CAPÍTULO 5 Terapia gestáltica CO M EN TA RIO Este artículo, escrito en conjunto con Jim Simkin en 1981, es pro­ bablem ente la m ejor introducción general a la terapia gestáltica que h e escrito. Es el capítulo sobre terapia gestáltica que aparece en la edición 1989 de Current Psychotherapies de Corsini y Wedding (4a edición). Aparece en este libro con la gentil autorización del editor, F.E. Peacock, Publishers, Inc. de Itasca, Illinois. Es una versión le­ vem ente editada del capítulo de 1984, escrito conjuntamente con Jim Simkin para la tercera edición de Current Psychotherapies. La versión de 1984 fue una m odificación total de una versión que había escrito Jim por su cuenta, para la segunda edición de Current Psychotherapies. Los cam bios que yo hice a la versión de 1989 fu e­ ron menores, y hechos después de la m uerte de Jim. VISIÓN GEN ERAL La terapia gestáltica es una terapia fenomenológico-existencial funda­ da por Frederick (Fritz) y Laura Perls en la década de los 40. Enseña a terapeutas y pacientes el método fenomenológico del darse cuenta, en el cual percibir, sentir y actuar es distinto a interpretar y repetir actitudes preexistentes. Las explicaciones e interpretaciones se con­ sideran menos confiables que aquello que se percibe y siente direc­ tamente. En terapia gestáltica, pacientes y terapeutas dialoga n, es decir, comunican sus perspectivas fenomenológicas. Las diferencias en las perspectivas, se convierten en el foco de la experimentación y diálogo continuo. El objetivo es que los pacientes se den cuenta de lo que están haciendo, cómo lo están haciendo y cómo pueden cam­ biar, y al mismo tiempo aprendan a aceptarse y valorarse a sí mis­ mos. 119 120 PROCESO Y DIALOGO EN GESTALT La terapia gestáltica se centra más en el proceso (lo que está ocurriendo) que en el contenido (lo que se está discutiendo). El én­ fasis está en lo que se está haciendo, pensando y sintiendo en el momento, más que en lo que fue, puede ser o debe ser. CO N C EPT O S BÁSICOS La p erspectiva fenom enológica La fenomenología es una disciplina que ayuda a las personas a dis­ tanciarse de su forma usual de pensar, para que puedan apreciar la diferencia entre lo que se está percibiendo y sintiendo realmente en el momento, y lo que es residuo del pasado (Idhe, 1977). Una explo­ ración gestáltica respeta, usa y clarifica la percepción inmediata, "ingenua", "no corrompida por el aprendizaje" (Wertheimer, 1945, p. 331). Para la terapia gestáltica, tanto lo que se siente "subjetivamen­ te" en el presente como lo que se observa "objetivamente" constitu­ yen información real e importante. Esto contrasta con enfoques que consideran lo que el paciente experimenta como "meras apariencias", y utilizan la interpretación para encontrar el "verdadero significado". El objetivo de la exploración fenomenológica gestáltica es el darse cuenta o insight. "Insight es modelar el campo perceptivo, de manera tal que se manifiesten las realidades significativas; es la for­ mación de una gestalt en la cual los factores relevantes se ordenan con respecto al todo" (Heidbreder, 1933, p. 355). En terapia gestáltica, insight es la clara comprensión de la estructura de la situación estu­ diada. El darse cuenta sin una exploración sistemática, comúnmente no basta para desarrollar insights. Por lo tanto, la terapia gestáltica usa el darse cuenta enfocado y la experimentación para lograr insights.. Para cualquier investigación fenomenológica, es crucial saber cómo uno se da cuenta. La fenomenología estudia no sólo el darse cuenta personal, sino también el proceso mismo de darse cuenta. El paciente deberá aprender a darse cuenta del darse cuenta. La forma en que el terapeuta y el paciente vivencian su relación, constituye una preocu­ pación especial de la terapia gestáltica (Yontef, 1976, 1982, 1983). P erspectiva de la teoría de cam po La cosmovisión científica que sustenta la perspectiva fenomenológica gestáltica es la teoría de campo. La teoría de campo es un método de exploración que describe el campo total del cual el evento actualmen­ te forma parte, en vez de analizarlo en términos de la categoría a la TERAPIA GESTALTICA 121 que pertenece por su “naturaleza" (por ejemplo, la clasificación aris­ totélica), o de una secuencia causa-efecto, unilineal, histórica (por ejemplo, la mecánica newtoniana). El campo es un todo en el cual las partes están en relación y correspondencia inmediata unas con otras, y ninguna parte queda al margen de la influencia de lo que ocurre en otro lugar del campo. El campo reemplaza la noción de partículas separadas, aisladas. La per­ sona en su espacio de vida constituye un campo. En la teoría de campo, ninguna acción es a distancia,- es decir, lo que provoca efectos, debe tocar lo afectado en el tiempo y el espacio. Los terapeutas gestálticos trabajan en el aquí y ahora, preocupándose de cómo incluye residuos del pasado, tales como postura corporal, hábitos y creencias. El campo fenomenología) lo define el observador, y es significati­ vo sólo si se conoce el marco de referencia de éste. El observador es necesario porque lo que uno ve es, de alguna manera, una función de cómo y cuándo miramos. Los enfoques de campo son más descriptivos que especulativos, interpretativos o clasificatorios. El énfasis está en observar, describir y explicar la estructura exacta de lo que se está estudiando. En tera­ pia gestáltica, la información no directamente observable por el te­ rapeuta, se estudia con el enfoque fenomenológico, la experimenta­ ción, informes de los participantes y diálogo ¡Yontef, 1982, 1983). Perspectiva existeneial El existencialismo se basa en el método fenomenológico. Los fenomenólogos existenciales se centran en la existencia de las personas, las relaciones entre ellas, sus alegrías, sufrimientos, etc., vivenciados di­ rectamente. La mayoría de las personas funcionan en un contexto no expre­ sado de pensamiento convencional, que oscurece o evita reconocer cómo es el mundo. Esto es especialmente válido en cuanto a nuestras relaciones en el mundo y nuestras opciones. El auto-engaño es la base de la falta de autenticidad: la vida que no está basada en la verdad acerca de uno mismo en el mundo, lleva a sentir miedo, culpa y angustia. La terapia gestáltica proporciona un camino para llegar a ser auténtico y significativamente responsable por uno mismo. Al darnos cuenta, somos capaces de elegir y/u organizar de manera significativa la propia existencia (Jacobs, 1978; Yontef, 1982, 1983). La visión existeneial sostiene que las personas están intermina­ blemente re-haciéndose o descubriéndose a sí mismas. No existe una 122 PROCESO Y DIALOGO EN GESTALT esencia en la naturaleza humana que pueda ser descubierta "de una vez por todas". Siempre hay nuevos horizontes, nuevos problemas y nuevas oportunidades. Diálogo La relación entre terapeuta y paciente es el aspecto más importante de la psicoterapia. El diálogo existencial es parte esencial de la metodología de la terapia gestáltica, y una manifestación de la pers­ pectiva existencial en la relación. La relación crece a partir del contacto. A través del contacto, las personas crecen y forman su identidad. El contacto es la experiencia del lím ite entre m i "yo" y mi "no-yo". Es la experiencia de interactuar con el no-yo, manteniendo al mismo tiempo una identidad pro­ pia separada del no-yo. Martin Buber afirma que la persona ("Yo") tiene significado sólo en relación a otros, en el diálogo Yo-Tú o en el contacto manipulador Yo-Ello. Los terapeutas gestálticos prefieren vivenciar al paciente mediante el diálogo que por medio de la mani­ pulación terapéutica (Yo-Ello). La terapia gestáltica ayuda a los pacientes a desarrollar su propio apoyo para el contacto o el alejamiento deseado (L. Perls, 1976, 1978). Apoyo se refiere a cualquier cosa que permita el contacto o el aleja­ miento: energía, apoyo corporal, respiración, información, interés en los demás, lenguaje, etc. El apoyo moviliza los recursos para el con­ tacto y el alejamiento. Por ejemplo, para apoyar la excitación que acompaña al contacto, una persona necesita tomar suficiente oxí­ geno. Los terapeutas gestálticos trabajan con el diálogo, en vez de ma­ nipular al paciente hacia algún objetivo terapéutico. Este contacto se caracteriza por una preocupación íntegra, entusiasmo, aceptación y auto-responsabilidad. Cuando los terapeutas movilizan a los pacien­ tes hacia algún objetivo, éstos no pueden hacerse cargo de su propio crecimiento y auto-apoyo. El diálogo se basa en vivenciar a la otra persona tal como es, mostrando el verdadero sí mismo y compartien­ do el darse cuenta fenomenológico. El terapeuta gestáltico dice lo que piensa y estimula al paciente para que haga lo mismo. El diálogo gestáltico conlleva autenticidad y responsabilidad. La relación terapéutica en la terapia gestáltica destaca cuatro características del diálogo: 1. Inclusión. Es situarse lo más plenamente posible en la ex riencia del otro, sin juzgar, analizar o interpretar, conservando simul­ táneamente el sentido de la propia presencia, separada y autónoma. TERAPIA GESTALTICA 123 Esta es una aplicación interpersonal y existencial de la confianza fenomenològica en la experiencia inmediata. La inclusión proporcio­ na un ambiente seguro para el trabajo fenomenològico del paciente y, al comunicar la comprensión de su experiencia, ayuda a agudizar su darse cuenta. 2. Presencia. El terapeuta gestáltico se expresa al paciente. En fonna regular, sensata y discriminada, expresa observaciones, prefe­ rencias, sentimientos, experiencia personal y pensamientos. Así, el terapeuta comparte su perspectiva mediante un informe fenomeno­ lògico, lo que ayuda al paciente a aprender a confiar en y a utilizar la experiencia inmediata para generar el darse cuenta. Si el terapeuta confía en la interpretación más que en la presencia personal, lleva al paciente a confiar en fenómenos que no están en su propia experien­ cia inmediata como herramientas para generar el darse cuenta. En terapia gestáltica, el terapeuta no usa su presencia para manipular al paciente para que se ajuste a objetivos preestablecidos, sino que lo estimula para que se regule en fonna autónoma. 3. Compromiso con el diálogo. El contacto es algo más que lo que dos personas se hacen. Es algo que ocurre entre personas, algo que surge de la interacción entre ellas. El terapeuta gestáltico se entrega a este proceso interpersonal. Esto es permitir que el contacto ocurra, en lugar de manipular, hacer contacto y controlar el resul­ tado. 4. El diálogo es vivo. El diálogo es algo que se hace más que algo de lo cual se habla. El término "vivo" enfatiza la emoción y la in­ mediatez del hacer. Un modo de dialogar puede ser la danza, cancio­ nes, palabras o cualquier modalidad que exprese y mueva la energía entre los participantes. Una importante contribución de la terapia gestáltica a la experimentación fenomenologica es la expansión de los parámetros, para incluir la explicación de la experiencia mediante expresiones no verbales. Sin embargo, la interacción está limitada por la ética, la propiedad, la tarea terapéutica, etc. OTROS SISTEM AS Yontef señala que: La diferencia teórica entre terapia gestáltica, modificación conductual y psicoanálisis es clara. En la modificación conductual, el comportamiento del paciente es cambiado di­ rectamente mediante la manipulación de estímulos ambien­ 124 PROCESO Y DIALOGO EN GESTALT tales que hace el terapeuta. En la teoría psicoanalítica, el comportamiento es provocado por una motivación incons­ ciente, que se manifiesta en la relación transferencial. Al analizar la transferencia, se supera la represión, y el incons­ ciente se torna consciente. En terapia gestáltica, el paciente aprende a usar plenamente sus sentidos externos e internos, logrando auto-responsabilidad y auto-apoyo. La terapia gestáltíca ayuda al paciente a recuperar la clave de su situación, el darse cuenta del proceso de darse cuenta. La modificación conductual condiciona utilizando estímulos de control, el psicoanálisis cura hablando acerca de y descubriendo la causa de la enfermedad mental [el problema] y la terapia gestáltica lleva a la auto-actualización a través de experimentos dirigi­ dos del darse cuenta en el aquí y ahora (1969, pp. 33-34). La modificación conductual y otras terapias que tratan principalmen­ te de dirigir el control sobre el síntoma ¡por ejemplo, quimioterapia, ECT, hipnosis, etc.) contrastan tanto con la terapia gestáltica como con las terapias psicodinámicas, ya que estas últimas fomentan el cambio principalmente mediante el aprendizaje que logra el paciente de sí mismo en el mundo a través del insight. La metodología gestáltica y psicodinámica utiliza una relación de aceptación y una tecnología para ayudar al paciente a cambiar vía la auto-comprensión emocional y cognitiva. En el psicoanálisis, la con­ ducta básica del paciente es la asociación libre; la principal herra­ mienta del analista es la interpretación. Para estimular la transferen­ cia, el analista se abstiene de cualquier expresión directa de su persona (no hace afirmaciones en "yo") y practica la "Regla de Abs­ tinencia"; es decir, el terapeuta no satisface ninguno de los deseos del paciente. Este es el enfoque de todas las escuelas psicodinámicas: clásica, relaciones objetales, ego-psicológica, kohutiana, jungiana. El terapeuta psicodinámico se aisla para estimular una relación basada explícitamente en la transferencia (más que en el contacto). La terapia gestáltica busca la comprensión mediante la presencia activa y sanadora del terapeuta y del paciente en una relación basada en el verdadero contacto. La transferencia, explorada y trabajada a medida que surge, no es incentivada por el terapeuta gestáltico (Polster, 1968). Los aspectos caracterológicos se tratan explícitam ente en la terapia gestáltica vía los métodos dialogal y fenomenológico. En terapia gestáltica, la experiencia inmediata del paciente se usa de manera activa. En vez de asociar libremente y esperar en forma TERAPIA GESTALTICA 125 pasiva la interpretación del terapeuta y el subsiguiente cambio, el paciente se considera un colaborador que aprenderá a auto-sanarse. El paciente "trabaja" en lugar de asociar libremente. "¿Qué puedo hacer para trabajar en esto?" es una pregunta frecuente en terapia gestáltica, y a menudo hay una respuesta. Por ejemplo, a una pareja con problemas sexuales se le puede pedir que se centre en los sen­ tidos. Más que cualquier otra terapia, la terapia gestáltica enfatiza que todo lo que existe está aquí y ahora, y que la experiencia es más confiable que la interpretación. Al paciente se le enseña la diferencia