehovah había visitado a su pueblo para darles pan.
7
Salió con sus dos nueras del lugar donde estaba, y emprendieron el camino para
8
regresar a la tierra de Judá. Entonces Noemí dijo a sus dos nueras: — Id y
volveos, cada una a la casa de su madre. Que Jehovah haga misericordia con
9
vosotras, como la habéis hecho vosotras con los difuntos y conmigo. Jehovah os
conceda hallar descanso, cada una en la casa de su marido. Luego las besó, y ellas
10
alzaron su voz y lloraron. Y le dijeron: — Ciertamente nosotras volveremos
11
contigo a tu pueblo. Y Noemí respondió: — Volveos, hijas mías. ¿Para qué
habéis de venir conmigo? ¿Acaso tengo más hijos en el vientre, que puedan ser
12
vuestros maridos? Volveos, hijas mías, idos; porque yo ya soy demasiado vieja
para tener marido. Aunque dijera que tengo esperanza, y si esta noche yo tuviera
13
marido y aun diese a luz hijos, ¿esperaríais vosotras hasta que crecieran?
¿Habríais de quedaros sin casar por causa de ellos? No, hijas mías, mi amargura es
mayor que la vuestra, porque la mano de Jehovah se ha levantado contra mí.
14
Entonces ellas, alzando su voz, lloraron otra vez. Luego Orfa besó a su suegra,
15
pero Rut se quedó con ella. Noemí le dijo: — He aquí, tu cuñada se ha vuelto a su
16
pueblo y a sus dioses. Vuélvete tú tras ella. Pero Rut respondió: — No me
ruegues que te deje y que me aparte de ti; porque a dondequiera que tú vayas, yo
iré; y dondequiera que tú vivas, yo viviré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios será
17
mi Dios. Donde tú mueras, yo moriré; y allí seré sepultada. Así me haga Jehovah
y aun me añada, que sólo la muerte hará separación entre tú y yo.
que Rut estaba tan resuelta a ir con ella, no le dijo nada más.
18
Viendo Noemí
19
Caminaron ellas dos hasta que llegaron a Belén. Y aconteció que cuando
entraron en Belén, toda la ciudad se conmovió a causa de ellas. Y decían: — ¿No
20
es ésta Noemí? Y ella les respondía: — No me llaméis Noemí; llamadme Mara,
21
porque el Todopoderoso ha hecho muy amarga mi vida. Yo me fui llena, pero
Jehovah me ha hecho volver vacía. ¿Por qué, pues, me llamáis Noemí, ya que
22
Jehovah me ha afligido y el Todopoderoso me ha abatido? Así volvió Noemí con
su nuera, Rut la moabita. Volvieron de los campos de Moab y llegaron a Belén al
comienzo de la siega de la cebada.
Capítulo 2
1
Noemí tenía un pariente de su marido, un hombre de buena posición de la
2
familia de Elimelec, el cual se llamaba Boaz. Y Rut la moabita dijo a Noemí: —
Permíteme ir al campo para recoger espigas tras aquel ante cuyos ojos yo halle
3
gracia. Y ella le respondió. — Vé, hija mía. Ella fue y al llegar espigó en el campo
tras los segadores. Y dio la casualidad de que la parcela del campo pertenecía a
Boaz, que era de la familia de Elimelec.
4
Y he aquí que Boaz llegó de Belén y dijo a los segadores: — ¡Jehovah sea con
vosotros! Ellos le respondieron: — ¡Jehovah te bendiga! 5 Y Boaz preguntó a su criado
6
encargado de los segadores: — ¿De quién es esa joven? El criado encargado de los
segadores le respondió diciendo: — Ella es la joven moabita que ha vuelto con
7
Noemí de los campos de Moab. Me ha dicho: “Permite que yo espigue y recoja
entre las gavillas, detrás de los segadores.” Ella vino y ha estado desde la mañana
8
hasta ahora. No ha vuelto a casa ni por un momento. Entonces Boaz dijo a Rut: —
Escucha, hija mía: No vayas a espigar a otro campo, ni te alejes de aquí. Aquí
9
estarás junto con mis criadas. Mira bien el campo donde siegan, y síguelas; porque
yo he mandado a los criados que no te molesten. Cuando tengas sed, vé a los
10
depósitos y bebe del agua que sacan los criados. Ella se postró sobre su rostro,
se inclinó a tierra y le dijo: — ¿Por qué he hallado gracia ante tus ojos, para que tú
11
te hayas fijado en mí, siendo yo una extranjera? Boaz le respondió diciendo: —
Ciertamente me han contado todo lo que has hecho por tu suegra después de la
muerte de tu marido, y que has dejado a tu padre, a tu madre y la tierra donde has
12
nacido, y has venido a un pueblo que no conociste previamente. ¡Que Jehovah
premie tu acción! Que tu recompensa sea completa de parte de Jehovah Dios de
13
Israel, ya que has venido a refugiarte bajo sus alas. Ella dijo: — Señor mío, halle
yo gracia ante tus ojos, porque me has consolado, y porque has hablado al corazón
14
de tu sierva, aunque yo no soy ni como una de tus criadas. Boaz le dijo a la hora
de la comida: — Acércate aquí, come pan y moja tu bocado en el vinagre. Entonces
ella se sentó junto a los segadores, y él le dio grano tostado. Ella comió hasta que se
15
sació, y le sobró. Cuando ella se levantó para espigar, Boaz mandó a sus criados,
diciendo: — Que recoja espigas también entre las gavillas, y no la avergoncéis.
16
Más bien, sacad para ella de los manojos y dejad que las recoja, y no la
reprendáis.
17
Rut espigó en el campo hasta el atardecer y desgranó lo que había espigado,
18
y he aquí que había como un efa de cebada. Lo tomó y se fue a la ciudad, y su
suegra vio lo que había espigado. También sacó lo que le había sobrado de la
19
comida después de haberse saciado, y se lo dio. Entonces su suegra le preguntó:
— ¿Dónde has espigado hoy? ¿Dónde has trabajado? ¡Bendito sea el que se haya
fijado en ti! Ella contó a su suegra con quién había trabajado y dijo: — El hombre
20
con quien he trabajado hoy se llama Boaz. Y Noemí dijo a su nuera: — ¡Sea él
bendito de Jehovah, pues no ha rehusado su bondad ni a los vivos ni a los que han
muerto! — Noemí le dijo después — : Aquel hombre es nuestro familiar. El es uno
21
de los parientes que nos pueden redimir. Rut la moabita dijo: — Además de esto,
me ha dicho: “Permanece con mis criados hasta que hayan acabado toda mi siega.”
22
Noemí respondió a Rut su nuera: — Está bien, hija mía, que salgas con sus
23
criadas, para que no te vayan a molestar en otro campo. Estuvo, pues, junto con
las criadas de Boaz espigando hasta que terminó la siega de la cebada y la siega del
trigo. Y ella vivía con su suegra.
Capítulo 3
1
Entonces le dijo Noemí su suegra: — Hija mía, ¿no habré de buscar para ti un
2
hogar para que te vaya bien? Y ahora, ¿acaso Boaz, con cuyas criadas has estado,
no es nuestro pariente? He aquí que esta noche él aventará la cebada en la era.
3
Lávate, perfúmate, ponte tu vestido y baja a la era. Pero no te des a conocer al
4
hombre, hasta que él haya acabado de comer y de beber. Cuando él se acueste,
observa el lugar donde se acuesta y anda, destapa un sitio a sus pies y acuéstate allí.
5
Y él te dirá lo que debes hacer. Y ella le respondió: — Haré todo lo que me dices.
6
Entonces Rut bajó a la era e hizo todo lo que su suegra le había mandado.
Cuando Boaz había comido y bebido, y su corazón estaba contento, se retiró a
dormir a un lado del montón de grano. Entonces ella fue silenciosamente, destapó un
8
sitio a sus pies y se acostó. Y sucedió que a la media noche Boaz se estremeció y
9
se dio vuelta. ¡Y he aquí que una mujer estaba acostada a sus pies! Entonces él le
preguntó: — ¿Quién eres tú? Y ella respondió: — Yo soy Rut, tu sierva. Extiende
10
tus alas sobre tu sierva, porque tú eres pariente redentor. El dijo: — Jehovah te
bendiga, hija mía. Esta última acción tuya es mejor que la primera, porque no has ido
11
tras los jóvenes, sean pobres o ricos. Ahora pues, no temas, hija mía. Yo haré por
ti todo lo que tú digas, pues todos en mi ciudad saben que tú eres una mujer
12
virtuosa. Ahora bien, aunque es cierto que yo soy pariente redentor, hay otro
13
pariente redentor más cercano que yo. Pasa la noche; y cuando sea de día, si él te
redime, está bien; que te redima. Pero si él no te quiere redimir, ¡vive Jehovah, que
yo te redimiré! Acuéstate hasta la mañana.
7
14
Así durmió a sus pies hasta la mañana, pero se levantó antes que nadie
pudiese distinguir a su compañero. Porque él dijo: — Que no se sepa que una mujer
15
ha venido a la era. — También le dijo — : Dame el manto que está sobre ti, y
sostenlo. Ella lo sostuvo, y él midió seis medidas de cebada y las puso sobre ella.
16
Entonces ella se fue a la ciudad. Y cuando vino a su suegra, ésta le preguntó: —
¿Qué sucedió, hija mía? Ella le declaró todo lo que el hombre había hecho por ella.
17
Y añadió: — Me dio estas seis medidas de cebada, diciendo: “Para que no vayas
18
a tu suegra con las manos vacías.” Entonces Noemí dijo: — Descansa, hija mía,
hasta que sepas cómo resulta la cosa. Porque el hombre no tendrá sosiego hasta que
concluya hoy mismo el asunto.
Capítulo 4
1
Boaz subió a la puerta de la ciudad y se sentó allí. Y he aquí que pasaba por
allí aquel pariente redentor del cual había hablado Boaz, y éste le dijo: — ¡Eh,
2
Fulano! ¡Ven acá, y siéntate! El fue y se sentó. Entonces Boaz tomó a diez
hombres de los ancianos de la ciudad y les dijo: — Sentaos aquí. Y ellos se
3
sentaron. Entonces dijo al pariente redentor: — Noemí, que ha vuelto de los
campos de Moab, vende la parte del campo que tuvo nuestro hermano Elimelec.
4
Yo pensé hacértelo saber y decirte que la adquieras, en presencia de los que están
sentados aquí y en presencia de los ancianos de mi pueblo. Si quieres redimir,
redime. Si no quieres redimir, decláramelo para que yo lo sepa; porque no hay otro
que pueda redimir excepto tú, y yo, después de ti. El le respondió: — Yo redimiré.
5
Entonces Boaz dijo: — El mismo día que adquieras el campo de manos de Noemí,
deberás también adquirir a Rut la moabita, mujer del difunto, para restaurar el
6
nombre del difunto a su heredad. Entonces el pariente redentor respondió: — No
puedo redimir para mí, no sea que perjudique mi propia heredad. Redime tú para ti
7
lo que yo debería redimir, porque yo no puedo redimirlo. Había desde antaño la
costumbre en Israel, tocante a la redención y las transacciones, que para dar
vigencia a cualquier asunto uno se quitaba la sandalia y la daba al otro. Y esto servía
8
de testimonio en Israel. Y el pariente redentor dijo a Boaz: — Adquiérelo tú.
Luego se quitó la sandalia.
