Subido por Ana Guillen

Ensayo-ANA GUILLEN PEREZ

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Ensayo
LA ILUSIÓN DE LOS CONCIERTOS VIRTUALES EN EL
PERÚ
“La música es una poderosa herramienta de construcción de la vida comunitaria de un
país, contribuyendo con su ejercicio y disfrute al bienestar colectivo, a la cohesión
social y a la generación de identidades de alcance local, regional y nacional, así ́ como
al desarrollo psicosocial y cognitivo de las personas." (Bravo, 2020, pág. 12)
1. Introducción
El 15 de marzo el presidente de la república Martín Vizcarra declaraba el inicio
de una cuarentena como medida de contención para evitar el contagio del Coronavirus,
con el transcurrir de los días, la medida se fue ampliando debido a que mucha gente no
acató la medida restrictiva. Durante este periodo diversas actividades pasaron a
realizarse a través de la internet, ventas on line, labores académicas, reuniones de
trabajo o encuentros familiares y amicales a través de plataformas digitales como Zoom,
Meet, etc. De un momento a otro la famosa era digital que algunos la sentían lejana ya
estaba presente en nuestra vida, a la fuerza muchos tuvieron que adaptarse a esta nueva
forma de vida, actividad económica que no lo hacía simplemente dejaba de operar e iba
camino a la quiebra.
Todos debieron de reinventarse y algunos ya tenían ventaja, uno de estos sectores es la
industria musical, parte de promoción de sus producciones ya estaban digitalizadas y
circulaban en plataformas y redes sociales, el reto que seguía era pasar de los conciertos
y/o presentaciones artísticas en vivo a las virtuales, ese paso una vez más nos hace pisar
tierra y darnos cuenta que somos un país tercermundista, en vías de desarrollo o
emergente, la nomenclatura es lo de menos, lo real es que estamos lejos de crear un
espectáculo de ese tipo y solo nos queda la ilusión de realizar una transmisión a través
de internet, similar a la de televisión.
2. Desarrollo
Evolución de la música.
El origen de la música es un misterio, lo único que sabemos es que siempre ha
jugado un rol importante en la interacción humana y está ligada a los
sentimientos y experiencias sociales, de acuerdo a (Blacking, como se citó en
Márquez, 2020, pág. 195):
“En las sociedades denominadas por comodidad primitivas o tradicionales, la
música suele acompañar ceremonias religiosas y otras actividades grupales, tiene
la cualidad de reunir a la gente en hermandad y compartir una experiencia social.
En general, estas sociedades poseen una concepcion del individuo integrado en
la colectividad. Las actividades rituales y estéticas son parte de la existencia
social y, por tanto, no diferencian la música como una actividad distinta de las
demás, como algo especial o exclusivo sólo al alcance de unos pocos.”
En la sociedad pre moderna, la música sigue siendo una actividad social y
artística pero también de celebración que se desarrolla en contextos locales, al
igual que en la anterior era la música se encarga de que los ciudadanos
desarrollen vínculos afectivos entre ellos y posiblemente entre ellos y sus
lugares de vida. Tanto en la sociedad primitiva y pre moderna el escuchar
música es una experiencia presencial.
Según (Márquez, 2020) la música se desliga de lo social y deja de ser colectiva,
se vuelve individual, convirtiéndose en mercancía, algo que se puede consumir,
pero esta evolución es un proceso que se incida en la pre modernidad cuando el
músico pasa de sirviente de la corte a independiente y por ende a tener que
cobrar dinero a cambio de un concierto.
Con la aparición de la tecnología aparece la industria musical, desde apareció el
Fonógrafo, inventado en 1877 por Tomas Edison el escuchar música deja de ser
una experiencia presencial, luego vendría la radio, la televisión y la internet,
inventos que permitieron que un músico pueda vender su composición(lo que
hoy llamamos derechos de autor), las partituras de sus obras que con el trascurrir
de los años se convirtió en la venta de copias, cobrar por ejecutar sus obras o la
de otros, en plazas, teatros, fiestas, conciertos etc.
