Subido por José Alejandro Morales Fajardo

Edipo rey - Wikipedia, la enciclopedia libre

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Edipo rey
tragedia de Sófocles
Edipo rey (en griego Oι̉
δίπoυς τύραννoς, Oidipous Tyrannos; en latín Oedipus Rex) es una
tragedia griega de Sófocles, de fecha desconocida. Algunos indicios dicen que pudo ser escrita
en los años posteriores a 430 a. C.[1] ​
y que fue representada por primera vez alrededor del año
429 a. C.[2]
Edipo rey
Οἰδίπους Τύραννος
Papiro de Edipo Rey, del siglo IV a. C.
Autor
Sófocles
Género
Tragedia
Ambientada en
Tebas
Publicación
Idioma
griego antiguo
Puesta en escena
Lugar de estreno
Teatro de Dioniso (Teatro de Dionisio, Atenas)
Fecha de estreno
h. 429 a. C.
Personajes
Edipo
Sacerdote
Creonte
Tiresias
Yocasta
Mensajero
Servidor de Layo
Otro mensajero
Hijas de Edipo (Antígona e Ismene, personajes
mudos)
Coro
Ancianos tebanos
Originalmente, para los griegos de la Antigüedad, el título era simplemente Edipo (Οἰδίπους), y
así se refiere a ella Aristóteles en su Poética. Se cree que fue rebautizada como Edipo tirano
para distinguirse la otra obra de Sófocles, Edipo en Colono. En la antigüedad, el término «tirano»
se refería a un gobernante sin pretensión legítima al trono, pero no tenía necesariamente una
connotación negativa.[3] [4] [5]
De las tres obras tebanas de Sófocles que se han conservado, y que tratan la historia de Edipo,
Edipo rey fue la segunda en escribirse. Sin embargo, en términos de cronología interna de los
acontecimientos descritos en las obras, sería la primera, seguida por Edipo en Colono y luego
Antígona.
Antes del comienzo de Edipo rey, Edipo se ha convertido en rey de Tebas al mismo tiempo que,
sin querer, cumplía una profecía de que mataría a su padre, Layo (el rey precedente), y se
casaría con su madre, Yocasta (a quien Edipo tomó por reina después de resolver el enigma de
la Esfinge). La obra nos presenta a Edipo en su momento de mayor esplendor, como rey de
Tebas y esposo de Yocasta. Para salvar a la ciudad de la peste que la asola, comienza a
investigar la muerte del rey anterior: Layo. Poco a poco se descubre la verdad: Edipo es el
asesino que busca. Layo era su padre. Y su esposa, Yocasta, es al mismo tiempo, su madre.
Yocasta se suicida colgándose y Edipo, horrorizado por el parricidio y el incesto, se ciega a sí
mismo desesperado; pide a su cuñado Creonte que le deje partir al destierro y se quede con sus
dos hijas, ya que sus dos hijos son hombres y sabrán cómo actuar.
Aunque la tetralogía de la que formaba parte (de la que se han perdido las demás obras) solo
logró el segundo puesto en el agón dramático, muchos consideran Edipo rey la obra maestra de
Sófocles e incluso de la tragedia griega. Entre ellos, Aristóteles, que la analiza en la Poética,
mencionándola varias veces para ejemplificar aspectos del género.[6] [7]
Contexto
Pintura de Jean-Auguste-Dominique Ingres representando a Edipo después de que resolviera el enigma de la Esfinge.[8]
Museo de Arte Walters.
Muchas partes o elementos del mito de Edipo ocurren antes de la primera escena de la obra,
aunque se menciona alguno de ellos en el texto. Edipo es el hijo de Layo y Yocasta, el rey y la
reina de Tebas. Las desgracias de su estirpe son el resultado de una maldición que le echaron a
su padre por violar las sagradas leyes de la hospitalidad. En su juventud, Layo fue el invitado de
Pelops, el rey de Elis, y se convirtió en tutor de Crisipo, el hijo menor del rey, en una carrera de
carros. Layo sedujo o raptó y violó a Crisipo, quien según algunas versiones, se suicidó por
vergüenza. Esta muerte lanzó una sombra sobre Layo y todos sus descendientes (aunque
muchos estudiosos consideran que las transgresiones de Layo contra Crisipo fueron un
añadido posterior al mito).
Cuando nace su hijo, el rey consulta un Oráculo para saber su destino. Para horror suyo, el
oráculo revela que Layo «está condenado a perecer a manos de su propio hijo». Layo ata juntos
los pies del bebé con un broche, y ordena a Yocasta que lo mate. Incapaz de matar a su propio
hijo, Yocasta ordena a un criado que mate al niño por ella. El criado entonces expone al bebé en
lo alto de una montaña, donde lo encuentra y rescata un pastor (en algunas versiones, el criado
entrega al niño al pastor). El pastor llama al niño Edipo, «pies hinchados», pues sus pies habían
sido atados fuertemente por Layo. El pastor lleva al niño a Corinto, y se lo entrega al rey Pólibo,
que carece de hijos, quien lo cría como si fuera hijo propio.
Conforme crece y madura, Edipo escucha un rumor de que no es verdaderamente el hijo de
Pólibo y su esposa, Mérope. Le pide al oráculo de Delfos quienes son sus verdaderos padres. El
Oráculo parece ignorar esta pregunta y en lugar de eso le dice que está destinado a «aparearse
con [su] propia madre y derramar/con [sus] propias manos la sangre de [su] propio padre».
Desesperado por evitar este terrible destino, Edipo, quien aún cree que Pólibo y Mérope son sus
verdaderos padres, deja Corinto por la ciudad de Tebas.
En el camino a Tebas, Edipo se encuentra con Layo y su séquito, y los dos disputan sobre qué
carro tiene derecho de paso. El rey tebano se mueve para golpear al insolente joven con su
cetro, pero Edipo, sin ser consciente de que Layo es su verdadero padre, arroja al viejo de su
carro, matándolo. Así, Layo es muerto por su propio hijo, y se cumple la profecía que el rey había
intentado eludir exponiendo a Edipo al nacer.
Antes de llegar a Tebas, Edipo se encuentra con la Esfinge, una bestia legendaria con la cabeza
y el pecho de una mujer, el cuerpo de una leona, y las alas de un águila. La Esfinge fue enviada a
la carretera que se acerca a Tebas como castigo de los dioses, y estrangulará a cualquier
viajero que no pueda resolver cierto acertijo. El acertijo preciso que la Esfinge pregunta varía en
las tempranas tradiciones, y no se habla de él en Edipo rey, pues es un acontecimiento que
ocurre antes de la obra; pero la versión más conocida es «¿qué criatura es la que camina a
cuatro patas por la mañana, dos piernas a mediodía y tres por la tarde?». Edipo correctamente
adivina que es «el hombre», quien se arrastra a cuatro patas de bebé, camina erguido en la
madurez y se apoya en un bastón en la ancianidad. Vencida por el príncipe, la Esfinge se arroja
desde un acantilado, poniendo así fin a la maldición.[9] ​
La recompensa de Edipo por liberar a
Tebas de la Esfinge es su amistad, y la mano de la reina viuda, Yocasta; ninguno se percata
entonces de que Yocasta es la verdadera madre de Edipo.[10] ​
Así, sin saberlo ninguno de los
personajes, la profecía se ha cumplido.
