Thick - Alexa Riley

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Créditos
Moderadoras
Tessa
Jessibel
Lvic15
Traductoras
Tessa
Jessibel
Lvic15
Neera
Correctoras
RRZOE
Jessibel
Lvic15
Neera
Lectura Final
Jessibel
Diseño
Página 3
Euma
Índice
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
Epílogo Teeny
Epílogo Bull
Página 4
Créditos
Sinopsis
Teeny se acaba de mudar a un nuevo lugar y la curiosidad ha tomado lo
mejor de ella. Cuando conoce a su nuevo vecino, no está preparada para cuán
grande y caliente es. El amable gigante hace que sus fantasías corran sin control
y ella está aprendiendo lo que significa amar al vecino.
Bull siempre ha sido el más grande en la habitación y es irritante. Él es
un antiguo guardia de seguridad, quien ahora hace consultas en línea para
mantenerse alejado de las fijas miradas. Pero cuando esta vecina joven y de baja
estatura quiere hacer amigos, él no lo puede evitar. Él derrumba todos sus muros
y rompe las reglas solo para tener una oportunidad a lo que nunca pensó era
posible.
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Advertencia: ¿Será Bull demasiado grande para hacer suya a Teeny? ¿Lo
hará funcionar de todas maneras? ¡Puedes apostarlo! Descubre lo que pasa
cuando este toro encuentra a su tienda de porcelana… porque es salvaje.
Traducido por Tessa
Corregido por RRZOE
Teeny
—¿Puedes poner eso ahí? —apunto a donde quiero que vaya el siguiente
lote de cajas antes de tropezarme con una y casi caer sobre ella.
Mi teléfono se me escapa de la mano y sale volando por los aires. Uno de
los transportistas me agarra de la camisa justo antes de caer de cara al suelo por
segunda vez esta tarde.
—Jesús, chica —dice el hombre mientras le da un buen tirón a mi camisa
y me pone de pie de nuevo.
—Gracias —le digo al hombre mayor; que se parece a mi tío abuelo por
parte de padre, John.
En su credencial se lee Paul y me dice que es el dueño. Suelta mi camisa
cuando ve que tengo mis pies en el suelo.
—Agradéceme sentándote en una silla hasta que terminemos aquí. —
Señala mi sofá cama que está instalado en la sala de estar. Puede funcionar
como cama y como sofá, ya que el único dormitorio que tengo va a ser mi
oficina. No necesito mucho espacio, pero de alguna manera tengo muchas
cosas. Tal vez debería haber dejado algunas. No ayuda que mis padres estén
racionalizando y me dejen elegir entre muchas cosas antes de mudarse.
—Puedo ayudar —lo intento de nuevo, pero me llevo una de las cajas con
el pie. Se voltea y uno de los transportistas la agarra antes de que le dé en la
cabeza. Me estremezco y me ruborizo. Casi le doy al hombre en la cara—. Lo
siento.
—Animales de peluche. —Digo y suspiro.
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—¿Qué hay en esa caja, aire? —Paul se ríe a mi lado.
—Tienes dieciocho años, ¿verdad? —Paul me mira de arriba abajo—.
Nunca pensé en preguntar la edad de alguien antes de mudarse. —Sus cejas se
juntan y la preocupación se graba en su cara.
—Sí, tengo dieciocho años. —Pongo los ojos en blanco. Me lo dicen
mucho. Soy pequeña y mis mejillas son redondas. Une esas dos cosas y la gente
siempre piensa que soy más joven de lo que soy.
—No son mis animales de peluche. —Sé que tener cajas de peluches no
ayuda a mi edad.
—¿Los robaste? —Paul me brinda una sonrisa burlona.
—No. —Arrugo la nariz—. Son para el trabajo —agrego apresuradamente.
—¿Para trabajar? —Ahora no lucha contra la risa tratando de escapar
cuando se burla de mí, y algunos de los otros se unen.
—Sí, para el trabajo. ¿Ves? Dice "oficina" —señalo las palabras
garabateadas en la caja con marcador rosa. Sé que ahora querrán saber a qué
me dedico, pero no me ofrezco a decirles.
—Me alegra que lo hayamos aclarado. —Paul mueve la cabeza cuando
ve que no voy a darles más información—. ¿Qué tal si te sientas? —hace un
movimiento hacia el sofá cama otra vez.
No quiero sentarme, quiero desempacar. Estoy demasiado emocionada
para estar quieta ahora mismo. Nunca he tenido un lugar para mí sola. Da miedo,
pero no me importa. Estoy lista para esto.
—No necesito una demanda porque te lastimaste. —Esta vez el tono de
Paul es serio y no está preguntando realmente.
—Bien. —Me acerco a la cama y me siento. Sé que soy torpe.
Lo entiendo, pero ya no me importa. Si fuera por mí, por supuesto, no sería
torpe, pero he aprendido a aceptarlo por lo que es. No puedo sentarme en un
solo lugar por el resto de mi vida. Me quito los zapatos y pongo los pies debajo
de mí. Me apartaré de su camino porque ellos sólo intentan hacer su trabajo. No
necesito sumarme al caos de tres hombres en mi pequeño apartamento. Con mi
suerte terminaré aplastada.
Después de unos minutos me doy por vencida porque no me están
escuchando. Es otro problema de ser pequeña y que la gente me tome por una
niña. Puedes pasar desapercibido incluso cuando hablas con alguien, lo que es
más molesto que ser torpe.
—Bien —murmuro mientras tomo mi teléfono para jugar.
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Todos vuelven a trabajar hasta que está casi terminado. Me siento,
observo y trato de dirigir desde mi asiento. No tiene sentido, porque mi casa es
tan pequeña que es mejor ponerlo todo en una gran pila.
Mi ordenador portátil está al otro lado de la habitación, pero Paul me
puede mirar duramente mejor que mi papá. Ya casi terminan, así que esperaré.
Reviso mis mensajes y veo si he recibido algo nuevo en las últimas horas.
Me adelanto en mis proyectos de trabajo, así tengo un margen de maniobra.
Me debato si decirles que me envíen algunos más, pero no sé cómo irá mi
mudanza o lo que estaré haciendo ahora que vivo en la ciudad. Al menos la
llamo la ciudad. Mamá me corrige todo el tiempo diciendo que esto es más un
suburbio, pero, si me preguntas, comparado con donde vivimos esta es la
ciudad.
Como si supiera que estoy pensando en ella, mi teléfono suena.
—Hola, mamá —respondo.
—¿Cómo te va, cariño? —Puedo escuchar un poco de molestia en su voz
y está claro que todavía no está contenta conmigo por esto.
Planeé mi mudanza el mismo día que ellos iban a salir de viaje. Van a hacer
un crucero de un año alrededor del mundo, donde terminarán de vuelta en
Florida, donde planean vivir. Con mi mudanza el mismo día es físicamente
imposible para ellos estar en ambos lugares al mismo tiempo.
—Genial. —Balbuceo, fingiendo no ver a Paul mirándome—. La mudanza
está casi terminada y puedo empezar a desempacar.
—Eso es bueno. Ojalá hubiéramos podido ayudar. —Ella suspira al teléfono.
Desearía haber estado merodeando. Hubiera sido dulce pero molesto.
—Mamá, yo me encargo. Ya has ayudado bastante.
Fui una sorpresa de última hora para mis padres. Siempre habían planeado
retirarse temprano, así que supe que cuando cumpliera los dieciocho años y me
graduara, me iría a la universidad o me mudaría a Florida con ellos.
No elegí ninguna de las dos y me mudé a la ciudad no lejos de nuestro
pequeño pueblo. Tal vez podría ir a la universidad; todavía es una opción. Pero
al vivir en medio de la nada, había empezado a sentir mi pasión y ésta despegó
cuando sólo tenía quince años. The Love Toy Company se sorprendió de mi edad
cuando firmaron, pero aun así me dieron la oportunidad.
Mis padres son mayores y deberían estar viendo el mundo. Han hecho lo
correcto por mí y quiero que disfruten esta vez. No quiero que se preocupen por
todo lo que hago. Puedo ser torpe, pero creo que puedo cuidarme sola. Me
recupero mejor que la mayoría y puedo manejar esto.
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En este momento estoy sacando provecho, pero tal vez debería mirar en
la universidad. ¿Podría ir por algo como los negocios, tal vez? Ahora mismo no
quiero pensar en eso. Estoy disfrutando de mi primera experiencia de estar sola.
Aunque no parezca lo suficientemente mayor para hacerlo, lo haré de todos
modos.
—Lo sé, pero quiero ver cómo es tu casa cuando esté terminada.
Me río porque estoy segura de que ya se lo puede imaginar. Ella me ayudó
a encontrar este apartamento y empacamos juntos la casa de mi infancia. Sus
cosas fueron almacenadas y las mías fueron empaquetadas y etiquetadas para
los transportistas, que vinieron al día siguiente de su salida.
—Enviaré muchas fotos.
—Lo sé, ¡pero no uses Photoshop en ellas! —Ella usa el tono madre conmigo
y me río.
—Pero será como si estuvieras aquí conmigo —dije.
—Escoge las peores fotos. —Me río más fuerte cuando oigo a mi papá en
el fondo riéndose conmigo. Un segundo después oigo un fuerte sonido.
—Vamos a zarpar, cariño —escucho a mi padre decirle a mamá.
—Les enviaré un correo electrónico. —Sé que no tendrán el mejor servicio
en el mar. Mamá me lo ha dicho cinco millones de veces desde que se dio
cuenta de que en realidad no me iba a mudar a Florida y me quedaría en el
nuevo lugar.
—Ten cuidado —añade—. No te alteres demasiado.
—No lo estoy. —No es una mentira porque no estoy nerviosa ahora mismo.
Estoy sentada en mi sofá cama sin moverme. Mamá dice que sólo me
pongo torpe cuando me pongo nerviosa. Lo que realmente quiere decir es
cuando me excito, y me excito fácilmente. No puedo evitarlo. Mis padres no
trataron de mantenerme en una jaula cuando estaba creciendo, pero viviendo
tan lejos de todo, no pude ver mucho a menos que estuviéramos viajando. Ahora
hay emoción en cada esquina.
—Te quiero —escucho decir a papá.
—Los quiero —les digo antes de terminar la llamada.
Cuando miro hacia arriba veo a Paul de pie junto a la puerta escribiendo
en un portapapeles.
Por fin estoy sola en mi nuevo lugar y me doy la vuelta para asimilarlo todo.
Cuando lo hago, veo uno de los sombreros de los de la mudanza encima de una
caja. Lo agarro y abro la puerta para llamar a Paul. Un segundo después
recuerdo que olvidé mi teléfono y le prometí a mi mamá que no saldría de mi
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—¿Todo listo? —pregunto mientras me levanto y me aseguro de caminar
con cuidado hacia la puerta para no caerme de nuevo. Tomo el portapapeles
y firmo donde él señala—. Gracias —le digo mientras se va con sus muchachos
y cierro la puerta.
casa sin él. Rápidamente me doy la vuelta para agarrarlo y correr hacia mi
puerta principal cerrada.
—¡Ay! —grito cuando me froto la frente—. Por supuesto —murmuro
mientras agarro la perilla.
Me detengo cuando oigo algo detrás de mí y me doy la vuelta para mirar
a la puerta que está enfrente de la mía. ¿Tengo que presentarme ante los
vecinos o ellos tienen que presentarse ante mí? ¿Quizás esperen hasta
encontrarnos?
—Oh, lo encontraste. —Veo a uno de los transportistas que regresa hacia
mí con la mano extendida por su sombrero.
—Sí, estaba encima de una de las cajas —le dije, dándoselo. Me mira la
frente y se ríe.
—Gracias. —se aleja y lo oigo reír mientras se va.
Miro hacia la puerta que está enfrente de la mía y algo atrae mi atención
hacia ella. Me quedo allí por un largo momento con la necesidad de llamar.
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Así que lo hago.
Traducido por Tessa
Corregido por RRZOE
Bull
Observo a través de la mirilla mientras la chica del otro lado del pasillo se
muda. La vi un par de veces mientras traían cajas. Pero ahora todos los
transportistas se han ido y allí está ella, en el pasillo, mirando mi puerta.
Me mudé aquí hace unos seis años y no salgo mucho. Con el internet y los
servicios de entrega, realmente no necesito hacerlo. Mi casa son dos
apartamentos combinados. Es parte de la razón por la que conseguí el lugar tan
rápido. Podía vivir en cualquier parte, pero no quería vivir en la ciudad y esto
estaba lo suficientemente cerca de todo lo que necesito.
Algunas personas pueden pensar que es difícil estar dentro todo el tiempo,
pero me gusta. Cuando te ves como yo, salir apesta, así que quedarme en mi
casa y estar solo es mejor que ser mirado como un bicho raro.
Claro, tengo que agacharme para atravesar puertas y doblar las rodillas
para meterme bajo la ducha, pero no soy un monstruo. El problema es que no
sólo soy alto, estoy hecho como un toro. Tengo un cuerpo ancho con brazos y
piernas gruesas, y soy probablemente el hombre más fuerte del mundo. Levanto
pesas, pero nada demasiado loco. Mi cuerpo sólo quiere ser grande, así que
podría levantar una bolsa de harina y ganar músculo.
Es la razón por la que me quedo en casa y la razón por la que no tengo
ningún tipo de relación. No vale la pena todas las preguntas y miradas, y mi vida
es más fácil cuando solo soy yo. Mi madre murió cuando yo era joven y nunca
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Mi mamá me llamó Bull la primera vez que me vio. Ella dijo que durante
todo el tiempo que estuvo embarazada yo estuve pateando, y que cuando salí
tenía el doble del tamaño de todos los demás bebés de la guardería. Establecí
un récord en el estado por ser el bebé más grande que había nacido ese año, y
luego seguí estableciendo récords hasta que dejé de ir al médico. No me
gustaba que todo el mundo me mirara como si Hulk estuviera a punto de
destrozar el edificio o algo así.
conocí a mi padre. Mientras miro a la chica bonita me pregunto si tiene alguna
familia que la cuide. ¿Ella también está sola?
Cuando la vi por primera vez pensé que era la hermana menor de alguien
que trajeron para la mudanza. Pero luego me di cuenta de que le decía a la
gente dónde poner las cosas, así que debe ser su lugar. Es tan pequeña que
apuesto a que le preguntan sobre ello todo el tiempo. Sé que ser tan grande
atrae la atención, pero estoy seguro de que ser tan pequeña también lo hace.
Su cabello oscuro está amontonado en un moño desordenado y algo de
cabello se le ha escapado por el cuello. Sus ojos son oscuros, pero sus rasgos son
tan suaves que parece un querubín. Puedo decir incluso desde aquí que huele
dulce y se siente delicada en todas partes. ¿Cómo puede algo tan inocente ser
real?
Para mi sorpresa total ella da un paso hacia mi puerta y levanta su mano.
Me echo atrás cuando sus nudillos hacen contacto y luego me pongo la mano
sobre la boca.