9
Entonces Boaz dijo a los ancianos y a todo el pueblo: — Vosotros sois
testigos hoy de que adquiero de mano de Noemí todas las cosas que pertenecieron
10
a Elimelec y todo lo de Quelión y de Majlón, y de que también adquiero, para que
sea mi mujer, a Rut la moabita, que fuera mujer de Majlón, para restaurar el nombre
del difunto a su heredad, a fin de que el nombre del difunto no se borre de entre sus
11
hermanos ni de la puerta de su ciudad. Vosotros sois testigos hoy. Todos los del
pueblo que estaban presentes en la puerta con los ancianos dijeron: — Somos
testigos. Jehovah haga a la mujer que entra en tu casa, como a Raquel y a Lea,
quienes juntas edificaron la casa de Israel. ¡Que te hagas poderoso en Efrata, y
12
tengas renombre en Belén! Con los descendientes que Jehovah te dé por medio
de esta joven, sea tu casa como la casa de Fares, el cual Tamar dio a Judá.
13
Boaz tomó a Rut, y ella fue su mujer. El se unió a ella, y Jehovah le concedió
14
que concibiera y diera a luz un hijo. Entonces las mujeres decían a Noemí: —
¡Alabado sea Jehovah, que hizo que no te faltase hoy un pariente redentor! ¡Que su
15
nombre sea celebrado en Israel! El restaurará tu vida y sustentará tu vejez, porque
16
tu nuera, que te ama y te es mejor que siete hijos, lo ha dado a luz. Noemí tomó al
17
niño, lo puso en su seno y fue su ama. Y las vecinas le dieron nombre, diciendo:
— ¡Un hijo le ha nacido a Noemí! Y le pusieron por nombre Obed. El fue el padre
18
de Isaí, padre de David. Esta es la historia de los descendientes de Fares: Fares
19
engendró a Hesrón. Hesrón engendró a Ram. Ram engendró a Aminadab.
20
21
Aminadab engendró a Najsón. Najsón engendró a Salmón. Salmón engendró a
22
Boaz. Boaz engendró a Obed. Obed engendró a Isaí, e Isaí engendró a David.
1 SAMUEL
Capítulo 1
1
Había un hombre de Ramataim-zofim, de la región montañosa de Efraín, el cual
se llamaba Elcana. Era hijo de Jerojam, hijo de Elihú, hijo de Toju, hijo de Zuf el
2
efrateo. Y tenía dos mujeres: Una se llamaba Ana, y la otra Penina. Penina tenía
3
hijos, pero Ana no los tenía. Aquel hombre subía año tras año desde su ciudad,
para adorar y ofrecer sacrificios a Jehovah de los Ejércitos en Silo. Allí estaban los
4
dos hijos de Elí: Ofni y Fineas, sacerdotes de Jehovah. Y cuando llegaba el día en
que Elcana ofrecía sacrificio, daba porciones a Penina su mujer y a todos sus hijos e
5
hijas. Y aunque a Ana le daba una sola porción, él la amaba, a pesar de que
6
Jehovah había cerrado su matriz. Pero su rival la irritaba continuamente para
7
humillarla, porque Jehovah había cerrado su matriz. Así hacía cada año, cuando
8
subía a la casa de Jehovah; ella la irritaba, por lo cual Ana lloraba y no comía. Y
Elcana su marido le dijo: — Ana, ¿por qué lloras? ¿Por qué no comes? ¿Por qué
está afligido tu corazón? ¿No soy yo para ti mejor que diez hijos?
9
Después de haber comido y bebido en Silo, Ana se levantó; y mientras el
sacerdote Elí estaba sentado en una silla junto al poste de la puerta del templo de
10
11
Jehovah, ella oró a Jehovah con amargura de alma y lloró mucho. E hizo un
voto diciendo: — Oh Jehovah de los Ejércitos, si te dignas mirar la aflicción de tu
sierva, te acuerdas de mí y no te olvidas de tu sierva, sino que le das un hijo varón,
entonces yo lo dedicaré a Jehovah por todos los días de su vida, y no pasará navaja
12
sobre su cabeza. Sucedió que mientras ella oraba largamente delante de Jehovah,
13
Elí observaba la boca de ella. Ana hablaba en su corazón; sólo se movían sus
14
labios, pero no se oía su voz. Elí creyó que ella estaba ebria. Y le preguntó Elí: —
15
¿Hasta cuándo vas a estar ebria? ¡Aparta de ti el vino! Ana respondió y dijo: —
No, señor mío; yo soy una mujer atribulada de espíritu. No he bebido vino ni licor,
16
sino que he derramado mi alma delante de Jehovah. No pienses que tu sierva es
una mujer impía. Es por mi gran congoja y por mi aflicción que he hablado hasta
17
ahora. Elí respondió y le dijo: — Vé en paz, y que el Dios de Israel te conceda la
18
petición que le has hecho. Ella dijo: — Que tu sierva halle gracia ante tus ojos. La
mujer siguió su camino. Después comió y no estuvo más triste.
19
Se levantaron de madrugada y adoraron delante de Jehovah. Y volviéndose,
llegaron a su casa en Ramá. Elcana conoció a Ana su mujer, y Jehovah se acordó de
20
ella. Y sucedió que a su debido tiempo, Ana concibió y dio a luz un hijo. Y le
21
puso por nombre Samuel, diciendo: “Porque se lo pedí a Jehovah.” Después
aquel hombre, Elcana, subió con toda su familia, para ofrecer a Jehovah el sacrificio
22
anual y cumplir su voto. Pero Ana no fue, sino que dijo a su marido: — Tan
pronto como el niño sea destetado, lo llevaré para que sea presentado ante Jehovah
23
y se quede allí para siempre. Y Elcana su marido le respondió: — Haz lo que te
parezca bien; quédate hasta que lo destetes. ¡Sólo que Jehovah cumpla la palabra
que sale de tu boca! Así que la mujer se quedó y amamantó a su hijo hasta que lo
24
destetó. Y después de haberlo destetado, lo llevó consigo y lo trajo a la casa de
Jehovah en Silo, junto con un toro de tres años, un efa de harina y una vasija de
25
26
vino. El niño era pequeño. Después de degollar el toro llevaron el niño a Elí. Y
ella dijo: — ¡Oh, señor mío! Vive tu alma, oh señor mío, que yo soy aquella mujer
27
que estuvo de pie aquí, junto a ti, orando a Jehovah. Por este niño oraba, y
28
Jehovah me ha concedido lo que le pedí. Por eso yo también lo dedico a Jehovah;
y estará dedicado a Jehovah todos los días de su vida. Y adoraron allí a Jehovah.
Capítulo 2
1
Entonces Ana oró y dijo: “Mi corazón se regocija en Jehovah; mi poder se
enaltece en Jehovah. Mi boca se ensancha contra mis enemigos, porque me he
2
alegrado en tu salvación. “ No hay santo como Jehovah, porque no hay ninguno
3
aparte de ti; no hay roca como nuestro Dios. No multipliquéis palabras altaneras;
cesen en vuestra boca las palabras insolentes. Porque Jehovah es un Dios de todo
4
saber; por él son examinadas las acciones. “ Los arcos de los fuertes son
5
quebrados, pero los que tropiezan se ciñen de poder. Los que estaban saciados se
alquilan por comida, pero los que estaban hambrientos dejan de estarlo. Aun la que
6
era estéril da a luz siete hijos, pero la que tenía muchos hijos languidece. “ Jehovah
7
hace morir y hace vivir. El hace descender al Seol y hace subir. Jehovah hace
8
empobrecer y hace enriquecer. El humilla y enaltece. El levanta del polvo al pobre,
y al necesitado enaltece desde la basura, para hacerle sentar con los nobles y
hacerle poseer un trono de honor. Porque de Jehovah son las columnas de la tierra,
9
y sobre ellas asentó el mundo. “ El guarda los pies de sus fieles, pero los impíos
10
perecen en las tinieblas; porque nadie triunfará por su propia fuerza. Jehovah
quebrantará a sus adversarios; contra ellos tronará desde los cielos. Jehovah juzgará
los confines de la tierra. El dará fortaleza a su rey y enaltecerá el poder de su
ungido.”
11
Después, Elcana regresó a su casa en Ramá, pero el niño servía a Jehovah
12
delante del sacerdote Elí. Los hijos de Elí eran hombres impíos, que no tenían
13
conocimiento de Jehovah. Los sacerdotes acostumbraban a proceder con el
pueblo de esta manera: Cuando alguno ofrecía un sacrificio, y mientras era cocida la
14
carne, el criado del sacerdote iba con un tenedor de tres dientes en su mano, y lo
metía en el perol, en el caldero, en la olla o en la marmita. Y todo lo que sacaba el
tenedor, el sacerdote lo tomaba para sí. Esto hacían con todo israelita que iba allí a
15
Silo. Asimismo, el criado del sacerdote iba, aun antes que quemaran el sebo, y
decía al que sacrificaba: “Da al sacerdote carne para asar, porque no tomará de ti
16
carne cocida, sino cruda.” Si el hombre le respondía: “Deja que primero hagan
arder el sebo, y después toma todo lo que te apetezca”, él decía: “No, dámela ahora
17
mismo; de lo contrario, la tomaré por la fuerza.” El pecado de los jóvenes era muy
grande delante de Jehovah, porque los hombres trataban con irreverencia las
18
ofrendas de Jehovah. El niño Samuel servía delante de Jehovah, vestido con un
19
efod de lino. Su madre le hacía año tras año una túnica pequeña, y se la llevaba
20
cuando iba con su marido para ofrecer el sacrificio anual. Entonces Elí bendecía a
Elcana y a su mujer diciendo: “Jehovah te dé hijos de esta mujer, en lugar de este
21
que ella pidió a Jehovah.” Y regresaban a su casa. Jehovah visitó a Ana con su
favor, y ella concibió y dio a luz tres hijos y dos hijas. Y el niño Samuel crecía
22
delante de Jehovah. Elí ya era muy anciano y oía todo lo que hacían sus hijos a
todo Israel, y cómo se acostaban con las mujeres que servían a la entrada del
23
tabernáculo de reunión. El les preguntó: — ¿Por qué hacéis semejantes cosas? Yo
24
oigo de todo este pueblo acerca de vuestras malas acciones. No, hijos míos, no
25
es bueno el rumor que oigo y que el pueblo de Jehovah difunde. Si un hombre
peca contra otro hombre, Dios intercederá por él; pero si alguno peca contra
Jehovah, ¿quién intercederá por él? Sin embargo, ellos no escucharon la voz de su
26
padre, porque Jehovah quería hacerlos morir. Y el niño Samuel crecía en estatura
y en gracia para con Dios y los hombres.
27
Entonces un hombre de Dios vino a Elí y le dijo: “Así dice Jehovah: ‘Yo me
manifesté claramente a la casa de tu padre, cuando estaban en Egipto al servicio de
28
la casa del faraón. Yo le escogí como sacerdote mío entre todas las tribus de
Israel, para que subiera a mi altar, quemara el incienso y llevara el efod en mi
presencia. Yo he dado a la casa de tu padre todas las ofrendas quemadas de
29
los hijos de Israel. ¿Por qué habéis desdeñado mis sacrificios y mis ofrendas que
mandé ofrecer en mi morada? Has honrado a tus hijos más que a mí, y os habéis
30
engordado con lo mejor de todas las ofrendas de mi pueblo Israel.’ “ Por tanto,
dice Jehovah Dios de Israel: ‘En verdad, yo había dicho que tu casa y la casa de tu
padre estarían delante de mí para siempre.’ Pero ahora, dice Jehovah: ¡De ninguna
manera! Yo honraré a los que me honran, pero los que me desprecian serán tenidos
31
en poco. He aquí vienen días cuando cortaré tu brazo y el brazo de la casa de tu
32
padre, de modo que en tu casa no haya ancianos. Tú verás que tu morada padece
necesidad, mientras yo colmo de bienes a Israel; y jamás habrá ancianos en tu casa.
