Pregunta del público

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QUINTO DIÁLOGO DEL AGUA
SOBRE TARIFAS Y DISTRIBUCIÓN DEL AGUA
26 DE SEPTIEMBRE DE 2013
PRESENTACIÓN: PATRICIA CARDONA
Mucho se ha dicho aquí sobre el costo de extracción, tratamiento y distribución del agua
en SMA, compromiso que asume SAPASMA y que supera el monto de las tarifas públicas.
También se ha planteado la necesidad de que el pago del agua sea directamente
proporcional a la cantidad que se consume, entre otros puntos importantes que
conciernen a la distribución del agua.
La mesa de discusión SOBRE TARIFAS Y DISTRIBUCIÓN DEL AGUA está integrada por el Ing.
Eduardo Adrián López Sánchez, Director de Comercialización de SAPASMA. Tiene a su
cargo los departamentos de: Atención a usuarios, Informática, Analistas comerciales,
Padrón de usuarios y Contratos. Como parte de sus funciones está la de concentrar y elaborar
reporte estadísticos con información generada por los diferentes departamentos, así como
análisis de información de facturación y micro medición.
Asimismo Carlos Ricardo Olvera Avila, representa a SAPASMA. Es licenciado en Ciencias
de la Comunicación por la Universidad de La Salle Bajío. En el periodo 2009-2012 fue
encargado de Ferias y Eventos de la Dirección de Fomento Económico y Relaciones
Internacionales del Gobierno Municipal de San Miguel de Allende. Actualmente es el
encargado de Gestión Institucional de la Dirección de Apoyo Rural del SAPASMA.
También nos acompaña Enrique Orvañanos Acosta, ingeniero en Sistemas dedicado a la
creación y desarrollo de negocios en el sector privado de México. Con una maestría en
Dirección de Empresas del IPADE, fue presidente del Club Rotario del Medio Día,
implementando varios proyectos sociales, entre los que destacan la recolección a nivel
familiar de agua de lluvia en las comunidades más pobres del municipio. Su interés
profesional se enfoca en buscar el aprovechamiento de los recursos existentes, generando
nuevos productos, servicios, fórmulas, métodos, procesos, enfoques y modelos de
negocios.
Por su parte, Mario Hernández Peña, licenciado en Sociología y con una Maestría en
Gestión Integrada de Cuencas, ha trabajado para la iniciativa privada, gobierno del estado
de Guanajuato, organizaciones de la sociedad civil y actualmente es director del Jardín
Botánico y Reserva Natural El Charco del Ingenio, así como Presidente del Observatorio
Ciudadano del Agua y Saneamiento (OCAS).
Esta tarde modera la mesa Mauricio Sánchez Osornio, Coordinador del Centro Regional
de Capacitación del Agua “Las Yerbas”, Presidente de la Red de Comunicación de Cultura
del Agua del Noreste del estado de Guanajuato y Secretario Técnico del Observatorio
Ciudadano del Agua y Saneamaiento (OCAS- SMA). Desde el año 2005 se desempeña
dentro de la Fundación de Apoyo Infantil Guanajuato --FAI-- en el programa de
capacitación del uso del agua que el CERECALY promueve en las áreas rurales de Dolores
Hidalgo y San Diego de la Unión, estableciendo una estrecha relación con las comunidades
y planteles escolares para la aplicación de la guía WET, entre otros instrumentos que
fomentan la cultura del agua y posibles soluciones a la problemática ambiental.
Ing. López Sánchez:
Sabemos que hay un déficit de agua ya que el 98 por ciento de lo que se distribuye en el
estado se extrae del subsuelo. Sólo se utiliza el 2 por ciento de las aguas superficiales.
Además, hay pérdidas entre lo que se extrae y lo que llega a los domicilios. De 100 litros
que se extraen, sólo un 42 por ciento llega a los domicilios. Mucha de esa agua se está
quedando en otra parte y es la que precisamente debe distribuirse en los sitios donde no
está llegando el agua actualmente. Eso requiere de un trabajo de mantenimiento e
infraestructura que asegure que el agua llegue a los domicilios.
