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B4 - Obligacion de saneamiento (1)

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Derecho Civil III
Derechos de los
Contratos
Universidad Nacional del Nordeste
(UNNE)
Facultad de Derecho Ciencias Sociales y Políticas
Catedra B:
Titular:Dr. Ricardo Sebastián, Danuzzo.
Jefe de Trabajos Prácticos:Prof. Héctor Eduardo
Escalante.
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La obligación de saneamiento
Responsabilidad por vicios ocultos o redhibitorios
(Acción quanti minoris)
1- Introducción
Breve reseña histórica. Es sabido que la historia registra y que ha regulado los efectos
de comercializar cosas en estado defectuoso dentro del negocio jurídico de los contrato.
En el antiguo derecho romano, encontramos un instituto (los vicios redhibitorios). El
“saneamiento” es la forma de amparar al adquiriente al título oneroso de los defectos
que tenga la cosa y de la turbación que pueda sufrir por parte de terceros. Ella se
concentra en dos garantías: la evicción y los vicios ocultos.
La discusión es amplia en cuanto a la naturaleza jurídica de los vicios ocultos. Lo cierto
es que el nuevo código Civil y Comercial, lo trata como responsabilidad en el marco de
la obligación de saneamiento.
El código civil francés lo plasmó dentro de la compra y venta. Vélez lo reguló para la
generalidad de contratos, ubicándolo en medio de los contratos. Se encuentra en lo que
trata de vicios redhibitorios en los artículos que abarcan desde el 2138 al 2181. El
Nuevo Código Civil y Comercial lo trata dentro de la parte general de contratos en los
artículos 1051 a 1058, ubicados en el libro III Derechos Personales, Titulo II (Contrato
en general).
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2- Desarrollo
Los vicios ocultos son aquellos defectos graves que hacen a la cosa impropia para su
destino o disminuyen su valor.
Estas garantías se presentan como un efecto natural del vínculo, pues quien transmite
algo o cobra por ello un precio debe asegurarle a su adquiriente que no será molestado
por otra persona que invoque un mejor derecho sobre la cosa; también debe entregar una
cosa que sea apta para su destino y que no tenga defectos que disminuyan su valor.
El Código Civil y Comercial establece quiénes están obligados al saneamiento: Art.
1033: Están obligados al saneamiento:
a. el transmitente de bienes a títulos onerosos.
b. quien ha dividido bienes con otros.
c. sus respectivos antecesores, si han efectuado la correspondiente transferencia al
título oneroso.
La garantía pesa sobre quien transmite un bien a título oneroso, ya que se trata de una
garantía natural de los contratos onerosos, como así también abarca a quien ha dividido
bienes con otros (división de condominios), partición hereditaria, etc. Están también
obligados al saneamiento, los antecesores en el dominio en la medida que su
transferencia fuera a título oneroso.
Garantías comprendidas
El saneamiento comprende la evicción y los vicios redhibitorios, así lo establece el art.
1034 nuevo CCyC. En la doctrina algunos autores se opusieron a dicha concepción que
toma al saneamiento como un género amplio.
Wayar, siguiendo a Salvar, considera que las voces “evicción” y “saneamiento” tienen
significado diferentes, aunque se hallen íntimamente vinculadas; mientras la primera
(evicción) indica la disposición que sufre el adquiriente de un derecho, la segunda se
refiere con mayor rigor, a la indemnización de los daños y perjuicios derivados de
aquella disposición. En igual sentido, Calvo Costa aclara que tanto la evicción como el
saneamiento son dos etapas de un mismo proceso, aunque el saneamiento es aplicable
tanto a la responsabilidad originada por evicción como la que surja por motivos de los
vicios redhibitorios.
Pero las legislaciones modernas agrupan en el concepto de saneamiento, tanto la
obligación de quien transmite por título oneroso de amparar a su adquirente ante
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turbaciones en el dominio o en su posesión, como la obligación de que tiene el
transmitente por responder de los efectos ocultos de la cosa. Esa es la orientación del
código civil chileno (art. 1837), del código peruano (art. 1485) y fue la sugerida en el
proyecto de reforma de 1998.
