Subido por Maykel Gomez, sdb

05 homilia 28 de febrero 2021 II cuaresma

Anuncio
Homilía Domingo 28 de febrero 2021
II Domingo de Cuaresma
Mis queridos hermanos:
En este segundo domingo de cuaresma se nos presenta el relato de la Transfiguración. La
semana pasada Jesús hablaba de todo lo que tenía que sufrir en manos de los escribas y los
sumos sacerdotes, anunciaba su muerte y su pronta resurrección; los discípulos atónitos no
comprendían de que hablaba; ahora escoge a tres de ellos, y les muestra el esplendor de su
gloria.
Jesús no llenaba sus expectativas, pues esperaban un Mesías poderoso, fuerte, que los librase
de la dominación romana a la que estaban sometidos, y este sin embargo hasta ahora se
presentaba humilde, manso, siervo de Dios y de los hombres; ¿cómo confiar en alguien que
iba a morir? ¿cómo confiar en alguien que sería ultrajado, que anuncia su propia desgracia?:
en una montaña todo cambia DIOS MUESTRA SU ESPLENDOR Y SU GLORIA.
A partir de aquí la visión y la percepción hasta ahora desconfiada que los discípulos tenían
de Jesús cambia, y para completar da un toque magistral permitiendo que vean también a
Elías y a Moisés, en ellos está la base de la ley para los judíos.
De aquí en adelante todo es distinto, comienzan de alguna manera a comprender el sacrificio
necesario del Hijo, van entendiendo que la pasión es un misterio de sufrimiento, pero sobre
todas las cosas es un regalo de amor, un adelanto de su resurrección; Jesús es la verdadera
luz que transforma e ilumina la vida. Luz que ilumine la oscuridad que a veces parece
envolver la realidad cotidiana.
Una realidad que nos golpea, que lacera en lo mas profundo del corazón y es por eso que
necesitamos hoy mas que nunca ver a ese Jesús glorioso, a ese Jesús que es todo amor. No
se trata de esconder o de tapar aquello que día a día sentimos que nos ahoga, no se trata de
no dejar salir, a pesar de las consecuencias que esto pueda traer, aquello que se hace
insoportable, esa carga que hace muy pesada nuestra vida.
Se trata de abrir nuestra vida y contra viento y marea no permitir que se apague nuestra
esperanza, una esperanza que en medio del sufrimiento solo tiene sentido en Jesús, que en
medio de las carencias solo tiene sustento en nuestra fe. Osado y quizás irreal, pero necesario
para poder sobrevivir a tantos años de humillación y privaciones, necesario e imprescindible
para poder ver el rostro de Dios en los demás en medio de tanta miseria, y todo esto unido a
la oración que es fruto de nuestra fe, será lo trace el camino para poder llegar a ese cambio
necesario sintiéndonos hermanos, hijos de un mismo Padre.
Humanamente hablando, hay trabas que no nos dejan alcanzar nuestras metas, porque para
lograr la libertad plena es necesario primero alcanzar la libertad interior, sin embargo, el
miedo, la ira, la ignorancia, la violencia pueden ser piedras de tropiezo en el camino, lo fue
para los discípulos y lo es ahora para nosotros.
Disipar el miedo al compromiso es el único modo de ser libre. Hoy, en muchos países al
parecer ha desparecido la autoridad que impone los pensamientos: la censura. Pero lo que
hallamos en realidad, es que aquella autoridad ha transformado su modo de obrar: no se vale
de la restricción sino tan solo de una suave sugestión. Se ha hecho intangible, anónima, y se
encubre de normalidad, sentido común u opinión pública. No pide otra cosa que hacer lo que
todos hacen.
Para nosotros cristianos, bautizados no es posible seguir viviendo esta gran obra de teatro,
tenemos la obligación y hemos hecho delante de Dios el compromiso de ser testigos de su
evangelio, necesitamos transfigurarnos en Cristo y dar testimonio de todas las maravillas que
obra cada día en nosotros, no podemos seguir callados escudándonos en los problemas y las
dificultades de la vida, no podemos seguir justificándonos, porque Dios nos pedirá cuentas
al final de nuestra vida, y toda esa gracia que recibimos por medio de los sacramentos ha de
ser transmitida a aquellos que no conocen a Dios, y esto no es tarea de mañana, esto es
necesidad de hoy, no hay felicidad bajada del cielo, hay felicidad en tu vida por medio de las
obras que sólo tú, que solo yo podemos convertir en acción.
Hermanos, llega el momento de tomar en serio todo aquello que Dios nos da, llega el
momento de dejar el fanatismo y el romanticismo, sin caer en la mezquindad y la impiedad,
llega el momento oportuno de abrir el corazón a Jesucristo. Y es por eso que hoy quiero
terminar repitiendo las palabras de aquella mujer, doctora de la Iglesia, nuestra Santa Teresa
de Ávila, mujer que se enfrentó incluso a la inquisición, mujer que dejó de un lado el miedo
por cumplir la misión que Dios le estaba pidiendo, mujer que no se conformó con solo hacer
lo que hacen los demás, mujer que se transfiguro en Cristo para las gentes de su tiempo,
mujer que siempre quiso más, lo que en sus propias palabras definiría “toda engolfada de
Dios” y decía:
Nada te turbe, nada te espante, todo se pasa, Dios no se muda, la paciencia todo lo alcanza,
quien a Dios tiene nada le falta, porque SOLO DIOS BASTA.
Descargar