Argumento
Peste en Tebas
El actor Mounet-Sully como Edipo
Edipo, rey de Tebas, se dirige a una muchedumbre encabezada por un sacerdote, que se ha
congregado ante el rey para pedir un remedio a la peste que asola la ciudad de Tebas. Para
conocer las causas de esta desgracia, el propio Edipo ha mandado a su cuñado Creonte a
consultar el oráculo de Delfos. Creonte regresa para contar que la peste es el resultado de una
contaminación religiosa, puesto que el asesino del anterior rey, Layo, no ha sido atrapado: su
sangre derramada amenaza con dar muerte a todos los habitantes de la ciudad hasta que el
asesino sea ejecutado o exiliado.
Edipo jura encontrar al asesino y lo maldice por causar la peste. Pronuncia un bando solemne
en el que pide a todo el pueblo tebano que colabore en el esclarecimiento del crimen. Tanto el
asesino como el cómplice podrán, si se entregan, conservar la vida, aunque tendrán que partir al
exilio; cualquier testigo que haya visto lo sucedido debe decirlo sin temor y Edipo le
recompensará. Pero si el culpable no se entrega, a todo el que sea responsable de ello se le
prohibirá participar en la vida de la ciudad, por lo que Edipo pide a los dioses que él y los suyos
mueran de la peor manera posible.
Predicciones de Tiresias
Por consejo de Creonte, Edipo llama al adivino ciego Tiresias para que ayude a esclarecer lo
sucedido. Cuando llega Tiresias, el rey y el coro lo reciben con respeto, pero pronto queda claro
que el vidente no quiere colaborar; dice que conoce las respuestas, pero se niega a hablar y en
lugar de eso le dice que deje su búsqueda. El diálogo entre Edipo y el adivino degenera por ello
en un enfrentamiento (agón), en el que ambos se insultan. Edipo se enfada por el rechazo a
hablar de Tiresias, y verbalmente lo acusa de complicidad en el asesinato de Layo. Irritado,
Tiresias declara que Edipo es el asesino que está buscando («Tú eres el asesino del hombre
acerca del cual están investigando»[11] ​
), e incluso le anuncia (en lenguaje voluntariamente
críptico) que vive en incesto con su madre y ha tenido hijos con ella; que aunque se crea
extranjero es tebano de nacimiento y que dentro de poco se quedará, como él, ciego. Edipo no
se explica cómo va a ser cierto lo que dice Tiresias, así que llega a la conclusión de que el
profeta y Creonte se han puesto de acuerdo para acusarle del crimen y desplazarle así del trono.
Los dos discuten con vehemencia, pues Edipo se burla de la falta de vista de Tiresias, y Tiresias
a su vez le dice a Edipo que él mismo es ciego. Al final, Tiresias se marcha, murmurando
oscuramente que cuando se descubra al asesino será un ciudadano nativo de Tebas, hermano y
padre de sus propios hijos, e hijo y esposo de su propia madre.
Acusaciones contra Creonte
Entre los ancianos tebanos cunde la duda por las confusas palabras de Tiresias. Creonte
aparece indignado ante las acusaciones que ha hecho Edipo de conspiración para usurpar el
trono. Él señala que resulta inexplicable que Tiresias, que estaba en la ciudad en el momento del
asesinato de Layo, no declarara entonces lo que sabía, y haya esperado hasta ahora para
acusarle de aquel crimen. Creonte replica que, como cuñado y amigo de Edipo, ya tiene
suficiente poder en Tebas y que nunca desearía las preocupaciones y problemas que debe
afrontar un rey. Además, señala a Edipo que no se debe acusar sin pruebas y que si no cree que
lo que ha dicho el oráculo de Delfos sea cierto, puede ir él mismo a comprobarlo. También le
dice que si Edipo tiene pruebas de que él se ha confabulado con el adivino Tiresias, él mismo se
condenará a muerte. El rey exige que Creonte sea ejecutado; sin embargo, el coro le convence
de que deje vivir a Creonte.
Revelaciones de Yocasta
Yocasta, esposa primero de Layo y luego de Edipo, ejerce de mediadora en la disputa. Intenta
reconfortar a Edipo. Tras conocer los motivos, dice a Edipo que no debe hacer ningún caso de
las adivinaciones proféticas y pone como ejemplo un oráculo de Apolo que no se cumplió. La
profecía afirmaba que Layo moriría asesinado por su propio hijo. Sin embargo, Layo murió de
otra forma, asesinado por unos bandidos en un cruce de tres caminos de camino a Delfos. El
único hijo que tuvieron murió poco después de nacer, pues se lo dieron a un criado para que lo
matara. Por tanto, señala Yocasta, el oráculo no se cumplió en modo alguno.
La mención de este cruce de caminos hace que Edipo se pare un momento y pida más detalles.
Le pregunta a Yocasta qué aspecto tenía Layo, y Edipo de repente empieza a sospechar que
sean ciertas las acusaciones de Tiresias. Exige que traigan a su presencia al único testigo del
asesinato de los campos donde ahora trabaja de pastor. Hay un gran suspenso porque Yocasta
no conoce los motivos de ese miedo de Edipo.
Edipo cuenta su historia
Yocasta, confusa, le pregunta a Edipo qué es lo que ocurre. Edipo relata a Yocasta cómo sus
padres fueron Pólibo y Mérope, reyes de Corinto. Hace muchos años, en un banquete en
Corinto, un hombre borracho acusó a Edipo de no ser el hijo de su padre. Edipo se fue a
consultar el oráculo de Delfos y le preguntó al oráculo sobre su linaje. Apolo no respondió sus
dudas y en cambio le dijo que algún día asesinaría a su padre y se acostaría con su madre. Por
ello había abandonado Corinto, para tratar de evitar el cumplimiento de esa profecía no
regresando jamás. Más tarde, en sus andanzas, había tenido un incidente en el mismo cruce de
caminos donde fue muerto Layo, y encontró un carruaje que intentó sacarlo de la carretera. Se
desarrolló una discusión y Edipo mató a los viajeros, incluyendo a un hombre cuya descripción
casaba con la que Yocasta hizo de Layo. La esperanza que tiene Edipo de no ser el asesino de
Layo es que el único testigo había afirmado que Layo fue asesinado por varios ladrones. Si el
pastor confirma que Layo fue atacado por varios hombres, entonces Edipo no es el culpable.
Noticias de Corinto
Yocasta manda llamar al testigo y también se presenta como suplicante ante el templo de
Apolo para que resuelva sus males.