Miro aturdido en silencio a la puerta y puedo oír el latido de mi corazón en
mis oídos. ¿Cuánto tiempo tengo que estar aquí antes de que se vaya? No me
atrevo a mirar por la mirilla por si ve una sombra. Si me muevo de este lugar,
podría oír el crujido del suelo, así que me quedo ahí esperando que se vaya.
—Hola —dice en un tono cantarín—. Soy tu nueva vecina, Teeny.
Aguanto la respiración mientras ella golpea de nuevo y me maldigo por
ser tan entrometido para empezar. ¿Por qué me quedé ahí tanto tiempo
mirándola? Trato de razonar diciéndome que es porque es nueva y vive enfrente
de mí, pero en realidad fue un vistazo y no pude apartar la vista.
—Bueno, mi verdadero nombre es Louise, pero todos me llaman Teeny por
mi tamaño.
Me muero por verla, así que me arriesgo y me acerco un poco más a la
puerta. El suelo cruje y maldigo en voz baja.
—Creo que te oí al otro lado de la puerta —dice, y veo su mirada
entrecerrada mientras mira por la mirilla—. Lo siento, me han llamado
entrometida más de un par de veces. Sólo quería presentarme y saludar.
Abro la boca para decir algo, pero pierdo los nervios y cierro la boca.
Por un segundo puedo ver su mirada abatida mientras se da la vuelta para
alejarse.
—Espera —grito con mi voz profunda e inusual. Me aclaro la garganta
cuando la veo detenerse y mirar mi puerta una vez más—. Lo siento, estoy... —
Busco una excusa y echo un vistazo a mi pecho desnudo—. No estoy vestido.
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—Vale, siento molestarte. Que tengas una buena noche.
Sus mejillas se tiñen de rosado y lleva la mano a la boca para reprimir su
sonrisa.
—Lo siento mucho.
No es raro que no lleve ropa. Siendo tan grande como soy, es difícil
encontrar cosas que encajen y la mayoría de las veces me siento más cómodo
en bóxer.
—Está bien —me oigo decir, porque quiero hacerla sentir mejor—. ¿Te
mudaste?
¿Por qué estoy hablando a través de la puerta como un idiota? Descanso
mi frente en la madera y cierro los ojos. Ojalá pudiera abrir la puerta y verla bien,
pero sé que en el momento en que me vea, probablemente pedirá un nuevo
lugar. No querrá vivir al otro lado del pasillo del monstruo de Frankenstein.
—Sí, tengo muchas cajas que desempacar, pero estoy emocionada —Ella
tiene una mirada de ensueño en sus ojos por un segundo mientras sonríe para sí
misma—. De todos modos, probablemente debería ir a hacer eso.
Espero a ver si va a decir algo más, pero mira hacia arriba y hacia abajo
en el pasillo antes de que sus ojos vuelvan a mi puerta.
—Vale, supongo que eso es todo. Encantada de conocerte, ¿Cómo te
llamas?
—Bull. —Mi voz suena como si hubiera estado comiéndome las uñas y odio
no ser suave o no ser capaz de mantener la calma.
—¿Bull ? —pregunta, y yo asiento, pero no puede verme—. Eso es gracioso.
Siempre me han gustado los toros desde que era niña y leí a Ferdinand. —Ella
sonríe y se encoge de hombros—. De todos modos, que tengas una buena
noche.
—Adiós, Teeny —digo, tan suave que no creo que lo haya escuchado.
La veo ir a su apartamento y mirar hacia atrás una vez antes de entrar y
cerrar la puerta. Me quedo ahí parado mirando unos minutos más para
asegurarme de que no vuelva a salir corriendo y quiera volver a hablar conmigo.
Cuando miro hacia afuera veo que el sol está empezando a ponerse y es
hora de cenar. Pienso en lo que quiero y luego me doy cuenta de que Teeny
puede que no haya tenido la oportunidad de conseguir comida de la tienda
con la mudanza todo el día. Ha pasado mucho tiempo desde que me mudé,
pero recuerdo que es algo agobiante y que antes de que te des cuenta te has
saltado una comida y te estás muriendo de hambre.
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Suspiro mientras me alejo de la puerta y vuelvo a mi sala de estar. ¿Por qué
querría hablar conmigo? Ni siquiera abrí la puerta.
Voy a la cocina y tomo un menú del restaurante chino de la cuadra. No
sé qué come, pero a todos les gusta la comida china, ¿no? Llamo y pido un par
de cosas para ella que creo que le gustarán y luego pido algo de comida para
mí y les explico que son dos órdenes, una al otro lado del pasillo.
Después de colgar, me pongo unos pantalones cortos y luego voy a mi
oficina y trato de sacar todos los documentos que puedo sobre Teeny y sobre
quién podría ser. Me ocupé de la seguridad durante mucho tiempo porque era
el trabajo más fácil del mundo para mí. Mi tamaño por sí solo disuadiría a los
criminales e hice trabajo de guardaespaldas para algunas celebridades. Me
cansé de todas las miradas que tenía cuando salí, y como ya tenía una lista de
clientes de alto perfil decidí hacer consultoría privada en línea. He ganado
mucho dinero haciendo todo esto desde la comodidad de mi casa. También
me permite tener acceso a muchas cosas que la mayoría de la gente no tiene.
Como el contrato de arrendamiento de Teeny, por ejemplo.
Nuestro edificio se compone de sólo unas pocas residencias y yo soy el
dueño de la mía. La del otro lado del pasillo es propiedad de un hombre con
una gran cartera de inversiones que alquila este en ocasiones. Conseguí todo el
papeleo que presentó en su negocio. Quiero saber quiénes son todos los que me
rodean, aunque nunca los conozca cara a cara. Así que cuando descubrí quién
era, obtuve toda la información que pude sobre él.
No hay mucho más que una verificación de crédito y una firma conjunta
en el contrato de arrendamiento que parece ser la de sus padres. Yo tuve razón
en mi primera evaluación de que parecía joven, acababa de cumplir dieciocho
años. Pienso en sus suaves rasgos y en lo delicada que era, y luego pienso en sus
curvas en todas partes. Puede que apenas sea legal, pero tiene el cuerpo de
una mujer.
Me paso la siguiente hora buscando en internet para ver si puedo
encontrarla en las redes sociales o en cualquier otro sitio de solicitud de empleo.
Pero cuando oigo que llaman a mi puerta, recuerdo la comida que pedí. Tomo
mi billetera del mostrador y saco el dinero para una propina cuando oigo otro
golpe.
—Ya voy —grito mientras me apresuro a abrir la puerta.
—Oh.
—Lo siento —murmuro porque, ¿Qué más puedo decir? Está atónita y sin
palabras, y recuerdo por qué no interactúo con la gente.
—No, yo lo siento. Es mi culpa. Dejaron toda esta comida en mi casa y traté
de decirles que tenían la dirección equivocada, pero insistieron. —Ella sostiene
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Ahí está Teeny con dos grandes bolsas de comida mientras mira mi cuerpo
medio desnudo hacia arriba y hacia abajo. Mi reacción inicial es cerrar la puerta
de golpe, pero temo que la asuste aún más.
la bolsa y me sonríe tan dulcemente que se siente como si me hubiera dado una
patada en el estómago—. Creo que estos son tuyos.
—Te pedí comida —murmuré en voz baja. Me siento completamente
desnudo, aunque no tenga camisa. ¿Por qué siempre parezco tan inseguro de
mí mismo?
—No hay manera de que todo esto sea para mí. —Sus ojos se abren de
par en par al mirar hacia abajo.
—Bueno, es para los dos, pero se olvidaron de darme el mío —digo en voz
baja, cerrando la puerta un poquito para tratar de ocultar mi tamaño.
—No puedo creer lo dulce que eres. —Me mira con sus ojos marrones
oscuros, y su mirada es tan honesta y sincera—. ¿Quieres que comamos juntos
ya que se mezclaron?
¿Por qué esta joven no está corriendo hacia las colinas? No sabe lo
pequeña que es y lo fácil que puede ser secuestrada y asesinada. Me invita a
cenar con ella cuando ni siquiera me conoce. Pero quizá yo sea la clase de
persona que necesita en su vida para cuidarla.
—Déjame ponerme una camisa —digo en voz baja mientras miro
fijamente mi pecho y luego cierro la puerta. Me maldigo y luego abro la puerta—. ¿Te
gustaría entrar?
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Ella se ríe un poco mientras asiente y luego entra. ¿Qué diablos estoy
haciendo?
Traducido por Tessa
Corregido por RRZOE
Teeny
Trato de no mirar a Bull, pero es difícil no hacerlo. Él es, realmente, muy
grande. Nunca he visto a alguien tan grande como él, y para colmo, es el
hombre más sexy que he visto. Esta cantidad de atractivo no debería ocupar
tanto espacio. No me extraña que no quisiera abrir la puerta. Probablemente
sea acosado por mujeres. Tengo que luchar para no extender mi mano y tocarlo.
Me pregunto qué tan duro es en otros lugares.
Se aparta de mi camino para que pueda entrar en su casa y sonrío al
entrar. Estoy emocionada por ver su casa, así que me tomo un respiro relajante
porque sé lo que pasa cuando me emociono demasiado. Sigo pensando en lo
profunda que suena su voz y lo que le hace a mi cuerpo. Quiero saber quién es
y todo sobre él.
Mis mejillas se calientan cuando pienso en pararme en el pasillo y escuchar
su voz. Había estado a unos metros de mí y estaba desnudo. O eso dijo. No había
pensado mucho en ello en ese momento, pero ahora que lo estoy viendo es lo
único en lo que puedo pensar.
No parece tan seguro de invitarme a su espacio cuando lo miro. Me
detengo un segundo, sintiéndome incómoda. Estoy acostumbrada a que
algunas personas no me quieran. Mis padres tenían un grupo de amigos que lo
decían abiertamente. No fueron amigos después de eso.
—Si no quieres que comamos juntos, está bien —digo, mientras trato de
darle una salida para retractarse.
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Se suponía que tenía que desempacar, pero no dejaba de revisar mi mirilla
para ver si salía. Quería echar un vistazo al hombre misterioso con la voz profunda
porque tenía la sensación de que sería grande.
Muerdo mi labio inferior con preocupación cuando las bolsas comienzan
a sentirse pesadas en mis manos. ¿Cuánta comida ordenó? Mi estómago gruñe
en protesta porque tengo hambre y quiero la comida. Todavía no había
pensado en conseguir comida para mi casa y no estoy segura de cómo lo olvidé.
Supongo que estoy tan acostumbrada a vivir en casa con mi madre. Ella siempre
se aseguró de darme de comer.
—No —dice mientras la puerta se cierra detrás de mí. La cerradura hace
clic cuando me giro para mirarle a los ojos—. Déjame buscar una camisa.
—Está bien. Voy a colocar esto. —Camino hacia el área del comedor
fuera de la cocina.
—Los platos están en el gabinete superior izquierdo —dice, señalando—.
Enseguida vuelvo.
Me brinda una última mirada antes de girarse y caminar por el largo pasillo.
La casa de Bull es mucho más grande que la mía. Tiene que ser, al menos, el
doble de grande, si no más grande. ¿Y si vive con otra persona?
Echo un vistazo a su casa para tratar de encontrar algún toque femenino.
No parece que haya mucho, pero tampoco parece súper masculino. Todo lo
que hay aquí es práctico, pero nada más allá de eso.
Abro la bolsa y saco varios contenedores. Consiguió lo suficiente para
alimentar a un pequeño ejército, pero con su tamaño podría necesitar esto para
funcionar. Camino a la cocina, abro el armario y luego doy un largo suspiro
cuando veo que los platos están fuera de mi alcance.
Miro a mí alrededor, no veo un taburete, pero no es como si Bull necesitara
uno. Intento subirme al mostrador porque si pudiera poner mis rodillas allí, podría
alcanzarlas. Empujo hacia arriba, pero cuando estoy casi allí mis brazos se
agotan. Grito cuando caigo hacia atrás, sabiendo que voy a golpear el duro
suelo y me dejará sin aire.
Dos brazos grandes me atrapan antes de que eso suceda. Miro fijamente
a Bull, que me acuna en sus brazos y me acerca a su cálido cuerpo. Huele a
limón y jabón, y es tan fresco y delicioso.
—Deberías tener más cuidado —responde, pero no hace ningún
movimiento para humillarme. En vez de eso, me lleva a la mesa del comedor, y
me deja en uno de los asientos—. Iré a buscar los platos.
Sonríe mientras mueve la cabeza. Mi corazón hace un revoloteo tonto
porque encuentra mi torpeza divertida en vez de molesta.
Pongo mis manos en mi regazo y trato de estar quieta para no causar un
accidente. Normalmente no me importa porque estoy acostumbrada, pero con
Página 17
—¿De dónde has venido? —me rio, porque no lo oí entrar en la cocina. Se
mueve rápido para ser un hombre grande.
Bull quiero que me invite a volver. Tal vez podría invitarlo a mi casa la próxima
vez. ¿Eso es lo que hace la gente? No sólo me invitó a entrar, sino que también
me compró comida. Se suponía que iba a dejarla, y no fue hasta que llamé a su
puerta que me invitó a entrar. Tal vez sus modales sacaron lo mejor de él y sólo
está haciendo las cosas educadamente. Traté de darle una salida, pero no la
tomó. Aunque todavía podría estar tratando de ser educado. Una cena rápida
conmigo podría salvarlo de la incomodidad en el futuro.
Observo mientras toma un par de platos y tenedores antes de volver a la
mesa y colocarlos. Un plato está frente a mí y el otro está al otro lado de la mesa.
—Siéntate aquí. —Apunto a la silla que está en la cabecera de la mesa.
Eso lo pondría lo suficientemente cerca de mí como para que yo pudiera
alcanzarlo, tocarlo y aun así ser capaz de mirar su hermoso rostro.
—Bien —es su única respuesta cuando se mueve hacia donde señalé.
—Quiero decir, puedes sentarte en cualquier sitio, sólo que puede ser más
fácil compartir así —agrego rápidamente. Lo observo mientras lucha contra una
sonrisa y todo su cuerpo tiembla con una risa silenciosa.
—Aquí está bien, Teeny. —Se sienta y luego comienza a retirar la parte
superior de los contenedores.
Lo observo mientras usa una cuchara para servirme y saca una gran
cantidad de comida. No hay manera de que pueda comer todo eso, pero no
quiero ser grosera porque él ha sido tan amable conmigo. Levanto mi plato para
encontrarme con la cucharada gigante que está sosteniendo a mitad de
camino de la mesa. Pero antes de que él pueda poner la comida, el plato se me
escurre de la mano y golpea el mármol. Se rompe contra la dura la superficie y
jadeo.
—Lo siento mucho —me apresuro a decir.