entre hablar acerca de lo que ocurrió hace cinco minutos (o anoche o hace 20 años) y vivenciar lo que es ahora. El psicoanalista Appelbaum señala que: En terapia gestáltica, el paciente aprende rápidamente a dis­ criminar entre ideas e ideación, entre gastadas sendas obse­ sivas y pensamientos nuevos, entre una afirmación de la ex­ periencia y una afirmación de una afirmación. El objetivo gestáltico de perseguir experiencias e insights que emergen a medida que emerge la gestalt, es más eficaz que el insight dado por el terapeuta, y ayuda a paciente y terapeuta a reali­ zar y mantener estas importantes distinciones (1976, p. 757). Terapias tales como modificación conductual, terapia de la realidad y terapia emotiva racional no trabajan lo suficiente con la experiencia del paciente como para lograr esto. En la terapia rogeriana, la pasi­ vidad impuesta en el terapeuta limita severamente el alcance o efi­ cacia de la terapia para enseñar estas distinciones. La práctica de la mayoría de los sistemas terapéuticos pone én­ fasis en la intelectualización: hablar acerca de la irracionalidad de las creencias del paciente, acerca de los cambios conductuales que el terapeuta considera adecuados para el paciente, etc. La metodología de la terapia gestáltica utiliza técnicas activas que aclaran la expe­ riencia. A menudo los terapeutas gestálticos experimentarán con algo nuevo en la hora de terapia. A. diferencia de la mayoría de las tera­ pias, en la terapia gestáltica el proceso de descubrimiento a través de la experimentación es el objetivo último, más que el sentimiento, la idea o el contenido. El psicoanalista sólo puede usar la interpretación. El rogeriano sólo puede reflejar y aclarar. Los terapeutas gestálticos pueden usar cualquier técnica o método siempre y cuando (a) apunte a aumentar 126 PROCESO Y DIALOGO EN GESTALT el darse cuenta, (b) emerja del diálogo y trabajo fenomenológico, y (c) esté dentro de los parámetros de la práctica ética. El poder y la responsabilidad por el presente están en manos del paciente. En el pasado, él estaba en mutua interacción psicológica con el ambiente y no era un recipiente pasivo de traumas. Así, puede haber recibido mensajes humillantes de sus padres, pero es él quien se tragó el mensaje, enfrentó la culpa y mantuvo la humillación interna desde entonces hasta ahora. Este punto de vista discrepa con las actitudes psicodinámicas, pero concuerda con la visión de Adler y Ellis. Este punto de vista permite al paciente ser más responsable de su propia existencia, incluyendo su terapia. Cuando el terapeuta cree que el pasado es causa del presente y que los pacientes están contro­ lados por motivaciones inconscientes, el paciente llega a confiar más en las interpretaciones del terapeuta que en su propia autonomía. En las terapias donde el terapeuta decide modificar directamente la conducta del paciente, no se respeta la experiencia inmediata del terapeuta y del paciente. Esto separa a la terapia gestáltica de la ma­ yoría de las otras terapias. Un paciente resentido puede incrementar su darse cuenta expresando resentimiento. Si el terapeuta sugiere es­ to como medio catártico, no encajaría con el enfoque fenomenológico de la terapia gestáltica. En terapia gestáltica no existen los "debería". En vez de subrayar lo que debería ser, subraya el darse cuenta de lo que es. Lo que es, es. Esto contrasta con cualquier terapeuta que "sabe" lo que el pa­ ciente "debería" hacer. Por ejemplo, la modificación conductual cognitiva, la terapia emotiva racional y la terapia de la realidad tratan de modificar actitudes del paciente que el terapeuta considera irra­ cionales, irresponsables o irreales. Aun cuando la terapia gestáltica desaprueba la interrupción del proceso asimilador organísmico mediante intelectualizaciones expli­ cativas cognitivas, los terapeutas gestálticos sí trabajan con sistemas de creencias. La aclaración del pensamiento, la explicación de las creencias y la decisión mutua de lo que se ajusta a un paciente, son parte de la terapia gestáltica. La terapia gestáltica desalienta pensa­ mientos que evitan la experiencia (obsesiones) e incentiva los que la apoyan. Excluye las enseñanzas narcisistas del terapeuta, favorecien­ do el contacto y facilitando el auto-descubrimiento del paciente. Muchas personas declaran practicar "A T [análisis transaccional] y gestalt". Generalmente usan la teoría del AT y algunas técnicas de la terapia gestáltica. Las técnicas no constituyen su aspecto más TERAPIA GESTALTICA 127 importante. Usadas en un estilo analítico, cognitivo, ¡no son terapia gestáltica! Una combinación así a menudo aborta, impide o neutra­ liza el trabajo del darse cuenta organísmico del método fenomenológico-existencial. Una combinación mejor sería integrar conceptos del AT a un marco gestáltico. Así, los estados ego de padre, adulto y niño, las transacciones cruzadas y los guiones vitales pueden tradu­ cirse a lenguaje gestáltico y trabajarse en forma experimental y dialogal. Otra diferencia entre la terapia gestáltica y las demás terapias es el genuino interés por el holismo y la multidimensionalidad. La gente manifiesta su dolor en su forma de comportarse, pensar y sentir. "La terapia gestáltica considera importante el campo biopsicosocial com­ pleto, incluyendo organismo/ambiente. Usa en forma activa las varia­ bles fisiológicas, sociológicas, cognitivas y motivacionales. Ninguna dimensión relevante se excluye de la teoría básica (Yontef, 1969, pp. 33-34). H ISTO RIA Precursores La historia de la terapia gestáltica comienza con el desarrollo profe­ sional de Fritz Perls y el espíritu de la era en que vivió. En 1926, después de obtener su M.D., Perls fue a Frankfurt-am-Main, como asistente de Kurt Goldstein en el Instituto para Soldados con Daños Cerebrales. Aquí recibió la influencia de los profesores Goldstein y Adhemar Gelb, y conoció a su futura esposa, Laura. En esa época, Frankfurt-am-Main era un centro de agitación intelectual, y Perls estuvo directa e indirectamente sometido a la influencia de psicólo­ gos líderes de la gestalt, filósofos existenciales y psicoanalistas. Fritz Perls se convirtió en psicoanalista. Tuvo influencia directa de Karen Homey y Wilhelm Reich, e indirecta de Otto Rank y otros. Fue especialmente influenciado por Wilhelm Reich, su analista a principios de los años 30 y "quien primero dirigió mi atención a aspectos importantes de la medicina psicosomática —a la función del sistema motor como una coraza" (F. Perls, 1947, p. 3). Cabe destacar tres influencias en el desarrollo intelectual de Perls. La primera fue del filósofo Sigmund Friedlander, de cuya filo­ sofía Perls incorporó los conceptos de pensamiento diferencial e in­ diferencia creativa, detallados en el primer libro de Perls, Ego, ham ­ bre y agresión (1947). Al mudarse a Sudáfrica con su fam ilia (escapando primero de la Alemania nazi, y luego de la ocupación nazi 128 PROCESO Y DIALOGO EN GESTALT de Holanda), Perls también recibió influencias del Primer Ministro Jan Smuts. Antes de ser Primer Ministro, Smuts había escrito un importante libro sobre holismo y evolución que, de hecho, examina­ ba el mundo ecológico general desde una perspectiva gestáltica. Smuts acuñó la palabra holism o. En tercer lugar, Alíred Korzybski, semántico, también influyó en el desarrollo intelectual de Perls. Laura Posner Perls fue co-fundadora de la terapia gestáltica. Su influencia en Perls era ampliamente conocida, y escribió un capítulo de Ego, ham bre y agresión. Cuando conoció a Perls, era estudiante de psicología, y recibió el grado D.Sc. de la Universidad de Frankfurt en 1932. Tuvo contactos e influencias de los teólogos existenciales Martin Buber y Paul Tillich. Gran parte de las influencias gestálticas, fenomenológicas y existenciales llegaron a la terapia gestáltica a tra­ vés de ella, aunque su reputación e influencias fueron limitadas de­ bido a que rara vez escribió bajo su nombre (Rosenfeld, 1978). Aunque Perls se estaba formando como psicoanalista, estaba en­ tre aquellos que se irritaban por el dogmatismo del psicoanálisis freudiano clásico. Los años 20, 30 y 40 fueron períodos de gran agitación y rebelión contra el positivismo newtoniano. Esto ocurría en las ciencias (por ejemplo, la teoría de campo de Einstein), el teatro, la danza, la filosofía, el arte, la arquitectura y el existencialismo. Tanto Laura como Fritz vivían con un espíritu permeado por una influencia fenomenológico-existencial, que más tarde interactuó con la terapia gestáltica (Kogan, 1976). Entre estas influencias estaban el reconoci­ miento de la responsabilidad y la opción para crear la propia existen­ cia personal, la primacía de la existencia sobre la esencia, y el diálogo existencial. La psicología de la gestalt proporcionó a Perls un principio orga­ nizador para la terapia gestáltica como marco integrador. Gestalt significa una configuración o patrón de un conjunto de elementos. Los psicólogos de la gestalt creen que los organismos instintivamente perciben patrones completos, y no piezas o partes. Los patrones com­ pletos tienen características que no se pueden recoger analizando las partes. La percepción es un proceso activo y no el resultado de la estimulación de los sentidos recibida en forma pasiva. Se supone que todas las situaciones poseen una organización inherente. Los organis­ mos tienen la capacidad para una percepción exacta, cuando usan su habilidad innata de experiencia inmediata en el aquí y ahora. La labíff de la investigación y terapia fenomenológicas es utilizar esta capaci­ dad para obtener insights de la estructura de aquello en estudio. De­ bido a que las personas naturalmente perciben patrones completos TERAPIA GESTALTICA 129 mientras ocurren, el darse cuenta es más confiable que la interpre­ tación y el dogma. IN ICIO S La obra de Perls Ego, ham bre y agresión fue escrita en 1941-1942. La primera edición, publicada en Sudáfrica en 1946, se subtituló Revi­ sión de la teoría y m étodo de Freud. En 1966, el subtítulo fue cam­ biado por Inicios de la terapia gestáltica. El término "terapia gestáltica" se usó por primera vez como título de un libro escrito por Frederick Perls, Ralph Hefferline y Paul Goodman (1951). Poco tiem ­ po después, se formó el New York Institute for Gestalt Therapy, que funcionaba en el departamento de Fritz y Laura Perls en Nueva York. Este departamento se usaba para seminarios, talleres y grupos. Entre aquellos que estudiaban con Perls en esa época están Paul Weisz, Lotte Weidenfeld, Buck Eastman, Paul Goodman, Isadore From, Elliot Shapiro, Leo Chalfen, Iris Sanguilano, James Simkin y Kenneth A. Fisher. Durante los años 50, se establecieron a través de todo el país talleres intensivos y grupos de estudios. Antes de la convención de 1954 de la American Psychological Association en Nueva York, se realizó durante tres días un taller intensivo especial, limitado a 15 psicólogos calificados. Talleres similares se realizaron en Cleveland, Miami y Los Angeles. En 1955, el grupo de estudio de Cleveland formó el Instituto Gestáltico de Cleveland. Fritz Perls se mudó a la costa oeste en 1960, momento en que Simkin organizó un taller gestáltico para él. Perls, Walter Kempler y James Simkin ofrecieron el primer taller de entrenamiento en terapia gestáltica en el Instituto Esalen en el verano de 1964. Estos talleres continuaron bajo el liderazgo de Perls y Simkin hasta 1968. Después Perls se mudó a Canadá, y Simkin junto con Irma Shepherd, Robert W. Resnick, Robert L. Martin, Jack Downing y John Enright conti­ nuaron ofreciendo entrenamiento gestáltico hasta 1970 en Esalen. Durante esta etapa inicial, la terapia gestáltica fue pionera de muchas ideas luego aceptadas en la práctica ecléctica de la psicote­ rapia. Para una sociedad conservadora, eran nuevos, provocativos y chocantes la estimulación provocada por el contacto directo entre terapeuta y paciente, el énfasis en la experiencia directa y el aquí y ahora, la experimentación activa, la auto-responsabilidad del pacien­ te, el principio del darse cuenta, la confianza en la auto-regulación organísmica, la interdependencia ecológica de persona y ambiente, el 130 PROCESO y DIALOGO EN GESTALT principio de asimilación, y otros conceptos por el estilo. En este pe­ ríodo, la práctica de la psicoterapia se dícotomizó entre el enfoque antiguo tradicional de la teoría psicoanalítica del impulso y las ideas iniciadas en gran medida por la terapia gestáltica. Fue un período de expansión, de integración de principios, y de elucidación y explica­ ción de los principios dejados para el futuro. Así, por ejemplo, la terapia gestáltica introdujo el uso de la presencia activa del terapeuta en una relación contactada, pero no consideró en detalle qué cons­ tituía una presencia dialogal sanadora. STA TU S A C T U A L Existen por lo menos 62 institutos de terapia gestáltica en el mun­ do, y la lista sigue creciendo. Virtualmente todas las ciudades im ­ portantes de Estados Unidos tienen por lo menos un instituto gestáltico. No se ha creado ninguna organización nacional, y en consecuen­ cia, no existen normas establecidas para los institutos, formadores o alumnos. Cada instituto tiene su propio criterio de formación, selec­ ción de miembros, etc. No han prosperado los intentos recientes para organizar una conferencia nacional y establecer normas. No existen normas convenidas acerca de qué constituye una buena terapia gestáltica o un buen terapeuta gestáltico. Por lo tanto, los consumi­ dores de terapia gestáltica deben evaluar cuidadosamente los antece­ dentes educacionales y clínicos y experiencia de personas que se au­ to-denominan terapeutas gestálticos o dan formación en terapia gestáltica (véase Yontef, 1981a, 1981b). The Gestalt Journal está dedicado principalmente a artículos de terapia gestáltica. Gestalt Theory publica artículos de psicología de la gestalt, incluyendo algunos sobre terapia gestáltica. Se puede ob­ tener información bibliográfica de Kogan (1980), Rosenfeld (1981) y Wysong (1986). A medida que crece la experiencia en la práctica de la terapia gestáltica, se han ido modificando prácticas anteriores. Por ejemplo, las primeras prácticas a menudo enfatizaban el uso clínico de la frus­ tración, confundían autosuficiencia con auto-apoyo, y había una ac­ titud agresiva si el terapeuta interpretaba que el paciente era mani­ pulador. Este enfoque tendía a realzar la vergüenza en pacientes con predisposición a ella. Ha habido un movimiento hacia una mayor suavidad en la práctica de la terapia gestáltica, más expresión directa del terapeuta, más énfasis dialogal, menor uso de técnicas estereo­ TERAPIA CESTALTICA 131 tipadas, mayor