Subido por Pablo Arreola

Oferta y Demanda de Alimentos Agrícolas en Jalisco

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UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA
CENTRO UNIVERSITARIO DE LOS VALLES
ELABORACIÓN DE PLAN DE NEGOCIO
Mtra: Sandra Patricia García de la Cruz
Lic. administración
EQUIPO:
Adriana Monserrat Galván Hernández
Andrea Monserrat Hernández Varo
Angeles De Jesús Ledezma Rodriguez
Juan Pablo Martinez Arreola
Propuesta de valor: Venta de diversos productos como carne lácteos y huevos
para satisfacer las necesidades de nuestros consumidores ofreciendo productos de
alta calidad con características de alimentación orgánica razas de ganado
especiales o métodos de crías sostenible enfocándonos en locales de la región
Valles, por ejemplo: carnicerías , cremerias y restaurantes.
Mercado:
Los alimentos orgánicos han ganado un lugar importante en el mercado alimentario
global debido a la creciente preocupación por la salud y el medio ambiente. Estos
alimentos se cultivan y procesan sin el uso de pesticidas sintéticos, fertilizantes
químicos, organismos genéticamente modificados o aditivos artificiales. La
preferencia por estos productos se ha incrementado con la conciencia sobre los
impactos de la agricultura convencional y la importancia de una alimentación más
natural.
Este mercado ha evolucionado rápidamente, pasando de ser un nicho a una parte
significativa del sector alimentario. El crecimiento ha sido impulsado por varios
factores:
● Cambios en el Comportamiento del Consumidor: Cada vez más
consumidores buscan alimentos que sean buenos para su salud, la de sus
familias y el medio ambiente. La preferencia por productos frescos, naturales
y sin químicos ha influido en la demanda de alimentos orgánicos.
○
● Crecimiento Global: Según informes recientes, el mercado global de
alimentos orgánicos ha experimentado un crecimiento anual de dos dígitos en
muchos países.
○
● Canales de Venta Diversificados: Los alimentos orgánicos están
disponibles en supermercados, tiendas especializadas, mercados locales y
plataformas de comercio electrónico. Las ventas en línea han ampliado el
alcance de estos productos, facilitando el acceso para una base de
consumidores más amplia.
● Precios más elevados: Los alimentos orgánicos suelen tener precios más
altos en comparación con los convencionales. Esto se debe a los métodos de
producción más costosos, menor rendimiento de los cultivos y la certificación
necesaria para etiquetar los productos como "orgánicos".
○
● Certificación: Los productos orgánicos deben cumplir con regulaciones
estrictas y ser certificados por organismos especializados. La certificación
asegura a los consumidores que los alimentos cumplen con los estándares
de producción orgánica.
○
● Aumento de la Oferta: Las grandes empresas alimentarias han ingresado al
mercado orgánico, ampliando la oferta de productos, desde frutas y verduras
hasta productos procesados como galletas, jugos, cereales y alimentos
congelados.
Oferta:
Estos productos se obtienen, crían y procesan mediante métodos naturales. En la
agricultura, se evita el uso de productos químicos como pesticidas, fertilizantes
sintéticos, aguas residuales tratadas o semillas modificadas genéticamente. En la
ganadería, los animales no reciben hormonas de crecimiento, anabólicos ni
antibióticos, y su alimentación se basa en fuentes naturales, sin ingredientes
artificiales. Los alimentos procesados industrialmente tampoco contienen aditivos o
conservadores artificiales.
En México, la producción de alimentos orgánicos empezó en la década de los
sesenta, impulsada por la demanda de empresas extranjeras. Las tierras utilizadas
para el cultivo eran áreas tradicionales, principalmente en regiones indígenas,
donde no se aplicaban químicos. Los primeros estados en adoptar este tipo de
producción fueron Chiapas y Oaxaca. Actualmente, los cultivos orgánicos se han
extendido por todo el país.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la
Agricultura (FAO), el objetivo de este sistema de producción orgánica es potenciar la
seguridad alimentaria, el desarrollo rural, los medios de subsistencia sostenibles y la
integridad del medio ambiente.
Hoy en día, el consumo de carne, leche, huevos orgánicos está en constante
crecimiento a nivel global. Países como los de la Unión Europea, Estados Unidos y
Japón se destacan como los mayores consumidores. Sin embargo, en México
también se está comenzando a reconocer los beneficios tanto de producir como de
consumir productos orgánicos. El interés en estos productos radica en las ventajas
que ofrecen para la salud y en los métodos naturales con los que son elaborados.
El creciente interés de las personas por consumir productos provenientes de
procesos sostenibles y saludables ha impulsado la demanda de carne orgánica.
Esto se refiere a la carne obtenida de animales como vacas, bovinos y aves de
corral, criados de forma natural. La producción de este tipo de carne implica una
mayor inversión para los productores en comparación con la carne convencional,
siendo la alimentación de los animales el principal costo, ya que se utiliza alimento
orgánico. A esto se suman otros gastos, como los insumos para cuidar los cultivos,
en caso de que los productores manejen toda la cadena de producción. Sin
embargo, este esfuerzo resulta valioso para los empresarios, considerando los
beneficios económicos, para la salud y el medio ambiente.
