Nombre: Yennifer Tatiana Guarín Tarazona ID: 000404288 La opinión pública bajo el dominio de la historia, la élite y la comunicación El tiempo en el que se ha intentado conceptualizar la opinión pública se ha extendido a más de un siglo. Los esfuerzos por proponer una definición clara y absoluta han resultado infructuosos y hasta inalcanzable. Por esa razón, Vincent Price en el capítulo ‘Problemas respecto a la opinión pública’ más que preocuparse por ofrecer un concepto, busca comprender los diferentes usos que se le ha dado a través de la historia, la relación que hay entre una opinión pública cada vez más relevante y el crecimiento de los medios de comunicación, y finalmente, una serie de preocupaciones que derivan de la opinión pública moderna. Para comenzar, hay que recurrir a las primeras aproximaciones previas la teoría moderna sobre opinión pública. Estas las encontramos en la filosofía política griega con Platón y Aristóteles. El primero veía la filosofía como la que regía en los asuntos humanos y consideraba que el ‘pueblo’ no tenía la capacidad de tratar con esta. En contraste, Aristóteles pensaba que los sentimientos colectivos incidían en los temas políticos. En cuanto a las primeras concepciones que tuvieron ‘opinión’ y ‘pública' se acercan a una opinión como una forma de conocimiento para distinguir hechos e ideas o como un modo de presión o control social opuesta a la razón; mientras que ´público´ alude al acceso a espacios comunes o también, referido a cuestiones relacionadas con el Estado. Más adelante, gracias a hechos históricos como la creación de la imprenta, la Reforma protestante, la profesionalización de las artes, el capitalismo y el dominio de la burguesía europea, la opinión pública toma forma como concepto a partir de la Ilustración. Esto se logró porque empezó a construirse una sociedad de lectores con acceso a la información, seguidores de una filosofía liberal y una clase ilustrada que se reunía para debatir, razonar y criticar el Estado absoluto de la época. Aquí “la opinión pública emergió como una nueva forma de autoridad política que (…) podía desafiar al gobierno absoluto” (Price, 2008, pp. 24) Aun así, la esfera pública solo se restringía a esa élite ilustrada y tanto esta como la corona, instrumentalizaron la opinión pública para legitimar el sistema existente y mantener el poder. No es hasta el gobierno de la mayoría que se despliega a todas las clases sociales y se le atribuye un “papel político más formal (…) en términos legislativos y electorales” (Price, 2008, pp. 27). Es decir, el Estado era quién resolvía los intereses individuales, que competían en el mercado, a través de mecanismos de participación (como elecciones o plebiscito) para llegar a un bien común. Desde este modelo democrático es que la opinión pública comienza a cuantificarse a través de los sondeos de opinión. Por su parte, la prensa se pensaba como el órgano de debate público, de veeduría ciudadana y de contrapoder. Sin embargo, sobre el siglo XX con el crecimiento de las ciencias sociales y la relevancia que estaba tomando la opinión pública, surgen en las investigaciones preocupaciones sociológicas y psicológicas sobre cómo estaba operando en la sociedad. La capacidad del público general para dirigir lo público e involucrarse en lo político es una de ellas; ya que la desatención y falta de interés en los temas políticos llevaba a formar ideas a partir de la desinformación, los prejuicios y los temores. Otro de los problemas es la falta de recursos para juzgar adecuadamente las decisiones públicas. A su vez, la tiranía de la mayoría como un factor que fomenta la censura y limitación de la oposición o minoría. Por su parte, había inquietud por cómo el colectivo se sometía a la persuasión a través de lo emocional y cómo los medios podían fomentar la conducta irracional. Finalmente, se analizaba una dominación de las élites a través de los medios de comunicación que conduce al ciudadano a la pasividad y al consumo antes que a producir ideas; igualmente, alertaba cómo la democracia electoral originaba una dependencia colectiva que mermaba la razón y el diálogo racional. En conclusión, este texto de Vicent Price hace un acercamiento a los usos de la opinión pública a través de la historia: desde un concepto abstracto en la Grecia antigua, pasando por la concepción de poder, debate y crítica para hacerle frente al Estado con la Ilustración, hasta la democracia electoral que permitió se convirtiera en objeto de estudio y la formalidad del término dentro del ámbito político. Del mismo modo, expone cómo los estudios de las ciencias sociales revelan ciertos problemas en torno a su conducta y práctica dentro de la sociedad; asunto que va de la mano con el crecimiento de los medios de comunicación, su instrumentalización por parte de las élites dominantes y la incidencia de estas organizaciones tanto de veeduría y control social como de dominación y persuasión para incrementar la pasividad e irracionalidad de la masa. Referencia: Price, V. (2008) Problemas respecto a la opinión pública. La opinión pública-Esfera pública y comunicación (pp.17-37). Ediciones Paidós Ibérica. https://books.google.co.ve/books?id=RnGDr0zAGNcC&printsec=frontcover#v=onepage&q &f=false