Violencia en los medios de comunicación

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Violencia y medios de comunicación de masas
Introducción
En primer lugar querríamos delimitar qué es violencia. Encontramos acertada
una clasificación de violencia según varios tipos: Violencia estructural, directa y
cultural.
La violencia estructural aparece cuando una de las partes tiene capacidad
sobre la otra para imponer sus reglas. Sucede que el centro ejerce violencia
estructural contra la periferia. La violencia directa es a veces demasiado clara y
entonces se recurre a una violencia más sutil: violencia cultural, que se refiere a
sus formas no materiales como el lenguaje o la comunicación. Mediante mitos,
símbolos y retórica basada en falacias se legitiman las acciones centro – periferia y
se consigue que los países de la periferia se desarrollen como conviene a los del
centro. Para esto es también fundamental el apoyo de muchos de los líderes
políticos de estos países periféricos a las decisiones del centro. Aunque es notable
el hecho de que en numerosos países de América latina, tradicionalmente
coaccionados y subordinados a los intereses estadounidenses, se están eligiendo
presidentes que poco a poco se desmarcan de esta tendencia y velan por intereses
locales (Venezuela, Bolivia...) Un claro ejemplo de violencia cultural es el discurso
que desde los países centrales se difunde en los periféricos. Esta retórica liberal les
lleva a explotar cierto tipo de industrias que benefician a los países centrales (Los
periféricos aportan materias primas y compran los productos elaborados a los
centrales), a limitar su expansión a un solo tipo de industria a pesar de que
sepamos que los países centrales necesitaron desarrollar su agricultura para poder
desarrollar otros sectores, por lo que se les impide vivir un desarrollo completo y
real o por ejemplo a no poseer ningún tipo de arancel ya que entienden estos como
barreras casi prehistóricas. Es cuanto menos curioso observar cómo los países
centrales sí aplican aranceles a productos de países periféricos mientras venden el
discurso
del
libre
mercado.
Un
ejemplo
paradigmático
son
los
plátanos
ecuatorianos, de mayor calidad que los canarios, y de los que no podemos disfrutar
aquí a causa de las elevadas restricciones a su entrada. Este tipo de violencia tiene
también repercusiones perversas sobre los individuos de los países centrales
porque, al ser su transmisión sutil y aparentemente no visible, consigue que se
interioricen ciertos comportamientos violentos como comportamientos deseables o
necesarios para la socialización. O incluso se llega a descubrir que muchas víctimas
de violencia directas (mujeres, niños o ancianos maltratados, por ejemplo) asuman
esta como algo válido dado que han interiorizado unas estructuras jerárquicas en
las que son elementos inferiores que consideran verdaderas. Sobre estos efectos
volveremos más adelante.
Además de la evidente violencia estructural centro – periferia se ejerce
violencia estructural, ya sea directa o cultural, entre sexos. Esta violencia se
manifiesta a través del machismo y el patriarcado; la violencia directa se traduce
en infanticidio o violencia de género y la cultural a través del androcentrismo que
ha caracterizado la historia de nuestras sociedades judeocristianas entre otras.