El código civil y comercial sigue la misma línea, el saneamiento comprende las
garantías de evicción y por vicios redhibitorios.
Opciones que tiene el adquirente
El acreedor de saneamiento tiene el derecho a la subsanación de los defectos del título
de la cosa trasmitida: así por ejemplo, el vendedor perfecciona el titulo desinteresando
al tercero que reclama un derecho sobre esa cosa, por lo cual se lo reconoce al
adquirente una acción de cumplimiento de contrato a fin de que lo subsane (Alterini).
También puede reclamar la entrega de un bien equivalente si es fungible o declarar la
resolución total del contrato, excepto cuando el titulo se sanea, por el transcurso de la
prescripción adquisitiva (art. 1050), o cuando el defecto (vicio oculto) es subsanable y
el garante ofrece subsanarlo (art.1057).
El CCyC aclara que el acreedor puede optar entre las acciones puestas a su disposición,
renunciando a las restantes. Así, lo dispone el art.1039: El acreedor de la obligación de
saneamiento tiene derecho de optar entre:
a.
Reclamar el saneamiento del título o la subsanación de los vicios;
b.
Reclamar un bien equivalente, si es fungible;
c.
Declarar la resolución del contrato, excepto en los casos previstos por los art.
1050 y 1057.
Dicha selección podrá realizarse hasta que el demandado obligado al saneamiento sea
notificado judicialmente. El cambio de una acción por otra podrá hacerse antes de dicha
notificación, aun habiendo notificaciones extra judiciales, durante el proceso de
mediación obligatoria o habiéndose este concluido.
La garantía de evicción
Por efecto natural de contrato oneroso todo enajenante es responsable frente al
adquirente por las consecuencias que se derivan de la turbación que un tercero realice
invocando un mejor derecho. La palabra “evicción” en términos generales, como
explicaba Vélez, es toda especie de pérdida, turbación o perjuicio que sufra quien
adquirió una cosa. En un concepto más preciso, evicción implica que todo enajenante en
un acto bilateral oneroso es responsable frente al adquirente por las consecuencias que
se derivan de la falta de legitimidad del derecho que transmite.
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Responsabilidad por vicios ocultos
La garantía por vicios ocultos o redhibitorios protege al adquirente a título oneroso,
permitiéndole devolver la cosa al enajenante si presenta vicios que la hacen impropia
para su destino o exigir una disminución en el precio (acción quanti minoris).
En el diccionario de la Real Academia Española (RAE), redhibir es “deshacer la venta,
según derecho, por no haberle manifestado el vendedor el defecto o gravamen de la cosa
vendida” y etimológicamente redhibir significa “volver a tener”.
Metodología legal
El código civil derogado, regula estos vicios en 17 artículos, incluidos no en la teoría
general de los contratos sino al finalizar la regulación de la renta vitalicia y antes de los
contratos reales. También eran regulados por el código de comercio en las normas de
compra-venta, como aquellos que el comprador no podía advertir al tiempo de la
entrega; al margen de la legislación civil y comercial, la Ley de Defensa de Consumidor
(Ley 24.240) también se ocupa de los vicios redhibitorios.
El art.1051 del nuevo Código Civil y Comercial establece que son vicios redhibitorios
los defectos que hacen a la cosa impropia para su destino o cuestiones funcionales o
disminuyen su utilidad a tal extremo que de haberlos conocido el adquirente no lo
habría adquirido o su contraprestación hubiese sido significativamente menor, el nuevo
CCyC si bien es cierto que no destaca a la acción quanti minoris es importante aclarar
que por el Principio de Reserva se puede llevar adelante dicha acción.
Principios de Reserva y Legalidad
Su importancia para el Estado de Derecho. A modo de introducción es necesario
decir que ambos principios son fundamentales para el ejercicio y el resguardo de las
libertades individuales (artículo 18 y 19 de la CN), conformando un bloque cuya
finalidad es limitar el poder del estado, principalmente en su faz punitiva. Vale aclarar,
respecto a la importancia de estas garantías para poner un límite a la arbitrariedad del
estado, es fundamental que se ponga en práctica en una sociedad en plena democracia;
así se podrá respetar las libertades de los individuos, teniendo en cuenta que debemos
visualizar las grandes desigualdades económicas-sociales y territoriales.
