Antologia de mitos mexicanos Maestro: marco Francisco muñiz abarea Equipo: numero 3 Escuela: secundaria 308 nochcalco t.m Grado y grupo: 3:b Integrantes: 1. Ruben hernandez mateo 2. Blanca estela Jiménez 3. 4. Juan pablo Galicia Vázquez 5. 6. Alison Venegas Fátima Nápoles Ariadna lucas Ausencio Índice 1. La llorona 2. El águila. La serpiente y el nopal 3. El conejo y la luna 4. El callejón del beso 5. El chupacabras 6. Quetzalcóatl 7. La diosa de la luna 8. el hombre sobre las vías 9. El casino del diablo 10. Nahuales 11. Aluxes 12. El charro negro 13. La isla de las muñecas 14. Mictlán 15. Tlaloc INTRODUCCION El objetivo de esta antología es darte a conocer un poco de la gran variedad de mitos y leyendas, te narra historias desde sobrenaturales hasta fantásticos. A través de la lectura de cada relato reconocerás el concepto de mito y leyenda, observaras la importancia que tienen atraves de los años. Los relatos te transportaran a mundos imaginables, antiguos, fantásticos y mágicos. Tal vez te preguntaras ¿Qué es una leyenda? ¿Qué es un mito? Las respuestas a estas preguntas las encontraras en esta maravillosa recopilación que hemos hecho. La mayoría de las narraciones de esta obra tienen un elemento del gusto de los jóvenes lectores: el suspenso, lo imposible y lo que va más allá de nuestra realidad La llorona Cuenta la leyenda que, a mediados del siglo XVI, durante las noches de luna llena, los vecinos de Ciudad de México se despertaban sobresaltados al escuchar los fuertes lamentos de una mujer, la cual gritaba: ¡Ay mis hijos! La figura iba vestida de blanco y un velo cubría su rostro, mientras recorría las calles de la ciudad dirigiéndose hasta las orillas de un río, donde se desvanecía. Dicen que la mujer, tras el abandono de su marido, decidió ahogar a sus hijos en el rio. Desde entonces, lamenta lo sucedido arrepentida y vaga por las calles de la ciudad. Hay quien afirma que a día de hoy se puede oír su triste lamento. El águila,la serpiente y el nopal Cuenta la leyenda que de Aztlán, sitio mítico que se cree está situado en el actual Nayarit o en alguna parte del norte de México, partieron siete tribus por órdenes de Huitzilopochtli, “el colibrí a la izquierda”, deidad nahua del Sol, quien les indicó que debían dirigirse hacia el oriente, en dirección contraria al atardecer, ya que ahí los aguardaba una tierra rica y fecunda en la cual hallarían su nuevo hogar. Entre las tribus se encontraban los tepanecas, que al llegar al Valle del Anáhuac fundarían la ciudad de Azcapotzalco; los culhuas elegirían la ribera oriente del gran lago de Texcoco y aún más lejos en la misma dirección se establecerían los chalas; los xochimilcas se instalarían en la ribera sur, y más abajo del cerro del Tepozteco habitarían los tlahuicas; por su parte, los tlaxcaltecas se decantarían por construir sus ciudades al otro lado de los volcanes. Pero de todos ellos, el pueblo preferido por Huitzilopochtli era el de los mexicas. Fue por eso que a ellos habló personalmente, eligiendo a dos de sus guardianes, Cuaucóhuatl y Axolohua. Los hizo llamar poco antes de enviar a las demás tribus a su largo peregrinaje, y a ellos dijo: “En donde la tierra aparezca rodeada de agua, entre cañas y juncias, ahí estaré de pie, ahí reinaré”. Sin dudarlo, con fe ciega en que Huitzilopochtli guiaría su caminar, los mexicas partieron mucho antes del amanecer. durante su andar hallaron oyameles, pirules y cañaverales, así como algunos bichos, ranas y peces, todos teñidos de un blanco resplandor; emocionados, los mexicas comprendieron que su camino estaba siendo bendecido por la deidad del Sol, quien regalaba a sus ojos tan espléndido milagro de la naturaleza. Pero eso no era todo. Algunas noches después del blanco paraje, Huitzilopochtli visitó nuevamente a los mexicas, llamó a Cuaucóhuatl y a Axolohua, y así les habló: “Han estado ya entre las juncias y los cañaverales, pero aún a sus ojos falta una señal más… han de hallar el nopal que se eleva entre las aguas, y entre cuyas espinas a su vez se yergue un águila con