En México, estados como Guanajuato, Chiapas, Veracruz, Sinaloa, Oaxaca y
Yucatán son pioneros en la producción de carne orgánica. Los animales son
alimentados con pastos, granos y semillas orgánicas, en muchos casos cultivados
mediante hidroponía. Estos alimentos están libres de pesticidas, hormonas y
organismos
genéticamente
modificados
(OGM),
garantizando
un
producto
completamente natural. Consumir alimentos de esta naturaleza, elaborados bajo
condiciones especiales, no solo favorece la salud, sino que también contribuye a la
preservación del medio ambiente y promueve el bienestar animal.
Una dieta que satisfaga las necesidades básicas de nutrición y salud de los seres
humanos, al mismo tiempo que mejora su calidad de vida, es fundamental a la hora
de decidir qué comprar. Aunque los productos orgánicos suelen tener precios más
elevados que los convencionales, muchas personas están dispuestas a pagar este
costo debido a los múltiples beneficios que ofrecen.
En la gráfica que se muestra en la parte inferior , nos da a conocer la Superficie en
hectáreas registrada como orgánica por modalidad, en la República Mexicana
Se considera que los métodos de producción orgánica, comparados con los de la
agricultura convencional, tienen menos efectos perjudiciales sobre el medio
ambiente. Esto no es sorprendente, ya que el medio ambiente es el objetivo original
de la agricultura orgánica. Una mayor preferencia por la agricultura orgánica
reduciría los costos de limpieza ambiental y disminuiría el daño relacionado con las
externalidades. Los subsidios a la agricultura orgánica se promocionan como
justificados por los beneficios ambientales que esta produce. La agricultura orgánica
es un enfoque que se puede utilizar para alcanzar objetivos de calidad ambiental.
Los responsables de la formulación de políticas agrícolas están comenzando a
evaluar formas de facilitar el desarrollo de la agricultura orgánica para potenciar al
máximo los beneficios al medio ambiente.
La cantidad de alimentos y bebidas orgánicas ha crecido del 9% en 2009 al 15% en
2019 (agosto de 2018 a julio de 2019). Si bien la disponibilidad de alimentos y
bebidas orgánicas en Asia, América Latina, Medio Oriente y África ha aumentado
ligeramente, menos de uno de cada veinte (4%) lanzamientos de alimentos y
bebidas entre agosto de 2018 y julio de 2019 tuvo un reclamo orgánico en cada uno
de estas regiones. Esto es un aumento del 3% en Asia y América Latina, y del 2%
en Oriente Medio y África hace diez años.
A pesar de este crecimiento, la disponibilidad de alimentos y bebidas orgánicas
sigue siendo relativamente baja en regiones como Asia, América Latina, Oriente
Medio y África, donde menos del 4% de los lanzamientos de productos en ese
periodo incluían reclamos de ser orgánicos. Sin embargo, esta cifra muestra una
leve mejoría en comparación con hace diez años, cuando apenas el 3% de los
productos lanzados en Asia y América Latina, y el 2% en Oriente Medio y África,
hacían referencia a prácticas de producción orgánica.
Este incremento puede atribuirse a varios factores, como la creciente preocupación
por la salud, el bienestar animal, la sostenibilidad, y una mayor conciencia
ambiental. En mercados más maduros, como Europa y América del Norte, los
productos orgánicos ya han alcanzado una mayor penetración, impulsados por
políticas de apoyo gubernamental, incentivos para la producción orgánica, y un
consumidor más informado y dispuesto a pagar un precio premium.
Además, los consumidores están cada vez más interesados en la trazabilidad de los
alimentos, es decir, en conocer el origen de los productos que consumen, y cómo
fueron cultivados o procesados. Esta tendencia está obligando a las empresas a ser
más transparentes sobre sus prácticas de producción y a certificar sus productos
como orgánicos para atraer a este segmento del mercado.
Por otro lado, en regiones en desarrollo como América Latina y Asia, si bien el
interés por los productos orgánicos está en aumento, los desafíos incluyen la falta
de infraestructura adecuada para la producción y certificación orgánica, así como el
costo más alto de los productos, lo que limita su accesibilidad para grandes
segmentos de la población.
Al observar la gráfica, se puede notar un crecimiento constante en el área destinada
a la producción orgánica certificada a lo largo de los últimos años. Este incremento
refleja una mayor demanda tanto a nivel local como internacional, impulsada por el
aumento de consumidores conscientes de la salud y el medio ambiente. Los
productores han reconocido la rentabilidad a largo plazo, y aunque los costos
iniciales de la transición a la agricultura orgánica pueden ser elevados, la gráfica
muestra que la tendencia a invertir en este tipo de producción sigue en alza.
Este crecimiento se ve reflejado también en el aumento de productos orgánicos en
mercados y supermercados, donde los consumidores están dispuestos a pagar un
precio premium por alimentos que consideran más saludables y sostenibles.
El Consejo Nacional de Producción Orgánica reporta que en los últimos 10 años la
producción orgánica en México ha crecido a un ritmo de 20% anual, en promedio.
Nuestro país se convirtió, en 2020, en uno de los tres principales productores
orgánicos más importantes a nivel mundial.