Debemos mejorar la infraestructura para que el servicio sea más eficiente y así cuidar el
líquido que ya nos está costando. Todo esto tiene un costo muy elevado y necesitamos
recursos para mantener la infraestructura. Muchas veces no le prestamos atención a los
medidores en nuestras casas donde se registra nuestro consumo y si estamos haciendo un
buen uso de este servicio. Creo que la población debe estar al tanto de su propio
consumo, no sólo nosotros como operadores del agua.
Actualmente tenemos un programa de actualización de medidores pues deben cambiarse
cada 5 años. Esto nos va a aportar mucha información y nos vamos a dar cuenta de si lo
que está marcando el medidor es lo que realmente se está consumiendo. Esto nos
permitirá definir un precio más justo, así como detectar fugas. Esto sirve para que todos
tengamos una toma contratada, un servicio medido y que todos paguemos lo que marca
el medidor y definir un precio justo. Necesitamos darle mantenimiento a la infraestructura
hidráulica y costear el esfuerzo de extraer el líquido y llevarlo a los hogares. Esta
renovación de medidores va a ser muy importante a nivel municipal, tanto en las áreas
urbanas como rurales.
¿Cómo se estructura la aplicación de las tarifas actualmente? Tenemos tarifas por rangos
de consumo. Hasta el año 2000 había una tarifa con un rango base de 0 a 20 metros
cúbicos y un precio fijo para cualquier consumo que correspondiera en este rango.
Este criterio no era muy justo. Suponiendo que yo no hubiera hecho ningún consumo por
alguna razón, tenía que pagar lo mismo que alguien que sí utilizó el servicio hasta 20
metros cúbicos. Entonces se decidió cambiar el esquema tarifario. Actualmente se cobra
una cuota base que nos permite mantener la operación del servicio. A partir de 0 metros
cúbicos hay un precio diferencial que se va incrementando conforme aumenta el
consumo. Alguien que no consume, paga únicamente la cuota base.
Esto también nos permite detectar quién se excede en el consumo para hacerle un cobro
más elevado. Este esquema tarifario opera desde el 2009. En el primer rango de consumo
tenemos los precios más bajos y obviamente en los consumos excesivos hay cobros
mucho elevados que compensan el uso del servicio.
Pensamos que el uso de tuberías, los gastos administrativos o el mantenimiento de un
edificio propio es lo más costoso del servicio que prestamos. No es así. El verdadero costo
proviene de la extracción del agua del subsuelo mediante la energía eléctrica. Por este
motivo la extracción y distribución del agua a domicilio tiene un costo muy alto. Cuando
alguien reclama que no ha consumido nada y no tiene por qué pagar a SAPASMA,
debemos explicar que el simple hecho de tener el servicio al alcance de la mano ya tiene
un costo. La cuota base es como todos cooperamos con esa parte indispensable.
En el año 2010, a nivel estatal tuvimos un precio de 8.16 pesos por metro cúbico para 5
mil litros, realmente un precio muy bajo comparado con otros servicios. Considero que
como población no valoramos el costo del servicio a domicilio. Ya nos acostumbramos a
abrir la llave y a tener agua de inmediato. No pensamos en lo que esto implica. Hay mucha
gente que sólo tiene agua por medio de una pipa. Estamos ofreciendo el líquido a
domicilio a un precio accesible tratando de que llegue al mayor número de personas. Pero
no lo valoramos hasta que nos quedamos sin el servicio.
Lic. Olvera Ávila:
Yo me encargo de la gestión institucional de apoyo rural, es decir, de todas las
comunidades que existen en San Miguel de Allende. SAPASMA opera principalmente en la
ciudad y mediante medidores y tarifas se determina el consumo de la población. En las
comunidades rurales funciona de manera diferente. Cuando se crea una obra nueva
nuestra función es formar Comités de Agua Potable que son los encargados de administrar
la operación de los microsistemas de agua. Esto se hace donde hay agua y abastecen a
varias comunidades.
Nosotros apoyamos a las comunidades en el aspecto administrativo únicamente para
determinar tarifas y éstas se fijan en función del consumo de energía eléctrica,
reparaciones y gratificaciones para quien opera el pozo. Nosotros únicamente
asesoramos a la asamblea o conjunto de beneficiados.
También ayudamos en la elaboración de un reglamento donde se establece una tarifa de
80 pesos mensuales por familia o por toma de agua. Comúnmente se hace por toma de
agua. Cuando les presentamos una estructura de reglamento los representantes de las
comunidades lo revisan y palomean aquellos artículos con los que sí están de acuerdo.
