PREPARATORIA FEDERAL POR COOPERACION JOSE VASCONCELOS PROFESOR JOSE SANTIAGO REYES ENSAYO PARASITOLOGIA Y MICOLOGIA CIENCIAS DE LA SALUD II VALERIA BERGES CRESPO 605 #10 INTRODUCCION A continuación, en el siguiente ensayo estaremos hablando sobre la parasitología y la micología las cuales son ramas derivadas de la biología. La parasitología es la ciencia que estudia los parásitos, organismos que viven en o sobre otros organismos vivos, obteniendo de ellos nutrientes sin brindar compensación a cambio La micología es la rama de la biología que estudia los hongos, microorganismos eucarióticos que revolucionaron de manera sucesiva con el reino animal. Sin embargo, a diferencia de estos la mayoría de los hongos no son móviles y poseen una pared no rígida. Más adelante observaremos su clasificación y características de estas dos ciencias PARASITOLOGIA La parasitología es una rama de la biología, y concreta ente de la ecología, gran parte de la investigación de esta ciencia se centra en sus implicaciones en medicina, veterinaria y farmacia, ya que los parásitos causan enfermedades al hombre, animales y plantas de gran interés sanitario o económico y uno de los objetivos clave es el aprender a diagnosticarlas, curarlas y erradicarlas. Dentro de esta rama de la parasitología sanitaria médica y veterinaria se encuentra también el estudio de la epidemiología de estas enfermedades parasitarias. La principal importancia de esta rama radica en que muchas de las «enfermedades tropicales» que nosotros conocemos son de origen parasitario y se deben en gran medida a falta de higiene y condiciones ambientales propicias en los países subdesarrollados. Para un estudio más específico, la parasitología se divide en tres ramas: Parasitología médica o clínica: Estudia los parásitos del ser humano. Zooparasitología: Estudia los parásitos de los animales. Fitoparasitología: Estudia los parásitos de las plantas. Concepto de parasitosis Es una enfermedad infecciosa causada por protozoos, vermes (cestodos, trematodos, nematodos o artrópodos. La parasitosis o enfermedad parasitaria sucede cuando los parásitos encuentran en el huésped las condiciones favorables para su anidamiento, desarrollo, multiplicación y virulencia, de modo que pueda ocasionar una enfermedad. El parásito compite por el consumo de las sustancias alimentarias que ingiere el huésped, o, como el caso del anquilostoma, éste se nutre de la sangre del huésped, adhiriéndose a las paredes del intestino. Importancia de las enfermedades parasitarias Las enfermedades parasitarias son las causadas por infestación por parásitos tales como protozoos (organismos unicelulares), gusanos o insectos. Estas enfermedades están muy extendidas en África, el sur de Asia, América Central y América del Sur, especialmente entre los niños. Incluyen el paludismo o malaria y la esquistosomiasis, que son las enfermedades graves parasitarias más comunes en el mundo. Las infecciones en el humano se presentan en todo el mundo, en primer lugar debido a que muchos microorganismos han desarrollado mecanismos que le permiten tanto colonizar como producir sustancias tóxicas. En segundo lugar, la infección desencadena una serie de signos y síntomas que dependen, no solo de la virulencia del agente causal, sino también del huésped; en este caso factores ambientales, químicos, fisiológicos y genéticos. Es necesario señalar que la edad de la población es un factor importante para saber si un individuo es susceptible de adquirir una infección parasitaria. En este caso las personas más susceptibles son los niños y las personas de la tercera edad. La enfermedad es, por lo mismo, un fenómeno ecológico, susceptible de interpretarse como la interacción del agente etiológico, el huésped, los transmisores y el ambiente (natural o artificial) y traduce el fracaso del equilibrio ecológico entre esos elementos. La relación huésped-parásito se inicia en la llamada interfase huésped-parásito, (espacio o área intracelular o intercelular del huésped y la cutícula, tegumento o membrana del parásito), al entrar en contacto el parásito o sus moléculas con la membrana del huésped, a través de receptores, antígenos de superficie y marcadores genéticos (complejo mayor de histocompatibilidad). Esta relación