Él pone la cuchara en el recipiente y yo busco los pedazos rotos. Me agarra
de la muñeca y mis ojos vuelan hacia los suyos. Nunca más me invitará a venir
aquí. Casi me caigo de su mostrador y luego rompo sus platos. Sólo he estado en
su casa un par de minutos y ya soy un desastre. Mi cara se ilumina de vergüenza
y parece tenso. Pero no veo ningún rastro de enojo.
Recoge los pedazos, los lleva a la basura y luego regresa unos momentos
después con un plato nuevo.
—¿Tienes platos de papel? No quiero romper otro —trato de burlarme,
pero no estoy segura de que mi tono salga bien. Soy incapaz de ocultar mi
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—No toques eso. —Me lleva un momento entender lo que está diciendo.
Él guía mi mano de vuelta a mi regazo mientras se para y se eleva sobre mí—.
Podrías cortarte.
vergüenza y mi corazón se hunde. Esta será probablemente la última vez que me
invite.
—Es sólo un plato —dice mientras se acerca y agarra el suyo. Jadeo
cuando lo golpea en la superficie dura y se rompe por la mitad. —Ahora los dos
lo hicimos.
Me echo a reír mientras toma el plato roto y lo tira a la basura con el otro.
Agarra otro y me sonríe. Dios, creí que no podría ser más atractivo.
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Vuelve a la mesa, se sienta y luego llena mi plato nuevo de comida. Estoy
bastante segura de que me he enamorado un poco de él en este momento.
Traducido por Jessibel
Corregido por Jessibel
Bull
No dormí mucho anoche, pero eso ha ocurrido por cinco noches seguidas.
Desde que Teeny vino y cenó conmigo, no puedo sacarla de mi mente. Pasé mis
días mirando por la mirilla e intentando vislumbrarla.
Cuando ella estuvo aquí no hablamos mucho, o al menos yo no lo hice.
Me contó cómo diseña animales de peluche para ganarse la vida y qué tan
ocupada está. Nunca había oído hablar de algo así, pero aparentemente es un
gran negocio. Me encantó ver lo emocionada y animada que estaba mientras
hablaba y cómo ella probablemente dijo más palabras en una noche que las
que tuve en todo un mes.
Después de la cena, la acompañé a la puerta y ella me dio las gracias por
una noche divertida. Hubo un momento de vacilación cuando quise inclinarme
y besarla, pero luego me acobardé. Le envié la cena como una bienvenida a
casa y probablemente solo estaba siendo educada después de que la orden se
arruinara. Estoy seguro de que no podía esperar para salir de aquí y volver al otro
lado del pasillo.
Cuando termino con mi último juego de pesas, bajo la barra y agarro mi
toalla. Me limpio el sudor de la frente y luego voy a la cocina a tomar un poco
de agua. Solo me toma un segundo antes de estar en mi puerta y mirar hacia
afuera para ver si ella está allí. Cuando no veo rastros de ella suspiro y me alejo.
Miro en el mostrador de mi cocina todo el pan que hice anoche cuando
no podía dormir. Estar solo en casa todo el día puede ser aburrido, pero el año
pasado aprendí a hacer pan y soy bastante bueno en eso. Creo que es porque
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¿Quién querría salir con alguien que no tiene mucho que decir? Ella me
preguntó por mí, pero estoy seguro de que algunas respuestas murmuradas aquí
y allá estaban lejos de dejarla con ganas de más. Me sentí como un idiota en el
momento en que salió por la puerta.
el amasar es muy fácil. Hice cuatro panes diferentes y coloqué uno a un lado
pensando que le llevaría uno a Teeny si la veía.
Parece que tendré que llamar a su puerta porque no puedo hacer que
parezca un accidente el habernos encontrado. Ya no salgo mucho, así que
realmente hubiera sido un milagro si hubiera sucedido.
Me doy una ducha rápida y me pongo unos pantalones cortos y una
camiseta. Se siente un poco incómodo porque no estoy acostumbrado a usarlos
tan a menudo. Pero creo que aparecer sin camisa sería un poco más aterrador,
y no quiero que las cosas entre nosotros sean incómodas. Me lo pasé muy bien
con ella la otra noche y debería haberle dicho algo al día siguiente. Pero años
de inseguridad me han convencido de que alguna mujer podría sentirse atraída
por mí.
Hice el pan como una excusa para volver a verla, pero también para ver
si la otra noche fue solo una comida de simpatía o si ella realmente la pasó bien.
Solo hay una forma de averiguarlo.
Con un respiro más constante agarro el pan parmesano y abro la puerta.
Estoy sorprendido y un poco nervioso cuando veo que se abre la puerta y Teeny
sale en el mismo momento.
—¡Bull —dice en voz alta, y ella podría hacerme tambalear por lo
dulcemente que me mira.
—¡Hola! —le digo mientras doy un paso hacia ella—. Han pasado unos
días...
—Te extrañé —soltó ella—. Quiero decir, te he echado de menos —dice y
luego mira el suelo con nerviosismo—. No sales mucho, aunque no es que haya
estado mirando ni nada. Pero he estado dentro y fuera, y no te he visto. ¿Sales
mucho? Supongo que no con todo el trabajo que estás haciendo. —Ella
comienza a abanicarse y sus mejillas están rojas—. ¿Está haciendo calor aquí?
Me río.
—Sí, hace calor. —Agacho mi barbilla y luego recuerdo que tengo un
regalo para ella—. Hice esto para ti.
Extiendo la barra de pan y ella lo toma con entusiasmo.
Asiento y luego me encojo de hombros.
—No es difícil.
—Esto se ve tan extravagante. También huele muy bien —dice ella,
retirando el papel que había envuelto alrededor y llevándolo a la nariz—.
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—¿Tú hiciste esto? ¿Estás bromeando? —Sus ojos son brillantes y grandes
cuando me mira.
Muchas gracias. —Ella lo mira y luego me mira—. Te invitaría a que entres y
tengas algo, pero...
—No, está bien. Estás ocupada —digo mientras empiezo a caminar hacia
atrás alejándome de ella. De repente me siento como un completo tonto incluso
por intentarlo. Maldición, ¿por qué una chica bonita como ella me da la hora
del día?
—En realidad estoy en camino a la tienda. Me he quedado sin muchas
cosas y he estado viviendo de esas sobras chinas durante demasiado tiempo —
dice, y me doy cuenta de que debería haberle enviado la cena nuevamente
estos últimos días—. ¿Quieres venir conmigo?
—¿Yo? —pregunto y miro detrás de mí.
Ella se ríe y asiente.
—Sí, solo voy a la tienda al final del bloque. Es un hermoso día e iba a
caminar de todos modos.
—Está bien, sí. —Me pregunto si estoy de acuerdo demasiado rápido
cuando agarro mi llave y cierro la puerta.
Ella toma el pan. Lo lleva a su apartamento antes de cerrar la puerta y
caminamos hasta el final del pasillo.
—Lo siento, tengo que subir las escaleras. Puedo encontrarte en el
vestíbulo —digo mientras apunto a la puerta que está junto al ascensor.
—¿Por qué? —pregunta ella cuando lo mira.
—Soy demasiado grande —digo con vergüenza. Me meto las manos en
los bolsillos, camino hacia la puerta y siento que su pequeña mano se envuelve
alrededor de mi antebrazo.
—Solo son un par de escalones. Podría servirme de ejercicio —dice ella.
—No necesitas nada —le digo mientras miro hacia abajo, a su pequeño
cuerpo curvilíneo.
Mi grueso miembro cuelga con fuerza entre mis piernas y tengo que
recordar calmarme antes de asustarla.
—Es solo la verdad. —Mantengo mis manos en mis bolsillos para no
alcanzarla, pero cuando salimos, siento su pequeña mano en mi antebrazo de
nuevo.
La acera está concurrida y sé que solo lo está haciendo para evitar que la
empujen, pero la mayoría de las personas que me ven se salen del camino. Es
parte de la razón por la que no me gusta salir mucho. Es difícil lidiar con las
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—Es muy amable de tu parte —dice mientras caminamos por las escaleras
y salimos al vestíbulo.
miradas. Voy de compras siempre tarde en la noche, a la tienda de veinticuatro
horas. Hay menos gente y menos miradas a medida que consigo las cosas que
no puedo comprar en línea.
No menciono que estuve en la tienda hace dos días. En su lugar, solo
tomaré algunas cosas y haré que parezca que también tengo que ir a la tienda.
Todavía me sorprende que nos encontremos en lugar de que yo tenga que
llamar a su puerta. Y luego me pidió que la acompañara, así que eso tiene que
ser una buena señal. ¿Cierto?
La caminata a la tienda es demasiado rápida, o al menos el tiempo pasa
demasiado rápido. Siempre se siente así cuando estoy con Teeny. El tiempo de
alguna manera se acelera y nunca es suficiente.
—¿Por qué no empujas el carrito para que pueda marcar mi lista? —
sugiere, y estoy de acuerdo—. A ver, tengo una tonelada de cosas aquí, pero tú
solo coloca lo que necesites y podemos dividirlo cuando lleguemos al final.
Asiento con la cabeza mientras caminamos por los pasillos y ella va
dejando cosas en la canasta. Ella habla todo el tiempo acerca de sus comidas
favoritas y lo que su mamá cocina que más le gusta. Me pregunta sobre los
panes que hago y cuando llegamos al pasillo de hornear, le consigo algunos
suministros y le digo que le enseñaré algunas recetas sencillas.
Saber que voy a poder volver a verla sin tener una excusa me hace sentir
ligero y feliz. Quiere pasar más tiempo conmigo y eso significa que quiere
conocerme mejor.
Cuando llegamos al pasillo con cosas para bebés, detengo el carrito y la
miro fijamente.
—Eh, ¿supongo que no necesitas nada en esto? —hago que parezca una
pregunta y ella niega con la cabeza.
—Me encantaría tener hijos un día.
Cuando tiene que detenerse para comprar pasta de dientes, sucede que
está justo al lado de una hilera de condones. De repente me doy cuenta de que
hay estantes y estantes de ellos y prácticamente me están gritando. Traté de
ponerme uno cuando era más joven solo para ver qué se sentía, pero se rompió
cuando estaba tratando de ponerlo en mi duro miembro. Era el tamaño más
grande que hicieron, un paquete de dos. El segundo lo rodé sin rasgar, pero solo
llegó hasta la mitad de mi longitud.
Echo un vistazo a Teeny, que también está mirando los condones. Miro
hacia abajo, a su cuerpo y pienso en mi gran miembro tratando de encajar
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—Yo también —digo, y ella sonríe alegremente. Su sonrisa podría iluminar
el cielo nocturno y me encanta que sea por mi culpa.
dentro de ella. Seria imposible. No hacen condones para grandulones, así que
no es como si pudiera hacerlo si quisiera.
—¿Tú, eh, necesitas algo más? —pregunta mientras me mira y luego vuelve
a los condones.
Supongo que he estado aquí mirándolos por un tiempo, pero solo sacudo
la cabeza.
—¿Tú?
Ella mira las cajas de nuevo y luego de nuevo a mí. Sus ojos viajan por mi
pecho y estómago hacia entre mis piernas y la observo mientras lame sus labios
y luego mira hacia otro lado.
—Todavía no.
Mi miembro se hincha de nuevo y empujo el carrito hacia adelante para
ocultárselo. No tengo nada con qué cubrirme ahora mismo, así que solo respiro
y pienso en mi tía Myrtle en bikini.
Me acerco a la línea de la caja registradora y comienzo a depositar todas
las cosas en la cinta transportadora. La cajera se queda sin aliento cuando me
ve pero no dice nada. Ella comienza a escanear cosas y Teeny me dice que
olvidó algo y vuelve corriendo a buscarlo. Antes de que ella pueda regresar, la
cajera termina y yo pago por las cosas de Teeny.
—Oh, Dios mío, Bull, lo siento mucho. Toma, déjame darte un poco de
dinero. —Ella cava en su bolso y yo pongo mi mano sobre la de ella para
detenerla.
—Es mi regalo —digo y ella me sonríe alegremente.
—Realmente eres un gran oso de peluche —dice, y escucho el bufido de
la cajera.
Levanto la vista y ella agacha la cabeza mientras escanea los platos de
papel que Teeny olvidó conseguir la primera vez. Miro a Teeny y ella le da una
mirada de muerte a la chica mientras entrega su dinero. No sé por qué, pero me
conmueve, aunque odio que haya sido testigo de eso.
Una vez que Teeny ha pagado sus cosas, agarro las bolsas y salgo con ellas
en mis manos.
—Déjame ayudarte a llevar algo —dice y levanto una ceja.
—Lo sé, pero no quiero que sientas que tienes que hacerlo.
Empiezo a decir algo en respuesta, pero antes de que pueda, un hombre
se tropieza conmigo y me hace perder el equilibrio. Tengo todas las bolsas en mis
manos y antes de que pueda darme la vuelta, me giro y golpeo al tipo en el
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—Creo que puedo manejarlo —digo, y ella se ríe.
suelo. Fue un accidente, pero tan pronto como cae, comienza a maldecir y
hacer una escena.
—Mira por dónde vas, maldito hijo de puta —dice mientras mira su teléfono
celular roto—. Me debes un teléfono, idiota.
—¡Debes vigilar a dónde vas en lugar de mirar tu teléfono! —Teeny grita,
viniendo en mi defensa.
Normalmente, los tipos como él no le dicen una palabra a alguien de mi
tamaño, pero hay una multitud fuera de la tienda y la gente está mirando. Esto
es lo que más odio y ahora todos los ojos están sobre mí. Tengo que hacer esta
parada para poder sacar a Teeny de aquí.
—Lo siento —le digo mientras meto la mano en mi bolsillo y agarro una
tarjeta de visita—. Solo llama y me encargaré de eso.
—Sí, claro —dice el chico mientras se levanta del suelo con su teléfono
roto—. ¿Esperas que me crea eso, vago?
Los hombres más débiles me han llamado peor, pero no puedo pelear en
este momento. Podría poner a este chico diez pies bajo tierra, pero hay
demasiados testigos y lo más importante es que Teeny está aquí conmigo.
Decido intentar mantener la calma y manejar esto lo mejor que pueda. Dejo
algunas bolsas y luego saco mi billetera.
—Tenga. Si eso no es suficiente, llama a ese número y me aseguraré de
que obtengas lo que necesitas —digo mientras le entrego mil dólares. No creo
que su teléfono cueste mucho, pero he pasado la mayor parte de mi vida
tratando de evitar conflictos y estoy buscando la mejor manera de hacerlo
ahora.
—Oh, lo haré. —Es presumido mientras guarda el dinero y luego mira a
Teeny—. Solo mantén a tu chihuahua lejos de mí.
Teeny hace un sonido de sorpresa e indignación, pero antes de que pueda
decir una palabra, extiendo mi mano, le agarro del cuello y la multitud jadea
audiblemente.
—Lo siento —dice rápidamente con lo último de su aire.
Lo aprieto más fuerte por solo un segundo para asegurarme de que reciba
el mensaje y luego lo dejo caer al suelo. La multitud retrocede cuando agarro
las bolsas que coloco antes y luego me vuelvo para mirar a Teeny.