Mientras, llega un mensajero inesperado que trae noticias de Corinto: Pólibo ha muerto y
quieren proclamar a Edipo como rey de Corinto. Yocasta, tras oír las noticias, trata de hacer ver
a Edipo que tampoco el oráculo según el cual iba a matar a su padre se había cumplido y por
tanto ya no debería de temer el otro oráculo que decía que se casaría con su madre. Edipo, para
sorpresa del mensajero, queda feliz por las noticias, porque prueba que la mitad de la profecía
era falsa, ahora jamás podrá matar a su padre. Sin embargo, aún teme que pueda de alguna
manera cometer incesto con su madre. El mensajero, ansioso de tranquilizar a Edipo, le dice
que no se preocupe, porque Mérope no es su verdadera madre.
Surge entonces el hecho de que este mensajero fue anteriormente un pastor en el monte
Citerón, y que le entregaron un bebé, que entonces fue adoptado por Pólibo, quien carecía de
hijos. El niño, explica, se lo dio otro pastor de la casa de Layo, a quien le habían dicho que se
deshiciera del niño. Edipo pregunta al coro si alguien conoce quién era este hombre, o dónde
podría estar ahora. Le responden que es el «mismo pastor» que fue testigo del crimen de Layo
había entregado a Edipo, cuando este era un bebé, al mensajero, a quien Edipo ya había
mandado a buscar.
Resolución de los enigmas
La reina Yocasta, tras oír el relato completo del mensajero, ha comprendido todo el profundo
misterio y desesperada, le ruega a Edipo que deje de hacer preguntas. Pero él se niega, y ella
corre a meterse en el palacio.
Por fin llega el testigo del crimen. Edipo y el mensajero lo interrogan y al principio se resiste a
dar respuestas, pidiendo que le dejen irse sin responder nada. Sin embargo, ante las amenazas
de Edipo de torturarlo o ejecutarlo, revela que el niño que le habían entregado para que lo
abandonara en el monte Citerón era hijo del rey Layo y la reina Yocasta y que lo habían
entregado para que muriera, impidiendo que se cumpliera un oráculo funesto, la profecía que
Yocasta dijo que nunca se había hecho verdad: que el niño mataría a su padre. Sin embargo, él
lo había entregado al mensajero por piedad.
Edipo comprende que Yocasta y Layo eran sus verdaderos padres y que todas las predicciones
de los oráculos se han cumplido. Edipo se maldice a sí mismo y al destino, antes de abandonar
el escenario. El coro lamenta cómo incluso un gran hombre puede caer por el destino, y después
de esto, un criado sale del palacio para hablar de lo que ha ocurrido dentro. Cuando Yocasta
entró en la casa, corrió al dormitorio del palacio y ahí se ahorcó. Poco después, Edipo entró
furioso, llamando a sus criados para que le llevaran una espada de manera que pudiera cortar el
vientre de su madre. Cuando, furioso, recorre la casa, descubre el cuerpo de Yocasta. Gritando,
Edipo la baja y le quita largas agujas de oro que mantenían su vestido, antes de clavárselos en
sus propios ojos, desesperado.
Edipo sale del palacio con los ojos ensangrentados y pide ser desterrado, tan pronto como sea
posible. Dice que ha preferido cegarse porque no puede permitirse ver, después de sus
crímenes, a sus padres en el infierno, a los hijos que ha engendrado, ni al pueblo de Tebas.
Entra Creonte, que asume el poder, pide a los tebanos que se apiaden de Edipo y lo hagan entrar
en el palacio. A continuación dice que consultará de nuevo al oráculo para saber lo que tiene
que hacer con Edipo. Este dice que no tenga piedad con él, pide ser desterrado. Las dos hijas (y
medio hermanas) de Edipo, Antígona e Ismene, son llamadas y Edipo lamenta que hayan nacido
en una familia maldita. Le pide a Creonte que cuide de ellas y Creonte se muestra conforme,
antes de enviar a Edipo de vuelta al interior del palacio.
En un escenario vacío, los últimos versos del corifeo son una especie de conclusión o máxima
griega, de que ningún hombre debe considerarse feliz hasta que está muerto:[12]
Ningún mortal puede considerar a nadie feliz con la mira puesta en el último
día, hasta que llegue al término de su vida sin haber sufrido nada doloroso.[13]
El coro
Coro de Edipo Rey
El coro es un personaje colectivo que comenta y juzga lo que ocurre en la tragedia. Representa
al ciudadano tebano, que tiene sus esperanzas puestas en Edipo pero confía también en los
dioses. Es un personaje conciliador, cuya preocupación es salvar la ciudad. Le desagradan las
rencillas de los personajes y la impiedad que manifiesta Yocasta al poner en duda la veracidad
de los oráculos de Apolo.
Intervenciones del coro:
Primera: después del prólogo, para elevar una plegaria a las divinidades de la ciudad con el fin
de eliminar la peste.
Segunda: después de la primera parte que canta su desconcierto y quiere encontrar la causa
de la peste por un lado, y por otro siente angustia por las palabras del adivino y por su
fidelidad al rey.
Tercera: medita sobre la profecía que el oráculo hizo a Layo y el destino de este.
Cuarta: después de la tercera parte, da ánimos a Edipo, sugiriendo que este puede ser en
realidad hijo de un dios y una ninfa del monte Citerón.
Quinta: antes del epílogo en la que canta la desdicha al ver lo que ha sido su rey y en lo que se
ha convertido.
Al final de la obra, el coro mantiene su afecto por Edipo, cuya desgracia deplora.
Relación con la tradición mítica
Las dos ciudades de Troya y Tebas fueron el principal foco de la poesía épica griega. Los
acontecimientos en torno a la guerra de Troya fueron narrados en el ciclo épico, de lo cual
queda mucho, y aquellos que giran en torno a Tebas en el ciclo tebano, que se han perdido. El
ciclo tebano relataba la secuencia de tragedias que afectaron a la casa de Layo, de las cuales
forma parte la historia de Edipo.
La Odisea de Homero (XI.271ff.) contiene el relato más temprano del mito de Edipo cuando
Odiseo se encuentra a Yocasta (llamada Epicasta) en el inframundo. Homero brevemente
resume la historia de Edipo, incluyendo el incesto, el parricidio, y el posterior suicidio de
Yocasta. Sin embargo, en la versión homérica, Edipo sigue siendo rey de Tebas después de la
revelación y ni se ciega a sí mismo, ni lo envían al exilio. En particular, se dice que los dioses
hicieron que se conociera el tema de su paternidad, mientras que en Edipo rey, Edipo descubre
la verdad, en gran parte, por sí mismo.[14]
En el año 467 a. C., el compañero trágico de Sófocles, Esquilo ganó el primer premio en las
Dionisias Urbanas con una trilogía sobre la Casa de Layo, que comprendía Layo, Edipo y Los
siete contra Tebas (la única obra que nos ha llegado). Puesto que él no escribió trilogías
conectadas como hizo Esquilo, Edipo rey se centra en el personaje titular mientras que al mismo
tiempo se refiere solo de manera indirecta al gran mito, que ya era conocido para el público en
Atenas en aquella época.
