FILOSOFÍA 1º BACHILLERATO. Unidad didáctica 1. El saber

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FILOSOFÍA 1º BACHILLERATO.
Unidad didáctica 1. El saber filosófico
INTRODUCCIÓN A LA UNIDAD DIDÁCTICA 1. “EL SABER FILOSÓFICO”.
Dentro del Núcleo temático 1. El saber filosófico, que nos presenta la Orden de 5 de
Agosto de 2008 que desarrolla el Decreto 461/2008 y el RD 1467/2007 que establece el
currículo del Bachillerato en Andalucía, se encuentra una única unidad introductoria
sobre el conocimiento filosófico.
Esta unidad tiene como función primordial ubicar al alumnado en la materia, dándole
una visión preliminar de la especificidad del saber filosófico, a través de las condiciones
de su aparición en la antigua Grecia, así como del sentido y la necesidad de la actitud
filosófica, de sus métodos y de la verdad interna y dificultad de la definición de la
misma y de su relación con los otros saberes (mito, arte, ciencia). A continuación se
resaltará la importancia que tiene la filosofía para la vida humana y su conexión con la
misma. Esta unidad culminará con un repaso de lo que, a lo largo de la historia, se ha
entendido por filosofía y de sus distintas disciplinas.
1.
OBJETIVOS:
1. Conceptuales.

Acercamiento a las condiciones histórico-culturales de la aparición de la Filosofía
como saber diferenciado y específico.

Descubrimiento por el alumnado de la actitud filosófica, su necesidad para el ser
humano y qué sentido tiene.

Intentar definir la filosofía y concienciarnos de la dificultad de esa definición.

Explicación de los distintos métodos filosóficos.

Relación de la filosofía con el mito, el arte, la ciencia, la religión, estableciendo sus
características, qué clase de saberes son cada uno de ellos, y la importancia de un
estudio objetivo y crítico de los diferentes saberes humanos.

Comprensión de la problemática de la vida humana a la luz de la filosofía y cómo
ésta puede servirnos de guía en nuestras vicisitudes.

Repaso del concepto de filosofía y sus distintas disciplinas a lo largo de su historia,
conectándolo con los problemas filosóficos que se ha ido planteando el ser humano
desde los distintos ámbitos de su experiencia.
2. Procedimentales.

Construcción de un vocabulario básico de la unidad didáctica que recoja los
conceptos principales.

Elaboración de un resumen de la unidad didáctica.

Realización de actividades donde se manifiesten los conceptos tratados. También se
realizarán actividades de profundización y ampliación.

Diferenciación, mediante la realización de una actividad práctica, de los rasgos
característicos de los distintos saberes humanos.

Realización de aactividades de reflexión a partir de
las lecturas y/ o materiales
multimedia: documentales, películas...

Lectura de textos breves de filósofos y científicos relacionados con la temática.
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Unidad didáctica 1. El saber filosófico
3. Actitudinales.

Reconocimiento de la importancia de la reflexión a la hora de actuar y hablar con los
compañeros.

Estimación por el respeto mutuo y por uno mismo.

Reconocimiento y aprecio del diálogo como vía de resolución de problemas.

Valoración de las aportaciones de la filosofía
en la formación de nuestra cultura
occidental.

Concienciación sobre el papel decisivo que la filosofía puede jugar en nuestra vida.

Reconocimiento de
la tarea de armonización y búsqueda de convergencias de la
filosofía.