énfasis en la descripción de estructuras del carácter (utilizando formulaciones psicoanalíticas) y en los procesos grupales. De esta manera, es más probable que un paciente encuentre, entre terapeutas de esta nueva modalidad, énfasis en la auto-acepta­ ción, más suavidad en la conducta del terapeuta, más confianza en la fenomenología del paciente, y trabajos psicodinámicos más explí­ citos. También ha aumentado el énfasis en los procesos grupales, incluyendo la relación entre los miembros del grupo, y disminuido el trabajo formal uno-a-uno en los grupos. Hay también una mayor atención a la instrucción y exposición teórica, y al trabajo cognitivo en general. PERSON ALIDAD TEO R ÍA DE LA PERSONALIDAD Interdependencia ecológica: el cam po am biente/organism o Una persona existe al diferenciarse de otro y al contactarse con otro. Estas son las dos funciones de un límite. Para estar bien contactado con el mundo propio, es necesario arriesgarse a descubrir y llegar a los propios límites. Una auto-regulación eficaz incluye un contacto por medio del cual nos demos cuenta de innovaciones ambientales potencialmente nutritivas o tóxicas. Lo nutritivo se asimila y todo lo demás se rechaza. Este tipo de contacto diferenciado conduce inevi­ tablemente al crecimiento (Polster y Polster, 1973, p. 101). M etabolism o m en tal En terapia gestáltica, el metabolismo se usa como metáfora del fun­ cionamiento psicológico. Las personas crecen mascando un trozo de tamaño adecuado (ya sea alimentos, ideas o relaciones), masticándolo (considerándolo) y descubriendo si es nutritivo o tóxico. Si es nu­ tritivo, el organismo lo asimila convirtiéndolo en parte de él. Si es tóxico, lo escupe (lo rechaza). Esto requiere que las personas estén dispuestas a confiar en su gusto y juicio. La discriminación exige sentir activam ente los estímulos externos y procesar estos estímulos exteroceptivos junto con la información interoceptiva. Regulación del lím ite El lím ite entre el sí mismo y el ambiente debe permanecer permeable para permitir intercambios, pero suficientemente firme para mante­ ner su autonomía. El ambiente contiene toxinas que se deben filtrar. Incluso lo nutritivo debe ser discriminado según las necesidades do­ 132 PROCESO Y DIALOGO EN GESTALT minantes. Los procesos metabólicos están regidos por las leyes de la homeostasis. Idealmente, la necesidad más urgente energiza al orga­ nismo hasta que es satisfecha, o reemplazada por una necesidad más vital. Vivir es una progresión de necesidades, satisfechas e insatisfe­ chas, logrando equilibrio homeostático y continuando al siguiente momento y necesidad. A lteraciones del lím ite de co n tacto Cuando el lím ite entre el sí mismo y lo otro se hace difuso, imper­ meable o se pierde, se produce una alteración de la distinción entre sí mismo y otro, alteración tanto del contacto como del darse cuenta (véase Perls, 1973; Polster y Polster, 1973). Con un buen funciona­ miento del límite, las personas alternan entre conectar y separar, entre estar en contacto con el ambiente del momento y alejar la atención del ambiente. El límite de contacto se pierde de manera opuesta polar en la confluencia y el aislamiento. En la confluencia (fusión), la separación y distinción entre sí mismo y otro se toma tan difusa que se pierde el límite. En el aislamiento, el límite se hace tan impermeable que se pierde la conexión, es decir, se pierde el darse cuenta de la importancia de los demás para el sí mismo. La retroflexion es una división dentro del sí mismo, una resisten­ cia de los aspectos del sí mismo por el sí mismo. Esto sustituye al sí mismo por el ambiente, es como hacerse a uno mismo lo que queremos hacerle a otro, o hacer al sí mismo lo que uno quiere que otro haga al sí mismo. Este mecanismo lleva al aislamiento. La ilu­ sión de la autosuficiencia es un ejemplo de retroflexion, ya que susti­ tuye sí mismo por ambiente. Aim cuando podemos respirar y mas­ ticar por nosotros m ism os, el aire y el alim ento vienen del ambiente. La introspección es una forma de retroflexion que puede ser patológica o sana. Por ejemplo, resistir el impulso de expresar ira puede servir para manejarse en un ambiente peligroso. En tal situación, morderse el labio puede ser más práctico que decir algo mordaz. Por medio de la introyección, se absorbe material ajeno sin dis­ criminación o asimilación. Tragarse todo crea una personalidad del tipo "como si" y un carácter rígido. Valores y conductas introyectados se imponen en el sí mismo. Como en todas las alteraciones del límite de contacto, tragarse todo puede ser sano o patológico, depen­ diendo de las circunstancias y nivel del darse cuenta. Por ejemplo, los alumnos en una clase, con pleno darse cuenta de ello, copian, memorizan y regurgitan material sin una "digestión" completa. TERAPIA GESTALTICA 133 La proyección es una confusión entre sí mismo y otro, que re­ sulta al atribuirle al exterior algo que es verdaderamente interno. Un ejemplo de proyección sana es el arte. La proyección patológica se produce al no darse cuenta de y aceptar responsabilidad por aquello que se proyecta. La deflección es la evitación del contacto o del darse cuenta al desviarse, como cuando uno responde en forma educada en vez de directa. La deflección se logra al no expresar directamente o al no recibir. En el último caso, la persona generalmente se siente "no tocada"; en el primero, a menudo se siente ineficiente y frustrada al no conseguir lo que desea. La deflección puede ser útil cuando, con el darse cuenta, satisface las necesidades de la situación (por ejemplo, cuando la situación necesita calmarse). Otros ejemplos de deflección son no mirar a una persona, verbosidad, vaguedad, comprender y hablar acerca de en vez de a (Polster y Polster, 1973, pp. 89-92). A uto-regulación organísm ica La regulación humana, en distintos grados, puede ser (a) organísmica, es decir, basada en un reconocimiento relativamente completo y preciso d lo que es-, o (b) "deberista", basada en la imposición arbi­ traria de lo que algún controlador piensa que se debe o no se debe ser. Esto es aplicable a la regulación intrapsíquica, a la regulación de relaciones interpersonales y a la regulación de grupos sociales. "Sólo una cosa debe tener el control: la situación. Si compren­ demos la situación en que estamos, y dejamos que ella controle nues­ tras acciones, aprendemos a enfrentar la vida" (F. Perls, 1976, p. 33). Perls explicó esta frase con un ejemplo de conducir un auto. En vez de un programa pre-planeado "quiero irme a 100 lcms. por hora", una persona conocedora de la situación conducirá a distitas velocidades si es de noche, si hay mucho tráfico, si está muy cansada, etc. Aquí Perls deja claro que "dejar que la situación controle", significa regular mediante el darse cuenta del contexto contemporáneo, incluyendo los propios deseos, más que mediante lo que se pensó que "debería" pasar. En la auto-regulación organísmica, la elección y el aprendizaje ocurren en forma holística, con una integración natural de mente y cuerpo, pensamiento y sentimiento, espontaneidad y deliberación. En la regulación deberista predomina la cognición y no hay un senti­ miento holístico. Obviamente que todo lo relevante a la regulación de límites no puede estar completamente en el darse cuenta. La mayoría de las PROCESO Y DIALOGO EN GESTALT 134 transacciones se manejan de modo automático, habitual, con un m í­ nimo de darse cuenta. La auto-regulación organísmica requiere que lo habitual se perciba plenamente como algo necesario. Cuando el darse cuenta no emerge como necesario y/o no organiza la actividad mo­ tora necesaria, la psicoterapia es un método para aumentar el darse cuenta y lograr alternativas y responsabilidad significativas. D arse cuenta El darse cuenta y el diálogo son las dos principales herramientas de la terapia gestáltica. El darse cuenta es una forma de experiencia que se puede definir vagamente como estar en contacto con la propia experiencia, con lo que es. Laura Perls dice: El objetivo de la terapia gestáltica es el contimium del darse cuenta-, la libre formación de una gestalt de aquello que más preocupa e interesa al organismo, a la relación, al grupo o a la sociedad, pasa a un primer plano donde se pueda plenamen­ te vivenciar y enfrentar (reconocer, trabajar, clasificar, cam­ biar, poner a disposición de, etc.), para luego fundirse en el trasfondo (olvidarse, asimilarse e integrarse) dejando el primer plano libre para la próxima gestalt relevante (1973, p. 2). El darse cuenta pleno es el proceso de estar atentamente en contacto con los eventos más importantes del campo ambiente/individuo, con un total apoyo sensorio-motor, emocional, cognitivo y energético. El insight, una forma de darse cuenta, es aprehender de manera inme­ diata la unidad obvia de elementos dispares en el campo. El contacto por medio del darse cuenta crea totalidades nuevas, significativas, y por lo tanto es en sí mismo una integración del problema. El darse cuenta eficaz está fundado en y energizado por la nece­ sidad actualmente dominante del organismo. No sólo involucra el conocerse a sí mismo, sino un conocimiento directo de la situación en curso y de la forma en que el sí mismo se encuentra en esa si­ tuación. Cualquier negación de la situación y de sus exigencias o de los propios deseos y respuestas elegidas, es una alteración del darse cuenta. El darse cuenta significativo corresponde al sí mismo en el mundo, en diálogo con el mundo y con el darse cuenta del Otro —no es una introspección enfocada hacia adentro. El darse cuenta va acompañado de pertenencia, es decir, el proceso de conocer nues­ tro control sobre, elección de y responsabilidad por los propios sen­ TERAPIA GESTALTICA 135 timientos y conducta. Sin esto, la persona puede estar atenta a la experiencia y al espacio vital, pero no sabe qué poder tiene o no tiene. El darse cuenta es cognitivo, sensorial y afectivo. La persona que reconoce su situación verbalmente, pero que en realidad no la ve, no la conoce, no reacciona a ella y no la siente, no está dándose cuenta plenamente y no está totalmente contactada. La persona que se da cuenta, sabe qu é hace, cóm o lo hace, sabe que tiene alternativas y elige ser como es. El acto de darse cuenta es siempre aquí y ahora, aunque su con­ tenido puede estar distante. El acto de recordar es ahora; lo que se recuerda no es ahora. Cuando la situación requiere un darse cuenta del pasado o una anticipación del futuro, un darse cuenta eficaz toma esto en cuenta. Por ejemplo: P: [Con un aspecto m ás tenso de lo habitual] No sé en qué trabajar. T: ¿De qué te das cuenta en este momento? P: Estoy contento de verte, pero estoy tenso por una reunión que tengo esta noche con mi jefa. He ensayado y me he preparado, y trato de darme apoyo mientras espero. T: ¿Qué necesitas en este momento? P: Pensé ponerla en la silla vacía y hablarle. Pero estoy tan tenso que necesito hacer algo físico. Necesito moverme, respirar, hacer ruido. T: [Observando en silencio]. P: Depende de mí, ¿no es cierto? [Pausa. Se pone d e pie, se es­ tira, bosteza. Los m ovim ientos y los sonidos aumentan. D es­ pués de unos minutos se sienta, m ás calm ado y vivo]. Ahora estoy listo. T: Te ves más vivo. P: Ahora estoy listo para explorar lo que me tenía tan tenso acerca de esta noche. El auto-rechazo y el darse cuenta pleno son mutuamente excluyentes. El rechazo a uno mismo es una distorsión del darse cuenta, porque es una negación de quien uno es. El auto-rechazo es simul­ táneamente una confusión de quién "soy yo" y un auto-engaño o actitud de "mala fe" al sentirse por encima de aquello que se está reconociendo en forma ostensible (Sartre, 1966). Decir "yo soy" como si fuera una observación de otra persona, como si el "yo" no fuera elegido, o sin saber cómo uno crea y perpetúa ese "yo soy", es mala fe y no un darse cuenta perceptivo. 136 PROCESO Y DIALOGO EN CESTALT ' i Responsabilidad Según la terapia gestáltica, las personas son responsables (hábiles para responder); es decir; son los principales agentes para determinar su propia conducta. Cuando confunden la responsabilidad con la culpa y los debería, presionan y se manipulan a sí mismas; "tratan de", pero no están integradas y no son espontáneas. En esas situaciones, ignoran sus verdaderos deseos, necesidades, respuestas al ambiente y alternativas a la situación, siendo excesivamente condescendientes o rebelándose contra los debería. Los terapeutas gestáltícos creen en la importancia de una clara distinción .entre lo que uno elige y lo dado. Las personas son respon­ sables de 16,que eligen hacer. Por ejemplo, son responsables de sus acciones en pro del ambiente. Culpar a fuerzas externas (por ejemplo, la genética o los padres) por lo que uno elige es un auto-engaño. Asumir la responsabilidad por lo que uno no eligió, típica reacción de vergüenza, también es un engaño. Las personas son responsables de sus opciones morales. La tera­ pia gestáltica ayuda a los pacientes a descubrir qué es moral de acuerdo a sus propias opciones y valores. Lejos de favorecer el "todo puede ser", la terapia gestáltica deposita una seria obligación en cada persona: elegir y valorar. D iversidad de conceptos La teoría de la personalidad de la terapia gestáltica se deriva princi­ palmente de la experiencia clínica. La idea ha sido crear una teoría de la personalidad que apoye nuestra tarea psicoterapéutica, en lugar de una teoría general de la personalidad. La estructura de la teoría de la terapia gestáltica es más teórica de campo que genética, y más fenomenológica que conceptual. Aun cuando la terapia gestáltica es fenomenológica, también se ocupa del inconsciente, es decir, de aquello que no entra al darse cuenta cuando se necesita. En terapia gestáltica, el darse cuenta se concibe como estar en contacto, y el no darse cuenta como estar fuera de con­ tacto. El no darse cuenta se puede explicar mediante diversos fenóme­ nos, incluyendo aprender a qué prestar atención, represión, esfera cognitiva, carácter y estilo. Simkin (1976) comparó la personalidad con una pelota flotante —en cualquier momento, sólo una parte está expues­ ta, mientras el resto está sumergido. El no darse cuenta es resultado de la falta de contacto del organismo con su ambiente extemo, debido a que está sumergido en su propio ambiente interno o fantasías, o de no estar en contacto con la vida interna debido a una fijación en lo externo J ’ | . f f TERAPIA GESTALTICA 137 L a teoría del cam bio de la terapia gestáltica Los niños se tragan (introyectan) ideas y conductas completas. Esto se traduce en una moralidad forzada más que en una moralidad organísmicamente