También entre clases. Las formas de
violencia directa que lleva a cabo la clase
dominante son la represión y la subversión y la forma de violencia cultural es el
elitismo: Son creencias como que quien más tiene en la vida debe tener esa
posición, al fin y al cabo sabe más, tiene más educación y prestigio, etc. Conviene
apuntar aquí que la clase dominante no tiene por qué corresponderse con la
dirigente. Esta última es la clase que domina políticamente mientras que la clase
dominante se refiere a la que domina socialmente. También hay violencia
estructural entre etnias, mediante esclavitud y violencia directa como agresiones
xenófobas o racistas. La violencia cultural que se lleva a cabo es el racismo y el
etnocentrismo. Conviene también aquí apuntar una cuestión: La xenofobia es una
reacción animal para la supervivencia y se manifiesta con la defensa ante lo
diferente a pesar de que sea de tu misma especie. Defensa preventiva, antes de
que se cometa ataque alguno. El ser humano, gracias a tener la racionalidad que no
tienen otros animales, puede combatir la xenofobia sin sentido, pero que existe de
manera natural. Sin embargo el racismo fue una invención europea para legitimar
el tráfico de esclavos. Está basado en la falsa creencia de que existen diferentes
razas, y por tanto hay una o unas superiores a las demás. La xenofobia es una
agresión a lo diferente y es natural, el racismo es agresión al inferior y es cultural,
es decir, una invención humana sin ninguna base natural. Con respecto a la
violencia estructural que se refleja en los medios hacia estos grupos vulnerables,
Estrella Israel Garzón en 2003 expuso los datos extraídos del análisis de
televisiones españolas y europeas según los cuales un 72% de las noticias definía la
situación de la inmigración como altamente problemática. Esta misma autora, entre
otros, apuntó también la creciente tendencia a especificar la nacionalidad de
quienes cometen delititos sea este hecho informativo o no. 1 Respecto a los
arquetipos que reinan en el imaginario colectivo del centro, Juan Rey apunta que
“la propaganda estadounidense y sus voceros mediáticos dividen el mundo en dos
bloques: nosotros (los occidentales) y ellos (los no-occidentales, en este caso
concreto: los musulmanes). Nosotros somos la encarnación de todas las virtudes
(libres, demócratas, desarrollados, modernos) y ellos, en cambio, el cúmulo de
todas las maldades (esclavos, súbditos, atrasados, arcaicos).” Y esto es así mucho
antes del atentado del 11 de septiembre, de hecho, recuperando a Said afirma que
la búsqueda de nuevos enemigos oficiales se inició cuando la Unión Soviética dejó
de tener este papel. Aunque sí es cierto que fue a raíz de los atentados que los
árabes volviesen a ser la primera amenaza de Occidente. Mediante manipulación y
tratamiento que podríamos calificar de publicitario, este y otros muchos autores
constatan que “el Gobierno estadounidense no tiene inconveniente en recuperar un
viejo estereotipo casi olvidado, maquillarlo cinematográficamente y acentuar sus
rasgos más crueles con el fin de, valga la redundancia, enfatizar el carácter
aterrador del enemigo”.2
De hecho se ha extendido desde los medios el término “fundamentalismo
islámico” pero este no es correcto. En cualquier caso, si analizamos el islamismo
político radical podemos observar:
Motivaciones / orígenes
Factores ideales:
-
Lecturas fundamentalistas (literales) del Corán. Los textos sagrados se
pueden leer desde diversos puntos de vista, el porcentaje de árabes que
lo interpretan de una manera radical es mínimo.
-
Ideología política que utiliza vocabulario del Islam, religioso, bajo el que
se
esconden
pretensiones
de
obtener
poder,
no
simplemente
integrismos islámicos (imponer su interpretación del Islam al resto de
población)
Factores reales
-
Pobreza y desigualdad como caldo de cultivo para el surgimiento de
ideas violentas. Sin embargo aquellos que mueren por el Islam suelen
ser de clases medias, no bajas.
-
Inadaptación a los nuevos contextos. Por ejemplo, los musulmanes del
atentado de Londres del siete de julio eran ingleses de nacimiento. Los
jóvenes que protagonizaron las revueltas de los barrios marginales
franceses también nacieron en este país en su mayoría. Lo cierto es que
el ser humano necesita sentir identificación y pertenencia a un grupo y
ante la inadaptación se crean grupos para suplir estas necesidades.
-
Reacción ante las profanaciones.
Propósitos / objetivos
Para la relación Norte – Sur
-
Venganza por la creación del Estado de Israel (1948), por crear y
destruir países en función de “intereses y enfermedades mentales de los
gobiernos occidentales”
, etc. Buscan una recomposición de sus
3
relaciones con el actual centro dentro de los límites del capitalismo.
-
Para los países con mayoría islámica: Quieren cambios en Arabia,
Marruecos, Pakistán, Egipto. Algunos de los grupos radicales, como por
ejemplo los salafistas, creen que estos países no interpretan el Islam
desde un punto de vista suficientemente radical, que son decadentes.