Como primera aproximación podríamos decir que el principio de reserva indica que
todas las acciones que cada individuo realice según su plan de vida y no afecten a otras
personas deben considerarse realizadas dentro del ámbito de libertad personal.
En el orden público el principio de reserva está vinculado con la vida en comunidad y
las instituciones de un sistema democrático de gobierno, que no deben ser
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menoscabados. En caso de acciones que pueden afectarlo está justificada la intervención
para evitarlo.
Se han dado explicaciones coherentes con la existencia de un Estado de Derecho que
garantice la libertad de los individuos y apuesten a la progresividad en el
reconocimiento de derechos.
Esta garantía esencial de nuestro estado de derecho con rango constitucional, cuyo
resultado último es que se debe asegurar el ámbito de libertad que corresponde a los
ciudadanos y que depende de la voluntad de los representantes, que en una producción
normativa elaboran reglamentos y regulaciones a veces independientes y en algunas
ocasiones no están subordinadas a lo establecido; aquí procede una reserva formulada
por la CN a favor del legislador. Esta reserva tiene una intensidad, presencia,
efectividad, regulada mediante la ley en sentido estricto, esto se da mediante normas
que efectivizan el reglamento y se pronuncian en forma de ley, además las reservas
pueden efectuarse en beneficio de algunos tipos específicos de leyes (ley orgánica, ley
presupuestaria, etc). La supremacía constitucional da una fuerza legal a la cual se puede
recurrir en casos que no estén expresamente establecidos presupuestos para el alcance
de soluciones, es importante destacar el principio analizado ya que recurriendo a él
encontraremos la luz y la solución a actuales conflictos no estipulados en algún código
de fondo.
Antigua Regulación
La acción quanti minoris es una de las dos acciones contempladas en el artículo 1.486
del Código Civil, para los casos de saneamiento por los defectos o gravámenes ocultos
de la cosa vendida:
“....el comprador podrá optar entre desistir del contrato, abonándosele los gastos que
pagó, o rebajar una cantidad proporcional del precio, a juicio de peritos.
Si el vendedor conocía los vicios o defectos ocultos de la cosa vendida y no los
manifestó al comprador, tendrá éste la misma opción y además se le indemnizará de los
daños y perjuicios, si optare por la rescisión.”
A tenor de lo dispuesto en este precepto, el comprador dispone de dos acciones edilicias
cuando el bien adquirido tiene defectos o vicios ocultos:
La acción redhibitoria o resolutoria, que le permite solicitar la rescisión del
contrato de compraventa;

La acción quanti minoris o estimatoria, para lograr una restitución parcial o
rebaja del precio, conservando la cosa;

En esta última, se permite al comprador realizar una modificación del contenido del
contrato, en lo que afecta al precio abonado, al haber perdido un cierto valor la cosa
vendida.
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La jurisprudencia de la Sala Primera, de lo Civil, del Tribunal Supremo, indica que: “La
normativa reguladora de las acciones redhibitoria y estimatoria o quanti minoris no es la
aplicable cuando se trata, no de reparar vicios ocultos de la cosa vendida, sino del
defectuoso cumplimiento de obligaciones contractualmente asumidas” (Sentencias de 1
de julio de 1947, 23 de junio de 1965 y 21 de octubre de 1985).
Efectos del vicio o defectos del mismo
Al margen de que puedan o no ser apreciados fácilmente no cualquier vicio puede hacer
funcionar la garantía, sino aquel que la haga impropia para su destino o disminuya
gravemente su utilidad.
 Que se encuentren ocultos en los términos que fueron utilizados
 Que sea grave, no un defecto relevante
El juez debe apreciar en cada caso particular la gravedad del vicio en función del
destino previsto para la cosa adquirida, cuando esa finalidad no está especificada en el
contrato, habrá de estarse al uso común que normalmente se le da.
