Subido por andres oses

Apuntes de Clase Ley General del Ambiente

Anuncio
Espacio Curricular:
Derecho y Desarrollo Sostenible
APUNTES DE CLASES
Unidad: III
Tema: Ley General del Ambiente
Docente: Prof. María Esperanza Alonso
Autora: Prof. María Esperanza Alonso
Unidad III - Ley General del Ambiente. Nociones Generales. Herramientas
de Política y Gestión Ambiental. Principios.
En virtud de lo prescripto en el tercer párrafo del artículo 41 de la Constitución
Nacional, el Honorable Congreso de la Nación ha ido sancionando un grupo de
normas de estándares mínimos de protección ambiental. Algunas legislan
sobre la protección y uso sustentables de sistemas naturales y/o recursos
naturales (por ejemplo los glaciares, agua, bosques nativos), otras apuntan a
establecer pautas, acciones a seguir en la gestión de los bienes de la
naturaleza tendiente a evitar y prevenir el daño al ambiente (por ejemplo la
gestión de los residuos) y otras normas prescriben sobre herramientas de
gestión ambiental, que son aquéllos instrumentos que ayudan y/o contribuyen a
preservar el medio ambiente (por ejemplo el acceso a la información
ambiental).
En este apartado abordaremos brevemente los principales aspectos que
establece la ley nacional marco de estándares mínimos de protección
ambiental, ley nacional n° 25.675 de Política Ambiental más conocida como la
Ley General del Ambiente en adelante LGA, dictada por el Congreso Nacional
conforme la manda Constitucional artículo 41 en el año 2002. Esta norma junto
al artículo 41 de la CN son el caballito de batalla para hacer valer el derecho
humano a habitar un ambiente sano ante cualquier acto, hecho u omisión, que
atente contra ese derecho humano fundamental.
La Ley que vamos a analizar, se dicta en un contexto histórico nacional
extraordinario, atento que se vivía la crisis más importante de la historia
argentina.1 Previo al abordaje de los contenidos de la LGA es importante tener
presente para quienes no estudian derecho, que toda norma tiene un objeto de
regulación, de protección. Identificado el objeto luego estableceré cómo regula,
cómo protege ese objeto de regulación, para ello determinará objetivos,
1
LORENZETTI, Ricardo Luis, La nueva ley ambiental argentina, publicado en LA LEY
06/05/2003, p. 1.
1
acciones a desarrollar, prescribirá el ámbito de aplicación (territorio donde esa
norma se aplicará), los sujetos pasivos (personas físicas y/o jurídicas
alcanzadas por la norma, de corresponder). Asimismo, establece quién es la
autoridad a cargo de hacer cumplir los postulados de la norma (autoridad
competente, autoridad de aplicación), puede también dedicar un apartado para
prever un régimen sancionatorio frente a incumplimientos y/o violación a los
postulados de la norma, también, y sería auspicioso que así sea, puede prever
de dónde saldrán los recursos económicos para implementar la ley. A grandes
rasgos estas podrían ser las previsiones de una norma. Y la materia a regular
estará limitada a las facultades que tiene el legislador según hablemos de una
norma nacional, provincial o municipal. Realizadas estas salvedades
preliminares vamos al punto central de esta unidad.
El bien jurídico protegido por la ley nº 25.675 es el medio ambiente y sus
distintos elementos a través de su gestión sustentable y adecuada, asimismo
su preservación y la protección de la diversidad biológica procurando la
implementación de un modelo de desarrollo sustentable (art. 2). La LGA
plantea abordar la protección del ambiente desde una visión eco-céntrico o
sistémico.2
También, y teniendo presente el bien jurídico protegido (el objeto), plantea a
grandes rasgos los objetivos de la política ambiental nacional (art. 3), los
principios (art. 4) e instrumentos de la política ambiental nacional (art. 8 y ss),
proveyendo de esta manera la plataforma institucional básica sobre el cual
deben sancionarse e interpretarse las leyes sectoriales de estándares mínimos
de protección ambiental vigentes y/o las que en el futuro se sancionen en
cumplimiento de la manda constitucional - art. 41 - y en lo relativo a la
prevención de daño al ambiente.