las alas desplegadas, que mansa se bate las plumas, que reina donde la tierra está rodeada por agua, que reina entre las cañas y las juncias… y cuando encuentren el nopal que el águila ha convertido en trono, ahí se detendrán, ahí sobre esa tierra se asentarán, ahí en esa tierra del nopal reinarán ¡Ahí levantarán la gran Tenochtitlan! Y desde esa tierra elevarán sus pechos al Sol y blandirán su flecha y su escudo para conquistar todo el Anáhuac”. Acto seguido, Huitzilopochtli se desvaneció con la brisa. Cuaucóhuatl y Axolohua reunieron a todos los mexicas, ancianos, niños y jóvenes, y sin contener la alegría anunciaron las palabras exactas que acababan de escuchar de labios del propio Sol. Sin dudarlo un instante más, los mexicas apresuraron el paso, siguiendo el rastro blanco y la resolana del amanecer. El rumbo del oriente sonreía a los recién llegados de Aztlán: como si el dador de vida hubiese extraído del más hermoso de sus sueños la imagen que con tanto ardor anhelaba encontrar el pueblo mexica, ahí, frente a ellos, sobre un islote bañado por las aguas de Texcoco, crecía un nopal, y sobre el nopal se alzaba poderosa un águila que cortando con garras y pico la piel de una culebra, comía de su carne. Ésta, ante el asombro de los mexicas, inclinó su cabeza en gesto reverencial, como quien da la bienvenida, como quien reconoce la victoria. El águila continuó devorando al áspid mientras Huitzilopochtli hacía una última aparición y anunciaba con su potente voz: “¡Mexicas, aquí ha de ser, aquí será! ¡Admiren su nueva patria, su nuevo hogar! ¡Aquí han de construir la gran Tenochtitlan!”. Así fue como, guiados desde Aztlán por Huitzilopochtli, los mexicas hallaron en un islote en pleno corazón del gran lago de Texcoco el águila que devorando a una serpiente sobre un nopal indicaba el sitio sobre el que habrían de erigir su nuevo hogar, la gran Tenochtitlan. El conejo y la luna Cuenta la leyenda que un día Quetzalcóatl decidió salir a caminar por el mundo y conocer nuevos lugares pero esto lo haría tomando la forma de un hombre normal. Comenzó a caminar y caminar asombrándose por la belleza de las diferentes tierras del mundo, Un día luego de caminar durante mucho tiempo se detuvo a la mitad del camino, la noche caída y el estaba agotado después de caminar durante tanto tiempo. Un pequeño conejo se acerco a Quetzalcóatl y le pregunto que tenia, este le contesto que estaba hambriento yagotado después de tanto caminar, el conejito amablemente le ofreció pasto pero Quetzalcóatl le dijo que él no comía pasto, el pequeño conejo le dijo que él no le podía ofrecer otra cosa, que no había nada que Quetzalcóatl pudiera comer en ese lugar, pero que se ofrecía el para que se lo comiera y Quetzalcóatl pudiera sobrevivir. Al escuchar esto el dios retomo su forma original, agarro al pequeño conejo y lo aventó al cielo,Leyenda del conejo en la lunaal hacer esto la luz de las estrellas reflejaron su figura en la luna, al caer Quetzalcóatl lo detuvo y le dijo, podrás ser muy pequeño pero has demostrado que mereces ser conocido por todo el mundo. El callejón del beso La leyenda del callejón del beso nace en la ciudad de Guanajuato a partir de dos enamorados Ana y Carlos que termina con un tragico acontecimiento. Carlos era un joven y humilde minero, una noche el padre de Ana los vio besándose y le dijo a Ana con voz amenazadora que si la volvía a sorprender con Carlos, la enviara a un convento de España y ahí la casaría con un hombre viejo y muy rico, y con esto lograr expandir su hacienda, Ana no tomo muy en serio lo que le había dicho su padre. En aquella época toda doncella tenia una dama de compañía, así que le pidió que llevara una carta a su amado Carlos, en esa carta le explicaba todo lo que su padre le había dicho, en una de las líneas de la carta le explicaba también, que una de sus ventanas daba a un estrecho callejón, y que estirando su brazo era posible tocar la ventana de la habitación de enfrente. Carlos no dudo en investigar quien era la dueña de la habitación para asi estar mas serca