En cualquier caso, los grupos radicales son muy diversos aunque puedan estar
más o menos relacionados entre sí. Son grupos más o menos autónomos
organizados en torno a la pureza y su interpretación del Islam. Quieren ser
reconocidos como grupos terroristas, de ahí la espectacularidad de los atentados,
buscan que funcionen como publicidad. Pero el hecho de que su diversidad hace
pensar que Al-Qaeda funciona como imagen de marca, para reiterar lo que se
vende como guerra de ideas (democracia y libertad contra radicalidad y barbarie) y
así distraer de los intereses y la complejidad real que se esconden tras las
versiones oficiales y oficializadas de la historia. Esta demonización, difundida por
los medios de comunicación de masas que, a pesar de estar perdiendo credibilidad
y prestigio en los últimos tiempos, aún se consideran las figuras de la información
objetiva y la autoridad competente por excelencia, “producen el desplazamiento y
la difusión de la responsabilidad del individuo”
4
Volviendo a la violencia estructural, encontramos ciertas variables que
podríamos reproducir en una escala. Se puede ir avanzando o quedarse en alguno
de los puntos. Estos son:
Por parte de quien la sufre
1. No se es consciente.
2. Se piensa sobre ciertas acciones violentas que se sufren.
3. Se verbalizan dichas acciones.
4. Hay una movilización, se agrupan para dejar de sufrirlas.
5. Enfrentamiento contra los agentes violentos.
6. Obtención de resultados
Reacciones ante los puntos anteriores de quien se beneficia de la violencia
1. Distracción para evitar que se tome conciencia de dónde está el problema
2. Represión psicológica mediante la demonización de los pensamientos
emergentes.
3. Contraverbalización (Propaganda y otros tipos de imposición ideológica)
4. Represión política frente a la verbalización.
5. Enfrentamiento.
Obtención de resultados.
Los medios de comunicación de masas como agentes socializadores.
En los últimos tiempos se está debatiendo la incidencia de los medios de
comunicación de masas en las actitudes violentas que los jóvenes parecen adquirir
de manera creciente. Lo cierto es que, independientemente de que los medios
influyan en mayor o menos medida que en otros momentos para la creación de
estas actitudes, son sólo un agente de socialización más.
En el artículo de Clemente Penalva “El tratamiento de la violencia en los
medios de comunicación” encontramos el siguiente cuadro:
Algunos ejemplos de cómo opera la justificación de la violencia en la
cultura y en las instituciones
Ámbito
Mecanismos de legitimación de la violencia
Cultura Popular
Cuentos, refranes, canciones, chistes
Escuela
Ejército
Empresa
Familia
Medios de
comunicación
Contenidos, no reciprocidad profesor-alumno, segregación,
mano dura
Patriotismo, culto a las armas, deshumanización del enemigo
Diferencias
salariales
(hombre-mujer;
autóctono-
inmigrante), clasismo
Autoritarismo, menosprecio, transmisión de valores
Estereotipos, desinformación, trivialización de la violencia
Religión
Textos bíblicos (ojo por ojo diente por diente)
Ciencia
Deterioro ambiental por razones de progreso
A pesar de esto sí podemos hablar de una sobrerepresentación de la
violencia en los medios de comunicación. Para los conflictos internacionales reales
hay muchas más soluciones no violentas que soluciones violentas, sin embargo se
da mayor cobertura mediática a las segundas. A un nivel local también se explota la
violencia. Podemos ver como en prensa o televisión desaparecen las secciones de
sucesos para plagar todo el informativo o el periódico. Las imágenes, textos y
acontecimientos relatados en los medios tratan el hecho de la violencia con mucha
mayor frecuencia que otros temas. La violencia directa sigue unos esquemas
universales por lo que, como apunta Penalva en el trabajo ya citado, es más fácil
internacionalizar los productos que sigan estas estructuras. Por ejemplo en los
dibujos animados, es más sencillo transmitir violencia que humor. Además, los
dibujos violentos se conectan con la industria del videojuego o con los juguetes
bélicos en general. Las grandes producciones de Hollywood, con efectos especiales
y violencia directa y cultural como reclamo, reciben mucha más promoción y mejor
distribución que otras producciones más baratas, etc.
En cuanto a violencia que no es ficción, más allá de las múltiples desigualdades
de género, de educación, etc. lo que verdaderamente determina las reglas del
juego global es la desigualdad de poder. Esto tiene consecuencias como una
polarización cada vez mayor entre estados y dentro de los estados así como
diferente repercusión mediática.
El conflicto aparece cuando los actores tiene objetivos incompatibles entre sí.
Una de las reacciones ante el conflicto es la violencia. Hay censura de casos
particulares como los muertos del 11S o la paidofilia o bien no aparición en los
medios de lo que no responde a los intereses de quienes los poseen como la
violencia en países pobres. Sin embargo, normalmente la violencia es noticia, pero
llega a convertirse en pornografía ya que hay un uso mediático visual de imágenes
impactantes y además se descontextualiza el hecho ya que no se explica el antes ni
el después y si se presentan causas, estas tienden a ser simplistas y manipuladas.