Apreciación positiva de que los pensamientos de la humanidad sean plurales y
diversos, pues ello permite una mayor riqueza y desarrollo humanos.
2. CONTENIDOS:
2.1
Conceptuales.
1. La especificidad del saber filosófico.
-
Las condiciones histórico-culturales de la aparición de la Filosofía.
-
La actitud filosófica. Su sentido y necesidad.
-
La dificultad de la definición de la filosofía.
-
Los métodos filosóficos.
2. Las disciplinas filosóficas.
2.2
Procedimentales.
1. Recopilación y utilización de información de diversas fuentes:
- Apuntes y textos suministrados por el profesor;
- Recursos buscados por el alumnado en internet (por ejemplo, www.
dianoia.com)
- Análisis de la información recabada y posterior síntesis de los contenidos
relevantes para la unidad didáctica.
2. Adquisición de una expresión oral y escrita madura y coherente, tanto de lo
aprendido como de los propios pensamientos.
3. Confección de respuestas al cuestionario de auto-evaluación del alumno de esta
Unidad Didáctica estudiada.
4. Definiciones de conceptos fundamentales recogidos en el vocabulario de la Unidad
Didáctica: mito, filosofía, ciencia, religión, método, explicación.
5. Realización de lecturas básicas individualmente y/o en grupo. (Así mismo, se harán
para cada trimestre una propuesta de lecturas, bien con carácter voluntario u
obligatorio, tanto de obras filosóficas o “parafilosóficas”, como de artículos y
materiales complementarios a las cuestiones tratadas en clase.). Para esta unidad
didáctica se leerán textos de Bochenski, K. R. Popper, Aristóteles, Nietzsche
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Unidad didáctica 1. El saber filosófico
6. Realización de actividades donde se manifiesten los conceptos tratados. Como
actividad de profundización se puede realizar, con carácter voluntario, una
disertación filosófica sobre el papel de la filosofía como saber crítico en nuestra
sociedad globalizada.
7. También se podrá llevar a cabo (si la disponibilidad horaria lo permite) una actividad
de reflexión a partir de visualización de la película para televisión “Sócrates”, de
Roberto Rossellini.
8. Elaboración de argumentos para criticar y defender las diversas doctrinas estudiadas
en la Unidad Didáctica.
9. Elaboración de un resumen de la unidad didáctica.
2.3.
Actitudinales.
1. Regularidad y continuidad en el trabajo diario.
2. Manifestación de comportamientos de cooperación y apoyo mutuo en el trabajo de
grupo.
3. Mostrar interés y curiosidad intelectual por el pensamiento crítico y la diversidad
filosófica.
4. Adquisición de hábitos de tolerancia.
5. Discriminación de la pluralidad filosófica.
6. Actuación contra los prejuicios etnocéntricos y reconocimiento de la necesidad de
adoptar una posición respetuosa con las diferencias intelectuales.
7. Aprecio por una visión universalista sin dejar de admirar lo propio.
8. Respeto por los derechos humanos.
9. Valoración del diálogo y el debate con argumentos como una forma de ejercer y
practicar el respeto y la tolerancia y huir de la demagogia.
D. METODOLOGÍA.
La metodología empleada en el desarrollo de esta unidad didáctica será mixta. Dada la
complejidad del tema el profesor se decanta por mezclar componentes expositivos
(explicación de contenidos conceptuales en clase) y comprensivo-constructivos
(elaboración de actividades por el alumnado que le acerquen a la problemática de la).
Asimismo se tiende al uso de un enfoque deductivista en algunas de las actividades e
inductivista en otras.
A continuación aparece el conjunto de actividades que vamos a realizar para el estudio
de este tema, unas se harán en casa (CA, por ejemplo, las de lectura y resumen del
apartado, realización de ejercicios...) y otras en clase (CL, por ejemplo, las de análisis y
puesta en común, corrección de ejercicios...).
En ocasiones el trabajo será individual (I) y en otras se trabajará en grupo (GR)., por
los mismos motivos.
Algunas de ellas están diseñadas para que se expliciten las ideas que previamente (PR)
se poseen sobre el tema (pues se crea o no algo ya se sabe, eso es seguro), otras
invitan a leer y pensar para ir entendiendo los conceptos que se deberán asimilar (AS).
A continuación se exponen las actividades que realizarán los alumnos.
A modo de introducción al tema en todas las unidades didácticas incluyo una indagación
preliminar consistente en un cuestionario que recoja los principales conceptos a
desarrollar de modo que el alumnado exprese sus ideas previas (que siempre tiene) y
nos ayude a entrar en materia.
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Unidad didáctica 1. El saber filosófico
SESIÓN 1. Actividad 1. CUESTIONARIO PREVIO (CA-I-PR). Previa entrega al
alumnado de una encuesta preliminar, se les anima a contestarlas en el cuaderno en
casa. Una vez contestadas se comienzan a leer en clase las respuestas. El profesor
aclara y orienta las afirmaciones del alumnado intentando acercar posturas y
dirigiéndolas hacia definiciones más precisas.