Recepción
Bénigne Gagneraux, Edipo ciego encomendando a sus hijos a los dioses
La trilogía de la que Edipo rey formaba parte obtuvo el segundo premio en las Dionisias Urbanas
en su representación original. El sobrino de Esquilo, Filocles ganó el primer premio en esa
competición.[15] ​
Sin embargo, en su Poética, Aristóteles considera a Edipo rey como la tragedia
que mejor encajaba con su prescripción de cómo debía hacerse un drama.[16]
Muchos críticos modernos están de acuerdo con Aristóteles sobre la calidad de Edipo rey,
incluso aunque no estén de acuerdo en las razones. Por ejemplo, Richard Claverhouse Jebb
afirmó que «El Edipo rey es en un sentido la obra maestra de la tragedia ática. Ninguna otra
muestra en igual grado el arte en el desarrollo de la trama; y esta excelencia depende de un
poderoso y sutil dibujo de los personajes».[17] ​
Cedric Whitman apuntó que «el Edipo rey pasa
casi universalmente por ser la más grande de las obras griegas existentes...»[18] ​
El propio
Whitman consideró que la obra es «la expresión más plena de esta concepción de la tragedia»,
que es la concepción de la tragedia como una «revelación del desgraciado destino del hombre»,
donde un hombre puede tener «todo el equipamiento para la gloria y el honor» pero aun así tiene
«el mayor de los esfuerzos por hacer el bien» acaba en «el mal de un yo insoportable para el que
uno no es responsable».[19] ​
Edith Hall se refiere a Edipo rey como «esta tragedia definitiva» y
sostiene que «la magistral sutileza de la caracterización de Sófocles así da credibilidad a las
asombrosas coincidencias», y señala la ironía de que «Edipo solo puede cumplir su excepcional
destino ordenado por los dioses porque Edipo es un hombre prominente, capaz e
inteligente».[20] ​
H. D. F. Kitto dijo sobre Edipo rey que «es cierto que se puede decir que la
perfección de su forma implica un orden del mundo», aunque Kitto advierte que si ese orden del
mundo es o no «beneficioso, Sófocles no lo dice».[21]
La revolución científica atribuida a Tales empezó a ganar fuerza política, y esta obra ofrecía una
advertencia a los nuevos pensadores. Kitto interpreta la obra como la respuesta de Söfocles a
los sofistas, dramatizando una situación en la que los humanos se enfrentan al sufrimiento, no
importa que no sea culpa suya, y a pesar de la aparente aleatoriedad de los acontecimientos, el
hecho de que han sido profetizados por los dioses implica que los acontecimientos no son
realmente aleatorios, a pesar de que las razones quedan más allá de la comprensión
humana.[22] ​
A lo largo de la obra, de acuerdo con Kitto, Sófocles declara «que es erróneo, en
vista de lo incomprensible y lo inmoral, negar las leyes morales y aceptar el caos. Lo que es
correcto es reconocer los hechos y no engañarse a uno mismo. El universo es una unidad; si, a
veces, no encontramos ni pies ni cabeza en ello no debemos suponer que es aleatorio. Hay
tanto que no podemos saber y no podemos controlar que no deberíamos pensar ni
comportarnos como si lo supiéramos y controláramos.[22]
Temática
La obra plantea varios temas y se ha interpretado de formas variadas a lo largo de los siglos.
El destino, el libre albedrío o el error trágico
Uno de los temas que se plantean es la fuerza del destino. Los personajes reciben malos
presagios y cuando actúan con el fin de evitar su desgracia, no hacen sino cumplir con la
profecía. Se trata de un tema común a la tragedia y a la mitología griega en general. En esta
obra de Sófocles, por ejemplo, el personaje Layo recibe el aviso de que su hijo Edipo lo
asesinará y decide abandonar al niño en el campo a su suerte. Pero el niño sobrevive y se da
una precondición para que se produzca el asesinato: Edipo crece sin saber que Layo es su
padre. Años más tarde, el oráculo le dice a Edipo que matará a su padre. Creyendo huir de su
destino, huye de Corinto para no matar al que cree su padre, sin saber que precisamente esa
acción lo cruzará con su verdadero progenitor en el camino.
El destino es un tema que a menudo aparece en la escritura griega, las tragedias en particular.
La idea de que intentar eludir un oráculo es justo lo que hace que se acabe cumpliendo es un
motivo común en muchos mitos griegos, y similitudes con Edipo pueden por ejemplo verse en el
mito del nacimiento de Perseo.
Dos oráculos en particular dominan el argumento de Edipo rey. En los versos 711 a 714, Yocasta
relata la profecía que le contaron a Layo antes del nacimiento de Edipo. Esto es:
(El oráculo) decía
que tendría el destino de morir
a manos del hijo que naciera ´
de mí y de él
El oráculo habló solo a Layo del parricidio; el incesto está ausente. Impulsado por el relato de
Yocasta, Edipo revela la profecía que hizo que él abandonara Corinto (791-93):
que estaba fijado que yo tendría que unirme a mi madre,
y que traería al mundo una descendencia insoportable
de ver para los hombres, y que yo sería
el asesino del padre que me había engendrado.
La implicación del oráculo de Layo es ambiguo. Una interpretación considera que la
presentación del oráculo de Layo en esta obra difiere de la que se puede encontrar en la trilogía
de Edipo de Esquilo producida en el año 467 a. C. Helaine Smith argumenta:
Sófocles tuvo la opción de hacer el oráculo a Layo condicional (si Layo
tenía un hijo, ese hijo lo mataría) o incondicional (Layo tendría un hijo
que lo mataría). Tanto Esquilo como Eurípides escriben obras en las que
que el oráculo es condicional; Sófocles... eligió hacer que el oráculo de
Layo fuera incondicional y así elimina la culpabilidad para sus pecados
por parte de Edipo, pues él no podía haber hecho nada más que lo que
hizo, sin importar qué acción emprendiera.[23] [24]
Esta interpretación es apoyada por la repetición de Yocasta del oráculo en los versos 854–55:
«Loxias dijo expresamente que se llevaría a cabo [la muerte de Layo] por obra de un hijo mío».
