Cantos Eucaristía Alma misionera Señor toma mi vida nueva antes de que la espera, desgaste años en mí. Estoy dispuesto a lo que quieras, no importa lo que sea, tú llámame a servir. Llévame donde los hombres necesiten tus palabras, necesiten mis ganas de vivir. Donde falte la esperanza, donde falte la alegría, simplemente por no saber de ti. Te doy mi corazón sincero, para gritar sin miedo, tu grandeza Señor. Tendré mis manos sin cansancio, tu historia entre mis labios y fuerza en la oración. Y así, en marcha iré cantando por calles predicando lo bello que es tu amor. Señor, tengo alma misionera, condúceme a la tierra que tenga sed de ti. Ten piedad de mí, oh, Dios Ten piedad de mí, oh, Dios, conforme a tu misericordia, conforme a la multitud de tus piedades borra mis rebeliones. Lávame más y más de mi maldad y límpiame de mi pecado. (2 veces) Aleluya Padre yo te quiero amar y tocar tu corazón y rendirme a tus pies, oh, mi Señor. Quiero estar cerca de ti y adorarte con todo mi ser, y rendirte toda gloria, aleluya. Aleluya, aleluya, aleluya, aleluya. Cuando sienta yo caer firme en ti estaré pues tú eres mi refugio, oh, Señor. No importa donde pueda estar, en valles de dificultad te adoraré cantando aleluya. Aleluya, aleluya, aleluya, aleluya. Salmo 22 El Señor es mi Pastor, con Él nada me falta. En verdes praderas Él me hace recostar. El alfarero Señor, yo quiero abandonarme como el barro en las manos del alfarero. Toma mi vida y hazla de nuevo; yo quiero ser, yo quiero ser un vaso nuevo. Santo Santo, Santo, Santo, el Señor Dios del Universo, el cielo y la tierra están llenos de tu gloria. Hosanna, hosanna, hosanna en lo alto del cielo. (bis) Y Bendito el que viene en el nombre del Señor Hosanna, hosanna, hosanna en lo alto del cielo. (bis) Paz – Cordero Cordero, Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros. (bis) Cordero, Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, danos la paz, danos la paz, danos la paz. Milagro de Amor Jesús, aquí presente en forma real te pido un poco más de fe y de humildad. Quisiera poder ser digno de compartir contigo el milagro más grande de amor. Milagro de amor tan infinito en que Tú, mi Dios, te has hecho tan pequeño y tan humilde para entrar en mí. Milagro de amor tan infinito en que Tú, mi Dios, te olvidas de tu gloria y de tu majestad. Y hoy vengo, lleno de alegría a recibirte en esta Eucaristía. Te doy gracias por llamarme a esta cena porque aunque no soy digno visitas tú mi alma. Milagro de amor tan infinito en que Tú, mi Dios, te has hecho tan pequeño y tan humilde para entrar en mí. Milagro de amor tan infinito en que Tú, mi Dios, te olvidas de tu gloria y de tu majestad. (2 veces) Gracias, Señor, por esta comunión. María mírame María, mírame, María, mírame. Si Tú me miras, Él también me mirará. Madre mía, mírame, de la mano llévame, muy cerca de Él, que ahí me quiero quedar. María, cúbreme con tu manto, que tengo miedo, no sé rezar, que por tus ojos misericordiosos tendré la fuerza, tendré la paz. Madre, consuélame de mis penas, es que no quiero ofenderle más, que por tus ojos misericordiosos quiero ir al cielo y verlos ya. Madre, acógeme en el pesebre junto a tu niño y a San José, que por tus ojos misericordiosos toda mi vida sea un Belén.