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—Puedes insultarme todo lo que quieras y puedes afirmar que tu teléfono
con tapa vale más de mil dólares. Pero en el segundo que digas una mala
palabra acerca de mi ángel, te romperé el maldito cuello. —Él hace un sonido
de gorgoteo mientras agarra mi mano y sus pies cuelgan del suelo—. Ahora
discúlpate con la dama.
Ella se alejó un paso de mí y sus ojos están muy abiertos por la conmoción,
incluso tal vez por miedo. En ese momento odio lo que he hecho y deseo poder
cambiar los últimos cinco minutos de mi vida.
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—Lo siento —le susurro, y me vuelvo para caminar de regreso a nuestro
edificio.
Traducido por Jessibel
Corregido por Jessibel
Teeny
Camino junto a Bull en silencio, sin saber si debo mantener mi boca
cerrada o decir algo. Cuanto más tiempo esté callada, peor podría estar
haciéndolo. Pasé de hablar sin parar a estar en silencio. ¿Por qué me dijo
perdón? Siento que me estoy perdiendo algo aquí, pero no sé qué es. ¿Por qué
tiene que arrepentirse? Ese hombre necesitaba ser derribado una o dos veces.
¡Qué maldito idiota!
El camino de regreso a mi apartamento no es largo y con cada paso sé
que nos estamos acercando a que no lo vea por días. No puedo hacer eso otra
vez porque he sido miserable. ¿Cómo puedo extrañar a alguien que ni siquiera
conozco tan bien? Va a ser peor esta vez ya que no nos estamos separando en
los mejores términos y no quiero que él me evite activamente.
El estado de ánimo entre nosotros ha cambiado y no creo que pedirle una
de esas lecciones de cocina esté en la agenda de la noche. Si soy honesta, no
estoy segura de poder leer su estado de ánimo. ¿Alguien puede estar súper
enojado y triste al mismo tiempo?
Dos veces me debatí sobre pedir algo como azúcar o harina. Me
acobardé, temiendo que me preguntara qué estaba haciendo y no tenía nada
para lo que pudiera usar harina o azúcar. Tampoco quería ser una mentirosa.
Lo deseé tantas veces que tuve el coraje de caminar hacia su puerta y
tocarla de nuevo como lo hice el primer día, pero luego tuve una razón. Esta vez
quedaría claro que quería salir, y aprendí desde muy temprano en la vida que
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Detesto cada paso que damos hacia el piso, mientras regresamos a
nuestro edificio. Miro entre nuestras dos puertas y odio el espacio entre ellas. Sé
que es porque he pasado demasiado tiempo revisando mi mirilla para ver si Bull
está entrando y saliendo.
mucha gente no disfruta pasar el rato conmigo. Siempre arruino algo o hablo
demasiado.
Después de un día de no ver a Bull, empecé a inventar las razones más
tontas para entrar y salir por la puerta principal. Hice una carrera que duró tres
minutos porque tropecé con el bordillo justo afuera del edificio y sabía que era
una mala idea. Pero incluso con todas las razones por las que inventé entrar y
salir de mi puerta, no me encontré con él. Comencé a pensar que me estaba
evitando.
Hoy no puede terminar así. Simplemente no puedo dejarlo. He pasado de
divertirme tanto a sentir el vacío por dentro. He estado tratando de descubrir este
sentimiento que se instaló dentro de mí desde que estuve alejada de Bull. Hay un
vacío y se desvaneció en el momento en que abrí la puerta y vi a Bull de pie allí.
No solo había estado parado allí sino que venía a verme.
Ahora ese agujero vuelve a aparecer cuando saco la llave de mi bolsillo y
la introduzco en la cerradura. Cuando abro la puerta, Bull me sigue hasta mi casa
y va directamente a mi cocina. Deja las compras en el mostrador y su mirada se
desliza sobre mi casa. Él observa todo y el lugar sigue siendo un desastre. Tengo
demasiadas cosas y no tengo suficiente espacio para todo sin que se vea
desordenado.
Estoy de pie en la puerta de la cocina, para cuando él gire, finalmente
tendrá que enfrentarme a mí. Tengo que decir esto. No puedo dejar que salga
por la puerta sin hacerlo.
—Teeny, yo…
Caminar por la tienda juntos se sentía tan natural. No pasó desapercibido
que, ni una sola vez, había derribado algo o casi me había tropezado. Incluso
mantuve la calma en el pasillo de condones y el de bebés. No puedo dejar que
mi mente vaya allí ahora mismo. Tengo que concentrarme en una cosa a la vez.
Si Bull no quiere estar cerca de mí, no necesitaré ninguno de esos pasillos en el
futuro inmediato.
Nunca estaré totalmente convencida, pero estoy bastante segura de que
Bull evitó mis accidentes. Me siento segura a su alrededor. Nadie se topa
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—Eso fue muy dulce de tu parte —solté precipitadamente y hablé por él.
Él se queda allí por un momento como si yo estuviera hablando un idioma
diferente—. Accidentalmente me tropiezo con las personas todo el tiempo y
rompo cosas, y fuiste muy amable con ese chico. —Fue educado y trató de ser
útil, pero el otro chico había sido un idiota total. Quería abofetearlo. Diablos, yo
también quería golpear a la cajera. Ella miró abiertamente a Bull y estoy bastante
segura de que lo deseaba. Yo estuve parada justo allí. Sé que no estamos juntos
pero, ¿no parece que podríamos estar? No me gustó que ella miró boquiabierta
todos sus músculos.
conmigo y la única vez que casi me salí del bordillo sin darme cuenta, Bull me dio
un codazo para evitar que lo hiciera. Sentí que me guiaba, pero mi mente
siempre estaba en donde me tocaba suavemente y no hacia dónde iba.
Juro que era una segunda naturaleza para él. Pensé por un momento que
realmente sabía cuando iba a tener una accidente antes de que lo tuviera e
impidió algunos de ellos. O tal vez estoy haciendo esto más grande en mi cabeza
de lo que realmente es.
Quiero volver a antes de que ese hombre arruinara nuestro día. Bull fue
quien primero lo lamentó y ni siquiera fue su culpa. Estoy tan acostumbrada a
que las personas sean malas cuando hago algo por error, que cuando Bull se
apresuró a hacer que el hombre se sintiera mejor, mi corazón se derritió ante su
dulzura.
Por supuesto, el idiota tuvo que culpar a Bull. Todavía no puedo creer las
bolas que tuvo el chico para insultar a Bull. Estaba segura de que el chico estaba
acabado, pero Bull es un buen hombre y trató de calmarlo todo. Entonces el
chico tenía sus ojos en mí y eso demuestra que no importaba lo grande o
pequeño que fuera, un matón irá a por cualquiera. Vio la bondad de Bull como
una debilidad.
—Agarré al hombre por su garganta, dulzura —me recuerda, pero mi
corazón se acelera con el apodo y pierdo la concentración. Quiero preguntar si
él llama a todos así o solo a mí. Mi mamá llama a todos "cariño". No sé por qué,
pero me gusta "dulzura" más que "cariño". Tal vez porque los dulces son pequeños
y me corresponde más.
—Se lo merecía —digo, asintiendo con tanto énfasis que mi moño
desordenado rebota—. Estaba a punto de estrangularlo por la forma en que te
estaba hablando.
—No estrangules a nadie. —Bull da un paso hacia mí como si fuera a
detenerme o enfrentar al enemigo imaginario en este mismo instante.
—Sé que realmente no puedo estrangular a alguien, pero puedo darles un
consejo y decirles que son groseros. —Por primera vez en los últimos diez minutos,
una sonrisa se dibuja en la esquina de sus labios y llena un poco de ese espacio
vacío dentro de mí.
—Lo sé. Soy toda ladridos. —Me río y agito mi mano con desdén—. Como
uno de esos perros que ladran mucho. —Mis hombros caen—. Nadie me toma
en serio.
—Pero sigues hablando. —Parece orgulloso de mí. No lo escucho moverse,
pero está justo delante de mí ahora. Él pone un dedo debajo de mi barbilla y
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—Tienes mucho fuego en ti para ser tan... —sacude la cabeza, sonriendo
más—, pequeña.
levanta mi cabeza para mirarlo—. No permitas que el resto del mundo te
detenga.
Su dedo se mueve para trazar mi mandíbula de un lado a otro. Su toque
es cálido y lucho por no cerrar los ojos y enfrentar su cuerpo gigante instalado
frente a mí. Quiero estar lo más cerca posible de él. Él podría envolverse
alrededor de mí y no me importaría nada en el mundo.
Pierdo la batalla cuando su pulgar traza mis labios y cierro los ojos. Inclino
mi cabeza hacia atrás y decido que será más fácil hacer esta pregunta cuando
no lo esté mirando a los ojos.
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—¿Vas a besarme? Nadie me ha besado nunca antes.
Traducido por Jessibel
Corregido por Jessibel
Bull
Mi corazón late en mi pecho cuando miro su rostro perfecto. Su piel es
suave como la seda contra la mía y sus labios son delicados como una flor.
—Puedes tener lo que quieras, Teeny —digo mientras me inclino y toco
suavemente mis labios con los de ella—. Toma todo de mí.
Soy tan jodidamente grande en comparación con ella que trato de ser
gentil. No estoy preparado para su reacción, y tener su cuerpo apretado
contra el mío es mi perdición.
—¡Bull! —chilla mientras la agarro por la cintura y pisotea el sofá.
Mi miembro se siente caliente y pesado, mientras ella envuelve sus
piernas alrededor de mi cintura y la coloco en el sofá. Debería darme la vuelta
y dejarla estar en la cima, pero nunca antes me había sentido así, necesitado
como nunca me había sentido, sin sopesar y necesitaba dominarla.
—Seré amable —le digo mientras empujo mi longitud sólida contra ella.
Estoy desesperado mientras ella agarra mi camisa, me la quita y de
repente su piel se une a la mía. Sus manos están sobre mi pecho y me acaricia
como un oso mientras la hundo en los cojines del sofá. Las almohadas caen al
suelo a nuestro alrededor y creo que escucho que algo se derrumba y se
rompe, pero ninguno de los dos se detiene a revisar y no puedo pensar en
nada más que besarla.
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Mi miembro es tan grande que se tensa contra mis pantalones cortos
sueltos y suplica que sea liberado de sus limitaciones. Se proyecta cuando
empujo la punta entre sus piernas y dentro de sus pantalones cortos de corte
de jean. ¿Qué se necesitaría para mover esa delgada tira de mezclilla hacia un
lado y dejar que mi miembro sienta su calor pegajoso?
Sus labios son suaves y húmedos mientras su lengua prueba la mía.
Cuando siento sus dientes en mi labio inferior, gimo y siento el pre semen mojar
un poco en mis pantalones cortos. Puedo sentir la humedad pegajosa contra el
material, pero sigo empujando la cabeza de mi miembro en el espacio entre su
muslo y su sexo, esperando que se deslice dentro.
Ella se frota debajo de mí como si estuviera desesperada por el mismo
deslizamiento accidental. Maldita sea, cómo quiero tener mi desnudo miembro
dentro de ella, pero es una chica dulce y agradable. Ella puede ser legal, pero
su vagina no es lo suficientemente grande como para tomar mi miembro y no
la lastimaré.
—¿Qué estás haciendo? —pregunto contra sus labios cuando la siento
mover su mano hacia abajo entre nosotros y tira sus pantalones cortos hacia un
lado. Es como si estuviera escuchando cada pensamiento atrevido dentro de
mi cabeza.
—Nada —susurra, pero ambos sabemos lo que está haciendo.
Mis pantalones cortos están tan mojados por las gotas del pre semen que
cuando empujo puedo sentir su calor contra la punta de mi miembro. Ella gime
y siento que sus dedos se mueven cada vez más rápido contra su sexo. Miro
hacia abajo y verla masturbándose mientras pretendo penetrarla es
demasiado para mí. Gimo, chorreando mis pantalones cortos, y sé que algo de
eso tiene que filtrarse dentro de ella.
—Mierda —gruño mientras me muevo sobre ella con mi gran cuerpo.
Su pequeña mano trabaja más rápido y luego escucho su pequeño
jadeo. Dejo de besarla y veo que sus ojos se encuentran con los míos. Su cara
se ruboriza y gime ligeramente, sus dedos todavía trabajan, y ella llega al
orgasmo.
—¿Puedo saborearlo? —pregunto, y ella asiente con la cabeza mientras
sus mejillas adquieren un tono más brillante de rojo y se muerde el labio.
Me muevo por su cuerpo y veo que sus pantalones cortos todavía están
tirados hacia un lado, exponiendo sus pliegues rosados que brillan con su
liberación. No vacilo mientras lamo entre sus cálidos labios y ruedo mi lengua
sobre su clítoris. Ella grita y sé que es probable que esté sensible, así que meto
mi lengua más abajo y dentro de ella para que pueda probar su néctar
cremoso. Gruño contra ella y entierro mi cara, cubriéndome la nariz y la boca.
Quiero su crema por todas partes como una insignia de honor. Es una prueba
que le dice a todos que ella es mía y me pertenece.
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En algún lugar en el fondo de mi mente, creo que escucho a alguien
llamar a la puerta, pero lo ignoro. Lo único que me importa en este momento
es lamer su dulce sexo.
—¡Mantenimiento! —escucho que alguien grita y sin pensar cubro el
cuerpo de Teeny con el mío y le gruño al intruso.
—¡Fuera! —Teeny chilla y afortunadamente la parte de atrás del sofá mira
hacia la puerta de entrada por lo que incluso si la persona entró no podrá ver
nada.
—Maldita sea —dice ella mientras intenta sentarse, pero yo pongo una
mano en su pecho.
—Permíteme manejar esto. Tú te quedas aquí.
Cuando me pongo de pie, mis pantalones cortos están empapados en la
parte delantera y mi miembro apunta directamente. De alguna manera, bajé
mis calzoncillos, pero mantuve mis pantalones cortos en su lugar para que
hubiera una barrera delgada entre nosotros, algo que me impidiera penetrarla.
Puede que no pueda tomarla, pero no necesito hacerlo si ella sigue
permitiéndome que le haga eso.
Meto mi mano dentro de mis pantalones cortos y trato de acomodar mi
miembro en mi ropa interior. Ahora es demasiado grande y difícil hacer una
gran diferencia, pero cuando miro a Teeny, me está mirando con la boca
abierta. Demonios, me encantaría dejar que me lama, pero necesito ir a
atender al chico que acaba de irrumpir en su lugar.
—¿Bull? —dice ella suavemente mientras voy a dar un paso lejos de ella,
pero cuando miro hacia abajo veo su mano alcanzándome.
—¿Sí, dulzura? —tomo su mano en la mía y me acerco a ella.
—¿Puedo verlo? —pregunta suavemente mientras se sienta en el sofá y
me mira a través de sus pestañas.
—¿Ver qué? —digo, pero sé muy bien de qué está hablando.
