EDUCANDO AL CIUDADANO GLOBAL Alumno de hoy, ciudadano del futuro Mtra. Alexandra Marissa Cano Mosqueda Departamento de Educación División de Ciencias Sociales y Humanidades Universidad de Guanajuato RESUMEN El concepto de ciudadanía ha sido difícil de tipificar debido a las diversas apreciaciones que se tienen en las denominaciones de las civilizaciones actuales comparando en retrospectiva el sentido epistemológico del concepto en los primeros surgimientos de sociedades. Sin embargo, de las características más importantes que los ciudadanos deben tener para con la sociedad, sea mundial o nacional, están el respeto hacia los demás y la tolerancia, así como la aceptación y aprecio hacia las diferencias que hay entre sí. La educación tiene entonces un rol primordial en la construcción del ideal de ciudadanía y en la promoción de una cultura inclusiva, comenzando por la escuela misma. El reto del docente en la educación de los ciudadanos del futuro es precisamente el desarrollo de esa ciudadanía utópica que puede llegar a ser un agente de cambio a través del despertar del pensamiento complejo. Palabras clave: ciudadanía, inclusividad, respeto, diferencias, complejidad educativa. ABSTRACT The concept of citizenship has been difficult to typify, due to the diverse appreciations given about denominations to current civilizations, comparing it in retrospective to the epistemological sense of the concept in those first emerging societies. However, the most important characteristics citizens must have in society, whether world or national it might be, there are the respect for others, the same as the acceptance and appreciation towards the construction of the ideal of citizenship and in the promotion of an inclusive culture, starting by the same school. The challenge for any teacher in the education of the future citizens is precisely the development of that utopic citizenship which can get to be a change agent through the awakening of the complex thinking. Key words: citizenship, inclusiveness, respect, differences, educational complexity. INTRODUCCIÓN En primera instancia es necesario definir el término de ciudadanía, de acuerdo al Diccionario de la Real Academia Española (DRAE) (2014), lo define como: 1. Calidad y derecho de ciudadano” 2. Conjunto de los ciudadanos de un pueblo o nación” y “Ciudadano” es 3. El habitante de las ciudades antiguas o de los Estados modernos, como sujeto de derechos políticos, y que interviene, ejercitándolos, en el gobierno de la nación. En esta definición sencilla se comprende el concepto de ciudadanía como el conjunto de derechos y obligaciones que tiene un individuo al vivir al interior de una sociedad. Por lo tanto, la definición nos cataloga a todos los pobladores del mundo per ce, posteriormente, delimita la serie de obligaciones y derechos específicos que atribuyen las constituciones de cada nación a sus ciudadanos. Sin embargo, al revisar el término de ciudadanía en su origen epistemológico, revisando la historia y el surgimiento de las nuevas sociedades, ciudades o civilizaciones, encontramos que en la Grecia Clásica el concepto de ciudadanía estaba estrechamente ligado con la élite que representaba un vínculo con la religión. Después en Roma, el concepto de ciudadanía se extiende a todos los miembros del imperio, pero excluía de sus derechos como ciudadanos a todos aquellos que estuvieran recluidos en alguna prisión. El concepto fue evolucionando y en la Francia Republicana es cuando retoma su significación para la construcción de sociedades más justas, esto a partir de la Revolución Francesa y el surgimiento de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, aprobada el 27 de agosto de 1789. Para 1812, un documento de gran importancia para la España Conquistadora, La Constitución de Cádiz, aparece con la finalidad de establecer la definición y delimitación de los territorios conquistados por la “madre patria”; dicho documento surge más como una necesidad para defenderse de las intenciones colonizadoras de Napoleón Bonaparte sobre los territorios ya conquistados por España en América, de igual manera se buscaba la igualdad de derechos entre los peninsulares y los criollos. Finalmente, para Hispano América y siguiendo el ejemplo que la Constitución de Cádiz desarrollo para sus ciudadanos, surge la Constitución de la República Federal de Centro América de 1824 y después se crearon otros decretos, por ejemplo en Bolivia 1866, Guatemala 1985 y para nuestro país en 1917, la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Justamente hablando de nuestro país, México, encontramos un reto enorme para poder definir hoy en día el concepto de ciudadanía en medio del sacudimiento social que nos atañe