“La industria musical en su conjunto, incluye toda la cadena, desde la creación
hasta la ejecución, además de la explotación de la propiedad intelectual musical.
Para entender la industria de la música se debe identificar que no existe tan solo
una industria musical, sino que puede ser subdividida en categorías.
Compositores y letristas crean canciones, letras y arreglos que se interpretan en
directo sobre el escenario, se graban y distribuyen a los consumidores o se
licencian para cualquier otro tipo de uso, por ejemplo, la venta de partituras o
como música de fondo para otros medios (publicidad, televisión, etcétera). La
industria musical moderna occidental emergió entre 1930 y 1950, cuando las
grabaciones remplazaron las partituras como el producto más importante en el
negocio de la música. En el mundo comercial, “La industria discográfica”, como
referencia a la grabación de canciones, piezas y la venta de discos, las cuales
empezaron a ser usadas como un libre sinónimo para “La industria musical”.
Esto ha dado lugar a tres industrias musicales centrales: la discográfica, centrada
en la grabación de música y su distribución a los consumidores; en segundo
lugar la de las licencias musicales, sobre todo concede licencias a empresas para
la explotación de composiciones y arreglos. Y por último la música en vivo,
centrada en producir y promocionar espectáculos en directo, como conciertos,
giras, festivales, etc.” (Bravo, 2020, pág. 12)
Como se puede observar, la música en la posmodernidad es mercancía y forma
parte de la sociedad de consumo, pero ha dado otro gran salto, ahora no es solo
una experiencia no presencial ahora también es virtual:
“Con la irrupción de los medios sociales online, las dinámicas en torno a la
producción, circulación y consumo de música descansan más que nunca en las
actividades comunicacionales en torno a una canción, una banda y sus
conciertos. Los músicos y sellos desarrollan estrategias para relacionarse con
consumidores y fans, involucrándolos en la difusión de sus creaciones, a través
de diversas plataformas digitales. Los fans se conectan en torno a sus gustos
musicales, comparten sus preferencias, y hacen visible su consumo de música en
espacios como Facebook, Twitter, YouTube e Instagram de la mano de
recomendaciones programadas por algortimos computacionales. La producción
y el consumo de música funcionan como una forma de comunicación que
adquiere dinámicas sociales, a través de las tecnologías digitales que utilizamos”
(Arriaga, 2020, pág. 08)
“En tanto las audiencias siguen accediendo a la música en nuevos formatos
digitales, viejos formatos físicos como el casete y el vinilo, además de asistir a
tocatas y festivales. Ahora bien, una serie de plataformas están facilitando la
relación entre músicos, sellos y audiencias a distintos niveles. En este escenario,
los medios sociales online se convierten en el espacio donde muchas veces los
músicos interactúan con sus seguidores, los sellos difunden y promocionan
canciones, videos y conciertos, y los fans comparten y socializan en estas
plataformas en torno a una canción…
Movidos tanto por el interés en la música y los artistas, como por la relación que
establecen con diferentes tecnologías digitales, las audiencias están ampliando
las prácticas tradicionales al consumir música y relacionarse con los creadores
de esas obras en espacios digitales. Ya no es solo descargar una canción en
internet y escucharla en un dispositivo digital, sino también comentar y
compartir esa canción en medios sociales como Facebook o YouTube. De igual
forma, músicos y sellos utilizan las tecnologías digitales para difundir la
producción musical sin que exista un estudio y seguimiento constante de estas
actividades, además de las valoraciones y discursos que tienen estos actores en
torno a esos dispositivos. En este escenario, cómo las tecnologías digitales están
reconfigurando la existencia y funcionamiento de las industrias culturales en
general y de la música” (Arriaga, 2020, pág. 10).