Ella extiende su mano libre y tira del borde de mis pantalones cortos.
—Nunca he visto uno antes.
—Maldición. —Cierro los ojos con fuerza y aprieto el puño.
No le digo que no o que se detenga cuando ella baja un poco el borde
de mis pantalones cortos y se asoma por dentro. La cabeza de mi miembro ya
está sobresaliendo de la parte superior, así que cuando ella mueve su dedo,
roza la punta. Gruño cuando ella baja un poco más y su cara se acerca.
empuja hacia abajo el borde de mi pantalón para ver mejor.
Antes de que sepa lo que está pasando, se inclina hacia adelante y
presiona sus suaves y llenos labios sobre la punta expuesta.
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—Es tan grande —dice ella, pero se está hablando a sí misma mientras
—Teeny —advierto porque no me encantaría nada más que agarrar su
cabello y empujar su boca sobre mí. Pero no puedo ser rudo con ella.
Maldición, ella es tan pequeña.
—Solo estoy haciendo lo que hiciste —dice ella contra la suave piel de mi
miembro justo antes de que su lengua pase por la punta. Mi visión se vuelve
borrosa y tengo que ampliar mi postura a medida que gira y gira.
Se oye un fuerte golpe en la puerta y esta vez no lo paso por alto.
—Maldita sea. —Aprieto los dientes y tomo su cara entre mis manos
mientras retrocedo un paso—. Tenemos que detener esto.
—Lo siento —dice ella, lamiendo sus labios y sonriéndome como el
infierno. Ella no lo lamenta en absoluto.
Una vez más meto mi miembro lo mejor que puedo en mi ropa interior y
luego aprieto la base con fuerza para tenerlo bajo control. Camino de forma
graciosa hacia la puerta porque la erección es demasiado grande entre mis
piernas, y agarro mi camisa mientras voy. Cuando me la puse, abrí la puerta
solo un poco y vi a Jerry, el hombre de mantenimiento, parado allí.
—Hola Bull —dice confundido mientras mira a la puerta y luego mira el
pasillo hacia mi casa—. ¿Todo bien?
Dice la pregunta un poco fuerte y mira por encima de mi hombro.
—No puedes simplemente entrar en el departamento de una mujer así —
regaño, y él sostiene su caja de herramientas.
—Ella pidió ayuda y le dije cuándo estaría aquí.
—Uh, oh —escuché a Teeny decir detrás de mí.
—Sea lo que sea, me ocuparé de eso —digo y voy a cerrar la puerta.
—Me gustaría escuchar eso de la joven dama —dice Jerry con un tono
insistente, y lo miro fijamente. ¿A qué juega él?
—Estoy bien —dice Teeny mientras se mueve delante de mí y habla con
Jerry—. Me olvidé totalmente de la llamada, pero estoy segura de que puedo
conseguir a Bull para que me ayude —dice ella y me da una palmadita en el
pecho.
Asiento detrás de ella, pero ella no puede verlo y Jerry me mira.
cerrar la puerta. Pero antes de que ella pueda, Jerry lanza una mano para
detenerla.
—¿Estás segura? Siempre puedo volver más tarde —ofrece otra vez, y los
vellos en la parte posterior de mi cuello se levanta.
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—Gracias por venir tan rápido, lo aprecio —dice Teeny mientras intenta
Abro la boca para decirle que se vaya a la mierda, pero Teeny me
interrumpe.
—Bastante segura. Que tengas una buena noche —dice ella y cierra la
puerta en su cara.
—No me gusta ese chico —gruño, mirando por la mirilla y observándolo
detenerse allí durante un largo minuto antes de que se aleje.
—Eso es solo porque nos interrumpió —dice ella, y me doy la vuelta para
verla levantarme una ceja—. ¿Tal vez deberíamos volver a donde lo dejamos?
—Por mucho que quiera seguir —le digo mientras me acerco a ella y la
tomo de la cara con ambas manos—. Creo que si sigues poniendo tu boca en
mí, podría quedarme ciego.
—Podría ayudarte a navegar por el mundo —dice ella, sonriéndome.
La beso rápidamente y luego presiono mi frente contra la de ella.
—No voy a ninguna parte, Teeny. No hay prisa.
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Su estómago gruñe y me doy cuenta de que nunca guardé sus
comestibles, y el helado que ella estaba tan emocionada de probar es
probablemente un recipiente de sopa. Ella tiene el mismo pensamiento que yo
y los dos corremos a la cocina para guardar la comida y comer algo.
Traducido por Jessibel
Corregido por Jessibel
Teeny
Todo mi cuerpo se estremece mientras Bull me ayuda a guardar mis
comestibles. Soy dolorosamente consciente de lo mojada que estoy entre mis
piernas cuando nos movemos en mi pequeña cocina. No tenía idea de que
pudiera encenderme de esa manera, ni sabía que podía tener un orgasmo tan
fuerte que podía olvidar mi propio nombre. Intento rozarlo y tocarlo tanto como
puedo sin que parezca que lo estoy haciendo a propósito. Él, por otro lado,
parece estar dándome tanto espacio como la cocina lo permita. No estoy
segura de por qué está actuando de esa manera después de lo que hicimos en
mi sala de estar. Puedo decir que al mirar hacia abajo en sus pantalones cortos
todavía está excitado, pero su enfoque está en la comida. Tal vez si comemos
podemos volver a hacer todas las cosas que hicimos antes.
Me doy la vuelta para agarrar mi banqueta para guardar algo, pero Bull
agarra los artículos y lo hace sin que yo pida ayuda.
Es tan grande que ocupa la mayor parte del espacio en mi cocina. No sé
qué tiene su tamaño que domina cada habitación en la que está, pero me da
ganas de amontonarme cerca de él. Tengo que luchar contra la necesidad de
hacerlo ahora que veo que está tratando de darme espacio. Probablemente
esté acostumbrado a que la gente se tropiece con él y tal vez sea un instinto que
actúe de esa manera. Quiero que Bull se sienta cómodo conmigo y supongo
que estar encima de él no es la forma de hacerlo. Aunque le gustó que
estuviéramos uno encima del otro hace unos minutos.
Mi cara se calienta pensando en ello. Ojalá nunca hubiera llamado a
mantenimiento. Me pregunto hasta qué punto Bull y yo habríamos llegado si no
hubieran aparecido.
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—Las cosas se hacen mucho más rápido contigo —admito y le sonrío.
—Necesito alimentarte —me recuerda.
Si, alimentarme. Eso era lo que había estado esperando antes de que el
chico llamara a la puerta. Estoy bastante segura de que golpeó por un tiempo,
pero había estado tan perdida en Bull que el mundo entero podría haber
explotado a nuestro alrededor y no habría sido del todo sabia.
No tenía idea de que podía ser tan audaz. Estaba segura de que sería
tímida con respecto al sexo, pero cuando sentí que su dureza me presionó,
estaba acabada. Él me deseaba, así que como todo en la vida fui a por ello.
—Comida —añade con una sonrisa.
Mi rostro debe mostrar hacia dónde fue mi mente, lamo mis labios aún
hinchados y me pregunto si se ven bien besados.
—¿Puedo ver? —pregunto.
Uno de los grandes brazos de Bull se envuelve alrededor de mi cintura
mientras tira de mi espalda hacia su pecho.
Sé que él había dicho que me enseñaría unas cuantas cosas sobre la
cocina, pero en estos momentos solo quiero estar aquí para poder verlo moverse.
Bull es del tipo que toma acción, y la mejor manera en la que puedo pensar de
conocerlo es mirándolo. La comisura de sus labios tiran hacia arriba mientras
divago, lo que me deja saber que tengo su atención. Algunas personas se alejan
cuando hablo mucho, pero él no; él escucha cada palabra que digo. Puedo ver
en sus rostro cuando presta atención a todo lo que hago. Puede deberse a la
línea de trabajo en la que se encuentra, pero voy a decirme que es porque me
desea. Tanto como no puedo evitar ver y escuchar todo lo que dice.
—Te lo dije. —Él da un paso hacia mi y ahueca mi mejilla—. Puedes tener
todo lo que quieras.
Mi corazón palpita. Sí, él me presta mucha atención porque así lo quiere.
—¡Permíteme conseguir mi taburete! —le brindo una sonrisa deslumbrante,
aunque estoy probablemente demasiado excitada sobre observar a alguien
cocinar, no me importa.
Una de los grandes brazos de Bull se envuelve alrededor de mi cintura,
mientras tira de mi espalda hacia su pecho.
—Cuidado, dulzura. —Él besa la parte superior de mi cabeza—. Voy a
buscar el taburete. ¿Dónde está?
—Lo olvidé. —Presiono hacia él y su duro miembro se clava en mi trasero.
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Me giro para conseguirlo y me apresuro hacia una de las cajas vacías que
aún necesito llevar al contenedor de basura. Hay demasiadas de ellas alrededor
y las he estado apilando porque aún tengo cosas por desempacar.
Él realmente es grande en todas partes. No estoy segura de si los dos
podemos encajar, pero estoy dispuesta a intentarlo. Diablos, hacer lo que
hicimos en el sofá es suficiente para hacerme feliz. Nunca he tenido un orgasmo
así antes. Los suaves toques que me he dado en el pasado no tienen nada que
ver con lo que la boca de Bull podría hacer. Quiero sentir sus suaves labios contra
mí otra vez, y más que nada quiero volver a saborearlo y explorar un poco más.
—¿Olvidaste qué? —él suspira, y las dos palabras son pronunciadas con
deseo. El agarre que tiene a mi alrededor se aprieta mientras me muevo contra
él.
—No lo he armado todavía. —Señalo la caja con los dos taburetes en ella.
Los compré para el área de la cocina y sigo queriendo armarlos. Sin
embargo, no estoy segura de ser la mejor persona para el trabajo. Mi lugar no
tiene un comedor como el de Bull, pero tiene una barra de desayuno. He estado
comiendo en el diván porque he estado posponiendo armar los taburetes.
—Una vez ayudé a mis padres a armar la mesa de la cocina y las sillas, y
las rompí. —Su cuerpo detrás de mí tiembla de risa.
—Será mejor que haga eso entonces. No quiero que te sientas y te lastimes.
—Sonrío, recordando cuando me senté en la silla y la cosa se derrumbó debajo
de mí. Creo que mi mamá y mi papá se rieron por unos buenos veinte minutos
después de que se aseguraron de que estaba bien.
—Eso sería dulce de tu parte.
Él me besa en la parte superior de la cabeza antes de caminar hacia las
cajas. No quise decir que tenía que hacerlo ahora. Estoy a punto de decirle eso
cuando de un tirón abre la caja. En un par de minutos él tiene los taburetes
armados.
—¿Aquí? —pregunta, señalando hacia la barra del desayuno y yo asiento.
Establece ambos allí, luego me levanta y me coloca en uno de ellos—. ¿Estás
bien? —asiento de nuevo, con temor de este hombre—. ¿Estás segura? Porque
nunca te he visto tan tranquila antes. —Sonríe y puedo decir que se está
burlando de mí.
—Creo que eres la primera persona que no le importa verme. —Se inclina
un poco ahora que estoy en la silla alta y me besa de nuevo. Quiero seguir
besándolo, pero él se aleja—. Realmente necesito hacerte algo de comer. —Él
me da otro beso rápido antes de dar un paso atrás y entrar a la cocina—.
¿Realmente has estado viviendo de las sobras chinas todo este tiempo? —Puedo
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—Me gusta verte —admito. Verlo moverse por mi casa es agradable. No
me di cuenta de que vivir sola podía hacerte sentir así hasta que lo estaba
haciendo. Tener a Bull en mi espacio se siente bien y no quiero que se vaya. Me
pregunto cuánto tiempo puedo tenerlo aquí.
decir por su tono que no está contento con eso y me conmueve que a él le
importe.
—Sí, a veces me olvido de comer. —Él coloca una cacerola en la estufa
mientras sus ojos se acercan a los míos.
—¿Te olvidas
conmocionado.
de
comer?
—repite
mis
palabras,
claramente
—Cuando me pierdo en el trabajo. —Me encojo de hombros—. No es
realmente un gran problema. No estoy acostumbrada a estar sola. Creo que mi
mamá y mi papá siempre me recordaban que era hora de desayunar o cenar.
Me he dado cuenta de que, desde que comencé a vivir sola, las horas pasan y
solo me doy cuenta cuando le echo un vistazo el reloj.
Después de que me encontré con Bull y no lo vi, pedí otro proyecto. Me
permití perderme lo más posible, así que dejé de acechar mi mirilla. No estoy
segura de que haya ayudado. La maqueta del diseño del animal de peluche
que entregué era de un osito de peluche gigante que tenía una camisa negra,
con un toque demasiado cómodo para ello. La parte de atrás de su camisa
decía "seguridad" y en el frente, en el bolsillo de la camisa, estaba el nombre de
"Bull". Pensé que era el oso de peluche más lindo y rudo que había visto nunca y
no fui la única quien lo pensó tampoco. A los pocos minutos de entregar el
diseño, la compañía para la cual trabajo estuvieron enloquecidos por el
proyecto.
—Parece que necesitas a alguien que te vigile. —Su tono es burlón, pero
sus ojos no coinciden. Se ven serios y posesivos.
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—Tal vez sea así —le digo, queriendo que él sea ese alguien que me vigile.
Traducido por Lvic15
Corregido por Neera
Bull
Es tarde cuando me despierto y me doy cuenta de que Teeny no está
conmigo. Nos quedamos dormidos en el sofá antes y no recuerdo que se haya
levantado.
Después de hacerle algo de comer la ayudé a arreglar algunas cosas en
su apartamento y a limpiar las cajas. Hice una docena de viajes a la basura, pero
cada vez que llevaba una carga abajo me daba un beso, así encontraba
razones para continuar.
Acabamos trabajando hasta la cena y le pedí que viniera a mi casa y me
dejase cocinar para ella. Sólo tenía una televisión pequeña y parecía muy
contenta de ver la mía. Y pese a la diversión que tuve en su sofá antes, el mío
estaba construido para alguien de mi tamaño.
Hice más pan y pasta con una salsa de crema. Seguí llenando su plato
hasta que ella se echó hacia atrás en su silla y se frotó el vientre. Entonces
preparé un postre y la hice comer de nuevo. Para cuando se sentó en el sofá a
ver una película no pudo mantener sus ojos abiertos.
—¿Bull? —oigo su voz suave y miro hacia arriba para verla caminando
hacia mí.
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Nos acostamos en él con ella delante de mí frente a la televisión. Puse una
manta a nuestro alrededor y la sostuve cerca. En cuestión de segundos pude oír
sus suaves ronquidos. En algún momento debí haberme quedado dormido
también, porque ahora es mitad de la noche y la única luz en mi habitación es
de la TV.
Lleva mi camisa y se ve como una sábana envuelta sobre ella. Debe
haberla recogido del suelo cuando me la quité la noche anterior. No puedo
dormir con la ropa puesta y quería sentirla contra mi pecho.