de su amada, logro rentar a precio de oro aquella habitación, varias noches pasaron – logrando consumar su amor, asta que una noche su papá los vio besándose, con mucha rabia tomo una daga y se la enterró en la espalda a su hija Ana, Ana logro estirar el brazo derecho, Carlos la tomo dejando en su mano un tierno y ultimo beso. Carlos tras el trágico suceso quedo mudo, y al no poder vivir sin el amor de su amáda se arrojo del brocal del tiro principal de la mina donde trabajaba. El chupa cabras Todo comenzaron en Puerto Rico, en el pueblo de Moca, por esta razón el primer nombre que recibió fue el Vampiro de Moca. El Vampiro de Moca era conocido por matar animales drenándoles la sangre a través de dos agujeros en el cuello, los cuales se decida que los hacía con sus afilados dientes. Después de que se comenzó a correr las noticias de las matanzas ocasionadas por el Vampiro, otros países también comenzaron a dar a conocer sus casos de matanzas de la misma forma que en Moca. Rápidamente se le comenzó a conocer con el nombre del Chupacabras. El primer avistamiento ocurrió en México, cuando un granjero comenzó a escuchar ruidos fuera de su granja, este rápidamente agarro su escopeta y salió a ver lo que sucedía, pensando que coyotes del monte estaban atacando a sus animales, cuando por fin llego, se quedo sorprendido al ver un gran número de animales sin vida. Cuando comenzó a buscar al responsable no encontró nada, Leyenda del Chupacabras pero cuando giro su vista hacia el monte logro ver entre los arbusto unos ojos color rojo que lo observaban, sin pensarlo comenzó a disparar, esto ocasiono que el animal huyera, al día siguiente solamente encontraron un rastro de sangre que iba hacia el monte Quetzalcoatl Cuenta la leyenda que después de la creación del mundo los humanos veneraban a sus deidades con templos y sacrificios humanos, sin embargo Quetzalcóatl no veía con buenos ojos esto. Entonces decidió descender en la ciudad de Tollan (hoy Tula) mientras se realizaba un sacrificio humano para detenerlo. Al pasar el tiempo prohibió los sacrificios y enseñó a las personas oficios, artes, a cosechar el maíz, escritura, astronomía y muchos otros conocimientos que solo poseían las deidades. Así fue como la ciudad de Tula comenzó a florecer como nunca, hasta que Huitzilopochtli, Tlacahuepan y Titlacahuan decidieron poner fin a la fortuna de Quetzalcóatl y los toltecas. Estos se prepararon para engañar a Quetzalcóatl y “hacerle perder el tino y que ya no haga penitencia”, y Tezcatlipoca agregó: “Yo digo que vayamos a darle su cuerpo”; el propósito consistá en alejarlo de la vida espiritual del sacerdocio y llevarlo a los placeres de la vida mundana. Los dioses convocados por Tezcatlipoca realizaron diversos prodigios para engañar a Quetzalcóatl y a los toltecas con el fin de hacerlos incurrir en faltas morales y así poder dar cuenta de la gran ciudad, pues como dice el texto sahaguntino “los tres hicieron portentos con los que presagiaron la destrucción de Tula”. El primer portento de los magos divinos ocurre cuando Tezcatlipoca se transforma en anciano para tener acceso al recluido Quetzalcóatl y ofrecerle pulque. Izquierda: Topiltzin Quetzalcóatl se baña en la noche como parte de la vida de penitencia sacerdotal. Centro: Topiltzin Quetzalcóatl se enfrenta a Titlacahuan o Tezcatlipoca, quien, como un viejo, le ofrece un vaso de pulque. Derecha: Topiltzin Quetzalcóatl duerme embriagado y se olvida de sus obligaciones rituales, no acude a bañarse de noche en la acequia ni se autosacrifica con espinas de maguey; se rompe así la comunicación con los dioses. Códice Florentino, Izquierda: Topiltzin Quetzalcóatl se baña en la noche como parte de la vida de penitencia sacerdotal. Centro: Topiltzin Quetzalcóatl se enfrenta a Titlacahuan o Tezcatlipoca, quien, como un viejo, le ofrece un vaso de pulque. Derecha: Topiltzin Quetzalcóatl duerme embriagado y se olvida de sus obligaciones rituales, no acude a bañarse de noche en la acequia ni se autosacrifica con espinas de maguey; se rompe así la