En griego, Yocasta usa el verbo chrênai: «ser el destino, necesario». Esta iteración del oráculo
parece sugerir que era incondicional e inevitable. Otros eruditos han argumentado, a pesar de
todo, que Sófocles sigue la tradición de hacer el oráculo de Layo condicional, y de esta manera
evitable. Señalan la revelación inicial de Yocasta en los versos 711–14. En griego, el oráculo
advierte: hôs auton hexoi moira pros paidos thanein/ hostis genoit emou te kakeinou para. Los
dos verbos en negrita indican lo que es llamado una condición «futura más vívida»: si nace un
hijo de Layo, su destino es ser asesinado por ese niño que lo derrotará.[25]
Sea cual sea el oráculo de Layo, el que fue entregado a Edipo es claramente incondicional. Dada
nuestra moderna concepción del destino y el fatalismo, los lectores de la obra tienen una
tendencia a ver a Edipo como mera marioneta controlada por fuerzas mayores, un hombre
aplastado por los dioses y el destino sin razón aparente. Esto, sin embargo, no es una lectura
completamente exacta. Mientras es una perogrullada mitológica que los oráculos existen para
ser cumplidos, los oráculos no causan los acontecimientos que llevan al resultado. En su
significativo ensayo «Sobre el entendimiento de Edipo rey»,[26] ​
E. R. Dodds traza una
comparación con la profecía de Jesús en la Última Cena de que Pedro lo negaría tres veces.
Jesús sabe que Pedro lo hará, pero los lectores de ninguna manera sugieren que Pedro de
ninguna maner sea una marioneta del destino forzándolo a negar a Cristo. El libre albedrío y la
predestinación no son en modo alguno excluyentes, y ese es el caso de Edipo.
El oráculo entregado a Edipo que es a menudo llamado una «profecía autorrealizada», en que la
propia profecía pone en movimiento los acontecimientos que llevarán a su propio
cumplimiento.[27] ​
Esto, sin embargo, no quiere decir que Edipo sea una víctima del destino y
que no tenga libre albedrío. El oráculo inspira una serie de elecciones específicas, hechas
libremente por Edipo, lo que le llevará a matar a su padre y casarse con su madre. Edipo elige no
regresar a Corinto después de oír el oráculo, lo mismo que escoge encaminarse a Tebas, matar
a Layo, casarse y tomar a Yocasta específicamente como su novia; en respuesta a la peste de
Tebas, él elige enviar a Creonte al Oráculo en busca de consejo y luego seguir ese consejo,
iniciando la investigación sobre el asesinato de Layo. Ninguna de estas elecciones están
predestinadas.
Edipo y Antígona, por Charles Jalabert.
Otra característica de los oráculos en el mito es que casi siempre son mal comprendidos por
quienes los escuchan; de ahí el error de Edipo en lo que se refiere al significado del Oráculo
Délfico. Visita Delfos para descubrir quienes son sus auténticos padres y asume que el Oráculo
ha rechazado contestarle a esa cuestión, ofreciéndole en cambio una profecía que no tiene
relación y que anticipa el parricidio y el incesto. La asunción de Edipo es incorrecta, el Oráculo,
de hecho, en cierto sentido, contesta a su pregunta:
«En un análisis más agudo el oráculo contiene información esencial que Edipo parece
desdeñar». La forma de expresarse el Oráculo: estaba condenado a ser el asesino del padre que
me engendró se refiere al padre real, biológico, de Edipo. De la misma manera la madre con
hijos contamnados es definida como la biológica. La forma de expresarse del invitado borracho
por otro lado: tú no eres el hijo de tu padre define a Pólibo como solo un padre adoptivo para
Edipo. Las dos formas de expresarse se apoyan la una en la otra y apuntan a que las «dos
parejas de padres» alternativas. Así surge la cuestión de dos conjuntos de padres, el biológico y
el adoptivo. La reacción de Edipo al Oráculo es irracional: afirma que no tuvo ninguna respuesta
y huye alejándose de Corinto, mostrando de que firmemente creía en ese momento que Pólibo y
Mérope son sus auténticos padres.
«La escena con el invitado borracho constituye el fin de la infancia de Edipo... No puede seguir
ignorando un sentimiento de inseguridad respecto a su linaje. Sin embargo, después de
consultar al Oráculo esta incertidumbre desaparece, de manera extraña, y es reemplazada por
una certidumbre totalmente injustificada de que él es el hijo de Mérope y Pólibo. Hemos dicho
que este es u comprtamiento irracional - su hamartia en sentido aristotélico - se debe a la
represión de toda una serie de pensamientos en su consciencia, de hecho todo lo que se refiere
a sus primeras dudas sobre su ascendencia.[28]
Tabú en las relaciones familiares
Otro tema es el tabú en las relaciones familiares. Edipo mata a quien bajo ninguna circunstancia
debería matar, a quien le diera la vida, y tiene relaciones incestuosas con quien lo engendró, su
propia madre. Sin embargo, Edipo realiza estas acciones éticamente reprobables sin ser
consciente de ello. El padre del psicoanálisis, Sigmund Freud, retomó esta idea para elaborar el
concepto de «complejo de Edipo». Freud argumenta que el primer despertar sexual ocurre
durante la niñez y se manifiesta en el deseo sexual hacia el progenitor de sexo opuesto y la
hostilidad contra el progenitor del propio sexo. Freud se vale de esta obra (escrita más de dos
mil años antes) para ilustrar que los deseos incestuosos son una primitiva herencia humana y
que la vigencia de esta obra se debe a la permanencia de tales pulsiones.[29] ​
El rechazo del
incesto y el parricidio que ha cometido lleva a Edipo a agredirse a sí mismo, dejándose ciego (lo
que algunos discípulos de Freud han interpretado como una metáfora de la castración).
Riesgos del conocimiento
La obra plantea también el problema de la búsqueda de la verdad y los riesgos y perjuicios que
entraña alcanzar el conocimiento. Nietzsche habla de este drama en el capítulo nueve del
Nacimiento de la tragedia. Presenta a Edipo como un transgresor, un héroe condenado a caer
por haber intentado llegar demasiado lejos. Al transgredir la naturaleza y las normas sociales, y
querer averiguar aquello que está prohibido, Edipo descubre un mundo cuya visión está vedada
al resto de los mortales. Comete una versión masculina, heroica, del pecado original, al elegir
comer del árbol del conocimiento que condena a la humanidad a abandonar la inocencia. En
este caso es su curiosidad y su entereza lo que le estimula a investigar. Ese abandono de la
inocencia, de la cómoda ignorancia, es el destino cruel y heroico de Edipo, y su gesta consiste
en su sacrificio. Como Prometeo, él paga por un bien que la humanidad recogerá tras su acción.
Poder de los dioses
Edipo rey es también una afirmación del poder de los dioses. A través de toda la obra queda
clara la influencia decisiva que tiene Apolo en los acontecimientos, dando forma al destino de
los personajes. Se descubre que la palabra divina es exacta, que debe obedecerse sin titubeos y
que hay que respetar a quienes la profieren.
Control del estado
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La exploración de este tema en Edipo rey es paralelo al examen del conflicto entre el individuo y
el Estado en Antígona. El dilema que Edipo se plantea aquí es similar al del tiránico Creonte:
cada uno tiene, como rey, una decisión que sus súbditos cuestionan o desobedecen; cada rey
también malinterpreta tanto su propio papel como soberano como el rol del rebelde. Cuando le
informa el profeta ciego Tiresias que fuerzas religiosas están contra él, cada rey pretende que el
sacerdote ha sido corrompido. Es aquí, sin embargo, en donde acaban los parecidos: mientras
Creonte, viendo el revuelo que ha creado, intenta enmendar sus errores, Edipo rechaza escuchar
a nadie.
