Subido por Pilar Valladares

Valladares Kafka serie

Anuncio
Me gusta mucho conversar con Valladares, sobre todo si los temas
son Kafka y el tango, dos pasiones compartidas que nos acercaron
desde la primera vez que nos cruzamos. El discepolín de Praga
siempre está presente, y hoy estamos con ganas de recordarlo a
través de la serie que lleva su nombre: “Kafka”.
Edmund recuerda la sorpresa que se llevó al darse de bruces con la
belleza sin par de la capital checa. Me reconozco de inmediato en
sus palabras, ya que mi reacción no fue muy distinta; descubrir
Praga es un hecho fundamental para cualquier amante del arte y si
uno lleva en la memoria las páginas de Kafka con su tremendo peso
específico de talento y opresión, la experiencia puede llegar a ser
aun más profunda y conmovedora.
Edmund me cuenta que mientras avanzaba la investigación en tierra
bohemia, la idea de la serie que se avecinaba se iba afianzando y
cobraba una potencia muy difícil de contener. Su equipo de trabajo
incluía gente muy talentosa y capacitada, como es el caso de
Horacio Bauer, por lo que no fue nada difícil dar a luz un
cortometraje, además de la consabida serie y un puñado de fotos
estremecedoras. Todo este material fue expuesto hace unos años con
mucho éxito en una instalación memorable
Valladares me confiesa que su interés por Kafka, no ha conocido
menoscabo a través del tiempo. La “manufactura” de la serie se
extendió por más de 20 años y muchos de sus cuadros encontraron
asilo en museos muy prestigiosos de todo el mundo; “ya no recuerdo
con certeza en qué galería o museo andan colgados algunos de mis
trabajos.”
Su inclinación por una técnica mixta de aguerridas pinceladas, deja
claramente en evidencia el vínculo sanguíneo y temperamental que
la Metamorfosis logra establecer con su trabajo plástico.
La conversación suele derivar hacia los vínculos de Kafka con el
existencialismo, y su poder de vaticinio en cuanto a los horrores que
se aproximaban (todas sus hermanas fallecieron en campos de
concentración nazis).
Valladares agrega: “Kafka es un precursor del existencialismo y de
todo lo que vino después; él ya convive con esa fragilidad y ese
absurdo en el seno íntimo de su propia familia. Él ya se siente un
insecto mucho antes de escribir La Metamorfosis. De alguna manera,
a través del “expresionismo” de su literatura, nos pone entre la
espada y la pared, frente a un espejo que nos devuelve la imagen
más demacrada de uno mismo”. Es cierto que hay quienes afirman
que el checo fue uno de los padres del movimiento existencialista,
así como nuestro Discépolo (Edmund también dirigió un corto sobre
él), también puede considerarse una suerte de precursor de un
existencialismo “a la criolla”. En la muerte de ambos no resulta
difícil encontrar ciertos paralelismos. Se ha dicho muchas veces que
los dos murieron de tristeza, de incomprensión, que los dos se
“dejaron morir”, que ya no tenían armas para confrontar el absurdo
de su tiempo, que no fueron lo suficientemente cuidadosos con su
salud y pagaron el alto precio de una muerte demasiado temprana.
Y es verdad que se marcharon muy jóvenes, con mucha obra por
delante que ya jamás verá la luz, pero su legado seguirá inspirando
generaciones de artistas hasta el fin de los tiempos.
Descargar