comunicación con los dioses. Códice Florentino, Después de una pequeña discusión con quienes guardan a su desprevenido adversario, llega hasta su presencia; una vez ahí le ofrece el pulque como si fuera una medicina, ya que Quetzalcóatl estaba enfermo. Dijo Quetzalcóatl: “Estoy muy enfermo por todas partes, en ninguna parte están bien mis brazos, mis pies; bien desmayado está mi cuerpo, así como que se deshace”; y luego dijo el viejecillo: “Ya aquí está la medicina que es muy buena, ligera y va una cosa con la otra, si la bebieres en ti saldrá y ablandará tu cuerpo y llorarás, será generoso tu corazón; tú recordarás que morirás; y además bien por ella recordarás adonde irás”. Aunque al principio se niega a beber, el señor de Tula termina cediendo a la incitación del falso anciano y comienza por sólo probar un poco de la bebida. Enseguida se “movió su tonalli ” (alma) y termina embriagándose, con un mal resultado pues “ya por eso llora, mucho se aflige, entonces por ello se le fue el corazón a Quetzalcóatl, ya no recuerda lo que antes conocía de su manera de vivir, lo que conoce de su forma de vida, bien le dio vueltas a su corazón el tlacatecólotl ”. Mover el tonalli indica que Tezcatlipoca ha causado conmoción en las inclinaciones más íntimas del penitente y en su fuerza vital. Con la borrachera, Quetzalcóatl ha perdido el juicio y la cordura, se le fue el corazón y le da vueltas; si se tiene en cuenta que en el mundo náhuatl el corazón es el principal centro de conciencia y de voluntad, se comprende la gravedad de lo que le pasó a Quetzalcóatl, perdió la conciencia y la voluntad. Esto da por resultado que olvide “su forma de vida”, la cual es la vida ritual, de penitencia y abstinencia del sacerdote, faltando por ello a sus obligaciones rituales, gravísima transgresión que afecta a toda la sociedad. Por tanto, Tezcatlipoca ha logrado dañar a la sociedad tolteca en uno de sus ejes básicos, la comunicación con lo sagrado, pues en el pensamiento mesoamericano el bienestar social depende, en última instancia, del favor divino. En pleno estado de embriaguez mandó traer a Quetzalpétlatl, “estera preciosa”, mujer dedicada al culto divino y por ello con votos de abstinencia, con la cual tuvo relaciones sexuales. De esta manera ha cometido las faltas más graves en que puede caer un sacerdote, una falta lleva a otra: la embriaguez en un lugar sagrado mientras está dedicado a la penitencia lo lleva a tener relaciones con una mujer dedicada a los dioses. Los dos han olvidado sus grandes responsabilidades, como lo señala el texto de los Anales : “Después que se embriagaron […] Ya no bajaron a la acequia; ya no fueron a ponerse espinas; ya nada hicieron al alba. Cuando amaneció, mucho se entristecieron, se ablandó su corazón. Luego dijo Quetzalcóatl: ‘¡Desdichado de mí!’ ”. En este momento el sacerdote decidió partir pero prometiendo que algún día regresaría. La diosa de la luna "Cuenta la historia que, en los días cuando los dioses aún eran mortales, existió un amor tan profundo y tan puro que su fuerza creó el sol y la luna, el día y la noche y el brillar de las estrellas. Hace mucho tiempo, en una tierra lejana, vivía una bella joven llamada Ixchel, cuya belleza fascinaba a los hombres. Uno de ellos quedó prendido de sus encantos, de nombre Itzamná. La bella y codiciada joven se enamoró al instante de Itzamná, y un sentimiento puro y apasionado comenzó a nacer entre ellos. Un día soleado, en el paraíso de los mortales, llegó un extraño joven, quien al ver a Ixchel quedó flechado por su deslumbrante belleza. Sin saber del creciente amor entre Ixchel e Itzamná, la hermana de Ixchel, Ixtab, convocó una pelea entre los dos jóvenes que se debatían el amor de la bella doncella. Ixtab declaró que los dos hombres pelearían hasta la muerte por el amor de Ixchel. El día de la gran pelea, Itzamná estaba destinado a ser el vencedor, pero el destino no contaba con la mala jugada de su contrincante, quien, al primer descuido del valiente joven, hirió a Itzamná por la espalda, hiriéndolo de muerte. Al