Subido por Jesus Ramirez Lopez

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Volumen 30
Nº 12
 |
2022
URGENCIAS
Urgencias respiratorias
ANIMALES DE PRODUCCIÓN
Bienestar, conducta
y alojamiento
de las vacas
Parte 1 de 2
7 y 8 de Agosto
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SELECCIONES VETERINARIAS | i
URGENCIAS
Urgencias respiratorias
Elena Damiá Giménez;1 Alicia Fernández Ruiz2
Licenciada en Veterinaria y Doctora en Veterinaria (UCH-CEU). Profesora del Departamento de Medicina y Cirugía Animal de la UCH-CEU.
Licenciada en Veterinaria (UCH-CEU). Internado en Cardiología Veterinaria (Milán, Italia). Internado en el Hospital Clínico Veterinario de la
UCH-CEU
1
2
Tomado de “Manejo práctico en situaciones de urgencia en pequeños animales” con autorización de Inter-Médica
Introducción
Cuando se presenta un paciente con distrés respiratorio es
importante que el reconocimiento de este signo y la intervención
terapéutica apropiada ocurran
de forma temprana. Las principales medidas que debe tomar el
clínico son la suplementación de
oxígeno y la limitación del estrés,
además de la realización de pruebas diagnósticas no invasivas.
Estas últimas, junto con el examen físico y la obtención de la historia médica, ayudan a identificar
la causa del distrés respiratorio,
lo cual es esencial para determinar qué otras medidas terapéuticas de urgencia son necesarias
(por ej., farmacoterapia, toracocentesis, colocación de tubo de
toracostomía, traqueostomía y
ventilación con presión positiva).
Además, cuanto más claro es el
origen del distrés, más fácil es
Figura 1. Paciente canino con obstrucción de la vía aérea superior debida a un
linfoma laríngeo.
localizar la patología, dado que el
distrés inspiratorio es característico de las enfermedades de las
vías aéreas altas y el parénquima
pulmonar (edema pulmonar),
mientras que el distrés espiratorio
es típico de las enfermedades de
las vías aéreas bajas (asma felina,
SELECCIONES VETERINARIAS | 1
URGENCIAS | Urgencias respiratorias
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2 | SELECCIONES VETERINARIAS
URGENCIAS | Urgencias respiratorias
bronquitis crónica canina).
En la sala de urgencias, es fundamental la deteccción del paciente con dificultad para respirar,
debido a que su atención es prioritaria con respecto a la de otros
problemas. El esfuerzo respiratorio
va unido a una respiración paradójica, que puede incluir: colapso
hacia dentro de los espacios intercostales por una mayor presión
negativa inspiratoria o por debilidad costal; colapso hacia el interior del abdomen en inspiración;
movimiento hacia dentro de las últimas costillas por una contracción
del diafragma y la tensión ejercida por la inserción costal en las
costillas caudales del diafragma;
movimiento opuesto al fisiológico
de las costillas con la inspiración.
Otros signos de distrés respiratorio son agitación, ojos vidriosos,
movimientos nasales y postura
ortopneica.
En resumen, la observación del
paciente y su tipo de respiración,
la historia médica y un adecuado
examen físico permiten localizar
la causa o el origen del problema respiratorio en las siguientes
regiones anatómicas: vías respiratorias, parénquima pulmonar o
espacio pleural.
Obstrucción de vías
respiratorias superiores
(faringe, laringe y tráquea)
Estas obstrucciones, debido a
que mayoritariamente dificultan
la entrada de aire, se manifiestan
con distrés inspiratorio, el cual
puede conllevar hipoventilación y,
en los casos muy graves, hipoxemia. Pueden cursar con estertores (localización nasofaríngea),
estridores (localización laríngea)
o tos (colapso traqueal). Sus principales causas son la parálisis
laríngea, los cuerpos extraños y
el colapso traqueal.
Figura 2. Obstrucción grave del flujo respiratorio por edema de glotis en un gato.
La parálisis laríngea (unilateral
o bilateral) es una causa común
de obstrucción de vías aéreas
superiores en perros de edad
mediana o avanzada. En caninos (menores de 18 meses de
edad) de grandes razas, como
Husky siberiano, Bulldog inglés y
Boyero de Flandes, se ha descrito una forma congénita. La parálisis laríngea adquirida puede ser
idiopática (causa más común) o
secundaria a un trauma y se ha
descrito en razas como Labrador
y Golden retriever y San Bernardo.
También se la ha asociado con
trastornos neuromusculares, trauma cervical y tumores torácicos o
de mediastino. Esta patología se
debe a la denervación del nervio
laríngeo recurrente (responsable
de la inervación del musculo cricoaritenoideo dorsal), que causa
la atrofia e impide la abducción de
los cartílagos aritenoides, dando
lugar a la obstrucción de la glotis.
Los pacientes con esta afección
presentan intolerancia al ejercicio,
hipersalivación, náuseas, alteración de la vocalización y, en última instancia, distrés respiratorio
grave con hipoxemia, hipercapnia
y síncope. En la auscultación, se
evidencian sonidos estridentes,
con mayor intensidad en la laringe
o la tráquea cervical durante la inspiración. En los pacientes felinos,
los signos clínicos son similares,
aunque esta alteración se describe como poco común.
El método de elección para diagnosticar esta patología es un
examen laringoscópico, que debe
realizarse con sedación ligera. Si el
paciente está hemodinámicamente
estable, el fármaco de elección es
la acepromazina (0,05-0,1 mg/kg
IM o IV); otra opción es el butorfanol (0,1-0,6 mg/kg IM o IV), solo
o en combinación con la anterior. Cuando se requiere anestesia
general, son adecuados el propofol (4-6 mg/kg IV) o el diazepam
(0,1-0,5 mg/kg IV) con ketamina
(5-10 mg/kg IV). El diagnóstico se
establece cuando se detecta una
SELECCIONES VETERINARIAS | 3
URGENCIAS | Urgencias respiratorias
Figura 3. Radiografía lateral en inspiración de paciente con colapso traqueal.
alteración en la apertura y el cierre
completo de cualquiera de los dos
cartílagos laríngeos, tras observarlos durante varios ciclos respiratorios con una potente fuente de luz.
Si los cartílagos aritenoides no
abducen durante la inhalación,
es aconsejable administrar doxapram (1-5 mg/kg IV) para estimular la respiración. La terapia inicial
consiste en oxigenoterapia, administración de corticosteroides
en dosis antiinflamatorias (por ej.,
dexametasona, 0,5-1 mg/kg IV o
IM) y enfriamiento del animal, si
su temperatura es superior a 39,5
ºC. Siempre que sea posible, deben evitarse la anestesia y la intubación del paciente, debido a que
podría colapsar nuevamente tras
la desintubación. Si la respuesta
a la terapia de urgencia inicial no
es adecuada, podrían requerirse
inducción anestésica y cirugía
correctora (laringectomía parcial
o lateralización aritenoidea) o, al
menos, traqueotomía de urgencia (véase el cap. 16) hasta que
pueda realizarse la cirugía más
4 | SELECCIONES VETERINARIAS
conveniente.Por otro lado, la sedación usada para el examen laringoscópico puede aprovecharse
para tomar radiografías torácicas
con el fin de descartar la presencia
de edema pulmonar o neumonía
por aspiración. Otras técnicas de
diagnóstico que podrían aplicarse
son la ecografía y la tomografía
computarizada (TC) laríngeas.
Los cuerpos extraños son otra
de las posibles causas de obstrucción de las vías respiratorias altas.
Pueden ubicarse en la cavidad nasal, la faringe, la laringe y el segmento distal de la tráquea. Como
estas obstrucciones dificultan la
entrada de aire, en la mayoría de
los casos, se manifiestan con disnea inspiratoria. En los pequeños
animales, los cuerpos extraños
encontrados con más frecuencia son agujas, palos de madera,
anzuelos de pesca, espigas, huesos, hilos y pelotas de goma. La
sintomatología que provocan es
compartida con otras patologías,
como los hematomas sublinguales, ciertas neoplasias (véase
fig. 1) o pólipos e incluye estornudos agudos, intentos de frotarse el
hocico, secreción nasal, náuseas e
incluso obstrucción grave del flujo
respiratorio (véase fig. 2). Si la obstrucción es parcial (lo más usual),
el paciente muestra un gran esfuerzo respiratorio y la boca abierta y, durante la inspiración, sus
comisuras labiales se mueven
hacia el interior, su abdomen se
expande y el tórax colapsa, por
lo que en la auscultación se detectan estridores o ronquidos. Si
la obstrucción es total, los sonidos respiratorios están ausentes,
los esfuerzos para respirar son
vigorosos, pero sin movimiento
de aire, y la pared torácica suele
retraerse durante la inspiración
(por la presión negativa al inspirar a través de una vía aérea
cerrada). En estos pacientes con
obstrucción completa de la vía
respiratoria, así como también
en aquellos que no responden
a la estabilización inicial (oxigenoterapia, intubación orotraqueal) en breve tiempo, debe
realizarse una traqueostomía de
urgencia o colocarse un catéter
transtraqueal a través del cual
se administrará oxígeno (véase
el cap. 16). Debido al proceso
inflamatorio que acompaña estas
obstrucciones, es recomendable
la administración de corticoides
(dexametasona, 0,25-1 mg/kg IV;
o metilprednisolona, 1-3 mg/kg
IV) y, en los casos de laceración
oral grave, debe instaurarse antibioticoterapia de amplio espectro. Asimismo, es fundamental
monitorizar la temperatura corporal pues, al reducirse la transpiración asociada con la respiración, este parámetro pueden
tener un aumento significativo.
Para detectar la causa de la
obstrucción es preciso examinar
las vías aéreas (cavidad oral,
orofaringe y laringe) con un laringoscopio y, si se observa la
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SELECCIONES VETERINARIAS | 5
URGENCIAS | Urgencias respiratorias
MUCOSIDAD E INFLAMACIÓN MUCOSA BRONQUIAL
Broncoconstricción
OBSTRUCCIÓN
Espiración
difícil
↑ Resistencia al flujo del aire
↑ Esfuerzo
respiratorio
↓ Entrada de aire
↑ Contenido de
aire alveolar
Insuficiencia ventilatoria
Fatiga de músculos
respiratorios
↑ PCO2 (hipercapnia) y ↓ PO2 (hipoxemia)
Figura 4. Esquema de la fisiopatología del asma felina.
presencia del cuerpo extraño,
lo indicado es proceder a su
retirada. Esto puede efectuarse manualmente, con pinzas
cocodrilo, poniendo al paciente
con la cabeza hacia abajo y
comprimiendo la región por debajo del esternón (maniobra de
Heimlich) o lavando la cavidad
nasal de craneal a caudal, mientras la parte posterior de la boca
es empacada con una gasa para
evitar la aspiración. A veces,
es necesaria la realización de
una rinoscopia o incluso una radiografía para alcanzar el diagnóstico definitivo y, si el cuerpo
extraño está en la tráquea o la
bifurcación de los bronquios
principales, su extracción requerirá ayuda endoscópica.
Los espejos para examinación
dental son otra herramienta útil
para el diagnóstico de pólipos
o cuerpos extraños en la nasofaringe; se los puede usar para
mirar por encima del paladar
blando, pero antes es necesario
calentarlos para reducir la formación de vaho. Cualquiera de
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estos procedimientos siempre
debe ser realizado tras la estabilización inicial del paciente.
El colapso traqueal es otra
causa común de distrés asociado con obstrucción de las
vías respiratorias altas. Se trata
de una enfermedad degenerativa y progresiva de los cartílagos traqueales, que da lugar a
un colapso del lumen traqueal
y genera incapacidad para resistir el cambio de presiones en
la vía aérea. Puede afectar tanto la porción intratorácica como
la porción extratorácica de la
tráquea e, incluso, puede extenderse hasta el bronquio principal. Esta patología es común
en pacientes caninos de razas
pequeñas y edad avanzada
(promedio: 7 años), y particularmente, en el Yorkshire terrier.
No se conoce su causa exacta,
pero se la ha asociado con trauma traqueal, masas extra o intraluminales e hipoplasia traqueal.
Los signos clínicos dependen
de la severidad del colapso,
pero es patognomónica una tos
crónica que se intensifica tras
el ejercicio, con la excitación o
con la palpación de la tráquea,
que puede llevar al síncope.