33
Pero no eliminaré completamente a los tuyos que sirven en mi altar, para consumir
tus ojos y llenar tu alma de dolor. Todos los descendientes de tu casa morirán en la
34
edad viril. Te servirá de señal esto que acontecerá a tus dos hijos, Ofni y Fineas:
35
Ambos morirán en el mismo día. Pero yo levantaré para mí un sacerdote fiel que
actúe conforme a mi corazón y a mi alma. Le edificaré una casa firme, y él andará en
36
presencia de mi ungido todos los días. Y sucederá que el que quede de tu casa irá
a postrarse delante de él por un poco de dinero y por un bocado de pan, diciéndole:
‘Por favor, asóciame con alguno de los servicios sacerdotales, a fin de que yo tenga
un poco de pan para comer.’”
Capítulo 3
1
El joven Samuel servía a Jehovah delante de Elí. La palabra de Jehovah
2
escaseaba en aquellos días, y no había visiones con frecuencia. Pero aconteció
cierto día, mientras Elí (cuyos ojos habían comenzado a debilitarse, de modo que no
3
podía ver) estaba acostado en su aposento y Samuel dormía en el templo de
Jehovah donde estaba el arca de Dios, que antes que la lámpara de Dios fuese
4
5
apagada, Jehovah llamó a Samuel, y él respondió: — Heme aquí. Y corrió a Elí
diciendo: — Heme aquí. ¿Para qué me has llamado? Elí respondió: — Yo no te he
6
llamado. Vuelve a acostarte. El se volvió y se acostó, y Jehovah volvió a llamar: —
¡Samuel! Samuel se levantó, fue a Elí y dijo: — Heme aquí. ¿Para qué me has
llamado? Elí respondió: — Hijo mío, yo no te he llamado. Vuelve a acostarte.
7
Samuel todavía no conocía a Jehovah, ni la palabra de Jehovah le había sido aún
8
revelada. Jehovah llamó por tercera vez a Samuel; y él se levantó, fue a Elí y dijo:
— Heme aquí. ¿Para qué me has llamado? Entonces Elí entendió que Jehovah
9
llamaba al joven. Y Elí dijo a Samuel: — Vé y acuéstate; y sucederá que si te
llama, dirás: “Habla, oh Jehovah, que tu siervo escucha.” Samuel se fue y se
10
acostó en su sitio. Entonces vino Jehovah, se paró y llamó como las otras veces:
— ¡Samuel, Samuel! Samuel respondió: — Habla, que tu siervo escucha.
11
Y Jehovah dijo a Samuel: — He aquí, yo voy a hacer algo en Israel, que a
12
quien lo escuche le retiñirán ambos oídos. Aquel día cumpliré contra Elí, de
13
principio a fin, todas las cosas que he hablado contra su casa. Yo le he declarado
que juzgaré a su casa para siempre, por la iniquidad que él conoce; porque sus hijos
14
han blasfemado contra Dios, y él no les ha reprochado. Por tanto, he jurado a la
casa de Elí que la iniquidad de su casa jamás será expiada, ni con sacrificios ni con
15
ofrendas. Samuel permaneció acostado hasta la mañana. Luego abrió las puertas
16
de la casa de Jehovah, pero Samuel temía contar la visión a Elí. Entonces Elí llamó
17
a Samuel y le dijo: — Hijo mío, Samuel. El respondió: — Heme aquí. El le
preguntó: — ¿Qué es lo que te ha hablado? Por favor, no me lo encubras. Así te
haga Dios y aun te añada, si me encubres una palabra de todo lo que ha hablado
18
contigo. Samuel se lo contó todo sin encubrirle nada. Entonces él dijo: — ¡El es
Jehovah! Que haga lo que le parezca bien.
19
Samuel crecía, y Jehovah estaba con él y no dejaba sin cumplir ninguna de sus
20
palabras. Todo Israel, desde Dan hasta Beerseba, sabía que Samuel estaba
21
acreditado como profeta de Jehovah. Jehovah volvió a manifestarse en Silo, pues
era en Silo donde Jehovah se revelaba a Samuel mediante la palabra de Jehovah.
Capítulo 4
1
Y la palabra de Samuel llegaba a todo Israel. Por aquel tiempo Israel salió en
pie de guerra al encuentro de los filisteos, y acampó junto a Eben-ezer, mientras que
2
los filisteos acamparon en Afec. Los filisteos se dispusieron para combatir contra
Israel; y cuando se libró la batalla, Israel fue vencido ante los filisteos, quienes
3
mataron en el campo de batalla a unos 4.000 hombres. Cuando el pueblo volvió al
campamento, los ancianos de Israel preguntaron: — ¿Por qué nos ha causado hoy
Jehovah una derrota ante los filisteos? Hagamos traer acá desde Silo el arca del
pacto de Jehovah, a fin de que venga en medio de nosotros y nos libre de mano de
4
nuestros enemigos. Entonces el pueblo envió a Silo, e hicieron traer de allí el arca
del pacto de Jehovah de los Ejércitos, que tiene su trono entre los querubines. Ofni y
5
Fineas, los dos hijos de Elí, estaban allí con el arca del pacto de Dios. Aconteció
que cuando el arca del pacto de Jehovah llegó al campamento, todo Israel gritó
6
con un júbilo tan grande que la tierra tembló. Cuando los filisteos oyeron el
estruendo del júbilo, preguntaron: — ¿A qué se debe este estruendo de gran júbilo
en el campamento de los hebreos? Cuando se enteraron de que el arca de Jehovah
7
había sido traída al campamento, los filisteos tuvieron miedo. Y decían: — ¡Los
dioses han venido al campamento! — Y añadían — : ¡Ay de nosotros, porque
8
semejante cosa no había sucedido antes! ¡Ay de nosotros! ¿Quién nos librará de
mano de estos dioses fuertes? Estos son los dioses que hirieron a los egipcios con
9
toda clase de plagas en el desierto. Esforzaos, oh filisteos, y sed hombres, para que
no sirváis a los hebreos como ellos os han servido a vosotros. ¡Sed hombres y
combatid!
10
Los filisteos combatieron, e Israel fue vencido; y cada uno huyó a su morada.
11
Ocurrió una gran derrota, pues cayeron de Israel 30.000 hombres de infantería. El
arca de Dios fue tomada, y fueron muertos Ofni y Fineas, los dos hijos de Elí.
12
Aquel mismo día, cierto hombre de Benjamín corrió desde el campo de
13
batalla hasta Silo, con la ropa rasgada y tierra sobre su cabeza. Cuando llegó, he
aquí que Elí estaba sentado en un banco vigilando junto al camino, porque su
corazón temblaba a causa del arca de Dios. Cuando aquel hombre llegó a la ciudad
14
y dio la noticia, toda la ciudad prorrumpió en griterío. Al oír Elí el estruendo del
griterío, preguntó: — ¿Qué estruendo de alboroto es éste? El hombre se dio prisa,
15
vino y dio la noticia a Elí. Elí tenía ya 98 años; sus pupilas estaban inmóviles, de
16
modo que no podía ver. El hombre dijo a Elí: — Soy el que ha venido de la
batalla; hoy escapé de la batalla. Y Elí le preguntó: — ¿Qué ha pasado, hijo mío?
17
El mensajero respondió y dijo: — Israel ha huido delante de los filisteos. Ha
ocurrido una gran mortandad entre el pueblo. También han muerto tus dos hijos,
18
Ofni y Fineas; y el arca de Dios ha sido capturada. Y aconteció que cuando él
mencionó el arca de Dios, Elí cayó de espaldas del banco, junto a la puerta. Se
quebró la nuca, y murió, porque era hombre anciano y obeso. El había juzgado a
Israel durante cuarenta años.
19
También su nuera, la mujer de Fineas, que estaba encinta y próxima a dar a
luz, al oír la noticia de que el arca de Dios había sido capturada y que su suegro y su
marido habían muerto, se encorvó y dio a luz; porque le sobrevinieron sus dolores.
20
Al tiempo que moría, le decían las que estaban junto a ella: — No tengas temor,
21
porque has dado a luz un hijo. Pero ella no respondió ni prestó atención. Ella
llamó al niño Icabod diciendo: — La gloria se ha apartado de Israel. Dijo esto
porque el arca de Dios había sido capturada, y por lo ocurrido a su suegro y a
22
su marido. Ella dijo: — La gloria se ha apartado de Israel, porque el arca de Dios
ha sido capturada.
Capítulo 5
1
Después de haber capturado el arca de Dios, los filisteos la llevaron de Eben2
ezer a Asdod. Los filisteos tomaron el arca de Dios, la introdujeron en el templo de
3
Dagón y la pusieron junto a Dagón. Y cuando los de Asdod se levantaron
temprano al día siguiente, he aquí que Dagón estaba caído en tierra sobre su rostro,
frente al arca de Jehovah. Entonces tomaron a Dagón y lo pusieron otra vez en su
4
sitio. Pero al levantarse temprano al día siguiente, he aquí que Dagón estaba caído
en tierra sobre su rostro, frente al arca de Jehovah; y la cabeza y las manos de
Dagón estaban cortadas, sobre el umbral. Sólo el tronco le había quedado a Dagón.
5
Por esta razón los sacerdotes de Dagón, y todos los que entran en el templo de
Dagón, no pisan el umbral de Dagón en Asdod, hasta el día de hoy.
6
La mano de Jehovah se agravó contra los de Asdod: Los asoló y los hirió con
7
tumores, tanto en Asdod como en sus territorios. Al ver esto, los hombres de
Asdod dijeron: — ¡Que no se quede con nosotros el arca del Dios de Israel, porque
8
su mano es dura sobre nosotros y sobre Dagón nuestro dios! Entonces mandaron
reunirse con ellos a todos los gobernantes de los filisteos y les preguntaron: — ¿Qué
haremos con el arca del Dios de Israel? Ellos respondieron: — Que el arca del Dios
9
de Israel sea trasladada a Gat. Y trasladaron el arca del Dios de Israel. Pero
aconteció, después que la habían trasladado, que la mano de Jehovah fue contra la
ciudad ocasionando gran pánico. E hirió a los hombres de la ciudad, desde el menor
10
hasta el mayor, de modo que aparecieron en ellos tumores. Entonces enviaron el
arca de Dios a Ecrón. Y sucedió que cuando el arca de Dios llegó a Ecrón, los de
Ecrón dieron voces diciendo: — ¡Han trasladado hasta nosotros el arca del Dios de
11
Israel, para que nos haga morir a nosotros y a nuestro pueblo! Entonces
mandaron reunir a todos los gobernantes de los filisteos, y dijeron: — Enviad el arca
del Dios de Israel y que vuelva a su lugar, no sea que nos mate a nosotros y a
nuestro pueblo. Pues había pánico de muerte en toda la ciudad, y la mano de Dios
12
se había agravado allí. Los hombres que no habían muerto fueron llagados con
tumores, y el clamor de la ciudad subía hasta el cielo.
Capítulo 6
1
2
El arca de Jehovah estuvo en la tierra de los filisteos siete meses. Entonces los
filisteos llamaron a los sacerdotes y adivinos, y les preguntaron: — ¿Qué haremos
con el arca de Jehovah? Dadnos a conocer cómo la hemos de enviar a su lugar.