compatible. Como resultado, la gente con frecuencia se siente culpable cuando se comporta de acuerdo a sus deseos en oposi­ ción a sus debería. Algunas personas invierten mucha energía en man­ tener la división entre deberías y deseos —cuya resolución exige reco­ nocer su propia moralidad en oposición a una introyectada. Los debería sabotean a esas personas, y mientras más presionan para ser lo que no son, mayor es la resistencia que se produce, y no ocurre ningún cambio. Beisser anticipó la teoría de que el cambio no ocurre a través de un "intento coercitivo del individuo u otra persona para cambiar", pero sí ocurre si la persona se da el tiempo y se esfuerza para ser "lo que es", "para estar plenamente en su actual posición" (1970, p. 70). Cuando el terapeuta rechaza el rol de agente de cambio, existe la posibilidad de un cambio disciplinado y significativo. La noción de la terapia gestáltica es que el darse cuenta (inclu­ yendo pertenencia, opción y responsabilidad) y el contacto inducen un cambio natural y espontáneo. El cambio forzado es un intento para actualizar una imagen, no el sí mismo. Con el darse cuenta de la auto-aceptación, y el derecho a existir com o se es, el organismo puede crecer. Las intervenciones forzadas retardan este proceso. El Piagnanz, principio de la psicología de la gestalt, afirma que el campo se formará en la mejor gestalt que permitan las condiciones globales. Asimismo, los terapeutas gestálticos también creen que las personas tienen un impulso innato a la sanación. Esta tendencia se encuentra en la naturaleza, y las personas son parte de ella. El darse cuenta de lo obvio, el continuum del darse cuenta, es una herramien­ ta que se puede usar deliberadamente para canalizar este impulso espontáneo hacia la sanación. D iferenciación del cam po: polaridades versus dicotom ías Una dicotomía es una división por la cual el campo no se considera como un todo diferenciado en partes entrelazadas, sino como una mezcla de fuerzas competitivas (y/o) no relacionadas. El pensamiento dicotòmico interfiere con la auto-regulación organísmica. Tiende a ser intolerante de la diversidad entre personas y de las verdades pa­ radójicas acerca de una sola persona. La auto-regulación organísmica lleva a la integración de las par­ tes entre sí y de un todo que las abarca. A menudo el campo se diferencia en polaridades: partes opuestas que se complementan o 138 PROCESO Y DIALOGO EN GESTALT explican entre sí. Los polos positivo y negativo de un campo eléctrico son el modo prototipo de esta diferenciación a la manera de la teoría de campo. El concepto de polaridad trata a los opuestos como parte de un todo, como el yin y el yang. Con esta visión polar del campo, se aceptan e integran las dife­ rencias. La falta de genuina integración crea divisiones, tales como cuerpo-mente, interno-externo, infantil-maduro, biológico-cultural e inconsciente-consciente. Por medio del diálogo puede haber una in­ tegración de las partes en un todo nuevo en el que hay una unidad diferenciada. Dicotomías tales como sí mismo-ideal y sí mismo ne­ cesitado, pensamiento e impulso, requerimientos sociales y necesida­ des personales, pueden sanarse integrándolas en un todo diferenciado en polaridades naturales (Perls, 1947). Definición de sanación I: la buena gestalt como polaridad La buena gestalt describe un campo perceptivo organizado con clari­ dad y buena formación. Una figura bien formada se destaca claramen­ te contra un fondo más amplio y menos preciso. La relación entre aquello que destaca (figura) y el contexto (fondo) es el significado. En una buena gestalt, el significado es claro. La buena gestalt da una definición de sanación libre de contenido. En una persona sana, la figura cambia cuando es necesario, es decir, cuando la necesidad es satisfecha o reemplazada por otra más urgente. No cambia tan rápido como para impedir la satisfacción (como en la histeria), ni tan lento como para que las nuevas figuras carezcan de espacio para asumir dominio organísmico (como en la compulsión). Cuando figura y fondo se dicotomizan, nos quedamos con una figura fuera de contexto o con un contexto sin foco (F. Perls et al., 1951). En una persona sana, el darse cuenta representa con exactitud la necesidad dominante de todo el campo. La necesidad es una función de factores extemos (estructura física del campo, activi­ dad política, actos de la naturaleza, etc.) e internos (hambre, fatiga, interés, experiencias pasadas, etc.). Definición de sanación II: la polaridad de ajuste creativo El concepto de funcionamiento sano de la terapia gestáltica incluye el ajuste creativo. Una psicoterapia que sólo ayuda a los pacientes a ajustarse, crea conformidad y estereotipos. Una psicoterapia que sólo conduce a las personas a situarse en el munck) sin considerar a los demás, engendra un narcisismo patológico y una auto-actualización aislada y desconocida por el mundo. TERAPIA GESTAITICA 139 Una persona que muestra interacción creativa asume la respon­ sabilidad del equilibrio ecológico entre sí misma y el entorno. Este es el contexto teórico (F. Perls et al., 1951) dentro del cual se consideran con mayor exactitud algunas afirmaciones aparente­ mente individualistas e incluso anarquistas de la terapia gestáltica. El individuo y el ambiente forman una polaridad. La opción no es entre individuo y sociedad, sino entre regulación organísmica y arbi­ traria. La resistencia es una parte de la polaridad que consiste en un impulso y la resistencia a ese impulso. Vista como dicotomía, la resistencia es con frecuencia tratada como "m ala" y, en ese contexto, el paciente sólo sigue su dictamen personal y no el del terapeuta. Vista como polaridad, es tan integral para la sanación como los rasgos resistidos. Los terapeutas gestálticos prestan atención tanto al proceso en marcha de la conciencia como al proceso de resistencia de la concien­ cia. Muchos terapeutas gestálticos evitan la palabra resistencia, de­ bido a su connotación dicotomizada y peyorativa, que enmarca el proceso como una lucha de poder entre terapeuta y paciente, más que como un conflicto personal del paciente que necesita ser integrado a un sí mismo armoniosamente diferenciado. Impasse Un impasse es una situación en la cual no se divisa el apoyo ex­ terno y la persona cree que no puede auto-apoyarse. Esto último se debe en gran parte a que su fuerza está dividida entre impulso y resistencia. El método más frecuente de enfrentar esto es manipulan­ do a otros. Una persona auto-regulada en forma organísmica asume la res­ ponsabilidad de lo que se le hace al sí mismo, de lo que otros hacen al sí mismo y de lo que el sí mismo hace a otros. La persona interactúa con el ambiente, pero el apoyo básico para la regulación de nuestra existencia es mediante el sí mismo. Cuando el individuo no sabe esto, el apoyo externo se convierte en un reemplazante del auto-apoyo, más que una fuente de nutrición para el sí mismo. En la mayoría de las psicoterapias, el impasse es cercado por el apoyo externo del terapeuta, y el paciente considera insuficiente el auto-apoyo. En terapia gestáltica, los pacientes pueden superar un impasse debido al énfasis en el contacto afectuoso con el terapeuta, sin que éste les haga el trabajo, es decir, sin rescatarlos o infantilizarlos. 140 PROCESO Y DIALOGO EN GESTALT PSIC O T ER A PIA T E O R ÍA DE PSIC O T ER A PIA O bjetivo de la terapia En gestalt, el único objetivo es el darse cuenta. Esto incluye mayor darse cuenta de un área en particular, y también mayor habilidad del paciente para convertir en un darse cuenta los hábitos automáticos, según se necesite. En el primer sentido, el darse cuenta es un conte­ nido, en el último un proceso. El darse cuenta como contenido y el darse cuenta como proceso avanzan a niveles más profundos durante la terapia. Darse cuenta significa conocer el ambiente, responsabilizar­ se por la opción, auto-conocerse, auto-aceptarse y poder contactar. A los pacientes iniciales les preocupa principalmente resolver los problemas. El terapeuta gestáltico se interesa en cómo los pacientes se apoyan a sí mismos para solucionarlos. La terapia gestáltica faci­ lita la resolución de problemas aumentando la auto-regulación y el auto-apoyo del paciente. A medida que la terapia continúa, terapeuta y paciente vuelcan más su atención a aspectos generales de la per­ sonalidad. Al final de una terapia exitosa, el paciente dirige gran parte del trabajo y es capaz de integrar la resolución de problemas, temas caracterológícos, cuestiones de relación con el terapeuta, y los m e­ dios para regular su propio darse cuenta. La terapia gestáltica es muy útil para pacientes abiertos al trabajo del darse cuenta y para aquellos que desean un dominio natural de su proceso de darse cuenta. Aun cuando cierta gente declara estar interesada en cambiar su conducta, la mayoría de las personas que buscan psicoterapia quieren principalmente aliviar sus aflicciones. Sus quejas pueden ser malestar generalizado, molestias específicas o insatisfacción en la s ,relaciones. A menudo los pacientes esperan obtener alivio como resultado del trabajo del terapeuta más que de sus propios esfuerzos. La psicoterapia es más apropiada para aquellas personas que se angustian, deprimen, etc., rechazándose, alienando aspectos de sí mismas y engañándose. En resumen, las personas que no saben cómo producen su propia infelicidad son las principales candidatas, siempre que estén abiertas al trabajo del darse cuenta, y especialmente a la auto-regulación. La terapia gestáltica se adapta en particular a quie­ nes se conocen intelectualmente y sin embargo no crecen. Aquellos que desean aliviar los síntomas sin realizar el trabajo del darse cuenta, son mejores candidatos para la m odificación conductual, medicación; bioretroalimentación, etc. Los métodos di­ TERAPIA CESTALTICA 141 rectos de la terapia gestáltica permiten que el paciente elija al co­ mienzo de la terapia. Sin embargo, la dificultad de algunos pacientes para realizar el trabajo de contacto o darse cuenta, no se debe inter­ pretar automáticamente como que no quiere trabajar. EL respeto por ]a persona total permite a un terapeuta gestáltico ayudar a los pacien­ tes a aclarar las diferencias entre "no puedo" y "no quiero", y a saber cómo las barreras internas o resistencia, tales como aprendizajes pre­ vios, ansiedad, vergüenza y sensibilidad al daño narcisista, inhiben el trabajo del darse cuenta. Sin "debería" En terapia gestáltica no existen los "debería". Se da mayor importancia a la autonomía y autodeterminación del paciente que a otros valores. Esto no constituye un debería, sino una preferencia. La ética de los no debería tiene prioridad sobre los objetivos del terapeuta para el pacien­ te, y deja la responsabilidad y justificación de la conducta del paciente a éste (por supuesto que las prohibiciones y exigencias sociales no se suspenden sólo porque el paciente esté en terapia gestáltica). ¿Cómo se h ace terapia? La terapia gestáltica es más una exploración que una modificación directa de la conducta. El objetivo es crecimiento y autonomía a través de la expansión de la conciencia. Más que mantener distancia e interpretar, el terapeuta gestáltico se encuentra con el paciente y guía un trabajo activo de darse cuenta. La presencia activa del tera­ peuta es viva y estimulante (por lo tanto, cálida), honesta y directa. Los pacientes pueden ver y oír, se les puede decir cómo son vivenciados y vistos, qué siente y cómo es el terapeuta como persona. El crecimiento surge del contacto real entre personas reales. Los pacien­ tes descubren cómo son vistos y las limitaciones de su proceso de darse cuenta, mediante la forma en que ellos y el terapeuta se com­ prometen, y no hablando de sus problemas. La gama del enfoque va desde una simple inclusión o empatia, hasta ejercicios que surgen principalmente de la fenomenología del terapeuta mientras está con el paciente. Todo es secundario frente a la experiencia directa de ambos participantes. El enfoque general de la terapia gestáltica es facilitar la explora­ ción para maximizar lo que se sigue desarrollando después de la se­ sión y sin el terapeuta. El paciente a menudo queda inconcluso, pero pensativo o "abierto a", o con una tarea. Es como un asado que se sigue cociendo después de sacarlo del homo. Esto en parte explica por 142 PROCESO Y DIALOGO EN GESTALT qué la terapia gestáltica es tan intensa con pocas sesiones semanales. Cooperamos con el crecimiento que ocurre sin nosotros; lo iniciamos cuando se necesita. Damos el grado de facilidad necesario para esti­ mular el auto-mejoramiento del paciente. Queremos fomentar el cre­ cimiento más que completar un proceso de sanación. Perls creía que el objetivo último de la psicoterapia era lograr "cierta integración que facilita su propio desarrollo" (1948). Un ejem­ plo de este tipo de facilitación es la analogía de un pequeño hoyo que se hace en un cúmulo de nieve. Cuando comienza el proceso de dre­ naje, la base que era un pequeño hoyo, se agranda. La psicoterapia exitosa logra la integración. La integración re­ quiere identificación con todas las funciones vitales —no sólo con algunas de las ideas, emociones y acciones del paciente. El rechazo a las propias ideas, emociones o acciones, termina en alienación. Re­ cuperar la pertenencia permite la totalidad de la persona. Por lo tan­ to, la tarea de la terapia es lograr que la persona se dé cuenta de partes previamente alienadas, las pruebe, considere y asimile si son ego-sintónicas, o las rechace si son ego-alienadas. Simkin (1968) uti­ liza como símil una torta para estimular a los pacientes a recuperar partes de sí mismos que han considerado nocivas o bien inaceptables: aunque el aceite, la harina o los polvos de hornear son desabridos, resultan indispensables para el éxito de la torta. La relación Y o-T ú La terapia gestáltica se centra en el paciente, como cualquier terapia. Sin embargo, la relación es horizontal, difiriendo así de la relación terapéutica tradicional. En terapia gestáltica, terapeuta y paciente hablan el mismo lenguaje, el lenguaje de la centralidad del presente, enfatizando la experiencia directa de ambos. En terapia gestáltica, tanto el terapeuta como el paciente exhiben presencia total. Desde sus inicios, la terapia gestáltica ha enfatizado la experien­ cia del paciente así como la observación del terapeuta de lo que no está en el darse cuenta del paciente. Esto permite al paciente actuar como un igual, con pleno acceso a la información de su propia ex­ periencia, pudiendo así vivenciar directamente desde adentro lo que el terapeuta observa desde afuera. En un sistema interpretativo, el