involucra procesos bioquímicos en términos de sustancias que se absorben, secretan y excretan, a la respuesta inmune del huésped sobre el parásito y la inmunopatología que inducen, así como a los mecanismos que han desarrollado los parásitos para evadir la respuesta del huésped. los parásitos sobreviven por largos periodos dentro de su huésped inmunocompetente, lo que se sabe porque su presencia se detecta por anticuerpos específicos. Estudios realizados durante las últimas décadas, han demostrado una capacidad especial de los parásitos para evadir la respuesta inmune del huésped. Existen formas parásitas en muchos grupos biológicos. Entre ellos están: Los virus, que son parásitos obligados Las bacterias Los hongos Las plantas Los protistas, por ejemplo, los apicomplejos o algunas algas rojas. Muchos animales Atendiendo al lugar ocupado en el cuerpo del hospedador, los parásitos pueden clasificarse en: Microparásitos: como su nombre lo indica son de un tamaño minúsculo y de gran numerosidad. Suelen reproducirse en el interior del organismo parasitado, y muchas veces lo hacen dentro de las células del mismo. Como consecuencia se están vinculados con su metabolismo, pudiendo interferir en él. Macroparásitos: la cantidad de esta clase de parásitos es susceptible de estimación. Se desarrollan y reproducen dentro del organismo parasitado y suelen provocar períodos infecciosos que salen del interior del huésped, e infectan a otros organismos. Ectoparásitos: esta clase de parásitos se caracteriza por hospedarse en la superficie o parte exterior del organismo que parasitan. Un ejemplo de ectoparásito es el piojo. Endoparásitos: los endoparásitos son aquellos que viven en el interior del organismo huésped. Los endoparásitos que afectan a las plantas son denominados endositos, mientras que aquellos que hacen lo propio con los animales se llaman endozoos. Un ejemplo de endoparásito es la tenia. Mesoparásitos: este tipo de parásito tiene la particularidad de que una sección de su cuerpo se encuentra en la parte externa del organismo huésped, mientras que la otra se ubica en los tejidos del mismo. Según el periodo de tiempo que habitan al huésped: Parásitos temporales: como su nombre lo indica, los parásitos temporales buscan al huésped con el fin de alimentarse de él. Una vez llevada a cabo esta acción, lo abandonan. Parásitos estacionarios: esta clase de parásitos precisa al huésped durante el transcurso de su vida o de un periodo importante de ella. Se clasifica a su vez en: Parásitos periódicos: aquellos que habitan el organismo de otro ser durante una determinada fase de su desarrollo. Luego lo abandonan y continúan una vida de carácter no parasitario. Parásitos permanentes: esta clase de parásitos se caracteriza por habitar un organismo durante toda su existencia, exceptuado aquellos momentos que pasan de un huésped a otro. Clases de parásitos Por su especificidad hacia el hospedador: Estenoxenos: enterobius vermicularis Eurixenos: trichinella spiralis Por su localización en el hospedador: Ectoparásitos: garrapatas, pulgas Endoparásitos: ascaris Por su tipo de ciclo biológico: Monoxenos: ascaris Heteroxenos: taenia Por su adaptación a la vida parásita: Parásitos obligados: ascaris, taenia Parásitos facultativos: naegleria Modalidades de parasitismo Ectoparasitismo Endoparasitismo Paidoparasitismo Hiperparasitismo Multiparasitismo Superparasitismo: reinfección Mecanismos de acción patógena de los parásitos Los factores asociados a la patogenicidad parasitaria son la exposición y dosis infecciosa, penetración de barreras anatómicas, unión, replicación, lesión tisular y celular, la alteración, ilusión e inactivación de las defensas del huésped. Endoparásitos: los endoparásitos son aquellos que viven en el interior del organismo huésped. Los endoparásitos que afectan a las plantas son denominados endositos, mientras que aquellos que hacen lo propio con los animales se llaman endozoos. Un ejemplo de endoparásito es la tenia. Mesoparásitos: este tipo de parásito tiene la particularidad de que una sección de su cuerpo se encuentra en la parte externa del organismo huésped, mientras que la otra se ubica en los tejidos del mismo. Según el periodo de tiempo que habitan al huésped: Parásitos temporales: como su nombre lo indica, los parásitos temporales buscan al huésped con el fin de alimentarse de él. Una vez llevada a cabo esta acción, lo abandonan. Parásitos estacionarios: esta clase de parásitos precisa al huésped durante el transcurso de su vida o de un periodo importante de ella. Se clasifica a su vez en: Parásitos periódicos: aquellos que habitan el organismo de otro ser durante una determinada fase de su desarrollo. Luego lo abandonan y continúan una vida de carácter no parasitario. Parásitos permanentes: esta clase de parásitos se caracteriza por habitar un organismo durante toda su existencia, exceptuado aquellos momentos que pasan de un huésped a otro. Zoonosis es la infección o enfermedad del animal que es transmisible al ser humano en condiciones naturales o viceversa. El término deriva de dos vocablos griegos: zoon-animal y nósos-enfermedad. En un sentido más específico, la enfermedad que se transmite del animal al hombre es la antropozoonosis, mientras que aquella que se transmite de la persona al animal se conoce como zooantroponosis. Es habitual que, en ambos casos, se trate de enfermedades que afectan a diversos vertebrados, incluyendo al hombre. Su tratamiento y prevención exige una tarea interdisciplinaria que abarque a médicos, veterinarios y zoólogos Glosario de los términos usados comúnmente en parasitología Céstodo: Gusano plano acintado segmentado con escólex, hermafrodita. Comensalismo: Relación en la que un organismo se beneficia sin afectar al otro. Ectoparásito: El que se encuentra en la superficie del huésped. Endoparásito: Invade el interior del huésped. Facultativo: Puede hacer vida libre y parasita. Helmintos: Gusanos fusiformes o filariformes multicelulares con tejidos y órganos. Huésped/hospedero: Organismo sobre o dentro del cual vive un agente etiológico. Huésped definitivo: Huésped que alberga las formas sexuales o maduras del parásito. Huésped intermediario: Huésped que alberga las formas asexuales o inmaduras del parásito. Huésped paraténico: Huésped facultativo, innecesario para completar el ciclo de vida, mediante el cual un parásito puede llegar al huésped intermediario o definitivo. Infección: Es la entrada, desarrollo y/o reproducción de un agente etiológico en el huésped. Infestación: Es la presencia de ectoparásitos en la superficie de un huésped. Monoxeno: Cuando requiere de un solo huésped para completar su ciclo biológico. Mutualismo: Asociación de 2 seres vivos en la que ambos se benefician. Nemátodo: Gusano cilíndrico no segmentado, con pseudoceloma de simetría bilateral y tubo digestivo completo, dioicos. Obligatorio: Aquel que para completar su ciclo biológico necesita ser parásito. Parásito: Organismo que vive a expensas de otro causándole daño. Parasitismo: Relación en la que un organismo se beneficia y el otro es dañado. Plathelminto: Gusano plano con simetría bilateral, sin cavidad celómica Polixeno: Cuando se requiere de más de un huésped para completar su ciclo biológico. Protozoo: Ser unicelular capaz de reproducirse en el huésped. Temporal: Parásito que momentáneamente depende del huésped. Transmisor (vector): Generalmente un artrópodo que transfiere un agente infeccioso de un huésped a otro. Se distinguen vectores biológicos, (p.ej. mosquito Anopheles para Plasmodium sp.), vectores mecánicos, (p.ej., moscas domésticas que transportan quistes de E. histolytica y huevos de helmintos en sus patas. Tremátodo: Gusano plano no segmentado, con tubo digestivo terminado en ciegos, generalmente hermafrodita. Reservorio: Generalmente organismo de vida libre que mantiene la infección en la naturaleza. MICOLOGIA La micología es el estudio de los hongos, microorganismos eucarióticos que evolucionaron de manera sucesiva (en tandem) con el reino animal. Sin embargo, a diferencia de estos últimos, la mayoría de los hongos no son móviles y poseen una pared no rígida. A diferencia de las plantas, los hongos no son fotosintéticos. En promedio, se han descrito unas 80 000 especies de ellos, pero menos de 400 poseen importancia médica, y menos de 50 especies ocasionan más de 90% de las micosis de seres humanos y otros animales. Por el lado contrario, muchas especies de hongos son beneficiosas para el género humano. Están en la naturaleza