actualmente. Los fenómenos sociales a causa de las reformas: económica, educativa, energética y laboral que han llegado de golpe creando cambios considerables al modus vivendi que teníamos y que en conjunto desestabilizan la comprensión y el conocimiento de los derechos y obligaciones nuevas que debemos adquirir a raíz de estas reformas. Entonces, ¿Quiénes y cómo serán los ciudadanos del futuro? ¿Qué sociedad les espera a los niños y jóvenes que se encuentran en formación? ¿Cómo prepararlos para que sean competentes y autónomos y ciudadanos responsables no solo de la sociedad nacional sino de la sociedad mundial donde ya viven? Ciertamente, el panorama se ve oscuro en el futuro dado el estallido expansivo que se ha dado en términos de avances científico-tecnológicos y el fenómeno de la globalización que en conjunto han creado una cultura compleja orientada primordialmente al consumismo, al enriquecimiento a costa de lo que sea a través de la invasión mediática y al poco cuidado que tenemos de nuestros recursos naturales y el respeto por la dignidad humana. Los retos a los que los docentes se enfrentan hoy en día, son retos no planteados anteriormente, por ejemplo la disolución familiar, los nuevos roles sociales que han adquirido los padres de familia, los nuevos valores que se erigen básicamente en lo que se vende y si no se vende, entonces deja de ser un valor. Entre otros ejemplos, promover el respeto hacia los demás, el diálogo, la autonomía, la honestidad, la ética, la moral y recientemente se ha considerado de vital importancia la promoción de la inclusividad escolar para posteriormente traducirla como inclusividad social; en una utopía de ciudadanía donde todos somos ciudadanos del mundo, conscientes de nuestras decisiones que afecten o beneficien a los demás habitantes no solo de la nación donde vivimos sino a los demás ciudadanos del mundo. CONTEXTUALIZACIÓN ACTUAL La sociedad actual nos demanda a quienes tenemos en nuestras manos el proceso de educar, es decir a los docentes, que preparemos ciudadanos conscientes de la necesidad de un compromiso social, ambiental, cultural, con un pensamiento crítico y ético para enfrentar una realidad que se transforma constantemente y desde luego una actitud de respeto por sí mismos y hacia los demás. Entonces, primero es importante reconocer a esa sociedad actual en donde los alumnos de hoy serán los ciudadanos del mañana y que quizá cuando terminen el proceso de formación dentro de las aulas, esa sociedad sea diferente a la que se plantearon mientras desarrollaban sus habilidades para ser competentes. Este trabajo tiene el propósito de describir a la persona que tengo la intención de educar a través de mi práctica docente. Mencionaré el perfil deseable al momento de culminar el proceso educativo a mi cargo para quienes serán mis alumnos en un futuro próximo y también para aquellos que lleguen a las aulas de mi práctica docente en un futuro más alejado. Comenzaré puntualizando que mi quehacer educativo se desarrolló principalmente en la impartición de clases del idioma inglés en el nivel superior, específicamente y hasta el momento, dentro de la Universidad de Guanajuato, Campus Irapuato-Salamanca en la División de Ciencias de la Vida. Los grupos a quienes tuve el privilegio de atender, fueron: Estudiantes del 8º semestre de Ingeniería en Agronomía Estudiantes de posgrado: Maestría y Doctorado en Biociencias Profesores del Departamento de Ciencias Ambientales Además, recientemente colaboro con la impartición de la clase de inglés para mis compañeros de la Maestría en Desarrollo Docente, en la División de Ciencias Sociales y Humanidades del Campus Guanajuato. El dominio del idioma inglés es una necesidad para los estudiantes de la Universidad de Guanajuato, pues deben certificar su nivel lingüístico en ese idioma para poder titularse de cualquiera de los programas académicos. ¿Quiénes son los alumnos de hoy? Los alumnos contemporáneos son habilidosos en las artes cibernautas, en la búsqueda de la información, ávidos por conocer y aprender, con una inmensa necesidad de comprender los fenómenos sociales que sacuden al país y al mundo. Cada vez más, los alumnos de hoy se reconocen con los mismos derechos y obligaciones pero con diferencias que los hacen únicos y que los distinguen de los demás. La educación de los ciudadanos del futuro, en la definición de Bisch (1995) en la UNESCO: Todos los hombres, mujeres y niños llegan al mundo como seres humanos. Gracias a la inmensa conquista histórica de los derechos humanos, todos somos iguales en derechos y dignidad al resto de los seres humanos. Cuando la educación ciudadana tiene el propósito de 'educar a futuros ciudadanos', necesariamente debe