Los que tachan tienen que acompañarlos de una propuesta alternativa.
En este reglamento se mencionan las cuotas y sanciones. Quiero subrayar que en las
comunidades es donde hay más consciencia del valor del agua por el hecho de que por
mucho tiempo no tuvieron el líquido. Por eso hay sanciones ejemplares para aquellos que
desperdician el agua.
El promedio de cada depósito de agua es de 25 a 30 metros cúbicos y no siempre se está
llenando. Esto se hace una o dos veces por semana conforme lo determina el Comité.
Nosotros sugerimos que en algunos casos se pongan medidores, pero en principio son las
tarifas que he señalado las que aplicamos. Está prohibido el uso distinto a lo doméstico, lo
mixto y lo comercial. En lugares en donde el agua no es un insumo indispensable, ahí
permitimos otros usos. Los usos agropecuarios están prohibidos y está determinado por la
propia consciencia de la comunidad.
Atendemos a 250 comunidades en este momento. Estamos en permanente coordinación
con el Departamento de Cultura del Agua y Comunicación Social. Ellos nos apoyan para
general consciencia. También estamos en coordinación con el Departamento de Cloración
a fin de no hacernos acreedores de una sanción de Salubridad.
El agua, en las comunidades, se está encontrando casi a 300 metros de profundidad. Esto
crea una mayor consciencia en la comunidad. En los meses de abril y mayo, cuando las
reses y borregos requieren de gran cantidad de agua, el reglamento establece otras cuotas
fijas a partir de un número determinado de cabezas de ganado.
En nuestra Dirección somos 5 personas para 545 comunidades y todos tenemos distintas
funciones. Organizamos la rendición de cuentas a través de cortes de caja. A la comunidad
informamos los ingresos y egresos y dónde se gastó cada peso. A veces nos encontramos
con saldos “en contra” y en esos casos levantamos un acta. La comunidad, a través de su
delegado, determina si se procesa el caso en el Ministerio Público. Nosotros damos la
asesoría del jurídico pero no tenemos la autorización para la intervención directa. Si en el
padrón de pago hay muchos deudores, pedimos que se pongan al corriente y es el Comité
de Agua el que encuentra una solución. Las asambleas eligen a su representante y éste
tiene una vigencia de por lo menos un año.
Enrique Orvañanos:
El tema del precio del agua es muy relativo. Lo podemos ver como servicio medido en el
caso de SAPASMA, o como el agua que pagamos por garrafón para uso doméstico. Entre
uno y otro la diferencia de precios es exorbitante. El agua es carísima cuando no se tiene y
es en este punto en el que me quiero enfocar.
Si queremos resolver el problema tenemos que enfocarnos en un espacio y tiempo
determinados, en este caso, San Miguel de Allende, septiembre de 2013. Y la pregunta es:
¿podemos darle agua de uso doméstico a todos en San Miguel? Es una pregunta
fundamental y primero hay que ver cuántas familias no tienen agua y en qué forma se les
puede proporcionar cuando viven dispersas en zonas no concentradas. ¿Cuánto cuesta y
en qué plazo puede hacerse?
Es una pregunta compleja si consideramos las zonas rurales y suburbanas. Pero es
indispensable que lo resolvamos. No es posible que haya gente sin agua.
Como se ha dicho, hay más de 500 comunidades, 250 están organizadas; las ciudades
como San Miguel tienen infraestructura pero hay alrededor de 2 mil familias en zonas
suburbanas que carecen de ella. En las zonas rurales hay familias que tampoco tienen
pozo y tienen que ir a buscar el agua a los ríos a 30 minutos de distancia. Eventualmente
reciben agua del Municipio en pipas o tambos de 200 litros, o en cubetas… y desde el
punto de vista de calidad de vida esto es muy triste.
La buena noticia es que la mayoría de los que residimos en el municipio de San Miguel sí
tenemos agua entubada. Estamos hablando de 26 mil tomas y posiblemente hay 5 o 6 mil
familias que no tienen agua por lo que es una situación relativamente fácil de resolver.
Pero sí tenemos que ser muy conscientes de que el precio que pagan las personas que
compran pipas es 6 o 10 veces más de lo que pagamos en promedio aquí en San Miguel.
Es demasiado el diferencial por algo que es innegociable.