ver a su amado sin vida, Ixchel encomendó su alma a Ixtab, quitándose la suya. Su hermana maldijo a aquel hombre que con trucos sucios mató a Itzamná, y su nombre jamás se volvió a pronunciar sobre la faz de la tierra. Al tomar el alma encomendada de su hermana, Ixtab se convirtió en la diosa del suicidio. Los espíritus de los dos enamorados viajaron hacia los cielos para celebrar su unión por el resto de los tiempos. Itzamná volvió a nacer como el dios Sol, y su eterna enamorada, Ixchel, se convirtió en la diosa Luna. Para honrar la belleza de su amada, Itzamná le regaló el brillo de la noche con las estrellas: doncellas que mueren a una temprana edad y suben a los cielos para brillar por la eternidad. Se dice que, en cada fuego nuevo, la diosa Ixchel renace y permite que las doncellas (sus estrellas) se enamoren; del fruto de ese amor dan a luz un hijo. Es por eso que Ixchel es considerada también la diosa del parto y la fertilidad." El hombre sobre las vías Ese memorable día el ferrocarrilero desde el mediodía empezó a beber las aguas espirituosas de las verdes matas, comió, tomó y anduvo bailando toda la tarde, luego cenó, siguió bailando parte de la noche, y ya beodo recordó que tenía que hacer el cambio de vía de las once de la noche, así bien borracho se fue a cumplir con su trabajo, hizo el cambio de vía y se recostó pensando, descanso un rato mientras pasa el tren, luego vuelvo a hacer el cambio de vía para el tren que pasa a las seis de la mañana y me voy a continuar disfrutando de la fiesta sin ningún pendiente de trabajo, pero para su mala suerte se quedó profundamente dormido con la cabeza recostada sobre el riel que le servía de almohada, el ferrocarril pasó a su hora y ni el ruido y movimiento de los rieles lo despertaron, el tren le cercenó la cabeza, la música de la fiesta seguía escuchándose, la gente seguía divirtiéndose, mientras el cuerpo del ferrocarrilero yacía sin vida tirado bajo las vías y su cabeza entre los durmientes. Hasta la media mañana del siguiente día la gente se enteró de lo sucedido, el Comisariado Ejidal avisó a las autoridades de Lerdo para que se llevaran el cuerpo decapitado del desafortunado trabajador de los ferrocarriles y se lo entregaran a sus familiares para que le dieran cristiana sepultura. El fantasma del ferrocarrilero se aparece caminando por la vía, esta alma en pena se aparece ya muy noche, y es aterrador porque es el puro cuerpo sin cabeza, camina y camina por las noches y en su mano derecha lleva colgando la cabeza, y sus ojos brillan cuando se encuentra con gente viva, los que se han topado con esta aparición corren o se desmayan del susto. El casino del diablo Cuenta la leyenda que hace muchos años atrás en la ciudad de Hermosillo, Sonora ocurrió una especie de aparición extra normal del diablo. La historia dice que en un casino de la colonia Country Club, que era un lugar para fiestas, un 31 de diciembre se ofreció una gran fiesta de año nuevo. Este lugar era el más llamativo y la sensación en esos tiempos, a donde acudían todos los jóvenes de cualquier tipo de nivel social a bailar y disfrutar del ambiente y de una noche de diversión. Todos los jóvenes estaban muy entusiasmados por asistir, sobre todos las muchachas quienes se arreglaban de una forma muy especial. Duraban días buscando el mejor vestido, horas haciendo su peinado y sin más decir, sus mejores zapatos para bailar toda la noche con algún muchacho. Muchas de ellas llegaban a pensar que encontrarían al amor de su vida. Ese día una joven llamada Linda, tenía muchas ganas de ir a ese baile, tanto que duró días buscando el mejor vestido y tardó varias horas en arreglarse para convertirse en la joven más bonita del lugar. Al terminar de arreglarse fue con su mamá para avisarle que ya se iría al famoso baile, pero la mamá de Linda no la dejó ya que ella estaba en cama muy enferma y según su madre no le había dado pedido antes. Linda se había molestado mucho porque no podría ir al baile así que se fue a su cuarto y estuvo algunas horas encerrada, hasta que no aguanto