La descompensación aguda es
poco usual, pero puede ocurrir
si el animal se excita o realiza
actividad física y con el aumento
de la humedad o la temperatura
ambiental. Cuando esto sucede,
el objetivo terapéutico debe ser
la resolución del distrés respiratorio, razón por la cual deberá
instaurarse oxigenoterapia. Por
otro lado, la sedación puede
ayudar a resolver el episodio
tusígeno (sobretodo en los animales activos). Los sedantes
más apropiados son butorfanol
(0,1-0,2 mg/kg IV o IM), acepromazina (0,05-0,1 mg/kg IV
o IM) o diazepam (0,1-0,6 mg/
kg IV); cuando es necesaria la
intubación endotraqueal, están
indicados el diazepam (0,1-0,5
mg/kg IV) con ketamina (5-10
mg/kg IV) o el propofol (1-6 mg/
kg IV). Además, pueden administrarse dosis antiinflamatorias
de corticosteroides (prednisona,
0,25-0,5 mg/kg IV) para limitar la
inflamación traqueal o laríngea,
broncodilatadores (terbutalina,
0,01 mg/kg IV o IM; aminofilina,
5-10 mg/kg IV) y antitusígenos
(butorfanol, 0,2-0,4 mg/kg IV,
SC o IM), ya que el ciclo repetitivo de la tos irrita la vía aérea. El
control de la temperatura del paciente también es importante para
que no sobrepase los 39,5 ºC.
Tras la estabilización del paciente, pueden obtenerse imágenes
radiográficas
cervicotorácica,
lateral y dorsoventral para alcanzar el diagnóstico definitivo:
• En la radiografía lateral en inspiración (véase fig. 3), puede
observarse un estrechamiento
de la porción extratorácica y
una dilatación de la porción
intratorácica de la tráquea.
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SELECCIONES VETERINARIAS | 7
URGENCIAS | Urgencias respiratorias
espiración, puede verse
una dilatación de la porción extratorácica cervical y
una estenosis de la porción
intratorácica.
Otras herramientas útiles para
diagnosticar esta causa de obstrucción son la fluoroscopia y la
broncoscopia. La traqueobroncoscopia hace más sencillos la
estadificación y el diagnóstico
definitivo del colapso traqueal.
En los perros con esta patología,
se observan una membrana dorsal traqueal pendulante y los
cartílagos aplanados. Tangner y
Hobson, basándose en el aspecto endoscópico de la vía respiratoria, propusieron la siguiente
clasificación:
• Colapso de grado I: la anatomía
del cartílago traqueal está intacta, pero el músculo traqueal
es pendulante. Existe una pérdida de diámetro luminal de
hasta un 25%.
• Colapso de grado II: los cartílagos traqueales tienen un leve
aplanamiento, el músculo traqueal es más pendular y la reducción de la luz llega al 50%.
• Colapso de grado III: los
cartílagos presentan mayor
aplanamiento (los bordes son
palpables), la membrana dorsal contacta ligeramente con
la pared traqueal opuesta y la
pérdida de diámetro luminal es
de un 75%.
• Colapso de grado IV: es el
colapso traqueal completo
con la luz obliterada en su
totalidad.
Esta
estadificación
puede
ayudarnos a establecer el nivel
de gravedad del paciente y guiar
la toma de decisiones para su
manejo.
Obstrucción de vías
respiratorias inferiores
8 | SELECCIONES VETERINARIAS
↑ PRESIÓN CAPILAR: ICI o
sobrecarga de líquidos
↑ EXTRAVASACIÓN DE LÍQUIDOS: agotamiento
de la capacidad de eliminación linfática
Acúmulo de líquidos en intersticio
peribroncovascular
Rotura cuerdas
tendinosas
Distensión intersticio pulmonar
Llenado espacios
alveolares
↓ Entrada de aire
↑ Presión
hidrostática
Edema pulmonar:
contenido serosanguinolento
Rotura de vasos
sanguíneos
Figura 5. Esquema de la fisiopatología del edema pulmonar por elevada presión.
ICI: insuficiencia cardíaca izquierda.
La obstrucción de las vías
aéreas bajas suele manifestarse
con prolongación de la espiración y, debido a la estenosis
de los bronquios o bronquiolos
como consecuencia de la inflamación, la broncoconstricción
o el acúmulo de exudados, con
sibilancias y/o crepitaciones secas en la auscultación. El ejemplo típico es el asma felina, también denominada enfermedad de
la vía aérea inferior o bronquitis
alérgica. Esta patología es más
prevalente en gatos jóvenes de
cualquier raza y mediana edad.
La inhalación de alérgenos (por
ej., partículas de polvo doméstico, perfumes, polen, humo, etc.)
es lo que da lugar a la hiperreactividad de las vías respiratorias
inferiores y su posterior obstrucción, la que suele estar acompañada por contracción de la
musculatura lisa bronquial, edema epitelial e hipertrofia e hiperactividad de las glándulas mucosas (fig. 4). Los signos clínicos,
debidos a la reducción del flujo
de aire, varían de tos intermitente,
sibilancias y letargia a distrés
respiratorio grave, el cual se considera espiratorio. El acúmulo de
secreciones y la estenosis de las
vías aéreas bajas conducen a
la hipoventilación (hipercapnia)
con hipoxemia asociada, en los
casos más graves.
Los gatos asmáticos en estado
crítico presentan boca abierta,
disnea y cianosis por la broncoconstricción inducida por la exposición a potenciales alérgenos.
Estos signos clínicos pueden
intensificarse con el estrés o el
ejercicio. Por otro lado, la enfermedad bronquial crónica puede
llevar a una patología permanente
en el paciente, como fibrosis o enfisema de vías respiratorias, mientras que la obstrucción completa
de un bronquio principal puede
dar lugar a la atelectasia del lóbulo pulmonar correspondiente.
Es importante, como en toda
urgencia con compromiso respiratorio, la estabilización del paciente antes de realizar las pruebas
diagnósticas definitivas. En primera instancia, es preciso instituir
oxigenoterapia (en los gatos con
asma, resultan útiles las jaulas de
URGENCIAS | Urgencias respiratorias
↑ PERMEABILIDAD: microvascularización
LESIÓN BARRERA MICROVASCULAR:
células inflamatorias o mediadores
pulmonar a proteínas
↑ Extravasación de líquidos
↓ Presión coloide osmótica
Lesión de células
epiteliales alveolares
↑ Presión
hidrostática
Conducto directo espacio
intravascular y alveolar
Edema
pulmonar
Llenado de espacios
alveolares
Presión hidrostática
normal o ↓
>Severidad clínica y curso fulminate que el edema por aumento de presión hidrostática
Figura 6. Esquema del edema pulmonar por incremento de la permeabilidad.
oxigenación), administrar medicación para solventar la obstrucción de las vías aéreas y disminuir
el estrés. Para lograr esto último
es recomendable proceder a la
sedación del paciente. Si está hemodinámicamente estable, puede
utilizarse acepromazina (0,05 mg/
kg IV o IM); otra alternativa es el
butorfanol (0,1-0,6 mg/kg IV o IM),
solo o en combinación con la anterior, aprovechando también su
efecto antitusígeno. Si es necesaria la intubación, pueden emplearse propofol (1-6 mg/kg IV) o
diazepam (0,1-0,5 mg/kg IV) con
ketamina (5-10 mg/kg IV).
Asimismo, es recomendable la
administración tanto de glucocorticoides como de broncodilatadores para reducir la inflamación
y limitar la broncoconstricción,
respectivamente (véase tabla 1).
Para la corticoterapia puede usarse fosfato sódico de dexametasona (0,2-1 mg/kg IV o IM). Para
la dilatación bronquial, sobre todo
si la vida del gato corre peligro,
se indica un agonista β2 potente,
como terbutalina (0,01-0,1 mg/kg
IV, IM o SC) o albuterol en solución al 0,5% en NaCl al 0,9% (0,1
ml/5 kg mediante nebulización);
otra opción, cuando no existe
riesgo vital, es la aminofilina (5-8
mg/kg IV lenta), un broncodilatador menos potente que los anteriores. Por otro lado, pueden
considerarse la utilización de
anticolinérgicos, como atropina
(0,02-0,04 mg/kg IV, una dosis), y
para disminuir la broncoconstricción y limitar el distrés respiratorio, la administración de maropitant (1 mg/kg SC).
Una vez que el paciente ha sido
estabilizado, deben llevarse a
cabo las pruebas necesarias para
alcanzar el diagnóstico definitivo.
Las radiografías torácicas permiten detectar un sobrehinchamiento
pulmonar como resultado del atrapamiento aéreo, ya que los gatos con asma no son capaces de
exhalar totalmente debido a la inflamación y el estrechamiento de
las vías aéreas. La excesiva distensión pulmonar puede producir
un tórax de tamaño aumentado
(forma de “barril”) o un diafragma
aplanado y desplazado caudalmente con mayor radiotransparencia pulmonar. Otra prueba que
puede realizarse es una citología
del lavado traqueal/broncoalveolar, debido a que el asma se
caracteriza por una acumulación
localizada de células inflamatorias (eosinófilos y linfocitos activados) en las vías respiratorias.
Finalmente, otra opción diagnóstica de utilidad es la broncoscopia,
pues puede revelar un aumento
de las secreciones mucosas y el
estrechamiento y la inflamación
de las vías aéreas, además de
servir para recoger la muestra
para el estudio citológico.
Alteraciones del
parénquima pulmonar
Las alteraciones del parénquima pulmonar están causadas
por acúmulo de líquido (edema
pulmonar), exudados (neumonía)
o sangre (contusión pulmonar o
hemorragia) o por la presencia de
células neoplásicas. Los pacientes con estas afecciones presentan distrés inspiratorio, que suele
evolucionar a mixto (inspiratorio/
espiratorio) y restrictivo (pérdida de elasticidad pulmonar que
limita la expansión pulmonar).
Debido a esta respiración trabajosa, el animal puede presentar
hipoxemia por alteración de la
relación
ventilación-perfusión,
shunt o dificultad en la difusión
alveolocapilar, además de hipercapnia por hipoventilación. En la
auscultación, es característica la
detección de crepitaciones e, incluso, la ausencia de sonido debido a la consolidación pulmonar.
El edema pulmonar es la acumulación de líquido extravascular
dentro del parénquima pulmonar o los alvéolos. Existen dos
grandes formas fisiopatológicas:
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URGENCIAS | Urgencias respiratorias
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Tabla 1. Fármacos para el tratamiento de urgencia de la bronquitis felina
Broncodilatadores
Dosis de urgencia
Glucocorticoides
Dosis de urgencia
Aminofilina
4 mg/kg IM
Fosfato sódico de
dexametasona
1 mg/kg IV, IM, SC
Terbutalina
0,01 mg/kg SC
Succinato sódico de
prednisolona
50-100 mg/gato IV
Albuterol (inhalador)
90 µg
Triamcinolona
0,11 m/kg SC
Fluticasona (inhalador)
110 µg/inhalación
Beclometasona
220 µg/inhalación
• Edema por elevada presión
(véase fig. 5): es provocado
por un aumento de la presión
capilar hidrostática pulmonar y
una pérdida posterior de líquido trasudado en la microvasculatura pulmonar. Su principal
causa es un incremento de la
presión del atrio izquierdo o
una sobrecarga de volumen.
• Edema por incremento de la
permeabilidad (véase fig. 6):
es el resultado de lesiones en
la barrera microvascular o el
epitelio alveolar y la pérdida
directa de líquido y proteínas
en el intersticio y los alvéolos.
La mayoría de sus causas (obstrucción parcial o completa
de vías aéreas altas, edema
neurogénico tras convulsiones
graves no controladas, electrocución o asfixia) tienen un
componente inflamatorio y se
asocian con el síndrome de distrés respiratorio agudo (SDRA).
Entre ellas se encuentran la
lesión pulmonar tóxica, la inhalación de humo, la neumonía,
el tromboembolismo pulmonar,
la lesión pulmonar inducida por
el ventilador y las transfusiones
de sangre; otras posibles etiologías se relacionan con el síndrome de respuesta inflamatoria sistémica (SRIS) e incluyen
enfermedades inmunomediadas, vasculitis, sepsis, pancreatitis, neoplasias metastáticas y
traumatismos graves.
Es importante diferenciar el tipo
de edema pulmonar presente y,
como en todo caso de distrés
respiratorio agudo, esperar hasta
la estabilización del paciente para
realizar las pruebas diagnósticas
complementarias. En un animal
en estado crítico con disnea, es
común que este signo sea provocado por más de una causa y,
por ello, la localización de la enfermedad en el tracto respiratorio
debe determinarse con rapidez.