1. ¿Qué es para ti la filosofía? ¿Otra asignatura? ¿Una ciencia? ¿Un saber? ¿Un modo
de conocimiento? ¿Una experiencia? ¿Un comecocos? ¿Todo esto junto? Razónalo.
2. ¿Para qué sirve la filosofía? ¿Es útil? ¿Es práctica? ¿Es especulativa? ¿Es
entretenida?
3. ¿Has tenido alguna experiencia que puedas llamar “filosófica”? ¿Por qué la llamas
así?
4. ¿Cuál es el origen de la actitud filosófica? ¿Qué se quiere decir con ello?
5. ¿Qué significa actuar con filosofía?
6. ¿De qué clase es la verdad filosófica?
7. ¿Has leído algún libro “filosófico”? Por otra parte, ¿lees libros? ¿De qué clase? ¿Te
gusta leer (aunque no sean libros)? ¿Relacionas a la filosofía con los libros?
8. ¿Conoces o has oído hablar de algún filósofo o filósofa? ¿Sabes algo de él o de ella?
9. ¿Te has planteado alguna vez algo como problemático? ¿Has explorado alguna vez
un problema filosófico?
10. ¿Sabes lo que es razonar? ¿Y argumentar? ¿Te suena de algo la “razón”? ¿Y la
“lógica”?
11. ¿Has visto alguna película que plantee problemas “filosóficos”? ¿Cuál o cuáles? ¿Por
qué la consideras “filosófica?
12. ¿Tienes idea de por qué te hago tantas preguntas? ¿Y los seres humanos por qué –o
para qué- se hacen preguntas? ¿Todas las preguntas son del mismo tipo o hay
preguntas específicamente “filosóficas”?
13. ¿Relacionas a la filosofía con Internet? Por cierto ¿tienes ordenador con acceso a
Internet?
14. ¿Qué consideras que significa la expresión “tomarse la vida con filosofía”?
1. La especificidad del saber filosófico.
SESIÓN 2. Actividad 2 (CL-GR-AS). Se lee en clase el texto de Bochenski y se
intentan sacar las ideas principales que contiene. Esta actividad tien como objeto último
que los alumnos vayan familiarizándose con textos de autores que, posteriormente,
comentarán.
Comentario de textos: “El hombre es un animal raro”, Bochenski.
EL HOMBRE
Vamos ahora a meditar sobre el hombre. Hay en este terreno tantos
filosóficos, que no es posible siquiera enumerarlos todos. De ahí que nuestra
haya de limitarse forzosamente sólo a algunos. Con los grandes pensadores
y de nuestro propio tiempo, vamos sobre todo a hacernos esta pregunta:
hombre? ¿Qué somos realmente nosotros mismos?
problemas
meditación
del pasado
¿Qué es el
Lo mejor será que aquí, como siempre, empecemos afirmando las cualidades del
hombre que no ofrecen lugar a duda. Éstas pueden reducirse a dos capítulos: el hombre
es un animal, primeramente; y, en segundo lugar, el hombre es un animal raro, de
especie única.
Es pues, ante todo, un animal y presenta todas las características del animal. Es un
organismo, tiene órganos sensibles, crece, se nutre y mueve; posee poderosos
instintos: el de conservación y de lucha, el sexual y otros, exactamente como los demás
animales. Si comparamos al hombre con los otros animales superiores, vemos con toda
certeza que forma una especie entre las otras especies animales. Es verdad que los
poetas han exaltado a menudo los sentimientos humanos con lenguaje maravilloso. Sin
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Unidad didáctica 1. El saber filosófico
embargo, yo conozco algunos perros cuyos sentimientos me parecen más bellos y más
profundos que los de muchos hombres. Acaso no sea muy agradable, pero hay que
confesar que pertenecemos a la misma familia. Los perros y las vacas son algo así como
nuestros hermanos y hermanas menores. Para pensar así, no tenemos por qué acudir a
las sabias teorías sobre la evolución de las especies, según las cuales el hombre vendría
no ciertamente de un mono, como de ordinario se dice, pero sí de un animal. Es, sin
embargo, un animal raro. El hombre tiene muchas cosas que o no las hallamos en
absoluto en los otros animales o sólo quedan en huellas insignificantes. Lo que aquí
sorprende sobre todo es que, desde el punto de vista biológico, el hombre no tendría
derecho alguno a imponerse así a todo el mundo animal, a dominarlo como lo domina y
aprovecharse de él como el más poderoso caprichoso de la naturaleza. El hombre es, en
efecto, un animal mal dotado. Vista débil, apenas olfato, oído inferior: tales son
ciertamente sus características. Armas naturales, por ejemplo, uñas, le faltan casi
completamente. Su fuerza es insignificante. No puede correr velozmente ni nadar. Por
añadidura, está desnudo y muere mucho más fácilmente que la mayoría de los animales
de frío, calor y accidentes parejos. Biológicamente, el hombre no tendría derecho a la
existencia. Hace tiempo debiera haberse extinguido, como otras especies animales mal
dotadas.
Y, sin embargo, no ha sucedido así. El hombre es dueño de la naturaleza. Él ha
extirpado sencillamente una larga serie de animales peligrosísimos; otras especies las
ha cautivado y convertido en criados domésticos. Él ha cambiado la faz de la tierra.
Basta, en efecto, contemplar la superficie terrestre desde un avión o desde una
montaña para ver cómo todo lo combina, arregla y cambia. Ahora empieza a pensar en
los viajes al mundo exterior, fuera de la tierra. No cabe hablar de extinción de la raza