paciente es amateur y no tiene la fundamentación teórica para la interpretación. Se supone que la información interna importante es inconsciente y no vivencial. Un aspecto esencial de la relación gestáltica es la responsabili­ dad. La terapia gestáltica enfatiza que tanto el terapeuta como el terapia GESTALTICA 143 paciente son auto-responsables. Cuando los terapeutas se consideran responsables del paciente, se confabulan con la falta de auto-respon­ sabilidad de éste, reforzando así la necesidad de manipulación debido a la creencia de que los pacientes son incapaces de apoyarse y regu­ larse. Sin embargo, no basta que terapeuta y paciente sean respon­ sables de sí m ism os —entre ellos también hay una alianza que debe ser atendida en forma cuidadosa, constante y competente. Los terapeutas son responsables por la calidad y cantidad dé su presencia, por el conocimiento de sí mismos y del paciente, por la mantención de una postura no defensiva y de sus procesos de darse cuenta y contacto claros y adaptados al paciente. Son responsables de las consecuencias de su conducta y de crear y mantener la atmósfera terapéutica. El darse cuenta de qué y cóm o En terapia gestáltica hay un énfasis constante y cuidadoso en qué hace el paciente y cóm o lo hace. ¿Qué enfrenta el paciente? ¿Cómo elige? ¿Se auto-apoya o se resiste? La experiencia directa es la herra­ mienta, y se expande más allá de la primera experiencia, al seguir enfocando con más profundidad y amplitud. Las técnicas de la tera­ pia gestáltica son tareas experimentales. Son m edios para expandir la experiencia directa. No están diseñadas para que el paciente lle ­ gue a algo, ni para cam biar sus sentimientos, re-condicionarlo o fomentar la catarsis. Aquí y ahora En una terapia fenomenològica, el "ahora" comienza con el darse cuenta actual del paciente. Lo que ocurre primero no es la infancia, sino lo que se vivencia ahora. El darse cuenta ocurre ahora. Eventos previos pueden ser objeto del darse cuenta presente, pero el proceso de darse cuenta (por ejemplo, recordar) es ahora. Ahora puedo contactar al mundo que me rodea, o ahora puedo contactar recuerdos o expectativas. No conocer el presente, no recor­ dar o no anticipar, son alteraciones. El presente es una transición en permanente movimiento entre el pasado y el futuro. A menudo los pacientes no conocen su conducta actual. En algunos casos, viven en el presente como si no tuvieran pasado. La mayoría vive en el futuro como si fuera ahora. Todas éstas son alteraciones del darse cuenta temporal. \ "Ahora" se refiere a este m om ento. En la sesión de terapia, cuan­ do .los pacientes se refieren a su vida fuera o antes de la sesión, es PROCESO Y DIALOGO EN GESTALT 144 no ahora. En terapia gestáltica estamos más orientados al ahora que cualquier otra forma de psicoterapia. Se trabajan experiencias de los últimos cinco minutos, días, años o décadas que tengan importancia en este momento. Tratamos de alejamos del hablar acerca de y acer­ camos a la experiencia directa. Por ejemplo, hablar a una persona que no está físicamente presente, más que hablar acerca de ella, moviliza una mayor experiencia directa de sentimientos. En terapia gestáltica, esta metodología de Yo y Tú, qué y cómo, aquí y ahora se usa con frecuencia para trabajar en psicodinámica caracterológica y evolutiva. Por ejemplo, una paciente de 30 años está en terapia de grupo, en la mitad de la fase terapéutica. Dice estar muy enojada con un hombre del grupo. Un enfoque gestáltico legítimo y frecuente seria "Díselo a él". En vez de eso, el terapeuta toma otro rumbo: T: P: T: P: T: P: T: No sólo estás enojada, parece que te pasa algo más. [Parece interesada]. Te veo y te siento furiosa. Sí, me gustaría matarlo. Parece que te sientes impotente. Sí. La impotencia generalmente acompaña a la ira. ¿De qué eres impotente? P: No puedo lograr que me reconozca. T: [Sus observaciones de los encuentros previos con este hom ­ bre, concuerdan con esta afirmación], Y tú no aceptas eso. P: No. T: Y en tu rabia hay una intensidad mayor de lo que la situación requiere. P: [Afirma y vacila], T: ¿Qué estás experimentando? P: Muchos hombres en mi vida que han sido así. T: ¿Como tu padre? [Esto viene del trabajo previo con la paciente y no es un tiro al aire. El trabajo prosigue con la re-experiencia del daño narcisista de su padre, que nunca se interesó en ella]. Proceso de psicoterapia Probablemente la terapia gestáltica tenga una mayor gama de estilos y modalidades que cualquier otro sistema. Se practica en terapia in­ dividual, en grupos, en talleres, parejas, familias y niños. Se practica en clínicas, agencias de servicio familiar, hospitales, consulta priva­ TERAPIA GESTALTICA 145 da, centros de crecimiento, etc. Los estilos de cada modalidad ivarían drásticamente en muchas dimensiones: nivel y tipo de estructura; cantidad y calidad de técnicas empleadas; frecuencia de las sesiones; roces y facilidad en la relación; enfoque en el cuerpo, cognición, sen­ timientos, contacto interpersonal; conocimiento de y trabajo con te­ mas psicodinámicos; nivel del encuentro personal, etc. Todos los estilos y modalidades de la terapia gestáltica tienen en común los principios generales que hemos discutido: énfasis en la experiencia directa y en la experimentación (fenomenología), uso de contacto directo y presencia personal (existencialismo dialogal) y énfasis en los conceptos de campo qué y cómo y aquí y ahora. Dentro de estos parámetros, las intervenciones se diseñan según el contexto y la personalidad de terapeuta y paciente. En el corazón de la metodología está el énfasis en la diferencia entre "trabajar" y otras actividades, especialmente "hablar acerca de". Trabajar tiene dos significados. Primero, se refiere a un compromiso deliberado, voluntario y disciplinado de usar el darse cuenta fenomenológico para aumentar la extensión y claridad de nuestra vida. Trabajar es cambiar el hablar acerca de un problema o el estar con alguien en términos generales, por el estudio de lo que hacemos, es­ pecialmente dándonos cuenta de cómo nos damos cuenta. Segundo, en un grupo, trabajar significa ser el principal foco de atención del tera­ peuta y/o del grupo. Las diferencias técnicas no son importantes, pero sí la calidad y tipo de contacto terapéutico, y el ajuste entre la actitud y énfasis del terapeuta y las necesidades del paciente. Las técnicas son sólo técni­ cas; lo vital es el método global, la relación y la actitud. Sin embargo, puede que una discusión de algunas técnicas o tác­ ticas elucide la metodología general. Sólo son ilustraciones de lo que es posible. Técnicas de enfoque en el paciente Todas las técnicas de enfoque en el paciente son elaboraciones de la pregunta "¿De qué te das cuenta (vivencias) ahora?" y de la instruc­ ción "Haz este experimento y ve de qué te das cuenta (vivencias) o qué aprendes". Muchas intervenciones son tan sencillas como pre­ guntar al paciente de qué se da cuenta,.o más específicamente, "¿Qué estás sintiendo?" o "¿Qué estás pensando?". "Quédate con eso". Una técnica- frecuente es seguir una informa­ ción del darse cuenta con la instrucción: "Quédate con eso" o "Sién­ telo a fondo". PROCESO Y DIALOGO EN C.ESTALT 146 "Quédate con eso" estimula al paciente a seguir con el senti­ miento que ha expresado, lo que conforma su capacidad para profun­ dizar y trabajar un sentimiento a cabalidad. Por ejemplo: P: T: P: T: P: [Se ve triste]. ¿De qué te estás dando cuenta? Estoy triste. Quédate con eso. [Aparecen las lágrimas. Luego se pone tenso, aleja la m irada y se ve pensativo], T: Veo que te estás poniendo tenso. ¿De qué te estás dando cuenta? P: No quiero quedarme con la tristeza. T: Quédate con el no querer. Ponle palabras al no querer. [Es p robable que esta intervención provoque el darse cuenta del paciente de su resistencia a la fusión. El paciente pu ede res­ ponder: “No lloraré a q u í— ”No confío en ti”, “Estoy avergon­ za d o ” o “Estoy enojado y no quiero reconocer que la echo de m en os”]. Actuación. Aquí se le pide al paciente que ponga en acción senti-, mientos y pensamientos. Por ejemplo, el terapeuta puede decirle "díselo a la persona" (si está presente) o usar algún tipo de represen­ tación (como hablar a la silla vacía si la persona está ausente). "Ponle palabras a eso" es otro ejemplo. Al paciente con lágrimas en los ojos . se le puede pedir que "le ponga palabras a eso". Con la actuación se pretende aumentar el darse cuenta, no como una forma de catarsis. No es un remedio universal. La exageración es una forma especial de actuación. A una per­ sona se le pide que exagere algún sentimiento, pensamiento, movi­ miento, etc. para sentir la visión más intensa (si bien artificial), actuada o fantaseada. La actuación de movimientos, sonidos, arte, poesía, etc. puede estimular la creatividad y ser terapéutica. Por ejem­ plo, a un hombre que había estado hablando de su madre sin ninguna emoción especial, se le pidió que la describiera. A partir de su des­ cripción, se le sugirió que imitara sus movimientos. Al adoptar su postura y movimientos, surgieron intensas emociones. Fantasía guiada. A veces un paciente puede llevar la experiencia!] al aquí y ahora con mayor facilidad visualizando que actuando: P: Estaba con mi novia anoche. No sé cómo ocurrió, pero estaba1 impotente. [Da m ás detalles]. t e r a p ìa g es t a l t ic a 147 T: Cierra los ojos. Imagina que es anoche y que estás con tu novia. Expresa en voz alta lo que experimentaste en cada momento. P: Estoy sentado en el sofá. Ella se sienta a mi lado y me excito. Pero no logro una erección. T: Veamos eso nuevamente en cámara lenta, con más detalle. Siente cada pensamiento o sensación. P: Estoy sentado en el sofá. Ella se acerca y se sienta a mi lado. Me acaricia el cuello. Es cálida y suave, me excito —tú sabes, se me para. Ella frota mi brazo, me fascina. [Pausa, parees sorprendido] Luego pensé, tuve un día tan tenso, tal vez no se me pare. Este paciente se dio cuenta de cómo él creaba su propia ansiedad e impotencia. Esta fantasía estaba recreando un evento, para lograr un mejor contacto con él. La fantasía puede ser acerca de un evento esperado, metafórico, etc. En otro caso, a una paciente que trabajaba la vergüenza y el autorechazo se le pide que imagine a una madre sintiendo y diciendo "te quiero tal como eres". A medida que la fantasía aporta más detalles, la paciente presta atención a su experiencia. Esta fantasía le ayuda a darse cuenta de que ella podría ser una buena madre, y le sirve de transición para integrar un buen sentimiento hacia sus padres. La imagen se puede usar para trabajar entre sesiones o como meditación. También pennite que aparezcan sentimientos de abandono, pérdida y mala relación con los padres. Liberación e integración de técnicas. A menudo el paciente está tan encadenado a las formas usuales de pensar, que no se incorporan al darse cuenta posibilidades alternativas. Esto incluye mecanismos tradicionales, como negación o represión, pero también factores cul­ turales y de aprendizaje que afectan su forma de pensar. Una técnica es simplemente pedirle que imagine lo opuesto de lo que se supone verdadero. Las técnicas de integración unen procesos que el paciente no une o que activamente mantiene separados (división). Se le puede pedir que ponga palabras a un proceso negativo, como tensarse, llorar o crisparse. O bien, si el paciente expresa verbalmente un sentimiento, es decir, una emoción, se le puede pedir que lo ubique en sú cuerpo. Otro ejemplo es pedirle que exprese sentimientos positivos y nega­ tivos acerca de una persona. Técnicas corporales. Incluye cualquier técnica que lleve la aten­ ción del darse cuenta del paciente a su funcionamiento corporal, o le PROCESO Y DIALOGO EN GESTALT 148 ayude a darse cuenta de cómo puede usar su cuerpo para lograr es­ tímulo, darse cuenta y contacto. Por ejemplo: P: T: P: T: [Lloroso y con las m andíbulas apretadas}. ¿Te gustaría hacer un experimento? [Acepta]. Respira profunda, muy profundamente, y cada vez que exha­ les, deja que tu mandíbula se suelte hacia abajo. P: [Respira profundamente, deja caer la m andíbula al exhalar], T: Quédate con eso. P: [Comienza a desvanecerse, llora, luego solloza]. R evelación del terapeuta AI terapeuta gestáltico se le estimula para que haga declaraciones en "Y o". Tales declaraciones facilitan tanto el contacto terapéutico como el enfoque en el paciente, y deben hacerse en forma discrimi­ natoria y sensata. Emplear el "Y o" para facilitar el trabajo terapéu­ tico, requiere habilidades técnicas, sabiduría personal y darse cuenta personal del terapeuta. Los terapeutas pueden compartir lo que ven, escuchan o huelen. Pueden comunicar cómo áe ven afectados. Se comparten hechos de los cuales el terapeuta se da cuenta y el pacien­ te no, en especial si es poco probable que la información sea espon­ táneamente descubierta en el trabajo fenomenológico durante la hora de terapia, pero que se supone importante para el paciente. M ECA N ISM O S D E LA PSICO TERA PIA A ntiguos déficits, nuevas fuerzas El niño necesita una relación parental con un equilibrio nutritivo, organísmico/ambiental y ecológico. Por ejemplo, una madre debe preocuparse de que las necesidades del niño sean satisfechas y que el desarrollo de sus potencialidades sea facilitado. Un niño necesita este tipo de reflejo cálido y nutritivo. También requiere espacio para lu­ char, frustrarse, fallar. Además necesita límites para vivenciar las consecuencias de su conducta. Cuando los padres no pueden satisfa­ cer estas necesidades, porque necesitan tener un hijo dependiente o carecen de suficientes recursos internos, el niño desarrolla límites distorsionados de contacto y darse cuenta, y una baja auto-estima. Desgraciadamente, con frecuencia los niños son moldeados para lograr la aprobación de los padres acerca de sus propias necesidades. Como resultado, la personalidad espontánea es reemplazada por una TERAPIA CESTALTICA 149 artificial. Otros niños llegan a creer que los demás pueden satisfacer sus necesidades, sin considerar la autonomía de los otros. Esto ter­ mina siendo más impulsividad que espontaneidad. Los pacientes necesitan un terapeuta que se relacione en forma sana, contactada, que no sea indulgente a expensas de la exploración y trabajo a fondo, y que no produzca excesiva ansiedad, vergüenza y frustración al no ser respetuoso, cálido, receptivo, directo y honesto. Los pacientes que llegan a psicoterapia con una percepción pobre de sus necesidades y fortalezas, resistiendo más que apoyando a su ser organísmico, están sufriendo. Tratan que el terapeuta haga por ellos lo que creen no poder hacer por