3
Ellos respondieron: — Si enviáis el arca del Dios de Israel, no la enviéis sola; sino
más bien, enviadle una ofrenda por la culpa. Entonces seréis sanados y entenderéis
4
por qué su mano no se apartó de vosotros. Ellos preguntaron: — ¿Cuál será la
ofrenda por la culpa que le hemos de enviar? Ellos respondieron: — Daréis cinco
tumores de oro y cinco ratones de oro, conforme al número de los gobernantes de
los filisteos, porque la misma plaga os ha afligido a todos vosotros y a vuestros
5
gobernantes. Haced, pues, figuras de vuestros tumores y de los ratones que
destruyen la tierra, y dad gloria al Dios de Israel; quizás aligere el peso de su mano
6
sobre vosotros, sobre vuestros dioses y sobre vuestra tierra. ¿Por qué
endureceréis vuestro corazón, como los egipcios y el faraón endurecieron su
corazón? Después que él se había mofado de ellos, ¿no los dejaron ir, y se fueron?
7
Haced, pues, una carreta nueva; luego tomad dos vacas que estén criando, sobre
las cuales no haya sido puesto yugo; uncid las vacas a la carreta y haced volver sus
8
terneros, de detrás de ellas, al corral. Tomad luego el arca de Jehovah y ponedla
sobre la carreta. Poned junto a ella, en una caja, los objetos de oro que le habéis de
9
dar como ofrenda por la culpa, y dejadla ir. Entonces mirad: Si sube a Bet-semes
por el camino hacia su territorio, entonces es Jehovah quien nos ha hecho este mal
tan grande. Si no, nos convenceremos de que no fue su mano la que nos hirió, sino
que nos ha sucedido por casualidad.
10
Y los hombres lo hicieron así. Tomaron dos vacas que estaban criando, las
11
uncieron a la carreta y encerraron sus terneros en el corral. Luego pusieron sobre
la carreta el arca de Jehovah y la caja con los ratones de oro y las figuras de sus
12
tumores. Entonces las vacas se fueron de frente por el camino de Bet-semes. Iban
por el camino, mugiendo mientras iban, sin apartarse ni a la derecha ni a la izquierda.
Y los gobernantes de los filisteos fueron tras ellas hasta la frontera de Bet-semes.
13
Los habitantes de Bet-semes estaban segando el trigo en el valle, y alzando sus
14
ojos divisaron el arca y se alegraron al verla. La carreta llegó al campo de Josué,
de Bet-semes, y se detuvo allí, porque había una gran piedra. Entonces ellos
partieron la madera de la carreta y ofrecieron las vacas en holocausto a Jehovah.
15
Los levitas bajaron el arca de Jehovah y la caja que estaba junto a ella, en la
cual estaban los objetos de oro, y las pusieron sobre aquella gran piedra. Aquel día
los hombres de Bet-semes hicieron holocaustos y ofrecieron sacrificios a Jehovah.
16
Cuando los cinco gobernantes de los filisteos vieron esto, regresaron a Ecrón el
17
mismo día. Los tumores de oro que los filisteos dieron a Jehovah como ofrenda
por la culpa fueron: uno por Asdod, uno por Gaza, uno por Ascalón, uno por Gat y
18
uno por Ecrón. También los ratones de oro fueron según el número de todas las
ciudades filisteas de los cinco gobernantes, tanto las ciudades fortificadas como sus
aldeas sin muros. La gran piedra, sobre la cual colocaron el arca de Jehovah, está en
el campo de Josué, de Bet-semes, hasta el día de hoy.
19
Entonces Dios hirió a algunos de los hombres de Bet-semes, porque habían
mirado dentro del arca de Jehovah. Hirió a setenta personas del pueblo. Y el pueblo
20
hizo duelo, porque Jehovah los había herido con una plaga tan grande. Los
hombres de Bet-semes dijeron: — ¿Quién podrá estar delante de Jehovah, este
21
Dios santo? ¿Y a quién irá desde nosotros? Entonces enviaron mensajeros a los
habitantes de Quiriat-jearim, y dijeron: — Los filisteos han devuelto el arca de
Jehovah. Descended y subidla a vuestro lugar.
Capítulo 7
1
Los hombres de Quiriat-jearim vinieron, subieron el arca de Jehovah y la
llevaron a la casa de Abinadab, en la colina. Luego consagraron a su hijo Eleazar
2
para que guardase el arca de Jehovah. Aconteció que desde el día en que el arca
llegó a Quiriat-jearim, pasó mucho tiempo, unos veinte años; y toda la casa de Israel
gemía por Jehovah.
3
Entonces Samuel habló a toda la casa de Israel, diciendo: — Si de todo
vuestro corazón os volvéis a Jehovah, quitad de en medio de vosotros los dioses
extraños y las Astartes, y preparad vuestro corazón para Jehovah. Servidle sólo a él,
4
y él os librará de mano de los filisteos. Entonces los hijos de Israel quitaron los
5
Baales y las Astartes, y sirvieron sólo a Jehovah. Y Samuel dijo: — Reunid a todo
6
Israel en Mizpa, y yo oraré por vosotros a Jehovah. Se reunieron en Mizpa,
sacaron agua y la vertieron delante de Jehovah. Aquel día ayunaron allí y dijeron: —
Hemos pecado contra Jehovah. Y Samuel juzgaba a los hijos de Israel en Mizpa.
7
Cuando los filisteos oyeron que los hijos de Israel se habían reunido en Mizpa,
los gobernantes de ellos subieron contra Israel. Al oír esto, los hijos de Israel
8
tuvieron temor de los filisteos. Y los hijos de Israel dijeron a Samuel: — No ceses
de clamar por nosotros a Jehovah nuestro Dios, para que nos guarde de la mano de
9
los filisteos. Entonces Samuel tomó un cordero de leche y lo ofreció entero a
Jehovah, como holocausto. Samuel clamó a Jehovah por Israel, y Jehovah le
10
escuchó. Y aconteció que mientras Samuel ofrecía el holocausto, los filisteos se
acercaron para combatir contra los hijos de Israel. Pero Jehovah tronó aquel día con
gran estruendo sobre los filisteos. El los confundió, y ellos fueron derrotados ante
11
Israel. Los hombres de Israel salieron de Mizpa y persiguieron a los filisteos,
12
hiriéndolos hasta abajo de Betcar. Luego Samuel tomó una piedra y la puso entre
Mizpa y Sen, y la llamó Eben-ezer, diciendo: — ¡Hasta aquí nos ayudó Jehovah!
13
Así los filisteos fueron sometidos y no volvieron más a invadir el territorio de
Israel. La mano de Jehovah estuvo contra los filisteos todo el tiempo de Samuel.
14
Y fueron restituidas a Israel las ciudades que los filisteos le habían tomado desde
Ecrón hasta Gat. Israel rescató sus territorios de mano de los filisteos. Y hubo paz
15
16
entre Israel y los amorreos. Samuel juzgó a Israel todo el tiempo que vivió. El
iba año tras año y hacía un recorrido por Betel, Gilgal y Mizpa; y juzgaba a Israel en
17
todos estos lugares. Después regresaba a Ramá, pues allí estaba su casa; y allí
también juzgaba a Israel. Allí mismo edificó un altar a Jehovah.
Capítulo 8
1
Aconteció que habiendo envejecido Samuel, puso a sus hijos como jueces de
2
Israel. Su hijo primogénito se llamaba Joel, y su segundo, Abías. Ellos fueron
3
jueces en Beerseba. Pero sus hijos no andaban en los caminos de él. Más bien, se
desviaron tras las ganancias deshonestas, aceptando soborno y pervirtiendo el
derecho.
4
Entonces todos los ancianos de Israel se reunieron y fueron a Samuel, en
5
Ramá, y le dijeron: — He aquí que tú has envejecido, y tus hijos no andan en tus
caminos. Por eso, constitúyenos ahora un rey que nos gobierne, como tienen todas
6
las naciones. Estas palabras desagradaron a Samuel, porque dijeron: “Danos un
7
rey que nos gobierne.” Samuel oró a Jehovah, y Jehovah le dijo: — Escucha la voz
del pueblo en todo lo que te diga, porque no es a ti a quien han desechado. Es a mí
8
a quien han desechado, para que no reine sobre ellos. De la misma manera que han
hecho conmigo desde el día en que los saqué de Egipto hasta el día de hoy,
9
abandonándome y sirviendo a otros dioses, así hacen contigo también. Ahora pues,
escucha su voz, pero adviérteles solemnemente y declárales cuál será el proceder
10
del rey que ha de reinar sobre ellos. Samuel refirió todas las palabras de Jehovah
11
al pueblo que le había pedido un rey. Y dijo: — Este será el proceder del rey que
reine sobre vosotros: Tomará a vuestros hijos y los pondrá en sus carros y en su
12
caballería, para que corran delante de su carro. Nombrará para sí jefes de millares
y jefes de cincuenta. Hará que aren sus campos y sieguen su mies, que fabriquen sus
13
armas de guerra y el equipo de sus carros. Tomará a vuestras hijas para que sean
14
perfumadoras, cocineras y panaderas. También tomará lo mejor de vuestras
tierras, de vuestras viñas y de vuestros olivares, y los dará a sus servidores.
15
Tomará el diezmo de vuestros granos y viñedos para dárselo a sus funcionarios y
16
servidores. Tomará a vuestros siervos, a vuestras siervas, vuestros mejores
17
bueyes y vuestros mejores asnos para ocuparlos en sus obras. También tomará el
18
diezmo de vuestros rebaños, y vosotros mismos seréis sus siervos. Aquel día
clamaréis a causa de vuestro rey que os habréis elegido, pero aquel día Jehovah no
19
os escuchará. Sin embargo, el pueblo rehusó escuchar a Samuel. Y dijeron: —
20
¡No! Más bien, que haya rey sobre nosotros. Entonces nosotros seremos también
como todas las naciones. Nuestro rey nos gobernará, saldrá al frente de nosotros y
21
llevará a cabo nuestras batallas. Samuel escuchó todas las palabras del pueblo y
22
las refirió a oídos de Jehovah. Y Jehovah dijo a Samuel: — Escucha su voz y
constituye un rey sobre ellos. Entonces Samuel dijo a los hombres de Israel: —
Regrese cada uno a su ciudad.
Capítulo 9
1
Había un hombre de Benjamín que se llamaba Quis hijo de Abiel, hijo de Zeror,
hijo de Becorat, hijo de Afíaj, hijo de un hombre de Benjamín, un guerrero valiente.
2
Este tenía un hijo que se llamaba Saúl, joven y apuesto. Entre los hijos de Israel no
había otro mejor que él; de hombros arriba sobrepasaba a cualquiera del pueblo .
3
A Quis, padre de Saúl, se le perdieron sus asnas. Entonces Quis dijo a su hijo
Saúl: — Por favor, toma contigo a uno de los criados, levántate y vé a buscar las
4
asnas. Ellos pasaron por la región montañosa de Efraín, y de allí a la tierra de
Salisa, pero no las hallaron. Entonces pasaron por la tierra de Saalim, y tampoco.
5
Después pasaron por la tierra de Benjamín, pero no las hallaron. Cuando llegaron a
la tierra de Zuf, Saúl dijo a su criado que le acompañaba: — Ven, volvámonos,
porque quizás mi padre, dejando de preocuparse por las asnas, esté preocupado
6
por nosotros. El le respondió: — He aquí, en esta ciudad hay un hombre de
Dios, un hombre muy respetado. Todo lo que él dice sucede sin fallar. Ahora vamos
7
allá; quizás nos señale el camino por donde debemos ir. Saúl respondió a su criado:
— Pero si vamos, ¿qué llevaremos al hombre? Porque el pan de nuestras alforjas ya
se ha acabado. No tenemos un presente que llevar al hombre de Dios. ¿Qué
8
tenemos? El criado volvió a responder a Saúl y dijo: — He aquí, tengo en mi poder
la cuarta parte de un siclo de plata. Se lo daré al hombre de Dios para que nos
9
indique nuestro camino. Antiguamente en Israel cualquiera que iba a consultar a
Dios decía: “Venid y vayamos al vidente”; porque al profeta de hoy, antiguamente se
10
le llamaba vidente. Entonces Saúl dijo a su criado: — Bien dices; anda, vamos.