En general, existen indicadores
en la historia clínica del paciente
que ayudan a identificar la causa
subyacente del edema pulmonar:
inhalación de humo, contusión
pulmonar, edema pulmonar por
reexpansión, antecedentes de
insuficiencia cardíaca congestiva, eventos causantes de edema
neurogénico, (por ej., obstrucción
de vías aéreas altas, traumatismo craneano, electrocución), etc.
Los signos clínicos comprenden
taquipnea, disnea de moderada a
grave, postura ortopneica, aumento de los movimientos de la pared
abdominal o movimientos paradójicos, cianosis y tos.
En definitiva, el tratamiento del
edema pulmonar depende de su
causa subyacente, pero en todos los casos es fundamental la
administración de oxígeno para
asegurar una buena oxigenación
tisular. Una jaula con un ambiente
rico en oxígeno es un método sencillo para la oxigenoterapia (fig. 7
A); el catéter nasal también lo es,
pero sólo debe usarse si el animal
presenta hipoxemia moderada,
ya que su colocación puede resultar estresante (fig. 7 B y C). La
ventilación con presión positiva
puede ser útil si no puede mantenerse la saturación de oxígeno
por encima del 90% con métodos
no invasivos de oxigenoterapia.
Otro punto clave es minimizar el
estrés del paciente; en este sentido, se ha descrito la utilización
de opioides como la morfina
(0,025-0,1 mg/kg IM o SC), la
cual también resulta útil por su
efecto venodilatador; otra alternativa es el butorfanol (0,1-0,6 mg/
kg IV cada 6-12 hs), que en los
animales con edema pulmonar
no cardiogénico causado por un
trauma sirve, además, para paliar el dolor. El pilar de la terapia
diurética para intentar reducir la
presión capilar hidrostática es la
furosemida, que debe utilizarse
en la dosis más conservadora en
los casos de edema pulmonar no
cardiogénico:
• Edema de origen cardiogénico:
• Furosemida, dosis de urgencia: 2-4 mg/kg IV (perros) o 1-2 mg/kg IV (gatos)
cada 1-2 hs hasta resolver
el distrés respiratorio agudo.
Otra opción es la infusión
SELECCIONES VETERINARIAS | 11
URGENCIAS | Urgencias respiratorias
A
C
B
Figura 6. (A) Oxigenoterapia en jaula para tratar
el distrés respiratorio agudo en un paciente felino.
(B y C) Perros con hipoxemia moderada recibiendo
oxígeno a través de catéteres nasales.
continua a razón de 0,66-0,1
mg/kg/hora.
• Furosemida, dosis mantenimiento: 0,5-2 mg/kg IV cada
8-12 hs.
• Edema por aumento de la
permeabilidad:
• Furosemida: 2 mg/kg IV
cada 6-8 hs. Como alternativa, tras la dosis inicial,
puede administrarse una infusión a una velocidad continua de 0,1 mg/kg/hora, sin
dejar de controlar el estado
de hidratación del paciente.
La furosemida también tiene
efectos vasoactivos beneficiosos
(venodilatación selectiva en venas pulmonares) y puede aumentar la perfusión en las regiones
12 | SELECCIONES VETERINARIAS
ventiladas del pulmón.
Los agonistas β2 pueden facilitar la absorción de líquido
al espacio alveolar, pero siempre deben emplearse con cautela, sobre todo en los gatos
con cardiomiopatía restrictiva o
hipertiroidismo:
• Terbutalina: 0,01 mg/kg SC
cada 4 hs (perros y gatos).
• Terbutalina oral: 1,25-5 mg
cada 8-12 hs (perros) o
0,625 mg cada 8 hs (gatos).
En los perros con insuficiencia
valvular mitral o cardiomiopatía
dilatada severa son necesarios
fármacos adicionales, como los
agentes con rápida acción inotrópica positiva. La dobutamina (5-15 µg/kg/minuto diluida en
dextrosa al 5%) es una óptima
elección, pero su administración
debe ser acompañada por control
de la presión sanguínea y ECG, ya
que se ha asociado con el desarrollo de taquicardia/arritmias. Para
reducir la precarga y la presión
hidrostática capilar pulmonar, se
ha descrito el uso de vasodilatadores, como el nitroprusiato (2-5
µg/kg/minuto diluido en dextrosa
al 5%), aunque esto también exige
monitorización de la presión sanguínea y ECG constantes porque
puede producir hipotensión grave.
Otras alternativas menos potentes
que la dobutamina y el nitroprusiato, indicadas una vez el paciente
está estable, son el pimobendán
(0,25 mg/kg oral cada 12 hs) y la
hidralazina (0,5-2 mg/kg oral cada
URGENCIAS | Urgencias respiratorias
SELECCIONES VETERINARIAS | 13
URGENCIAS | Urgencias respiratorias
Tabla 2. Antibióticos para tratar la neumonía bacteriana grave en perros y gatos
Perro
Dosis
Gato
Dosis
Ampicilina+enrofloxacina
22 mg/kg IV c/8 hs + 10-15 mg/kg IV
c/24 hs
Cefoxitina
15 mg/kg IV c/4 hs
Amikacina
15 mg/kg IV c/24 hs
Ticarcilina+ác. clavulánico
50 mg/kg IV c/6 hs
Cefalosporina 2ª o
3ª generación
15 mg/kg IV c/24 hs
Enrofloxacina
5 mg/kg IV c/24 hs
Cefalosporina 3ª generación
5 mg/kg IV c/24 hs
12 hs). El manejo a largo plazo de
los pacientes con antecedentes
de edema pulmonar cardiogénico
puede requerir diuréticos en dosis
de mantenimiento, inhibidores de
la enzima convertidora de angiotensina, bloqueantes β, inotrópicos positivos, bloqueantes de los
canales de calcio o antiarrítmicos,
en función de la evolución de la
patología.
Para una adecuada elección del
tratamiento en función del paciente
e incluso de la fase de su enfermedad, es importante la realización de
pruebas diagnósticas complementarias, una vez lograda la estabilización inicial. El clínico debe determinar si el edema pulmonar es
secundario a insuficiencia cardíaca
congestiva con sobrecarga vascular pulmonar, exceso de líquidos,
SDRA o hipoalbuminemia. En este
último caso, es recomendable pautar la transfusión de plasma fresco
congelado o albúmina humana (2
ml/kg de solución al 25%).
En la auscultación torácica,
son audibles crepitaciones pulmonares, mientras que en las radiografías torácicas suele evidenciarse un patrón alveolar-intersticial
localizado en la zona caudodorsal
pulmonar o generalizado, si el edema es muy severo. Esta prueba diagnóstica permite diferenciar entre
edema pulmonar no cardiogénico y
cardiogénico. En este último caso,
se detecta cardiomegalia, ya que
el tamaño del corazón aumenta
14 | SELECCIONES VETERINARIAS
antes que lo haga la presión en la
aurícula izquierda (excepto cuando
ocurre rotura de cuerdas tendinosas). Por otro lado, es característico
del edema cardiogénico un patrón
alveolar, más evidente en la región
perihiliar.
La ecocardiografía es la prueba
diagnóstica por excelencia para
diferenciar qué tipo de cardiopatía
es responsable de la producción
del edema pulmonar. Esta prueba,
realizada por un especialista, permite descartar la enfermedad mitral o la cardiomiopatía dilatada en
el perro y la cardiomiopatía hipertrófica/restrictiva o la endomiocarditis en el gato como principales
causas del edema por aumento
de presión hidrostática. Por último,
son recomendables la realización
de un ECG a fin de caracterizar las
alteraciones del ritmo cardíaco y,
por supuesto, el control de la evolución del paciente.
La neumonía se define como
la inflamación del parénquima
pulmonar en respuesta a la inhalación de agentes infecciosos
(bacterias, virus, hongos, protozoos y helmintos). Este cuadro
es preocupante para el clínico,
ya que supone alto riesgo de
contagio, disfunción respiratoria
marcada (en muchos casos) y
posibilidad de aparición de complicaciones sistémicas graves. El
paciente puede mostrar signos
clínicos desde leves hasta muy
severos (por ej., shock séptico),
que incluyen taquipnea o disnea,
postura ortopneica, tos húmeda,
náuseas, cianosis, fiebre (no siempre), secreciones nasales mucopurulentas y, en casos extremos,
shock e hipotensión. En cuanto
a la neumonía bacteriana, se ha
comprobado que en los perros
y gatos es producida por la flora
residente y suele tener origen nosocomial. En un estudio, el 57% de
los perros con neumonía bacteriana tenían un problema médico
concurrente con inmunosupresión,
que había facilitado la infección.
Ante este tipo de neumonía, cuya
causa más frecuente es la aspiración, es urgente establecer un
tratamiento, ya que el parénquima
pulmonar favorece con facilidad la
absorción de mediadores de la inflamación y endotoxinas.
Los principales pilares del manejo de los pacientes con neumonía
bacteriana son los cuidados de
sostén y una adecuada antibioticoterapia. Cuando el animal se presenta con descompensación aguda, es esencial la oxigenoterapia
como medida inicial. Si el paciente
tiene secreción nasal, el catéter
nasal será inefectivo y deberemos optar por otros métodos de
administración de oxígeno, como
campanas, jaulas o mascarillas.
Es recomendable analizar a diario muestras de gases arteriales y
utilizar la pulsioximetría como método no invasivo de determinación
del nivel de oxígeno.
URGENCIAS | Urgencias respiratorias
Un producto diferente especialmente formulado para
el abordaje de la Cistitis Idiopatica Felina.
¿Qué es la Cistitis Idiopática Felina?
La cistitis idiopática felina es una enfermedad englobada en el
término FLUTD (Feline lower urinary tract disease) que hace
referencia a una serie de enfermedades con signos clínicos
similares, tales como: Estranguria, disuria,
polaquiuria, micción en lugares
inapropiados
y
obstrucciones
urinarias de vías bajas parciales o
totales1.
pared de la vejiga y que actúan como un elemento de defensa
contra su permeabilidad, así como contra la adherencia de
bacterias. Existe evidencia científica que respalda la hipótesis de
que esta capa se va perdiendo en pacientes con cistitis
intersticial, lo que conlleva un incremento
de la permeabilidad de la misma.
Los animales domésticos absorben
el
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esencial
L-Triptófano, el cual participa
en la síntesis de Serotonina.
Ésta influye directamente en
el sistema nervioso central,
proporcionando
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sensación de serenidad y
tranquilidad al individuo,
disminuyendo
cualquier
sensación de Stress.
Causa
Los felinos domésticos, frente al
estrés responden con Cistitis
Intersticiales. Según estudios se
atribuyen a tres causas principales:
Mudanzas.
Gatos acostumbrados a estar en
el exterior al que se le restringen
las salidas.
Conflicto con otros compañeros
felinos y/o caninos en el hogar.
Cambios drásticos de hábitos
hogareños.
Los gatos asustadizos, son aquellos que tienden a
esconderse durante un tiempo prolongado tras un estímulo
externo fuera
de lo normal, es por ello que estos animales están más
predispuestos a desarrollar una cistitis idiopática felina.
El abordaje multifascetico de la CIF
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a estresarse en compañía de
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16 | SELECCIONES VETERINARIAS
URGENCIAS | Urgencias respiratorias
Tabla 4-3. Mecanismos fisiopatológicos y causas de derrame pleural
Líquido
Mecanismo fisiopatológico
Diagnósticos diferenciales
Trasudado
↓ Presión oncótica
Enteropatía/mala digestión/mala absorción o nefropatía (amiloidosis, linfoma, nefritis de Lyme) perdedora proteínas o alteración hepática
Trasudado modificado
↑ Presión hidrostática
Hernia diafragmática, neoplasia, ICC, TEP o torsión de lóbulo pulmonar,
efusión pericárdica, SVC, infestación de filarias
Exudado
↑ Permeabilidad vascular
Centesis repetidas, pancreatitis, inflamación sistémica (sepsis, Rickettsia),
infección local (absceso pulmonar) o sistémica (PIF), neoplasia, reacción
alérgica
Quilo
↑ Presión linfática
Neoplasia linfática, linfangiectasia, alteración cardíaca, trauma
Hemorragia
Proceso hemorrágico
Intoxicación con rodenticidas, trauma, alteraciones plaquetarias, neoplasia
ICC: insuficiencia cardíaca congestiva; PIF: peritonitis infecciosa felina; TEP: tromboembolismo pulmonar; SVC: síndrome de vena cava.