sí mismos. Cuando los terapeu­ tas acceden a esto, los pacientes no recuperan ni integran su poten­ cial perdido o nunca desarrollado. Por lo tanto, aún no pueden fun­ cionar con auto-regulación organísmica, ni ser responsables de sí mismos. No descubren si tienen la fuerza para existir en forma au­ tónoma, porque el terapeuta satisface sus necesidades sin reforzar su darse cuenta y lím ites del ego (véase Resnick, 1970). A medida que la terapia prosigue, y los pacientes aprenden a darse cuenta, a contactarse y a ser responsables, el funcionamiento' de su ego mejora. Como resultado, obtienen herramientas para explo­ raciones más profundas. Las experiencias infantiles de los años formativos, se pueden explorar sin la regresión y exceso de dependen­ cia necesarios en tratamientos regresivos, y sin la pérdida temporal de competencia que conlleva una neurosis de transferencia. Las ex­ periencias infantiles son llevadas al darse cuenta presente, sin la suposición de que los pacientes están determinados por eventos pa­ sados. Los pacientes proyectan activamente material de transferencia en el terapeuta gestáltico, permitiendo así exploraciones más pro­ fundas. Los siguientes dos ejemplos muestran pacientes con diferentes defensas que necesitan diferente tratamiento, pero con aspectos sub­ yacentes similares. Tom era un paciente de 45 años, orgulloso de su inteligencia, autosuficiencia e independencia. No se daba cuenta que tenía una necesidad insatisfecha de dependencia y resentimiento. Esto afectaba su matrimonio, ya que su esposa se sentía no necesitada e inferior porque ella sí estaba contactada con sus necesidades y lo demostraba. La autosuficiencia de este hom­ bre exigía respeto —satisfacía una necesidad, era en parte constructiva y base de su auto-estima. PROCESO Y DIALOGO EN GESTALT 150 P: [Con orgullo ] De niño, mi madre estaba tan ocupada que sim­ plemente tuve que aprender a confiar en m í mismo. T: Valoro tu fuerza, y cuando pienso en ti como un niño con tanta confianza en sí mismo, me dan ganas de hacerte cariño y darte amor paternal. P: [Un poco lloroso] Nadie ha sido capaz de hacer eso por mí. T: Estás un poco triste. P: Estoy recordando cuando era niño... [la exploración lo llevó a darse cuenta de una reacción de lástim a por la falta d e p a­ dres y de una confianza compensatoria en sí mismo]. Bob, de 45 años, sentía vergüenza y se aislaba en respuesta a cual­ quier interacción que no fuera totalmente positiva. Se negaba firme­ mente a cualquier experimento auto-nutritivo. P: [Con voz quejumbrosa] No sé qué hacer hoy. T: [Observa y no habla]. PT Podría hablar acerca de lo que hice esta semana. [Mirando interrogativamente al terapeuta]. T: Me siento presionado por ti en este momento. Imagino que quieres que te dirija. P: Sí. ¿Qué tiene de malo? T: Nada. Prefiero no dirigirte ahora. P: ¿Por qué no? T: Te puedes dirigir solo. Pienso que nos estás dirigiendo para alejamos de tu yo internó en este momento. No quiero coope­ rar con eso. [Silencio]. P: Me. siento perdido. T: [Observa y no habla]. P: ¿Ño vas a dirigirme, no es cierto? T: No. P: Está bien, trabajemos en mi creencia de que no puedo preocu­ parme de mí mismo. [Dirige un provechoso trabajo que lo lleva a darse cuenta de su angustia por el abandono y sen­ tim ientos de lástim a en respuesta a la carencia de padres]. F ru stración y apoyo La terapia gestáltica equilibra frustración y apoyo. El terapeuta explo­ ra en vez: de satisfacer los deseos del paciente —y esto es frustrante para el paciente. Proporcionar contacto es apoyador, aunque el con­ tacto honesto frustra la manipulación. El terapeuta gestáltico se terapia gestaltica 151 expresa y enfatiza la exploración, incluyendo la exploración de de­ seos, frustraciones e indulgencias. Responde a las manipulaciones del paciente sin reforzarlas, sin juzgarlas y sin provocar frustración in­ tencionalmente. Es importante un equilibrio entre calidez y firmeza. La teoría paradójica del cam bio La paradoja consiste en que mientras más uno trata de ser lo que no es, más permanece igual (Beisser, 1970). Muchos pacientes se centran en los "debería ser" y al mismo tiempo los rechazan. El terapeuta gestáltico busca la integración, pidiendo al paciente que se identifique con cada rol conflictivo. Se le pregunta qué está vivenciando en cada momento. Cuando el paciente se da cuenta de ambos roles, se emplean técnicas integradoras para trascender la dicotomía. En terapia gestaltica hay dos axiomas: "Lo que es, es" y "Una cosa conduce a otra" (Polster y Polster, 1973). El instrumento de cambio es la relación con un terapeuta que hace contacto basándose en quién es él verdaderamente y que acepta y comprende al paciente. El darse cuenta de lo "que es" conduce a un cambio espontáneo. Cuando una persona que manipula en busca de apoyo, encuentra un terapeuta que se contacta, que la acepta y no se confabula con la manipulación, puede darse cuenta de lo que está haciendo. Este ¡Ajá! es una gestalt nueva, una nueva perspectiva, el sabor de una nueva posibilidad: "Puedo estar con alguien sin manipular ni ser manipu­ lado". Cuando esa persona se encuentra con una colusión "terapéu­ tica", burlas, juegos mentales o degradantes, etc., es poco probable que ocurra este mayor darse cuenta. En todos y cada uno de los puntos del camino puede ocurrir este ¡Ajá! Mientras el paciente o el terapeuta puedan ver nuevas posibi­ lidades y el paciente quiera aprender, son factibles nuevos ¡Ajá! y, con ellos, el crecimiento. El trabajo de darse cuenta puede comenzar en cualquier momento que el paciente esté dispuesto, sí el terapeuta se da cuenta y lo conecta con el todo. El proceso que sobreviene conduce a cambios en todo el campo. Mientras más completa la investigación, más intensa la reorganización. Algunos cambios sólo pueden apreciarse años más tarde. Los pacientes en terapia gestáltica están a cargo de su vida. El terapeuta facilita la atención para abrir un darse cuenta restringido y las áreas de límites de contacto estrechos,- el terapeuta aporta fir­ meza y encierra áreas con límites precarios. Mientras aumenta la precisión e intensidad de las sensaciones, la plenitud y relajación de 152 PROCESO Y DIALOGO EN GESTALT la respiración, los pacientes toman más contacto e incorporan a su vida las habilidades de la terapia. A veces, el trabajo gestáltico es seguido por intimidad y eficiencia laboral como un acto de gracia, sin que los pacientes conecten estas ventajas al trabajo realizado en te­ rapia. Pero el organismo crece por medio del darse cuenta y del contacto. Una cosa conduce a otra. A PLIC A C IO N ES Problemas La terapia gestáltica puede emplearse en forma eficaz con cualquier grupo de pacientes que el terapeuta comprenda y se sienta cómodo. Si el terapeuta puede relacionarse con el paciente, se pueden aplicar los principios de la terapia gestáltica de diálogo y experiencia directa. Con cada paciente, los principios generales deben adaptarse a la si­ tuación clínica particular. Si el tratamiento de un paciente se diseña para adecuarlo a la "terapia gestáltica", puede ser ineficaz o dañino. Esquizofrénicos, sociópatas, limítrofes o neuróticos compulsivo-obsesivos, todos necesitan enfoques diferentes. Por lo tanto, la práctica com petente de la terapia gestáltica requiere de conocim ientos más allá de la terapia gestáltica. También se necesita información diagnóstica, teoría de la personalidad y teoría psicodinámica. El clínico individual tiene mucha prudencia en terapia gestáltica. El terapeuta individual realiza modificaciones según el estilo terapéu­ tico, personalidad, diagnóstico, etc. Esto lo estimula y le exige res­ ponsabilidad individual. Los terapeutas gestálticos deben tener sóli­ dos conocimientos de teoría de la personalidad, psicopatología y aplicaciones de la psicoterapia, así como una adecuada experiencia clínica. Los participantes del encuentro terapéutico son llamados a experimentar con nuevas conductas, y luego a compartir esa expe­ riencia en forma cognitiva y emocional. Tradicionalmente, la terapia gestáltica ha sido considerada más eficaz con "individuos hipersocializados, reprimidos, limitados" (an­ siosos, perfeccionistas, fóbicos y depresivos), cuyo funcionamiento restringido e inconsecuente es principalmente resultado de "restric­ ciones internas" (Shepherd, 1970, pp. 234-35). Este tipo de individuos generalmente disfrutan la vida al mínimo. Aunque la afirmación de Shepherd lim ita con precisión el grupo con el cual la terapia gestáltica es eficaz, su práctica clínica actual incluye tratamientos de una gama de problemas mucho más amplia. terapia GESTALTICA 153 La terapia gestáltiea de talleres estilo "Perls" tiene una aplicación más limitada que la terapia gestáltiea en general (Dolliver, 1981; Dublin, 1976). En la discusión de Shepherd acerca de las limitaciones y precauciones, se señalan restricciones aplicables a cualquier terapeu­ ta, pero que deben ser especialmente consideradas en el caso de los talleres y de terapeutas con poca experiencia con pacientes alterados. El trabajo con psicóticos, u otros pacientes con alteraciones se­ veras, es más difícil y requiere mayor "precaución, sensibilidad y paciencia". Shepherd advierte la inconveniencia de realizar este tipo de trabajo, cuando no es posible llegar a un "compromiso a largo plazo" con el paciente. Los pacientes alterados necesitan apoyo del terapeuta y al menos un mínimo de fe en su propia capacidad natural de sanación, antes de poder explorar a fondo y vivenciar intensamen­ te "el abrumador dolor, daño, ira y desesperación" que subyacen a sus procesos psicológicos (Shepherd, 1970, pp. 234-35). El trabajo con grupos más alterados requiere conocimientos clí­ nicos acerca de cómo equilibrar apoyo y frustración, detectar la ne­ cesidad de apoyo auxiliar (como tratamiento diario y medicamentos), conocer la dinámica del carácter, etc. Algunas afirmaciones que pa­ recen sensatas para un taller, no lo son al aplicarlas a contextos más amplios. Por ejemplo, "haz lo tuyo" ¡en el contexto de pacientes que sobre-actúan! Una lectura cuidadosa de libros como Gestalt Therapy Now (Fagan y Shepherd, 1970), The Gwwing Edge of Gestalt Therapy (Smith, 1976) y The Gestalt Journal, demostrará que la terapia gestáltica se usa en intervenciones de crisis, en ghettos de adultos en un programa contra la pobreza (Bamwell, 1968), en grupos de interac­ ción, con psicóticos y casi cualquier grupo-imaginable. Lamentable­ mente, la literatura proporciona ejemplos (escasos) sin suficientes ex­ plicaciones que enfoquen las alteraciones necesarias y sin discusión de los resultados negativos. v La terapia gestáltiea se ha empleado con éxito en el tratamiento de una amplia gama de desórdenes "psicosomáticos", incluyendo jaquecas, colitis ulcerosa y espasmos de cuello y espalda. Los terapeu­ tas gestálticos han trabajado exitosamente con parejas, con indivi­ duos con dificultad para enfrentar figuras de autoridad y con una amplia gama de conflictos intrapsíquicos. La terapia gestáltiea se ha usado eficazmente con psicóticos y pacientes con alteraciones seve­ ras del carácter. Debido al impacto de la terapia gestáltiea, y la facilidad con que se pueden alcanzar reacciones afectivas fuertes, a menudo enterradas, 154 PROCESO Y DIALOGO EN GESTALT es necesario contar con islas de seguridad a las cuales tanto pacientes como terapeutas puedan regresar con comodidad. Es imperativo que el terapeuta se quede con el paciente hasta que él esté listo para regresar a estas islas de seguridad. Por ejemplo, después de una ex­ periencia especialmente emotiva, el paciente puede entablar contacto visual, táctil o de otro tipo con el terapeuta o con uno o más miem­ bros del grupo e informar acerca de esa experiencia. Otra, técnica de seguridad consiste en que el paciente alternativamente haga contacto entre el terapeuta o miembros del grupo en el ahora, y la situación emotiva inconclusa que vivenció entonces, hasta descargar todo el afecto y terminar la situación inconclusa. El énfasis de la terapia gestáltica en la responsabilidad personal, el contacto interpersonal y la claridad en el darse cuenta de lo que es, puede resultar muy valioso para responder a los problemas del presente. Un ejemplo es la aplicación de la terapia gestáltica en colegios (Brown, 1970; Lederman, 1970). Evaluación Los terapeutas gestálticos han recibido poca influencia de la evalua­ ción psieo-diagnóstica formal y la metodología de investigación nomotética. Ningún enfoque estadístico puede informar al paciente o terapeuta individual qué funciona con él. Lo que ha demostrado funcionar para muchos, no siempre funciona para un individuo en particular. Esto no significa que los terapeutas gestálticos no estén a favor de la investigación; de hecho, el Gestalt Therapy Institute de Los Angeles ha ofrecido financiamiento para investigaciones. Perls no presentó evidencias estadísticas, cuantificadas, de que la terapia gestáltica funciona. Sí dijo que: "No presentamos nada que ustedes no puedan verificar por sí mismos en términos de su propio compor­ tamiento" (F. Perls et al., 1951, p. 7). En la obra Terapia gestáltica, aparece una serie de experimentos para comprobar la validez de la terapia gestáltica. Cada sesión es vista como un experimento, como un encuentro existencial donde tanto el terapeuta como el paciente se comprome­ ten a correr un riesgo calculado (experimentos), que incluye explorar territorios hasta ahora desconocidos o prohibidos. Al paciente se le ayuda a usar las habilidades fenom enologi cas y el contacto dialogal para evaluar qué está funcionando y qué no. Así, se da una investi­ gación ideográfica constante. La terapia gestáltica ha "sacrificado la verificación exacta por el valor de la psicoterapia ideográfica experi­ mental" (Yontef, 1969, p. 27). terapia GESTALTICA 155. Harman (1984) revisó la literatura de investigación gestáltica y descttbrió que la investigación cualitativa estaba dispersa. Encontró estudios que mostraban una creciente auto-actualización y auto-con­ cepto positivo después de una terapia gestáltica grupal (Foulds y Hannigan, 1976; Giunan y Foulds, 1970). Una serie de estudios dirigidos por Leslie Greenberg y asociados (Greenberg, 1986) se refirió a la falta de atención al contexto en in­ vestigación psicoterapéutica, y a la lamentable separación entre pro­ cesos y estudia de los resultados. Los estudios de Greenberg relacio­ naron actos específicos y procesos de cambio en terapia con resultados particulares. Su investigación distinguió tres tipos de re­ sultados (inmediato, intermedio y final) y tres niveles de proceso (acto de habla, episodio y relación). Estudiaron el