más. Decidió escaparse por la ventana de su cuarto, para esto ya tenía a sus amigos fuera de su casa. La estaban esperando para irse. Llegaron al baile, entraron muy contentos y lo mejor aún es que tocaría una de las mejores bandas de la época. Linda era una joven soltera y sin compromisos. Linda se convirtió en la joven más bonita de toda la noche, tenía varias propuestas para bailar pero ella no las aceptaba ya que estaba esperando al hombre más guapo, caballeroso, y con un gran aroma. De pronto entre la multitud salió un guapo muchacho de cabello negro, ojos enormes, vestido elegantemente, nadie conocía al joven apuesto, todos se preguntaban quién era. El joven invitó a bailar a Linda, ella aceptó rápidamente y dijo que era a quien ella estaba esperando. Se fueron al centro de la pista para bailar toda la noche. A la media noche mientras bailaban Linda sentía mucho calor, sentía que algo la quemaba en su espalda, voltio a ver y miró una mancha en su vestido, así que decido ir al baño a quitarse esa mancha pero al llegar y verse bien el vestido aquella mancha no era una mancha, tenía pintada la mano de aquel apuesto y caballeroso hombre estaba marcada en su vestido. Ella pensó que era una simple mancha de su mano, así volvió a la pista de baile y terminó de bailar con aquel hombre. Después un hubo un fuerte olor a azufre, comenzó a aumentar la temperatura. Todas las personas que estaban presentes en el baile miraron hacia el centro de la pista. Para encontrarse ante los ojos de todos una pata de gallo y otra de cabra que les salían al joven del pantalón. Linda se desmayó de la impresión. Comenzó a salir mucho humo y desapareció el joven. Todos los presentes salieron corriendo hasta que el casino quedó en llamas. Pero lo más curioso es que sólo quedaron las paredes que aún se ven a lo lejos de la ciudad. No se supo que pasó con Linda, mucho menos quién era ese misterioso hombre, muchos dicen que fue internada tras una crisis nerviosa, otros que está con el demonio. Después de lo que sucedió ese día el casino cerró sus puertas ya no se volvió a realizar ningún evento. El casino se encuentra actualmente en un cerro, a la vista de cualquier hermosillense, hay casas, edificios, pero es habitado muy poco ese sector por miedo a que vuelva a suceder algo similar, aunque estén solo las paredes del casino. Nahuales na noche unos hombres salieron a las 2 am de la pulquería en Santa Ana Chiautempan, Tlaxcala, aquella era una noche fría y cerrada de invierno. En una vereda cercana de pronto, un amenazante y enorme lobo negro les cerró el paso Uno de aquellos rancheros desenfundó su pistola y le pego un tiro en una pata, el lobo herido alcanzó a huir. Espantados, volvieron a la pulquería y el encargado les relató que ese lobo en realidad era un hombre muy rico que vive en el pueblo. El cual había hecho pacto con el diablo, que por las noches se convierte en animal para robarse el ganado, un nahual. Que muy seguramente ese hombre por la mañana después de curase la herida, luego iría a echarse unos pulques. Aluxes Según se cuenta, estos duendes se visten como antiguos mayas y juegan artimañas a aquellos que no les dejan sus ofrendas. Además, son capaces de espantar o proteger a los viajeros y a la gente que visita sus lugares preferidos. Aún se cree que cuando uno construye una vivienda o una milpa debe dejar ofrendas y hacer un altar estos seres; pues ayudan a crecer el maíz, llamando la lluvia y vigilan los campos de noche, silbando para delatar a los ladrones. Al entrar a algún lugar sagrado, ya sea un bosque o un santuario, se debe pedir permiso a los aluxes; el objetivo es que éstos no hagan sus maldades causando accidentes, enfermedades o desastres naturales. Se dice que estos seres protegen a aquellos viajeros que dejan ofrendas en los lugares que visitan y que si uno llegase a llamarlos en voz alta podrían desatar El charro negro El Charro provenía de una familia humilde. Sus padres, aunque lo amaban, nunca pudieron cumplirle sus caprichos. Al Charro siempre le gustó ir bien