2
Barrick Exploraciones Argentinas S.A. y otro c/ Estado Nacional s/ acción declarativa de
inconstitucionalidad (Cons. 17 in fine y Cons. 21).
2
Por otro lado, la LGA legisla sobre daño ambiental per se. De ahí que parte de
la doctrina jurídica nacional la califica de ley “mixta”.3 Debido a que regula
temas referentes a los estándares mínimos de protección ambiental, en donde
las autoridades legislativas provinciales y locales pueden dictar normas
complementarias, por un lado, y por el otro aspectos vinculados al daño
ambiental, que es materia de competencia exclusiva del Congreso Nacional
por ser materia de derecho de fondo y que debe ser interpretada en conjunto
con el nuevo Código Civil y Comercial, y por ende no delegada a las
legislaturas provinciales. En otras palabras, las provincias no están facultadas
para legislar sobre materia de daño. Finalmente, la Ley también legisla sobre
competencia judicial (art. 7). Frente a una situación dañosa, violatoria del
derecho a habitar un ambiente sano, agotada la vía administrativa para
reclamar, quedará habilitada la vía para acudir a la justicia. De ahí que esta Ley
marco trae interesantes instrumentos de prevención del daño ambiental
dirigidos a la autoridad administrativa encargada de velar por el cuidado del
medio ambiente como así también directrices y herramientas para los jueces a
la hora de impartir justicia ambiental.
Asimismo, teniendo presente la manda constitucional que prescribe que ante
un daño ambiental debe procurarse la restauración en primera instancia, se
crea un fondo de restauración ambiental que debe ser administrado por la
autoridad competente de cada jurisdicción provincial (art. 34) y establece la
obligación a cargo de toda persona física o jurídica, pública o privada, que
realice y/o lleve a cabo actividades riesgosas para el ambiente de contratar un
seguro ambiental4 para garantizar el financiamiento de la recomposición del
daño que en su tipo se pudiere producir como así también y según el caso y las
posibilidades, podrá integrar un fondo de restauración ambiental que posibilite
la instrumentación de acciones de reparación (art. 22). Es importante destacar
que la LGA tiene aplicación en todo el territorio del país, es una ley de orden
público y por ende indisponible (art. 3).
3
SABSAY, Daniel Alberto y DI PAOLA, María Eugenia. (2002). El federalismo y la nueva ley
general del ambiente. Anales de Legislación Argentina. Boletín Informativo. Nº 32. Buenos
Aires: La Ley. (pp.47-54).
4
Para mayor información sobre la materia http://ambiente.gob.ar/control-y-monitoreoambiental/seguro-ambiental/ (visitado 22/04/2018).
3
A modo de síntesis y en líneas generales la Ley que estamos estudiando
establece los presupuestos, directrices, estándares mínimos para el logro de
una gestión sustentable y adecuada del ambiente y de los recursos naturales
que lo integran, la preservación y protección de la diversidad biológica y la
implementación de un modelo de desarrollo sustentable es decir un modelo de
crecimiento que procure el máximo desarrollo económico y social sin
menoscabar el medio ambiente cuyos recursos permiten en definitiva el
progreso y desarrollo de las personas que habitan la República Argentina.
Herramientas de Política y Gestión Ambiental
Como vimos anteriormente la Constitución Nacional en su artículo 41 reconoce
el derecho humano fundamental, preexistente a vivir en un ambiente sano,
equilibrado, apto para el desarrollo humano. A fin de que este derecho no
resulte ilusorio, la Carta Magna así como reconoce el derecho humano a vivir
en un ambiente sano, también establece la obligación de preservarlo. Esa
obligación recae sobre todos los seres humanos que habitan el suelo argentino
y no solamente dirigido a las autoridades. Asimismo, el artículo 41, establece
una serie de deberes a cargo del Estado en sus tres niveles de gobierno
(nacional, provincial y municipal) como así también a los tres poderes del
Estado (Ejecutivo, Legislativo y Judicial).
