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10 clásicos estudios de casos

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PSYCIENCIA
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Psicología: 10 clásicos estudios de casos
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15/06/2016
ALEJANDRA ALONSO
EN IMAGEN: PHINEAS GAGE
Hay casos clásicos que todo estudiante de psicología conocerá al
cursar la carrera. Estos casos han ayudado a aumentar el
conocimiento de la conducta humana, el cerebro y los métodos de
investigación apropiados. En el artículo se compilan 10 famosos
casos que continúan fascinandonos y evolucionado, ya que nueva
evidencia o nuevas tecnologías cambian la interpretación de los
mismos.
David Reimer
Reimer es una de los pacientes más famosos de psicología, perdió
el pene en una fallida circuncisión cuando solo tenía 8 meses. El
psicólogo John Money recomendó a sus padres criarlo como una
niña (Brenda) y someterlo a cirugías y tratamientos hormonales
para ayudar a su reasignación de género.
Money inicialmente describió el experimento como un gran éxito
que parecía apoyar su creencia en la importancia del rol de la
socialización, más que los factores innatos, en la identidad de
género de los niños. Sin embargo, el reasignamiento fue muy
problemático y la masculinidad de Reimer siempre salía a la
superficie.
Cuando tenía 14 años, se le dijo la verdad sobre su pasado y se le
ayudó a revertir la reasignación para volver a convertirse en un
niño. Más tarde, Reimer haría campañas en contra de la
reasignación de género a niños con lesiones genitales. También
existe un libro sobre su historia: As Nature Made Him, The Boy
Who Was Raised As A Girl, escrito por John Colapinto. Reimer
también aparece en documentales de la BBC. Trágicamente, él se
suicidó en el año 2004, con tan solo 38 años.
El niño salvaje de Aveyron
El niño salvaje de Aveyron – a quien el médico Jean-Marc Itard
llamó Víctor – fue encontrado emergiendo del bosque Aveyron en
el Sudoeste Francés en 1800. Cuando se lo halló tenía alrededor de
11 o 12 años de edad. Se cree que vivió en la selva por muchos
años. Para los psicólogos y filósofos, Víctor era como un
“experimento natural” relacionado a la pregunta sobre natura y
nurtura. ¿Cómo le afectó la falta de intervención humana en los
primeros años de vida?
Aquellos que tenían la esperanza de que Víctor apoyara la noción
del “salvaje noble”, no corrompido por la civilización moderna, se
decepcionaron grandemente: el niño era sucio y desaliñado,
defecaba donde estaba parado y aparentemente estaba motivado
principalmente por el hambre. Victor adquirió estatus de
celebridad luego de ser transportado a París, e Itard comenzó la
misión de enseñar y socializar al niño salvaje. Este programa tuvo
éxitos mezclados: Víctor nunca aprendió a hablar con fluidez,
podía escribir unas cuantas letras y adquirió una comprensión
muy básica del lenguaje.
El experto en autismo, Uta Frith, cree que Víctor pudo haber sido
abandonado por ser autista, pero reconoce que nunca sabremos la
verdad sobre su pasado.
Phineas Gage
Un día, en el año 1848, en Vermont Central, Phineas Gage estaba
apisonando explosivos al piso para preparar el camino para una
vía férrea cuando tuvo un terrible accidente. La detonación fue
prematura y un metal se introdujo en su cara, llegó a su cerebro y
salió por la parte de arriba de su cabeza. Increíblemente, Gage
sobrevivió, aunque sus amigos y familiares sintieron que había
cambiado profundamente. Se mostraba apático y agresivo, ellos
sentían que ya no era el mismo Gage. Allí se solía terminar la
historia, un ejemplo clásico de daño en el lóbulo frontal afectando
la personalidad. Sin embargo, recientemente se ha reevaluado el
caso de Gage a la luz de nueva evidencia. Ahora se cree que pasó
por rehabilitación y que incluso trabajó en Chile con caballos.
Una simulación de su lesión sugirió que la mayor parte de su
corteza frontal derecha probablemente se salvó. Y evidencia
fotográfica muestra a un Phineas Gage muy pulcro, luego del
accidente. Sin embargo, muchos libros de psicología no
mencionan estos nuevos datos, según un análisis reciente.
El pequeño Albert
Ese era el sobrenombre que el pionero psicólogo conductista John
Watson le dio a un bebé de 11 meses, en quien, junto a su colega y
futura esposa Rosalind Rayner, intentó deliberadamente inculcar
ciertos miedos mediante un proceso de condicionamiento. La
investigación, que poseía dudosa calidad científica, fue realizada
en 1920 y ha ganado popularidad por ser tan poco ética (tal
procedimiento jamás sería aprobado en las universidades de hoy).
