Subido por Victor Manuel Angel Ramos

Crónica Feria del Libro

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La feria del libro en Manizales
Sofía Valencia Raga
El viernes 11 de agosto, marcando ya las 3:09 de la tarde, fuera del Centro Cultural Rogelio
Salmona de la Universidad de Caldas, se asentaba un clima paradójico, que proyectaba una
sensación de bochorno que se extendía a lo largo de todo el municipio, sensación un tanto irónica,
teniendo en cuenta el cielo nublado y gris que cobijaba la ciudad; y puede que haya sido
consecuencia del clima, pero en la calle no se percibía ni una sola persona, y fue justamente ese
elemento el que sorprendía, solo era cuestión de entrar en el Salmona para darse cuenta que allí
se proyectaban sensaciones completamente contrarias a las que la ciudad proponía.
Se veía como las personas allí dentro poseían una actitud expectante, con expresiones que
denotaban un proceso de análisis o incluso en unos cuantos se percibían actitudes prejuiciosas.
Era sorprendente la cantidad de personas que había en los stands de la feria del libro. Es común
hoy día oír de parte de los adultos mayores que las generaciones actuales no leen, que el hábito
ha quedado en el desuso, o que los espacios culturales han perdido su esencia. Pero eventos como
la feria del libro son los que afirman que están equivocados.
Al observar rápidamente los 3 pisos en los que se albergaba la Feria del libro, se podía notar la
increíble cantidad de historias que había allí, historias que no solo están escritas en las páginas que
los cientos de libros contenían, sino escritas en las caras de las personas, escritas en sus diferentes
vestimentas y expresiones. Había congregaciones de amigos que se divertían con tertulias
acompañadas de una taza de café, algunas parejas de esposos compraban libros a modo de
obsequio uno para el otro, y grupos de adultos mayores acudían a la feria como un espacio de
rencuentro y esparcimiento.
En el primer piso del Salmona se adecuó el espacio para darle pie a diferentes ponencias. En el
lugar se encontraba alrededor de 80 sillas y un sistema de amplificación de sonido, con micrófono
y altavoces que daban la posibilidad de aumentar notoriamente la proyección de la voz.
Fue en ese primer piso donde pasadas las 4:00 pm comenzó la ponencia de Luz Mary Giraldo,
poeta y crítica literaria licenciada por la Universidad Javeriana. Una vez se dio inicio, se podían ver
Grosso modo 45 personas asistiendo, las cuales se encontraban envueltas en el contenido que se
estaba tratando, mostrando un veraz interés en los relatos de Luz Mary. Y aunque la ponencia
exponía temáticas de interés, el desarrollo del evento se vio trastocado por fallas en el sonido,
cuestión que llevo a la dispersión del público rápidamente.
Estos imprevistos, llevaron a que las personas empezaran a realizar un ejercicio que más que
interesante fue alentador. De repente, empezaron a verdaderamente detallar donde se
encontraban, que personas estaban en el recinto y cuál era la actividad que cada uno de ellos
hacía. Súbitamente se hicieron consientes de la marea de hechos que los rodeaba, sacándoles
brevemente de la burbuja en la que comúnmente se mantienen. Y fue este elemento una fuente
de confirmación, que permite ver que los pequeños errores, pequeños saltos de página, son los
mediadores que llevan a que las personas vean lo que con la mirada obvian, lo que día a día pasan
por alto.
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