Vista y ceguera
Las referencias, literales y metafóricas, a la vista, aparecen por todo Edipo rey. Una visión clara
sirve como una metáfora para la perspicacia y el conocimiento, pero un Edipo de buena visión
es ciego a la verdad sobre sus orígenes y crímenes inadvertidos. El profeta Tiresias, por su
parte, aunque literalmente ciego, «ve» la verdad y confía en lo que le es revelado. «Aunque el
futuro de Edipo es predicho por los dioses, incluso después de haber sido advertido por Tiresias,
él no puede ver la verdad o la realidad de antemano porque su excesivo orgullo ha cegado su
visión...»[30] ​
Solo después de que Edipo físicamente se haya cegado a sí mismo obtiene una
limitada habilidad profética, como se ve en Edipo en Colono. Es deliberadamente irónico que el
«vidente» pueda «ver» mejor que Edipo, a pesar de estar ciego. En un verso (Edipo rey, 413),
Tiresias dice:
Y puesto que me has echado en cara que soy ciego, te digo: aunque tú tienes
vista, no ves en qué grado de desgracia te encuentras ni donde habitas ni con
quiénes transcurre tu vida.[31]
Personajes
Personajes de los hechos anteriores a la tragedia
Representación de Edipo Rey en el "Festival de teatro grecolatino de Lugo" en 2011.
Lábdaco: rey de Tebas, padre de Layo. Debido a la gran ofensa que hizo a los dioses, su
familia sufrió la furia de las deidades.
Layo: rey de Tebas, hijo de Lábdaco, padre de Edipo, y esposo de Yocasta. Abandonó a su hijo
Edipo por un oráculo que decía que lo mataría y se casaría con su esposa Yocasta.
Pólibo: rey de Corinto y padre adoptivo de Edipo.
Mérope: reina de Corinto y madre adoptiva de Edipo.
Personajes de la tragedia
Personajes principales:
Edipo: rey de Tebas y esposo de Yocasta. Por haber librado a la ciudad de la amenaza de la
Esfinge, los tebanos lo habían elegido como rey.
Creonte: es el hermano de Yocasta, a quien Edipo acusa de querer usurpar su trono (vale
aclarar que Creonte no tiene dicha intención). Queda a cargo de las hijas y del trono de Edipo
cuando este se va.
Tiresias:Vidente de la ciudad, anciano ciego, guiado por un lazarillo.
Yocasta: reina de Tebas, madre de Edipo. Se casó con Edipo tras el asesinato de su anterior
esposo, Layo.
Corifeo: Dirige el coro y es amigo de Edipo.
Personajes secundarios:
Coro de ancianos tebanos.
Mensajero: lleva a Yocasta la noticia de la muerte del rey Pólibo.
Paje: testigo y relator de los últimos sucesos y el desenlace final.
Sacerdote: ministro del culto religioso de Zeus.
Pastor o siervo: anciano, antiguo servidor del difunto rey Layo. Y testigo que presenció la
muerte de layo y sabe que el asesino es Edipo.
Estructura
Edipo Rey es una obra dramática en un solo acto, pues toda la obra se desarrolla en una unidad
de tiempo.
La obra es una tragedia. Como tal, presenta a personajes eminentes, de elevada condición
social, utiliza un lenguaje solemne y elevado y concluye con el sacrificio de varios personajes
(en este caso, dos: Yocasta y Edipo), que pagan con la muerte (Yocasta) o la ceguera y el exilio
(Edipo) sus acciones.
Consta de un prólogo, seguido de ocho episodios (escritos en trímetros yámbicos), entre los
cuales se intercalan las intervenciones solistas del coro (párodos, cuatro estásimos) y el
diálogo lírico del coro con los demás personajes. Las partes del coro (incluido el diálogo lírico
con los demás personajes) se cantaban; el resto se recitaba. En el recitado, además de
trímetros yámbicos, hay también algunos pasajes en anapestos y tetrámetro trocaico
cataléctico.[32]
1. Prólogo (1-150).
2. Coro: Párodos. (151-215).
3. Primer episodio:
3.1. Monólogo de Edipo (216-299).
3.2. Agón de Edipo y Tiresias (300-461).
4. Coro: primer estásimo (463-511).
5. Segundo episodio:
5.1. Monólogo de Creonte (512-531).
5.2. Agón de Edipo y Creonte (532-649).
6. Primer diálogo lírico: Edipo, Yocasta y el coro (650-696).
7. Tercer episodio: diálogo de Edipo y Yocasta (697-862).
8. Coro: segundo estásimo (863-910).
9. Cuarto episodio:
9.1. Monólogo de Yocasta (911-923).
9.2. Yocasta y el mensajero (924-949).
9.3. Yocasta, el mensajero y Edipo (950-1072).
9.4. Edipo y el mensajero (1073-1085).
10. Coro: tercer estásimo (1086-1109).
11. Quinto episodio: Edipo, el mensajero y el siervo (1110-1185).
12. Coro: cuarto estásimo (1186-1222).
13. Sexto episodio: mensajero de palacio (1223-1296).
14. Diálogo en anaspestos de Edipo y el corifeo (1297-1311).
15. Segundo diálogo lírico: Edipo y el corifeo (1312-1368).
16. Séptimo episodio: Monólogo de Edipo (1369-1421).
17. Octavo episodio: Edipo y Creonte (1422-1514).
18. Diálogo en tetrámetros trocaicos catalécticos de Edipo y Creonte (1515-1523).
19. Despedida, quizá apócrifa, del corifeo (1524-1530).
Sigmund Freud
Una ánfora griega representa a Edipo y la Esfinge, h. 450 a. C.
Sigmund Freud en La interpretación de los sueños escribió un pasaje destacado en relación con
el destino de Edipo así como con el complejo de Edipo. Analiza por qué esta obra, Edipo rey,
escrita en la Antigua Grecia, sigue siendo efectiva en una audiencia moderna. Freud dice:
Su destino nos conmueve sólo porque podría haber sido el nuestro —
porque el oráculo planta la misma maldición sobre nosotros antes de
nuestro nacimiento, como a él. Es el destino de todos nosotros, quizás,
dirigir nuestro primer impulso sexual hacia nuestra madre y nuestro
primero odio asesino contra nuestro padre. Nuestros sueños nos
convencen de que es así».[33]
En el mismo libro, Freud indica, sin embargo que las «urgencias y temores primordiales» que le
preocupan no se encuentran principalmente en la obra de Sófocles, sino que existen en el mito
en el que se basa; se refiere a la obra como una «ulterior modificación de la leyenda», una que
se origina en una «revisión secundaria mal concebida del material, que ha buscado explotarlo
con propósito teológico».[34] [35] [36]
Adaptaciones
Versiones fílmicas
La obra se ha filmado varias veces, dos en inglés.