humana. Lo que se teme más bien es que se multiplique con exceso.
Ahora bien, ¿cómo es posible esto? Todos conocemos la respuesta: por la razón. El
hombre, con toda su debilidad, posee un arma terrible: la inteligencia. Es
incomparablemente más inteligente que ningún otro animal, aun el más alto de la
escala zoológica. Cierto que hallamos también vislumbres de inteligencia en los monos,
gatos y elefantes. Pero son insignificancias al lado de lo que posee el hombre, aun el
más sencillo. Esto explica su triunfo sobre la tierra. Mas esto es una respuesta
provisional y superficial. El hombre no sólo parece tener más inteligencia que los otros
animales, sino también otra especie de inteligencia, o como se la quiera llamar. Así se
ve por el hecho de que el hombre, y sólo él, ostenta una serie de cualidades
completamente particulares. Las más notables son las cinco siguientes: la técnica, la
tradición, el progreso, la capacidad de pensar de modo totalmente distinto que los otros
animales y, finamente, la reflexión.
La técnica primeramente. La técnica consiste esencialmente en que el hombre se sirve
de ciertos instrumentos producidos por él mismo. También algunos animales hacen algo
parecido. Un mono, por ejemplo, tendrá gusto en usar un bastón. Pero la producción,
con miras a un fin, de instrumentos complicados con largo y paciente trabajo es
típicamente humana.
Pero la técnica no es, con mucho, la única rareza del hombre. La técnica misma no
hubiera podido desenvolverse si el hombre no fuera, a la par, un animal social, y social
en un sentido absolutamente especial de la palabra. Conocemos ciertamente otros
animales sociales. Las termitas y las hormigas, por ejemplo, poseen una maravillosa
organización social. Pero el hombre es social de otro modo. Forma, en efecto, la
sociedad por la tradición. Ésta no le es ingénita, ni tiene nada que ver con sus instintos:
la aprende. Y el hombre puede aprender la tradición porque posee, como no posee
ningún otro animal, un lenguaje muy complicado. La tradición sola hubiera bastado para
distinguir fuertemente al hombre del resto de los animales.
Gracias a la tradición, el hombre es progresivo. Aprende más y más. Y aprende no sólo
un individuo -esto acontece también entre los otros animales- sino la sociedad, la
humanidad. El hombre es inventivo. Mientras los otros animales transmiten rígidamente
su saber de generación a generación, entre nosotros una generación sabe o, por lo
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menos, puede saber más que la precedente. Y a menudo se producen grandes
innovaciones dentro de una sola generación. Nosotros la hemos visto en nuestra misma
vida. Lo chocante es que, al parecer, este progreso tiene muy poco que ver con la
evolución biológica. Biológicamente, casi no nos diferenciamos de los antiguos griegos,
pero sabemos incomparablemente más que ellos.
Parece, sin embargo, que todo esto: la técnica, la tradición, el progreso, dependen de
una cuarta cualidad, a saber, la peculiar capacidad que posee el hombre de pensar de
distinta manera que el resto de los animales. Esta diferencia o particularidad de su
pensamiento no es fácil de reducir a una fórmula breve, pues es muy compleja. Así el
hombre es capaz de abstracción. Mientras los otros animales piensan siempre con miras
a lo particular y concreto, el hombre puede pensar universalmente. A ello debe
precisamente las mayores conquistas de su técnica. Basta pensar en la matemática,
principal instrumento de la ciencia. Pero la abstracción no va sólo a lo universal. Abarca
también objetos ideales, como los números y los valores. De aquí depende ciertamente
que el hombre parece poseer una independencia absolutamente única de la ley de la
teleología biológica que domina todo el reino animal. Sólo voy a mentar dos rasgos muy
sorprendentes de esta independencia: la ciencia y la religión. Lo que el animal conoce
está siempre ligado a un fin. Sólo ve o entiende lo que es útil para él o para su especie.
Su pensamiento es del todo práctico. La cosa cambia en el hombre. Éste estudia objetos
que no tienen absolutamente un fin práctico alguno, por el saber puro. El hombre es
capaz de la ciencia objetiva y, efectivamente, la ha construido.
Acaso es todavía más notable su religión. Cuando vemos que en la costa sur del
Mediterráneo, en que se da muy bien el vino, la viña se cultiva muy poco por habitar allí
musulmanes, y sí, en cambio, en condiciones menos favorables junto al Rin y hasta en
Noruega, en países cristianos; si observamos los grandes establecimientos o
instalaciones en los desiertos en torno a lugares de peregrinación budistas o cristianos,
hemos de decirnos que esto no tiene sentido económico ni biológico. Desde el punto de
vista puramente animal, ello, realmente, carece de sentido. Ahora bien, el hombre
puede hacer esas cosas porque es, hasta cierto punto, independiente de las leyes
biológicas del mundo animal.
Esta independencia va más lejos aún. Cada uno de nosotros tiene la conciencia
