Subido por Juan Elpidio Castillo Flores

CUENTO TAMPIQUEÑO

Anuncio
"La Aventura de los Mapaches y los Marcianos en Tampico"
Había una vez en la hermosa ciudad de Tampico, un lugar lleno de coloridas casas,
playas de arena suave y una naturaleza exuberante. En esta ciudad, vivían unos
mapaches muy curiosos y juguetones que se llamaban Pancho y Lola. Pancho era un
mapache travieso con un sombrero de marinero, mientras que Lola era una mapache
muy astuta con un lazo rojo en la cola.
Un día, mientras Pancho y Lola jugaban en el parque, algo extraordinario sucedió: ¡un
platillo volador aterrizó en medio del parque! Los mapaches, asombrados, se acercaron
con cautela y vieron salir a unos seres muy extraños, eran marcianos con ojos grandes
y verdes.
Los marcianos estaban fascinados con Tampico y querían explorar cada rincón de la
ciudad. Pero, para su sorpresa, no sabían cómo moverse por la ciudad ni qué lugares
visitar. Los mapaches, curiosos y amigables, se ofrecieron a ser sus guías turísticos y
mostrarles los lugares más bonitos de Tampico.
Pancho y Lola llevaron a los marcianos a recorrer el Malecón, donde vieron los barcos y
disfrutaron del fresco aroma del mar. Luego, los llevaron al Parque Fray Andrés de
Olmos, donde los marcianos se maravillaron con la vegetación exuberante y los juegos
divertidos. Después, visitaron la Laguna del Carpintero, donde observaron aves y
disfrutaron del paisaje lleno de manglares.
Los marcianos estaban encantados con Tampico y agradecieron a Pancho y Lola por su
amabilidad y hospitalidad. Antes de partir en su platillo volador, les regalaron a los
mapaches un dispositivo especial que les permitiría comunicarse con ellos en caso de
necesidad.
A partir de ese día, Pancho y Lola se convirtieron en los guardianes de la amistad
entre Tampico y los marcianos. Siempre estaban listos para ayudar y compartir las
maravillas de su ciudad con cualquier visitante, sea de la Tierra o de otros mundos.
Y así, entre risas y aventuras, los mapaches y los marcianos demostraron que la
amistad y la curiosidad pueden unir a seres de mundos muy diferentes. Y en Tampico,
siempre habrá espacio para recibir a quienes deseen explorar y descubrir sus
maravillas.
Descargar