En la versión para el cine de 1957, dirigida por Tyrone Guthrie y protagonizada por Douglas
Campbell como Edipo, los actores representaron toda la obra enmascarados, como en el
antiguo teatro griego.
La segunda versión en inglés, dirigida por Philip Saville y lanzada en 1968, se filmó en Grecia.
Esta mostraba la cara de los actores y disfrutaba de un plantel lleno de estrellas, incluyendo a
Christopher Plummer como Edipo, Lilli Palmer como Yocasta, Orson Welles como Tiresias,
Richard Johnson como Creonte, Roger Livesey hacía de Pastor, y Donald Sutherland del Líder
del Coro. La voz de Sutherland, sin embargo, fue doblada por otro actor. La película fue un paso
más allá de la obra, sin embargo, mostrando en flashback, el asesinato de Layo (Friedrich
Ledebur). También mostró a Edipo y Yocasta juntos en la cama, haciendo el amor. Realizada en
1968, esta película no se vio en Europa ni los EE. UU. hasta la década de los años setenta y
ochenta después de que se garantizaran derechos de distribución a vídeo y televisión.
En 1967 Pier Paolo Pasolini dirigió Edipo Re, en españo, Edipo, el hijo de la fortuna (Edipo Rey),
una interpretación moderna de la obra. La película de Toshio Matsumoto del año 1969, Bara no
Sōretsu, es una adaptación libre de la obra y un importante trabajo de la Nueva ola japonesa. En
Colombia, el escritor Gabriel García Márquez adaptó la historia en Edipo alcalde (1996),
llevándolo a la realidad de Colombia. Fue dirigida por Jorge Alí Triana y la interpretaron Jorge
Perugorría, Ángela Molina, Francisco Rabal, Jairo Camargo, Jorge Martínez de Hoyos y Miriam
Colón.
Versiones teatrales
El compositor Ígor Stravinski escribió la ópera-oratorio Oedipus Rex, que se estrenó en 1927 por
el Théâtre Sarah Bernhardt, París. Es una composición para orquesta, narrador, solistas y coro
masculino. El libreto, basado en la tragedia de Sófocles, fue escrito por Jean Cocteau en francés
y luego traducido por el abbé Jean Daniélou al latín; la narración, sin embargo, se interpreta en el
lenguaje de la audiencia. La obra fue escrita a principios del período neoclásico de Stravinski, y
está considerada una de las mejores obras de esta fase de su carrera como compositor. Había
considerado ponerla en griego antiguo, pero al final decidió usar el latín, en sus propias
palabras, «un medio no muerto sino convertido en piedra».
Versiones para radio/televisión
Michael Pennington protagonizó Edipo con Claire Bloom como Yocasta, Sir John Gielgud como
Tiresias y John Shrapnel como Creonte en la traducción/adaptación de Don Taylor en 1986 de
la obra, que formó parte de la trilogía de la BBC de The Theban Plays.
En 1977, CBS Radio Mystery Theater retransmitió una versión de la historia titulada «So Shall Ye
Reap», ambientada en lo que entonces era el territorio estadounidense de Nuevo Méjico en
1851.
Otro Edipo para televisión incluyó a Christopher Plummer (1957), Ian Holm (1972) y Patrick
Stewart (1977).
En 2017, BBC Radio 3 retransmitió una producción de la traducción que hizo Anthony Burgess
de la obra con Christopher Eccleston como Edipo y Fiona Shaw como Tiresias/Segundo Viejo.
John Shrapnel, quien hizo de Creonte en la versión televisiva de 1986 de la BBC, interpretó al
Primer Viejo.
Parodias
Peter Schickele parodia tanto la historia de Edipo rey y la música de la ópera-oratorio de
Stravinski en Oedipus Tex, un oratorio de temática Western supuestamente escrito por P.D.Q.
Bach, lanzado en 1990 en el álbum Oedipus Tex and Other Choral Calamities.
Chrysanthos Mentis Bostantzoglou hace una parodia de esta tragedia en su comedia Medea
(1993).[37]
En el episodio 10 de la segunda temporada de 'CNNNN', un programa de televisión satírico
australiano realizado por The Chaser, una animación corta en el estilo de un tráiler de película
Disney, completa con música alegre proporcionada por Andrew Hansen, parodia Edipo rey.[38]
Aparte de que se anunció como «Diversión para toda la familia», la parodia también es
mencionada en otras ocasiones durante el mismo episodio, como en un anuncio satírico en el
que a los huérfanos se les ofrece una «urna de cenizas Edipo rey» gratis como una oferta
promocional después de perder a un pariente.[39]
Véase también
Tragedia griega
Edipo, sobre el mito de Edipo
Edipo en Colono, otra tragedia de Sófocles
Edipo, obra de Séneca en la que se ofrece una versión más oscura y filosófica del mito de
Edipo
Samuel Taylor Coleridge, poeta romántico que dijo del Edipo rey que era una de las tres obras
de la literatura universal que tenían un argumento perfecto.
Complejo de Edipo
Antígona, otra tragedia de Sófocles
Áyax, otra tragedia de Sófocles
Las Traquinias, otra tragedia de Sófocles
Electra, otra tragedia de Sófocles
Filoctetes, otra tragedia de Sófocles
Los rastreadores, drama satírico de Sófocles
Edipo rey, ópera-oratorio de Ígor Stravinski
Edipo rey, película de Pasolini
Edipo y la esfinge, versión teatral de Ricardo López Aranda
Incesto
El Estesícoro de Lille, un fragmento de papiro de una versión alternativa por el poeta lírico
Estesícoro
Parricidio
Referencias
1. En la peste que asola la ciudad de Tebas al comienzo de la obra se ha querido ver un reflejo
de la peste que sufrió la propia Atenas en el año 430. Así lo recoge J. Pallí Bonet en su
introducción a las Tragedias completas de Sófocles (Pallí Bonet 1988: 9).
2. Aunque Sófocles ganó el segundo premio con un grupo de obras que incluyeron Edipo rey,
su fecha de producción es insegura. El papel destacado de la peste tebana al comienzo de la
obra sugiere a muchos estudiosos una referencia a la peste que devastó Atenas en 430 a. C.,
y de ahí que daten la producción poco después. Véase, por ejemplo, Knox, Bernard (1956).
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ISBN 9780299282530. p. xxviii
6. Aristotle: Poetics. Edited and translated by St. Halliwell, (Loeb Classical Library), Harvard
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10. Johnston, Ian. "Background Notes", Vancouver Island University (https://records.viu.ca/~joh
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11. Sófocles (2008). Edipo rey (A. Alamillo, trad.). Gredos. p. 213. ISBN 9788447346271.
12. Herodoto, en sus Historias (Libro 1.32), atribuye esta máxima al estadista ateniense del siglo
VI a. C. Solón.