En pacientes con broncoconstricción asociada, se ha descrito
el uso de broncodilatadores:
• Aminofilina: 6-10 mg/kg IV o IM
cada 6-8 hs (perros); 4-8 mg/kg
IV, IM o SC cada 6-8 hs (gatos).
• Terbutalina: 0,01 mg/kg SC
cada 4 hs (perros y gatos).
La nebulización con solución
salina fisiológica para mantener
húmedas las secreciones respiratorias o un masaje torácico
pueden ayudar a estos pacientes a expectorar y, consecuentemente, limpiar las vías respiratorias. En este sentido, se ha
utilizado N-acetilcisteína como
mucolítico en aerosol para facilitar
la liberación de antibióticos (administrados de la misma forma).
La sedación y la inducción
anestésica no suelen ser necesarias, excepto cuando el animal
padece neumonía por aspiración
y presenta distrés respiratorio
agudo. En estos casos, el uso de
corticosteroides es controvertido,
ya que pueden estar indicados
para tratar el shock y ayudar a disminuir la respuesta inflamatoria,
pero también pueden inhibir los
mecanismos fisiológicos de protección pulmonar. Estos fármacos
nunca deberían administrarse por
más de 24-48 horas.
La terapia con antibióticos de
amplio espectro debe iniciarse
cuanto antes, a la espera de los resultados del cultivo y antibiograma
de la muestra de secreciones
del aparato respiratorio inferior,
obtenida mediante lavado broncoalveolar. Los microorganismos
aislados con mayor frecuencia
son Escherichia coli, Pasteurella
multocida, Klebsiella, Bordetella
bronchiséptica,
Acinetobacter,
Pseudomonas
aeruginosa,
Moraxella,
Streptococcus
y
Staphylococcus en el perro y P.
multocida, Klebsiella, Proteus,
Bordetella, E. colli y Streptococcus
en el gato. Al principio, es correcta
la combinación de un betalactámico (cefalosporina de primera generación o ampicilina) y un aminoglucósido o una fluoroquinolona,
aunque el tratamiento empírico
primario puede elegirse en función
de la evaluación morfológica de
los microorganismos observados
en la citología. La selección del
fármaco y su vía de administración dependen del estado clínico de cada paciente (véase tabla
2). Esta terapia debe proseguir
hasta 1-2 semanas después que
el animal muestre mejoría clínica y
cambios en las radiografías. Éstas
son clave para el diagnóstico de
esta patología, ya que pueden
revelar una distribución craneoventral de enfermedad alveolar y
lesiones en los lóbulos caudales,
en caso de diseminación hematógena o infección inhalada. Por último, está indicada la intervención
quirúrgica (lobectomía pulmonar),
si la antibioticoterapia no ha dado
resultado y está afectado un único
lóbulo pulmonar.
La contusión pulmonar es
el resultado de un traumatismo
torácico severo y consiste en
una hemorragia del parénquima
pulmonar debida a la rotura de
los vasos parenquimatosos, que
produce la salida de sangre al intersticio y los alvéolos de la zona
lesionada. Otra causa subyacente es la intoxicación con rodenticidas, de modo que es fundamental
realizar pruebas de coagulación
para su diferenciación. Esta patología conlleva cambios estructurales y fisiológicos en el pulmón
que, dependiendo de la gravedad,
pueden desencadenar una insuficiencia respiratoria aguda. Los
signos clínicos que se detectan en
el paciente varían desde compromiso respiratorio con taquipnea,
hemoptisis y cianosis hasta taquicardia por shock hemorrágico.
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URGENCIAS | Urgencias respiratorias
Tabla 4. Características de las efusiones pleurales
Líquido recolectado
Color
Células/µl
Proteínas (g/dl)
Densidad
Trasudado
Amarillento
<1000
<2,5
<1017
Trasudado modificado
Variable
500-10000
2,5-3,5
1017-1025
Exudado
Variable
>5000
>3
>1017
Quilo
Blanco, rosáceo, lechoso
Variable
>2,5
>1018
Hemorrágico
Rojizo
>1000
>3
>1025
En la auscultación, son audibles
sonidos broncovesiculares y crepitaciones. El tratamiento para la
estabilización del paciente consiste en la instauración inmediata
de oxigenoterapia (50-150 ml/kg/
minuto). Se ha comprobado que
aproximadamente el 30% de los
perros con esta patología requieren ventilación mecánica, además
del manejo de las alteraciones relacionadas con el traumatismo (por
ej., shock hipovolémico, hemorragia, etc.). Con el objetivo de limitar
el estrés y paliar el dolor producido por el trauma severo, es importante la administración de analgesia y sedación. Las opciones a
considerar son:
• Con acceso intravenoso:
• Butorfanol, 0,05-0,2 mg/kg
(perros) o 0,1-0,4 mg/kg (gatos) + diazepam 0,2 mg/kg.
• Sin acceso intravenoso:
• Butorfanol, 0,05-0,2 mg/kg
IM (perros) y 0,1-0,4 mg/kg
IM (gatos) + midazolam, 0,10,25 mg/kg IM.
Por otro lado, algunos estudios
sugieren que la dexmedetomidina
mejora la hemodinámica, reduce
la presencia de células inflamatorias en los espacios alveolares
y modifica la respuesta inflamatoria, interfiriendo en la liberación
de citoquinas. Los diuréticos están
contraindicados, ya que pueden
empeorar el shock hipovolémico, mientras que el uso de corticosteroides es controvertido. La
administración de estos últimos se
ha asociado con una mejora de la
hipoxemia y el tamaño de la lesión,
pero debido a sus efectos potencialmente nocivos (aumento de la
susceptibilidad a la infección, ulceración gastrointestinal, etc.), no
son recomendables en los pacientes con esta patología (excepto en
presencia de broncoespasmo u
obstrucción grave de vías aéreas
altas). También debe considerarse que menos del 5% de los
pacientes con contusión pulmonar
traumática desarrollan infección
secundaria a la lesión, por lo que
debería evitarse la terapia antimicrobiana para limitar la resistencia
bacteriana. El tratamiento con antibióticos está indicado en pacientes con heridas penetrantes en el
tórax y en aquellos que desarrollan
neumonía bacteriana secundaria.
La contusión pulmonar se diagnostica sobre la base de los
hallazgos de la exploración física
y las radiografías torácicas y debería sospecharse en cualquier
animal que ha sufrido un trauma
torácico. El seguimiento exhaustivo de estos pacientes (1-2 días
tras el traumatismo) es importante, ya que suelen presentarse
con más de una alteración y los
cambios pulmonares pueden no
ser evidentes en la primera exploración (a menos que exista
una descompensación aguda).
Lo mismo sucede con los cambios radiológicos, que pueden
no detectarse hasta 24 horas
después del trauma. El hallazgo
característico es un patrón alveolar-intersticial difuso, que a veces
puede ser acompañado por neumotórax, fracturas de costillas o
consolidación pulmonar. Es importante realizar las radiografías
cuando el paciente está lo suficientemente estable y repetirlas
hasta la resolución completa del
compromiso pulmonar; se ha
descrito que los infiltrados pulmonares suelen resolverse 7-10
días después de la lesión. La tasa
de éxito en el tratamiento de esta
patología es alta siempre que se
estabilicen las lesiones asociadas con la contusión pulmonar,
se maneje de forma adecuada el
distrés respiratorio y se evite la
sobrecarga de líquidos.
Enfermedad del espacio
pleural
Los pacientes con compromiso pleural se caracterizan por
presentar respiración restrictiva (disminución de la capacidad de expansión pulmonar en
inspiración) y superficial con
taquipnea. En la auscultación,
es típica la ausencia de sonidos cardíacos y/o pulmonares
en los campos pulmonares dorsales (acúmulo de gas) o ventrales (acúmulo de líquido). La
efusión pleural y el neumotórax
son las enfermedades del espacio pleural más prevalentes. Otras
SELECCIONES VETERINARIAS | 19
URGENCIAS | Urgencias respiratorias
patologías asociadas con este espacio son la hernia diafragmática
y las neoplasias.
La efusión o derrame pleural es la acumulación patológica
de líquido en el espacio pleural,
que ocurre cuando se altera el
equilibrio entre la formación de
ese líquido y su resorción. En los
pequeños animales, el espacio
potencial entre las pleuras parietal y visceral de la cavidad torácica contiene una cantidad mínima de líquido (aproximadamente,
1,5-4 ml), que sirve para facilitar
los movimientos de los órganos
torácicos durante la respiración.
En los animales sanos, el volumen
y la composición del líquido pleural están regulados por el drenaje linfático, los gradientes de las
presiones oncótica e hidrostática a través del mesotelio y los
capilares, y la permeabilidad de
ambas membranas pleurales. La
alteración de este equilibrio, causada por cualquier problema asociado, da como resultado la acumulación patológica de líquido en
el espacio pleural. La naturaleza
de dicho líquido varía en función
del mecanismo fisiopatológico alterado por la causa subyacente
que lo genera: trasudado, trasudado modificado, exudado, líquido linfático y sangre (véase tabla
3). Por lo tanto, la efusión pleural
no es un diagnóstico específico
como tal, sino el resultado de varios procesos patológicos, y sus signos clínicos dependen no solo
de la velocidad con la que se acumula el líquido y la cantidad de
éste (se ha descrito que 30 ml/kg
son suficientes para producir síntomas y 60 ml/kg causan signos
de distrés respiratorio), sino también del proceso patológico asociado a tal acumulación. Debido
a la limitación de la expansión
pulmonar, los principales síntomas que presenta el paciente son
disnea, taquipnea e intolerancia
20 | SELECCIONES VETERINARIAS
Figura 8. Evacuación de contenido de la cavidad pleural mediante drenaje torácico
permanente.
al ejercicio. Otros posibles signos
son cianosis, respiración abdominal, postura ortopneica y, menos
específicos, fiebre, anorexia,
taquicardia, pulso débil, tos seca
y depresión.
Cuando el paciente se presenta con descompensación aguda
y distrés respiratorio severo, es
fundamental practicar una toracocentesis, incluso antes de la realización de radiografías torácicas
y pruebas complementarias para
alcanzar el diagnóstico etiológico. Previamente, es aconsejable
la administración de oxígeno con
mascarilla, gafas nasales o collar isabelino de oxigenación y la
aplicación de sedación ligera o la
infiltración de anestésico local en
la zona de punción (véase el cap.
18). Una vez obtenido el líquido
pleural, su análisis citológico y bioquímico y su cultivo resultan pruebas clave, ya que nos acercarán al
diagnóstico definitivo.
La diferenciación del líquido se basa en su aspecto
macroscópico, sus características citológicas y su contenido
proteico (véase tabla 4). Este
primer paso nos estrechará el
camino para localizar la patología
principal del paciente. Entre los
parámetros bioquímicos estudiados y de utilidad en medicina
humana, se encuentran la determinación del pH, la actividad de
la lactato deshidrogenasa, el gradiente de lactato deshidrogenasa
en sangre/líquido pleural, la concentración de glucosa en líquido pleural, la concentración de
colesterol total en líquido pleural,
el gradiente de albúmina en sangre/líquido pleural y el gradiente
de proteínas totales en líquido
pleural/sangre. Se ha comprobado que, en la especie felina, un
valor de lactato deshidrogenasa
≤200 UI/L confirma la presencia
de trasudado, sin necesidad de
determinaciones adicionales, y un
valor >200 UI/L hace presumible
la existencia de exudado, pero
son necesarias otras pruebas para
URGENCIAS | Urgencias respiratorias
Figura 9. Acodamiento de un drenaje torácico permanente.
confirmarlo. Las efusiones con
niveles de lactato deshidrogenasa
>200 UI/L se asocian a neoplasia;
este diagnóstico se vuelve aun
más probable cuando, en ausencia de traumatismo, se detectan
altos niveles de hematíes en el
líquido recolectado.
Cuando el derrame pleural
es masivo y las toracocentesis
repetidas no son suficientes para
la resolución o cuando se trata de
un piotórax, está indicada la colocación de un drenaje permanente
y/o continuo en la cavidad pleural
(véase el cap. 18), procedimiento que requiere anestesia con
soporte ventilatorio. Entre sus
ventajas, esta técnica permite la
estabilización completa del paciente y, por lo tanto, la realización
de otras pruebas diagnósticas, en
busca de la causa del proceso, y
la evacuación del líquido, si hay
una acumulación continua (véase
fig. 8). La colocación del drenaje
permanente requiere de experiencia clínica porque, de lo contrario,
podría producir complicaciones
como el acodamiento del sistema (véase fig. 9), laceraciones
pulmonares iatrogénicas, neumotórax o infección en el punto de
entrada al tórax.