Ahora, a fin de alcanzar el tan deseado y anhelado desarrollo sostenible, que
permita la vida en el planeta a la vez el progreso humano, es necesario hacer
uso de herramientas, instrumentos, que permitan al Estado y/o al sector
privado implementar políticas ambientales a nivel país, regional, provincial,
local o en las actividades privadas que permitan implementar un efectivo
sistema de gestión para el uso racional y razonable de los recursos naturales
que integran el complejo sistema cual es el objeto de protección “la naturaleza”,
el “medio ambiente”.
4
Numerosas son las herramientas, instrumentos o procedimientos que permitan
evaluar, valorar los impactos producidos por las actividades del hombre sobre
el medio ambiente.
La ley nacional de presupuestos mínimos de protección ambiental nº 25.675
General del Ambiente para el logro de una gestión sustentable y adecuada del
ambiente, la preservación y protección de la diversidad biológica y la
implementación del desarrollo sustentable, en su artículo 8 enumera una serie
de instrumentos, herramientas de política y gestión ambiental. A saber:
1. El ordenamiento ambiental del territorio.
2. La evaluación de impacto ambiental.
3. El sistema de control sobre el desarrollo de las actividades antrópicas.
4. La educación ambiental.
5. El sistema de diagnóstico e información ambiental.
6. El régimen económico de promoción del desarrollo sustentable.
Recordemos que esta ley establece los presupuestos mínimos de protección
ambiental, es decir los estándares mínimos de protección, aplicables en todo el
territorio del país. De ahí que esta lista de herramientas de política y gestión
ambiental no es taxativa sino un listado mínimo que se aplica directamente en
cualquier jurisdicción. Las provincias, al tener la facultad de dictar normas
complementarias pueden aumentar el número de instrumentos, herramientas
de gestión ambiental, en el mismo sentido los particulares en sus actividades
tendientes a alcanzar los objetivos planteados por la Ley General del Ambiente
pueden echar mano de otros instrumentos, de uso voluntario, la creatividad es
ilimitada en este sentido, siempre y cuando claramente cumplan con el piso
mínimo establecido por la LGA y las normas sectoriales ambientales. En
definitiva, quién puede lo mínimo puede lo máximo.
5
Seguidamente vamos a dedicar unos párrafos a estos apuntes para profundizar
algunos de los instrumentos de gestión ambiental prescriptos en el art. 8 de la
LGA, sin intención de agotar el estudio acerca de cada uno de ellos.
Ordenamiento ambiental del territorio (OAT)
El Ordenamiento ambiental del territorio es un instrumento del Estado para
hacer efectiva la integración de las variables ambientales, sociales y
económicas para un desarrollo sustentable.5 Esta herramienta introduce la
dimensión ambiental en su visión a diferencia de una visión economicista que
considera el ordenamiento del territorio en términos económicos, sin considerar
el costo social y el impacto ambiental que ello represente.
En nuestro país el marco legal existente lo encontramos en el artículo 9 de la
Ley General del Ambiente que prescribe:
“El ordenamiento ambiental desarrollará la estructura de funcionamiento global
del territorio de la Nación y se generan mediante la coordinación
interjurisdiccional entre los municipios y las provincias, y de éstas y la ciudad
de Buenos Aires con la Nación, a través del Consejo Federal de Medio
Ambiente (COFEMA); el mismo deberá considerar la concertación de intereses
de los distintos sectores de la sociedad entre sí, y de éstos con la
administración pública”.
La norma plantea generar una estructura de funcionamiento global es decir
integral del territorio. Y esto se debe emprender mediante la coordinación de
los distintos niveles de gobierno – Nación, provincia y municipio-. ¿Cómo? a
través del Consejo Federal de Medio Ambiente, ámbito donde debe darse el
federalismo de concertación.