Sus piernas desnudas se ven pálidas a la luz y parecen leche fresca. Sus
dedos recogen el material en la parte delantera ligeramente mientras se acerca
a mí.
—¿Qué pasa, Teeny? ¿Estás bien?
Se muerde el labio inferior mientras su pelo cae sobre un hombro.
—¿Lo besarás?
Levanta el dobladillo de mi camisa para revelar su bonito sexo desnudo, y
lo único que puedo hacer es asentir. Extiendo mi mano y la pongo en la parte
posterior de su muslo atrayéndola más a mí.
—Ven aquí —digo, levantando su pierna y poniéndola sobre mi espalda.
Se aferra a mi camisa mientras agarro sus caderas y la acerco a mi boca.
Los labios de su sexo son suaves y cálidos mientras los abro con mi lengua y la
froto contra su clítoris. Ya está húmeda, y moviendo sus caderas adelante y
atrás.
—Me desperté y te necesitaba —gime cuando deslizo un dedo dentro de
ella—. Mi mano no fue suficiente.
—No tienes que hacer eso —digo moviendo mi lengua hacia atrás y
adelante sobre su clítoris—. Estoy aquí para ti, dulzura.
Muevo mi dedo dentro y fuera, y cuando pienso que está lista le doy otro.
Mi miembro gotea sobre mi vientre mientras ella se mueve sobre mí, y me duele
por las ganas de liberarse. Froto el dulce punto dentro suyo y ella grita y cae
hacia adelante, agarrando el borde del sofá. No paro mientras chupo su clítoris,
y con sólo unos lametones rápidos, llega al orgasmo justo en mi cara.
Gruño mientras su sexo se aprieta sobre mi boca y mandíbula. Mi lengua
está en todos los sitios, tratando de no perder ni una gota, y mi miembro está más
allá de dolorido.
—¡Más! —grita, moviendo su sexo contra mi lengua, y no le puedo decir
que no.
Entierro mi cara rápidamente entre sus piernas mientras bajo mi bóxer y
saco mi miembro. Tendré que conseguir mi liberación antes de que mi miembro
se rompa por la mitad y muera dolorosamente.
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—Mi chica codiciosa —digo mientras la giro y tiro de su culo al borde del
sofá. Me arrodillo frente a ella.
—No puedo tener suficiente de tu lengua —gime Teeny, abriendo más sus
piernas.
Deslizo dos dedos de nuevo dentro de ella, los lubrico y después envuelvo
mi miembro con mi mano. Estoy masturbándome duro y rápido, y hay semen ya
cayendo de la punta. El sonido de mí comiendo su sexo y masturbándome es
muy sucio y maravilloso.
—¿Bull? —Su voz es apenas un susurro, pero lo escucho y miro arriba, a sus
ojos—. Déjame ver.
Está tan hinchada y necesitada, pero tengo que sacar mi boca de su sexo
para permitirle ver lo que estoy haciendo. Así que me inclino hacia atrás y froto
su clítoris con mi pulgar mientras con mi otra mano me masturbo para ella.
—Oh Dios —jadea, sus ojos están fijos en mi mano moviéndose arriba y
abajo por mi longitud.
Uso más de mi semen para poner resbalosa mi mano y reduzco la
velocidad para que ella pueda disfrutarlo. Aprieto mis dientes, pues tener sus ojos
en mí está haciendo imposible que no consiga mi orgasmo, y ver su sexo abierto
así está haciendo que quiera tomarla.
—Deja que te sienta aquí —dice como si me hubiera leído la mente. Sus
dedos bajan, abre sus labios en invitación y no soy tan fuerte.
—Mierda —murmuro y coloco la punta de mi miembro entre sus pliegues.
Usa sus dedos para empujar alrededor de la punta de modo que estoy justo
contra su clítoris y sus pliegues suaves me están tocando.
El semen se escapa de mí y puedo verlo formando gotas y vertiéndose. Mi
miembro late por cuán lleno está.
—Más —gime, rodando sus caderas, y mi miembro se desliza hacia abajo
dentro de su sexo.
Niego y aprieto mi mandíbula, pero no me separo.
—Podrías quedar embarazada.
Dejo que la cabeza de mi miembro entre sólo unos centímetros y
su húmeda apertura me rodea. Voy atrás, pero ella no deja que me vaya muy
lejos antes de que sus caderas estén moviéndose hacia abajo sobre mi miembro
y me empuja de nuevo adentro. Gruño mientras empujo adelante y unos pocos
centímetros más entran en ella.
—¡Bull! —grita, y me tenso cuando me doy cuenta de que he atravesado
su virginidad.
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—Tendremos cuidado —susurra, y el diablo en mi hombro me dice que
tiene razón.
—Joder, lo siento tanto, dulzura —digo mientras me acuesto sobre ella y la
beso suavemente—. No era mi intención hacerte daño.
—Está bien. Sólo dame un segundo. No te salgas. —Sus piernas se
envuelven alrededor de mí y está tratando de evitar que me salga.
Sabía que era demasiado grande para ella y debería haber ido más
suave. Pero el deseo sacó lo mejor de mí y no pude evitarlo. Sigo besándola y
luego chupo sus pezones hasta que siento su sexo relajarse. Mi miembro ni
siquiera está a mitad de camino en su interior y ya está llena.
Me apoyo y miro hacia donde estamos unidos y poco a poco entro y
salgo. No me atrevo a ir más lejos, pero sigo dándole los mismos centímetros una
y otra vez.
Bajo la mano entre nosotros, envuelvo mi mano en el resto de mi miembro
que no cabe dentro de ella y empiezo a frotar. Aprieto con fuerza, pero no es
nada en comparación con el grado de tensión en su sexo.
Con una mano me masturbo y con la otra continúo frotando su sexo.
—¿Te sentiré cuando consigas tu orgasmo? —pregunta, y su sexo me
aprieta.
—No creo que eso sea seguro —digo mientras mi mano acelera—. Ya
estamos siendo imprudentes.
Mi boca dice una cosa, pero mi cuerpo está hablando un lenguaje
completamente diferente mientras mi miembro se hincha y el semen empieza a
verterse dentro de ella.
—Sólo por esta vez —susurra, mirándome y mordiendo su labio inferior.
Sus dedos se unen a los míos y me ayuda a masturbarme hasta que mis
bolas están apretadas y estoy obligado a llegar al orgasmo.
—Mierda —gruño cuando su canal se contrae y no tengo otra opción.
Tan pronto como el primer chorro de semen entra en su cuerpo, grita y su
espalda se arquea desde el sofá.
—Puedo sentirlo —gime mientras mueve sus caderas sobre mi miembro y
consigue su orgasmo.
Es tan jodidamente intenso que casi no puedo respirar, y justo cuando
pienso que ella ha conseguido lo que quiere, se sube encima de mi cuerpo y se
aferra a mí.
—Más —dice en voz baja en mi oído, y cierro mis ojos.
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Tengo que agarrarme del borde del sofá y plantar mis rodillas para evitar
desmayarme sobre ella mientras una oleada tras otra de semen sale de mi
cuerpo.
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—Lo que tú quieras —digo mientras mi miembro se desliza más
profundamente dentro de ella.
Traducido por Lvic15
Corregido por Neera
Me siento en el centro de una cama enorme y mi pelo oscuro cae
a mi alrededor. Lo aparto de mi cara lo mejor que puedo, cuando no siento mi
coletero en mi muñeca.
Un pequeño rayo de luz se derrama desde la puerta del baño medio
abierta y puedo ver que estoy rodeada de grandes almohadas blancas mullidas.
Si no lo supiera pensaría que estoy en una nube, pero el dolor entre mis piernas
me recuerda lo que pasó anoche.
Echo un vistazo por la ventana y la luz se asoma por la parte inferior de las
cortinas, lo que me deja saber que es el día siguiente. ¿Cuánto tiempo he
dormido? La última cosa que recuerdo fue estar en el sofá con Bull, pero no sé
cómo llegué de allí a aquí. Obviamente, Bull me movió, pero no recuerdo en qué
momento me trajo aquí.
Me doy la vuelta en la cama y miro hacia el techo. Muerdo mi labio y sonrío
porque anoche fue maravilloso. Bull me dio de comer hasta que apenas pude
moverme. Mi madre es una cocinera increíble, pero él se le acerca, aunque
nunca le diría eso a ella.
Cuando nos abrazamos en el sofá, luché por mantener mis ojos abiertos,
pensando que si me quedaba dormida él podría decir algo como que es hora
de ir a la cama. No quería ir a la cama porque estaba disfrutando de estar
presionada contra su cuerpo caliente. Muy pronto, sin embargo, el sueño ganó
y me dormí a su lado.
Cuando desperté en medio de la noche con él acurrucado en mi, fue la
sensación más dulce que jamás había sentido. La necesidad se arremolinó
dentro de mí y quería tocarlo por todas partes. Todo mi cuerpo latía y traté de ir
al baño y ocuparme de ello yo sola porque no quería despertarle. Estaba
durmiendo tan plácidamente.
Cuando me toqué no era como cuando Bull me besaba entre las piernas.
Me quité la ropa, me puse su camisa, y planeé volver al sofá con él. quería tratar
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Teeny
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de lentamente despertarle, pero lo había hecho él solo cuando me vio volviendo
del baño. Pensar en anoche hizo que mis pezones se apretasen. Todavía estaba
húmeda entre las piernas y lo deseaba de nuevo.
—Bull —digo en voz alta, pero no oigo nada.
Me incorporo, me muevo sobre la cama y lentamente me levanto. Mis
músculos están un poco doloridos y mi sexo late. No estoy segura de si es por lo
que hicimos o por la necesidad de hacerlo de nuevo.
—¿Bull? —llamo de nuevo, pero todavía no le escucho.
Froto mis ojos mientras camino hacia su cuarto de baño y me detengo
cuando me veo. Fijo la mirada en el espejo gigante y noto mis labios hinchados
y mis senos se ven más grandes. Hay algunas pequeñas mordeduras en mis
pechos, y cuando me miro de nuevo, me siento de verdad como una mujer.
Ahora tengo que encontrar a mi hombre. No veo a Bull yéndose sin una
buena razón o sin decírmelo. ¿Tal vez tuvo que irse rápido y conseguir algo?
Desde que le pedí que me besara ha estado prácticamente presionado contra
mí. Sólo se intensificó cuando estuve de acuerdo con él en que, tal vez,
necesitaba alguien que velase por mí. Lo dijimos en un momento de broma, pero
en el fondo se sintió real.
Había estado muy emocionada de comenzar una nueva vida sin mi
madre y mi padre cernidos a mí, pero no sé por qué pensé que tenía que hacerlo
sola. No quiero eso si puedo tener a Bull. Cuando está conmigo y me cuida se
siente diferente. Quiero hacer lo mismo con él. Somos opuestos que se
compensan, pero sabemos que estamos hechos el uno para el otro. Podríamos
parecer graciosos de pie junto al otro, pero funcionamos bien.
Encuentro una de sus camisas y me la pongo, después camino a través del
apartamento y compruebo cada habitación. Sin él aquí este lugar se siente
demasiado grande y no me gusta. Muerdo mi labio entre mis dientes cuando no
le encuentro y me pregunto dónde pudo haber ido. Ni siquiera tengo su número
de teléfono y no tengo mi móvil conmigo. Lo dejé en mi casa y ruego porque mi
madre no haya tratado de llamar.
Decido ir al lado y tomarlo muy rápido, pero me detengo. Se siente raro
dejar su casa y volver si no está aquí. Debería ir a casa y esperar a que vuelva.
Por todo lo que sé, puedo haberlo asustado y haberlo empujado lejos anoche.
Prácticamente le rogué que se liberara dentro de mí. Mis piernas se aprietan y
todavía puedo sentir su liberación entre mis piernas. ¿Cuántas veces se derramó
dentro de mí? En un momento ni siquiera estaba segura de que hubiera dejado
de liberar su semen.
Todavía no sé si alguna vez tuve su miembro dentro de mí del todo. No
estaba segura de si podíamos encajar en absoluto, pero después de anoche, sé
que es perfecto. Puede que no entrase en mí del todo anoche, pero lo
conseguiremos con el tiempo. Pero incluso si no lo hacemos, es suficiente para
mí.
¿Y si no es suficiente para él?
El solo pensamiento roba el aire de mis pulmones. Eso no puede ser cierto.
Empujo ese pensamiento de mi cabeza, sin estar dispuesta a creerlo. Sé que él
disfrutó anoche tanto como yo. Echo un vistazo alrededor de la habitación,
viendo mis cosas aquí y allí, y agarro mis pantalones cortos y me los pongo, pero
es inútil con la gran camisa de Bull encima. Miro alrededor por mi ropa interior,
pero no la veo en ningún lugar.
—¡Oh! —estoy tan emocionada cuando encuentro una nota en la mesa
con mi nombre en ella.
Al lado de la nota hay un muffin de chocolate gigante. Lo tomo, le doy un
bocado y gimo ante el sabor. Es tan dulce. Me pregunto a dónde tuvo que salir
corriendo.
Me como el muffin, lo que me hace sentir sedienta y cuando me giro para
conseguir un vaso veo un taburete blanco contra uno de los armarios. Sonrío
tanto que casi me duele la cara. Me consiguió un taburete para que pudiera
llegar a las cosas. ¿Cuándo lo hizo? Lo uso para conseguir un vaso y verter un
poco de leche. Cuando echo un vistazo al reloj de la cocina sé que tengo que
ir a tomar mi teléfono muy rápido. Puedo conseguirlo y tal vez mi portátil. Si
tengo ambas cosas no tendré una razón para salir de nuevo a menos que él me
lo insinúe, pero realmente no creo que lo haga. Bull parece disfrutar de tenerme
alrededor tanto como a mí me gusta estar cerca de él.
Abro la puerta principal y me paralizo cuando veo a una mujer de pie allí.
Lleva un traje muy pulido y su cabello rubio está en una coleta alta y apretada.
Se inclina hacia atrás, mirando el número de la vivienda en la puerta y luego a
mí.
—Aquí es donde vive Bull Davis, ¿cierto? —levanta una ceja perfecta
hacia mí.
—Sí. —Me muevo sobre mis pies, recordando lo que llevo puesto en este
momento mientras ella me mira de arriba abajo.
—¿Cuántos años tienes? —pregunta, entornando sus ojos. Es como si fuera
una profesora y me hubiera atrapado en el pasillo sin un pase.
—¿Hay algo en que la pueda ayudar? Bull no está aquí ahora.
—Eres la chica que estaba con Bull en el supermercado cuando agredió
a ese hombre. —Sonríe y es extrañamente feliz por reconocerme.
Me había olvidado de eso, pero Bull no asaltó a nadie, ese tipo se lo
merecía. Todos los vellos de mi cuerpo se levantan y sospecho el por qué lo
pregunta.