México está ubicado en el contexto internacional como país productor exportador de
alimentos orgánicos. En el país, el sector orgánico es el subsector agrícola más
dinámico, pues ha aumentado su superficie cultivada orgánicamente de 23 mil
hectáreas en 1996 a 103 mil hectáreas en 2000 y para 2002 se estimó que alcanzó
las 216 mil hectáreas; para ese año 2000, esta agricultura fue practicada por más de
33 mil productores en 262 zonas de producción de 28 estados de la República, lo
cual generó 139 millones de dólares en divisas y 16.4 millones de jornales por año.
Algunos de nuestros competidores serían aquellos pequeños agricultores que
ofrecen productos orgánicos en la región. Estos productores suelen tener la ventaja
de contar con una relación directa con los consumidores, ya sea a través de ventas
en
mercados
locales,
ferias
agrícolas
o
mediante sistemas de entrega
personalizados. Además, al ser productores más pequeños, pueden enfocarse en la
calidad y frescura de sus productos, lo que les permite atraer a un nicho de mercado
que valora los productos locales y sostenibles.
Sin embargo, aunque estos agricultores representan competencia, también son una
oportunidad para crear alianzas o colaborar en la promoción de los alimentos
orgánicos dentro de la región. Juntos, podemos fortalecer la oferta de productos
orgánicos y mejorar la educación del consumidor sobre los beneficios de este tipo
de alimentos, lo que contribuirá a expandir el mercado para todos los participantes
en el sector.
Otra competencia que podría enfrentar el negocio son los mercados locales y
supermercados, ya que estos ofrecen una variedad de productos orgánicos, algunos
de los cuales provienen de grandes proveedores con precios más competitivos. Los
supermercados suelen tener mayor alcance, ofreciendo conveniencia a los
consumidores con la posibilidad de hacer todas sus compras en un solo lugar, lo
que puede atraer a un público que prioriza la comodidad sobre la procedencia local
de los productos.
Por tanto, para competir eficazmente, será importante
diferenciarse ofreciendo
productos exclusivos, resaltando la calidad y el impacto positivo en la salud y el
medio ambiente, así como estableciendo una sólida conexión con los consumidores
para generar lealtad hacia los productos orgánicos del negocio.
Por último, una de las competencias que identificamos son las agroempresas
emergentes, ya que estas compañías están entrando al mercado con enfoques
innovadores y con modelos de negocio más flexibles. Muchas de ellas aprovechan
tecnologías modernas y prácticas agrícolas sostenibles para optimizar sus procesos
y reducir costos, lo que les permite competir tanto en precio como en calidad.
Además,
estas
empresas
suelen
tener
una
fuerte
orientación
hacia
la
comercialización digital, utilizando plataformas de e-commerce y redes sociales para
llegar a consumidores más jóvenes y conscientes de la sostenibilidad.
Estas agroempresas también tienden a diferenciarse por ofrecer productos
especializados o exclusivos, como variedades orgánicas menos comunes o con un
enfoque en la producción local y sostenible. Esto les da una ventaja competitiva en
un mercado en el que los consumidores buscan transparencia, trazabilidad y
productos que respeten el medio ambiente y la salud humana.
La frecuencia de consumo de comida saludable en México en 2019 y 2020 refleja
una tendencia creciente en la adopción de hábitos alimenticios más conscientes, lo
que está directamente relacionado con el aumento de productos orgánicos. La
gráfica muestra cómo los consumidores mexicanos se están inclinando cada vez
más por alimentos saludables, impulsados por factores como la preocupación por la
salud, el bienestar, y el impacto ambiental.
Aumento en el consumo regular: Se observa un incremento notable en el número de
personas que consumen alimentos saludables de manera regular entre 2019 y
2020. Este crecimiento podría estar relacionado con una mayor conciencia sobre los
beneficios de una dieta equilibrada, el impacto de la pandemia en los hábitos de
salud y la disponibilidad de productos más accesibles en supermercados y
mercados locales.
Mayor interés en productos naturales y orgánicos: La gráfica probablemente resalta
un cambio en las preferencias alimentarias, con un aumento en el consumo de
productos naturales, frescos y orgánicos. El acceso a estos productos en México ha
mejorado, y aunque los precios de los productos orgánicos suelen ser más altos que
los convencionales, los consumidores parecen dispuestos a invertir en su salud.
Un estudio empírico publicado en 2021 en la revista científica de acceso abierto
PLoS One examina en profundidad los factores que motivan a los consumidores a
optar por alimentos ecológicos. Según el estudio, uno de los principales impulsores
del crecimiento en las ventas de productos ecológicos es una creciente conciencia
sobre la salud entre los consumidores. Muchos creen firmemente que los alimentos
ecológicos
ofrecen
beneficios
nutricionales
superiores
a
los
alimentos
convencionales, contribuyendo a una dieta más equilibrada y saludable.
Además de las preocupaciones relacionadas con la salud, los consumidores están
cada vez más preocupados por los impactos ambientales asociados con la
producción de alimentos. Los fertilizantes químicos y otros compuestos sintéticos,
utilizados comúnmente en la agricultura convencional, pueden tener efectos
negativos en los ecosistemas y la biodiversidad, así como en la salud humana.
Como resultado, hay una tendencia creciente entre los consumidores hacia la
compra de productos ecológicos, que se perciben como una opción más sostenible
y menos dañina para el medio ambiente.