vestido, a veces incluso, no comía durante días para ahorrarse unos pesos y con lo juntado, poder completar para un buen sombrero. Sin embargo, estaba cansado de su inagotable pobreza. Por más que trabajaba, el dinero nunca le alcanzaba y tenía que andar todo el día con las manos llenas de tierra. Tiempo después, murieron sus padres. Al quedar solo, la miseria del Charro aumentó considerablemente por lo que tomó una decisión que cambiaría su vida: invocar al diablo para pedirle riqueza. No se sabe cómo lo consiguió, pero finalmente, Lucifer se apareció. Aquella entidad supo leer los ojos y el espíritu del hombre que lo había llamado, así que de inmediato le ofreció cantidades de dinero que ni siquiera en dos vidas podría gastar. Lo único que pedía a cambio, era su alma. El Charro, en ese entonces era altivo y valiente así que la Estrella de la Mañana no había logrado asustarlo y aceptó. Pasó el tiempo y poco a poco la juventud del Charro comenzó a despedirse. De repente, se dio cuenta de que estaba cansado de gastar sus riquezas en mujeres, apuestas, vino y costosos trajes. A la par, la sensación de soledad le oprimía el pecho y apenas lo dejaba respirar. Nadie lo quería por lo que era sino por las riquezas que poseía. El cobro de la deuda El Charro ya se había olvidado de aquel trato que lo maldijo. Por eso, cuando se le apareció el diablo para recordarle que la hora del cobro estaba cerca, se asustó como nunca. El terror invadió a nuestro protagonista hasta el último rincón de sus entrañas. Recordó su deuda y, por cobardía, comenzó a ocultarse. Mandó al personal de su hacienda a poner cruces por toda su propiedad y a construir una pequeña capilla. No obstante, el recuerdo de la deuda pendiente no lo dejaba dormir ni disfrutar de los pocos meses que le quedaban de vida. Así que, en un arranque de miedo tomó a su mejor caballo junto con una bolsa que contenía unas cuantas monedas de oro que no se había gastado. Emprendió el viaje durante la noche, para que nadie lo viera huir. Sin embargo, el diablo se dio cuenta de que el Charro faltaría a su palabra así que volvió a aparecer frente al jinete y su caballo pero esta vez, con el fin de llevárselo. —Iba a esperar a que murieras para cobrar la deuda que tienes conmigo, pero, como te ocultas cobardemente, te llevaré ahora —dijo el diablo. El Charro no tuvo tiempo de responder. Cuando se dio cuenta, su caballo, encabritado, trató de patear al demonio pero era tarde, los brazos de su amo habían comenzado a secarse y su carne a desaparecer. Solo le quedaba el ajuar de Charro encima de los huesos blanquecinos. El diablo volvió a hablar: —Veo que tu bestia te es fiel, por eso ha de ser maldita igual que tú y condenada a acompañarte a tu viaje hacia el infierno. Aunque, de vez en cuando, quiero que hagas algo por mí, cobrarle a mis deudores. Si haces bien tu trabajo, dejaré que el hombre que acepte esa bolsa con monedas de oro que traes, tome tu lugar. Desde entonces, aquel hombre fue condenado a sufrir incontables tormentos en el infierno y a salir de ahí solo para cobrar a quienes tienen deudas pendientes con Lucifer. Esto con la esperanza de que una noche, algún viajero, traicionado por su avaricia, tomé su lugar. Solo así, el Charro Negro y su caballo podrán descansar en paz. La isla de las miñecas Se dice que un comerciante de esta zona, conocido como “Don Julián” en uno de los recorridos en su chinampa se percató de que en la orilla del lago yacía el cuerpo de una niña. Desesperado, trató de reanimarla en múltiples intentos que resultaron inservibles, pues la pequeña ya había perdido la vida. Luego de este suceso, Don Julián se sentía constantemente intranquilo y atormentado, lo que lo hacía asegurar que el espíritu de la niña se encontraba atrapado en su chinampa. Preocupado por encontrar una solución, al hombre se le ocurrió colgar un par de muñecas para intentar ahuyentar las energías. Conforme pasaba el tiempo, Don Julián comenzó a recoger todas las muñecas que encontraba a su paso y recorridos, mismas que colgaba en la isla, hasta