dirigirse a niños, jóvenes y adultos, que son seres vivos con el estatus de seres humanos dotados de conciencia y razón. No es posible, por tanto, dejar de considerar a los individuos como sujetos con características individuales propias. Sin embargo, los alumnos de hoy han crecido en una era mediática que invade el devenir diario, lo cual les vuelve fácilmente vulnerables a la manipulación en masa. La televisión, los dispositivos electrónicos, el internet y las redes sociales son el principal medio de información al que acceden para comunicarse. Esto nos ha llevado a transformar las estrategias para lograr que nuestros estudiantes accedan a información vinculada con su entorno académico y no solo con un entorno virtual e impersonal. ¿Cuáles son los desafíos del docente contemporáneo? El desafío del docente actual es lograr que el ciudadano en formación alcance un equilibrio en los diversos aspectos que intervienen en el desarrollo de la persona, para prepararlo a los retos que debe enfrentar día a día. Para ello, el docente debe tener claro que la profesión que ha elegido es la más importante mancuerna que va de la mano con la labor formativa y muchas veces de crianza con la de los padres de familia. Al respecto de un ambiente cálido menciona Romera (2014), que la enseñanza debe darse en un ambiente comprensivo e inclusivo, donde se anime el espíritu humano, a pesar de lo que todos los días nuestros jóvenes estudiantes observan en los noticieros y en las redes sociales. Volcarlos hacia un aprendizaje que exija al profesor nuevos retos y no conformarse con lo que se les da, revisiones de tareas y ejercicios mecanizados, sino mostrarles la posibilidad de cuestionarle al profesor por qué y para qué se hacen ciertas actividades, qué deben aprender de cada sesión, lejos de cumplir con un punto en la asistencia. En este sentido Robinson (2012), explica la urgencia por educar a individuos “despiertos” a su realidad, lejos de mantenerlos aletargados por el incidente y muy común trastorno de hiperactividad y déficit de atención que se manifiesta no solo en los estudiantes de corta edad, sino también en los jóvenes adultos quienes fácilmente son presa de las distracciones tecnológicas. Por ello, es necesario crearles una ideología innovadora y emprendedora para que sean ellos mismos quienes generen un cambio social y oportunidades económicas auto-sustentables que promuevan el auto-empleo y la creación de fuentes de trabajo para otros. Hemos venido repitiendo el mismo discurso una y otra vez en nuestras aulas para quienes atienden nuestras cátedras, les hemos impuesto un chip para ser empleados y es así como la mayoría de la población profesional ha entendido que debe ser su destino, bajo el sistema de poder algún día llegar a ser empleados, entonces necesitamos un cambio y para que suceda, debe cambiar el modo de pensar, comenzando por el profesor. Como lo decía Albert Einstein, si deseamos resultados diferentes, debemos entonces comenzar por hacer cosas diferentes. Nuestros jóvenes universitarios están expuestos a peligros como la drogadicción, a la falta de actividades integradoras como la cultura y el arte, a la falta de capacidad para manejar la frustración y en este aspecto, la sociedad actual y los nuevos diseños curriculares han quitado peso a estas actividades que les permiten a los jóvenes saber manejar situaciones de estrés, de competitividad, de trabajo en equipo, del despertar de los sentidos ante la apreciación de expresiones artísticas. ¿Qué clase de persona quiero educar? En mi práctica docente, el objetivo es precisamente lograr despertar en los estudiantes un interés por el acontecer social, por una formación integral, por un pensamiento crítico en la ética y los valores, en el respeto por sí mismos, por los demás y por el medio ambiente. Quizá sea una utopía el creer que es posible, tomando en cuenta las nuevas generaciones carentes de respeto incluso por el profesor, pero si se comienza con pequeñas acciones, la realidad puede ir cambiando aunque momentáneamente sea en un grupo, pero esos estudiantes que hoy están siendo educados en las aulas, llevarán un pensamiento diferente para crear pequeñas sociedades más humanas y más conscientes, al formar sus propias familias o en sus centros de trabajo. Tal como menciona Savater (2013), la labor más importante de un profesor es sin duda alguna, el conseguir que sus estudiantes sean algún día independientes, prepararlos para que ellos solos extiendan sus alas y se encuentren listos para enfrentar la vida, tal como un padre prepara a sus hijos para que dejen el nido capacitados en valores y autonomía. En una comparación similar del trabajo del docente y del padre de familia, Marinoff (1999) menciona que: Parte del trabajo de un padres inculcarle virtudes –buenas costumbres según Aristóteles-pero todos llegamos a un punto en el que es necesario reforzar nuestra propia valía, vivir según nuestros propios valores y ocupar un lugar adulto propio en la sociedad. (p.26). Entonces, decía Savater, que sería un fracaso incluso para la propia vocación del docente el no lograr que sus alumnos sean individuos autónomos. En mi práctica docente intento desarrollar esa parte auto crítica y el auto-aprendizaje para hacerlos personas independientes de la ayuda del profesor, que conozcan las diferentes fuentes del conocimiento y sepan manejarlas para su propio beneficio, a que piensen por sí mismos y no estén esperanzados a lo que el profesor les pueda ofrecer, sino ir más allá, incluso poner a prueba lo que se dice en clase y verificar la información que reciben, cuestionarla y exigir que se amplíe con lo que ellos mismos van descubriendo. En el caso particular de la clase de inglés, el objetivo es precisamente en relación al dominio del idioma, lograr que desarrollen todas sus capacidades para ser personas bilingües y competentes con las exigencias actuales en este mundo globalizado, la movilidad de las sociedades entre las diferentes culturas se amplía y los vínculos interpersonales se estrechan a través de compartir experiencias y objetivos, esto mediante el habla de un mismo idioma, que en la actualidad esa función de “lingua franca” o lenguaje globalizador es el idioma inglés. Entonces dice Brown (2007) que: Dado que la capacidad comunicativa es el objetivo principal de clase de idiomas, la instrucción debe estar orientada hacia todos sus componentes: organizacional, pragmático, estratégico, y psicomotor. Los objetivos comunicativos son alcanzados de una mejor manera a través de darle una mejor atención al uso adecuado del idioma y no solo a la costumbre de hablarlo, a la fluidez más que a la precisión, al idioma auténtico y a los contextos, a la necesidad eventual de los estudiantes de aplicar lo aprendido en clase en contextos previamente ensayados para el mundo real. (p.79). En un mundo globalizado, o en la era planetaria como lo diría Morin, lo más importante sobre el proceso de educar, es preparar a los sujetos, a los estudiantes para una convivencia intercultural, socialmente responsable y basada en el respeto a las diferencias, adaptándonos a los avances tecnológicos sin dejar de lado la conciencia por el respeto a la preservación del medio ambiente. En la convivencia intercultural, debemos estar conscientes de las similitudes y las diferencias existentes entre las percepciones de nuestras realidades, es decir, cada cultura concibe de manera diferente al mundo desde la perspectiva de su idioma y en este aspecto Jandt (2010) cita la hipótesis de Whorf-Sapir, en la que se discute la relatividad lingüística y cómo el idioma en ocasiones se vuelve un factor que afecta la comunicación intercultural y explica que “el lenguaje no-verbal, palabras y símbolos se convierten en barreras cuando su significado completo no se comparte entre ambas comunidades lingüísticas” (p. 127). Entonces desde el aula de idiomas, que se refiere a mi práctica docente, se pueden abordar diversos enfoques, temáticas, problemáticas y desarrollo de una variedad importante de habilidades para la vida, no solo aquellas relacionadas con el idioma inglés, sino desde ahí tomarse temas de importancia actual y que serán herramientas para los alumnos de hoy y los ciudadanos del mañana. Diré que el modelo de persona que deseo educar es alguien quien sea consciente de sus necesidades como ciudadano de un mundo compartido y que las acciones ejercidas tendrán un impacto no solo en su vida, sino también en la de los demás; que las ventajas y las consecuencias de la toma de decisiones son compartidas; un individuo que respete el medio ambiente, socialmente responsable abrigado en valores al igual que ética moral y profesional, ejemplos a seguir para las futuras generaciones con un pensamiento crítico, innovador y emprendedor; con sentido humanista al servicio de los demás, agradecidos por las oportunidades recibidas; sujetos informados y sedientos de saber, ávidos por la lectura y sobre todo a personas con una formación integral, que el aspecto intelectual o académico sea de importancia pero no sea el único, que desarrollen todo su potencial para desarrollarse libremente en la sociedad actual libres del miedo al fracaso, capaces de proponer cambios significativos para un mundo mejor. “La educación no cambia el mundo: cambia a las personas que van a cambiar el mundo” -Paulo Freire- Referencias Bisch, P. 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