Las empresas están respondiendo a esta demanda creciente adoptando prácticas
más ecológicas y desarrollando estrategias de marketing centradas en resaltar los
beneficios de los productos ecológicos. Estas estrategias no solo enfatizan la
superioridad de los alimentos ecológicos en términos de salud y sostenibilidad, sino
que también educan a los consumidores sobre el impacto positivo que tienen sus
elecciones de compra en el medio ambiente.
Este cambio en las preferencias del consumidor ha llevado a un aumento en la
disponibilidad y variedad de productos ecológicos en el mercado. Cada vez más
personas están buscando información sobre los beneficios de los alimentos
ecológicos y están dispuestas a invertir en productos que se alineen con sus valores
de salud y sostenibilidad. Este creciente interés y la evolución en las estrategias de
marketing están, en gran medida, impulsando el crecimiento del sector de los
productos ecológicos, consolidando su posición en el mercado global.
En el estudio publicado en la revista PLoS One, los investigadores llevaron a cabo
un análisis exhaustivo de las respuestas proporcionadas por 279 participantes que
afirmaron ser consumidores de productos ecológicos. El estudio se centró en
examinar cómo variables demográficas como la edad, el sexo, el nivel de ingresos y
el nivel educativo influyen en las decisiones de compra de estos consumidores.
Los hallazgos del estudio revelan que los consumidores en el rango de edad de 41 a
50 años son los más inclinados a adquirir alimentos ecológicos. Este grupo etario
muestra una clara tendencia hacia la compra de productos que perciben como más
saludables y sostenibles. En cuanto a los factores educativos y económicos, el
estudio muestra que aquellos con niveles de educación más altos y mayores
ingresos también son más propensos a elegir alimentos ecológicos. Esto sugiere
una correlación entre el nivel educativo y económico con la inclinación hacia el
consumo de productos que consideran beneficiosos para su salud y el medio
ambiente.
Por otro lado, el estudio no encontró evidencia de que el sexo del consumidor tenga
un impacto significativo en la decisión de comprar productos ecológicos. Esto indica
que, independientemente de si el consumidor es hombre o mujer, las decisiones de
compra están más influidas por otros factores como la edad, la educación y los
ingresos.
En términos de crecimiento del mercado, el estudio de BlueWeave Consulting
proporciona una perspectiva amplia sobre la expansión del sector de alimentos
ecológicos. Se estima que el mercado de alimentos ecológicos experimentará un
crecimiento anual del 8.7%, alcanzando una proyección de más de 95,000 millones
de dólares para el año 2027. Este ritmo de crecimiento supera notablemente el
crecimiento proyectado para la industria alimentaria en general, que se espera que
crezca a un ritmo anual del 3.8% hasta 2027. Este contraste destaca la creciente
popularidad
y demanda de productos ecológicos frente a los alimentos
convencionales, subrayando una tendencia significativa en el mercado hacia
opciones más sostenibles y saludables.
A lo largo de los años, la tendencia en la industria alimentaria ha sido hacia la
industrialización, con procesos de producción que priorizan la eficiencia y la
durabilidad de los productos. Sin embargo, en tiempos recientes, estamos
observando un cambio significativo en esta dirección. La producción agropecuaria
de baja escala, que se centra en la cosecha fresca y la ausencia de aditivos
artificiales, está emergiendo como una alternativa atractiva. Este movimiento hacia
métodos de producción más naturales y sostenibles representa una valiosa
oportunidad de inversión, impulsada por el creciente interés en estos productos.
Los alimentos orgánicos están ganando cada vez más terreno en supermercados y
restaurantes, con una demanda particularmente alta entre los jóvenes. Esta
generación busca ser "consumidores socialmente responsables", valorando no solo
los beneficios para la salud de los productos orgánicos, sino también su impacto
positivo en el medio ambiente. La percepción de prestigio asociado con el consumo
de alimentos orgánicos también contribuye a su creciente popularidad.
En respuesta a esta demanda, están surgiendo nuevamente los tianguis orgánicos,
mercados locales que permiten la venta directa de productos del productor al
consumidor. Estos espacios no solo facilitan el acceso a alimentos frescos y sin
procesar, sino que también juegan un papel crucial en la preservación de la
diversidad genética de los cultivos y el entorno, como indican estudios de SAGARPA
y Rivera (2016).
Además, la producción de alimentos orgánicos se está consolidando como una
opción de negocio prometedora. Los productores orgánicos están siendo
incentivados a participar en ferias agroalimentarias, exposiciones de restaurantes y
mesas de negociación tanto a nivel nacional como internacional. Estas actividades
tienen como objetivo posicionar los productos orgánicos en el mercado y ampliar su
alcance.
México, en particular, se destaca en este contexto, ocupando el tercer lugar a nivel
mundial en términos de cantidad de productores orgánicos, solo por detrás de India
y Uganda. No obstante, el país enfrenta el desafío de ofrecer estos productos
saludables a precios accesibles. Para abordar este reto, es esencial desarrollar
proyectos y estrategias que optimicen los costos de producción, los cuales pueden
reducirse gracias a los métodos más naturales y menos industrializados de cultivo.
Los productos orgánicos están dejando de ser una simple moda pasajera para
consolidarse como una opción de consumo responsable y sostenible. Este cambio
refleja una transformación en las prioridades de los consumidores y una oportunidad
significativa para el desarrollo de un mercado más saludable y consciente.