Se nos presentas las imágenes impactantes sin un verdadero contexto social,
económico, geopolítico, etc. que ayude a la comprensión de las reacciones
violentas.
Esto responde a la lógica mediática. Según autores como Ignacio Ramonet o
Dave edwards, la información no es más que una mercancía con la que obtener
beneficios. Por lo tanto no interesa informar a los ciudadanos sobre el por qué de
los conflictos o sobre aquellas noticias que, a pesar de tener gran transcendencia
en la geopolítica, no se acompañas de imágenes impactantes. Un criterio de
selección es la imagen: si no tiene imagen, no existe. Noticias de gran
trascendencia para el sistema mundial, como el traslado de fondos venezolanos de
los Estados Unidos a Suiza que ha llevado a cabo Chávez o información sobre qué
es Bolkestein y cómo nos afecta apenas tienen cabida en los medios mientras que
en todos los telediarios se pueden ver imágenes de meteoritos luminosos,
pequeños huracanes, etc. que grabaron videoaficionados y un sinfín de ejemplos de
“noticias” de dudosa importancia para la comprensión del rumbo del sistema
mundial. Se busca el impacto emocional mediante la representación icónica. La
tendencia es provocar la emoción en vez de representarla. Y esta estimulación
visual, en detrimento de lo verbal, influye en el consumo acrítico de la información.
La imagen o descripción de un acontecimiento es suficiente para darle significado.
En prensa escrita, también existe selección en función del espacio disponible y de
intereses económicos obvios. Pero además, la presión del medio audiovisual por
excelencia, la televisión, es clara. La primacía de la imagen aquí también se hace
patente. Los modos de consumo de información del público están potenciados en
gran medida por la publicidad: mensajes cada vez más cortos, impactantes, con
imágenes, etc. –Lo que Baudrillard califica de esloganización de los medios de
comunicación de masas cuando afirma que la publicidad “convierte cualquier
discurso en algo simplificado, epidérmico, vagamente seductor y vagamente
consensual”
5
Todo
esto
hace
que
se
prefiera
un
consumo
rápido,
descontextualizado, que se prefiera cumplir la función de distracción y ocio a la de
estar informado. En todas las parcelas de la vida, cada vez más, se desdeña el
esfuerzo. A la hora de consumir información la cosa no cambia. Y la prensa también
cede ante este tipo de presiones del público, la lógica del beneficio vuelve a actuar.
Respecto a la verdad o la falsedad de estos contenidos, según Ramonet, son
los medios los que no pueden hacer esta distinción “Basta con que un hecho sea
lanzado desde la televisión (a partir de una noticia o imagen de agencia) y repetido
por la prensa escrita y la radio, para que el mismo sea acreditado como verdadero
sin mayores exigencias” “Así fue, recordemos, como se construyeron la mentira del
montón de cadáveres de Timisoara y todas las de la guerra del golfo” 6 Aunque
expone Ramonet en su obra “Pensamiento único y nuevos amos del mundo” que los
medios mismos desconocen la veracidad de la información que exponen, que no se
preocupan de contrastarla ni de comprobar la veracidad de las fuentes, parece que
los medios sí son conscientes de esto y somos los receptores de la información
mediática los que no podemos distinguir entre la veracidad o falsedad de las
noticias que recibimos. Por ejemplo, si algo sólo aparece en un periódico tendemos
a no creerlo, y a lo mejor es verdad. Además, no conocemos las fuentes de la
información ni los inversores de los medios (que son los que determinan la
información que tiene cabida en éstos)
Añadir la repetición a las causas por las que la información que es presentada
en los medios es asumida como veraz ya que parece que “en nuestra sociedad
mediática repetición vale por demostración”
6
Como la información es una mercancía hay competencia, por eso se busca la
actualidad y la inmediatez, para ser más exclusivo que los demás.
Además, se utiliza la violencia para crear la hiperemoción, confundimos la
reacción emocional que nos provoca una información con su veracidad. “Esto es un
mecanismo
que
vuelve
verdadero
aquello
que
provocó
la
emoción
del
telespectador” “Muy pronto, la televisión impondrá los criterios emocionales como
superiores a los argumentos racionales.”