Es un hecho que no podemos llevar tuberías a todas las familias que están en los extremos
del municipio donde no hay caminos. No es rentable. En rancherías muy lejanas es
preferible el agua del cielo que la del subsuelo.
La tarifa del SAPASMA mejoró muchísimo, es más equitativa en la actualidad. La base fija
es de 52 pesos al mes. No es una cantidad significativa. Sin embargo, hay quienes
consumen menos de 5 metros cúbicos por mes y por tanto pagan más por metro cúbico.
Eso me preocupa porque las personas que están consumiendo menos están pagando más
que los que consumen 20 metros cúbicos. Es decir, de los que estamos en el sistema de
SAPASMA, que son 26 mil usuarios, unos 7 mil y pico pagan más por metro cúbico y
consumen menos; pero hay 5 mil familias entre la zona suburbana y la zona rural que no
tienen ese servicio.
Tenemos que resolver ese problema y hemos pensado que es posible con la captura de
agua de lluvia. En nuestra región llueve un promedio de 1/2 metro 60 centímetros por
año. Si almacenamos esa agua no nos la acabaríamos, lo que pasa es que la estamos
perdiendo. Hay que aprender a capturarla, por lo menos a nivel doméstico. Y eso minimiza
el consumo adicional de extracción mediante bombeo de pozos.
Me parece importante que en las zonas rurales tengan pozos compartidos de una manera
ordenada. Lástima que les cueste tanto extraerla y cada vez va a costar más por la
profundidad en la que se encuentra.
La transportación del agua por tuberías es el medio más económico. Pero cuando no hay
tubería, las pipas son otro método para transportar el agua. Lo que sugerimos es que las
pipas elijan unos 6 pozos en las zonas rurales y que desde ahí se surtan, en vez de venir al
centro de la ciudad. Esto implica menos transporte, menos gasto de gasolina y más
entregas por día. La inversión que se requiere para esto está plenamente justificada.
El proyecto de autoconstrucción de cisternas de agua de lluvia está ya aprobado, está
funcionando y es replicable. Durante varios años he tenido la oportunidad de trabajar con
el Club Rotario en donde iniciamos las cisternas de agua de lluvia en colaboración con la
Dirección de Ecología del Municipio. Lo hicimos dos administraciones antes, con la
administración pasada también y seguramente seguiremos trabajando con ésta. Éste es
un objetivo común que tenemos la sociedad y el gobierno.
¿Cuánto cuesta este proyecto? ¿Cuánto estamos gastando los sanmiguelenses en agua
embotellada por familia? ¿Cuántos garrafones se gastan por semana? Se gasta el doble de
lo que pagamos mensualmente a SAPASMA. A lo mejor el agua que tomábamos cuando
éramos jóvenes es igual de buena que la que recibimos hoy y no nos hemos dado cuenta
porque estamos bombardeados por la publicidad del agua comercializada.
Si hacemos las cuentas de cuánto pagamos de luz, gas y lo comparamos con lo que
pagamos por el agua, es irrisorio. Algunos pagan 80 o 90 pesos al mes. El promedio son
150 y los que pagan muy caro el agua sólo asciende a mil y pico de pesos, como son los
restaurantes y grandes hoteles. Entonces, si aumentamos un pequeño porcentaje a las
tarifas del agua para resolver un problema que hemos arrastrado durante muchos años,
no habría mayor impacto.
Las personas que consumen más podrían pagar un 10 o 20 por ciento más y con eso se
juntan suficientes recursos para continuar con proyectos importantes que resuelven el
problema de quienes no tienen agua.
También hay que facilitar la captación del agua de lluvia en las rancherías y pequeñas
comunidades. El proyecto les facilitan los materiales previa la capacitación de cómo se
construye la cisterna y previo el compromiso de la comunidad para que trabajen en
conjunto en la fabricación de sus propias cisternas. Esto ya lo hemos hecho más de 650
veces. Tenemos cerca de 700 cisternas en el Municipio que están captando agua de lluvia.
Una vez que se acaba el agua de una cisterna, se vuelve a llenar con una pipa. Tendrían 24
metros cúbicos anuales que significan 2 metros cúbicos mensuales. Estamos hablando de
la gente que menos consume agua. Y esa es en la que tenemos que enfocarnos de
inmediato.