Las ventas de productos orgánicos han experimentado un notable incremento, con
un crecimiento anual del 53%. Este aumento ha sido seguido por una subida del
30% anual en las ventas de productos bajos en azúcar, sodio y grasas. Este auge
en la demanda se produce a pocos meses de la implementación del nuevo sistema
de etiquetado de advertencia en alimentos y bebidas, el cual señala con octágonos
negros los altos contenidos de grasas, sodio y azúcares.
Yanira Reyes, líder de análisis en Nielsen Connect México, destaca que las marcas
que comunican de manera clara y eficaz sus beneficios para la salud están
sobresaliendo. "Los productos que contienen probióticos, están enriquecidos con
vitaminas, o se presentan como naturales están viendo un crecimiento sin
precedentes. Los productos orgánicos, en particular, están experimentando un auge
como nunca antes", señaló Reyes.
Asimismo, los productos naturales han visto un aumento en sus ventas del 17%
anual. Ingredientes en tendencia como los probióticos, proteínas, matcha y chai
también han tenido un buen desempeño, con un incremento del 16% en sus ventas.
Reyes explicó que estos productos a menudo tienen un sobreprecio del 45%, pero
hay un segmento de consumidores dispuesto a pagar este adicional por productos
claramente diferenciados. Aunque el gasto disponible no ha aumentado y el
contexto económico es de crisis, los consumidores están ajustando sus compras,
reemplazando ciertos productos por estos nuevos artículos en sus canastas.
Desde el 1 de octubre de 2020, el nuevo etiquetado frontal de advertencia ha
entrado en vigor, utilizando octágonos negros para alertar a los consumidores sobre
altos niveles de azúcar, calorías, sodio o grasas. Reyes advirtió que los efectos
completos de este etiquetado aún no son visibles, y se espera que tarden entre 3 y
4 meses en manifestarse, con cambios en la percepción de las marcas previamente
consideradas saludables pero que ahora están etiquetadas de manera más crítica.
En otros países donde se han introducido sistemas de etiquetado similares, se ha
observado una disminución en el volumen de ventas de hasta un 20%. Este
fenómeno sugiere que el etiquetado puede tener un impacto significativo en las
decisiones de compra y en la dinámica del mercado.
Demanda:
La producción y el comercio de alimentos ganaderos orgánicos en Jalisco han
experimentado un aumento considerable en los últimos años. Este crecimiento
responde, en gran medida, al creciente interés de la población por mejorar su salud
y bienestar, especialmente ante el acoso de diversas enfermedades que afectan a la
comunidad. Cada día, más personas toman la decisión de consumir productos que
sean lo más naturales posible, evitando aquellos que contengan aditivos químicos o
procesados.
Dado a esto, la preferencia por carnes provenientes de animales criados sin
hormonas de crecimiento y por verduras y frutas cultivadas sin el uso de químicos o
fertilizantes sintéticos se ha vuelto una tendencia marcada. Los consumidores están
cada vez más informados y conscientes de los beneficios que ofrece una
alimentación más orgánica y sostenible. Este cambio en los hábitos alimenticios
refleja una búsqueda de calidad y un compromiso con la salud, lo que a su vez
impulsa la demanda de productos que cumplan con estos estándares. Sin embargo,
en este análisis nos enfocaremos específicamente en la zona de Ameca, Jalisco.
Esta región cuenta con características particulares que la hacen ideal para la
producción de alimentos orgánicos. La diversidad del suelo, junto con un clima
favorable, permite el cultivo de una amplia variedad de productos que pueden ser
comercializados como orgánicos. En este sentido, es fundamental identificar un
porcentaje estimado de clientes específicos que estén interesados en adquirir
nuestros productos. Al dirigir nuestros productos hacia un público selecto en Ameca,
podremos
establecer
relaciones
más
sólidas
y
personalizadas
con
los
consumidores, lo que facilitará la promoción de nuestros alimentos ganaderos
orgánicos. Además, esto nos permitirá no solo satisfacer la demanda local, sino
también contribuir a la economía de la región, fomentando prácticas agrícolas
responsables y sostenibles. A medida que crece la conciencia sobre la importancia
de una alimentación saludable y natural, estamos convencidos de que la oferta de
productos orgánicos en Ameca encontrará un nicho de mercado dispuesto cambiar
su manera de consumir alimentos.
El mercado que consume productos orgánicos en la localidad de Ameca, Jalisco, se
caracteriza por su diversidad y dinamismo. Este entorno diverso nos lleva a
clasificar el segmento de consumidores en tres categorías principales que serán
nuestro enfoque para comprender mejor las dinámicas de este mercado:
1. Restaurantes: Los restaurantes juegan un papel crucial en el consumo de
productos orgánicos. Estos establecimientos, en su búsqueda por ofrecer
menús innovadores y saludables, recurren a ingredientes orgánicos para
satisfacer las crecientes demandas de sus clientes. Los consumidores
actuales son más conscientes de lo que consumen, buscando opciones que
no solo sean sabrosas, sino también sostenibles. Esta tendencia ha llevado a
muchos restaurantes a establecer relaciones directas con productores locales
de alimentos orgánicos, lo que no solo mejora la frescura de sus platillos, sino
que también apoya la economía local y promueve prácticas agrícolas
responsables.