y son esenciales para la degradación y el reciclado de materia orgánica. Los hongos han sido aprovechados por los genetistas y biólogos [21:47, 22/2/2023] Val: moleculares como sistemas modelo para investigar diversos procesos eucarióticos que incluyen biología y desarrollo molecular y celular. En forma global, ejercen su máximo impacto económico como fitopatógenos; la industria agrícola resiente grandes pérdidas de cosechas cada año como consecuencia de enfermedades causadas por ellos en el arroz, el maíz y granos de otras plantas. A semejanza de todos los organismos eucariotes, cada hongo tiene como mínimo un núcleo con una membrana nuclear, retículo endoplásmico, mitocondria y aparato secretor. Casi todos los hongos son aerobios estrictos o facultativos. Son quimiotróficos, secretan enzimas que degradan muy diversos sustratos orgánicos para hacer de ellos nutrientes solubles que se absorben pasivamente o se incorporan en la célula por transporte activo. El término micosis denota infecciones causadas por hongos. Casi todos los hongos patógenos son exógenos y sus hábitat naturales son agua, tierra y restos orgánicos. Las micosis que tienen la mayor incidencia, como la candidosis y las dermatofitosis, son causadas por hongos que son parte de la microbiota normal de las personas y adaptados en grado sumo para sobrevivir en el hospedador humano. Por comodidad, las micosis se han clasificado en superficiales, cutáneas, subcutáneas o sistémicas, que invaden órganos internos. Las micosis sistémicas pueden ser causadas por hongos endémicos que por lo regular son patógenos primarios, geográficamente restringidos, o provenir del ataque de patógenos oportunistas secundarios, de distribución muy amplia. El agrupamiento de las micosis en las categorías mencionadas muestra su puerta corriente de entrada en el sitio inicial de ataque. Surgen enormes traslapes, porque las micosis generalizadas muestran manifestaciones subcutáneas y viceversa. Muchos sujetos que desarrollan infecciones oportunistas tienen graves enfermedades primarias y disminución de sus defensas inmunitarias; sin embargo, las micosis sistémicas primarias también se presentan en tales enfermos y los gérmenes oportunistas también pueden infectar a sujetos inmunocompetentes. Durante una micosis, la mayoría de los pacientes desarrollan respuestas inmunitarias celulares y humorales importantes contra antígenos micóticos. Gran parte del aumento continuo de las micosis por oportunistas se atribuye a los progresos médicos que de manera significativa han prolongado la sobrevida de pacientes con cáncer, sida y a trasplantes de células madre hematopoyéticas o de órganos sólidos. Como sugieren tales datos clínicos, las respuestas inmunitarias a Th1 y Th17 son mecanismos de defensa críticos del hospedador para protección natural contra micosis potencialmente mortales. Los hongos patógenos no producen toxinas potentes; los rasgos de patogenicidad micótica son comlejos y poligénicos. La mayor parte de micosis son de tratamiento difícil. Dado que los hongos son eucariotes, comparten numerosos genes homólogos, productos génicos y rutas con sus hospedadores humanos. En consecuencia, se dispone de pocos blancos únicos para quimioterapia. Sin embargo, hay interés creciente en la búsqueda de blancos terapéuticos potenciales; nuevos antimicóticos están disponibles. Los hongos tienen dos formas básicas de crecimiento: como mohos y como levaduras. El crecimiento en la forma de moho tiene lugar por la producción de túbulos cilíndricos multicelulares que se ramifican, llamados hifas, cuyo diámetro varía de 2 a 10 μm. Las hifas se extienden por alargamiento apical debido a la generación de crecimiento de la pared celular en las puntas de las hifas. Recibe el nombre de micelio la masa de hifas entremezcladas, acumulada durante la fase de crecimiento activo. Algunas hifas se dividen y forman células gracias a la intervención de estructuras cruzadas llamadas tabiques o septos, que de manera típica se forman a intervalos regulares durante la fase de hifas. Sin embargo, miembros del orden Mucorales generan hifas rara vez tabicadas. Las hifas vegetativas o de sustrato penetran en el medio de sostén, fijan la colonia y absorben nutrientes. A diferencia de