También hay que modificar la Ley de Ingresos para que se modifique el precio del agua y
se valore su costo. Otra acción que podríamos tomar es expresar solidaridad con aquellos
que no tienen agua y crear un fondo voluntario, una especie de auto-impuesto. Si
pusiéramos un 20 por ciento de lo que hoy pagamos en un fondo para que se destine a
proyectos validados, concretados y supervisados, transparentes y eficientes, lo podemos
convertir en una realidad. De hecho esto ya está funcionando con el Fondo Verde de
Ecología y SAPASMA. Lo que queremos es hacerlo más rápido y eficiente.
Ese 20 por ciento que se ofrece como cuota voluntaria al mes se puede traducir también a
un ahorro del 20 por ciento en el consumo mensual del agua. Y en aquellas zonas donde
no hay tubería, sugerimos los sanitarios secos para no contaminar.
Todo lo que les estoy diciendo es perfectamente viable y los invito a que sigamos
sosteniendo los Diálogos y beneficiando a nuestra comunidad.
Mario Hernández:
Pobreza del agua y justicia hídrica es el tema central de lo que voy a exponer para generar
una ruta de acción. Pienso en lo particular que hoy vemos una pobreza urbana con
respecto al agua. Históricamente había abundancia. Hace 30 años había manantiales
vigentes en esta región. Sin embargo, hoy en día, a pesar de que tenemos grandes
cantidades de agua y lo vemos en los proyectos que surgen en los alrededores, hay
grandes asimetrías y diferencias que tienen que ver con la oferta y la demanda. El agua
que existe y que podemos extraer aún, ¿hacía adonde se dirige? ¿Por qué corre hacia un
lado y no hacia otros?
También es cierto que en San Miguel hay una gran asimetría social. Hay grandes grupos
marginados respecto al derecho del agua. Mientras que hay grandes proyectos con
abundancia de agua, en otros sectores no existe agua entubada sino llevada por pipas. En
nuestras zonas suburbanas vemos ejemplos de este tipo.
SAPASMA tiene una participación muy significativa en el servicio de uso doméstico, que es
aproximadamente el 2 por ciento del total que se extrae del subsuelo. El 80 por ciento se
va a la agricultura a gran escala. La problemática más grande del agua en nuestra región
está ahí, en la agricultura, y ahí sería conveniente considerar formas de participación
donde haya una gobernanza ambiental para la gestión del agua, donde haya más espacios
para la toma de decisiones del agua de la región.
La cuenca Lerma Chapala, donde estamos insertos, es reconocida como una de las
prioritarias nacionales y es donde hay un estrés hídrico debido a una sobreexplotación.
Esa sobreexplotación tiene nombre y apellido, pero no nos vamos a concentrar en eso.
Entonces cómo entender la pobreza del agua en un contexto de riqueza hídrica?
Extraer el agua implica un gasto en electricidad, mantenimiento y salarios de los
operadores. Y es un gasto que vale la pena cubrir. Vale la pena mencionar también que lo
que pagamos por el agua en la zona urbana es una vergüenza. Por como la consumimos y
la aprovechamos deberíamos por iniciativa moral pagar más.
He visto como en San Miguel ha habido desarrollos en distintas épocas. Y he visto cómo en los
últimos tiempos hay ciertas tendencias, no solo marcadas por los planes de desarrollo municipal
sino por factores externos al municipio. Existe una tendencia hacia la urbanización constante. Es
alarmante porque esta urbanización tiene condiciones de pobreza. El crecimiento de las ciudades
ha sido desmesurado por encima de las capacidades para ofrecer los servicios que permiten una
vida digna.
Estamos avanzando hacia una urbanización total pero en condiciones de gran inequidad. Y con
grandes desafíos al interior del municipio. El mismo centro histórico tiene un drenaje muy antiguo.
Hasta el día de hoy se trabaja en la sustitución de esa infraestructura para el abastecimiento y su
saneamiento. Estos desafíos se incrementan en la medida en que estamos extrayendo agua fósil a
300 metros de profundidad.
Debemos considerar cuáles son los nuevos patrones de producción y consumo que necesitamos
para un desarrollo sustentable. Hay estimaciones del CONEVAL donde se estima que para el año
2015 casi dos tercios de los pobres en América Latina vivirán en las ciudades. A esto le llamo una
urbanización de la pobreza. También le podemos llamar urbanización en pobreza y su efecto es la
urbanización y pobreza del agua.