inmediata de ser libre; por lo menos en ciertos momentos, parece como si pudiéramos
superar todas las leyes de la naturaleza.
Con esto va unida otra cosa. El hombre es -acaso sobre todo- capaz de reflexión. El
hombre no mira, como parecen hacerlo todos los animales, exclusivamente el mundo
exterior. Puede pensar en sí mismo, se preocupa de sí mismo, se pregunta por el
sentido de su propia vida. También parece ser el único animal que tiene clara conciencia
de que ha de morir.
Si se atienden todas estas particularidades del hombre, no puede sorprendernos que
Platón, fundador de nuestra filosofía occidental, llegara a la conclusión de que el
hombre es algo distinto de toda la naturaleza. Lo que le hace hombre -la psique, el
alma, el espíritu- está ciertamente en el mundo, pero no pertenece al mundo. El
hombre descuella por encima de toda la naturaleza.
Pero las mentadas particularidades del hombre forman sólo uno de sus aspectos. Ya
hemos hecho notar que el hombre es a la vez un verdadero y pleno animal (demasiado
animal a veces). Y, lo que es más importante, lo espiritual del hombre está
estrechamente unido con lo puramente animal, con lo corpóreo. La menor perturbación
en el cerebro basta para paralizar el pensamiento del más grande genio. Medio litro de
alcohol es a menudo suficiente para transformar al más refinado poeta en una fiera
salvaje. Ahora bien, el cuerpo, con sus procesos fisiológicos, y no menos la vida
instintiva animal es algo tan distinto del espíritu, que se impone la pregunta de cómo
puede ser en absoluto posible la unión de ambos.
Tal es la cuestión central de la ciencia filosófica del hombre, de la llamada antropología.
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Unidad didáctica 1. El saber filosófico
A esta cuestión se le dan distintas respuestas. La más antigua y más sencilla consiste
en negar simplemente que haya en el hombre algo más que cuerpo y movimientos
mecánicos de lo corporal. Es la solución del materialismo riguroso. Hoy se defiende
raras veces, entre otras razones, por el argumento que contra ella opuso el gran filósofo
alemán Leibnitz. Éste proponía, en efecto, imaginar el cerebro tan agrandado, que
dentro de él pudiéramos movernos como en un molino. Entrados en él sólo veríamos
movimientos de distintos cuerpos, pero nunca un pensamiento. Luego el pensamiento y
sus parecidos han de ser algo completamente distinto de los simples movimientos de
los cuerpos. Naturalmente, puede contestarse que no hay en absoluto pensamiento ni
conciencia; pero esto es tan patentemente falso, que los filósofos no suelen tomar del
todo en serio tal afirmación.
Aparte este materialismo extremo, hay otro moderado según el cual existe ciertamente
la conciencia, pero ésta es función del cuerpo; una función que sólo por su grado se
diferencia de la de los otros animales. Ésta es teoría que hay que tomar más en serio.
Esa teoría se aproxima bastante a una tercera concepción que debemos a Aristóteles y
que hoy parece recibir una fuerte confirmación de parte de la ciencia. La teoría
aristotélica se distingue en dos puntos de la segunda clase de materialismo. En primer
lugar, no tiene sentido contraponer unilateralmente las funciones espirituales al cuerpo.
El hombre, dice Aristóteles, es un todo, y este todo tiene diversas funciones: puramente
fisicas, vegetativas, animales y, finalmente, también espirituales. Son funciones, todas,
no del cuerpo, sino del hombre, del todo. Y la segunda diferencia está en que Aristóteles
-lo mismo que Platón- ve en las funciones espirituales del hombre algo completamente
particular que no se da en los otros animales. Finalmente, platónicos estrictos -que
tampoco hoy faltan- sostienen la opinión de que el hombre es, como lo ha formulado un
malicioso adversario, un ángel que vive en una máquina, un puro espíritu que pone en
movimiento un puro mecanismo. Este espíritu, como ya hemos notado, se concibe como
algo completamente distinto del resto del mundo. No sólo el filósofo francés Descartes,
sino también muchos existencialistas actuales defienden con múltiples variantes esta
doctrina. Según ellos, el hombre no es el todo, sino sólo el espíritu o, como se le llama
actualmente a menudo, la existencia.
Si bien se mira, se trata aquí de dos cuestiones: ¿Hay en el hombre algo esencialmente
distinto que en los demás animales? ¿En qué relación está ese algo con los otros
elementos de la naturaleza del hombre?
Todavía hay otra cuestión fundamental en torno al hombre, cuestión a la que ha dado
expresión precisa la filosofía de las últimas décadas, la llamada filosofía existencial y el
existencialismo. Hemos efectivamente considerado distintas particularidades del hombre
que le dan cierta dignidad y por las que descuella por encima de todos los animales.
Pero el hombre no es sólo eso. Es también -y, por cierto, merced a tales cualidades
particulares- algo incompleto, inquieto y, en el fondo, miserable. Un perro, un caballo