En cuanto a las pruebas diagnósticas complementarias, las radiografías torácicas son esenciales
para el diagnóstico y el seguimiento de esta patología. Para obtenerlas, son recomendables las posiciones dorsoventral y lateral (más
que la ventrodorsal), ya que limitan
el estrés del paciente afectado. Los
hallazgos radiográficos comunes
son la pérdida de la silueta cardíaca y la cúpula diafragmática y el
aumento de la densidad del tejido
blando dorsalmente al esternón.
Por otra parte, la ecografía es la
prueba de elección para descartar
la presencia de masas torácicas o
pulmonares y alteraciones cardíacas, y la tomografía computarizada
(TC) permite ser más exactos en el
diagnóstico, pues diferencia entre
patologías pulmonares o pleurales
y entre derrame libre o encapsulado. Otras pruebas diagnósticas
que ayudan a determinar la etiología de la fusión pleural son el
hemograma completo, el perfil de
bioquímica sérica, el urianálisis y la
ecografía abdominal.
El tratamiento del paciente,
además de incluir una toracocentesis y la estabilización de urgencia, va a depender de la patología
responsable de la efusión pleural
y del líquido recolectado.
El neumotórax es la acumulación de aire en el espacio pleural. En los pequeños animales, en
general, es de origen traumático
y, por lo tanto, de tipo cerrado (no
hay comunicación entre el espacio pleural y el ambiente externo).
Sobre la base de su etiología, el
neumotórax puede ser:
• Traumático: asociado con un
traumatismo. Se ha comprobado que su prevalencia es
del 47% en los perros con contusión pulmonar.
• Cerrado: no hay comunicación entre el espacio pleural y el exterior (por ej., el
causado por un accidente
de tráfico).
• Abierto: hay comunicación
entre espacio pleural y exterior (por ej., el causado por una
mordedura).
• Espontáneo: se desarrolla
sin causas traumáticas ni iatrogénicas. Resulta de la rotura
de burbujas pulmonares (3668% de los casos).
• Primario: ocurre sin enfermedad pulmonar aparente.
• Secundario (en los perros,
tiene más prevalencia que
el neumotórax primario): se
relaciona con enfermedad
pulmonar previa (por ej.,
enfisema, filarias, absceso,
neoplasia, etc.)
• Iatrogénico:
se asocia con
toracocentesis con aguja, aspiración con aguja fina, biopsia de estructuras intratorácicas o colocación de tubos de
SELECCIONES VETERINARIAS | 21
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URGENCIAS | Urgencias respiratorias
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Especificaciones
Finalidad:
Detección de anticuerpos
de Leishmania infantum
Muestra:
Sangre entera, suero, plasma
Sensibilidad:
97% versus IFI
de 1:80.
Especificidad:
99% versus IFI
Tan solo son necesarios 20 μl de muestra.
Tiempo de realización: 2 minutos
recombinante quimérica de gran
sensibilidad y especificidad.
• Detecta títulos de anticuerpos a partir
•
• Técnica de tan solo 2 pasos: ahorro de
tiempo y evita errores.
Tiempo de lectura:
20 minutos
Presentación:
Caja de 5 test
SALUD PARA LAS MASCOTAS
Dr. Jorge Grubissich | Médico Veterinario | Socio Gerente & Director Técnico Tel.: (54 11) 5368-0530 | Mail: [email protected]
22 | SELECCIONES VETERINARIAS
Consultas: [email protected]
URGENCIAS | Urgencias respiratorias
toracostomía.
Los hallazgos físicos en los animales con neumotórax incluyen
signos de mala perfusión (pulso
débil, mucosas pálidas), distrés
respiratorio severo, tórax con
aspecto de barril, taquipnea,
anorexia, tos seca y vómitos. El
neumotórax a tensión puede presentarse con distrés respiratorio
agudo y presupone un alto riesgo
de compromiso vital, si no es tratado como una urgencia. Cuando
el neumotórax es traumático, está
indicada la terapia analgésica
para disminuir el dolor asociado
con el movimiento de la pared
torácica y, de este modo, mejorar
la ventilación. Si hay compromiso
ventilatorio, las principales mediadas terapéuticas de urgencia son
la oxigenoterapia y la toracocentesis (véase el cap. 18) en ambos
lados del tórax; esta última debe
llevarse a cabo hasta conseguir
la mejoría clínica del paciente o
una presión negativa. Si para esta
prueba es precisa la sedación
del paciente, es recomendable la
combinación de un opioide con
una benzodiazepina; otra opción
es el bloqueo local con lidocaína al 2% (2-4 mg/kg en perros y
0,5-1 mg/kg en gatos). Si la toracocentesis no alivia el neumotórax,
está indicada una mini toracotomía
de urgencia o la colocación de un
tubo de toracostomía (véase el cap.
18), con intubación del paciente e
instauración de soporte ventilatorio. El drenaje permanente debe
mantenerse en succión continua y,
una vez que ésta se interrumpe, el
contenido debe recolectarse cada
4 horas. Si no se detecta acúmulo
de aire durante 24 horas, el sistema permanente puede retirarse.
No obstante, es esencial que el
paciente guarde reposo durante al
menos 1 semana.
Se ha descrito que los neumotórax espontáneos son más
Figura 10. Radiografía de un paciente con neumotórax.
graves que los traumáticos, dado
que estos últimos suelen resolverse con una o dos toracocentesis y reposo estricto, mientras que
los espontáneos suelen requerir
la colocación de un drenaje permanente con sistema de succión
continua. En definitiva, el neumotórax traumático suele ser tratado
de forma médica, mientras que el
espontáneo puede requerir una
intervención quirúrgica (esternotomía media). La toracotomía exploratoria está indicada cuando
la acumulación de aire persiste
12-24 horas tras la colocación de
un drenaje permanente. Se ha
comprobado que los animales con
neumotórax espontáneos que son
sometidos a tratamiento quirúrgico
tienen menos recidivas y menor
mortalidad que los tratados médicamente (50% frente a 3,3% y
12,1% frente a 53%, respectivamente). Además, en la actualidad,
el tórax de los perros puede ser
evaluado por medio de una toracoscopia, lo que reduce el riesgo
de la intervención. El área lesionada también puede detectarse mediante una TC.
Una vez estabilizado el paciente,
es importante la monitorización de
las constantes vitales y la realización de pruebas diagnósticas
complementarias que ayuden a
determinar la causa subyacente.
A pesar de que la extracción de
aire por toracocentesis, realizada para estabilizar al paciente,
ya nos indica el diagnóstico de
esta patología, es preciso obtener radiografías torácicas para el
seguimiento, para alcanzar el diagnóstico definitivo y para asegurarnos de la correcta colocación
del drenaje permanente, cuando
éste es necesario. En las imágenes radiográficas de los pacientes con neumotórax, se observan
una elevación del corazón con respecto al esternón, atelectasia de
SELECCIONES VETERINARIAS | 23
URGENCIAS | Urgencias respiratorias
los lóbulos pulmonares y una zona
radiotransparente de aire libre en
el tórax caudal, donde se aprecian las estructuras vasculares
pulmonares con facilidad (fig. 10).
Otras pruebas recomendadas luego de la estabilización inicial son
hematología y bioquímica completa, pulsioximetría y/o análisis de
gases arteriales. La resolución de
esta patología del espacio pleural depende de la causa que la
provoca, la rapidez con la que el
paciente es abordado y el tipo de
tratamiento instaurado.
En definitiva, las claves del
éxito consisten en reconocer al
paciente crítico con insuficiencia
respiratoria, priorizar su atención,
minimizar su estrés, adaptar la
actuación clínica a su estado, estabilizar el distrés respiratorio lo
antes posible y, una vez hallada
la causa de la descompensación
respiratoria, establecer la terapia
adecuada a cada caso.
24 | SELECCIONES VETERINARIAS
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Lecturas recomendadas
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Conclusiones
En los pequeños animales, el
distrés respiratorio es uno de los
principales motivos de consulta de urgencia. Las causas más
frecuentes de distrés agudo son
los traumatismos, las patologías
cardíacas, el colapso traqueal,
las enfermedades del parénquima
pulmonar y el síndrome del braquicefálico en la especie canina y
el asma y las alteraciones cardíacas en la especie felina.
Cuando se presenta un paciente
con compromiso respiratorio, la
actuación de urgencia es esencial
para su estabilización. Además,
es importante limitar la realización
de procedimientos estresantes
y adaptar nuestras actuaciones
al estado de salud que presenta
ese animal. Una vez solventado
el compromiso vital, deben llevarse a cabo la totalidad del examen físico y las pruebas complementarias necesarias para hallar
la causa exacta del distrés. El
pronóstico de cualquier paciente
con distrés respiratorio severo
depende siempre de la actuación
de urgencia, del paciente y de la
causa subyacente que provoca la
patología respiratoria. Es fundamental que el clínico conozca la
mecánica respiratoria para tratar
estos casos.
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SELECCIONES VETERINARIAS | 25
ANIMALES DE PRODUCCIÓN
Bienestar, conducta y alojamiento
de las vacas
Parte 1 de 2
Paul R. Greenough
FRCVS. Profesor Emérito de Cirugía Veterinaria. Universidad de Saskatchewan. Saskatoon, Canadá
Tomado de “Laminitis y Claudicaciones en Bovinos” con autorización de Inter-Médica
In­tro­duc­ción
Aun­que el tér­mi­no bie­n es­t ar
de la va­ca ha si­do re­c ien­t e­m en­
te in­tro­du­ci­do en la in­dus­t ria
ga­na­de­ra, aún se de­be lo­grar
una de­fi­ni­ción pre­ci­s a y acep­
ta­d a in­ter­na­cio­nal­men­t e. En un
prin­ci­p io, és­te se re­fe­ría al lu­gar
don­de las va­cas des­c an­s an. El
tér­mi­no aho­ra in­clu­ye to­das las
áreas ocu­pa­das por las va­c as,
tan­to de día co­mo de no­c he. La
ra­zón por la cual ha au­men­ta­
do el in­t e­rés so­bre es­t e te­m a es
que, en la ac­tua­li­dad, se cree
que los fac­to­res ne­ga­t i­v os en
el am­bien­te, las ins­ta­l a­c io­n es y
el ma­ne­jo cau­san es­trés. A su
vez, el es­trés pre­dis­p o­n e al ro­
deo a en­fer­me­da­des, in­c lui­das
aque­l las que pro­du­c en clau­di­
ca­ción. Tam­bién hay con­s en­s o
en que es­tos fac­to­res, cuan­do
ocu­r ren en con­jun­to, au­men­t an
los efec­tos de los erro­res de la
nu­tri­ción.
26 | SELECCIONES VETERINARIAS
El es­trés por ca­lor y el frío ex­
tre­mo afec­tan ne­ga­ti­va­men­te el
me­ta­bo­lis­mo de la va­ca. Por lo
tan­to, los si­tios de alo­ja­mien­to y
los re­fu­gios han si­do cons­trui­dos
pa­ra pro­te­ger a las va­cas le­che­
ras de las va­ria­cio­nes ex­tre­mas
de tem­pe­ra­tu­ra. Sin em­bar­go, de­
bi­do al cos­to de las cons­truc­cio­
nes y de las so­lu­cio­nes prác­ti­cas
que fa­ci­li­tan el ma­ne­jo, los ani­ma­
les sue­len es­tar con­fi­na­dos en un
am­bien­te su­bóp­ti­mo. Se cree que
la con­fron­ta­ción so­cial o la fal­ta
de es­pa­cio per­so­nal en un sis­te­
ma de alo­ja­mien­to li­bre son fac­
to­res es­tre­san­tes y se re­la­cio­nan
di­rec­ta­men­te con el trá­fi­co de los
bo­vi­nos. Los es­pa­cios in­de­sea­
bles pa­ra des­can­so, así co­mo el
ac­ce­so res­trin­gi­do a los re­cur­
sos, cau­san fa­ti­ga. Aun ba­jo un
ma­ne­jo pas­to­ral, las va­cas es­tán
es­tre­sa­das por las lar­gas dis­tan­
cias que re­co­rren so­bre ca­mi­nos
de ma­la ca­li­dad, lo cual em­peo­ra
por las mor­di­das de los pe­rros y
los va­que­ros im­pa­cien­tes.