2. Carnicerías: La incorporación de productos cárnicos orgánicos en las
carnicerías está ganando terreno. A medida que más consumidores se
1. preocupan por la calidad de la carne que compran, muchas carnicerías están
adaptando su oferta para incluir carnes provenientes de animales criados sin
hormonas ni antibióticos, y alimentados de manera orgánica. Esta opción se
presenta como una respuesta a la demanda de una alimentación más
saludable, ya que los consumidores buscan productos que garanticen un
menor impacto en su salud y en el medio ambiente. Además, la transparencia
en el origen de la carne es un aspecto que se vuelve cada vez más relevante
para los compradores.
2. Cremerías: Al igual que las carnicerías, las cremerías han comenzado a
incorporar productos lácteos orgánicos en su oferta. Esto incluye leche,
quesos y yogures que provienen de prácticas de producción sostenibles y
libres de aditivos artificiales. La creciente popularidad de los productos
lácteos orgánicos se debe a la percepción de que son más saludables y
nutritivos. Muchos consumidores están dispuestos a pagar un precio más alto
por productos que consideran de mayor calidad y que promueven un estilo de
vida saludable.
El mercado se compone de estos tres factores clave, que representan los mayores
compradores de productos orgánicos en la zona de Ameca, Jalisco. Sin embargo,
es fundamental resaltar que existe una limitación significativa en la proporción de la
población que opta por la compra de productos orgánicos. Esto se debe en gran
parte a la falta de información y conocimiento sobre las ventajas y beneficios de este
tipo de alimentos. Según un informe emitido por la Profeco, las autoridades
federales y estatales han subrayado que en el estado de Jalisco se cuentan con
aproximadamente 13,200 hectáreas dedicadas a cultivos orgánicos. A pesar de esta
vasta producción, solo un 5% de la población busca activamente estos productos,
eligiéndolos con el propósito de llevar una vida más saludable y equilibrada.
Este dato pone en controversia la necesidad de aumentar la concienciación sobre
los beneficios de los productos orgánicos. La educación del consumidor es
esencial para fomentar un mayor interés y preferencia por estos productos. Las
campañas informativas y los programas educativos pueden jugar un papel
fundamental en la creación de un mercado más robusto para los productos
orgánicos, ayudando a las personas a comprender no solo cómo estos productos
pueden beneficiar su salud, sino también cómo contribuyen a la sostenibilidad
ambiental y al bienestar de las comunidades agrícolas locales.
Además, la gráfica presentada anteriormente resalta que el consumo de productos
orgánicos representa solo el 1% dentro de la población de la zona de Ameca,
Jalisco. Este dato, aunque pequeño, revela un potencial de crecimiento significativo
en el mercado de productos orgánicos en la región. La combinación de una
creciente conciencia sobre la salud y el bienestar, junto con el interés por apoyar
prácticas agrícolas sostenibles, sugiere que hay una oportunidad importante para
que los productores y comerciantes de productos orgánicos amplíen su alcance y
capten una mayor cuota de mercado. A medida que la población se vuelve más
consciente de la importancia de una alimentación saludable y sostenible, el mercado
de productos orgánicos en Ameca, Jalisco, tiene el potencial de expandirse. La
colaboración entre productores, comerciantes y consumidores será clave para
fomentar este crecimiento y asegurar que más personas tengan acceso a alimentos
que no solo son buenos para su salud, sino también se familiarizan con el medio
ambiente.
En promedio, cada mexicano consume aproximadamente 16 kilogramos de carne
de al año. Esta cifra resalta de manera significativa la relevancia de este producto,
subrayando su papel no solo como fuente de proteínas, sino también como un
componente cultural y económico en la vida cotidiana de las familias.
Además, es importante destacar que, entre enero y junio de 2024, el sector
ganadero reportó un incremento de ingresos de 719 millones de dólares en la
producción de ganado en pie.
En los últimos años, el consumo de alimentos orgánicos en Jalisco ha
experimentado un notable aumento. Este crecimiento está impulsado principalmente
por una creciente conciencia entre los consumidores acerca de la salud personal y
el impacto ambiental de los productos que consumen. La población de Jalisco, así
como la de Ameca, se ha vuelto más exigente en cuanto a la calidad de los
alimentos, buscando opciones que no solo sean beneficiosas para su bienestar, sino
que también respeten el medio ambiente.
A pesar de este crecimiento en la demanda de productos orgánicos, es importante
señalar que estos aún representan un porcentaje relativamente pequeño del
mercado total de alimentos en la región. Esto sugiere que, aunque más personas
están adoptando estilos de vida saludables y sostenibles, existe un gran potencial
para el desarrollo y la expansión de la oferta de productos orgánicos. Las iniciativas
de educación y promoción sobre los beneficios de estos alimentos podrían ayudar a
aumentar su participación en el mercado, fomentando una agricultura más
sostenible y saludable en Jalisco y sus alrededores. Sin embargo, el futuro del
consumo de alimentos orgánicos en Jalisco parece prometedor, pero todavía hay un
largo camino por recorrer para que estos productos se conviertan en la norma y no
en la excepción en la dieta de los consumidores.