—No sé de qué estás hablando. —Salgo al pasillo y cierro la puerta tras de
mí. Mierda. Alcanzo la manilla un segundo antes de que se cierre, pero es
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Teeny,
Tuve que salir corriendo a hacer algo. Quédate aquí. Volveré pronto.
PD. No te olvides de comer.
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demasiado tarde. Está cerrada. Tengo mi pequeño bolso en mi mano y empiezo
a buscar por mis propias llaves.
—Ayer en el Corner Mart estabas con el millonario Bull Davis.
Dejo lo que estoy haciendo y la miro. ¿Ha dicho que Bull es millonario? No
presto atención a ese dato y vuelvo a buscar mis llaves mientras ella continúa
hablando. No le presto atención en este momento porque estoy enfadada por
haberme quedado encerrada fuera de la casa de Bull. Ahora tengo que mirar
por mi mirilla durante todo el día.
—¡Lo tengo! —grito cuando mis dedos se envuelven alrededor de las llaves
de mi casa. No dudo mientras las pongo en la cerradura y abro la puerta. Entro
y cierro rápidamente justo en la cara de la mujer antes de cerrar de nuevo. Ella
golpea la puerta y grita todo tipo de cosas locas.
Mi estómago se estremece. ¿Qué diablos está pasando? Juro que cada
vez que sucede algo maravilloso en mi vida siempre hay un accidente a
continuación rápidamente. Todo lo que sé ahora es que necesito más que nada
a Bull.
Traducido por Neera
Corregido por Lvic15
Bull
Mi teléfono suena y miro hacia abajo a la pantalla para ver que es el
encargado de mantenimiento, Jerry, está llamando. Por lo general, sólo llama
para programar algo, pero Teeny está de vuelta en mi apartamento, así que me
preocupa que sea una emergencia.
—Hola —digo mientras me alejo del vendedor.
—Hay un problema fuera de tu apartamento —dice sin preámbulos.
—¿Dónde está Teeny? —Agarro el teléfono con más fuerza mientras el
pánico aumenta dentro de mí.
—Está en su apartamento por lo que puedo decir, pero tienes que venir
aquí y encargarte de esta otra mujer. Dice que está aquí para verte, pero está
en tu piso causando un disturbio, y si no se detiene pronto, llamaré a la policía.
—Estaré allí pronto. —Antes de que pueda colgar, él todavía está
rezongando y quejándose.
—Nunca hubo un problema en este edificio antes de que esa chica se
mudara al otro lado del pasillo.
—Preocúpate por ti —ladré al teléfono y oí gritos al otro lado de la línea.
—Mierda. —Cuelgo el teléfono y vuelvo al mostrador—. ¿Hemos terminado
aquí? —le pregunto al vendedor, quien asiente rápidamente hacia mí.
—Sí, señor Davis, todo el papeleo le será enviado por correo electrónico —
dice mientras me entrega mi tarjeta de crédito.
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—¡Si sigue trayendo drama por aquí, no vivirá aquí por mucho tiempo! —
Escucho a Jerry gritar, y si él está cerca de la puerta de Teeny, estoy seguro de
que ella también lo oirá.
—Bien —digo, y luego murmuro un agradecimiento mientras agarro mis
cosas y salgo corriendo por la puerta.
No pensé que había estado fuera tanto tiempo, pero quería que todo
fuera perfecto. Afortunadamente, no estoy lejos de mi casa, así que corro tan
rápido como mi gran cuerpo me lo permite.
Cuando vuelvo, sólo han pasado unos minutos y todavía puedo escuchar
los gritos en la escalera mientras corro hacia nuestro piso. Cuando abro la puerta,
veo a una mujer y a Jerry discutiendo en el pasillo lo suficientemente alto como
para que la gente debajo de nosotros los escuche.
—¿Qué demonios está pasando? —grito, tratando de recuperar el aliento.
Ambos hablan uno sobre el otro y se vuelve más fuerte de nuevo, pero
detrás de ellos veo que la puerta de Teeny se abre solo unos centímetros para
mirar. Quiero apresurarme hacia ella y decirle que todo está bien, pero primero
quiero sacar a estas personas de aquí.
—¡Cállense! —grito, y ambos dejan de hablar—. Tú —digo y señalo a la
mujer—. Habla.
—Soy Regina Clark y he sido contratada por Gregory Point para
representarlo en una demanda.
—¿Quién? —digo, mientras frunzo el ceño.
—El hombre al que atacaste fuera de Corner Mart. Me contrató como su
abogada y está viendo los daños. —Ella mira a Jerry a su lado y hace una mueca
molesta—. A menos que podamos hablar en privado y elaborar un acuerdo.
—No sé qué tipo de drama tienes, Bull, pero en el momento en que
apareció la niña, tengo abogados en mi edificio. —Frunce el ceño hacia Regina
y luego hacia mí—. No voy a aguantar esto.
—Jerry, ve a llamar a la policía —digo, y sus ojos se agrandan con sorpresa.
—¿Ahora mismo? —pregunta, y ahora puedo ver que todo su fanfarroneo
fue un espectáculo.
—Tú... no puedes simplemente hacer eso —dice mientras su rostro
enrojece.
—Mírame. —Le sonrío antes de soltar su brazo y me da una última mirada
antes de irse.
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—Sí. También quiero que la saquen del edificio. —Asiente y comienza a
alejarse, pero lo agarro por el brazo y me inclino para que solo él pueda oírme—
. Entonces, quiero que me busques mis papeles junto con los de Teeny porque
nos vamos.
—Llame a la policía si quiere, pero tengo todo el derecho de estar aquí —
dice Regina, cruzándose de brazos.
—Señora Clark —digo mientras meto la mano en mi billetera y saco una
tarjeta—. Cualquier cosa que tenga que decir puede dirigirse a mi abogado. Y
si no sales de mi piso, te sacaré yo mismo.
Arrebata la tarjeta de mi mano y me frunce el ceño como Jerry hizo. Al
parecer estoy arruinando los días de ambos.
—Tendrás noticias mías muy pronto —amenaza mientras camina pasando
por mi lado hacia el ascensor.
No tengo ninguna preocupación en el mundo por ella o si su cliente de
mierda me quiere demandar. Me han amenazado miles de veces por mi trabajo
y mi cuenta bancaria. Cuando trabajas en seguridad, las personas se sienten
lastimadas cuando les obligas a hacer algo que no quieren. Y cuando esas
personas descubren que tienes un poco de dinero, es peor.
Hay cámaras de video instaladas fuera de Corner Mart y cámaras fuera
de nuestro edificio que recogen la mayor parte de nuestro viaje de ida y vuelta.
Mostrarán la verdad y dejaré que mi abogado lo maneje. Pero si le han causado
a Teeny algún daño o estrés emocional, los arrojaré sobre las brasas.
Cuando escucho que se cierra la puerta del ascensor y sé que estoy solo,
voy a su puerta. Antes de que pueda alcanzarla, Teeny la abre y se apresura a
saltar a mis brazos.
—Bull, ¿qué va a pasar? ¿Por qué estaban aquí? ¿Qué dijo esa mujer? No
pueden llevarte a la cárcel, ¿verdad?
Me hace preguntas mientras besa mi cara, y mis manos van a su trasero.
—Está bien, querida. Cálmate. —La tranquilizo mientras la aprieto y la froto
contra mi miembro. Me tranquiliza tanto como a ella, y después de unas rápidas
frotadas ya está ronroneando en mis brazos.
—Me asusté tanto —dice mientras sus labios encuentran los míos.
—Maldición, necesitaba esto —le digo, abrazándola contra la puerta y
metiendo mi miembro dentro de ella—. Quédate quieta, dulzura —le digo
cuando comienza a menearse más hacia mí—. Voy a terminar muy rápido.
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Pruebo su lengua y gruño mientras la llevo a su apartamento. Doy un
puntapié a la puerta detrás de nosotros antes de empujarla contra ella y
acercarnos. Ya estoy muriendo por ella otra vez y espero que no esté tan
dolorida. Cuando mi miembro está libre, tiro sus pequeños pantalones hacia un
lado y me sumerjo en su jugoso calor. Está empapada por eso y gimo mientras
empujo y salgo unos centímetros, cuidando de no darle demasiado.
Me muevo cada vez más rápido mientras uso su sexo para deslizar mi
miembro. Sólo toma unos segundos antes de que mi esperma caliente hinche
mis bolas y se dispare dentro de ella.
—Mierda, eso es todo —gruño cuando siento mi crema en el interior de su
pequeño sexo y tengo que recuperar el aliento.
Cierro los ojos y entierro mi cara en su cuello, disminuyendo la velocidad.
Su sexo todavía se está moviendo hacia mí y me acerco para acariciar su clítoris.
Está duro y gime como si estuviera tan necesitada como yo.
—Shhh. Me encargaré de ti. —Lentamente la bajo hasta el suelo y luego
me arrodillo frente a ella.
Mi semen ya está empezando a gotear fuera de su sexo, pero no me
importa. Uso mis pulgares para separar sus labios y me inclino hacia adelante
para lamerlo. A mi chica le encanta tener mi boca sobre su sexo más que nada
en el mundo. Sé que le gusta tener mi miembro en ella, pero siempre quiere mi
boca incluso después de que ha tenido mi miembro. Estoy muy ansioso por volver
a penetrarla y algo más.
Mi lengua gira en círculos alrededor de su clítoris mientras uso mis dedos
para empujar mi semen dentro de ella. No quiero desperdiciarlo, y me gusta
saber que estará goteando de ella a lo largo del día.
No pasa mucho tiempo con mi boca dándole exactamente lo que quiere
antes de que ella empuje su sexo contra mi boca y arañe mi espalda. Grita su
clímax y la lamo lentamente mientras se relaja contra mí y en mis brazos.
La levanto en mis brazos, la llevo al sofá y le quito los pantalones cortos.
Me tumbo y la pongo encima de mí mientras deslizo mi miembro entre sus labios
hinchados y la bajo unos pocos centímetros, así estamos conectados. No
necesito llegar en este segundo tan rápido otra vez, pero quiero estar listo si ella
se siente necesitada.
—Dime lo que pasó —le digo mientras aparto su cabello de su cara y beso
sus labios carnosos.
—No pude encontrarte, entonces recordé que había olvidado mi teléfono.
—Sus párpados bajan pesadamente cuando empujo suavemente—. Esa mujer
apareció y luego quedé encerrada fuera de tu casa.
—No puedo recordar qué más. —Gime cuando entro profundamente y
muevo mi miembro.
—Todo está arreglado ahora y no te voy a perder de vista. —Le sonrío
cuando se inclina hacia atrás para mirarme.
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La beso de nuevo mientras le arranco la camisa.
—¿Cómo planeas hacer eso, Bull? ¿Me atarás una cuerda? —La mirada
que me está dando dice que no se opone a ello.
Meto mi mano en mi bolsillo y saco la pequeña caja que contiene el anillo
que acabo de comprar. Cuando lo ve jadea, y la abro. En el interior hay un
diamante en forma de pera que tiene tantos quilates que nadie podrá evitar
mirar.
—Bull.
—Escucha, sé que esto puede parecer repentino, pero nunca me he
sentido...
—¡Sí! —grita ella, interrumpiéndome.
Sonrío mientras deslizo el anillo en su dedo y luego la miro a los ojos.
—Nunca he sentido esto por nadie. Y si no estás lista para decirlo, está bien.
Pero te amo, Teeny. Te amo tanto y quizás con el tiempo puedas llegar a sentir
lo mismo.
—¿Estás bromeando? —dice ella, con los ojos llenos de lágrimas—. Yo
también te amo, Bull. Lo supe desde el momento en que te vi.
Envuelve sus brazos a mi alrededor y da la vuelta de manera que estoy
encima de ella. Este sofá que tiene en la sala de estar no es lo suficientemente
grande, pero no planeo estar en él por mucho más tiempo. Parte de la razón por
la que estuve tan lejos hoy fue que fui a la oficina de un agente de bienes raíces
y conseguí muchas opciones para que Teeny pudiera elegir. No me importa
dónde vivamos mientras ella esté conmigo.
—Eres mía —le digo, sacando mi miembro de ella y moviéndome por su
cuerpo—. Toda mía.
—Sí, Bull, soy tuya. —Abre las piernas y las deja caer mientras paso mi
lengua entre sus pliegues—. Te amo tanto.
Su dulce sexo se frota contra mí mientras la lamo hasta que llega al
orgasmo. Mantengo mis ojos en el diamante todo el tiempo, sabiendo que es
mía hasta el final de los tiempos. Nunca pensé que tener a alguien que se
mudara al otro lado del pasillo crearía un tornado que me daría algo que nunca
creí posible: una esposa y quizás algún día una familia. No pensé que el amor
era una posibilidad porque me había encerrado, pero aquí está ella, cambiando
todos mis planes cuidadosamente establecidos.
Cuando me alcanza, levanto su cuerpo y deslizo mi grueso miembro entre
sus tiernos pliegues. Envuelve su mano alrededor de mi eje y me ayuda a
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—Te amo —le digo, lamiendo su clítoris y chupando sus labios. Meto mis
dos dedos dentro de ella y sus caderas se elevan para encontrarse con mi boca.
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encontrar mi liberación dentro de ella. Pero ese es sólo el comienzo de nuestra
eternidad.
Un año después…
Traducido por Neera
Corregido por Lvic15
Teeny
—Querida, tal vez deberías sentarte —dice Bull detrás de mí mientras
pongo otro vestido sobre mi cabeza tratando de encontrar algo que encaje.
Llevo veinte minutos ante este armario y juro que no hay nada que ponerme.
—No puedo sentarme. Tengo que prepararme. —Me vuelvo para mirarlo.
está sosteniendo a nuestro cachorro Mac. Bull lo consiguió para navidad. El perro
piensa que es un perro pequeño, pero en el corto tiempo que lo hemos tenido,
es fácil decir que ese perro me superará pronto. Estoy bastante segura de que
ese era el punto. Bull quería un perro guardián para la casa. Ha estado
entrenando al cachorro desde que lo tenemos. Usa el perro para encontrarme
a veces. Utiliza a Mac para que me encuentre y ese cachorro lo hace en
segundos. Incluso traté de esconderme un par de veces y aun así me encontró.
No necesitaría un perro para encontrarme si esta casa no fuera tan
grande. Sin embargo, no me estoy quejando porque tenemos planes para
llenarla. Ya hemos comenzado.
Sólo llevo unas bragas tratando de encontrar algo para ponerme antes de
que lleguen mis padres. Bull finalmente los va a conocer en persona. Todo antes
de ahora ha sido por teléfono con llamadas o FaceTime.
No tenía idea de que la próxima vez que viera a mis padres en persona,
estaría casada con un bollito de bebé en el horno, pero aquí estoy. Mamá
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Mi mano va hacia mi vientre redondo, donde crece nuestra niña pequeña.
Estaba segura de que iba a ser un niño con la rapidez con la que se mostró.