En años recientes se reavivó la investigación sobre el pequeño
Albert al descubrir su verdadera identidad. Un grupo liderado por
Hall Beck de Appalachian University anunció en 2009 que tenían
razones para creer que se trataba de Douglas Merritte, el hijo de
una nodriza en la John Hopkins University donde también se
encontraban Watson y Rayner. De acuerdo a este triste reporte, el
pequeño Albert era neurológicamente discapacitado, agravando la
naturaleza poco ética de la investigación, y murió a la edad de 6
años debido a una hidrocefalia.
Sin embargo, el reporte fue desafiado por un grupo diferente
liderado por Russell Powell del MacEwan University en 2014.
Ellos establecieron que el pequeño Albert era, más probablemente,
William A. Barger (registrado en su historia clínica como Albert
Barger), el hijo de otra nodriza. Richard Griggs, un escritor de
libros de texto, examinó esta evidencia y concluyó que era más
creíble. Lo que significaría que el pequeño Albert murió en 2007 a
la edad de 87 años.
H.M.
Henry Gustav Molaison (conocido por años como H.M. en la
literatura para proteger su privacidad) desarrolló amnesia severa a
la edad de 27 años luego de una cirugía cerebral para tratar la
epilepsia que sufría desde niño. Fue el centro de los estudios de
más de 100 psicólogos y neurocientíficos y ha sido mencionado en
más de 12.000 artículos. La cirugía de Molaison involucró la
remoción de grandes partes del hipocampo en ambos lados del
cerebro. Como resultado él terminó siendo casi incapaz de guardar
nueva información en la memoria a largo plazo (hubieron algunas
excepciones – por ejemplo, luego de 1963 el era consciente de que
un presidente de EE.UU. había sido asesinado en Dallas).
La extremidad del déficit de Molaison era sorprendente para
muchos expertos de la época, ya se creía que la memoria se
distribuía por toda la corteza cerebral. Luego de morir, su cerebro
fue cortado cuidadosamente, preservado y forma parte de un atlas
3D digital. Molaison murió en el 2008.
Victor Leborgne (“Tan”)
El hecho de que, en la mayoría de las personas, la función del
lenguaje es servida predominantemente por la corteza prefrontal
izquierda hoy es casi de conocimiento general, al menos entre
estudiantes de psicología. Sin embargo, a principios del siglo XIX
la perspectiva consensuada era que el lenguaje (como la memoria)
estaba distribuido por todo el cerebro. Pero un paciente del siglo
XVIII ayudó a cambiar esa creencia: Victor Leborgne, un hombre
francés apodado “Tan” porque era el único sonido que podía
pronunciar (aparte de la frase “sacre nom de Dieu”).
En 1861, a la edad de 51 años, Leborgne fue referido al
renombrado neurólogo Paul Broca. Este examinó su cerebro y
notó una lesión en el lóbulo frontal izquierdo – un segmento de
tejido conocido hoy como el área de Broca. Dado que Leborgne
presentaba la ya nombrada discapacidad en el lenguaje, pero su
comprensión del mismo estaba intacta, Broca concluyó que éste
área del cerebro era responsable de la producción del discurso.
Luego trató de persuadir a sus pares de ello – ahora reconocido
como un momento clave en la historia de la psicología.
Por décadas, poco se supo sobre Leborgne, a parte de su
importante contribución a la ciencia. Sin embargo, en
un paper publicado en 2013, Cezary Domanski de la Universidad
Maria Curie-Sklodowska en Polonia, descubrió nuevos detalles
biográficos. Uno de esos detalles es la posibilidad de que Leborgne
murmurara la palabra “Tan” porque su lugar de nacimiento Moret,
era hogar de muchas curtiembres (tanneries).
Kim Peek
Peek, quien falleció en 2010, a la edad de 58 años, fue la
inspiración para el personaje de Dustin Hoffman, un hombre con
síndrome del genio (savant) en la película Rain Man. Antes de esa
película, que fue estrenada en 1988, pocas personas habían
escuchado sobre el autismo, así que puede dársele crédito a Peek a
través de la película por ayudar a aumentar la conciencia sobre
esta condición. Sin embargo, el film también ayudó a diseminar la
idea popular y equivocada de que el talento es el sello del autismo.
Peek mismo era un genio no autista, nacido con anomalías
cerebrales que incluían un cerebelo malformado y un cuerpo
calloso ausente (es decir, el extenso haz de fibras nerviosas que
conecta ambos hemisferios). Sus habilidades de genio eran
asombrosas e incluían cálculo del calendario, conocimiento
enciclopédico de historia, literatura, música clásica, códigos
postales de EE.UU. y rutas de viaje. Se estima que leyó más de
12.000 libros en su vida. Su memoria era impecable. Aunque
sociable y extrovertido, Peek tenía problemas de coordinación y el
pensamiento abstracto y conceptual eran todo un desafío para él.