13. Sófocles (2008). Edipo rey (A. Alamillo, trad.). Gredos. p. 256. ISBN 9788447346271.
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22. Kitto, H.D.F (1966). Poiesis (https://archive.org/details/poiesisstructure0000kitt) .
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23. Smith, Helaine (2005). Masterpieces of Classic Greek Drama (https://archive.org/details/ma
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24. See Dodds 1966; Mastronarde 1994, 19; Gregory 2005, 323.
25. Así Sir Richard Jebb en su comentario (http://www.perseus.tufts.edu/hopper/text?doc=Pers
eus%3Atext%3A1999.04.0016%3Acommline%3D714) . Cf. Jeffrey Rusten's 1990
commentary.
26. Greece & Rome, 2nd Ser., Vol. 13, No. 1 (Apr., 1966), pp. 37–49
27. Estrictamente hablando, esto no es preciso: el propio Edipo pone en marcha estos
acontecimientos cuando decide investigar su parentesco contra el consejo de Pólibo y
Mérope.
28. Brunner M. "King Oedipus Retried" Rosenberger & Krausz, Londres, 2001. ISBN 0-9536219-1X
29. «La leyenda del rey tebano entraña algo que hiere en todo hombre una íntima esencia
natural. Si el destino de Edipo nos conmueve es porque habría podido ser el nuestro y
porque el oráculo ha suspendido igual maldición sobre nuestras cabezas antes de que
naciéramos. Quizá nos estaba reservado a todos dirigir hacia nuestra madre nuestro primer
impulso sexual y hacia nuestro padre el primer sentimiento de odio y el primer deseo
destructor. Nuestros sueños dan testimonio de ello». Sigmund Freud, La interpretación de
los sueños, tr. de Luis López-Ballesteros y de Torres, Madrid: Alianza, 1966, tomo II, pp. 1048.
30. Ziaul Haque, Md. & Kabir Chowdhury, Fahmida. "The Concept of Blindness in Sophocles' King
Oedipus and Arthur Miller's Death of a Salesman", «Archived copy» (https://web.archive.org/
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_%CE%A3%CE%BF%CF%86%CE%BF%CE%BA%CE%BB%CE%AE_%CF%83%CF%84%CE%B7_%
CE%9C%CE%AE%CE%B4%CE%B5%CE%B9%CE%B1_%CF%84%CE%BF%CF%85_%CE%9C%C
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38. The Chaser Archive (13 de octubre de 2011), CNNNN - Season 2 Episode 10 (https://www.yo
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Enlaces externos
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Texto español (https://web.archive.org/web/20120919045007/http://www.cayocesarcaligul
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Texto español (https://web.archive.org/web/20120614164325/http://www.ciudadseva.com/t
extos/teatro/sofocles/ediporey.htm) , recogido también en el Internet Archive.
Traducción al español de José Velasco García de la francesa de Leconte de Lisle:
reproducción (https://archive.org/stream/tragedias01soph#page/44/mode/2up)
facsímil electrónico, en el sitio (https://archive.org/)
en
del Internet Archive.
Texto (http://www.perseus.tufts.edu/hopper/text?doc=Perseus%3Atext%3A1999.01.019
2%3Acard%3D1)
inglés, con índice electrónico, en el Proyecto Perseus: ed. de 1887 de
Richard Claverhouse Jebb; Cambridge University Press. En la parte superior derecha se
encuentran los rótulos activos "focus" (para cambiar al texto griego) y "load" (para el
texto bilingüe).
La misma edición del texto griego en Wikisource.
Texto griego (http://remacle.org/bloodwolf/tragediens/sophocle/oeriperoigr.htm)
en el sitio (http://remacle.org/)
de Philippe Remacle.
José Velasco García: catedrático de la Universidad de Valladolid.
Richard Claverhouse Jebb (1841 – 1905): clasicista británico.
Philippe Remacle (1944 – 2011): helenista y latinista belga de expresión
francesa.
La composición de Edipo Rey y sus aspectos tradicionales (http://interclassica.um.es/index.p
hp/interclassica/investigacion/hemeroteca/e/estudios_clasicos/numero_87_1984/la_compo
sicion_de_edipo_rey_y_sus_aspectos_tradicionales) ; en el sitio
(http://interclassica.um.es/)
InterClassica, de la Universidad de Murcia.
JEBB, Richard C.: Comentario del Edipo rey de Sófocles (Commentary on Sophocles: "Oedipus
the King").
Texto inglés (http://www.perseus.tufts.edu/hopper/text?doc=Perseus%3atext%3a1999.0
4.0016) , con índice electrónico, en el Proyecto Perseus.
NAGY, Gregory: Sophocles’ Oedipus Tyrannus and heroic pollution (El Edipo rey de Sófocles y
la impureza del héroe), en The Ancient Greek Hero in 24 Hours (Las 24 horas del héroe griego
antiguo), Harvard University Press, 2013.
Texto, en inglés (https://chs.harvard.edu/CHS/article/display/5962.part-iii-hour-19-sopho
cles%E2%80%99-oedipus-tyrannus-and-heroic-pollution) , en el sitio (https://chs.harvar
d.edu)
del Centro de Estudios Helénicos (CHS o Center for Hellenic Studies), institución
de Washington afiliada a la Universidad de Harvard y dirigida por el propio G. Nagy.
El primer apartado es The meaning of "miasma" (El significado de «miasma»);
miasma: μίασμα.
Para las citas: Nagy, Gregory. 2013. The Ancient Greek Hero in 24 Hours.
Cambridge, MA: Harvard University Press, 2013.
GARCÍA CALVO, Agustín: El mito de Edipo rey, fiesta trágica con el texto de Sófocles.
Representación (https://www.youtube.com/watch?v=d7HvJkGDdiY)
en el Teatro
romano de Mérida emitida por TVE el 28 de marzo de 1983, con música de Cristodoulos
Halaris, primer agón, epílogo y dirección de Stavros Doufesis, realización de televisión de
Luis Enciso y actuación de la compañía de José Luis Gómez y el Teatro Epitapitos, con J.
L. Gómez, Jeannine Mestre, Tony Canal, Fidel Almansa, Joaquín Hinojosa, Juan
Meseguer, Abel Vitón, Carles Alfaro, Jorge de Juan, Jesús Ruyman y Antonio Segura, y el
cante de Enrique Morente y Natalia Duarte; la función, a partir de los 10 min. y 16 seg.; el
acto II, a partir de 1 h, 35 min. y 40 seg.
Otra copia de la presentación y el acto I (https://www.rtve.es/alacarta/videos/teatroen-el-archivo-de-rtve/teatro-mito-edipo-rey/3976467/) .
Datos: Q148643
Multimedia: Oedipus Rex (https://commons.wikimedia.org/wiki/Category:Oedipus_Rex)
/ Q148643 (https://commons.wikimedia.org/wiki/Special:MediaSearch?type=image&search
=%22Q148643%22)
Citas célebres: Edipo rey
Textos: Edipo rey
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