Es importante reconocer que la urbanización no garantiza la infraestructura. Entonces de nada
sirve que nos vayamos del campo a la ciudad, a los cinturones de miseria. Sin infraestructura,
vamos a enfatizar problemáticas urbanas que ya están latentes.
Sabemos que SAPASMA tiene la posibilidad de intervenir en ciertos aspectos del uso del agua,
pero hay otros rubros que son de alto nivel estatal y federal y ahí debemos considerar cuál es la
forma de intervención y participación de la ciudadanía. Debemos tener mayor injerencia en la
toma de decisiones para que no sean sólo los grandes agricultores quienes participan en los COTAS
determinando el uso de nuestra agua.
Necesitamos mayor equidad porque hay muchos proyectos que demandan una gran
cantidad de agua mientras que hay colonias urbanas que no tienen agua. Esto es algo para
pensarse.
Pero también hay un gran mito y es la tendencia a pensar que los organismos operadores
como SAPASMA son parasitarios… pero la verdad es otra. Hay una gran labor que se hace
desde los organismos operadores para poder generar y proveer este líquido y poderlo
sanear, aunque todavía queda mucho por hacer. Somos uno de los municipios que tiene
una planta de tratamiento pero es insuficiente porque es insostenible la crisis de la cultura
del agua que tenemos. Seguimos tirando aceite, ácidos, químicos al drenaje y eso crea una
dificultad para el tratamiento de las aguas residuales.
Nuestra región tiene una estructura económica muy peculiar porque es altamente
dependiente del agua. Sabemos que muchos cultivos que estamos produciendo, y digo
produciendo porque el agua es de todos, la están aprovechando algunos para ciertos
productos que son de exportación. No sólo exportamos verduras sino también agua. El
uso municipal del agua es muy reducido y el doméstico aún más. La problemática de la
cultura del agua no se soluciona con cerrarle a la llave en nuestras casas. Las acciones que
debemos tomar son de otra índole.
La pobreza del agua a la que yo me refiero no hace referencia a escasez hídrica sino a la
inequidad en su acceso y distribución. Esto tiene que ver con un enfoque de gobernanza,
no de gobernabilidad. Gobernanza es donde diferentes actores pueden participar en la
toma de decisiones. Estos son temas que en nuestra región debemos explorar aún más.
Tenemos que buscar consensos, interés común y eso lo dejaría como reflexión.
Hay temas para pensar como son Agua y Soberanía Alimentaria. ¿Vamos a seguir gastando
agua para alimentar a otras regiones? O esa agua de los alimentos debería de estar
circulando por esta región? Otro tema es Agua y Soberanía Energética. Una gran cantidad
de agua es utilizada para la generación de energía y procesos de producción. ¿Cómo
visualizamos esto en los siguientes 5, 6 o 7 años? Y por último, ¿qué está pasando con el
agua y el cambio climático? ¿Qué acciones debemos tomar para detener el proceso
dramático de desertificación? Tenemos que trabajar juntos para alcanzar una
sustentabilidad verdadera.
Pregunta del público:
Mi nombre es Graciela Hernández. Venimos del Programa de Educación Ambiental de la
Fundación de Apoyo Infantil. A los representantes de SAPASMA quisiera preguntarles qué
porcentaje de ganancias tienen con la venta del agua o sólo dan el servicio sin obtener
ganancias. Otra pegunta sería qué porcentaje de esas ganancias dedican para encontrar
las fugas. Me parece muy sorprendente que sólo el 42 por ciento del agua extraída se
utiliza. ¿Qué están haciendo para encontrar el otro 58 por ciento?
Y sobre el uso del cloro, hay muchos estudios que dicen que la cloración del agua no
necesariamente garantiza la potabilización. Además, se sabe que el elemento cloro es
cancerígeno.
Y finalmente, ¿qué posibilidad habría de que el cobro del agua no sea por litros sino por
tipo de uso? No es lo mismo consumir 20 litros para mi uso personal que usar 20 litros
para vendérselo a un turista en un restaurante donde estoy obteniendo ganancias. Lo
mismo para el caso de la agricultura.