5
Fuente: http://ambiente.gob.ar/ordenamiento-territorial/ordenamiento-ambiental-del-territoriooat/ (visitado 27/10/2017).
6
Asimismo, la Ley General del Ambiente en su artículo 10, establece cuáles son
los aspectos que un proceso de OAT debe tener en cuenta cómo mínimo,
debiendo asegurar el uso ambientalmente adecuado de los recursos naturales.
Textualmente expresa “el proceso de ordenamiento ambiental, teniendo en
cuenta los aspectos políticos, físicos, sociales, tecnológicos, culturales,
económicos, jurídicos y ecológicos de la realidad local, regional y nacional,
deberá asegurar el uso ambientalmente adecuado de los recursos ambientales,
posibilitar la máxima producción y utilización de los diferentes ecosistemas,
garantizar la mínima degradación y desaprovechamiento y promover la
participación
social,
en
las
decisiones
fundamentales
del
desarrollo
sustentable.
Asimismo, en la localización de las distintas actividades antrópicas y en el
desarrollo de asentamientos humanos, se deberá considerar, en forma
prioritaria:
a) La vocación de cada zona o región, en función de los recursos
ambientales y la sustentabilidad social, económica y ecológica;
b) La distribución de la población y sus características particulares;
c) La naturaleza y las características particulares de los diferentes biomas;
d) Las alteraciones existentes en los biomas por efecto de los
asentamientos humanos, de las actividades económicas o de otras
actividades humanas o fenómenos naturales;
e) La conservación y protección de ecosistemas significativos”.
Es decir que el proceso de OAT debe respetar la capacidad de carga de los
distintos ambientes. Encontramos en su espíritu el concepto de desarrollo
sustentable. También la Norma da lineamientos mínimos a tener en cuenta en
la localización de las distintas actividades antrópicas y en el desarrollo de
asentamientos humanos.
Esta herramienta de gestión ambiental es sumamente importante porque
implica por un lado reordenar el uso del territorio teniendo presente la
capacidad de carga de cada sistema ambiental. Y por el otro, sumamente útil a
7
la hora de crear nuevas ciudades porque permite elaborar un plan de
urbanización según las posibilidades, capacidades de cada tipo de ambiente.
Permitiendo de esta manera el progreso a la vez que preservamos el ambiente
para cubrir las necesidades de la generación presente y la de las venideras.
Esta herramienta es tan importante que la Ley General del Ambiente prescribe
en su artículo 21 asegurar la participación ciudadana en “los planes y
programas de ordenamiento ambiental del territorio, en particular, en las etapas
de planificación y evaluación de resultados”.
A fin de ilustrar lo que venimos diciendo, de manera sencilla y en líneas
generales, y a una escala micro, pensemos en el plan de ordenamiento de un
barrio nuevo. Para los decidores públicos demandará pensar en evaluar por
ejemplo dónde se encuentran las mejores tierras para cultivos, de manera tal
de no proyectar insertar el barrio en tierras que podrían ser aptas para cultivo o
donde tenemos bosque nativo que deseamos preservar. Implica evaluar,
identificar dónde se encuentran las napas freáticas porque no sería deseable
localizar un barrio en terrenos inundables o cercanos a costas, si consideramos
las proyecciones de crecimiento del nivel del mar causado por el calentamiento
global. El procedimiento de OAT, implica pensar cómo vamos a proveer de
energía, con qué fuentes; cómo vamos a gestionar el sistema de recolección y
tratamiento de los residuos que se generen; de dónde vamos a extraer agua
segura para abastecer a la nueva población. Involucra asimismo, pensar sobre
la infraestructura, y demás necesidades de la nueva población y cómo vamos a
minimizar los impactos negativos sobre el medio ambiente. A nivel macro
pensemos en el ordenamiento territorial de una ciudad, de una provincia y a
nivel nacional toda el territorio del país.