Ampliación convencional de la garantía

Principio general:
La garantía por vicios redhibitorios puede en principio ser convencionalmente ampliada
siempre que no sea mediante un contrato lesivo (art.332) o abusivo (art. 10).
Si el contrato es de consumo (artículo 37 de la Ley 24.240) no puede modificarse en
desmedro del consumidor, por lo que sí sería perfectamente posible ampliarla en
beneficio de este, por ejemplo, extendiéndola en el tiempo.
Ejercicios de la acción por defectos ocultos
En el régimen del derogado código civil, los vicios redhibitorios daban lugar a dos
acciones distintas ante la presencia de vicios. El adquirente tenían la posibilidad de
iniciar dos acciones, la redhibitoria que privaba al contrato de efectos al provocar la
resolución, y la quanti minoris que consiste en reducir el precio de conformidad con la
acción estimatoria; resulta aconsejable ejercer esta última acción cuando el adquirente
quería conservar la cosa. Por otra parte, si el defecto no era grave, la única acción
posible es ésta, que pretende reafirmar solicitando una disminución del precio.
Las dos acciones mencionadas se presentaban como excluyentes, pues por una se
pretendía dejar sin efecto el contrato y por otra, se lo reafirmaba solicitando una
disminución del precio.
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El en régimen actual, la acción prevista es la de resolución del contrato, tanto si se trata
de un vicio oculto como si medió una ampliación convencional de la garantía. Aunque
hay que tener presente que conforme las normas sobre saneamiento que hemos
explicado supra, el adquirente también puede no solo pedir la subsanación de los vicios
sino también reclamar un bien equivalente.
Plazo para denunciar los vicios
El artículo 1054 se ocupa de determinar el plazo dentro del cual funciona la garantía por
vicios ocultos y de qué forma se hace efectivo: el adquirente tiene la carga de denunciar
expresamente la existencia del defecto oculto al garante dentro de los sesenta (60) días
de haberse manifestado. Si el defecto se manifiesta gradualmente, el plazo se cuenta
desde que el adquirente pudo advertirlo. El incumplimiento de esta carga extingue la
responsabilidad por defectos ocultos, excepto que el enajenante haya conocido o debió
conocer, la existencia de los defectos.
Caducidad de la garantía
En el artículo 1055, el plazo de la caducidad de la garantía, de tres años para los
inmuebles para contar desde que se lo recibió, y seis (6) meses para los muebles a
contar desde que se lo recibió o se puso en funcionamiento. Estos plazos pueden
aumentarse convencionalmente.
Acción quanti minoris y la jurisprudencia
Debemos tener en cuenta que para la nueva legislación la acción redhibitoria se
simplifica a una acción resolutoria aunque con los límites apreciados si el defecto es
subsanable.
Cuando la acción quanti minoris se llevó a cabo con éxito comúnmente la
jurisprudencia se ajustó a convalidar la reducción del precio a un equivalente al costo de
subsanación del defecto siempre y cuando esto haya sido posible. La doctrina nacional
no se volcó mucho a profundizar este tema, que fue debate pero que no fue más allá de
sentencias jurisprudenciales en favor de dicha acción, la reducción del precio mira a
sostener y conservar el contrato a que se efectúen las prestaciones, y buscar la
identificación de un método apropiado para su calculo que en más de una ocasión quedó
librado al arbitrio del juez, por eso es necesario citar a Ferrantes el cual enumera tres
familias de métodos de cálculo de reducción de precio, uno equitativo, otro proporcional
y otro, de resta.
La falta de un método claro para definir la situación y la reducción de precio muchas
veces modifica en un aspecto cuantitativo la decisión del juez sobre el negocio jurídico,
esto hace que muchas veces, una de las partes quede insatisfecha. Tenemos que tener en
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cuenta que renegociar un contrato es parte de una vida moderna y dinámica debiendo
estar a la altura de los tiempos modernos.