discurso en el con­ texto del tipo de episodios donde aparecía, y estudiaron los episodios en el contexto de las relaciones en las cuales ocurrían. En un estudio, Greenberg examinó el uso de la técnica de las dos sillas para resolver divisiones. Definió división como "un patrón de actuación verbal, en el cual un paciente informa de una división del proceso del sí mismo en dos aspectos parciales del sí mismo o de sus tendencias". Concluye que "operaciones con las dos sillas, conduci­ das según los principios [de su estudio], demostraron facilitar una mayor Profundidad de la Experiencia e índice de psicoterapia produc­ tiva... y la resolución de divisiones en grupos que buscan orienta­ ción" (1979, p. 323). Un estudio llamado "Efectos del diálogo de dos sillas y enfoque en la resolución de conflictos" de L.S. Greenberg y H.M. Higgins, encontró que el "diálogo de dos sillas producía aparentemente una experiencia más directa del conflicto [división] y estimulaba al clien­ te a cierta auto-confrontación que ayudaba a crear una resolución del conflicto" (1980, p. 224). Harman (1984) encontró numerosos estudios que comparaban la conducta de los terapeutas gestálticos con la de otros terapeutas. Brunnink y Schroeder compararon psicoanalistas expertos, terapeutas conductistas y terapeutas gestálticos, y descubrieron que estos últi­ mos "proporcionaban mayor dirección, menos facilidad verbal, me­ nos enfoque en el cliente, mayor revelación personal, más iniciativa y menos apoyo emocional". También encontraron que el contenido de la "entrevista" de los terapeutas gestálticos tendía a reflejar un enfoque terapéutico más vivencial o subjetivo (1979, p. 572). En la literatura de la terapia gestáltica, no se afinna que esté demostrado que es la "m ejor". Teóricamente no hay ninguna razón 156 PROCESO Y DIALOGO EN GESTALT por la cual la terapia gestáltica deba ser en general más eficaz que otras terapias con otros nombres que siguen los principios de la buena psicoterapia. Resultados generales de las investigaciones pue­ den producir resultados menos útiles que la investigación de procesos enfocada a la conducta, las actitudes y las consecuencias. Un ejemplo de esto es la afirmación de Simkin con respecto a la eficacia de la terapia gestáltica en talleres ("aprendizaje masivo"), en contraste con sesiones semanales "espaciadas". Descubrió evidencias de la superio­ ridad del aprendizaje masivo (Simkin, 1976). Las investigaciones generales apoyan algunos de los puntos de vista de la terapia gestáltica en relación a lo que constituye una buena terapia. La investigación rogeriana sobre el vivenciar demostró la efi­ cacia de un énfasis en la experiencia directa de cualquier terapeuta. En terapia gestáltica también hay un énfasis en la relación personal, la presencia y la experiencia. Lamentablemente, algunos terapeutas, en forma regular y vociferante, violan los principios de buena psicoterapia según el modelo de terapia gestáltica, pero se siguen auto-denominan­ do terapeutas gestálticos (Lieberman, Yalom y Miles, 1973). T R A T A M IE N T O Terapia g estáltica individual en curso Aun cuando la terapia gestáltica ha adquirido la reputación de ser más aplicable a grupos, su mayor soporte es en realidad el tratamien­ to individual. En Gestalt Therapy Now (Fagan y Shepherd, 1970) se encuentran varios ejemplos. En Simkin (1979, p. 299) se presenta una bibliografía de casos. La terapia gestáltica comienza con el primer contacto. General­ mente, se realizan evaluaciones y clasificaciones como parte de la relación en curso, más que en un período separado para la prueba diagnóstica e historial de vida. Los datos para la evaluación se obtie­ nen comenzando el trabajo, por ejemplo, vía el encuentro terapéutico. Esta evaluación incluye la voluntad y apoyo del paciente para trabajar dentro del marco de la terapia gestáltica, el ajuste paciente-terapeuta, las usuales discriminaciones diagnósticas y earacterológicas, la deci­ sión acerca de la frecuencia de las sesiones, la necesidad de trata­ miento adicional y de asesoría médica. La frecuencia promedio de las sesiones es una semanal. Usando la metodología gestáltica, con esta frecuencia se puede lograr a menudo una intensidad equivalente a la del psicoanálisis. A veces la terapia gestáltica se combina con terapia grupal, talleres, terapia fa- t e r a p ia c e s t a l t ic a 157 miliar o asociada, terapia de movimiento, meditación o entrenamien­ to en bioretroalimentación. A veces los pacientes pueden tener sesio­ nes con más frecuencia, pero necesitan el intervalo para digerir el material, ya que sesiones muy seguidas pueden llevar a un exceso de confianza en el terapeuta. La frecuencia de las sesiones depende de cuánto tiempo el paciente pueda pasar entre dos sesiones sin perder la continuidad, sin descompensación o formas menores de reinciden­ cia. La frecuencia de las sesiones varía entre cinco veces por semana a semana por medio. Frecuencias de menos de una sesión por semana obviamente disminuyen la intensidad, a menos que el paciente asista a un grupo semanal dirigido por el mismo terapeuta. Generalmente no se recomienda más de dos veces por semana, excepto con psicóticos, y está definitivamente contraindicado en casos de alteracio­ nes de personalidad limítrofe. A través de toda la terapia, a los pacientes se les estimula y ayuda a decidir por sí mismos. Con el terapeuta se discute cuándo empezar y terminar, hacer o no un ejercicio, qué terapias anexas usar, etc., pero se refuerza la capacidad y necesidad fundamental del pa­ ciente para tomar estas decisiones. Modelos grupales La duración de los grupos de terapia gestáltica varía de una hora y medía a tres horas, con un promedio de dos horas. Un típico grupo de dos horas tiene hasta diez participantes. Generalmente se percibe mayor compromiso en grupos heterogéneos, con un equilibrio entre hombres y mujeres. Se debe seleccionar a los participantes. Cualquier edad es apropiada para la terapia gestáltica, pero un grupo típico oscila entre los 20 y 65 años, con un promedio entre los 30 y 50. Algunos terapeutas gestálticos siguen el camino de Perls hacien­ do terapia uno-a-uno en el grupo y usando la estructura de la "silla caliente". "Según este método, un individuo expresa al terapeuta su interés en trabajar un problema detenninado. El foco queda entonces en la interacción extendida entre paciente y líder de grupo (Yo y Tú)" (Levitsky y Simkin, 1972, p. 240). Los episodios uno-a-uno tardan en promedio 20 minutos, pero fluctúan entre 2 y 45 minutos. Durante el trabajo uno-a-uno, los demás miembros permanecen en silencio. Después del trabajo aportan retroalimentación acerca de cómo se vieron afectados, de lo que observaron y de la semejanza entre sus propias experiencias y las que trabajó el paciente. En los últimos años, el trabajo uno-a-uno ha comenzado a incluir el trabajo del darse cuenta no centrado en tomo a un problema en particular. 158 PROCESO Y DIALOGO EN GESTALT A principios de los anos 60, Perls escribió un artículo en el que decía: Sin embargo, últimamente he eliminado las sesiones indivi­ duales, salvo en casos de emergencia. De hecho, he llegado a considerar que toda terapia individual está obsoleta y debe ser reemplazada por talleres. En mis talleres, ahora integro trabajo individual y grupal (1967, p. 306). Esta opinión no fue compartida por la mayoría de los terapeutas gestálticos de entonces, y no es parte de la teoría o práctica gestáltica actualmente reconocida. Algunos observadores han descrito el estilo gestáltico de trabajo grupal como una terapia individual en un ambiente grupal. Esto es válido para aquellos terapeutas que usan el modelo recién discutido y no enfatizan la dinámica grupal o no hacen lo posible para lograr la cohesión del grupo. Sin embargo, es sólo mi estilo de la terapia gestáltica —muchos terapeutas gestálticos enfatizan la dinámica grupal. Un uso más ampliado del grupo está por cierto dentro de la me­ todología gestáltica y se usa con gran frecuencia en terapia gestáltica (Enright, 1975; Feder y Ronall, 1980; Zinker, 1977). Esto significa un mayor compromiso de los miembros del grupo cuando un individuo está en un trabajo uno-a-uno, trabajo de temas individuales de todos los miembros del grupo, énfasis en las interrelaciones (contacto) del grupo, y trabajo con procesos grupales per se. Los distintos niveles y tipos de estructura proporcionados por el líder incluyen ejercicios grupales estructurados y no estructurados, observación de la evolu­ ción del grupo hacia su propia estructura, énfasis en el trabajo unoa-uno, etc. A menudo los grupos gestálticos comienzan con algún ejercicio que ayude a los participantes a hacer la transición hacia el trabajo compartiendo experiencias del aquí-y-ahora. Un modelo que se usa con frecuencia es aquel que estimula tanto el incremento del darse cuenta a través del enfoque en el contacto entre los miembros del grupo, como el trabajo uno-a-uno en el grupo (con otros miembros participando durante el trabajo). Esto proporcio­ na mayor fluidez y flexibilidad.. ■Estilo taller Parte de la terapia gestáltica y gran parte del entrenamiento gestáltico se realiza en talleres que se programan por un período detenninado, algunos sólo por un día. Los talleres de fin de semana varían entre TERAPIA GESTALTICA 159 10 y 20 horas o más. Los talleres más largos van desde una semana a varios meses. En un taller típico de fin de semana hay un terapeuta gestáltico y entre 12 a 16 personas. En períodos más largos (una semana a un mes o más), un terapeuta puede dirigir a un máximo de 20 personas. Generalmente, si hay más de 16 personas, participa un co-terapeuta. Debido a que los talleres tienen una vida finita y debido a que hay tantas horas disponibles para los participantes, generalmente existe una alta motivación para "trabajar". A veces se establecen reglas de modo que nadie puede trabajar por segunda vez hasta que todos los participantes lo hayan hecho una vez. Otras veces no se establecen reglas. Por lo tanto, dependiendo de su voluntad, audacia e impulso, algunas personas reciben atención terapéutica intensa varias veces durante un taller. Aun cuando algunos talleres se organizan con grupos estableci­ dos, la mayoría reúne a las personas por primera vez. Al igual que en los grupos, la práctica ideal es seleccionar a los pacientes antes del taller. Un taller no clasificado requiere experiencia clínica en la gama de patologías severas y una cuidadosa protección de los miembros posiblemente vulnerables. Es muy probable que estilos confrontacionales o carismáticos exacerben en algunos de los participantes enfer­ medades mentales existentes (Lieberman et al., 1973). Otras modalidades de tratam iento Walter Kempler (1973, pp. 251-86) es quien ha elaborado en forma más completa la aplicación de la terapia gestáltica al trabajo con familias. En Principies of Gest.alt Family Thernpy (1974) aparece la descripción más completa de su trabajo. La terapia gestáltica también se ha usado para tratar crisis a corto plazo (O'Connell, 1970), como tratamiento adicional para problemas visuales (Rosanes-Berret, 1970), como entrenamiento del darse cuenta en profesionales de la salud mental (Enright, 1970), en niños con problemas conductuales (Lederman, 1970), para entrenar personal de centros abiertos (Ennis y Mitchell, 1970), para enseñar creatividad a profesores y otros (Brown, 1970), con moribundos (Zinker y Fink, 1966) y en el desarrollo organizacional (Hermán, 1972). Manejo El manejo de casos de un terapeuta gestáltico tiende a ser muy práctico y guiado por el objetivo de apoyar la relación persona-a-persona. Las citas generalmente se programan por teléfono. La decoración de la 160 PROCESO Y DIALOGO EN GESTALT oficina refleja la personalidad y estilo del terapeuta y no es neutral. Las oficinas están diseñadas y amobladas de manera confortable, evitando un escritorio o mesa entre terapeuta y paciente. Generalmente, la distribución física deja espacio para moverse y experimentar. La ves­ timenta y actitud del terapeuta son generalmente bastante infonnales. El convenio de honorarios varía según el individuo, y no existe un estilo gestáltico particular, salvo la honradez. Los honorarios se discu­ ten directamente con el paciente y en general los cobra el terapeuta. Se subraya la claridad de los límites, siendo tanto el paciente como el terapeuta responsables de participar en la tarea emprendida. El "trabajo", o terapia, comienza desde el primer momento. No se toman notas durante la sesión porque interfieren con el contacto. El terapeuta asume personalmente la responsabilidad de tomar notas después de la sesión, si es necesario, y de conservar notas, videos, grabaciones u otro material clínico. El terapeuta establece las condi­ ciones de pago, políticas de cancelación, etc. El incumplimiento u objeciones se discuten directamente. Las decisiones se toman en conjunto y se espera que los acuerdos sean respetados por ambos. El terapeuta adapta la oficina para protegerla de invasiones, y dentro de lo posible, para que sea a prueba de ruidos. El proceso de evaluación es parte de la terapia, y mutuo. Algunas consideraciones involucradas en el proceso de evaluación incluyen decidir si realizar terapia individual y/o grupal, estimar la capacidad del terapeuta para establecer una relación confiable e interesada, y permitir al paciente decidir después de un período de prueba, si la terapia y .el terapeuta son aptos. Los problemas que surgen de la relación se discuten directamen­ te, tanto en términos de enfrentar el problema concreto, como de explorar cualquier estilo de vida caracterológico relacionado, o pro­ cesos de relación que serían provechosos para el paciente. Las nece­ sidades, deseos y experiencia directa de ambos guían siempre la exploración y resolución de problemas. Ejem plo de un caso Peg fue vista por primera vez en un taller de entrenamiento ges­ táltico, donde trabajó la pena y rabia que sentía hacia su esposo, quien se había suicidado. Su muerte la dejó con toda la responsabi­ lidad de educar a sus hijos y de comenzar una carrera para mante­ nerse a sí misma y a su familia. En ese momento tenía casi 40 años; Con increíble valor e iniciativa, Peg organizó una clínica de urgencia patrocinada por una destacada organización de la ciudad en TERAPIA GESTALTICA 161 que vivía. Ella fue una de las once personas que participaron en la realización de una película sobre entrenamiento en terapia gestáltica con Simlcin (1969). Lo que sigue a continuación es un extracto de la película En el ahora: Peg: Tengo un... sueño recurrente. Estoy parada en un lugar, en Camp Pendleton. Es un campo abierto