La im­por­tan­cia de la
posibi­li­dad de des­can­so
de la va­ca
Los si­guien­tes fac­to­res dis­mi­
nu­yen la vo­lun­tad de la va­ca de
es­tar echa­da:
• Nú­me­ro ina­de­cua­do de bo­xes
(o cu­bí­cu­los)
• Res­trin­ge la elec­ción de un
lu­gar pa­ra echar­se por par­te
de las va­cas tí­mi­das o de las
va­qui­llo­nas sin ex­pe­rien­cia.
• Au­men­ta el ries­go de le­sio­
nes si los ani­ma­les se echan
en los ca­mi­nos.
• Bo­xes (o cu­bí­cu­los) no atrac­ti­vos
• Cual­quier fac­tor que in­ter­fie­
ra con el im­pul­so ha­cia ade­
lan­te al le­van­tar­se.
• Le­chos ina­de­cua­dos que
obli­
gan al ani­
mal a echar­
se so­bre su­per­fi­cies du­
ras y frías (la are­
na y los
col­cho­nes es­tán ga­nan­do
po­pu­la­ri­dad).
ANIMALES DE PRODUCCIÓN | Bienestar, conducta y alojamiento de las vacas
• Ina­pro­pia­das di­men­sio­nes y
pen­dien­tes.
• Ba­ran­das de­ma­sia­do al­tas.
• Ani­llas de su­je­ción de­ma­
sia­do res­tric­ti­vas co­mo pa­
ra per­mi­tir que las va­cas se
pa­ren con co­mo­di­dad en el
box.
• Ani­ma­les for­za­dos a es­tar pa­
ra­dos en fi­la.
• De­ben es­pe­rar pa­ra te­ner
ac­ce­so al agua (be­be­de­ros
en es­ca­sa can­ti­dad o de ta­
ma­ño muy pe­que­ños).
• De­ben es­pe­rar pa­ra te­ner
ac­ce­so a los co­me­de­ros
com­pu­ta­ri­za­dos.
• De­ben es­pe­rar pa­ra el
or­de­ñe.
Ín­di­ce de bie­nes­tar de las
va­cas (IBV)
Es­te mé­to­do de eva­lua­ción es
un con­cep­to in­no­va­dor pa­ra que
el hom­bre de tam­bo pue­da con­
tro­lar el ni­vel de bie­nes­tar de la
va­ca en un ro­deo. Es­te ín­di­ce se
cal­cu­la (1 ho­ra an­tes del or­de­ñe)
co­mo el nú­me­ro de va­cas que se
echan en el box di­vi­di­do por el
nú­me­ro to­tal de va­cas den­tro de
los cu­bí­cu­los. Es­te úl­ti­mo es­tá for­
ma­do por la su­ma de las va­cas
echa­das más las que se en­cuen­
tran en es­ta­ción con dos o cua­tro
pies so­bre la su­per­fi­cie del box.
Co­mo ejem­plo: en un co­rral pa­ra
100 va­cas, 15 es­tán pa­ra­das en
los ca­lle­jo­nes pa­ra co­mer, be­ber
y so­cia­li­zar, mien­tras que 85 es­
tán en los cu­bí­cu­los. De es­tas 85
va­
cas, 70 se en­
cuen­
tran echa­
das, 10 tie­nen dos pies so­bre la
su­per­fi­cie del cu­bí­cu­lo y 5 se en­
cuen­tran pa­ra­das con los cua­tro
pies en el cu­bí­cu­lo. El IBV se­ría
70 (va­cas echa­das) di­vi­di­do 85
(va­
cas en los cu­
bí­
cu­
los) lo que
da­ría un ín­di­ce del 82%. Hay una
co­rre­la­ción en­tre es­te ín­di­ce y la
in­ci­den­cia de clau­di­ca­ción en un
Figura 1. Aquí se ob­ser­va una va­
ca do­mi­nan­te que con­fron­ta a una
va­qui­llo­na su­mi­sa en bus­ca de
agua. La va­ca se pa­ra con su ca­
be­za y sus ore­jas en al­to, mien­tras
que la va­qui­llo­na ba­ja tanto la ca­
be­za como las ore­jas. Los ojos de
la va­ca se man­tie­nen bien abier­
tos. (Cor­te­sía de G. Jo­nes.).
ro­deo. Si el IBV en un ro­deo es
ina­cep­ta­ble, se de­be­rá efec­tuar
una re­vi­sión so­bre el te­ma.
Con­fron­ta­ción so­cial
La con­fron­ta­ción so­cial ocu­rre
en­tre las va­cas le­che­ras co­mo
en­tre las per­so­nas. Un ani­mal su­
mi­so al­te­ra­rá su con­duc­ta na­tu­ral
cuan­do es con­fron­ta­do con un
ani­mal más do­mi­nan­te. En la na­
tu­ra­le­za, los bo­vi­nos se apo­yan
en el gru­po so­cial co­mo me­di­da
de pro­tec­ción. Ba­jo la do­mes­ti­ca­
ción, el ins­tin­to se con­ser­va pe­ro
es dis­tor­sio­na­do por la ma­no del
hom­bre pa­ra con­ser­var los es­pa­
cios y re­du­cir su tra­ba­jo. Hoy en
día, las va­cas le­che­ras es­tán for­
za­das a vi­vir en am­bien­tes más
con­fi­na­dos que an­tes. Es­to au­
men­ta el trá­fi­co de va­cas y, en
con­se­cuen­cia, el ries­go de con­
fron­ta­ción. Se ha do­cu­men­ta­do
que me­dian­te la re­duc­ción de la
den­si­dad po­bla­cio­nal se dis­mi­nu­
ye la pre­va­len­cia de clau­di­ca­cio­
nes en un ro­deo.
Cuan­do la in­ci­den­cia de las
clau­di­ca­cio­nes en un ro­deo es
al­ta, es acon­se­ja­ble ob­ser­var
Figura 2. La es­pe­ra en fi­la pa­ra
ser or­de­ña­das so­bre un pi­so de
con­cre­to pro­vo­ca el au­men­to de la
pre­sión san­guí­nea den­tro del pie
y re­du­ce la per­fu­sión san­guí­nea.
(Cor­te­sía de C. Bergs­ten.)
cui­da­do­sa­men­te el com­por­ta­
mien­to de los ani­ma­les, la pre­sen­
ta­ción de con­duc­tas agre­si­vas, el
tiem­po que pa­san en re­po­so, la
li­ber­tad de ac­ce­so a los re­cur­
sos (ali­men­to, agua y des­can­so)
y la li­ber­tad pa­ra cir­cu­lar den­tro
de las ins­ta­la­cio­nes a fin de ejer­
ci­tar­se. La con­fron­ta­ción so­cial
tam­bién au­men­ta la ta­sa de res­ba­
lo­nes, lo que lle­va a su­frir le­sio­nes.
La pér­di­da de la vo­lun­tad de com­
pe­tir por los re­cur­sos afec­ta en gra­
do ad­ver­so la pro­duc­ción de le­che.
Do­mi­nan­cia
El cual­
quier gru­
po so­
cial, al­
gu­nos in­di­vi­duos son más do­mi­
nan­tes que otros, y es­to de­fi­ne
un cier­
to or­
den pa­
ra co­
mer. Es
pro­ba­ble que es­ta ca­rac­te­rís­ti­ca
de­pen­da, en su ma­yor par­te, de
la ge­né­ti­ca. La do­mi­nan­cia no es
ne­ce­sa­ria­men­te una ca­rac­te­rís­ti­
ca agre­si­va pe­ro, cuan­do lo es,
tien­de a crear dis­tur­bios en el ro­
deo. Con ma­yor fre­cuen­cia, una
va­ca ejer­ce su do­mi­nan­cia por su
so­la pre­sen­cia, lo que, ba­jo con­
di­cio­nes na­tu­ra­les, le otor­ga el
be­ne­fi­cio ma­triar­cal del li­de­raz­go.
Una cui­da­do­sa ob­ser­va­ción di­fe­
ren­cia­rá en­tre los dos ti­pos de do­
mi­nan­cia (véase la fig. 1). Pue­de
es­tar in­di­ca­da la eli­mi­na­ción de
ani­ma­les en el lar­go pla­zo.
SELECCIONES VETERINARIAS | 27
ANIMALES DE PRODUCCIÓN
Patología
y clínica
bovina
ANIMALES DE PRODUCCIÓN | Bienestar, conducta y alojamiento de las vacas
Autor: Justino M. Martínez Sigales
Kate Hopper
Presentación: tapa dura
Formato: 20 x 28 cm
Páginas: 728
Ilustraciones: en color
Edición: 2016
ISBN: 978-950-555-445-4
Este libro es fruto de la experiencia y las vivencias del Dr. Justino Martínez Sigales en el ejercicio de la Medicina Veterinaria en el ámbito rural y su dedicada labor como docente universitario. Está destinado a todos los
veterinarios especializados en grandes animales, y en particular a los que se inician en la profesión, y tiene por
fin ofrecer una orientación para la solución de los problemas clínicos más frecuentes en los bovinos.
Contenido
Capítulo 1. Introducción a la clínica
Capítulo 2. La clínica bovina
Capítulo 3. La relación profesional con el establecimiento productor
Capítulo 4. El animal: salud y enfermedad
Capítulo 5. Diagnóstico diferencial. Los grandes complejos clínicos
Capítulo 6. Gran complejo clínico estrés
Capítulo 7. Gran complejo clínico shock
Capítulo 8. Gran complejo clínico toxemia
Capítulo 9. Emaciación
Capítulo 10. Las tecnopatías: enfermedades del progreso
Capítulo 11. Gran complejo clínico indigestiones
Capítulo 12. Clasificación de las indigestiones
Capítulo 13. Indigestión traumática. Reticuloperitonitis traumática
Capítulo 14. Pericarditis traumática
Capítulo 15. Indigestión vagal
Capítulo 16. Indigestiones con actividad microbiana-enzimática alterada por defecto
Capítulo 17. Indigestiones con actividad microbiana-enzimática alterada por exceso (meteorismo)
Capítulo 18. Clasificación de las indigestiones con actividad microbiana-enzimática en dirección anormal
Capítulo 19. Indigestión con actividad microbiana-enzimática en
dirección anormal y reducción del ph: acidosis o indigestión láctica
Capítulo 20. Alcalosis ruminal. Indigestión con alteración del ph en
dirección alcalina. Podredumbre del rumen
Capítulo 21. Indigestión del librillo u omaso
Capítulo 22. Repaso de topografía, natomía, histología y fisiología
gastrointestinales
Capítulo 23. Desviación o desplazamiento del abomaso
Capítulo 24. Principales etiologías capaces de provocar afecciones
atológicas en el sector intestinal
Capítulo 25. Hígado: anatomía, fisiología, patología y clínica de bajo
peso molecular
Capítulo 26. Gran complejo clínico alteraciones de la reproducción:
aborto e infertilidad
Capítulo 27. El parto
Capítulo 28. El posparto
Capítulo 29. La cría: el ternero
Capítulo 30. Mastitis
Capítulo 31. Dermopatías de ubres y pezones
Capítulo 32. Podopatías
Capítulo 33. Vaca caída
Capítulo 34. Dermopatías
Capítulo 35. Neuropatías
Capítulo 36. Afecciones respiratorias
Capítulo 37. Muerte súbita
Junín 917 – Piso 1º “A” • C1113AAC • Ciudad Autónoma de Buenos Aires – República Argentina
Tel. +54911 44139442 • E-mail: [email protected] • E-mail: [email protected]
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ANIMALES DE PRODUCCIÓN | Bienestar, conducta y alojamiento de las vacas
4,25 m
Pa­si­llos pa­ra ali­men­to y com­par­ti­men­tos
3,75 m
Figura 3. Se ob­ser­va un co­rre­dor
con mu­chos obs­tá­cu­los, lo que
pro­vo­ca la con­fron­ta­ción en­tre
dos ani­ma­les que tra­tan de pa­sar
por el es­tre­cho es­pa­cio dis­po­ni­
ble. (Cor­te­sía de C. Bergs­ten.)
Pa­si­llos pa­ra com­par­ti­men­tos
Es­pa­cio per­so­nal
Hay una cier­ta dis­tan­cia den­tro
de la cual no­so­tros, co­mo hu­ma­
nos, nos sen­ti­mos in­có­mo­dos si
al­guien se en­tro­me­te. Los bo­vi­
nos tie­nen exac­ta­men­te el mis­mo
sen­ti­mien­to. Una va­ca do­mi­nan­te
pue­de te­ner un es­pa­cio per­so­nal
de 1 me­tro, mien­tras que una va­
qui­llo­na sin ex­pe­rien­cia pue­de
ne­ce­si­tar 4 me­tros o más. A me­
nu­do, es­to se de­no­mi­na “zo­na
de vue­lo” y au­men­ta con­si­de­ra­
ble­men­te cuan­do se acer­ca una
per­so­na no fa­mi­liar o un ani­mal
(co­mo por ej., un pe­rro). Des­pués
de que el bo­vi­no ha si­do des­cor­
na­do, su área de vue­lo dis­mi­nu­
ye, lo que per­mi­te con­di­cio­nes de
ma­yor con­fi­na­mien­to que las que
an­tes hu­bie­sen si­do po­si­bles.
