Temas viejos siempre actuales Juan Poom Medina* Los sonorenses podemos decir que ya tenemos un poco más de información sobre las propuestas de los candidatos a gobernador en estas primeras semanas de campaña. El debate organizado por El Imparcial nos permite tener algunos insumos para ir analizando qué piensan los candidatos sobre los principales problemas de la entidad, cómo están delineando sus estrategias, cuáles son las áreas de oportunidades que visualizan en Sonora, cuáles son los mecanismos que les van a permitir aterrizar las ideas que están promoviendo, y principalmente, cuál de todos los candidatos tiene realmente una propuesta de gobierno bien fundamentada que incluya diagnóstico, propuestas, mecanismos y prospectiva. La fuente principal para escribir esta opinión es la información que nos presentó la edición del día posterior al debate en ese periódico. Y con esa información, podemos empezar por la pregunta: ¿Cuál es el Sonora del futuro que queremos? Al hurgar entre las respuestas que mencionaron los candidatos encontramos que hablan de múltiples escenarios, y muchos de estas parecen ideales. Por eso, creo que ese ideal permite que los temas planteados por los candidatos aparezcan como “temas viejos siempre actuales”. Es un tema viejo hablar de economía y empleo, de seguridad pública, del cuidado de los recursos públicos, de la corrupción, la burocracia y su eficiencia. Es decir, desde hace tiempo parece que hemos idealizado la solución de esos problemas al grado de que, al no cumplirse, siguen siendo tema para que los candidatos continúen proponiendo alternativas de solución. Y eso es correcto en la medida en que todavía no hay soluciones pertinentes o no se han erradicado los problemas. Sin embargo, hasta en estos temas viejos los candidatos pueden innovar. Una propuesta que me atrevo a sugerir es que para los próximos intercambios de ideas entre ellos, los mecanismos de solución a los problemas se deben observar con mayor claridad. No digo que en sus propuestas no haya este intento, lo que propongo es que a los ciudadanos nos interesa conocer la secuencia o evolución de: promesa de campaña-mecanismo para llevar a cabo la idea-ejercicio de proyección de que funcionará-posibles resultados. Por ejemplo, necesitamos conocer cómo y de qué manera impacta cuantitativa y cualitativamente la propuesta de que “el sistema de readaptación social sea productiva para que los reos paguen su estancia y mantengan a su familia”; o bien medir qué tanto impacta que “un procurador nombrado por la ciudadanía” sea en verdad una alternativa más allá de la legitimidad del nombramiento. Es decir, busquen y transmitan a los ciudadanos de qué forma las ideas se transformarán en resultados. Ahora que están en campaña y que tienen asesores pagados con recursos públicos, pídanles que les hagan los cálculos sobre cómo puedan desatorar esos temas viejos que siguen siendo agenda pensando un poco más allá, con ideas innovadoras, con algunos cálculos prospectivos que incluyan factores de cambio. Es decir, si se incrementa el gasto en “esto”, se incrementará “aquello” en tanto por ciento a favor de la ciudadanía. Por lo mismo, no me dice mucho la propuesta de que “se eliminarán los puestos de primer nivel”. Mejor dígame cuánto se ahorrará el Estado al eliminar esos puestos y qué sector de la población se va a beneficiar con esos recursos. Tampoco me dice mucho afirmar que “se va atender a los jóvenes que consumen drogas, para ayudarlos a resolver su problema”, mejor dígame qué tanto se reducirá el porcentaje de esos jóvenes si aplica la estrategia que trae en mente. En resumen, me parece que este nuevo esfuerzo de El Imparcial por reunir ahora a los candidatos al Gobierno de Sonora puede servir de punto de partida para ir revisando la coherencia, pertinencia y posibilidades de las promesas de campaña. Sin duda queda mucho tiempo para que los candidatos con el apoyo de sus asesores mejoren y aterricen lo que tienen en mente. Los candidatos deben recordar que entre más claras sean sus ideas y ofrezcan datos que fundamenten tales posiciones, probablemente pueden salir mejor evaluados en sus futuras intervenciones. También deben recordar que muchos de los problemas de los sonorenses no sólo se resolverán con indicadores al alza, sino con políticas públicas que tengan grados altos de sensibilidad. Den una vuelta por los pueblos, los barrios, los callejones para que se percaten de lo que pasa ahí, justo ahí donde la vida en verdad se sufre. Platiquen con las amas de casa que no tienen la despensa suficiente, con los jóvenes desempleados, los padres de familia que no tienen servicio médico, los niños de la calle, con los policías con bajo sueldo y mucha responsabilidad. En fin, ustedes no son los “salvadores” de todos los problemas viejos pero ya han aceptado utilizar esos problemas para sus campañas, ahora digan cómo le hacemos. Yo coopero. *Profesor-investigador del Programa de Estudios Políticos y Gestión Pública de El Colegio de Sonora, [email protected]