convertirla en el sitio que hoy en día conocemos. Es decir, una pequeña chinampa que en teoría podría recorrerse en 10 minutos, pero que se encuentra repleta de cientos de muñecas con aspecto tétrico; la mayoría están rotas, sucias o despeinadas. Como consecuencia de la preocupación que le causaba la idea de que cada muñeca estaba poseída por un espíritu diferente, el hombre fue perdiendo contacto con el mundo exterior, hasta que decidió habitar la isla de manera permanente. Se transformó en una persona solitaria y ermitaña, lo que dio paso a otro rumor entre quienes lo conocían: quien realmente estaba poseído era él, lo que provocó que en definitiva todos se mantuvieran alejados de la isla y dejaran de intentar tener contacto con el hombre. No se sabe exactamente cuántos años Don Julián vivió así, y solo se volvió a tener noticias del habitante de la isla hasta que su cuerpo fue hallado justamente en el mismo lugar donde tiempo atrás había descubierto el cuerpo de la niña. Algunos dicen que la culpa por no haber podido salvar a la pequeña lo hizo enloquecer, y como modo de ofrenda le regalaba esas muñecas. Mictlan Según la tradición, los muertos no van al cielo o al limbo, en su lugar, van al Mictlán. También conocida como la “Tierra de los Muertos“, el Mictlán es un lugar que implica un largo y peligroso viaje para que las almas puedan vivir un eterno descanso. A este lugar solamente se puede llegar en compañía del animal más noble del mundo, un perro, el cual se convierte en un guía después de fallecer y así, se asegura de que los muertos no viajen solos y encuentren la entrada a Mictlán. Tlaloc Tláloc es el dios azteca de la lluvia y esposo de la diosa del agua y del amor Chalchiuhtlicue, siendo ambos los padres de numerosos hijos conocidos como los tlalocas (nubes). Tal y como se narra en el Códice Aubin, cuando la profetizada ubicación de Tenochtitlan fue encontrada mediante la vista de un águila sobre un cactus devorando una serpiente, el sacerdote Axolohua se sumergió en las aguas de la laguna y un día después volvió a surgir de lago trayendo consigo el relato de su visita al propio Tláloc, quien le reveló que aquella sería la morada de su hijo Huitzilopochtli. La voluntad de Tláloc fue que los hombres vivieran unidos como hermanos sobre aquel lugar elegido por los dioses. Tláloc habita en Tlalocan, un mundo subacuático al que viajan los espíritus de todos aquellos que fallecen por causas relacionadas con el agua, ya sea en inundaciones, por enfermedades como la hidropesía o incluso quienes fuesen alcanzados por un rayo durante una tormenta. En este reino submarino la comida crecía en abundancia y por doquier se podían encontrar árboles frutales de todas clases y fértiles cosechas de maíz y otros productos. La caída o ausencia de la lluvia en una sociedad que vivía fundamentalmente de la agricultura era una cuestión de vida o muerte, y no es de extrañar que su culto fuese de los más extendidos. Su importancia (así como la de su hijo) que en la ciudad de Tenochtitlan, en el Templo Mayor, hay dos capillas, una al norte para el culto a Tláloc y otra al sur dedicada a las ceremonias en honor a Huitzilopochtli. Como otros dioses de la Mitología azteca Tláloc era honrado por los creyentes con sacrificios de varias clases, ya fuera mediante ofrendas de comida o sacrificios de animales y personas. Generalmente se le representa con el cuerpo decorado con pinturas negras, verdes y amarillas, y decora sus ropajes con plumas de garza y quetzal así como numerosos adornos de jade en sus orejas y cuello, elemento estrechamente asociado al agua en la cultura azteca. Protege su pecho con un pectoral forjado en oro y porta un báculo o cetro con forma de serpiente, objeto con el que puede invocar al rayo durante las tormentas. Paginas consultadas 1. https://www.laopinion.net/tlaloc-leyenda-del-dios-de-la-lluvia/ 2. https://www.24-horas.mx/2020/10/31/conoce-el-origen-de-mictlan-la-leyenda-detras-del-dia-de-muertos-y-coco/ 3. https://leyendascortas.com.mx/Categoria/leyendas-mexicanas/ 4.