Leer mas... - Casa de Buenos Aires

Anuncio
Miles de personas reivindican en 50 ciudades el derecho a la vivienda
CLARA BLANCHAR / AGENCIAS Madrid 1719PAIS 17-02EL PAÍS Madrid
La marcha de Barcelona, con unos 20.000 asistentes convocados por la Plataforma de Afectados por la
Hipoteca, ha sido la más numerosa
Los desahucios unen a los votantes
Electores del PP y del PSOE comparten las mismas opiniones sobre la PAH
Fuente: Metros copia / EL PAÍS
La abrumadora mayoría de los españoles (87%) considera que el Congreso de los Diputados ha hecho lo
correcto dando audiencia a la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) y admitiendo a trámite la
iniciativa legislativa popular (ILP) sobre dación en pago propuesta por la Plataforma y avalada con su
firma por casi un millón y medio de ciudadanos. Una opinión que es compartida por nueve de cada diez
votantes del PP (87%), esto es, con su marcha atrás —el PP se negaba inicialmente a tramitar esta ILP—,
los populares han votado en consonancia con la opinión mayoritaria entre su electorado. El asunto de los
desahucios y las hipotecas parece ir más allá de cualquier sentimiento o simpatía partidista, y los votantes
tanto del PP como del PSOE comparten mayoritariamente las mismas opiniones. Así, nueve de cada diez
ciudadanos (y la misma proporción de votantes populares y socialistas) consideran que de forma
inmediata y urgente y hasta la promulgación de una nueva ley deben aplazarse todos los desahucios; la
misma proporción opina que en el caso de la vivienda habitual y única, la dación debe bastar para
extinguir por completo la deuda sin que el banco pueda exigir cualquier otro pago adicional; tres de cada
cuatro españoles (y, de nuevo, la misma proporción de votantes de PP y PSOE) piensan que una nuevaLey debería prohibir a los bancos poder conceder préstamos hipotecarios por más del 80 % del valor real
de la casa según la tasación de una agencia independiente; y casi siete de cada diez españoles (y de
votantes de uno y otro partido) creen que la culpa del grave problema social que están suponiendo los
desahucios es del actual sistema hipotecario español que, por tanto, necesita una reforma a fondo. Los
emprendedores sociales —como Ignacio Torreblanca define en su blog este tipo de iniciativas,
plataformas, asociaciones y movilizaciones sociales— han ganado el pulso en este tema al Gobierno, a la
oposición y a los jueces: si alguien puede apuntarse el tanto de haber concienciado al conjunto de los
españoles del problema social que suponen las hipotecas y los desahucios es la Plataforma de Afectados
por la Hipoteca (así lo piensa un 70 % de los españoles). Incluso los votantes del PP y los del PSOE creen
que la PAH ha hecho más que el Gobierno y la oposición.
Al PP le entra el pánico
Los movimientos sociales son en este momento la principal fuerza de regeneración democrática
JOSEP RAMONEDA 13 FEB 2013 - 20:01 CET17
Archivado en:
La presión de la ciudadanía ha provocado que el PP entre en estado de vacilación. Seis rectificaciones en un
día dan a entender que el Gobierno vive en una situación de desconcierto evidente. Acomodado en una amplia
mayoría absoluta y sin una oposición fuerte, actuaba convencido de que podía tomar las iniciativas más
impopulares con toda impunidad. No tiene oposición delante, pero tiene enfrente a la ciudadanía. Después de
tantos meses de repetir que hace lo que hay que hacer y no se puede hacer otra cosa, a Rajoy le ha entrado el
pánico. De pronto ha sentido el vértigo de la soledad. Los mecanismos de participación del sistema político
español están averiados, si es que existieron alguna vez, pero la movilización social ha conseguido que la
presión subiera por esas debilitadas arterias hasta forzar al Gobierno a dar varios pasos atrás. Es una buena
noticia, porque indica que la ciudadanía sigue viva y que hay energía para regenerar el sistema político. Algún
día se tendrá que hacer la genealogía de la Transición. Entonces, el miedo a la inestabilidad en un país sin
tradición democrática sirvió para justificar que se armaran unas instituciones cerradas e impermeables. Las
mayorías absolutas hicieron el resto. Y el PP y el PSOE se convirtieron en la vertebración de España. Este
modelo bipartidista ha perdido la confianza de los ciudadanos, que lo ven más como un mecanismo de control
social que de vinculación democrática. Unas pocas horas antes de que Rajoy diera la orden a su partido de
cambiar el voto anunciado y admitir a trámite la iniciativa popular para la dación en pago de las hipotecas, el
presidente había repetido uno de sus tópicos favoritos: “No he cumplido con mis promesas, pero al menos he
cumplido con mi deber”. La compatibilidad entre el incumplimiento de las promesas y el cumplimiento del deber
es por lo menos discutible. Rajoy pretende que la cruda realidad le forzó a cambiar sus planes. Pero es
imposible creer —salvo supuesto de suma incompetencia— que cuando formuló las promesas no supiera la
realidad que se encontraría. Con lo cual hay negligencia en el deber antes o después, en la formulación de la
promesa o en la toma de decisiones. Bárcenas, las hipotecas, el miedo al estallido social y las dudas sobre la
gestión del Gobierno por parte de algunos poderes corporativos importantes: esta es la suma de factores que
han llevado a Rajoy a parar el tren y tomarse un respiro. Lo que no ha conseguido la oposición lo ha conseguido
la calle. Eso sí, ha sido necesario un millón y medio de firmas, una caída fulminante del PP en las encuestas y
unos cuantos suicidios, para que el Gobierno emprendiera alguna rectificación. Siempre tarde. Es el problema
de Rajoy. Es muy difícil dar coherencia a una política cuando las decisiones importantes son siempre de última
hora. Pero donde se acumulan las sospechas sobre el cumplimiento del deber por parte de Mariano Rajoy es
en el caso Bárcenas, sobre el que se acaba de descubrir una nueva mentira. Es falso que el extesorero
estuviese totalmente desvinculado del PP desde hace dos años, por más que lo hayan repetido en cadena los
dirigentes de la derecha. El partido le ha estado pagando incluso la seguridad social. Rajoy todavía no se ha
pronunciado sobre la persona de Bárcenas. Y mientras no lo haga, la sombra de la sospecha, la hipótesis del
chantajista, seguirá devorando su autoridad. El martes el PP tomó conciencia de su soledad. Y fue el día de las
concesiones. Por elemental respeto a la ciudadanía era necesario aceptar la iniciativa popular a trámite. El PP
no la asumió hasta que se vio rodeado. Antes de la rectificación, el parlamento vivió uno de las situaciones más
humillantes de su historia. Mario Draghi, el presidente del Banco Central Europeo, con la venia de los
principales grupos parlamentarios, habló a puerta cerrada, sin actas ni taquígrafos. Un acto indigno que
descalifica a los señores diputados: ¿cómo puede permitirse que un poder contramayoritario ponga condiciones
y fuerce las normas de una cámara democrática? Draghi desplegó el obsceno paternalismo tecnocrático que
gobierna Europa: puso buena nota a los españoles pero exigió nuevos sacrificios. El miércoles por la mañana, la
vicepresidenta Sáenz de Santamaría utilizó a Draghi como cita de autoridad para glosar las bondades de la
reforma laboral. De modo que es razonable pensar que la rectificación es solo una pausa. Pero sirve para
confirmar dos cosas: que el Gobierno se siente inseguro y aislado y que los movimientos sociales son en este
momento la principal fuerza de regeneración democrática.
Descargar