¿QUÉ ES UN ECOSISTEMA? El ecosistema es una unidad natural formada por una comunidad de seres vivos y por los elementos no vivos que la rodean. En los ecosistemas, los seres vivos se relacionan entre sí y con los factores físicos del medio en que habitan. Existe una gran variedad de ecosistemas. Terrestres: Se sitúa en la superficie continental. Su flora y fauna habita en el suelo o subsuelo, es un ecosistema con muchas variaciones debido a su relieve, humedad, tipo de suelo entre otros rasgos. Se clasifican en: Desiertos Bosques Selvas Pastizales Matorrales Tundras Acuáticos: Se ubican en el agua dulce, salobre (menos salada que el mar, pero, más que los ríos y lagos) o salada. Su condición física depende del tipo de agua. Los seres vivos que habitan aquí se desarrollan o están en contacto en todo momento con el agua. Se clasifican en: Mares y océanos (agua salada) Estuarios y Manglares (agua salobre) Lagos, ríos y lagunas (agua dulce) Mixtos: Dos o más ecosistemas conviviendo en un mismo espacio y sus especies tienen características que se relacionan con ambos ecosistemas; por ejemplo: Un río dentro de un bosque. Costas Humedales Artificiales: Construidos por intervención humana. Se clasifican en: Urbanos Rurales COMPONENTES DE UN ECOSISTEMA. Para estudiar los ecosistemas se han clasificado los elementos que los componen en dos grupos: los factores bióticos o el conjunto de seres vivos que se agrupan en la biocenosis, y los factores abióticos o elementos no vivos que conforman el biotopo. Factores bióticos. Los factores bióticos son los seres vivos (plantas, animales, hongos y microorganismos) que habitan en un lugar y las relaciones que se establecen entre ellos y con el medio que los rodea. 2 Además de relacionarse entre sí, los factores bióticos interactúan con los factores abióticos del medio. Estas interacciones limitan la supervivencia de las especies, por lo cual los seres vivos han sufrido una serie de cambios a través del tiempo, conocidos como adaptaciones. Las adaptaciones o modificaciones que permiten a los organismos sobrevivir pueden guardarse en su información genética y así se transmiten a través de las generaciones. En general, las adaptaciones se pueden clasificar en tres grupos: morfológicas, fisiológicas y de comportamiento. Morfológicas: Son las transformaciones que han sufrido las estructuras corporales de los organismos y que se han dado a lo largo de su evolución; estas determinan las formas actuales de los seres vivos. Ejemplo, las adaptaciones de los picos de las aves según las flores de las que se alimentan. Fisiológicas: Son los cambios en el funcionamiento y las funciones de los seres vivos, que les permiten adaptarse a las condiciones ambientales del medio. Ejemplo, la hibernación o la migración, que les permiten a los seres sobrevivir a las temporadas más frías o secas del año. De comportamiento: Son las modificaciones en el comportamiento de los organismos, que se han dado como respuesta a las condiciones del medio. Ejemplo, el tipo de reproducción en harén de los elefantes marinos, en la que los machos dominantes tienen entre 10 y 100 hembras para aparearse, a las que defiende enfrentándose a muerte con otros machos. Factores abióticos. Los factores abióticos son los componentes físicos o no vivos de un ecosistema, que determinan la supervivencia de los seres vivos que habitan en este. Algunos de ellos son la luz, el agua, el suelo, la temperatura y los gases atmosféricos. La luz es el principal suministro de energía para los seres vivos en el planeta. Las plantas, a través de la fotosíntesis, transforman la energía de la luz solar en energía química que utilizan los demás seres vivos. Así mismo, la cantidad de luz regula los ritmos biológicos de muchos seres en la tierra. El agua es el elemento del cual depende la supervivencia de los seres vivos. El agua es indispensable porque forma parte de procesos químicos orgánicos, como la fotosíntesis y la respiración, y porque actúa como regulador del clima y de la temperatura corporal de los seres vivos. 3 El suelo es la cubierta superficial de la tierra, compuesta de minerales y partículas orgánicas. La temperatura establece unos límites en los que sobreviven los seres vivos, pues cuando esta es muy alta o baja, las funciones vitales se paralizan. Además, los animales, como aves y mamíferos, gastan mucha energía para conservar su temperatura y otros, como peces, anfibios y reptiles, depende de la temperatura ambiente para sobrevivir. Los gases atmosféricos son indispensables para los seres vivos. Los principales gases atmosféricos son el nitrógeno, el dióxido de carbono y el vapor de agua. Además, la atmosfera tiene una capa formada por moléculas de ozono, encargada de retener las radiaciones ultravioletas, sin la cual la luz solar sería mortal para todos los organismos. RELACIONES ENTRE LOS SERES VIVOS. Los seres vivos comparten necesidades como alimentarse, reproducirse y protegerse. Para cumplir con ellas deben disponer de agua, luz, alimento y un territorio. Como estas necesidades las comparten con todos los individuos