Ingresar a la industria musical en la era digital demanda una buena inversión de
dinero, de acuerdo a lo afirmado por (Sandulli, 2020)
“Internet, es un escaparate tan amplio y profundo que son necesarias importantes
sumas de dinero para conseguir atraer al producto una suficiente masa crítica de
consumidores/clientes. Debido a la composición de los costes, es decir altos
costes fijos y bajos costes variables, las empresas fabricantes de productos
digitales como por ejemplo empresas de software, el precio final se suele fijar
mayormente en función de la propensión a pagar de los consumidores y no
atendiendo a los costes variables…
Un segundo elemento intrínseco de los productos digitales se centra en que no
pierden valor con el uso, aunque sí con el tiempo…El aspecto más sustancial de
este fenómeno convierte el producto digital en consumible de forma sucesiva
por distintos individuos, sin perder por ello valor con el uso o con el intercambio
tras su distribución. Este rasgo, concretamente, cobra relevancia en la gestión de
derechos de propiedad intelectual …Sin embargo, debemos puntualizar que los
productos digitales son perecederos y pierden valor con el tiempo debido a sus
muy cortos ciclos de vida…El tercer rasgo de los productos digitales es que
permiten tanto soportes físicos como soportes virtuales para ser transmitidos y
reproducidos: al estar almacenados bajo la forma de ceros y unos pueden
transportarse en un CD, en un disquete o incluso en un correo electrónico. Si
existen redes telemáticas con la suficiente capacidad para poder distribuir los
productos digitales, éstos no necesitan redes físicas.”.
Del concierto presencial al concierto virtual.
Según (Zúñiga, 2017) “Asistir a concierto es una de las mejores experiencias,
pues son puntos de encuentro en los que puedes conocer diversas personas y
cultura de todo el mundo. Los conciertos son un espacio artificial creado
especialmente para el público, en el que se estimule sus sentidos, desde la parte
visual, el lugar, los actos que se presentarán, los servicios que habrá, la calidad
del sonido y hasta la bebida y comida que podrás degustar”. Según el autor las
presentaciones en vivo son un gran reto porque implican cuidar muchos detalles
como el sonido, la mezcla musical, calidad del sonido, el acto en vivo, los
recursos audiovisuales, el vestuario de los músicos, cantantes, bailarines e
incluso hasta las bandas teloneras.
Con el confinamiento en casi todo el planeta, se vienen realizando una serie de
conciertos, algunos beneficios y otros para la supervivencia de las agrupaciones
musicales, en Perú no ha sido la excepción, para la realización de los mismos se
viene utilizando plataformas y redes sociales como Instagram o Facebook, pero
la que recomiendan los especialistas es Live Streaming “término que hace
referencia al hecho de escuchar música o ver vídeos sin necesidad de
descargarlos para poder escucharlos o verlos. Esto se logra mediante fragmentos
enviados secuencialmente a través de la red (como lo es Internet). Se emplea en
el medio de Internet para referirse a streaming media, que es el término
completo para la transmisión de vídeo o audio. Si a esa palabra le unimos “live”
(en directo o en vivo) es cuando la transmisión es en tiempo real.” (Santiago,
2020).
El diario digital La Tercera en su artículo titulado: Una nueva forma de
conciertos: la realidad virtual sale al rescate de la música en vivo
elaborado por Andrés del Real explica cómo es un concierto virtual:
“El último concierto de Jean-Michel Jarre, el visionario músico francés que el
pasado 21 de junio logró lo imposible: congregar a miles de personas en el
mismo lugar sin violar ninguna restricción sanitaria. Una proeza concebida
desde la realidad virtual, donde el autor de Oxygene se transformó en un avatar
y diseñó su propio teatro digital para montar un espectáculo transmitido en
tiempo real en 2D y 3D.
Para aquellos que contaban con visores de realidad virtual la experiencia fue aún
más realista, como sacada de la película Ready player one: durante cerca de una
hora y usando avatares, el público bailó al ritmo de Jarre, interactuó con otros
asistentes e incluso pudo consumir “drogas” virtuales que alteraban los colores
de la pantalla. Todo esto desde sus casas, respetando cualquier tipo de
cuarentena y distancia social.”