Fueron a la ciudad donde estaba el hombre de Dios.
11
Y cuando subían por la cuesta de la ciudad, se encontraron con unas jóvenes
que salían a sacar agua. A éstas les preguntaron: — ¿Está el vidente en este lugar?
12
Ellas les respondieron diciendo: — Sí. Allí está delante de ti. Ahora date prisa,
porque hoy ha venido a la ciudad con motivo del sacrificio que el pueblo tiene hoy
13
en el lugar alto. Cuando entréis en la ciudad, le encontraréis antes que él suba al
lugar alto para comer. Porque el pueblo no comerá hasta que él haya llegado, pues
él ha de bendecir el sacrificio. Después comerán los invitados. Ahora pues, subid, y
14
de inmediato le encontraréis. Entonces ellos subieron a la ciudad. Y cuando
estuvieron en medio de la ciudad, he aquí que Samuel venía hacia ellos para subir al
15
lugar alto. Un día antes que llegase Saúl, Jehovah le había revelado al oído a
16
Samuel, diciendo: “ Mañana a esta misma hora te enviaré un hombre de la tierra de
Benjamín. A éste ungirás como soberano de mi pueblo Israel. El librará a mi pueblo
de mano de los filisteos, porque yo he visto la aflicción de mi pueblo, y su clamor ha
17
llegado hasta mí.” Cuando Samuel vio a Saúl, Jehovah le dijo: — He aquí el
hombre de quien te hablé; éste gobernará a mi pueblo.
18
Cuando Saúl se acercó a Samuel en medio de la puerta de la ciudad, le dijo:
19
— Muéstrame, por favor, dónde está la casa del vidente. Samuel respondió a
Saúl diciendo: — Yo soy el vidente. Subid delante de mí al lugar alto, y comed hoy
conmigo. Mañana por la mañana te despediré y te diré todo lo que está en tu
20
corazón. Y en cuanto a las asnas que se te perdieron hace tres días, no te
preocupes, porque ya han sido halladas. Pero, ¿para quién será todo lo más
21
preciado en Israel? ¿Acaso no será para toda la casa de tu padre? Saúl respondió
diciendo: — ¿No soy yo de Benjamín, la más pequeña de las tribus de Israel? ¿Y no
es mi familia la más pequeña de todas las familias de la tribu de Benjamín? ¿Por qué,
22
pues, me has dicho semejante cosa? Entonces Samuel tomó a Saúl y a su criado,
los hizo entrar en la sala, y les dio lugar a la cabecera de los invitados, que eran unos
23
treinta hombres. Y Samuel dijo al cocinero: — Trae acá la porción que te di, la
24
cual te dije que guardaras aparte. El cocinero tomó un muslo, lo sacó y lo puso
delante de Saúl. Y Samuel dijo: — He aquí lo que estaba reservado; ponlo delante
de ti y come, porque para esta ocasión fue guardado para ti cuando dije: “Yo he
25
invitado al pueblo.” Así que aquel día Saúl comió con Samuel. Y cuando habían
26
descendido del lugar alto a la ciudad, él habló con Saúl en la azotea. Al día
siguiente madrugaron, y sucedió que al tiempo de la aurora Samuel llamó a Saúl que
estaba en la azotea, y le dijo: — Levántate para que te despida. Saúl se levantó, y
27
salieron ambos, él y Samuel. Descendieron al extremo de la ciudad, y Samuel dijo
a Saúl: — Dile al criado que se nos adelante, pero tú espera un poco para que te
declare la palabra de Dios. Y el criado se adelantó.
Capítulo 10
1
Entonces Samuel tomó un frasco de aceite, lo derramó sobre la cabeza de Saúl
y le besó diciéndole: — ¿No te ha ungido Jehovah como el soberano de su
2
heredad? Hoy, cuando te hayas apartado de mí, hallarás a dos hombres junto al
sepulcro de Raquel en Zelzaj, en la frontera de Benjamín. Ellos te dirán: “Las asnas
que fuiste a buscar han sido halladas. Y he aquí que tu padre ha dejado de lado el
asunto de las asnas y está preocupado por vosotros, diciendo: ‘¿Qué haré acerca de
3
mi hijo?’” Cuando sigas de allí más adelante y llegues a la encina de Tabor, saldrán
a tu encuentro tres hombres que suben a Dios en Betel, llevando uno tres cabritos,
4
otro tres tortas de pan y el tercero una vasija de vino. Después que te hayan
5
saludado, te darán dos panes, los cuales tomarás de sus manos. De allí irás a la
colina de Dios donde está el destacamento de los filisteos. Sucederá que cuando
hayas entrado en la ciudad, allí encontrarás a un grupo de profetas descendiendo del
lugar alto, precedidos de liras, panderos, flautas y arpas; y ellos profetizando.
6
Entonces el Espíritu de Jehovah descenderá sobre ti con poder, y profetizarás con
7
ellos; y serás cambiado en otro hombre. Y sucederá que cuando te hayan
acontecido estas señales, haz lo que te venga a mano, porque Dios está contigo.
8
Después descenderás antes que yo a Gilgal. Y he aquí que yo descenderé hacia ti
para ofrecer holocaustos y sacrificios de paz. Espera siete días hasta que yo vaya a
ti y te indique lo que has de hacer.
9
Aconteció que cuando Saúl volvió la espalda para apartarse de Samuel, Dios
10
le transformó el corazón; y todas estas señales se cumplieron aquel día. Cuando
llegaron a la colina, he aquí que un grupo de profetas venía a su encuentro. Y el
Espíritu de Dios descendió sobre él con poder, y él profetizó en medio de ellos.
11
Sucedió que cuando todos los que le conocían antes vieron cómo profetizaba en
medio de los profetas, los del pueblo se decían unos a otros: — ¿Qué le ha pasado
12
al hijo de Quis? ¿También está Saúl entre los profetas? Un hombre de allí
respondió diciendo: — ¿Y quién es el padre de ellos? Así, pues, se originó el refrán:
13
“¿También está Saúl entre los profetas?” Saúl cesó de profetizar y llegó al lugar
14
alto. Y un tío de Saúl les preguntó a él y a su criado: — ¿A dónde fuisteis? El
respondió: — Fuimos a buscar las asnas; y como vimos que no aparecían, acudimos
15
a Samuel. El tío de Saúl dijo: — Declárame, por favor, qué os ha dicho Samuel.
16
Y Saúl respondió a su tío: — Nos declaró expresamente que las asnas habían
sido halladas. Pero del asunto del reino, no le declaró nada de lo que Samuel le
había hablado.
17
18
Entonces Samuel convocó al pueblo delante de Jehovah, en Mizpa, y dijo a
los hijos de Israel: — Así ha dicho Jehovah Dios de Israel: “Yo saqué a Israel de
Egipto, librándoos de mano de los egipcios y de mano de todos los reinos que os
19
oprimieron. Pero vosotros habéis desechado hoy a vuestro Dios, quien os libra de
todas vuestras desgracias y angustias, y habéis dicho: ‘¡No! Más bien, constituye un
rey sobre nosotros.’ Ahora pues, presentaos delante de Jehovah por vuestras tribus
20
y por vuestros millares.” Samuel hizo que se acercaran todas las tribus de Israel, y
21
fue tomada la tribu de Benjamín. Hizo que se acercara la tribu de Benjamín por
sus clanes, y fue tomado el clan de Matri, y de éste fue elegido Saúl hijo de Quis. Y
22
le buscaron, pero no le pudieron hallar. Entonces consultaron otra vez a Jehovah:
— ¿Aún ha de venir aquí ese hombre? Y Jehovah respondió: — He aquí que está
23
escondido entre el equipaje. Ellos corrieron y le trajeron de allí. Y una vez en
24
medio del pueblo, era más alto que todos, de los hombros para arriba. Samuel
dijo a todo el pueblo: — ¿Habéis visto al que Jehovah ha elegido? ¡De veras que no
hay nadie como él en todo el pueblo! Y todo el pueblo gritaba diciendo: — ¡Viva el
25
rey! Luego Samuel explicó ante el pueblo el proceder de un rey, y lo escribió en
26
un rollo que guardó delante de Jehovah. Entonces Samuel despidió a todo el
pueblo, cada uno a su casa. Saúl también se fue a su casa en Gabaa, y fueron con él
27
algunos hombres valerosos cuyos corazones Dios había tocado. Pero unos
perversos dijeron: “¿Cómo nos va a librar éste?” Ellos le tuvieron en poco y no le
llevaron un presente. Pero él calló.
Capítulo 11
1
Najas el amonita subió y acampó contra Jabes, en Galaad, y todos los
hombres de Jabes dijeron a Najas: — Haz alianza con nosotros, y te serviremos.
2
Najas el amonita les respondió: — Haré alianza con vosotros con esta condición:
que a cada uno de vosotros le saque el ojo derecho, de modo que yo ponga esta
3
afrenta sobre todo Israel. Entonces los ancianos de Jabes le dijeron: — Danos
siete días, para que enviemos mensajeros por todo el territorio de Israel. Si no hay
4
quien nos libre, nos rendiremos a ti. Cuando los mensajeros llegaron a Gabaa de
Saúl, dijeron estas palabras a oídos del pueblo. Y todo el pueblo alzó su voz y lloró.
5
Y he aquí que Saúl venía del campo, tras los bueyes. Y Saúl preguntó: —
¿Qué le pasa al pueblo, para que llore? Entonces le repitieron las palabras de los
6
hombres de Jabes. Y cuando Saúl oyó estas palabras, el Espíritu de Dios
7
descendió con poder sobre él, y se encendió su ira en gran manera. El tomó un par
de bueyes, los cortó en pedazos y los envió por medio de mensajeros a todo el
territorio de Israel, diciendo: “Así se hará con los bueyes del que no salga tras Saúl y
Samuel.” Entonces el temor de Jehovah cayó sobre el pueblo, y salieron como un
8
solo hombre. Saúl les pasó revista en Bezec: Los hijos de Israel eran 300.000,
9
además de 30.000 hombres de Judá. Y a los mensajeros que habían venido les
dijeron: “Así diréis a los hombres de Jabes, en Galaad: ‘Mañana, a la hora de más
calor, seréis librados.’” Los mensajeros llegaron y lo dijeron a los hombres de
10
Jabes, quienes se alegraron. Entonces los hombres de Jabes respondieron: —
Mañana nos rendiremos a vosotros, para que hagáis con nosotros todo lo que os
11
parezca bien. Y sucedió que al día siguiente, Saúl distribuyó el pueblo en tres
escuadrones. Luego entraron en medio del campamento durante la vigilia de la
mañana, e hirieron a los amonitas hasta la hora de más calor. Y sucedió que los que
quedaron se dispersaron de tal manera que no quedaron dos de ellos juntos.