La im­por­tan­cia del es­pa­cio per­so­
nal se apre­cia cuan­do dos va­cas se
acer­can en un es­pa­cio de­ma­sia­do
es­tre­cho pa­ra pa­sar sin en­tro­me­ter­
se mu­tua­men­te en la zo­na de vue­lo.
Es­to pue­de cau­sar que un ani­mal se
ale­je (y po­si­ble­men­te se res­ba­le o
tro­pie­ce con la ba­ran­da), por lo que
las le­sio­nes en los miem­bros son ob­
ser­va­das con fre­cuen­cia en los es­
ta­blos su­bóp­ti­mos, aun en aque­llos
re­cién cons­trui­dos, in­de­pen­dien­te­
men­te del sis­te­ma de es­ta­bu­la­ción
uti­li­za­do (li­bre o en ca­si­llas).
3,75-4,25 m
Pa­si­llos pa­ra ali­men­to
Figura 4. Más allá del ti­po de pa­si­llo, el es­pa­cio de­be ser su­fi­cien­te co­mo pa­ra
per­mi­tir que dos va­cas pa­sen sin to­car­se, aun cuan­do ha­ya ani­ma­les ocu­pan­do
los com­par­ti­men­tos y las pla­ta­for­mas de ali­men­to.
Edad
La do­mi­nan­cia pue­de exis­tir den­
tro de cual­quier gru­po eta­rio, pe­ro
tam­bién exis­ten agru­pa­cio­nes por
edad. Es­to quie­re de­cir que las va­
qui­llo­nas se ven ca­si siem­pre in­ti­mi­
da­das por las va­cas de ma­yor edad.
Al­gu­nas va­qui­llo­nas se adap­tan con
ra­pi­dez, mien­tras que otras lo ha­cen
con ma­yor len­ti­tud. Es po­si­ble que la
edad ex­pre­se ex­pe­rien­cia.
La lec­
ción prác­
ti­
ca es que las
va­qui­llo­nas de­ben es­tar, si es po­si­
ble, en un gru­po se­pa­ra­do du­ran­te
la pri­me­ra lac­ta­ción. En los pe­que­
ños ro­deos es­to pue­de no ser apli­
ca­ble; en es­te ca­so, las va­qui­llo­nas
no de­ben ser in­tro­du­ci­das in­di­vi­
dual­men­te en un gru­po de va­cas
con ex­pe­rien­cia. Es pre­fe­ri­ble in­tro­
du­cir va­rias va­qui­llo­nas en el mo­
men­to de or­de­ñe du­ran­te las ho­ras
de os­cu­ri­dad. De es­ta for­ma, ca­da
va­qui­llo­na ten­drá un ani­mal fa­mi­liar
con el cual pue­da so­cia­li­zar. Otra
téc­ni­ca es mez­clar va­cas se­cas
con las va­qui­llo­nas a tér­mi­no den­
tro de un po­tre­ro es­pa­cio­so. Es­to
per­mi­te que am­bos gru­pos so­cia­
li­cen an­tes de con­fron­tar en un es­
pa­cio res­trin­gi­do y de con­cre­to.
Tiem­po en es­ta­ción for­za­da
Cuan­do una va­ca es­tá pa­ra­da,
la pre­
sión den­
tro de la pe­
zu­
ña
au­men­ta. La san­gre es ex­pul­sa­
da des­de el sis­te­ma vas­cu­lar y el
vo­lu­men san­guí­neo en el pie dis­
mi­nu­ye en lu­gar de acu­mu­lar­se.
Es es­
ta pre­
sión crea­
da en­
tre la
ter­ce­ra fa­lan­ge y el te­ji­do cór­neo
de la pe­zu­ña la que da­ña los te­ji­
dos. Las con­di­cio­nes hi­pó­xi­cas y
la is­que­mia son, por cier­to, con­
se­cuen­cias de es­ta pre­sión.
El ca­mi­nar ha­ce que se bom­
bee san­gre a tra­vés del pie y, por
lo tan­to, la fal­ta de ejer­ci­cio re­du­
ce la oxi­ge­na­ción y la nu­tri­ción de
los te­ji­dos pro­duc­to­res de te­ji­do
cór­neo, los cua­les per­de­rán vi­
ta­li­dad. La dis­mi­nu­ción de la cir­
cu­la­ción a tra­vés del pie di­fi­cul­ta
la eli­mi­na­ción de to­xi­nas. La es­
ta­ción pro­lon­ga­da so­bre su­per­fi­
cies du­ras au­men­ta la car­ga que
so­por­ta el pie, y así se in­tro­du­ce
el ele­men­to trau­ma en la etio­lo­gía
de las en­fer­me­da­des de la pe­zu­
ña. Tam­bién hay una ma­yor ex­po­
si­ción a las he­ces lí­qui­das cuan­
do el ani­mal es­tá de pie. El te­ji­do
SELECCIONES VETERINARIAS | 29
ANIMALES DE PRODUCCIÓN | Bienestar, conducta y alojamiento de las vacas
Figura 5. Si la lon­gi­tud del com­
par­ti­men­to es muy cor­ta pa­ra el
ani­
mal o si la ca­
ma es­
tá amon­
to­na­da muy al­ta en el sec­tor de­
lan­
te­
ro del box, el cuer­
po y las
pier­nas del ani­mal se res­ba­la­rán
so­bre el cor­dón. Es­to lle­va­rá a da­
ños fí­si­cos de las par­tes cor­po­ra­
les que pro­tru­yen y no es­tán pro­te­
gi­das, co­mo por ejem­plo, el tar­so.
cór­neo de la pe­zu­ña se ablan­da­rá
y se vol­ve­rá más pro­pen­so a las
le­sio­nes y la ero­sión.
Los ro­deos que se en­cuen­tran en
bo­xes in­có­mo­dos tie­nen una ma­
yor in­ci­den­cia de clau­di­ca­cio­nes.
Las va­qui­llo­nas se echan me­nos
tiem­po y es­tán más tiem­po pa­ra­
das de­bi­do a que sus cu­bí­cu­los
son in­có­mo­dos. De es­ta ma­ne­ra,
se en­cuen­tra un au­men­to sig­ni­fi­ca­
ti­vo del nú­me­ro de sue­las con he­
mo­rra­gias 1 mes des­pués del par­
to y más úl­ce­ras so­lea­res 2 me­ses
des­pués del par­to, en com­pa­ra­
ción con lo re­gis­tra­do en ani­ma­les
que se alo­jan en cu­bí­cu­los có­mo­
dos. Los si­guien­tes son fac­to­res de
ries­go de es­pe­cial in­te­rés:
• Área de es­pe­ra.
• Dis­po­ni­bi­li­dad de agua.
• Dis­po­ni­bi­li­dad de ali­men­to en
pla­ta­for­mas o cu­bas.
• Res­
tric­
ción de las áreas de
ejer­ci­cio.
Área de es­pe­ra
A me­di­da que el ta­ma­ño del
ro­deo pro­me­dio au­men­ta, el ta­
ma­ño de la sa­la de or­de­ñe pue­
de se­guir sien­do el mis­mo. Es­ta
30 | SELECCIONES VETERINARIAS
di­fi­cul­tad es al­gu­nas ve­ces su­
pe­ra­da man­te­nien­do el res­to de
los ani­ma­les en un área de es­
pe­ra se­cun­da­ria, de su­per­fi­cie
du­ra, tal co­mo po­dría ser un pa­
si­llo. Es­to sig­ni­fi­ca que las va­cas
tie­nen que es­pe­rar lar­go tiem­po
pa­ra ser or­de­ña­das.
Las va­cas ne­ce­si­tan al me­nos
1,3-1,5 m2 por ani­mal pa­ra con­
gre­gar­se con co­mo­di­dad en un
pa­
tio. Se de­
be per­
mi­
tir que las
va­cas se pa­ren tran­qui­las con la
ca­be­za ga­cha y avan­cen len­ta­
men­te pa­ra ser or­de­ña­das. De­
ma­sia­do es­pa­cio per­mi­te mu­cho
mo­vi­mien­to y pue­den pro­du­cir­
se le­sio­nes. Las puer­tas tra­se­ras
de­ben uti­li­zar­se con cau­te­la. Los
si­guien­tes pun­tos son úti­les cuan­
do se con­si­de­ra el di­se­ño y el ma­
ne­jo de un área de es­pe­ra:
• El pi­so de go­ma en el pa­tio de
es­
pe­
ra le brin­
da al pie cier­
to
gra­do de ali­vio (véase la fig. 2).
• Las áreas de es­pe­ra de­ben ser
cu­bier­tas.
• Las va­cas no de­ben es­pe­rar su
tur­no de or­de­ñe so­bre su­per­
fi­cies de con­cre­to du­ran­te un
to­tal dia­rio de más de 3 ho­ras.
• La pen­dien­te (que no de­be ser
ma­yor que un 4%) del con­cre­to
en el área de es­pe­ra de­be ser
su­fi­cien­te co­mo pa­ra ase­gu­rar
el dre­na­je.
• El área de es­pe­ra de­be man­
gue­rear­se cuan­do es­té muy
con­ta­mi­na­da (va­rias ve­ces al
día du­ran­te el or­de­ñe).
• La su­per­fi­cie de con­cre­to de­
be ser man­te­ni­da en bue­nas
con­di­cio­nes.
• La su­per­fi­cie de con­cre­to de­be
te­ner sur­cos pa­ra ase­gu­rar un
buen aga­rre del pie
Dis­po­ni­bi­li­dad de agua
Las va­cas de­ben rem­pla­zar el
agua per­di­da du­ran­te el or­de­ñe.
Por lo ge­ne­ral, es­ta ne­ce­si­dad se
Figura 6. En es­te ca­so, las se­pa­
ra­cio­nes no son del ti­po de es­pa­
cio com­par­ti­do. La par­te de atrás
de las se­pa­ra­cio­nes tie­ne me­nos
que los 35 cm re­co­men­da­dos
fren­
te al cor­
dón. Los miem­
bros
pos­te­rio­res pue­den en­re­dar­se en
las tu­be­rías ver­ti­ca­les. Tam­bién
ob­sér­ve­se que las va­cas es­tán mi­
ran­do ha­cia la pa­red, lo que no les
de­ja es­pa­cio para im­pul­sar­se ha­
cia ade­lan­te al levan­tar­se.
vuel­ve ur­gen­te 1 ho­ra des­pués
del or­de­ñe. Por lo tan­to, la co­lo­
ca­ción y el di­se­ño de los be­be­
de­ros tie­nen una con­si­de­ra­ble
im­por­tan­cia.
Dis­po­ni­bi­li­dad del ali­men­to
en pla­ta­for­mas o cu­bas
El ali­men­to de­be es­tar dis­po­ni­ble
en pla­ta­for­mas, en es­pe­cial si el ro­
deo es­tá su­per­po­bla­do. Se de­be
em­pu­jar re­gu­lar­men­te el ali­men­to
ha­cia las va­cas, siem­pre que sea
ne­ce­sa­rio. Si no hay ali­men­to dis­
po­ni­ble, los ani­ma­les sim­ple­men­te
se pa­ra­rán y es­pe­ra­rán. Nun­ca se
de­be de­jar a las va­cas de pie an­te
un co­me­de­ro va­cío.