En relación a lo que dijo Mario me parece que sí necesitamos centrarnos en estos Diálogos
del Agua en el verdadero problema del consumo del agua que no es doméstico puesto
que es ínfimo. Todas las campañas en televisión, incluso lo que nosotros hacemos en las
escuelas tiene que ver con que el niño no desperdicie el agua, pero no le estamos diciendo
quiénes son los que están utilizando el agua obteniendo grandes ganancias y regalando el
agua a EU en forma de brocoli.
Finalmente, sugiero que en los Diálogos del Agua no se sirva agua embotellada a los
panelistas a fin de ser más congruentes con la propuesta.
Ing. López Sánchez:
Gran parte del gasto se utiliza para el mantenimiento del suministro. 58 por ciento se
aplica en el pago de energía eléctrica. Un 25 por ciento se aplica en mantenimiento y
operación. El resto es para el mantenimiento operativo y obras de infraestructura. Los
recursos siempre van a ser insuficientes.
Por otro lado, estamos haciendo un trabajo muy intenso para controlar las fugas.
Tenemos infraestructura muy vieja con muchos problemas de fugas y es un trabajo
costoso, obras muy caras que no se reflejan en las tarifas al consumidor y se pagan con
programas que van a fondo perdido.
Por otro lado, trabajamos la tarifa doméstica con el costo más bajo en el tabulador.
Tenemos la tarifa comercial que utilizan muchos locales y por último tenemos la tarifa
orientada a los hoteleros que es la más cara. También ésta se aplica a lavadores de autos,
lavanderías donde sabemos que el uso del agua tiene un fin comercial.
Lic. Olvera Ávila:
Tenemos otra problemática: pagan justos por pecadores. SAPASMA se enfrenta a un
cáncer muy grande que es la gran cantidad de personas que no pagan el agua. Qué más
quisiéramos que todos fueran puntuales en el pago para tener la suficiencia económica
que requerimos para operar debidamente.
Un porcentaje muy bajo de la población paga el agua. Hemos hecho campañas y
lamentablemente el común denominador de la sociedad prefiere estar en contra de lo
establecido por las instituciones. Pero éstas necesitan el respaldo de la población, más
que sus críticas. Necesitamos el respaldo de los usuarios para ser eficientes.
Respecto a lo que comentó Enrique sobre una modificación de la tarifa quisiera decir que
el gran desafío de una medida como ésta es la repercusión social que tendría y muchos
funcionarios no quieren tocar ese tema. Generar otra tarifa para hacer consciencia sobre
el uso del agua impactaría en lo social.
Finalmente, no soy en experto en cloro pero quisiera decir que hay muchos mitos. Para
poder perforar un pozo primero se hacen muchos estudios sobre la calidad del agua. Se
determina qué cantidad de minerales tiene y si es apta para consumo humano. Una vez
concluido esto, se somete el agua al proceso de cloración y hay un peligro latente para el
operador porque el cloro es letal. Se están tomando medidas para corregir esto. Si bien es
cierto que el cloro no mata la mayor cantidad de microorganismos, si mata los que son
dañinos a la salud.
Mario Hernández:
El proceso de cloración no está determinado por SAPASMA sino por la Secretaría de Salud.
La administración del agua implica determinaciones de muchas dependencias de los
gobiernos municipal, estatal y federal y por ello se vuelve muy complicado.
Pregunta del público:
Sobre la captación del agua de lluvia y el problema de que los acuíferos no están siendo
infiltrados con la lluvia pues la extracción supera la infiltración, quiero saber si la captación
de agua de lluvia no afecta a los acuíferos.
Mario Hernández:
Más bien ayudaría por la cantidad de lluvia que tenemos. No habría la abundancia del
líquido que se pierde debido a la erosión de la tierra. Son importantes las acciones que se
hacen para la captación de agua de lluvia.
Hay que considerar que en términos de la gobernanza del agua, en la medida en que los
ciudadanos de las zonas urbanas aprovechemos el agua, habría mayor disponibilidad para
todos. La lluvia que ayer cayó tarda alrededor de 150 años en llegar al acuífero. Hay que
pensar cómo inyectar agua en la parte media y alta de la Cuenca para su infiltración.