12
Entonces el pueblo preguntó a Samuel: — ¿Quiénes son los que decían: “¿Ha
de reinar Saúl sobre nosotros?” ¡Entregadnos a esos hombres para que les demos
13
muerte! Saúl respondió: — No morirá nadie en este día, porque Jehovah ha dado
14
hoy una victoria en Israel. Entonces Samuel dijo al pueblo: — ¡Venid y vayamos a
15
Gilgal para que confirmemos allí el reino! Todo el pueblo acudió a Gilgal, y allí en
Gilgal proclamaron rey a Saúl, delante de Jehovah. Allí también ofrecieron sacrificios
de paz delante de Jehovah, y allí Saúl y todos los hombres de Israel se alegraron
muchísimo.
Capítulo 12
1
Entonces Samuel dijo a todo Israel: — He aquí que he escuchado vuestra voz
2
en todo lo que me habéis dicho, y he constituido un rey sobre vosotros. Ahora, he
aquí que vuestro rey irá delante de vosotros. Yo ya soy viejo y estoy lleno de canas,
y he aquí que mis hijos están con vosotros. Yo he andado delante de vosotros desde
3
mi juventud hasta el día de hoy. Heme aquí: Testificad contra mí en presencia de
Jehovah y en presencia de su ungido. ¿De quién he tomado un buey? ¿De quién he
tomado un asno? ¿A quién he defraudado? ¿A quién he oprimido? ¿De mano de
quién he aceptado soborno para cerrar mis ojos por ello? Testificad contra mí, y yo
4
os lo restituiré. Ellos respondieron: — No nos has defraudado ni nos has oprimido,
5
ni has tomado nada de mano de nadie. El les dijo: — Jehovah es testigo contra
vosotros. También su ungido es testigo en este día, que no habéis hallado en mi
poder ninguna cosa. Ellos respondieron: — ¡El es testigo!
6
Entonces Samuel dijo al pueblo: — Jehovah es quien designó a Moisés y a
7
Aarón, y sacó a vuestros padres de la tierra de Egipto. Ahora, presentaos para que
yo exponga con vosotros el caso ante Jehovah, respecto a todos los actos de
8
justicia que Jehovah ha hecho por vosotros y por vuestros padres. Después que
Jacob entró en Egipto, vuestros padres clamaron a Jehovah, y Jehovah envió a
Moisés y a Aarón, quienes sacaron de Egipto a vuestros padres y les hicieron
9
habitar en este lugar. Pero ellos se olvidaron de Jehovah su Dios, y él los entregó
en mano de Sísara, jefe del ejército de Hazor, en mano de los filisteos y en mano del
10
rey de Moab, quienes les hicieron la guerra. Ellos clamaron a Jehovah y dijeron:
“Hemos pecado, porque hemos abandonado a Jehovah y hemos servido a los
Baales y a las Astartes. Pero ahora, líbranos de mano de nuestros enemigos, y te
11
serviremos.” Entonces Jehovah envió a Jerobaal, a Barac, a Jefté y a Samuel, y os
12
libró de mano de vuestros enemigos de alrededor; y habitasteis seguros. Entonces,
al ver que Najas, rey de los amonitas, venía contra vosotros, me dijisteis: “¡No! Más
bien, que haya un rey que reine sobre nosotros”, aun cuando Jehovah vuestro Dios
13
era vuestro rey. Ahora pues, he aquí el rey que habéis elegido, el cual habéis
14
pedido. He aquí que Jehovah ha constituido un rey sobre vosotros. Si teméis a
Jehovah y le servís, si obedecéis su voz y no os rebeláis contra el mandato de
Jehovah, entonces viviréis en pos de Jehovah vuestro Dios, tanto vosotros como el
15
rey que reine sobre vosotros. Pero si no obedecéis la voz de Jehovah y si sois
rebeldes al mandato de Jehovah, entonces la mano de Jehovah estará contra
vosotros y contra vuestro rey.
16
Presentaos, pues, ahora y ved esta maravilla que Jehovah va a hacer ante
vuestros ojos. 17 ¿No es ahora la siega del trigo? Sin embargo, yo invocaré a Jehovah,
y él enviará truenos y aguaceros para que conozcáis y veáis que es grande la maldad
que habéis cometido ante los ojos de Jehovah, al haber pedido un rey para vosotros.
18
Samuel invocó a Jehovah, y aquel día Jehovah envió truenos y aguaceros. Y todo el
pueblo temió en gran manera a Jehovah y a Samuel. 19 Entonces todo el pueblo dijo a
Samuel: — ¡Ruega a Jehovah, tu Dios, por tus siervos, para que no muramos! Porque
a todos nuestros pecados hemos añadido el mal de pedir un rey para nosotros. 20 Y
Samuel respondió al pueblo: — No temáis. Vosotros habéis cometido todo este mal;
pero con todo, no os apartéis de en pos de Jehovah, sino servid a Jehovah con todo
vuestro corazón. 21 No os apartéis tras las vanidades que no sirven ni libran, ya que son
vanidades. 22 Pues Jehovah no desamparará a su pueblo, por causa de su gran nombre;
porque él ha querido haceros pueblo suyo. 23 En cuanto a mí, ¡lejos esté de mí pecar
contra Jehovah dejando de rogar por vosotros! Al contrario, os instruiré en el camino
bueno y recto. 24 Solamente temed a Jehovah y servidle con fidelidad y con todo
vuestro corazón, considerando cuán grandes cosas él ha hecho por vosotros. 25 Pero si
perseveráis en hacer el mal, vosotros y vuestro rey pereceréis .
Capítulo 13
1
Saúl tenía 30 años cuando comenzó a reinar, y reinó sobre Israel 40 y 2 años.
Saúl escogió para sí 3.000 hombres de Israel; y de ellos 2.000 estaban con Saúl
en Micmas y en la región montañosa de Betel, y 1.000 estaban con Jonatán en
Gabaa de Benjamín. Y despidió al resto del pueblo, cada uno a su morada.
3
Entonces Jonatán atacó el destacamento de los filisteos que había en Geba, y lo
oyeron los filisteos. Luego Saúl hizo tocar la corneta por todo el país, diciendo:
4
“¡Oigan los hebreos!” Y todo Israel oyó que se decía: “Saúl ha atacado el
destacamento de los filisteos, y también Israel se ha hecho odioso a los filisteos.”
5
Entonces el pueblo fue convocado en Gilgal para seguir a Saúl. También los
filisteos se reunieron para combatir contra Israel, movilizando 3.000 carros, 6.000
jinetes y gente tan numerosa como la arena de la orilla del mar. Ellos subieron y
6
acamparon en Micmas, al este de Bet-avén. Cuando los hombres de Israel se
vieron en aprietos, porque el pueblo fue puesto en apuros, se escondieron en
7
cuevas, grietas, peñascos, fosas y cisternas. Y algunos de los hebreos cruzaron
2
el Jordán hacia la tierra de Gad y de Galaad. Saúl estaba aún en Gilgal, y todo el
pueblo iba tras él, temblando.
8
El esperó siete días, conforme al plazo que Samuel había señalado. Pero como
9
Samuel no venía a Gilgal y el pueblo se le dispersaba, Saúl dijo: — Traedme el
10
holocausto y los sacrificios de paz. El ofreció el holocausto. Y sucedió que al
acabar de ofrecer el holocausto, he aquí que venía Samuel. Saúl le salió al encuentro
11
para saludarle, y Samuel le preguntó: — ¿Qué has hecho? Saúl respondió: —
Cuando vi que el pueblo se me dispersaba, que tú no venías en el plazo señalado y
12
que los filisteos estaban reuniéndose en Micmas, entonces pensé: “Los filisteos
descenderán ahora a Gilgal contra mí, y yo no he implorado el favor de Jehovah.”
13
Por eso me vi forzado y ofrecí el holocausto. Entonces Samuel dijo a Saúl: — Has
actuado torpemente. No guardaste el mandamiento que Jehovah tu Dios te dio.
14
¡Pues ahora Jehovah hubiera confirmado tu reino sobre Israel para siempre! Pero
ahora tu reino no será duradero. Jehovah se ha buscado un hombre según su
corazón, a quien Jehovah ha designado como el soberano de su pueblo, porque tú
no has guardado lo que Jehovah te mandó.
15
Entonces Samuel se levantó y subió de Gilgal a Gabaa de Benjamín. Saúl pasó
revista a la gente que se hallaba con él, unos 600 hombres. 16 Entonces Saúl, su hijo
Jonatán y la gente que se hallaba con ellos se quedaron en Gabaa de Benjamín. Los
filisteos habían acampado en Micmas, 17 y de su campamento salieron los destructores
en tres escuadrones. Un escuadrón se dirigió por el camino de Ofra hacia la tierra de
Sual. 18 Otro escuadrón se dirigió hacia Bet-jorón, y el tercer escuadrón se dirigió hacia
la región que mira al valle de Zeboím, hacia el desierto. 19 En toda la tierra de Israel no
había un solo herrero, porque los filisteos habían dicho: “No sea que los hebreos se
hagan espadas o lanzas.” 20 Todos los israelitas iban a los filisteos para afilar cada uno
su reja de arado, su azadón, su hacha o su hoz. 21 El afilado costaba un pim, tanto para
las rejas de arado, como para los azadones, los tridentes, las hachas o para afinar las
aguijadas. 22 Sucedió, pues, que en el día de la batalla no había ni una espada ni una
lanza en poder de ninguno de los que estaba con Saúl y con Jonatán, excepto Saúl y su
hijo Jonatán, que sí las tenían. 23 Después el destacamento de los filisteos se dirigió al
paso de Micmas.
Capítulo 14
1
Aconteció cierto día que Jonatán hijo de Saúl dijo a su escudero: — Ven,
pasemos hasta el destacamento de los filisteos que está al otro lado. Pero no lo hizo
2
saber a su padre. Saúl estaba en las afueras de Gabaa, debajo de un granado
3
que hay en Migrón. Los que estaban con él eran como 600 hombres. El que
llevaba el efod era Ajías hijo de Ajitob (hermano de Icabod), hijo de Fineas, hijo de
Elí, sacerdote de Jehovah en Silo. Pero el pueblo no sabía que Jonatán se había ido.
4
En el paso por donde Jonatán procuraba llegar al destacamento de los filisteos,
había un peñasco agudo a un lado, y otro peñasco agudo al lado opuesto. El uno se
5
llamaba Boses; y el otro, Sene. Uno de los peñascos estaba situado al norte, hacia
6
Micmas; y el otro al sur, hacia Gabaa. Entonces Jonatán dijo a su escudero: —
Ven, pasemos al destacamento de esos incircuncisos. Quizás Jehovah haga algo por
medio de nosotros, porque nada impide a Jehovah salvar con muchos o con pocos.
7
Su escudero le respondió: — Haz todo lo que está en tu corazón; vé, he aquí que
8
yo estoy contigo, a tu disposición. Y Jonatán dijo: — He aquí que nosotros
9
pasaremos hacia aquellos hombres y dejaremos que nos vean. Si nos dicen así:
“Esperad hasta que nos acerquemos a vosotros”, entonces nos quedaremos en
10
nuestro lugar y no subiremos hacia donde ellos están. Pero si nos dicen así: “Subid
hasta nosotros”, entonces subiremos; porque Jehovah los ha entregado en nuestra
11
mano. Esta será la señal para nosotros. Ambos se dejaron ver por el
destacamento de los filisteos, y éstos dijeron: — ¡He allí los hebreos que salen de las
12
cuevas donde se habían escondido! Los hombres del destacamento gritaron a
Jonatán y a su escudero, diciendo: — ¡Subid hasta nosotros, y os haremos saber
una cosa! Y Jonatán dijo a su escudero: — Sube detrás de mí, porque Jehovah los
13
ha entregado en mano de Israel. Jonatán subió trepando con sus manos y sus pies;
y tras él, su escudero. Los filisteos caían delante de Jonatán, y su escudero los
14
remataba detrás de él. Este fue el primer ataque, en el que Jonatán y su escudero
15
mataron a unos veinte hombres en el espacio de media yugada de tierra. Entonces
hubo pánico en el campamento, en el campo y entre toda la gente. Los del
destacamento y también los destructores temblaron; y la tierra se sacudió, pues hubo
gran pánico.
