Subido por martin.molina

03 junio

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Es la vía metabólica por la cual el músculo va
a obtener energía (más ATP) para contraerse.
Existen tres sistemas energéticos:
1. La vía de los fosfágenos (hidrólisis de la
fosfocreatina).
2. La glucólisis (vía anaeróbica)
3. La fosforilación oxidativa (vía aeróbica).
FOSFAGENOS
GLUCOLISIS
FOSFORILACIÓN
OXIDATIVA
Estos sistemas energéticos representan las vías
metabólicas a través de las cuales el organismo
obtiene energía para realizar un trabajo. Como
se ha visto, en todo esfuerzo físico interviene
siempre la molécula fundamental en la
producción de energía conocida como ATP
Es el sistema que utilizamos para obtener la energía de manera
más inmediata en ejercicios de corta duración y de muy alta
intensidad.
Por ejemplo: la carrera de 100 metros planos, 25 metros en
natación,
el
saque
de
en
suspensión
en
voleibol
o
el
levantamiento
El ATP se descompone mediante un proceso de hidrólisis en una
olímpico.
molécula ADP (Adenosin bifosfato) y un átomo de fosfato.
En el proceso, que requiere agua, se libera energía.
Posteriormente, el ADP puede volver a convertirse en ATP a
través de una fosforilación, la ganancia de un fosfato.
Se necesitan 2 litros de oxígeno para restablecer el fosfágeno
agotado por completo como resultado de la actividad desarrollada, y
aproximadamente 8 litros, para restituir el glucógeno y el ácido
láctico que también están agotados, de manera que totalmente se
demandan de 10-12 litros de oxígeno para recuperar dichos sistemas
energéticos, y por consiguiente se deduce que el sujeto puede
desarrollar una deuda de oxígeno hasta de 10-12 litros, y que el
organismo es capaz de pagar (1 hora o quizás mas) después de un
período de actividad física agotadora.
Esta vía nos permite un suministro de grandes cantidades de energía y se
debe a que la producción de ATP es mayor que por la vía aeróbica. Esta vía
energética se utiliza en actividades de alta intensidad pero que tienen una
duración mayor que los de la vía de los fosfórenos
Proceso en el cual las células, en las reacciones enzimáticas que no
necesitan oxígeno, descomponen parcialmente la glucosa (azúcar). La
glucólisis es uno de los métodos que usan las células para producir energía.
El empleo de este sistema como fuente de energía durante el trabajo
muscular, está condicionado por la tolerancia de ácido láctico que
posee el sujeto en sus músculos y líquidos corporales, recordemos
que el ácido láctico produce fatiga extrema, que limita la capacidad
de rendimiento, y el empleo continuo del propio sistema para seguir
obteniendo energía. El tiempo de restitución del sistema energético
glucógeno – ácido láctico entonces depende de la capacidad que
tenga el deportista para eliminar el ácido láctico de su cuerpo, por lo
general este proceso tiene lugar en un tiempo entre los 20-30
minutos, por lo que deducimos que el sistema no muestra una
recuperación total, hasta una hora después de la actividad deportiva
en que se empleó a plenitud.
La fosforilación oxidativa es el proceso por el que se forma ATP como
resultado de la transferencia de electrones desde el NADH o del FADH2 al
O2 a través de una serie de transportadores de electrones. En los
organismos aeróbicos, esta es la principal fuente de ATP.
La respiración celular (fosforilación oxidativa) tiene lugar en las mitocondrias,
donde una serie de enzimas catalizan la transferencia de electrones a
oxígeno molecular y la generación de adenosina trifosfato (ATP) que
almacena
energía.
La recuperación
a largo plazo del sistema metabólico aerobio se desarrolla
a partir del glucógeno, quien no solo constituye el sustrato alimenticio por
excelencia para restaurar el sistema del mismo nombre (glucógeno), y el ácido
láctico, sino que también constituye la base para la cabal recuperación del
sistema de energía oxidativa aerobia. El rendimiento que aporta este sistema
oxidativo energético aerobio está sobre las 4 horas de ejercicio agotador en
sujetos que entrenan. La recuperación del glucógeno muscular es algo
complicado pues se necesitan horas, hasta días en lugar de segundos o
minutos, por lo que sugerimos efectuar ejercicios exhaustivos con un intervalo
de descanso de 24-48 horas entre uno y el otro, incluso la recomendación se
apropia a las justa deportiva agotadoras y las competencias.
La vuelta a la calma es una reducción paulatina del trabajo realizado, con el
objetivo de normalizar variables fisiológicas como las pulsaciones, la
frecuencia respiratoria, y disminuir el lactato para volver a un metabolismo
aeróbico. Es recomendable realizar durante esta etapa ejercicios de
estiramientos musculares, para relajar la musculatura sometida a continuas
contracciones, y bajar la temperatura corporal.
La densidad es un componente o parámetro de la carga externa,
que depende del tiempo de ejecución del trabajo, y el tiempo para la
recuperación. Los descansos mínimos recomendados para que la
recuperación sea efectiva al 100% son:
•Para ejercicios aeróbicos: 24 a 36 horas.
•Para ejercicios aeróbicos y anaeróbicos: 24 a 28 horas.
•Ejercicios anaeróbicos (velocidad y fuerza): 48 o 72 horas.
•Ejercicios con efecto anabólico (fuerza máxima): 72 a 84 h.
•Ejercicios con efecto sobre el sistema neuromuscular (técnica): 72 h.
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