6
También puede interesar sobrerepresentar la violencia en la periferia por
motivos socio políticos. Hay un nuevo concepto de censura a bese de
sobreinformaicón sobre todos los asuntos menos el que se quiere ocultar. “La
información se oculta porque hay demasiada para consumir y, por lo tanto, no se
percibe la que falta. La información durante siglos fue materia extremadamente
escasa, tanto, que se podía decir que quien tenía la información tenía el poder.
Finalmente el poder es el control de la circulación de la comunicación.” Es decir,
mediante la sobreinformación se consigue desinformación.
Un ejemplo real de este tipo de censura lo presenta Andrew Bard Schmooler
sobre los Estados Unidos: “la subcultura generada recientemente por los medios de
comunicación conservadores han apartado de sus hábitos de pensamiento crítico a
muchos estadounidenses.” Y para ello ha sido capital “la retórica mediante la cual
las elites gobernantes han inflamado cuestiones periféricas para distraer a sus
seguidores y conseguir que no viesen la verdad de su explotación.”
7
Otros beneficios de este tipo de censura lo encontramos en la gratificación
que recibimos los ciudadanos de los países centrales al constatar que en otros
lugares están mucho peor que nosotros. Se justifica el aumento del control al
ciudadano en pos de la seguridad o la intervención militar o ecológica en otros
países para mantener nuestro estilo de vida.
En cuanto a motivos sociopolíticos para la representación de la violencia real,
lo cierto es que, como ya veníamos esbozando, “la información sobre alteraciones
del orden social permite conformar consensos en lo referente a las normas y
valores de una sociedad y en consecuencia tiene incidencia en el grado de cohesión
de la misma. También se afirma que los medios de comunicación tienden a
exagerar el verdadero peligro que determinadas clases o grupos (delincuentes,
terroristas) tienen para la sociedad. La consecuencia es que se generan motivos de
preocupación - realmente lejanos de los que afectan principalmente a la sociedadque conducen a buscar la protección del poder establecido.”
4
Sin embargo, a pesar de la sobrerepresentación de la violencia y de la
censura basada en la apabullante cantidad de información a ala que tenemos
acceso, en los medios no se presenta todo lo que sucede. La selección es
restringida y realizada en función de los intereses de los países centrales con
respecto a los periféricos. Uno de estos intereses es que la información que se
muestra cumpla una función de distracción de la atención respecto a otras
cuestiones. En estos momentos hay 23 conflictos armados y 56 situaciones de
tensión en el mundo, pero a penas sabemos nada sobre la situación de países como
la República Democrática del Congo, “donde el conflicto armado oficialmente
acabado en 2003 se sigue cobrando víctimas cada mes a causa de efermedades
como la malaria, la tuberculosis o el SIDA, el hambre, la desaparición de los
servicios sanitarios y el caos existente en este país, donde algunas zonas aún están
controladas por rebeldes, pero que a los ojos del mundo es prácticamente
inexistente”. O Uganda, donde hay más de un millón y medio de desplazados sin
atención sanitaria o de ningún tipo, Sudán, donde la sequía genera pandemias,
hambre crónica y a penas hay infraestructuras, Chechenia, Somalia, Colombia,
Costa de Marfil, Haití, el norte de la India, etc.
8
Otro tipo de violencia que no es ficción se transmite a través de programas
como los reality y talk shows o en los programas del corazón, donde se mezcla la
angustia de la vergüenza ajena y el placer. Imbert llama a esto “violencia
representada” (Imbert: 1992) y con esta violencia simbólica se muestran normas
sociales para construir la realidad.
4
¿Por qué hablamos de placer? Hay estudios sobre el consumo de violencia por
parte de los seres humanos que indagan en el morbo. Por eso el público no sólo
demanda violencia espectacular de ficción, sino que necesita violencia real para
saciar este morbo.
Motivaciones y efectos en el público
Cuando los medios representan violencia real alegan que así se consiguen
respuestas solidarias por parte del público ante catástrofes humanitarias. Por
ejemplo, la reacción mundial ante los desastres provocados por el huracán Katrina.