16
Los centinelas de Saúl miraron desde Gabaa de Benjamín, y he aquí que la
17
multitud se dispersaba yendo en todas direcciones. Entonces Saúl dijo a la gente
que estaba con él: — ¡Pasad revista y ved quién de los nuestros se ha ido! Al pasar
18
revista, he aquí que faltaban Jonatán y su escudero. Entonces Saúl dijo a Ajías: —
¡Trae el arca de Dios! Porque el arca de Dios estaba en ese día con los hijos de
19
Israel. Y aconteció que mientras Saúl hablaba con el sacerdote, la agitación
aumentaba más y más en el campamento de los filisteos. Entonces Saúl dijo al
20
sacerdote: — ¡Retira tu mano! Entonces Saúl se reunió con toda la gente que
estaba con él, y fueron a la batalla. Y he aquí que la espada de cada uno se
21
volvía contra su compañero, y había gran confusión. Y los hebreos que
anteriormente habían estado con los filisteos, y que habían subido con ellos de los
alrededores al campamento, también ellos se pusieron de parte de los israelitas que
22
estaban con Saúl y Jonatán. Asimismo, todos los hombres de Israel que se habían
escondido en la región montañosa de Efraín oyeron que los filisteos huían, y ellos
23
también salieron a perseguirlos en la batalla. Así Jehovah dio la victoria a Israel
aquel día. Y la batalla llegó hasta Bet-avén.
24
Pero aquel día los hombres de Israel fueron puestos en apuros, porque Saúl
había sometido al pueblo bajo juramento, diciendo: “¡Maldito sea cualquiera que
coma algo antes del anochecer, hasta que yo haya tomado venganza de mis
25
enemigos!” Así que ninguno del pueblo había probado alimento. Todo el pueblo
26
llegó a un bosque, y en la superficie del campo había miel. Cuando el pueblo entró
en el bosque, he aquí que la miel corría, pero nadie acercó la mano a su boca,
27
porque el pueblo temía el juramento. Pero Jonatán no había oído cuando su padre
había sometido al pueblo bajo juramento. Y extendiendo la punta de una vara que
llevaba en su mano, la mojó en un panal de miel y acercó su mano a su boca; y le
28
brillaron los ojos. Entonces alguien del pueblo le habló diciendo: — Tu padre
expresamente ha sometido al pueblo bajo juramento, diciendo: “Maldito sea el
29
hombre que coma algo hoy.” Por eso desfallece el pueblo. Entonces Jonatán
respondió: — Mi padre ha ocasionado destrucción al país. Ved cómo han brillado
30
mis ojos por haber probado un poco de esta miel. ¡Cuánto mejor si el pueblo
hubiera comido hoy libremente del botín que tomó de sus enemigos! ¿No se hubiera
31
ocasionado una gran derrota a los filisteos? Aquel día hirieron a los filisteos desde
32
Micmas hasta Ajalón. Pero el pueblo se cansó mucho, y se lanzaron sobre el botín
y tomaron ovejas, vacas y terneros, a los cuales degollaron sobre el suelo. Y el
33
pueblo los comió con la sangre. Informaron a Saúl diciendo: — ¡He aquí, el
pueblo está pecando contra Jehovah, comiendo carne con la sangre! Y él dijo: —
34
¡Habéis cometido una traición! Haced rodar una piedra grande hasta aquí. — Y
Saúl añadió — : Dispersaos entre el pueblo y decidles que cada uno me traiga su
toro, y cada cual su oveja, y degolladlos aquí y comed. No pequéis contra Jehovah
comiendo carne con la sangre. Aquella noche todo el pueblo llevó cada uno consigo
35
su toro, y los degollaron allí. Después Saúl edificó un altar a Jehovah. Este altar
fue el primero que él edificó a Jehovah.
36
Entonces dijo Saúl: — Descendamos de noche contra los filisteos y
saqueémoslos hasta el amanecer. No dejemos a ninguno de ellos. Y dijeron: — Haz
todo lo que te parezca bien. Luego dijo el sacerdote: — Acerquémonos a Dios
37
aquí. Y Saúl consultó a Dios: — ¿Descenderé tras los filisteos? ¿Los entregarás
38
en mano de Israel? Pero aquel día él no le dio respuesta. Entonces dijo Saúl: —
Acercaos acá todos los jefes del pueblo. Averiguad y ved por quién ha surgido hoy
39
este pecado. ¡Vive Jehovah que libra a Israel, que aunque sea por mi hijo Jonatán,
él morirá irremisiblemente! En todo el pueblo no hubo quien le respondiese.
40
Entonces dijo a todo Israel: — Vosotros os pondréis a un lado; mi hijo Jonatán y
yo nos pondremos al otro. El pueblo respondió a Saúl: — Haz lo que te parezca
41
bien. Saúl dijo a Jehovah Dios de Israel: — Concédenos un resultado perfecto.
42
Fueron tomados Jonatán y Saúl, y el pueblo salió libre. Luego dijo Saúl: — Haced
43
el sorteo entre mi hijo Jonatán y yo. Y fue tomado Jonatán. Entonces Saúl dijo a
Jonatán: — Declárame: ¿Qué has hecho? Jonatán se lo declaró diciendo: — Es
verdad que probé un poco de miel con la punta de la vara que llevaba en mi mano.
44
Heme aquí; moriré. Saúl respondió: — ¡Así me haga Dios y aun me añada, que
45
morirás irremisiblemente, Jonatán! Pero el pueblo preguntó a Saúl: — ¿Ha de
morir Jonatán, el que ha logrado esta gran victoria en Israel? ¡Que no sea así! ¡Vive
Jehovah, que no caerá a tierra ni un cabello de su cabeza, porque hoy ha actuado
46
con Dios! Así el pueblo libró a Jonatán, y éste no murió. Saúl dejó de perseguir a
los filisteos, y los filisteos se fueron a su lugar.
47
Cuando Saúl empezó a ejercer el reinado sobre Israel, hizo la guerra contra
todos sus enemigos de alrededor: contra Moab, contra los hijos de Amón, contra Edom,
contra los reyes de Soba y contra los filisteos. A dondequiera que se dirigía era
vencedor. 48 Combatió con valentía y derrotó a Amalec, y libró a Israel de mano de los
que lo saqueaban. 49 Los hijos de Saúl eran: Jonatán, Isvi y Malquisúa. Los nombres de
sus dos hijas eran: el de la mayor Merab, y el de la menor Mical. 50 El nombre de su
mujer era Ajinoam hija de Ajimaas. El nombre del jefe de su ejército era Abner hijo de
Ner, tío de Saúl. 51 Quis, padre de Saúl, y Ner, padre de Abner, eran hijos de Abiel.
52
Había guerra encarnizada contra los filisteos durante todo el tiempo de Saúl. Cuando
Saúl veía algún hombre valiente o esforzado, lo añadía a los suyos .
Capítulo 15
1
Samuel dijo a Saúl: — Jehovah me envió para ungirte como rey de su pueblo
2
Israel. Escucha, pues, ahora las palabras de Jehovah. Así ha dicho Jehovah de los
Ejércitos: “Yo castigaré a Amalec por lo que hizo a Israel, porque se le opuso en el
3
camino cuando subía de Egipto. Vé ahora y ataca a Amalec; destruye
completamente todo lo que le pertenece. No le perdones la vida; mata a
4
hombres y mujeres, a niños y bebés, vacas y ovejas, camellos y asnos.” Saúl
convocó a la gente y les pasó revista en Telaim: 200.000 de infantería más 10.000
5
hombres de Judá. Saúl fue a la ciudad de Amalec y puso una emboscada en el
6
arroyo. Entonces Saúl dijo a los queneos: — Idos, apartaos y salid de en medio de
los amalequitas, no sea que yo os destruya juntamente con ellos; porque vosotros
tuvisteis misericordia de todos los hijos de Israel cuando subían de Egipto. Entonces
7
los queneos se apartaron de en medio de los amalequitas. Y Saúl derrotó a los
amalequitas desde Havila hasta las inmediaciones de Shur, al este de Egipto.
8
Capturó vivo a Agag, rey de Amalec, y destruyó a filo de espada a todo el pueblo.
9
Sin embargo, Saúl y el pueblo perdonaron la vida a Agag, a lo mejor de las ovejas
y de las vacas, de los animales engordados, de los carneros y de todo lo bueno, lo
cual no quisieron destruir. Pero destruyeron todo lo despreciable y sin valor.
10
11
Entonces Jehovah habló a Samuel diciendo: — Me pesa haber puesto a
Saúl como rey, porque se ha apartado de mí y no ha cumplido mis palabras. Samuel
12
se apesadumbró y clamó a Jehovah toda aquella noche. Samuel madrugó para ir a
encontrarse con Saúl por la mañana, y le avisaron a Samuel diciendo: — Saúl se fue
a Carmel, y he aquí que se erigió un monumento. Cuando volvió, prosiguió y
13
descendió a Gilgal. Samuel vino a Saúl, y Saúl le dijo: — ¡Jehovah te bendiga! He
14
cumplido la palabra de Jehovah. Samuel preguntó: — Entonces, ¿qué es ese
15
balido de ovejas en mis oídos y el mugido de vacas que oigo? Saúl respondió: —
Las han traído de Amalec. El pueblo perdonó la vida a lo mejor de las ovejas y de
las vacas, para ofrecerlas en sacrificio a Jehovah tu Dios. Pero lo demás lo
16
destruimos. Entonces Samuel dijo a Saúl: — ¡Basta! Voy a declararte lo que
17
Jehovah me dijo anoche: Saúl le dijo: — Dilo. Samuel dijo: — Aunque eras
insignificante ante tus propios ojos, ¿no fuiste hecho cabeza de las tribus de Israel?
18
¿No te ha ungido Jehovah como rey sobre Israel? Jehovah te ha encomendado
una misión y te ha dicho: “Vé y destruye completamente a esos pecadores de
19
Amalec. Hazles la guerra hasta que los extermines.” ¿Por qué, pues, no has
obedecido la voz de Jehovah? ¿Por qué te lanzaste sobre el botín e hiciste lo malo
20
ante los ojos de Jehovah? Saúl respondió a Samuel: — He obedecido la voz de
Jehovah y fui a la misión que Jehovah me encomendó. He traído a Agag, rey de
21
Amalec, y he destruido completamente a los amalequitas. Pero el pueblo tomó del
botín ovejas y vacas, lo mejor del anatema, para sacrificarlas a Jehovah tu Dios en
22
Gilgal. Entonces Samuel preguntó: — ¿Se complace tanto Jehovah en los
holocaustos y en los sacrificios como en que la palabra de Jehovah sea obedecida?
Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención es
23
mejor que el sebo de los carneros. Porque la rebeldía es como el pecado de
adivinación, y la obstinación es como la iniquidad de la idolatría. Por cuanto tú has
desechado la palabra de Jehovah, él también te ha desechado a ti, para que no seas
rey.
24
Entonces Saúl dijo a Samuel: — Yo he pecado; porque he quebrantado el
mandamiento de Jehovah y tus palabras, temiendo al pueblo y accediendo a su voz.
25
Perdona, por favor, mi pecado, y vuelve conmigo para que yo adore a Jehovah.