Anna O.
Este era el pseudónimo de Bertha Pappenheim, una pionera judía
alemana feminista y trabajadora social, quien murió en 1936 a la
edad de 77 años. Anna O. es conocida como una de las primeras
pacientes en someterse al psicoanálisis. Su caso inspiró gran parte
del pensamiento de Freud sobre los trastornos mentales. El caso
de Pappenheim se presentó primero a otro psicoanalista, Joseph
Breuer, en 1880 cuando se lo llamó a su casa en Viena donde ella
yacía en la cama, casi enteramente paralizada. Sus otros síntomas
incluían alucinaciones, cambios de personalidad y discurso
confuso, pero los médicos no pudieron encontrar causas físicas.
Por 18 meses, Breuer la visitó casi a diario y habló con ella sobre
sus pensamientos y sentimientos, incluído el duelo por su padre.
Mientras más hablaba ella, más parecían aliviarse los síntomas–
esta fue aparentemente una de las primeras instancias del
psicoanálisis. No obstante, el grado de éxito de Breuer ha sido
debatido y algunos historiadores creen que Pappenheim sí tenía
una enfermedad orgánica (epilepsia).
Aunque Freud nunca conoció a Pappenheim, escribió sobre su
caso, incluyendo la noción de que ella tenía un embarazo histérico,
no obstante esto también es debatido. La última parte de la vida de
Pappenheim en Alemania luego de 1888, es tan extraordinaria
como la historia de Anna O. Se convirtió en una escritora prolífica
y pionera social: escribió historias, obras de teatro y tradujo textos
de seminarios, también fundó clubes sociales para mujeres judías,
trabajó en orfanatos y fundó la Federación Alemana para Mujeres
Judías.
Kitty Genovese
Tristemente, no es realmente Kitty Genovese la persona que se
convirtió en uno de los estudios de caso clásicos de la psicología,
sino más bien el terrible hecho del que fue protagonista. En el año
1964, en Nueva York, Genovese volvía a casa de su trabajo como
camarera cuando fue atacada y eventualmente asesinada por
Winston Mosely. Lo que hizo a esta tragedia tan importante en
psicología fue que inspiró investigaciones sobre lo que se conoció
como el Fenómeno del Espectador. Es decir, el ahora bien
establecido descubrimiento de que nuestro sentido de
responsabilidad individual se diluye por la presencia de otras
personas.
De acuerdo a la historia, 38 personas observaron el fallecimiento
de Genovese pero ninguno hizo nada para ayudarla. Sin embargo,
la cuestión no termina allí, ya que los historiadores han
determinado que la realidad era mucho más complicada. Al menos
dos personas trataron de ayudar y solo hubo un testigo en el
segundo y fatal ataque.
Aunque el principio clave del efecto del espectador ha pasado la
prueba del tiempo, la comprensión de la psicología moderna sobre
cómo funciona se ha vuelto más matizada. Por ejemplo,
hay evidencia de que en algunas situaciones las personas son más
propensas a actuar cuando son parte de un grupo más grande,
como cuando ellos y los otros miembros pertenecen a la misma
categoría que la víctima (por ejemplo, son todas mujeres).
Chris Sizemore
Chris Costner Sizemore es una de las pacientes más famosas a las
que se les ha dado el controversial diagnóstico de Trastorno de
Personalidad Múltiple. Dicha condición se conoce hoy como
Trastorno de Identidad Disociativo. Los alteregos de Sizemore
aparentemente incluían a Eve White, Eve Black, Jane y muchos
otros.
De acuerdo a algunos reportes, Sizemore expresaba éstas
personalidades como un mecanismo de afrontamiento debido a
traumas experimentados en la niñez (ver a su madre seriamente
herida y a un hombre cortado por la mitad en una serrería). En
años recientes, Sizemore ha descrito cómo sus alteregos se han
combinado en una sola personalidad durante décadas, pero
todavía ve diferentes aspectos de su vida como pertenecientes a
diferentes personalidades. Por ejemplo, ha declarado que su
esposo estaba casado con Eve White (no con ella) y que Eve White
es la madre de su primera hija.
Su historia se ha volcado en una película de 1957 llamada The
Three Faces of Eve (Las tres caras de Eve, basada en un libro del
mismo nombre, escrito por su psiquiatra). Sizemore publicó su
autobiografía en 1977 llamada I’m Eve (Yo soy Eve).
Creo que una de las cosas que podemos aprender de estos 10
intrigantes casos es la importancia de la investigación ética y bien
hecha para el avance de nuestra ciencia. Sin duda ha sido clave
para comprender más sobre debates clásicos en psicología, como
los de personalidad e identidad, natura y nurtura y el vínculo entre
la mente y el cuerpo.
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