El procedimiento de OAT requiere de un organismo que lleve adelante ese
proceso. A nivel Nacional por ejemplo, dentro del organigrama del Ministerio de
Ambiente y Desarrollo Sustentable o el organismo que en el futuro lo
reemplace debe prever un área con infraestructura, tecnología y personal
8
capacitado a cargo de impulsar el ordenamiento ambiental del territorio en
coordinación con las jurisdicciones provinciales en el ámbito del Consejo
Federal del Ambiente (COFEMA). Este proceso asimismo requiere exista una
partida del presupuesto nacional que prevea gasto asignado para ejecutar esta
acción.
Finalmente, y ya en la concreción del OAT se requiere de planes de
ordenamiento y desarrollo. Por ejemplo en la actualidad podemos citar Planes
de ordenamiento sectoriales que ya existen, a saber:
•
Ordenamiento Ambiental de Bosque Nativos.
•
Comité para el desarrollo sustentable de las regiones montañosas de la
República Argentina: que tiene por finalidad definir propuestas de
desarrollo sostenible para las regiones montañosas de la Argentina.6
•
Inventario Nacional de glaciares (primer inventario aprobado mediante
Resolución n° 358/20187).
•
Inventario de humedales.8
•
Inventario de gases de efecto invernadero.9
Educación ambiental
A fin de alcanzar un modelo de desarrollo que sea sustentable, la especie
humana debe cambiar la manera en cómo se vincula con su entorno natural,
con la naturaleza, con la Pachamama para las culturas originarias, con la
Creación para quienes creen en la existencia de un ser supremo (Dios). Debe
cambiar la manera de relacionarse con las otras especies que también habitan
este hermoso planeta. Esta visión requiere replantear cómo hace uso de los
6
Más información en http://ambiente.gob.ar/ordenamiento-territorial/comite-para-el-desarrollosustentable-de-las-regiones-montanosas-de-la-republica-argentina-comite-de-montana/
(visitado 27/10/2017).
7
B.O:
11.06.2018.
Más
información
disponible
en
http://www.glaciaresargentinos.gob.ar/?page_id=521 (visitado 26/04/2022).
8
Más
información
en
http://ambiente.gob.ar/wp-content/uploads/Humedales-deArgentina_01.pdf (visitado 27/10/2017).
9
Más información en https://inventariogei.ambiente.gob.ar/ (visitado 27/10/2017).
9
bienes de la naturaleza y cómo devuelve las sobras (los residuos). Todo esto
implica cambios profundos individuales y colectivos. Juan Pablo II en el año
1990 sostenía que “se estaba formando una conciencia ecológica, que no
debe ser obstaculizada, sino más bien favorecida, de manera que se desarrolle
y madure encontrando una adecuada expresión en programas e iniciativas
concretas”10 (el subrayado me corresponde).
La educación ambiental es un instrumento de gestión ambiental fundamental
para alcanzar ese cambio de visión, de comportamiento con el entorno.
La Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza (UICN), define la
educación ambiental como el proceso que consiste en reconocer valores y
aclarar conceptos con el objeto de fomentar las aptitudes necesarias para
comprender y apreciar las interrelaciones entre el hombre, la cultura y su medio
físico.11
Con esta herramienta se procura crear conciencia desde edad temprana sobre
el impacto en el medio ambiente que tienen las actividades del hombre y cómo
podemos minimizar esos impactos negativos fomentando una actitud
responsable en el uso de los recursos naturales en todos los órdenes de la
sociedad.
En tal sentido, la Ley General del Ambiente en su artículo 14 prescribe “la
educación ambiental constituye el instrumento básico para generar en los
ciudadanos, valores, comportamientos y actitudes que sean acordes con un
ambiente equilibrado, propendan a la preservación de los recursos naturales y
su utilización sostenible, y mejoren la calidad de vida de la población”
10
Mensaje de Juan Pablo II para la celebración de la XXIII Jornada Mundial de la Paz 1 de
enero de 1990 “Paz con Dios Creador, Paz con toda la Creación”
11
CAFFERATTA, Néstor A. “LEY 25675 GENERAL DEL AMBIENTE. Comentada, interpretada
y concordada” DJ, 2002- 3, pág. 1133, boletín del 26 de diciembre 2002.