ellas, las hifas aéreas sobresalen de la superficie del micelio y suelen poseer las estructuras reproductivas del hongo. Cuando se aísla un hongo en una muestra clínica, bastan por lo regular su rapidez de crecimiento, aspecto macroscópico y morfología microscópica para identificar su género y especie. Las características fenotípicas más útiles son la ontogenia y la morfología de las esporas de reproducción asexual, o conidios. Las levaduras son células únicas de formas esféricas o elipsoidales, y diámetro que varía de 3 a 15 μm. La mayor parte de las levaduras se reproducen por gemación, que inicia mediante una protrusión lateral o terminal de crecimiento de pared celular nueva, la cual aumenta durante la mitosis. Uno o más núcleos replicados entran a la yema en nacimiento, que forma un tabique y se separa de la célula parental. Algunas especies producen yemas que fallan al desprenderse y elongarse; esta continuación del proceso de gemación produce cadenas de células de levadura elongadas denominadas seudohifas. Las colonias de levaduras por lo general son blandas, opacas, con tamaño de 1 a 3 mm y de color crema. Las colonias y la morfología microscópica de muchas especies de levadura Las colonias y la morfología microscópica de muchas especies de levaduras parecen similares, pero se identifican por pruebas fisiológicas y unas pocas diferencias morfológicas clave. Algunas especies, incluidas varias que causan enfermedad, son dimórficas y capaces de crecer como levadura o moho en función de las condiciones ambientales, como la temperatura o nutrientes disponibles. Los ciclos vitales de los hongos son extraordinariamente flexibles. Según cada especie, el recuento cromosómico predominante en el núcleo puede ser haploide y diploide. Algunas especies se perpetúan totalmente por crecimiento clonal o reproducción asexual, y salvo mutaciones espontáneas, cada célula será un clon genético. Otras especies son capaces de reproducirse sexualmente, que pudieran o no necesitar parejas genéticamente diferentes para apareamiento y meiosis. La reproducción asexual y la sexual pueden culminar en la producción de esporas que prolongan la supervivencia del hongo. Las esporas por lo común son inactivas, se dispersan con facilidad, son más resistentes a situaciones adversas y germinan para formar células vegetativas cuando el entorno para la proliferación es favorable. Las esporas provenientes de la reproducción asexual o sexual reciben el nombre de estados anamórficos o teleomórficos, respectivamente. A semejanza de los elementos vegetativos, las esporas asexuales son descendientes mitóticas (como las mitoesporas). Los hongos de importancia en medicina producen dos tipos decisivos de esporas asexuales, los conidios generados por casi todos los hongos patógenos y en el orden Mucorales, las esporangioesporas (consúltese más adelante, y el glosario). Entre los signos esclarecedores propios de las esporas están su ontogenia (algunos mohos) producen estructuras conidiógenas complejas) y también su morfología (tamaño, forma, contextura, color y carácter celular o multicelular). En algunos hongos, las células vegetativas pueden transformarse en conidios (por ejemplo artroconidios, clamidosporas). En otros, una célula conidiógena produce los conidios, como un fialido que por sí mismo puede estar adosado a una hifa especializada llamada conidióforo. Las esporangiosporas son consecuencia de la réplica mitótica y la producción de una espora dentro de una estructura sacciforme llamada esporangio, que se apoya en un esporangióforo. Algunas propiedades de los hongos son fundamentales pero no necesariamente suficientes para causar enfermedad, como la capacidad de proliferar en los hospedadores mamíferos. Muchos factores de virulencia han evolucionado para facultar a los hongos causantes de enfermedad de contrarrestar o engañar las defensas y vulnerar el ambiente del hospedador. Algunos de tales determinantes de virulencia incluyen transformaciones morfológicas, activación genética de procesos metabólicos en respuesta al ambiente del hospedador, la producción de adhesinas de superficie que se unen a las membranas de las células hospedadoras, la secreción de enzimas que atacan los sustratos del hospedador (p. ej., catalasa, aspartilproteinasas, fosfolipasas), componentes de la pared celular que resisten la fagocitosis (p. ej., glucano α-(1,3), melanina, la cápsula de Cryptococcus) y la formación de biopelículas. Las descripciones de varias micosis de este capítulo proporcionan ejemplos específicos. Los hongos poseen una pared celular rígida que es el elemento que les confiere su forma y los protege de elementos osmóticos y ambientales agresivos. Las paredes celulares están hechas en gran medida de capas de carbohidratos (cadenas largas de polisacáridos) y también de glucoproteínas y lípidos. Algunos polímeros y carbohidratos se presentan en las paredes celulares de muchos hongos como la quitina (un polímero de N-acetilglucosamina no ramificado ligado a β-1,4); glucanos, que son polímeros de glucosa (como α-1,3 glucano, β-1,3 glucano y β-1,6 glucano) y mananos, polímeros de manosa (por ejemplo α-1,6 manosa). Tales componentes se entrecruzan para formar una matriz de pared celular de múltiples capas. Además, otros polisacáridos pueden ser únicos para especies de hongos específicas y, por lo tanto, de utilidad para identificación. Durante la infección, las paredes del hongo ejercen sus propiedades biopatológicas importantes. Los componentes superficiales de la pared celular median el acoplamiento del hongo a las células hospedadoras. Fracciones específicas de la pared se unen a receptores de reconocimiento de forma en las membranas del hospedador, como serían los receptores de tipo Toll (TLR, Toll-like receptor), para estimular las respuestas inmunitarias innatas. CONCLUSIÓN PARASITOLOGÍA En la actualidad, el conocimiento de las parasitosis, tiene una importancia mayor que en cualquier otro momento de la historia. Hoy en día, los profesionales de la salud deben estar preparados para contestar las preguntas de sus pacientes tanto acerca de la protección frente al paludismo como de los riesgos derivados del consumo de agua y frutas o verduras frescas en sus viajes a países lejanos. Los conocimientos relativos a las enfermedades parasitarias le permitirán valorar los síntomas, los signos y los períodos de incubación de sus pacientes a su regreso e iniciar el tratamiento de un posible caso de enfermedad parasitaria. A diferencia de numerosas infecciones bacterianas y víricas, las parasitosis son, con frecuencia, crónicas, y se prolongan a lo largo de meses a años. También debe conocer y tener muy en cuenta los riesgos de aparición de enfermedades parasitarias en los pacientes inmunodeprimidos y en los aquejados del síndrome de inmunodeficiencia adquirida. Muchos de los parásitos con importancia en la aparición de enfermedades humanas se transmiten a través de artrópodos, vectores o bien se adquieren tras el consumo de agua o alimentos contaminados. También es importante conocer los diversos modos de transmisión y la distribución de las enfermedades parasitarias. BIBLIOGRAFIA Microbiología Médica, Murray-Rosenthal-Pfaller, Elsevier Mosby, 12°ed. (1987). Microbiología, Martín Frobisher Sc. D., Salvat Editores, 8va edición, (196 CONCLUSION MICOLOGIA La micología médica constituye una especialidad de gran importancia por su extensa gama de patologías, las cuales se agrupan en tres campos de estudio: A) Intoxicaciones: las micotoxicosis causadas por la ingestión de toxinas de micromicetos contenidas en los granos parasitados, y los micetismos producidos por la ingestión de macromicetos tóxicos, también conocidos como hongos venenosos. Los síntomas varían de leves a graves, y en ocasiones son mortales. B) Alergias: causadas por inhalación o contacto de esporas de hongos de vida libre; son frecuentes en la edad pediátrica, siendo de tipo respiratorio (asma extrínseco, alveolitis alérgica, rinorrea). C) Micosis: infecciones causadas por hongos que afectan a cualquier tejido, de sintomatología variada, cuadros clínicos leves, moderados o graves, que en ocasiones conducen a la muerte; afectan a cualquier edad, sexo, condición socioeconómica y comparten con las infecciones parasitarias, bacteriológicas y virales Pelroth J, Choi B, Spellberg B. Nosocomial fungal infections: epidemiology, diagnosis and treatment. Med Mycol 2007;45:321-346. BIBLIOGRAFIAS MEDIGRAPÍCH.COM ACCRSSMEDICINA.MHMEDICAL.COM MICROYPARA.FACMED.UNAM