que conforman la biosfera, se establecen entre ellos relaciones que pueden ser intraespecíficas o interespecífica. Relaciones intraespecíficas. Las relaciones intraespecíficas se producen entre individuos de la misma especie. Pueden ser de competencia o de cooperación. Relaciones de competencia Cuando en un hábitat no existe la suficiente cantidad de un recurso vital, como la luz, agua, alimento, espacio o parejas y los individuos de una población compiten por dicho recurso, los efectos son negativos para uno de los individuos y pueden incluso causarle la muerte. La competencia se presenta por que los seres vivos que compiten ocupan el mismo nicho ecológico, es decir, ocupan el mismo lugar en la cadena trófica se alimentan de lo mismo o aprovechan los mismos recursos. Relaciones de cooperación Las relaciones de cooperación facilitan algunas funciones que serían difíciles de realizar si los individuos viven aislados. Estas pueden ser: familiares, gregarias, sociales y coloniales. Familiares: están relacionadas con la reproducción y el cuidado de las crías. Pueden ser monógamas, polígamas y matriarcales. Relaciones monógamas: aquellas que se establecen entre un macho, una hembra y sus crías. 4 Relaciones polígamas: aquellas que se establecen entre un macho con varias hembras y sus crías. Relaciones matriarcales: las que se establecen entre una hembra y sus crías. Gregarias: Relaciones que establece un conjunto de individuos que tiene comportamientos semejantes y desarrollan actividades comunes, aunque no tengan necesariamente un parentesco. Las ventajas de los individuos que se relacionan de esta forma son: defensa contra los depredadores, facilidad para conseguir alimento, beneficio para la reproducción. Un ejemplo de relación gregaria es el de los lobos que se agrupan para cazar. Sociales: Se refieren a la distribución del trabajo entre los individuos de una población y en la que se establece una jerarquía social, como sucede en las abejas, las termitas y las hormigas. Una característica de esta clase de individuos es la incapacidad para vivir en forma aislada. Coloniales: En las colonias, los individuos se asocian y forman una unidad. Un ejemplo de esta clase de relación son los corales. Relaciones interespecíficas Las relaciones interespecíficas se producen entre individuos de especies diferentes, y si estas relaciones son estrechas y se mantienen, constituyen la llamada simbiosis. Estas pueden ser positivas para las dos especies (+ +), negativa para una de las especies (+ -), positiva para una especie y neutra para la otra (+ 0) y negativa para las dos especies (- -). Los tipos de simbiosis son: mutualismo, comensalismo, amensalismo, depredación, parasitismo y competencia. Mutualismo (+ +): en ella ambas especies se ven beneficiadas de la relación, al obtener alimento, protección contra los predadores o un ambiente favorable para crecer y reproducirse. Un ejemplo de mutualismo corresponde al pez payaso, que vive en los arrecifes de coral donde habitan muchas anémonas. Tanto el pez como la anémona se benefician al protegerse de los depredadores. Depredación (+ -): en esta relación la especie depredadora caza a otros animales o presas para alimentarse. En ella una especie se beneficia mientras la otra se va perjudicada. Comensalismo (+ 0): en ella, un individuo se beneficia mientras que el otro no se ve afectado. Ejemplo: los percebes, que se adhieren a la piel de las ballenas. Los percebes no benefician a las ballenas, pero tampoco les causan daño, mientras que estos se benefician pues el movimiento de las ballenas remueve las partículas de alimento que hay en el agua. Otros ejemplos son: los cangrejos ermitaños, que usan como casa los caparazones vacíos y junto a 5 ellos anidan gusanos que aprovechan los desperdicios del cangrejo, y las rémoras que siguen a los tiburones para comer sus sobras. Amensalismo (- 0): es un tipo de relación entre dos especies distintas, en la cual una especie resulta inhibida mientras que la otra no es afectada. Ejemplo: los grandes árboles de la selva amazónica que impiden la llegada de la luz a las plantas que se encuentran en el suelo, y el hongo penicillium que producen penicilina e impide el desarrollo de las bacterias. Parasitismo (+ -): es una relación en la que un organismo vive dentro de otro o sobre él y le causa daño. El parásito toma su alimento de otro organismo que recibe el nombre de huésped. Una característica general de los parásitos es tener un menor tamaño que su huésped; ellos lo debilitan, pero sin causarle la muerte. El equilibrio ecológico Se refiere al balance natural entre los diferentes seres vivos y su entorno. Se puede definir como el estado en el que los organismos viven en armonía con su hábitat y entre sí. Es decir, se refiere a la interdependencia entre los seres vivos y su entorno. Es importante mantener este equilibrio para asegurar la supervivencia de todas las especies y mantener la biodiversidad en nuestro planeta. El equilibrio ecológico es clave para el medio ambiente y la supervivencia de las especies. Si un elemento del