En la actualidad, la venta de productos orgánicos ha experimentado una notable
diversificación. Cada vez es más fácil encontrarlos en una variedad de lugares, lo
que refleja un creciente interés por la salud y el bienestar entre los consumidores.
No solo están disponibles en tiendas naturistas y locales especializados, sino que
también han encontrado su lugar en los estantes de los supermercados, lo que
facilita aún más su acceso. Esta evolución en el mercado ha llevado a un aumento
en la variedad de productos orgánicos, que abarcan desde frutas y verduras frescas
hasta productos envasados y procesados.
Sin embargo, a pesar de este crecimiento y de la mayor disponibilidad de estos
productos, todavía existen factores que dificultan su compra y consumo para una
parte significativa de la población. Uno de los principales obstáculos es el precio
elevado de los alimentos orgánicos en comparación con sus contrapartes
convencionales. Este costo puede ser un reto considerable en una economía donde
muchos trabajadores reciben salarios bajos y enfrentan dificultades para cubrir sus
necesidades básicas.
El precio más alto de los productos orgánicos puede ser un factor cambiante para
una amplia franja de consumidores, lo que significa que un porcentaje limitado de la
población tiene acceso a este tipo de alimentos. Muchos están dispuestos a pagar el
precio necesario para adquirir estos productos, reconociendo los beneficios
potenciales para la salud y el medio ambiente, pero esta opción no está al alcance
de todos.
Además, el acceso a productos orgánicos no solo depende del precio, sino también
de la disponibilidad en diferentes regiones. En áreas rurales o en comunidades con
menos recursos, puede ser difícil encontrar una variedad adecuada de alimentos
orgánicos. Todo esto plantea un desafío importante en la promoción de una
alimentación saludable y sostenible, ya que el ideal de consumir productos
orgánicos se ve limitado por factores económicos y geográficos. Aunque el mercado
de productos orgánicos está en crecimiento y cada vez es más accesible, persisten
obstáculos significativos que impiden que un número mayor de personas pueda
beneficiarse de ellos. La combinación de precios elevados y la desigual distribución
de estos productos en el mercado subraya la necesidad de encontrar soluciones
que hagan que los alimentos orgánicos sean más asequibles y accesibles para
todos.
Esto nos lleva a una pregunta específica ¿Por qué es más caro? El costo elevado
de ciertos productos, especialmente los que se consideran orgánicos o de
producción sostenible, puede sorprender a muchos consumidores. La razón
principal detrás de este aumento en el precio radica en varios factores clave que
afectan su producción y distribución.
En primer lugar, la producción de estos productos es notablemente más lenta. A
diferencia de los métodos de cultivo convencionales que utilizan fertilizantes
sintéticos, hormonas de crecimiento y otros aditivos químicos para acelerar el
crecimiento y aumentar el volumen de producción, los métodos orgánicos se basan
en prácticas agrícolas más naturales y respetuosas con el medio ambiente. Esto
significa que las plantas y los animales crecen de forma más gradual, lo que resulta
en un menor rendimiento en comparación con la agricultura intensiva.
Además, la producción orgánica se lleva a cabo en menor volumen. Los agricultores
que optan por este enfoque no pueden producir la misma cantidad de frutas,
verduras o productos animales que sus contrapartes convencionales, lo que
significa que hay menos producto disponible en el mercado. Este limitado suministro
también contribuye a un aumento en los precios, ya que la demanda de productos
orgánicos sigue siendo alta entre los consumidores que buscan opciones más
saludables y sostenibles.
Otro factor por considerar es el riguroso proceso de certificación que deben seguir
estos productos. Los agricultores y productores orgánicos deben cumplir con
normativas estrictas que aseguran que sus prácticas agrícolas son realmente
sostenibles y libres de químicos dañinos. Este proceso de certificación no solo es
costoso, sino que también requiere tiempo y esfuerzo considerable, lo que se
traduce en un costo adicional que, inevitablemente, se refleja en el precio final del
producto. El precio más alto de estos productos se debe a su producción más lenta,
menor volumen y los estrictos estándares de certificación que deben seguir. Aunque
pueden costar más, muchos consumidores están dispuestos a pagar este precio por
la tranquilidad que les brinda saber que están eligiendo opciones más saludables y
respetuosas con el medio ambiente. En enero de 2018, se llevó a cabo un
exhaustivo estudio que abarcó a toda la comunidad mexicana. El objetivo principal
de esta investigación fue analizar y comparar las diferencias de precios entre los
alimentos orgánicos y los convencionales en el mercado. Este análisis no solo se
centró en la simple comparación de precios, sino que también consideró diversos
factores que podrían influir en estas variaciones, como la producción, el transporte,
y las prácticas agrícolas.
Los resultados obtenidos revelaron información muy interesante y significativa. Se
observó que, en general, los alimentos orgánicos tienden a tener un costo más
elevado en comparación con sus contrapartes convencionales. Esta diferencia de
precios se atribuyó a varios elementos, incluyendo los métodos de cultivo más
sostenibles y el hecho de que los productos orgánicos suelen requerir más tiempo y
esfuerzo en su producción. Además, el estudio destacó las percepciones de los
consumidores sobre la calidad y los beneficios para la salud de los alimentos
orgánicos. Muchos participantes expresaron que estaban dispuestos a pagar un
precio más alto por productos que consideraban más saludables y menos dañinos
para el medio ambiente. En resumen, el estudio no solo proporcionó datos sobre
precios, sino que también ofreció una visión más amplia de las preferencias y
valores de la comunidad mexicana en relación con la alimentación.