Res­tric­ción de las áreas
de ejer­ci­cio
El área de ejer­
ci­
cio de­
be ser
cal­cu­la­da en no me­nos de 3,3 m2
por ca­da va­ca. Hay mu­cha com­
pe­ti­ción por los es­pa­cios exis­ten­
tes en­tre la fi­la de com­par­ti­men­tos
o los pa­si­llos exis­ten­tes en­tre és­
tos y las pla­ta­for­mas de ali­men­to,
al­re­de­dor de los abre­va­de­ros, en
ANIMALES DE PRODUCCIÓN | Bienestar, conducta y alojamiento de las vacas
Figura 7. Es­te di­se­ño de es­pa­cios
compartidos pro­vee zo­nas de es­
pa­cio li­bre pa­ra la ca­be­za, la jau­la
cos­tal y el área pél­vi­ca. La par­te
in­fe­rior de la se­pa­ra­ción de­be es­
tar a 25-28 cm por en­ci­ma de la
su­per­fi­cie de des­can­so, cer­ca del
pe­cho del ani­mal, mien­tras que la
par­te su­pe­rior de­be que­dar a 111117 cm por en­ci­ma del pi­so. (Cor­
te­sía de K. Nord­lund.)
los lu­ga­res de es­pe­ra, los pa­si­llos
de cru­ces y en las en­tra­das y sa­
li­das a los es­ta­blos (fig. 3). El lu­
gar dis­po­ni­ble en es­tos lu­ga­res
es­tra­té­gi­cos de­be ser ge­ne­ro­so
pa­ra que las va­cas ten­gan es­
pa­c io per­s o­n al su­f i­c ien­t e co­m o
pa­r a mo­v er­s e y aco­m o­d ar­s e
an­t e en­c uen­t ros agre­s i­v os en­
tre dis­t in­t os ani­m a­l es per­t e­n e­
cien­t es a una je­r ar­q uía so­c ial.
Los pa­s i­l los es­t re­c hos son una
cau­s a fre­c uen­t e de con­f ron­t a­
ción so­c ial.
• Los pa­si­llos de com­par­ti­men­
tos de­ben te­ner un an­cho mí­ni­
mo de 3,75 m.
• Los pa­si­llos que con­tie­nen tan­
to com­par­ti­men­tos co­mo co­
me­de­ros, de­ben te­ner un an­
cho mí­ni­mo de 4,25 m.
• Los pa­si­llos de cru­ce de­ben te­
ner 4,25 m de an­cho más 1 me­
tro adi­cio­nal pa­ra ca­da abre­va­
de­ro lo­ca­li­za­do a ca­da la­do.
Si un ani­mal se en­cuen­tra echa­
do en un lu­gar de pa­so, sig­ni­fi­ca
que la va­ca es­tá re­cha­zan­do usar
su cu­bí­cu­lo. En es­te ca­so, hay
Figura 8. Cuan­do una va­ca quie­
re pararse, de­be rea­li­zar un mo­vi­
mien­to de em­pu­je ha­cia ade­lan­te.
El es­pa­cio ne­ce­sa­rio pa­ra es­te
mo­vi­mien­to en una va­ca le­che­ra
Frie­sian de 600 kg es de 1-1,5 m.
Por lo tan­to, el lar­go to­tal del com­
par­ti­men­to (box) de­be te­ner un mí­
ni­mo de 2,7 m.
que ha­cer una re­vi­sión del con­
fort (por ej., ca­ma, di­men­sio­nes
del box).
La pen­dien­te de los pa­si­llos de­
be ser de 1,5-2% des­de su par­te
su­perior y en to­da su lon­gi­tud.
Ap­ti­tud del lu­gar de
alojamien­to
Cuan­to más res­tric­ti­vos sean
los es­pa­cios, más ines­ta­ble se­
rá la ar­
mo­
nía den­
tro del ro­
deo.
Mu­chos pro­duc­to­res es­tán for­za­
dos, por ra­zo­nes eco­nó­mi­cas, a
au­men­tar el ta­ma­ño de su ro­deo.
Es­to cau­sa pre­sión so­bre las
ins­ta­la­cio­nes exis­ten­tes, que ha­
bían si­do di­se­ña­das pa­ra po­bla­
cio­nes más pe­que­ñas. Tam­bién
se ol­vi­da a me­nu­do el he­cho de
que las ins­ta­la­cio­nes fue­ron ori­
gi­nal­men­te di­se­ña­das pa­ra una
es­ta­bu­la­ción en bo­xes y lue­go
se mo­di­fi­ca­ron pa­ra la es­ta­bu­la­
ción li­bre. Es­te ol­vi­do cau­sa pro­
ble­mas de con­fron­ta­ción so­cial
a me­di­da que au­men­ta el trán­
si­to de bo­vi­nos a lo lar­go de pa­
si­llos de­ma­sia­do es­tre­chos pa­ra
la po­bla­ción.
El au­
men­
to de la lon­
gi­
tud del
es­ta­blo es una so­lu­ción fre­cuen­te
al au­men­to del ta­ma­ño del ro­deo,
sim­ple­men­te por­que, des­de un
pun­to de vis­ta ar­qui­tec­tó­ni­co, es
muy cos­to­so au­men­tar la ar­ca­da
(o an­cho) del es­ta­blo, con to­do
lo que es­to im­pli­ca. La com­pe­ti­
ción por el agua pue­de ser crí­ti­ca
si los be­be­de­ros han si­do ins­ta­la­
dos pen­san­do en una po­bla­ción
va­cu­na más pe­que­ña. Cuan­do
se pla­ni­fi­ca un au­men­to del ta­
ma­ño del ro­deo, se de­be hacer
prio­ri­zar una pers­pec­ti­va his­tó­ri­ca
con las ne­ce­si­da­des de la nue­va
po­bla­ción.
Di­men­sio­nes y
características de la
estabula­ción li­bre ideal
Las me­di­das exac­tas de­pen­
den del ta­ma­ño de los ani­ma­les
que van a ser alo­ja­dos. Siem­pre
se tra­ta de que ha­ya es­pa­cio su­
fi­cien­te pa­ra que la va­ca pue­da
ejer­cer su con­duc­ta na­tu­ral, y de
que sea prác­ti­co man­te­ner una
bue­na hi­gie­ne del lu­gar. Ob­sér­
ve­se que las pau­tas su­ge­ri­das
no se apli­
can en to­
das las cir­
cuns­tan­cias. Va­cas de di­fe­ren­te
ta­ma­ño no de­ben ser mez­cla­das
en el mis­mo ro­deo. En los com­
par­ti­men­tos di­se­ña­dos pa­ra las
va­cas más gran­des, aque­llas de
me­nor ta­ma­ño ten­drán ma­yo­res
pro­ba­bi­li­da­des de es­tar su­cias.
Si se cree que hay un pro­ble­ma
de bie­nes­tar en las va­cas y se tie­
ne la in­ten­ción de ha­cer cam­bios
ar­qui­tec­tó­ni­cos en las edi­fi­ca­cio­
nes, es acon­se­ja­ble con­sul­tar a
un ex­per­to.
Véan­se las fi­gu­ras 4 a 7.
Es­pa­cio pa­ra el mo­vi­miento
de em­pu­je y la ta­bla de
pecho
El brin­d ar un es­p a­c io pa­r a
el mo­v i­m ien­t o de em­p u­j e en
SELECCIONES VETERINARIAS | 31
ANIMALES DE PRODUCCIÓN | Bienestar, conducta y alojamiento de las vacas
Figura 9. La pen­dien­te (de ade­lan­
te ha­cia atrás del box) no de­be ser
ma­yor que el 4% (4 cm por ca­da
me­tro de lar­go). Si la pen­dien­te es
ma­yor, la ca­ma se amon­to­na­rá en
el sec­tor fron­tal del box y la va­ca se
pa­ra­rá más atrás, con su cuar­to tra­
se­ro en el ca­nal de de­sa­güe.
un com­p ar­t i­m en­t o es atrac­t i­v o
pa­
r a la va­
c a. Un es­
t a­
b lo de­
ma­s ia­d o cor­t o o con una pa­r ed
en­f ren­t e es una cau­s a co­m ún
de mal fun­c io­n a­m ien­t o de la
es­t a­b u­l a­c ión li­b re ade­c ua­d a.
Pa­r a los mo­v i­m ien­t os la­t e­r a­
les, el es­p a­c io de em­p u­je pue­
de ser re­d u­c i­d o a la mi­tad. Sin
em­b ar­g o, el in­t en­t o de com­
pen­s ar un lar­g o in­s u­f i­c ien­t e
au­m en­t an­d o el an­c ho ha­r á que
la va­c a se ubi­q ue en dia­g o­n al
y se vea for­z a­d a a co­lo­c ar sus
miem­b ros en el com­p ar­t i­m en­t o
ad­y a­c en­t e.
Véa­se la fi­gu­ra 8.
Pen­dien­tes
Véan­se las fi­gu­ras 9 y 10.
Su­per­fi­cies del establo y
cama del box
La ba­se y la ca­ma de un com­
par­ti­men­to tie­nen un mar­ca­do
32 | SELECCIONES VETERINARIAS
Figura 10. La pen­dien­te del es­ta­blo
de­be ser del 1,5-2%, pa­ra alen­tar a
to­das las va­cas que se echen con
sus pies ha­cia el la­do más ba­jo de
la pen­dien­te. Cuan­do las va­cas se
echan to­
das del mis­
mo la­
do, hay
me­nos ries­go de que al­gu­na da­ñe
a su ve­ci­na en el mo­men­to de pa­
rar­se. (Cor­te­sía de R. Sha­ver.)
efec­
to so­
bre la con­
duc­
ta y el
tiem­po du­ran­te el cual la va­ca se
echa. En los pi­sos más có­mo­dos,
las va­cas es­ta­rán echa­das has­
ta 14 ho­ras. Cuan­to más elás­ti­ca
y blan­da sea la su­per­fi­cie pa­ra
echar­se, más se­rá el tiem­po que
el ani­mal pa­se des­can­san­do. Sin
em­bar­go, la du­ra­ción de ca­da pe­
río­do de echa­da se­rá más lar­go
so­bre pi­sos de con­cre­to, pre­su­
mi­ble­men­te de­bi­do a que les re­
sul­ta más in­có­mo­do re­cos­tar­se y
le­van­tar­se so­bre tal su­per­fi­cie. El
in­ter­va­lo de echa­da es­tá tam­bién
aso­cia­do con el es­pa­cio y el di­se­
ño de los com­par­ti­men­tos.
Una ca­ma de are­na (fig. 11) pa­
re­
ce ser la más acep­
ta­
ble pa­
ra
las va­cas, en par­ti­cu­lar en zo­nas
de cli­ma tem­pla­do. Sin embargo,
este material obs­
tru­
ye los sis­
te­
mas de dre­na­je co­mu­nes; por lo
tan­to, se de­be cons­truir una cá­
ma­ra de se­di­men­ta­ción.
En Sue­cia se ha de­sa­rro­lla­do un
sis­te­ma exi­to­so pa­ra los com­par­
ti­men­tos, en el cual los 30 cm de
la par­te tra­se­ra del box es­tán he­
chos con lis­to­nes de go­ma pa­ra
facilitar la lim­pie­za.
Se deben tener en cuenta los si­
guien­tes fac­to­res al con­si­de­rar la
construcción de una ca­ma:
Figura 10. Los com­par­ti­men­tos con
ca­ma de are­na pro­veen la su­per­
fi­cie pre­fe­ri­da por las va­cas pa­ra
echar­se. (Cor­te­sía de G. Jo­nes.)
• Una temperatura confortable
para las va­cas le­che­ras de­pen­
de de los es­tra­tos su­pe­rio­res
del área pa­ra echa­rse.
• La pa­ja y la vi­ru­ta ab­sor­ben la
hu­me­dad; las ca­mas hú­me­das
fa­vo­re­cen un ma­yor de­sa­rro­llo
de po­bla­cio­nes bac­te­ria­nas.
• Las he­ces que las vacas pueden traer en los pies tam­bién
con­ta­mi­nan el área usa­da pa­ra
echar­se.
• Una ca­
ma delgada y cor­
ta
re­du­ce la can­ti­dad de ma­te­
rial des­pa­rra­ma­do ha­cia los
pa­si­llos.
• Las ca­
mas la­
xas de­
ben ser
con­tro­la­das 2 ve­ces al día.
• Se de­be agre­gar más ma­te­rial
1 vez por se­ma­na.
• No se de­be arro­jar de­ma­sia­do
ma­
te­
rial de la ca­
ma ha­
cia el
sec­tor de­lan­te­ro del box.
Se ha en­con­tra­do que los pi­sos
de go­ma ti­po al­fom­bras in­di­vi­dua­
les, sólidos o en pa­nal de abe­ja,
son efec­ti­vos pa­ra re­du­cir los
pro­ble­mas en los pies. Las va­cas
que se en­cuen­tran so­bre pi­sos
de con­cre­to, en com­pa­ra­ción con
aque­llas que es­tán so­bre pi­sos
de go­ma, pre­sen­tan un au­men­to
sig­ni­fi­ca­ti­vo en la incidencia de
he­mo­ra­gia en la lí­nea blan­ca de
la pe­zu­ña.
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