10
Por su parte el artículo 15 reza “la educación ambiental constituirá un proceso
continuo y permanente, sometido a constante actualización que, como
resultado de la orientación y articulación de las diversas disciplinas y
experiencias educativas, deberá facilitar la percepción integral del ambiente y el
desarrollo de una conciencia ambiental. Las autoridades competentes deberán
coordinar con los consejos federales de Medio Ambiente (COFEMA) y de
Cultura y Educación, la implementación de planes y programas en los sistemas
de educación, formal y no formal. Las jurisdicciones, en función de los
contenidos básicos determinados, instrumentarán los respectivos programas o
currículos a través de las normas pertinentes”.
Acceso a la información ambiental
La Constitución Nacional reconoce el derecho de toda persona a vivir en un
ambiente sano, equilibrado, apto para el desarrollo humano. Vimos que la
Carta Magna reconoce un derecho-deber (derecho bifronte). Para poder hacer
valer ese derecho humano, presupuesto necesario para hacer valer nuestro
derecho a la vida, a la salud, a una buena calidad de vida, es importante la
participación de la ciudadanía (la participación pública). Sin embargo, para
poder ejercer una participación efectiva en la toma de decisiones por parte del
estado a través de las distintas autoridades según sus competencias y
funciones, que involucre el uso de los bienes de la naturaleza, un impacto en
el medio ambiente es fundamental estar informados. Sin información oportuna,
fundada, cierta, veraz, la participación ciudadana no es posible y por ende no
será efectiva. Por ende, “la participación pública y el acceso a la información
resultan imprescindibles para avanzar en la senda del desarrollo sostenible”.12
De ahí que el Estado debe garantizar a la comunidad el acceso a la
información ambiental, estableciendo reglas claras y procedimientos sencillos
para obtener información ambiental. Por su parte, el instrumento “sistema de
12
SANCHIS MORENO, Fe. “El derecho de libre acceso a la información ambiental: buenas
prácticas”, Valencia, 11.04.97 en página TERRA. Citado en CAFFERATTA, Néstor A. “LEY
25675 GENERAL DEL AMBIENTE. Comentada, interpretada y concordada” DJ, 2002- 3, pág.
1133, boletín del 26 de diciembre 2002.
11
diagnóstico e información ambiental (inc. 5 del art. 8 LGA)” es fundamental en
este sentido.
Nuestra Carta Magna en el art. 41 establece que “las autoridades deben
proveer a la protección del derecho humano a un ambiente sano, a la
utilización racional de los recursos naturales, a la preservación del patrimonio
natural y cultural y de la diversidad biológica, y a la información y educación
ambientales”.
La Ley General del Ambiente n° 25.675, en un todo de acuerdo a la manda
constitucional establece el marco necesario que garantice a todo ciudadano el
acceso a la información ambiental. En tal sentido el artículo 16 establece “las
personas físicas y jurídicas, públicas o privadas, deberán proporcionar la
información que esté relacionada con la calidad ambiental y referida a las
actividades que desarrollan. Todo habitante podrá obtener de las autoridades la
información ambiental que administren y que no se encuentre contemplada
legalmente como reservada”. Por su parte el artículo 17 reza “la autoridad de
aplicación deberá desarrollar un sistema nacional integrado de información que
administre los datos significativos y relevantes del ambiente, y evalúe la
información ambiental disponible; asimismo, deberá proyectar y mantener un
sistema de toma de datos sobre los parámetros ambientales básicos,
estableciendo los mecanismos necesarios para la instrumentación efectiva a
través del Consejo Federal de Medio Ambiente (COFEMA)” y el artículo 18 “las
autoridades serán responsables de informar sobre el estado del ambiente y los
posibles efectos que sobre él puedan provocar las actividades antrópicas
actuales y proyectadas. El Poder Ejecutivo, a través de los organismos
competentes, elaborará un informe anual sobre la situación ambiental del país
que presentará al Congreso de la Nación. El referido informe contendrá un
análisis y evaluación sobre el estado de la sustentabilidad ambiental en lo
ecológico, económico, social y cultural de todo el territorio nacional”
Asimismo, cabe destacar que el articulado citado de la ley n° 25.675 está
complementado por una norma específica, sectorial, la ley nº 25.831 de Libre
Acceso a la Información Pública Ambiental sancionada en el año 2003 por el
12
Congreso Nacional en el marco del artículo 41 de la Constitución Nacional.
