Subido por Aldo Vásquez

Lo cotidiano en la poesía - Aldo Vásquez

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Lo cotidiano en la poesía moderna
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Aldo Vásquez
“Si su vida diaria le parece pobre, no se queje de ella; quéjese de usted mismo,
dígase que aún no es lo bastante poeta como para convocar su riqueza, pues para el
creador no existe pobreza ni lugar pobre o indiferente.”
Cartas a un joven poeta, Rainer María Rilke
Creo que es difícil establecer un límite entre lo poético y lo cotidiano cuando se trata de
poesía actual, porque la cotidianidad se ha vuelto un elemento esencial para
aproximarse al fenómeno poético, no es casualidad que autores propios de la
experiencia como Luis García Montero (España, 1958)
hayan pulido tanto este
oxímoron y que jugando entre dos aguas idiomáticas Joan Margarit (España, 1938)
también lo haya hecho parte de su sello poético.
Hay que entender que la cotidianidad es el conjunto de situaciones que cada ser
humano puede experimentar en su día a día, desde levantarse para ir a trabajar hasta
sufrir algún imprevisto de consecuencias leves o graves. En cualquier caso en estas
situaciones es en donde suele revelarse lo poético, no obstante, no como un misterio
que ejerce una fuerza en la inconsciencia y sentidos del poeta. Por el contrario se revela
como un acto de contemplación, considero que la poesía ha pasado de ser un misterio
indescifrable por unos cuantos “elegidos” a ser un ejercicio que el poeta realiza a
voluntad.
Esta característica de la poesía actual se hace notar mucho en su lenguaje, el cual no
está desprovisto de rigor, sin embargo tampoco abusa de la complejidad o de la
pirotecnia verbal (a menudo innecesaria). Por ejemplo, el poeta Martín López-Vega
(España, 1975) desautomatiza el acto de despertar en esta estrofa:
A veces, el despertar me desconcierta:
El calor
ha hecho descender el mercurio de la sábana
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dejando tu desnudo expuesto
a la primera luz que llega de la calle.
Aunque la inclusión de palabras como “mercurio, sábana o desnudo” no resultan una
novedad aportan a la estrofa ese ancla con la rutina de cualquier persona (el
desperezamiento, la intimidad de una alcoba) y al mismo tiempo el lenguaje es capaz de
proyectar una imagen sublime sobre la belleza de la amada que recién despierta durante
la calurosa mañana. Mañanas calurosas que odiamos en cualquier idioma. Ocurre un
fenómeno similar en el poema de Víctor Ruiz (Nicaragua, 1982):
“Veo nuevamente tu cuerpo en calzón
moverse presuroso de la cama hacia el baño,
Escucho, entonces la sinfonía del chorro poderoso de tu orina
Y me invade el deseo,
la necesidad urgente
de aferrarme a tus huesos (...)
Una vez más la desautomatización mediante el vocabulario prosaico brinda al poema de
los referentes obvios para entenderlo y a la vez, el tratamiento adecuado de la palabra
nos revela el momento del deseo que es tan caro a los seres humanos. La poesía actual
hereda de las vanguardias esta “facilidad de comunicar”, pero evita los excesos de tal
manera que un lector casual podría perfectamente evocar alguna experiencia en
cualquiera de los dos poemas. Entonces, estamos ante una desautomatización del
lenguaje que al mismo tiempo va a desautomatizar la realidad, por ejemplo, revelar lo
trascendental del despertar o el deseo carnal en algo tan opuesto como orinar no solo
rompe ideas arcaicas como que la poesía sólo expresa belleza y demás patetismos tan
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aclamados por los lectores más desprevenidos, además de ello propone que en actos
aparentemente cotidianos se puede esconder un nuevo significado que se construye
mediante acciones pequeñas y que al ser normal se han vuelto “normales”. Dentro de
este contexto el poema es el vehículo de revelación.
Claro está que depende de la sensibilidad más que de una formación lectora, de todos
modos el mensaje poético no solo se reviste de una “ligereza léxica” en su lugar, puede
afirmarse que el poeta reviste al poema con las experiencias más cotidianas para
alcanzar la revelación antes mencionada. Por ello es que parece inefectivo recurrir a una
estética gongorina, existe en el poema actual una mezcla de poesía y prosaísmo.
La poesía de la cotidianeidad no difiere mucho de un paseo a solas donde poema y lector
se conocen y luego se olvidan aunque ya nada queda igual luego de ese encuentro, el
poeta resulta ahora una especie de ente encargado de establecer nexos entre ambas
soledades. Lo cotidiano en la poesía actual no debe ser visto como una “carencia” por
ser mucho menos poeta, por el contrario considero que es una regla no escrita, una
inclinación natural para la poesía de carácter íntima y reflexiva, puesto que, el poema
debería caber en una envoltura de galletas y las migajas de estas también deberían caber
en un poema.
Aldo Vásquez
22 de enero de 2024
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Referencias
López-Vega, Martín. (2023) Y el resto que nos queda. Poemas de amor. Visor. Madrid.
Mónaco, M. (2023, 24 noviembre). Lo cotidiano en la poesía actual. Néstor Belda.
https://nuevawebnb.nestorbelda.com/lo-cotidiano-en-la-poesia-actual/
Ruiz, Víctor. (2024). Cabanga nerudiana [poema inédito]. Managua, Nicaragua.
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