Enrique Orvañanos:
La cantidad de agua que podemos capturar para uso doméstico en un techo de 20 metros
cuadrados, son 10 metros cúbicos en temporada de lluvia. Serían como 10 tinacos. Si
todas las casas de San Miguel captáramos el agua y la tratáramos para su utilización, no
afectaría en nada al acuífero. Debemos captarla no sólo en los techos sino en bordos para
que se filtre.
Mauricio Sánchez:
No solamente el índice de precipitación pluvial es importante sino que existe un problema
de erosión tal que las zonas de recarga necesitan ser rehabilitadas. Hay que hacer trabajos
previos para que esas zonas, que antes tenían una vocación natural para infiltrar el agua,
con los procesos adversos del cambio climático se han visto degradadas y la capacidad de
recarga se ha visto mermada.
Pregunta del público:
Se sabe que si una persona debe un mes o dos meses de agua no se cancela el servicio.
Sigue consumiendo. Entonces el problema se incrementa. Y con respecto a la dosificación
del cloro me gustaría mencionar que si el consumidor siente el cloro es porque hay una
mala dosificación. Debe haber una buena dosificación para evitar que el cloro produzca el
cáncer. Es cuestión de cumplir con la normatividad para el agua potable.
Por otro lado, funcionarios de la Comisión Estatal del Agua de Querétaro aseguran que si
todos limpiáramos nuestro tinaco podemos perfectamente consumir agua de la llave. No
tendríamos por qué estar comprando agua de garrafón.
Lic. Olvera Ávila:
Efectivamente hay lagunas legales. Una ley se contradice con otra. La ley de Salubridad
dice que si no pagas el agua no te pueden cortar el servicio, solo se reduce el suministro.
La otra problemática que empeora el problema son las tomas clandestinas. El programa
de denuncia ciudadana nos ayuda a detectar estas tomas clandestinas.
Pregunta del público:
¿Cómo se podría definir la pureza del agua de San Miguel? Se sabe que SAPASMA hace
pruebas del agua constantemente.
Lic. Olvera Ávila:
Sabemos que en los EU se dice que nuestra agua está contaminada y dan una mala
imagen a las personas que vienen a México. No es cierto. Tenemos diferentes
mecanismos para filtrar el agua y de esa manera brindar una buena calidad. Sé que
muchas de las personas norteamericanas le tienen pánico al agua. Como si fuera veneno.
Y no es así. En el Departamento de Calidad del Agua de SAPASMA se realizan muestras
para conocer la calidad del agua y usted se puede dirigir a ese Departamento para mayor
información. Los resultados de las muestras están a disposición del público.
Pregunta del público:
Soy catedrática de la Universidad de León y tenemos la Facultad de Arquitectura donde
realizamos una serie de investigaciones. Un alumno ha investigado datos que me llaman
mucho la atención. Comenta que hay personas que utilizan agua potable para generar
ladrillo. Y que pagan una cuota mensual de 50 pesos y el gasto del agua es impresionante
pues toda la comunidad utiliza el agua sin medidores. También tienen la mala costumbre
de que cuando se echan a andar las bombas dejan que el agua se derrame si los tanques
ya están llenos. No tienen el cuidado de apagar las bombas.
¿De qué manera SAPASMA interviene para detener esto y si la planta de tratamiento les
puede vender agua tratada para sus actividades?
Lic. Olvera Ávila:
Efectivamente las ladrilleras son un problema. Ya tenemos en el reglamento la prohibición
del uso de agua potable en ladrilleras donde el líquido es indispensable. Estamos
atendiendo las solicitudes de la misma gente porque no tenemos un sistema de
supervisión como tal. La asamblea de las comunidades es la máxima autoridad y nosotros
no podeos ser un organismo que interviene directamente.
Ya hemos tomado cartas en el asunto de las ladrilleras en varias comunidades y se les va a
cobrar una cuota distinta de la que ahora pagan, independientemente de que se les
capacite
para
el
uso
adecuado
de
las
bombas.
Sí manejamos agua tratada para obras de construcción y tenemos un precio de 4.04 pesos
por metro cúbico. Es nada. Es más caro pagar la pipa.
Enrique Orvañanos:
Es fundamental ese enfoque de unión de la sociedad participando para encontrar
alternativas de solución. Así ya no perdemos energía criticando a las instituciones sino
participando en la solución. Tengo la seguridad de que el organismo operador SAPASMA
está investigando nuevas tecnologías para reducir sus costos y ser más eficientes en la
administración del agua.
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