En el nuevo CCyC no destaca la acción quanti minoris, pero eso no quiere decir que no
podamos llevar adelante dicha acción, por medio del principio de Reserva amparado por
la CN (Art. 19) que habilita a llevar adelante dicha acción; en suma el juez deberá
resolver positivamente o negativamente si habilita dicho resultado.
Si profundizamos en el análisis de dicha acción debemos destacar que es una de las dos
acciones contempladas en el artículo 1486 del Código Civil, para los casos de
saneamiento por los defectos o gravámenes ocultos de la cosa vendida. “El comprador
podrá optar por desistir del contrato abonándosele los gastos que pago o buscando
rebajar una cantidad proporcional del precio, a juicio de peritos.
Si el vendedor conocía los vicios, defectos ocultos de la cosa vendida y no lo manifestó
al comprador, tendrá este la misma opción y además se le inmunizará de los daños y
perjuicios, si optare por la rescisión.” El comprador dispone de dos acciones edilicias
cuando el bien adquirido tiene defectos o vicios ocultos.
 La acción redhibitoria o resolutoria, que le permite solicitar la rescisión del
contrato de compraventa.
 La acción quanti minoris o estimatoria, para lograr una restitución parcial o
rebaja del precio conservando la cosa. En este último caso, se permite al
comprador realizar una modificación del contenido del contrato, en lo que afecta
al precio abonado, al haber perdido un cierto valor la cosa vendida. Es
importante destacar el dictamen de los magistrados en un análisis técnico por
medio del cual se llegara al resultado que busca reparar el daño.
La jurisprudencia de la sala primera de lo civil, del Tribunal Supremo indica que “la
normativa reguladora de las acciones redhibitorias y estimatorias o quanti minoris no es
la aplicable cuando se trata, no de reparar vicios ocultos de la cosa vendida, sino del
defectuoso cumplimiento de obligaciones contractualmente asumidas” (Sentencia del 1º
de Julio de 1947-23 de Julio de 1965 y 21 de Octubre de 1985).
Por otro lado, la sentencia de la sala civil del Tribunal Supremo del 21 de Junio de 2007
indica cual ha de ser la finalidad de la acción. La quanti minoris no tiene una finalidad
indemnizatoria, sino de restablecer la equidad contractual destacando esta última como
el objetivo que debe establecer esta acción. (Sentencia del Tribunal Supremo del 23 de
Septiembre del 2003, siendo por ello incompatible con una indemnización
complementaria). Si se ejercita la acción quanti minoris, no se puede obtener más que
una reducción o rebaja en el precio, no una indemnización de daños y perjuicio
complementaria; esta acción indemnizatoria la reserva única y exclusivamente el
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artículo 1486 del Código Civil; para cuando se ejercita la acción redhibitoria, sentencia
del Tribunal Supremo del 14 de Junio de 1996.
si seguimos el derrotero que marca la jurisprudencia está claramente entendible que la
acción quanti minoris busca restablecer el equilibrio contractual por medio de una
reducción del precio de la cosa en estado defectuoso, esto es importante porque la
diferencia de la otras acciones (evicción, y acción redhibitoria), marca la
preponderancia teniendo en cuenta que al restablecer la equidad contractual salvaguarda
el negocio jurídico, es así que la jurisprudencia sentando precedentes tuvo fallos
ejemplares resaltando la acción quanti minoris.
El CCyC ha reformulado la visión de vicios ocultos estableciendo conceptos
importantes de referencia como el artículo 1051-contenido de la responsabilidad por
vicios ocultos-, teniendo en cuenta el vicio material de la cosa misma.
El CCyC solo regula la acción redhibitoria o rescisoria del vínculo contractual (artículo
1039 y 1056) derogándose expresamente la acción quanti minoris o estimatoria.
Empero, siguiéndose al derecho de Defensa de Derecho del Consumidor y a diferencia
del Código Civil establece como regla la reparación de daños (artículo 1040).
Los vicios redhibitorios en la Ley de defensa al consumidor
La doctrina nacional había sostenido que las normas sobre la evicción y vicios no eran
suficientes para amparar a los consumidores. Entre otras cosas, se ha dicho la liberación
de responsabilidad cuando el adquirente debía conocer los defectos por su profesión u
oficio no puede ser considerada oponible al adquirente profesional puesto en el rol de
consumidor.