Esta norma establece los presupuestos mínimos de protección ambiental para
garantizar el derecho de acceso a la información ambiental que se encuentra
en poder del Estado, y es aplicable tanto en el ámbito nacional, provincial,
municipal y de la Ciudad de Buenos Aires (CABA), como así también a entes
autárquicos y empresas prestadoras de servicios públicos, sean públicas,
privadas o mixtas. En resumen el marco legal para hacer valer este derecho se
estructura con el artículo 41 de la CN, la ley n° 25.675 y la ley n° 25.831.
Asimismo, habrá que tener presente la normativa complementaria que cada
provincia dicte dentro de sus facultades para completar el marco legal en esta
materia. No obstante ello, ante vacío legal en una provincia que reconozca este
derecho siempre está vigente el marco legal ut supra mencionado para poder
acceder a información ambiental.
¿Cuándo se considera que la información tiene carácter público? La
Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN) sostiene que “se concibe
por información pública toda la información administrada por el Estado
(Nacional, Provincial y Municipal) a partir del momento de su existencia como
parte de una actuación administrativa. En tal sentido, comprende expedientes
públicos, minutas de reuniones, correspondencia, dictámenes técnicos o
estudios científicos. Igualmente, se contempla la información sobre políticas,
programas, planes y proyectos, sobre las diversas instancias de la toma de
decisiones, opiniones provenientes del público y de organizaciones técnicas,
archivos, estadísticas, registros, expedientes administrativos y resultados de
estudios técnicos, así como cualquier otra información sobre la cual basan sus
decisiones las autorices públicas y que no se encuentra prevista en algún
régimen de excepciones”.13
13
Para mayor información sobre la temática ver Manual de Ciudadanía Ambiental.
Herramientas para ejercer los derechos de Acceso a la Información Pública, Participación
Ciudadana
y
Acceso
a
la
Justicia
FARN
http://farn.org.ar/wp-
content/uploads/2014/06/manual_participacion_sep2010.pdf (visitado 28/10/2017).
13
En síntesis, a partir de este derecho de acceso a la información ambiental se
desprenden dos deberes a cargo del Estado, primero implica el deber de
recolectar y procesar la información ambiental debidamente; esto implica
informarse a través de los organismos competentes, lo cual presupone una
vigilancia y un control permanente para conocer las situaciones real o
potencialmente riesgosas o dañinas, el segundo deber consiste en suministrar
y difundir la información acumulada y actualizada, todo ello de modo eficaz y
constante.14
Principios del derecho ambiental
Finalmente, la LGA establece principios de política ambiental detallados en el
artículo 4 a saber: de congruencia, prevención, precautorio, equidad
intergeneracional,
progresividad,
responsabilidad,
subsidiariedad,
sustentabilidad, solidaridad, cooperación. Es un listado mínimo, que el
legislador nacional consideró básico, oportuno incorporar como presupuesto
mínimo de protección ambiental. Ahora, ¿para qué sirven estos principios, es
decir por qué la LGA dedica un artículo para establecer una serie de principios
y en otros los menciona? en el artículo 4 la LGA establece que la interpretación
y aplicación de la ley nº 25.675 y de toda otra norma (de presupuestos mínimos
de protección ambiental, nacional, provincial, municipal) a través de la cual se
ejecute la política Ambiental, están sujetas al cumplimiento de los principios
antes mencionados. Asimismo, los distintos niveles de gobierno (poder
ejecutivo nacional, provincial, municipal) en el ejercicio de sus funciones
administrativas deben integrar previsiones de carácter ambiental, tendientes a
asegurar el cumplimiento de los principios antes mencionados (art. 5 LGA). Los
principios de derecho ambiental plasmados en la LGA son de suma importancia
para alcanzar un modelo de desarrollo sostenible, sirven a la autoridad, a los
14
BIDART CAMPOS, Germán: “Tratado Elemental de Derecho Constitucional Argentino”, T. I -
B, p. 235, 2001, Ediar, citado en CAFFERATTA, Néstor A.