ecosistema se ve afectado, puede tener un efecto dominó en todo el sistema. Por ejemplo, si se elimina una especie de planta, los animales que dependen de esa planta para alimento también se ven afectados y, eventualmente, todo el ecosistema puede sufrir daños. Para mantener el equilibrio ecológico, debemos tomar medidas para proteger el medio ambiente y preservar la biodiversidad. Esto incluye la conservación de los hábitats naturales, la protección de especies en peligro de extinción y la promoción de prácticas sostenibles. El equilibrio es importante para garantizar que todas las especies tengan suficientes recursos naturales como agua, aire, alimentos y refugio para sobrevivir. Se basa en la idea de que todos los seres vivos están interconectados y dependen unos de otros. Por ejemplo, las plantas producen oxígeno y alimento para los animales, mientras que los animales ayudan a esparcir las semillas y polinizar las plantas. Para mantener el equilibrio ecológico, es importante proteger el medio ambiente y reducir nuestra huella ecológica. Esto puede incluir la conservación de los recursos naturales, el uso de energías renovables y la reducción de la contaminación. 6 El equilibrio ecológico es vital para la supervivencia de todas las especies, incluyendo a los seres humanos. Cuando este equilibrio se pierde, las consecuencias pueden ser catastróficas, como el cambio climático, la extinción de especies y la contaminación del aire y el agua. El equilibrio ecológico se logra a través de una compleja red de relaciones entre los seres vivos y su entorno natural. En los ecosistemas, cada especie tiene un papel específico que desempeñar. Por ejemplo, los árboles producen oxígeno, mientras que los animales lo consumen. Los insectos polinizan las flores, permitiendo que estas produzcan semillas y frutos. Los depredadores, a su vez, controlan las poblaciones de presas, evitando que se sobrepoblen. El equilibrio ecológico también se ve afectado por factores ambientales como la temperatura, la humedad, la luz solar y la calidad del suelo. Los cambios en estos factores pueden afectar la capacidad de las especies para sobrevivir y reproducirse, lo que a su vez puede tener un impacto en todo el ecosistema. Factores que afectan al equilibrio ecológico Deforestación: es una acción llevada a cabo mayormente por los humanos, el cual consta en la tala de los bosques a gran escala, participando en la reducción desmesurada de la superficie forestal. Contaminación ambiental: es la presencia de sustancias dañinas en el medio ambiente, y afectan a cualquier tipo de entorno ecológico (aire, tierra y agua). Sus consecuencias son: calentamiento global, efecto invernadero, lluvias ácidas y destrucción de la capa de ozono. Todos estos factores afectan, por supuesto, a la vida. Sobreexplotación de recursos naturales: la adquisición de recursos naturales y materia prima de forma excesiva para la elaboración de productos o bienes para su posterior comercialización, cuando estas acciones no son controladas, propician la destrucción de hábitats naturales de cualquier índole (hábitats terrestres, aeroterrestres y acuáticos) y, en consecuencia, la extinción de animales y la desaparición de vegetación. Especies invasoras: Son animales que, por decisión voluntaria del humano, o por la devastación de sus hábitats naturales, ingresan a un entorno y causan un desequilibrio ecológico, desvirtuando la esencia biológica de la zona. Las consecuencias son: depredación, competencia por los recursos naturales, acarreamiento de enfermedades, incidencias negativas en la reproducción, y alteraciones en el comportamiento normal de los animales nativos. Importancia del equilibrio ecológico El equilibrio ecológico es importante porque garantiza la supervivencia de todas las especies. Cuando una especie se extingue, puede tener un impacto en todo el ecosistema. 7 También es importante para la salud humana. Los seres humanos dependen de los ecosistemas para obtener alimentos, agua y aire limpio. La pérdida de biodiversidad y el deterioro ambiental pueden tener graves consecuencias para la salud humana, como enfermedades respiratorias y del corazón. ¿Cómo podemos ayudar a mantener el equilibrio ecológico? Hay muchas cosas que podemos hacer para ayudar a mantener el equilibrio ecológico. Una de las formas más importantes es reducir nuestra huella ecológica, es decir, la cantidad de recursos que consumimos y la cantidad de residuos que producimos. Algunas formas de hacer esto incluyen: Reducir el consumo de energía, utilizando bombillas de bajo consumo, apagando los electrodomésticos cuando no los usamos y utilizando el transporte público o bicicleta en lugar del coche. Reducir el consumo de agua, reparando las fugas y utilizando sistemas de riego eficientes. Reducir el consumo de productos de plástico, utilizando bolsas reutilizables y botellas de agua recargables. Apoyar a las empresas y productos que usan prácticas sostenibles y respetuosas con el medio ambiente. Participar en actividades de conservación, como la limpieza de playas o la plantación de árboles.