El artículo 10 bis de la Ley 24.240 de Defensa del Consumidor ante el incumplimiento
de la obligación por el proveedor, salvo caso fortuito o fuerza mayor, el consumidor
podrá optar por:
a.
Exigir el cumplimiento forzado de la obligación, siempre que ello fuera posible.
b.
Aceptar otro producto o prestación de servicio equivalente.
c.
Rescindir el contrato con derecho a la restitución de lo pagado; considerando la
integración del contrato.
Y el artículo 11 de la misma Ley: cuando se comercialicen cosas muebles no
consumibles conforme lo establece el artículo 2325 del Código Civil, el consumidor y
los sucesivos adquirentes gozaran de garantía legal por defectos o vicios de cualquier
índole. La garantía legal tendrá vigencia por tres meses cuando se trate de bienes
muebles y usados, y por seis meses en los demás casos a partir de la entrega.
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Como se advierte, la Ley 24.240, a diferencia del CCyC ampara al comprador ante los
defectos o vicios de cualquier índole aunque hayan sido ostensibles o manifiestos al
tiempo de contrato, lo que significa una mayor tutela parta el adquirente que la otorgada
por el CCyC, en cuanto a los defectos ocultos en general y a los vicios redhibitorios en
particular.
El artículo 1036 del CCyC establece que la responsabilidad por saneamiento existe
aunque no haya sido estipulada por las partes. Estas pueden aumentarla, disminuirlas o
suprimirlas, sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo siguiente. En el caso de las
relaciones de consumo se podrá ampliar las garantías, pero no renunciarse o
restringirse. De lo contrario estaríamos frente a cláusulas abusivas, en los términos del
artículo 37 de la LDC.
A diferencia de lo que ocurre en el plano de derecho común en el campo de consumo
los vicios ocultos se aplicaran también a las relaciones de consumo gratuitas (muestras
gratis, sorteos, premios, programas de puntos o millajes).
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3- Conclusiones

En el derecho nacional de acuerdo al código del Doctor Vélez Sarsfield, se basaba en un
amplio aspecto en el sistema continental romanística la influencia del derecho romano
clásico.

La acción quanti minoris fue apoyado por la jurisprudencia pero no profundizada
por la doctrina.

El actual CCyC busca soluciones modernas pero sostiene la estructura
derogada.

El nuevo CCyC no nombra la acción quanti minoris, pero por medio del
principio de reserva que complementa al principio de Legalidad (Art. 19 CN) podemos
llegar a la acción quanti minoris, para encontrar soluciones a problemas establecidos.

El CCyC impone al adquirente la carga de denunciar la manifestación de vicios
ocultos dentro de los sesenta (60) días de haber aparecido.

La garantía por vicios ocultos o redhibitorios protege al adquirente al título
oneroso.
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4- Bibliografía
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Aires.
 Alterini, Atilio Aníbal (2009). Contratos. Abeledo Perrot. Buenos Aires.
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Aires.
 Mosset Iturraspe, Jorge (2008). Contratos. Rubinzal-Culzoni. Santa Fe.
 Ferrante, Alfredo. “Nuevas tendencias en la cuantificación de la reducción del
precio”, en el InDret 4/2011.
 Bueres, Alberto J. (2015).” Código Civil y Comercial de la Nación, analizado,
comparado y concordado”. Hammurabi.
 Nicolau, Noemí (2002). “La revisión y renegociación del contrato como
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Lexis Nexis. Jurisprudencia Argentina 2002-IV, 1058.
 Wayar, Ernesto (2001). “Evicción y vicios redhibitorios”, ts I y II. Astreas,
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 Nicolau, Noemí (2002). “La obligación de saneamiento y la responsabilidad por
evicción en el nuevo Código Civil y Comercial de la Nación”. La Ley. Buenos
Aires.
 Rinessi, Antonio Juan (1999). Contratos. Tomo I. Mave. Corrientes.
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