Sin embargo, como hemos visto, no todos los conflictos se tratan. Además, se
resalta la catástrofe, las víctimas y en definitiva aquello que incide directamente en
el morbo pero a penas se ofrecen soluciones o explicaciones geopolíticas que
expliquen los verdaderos intereses o causas que se esconden detrás de muchos de
esos conflictos. Las reacciones que se consiguen por parte del público no son más
que pequeñas ayudas puntuales cómodas. La publicidad también se suma a esta
tendencia cuando aparecen campañas, por ejemplo la de Fortuna 0’7, en la que se
garantiza la donación de un porcentaje del beneficio de la compra del producto para
labores humanitarias. Al consumidor no le cuesta nada realizar esta acción
humanitaria y además se siente gratificado y completo como ser social activo, sin
embargo las campañas como esta suponen un beneficio para la empresa y pocos
resultados humanitarios. Siguiendo con el ejemplo de Fortuna, sabemos que esta
campaña costó más de 6 millones de euros pero sólo se destinaron a proyectos
humanitarios 2’04 millones.
9
En cuanto a los motivos psicológicos del individuo para la atracción por la
violencia, se ha estudiado que el ser humano actual necesita excitación y
emociones fuertes para satisfacer su curiosidad morbosa. Baudrillard habla de un
tipo de ciudadano aburrido que parece ser predominante en nuestras sociedades
desarrolladas. Basándose en la idea de la superación de los ideales de realización
del individuo y la búsqueda del consenso (frecuentemente a través de la violencia)
para el establecimiento del orden social, comenta que hoy en día el individuo no
crea ese consenso, sino que es producto de él. Esto se traduce en una
hiperrealización que describe en tres figuras: el obeso, el rehén y el obsceno. El
primero
simboliza
“un
exceso
de
conformismo
que
se
traduce
en
una
hiperdimensión tan saturada como vacía, donde se ha extraviado la esencia de los
social y la del cuerpo”
10
. El segundo es la consecuencia del terror y el terror es a su
vez consecuencia de la superación de la violencia. La violencia que llevaba al
individuo a implicarse en el rumbo de las cosas y que ahora le convierte en
resultado de una arbitrariedad absoluta que no responde a un proyecto o destino
sino que se desliza por el mundo dejando su vida fluir por un camino que no puede
controlar. Lo obsceno se corresponde con lo más real que lo real, por ejemplo, el
sexo convertido en pornografía, la violencia convertida en gore, etc. “El escenario
mantiene la ilusión, al desmontar el escenario –en todos los ámbitos, el político, el
de la verdad, el de la belleza, el del bien, etc.- ha desaparecido la ilusión y ha
sobrevivido la desilusión como característica de nuestra cultura moderna.”
10
Lo
cierto es que estas figuras parecen corresponderse con el aburrimiento no
entendido según el ideal romántico, sino como el aburrimiento de quien no tiene
proyectos que realizar o para el que cualquier cosa es realizable y vive una
desrealización ante la que necesita sentir emociones.
Hay diversas teorías sobre el efecto de la violencia en los medios de
comunicación de masas, tanto positivos como negativos. Se exponen algunas a
continuación:
Teoría de la catarsis. FESHBACH Y SINGER.
Las frustraciones generadas en el curso de la vida cotidiana se alivian mediante la
participación por "intermediario" en la agresión ajena. El acto de presenciar
contenidos violentos en televisión, o de leer noticias consideradas como agresivas,
aporta al público experiencias agresivas indirectas, que sirven como vehículo
inofensivo para aliviar sentimientos de hostilidad.
Teoría de los efectos del estímulo. BERKOWTZ.
La exposición a los estímulos agresivos incrementa la susceptibilidad de una
persona para la excitación fisiológica y emocional, lo que a su vez hará aumentar su
conducta agresiva. Un estímulo agresivo no provocará siempre una reacción agresiva,
ni es probable tampoco que provoque un mismo grado de agresividad en todo el
público, dependerá de la frustración del individuo, de la justificación de la actitud
violenta, etc.
Teoría del aprendizaje por observación. BANDURA Y WALTERS.
El público puede modelar su conducta hacia descripciones agresivas hechas por
los medios de comunicación, imitando a personajes que utilizan la agresividad para
alcanzar un estatus de poder, fama, gloria, etc.
Teoría del refuerzo. KLAPPER.