come, duerme y es feliz (en cuanto le dejamos nosotros serlo). No necesitan nada más
allá de la satisfacción de sus instintos. En el hombre no es así. El hombre se crea
constantemente nuevas necesidades y jamás está satisfecho. Una invención
completamente especial del hombre es el dinero, del que no tiene nunca bastante.
Parece como si, por esencia, estuviera destinado a un progreso infinito y como si sólo lo
infinito pudiera satisfacerle.
Pero a la vez el hombre y, a lo que parece, sólo el hombre tiene conciencia de su finitud
y, sobre todo, de su mortalidad. Estas dos cualidades juntas dan por resultado una
tensión por la que el hombre se nos aparece como un enigma trágico. Parece como
destinado a algo que no puede en absoluto alcanzar. ¿Cuál es, pues, su sentido; cuál es
el fin de su vida? Desde Platón, los mejores de entre nuestros grandes pensadores se
han esforzado en hallar la solución a este enigma. Esencialmente, nos han propuesto
tres grandes soluciones.
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La primera, muy difundida en el siglo XIX, afirma que la necesidad de infinito se
satisface identificándose el hombre con algo más amplio que él mismo, sobre todo la
sociedad o la humanidad. No tiene importancia alguna, dicen estos filósofos, que yo
tenga que sufrir, fracase y muera. La humanidad, el universo prosigue su curso. Más
adelante tendremos que hablar aún de esta solución. Basta decir aquí que la mayoría de
los filósofos actuales la tienen por insostenible. En lugar de resolver el enigma, esta
solución niega el dato, es decir, el hecho de que el hombre desea para sí el infinito, para
sí como hombre particular, como individuo, y no para una abstracción como la
humanidad o el universo. A la luz de la muerte se ve bien lo hueco y falso de esta
teoría.
La segunda solución, muy difundida actualmente entre los existencialistas, afirma
radicalmente que el hombre no tiene sentido alguno. Es un error de la naturaleza, una
criatura mal hecha, una pasión inútil, como ha escrito alguna vez Sartre. El enigma no
puede ser resuelto. Nosotros seremos eternamente una cuestión trágica para nosotros
mismos.
Pero hay también filósofos que, siguiendo a Platón, no quieren sacar esa conclusión. No
pueden creer en algo tan sin sentido de la naturaleza. Tiene que haber, según ellos, una
solución al enigma del hombre.
¿En qué puede consistir esa solución? La solución sólo puede estar en que el hombre
alcance de algún modo lo infinito. Ahora bien, en esta vida no lo puede alcanzar. Si hay,
pues, una solución del problema del hombre, éste ha de tener su fin y sentido en el más
allá, fuera de la naturaleza, allende el mundo. ¿Pero cómo? Según muchos filósofos
desde Platón, la inmortalidad del alma es demostrable. Otros, sin creer en una
demostración estricta, la admiten. Pero tampoco la inmortalidad aporta una respuesta a
la cuestión. No se ve, en efecto, cómo el hombre alcanza en la otra vida lo infinito.
Platón dijo una vez que la respuesta última a esta cuestión sólo podía darla un dios.
Había que esperar una palabra divina.
Pero esto ya no es filosofía, sino religión. El pensamiento filosófico plantea aquí, como
en otros terrenos, la cuestión. Nos lleva a un límite en que el hombre contempla en
silencio la oscuridad ya no aclarable racionalmente, es decir, filosóficamente.
J. M. Bochenski (Introducción al pensamiento filosófico, Editorial Herder, Barcelona,
1986, pp. 76-85).
SESIÓN 2.
REVISIÓN DE
LA ACTIVIDAD
1. PUESTA EN COMÚN DEL
CUESTIONARIO INICIAL (CL-I-PR). Se debate abiertamente sobre las respuestas a
las cuestiones presentadas en la sesión 1.
SESIÓN 3. Actividad 3 (CA-I-AS). Los alumnos leen el texto sobre “Las condiciones
histórico-culturales de la aparición de la Filosofía” e intentan resumirlo. Se hace una
puesta en común en la sesión siguiente. El profesor explica los pormenores del tema.
DEL MITO A LA RAZÓN.
“La sabiduría primitiva se encontraba hasta entonces depositada en los mitos de
las religiones; cuando se empezó a utilizar la razón (lógos) de modo exclusivo para
explicar los enigmas del universo, surgió la filosofía (y la ciencia). Por eso suele
definirse la aparición de la filosofía como “el paso del mito al lógos”.
La filosofía griega nace a finales del siglo VII a.C. en las colonias fundadas por
los griegos en las costas de Asia Menor (Jonia) y en la Italia meridional. Asia Menor (la
actual Turquía) era una encrucijada de caminos, de una civilización antigua llegada a su
madurez. La filosofía es un producto de la polis pues, hasta cierto punto, refleja el
imperio y la concepción de la ley extendida a todo el universo. Sin solución de
continuidad arranca del carácter específico de la religión griega, cuya insuficiencia hizo
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FILOSOFÍA 1º BACHILLERATO.
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posible que el pensamiento intentase suplantarla tanto desde el punto de vista de las
creencias como desde el de las conductas, pasa por la concepción homérica de un