26
Pero Samuel respondió a Saúl: — No volveré contigo, porque has desechado la
palabra de Jehovah, y Jehovah te ha desechado a ti, para que no seas rey sobre
27
Israel. Cuando Samuel se volvió para marcharse, Saúl se asió del extremo de su
28
manto, el cual se rasgó. Samuel le dijo: — Jehovah ha rasgado hoy de ti el reino
29
de Israel y lo ha dado a tu prójimo, que es mejor que tú. Además, la Gloria de
Israel no mentirá ni se arrepentirá, porque él no es hombre para que se arrepienta.
30
Y Saúl respondió: — Yo he pecado; pero ahora hónrame, por favor, en
presencia de los ancianos de mi pueblo y delante de Israel, volviendo conmigo para
31
que yo adore a Jehovah tu Dios. Entonces Samuel volvió tras Saúl, y Saúl adoró a
Jehovah.
32
Después Samuel dijo: — ¡Tráeme a Agag, rey de Amalec! Agag vino a él
alegremente, pensando: “Ciertamente ya ha pasado la amargura de la muerte.”
33
Pero Samuel dijo: — ¡Así como tu espada dejó sin hijos a las mujeres, así tu
madre quedará sin hijo entre las mujeres! Entonces Samuel descuartizó a Agag
34
delante de Jehovah, en Gilgal. Después Samuel se fue a Ramá, y Saúl subió a su
35
casa en Gabaa de Saúl. Hasta el día de su muerte Samuel no volvió a ver a Saúl,
pero Samuel lloraba por Saúl. Y a Jehovah le pesaba el haber constituido a Saúl
como rey sobre Israel.
Capítulo 16
1
Entonces Jehovah dijo a Samuel: — ¿Hasta cuándo has de llorar por Saúl,
habiéndolo yo desechado para que no reine sobre Israel? Llena de aceite el cuerno
y vé; yo te enviaré a Isaí, de Belén, porque de entre sus hijos me he provisto de un
2
rey. Samuel preguntó: — ¿Cómo voy a ir? Si Saúl se llega a enterar, me matará.
Jehovah respondió: — Toma contigo una vaquilla del ganado, y di: “He venido para
3
ofrecer un sacrificio a Jehovah.” Invita a Isaí al sacrificio; yo te enseñaré lo que has
4
de hacer, y tú me ungirás al que yo te diga. Samuel hizo lo que dijo Jehovah.
Cuando llegó a Belén, los ancianos de la ciudad salieron a recibirle temblando y
5
preguntaron: — ¿Es pacífica tu venida? El respondió: — Sí, es pacífica. Vengo
para ofrecer un sacrificio a Jehovah. Purificaos y venid conmigo al sacrificio.
Después de purificar a Isaí y a sus hijos, los invitó al sacrificio.
6
Y aconteció que cuando ellos llegaron, él vio a Eliab y pensó: “¡Ciertamente su
7
ungido está delante de Jehovah!” Pero Jehovah dijo a Samuel: — No mires su
apariencia ni lo alto de su estatura, pues yo lo he rechazado. Porque Jehovah no
mira lo que mira el hombre: El hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero
8
Jehovah mira el corazón. Luego Isaí llamó a Abinadab y lo hizo pasar ante Samuel,
9
quien dijo: — Tampoco a éste ha elegido Jehovah. Después Isaí hizo pasar a
10
Sama. Y Samuel dijo: — Tampoco a éste ha elegido Jehovah. Isaí hizo pasar a
siete de sus hijos ante Samuel, y éste dijo a Isaí: — Jehovah no ha elegido a éstos.
11
Entonces Samuel preguntó a Isaí: — ¿Son éstos todos los jóvenes? Y él
respondió: — Todavía queda el menor, pero he aquí que está apacentando las
ovejas. Samuel dijo a Isaí: — Manda a traerlo, porque no nos sentaremos a comer
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hasta que él llegue aquí. Isaí mandó por él, y le hizo entrar. Era de tez sonrosada,
de bellos ojos y de buena presencia. Entonces Jehovah dijo: — ¡Levántate y úngelo,
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porque éste es! Samuel tomó el cuerno de aceite y lo ungió en medio de sus
hermanos. Y desde aquel día en adelante el Espíritu de Jehovah descendió con
poder sobre David. Luego Samuel se levantó y regresó a Ramá.
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El Espíritu de Jehovah se apartó de Saúl, y un espíritu malo de parte de
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Jehovah le atormentaba. Entonces los servidores de Saúl le dijeron: — He aquí,
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un espíritu malo de parte de Dios te atormenta. Diga nuestro señor a tus
servidores que están delante de ti, que te busquen a alguien que sepa tocar el arpa;
para que cuando el espíritu malo de parte de Dios venga sobre ti, él toque con su
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mano, y tú te sientas bien. Y Saúl respondió a sus servidores: — Buscadme, por
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favor, alguno que toque bien, y traédmelo. Entonces uno de los criados respondió
diciendo: — He aquí, he visto a un hijo de Isaí, de Belén, que sabe tocar. El es
valiente, hombre de guerra, prudente de palabra, de buena presencia; y Jehovah está
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con él. Saúl envió mensajeros a Isaí, diciendo: “Envíame a tu hijo David, el que
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está con las ovejas.” Entonces Isaí tomó un asno cargado de pan, un odre de vino
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y un cabrito, y los envió a Saúl por medio de su hijo David. Cuando David vino a
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Saúl, se quedó a su servicio. Saúl le estimaba mucho y le hizo su escudero. Saúl
envió a decir a Isaí: “Por favor, permite que David se quede a mi servicio, porque ha
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hallado gracia ante mis ojos.” Y sucedía que cuando el espíritu malo de parte
de Dios venía sobre Saúl, David tomaba el arpa y la tañía con su mano. Y Saúl
hallaba alivio y se sentía mejor. Así el espíritu malo se apartaba de él.
Capítulo 17
1
Los filisteos reunieron sus tropas para la guerra y se congregaron en Soco, que
pertenecía a Judá. Después acamparon entre Soco y Azeca, en Efes-damim.
2
También Saúl y los hombres de Israel se reunieron y acamparon en el valle de Ela y
dispusieron la batalla contra los filisteos. 3 Los filisteos estaban a un lado sobre una
colina, y los israelitas al otro lado sobre otra colina; y el valle estaba entre ellos.
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Entonces, de las tropas de los filisteos salió un paladín que se llamaba Goliat, de Gat.
Este tenía de estatura seis codos y un palmo. 5 Llevaba un casco de bronce en la
cabeza y estaba vestido con una cota de malla de bronce que pesaba 5.000 siclos.
6
Sobre sus piernas tenía grebas de bronce y entre sus hombros llevaba una jabalina de
bronce. 7 El asta de su lanza parecía un rodillo de telar, y su punta de hierro pesaba 600
siclos. Y su escudero iba delante de él. 8 Entonces se detuvo y gritó al ejército de
Israel, diciendo: — ¿Para qué salís a disponer la batalla? ¿No soy yo el filisteo, y
vosotros los siervos de Saúl? ¡Escoged de entre vosotros un hombre que venga contra
mí! 9 Si él puede luchar conmigo y me vence, nosotros seremos vuestros esclavos.
Pero si yo puedo más que él y lo venzo, vosotros seréis nuestros esclavos y nos
serviréis. 10 — Y el filisteo añadió — : ¡Yo desafío hoy al ejército de Israel! ¡Dadme
un hombre para que luche contra mí! 11 Cuando Saúl y todo Israel oyeron estas
palabras del filisteo, se amedrentaron y tuvieron mucho temor .
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Ahora bien, David era hijo de un hombre efrateo de Belén de Judá, que se
llamaba Isaí y que tenía ocho hijos. En los días de Saúl este hombre era anciano, de
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edad muy avanzada. Los tres hijos mayores de Isaí habían ido tras Saúl a la
guerra. Los nombres de sus tres hijos que habían ido a la guerra eran: Eliab el
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primogénito, Abinadab el segundo y Sama el tercero. David era el menor. Y
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mientras los tres mayores habían ido tras Saúl, David iba y volvía de donde estaba
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Saúl, para apacentar las ovejas de su padre en Belén. Aquel filisteo se
aproximaba por la mañana y por la tarde, presentándose así durante cuarenta días.
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Isaí dijo a su hijo David: — Toma, por favor, para tus hermanos un efa de este
grano tostado y estos diez panes, y llévalos de prisa al campamento donde están tus
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hermanos. Lleva también estos diez quesos para el jefe de millar. Averigua si tus
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hermanos están bien y toma alguna prenda de ellos. Saúl y ellos, con todos los
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hombres de Israel, están en el valle de Ela, combatiendo contra los filisteos. David
se levantó muy de mañana, y dejando las ovejas al cuidado de un guarda, tomó
las cosas y se fue, como Isaí le había mandado. Llegó al círculo del campamento
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cuando las fuerzas disponían la batalla y daban el grito de guerra. Los israelitas y
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los filisteos estaban dispuestos, ejército contra ejército. Las cosas que David traía
las dejó en manos del guarda del equipaje, y corrió hacia el ejército. Cuando llegó,
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saludó a sus hermanos, deseándoles paz. Entonces, mientras hablaba con ellos, he
aquí aquel paladín que se llamaba Goliat, el filisteo de Gat, salió del ejército de los
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filisteos y repitió las mismas palabras, las cuales oyó David. Todos los hombres de
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Israel, al ver a aquel hombre, huían de su presencia y tenían mucho miedo. Los
hombres de Israel decían: — ¿Habéis visto a ese hombre que ha salido? El se
adelanta para desafiar a Israel. Y sucederá que al que lo venza, el rey le enriquecerá
con grandes riquezas, le dará su hija y eximirá de tributos a su casa paterna en
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Israel. David habló a los que estaban junto a él y preguntó: — ¿Qué harán por el
hombre que venza a ese filisteo y quite la afrenta de Israel? Porque, ¿quién es ese
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filisteo incircunciso para que desafíe a los escuadrones del Dios viviente? La gente
le respondió las mismas palabras, diciendo: — Así se hará al hombre que lo venza.
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Eliab, su hermano mayor, le oyó hablar a los hombres. Entonces Eliab se
encendió en ira contra David y le preguntó: — ¿Para qué has descendido acá? ¿Y
con quién has dejado aquellas pocas ovejas en el desierto? ¡Yo conozco tu
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arrogancia y la malicia de tu corazón! ¡Has descendido para ver la batalla! David
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respondió: — ¿Qué he hecho yo ahora? ¿No fue sólo una palabra? Se apartó de
él hacia otro y preguntó lo mismo. Y la gente le respondió igual que antes.
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Las palabras que David había dicho fueron oídas y le fueron referidas a Saúl,
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quien le hizo venir. Y David dijo a Saúl: — No desmaye el corazón de nadie a
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causa de él. Tu siervo irá y luchará contra ese filisteo. Saúl dijo a David: — Tú no
podrás ir contra ese filisteo para luchar contra él; porque tú eres un muchacho, y él
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es un hombre de guerra desde su juventud. David respondió a Saúl: — Tu siervo
ha sido pastor de las ovejas de su padre. Y cuando venía un león o un oso y tomaba
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alguna oveja del rebaño, yo salía tras él, lo hería y la rescataba de su boca. Si se
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levantaba contra mí, yo lo agarraba por la melena, lo hería y lo mataba. Fuese
león o fuese oso, tu siervo lo mataba. Ese filisteo incircunciso será como uno de
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ellos, porque ha desafiado a los escuadrones del Dios viviente. — Y David añadió
— : ¡
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