y ondulado. Lo cruzan anchos caminos de tierra. Hay una serie de cerros y valles, cerros y valles... A mi derecha veo un tanque, como del ejército —tanques marinos con grandes cadenas... hay muchos y están muy juntos y avanzan con estruendo sobre los cerros y valles en línea, todos juntos. Y estoy de pie al lado de este camino y sostengo una fuente con galletas —estoy ahí parada y veo venir uno a uno estos tanques. Mientras pasan, los observo. Al mirar a mi derecha, veo uno —y hay un par de zapatos negros relu­ cientes, corriendo entre las huellas del tanque. Y justo cuando llega frente a mí... el hombre se agacha y el tanque sigue, se acerca a mí, es el mejor amigo de mi marido. Y en ese momen­ to siempre me despierto. Siempre detengo el sueño... y me río. Pero ya no me parece tan divertido. Jim: Es cierto. ¿Qué estás haciendo? Peg: Tratando de evitar que me castañeteen los dientes. Jim: ¿Cuál es tu objeción? Peg: No me gusta la sensación de angustia y temor que tengo ahora. Jim: ¿Qué te imaginas? Peg: Ridicula. Jim: Muy bien. Empieza a ridiculizarte. Peg: Peg, eres ridicula. Gorda... floja. Sólo eres cómica. Pretendes ser adulta y no lo eres. Todos los que están mirando saben que eres una niña por dentro, enmascarando a una mujer de 39 años y... es un disfraz ridículo. No tienes ningún oficio a los 39. Una edad ridicula. Eres cómica. Tienes un trabajo y no tienes la más remota idea de cómo hacerlo. Estás haciendo todo tipo de pla­ nes grandiosos y no tienes suficiente inteligencia para llevarlos a cabo, y todo el mundo se reirá de ti. Jim: Bien, ahora por favor mira a tu alrededor y nota cómo todos se ríen de ti. Peg: Me da miedo hacerlo. [Mira alrededor, lentamente] Parece que me están tomando bastante en serio. Jim: Entonces, ¿quién se está riendo de ti? Peg: Creo que... es sólo mi fantasía... mi... 162 PROCESO y DIALOGO EN C.ESTALT Jim: ¿Quién crea tu fantasía? Peg: Yo misma. Jim: Entonces, ¿quién se está riendo de ti? Peg: Sí. Eso es. Me... me estoy riendo de algo que no es divertido. No soy tan terriblemente incompetente. [Pansa], Jim: ¿Para qué eres realmente buena? Peg: Soy buena con la gente. No juzgo. Soy buena dueña de casa. Soy buena costurera, buena cocinera, yo... Jim: Tal vez seas una buena esposa. Peg: Lo fui. Jim: Tal vez seas una buena esposa de nuevo. Peg: No lo sé. Jim: Repite esa frase: "No sé si seré de nuevo una buena esposa". Peg: No sé si seré de nuevo una buena esposa. Jim: Díselo a todos los hombres que están aquí. Peg: No sé si seré de nuevo una buena esposa... [repite la frase cinco veces más], Jim: ¿Qué sientes? Peg: Sorpresa. Guau... Supuse que nunca sería una buena esposa de nuevo. Jim: Eso es. ¿Qué estás experimentando ahora? Peg: Satisfacción. Placer. Me siento bien. Me siento completa. Aunque el "boleto de admisión" de Peg fue un sueño, lo que pasó a primer plano fue su angustia y fantasías de ser ridiculizada. El sueño sirvió de vehículo para partir y, como ocurre frecuentemente, el tra­ bajo llevó al resultado más impredecible. En el taller de fin de semana durante el cual se realizó la película, Peg conoció a un hombre por el cual se sintió atraída, quien a su vez sintió atracción por ella. Comenzaron a salir y al cabo de pocos meses se casaron. A continuación se transcribe una segunda muestra de terapia gestáltica, selectivamente extractada de un libro para ilustrar algunas técnicas (Simkin, 1976, pp. 103-18). Es la transcripción condensada de un taller con seis voluntarios. La sesión de la mañana incluía una conferencia-demostración y una película. Jim: Quiero comenzar diciendo dónde estoy y qué estoy vivenciando en este momento. Todo esto me parece muy artifi­ cial, todas estas luces, cámaras y personas dando vueltas. Estoy anonadado y agobiado por el material técnico, equi­ TERAPIA C.ESTALTICA 163 pos, etc., y me interesa más alejarme de las luces y cámaras y entrar más en contacto con ustedes. [Se presenta y pre­ gunta los nom bres de los participantes]. Supongo que todos vieron la película y la demostración, y preferiría trabajar con ustedes cuando estén listos. Reitero nuestro contrato o acuerdo. En terapia gestáltica, la esencia del contrato es decir dónde estamos, qué estamos experimen­ tando en cualquier momento dado, y si se puede, permanecer en el continuum del darse cuenta, infonnando en qué esta­ mos concentrados y de qué nos estamos dando cuenta. Tom: Jim: Tom: Jim: Tom: Jim: Tom: Primero quisiera que me dijeran quiénes son y si tienen algún plan o expectativa. En este momento estoy un poco tenso, no por el equipo técnico, porque estoy acostumbrado a eso. Me siento un poco extraño en esta situación contigo. En la mañana me alteré bastante porque estaba en desacuerdo con muchas de las cosas que dijiste, y me sentí hostil frente a ti. Ahora te acepto más o menos como otra persona. Ahora estoy poniendo atención a tu pie. Me pregunto si puedes ponerle voz a tu pie. ¿Mi pie con voz? ¿Te refieres a cómo se siente mi pie? ¿Qué va a decir? Sigue con eso y ve si tienes algo que decir, como pie. No entiendo. Mientras me hablabas de sentirte hostil esta mañana, co­ menzaste a patear y me imagino que todavía quieres hacerlo. Ah, sí. Tal vez todavía quiero patear, pero tengo la sensa­ ción de que no es apropiado. Lavonne: En este momento me siento tensa. Jim: ¿A quién le estás hablando, Lavonne? Lavonne: Estaba pensando acerca de esta mañana. Me sentía muy hostil. Creo que todavía me siento así. Jim: Me doy cuenta que evitas mirarme. Lavonne: Sí, porque siento que eres muy arrogante. Jim: Es verdad. 164 PROCESO Y D1ALOCO EN CESTALT Lavonne: Y que podría meterme en problemas contigo. Jim: Sí. Lavonne: Evitar el contacto ocular es una especie de aplazamiento del problema. No sé si se puede resolver. Jim: ¿Estarías dispuesta a decirme cuáles son tus objeciones a mi arrogancia? Lavonne: Bueno, no es muy reconfortante. Si yo tengo un problema y te hablo acerca de él y tú eres arrogante, sólo consigo ponerme yo arrogante. Jim: Tú respondes de la misma manera con lo que estás dicien­ do. Tu experiencia es que respondes de ese modo. Lavonne: Sí. Así es. En esta universidad siento que debo ser arrogan­ te y estar siempre a la defensiva. Porque soy negra, la gente reacciona frente a mí de diferentes maneras... diferentes personas... y siento que debo estar lista para la acción casi todo el tiempo... Mary: Jim: Mary: Jim: Mary: Jim: Mary: Jim: Mary: Jim: Mary: Jim: Mary: Quiero trabajar mis sentimientos acerca de m i hijo mayor y la lucha que tengo con él —sólo que sospecho que es una lucha conmigo misma. ¿Puedes decirle eso a él? Invéntale un nombre y díselo. Está bien. Su nombre es Paul. Sienta a Paul aquí [silla vacía] y háblale. Paul, tenemos muchos roces. Cada vez que te vas, que eres independiente, te odio. Pero... Un momento. Dile la misma frase a Mary. Mary, cada vez que te vas, que eres independiente, te odio. Eso calza. Mary, cada vez que te vas, que eres independien­ te, te odio, porque no estás siendo una buena madre. No entiendo tu "porque". No. Ese es mi raciocinio. Es lo mismo que me hago a mí misma en yoga. Pareces identificada con Paul. Sí. Lo sé. Envidio su libertad, desde que era niño e iba al bosque. Envidiaba su habilidad para ir al bosque. Díselo a Paul. Paul, incluso cuando eras pequeño y te ibas todo el sábado, y no me decías adonde ibas, sólo te ibas, te envidiaba, te envi­ diaba mucho, y me sentía herida porque yo no lo podía hacer: TERAPIA GESTALTICA Jim: Mary: Jim: Mary: Jim: Mary: Jim: Mary: Jim: Mary: Jim: Mary: Jim: Mary: Jim: Mary: Jim: Mary: Jim: 165 ¿No podías o no querías? No lo hacía. Quería, pero no lo hacía. Sí. A mí me saca de mis casillas tener a alguien alrededor que me recuerde todo el tiempo lo que puedo hacer y que no hago. Es lo que me hago a m í misma. Estoy todo el tiempo re­ cordándome lo que puedo hacer y no hago. Y no hago nada. Estoy atascada. Plantada con firmeza. Quiero que te pongas en contacto con tu rencor. Pon tu rencor aquí afuera y habla al saboteador de Mary. Eres una idiota. Tienes tiempo para hacer tu trabajo. Tam ­ bién la energía... que la disipas. Te metes en miles de cosas para tener una excusa para no hacer tu trabajo o cualquier otra cosa... ¡pausa] Gastas tu tiempo en hacerte infeliz y complicarte la vida. ¿Qué está pasando aquí? [señala las m anos de Mary], Sí. Los puños apretados... no sirve. ¿Tienes los puños apretados? Sí, creo que sí. Bien. ¿Te puedes contactar con tu otra parte —tu parte generosa? Realmente no conozco muy bien m i parte generosa. Sé tu parte con los puños apretados diciendo: "Parte gene­ rosa, no tengo contacto contigo, no te conozco, etc.". Parte generosa, no te conozco mucho. Creo que lo intentas de vez en cuando y haces regalos a la gente en lugar de darte a ti misma. Retienes muchas cosas que puedes dar. ¿Qué pasó recién? Estaba ensayando. No le estaba hablando a mi parte gene­ rosa. Estaba hablando... te estaba hablando principalmente a ti. Estaba reteniendo. Me cuesta imaginar que seas una persona reprimida. Lle­ gaste al comienzo vibrante y animada... para mí, muy ge­ nerosa. No sé si soy generosa o no. A veces siento que doy, pero que lo que doy no es aceptado como un regalo. Y a veces quiero dar y no puedo. Y a veces siento que di demasiado y que no debí hacerlo. Sí. Es lo que he comenzado a percibir. Ciertas heridas. Apa­ rentemente te hirieron —en el pasado. Has sido vulnerable y de alguna manera te hirieron en el proceso. K f 11 . ■ r p 166 PROCESO Y DIALOGO EN GESTALT m Mary: Jim: m ■ Mary: Jim: Mary: Jim: Mary: Jim: i i ■ H ;1 l¡¡i m i . Mary: Jim: r tit HH Mary: BM B»i ■ Jim: ' Mary: l jm B 8 B l::ií ''m m !j ' 1 Jim: Mary: Jim: Mary: B ili’ $!¡PÍ¡Íb & ¿T H H^|l : ' i 9 1 m Mary: ■ ¡ ■¡ j ¡. '• r^ M ■ : 1 |ii ! Jim: Mary: RESUMEN Fritz Perls predijo hace tres décadas que la terapia gestáltica recibiría su reconocimiento y se convertiría en una fuerza significativa eri psicoterapia durante los años 70. Su profecía se ha cumplido con creces. i- ¿ yÁ : :? J 1 Jim: Hasta cierto punto yo estoy hiriendo. A mí me parece que te estás hiriendo ahora, especialmente alrededor de los ojos. Lo sé, y no quiero hacerlo... No quiero mostrar eso. Está bien. ¿Estarías dispuesta a bloquearte? [Tapándose los ojos] Cuando hago esto, no puedo verte. Es verdad. Cuando hago esto, no puedo ver a nadie. Muy cierto. Cuando bloqueo mis heridas, nadie existe para mí. Es mi opción. También es la mía. Disfruto mirándote. Para mí, eres muy generosa en este momento. Tú eres muy generoso conmigo. Siento que estás. Te escu­ cho responder y siento que yo te estoy respondiendo a ti. Me gustaría saber si puedes volver a lo de Paul por un momento. Encuéntrate con él y explora qué ocurre. Paul, quiero ser cálida y generosa contigo, y pienso que puedo herirte al serlo. Eres un hombre grande ahora y a veces me dan muchas ganas de darte un beso de buenas noches o simplemente abrazarte, y ya no puedo hacerlo. ¿No puedes? No quiero. No quiero porque, eh... he sido rechazada. Te han herido. Sí, me han herido. Paul, creo que es cosa tuya si me quieres rechazar, pero eso no evita que yo sea herida. Me gusta algo que Nietzsche, creo, dijo una vez al sol: "No es asunto tuyo brillar sobre m í". Paul, siempre tengo la esperanza de que cuando tengas 25 años y te vayas al ejército o adonde sea... podré darte un beso de despedida. [Pausa] Trataré de recordar lo que Nietzsche dijo al sol. Muy bien. Me gustó mucho trabajar contigo. Gracias. * !: : terapia gestaltica 167 En 1952 había tal vez una docena de personas seriamente in­ volucradas en el movimiento. En 1987 había gran cantidad de insti­ tutos formativos, cientos de psicoterapeutas entrenados en terapia gestáltica, y varios cientos de personas no entrenadas o mal entrena­ das qué se auto-denominaban "gestaltistas". Miles de personas han experimentado la terapia gestáltica —muchas con resultados bastante favorables, otras con resultados cuestionables o deficientes. Debido a la negativa de los terapeutas gestálticos de establecer normas rígidas, existe una amplia gama de criterios para seleccionar y formar a terapeutas gestálticos. Algunas personas, habiendo asistido a un taller de fin de semana, se consideran ampliamente habilitadas para hacer terapia gestáltica. Otros psicoterapeutas han pasado meses y años en entrenamiento y tienen enorme respeto por la simplicidad e infinita innovación y creatividad que requiere y engendra la terapia gestáltica. A pesar del hecho de que la terapia gestáltica atrae a ciertas personas que buscan atajos, también ha atraído a una cantidad sus­ tancial de clínicos sólidos y experimentados que han encontrado en la terapia gestáltica no sólo una psicoterapia poderosa, sino también una filosofía de vida viable. Aquellos que buscan soluciones rápidas y atajos, seguirán avan­ zando por terrenos inmaduros. La terapia gestáltica tomará su lugar junto con otras importantes psicoterapias en las próximas décadas. Deberá continuar atrayendo por muchos años a psicoterapeutas creativos y con orientación experimental. La terapia gestáltica ha sido pionera de muchas innovaciones útiles y creativas en la teoría y práctica de la psicoterapia. Estas han sido incorporadas a la práctica global, generalmente sin reconoci­ miento. Ahora, la terapia gestáltica se dirige hacia una mayor elabo­ ración y refinamiento de estos principios. Al margen de las etiquetas, los principios de diálogo existencial, el uso de la experiencia feno­ menològica directa, la confianza en la auto-regulación organísmica, el énfasis en la experimentación y el darse cuenta, la actitud sin "de­ bería" del terapeuta, y la responsabilidad de terapeuta y paciente por sus opciones, forman un buen modelo psicoterapèutico que los tera­ peutas gestálticos y otros seguirán usando. ■ Para resumir, una cita de Levitslcy y Simkin (1972, pp. 251-52) parece apropiada: Si tuviéramos que elegir una idea clave como símbolo del enfoque gestáltico, ésta podría ser el concepto de autentici­ dad, la búsqueda de autenticidad... Si obseivaxnos la terapia PROCESO Y DIALOGO EN GESTALT y al terapeuta bajo la despiadada luz de la autenticidad, que­ da claro que el terapeuta no puede enseñar lo que no sabe... Un terapeuta con cierta experiencia sabe en su fuero interno que está comunicando a su paciente sus propios temores y valor, sus defensas y apertura, su confusión y claridad. Darse cuenta, aceptar y compartir estas verdades puede ser una demostración altamente convincente de la autenticidad del terapeuta. Obviamente que una postura así no se logra de la noche a la mañana. Se debe aprender y re-aprender cada vez con mayor profundidad, no sólo a través de la carrera sino a través de toda la vida.