“LEY 25675 GENERAL DEL
AMBIENTE. Comentada, interpretada y concordada” DJ, 2002- 3, pág. 1133, boletín del 26 de
diciembre 2002.
14
distintos operadores jurídicos y a la comunidad en general como guía en la
búsqueda de soluciones razonables a los distintos problemas ambientales que
nos enfrentamos. Coadyuvan a dar sentido, coherencia y unidad a todo el
sistema normativo ambiental. También son guía en la interpretación y
aplicación de las normas ambientales a los casos concretos por parte de los
jueces.
Entre los principios previstos en la LGA, cabe destacar el denominado
"principio de prevención" que establece "las causas y las fuentes de los
problemas ambientales se atenderán en forma prioritaria e integrada, tratando
de prevenir los efectos negativos que sobre el ambiente se pueden producir".
Asimismo, acoge el "principio precautorio" que reza: "cuando haya peligro de
daño grave o irreversible la ausencia de información o certeza científica no
deberá utilizarse como razón para postergar la adopción de medidas
eficaces, en función de los costos, para impedir la degradación del medio
ambiente". Ambos principios apuntan a la protección del medio ambiente. El
primero de ellos, procura evitar un daño futuro pero cierto y mensurable
mientras que el principio precautorio busca impedir la creación de un riesgo con
efectos todavía desconocidos (no hay conocimientos científicos aún) y por lo
tanto imprevisibles. Entonces actúa en un ámbito donde rige la incertidumbre.
En otras palabras, el principio de prevención implica, adoptar todas las
acciones, medidas, planes necesarios a fin de evitar el daño ambiental cierto y
mensurable. Aquí hay
certeza, certidumbre en la concreción del daño
ambiental si no se toman las medidas, acciones, planes necesarios para
evitarlo. En el segundo caso – precautorio - la certeza de daño ambiental no
existe, por existir duda ante la falta de conocimientos, estudios, tecnología que
nos permitan constatar, probar la posibilidad de concreción del daño ambiental
y por ende actuar en consecuencia. En tal sentido, la duda, es decir la falta de
certeza, certidumbre, por la aplicación del principio precautorio nos lleva a
abstenernos de actuar, a ejecutar determinada actividad hasta tanto podamos
tener evidencias de que el daño no deseado, temido no se va a producir.
15
Finalmente, cabe aclarar que en el derecho ambiental existen más principios
que los antes mencionados, muchos han tenido su origen en el desarrollo del
derecho internacional, otros son creación pretoriana por parte de los jueces que
interpretan y aplican el derecho a los casos concretos; y otros son producto de
la doctrina nacional o extranjera, como es el caso del principio de no regresión,
principio de realidad15, por citar algunos. El legislador nacional creyó oportuno
establecer explícitamente los principios arriba mencionados como piso mínimo,
inderogable, que han de guiar en la toma de decisiones en materia ambiental a
la autoridad en todos sus niveles de gobierno como así también al sector
privado y público general para un efectivo goce y ejercicio del derecho a habitar
un ambiente sano.
15
CAFFERATTA, Néstor A. “LEY 25675 GENERAL DEL AMBIENTE. Comentada, interpretada
y concordada” DJ, 2002- 3, pág. 1133, boletín del 26 de diciembre 2002.
16
Descargar