Las imágenes de violencia en televisión o descripciones agresivas de noticias en
prensa refuerzan los comportamientos violentos. Otros autores apuntan que un tipo
de comunicación masiva como por ejemplo el cine, muestra a personajes violentos
con otros atributos positivos (control, poder, glamour) por lo que éstos reforzaran
comportamientos violentos. Sin embargo en prensa o información en general no se
destaca la violencia como algo positivo, luego este refuerzo será negativo. Se da por
hecho que el ser humano es racional, luego se espera que valore las consecuencias de
sus actos antes de acometerlos. Sin embargo los recursos de demonización de ciertos
sectores sociales o la interiorización de una jerarquía social que hemos comentado
podrían convertir en aceptables comportamientos reprobables.
Teoría del cultivo. GEBNER.
El mundo simbólico de los medios y, en particular, de la televisión, cultiva las
concepciones de los públicos sobre el mundo real, con lo que ven el mundo real como
si fuera el ofrecido por la televisión, la prensa, el cine, etc.
Los estudios cuantitativos sobre la correlación entre exposición a los medios y
violencia no han llegado a conclusiones unificadas, para algunos es positiva (efecto
catártico, conocimiento real del mundo) y para otros negativa (mayor agresividad,
percepción de la violencia como método aceptable de resolver problemas, etc.) “A
pesar de las diferentes controversias la mayoría de los estudios encuentran
correlaciones positivas entre agresividad y exposición a contenidos violentos
(García Sílberman y Ramos: 1998). Esto se ha de interpretar solamente en
términos de probabilidad (cuanta más violencia vea una persona en televisión, más
probabilidad hay de que sea violenta) y no implica necesariamente causalidad, es
decir, no significa que la televisión cause violencia. Puede haber otro factor que
tenga influencia sobre los otros dos como, por ejemplo, vivir alguna experiencia
violenta puede hacer que seas más violento y que te incite a ver más violencia.” 4
Los estudios cualitativos no tienen aspiraciones tan ambiciosas (no buscan estas
relaciones estadísticas) y se centran más en individuos concretos y el significado
que para ellos supone la violencia en los medios. “Un efecto bastante claro es el de
la habituación a la violencia mediática. Tras muchas décadas de continua exposición
se produce una habituación a los contenidos violentos por parte de la audiencia,
llegado el caso se puede argumentar que el público consume violencia porque se ha
habituado en dosis más o menos grandes a la violencia, a los contenidos ligeros y a
la actualización de esquemas cognitivos que les permita clasificar todo en las
simples casillas del bien y del mal y de los estereotipos. Por otro lado, en el caso de
la televisión y en nuestro país, la competencia entre cadenas ha dado como
resultado la renuncia manifiesta a la programación y producción de contenidos
instructivos e informativos, con lo cual la audiencia, obligada a ver "lo que hay",
pierde la disponibilidad de esta oferta. El recurso a ciertos canales de pago que se
especializan en este tipo de contenidos refuerza la desigualdad social por la vía de
la formación y aumenta el distanciamiento informativo de diferentes estratos
sociales.
Aún así, aunque consideremos que los medios dan lo que el público pide, este
argumento por sí solo vale para los géneros de entretenimiento, pero no para los
de la información y la formación. A no ser que se renuncie a la consideración de los
miembros de una sociedad como ciudadanos y se les sustituya por consumidores, la
información es un recurso básico de una sociedad democrática, de individuos libres,
racionales e instruidos (principio fundamental del significado primigenio de "opinión
pública") y la obligación de los medios es no abandonar su papel instructivo y
difusor de conocimientos. Más aún si se trata de medios públicos, los cuales sin
prescindir del entretenimiento deberían poner más interés en la difusión de
espacios culturales e informativos.” 4
Muchos estudios hablan de este efecto de habituación que suscita situaciones
tan paradójicas como que seamos capaces de estar comiendo a la vez que vemos
un informativo plagado de imágenes sangrientas. La mayoría de trabajos sobre
efectos de la representación de la violencia en los jóvenes critican este efecto en
este público.
A modo de resumen:
Motivaciones para la representación de la violencia real
Por parte de los medios
Lógica mediática.
Intereses de los países centrales.
Por parte de los consumidores de los medios
Gratificación al compararse con los otros.
Saciar el morbo para combatir el aburrimiento.
Gratificación ante la capacidad de sentir rechazo.
Consecuencias de esta representación
Ciudadanos cada vez más cómodos a la hora de consumir información por lo que se
pierde el concepto tradicional de democracia, que exige ciudadanos informados y
esto a su vez exige esfuerzo.
Cambios en los modos de percibir y reaccionar ante la violencia.
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