Hado o Destino (Moira) que impone a dioses y a los humanos su ley última y la
narración hesiódica del origen del mundo con sus exigencias morales de justicia, para
acabar en la reflexión teórica que sobre la Naturaleza (physis) en su conjunto elaboran
los primeros filósofos.
Se ha afirmado que la filosofía griega nace como crítica al mito. Las
cosmologías (descripciones del universo que los primeros filósofos elaboraron) son
reinterpretaciones racionales de las cosmogonías (narraciones que sobre el origen del
cosmos se habían hecho a partir del mito del ordenamiento del mundo), presentes ya
en una cultura más antigua, la babilónica (en el actual Iraq). Este proceso de
racionalización se fue produciendo a medida que las transformaciones sociales fueron
dando entrada a elementos nuevos que desacralizaban el mito y favorecían un
planteamiento cada vez más abstractos.
La pregunta que está presente en toda esta evolución del mito hacia la filosofía
es siempre la misma: ¿cómo puede surgir un cosmos, es decir, un mundo que se nos
presenta ordenado, de un caos originario?”
CUESTIONES PARA CONTESTAR.
1. ¿Dónde y cuándo surgió la Filosofía en Occidente?
2. ¿Qué eran las polis?
3. ¿Sabes quiénes fueron Homero y Hesíodo? (Si no lo sabes búscalo en una
enciclopedia o en internet).
4. ¿Qué son las cosmologías? ¿Y las cosmogonías?
5. ¿Qué circunstancias hicieron que surgiera el pensamiento filosófico?
Origen de la palabra “filosofía”.
Se dice que fue Pitágoras (siglo VI a.C.) quien inventó la palabra “filosofía”:
“Habiéndole preguntado León, tirano de los fliasios, quién era, dijo: “Filósofo”. Y
así comparaba la vida humana a un concurso festivo de toda clase de gentes; pues así
como unos vienen a él a luchar, otros a comprar y vender, y otros, que son los mejores,
a ver, también en la vida unos nacen esclavos de la gloria, otros cazadores de haberes
y otros filósofos, amantes de la virtud.” (DIÓGENES LAERCIO, Vidas, opiniones y
sentencias de los filósofos más ilustres. Madrid, Aguilar, p. 404.)
Lee el siguiente texto de Aristóteles sobre el origen de la filosofía. Indaga sobre él
sabiendo que fue un filósofo griego del siglo IV antes de Cristo.
“Pues los hombres comienzan y comenzaron siempre a filosofar movidos por la
admiración; al principio, admirados por los fenómenos sorprendentes poco comunes;
luego, avanzando poco a poco y planteándose problemas mayores, como los cambios de
la Luna y los relativos al Sol y las estrellas, y la generación del Universo. Pero el que se
plantea un problema o se admira, reconoce su ignorancia. (Por eso también el que ama
los mitos es en cierto modo filósofo; pues el mito se compone de elementos
maravillosos.) De suerte que, si filosofaron para huir de la ignorancia, es claro que
buscaban el saber en vista del conocimiento, y no por utilidad alguna. Y así lo atestigua
lo ocurrido. Pues esta disciplina comenzó a buscarse cuando ya existían casi todas las
cosas necesarias y las relativas al descanso y al ornato de la vida.”
Aristóteles, Metafísica, 982 G10-25.
SESIÓN 3. Actividad 4 (CL-I-AS) Se entrega a los alumnos una copia de la viñeta de
Forges y se les incita a que reflexionen sobre la actitud filosófica, su sentido y su
necesidad.
Comenta la siguiente viñeta de Antonio Fraguas “Forges”. ¿A qué crees que se refiere?
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Actividad 4 (CL-GR-AS).
La dificultad de la definición de la filosofía.
Filo-sofía es, etimológicamente, “amor a la sabiduría”. Y así, Platón
siglo IV a.C) jugó hábilmente con estos términos:
(Atenas,
“El Amor es hijo de Penía [la Pobreza] y de Poro [el Recurso], y se encuentra en
la situación siguiente: en primer lugar, es siempre pobre, y está muy lejos de ser
delicado y bello. [...] Mas por otra parte, según la condición de su padre, [...] es
valeroso, intrépido y diligente; cazador temible, que siempre urde alguna trama; es
apasionado por la sabiduría y fértil en recursos; filosofo a lo largo de toda su vida y es
un charlatán terrible, un embelesador y un sofista [...]. No es pobre jamás el Amor, ni
tampoco rico. Se encuentra en el término medio entre la sabiduría y la ignorancia. Pues
he aquí lo que sucede: ninguno de los dioses filosofa ni desea hacerse sabio, porque ya
lo es, ni filosofa aquel que es sabio. Pero, a su vez, los ignorantes ni filosofan ni desean
hacerse sabios, pues en esto estriba el mal de la ignorancia: en no ser ni noble, ni
bueno, ni sabio, y tener la ilusión de serlo en grado suficiente. [...] Sólo filosofan los
intermedios entre unos y otros, entre los cuales también está el Amor. Pues es la
sabiduría una de las cosas más bellas, y el Amor es siempre amor de lo bello, de suerte
que es necesario que el Amor sea filósofo, y, por ser filósofo, algo intermedio entre el
sabio y el ignorante. Y la causa de estas tendencias ingénitas en él es su origen, pues
es hijo de un padre sabio y rico en recursos, y de una madre que no es sabia y carece
de ellos.” (PLATÓN, Banquete, 202 e)