Como se puede observar en la tabla anterior, el precio de los alimentos orgánicos
presenta un nivel notablemente elevado en comparación con sus contrapartes
convencionales. Este fenómeno es particularmente evidente en el caso del pollo,
cuyo precio puede llegar a triplicarse en relación con el costo del pollo convencional.
Esta diferencia de precios no solo refleja los mayores costos asociados con la
producción orgánica, sino que también indica la existencia de un mercado específico
y diferenciado para los productos orgánicos. Este mercado a menudo se asocia con
un estándar más alto de calidad, un proceso de producción más cuidadoso y
sostenible, y una mayor preocupación por el bienestar animal y el medio ambiente.
Es relevante mencionar que este estudio se ha llevado a cabo a nivel general en
todo México, lo que proporciona una visión amplia sobre la situación del mercado de
alimentos orgánicos en el país. A través de esta investigación, se ha logrado no solo
identificar el nivel de precios, sino también la calidad percibida de dichos alimentos,
la cual puede variar significativamente entre diferentes consumidores y regiones.
Además, los resultados de este estudio permiten identificar segmentaciones de
mercadeo específicas, que son cruciales para comprender a qué grupo de la
población realmente se dirigen estos productos.
Es evidente que solo un porcentaje relativamente pequeño de la población tiene la
capacidad económica para adquirir este tipo de alimentos. Esto plantea cuestiones
interesantes sobre la accesibilidad y la sostenibilidad del mercado orgánico en
México. Por un lado, la creciente demanda de alimentos orgánicos sugiere una
mayor conciencia sobre la salud y el medio ambiente entre los consumidores. Por
otro lado, el alto costo de estos productos puede limitar su accesibilidad para
muchas familias, lo que puede resultar en un desbalance en la distribución de
alimentos saludables.
Además, es importante considerar el contexto cultural y social en el que se sitúa
este mercado. En muchas ocasiones, los consumidores que eligen productos
orgánicos no solo están motivados por la calidad del alimento, sino también por un
estilo de vida que valora la sostenibilidad, la producción local y el respeto por el
medio ambiente. Sin embargo, estas elecciones a menudo están ligadas a un nivel
socioeconómico que les permite hacer estas compras de manera regular.
Por otro lado, tras realizar un análisis más detallado de la gráfica presentada, es
posible observar las diversas actitudes y disposiciones de los consumidores
respecto al precio que están dispuestos a pagar por los alimentos ganaderos
orgánicos. Esta información resulta ser valiosa, ya que no solo refleja la percepción
de calidad y los beneficios asociados a los productos orgánicos, sino que también
resalta las tendencias emergentes en los hábitos de consumo que podrían influir en
el futuro del mercado de alimentos en nuestro país.
En este sentido, es fundamental que los productores y comercializadores de
alimentos orgánicos comprendan estas dinámicas de mercado y consideren
estrategias para hacer sus productos más accesibles, no solo en términos de precio,
sino también de distribución y promoción. Esto podría incluir iniciativas como
programas de educación al consumidor sobre los beneficios de los alimentos
orgánicos, así como la implementación de prácticas de sostenibilidad que reduzcan
costos sin comprometer la calidad. La investigación refleja un panorama complejo y
multifacético en el que se entrelazan factores económicos, sociales y ambientales.
Mientras que el mercado de alimentos orgánicos sigue creciendo, es esencial
abordar las barreras que impiden que un mayor número de consumidores accedan a
estos productos. Solo a través de un enfoque inclusivo y sostenible se podrá
garantizar que los beneficios de los alimentos orgánicos estén al alcance de una
población más amplia, fomentando así un sistema alimentario más equitativo y
saludable para todos.
La producción y el consumo de alimentos ganaderos orgánicos en Jalisco,
especialmente en la región de Ameca, han mostrado un crecimiento significativo
impulsado por la creciente conciencia sobre la salud y el bienestar de los
consumidores. A pesar de esta tendencia positiva, solo un pequeño porcentaje de la
población ha adoptado estos productos, lo que indica un considerable potencial de
expansión en el mercado. Los restaurantes, carnicerías y cremerías son los
principales compradores de productos orgánicos, pero el alto costo y la limitada
disponibilidad siguen siendo barreras para su acceso generalizado. Es fundamental
realizar campañas de educación para aumentar la comprensión sobre los beneficios
de los alimentos orgánicos, no solo para la salud individual, sino también para la
sostenibilidad ambiental.
A medida que la demanda de productos orgánicos continúa creciendo, la
colaboración entre productores y consumidores se vuelve crucial para crear un
mercado más robusto y accesible. Esto no solo beneficiará a los agricultores
locales, sino que también contribuirá al bienestar de la comunidad y a prácticas
agrícolas responsables. En definitiva, aunque el futuro del consumo de productos
orgánicos en Ameca es prometedor, se requiere un esfuerzo conjunto para superar
los desafíos actuales y fomentar un estilo de vida más saludable y sostenible en la
región.
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ducci%C3%B3n%20de%20cultivos%20org%C3%A1nicos,como%20una%20
oportunidad%20de%20negocio.
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