Estaba segura de que sería del tamaño de Bull, con seguridad. Bull lo dijo desde
el principio. Le pregunté si había dos allí, lo que hizo que todos se rieran.
siempre decía que cuando hago algo realmente me comprometo. Supongo
que empezar una nueva vida no es diferente.
Bull me sonríe mientras baja al cachorro que nunca puedo sostener tan
fácilmente como él. Al menos no últimamente. Nuestro cachorro Mac está
creciendo más rápido que mi barriga de bebé.
—¿Qué hay de malo en esto? —Toma un suave vestido melocotón que
había tirado al suelo hace unos momentos. Sé que necesito ir a comprar ropa,
pero cada vez que voy, terminamos en la sección de bebés y para cuando
llegamos a casa, me he olvidado de mi ropa, sin embargo tengo bolsas llenas
de ropa para bebés.
Camina hacia mí y desliza el vestido sobre mi cabeza.
—Necesito un sostén —le digo mientras el vestido cae en su lugar.
—Mentiras. —Finge estar horrorizado ante la idea de que me ponga uno,
o tal vez no esté fingiendo. Mis senos han crecido con mi barriga de bebé. Bull
las está disfrutando. Aunque Bull disfruta todo de mí porque es el hombre más
dulce del mundo. Probablemente ve mi cuerpo en expansión como más de mí
para amar y a él le encanta eso.
Hago un giro. No recuerdo que el vestido fuera tan lindo antes.
—Tal vez no ese. —Lo saca rápidamente sobre mi cabeza.
—¡Oye! —Vuelve al suelo, en donde Mac se acerca para tumbarse
encima de él, tomando el lado de Bull—. Traidor —le digo al perro. Bull gruñe en
aprobación mientras me levanta. Mis manos van a sus hombros mientras él me
lleva a la cama y me acuesta.
—¿Qué estás haciendo? —pregunto, aunque lo sé. Aparta mis bragas a
un lado y su boca encuentra mi centro.
—Tranquilizándote —dice contra mis pliegues antes de darme otra larga
lamida. Bull jura que esta es la única manera de calmarme. No voy a discutirlo
con él porque estoy bastante segura de que tiene razón.
No sé por qué estaba nerviosa para empezar. Mis padres ya lo aman. Mi
mamá piensa que es perfecto para mí. Creo que se relajó más y disfrutó de su
crucero de un año cuando supo que tenía a alguien cuidándome.
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Sus anchos hombros separan mis muslos mientras me devora, lamiendo y
chupando hasta que me deshago en él, gritando su nombre. Me acuesto en el
centro de la cama y no quiero hacer nada más que disfrutar de las
consecuencias del amor de Bull. Mis ojos se cierran y mi boca forma una sonrisa
feliz. Todas mis inquietudes acerca de Bull conociendo a mis padres
desaparecen. Lo amarán ¿Cómo no podrían?
Mis ojos se abren cuando Bull me levanta para sentarme en un lado de la
cama. Esta vez es un vestido rosa de algodón que desliza sobre mi cabeza.
—Este no mostrará tus bragas cuando gires —me informa.
—Ups. —Me encojo de hombros. No había notado que el otro había hecho
eso. Sólo noté que llenaba el vestido mejor que la última vez que me lo puse.
Supongo que ahora lo lleno muy bien.
Observo mientras él recoge la ropa que tiré en el suelo y la guarda en el
armario, volviendo unos momentos más tarde con un par de mis sandalias
favoritas, las cuales desliza en mis pies.
—¿Qué hay de ti? —extiendo la mano para frotar su dureza y lamer mis
labios. Él me calmó, pero ahora su miembro está listo. Aunque nueve veces de
cada diez cuando lo rozo, está duro. La única vez de esas diez es cuando
acabamos de hacerlo como conejos.
—Realmente no tenemos tiempo ahora, querida. —Me ayuda a
levantarme de la cama antes de tomar mi mano entre las suyas y guiarme a la
cocina, con Mac detrás de nosotros.
—¿Quieres ayuda? —pregunto cuando me pone en la silla alta donde me
siento cada mañana cuando hace el desayuno. Aunque ya hemos
desayunado. Miro el reloj y veo que mis padres deberían estar aquí en cualquier
momento. Ya es tarde por la tarde. Ya habrán aterrizado. A menos que se
pierdan tratando de encontrar nuestra casa. No sé por qué no nos dejaron
recogerlos en el aeropuerto. Dijeron algo sobre alquilar un coche.
—Lo tengo. —Sonríe y niega hacia mí. Si ayudo, probablemente terminaré
rompiendo o derramando algo, así que no presiono para ayudar. Balanceo mis
piernas hacia adelante y hacia atrás y veo mi teléfono a mi lado. Lo verifico, pero
no hay llamadas perdidas ni mensajes.
—Hablé con tu madre antes de venir y encontrarte destruyendo el armario
—dice Bull, sacando un plato de bocadillos preparados de la nevera y
colocándolo en el mostrador frente a mí. Dejo caer el teléfono y voy por la
comida.
—Ya deben estar en camino. —Miro a Bull. Somos muy diferentes
físicamente pero somos perfectos juntos.
—Te amo —le digo. Me encanta decirle esas palabras a él.
—Yo también te amo, querida. —Se inclina y me da un beso. Me derrito en
él, envolviendo mis brazos a su alrededor. Se mueve, me saca de mi asiento y
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—¿Y? —pregunto, metiendo un pequeño sándwich en mi boca. Desde
que quedé embarazada, ya no me pierdo en el trabajo y me olvido de comer.
No es que Bull dejaría que eso suceda. Este bebé puede comer.
me pone de pie al mismo tiempo que suena el timbre. De repente se ve un poco
nervioso.
Ya no le molestan las personas mirándole. De hecho, ahora bromea al
decir que se hizo tan grande para evitar que otros hombres me miraran. Ruedo
mis ojos cuando él se burla de eso. Sus celos son adorables para mí. Sin embargo,
no es tan adorable para los hombres que me miran. Esa mirada sólo me hace
reír, mientras que otros giran y corren hacia el otro lado. No creo que me estén
mirando, pero él dice que no me doy cuenta.
—Te van a amar. Ya lo hacen —le recuerdo. Pincho su estómago. Gruñe
como si realmente lo hubiera afectado, haciéndome reír.
—Todo lo que me importa es que seas feliz, dulzura. —Quiere gustarle, así
yo seré feliz. Ya les agrada. Sé eso. Ponernos nerviosos sobre esto es tonto. De
hecho, para ser honestos creo que estamos emocionados. Mi mamá y mi papá
no saben que estoy embarazada y están esperando una feliz sorpresa. No
pudieron ver el casamiento y celebrarlo con nosotros, pero nos aseguramos de
que estén aquí para todo esto. Mamá ya ha estado preguntando cuándo
empezaremos a intentarlo. Sólo me rio de la pregunta porque nunca lo hemos
intentado.
—Entonces no tienes nada de qué preocuparte. Si estuviera más feliz,
estallaría brillante.
—Te encanta hacer un lío —se burla de mí con una risita.
—Bésame y luego responde a la puerta. —Como cada vez que le digo
que me bese, lo hace. Lo ha hecho desde la primera vez que pedí uno.
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Mi primer beso. Él será mi último, también.
Cinco años después…
Traducido por Neera
Corregido por Lvic15
Bull
Sonrío a mi teléfono cuando veo que la mamá de Teeny me envió un
mensaje hace unos momentos. En él nuestra niña, que ya no es un bebé, sonríe
a lo grande. Está sentada en medio de una pila de animales de peluche que
desbordan su cama. Todos ellos son los que su madre diseñó a lo largo de los
años. El inspirado por nuestra niña está en sus manos. Adalyn sostiene el animal
de peluche, mostrándolo en la imagen. Es la razón por la que estamos aquí.
Pongo mi brazo alrededor de la silla de mi esposa, inclinándome para
mostrarle la foto que ha enviado su madre. Está cuidando a nuestra pequeña y
nuestros dos hijos mientras tenemos una cita. Sin embargo, no es una noche de
cita habitual. No, esta noche mi bella y pequeña esposa está recibiendo un
premio por el trabajo que hizo para Love Toy Company.
Llaman el nombre de mi esposa, desviando mi atención de ella y
volviéndola hacia el escenario en el frente de la habitación. Se pone de pie,
inclinándose para besarme antes de dirigirse a aceptar su premio. Es bien
merecido. Tomó la pequeña empresa y la hizo global. Todo el mundo sabe
quiénes son por el juguete de Adalyn. Le besan el culo. De hecho, el nuevo CEO
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Ninguno de los dos supo lo grande que sería cuando estaba haciendo la
muñeca de peluche que se parecía a Adalyn. Inició toda una nueva línea para
la empresa. De los libros a los aperitivos, incluso una aplicación. Fue increíble ver
todos los diseños que mi esposa hizo cobrar vida. Aunque no fue impactante.
Todo lo que toca Teeny cobra vida. Eso lo aprendí yo mismo. Para alguien tan
pequeña, está llena de vida. Adalyn es de la misma manera. Es como su madre
en todos los sentidos. No sé cómo el mundo tuvo tanta suerte de conseguir dos
de ellas, pero sé que estoy aquí para asegurarme de que estén bien atendidas.
en funciones presta demasiada atención al culo de mi esposa para mi gusto. Lo
miro.
El hombre tiene pelotas. Le daré eso. Me inclino hacia adelante. Mi silla
gime un poco por mi tamaño. Bien. Quiero así llamar su atención. Los ojos del
hombre se mueven desde donde mi esposa está subiendo el pequeño tramo de
escaleras hasta el podio. Le doy una mirada dura. Palidece por un momento y
rápidamente mira hacia otro lado, repentinamente interesado en su ensalada.
Está seca y necesita más aderezo, pero el hombre finge que es lo mejor del
mundo ahora porque, ¿dónde diablos más va a mirar?
Mi esposa comienza a hablar, así que aparto mi atención del imbécil de la
mesa. Tiene suerte de que mi esposa trabaje desde casa. Si ella tuviera que ir a
una oficina con él todos los días, tendríamos un problema. Demonios, todavía
podríamos tener problemas.
Mi corazón se contrae y me olvido del imbécil cuando mi esposa comienza
a contar nuestra historia. Cómo Adalyn se inspiró en Bull, el animal de peluche
que había creado por mí, el que era el mejor amigo de Adalyn. Sin Bull, no habría
habido Adalyn, y Adalyn necesitaba a Bull. La mantenía a salvo y se aseguraba
de que se mantuviera fuera de problemas mientras la dejaba ver el mundo y ser
quien era.
Para cuando termina de hablar, ya me estoy levantado de mi silla y
avanzando hacia ella. Ella sonríe, alejándose del podio. La agarro por las
caderas tirándola hacia mí.
—Mi Bull. —Se ríe. Todos los demás también se ríen y celebran mientras beso
a mi esposa. Ella envuelve sus brazos alrededor de mí.
—Te amo —dice contra mi boca.
—También te amo, dulzura. —La dejo en el suelo y la tomo de la mano
para llevarla de regreso a nuestra mesa, donde se sirve nuestro plato principal.
Ya puedo decir que voy a preparar una segunda cena para mi esposa cuando
lleguemos a casa.
Está comiendo por dos. Planeamos tener un último bebé. Me había
preocupado con nuestro primer embarazo por su tamaño. Me preocupaba que
los bebés fueran demasiado grandes para su pequeño cuerpo, pero ella lo
consiguió. Fácilmente. Incluso cuando estaba embarazada, podía vagar por la
casa hablando y haciendo cosas a un millón de kilómetros por hora.
—¿Qué? —pregunto, poniendo mantequilla en el rollo caliente y
colocándolo en el plato frente a ella.
—Jim no me mira. —Miro al idiota, luchando contra una sonrisa. He
aprendido a abrazar mi tamaño. Realmente hace maravillas. No tengo que decir
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—¿Qué hiciste? —Teeny se inclina hacia mí.
nada ni hacer nada para evitar que personas como él busquen en lugares
donde no deberían.
—Bien. —Miro a mi esposa. Realmente no puedo culpar al hombre. Lleva
este vestido púrpura sin tirantes que abraza sus senos. La falda es de tul y la hace
parecer una pequeña bailarina. Está exhibiendo demasiada piel, pero todavía
parece tan inocente como siempre. Esa inocencia es lo que me he
comprometido a proteger por el resto de mi vida.
Tengo que tenerla todas las noches. La observé poniéndose el vestido y se
lo quitaré esta noche. Estoy duro como si nunca la hubiera probado. Demonios,
me doy un festín con ella todos los días y nunca me siento satisfecho. Realmente
no puedo culpar al chico, pero haré que su cara se encuentre con la mesa si lo
vuelve a hacer.
Me inclino y beso su boca. Ella profundiza el beso y hunde sus dedos en mi
traje. Cuando me alejo, se queda sin aliento, sus labios se ven carnosos y rosados.
—Esta cena se ve terrible —dice contra mi boca.
—Te daré de comer cuando lleguemos a casa. —Voy a hacer algo más
que alimentarla cuando lleguemos a casa, pero ella lo sabe.
—Estamos en un hotel. —Ella mira alrededor. Lo estamos. El evento se lleva
a cabo en una sala de banquetes aquí. El lugar es bonito, pero la comida apesta.
Se muerde el labio por un segundo—. Consigamos una habitación y ordenemos
comida china. —Mi mente pasa a la primera noche cuando estaba parada
frente a mi puerta con una bolsa grande de comida china. Todas las cosas que
quería hacerle. Pensé que no podía tenerla. No quiero ni pensar en lo que habría
pasado si ella no hubiera venido a hablar conmigo.
Mi miembro ya duro comienza a doler ante la idea. Estoy feliz de que ella
también quiera salir de aquí. La madre de Teeny no espera que estemos en casa
hasta dentro de unas horas. Mi esposa será toda mía.
—Podrías mostrarme todas las cosas sucias que querías hacerme esa
primera noche que toqué a tu puerta. Excepto que ahora puedes porque sabes
que puedo manejarlo. —Estoy fuera de mi silla.
Es mía. Puede que no parezca que encajamos, pero lo hacemos. Somos
una pareja perfecta. Hago un trabajo rápido de conseguirnos una habitación.
—Yo pido —le digo mientras abro la puerta de la habitación. Mi pequeña
esposa se sube a mí como si fuera un árbol.
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Sí, sé que mi esposa puede manejarlo. Soy un hombre corpulento, pero su
pequeño cuerpo fue hecho para mí. Ella se ríe mientras hacemos una salida
rápida. No puedo evitar guiñar al idiota cuando saco a mi esposa de la
habitación.
—Después. Tenemos toda la noche. —Me besa y dejo caer mi teléfono, sin
que me importe una mierda. La puerta se cierra detrás de nosotros. La presiono
contra la pared, sin perder tiempo mientras busco bajo su vestido y aparto sus
bragas de su cuerpo con un tirón. Con un rápido movimiento, me libero y empujo
profundamente dentro de ella.
—Perfecto —gime ella. Es perfecto. Un ajuste perfecto.
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¡FIN!
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