Pascua - Seguir a Jesus Hoy

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1
PASCUA
José Arregi
El laurel y el sauce han florecido, las yemas del chopo revientan, canta
el zorzal en lo más alto de la rama, la primera luna llena de la
primavera resplandece en la noche. Es la Pascua de la vida que renace
cada año: hace miles de años la celebraban los agricultores con el pan
de las primeras gavillas, y los pastores con la carne de los primeros
corderos. La vida es imparable y siempre nueva, como el Espíritu o la
Ruah que respira en todo y reanima lo que parece muerto.
Es la Pascua que los judíos historizaron para celebrar la liberación de
su pueblo oprimido bajo el faraón, imagen de todos los pueblos
oprimidos.
Es la Pascua cristiana de la memoria de Jesús, el profeta mártir, el
justo condenado, el Prójimo compasivo del leproso y del hambriento, el
Buen Samaritano de todos los heridos, el amigo de publicanos y
prostitutas, el alegre comensal de los impuros y despreciados, el
sanador de cuerpos y de almas, el mensajero de Bienaventuranzas
para los pobres y perseguidos.
Es la Pascua del Crucificado resucitado. ¿Pero qué significa
resurrección? No pienses en ningún milagro "sobrenatural",
piensa en el milagro de la vida que eres y que ves cada día en
todo. La resurrección de Jesús no es la reanimación física de un
cuerpo muerto, ni significa que sus células y átomos se habrían
transportado súbitamente al cielo o a "Dios", quedando el sepulcro
vacío. No se trata de un hecho único y excepcional, como si nadie
hubiera resucitado hasta ese momento ni hubiera de resucitar hasta el
"fin del mundo". Ciertos, los cristianos llamaron y seguimos llamando a
Jesús "primicia" de la resurrección universal o "primer nacido de entre
los muerto": es nuestra forma de decir que él es para nosotros el icono
y el ejemplo de la vida resucitada de todos los vivientes en el Viviente,
en la Vida, en Dios.
2
Es la Pascua de la Resurrección de Jesús, pero no tuvo lugar hace
2000 años, ni unos días después de su muerte en cruz. Cada día es el
"tercer día" pascual. Desde que nació hasta que murió, Jesús
vivió resucitando a la vida que no nace ni muere, como todos
los vivientes que viven de verdad. Jesús resucitaba sobre todo
cuando se compadecía y curaba, cuando tocaba a los
intocables, cuando escuchaba historias de dolor y contaba
parábolas de desafío, cuando denunciaba las mentiras de la
religión y los abusos del imperio, cuando anunciaba que otro
mundo mejor es posible en estas nuestras pobre manos. Jesús
resucitó en su vida y, cuando murió dándolo todo, resucitó del
todo, como todos los que mueren dando la vida, pues dar la
vida es vivir plenamente.
La resurrección de la Vida tiene lugar desde el comienzo del
mundo, si hay un comienzo, y seguirá teniendo lugar hasta el
fin del mundo, si hay un fin. Resucita la semilla en la flor del
laurel, el árbol en la semilla, la flor en el árbol, el canto en la
rama, la Vida en la Tierra, el Espíritu en la materia, Dios en el
cosmos. La vida resucita cuando triunfa la bondad y es feliz.
La vida resucita en el hijo cuyo padre fue asesinado por ETA y
ha vencido el deseo de venganza hasta ser capaz de hablar
con los asesinos de su padre y de perdonarlos. La vida resucita
en la hermana de un joven torturado, asesinado y
desaparecido por el GAL a las órdenes del Estado, y nunca ha
odiado a los que lo hicieron. La vida resucita en el parado que
lucha y en la persona deprimida que se levanta de la
postración gracias a la serotonina y al Espíritu Paráclito que
vive en todo.
3
Amiga, amigo, es tu Pascua. Tú también eres el Viviente, la
Viviente, en la gran Comunión de todos los seres hermanos.
Abre los ojos como María de Magdala y los discípulos de
Emaús. No temas. Acoge y celebra tu vida, y cuídala en medio
de todas tus cruces y luchas. La Vida puede más. El bien es
más fuerte. El Espíritu te habita. Levántate y vive.
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