Pero no es el único, el 25 de abril el cantante norteamericano Travis Scott en la
plataforma de Epic Games, tuvo unos 45,8 millones de espectadores en directo a
lo largo y ancho de los 5 continentes. Scott, organizó un viaje musical único
inspirado en las influencias del artista y creado desde cero dentro del mundo del
videojuego Fortnite: Astronomical. A través de una gira con varias fechas y con
varios horarios para que jugadores de todo el mundo ellos pudieron asistir
desde sus consolas, y no perderse la experiencia, incluida una canción de
preestreno mundial. Loa millones de asistentes sintonizaban el evento a través
del juego, y otros lo veían a través de otras plataformas de transmisión de video
como Youtube y Twitch. La audiencia promedio de minutos (AMA) para este
evento en el canal oficial de Twitch de Epic Games alcanzó un total de 4.7
millones, y aproximadamente la mitad (2.3) eran espectadores en vivo en el
evento inaugural. Asimismo, “Las redes sociales también se hicieron oír, así en
Instagram y Facebook, los contenidos relacionados con el evento publicado fueron más
de 5.200 con más de 17,9 millones de interacciones. Los resultados hablan por sí
solos, pero es que además según el estudio de Nielsen Sports Digital, generaron un
valor de compromiso de 320.000 dólares. Nada desdeñable para un solo evento, y en
línea con las cifras del juego que ganó 1.8 billones en 2019” (Rodríguez, 2020)
En nuestro país se vienen dando una serie de conciertos algunos promovidos por
organizaciones del Estados y otros por empresarios con el afán de promover la
industria musical; basta con ver en You Tube las promociones y grabaciones de
los mismos para darnos cuenta que estamos lejos de los producidos en otros
países con mayor avance tecnológico y por supuesto mayor capacidad
económica, sin desmerecer la calidad musical peruana, la sensación que se vive
no es otra que la de estar frente a una pantalla y ver una presentación más,
pareciera que estamos en una trasmisión de un canal de televisión desde un set o
un escenario sin gente, similar a una prueba de sonido, que genera el extrañar
una presentación en vivo.
Una mención aparte merece la artista del género de la salsa, Daniela Darcourt la
que anunció su ingreso al mundo virtual con la realización de una puesta musical
que incluirá a sus músicos en una propuesta con lentes de fibra óptica y pantallas
led, al parecer es la función más audaz que se ha realizado en nuestro país.
No sé si sirva de consuelo, pero en gran parte de Latinoamérica las
presentaciones virtuales son similares a las nuestras, músicos en un set o una
escenografía bonita con luces, un sonido relativamente agradable y diversas
cámaras de video en HD que nos muestras detalles de la presentación, pero soñar
en que cada espectador construya su avatar e interactúe con el avatar de un
artista peruano en concierto es solo un sueño lejano. Si se tiene dinero se puede
comprar una entrada de cualquiera los cantantes o agrupaciones del extranjero
que tenga la capacidad de montar un espectáculo de esa dimensión.
3. Conclusiones
A lo largo de la historia la música ha estado presente en la interacción de los
seres humanos. Durante las época primitiva y pre moderna la música tuvo un
carácter colectivo y estaba ligada a los actos ceremoniales. Con la aparición de
la tecnología escuchar música deja de ser un acto colectivo para convertirse en
individual y se convierte en una mercancía más.
La industria musical ha evolucionado vertiginosamente y forma parte de pos
modernidad, una de sus principales herramientas es el soporte digital y la
realidad virtual, la misma que le permite seguir generando ganancias, las mismas
que están en relación directa con el desarrollo tecnológico y el capital invertido
en cada proyecto musical.
El Perú la industria musical viene desarrollando conciertos virtuales que no
distan de ser similares a una transmisión televisiva, no se tiene la capacidad de
desarrollar un concierto de realidad virtual, solo queda comprar un ticket o
boleto de algún espectáculo internacional.
Anexos
Concierto Travis Scott
https://www.youtube.com/watch?v=dt3sTKOMCdw
Concierto Virtual Perú
https://www.youtube.com/watch?v=jvGYmKAj484&t=208s
Bibliografía
Arriaga, A. I. (30 de 08 de 2020). Consejo Nacional de la Cultura y las Artes. Obtenido de
https://static1.squarespace.com/static/57eba5516b8f5be752cb5aeb/t/58f90c048419c
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