A propósito de … La Buena Noticia de la semana 11 de Noviembre de 2012 XXXII TIEMPO ORDINARIO 1Reyes 17, 10-16. La viuda hizo un panecillo y lo llevó a Elías. SERVICIO DE PASTORAL. ATENCIÓN ESPIRITUAL Y RELIGIOSA. [email protected] [email protected] CIEMPOZUELOS (MADRID) AÑO 5. Nº: 260 777525453 Salmo 145. Alaba, alma mía, al Señor. Hebreos 9,24-28. Cristo se ha ofrecido una sola vez para quitar los pecados de todos. Marcos 12,38-44. Esa pobre viuda ha echado más que nadie. Servicio de Pastoral del C.A.B.M Lectura de la Palabra de Dios : Comentario al Evangelio : Pensamiento Hospitalario: "Abraza la humildad y tendrás la paz de tu alma”. SAN BENITO MENNI LO MEJOR DE LA IGLESIA El contraste entre las dos escenas no puede ser más fuerte. En la primera, Jesús pone a la gente en guardia frente a los dirigentes religiosos: "¡Cuidado con los letrados!", su comportamiento puede hacer mucho daño. En la segunda, llama a sus discípulos para que tomen nota del gesto de una viuda pobre: la gente sencilla les podrá enseñar a vivir el Evangelio. Es sorprendente el lenguaje duro y certero que emplea Jesús para desenmascarar la falsa religiosidad de los escribas. No puede soportar su vanidad y su afán de ostentación. Buscan vestir de modo especial y ser saludados con reverencia para sobresalir sobre los demás, imponerse y dominar. La religión les sirve para alimentar fatuidad. Hacen "largos rezos" para impresionar. No crean comunidad, pues se colocan por encima de todos. En el fondo, solo piensan en sí mismos. Viven aprovechándose de las personas débiles a las que deberían servir. Marcos no recoge las palabras de Jesús para condenar a los escribas que había en el Templo de Jerusalén antes de su destrucción, sino para poner en guardia a las comunidades cristianas para las que escribe. Los dirigentes religiosos han de ser servidores de la comunidad. Nada más. Si lo olvidan, son un peligro para todos. Hay que reaccionar para que no hagan daño. En la segunda escena, Jesús está sentado enfrente del arca de las ofrendas. Muchos ricos van echando cantidades importantes: son los que sostienen el Templo. De pronto se acerca una mujer. Jesús observa que echa dos moneditas de cobre. Es una viuda pobre, maltratada por la vida, sola y sin recursos. Probablemente vive mendigando junto al Templo. Conmovido, Jesús llama rápidamente a sus discípulos. No han de olvidar el gesto de esta mujer, pues, aunque está pasando necesidad, "ha echado todo lo que tenía para vivir". Mientras los letrados viven aprovechándose de la religión, esta mujer se desprende de todo por los demás, confiando totalmente en Dios. Su gesto nos descubre el corazón de la verdadera religión: confianza grande en Dios, gratuidad sorprendente, generosidad y amor solidario, sencillez y verdad. No conocemos el nombre de esta mujer ni su rostro. Solo sabemos que Jesús vio en ella un modelo para los futuros dirigentes de su Iglesia. También hoy, tantas mujeres y hombres de fe sencilla y corazón generoso son lo mejor que tenemos en la Iglesia. No escriben libros ni pronuncian sermones, pero son los que mantienen vivo entre nosotros el Evangelio de Jesús. De ellos hemos de aprender los presbíteros y obispos. José Antonio Pagola El 11 de marzo de 1841 nace en Milán (Ita lia), del matrimonio formado por Luis Menni y Luisa Figini siendo el 5º de 15 hermanos. Junto al humus familiar, que marca la vida de cualquier hombre, cuatro episodios intervienen en su decisión de hacerse Hermano de San Juan de Dios: Unos ejercicios espirituales a los 17 años Los consejos de un ermitaño de Milán Su oración diaria ante un cuadro de la Virgen y El ejemplo de los Hermanos de San Juan de Dios atendiendo a los soldados heridos que llegaban a la estación de Milá n procedentes de Magenta, servicio que el mismo Menni practicó. (San Benito Menni, c. 642) En 1860 ingresó en la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios cambiando el nombre de Angel Hércules, impuesto en su bautismo, por el de Benito. Cursó los estud ios filosóficos y teológicos primero en el Seminario de Lodi y des- Espiritualidad y Oración: pués en el Colegio Romano (Pontificia Universidad Gregoriana de Roma). Ordenado sacerdote en 1866. Pío IX le encomendó la compleja misión de restaurar en España la extinguida Orden ORACION POR LA HUMILDAD Hospitalaria, tarea que inició en 1867. A la restauración de la Orden en España siguió también, a fina les del siglo XIX la Señor Jesús,demanso y Orden humilde. restauración la misma en Portuga l y, a principios del siglo XX, en Méjico. Desde el polvo me sube domina esta sed de Hospitalarias que todos me estimen, de que todos El 31 de mayo de 1881 fundóylame Congregación de Hermanas del Sagradoquieran. Corazón de Jesús. me un hombre caridad inagotable y de excepcionales dotes de gobierno. A su manso y humilde de MiFuecorazón esdesoberbio. Dame la gracia de la humildad, mi Señor muerte, acaecida en Dinán (Francia) el año 1914, había creado 22 grandes centros corazón. entre asilos, hospitales ge nerales y hospita les psiquiátricos. Sus restos descansan en la Casa-madre de Ciempozuelos. El 23 de junio de 1985 fue declaradome beato por el Papa Juan Pablome II y lastiman, el 21 de no-los fracasos me No puedo perdonar, el rencor quema, las críticas viembre de 1999 lo canonizó, acto por el que se reconoció ante la Iglesia su santidad, quelas viviórivalidades en grado extraordinario. hunden, me asustan. No se de donde me vienen estos locos deseos de imponer mi voluntad, no ceder, sentirme más que otros... Hago lo que no quiero. Ten piedad, Señor, y dame la gracia de la humildad. Dame la gracia de perdonar de corazón, la gracia de aceptar la crítica y aceptar cuando me corrijan. Dame la gracia, poder, con tranquilidad, criticarme a mi mismo. La gracia de mantenerme sereno en los desprecios, olvidos e indiferencias de otros. Dame la gracia de sentirme verdaderamente feliz, cuando no figuro, no resalto ante los demás, con lo que digo, con lo que hago. Ayúdame, Señor, a pensar menos en mi y abrir espacios en mi corazón para que los puedas ocupar Tu y mis hermanos. En fin, mi Señor Jesucristo, dame la gracia de ir adquiriendo, poco a poco un corazón manso, humilde, paciente y bueno. Cristo Jesús, manso y humilde de corazón, haz mi corazón semejante al tuyo. Asi sea. (P. Ignacio Larrañaga)