Karl R. Popper, filósofo austriaco del siglo XX.
“Todos los hombres y todas las mujeres son filósofos, o, permítasenos decir, si ellos
no son conscientes de tener problemas filosóficos, tienen en cualquier caso prejuicios
filosóficos. La mayor parte de estos prejuicios son teorías que los humanos
inconscientemente dan por sentadas o que han absorbido de su ambiente intelectual o
de la tradición.
Puesto que pocas de estas teorías son conscientemente sostenidas, constituyen
prejuicios en el sentido de que son sostenidas sin examen crítico, incluso a pesar de que
puedan ser de gran importancia para las acciones prácticas de la gente y para su vida
entera.
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FILOSOFÍA 1º BACHILLERATO.
Unidad didáctica 1. El saber filosófico
Una justificación de la existencia de la filosofía profesional reside en el hecho de que
los hombres necesitan que hay quien examine críticamente estas extendidas e
influyentes teorías.
Este es el inseguro punto de partida de toda ciencia y de toda filosofía. Toda filosofía
debe partir de las dudosas y a menudo perniciosas concepciones del sentido común
acrítico. Su objetivo es el sentido común crítico e ilustrado; una concepción más
próxima a la verdad y con una influencia menos perniciosa sobre la vida humana.”
K. R. Popper, Cómo veo la filosofía, pág. 64
EVALUACIÓN.
1. CRITERIOS DE EVALUACIÓN.
Es otro de los elementos esenciales del proceso educativo, y los criterios adoptados
deben estar en relación con los objetivos planteados. Los criterios fundamentales de
evaluación de la asignatura recogen plenamente lo dispuesto por la Consejería de
Educación sobre esta materia:
1.Conocimiento y uso adecuado de los conceptos de filosofía, mito, experiencia…. así
como entender su interrelación.
2. Obtención de los conocimientos básicos sobre la filosofía, sus características, sus
tipos y la importancia de un estudio científico de la misma.
3. Elaboración argumentada de las exposiciones tanto individualmente como en grupo.
Es la evaluación perseguida a través de las actividades, como la realización de ejercicios
para diferenciar los componentes básicos de la filosofía
4. Capacidad de estructurar las propias reflexiones. Es un punto fundamental de todos
los criterios de evaluación, que explican el grado de asimilación de la materia y la
capacidad general de plantear los problemas de forma filosófica.
Utilizar la
argumentación como base del diálogo entre posiciones dispares.
5.
Exposición por escrito y oralmente los contenidos y las actividades. Se tendrá en
cuenta especialmente la corrección gramatical y ortográfica de los trabajos escritos por el
alumnado.
6. Expresíón argumentada de las creencias e ideas sobre la diversidad filosófica y las
posibles actitudes ante ella.
7. Capacidad para debatir sobre temas de actualidad que tengan relación con el tema
estudiado.
8. Comprensión de textos breves de filósofos y literatos relacionados con la temática
2. INSTRUMENTOS DE EVALUACIÓN.
Los instrumentos de evaluación que definimos aquí se aplicarán respetando los
principios de evaluación continua y formativa.
1. Observación sistemática de la asistencia a clase a través de la ficha del alumno o el
parte de faltas del centro educativo.
2. Observación sistemática de la actitud y la participación del alumnado, objetivadas en
anotaciones en la ficha del alumno. Éste deberá mostrar interés y curiosidad
intelectual por la materia impartida.
3. Desarrollo del trabajo a diario y de forma continuada. Esto incluye:
a) Búsqueda y elaboración de información.
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FILOSOFÍA 1º BACHILLERATO.
Unidad didáctica 1. El saber filosófico
b) Realización de las actividades (de clase y para casa) tanto de aplicación de
conocimientos como de síntesis.
c) Realización de actividades voluntarias de profundización bajo la guía del
profesor.
d) Lectura y comentario de los textos propuestos (comentario guiado, preguntas
sobre un texto,...).
e) Confección del vocabulario específico del tema.
f) Participación en el debate sobre un tema relacionado con la unidad didáctica.
4. Realización de, al menos, una prueba escrita (o examen parcial) sobre la unidad
didáctica con ejercicios sobre la temática propiamente lógica.
5. Realización de una prueba escrita de recuperación en caso de calificación negativa
global de los puntos 1 al 4. Ésta consistirá en un examen sobre la unidad didáctica
(o unidades) no superada similar a las realizadas en el punto 4.
3.
CALIFICACIÓN.
La calificación de las distintas evaluaciones se obtendrá a partir del proceso de
evaluación de los resultados del aprendizaje de cada alumno o alumna. Este proceso se
desarrolla mediante la aplicación de los instrumentos de evaluación descritos
anteriormente, los cuales nos darán tres tipos de calificaciones:
A. Actividades generales. Se trata de actividades realizadas en el aula o en casa por
escrito. Son actividades de búsqueda y elaboración de información, de realización de
ejercicios de lógicas formal, de aclaración de conceptos, informes de participación en
debates. Estas actividades deberán ser entregadas al final de la sesión de clase o en la
siguiente sesión, si son para casa.
B. Pruebas escritas. Serán exámenes sobre la temática que se habrá trabajado en clase.
C. Observación y valoración general de la actitud del alumnado. Incluye la observación
sistemática de la asistencia, actitud, participación y el estilo y ritmo de trabajo del
alumnado en clase, pero también de la adquisición de las actitudes propuestas en los
objetivos actitudinales.
Las calificaciones se establecerán sobre una escala de “1” a “10”, atendiendo a los
criterios especificados en el apartado correspondiente. Las calificaciones resultantes
formarán parte de la calificación de la evaluación del trimestre a la que corresponde la
unidad didáctica, en este caso el primero. La calificación global de la unidad didáctica
(100 %) se formará a partir de los tres tipos de calificaciones parciales con el siguiente
reparto:
Evaluación
100 %
A. Actividades generales
40%
B. Pruebas
escritas
50 %
Unidad
didáctica
Media simple de las
actividades generales
realizadas en la unidad
didáctica
Prueba escrita
sobre la unidad
didáctica
C. Observación y
valoración general de
la actitud
10 %
Valoración realizada
durante el desarrollo de la
unidad didáctica
Para que pueda realizarse la media, es preciso que las calificaciones correspondientes a
los apartados A y B sean al menos de “4”, respectivamente.
4.
RECUPERACIÓN DE LA UNIDAD DIDÁCTICA.
La recuperación de los contenidos de la unidad didáctica en cuestión está dispuesta
para aquellos alumnos y alumnas que hayan tenido una calificación negativa en la
evaluación de la misma. Consistirá en la realización de una prueba objetiva (o examen)
extraordinaria sobre la unidad didáctica, similar a las realizadas como pruebas
ordinarias. Dicha prueba se realizará sin ayuda del material de trabajo. Habrá dos
modalidades:
- Una, de modo voluntario para el alumno o alumna suspenso, que se realizaría al
final del trimestre siguiente al suspenso, justo antes de la evaluación de aquél.
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FILOSOFÍA 1º BACHILLERATO.
Unidad didáctica 1. El saber filosófico
Otra, obligatoria para todos aquellos que no hayan recuperado anteriormente la
unidad didáctica correspondiente, se celebrará al final del período lectivo justo
antes de la sesión ordinaria de evaluación.
Para superar dicha prueba se necesita una calificación de “5” o superior a “5” .
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